Una lectura crítica al artículo de john G. Gager: ¿pueden resolverse las contradicciones de pablo?

November 22, 2017 | Autor: Williams Pitter | Categoría: History of Christianity, Jewish History, Jewish - Christian Relations, Jewish Messianism
Share Embed


Descripción

UNA LECTURA CRÍTICA AL ARTÍCULO DE JOHN G. GAGER: ¿PUEDEN RESOLVERSE LAS CONTRADICCIONES DE PABLO? Y el rechazo a la postura tradicional cristiana que la iglesia reemplazó a Ysrael

Rav Dr. Williams Pitter

____________________________________________________ Fue Pablo quien liberó a la religión cristiana del judaísmo... Fue él quien con seguridad consideraba al Evangelio como una nueva fuerza que abolía la religión de la ley Dr. Adolfo Harnack (1851-1930), erudito cristiano-luterano

Rav Dr. Williams Pitter Rosh Yeshíva de Talmud Torá BESH

[email protected]

HISTORIA DEL JUDAÍSMO MESIÁNICO Una introducción general a la historia y visión de los judíos creyentes en Yeshua el Mesías

Una lectura crítica al artículo de John G. Gager Dr. Williams Pitter

Introducción por Rav Dr. Williams Pitter Recientemente, un website dedicado al diálogo judío-cristiano publicó un artículo titulado ¿Pueden resolverse las contradicciones de Pablo?, del Dr. John G. Gager1. En ese artículo, el Dr. Gager muestra, según su investigación, que Pablo presenta un pensamiento ambivalente en sus escritos; pues en unas ocasiones parece estar a favor de la Torá y del puedo judío, pero en otras parece rechazar o mostrar que la Torá ya no está en vigencia y excomulga, o por menos deja en una situación precaria a sus antiguos compañeros de fe del Judaísmo de entonces, al criticar la observancia escrupulosa de la Torá y su rituales. El artículo del Dr. Gager, que se encuentra 2 más abajo, es un resumen de su libro, en donde se expone más ampliamente este tema y otros relacionados . Recientemente, muchos investigadores también han notado esta disparidad de conceptos en el pensamiento de 3 Pablo, particularmente en sus célebres epístolas a los Romanos y a los Gálatas . El artículo del Dr. Gager me ha parecido muy interesante, y aquí presento una lectura crítica del mismo, dejando intacto el cuerpo del texto y añadiendo en notas de pie de página, mis críticas y también mi respaldo a las ideas que expresa, naturalmente, desde mi percepción de la problemática que plantea el Dr. Gager. A esta lectura crítica del artículo del Dr. John Gager le he colocado el sub título: “Y el rechazo a la postura tradicional cristiana que la iglesia reemplazó a Ysrael”, porque creo, a mi juicio, que refleja fundamentalmente la idea del John G. Gager en su exposición del pensamiento paulino. A mi entender, el Dr. Gager resume en su trabajo lo que ha sido la idea tradicional dentro de la teología occidental y que él mismo no comparte: que Di_s ha rechazado a Israel y lo ha sustituido por los gentiles, y cita a teólogos famosos e influyentes como el ya fallecido Alfred Harnack, que mantienen esa posición. Pero lo que afirma el Dr. Harnack es un simple eco de la voz de Ireneo de Lyón (130-220), el más eximio pensador cristiano del siglo II de nuestra era, quien mal interpretando Devarim 28:44 enseña que “los gentiles estarán a la cabeza y el pueblo incrédulo (los judíos) a la zaga”4. Ireneo es quien formalmente plantea la tesis del Cristianismo como superación del Judaísmo, y propone no sólo la disolución de la Torá, sino también de los diez mandamientos, sobre la ingenua base del amor cristiano en el corazón, lo que le lleva a decir: “nosotros hablamos con el Padre y estamos en su presencia convertidos en niños sin malicia y afincados en la justicia y en la honestidad” 5. Como resultado esta errónea postura se elaboró la llamada “teología del reemplazo”. Es importante tener en cuenta que, la errónea percepción de la Torá en general y del pensamiento paulino, en particular por parte de la teología cristiana, fue fuente y agente causal e influyente de la formación y consolidación del espíritu anti-semita o mejor dicho, anti-judío, en el seno de las comunidades cristianas. La barrera del prejuicio teológico que se ha formado dentro del Cristianismo hacia el Judaísmo ha afectado tanto al Cristianismo que ha distorsionado las labores de “evangelización” entre los judíos que en los siglos pasados fue realizada en términos de una conversión por la fuerza. Por supuesto, también ha dificultado el diálogo entre teólogos occidentales y rabinos, asunto, que en tiempos recientes parece que ha mejorado, ya sean por razones ecuménicas –como lo hace el Catolicismo en su empeño de unificar todas las religiones bajo la égida papal-, o por razones genuinas de acercarse “al otro”, como un hermano que comparte las mismas raíces. Ahora bien, en ese artículo el Dr. Gager discute los pormenores del porqué la teología occidental hizo una errónea lectura del pensamiento de Pablo en cuanto a la posición y función de Israel y de los gentiles en el plan de Di_s, Propone además una nueva lectura contextualizada históricamente y sobre esa base interpreta que en el 1

Este trabajo tiene por título ¿Pueden resolverse las contradicciones de Pablo? y aparece publicado en un website sobre el diálogo judío-cristiano (http://www.jcrelations.net/es/?item=1186#4). 2 Para un estudio más completo del tema consulte el libro del Dr. John G. Gager, Reinventing Paul. Oxford University Press, 2000. 3 Muchos de esos investigadores están citados el libro del Dr. Gager, y algunos de ellos aparecen citados al final del artículo que reproduzco acá. Luego, de su libro, han aparecido otras obras y artículos debatiendo sobre este tema en el pensamiento de Pablo. 4 Ireneo de Lyón, Demostración de la predicación apostólica, sección 95. Véase, por ejemplo, La edición de E. Romero Pose. Editorial Ciudad Nueva, Segunda edición, 2001, p. 216. 5 Ibid, sección 96, p. 217. El tiempo se encargaría de mostrar la malicia, la injusticia y la deshonestidad del papado, especialmente contra el pueblo judío. 2

Una lectura crítica al artículo de John G. Gager Dr. Williams Pitter

pensamiento paulino no hay ninguna especie de “teología del reemplazo” sino que la principal preocupación de Pablo –como apóstol de los gentiles- es aclarar la situación de los gentiles ante el evento salvífico de Yeshua en el madero. Lo sorprendente del artículo es que la nueva lectura que propone Gager se fundamenta en una interpretación que un filósofo judío ortodoxo hace del pensamiento de Pablo. En líneas generales, la exposición del Dr. Gager es muy instructiva, no obstante, discrepo de él en algunos asuntos los cuales coloco como comentarios en las notas de pie de página de este artículo. Por ejemplo, piensa que Pablo mira la salvación de los gentiles fuera del Pacto de Di_s con Israel, esto, a mi entender es falso, ya que, como lo enseña el mismo Pablo en Romanos 11, los gentiles han sido injertados en el “olivo natural”, y por tanto, al participar de la “raíz y de la rica savia del olivo”6 llegan a ser parte del pacto, y herederos de las promesas hechas a los patriarcas y profetas (Ef. 3:9), y por tanto, son esencialmente judíos como comento a continuación. Pablo o Rav Shaul como ha venido llamándosele en tiempos recientes, enseña que los gentiles, antes de su conversión, estaban lejos de la ciudadanía de Israel, sin Di_s, sin pacto, sin promesas y sin Mesías! (Ef. 2:11-13), pero ahora, en el Mesías Yeshua y por medio de Él, están unidos al cuerpo de judíos creyentes en el Mesías, todos ellos descendientes y herederos históricos del Judaísmo antiguo. Según esta percepción, los gentiles ya no son extranjeros ni advenedizos “sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificado sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Yeshua el Mesías” (Ef. 2:19,20), y, en consecuencia el gentil converso ya no es más gentil, pues ha adquirido la ciudadanía israelita. Pues para Pablo, y para la tradición judía, en sentido estricto de una conversión sino de una naturalización, pues cuando un gentil decide abandonar la idolatría y toma la decisión de cobijarse bajo las alas del Di_s de Yarael, entonces adquiere la ciudadanía israelita definida por el Pacto y sus promesas, la Torá y el Mesías. El punto de discusión en aquellos tiempos, era la manera o procedimiento halájico como se incorporaba un gentil a la comunidad judía7. Antes de Pablo, estaba bien establecido la halajá: el gentil mostraba su fe y entraba a la comunidad judía por medio de la circuncisión y la tevilá. Por razones que no tenemos espacio de discutir acá, Rav Shaul reta esta halajá y establece una nueva norma que determina la judeidad del gentil, sólo es suficiente la tevilá, porque, como él afirma: “no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne, sino que es judío el que lo es en lo interior y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios” (Rom. 2:29). Esta nueva postura dentro del Judaísmo disparó todas las alarmas y creo mucha discusión y controversia, que ni aun el concilio de Jerusalén pudo resolver del todo, aunque se dieron, a mi entender, las directrices correctas para la disolución de esta agria controversia, entre el ala conservadora de Yaacob y Pedro y el ala liberal de Pablo y Bernabé8. Y a decir, verdad esta decisión del concilio de Jerusalén, que al principio fue bien recibida 6

Las citas bíblicas provienen de la Biblia Textual. Publicada por la Sociedad Bíblica Iberoamericana. Edición del año 2007. Para una documentación importante al respecto recomiendo la obra de H. Le Cornu y J. Shulam, The jewish roots of galatians. Academon, 2005. Pp. 91-98. 8 Para una discusión erudita de este asunto consulte la obra de J. Shulam y H. Le Cornu, A commentary on the jewish roots of Acts. Netivyah Bible Instruction Ministry, Second edition, 2012. En lo personal pienso que las diversas interpretaciones del concilio de Jerusalén que posteriormente se han realizado, muestran en muchas ocasiones un sesgo religioso. Pues la interpretación ha venido acompañada, casi inevitablemente, por la llamada “pre-comprensión hermenéutica”, dado que cada erudito o comunidad religiosa que hace una lectura del texto lo hace desde los prejuicios y contextos históricos en donde les ha tocado formarse y/o vivir. Por ello, es que algunos creen que con las cuatro recomendaciones que contenía el fallo de los apóstoles, el concilio descargó a los gentiles de la observancia de algunos aspectos esenciales de la vida judía, los rituales relacionados con el Templo, la observancia del shabbat y sus festividades, etc. Como lo interpretó el Cristianismo, desde Ireneo en adelante. De esta manera pensó históricamente el Cristianismo, y ha sido adoptada también por algunas corrientes dentro del Judaísmo mesiánico moderno, que han levantado sinagogas en la misma línea conservadora de Yaacob en donde se deja por fuera a los judíos como simples “benei Noaj”, excluyéndolos así de la bendición del disfrute del shabbat y las festividades. Otros creen que era una solución transitoria, por lo menos dos sentidos: (1) mientras se adaptaban a la vida judía del shabbat y las festividades, por ejemplo, ya que, había una quinta recomendación de instruirse cada shabbat en las sinagogas (Hch 15:21), entre tanto, el gentil creyente en Yeshua se incorpora a la vida judía. Sin que ello implique, la observancia de los rituales, aunque la celebración del shabbat y las festividades. Esta es mi posición como judío creyente en Yeshua el Mesías, y (2) algunos teólogos creen que en verdad era un medida transitoria en tanto la “iglesia primitiva” hiciera los ajustes para terminar de pasar de la “dispensación de la ley” a la “dispensación de la gracia”. 7

3

Una lectura crítica al artículo de John G. Gager Dr. Williams Pitter

como una “decisión salomónica”, duró muy poco en el tiempo, dado que, que las posiciones doctrinales que mantenía la congregación madre en Jerusalén y las de la congregación de Antioquía eran irreconciliables. Como testimonio de ello, Rav Shaul nos informa que al final se dividieron “el campo misionero”, por así decirlo, pues él mismo y Bernabé se dedicarían a alcanzar a los gentiles y el liderazgo histórico de Jerusalén, encabezado por Yaacob, Cefas y Juan, se dedicarían “a la circuncisión”, es decir, a los nativos judíos (Gál 2:7-10). Me extendí un poco en estos asuntos a fin de dejar claro algunos aspectos asuntos relacionados con la decisión del concilio de Jerusalén, pues considero que es una clave importante para entender las epístolas de Rav Shaul; y que además sirven, a mi entender, como información adicional para una lectura más fluida del artículo del Dr. Gager. Según mi lectura, el artículo del Dr. Gager se puede dividir en tres partes, a las cuales les he colocado un título. En la primera parte expone un excelente resumen de lo que ha sido la forma antigua y moderna como la erudición cristiana ha leído a Pablo, la cual, el Dr. Gager muestra que en muchas instancias es especulativa y contradictoria. En la segunda parte, presenta la tesis que, los dos grupos de citas de los escritos de Rav Shaul que parecen presentar dos visiones contradictorias en su pensamiento, en verdad, según Gager, lo que está pasando es que Rav Shaul se está dirigiendo a dos diferentes auditorios, y por lo tanto, persigue distintos fines. La tesis que él desea explorar, la formula de la siguiente manera: “¿Puede ser que en las frases pro-Israel hable sobre la Ley/Torah en referencia a Israel, y en las frases anti-Israel, sobre la Ley/Torah en referencia a los gentiles seguidores de Jesús?”. Sobre esa base, en la tercera parte, presenta su visión de cómo leer correctamente el pensamiento de Pablo. Mis críticas y mi rechazo a su Tesis y a su “nueva lectura de Pablo”, y también cuando endoso algunas secciones de su artículo, las coloco al pie de página. En resumen, les adelanto, la nueva lectura que propone el Dr. J. Gager, se distancia del Cristianismo en cuanto que no apoya la teología del reemplazo (lo cual me parece correcto), pero igual sigue atado, por otra vía, por medio de una errónea lectura a un comentario de un filósofo judío sobre Rav Shaul, que el gentil creyente no tiene nada que ver con la Torá, al punto, que llega a conclusión que los gentiles creyentes en Yeshua se salvan fuera del Pacto de Di_s con Ysrael. Sólo termino con una pregunta: ¿cómo entiende el Dr. Gager Efesios 2:11-22? Por último, el planteamiento del Dr. Gager, en cuanto que es erróneo la antigua tesis que la iglesia reemplazó a Ysrael, me pareceque constituye un viraje importante en las líneas de investigación del “Cristianismo temprano” y un nuevo elemento a ser considerado como importante en el actual diálogo judío-cristiano, que termine por desmontar la teología del reemplazo, y se reconozca al pueblo de Ysrael como el pueblo escogido del Eterno, y que bajo ninguna circunstancia ha sido rechazado (Rom 11:1-6), y que el gentil creyente, por medio del Mesías Yeshua, es una rama que ha sido injertada al árbol del olivo que es el pueblo de Ysrael (Rom 11:17-29). Y como todo injerto, no debe presumir de sus frutos como de hechura propia, sino que debe reconocer que su vitalidad proviene del árbol en donde ha succionado la savia que da la vida y sin la cual puede sostenerse. Está anunciada, la histórica jactancia gentil cristiana (Rom 11:18-24) y que ésta llegará su fin (Rom 11:25-29), cuando en tiempos de “la plenitud de los gentiles” 9.

9

Este asunto de la “plenitud de los gentiles” ha sido mal entendida por la “teología del remplazo”, la cual le augura un brillante futuro a la cristiandad gentil, todo lo contrario; esto más bien es una referencia y conexión al “colmo” de la maldad del amorreo (Gen 15:16). Pues la apostasía gentil de los tiempos finales se dará en víspera de la redención del pueblo judío, que en el Midrash del árbol del olivo es representada por la reinserción de las ramas desgajadas. 4

Una lectura crítica al artículo de John G. Gager Dr. Williams Pitter 10

A continuación trascribo textualmente el artículo de John G. Gager LA ANTIGUA Y MODERNA FORMA DE LEER A PABLO

Al leer las cartas de Pablo, no es difícil encontrar en ellas lo que en la superficie parece ser puntos de vista directamente opuestos, anti- y pro-Israel. I. Anti-Israel      

"Todos los que viven de las obras de la ley incurren en maldición" (Gálatas 3,10). " Que la ley no justifica a nadie ante Dios, es cosa evidente" (Ga 3,11). "Porque (algunos manuscritos agregan ‘en Cristo Jesús’) nada cuenta, ni la circuncisión ni la incircuncisión, sino la creación nueva" (Ga 6,15). "Nadie será justificado ante él (Dios) por las obras de la ley, pues la ley no da sino el conocimiento del pecado" (Romanos 3,20). "Israel, buscando una ley de justicia, no llegó a cumplir la ley" (Rm 9,31). "Pero se embotaron sus inteligencias. En efecto, hasta el día de hoy perdura ese mismo velo en la lectura del Antiguo Testamento. El velo no se ha levantado, pues sólo en Cristo desaparece. Hasta el día de hoy, siempre que se lee a Moisés, un velo está puesto sobre sus corazones" (2 Corintios 3,14-15).

II. Pro-Israel        

"¿Cuál es, pues, la ventaja del judío? ¿Cuál la utilidad de la circuncisión? Grande, de todo punto de vista" (Rm 3,1). "Entonces, ¿por la fe privamos a la Ley de su valor? ¡De ningún modo! Más bien la consolidamos (Rm 3,31). "¿Qué decir, entonces? ¿Qué la Ley es pecado? ¡De ningún modo!" (Rm 7,7). "Así que la Ley es santa, y santo el precepto, y justo y bueno" (Rm 7,12). "Los israelitas, a quienes pertenecen la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesas, y los patriarcas, de los cuales también procede Cristo según la carne" (Rm 9,4). "¿Es que ha rechazado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo!" (Rm 11,1). "Todo Israel será salvo" (Rm 11,26). "Entonces, ¿la Ley se opone a las promesas de Dios? ¡De ningún modo!" (Ga 3,21).

Estos dos grupos de citas parecen contradecirse entre sí. Pero ¿lo hacen realmente? ¿Era el apóstol de los gentiles incapaz de un pensamiento consistente? Algunos de los más recientes especialistas en Pablo aseguran exactamente eso. El exegeta finlandés Heikki Räisänen, por ejemplo, ha optado por lo que yo llamo un enfoque "contradictorio" de las cartas de Pablo, al insistir en que "el pensamiento de Pablo sobre la Ley está lleno de... inconsistencias."1 Algunos estudiosos han intentado resolver el dilema suponiendo que el problema fue introducido por editores posteriores. Así, el eminente biblista australiano J.C. O’Neill afirma: "Si hay que elegir entre suponer que Pablo era confuso y contradictorio, y suponer que su texto fue comentado y ampliado, yo no dudo en elegir lo 2 segundo." Y entonces O’Neill procede a eliminar muchos pasajes, argumentando que han sido introducidos en el texto por editores posteriores que malinterpretaron profundamente a Pablo.

10

Las negritas que aparecen en el artículo del Dr. Gager, como ya señalé, las he añadido cuando deseo hacer resaltar un pensamiento interesante del Dr. Gager. A partir de aquí en adelante, todas las notas de pie de página son de mi autoría. También dividí el artículo en varias secciones y les coloqué títulos sólo por razones didácticas a fin de orientar en el seguimiento de las argumentaciones del Dr. Gager. En color azul y numeradas están las citas bibliográficas y notas del Dr. Gager, las cuales aparecen al final de su artículo. 5

Una lectura crítica al artículo de John G. Gager Dr. Williams Pitter

Otros investigadores buscan una solución al problema psicologizando al apóstol. Pablo —dicen— estaba atrapado en un conflicto psicológico: había abandonado el judaísmo y la Ley, pero no era capaz de admitirlo ni ante sí mismo ni ante los demás11. Esta parece ser la opinión de Robert Hammerton-Kelly de la Stanford University, cuando escribe que la insistencia de Pablo en "el papel (de Israel) en el plan de salvación" se debe a "poderosos factores personales" y "un caso de nostalgia que predomina sobre su juicio".3 En este sentido, los dos grupos de pasajes antitéticos reflejarían los dos miembros del propio dilema religioso de Pablo. La solución más común a las aparentes tensiones entre ambos grupos de textos ha sido lo que yo llamo la solución "subordinativa": un grupo está subordinado al otro. Sin embargo, en la solución "subordinativa", siempre sucede que los fragmentos pro-Israel están subordinados a los fragmentos anti-Israel. En una palabra: los fragmentos anti-Israel se consideran representativos del verdadero Pablo y los fragmentos pro-Israel son minimizados o ignorados. En la solución subordinativa, Pablo es el padre del anti-judaísmo cristiano. El gran historiador alemán Adolf Harnack lo expresa de este modo: "Fue Pablo quien liberó a la religión cristiana del judaísmo... Fue él quien con seguridad consideraba al Evangelio como una nueva fuerza que abolía la religión de la ley."4 Bastante extrañamente, la solución subordinativa nunca comienza con los fragmentos pro-Israel, subordinándoles los fragmentos anti-Israel. Más importante: ninguna de estas posiciones considera la posibilidad de que el apóstol de los gentiles, que escribía para iglesias gentiles y trataba asuntos gentiles12, esté hablando, en ambos grupos de textos, a dos públicos diferentes sobre dos asuntos diferentes13. ¿Puede ser que en las frases pro-Israel hable sobre la Ley/Torah en referencia a Israel, y en las frases anti-Israel, sobre la Ley/Torah en referencia a los gentiles seguidores de Jesús? Esta es la posición que me gustaría explorar. LA TESIS DE GAGER Para entender mi argumentación, es preciso entender que quiero leer el texto oyendo su propia voz, y no sólo la nuestra. Solemos leer todos los textos dentro de alguna estructura14. Siempre empezamos con suposiciones. Nunca partimos de cero. Y en la mayoría de los casos, al manejar textos como las epístolas paulinas, escritas en un tiempo y un lugar totalmente diferentes de los nuestros, nuestros interrogantes y nuestros intereses estarán muy lejos de los de Pablo y sus primeros lectores15. En general, nuestros preconceptos, estructuras o suposiciones son inconscientes; están tan profundamente arraigados en nuestra cultura y en nuestros modos cognoscitivos que ya forman parte de la manera en que pensamos el mundo. Por eso, a menudo incurrimos en el error fatal de suponer que no los tenemos, que simplemente las cosas son así. Sólo cuando tomamos conciencia de que esos preconceptos ocultos existen, nos damos cuenta de que podemos cambiarlos. Cambiarlos 16 nos posibilita entender el texto basado en una nueva hermenéutica o principio de interpretación . 11

Esto muestra una vez más la incapacidad de la teología cristiana de comprender el pensamiento judío de Rav Shaul. No Dr. Gager, trata asuntos judíos a los gentiles recién llegados a la cultura judía, porque materias como Mesías, circuncisión, pacto, etc., son materias netamente judías!! 13 No, por ejemplo, cuando Rav Shaul se está dirigiendo a los gentiles de galacia, al mismo tiempo ataca el conjunto de creencias de aquellos judíos (ya sean nativos o prosélitos) que aun creyendo en el Mesías permanecen “bajo la Torá” (el antiguo orden antes de la llegada del Mesías), grupo que se había acercado a los gálatas y que han perturbado su fe. Si se entiende esto, desaparece la dicotomía que plantea algunos autores modernos. Para una discusión en cuanto a la identidad del grupo que atacaba a la fe de los gálatas, véase la obra de H. Le Cornu y J. Shulam, The jews root of galatians, op. cit. 14 A esta forma pre-juiciada de leer cualquier literatura, y particularmente las Escrituras, los expertos en hermenéutica le llaman “pre-comprensión”, pues siempre abordamos cualquier texto desde el background de nuestra formación intelectual y religiosa. 15 En concordancia con lo que viene hablando, y tomando en cuenta la nota anterior, este planteamiento del Dr. Gager es correctísimo. 16 Esto es correcto, pero el punto es, ¿hacia dónde deben darse los cambios? El Dr. Gager falla en señalar de manera explícita que los cambios deben ser dados en la dirección de la búsqueda de las raíces judías del pensamiento de Rav Shaul, y como se verán más adelante, se conforma en señalar que debemos alejarnos de la forma tradicional de leer a Rav Shaul, como el hombre que forjó la separación del Cristianismo del Judaísmo, y hacer una lectura más atenta al fondo de las materias que discutían y le preocupaban en su tiempo, materias que son judías, Dr. Gager! 12

6

Una lectura crítica al artículo de John G. Gager Dr. Williams Pitter

Consideremos los supuestos de los que solemos partir al leer las epístolas de Pablo: En primer lugar, leemos las cartas de Pablo como escritura. Eso significa que lo que escribe es verdadero, quizá no en el sentido al que se refieren los biblistas modernos cuando dicen que la Biblia es verdadera, pero por lo menos en el sentido de tener una poderosa autoridad. Además de eso, como parte del canon cristiano, se supone que los textos de Pablo sustentan las verdades básicas del Cristianismo17. En segundo lugar, desde la época de los primeros Padres de la Iglesia hasta las últimas décadas, todos los intérpretes de Pablo lo han leído desde la perspectiva del triunfo del cristianismo tras la decisiva ruptura entre el cristianismo y el judaísmo. La idea cristiana predominante sobre el judaísmo durante todo ese período fue que los cristianos (o el cristianismo) habían sustituido a los judíos como Pueblo elegido de Dios, que los judíos habían dejado de ser los portadores de la promesa de salvación de Dios y que su única esperanza de salvación residía en hacerse cristianos. En esta hermenéutica, se infiere que también Pablo, con su estatuto canónico, debe de haber sostenido esta idea cristiana predominante sobre el judaísmo. Y exactamente así fue como se leyó a Pablo a través de la historia cristiana. No en el 80 o 90 por ciento de los casos, sino en el 100 por ciento, sin excepción... hasta muy recientemente, cuando unos pocos investigadores disidentes comenzaron no sólo a cuestionar esa imagen, sino a rechazarla de plano18. Uno de ellos, Lloyd Gaston, de la Vancouver School of Theology, lo expresa de este modo: "Fue Pablo quien proporcionó —históricamente— la estructura teórica del antijudaísmo cristiano, desde Marción pasando por Lutero y F.C. Baur hasta Bultmann."5 Sintéticamente, lo que yo llamo la imagen antigua de Pablo está basada en la siguiente estructura de suposiciones: con el advenimiento de Cristo, Israel (o los judíos) fue rechazado por Dios como el pueblo elegido de la Alianza; la fe de Israel y la ley de Moisés (incluyendo la circuncisión) fueron declaradas no válidas; Israel fue sustituido como Pueblo de Dios por un nuevo pueblo, llamado cristianos, y a partir de ese momento, la única vía de redención o salvación —para judíos y gentiles— es la fe en Cristo. De acuerdo con esta interpretación de las enseñanzas de Pablo, los judíos y el judaísmo ya no desempeñan ningún papel en la obra de salvación de Dios19. Este es el resultado cuando nos aproximamos a Pablo desde nuestro lado de la línea del tiempo. Nosotros vivimos después del triunfo del cristianismo y la separación final de los caminos entre judíos y cristianos. Pablo no vivió eso. Sin embargo, al leer sus textos, nos ubicamos en esa estructura post-paulina20. Y esa estructura determinó nuestra manera de leerlo, al menos hasta hace pocas décadas, cuando algunos investigadores empezaron a ofrecer una nueva imagen de Pablo. Veamos qué pasaría si, sólo por un momento, consideráramos las cartas de Pablo desde el otro lado de la línea del tiempo, desde la época de Pablo y no desde la nuestra21. ¿Qué pasaría si pusiéramos en duda el triunfo del cristianismo en la época de Pablo, e inclusive el hecho de la división final entre judíos y cristianos? O —ya que empezamos a cuestionar vigorosamente nuestros preconceptos— ¿qué pasaría si recordáramos (y aquí no estoy inventando, sino sólo describiendo) que en la época de Pablo la única Biblia que existía era la Biblia Hebrea, y no había ningún Nuevo Testamento, ni siquiera la idea de un Nuevo Testamento, y no había cristianismo, ni siquiera idea de cristianismo? ¿Qué diferencia habría en nuestra lectura de Pablo si partiéramos de estas suposiciones, de esta estructura, al leer sus epístolas? El resultado sería que no sólo deberían realizarse ajustes menores aquí y allá en los márgenes de la antigua imagen. Lo que yo y otros sostenemos es que la antigua imagen, la imagen que predominó en un ciento por ciento desde los días de Pablo hasta los nuestros, es ciento por ciento errónea, de arriba abajo, del principio al fin22. 17

Este es un supuesto importante, a pesar que piensa dar una nueva lectura a Rav Shaul, todavía sigue anclado al paradigma cristiano. 18 Este párrafo es importantísimo para la historia del Judaísmo mesiánico. 19 Esta es la tesis central de la fe del Cristianismo. Si uno la refuta apropiadamente, toda la teología cristiana se viene abajo. 20 Excelente punto! Esto es en hermenéutica filosófica “pre-comprensión”, como ya he señalado antes. 21

Excelente punto!! Lo que hay que estudiar el fondo judío de aquella época. Para esto ayuda muchísimo las obras de J. Shulam y H. Le Cornu, que yo he citado antes. 22 Excelente conclusión!! 7

Una lectura crítica al artículo de John G. Gager Dr. Williams Pitter

El mejor argumento contra la imagen antigua surge de las mismas cartas de Pablo. La imagen antigua representa una interpretación completamente equivocada de Pablo, que no empezó con los teólogos cristianos modernos, ni con Lutero, ni siquiera con Marción en el segundo siglo, sino con los mismos contemporáneos de Pablo. Y él tenía plena conciencia de ello. De hecho, contra eso argumenta vigorosamente en su epístola a los Romanos. Romanos es en sí mismo una refutación sistemática de lo que he llamado la imagen antigua, y demuestra que esa imagen antigua ya estaba en circulación durante la propia vida de Pablo. Algunos exégetas han argumentado que Pablo nunca fue realmente capaz de vivir según las exigencias de la Ley mosaica, y que el cristianismo le dio la oportunidad de librarse de esa carga intolerable. Otros sostienen que al final llegó a considerar al judaísmo sólo como una religión de árido formalismo, de mera observancia exterior desprovista de toda verdadera sustancia espiritual. El origen de esta idea se identifica a menudo con la visión enceguecedora de Cristo resucitado que tuvo Pablo en el camino a Damasco. Existen otras explicaciones forzadas para el presunto rechazo de Pablo al judaísmo, que sustentan lo que hemos llamado la imagen antigua. Por ejemplo, de acuerdo con una versión, Pablo sería de origen gentil, se habría enamorado de una judía y, como parte de sus esfuerzos por ganar el cariño de la mujer, habría emprendido un tibio intento de observar la Ley mosaica. Cuando finalmente ella lo rechazó, él retornó a su antiguo paganismo y desahogó su frustración atacando al judaísmo. Esto no es una simple broma: es un relato que realmente circulaba en algunos medios antipaulinos poco después de la muerte del apóstol.6 Todas estas explicaciones, las antiguas y las modernas, tienen una cosa en común: dan por supuesto que Pablo rechazó al judaísmo y sustituyó a los judíos por los cristianos como nuevo Pueblo de Dios. Sin embargo, la evidencia que apoyaría esta idea no surge de las cartas de Pablo (la única fuente que proviene de Pablo mismo), sino de otras partes del Nuevo Testamento (una colección que aún no se había encarado en tiempos de Pablo), especialmente los Hechos de los Apóstoles. Aunque tanto los Hechos como el Nuevo Testamento en su conjunto, están muy lejos de Pablo en tiempo y circunstancia, son los que dieron origen a la imagen tradicional de Pablo. El inequívoco mensaje de Hechos —repetidamente puesto en boca de Pablo— es que los gentiles han sustituido a los judíos como Pueblo de Dios. Y Hechos está estratégicamente ubicado antes de las epístolas de Pablo, de modo que nuestro primer encuentro con el apóstol tiene lugar a través de Hechos. En otras palabras, se nos presenta una imagen clara de Pablo que precondiciona nuestra reacción a sus cartas23. Como en Hechos, el mensaje general del Nuevo Testamento con respecto al judaísmo es que el judaísmo es rechazado, invalidado y sustituido por el cristianismo. Y si ese es el mensaje del Nuevo Testamento en su conjunto, ¿cómo podemos dudar de que su figura central (se supone que Pablo es el autor de 13 de los 27 escritos, y Hechos habla de él) predicaba el mismo mensaje? En una palabra: los demás textos del Nuevo Testamento, especialmente Hechos, siempre fueron la lente a través de la cual Pablo fue leído e interpretado. Pero ¿esa lente nos proporciona un retrato fiel de Pablo o una distorsión de su pensamiento? Algunos intérpretes actuales —incluyendo al mencionado Lloyd Gaston, Krister Stendhal,7 mi propio antiguo profesor de Harvard, y más recientemente, Stanley Stowers8 de Brown University— han comenzado a poner en duda todo lo referente a la antigua imagen: sus suposiciones, sus preguntas y sus respuestas. No meramente detalles, sino absolutamente todo. Un indicio bastante claro de que Pablo fue terriblemente malinterpretado se refleja en el hecho de que los defensores de la interpretación tradicional de Pablo como padre del antijudaísmo cristiano, nunca logran entenderse con los pasajes centrales pro-Israel de las cartas de Pablo (citados en el comienzo de este artículo).

23

Este punto, si bien es interesante, es discutible, porque en el libro de los Hechos tenemos una mayor proporción de testimonios de la vida de Rav Shaul y escasos trazos de su pensamiento. Yo creo que no se puede llegar a la conclusión que llega el Dr. Gager. Es más, la decisión del Concilio de Jerusalén demuestra el triunfo de la posición de Rav Shaul en cuanto a la manera como se ha de incorporar los gentiles al Judaísmo apostólico. El asunto es cómo interpretar esa decisión como lo señalé en la nota 8 de pie de página de la pág. 3. 8

Una lectura crítica al artículo de John G. Gager Dr. Williams Pitter

Esos pasajes contradicen rotundamente la imagen tradicional sobre Pablo como autor del antijudaísmo cristiano. Simplemente no hay ninguna manera de conciliar los pasajes pro-Israel con esa imagen. En realidad, todos ellos parecen estar dirigidos contra esa imagen, como si Pablo estuviera escuchando a sus intérpretes posteriores y meneando la cabeza, desalentado ante esa interpretación profundamente equivocada de su posición. Y eso, como lo demostraré, es casi exactamente lo que estaba sucediendo. Porque, como lo dije antes, la imagen tradicional ya circulaba en la misma época de Pablo, y la epístola a los Romanos no es otra cosa que un sistemático —aunque finalmente infructuoso— intento de corregir lo que Pablo consideraba una profunda distorsión de sus ideas en el transcurso de su propia vida24. LA NUEVA FORMA DE LEER A PABLO SEGÚN GAGER Ahora debemos establecer una estructura completamente nueva para leer a Pablo. En lugar de utilizar una estructura exterior a las cartas de Pablo, basada en Hechos o en el carácter del Nuevo Testamento en su conjunto, o en esfuerzos pseudospicológicos para descifrar sus pensamientos interiores, busquemos algunos puntos de partida en sus propias cartas. ¿A quién le habla Pablo en sus cartas, especialmente en Gálatas 5,6 y 6,15, cuando afirma que la circuncisión ya no es esencial para la salvación? ¿Y por qué insiste tan coléricamente, otra vez en Gálatas, en que se ha abierto una nueva vía de redención para los gentiles, una vía diferente de la de Israel, pero también atestiguada y anunciada por la Ley y los profetas? Y por último, ¿creía Pablo (que siempre se refería a sí mismo como el apóstol de los gentiles) que la adhesión de los gentiles a Jesucristo lleva a repudiar a Israel y la circuncisión (que para él es evidentemente un símbolo mayor de la relación de Israel con Dios) como camino de redención para los judíos?25. Antes de su vocación de apóstol de los gentiles, cuando todavía era un fariseo, Pablo era cualquier cosa menos neutral en sus sentimientos hacia el nuevo movimiento de Jesús. Ciertamente, había sido un activo perseguidor de los seguidores de Jesús (Filipenses 3:6). Después de su llamado, o conversión, Pablo se considera exclusivamente como apóstol de los gentiles. Así lo afirma en Gálatas 1:15-16: "Aquél que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles." En otras palabras, la tarea que le había sido divinamente asignada consistía en anunciar un nuevo mensaje referido a la situación y la salvación de los gentiles, una situación diferente a la antigua alianza con Israel, pero no en contra de ella. Como lo dice en Romanos 3,31: "Entonces ¿por la fe privamos a la Ley de su valor? ¡De ningún modo! Más bien, la consolidamos." El mensaje de Pablo era intensamente escatológico26: el fin del mundo estaba próximo. Durante el transcurso de su propia vida, sonaría la trompeta, los muertos resucitarían, y esta era llegaría a su fin27. Todo sucedía a un ritmo afiebrado. "El tiempo es corto", afirma en 1 Corintios 7, 29. Esa intensidad escatológica es especialmente relevante en dos temas centrales del pensamiento paulino. El primero es la expectativa que se encuentra en muchos textos judíos acerca de que la inclusión de los gentiles como hijos de Dios se producirá en el fin de la historia.9 El segundo es el elaborado libreto que sostiene que la ceguera temporal de los judíos es una precondición divinamente ordenada a la inclusión de los gentiles (Rm 11). De acuerdo con la puesta en escena final de ese libreto, una vez que los gentiles sean introducidos en una nueva relación con Dios, Israel entenderá y "Todo Israel será salvo" (Rm 11,26)28. Nótese que no dice: "Todo Israel llegará a creer en Jesucristo o en el cristianismo", sino "Todo Israel será salvo."29

24

No creo que era una distorsión de las propias ideas de Rav Shaul, sino que en Romanos y Gálatas, Rav Shaul pone al descubierto la postura tradicional del Judaísmo de su tiempo, y que él intenta bloquear su paso al interior de los creyentes (ya sean judíos o prosélitos) que están bajo su cobertura. 25 Excelente punto!! 26 Y también intensamente judío!! 27 El fondo de este conjunto escatológico de temas es judío y se encuentra en los midrashim, en donde se asocia el shofar que se toca en el día de Yom Kippur como previo al jubileo de la tierra, al shofar de la liberación del Mesías. 28 Este “libreto”, como el Dr. Gager lo llama está incompleto, pues falta añadir lo que Rav Shaul menciona explícitamente, pues no es el del injerto de los gentiles (pues esto ya había comenzado ocurrir en ese tiempo), lo que marca el inicio del fin de los 9

Una lectura crítica al artículo de John G. Gager Dr. Williams Pitter

Supuestamente, todo esto iba a ocurrir en vida de Pablo. Como no fue así, ¿qué les quedó a los cristianos cuando empezaron a leer a Pablo fuera de su estructura intensamente escatológica? ¡Sólo la ceguera y la exclusión de Israel! Pero para el mismo Pablo, pensar en la ceguera de Israel como una condición permanente, o cualquier otra cosa que no fuera un proyecto divino para llevar la salvación a los gentiles, habría sido el colmo de la locura. Sin embargo, así se lo interpreta desde el enfoque tradicional. Hay un último factor importante para entender las cartas de Pablo desde el punto de vista del mismo Pablo: el mensaje de Pablo hacia y sobre los gentiles —que se les ofrecía la salvación fuera de la alianza con Israel— era activa y ruidosamente resistido por otros dentro del movimiento de Jesús. Esos grupos antipaulinos, que el mismo Pablo relacionaba con Pedro y Santiago (el hermano de Jesús), insistían en que los seguidores gentiles de Jesús sólo podrían ser salvados o redimidos haciéndose miembros del pueblo de Israel. Para los 30 varones adultos, eso significaba circuncisión . Sabemos también que esos dirigentes antipaulinos del movimiento de Jesús seguían a Pablo de ciudad en ciudad, tratando de imponer su propio evangelio de la circuncisión a los creyentes gentiles. El problema entre Pablo y sus oponentes no era si los gentiles podían llegar a ser seguidores de Jesús. Podían. El problema era si primero debían hacerse judíos o si, como insistía Pablo, se había abierto para ellos un nuevo camino mediante la fe y la muerte de Jesús31. Estos apóstoles antipaulinos que están dentro del movimiento de Jesús son los destinatarios de las iras de Pablo. Contra ellos están dirigidos sus argumentos. Su preocupación por la circuncisión no tiene nada que ver con los judíos que están fuera del movimiento de Jesús (como lo dice explícitamente en Rm 2,25; 3,4). Como apóstol de los gentiles, le preocupa exclusivamente el tema de la circuncisión de los gentiles dentro del movimiento de Jesús32. Dos intérpretes recientes abordaron estas cuestiones de una manera que merece una breve digresión. El primero es Michael Wyschogrod, un filósofo judío ortodoxo que estudió durante mucho tiempo a Pablo: "Cuando comencé mi carrera como estudioso de Pablo —escribe—, estaba profundamente perplejo ante su actitud ante la Ley. Para ser completamente franco, no podía entender cómo un judío con la sensibilidad religiosa de Pablo podía hablar de la Ley como él lo hacía."10

tiempos, sino la re-inserción de los judíos al árbol del olivo, este evento es el marcador final que anuncia y preludia la venida del Mesías, y entonces, “todo Ysrael será salvo”. Así es el seder del libreto. 29 Excelente precisión! 30 Aquí estoy en completo desacuerdo con el Dr. Gager. Rav Shaul no estaba ofreciendo la salvación por la fe fuera del Pacto de Di_s con Israel. De hecho, el mismo ha declarado que los gentiles estaban lejos del Pacto y sus promesas y ahora, por medio del Mesías, se han incorporado al Pacto!!! (Ef 2:11-13). Estrictamente hablando se refiere el libro de los Efesios a los pactos de los cuales ya habló en Gálatas (el pacto de Abraham y el Pacto ratificado por el Mesías). Pablo lo que rechazaba es que el gentil –y también el judío que creía en el Mesías que murió en la cruz y resucitó- no estaba obligado a guardar un conjunto de disposiciones mosaicas que habían quedado sin efecto con la muerte de Yeshua, es decir, ya no había más necesidad de un Templo y de un sistema de sacrificios y, por supuesto, que la circuncisión ya no era requerida al gentil que quería ser miembro de la nueva comunidad judía. Este conjunto de temas era inaceptable tanto para judío escéptico como para el partido farisaico que había creído. De hecho, el judeo-cristianismo o judaísmo mesiánico de Santiago y de sus seguidores, firmemente arraigado en Jerusalén seguía participando rutinariamente en los servicios del Templo (Hech. 21:20), y forzaron a Pablo a participar de ritos de purificación que ya el mismo Pablo había abandonado en la práctica (Hech. 21:17-26). En cuanto a la circuncisión, materia principal de controversia entre el judaísmo mesiánico de Pablo y el de Santiago, lo cierto es que Pablo enseñaba que la circuncisión no era ni obligatoria para el gentil, ni tenía que ver con la salvación para con el gentil y mucho menos para el judío (Gál. 2:1-10). Pablo veía a la circuncisión, decretada desde los tiempos de Abrahám, como un símbolo del nuevo nacimiento, asunto que explicó en Rom. 2:28,29, y que también Yeshua intentó explicarle al Rabino Nicodemo (Jn. 3:1-10) que la circuncisión tenía una significación espiritual ya anunciada por la Torá misma en Dt. 30:6. El gentil que quiera circuncidarse lo puede hacer, pero ello no lo hace –como antes- miembro del pacto ni tampoco lo hace salvo, porque la verdadera circuncisión es la del corazón, esto es, el nuevo nacimiento por medio del Espíritu Santo (2 Co. 5:17) 31 Por supuesto, debían “hacerse judíos” –injertados en el olivo verdadero (Rom. 11) pero por la vía de la circuncisión del nuevo nacimiento. 32 Excelente punto!! 10

Una lectura crítica al artículo de John G. Gager Dr. Williams Pitter

La angustia de Wyschogrod se asemeja a la reacción de la mayoría de los lectores judíos y también de algunos cristianos. Lo que encuentro realmente asombroso es que hasta tiempos muy recientes a nadie se le haya ocurrido que valía la pena considerar la sencilla solución de Wyschogrod, que paso a citar33: "Para Pablo, la cuestión principal no era el significado de la Torah para los judíos, sino su significado para los gentiles que creían en Jesús... (Todas) las cosas desagradables que Pablo dice sobre la Ley, tienen como propósito disuadir a los gentiles de adherirse a la Ley, y son entendidas en una forma absolutamente errónea si se leen como expresiones de la opinión de Pablo sobre el valor de la Ley 11 para los judíos." En otras palabras, Pablo no decía cosas desagradables de la Ley referida a Israel: no infería que la Ley le había llevado muerte a Israel, y no ignoraba ni negaba la doctrina bíblica del arrepentimiento y el perdón para Israel. Estoy listo para dar el próximo paso. Cada vez que se comienza una frase, supuestamente para explicar el pensamiento de Pablo, diciendo, por ejemplo, "cómo podía un judío como Pablo decir X, Y, Z, sobre la Ley", esa frase está mal encaminada. Lo más probable es que Pablo no esté hablando sobre la Ley e Israel, sino más bien sobre la Ley y los miembros gentiles del movimiento de Jesús34. Una de las figuras más importantes en la creación de lo que llamo el "nuevo Pablo", es Lloyd Gaston, que se expresa de esta manera35: "Pablo escribe para los cristianos gentiles y se ocupa de los problemas de los cristianos gentiles, sobre todo los que se refieren al derecho de los gentiles en tanto gentiles, de adquirir la plena ciudadanía en el Pueblo de Dios sin adoptar la Torah de Israel36. Es notable que en la interminable discusión sobre cómo entiende Pablo la Ley, pocos hayan preguntado qué pensaría un judío del primer siglo sobre la relación de la Ley con los gentiles."12 Si tomamos estos hechos y esta estructura como punto de partida para leer sus epístolas, se hace evidente que la principal —diría exclusiva— preocupación de Pablo era la nueva situación en Cristo de los gentiles, no la situación de Israel37. Pablo estaba constantemente a la defensiva, no tanto contra los judíos que se hallaban fuera del movimiento, como contra otros apóstoles que estaban dentro de él. Especialmente en Gálatas, deberían considerarse sus oponentes los apóstoles antipaulinos empeñados en socavar por todos los medios el evangelio de Pablo. Ellos son los destinatarios de su ira y de sus argumentaciones. Así, las declaraciones anti-Israel citadas al 33

Esta cita de del Dr. Wyschogrod, merece un comentario o una precisión. Este intelectual judío está invocando implícitamente la idea de los “benei Noaj”, es decir, que el gentil temeroso del Eterno sólo tiene guardar siete leyes básicas, y que no está obligado a no sujetarse a la Torá. El Dr. Gager no ha captado eso!. Y por ello, cuando argumenta, sobre la base de lo que dice el Dr. Wyschogrod (“que las cosas desagradables que dice Pablo contra la Torá es para disuadir a los gentiles de adherirse a la ley”), creer haber encontrado la clave a la disparidad de pensamientos que la gente observa en los escritos paulinos. De esta manera, legitima por otra vía, la antigua posición cristiana que el gentil no tiene nada que ver con la Torá. Esta “nueva forma de leer a Pablo” contiene la misma esencia de la judeo-fobia cristiana, sólo que es más sutil, pero no menos peligrosa. Aunque más adelante alega que en esta nueva propuesta, los gentiles creyentes nos sustituyen a Ysrael. 34 Note que este nuevo nombre “los miembros gentiles del movimiento de Jesús”, no se atreve llamarlos “cristianos” porque está consciente que es un anacronismo, pero los llama así no sólo para diferenciarlos de “los miembros judíos del movimiento de Jesús”, sino para designar que se trata de una corriente dentro de la “iglesia primitiva” que piensa distinto y tiene prácticas distintas al grupo de judíos creyentes en Yeshua. Con esto, el Dr. Gager, sin darse cuenta, está proponiendo implícitamente, que estos dos grupos, bajo el liderazgo de los apóstoles eran guiados por distintos paradigmas. Pero el libro de los Hechos ni el resto de las epístolas paulina dan testimonio que estos gentiles no estudiaban Torá ni se congregaban en shabbat. Todo lo contrario, la resolución del Concilio de Jerusalén era que ellos tenían la oportunidad de educarse en la Torá cada shabbat (Hechos 15:21). Y cuando escribe a Timoteo, un líder de congregaciones mixtas judío-gentil, le insiste en mantenerse estudiando la Tanak, pues ella contiene las bases esenciales para perfeccionar a todos los creyentes en Yeshua (2 Tm 3:14-17). 35 Con esto pretende legitimar la suposición del Dr. Wyschogrod. 36 A la luz de lo que he explicado en la introducción y en la notas de pie de páginas anteriores debo expresar mi rechazo a esta opinión. En primer lugar, es cierto que los gentiles conversos tienen plena ciudadanía en Israel–como dice L. Gaston y como ya he señalado antes- , pero, en segundo lugar, debe adherirse a la Torá con las limitaciones impuestas al cumplimiento de sus figuras y sombras objetivadas en los rituales de sacrificios y otros tipos de rituales de purificación. 37 Es cierto, pero la manera de explicar este punto es falso, como ya he señalado en las notas anteriores. 11

Una lectura crítica al artículo de John G. Gager Dr. Williams Pitter

principio de este artículo sólo se aplican a la situación de la Ley para los gentiles del movimiento de Jesús. No tienen ninguna relación con su validez para Israel. Aunque la falsa lectura de Pablo comenzó en su propia época y fue adoptada, hasta muy recientemente, por casi todos sus intérpretes, el mismo Pablo es absolutamente claro: "La circuncisión, en verdad, es útil si cumples la Ley" (Rm 2:25). Pablo nunca dice que los gentiles sustituyen a Israel. (Nótese que jamás se refiere a los miembros del movimiento de Jesús como cristianos; para él, la humanidad sigue estando dividida entre judíos y gentiles). Y Pablo nunca dice que Dios rechazó a Israel en favor de un nuevo pueblo elegido. No puedo negar que muchos intérpretes lo leyeron así a través de los siglos, pero una vez más, creo que Pablo repudia con vehemencia esta falsa lectura de su pensamiento: "Y pregunto yo: ¿Es que ha rechazado Dios a su Pueblo (Israel)? ¡De ningún modo!" (Rm 38 11,1) Sobre todo, Pablo jamás habla de la redención de Israel en términos de Jesús . Del mismo modo en que no puede pensar en la salvación de los gentiles en términos de la alianza mosaica, no imagina que la salvación de los judíos ocurra a través de su aceptación de Jesús. O, tomando una frase de Lloyd Gaston, para Pablo, Jesús no era el Mesías de Israel. ¿Cómo es posible, entonces, que veinte siglos de intérpretes hayan estado tan equivocados? La respuesta es que la falsa lectura no sólo era comprensible sino también inevitable, dada la estructura dentro de la que se ha leído a Pablo en el tiempo posterior a su muerte. Cuando se perdieron de vista las circunstancias inmediatas de las cartas y se empezó a suponer que sus oponentes eran judíos ajenos al movimiento de Jesús en lugar de otros apóstoles que pertenecían a él, cuando Pablo fue leído a través de la lente de los Hechos y el Nuevo Testamento en su conjunto, cuando fue preciso abandonar el intenso enfoque escatológico de Pablo, entonces la vieja lectura tradicional de Pablo se volvió inevitable. Es el resultado de leer a Pablo dentro de una estructura distante y ajena (en vez de hacerlo en la estructura de los apóstoles), y olvidar que Pablo es el apóstol de los gentiles y se ocupa de los gentiles y su nueva situación en Cristo39. Mi opinión es que la nueva lectura de Pablo por la que abogo no es sólo una entre varias alternativas, sino la única lectura históricamente defendible40. Es una posición audaz, quizás incluso absurda. Sin duda está en desacuerdo con las modernas teorías que consideran posibles todos los puntos de vista y no permiten optar finalmente por uno de ellos. También es bastante presuntuosa, incluso arrogante, en su insistencia sobre que veinte siglos de intérpretes estuvieron equivocados41. Pero si estoy en lo cierto42, todos los lectores, tanto judíos como cristianos, tendrán que enfrentar las razones que dieron origen a la antigua visión del primer siglo y su persistencia desde entonces.

38

La verdad que no entiendo bien lo que aquí quiere decir el Dr. Gager, pero por si acaso, quiero dejar bien claro que la salvación de Israel está supeditada al Mesías (Rom. 11:25-29 y Gál 3:13). La redención operó en primer lugar a los judíos que vivían “bajo la Torá” (Gál 3:13), y una vez que esto se efectuó, cuando salió el remanente del pueblo judío en las personas de los apóstoles, estos llevaron el mensaje de redención, de nuevo al pueblo judío (empezando desde Matán Torá en Hechos 2, y luego a los gentiles. 39 Es cierto, pero sin dejar a un lado el Pacto ni repudiarlo, al cual los gentiles están llamados a incorporarse, y el hecho de que no haya una circuncisión literal para hacer al gentil “judío” y miembro del Pacto, esto no significaba que no entraban al Pacto y eran beneficiarios de sus promesas, dado que el gentil ingresaba por medio de la “circuncisión del corazón” y ritualmente por tevilá, lo que hace genuinamente judío (Rm 2:28,29). 40 En verdad no lo es, como lo he demostrado a lo largo de las notas de pie de página. 41 No es tan arrogante como la posición histórica del Cristianismo, en cuanto no se adhiere a la teología del reemplazo, pero está tan equivocada como sus predecesores cristianos. 42 No lo estás, como ya lo he refutado. 12

Una lectura crítica al artículo de John G. Gager Dr. Williams Pitter

Notas y bibliografía 1 Heikki Räisänen, Paul and the Law (Tübingen: Mohr, 1987), p.264. 2 J.C. O’Neill, The Recovery of Paul’s Letter to the Galatians (London: SPCK, 1972), p.47. 3 Robert Hammerton-Kelly, Sacred Violence: Paul’s hermeneutic of the Cross (Minneapolis:Fortress, 1992), pp. 11-12. 4 Adolf von Harnack, What is Christianity? (New York: G.P. Putnam’s Sons, 1901), p.190. 5 Lloyd Gaston, Paul and the Torah (Vancouver: Univ. Of British Columbia Press, 1987), p.15. 6 Este relato se conserva en los escritos del obispo cristiano del IV siglo Epifanio de Salamina, Panarion (también conocido como Refutación de todas las Herejías) 30.16.6-9. Hay una traducción en The Writings of St. Paul, ed. Wayne A. Meeks (New York: Norton, 1972), pp. 177-178. 7 Krister Stendhal, Paul Among Jews and Gentiles and Other Essays (Philadelphia: Fortress, 1976); Final Account, Paul’s Letter to the Romans (Minneapolis: Fortress, 1995). 8 Stanley Stowers, A Rereading of Romans: Justice, Jews and Gentiles (New Haven: Yale Univ. Press, 1994). 9 Véase la discusión de W.D. Davies en "Paul and the People of Israel", New Testament Studies 24 (1977), pp. 7-8. 10 Michael Wyschogrod, "The Impact of Dialog with Christianity on My Self-Understanding as a Jew", en Die Hebraische Bibel und ihre zweifache Nachgeschichte, ed. Erhard Blum et al. (Neukirchen-Vluyn: Neukirchener, 1990), p.731. Wyschogrod vacila un poco pero al final parece convencido (p. 733). George Foot Moore, en su magistral Judaism in the First Centuries of the Christian Era: The Age of Tannaim, (Cambridge, MA: Harvard Univ. Press, 1962, hace una observación similar: "(Pablo), en efecto, no escribía para convencer a los judíos, sino para evitar que sus gentiles conversos fueran convencidos por propagandistas judíos, que insistían en que la fe en Cristo no era suficiente para la salvación sin la observancia de la ley" (vol. 3, p. 151). Los "propagandistas judíos" son los oponentes de Pablo en el movimiento de Jesús. 11 Wyschogrod, "Dialogue", p.723. 12 Gaston, Paul and the Torah, p. 23.

John G. Gager. Copyright © 2000 Biblical Archaeology Society. (Traducción del inglés: Silvia Kot)

13

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.