LA VANGUARDIA 17
O P I N I Ó N
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DEBATE
Kap
La cultura digital
Una función relevante
m Un deute històric m El grup banyolí Kitsch ja té
26 anys de vida. En tot aquest temps ha editat 16 discos (tots en català, tret d’algunes cançons en castellà, anglès i francès) i ha fet més de 200 concerts per tota la geografia catalana, Madrid, Comunitat Valenciana, Moscou, entre d’altres. És cert que és un grup que ha passat desapercebut davant dels ulls de l’opinió pública en comparació amb formacions més conegudes com Sopa de Cabra, Sau, Els Pets, entre molts altres. Evident que els Kitsch tenen un estil més contundent, fosc i menys comercial, però són patrimoni de la cultura catalana i cal tenir-los en compte, igual que altres grups musicals. Des del 1985 que segueixo aquest grup. El meu germà va comprar el seu primer disc i des d’aleshores sempre els he escoltat. Són músics que toquen per una necessitat vital i sense estar condicionats per les vendes i per les discogràfiques. En cada disc es reinventen i mai no cauen en el parany de repetir de manera constant els mateixos ritmes. Per mi els Kitsch són el petit tresor de Catalunya. Dóna gust
veure l’energia que tenen en directe i em sento orgullós de seguir un grup amb tants anys d’història, encara amb molt camí per recórrer i amb un important grup de seguidors fidels. XAVI DURAN RAMÍREZ Barcelona
m Derecho de admisión m Ese infame letrerito que toda-
vía preside algunos establecimientos públicos difícilmente se compadece con los derechos constitucionales sobre la igualdad, ya que pretende justificar una discriminación que puede tener tanto de caprichosa como de sectaria. Reservar el derecho de admisión supone que cualquier responsable del local puede rechazar a unos clientes sin otro criterio que su voluntad, no siempre exento de fobias personales de naturaleza muy turbia. La noticia de que en algunos restaurantes prohíben la entrada a menores me parece de escándalo, porque supone una discriminación por razón de edad y contra los derechos familiares. Si esa discriminación lo fuera por cuestión de raza, color o sexo se echarían encima los respectivos colectivos,
que incluso lo denunciarían judicialmente. ¿Tanto molesta una infancia que está aprendiendo a compartir un espacio público? JORDI S. BERENGUER Barcelona
m Agresividad infantil m Se han publicado varias car-
tas a favor y en contra de esta medida y algunos responsabilizan a los padres del mal comportamiento de sus hijos. No son sólo los niños, los adultos también protagonizan escenas de agresividad. Como pediatra he tenido varios casos de niños con ataques de agresividad, mal comportamiento y problemas escolares que han desaparecido al desconectar el wi-fi y eliminar los teléfonos móviles. No culpemos a la ligera a los padres, ni a los maestros, busquemos la causa y la solución a esta ola de mala educación y escuchemos la voz de los científicos como Olle Johansson del Instituto Karolinska de Suecia que están alertando del peligro que comportan las radiaciones electromagnéticas.
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Sostenía el profesor Llorenç Gomis, uno de nuestros grandes pensadores del siglo XX en torno al periodismo, que si los medios existen es, sobre todo, porque cumplen una función social y política. En su obra El medio media (1974), cifraba esa función en dos RAMÓN aspectos: ser intérprete de la realidad SALAVERRÍA y actuar de mediador entre el sistema político y el ambiente social. Director del dep. de Proyectos Releer cuarenta años después los Periodísticos, escritos del periodista y profesor cataUniv. de Navarra lán suscita jugosas reflexiones, muchas plenamente actuales. Pero me quedo con un detalle: su insistencia en atribuir esa función sólo al periódico. Gomis no mencionaba la radio ni la televisión, quizá porque en aquellos años de control informativo franquista ambos medios audiovisuales estaban demasiado alejados del verdadero periodismo, el que sirve a la sociedad. Me pregunto: ¿qué influencia política concedería hoy el profesor a los medios de internet? Probablemente, crucial. Hay, por un lado, evidencias cuantitativas: desde la aparición de las primeras publicaciones periodísticas en la web, hace apenas 15 años, la proliferación de los medios digitales ha sido vertiginosa. Pero más importante es su creciente imbricación en la vida cotidiana de las personas. No se puede entender nuestra sociedad sin considerar cómo influyen en ella estos canales de información. Mientras esto ocurre, la profesión periodística sufre paradójicamente tiempos de zozobra. En particular, los medios impresos padecen un sostenido declive de audiencia y de ingresos publicitarios. Estas estrecheces están trayendo consigo redacciones más enjutas, recortes en la paginación, coberturas informativas más modestas... Ante este oscuro panorama, hay quienes han puesto fecha de defunción a los diarios. Sin llegar a ese extremo, otros prevemos que, aunque no desaparezca, el papel habrá de renunciar en los próximos años a su secular protagonismo periodístico. Guste o no, el siglo XXI es el de la información digital. Y ante este cambio, ¿serán capaces los medios digitales de
No bastará con dar ‘antes’ la información en la red; la clave para su éxito será darla ‘mejor’ cumplir el papel que cumplieron los periódicos? Ese es el gran desafío. Las empresas periodísticas andan afanadas en hallar un modelo de negocio sostenible para sus publicaciones digitales. Esto, por supuesto, es importante. Pero lo es aún más construir con fundamentos sólidos un nuevo medio que responda a la función que la sociedad delega en el periodismo. Importa poco el modelo de negocio si lo que falla es el producto. De poco sirve pensar en el cómo si no se tiene claro el para qué. Hasta ahora, por desgracia, buena parte del periodismo digital adolece de importantes carencias. Muchos cibermedios siguen hoy más preocupados del reloj que del diccionario. Les importan más las páginas vistas que lo visto en las páginas. Cuentan y recuentan a su audiencia, pero no cuentan con ella. Recientemente el grupo editor del británico The Guardian anunciaba un giro estratégico: a partir de ahora adoptará un modelo web first, con prioridad absoluta para lo digital. Otros grupos periodísticos le seguirán, tarde o temprano. Pero que no se engañen: no les bastará con dar antes la información en la red; la clave para su éxito será darla mejor, con más calidad. Sólo así lograrán los medios digitales de nuestra época apropiarse de la relevante función social que cumplieron sus predecesores. Aquello que los hará imprescindibles.
