Una estrecha mirada hacía la realidad: la picaresca femenina y la agencia ambas verdadera y construida de la pícara

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Descripción



al menos uno, Castigo de la miseria de Maria de Zayas.
"Lost Women," Crime and Society in Early Modern Seville, Mary Elizabeth Perry.

M. Angeles Hernández Bermejo "La imagen de la mujer and la literature moral y religiosa de los siglos XVI XVII;" Juan Luis Vives; Fray Luis de Leon



Limón, 1
WORK IN PROGRESS – PLEASE CONSULT AUTHOR TO QUOTE/CITE
TRABAJO EN PROGRESO – FAVOR DE CONSULTAR A LA AUTORA PARA CITAR
Natalie Limón
Vassar College
Nicolás Vivalda
HISP 226: Pícaras, busconas, y celestinas
Entregado el 18 de diciembre, 2014

Una estrecha mirada hacía la realidad: la picaresca femenina y la agencia ambas verdadera y construida

Desde una lectura superficial, la literatura picaresca femenina parece celebrar la agencia femenina de una manera sin precedente durante el Siglo de Oro. Se retrata a mujeres increíblemente fuertes, valiosas, bienhabladas, sensuales, e inteligentes quien sobreviven y hasta prosperan de sus vidas como parias. Sin embargo, proponer que esas calidades intentaran promover, defender, o apoyarlas en un nivel socio-político es engañoso. A pesar de ciertos libertades que tenían las pícaras de esa época, un análisis crítico del contenido y las estructuras de las novelas revela diversas maneras en que aquella agencia estaba sistemáticamente disminuida y exagerada por fuerzas subyacentes del orden social y por dinámicas que construyeron los autores.
No sorprende que todas las novelas picarescas las más polémicas estuvieron escritos por hombres. En primer lugar, el clima religioso, moralista, y patriarcal de la época impedía que muchas mujeres se educaran, aún en las clases más altas. Si la fueran hacer, solo habría sido aceptable dado que la educación tratara de sujetos relacionados con el Catolicismo. Encima, tampoco tenían la libertad de expresarse, porque la sociedad patriarcal seguía las normas propuestas por los filósofos moralistas y religiosos, como Fray Juan Luis de León y Luis Vives. Sus doctrinas establecieron la inferioridad mental, espiritual, y social de la mujer y buscaron restringir muchos aspectos de su vida, incluyendo su capacidad de opinar y salir de la casa. Ese discurso fijaba identidades de género detalladamente definidas y bifurcadas.
Es lógico, entonces, que los únicos en una posición de desempeñar la historia inherentemente atrevida de la pícara serían los hombres. Pero no opino que lo hicieran por su deseo dar la voz a la figura marginalizada, ni para aumentar la conciencia del público en cuanto a la injusticia que enfrentaba. Desde la mirada mía, el objetivo de las novelas picarescas era más bien crear una novela intrigante y escandalosa que fetichizara a la pícara como una representación implícita de las fantasías ilícitas de los hombres. Los autores trataban de divertir a sus lectores varones tras enfocar en una figura del deseo y desprecio social, dándoles un vistazo crudo y sensacionalista dentro del mundo fascinante de la "otra mujer," quien representaba todo lo que la sociedad moralista enseñaba devaluar (incluso la sexualidad). Para lograrlo, había que encontrar una voz pública en que podía fetichizarla sin justificarla, y darle una capacidad excitante de agenciarse sin que sus esfuerzos plantearan ningún desafío legítimo al statu quo y la imagen masculino.
Propongo que los autores se cumplieron con este objetivo tras manipular minuciosamente las circunstancias y personajes quien la rodeaba la pícara—especialmente el papel de los personajes masculinos. Tras hacer esto, se desviaban de la realidad pero aseguraran la creación de víctimas apropiadas para la pícara. En relación, otra manera en que la novela picaresca femenina aparta de la historia es por su ofuscación de las diversas formas de violencia que en la realidad las pícaras hubieran experimentado. El resultado es que se vendía por más barato la agencia femenina, haciendo cumplir que quedaba mantenida el sistema subyacente de poder patriarcal y guardando la imagen del "hombre honrado," idealizado, de la difamación a las manos de una mujer.
Pero la novela picaresca femenina no solo aparte de la historia, sino encima de la picaresca como género. De hecho, la única característica compartida es el enfoque en un protagonista del "sub-mundo," o sea, el pícaro. Sin embargo, el objetivo del género pícaro era muy claro— reconsiderar el tema de la criminalidad en el contexto de la sociedad económicamente y socialmente injusta. Es por eso que todavía queda disputada la naturaleza del desarrollo de la pícara como un complemento a lo del pícaro (Cruz, Fielding). Es un asunto desde hace tiempo, dado a interpretaciones superficies de los textos las cuales parecen estar ciegos a las complejidades de la opresión—específicamente la misoginia y el racismo—que son evidente tanto adentro del mundo como se lo representa los autores que en sus creaciones mismas.
Una lectura que falla en emplear una consciencia critica permite ver las esfuerzas de la pícara estrechamente como nada más que la subversión positiva de normas femeninas. Por ejemplo, a pesar de que varias novelas picarescas femeninas empleaban el estilo autobiográfico típico del pícaro, y uno supondría que se le da más agencia a la pícara, el resultado con ella no se convierte en el mismo "discurso liberada" del pícaro porque su discurso se anima por un hombre—un símbolo de la patriarquía que la oprime. En su ensayo "Sexual Enclosure, Textual Escape: The Pícara as Prostitute in the Spanish Female Picaresque Novel," la autora Anne Cruz escribe que existe "a relationship of repression between author and narrator. The licentiousness of the pícara does not give her license to break away from authorial control: the protagonist remains at the service of the author…" (141). Desde este punto de visa, los autores masculinos eran no solamente los dueños del discurso, sino también dueños de su pícara. El narrador omnisciente introduce dudas sobre la autenticidad de la "agencia" de la pícara, y la posibilidad que sea nada más que un engaño narrativo.
Claramente, con la mirada crítica es difícil perder, como seguiremos viendo adelante, de la manera en que los autores se distorsionaban al modelo del pícaro—basado en la justicia social—y crearon textos misóginos y racistas basados en la objetificación, fetichización, y dominación de los cuerpos "libres" (libres para explotar, difamar, etc.) y devaluados de la pícara. Cruz escribe:
…the pícara…is generally taken to have been conceived in the image of the male, a literary segundona ancillary to the traditonal canon. Most literary studies subsume the female picaresque novels under their male counterparts…view the presentation of the pícara as similar criticism of societal problems….[yet they] share neither the origins of the male picaresque tradition nor its purpose (136).

Encuentro persuasivos los argumentos en su ensayo que alegan al propósito que la picaresca femenina fuera inherentemente diferente de lo del pícaro porque hacía todo para afirmar, no subvertir, las normas de violentamente oprimir y hacer objetos de las mujeres. Los textos están, como dice Cruz, "in collusion with…society," y dan una reflexión ficcionalizada del mundo de entonces (Cruz 141). Vale la pena mencionar que este ensayo de Anne Cruz corrobora mucho de mi análisis personal, así que haré referencia a ello frecuentemente para dar un voz nuevo a mis puntos y elaborarlos.
Sin embargo, cabe que hay algunos, como Bruno M. Damiani (notable por haber hecho la única traducción de La Lozana andaluza al inglés), quien cree que el género de la pícara es un antecedente al realismo (Introduction, The Lusty Andalusian Woman). Dice, por ejemplo, que Francisco Delicado (el autor de La Lozana andaluza) tiene un "…realistic treatment of life… uninhibited study of human nature…" lo cual hace a La Lozana andaluza una "social chronicle," (V; II). Sin duda, es verdad que hay elementos de la retórica picaresca, cuyo evocan visualmente, geográficamente, y con detallada claridad al España y Italia del pasado. Las novelas son llenos de los coloquialismos del discurso del día y revelan una entremezcla de lenguajes (como el italiano, el portugués, el catalán) (Ibid. VII). En este aspecto, Delicado fue maestro—un genio literario verdadero.
No obstante, por otro lado Delicado y otros autores no hubieran sido capaz provenirnos una representación auténtica hacía los seres ciudádanas como la pícara, porque solo nos pueden reconstruirla desde su mirada misógina, fetichista, y racista. Lo veo irónico que Damiani da crédito a Delicado por haber estudiado "uninhibited" la naturaleza humana; este no podría ser más falso. Como ando explicando, los autores fueron inhibidos por una sociedad misógina que sancionaba la prostitución a la misma vez que ambos despreciaba y fetichizaba a las prostitutas. Sociedad guardaba muchas preocupaciones con el imagen no solamente de la mujer, sino del hombre también. Estos autores tenían que defender la masculinidad de los ingenios de la pícara mientras fetichizandola como un objeto sexual y entidad sexual. Para conseguir esto tenían que inhibir aspectos de la realidad y manipular las expresiones de agencia de la pícara.
Como se puede ver, explorar la agencia ambos real y construido en la literatura de las pícaras nos puede revelar mucho sobre las relaciones entra la pícara y su creador-escritor y por extensión las problemas relacionados con género y sexo en la sociedad de entonces. También nos muestra el objetivo verdadero de los autores. Hay tres formas de agencia mas visibles que los autores centraba para entretener los hombres, y dos formas primarias en que se inhibía la realidad para proteger al imagen masculino. Son indicativas de las preocupaciones abrumadores de los autores, y los hombres por lo general, con explorar sus fantasías sexuales sobre la mujer prohibida y devaluada, pero sin embargo seductor y fetichizada. Las tres formas de la agencia femenina que se explicará son (1) su capacidad de romper con las reglas sociales de su género, (2) su monopolio sobre el sexo y la fantasía, y (3) las maneras en que se puede usar su identidad étnica para beneficiarse. Las dos maneras de estratégicamente desviar de la realidad trabajan en conjunto: emparejarla con hombres vulnerables y malinterpretar la violencia que experimentaba la pícara verdadera.
En las novelas vemos que la pícara disfruta de varias formas de agencia implícitas con su posición social (o quizás "sub"social) de ser una mujer caída de la sociedad. Como consecuencia, la pícara experimenta la oportunidad desarrollarse su identidad propia y elegir su comportamiento como quiera, porque su estado caído hace que ella ya no tiene porque seguir el código moralista de la sociedad. Ella misma es la antítesis de la moralidad española de su sociedad. Entonces, a la misma vez que la pícara tenía una asociación con lo sucio, el vicio, la enfermedad, el engaño, y otras calidades despreciables, esa deshumanización también le provenía mucha más libertad para vagar dónde fuera y evitar muchas expectativas del comportamiento femenina. Dice Cruz:
By portraying the character as a whore, the novels allow us to view her as a transgressor, freely moving within a society whose moral and legal boundaries no longer deter or confine her. This release from the hypocritical constraints of Spanish society affords the picara…free[dom] to behave as she wishes…to state openly what she thinks, with no regard for the consequences (141).

Por ejemplo, vemos a su franqueza en cuanto a sus deseos y opiniones.. En La Lozana andaluza la protagonista manda su relación con su amante Rampín. Rampín le sigue y le sirve sexualmente, emocionalmente, y como protector, mientras Lozana llega ser una mujer de negocios y hasta una figura muy respetada en su comunidad en los barrios pobres de judíos. Lozana muestra la capacidad de la pícara de ser auto-suficiente y usar todo el conocimiento que ha ganado en varios sitios y etapas de la vida para desarrollarse. Lozana desempeña el papel de artesana en los cosméticos, la cocina, medicinas, y hasta la magia (Fielding 89). Escribe Maria E. Fielding en su disertación para la Universidad de Utah "…Lozana is a contradiction to this essentialization of femininity: she is brazen, outspoken, strong, and sure of herself. She is a social survivor who shows no qualms to do whatever is needed in order to live…" (Ibid. 92). Con Lozana, vemos que una pícara puede ser mucho más que una prostituta, y también puede evitar la miseria al final de su vida. Es más, aunque Lozana se esfuerza para salir de la prostitución, después sigue dedicando su vida a ayudando a las prostitutas trabajar lo más años que puedan tras su arte en el afeite (Cruz 119). Sin embargo, Lozana no las puede salvar de sus fines de la miseria.
La segunda forma de agencia que solían tener las pícaras es su monopolio sobre el sexo y la fantasia. Con ellas pecadoras, supuestamente, un hombre podía disfrutar de la sexualidad abierta de la mujer y todas las experiencias del goce que se consideraba perverso la iglesia. Las mujeres, por su parte, podían desarrollarse como seres corporales sin muchas de las restricciones que experimentaba la mujer que la sociedad aprobaba. Creo que en esta época, en algunos casos tanto como hoy, la prostitución servía útilmente para realizar fantasías sumisas que no permitían las construcciones de género y poder impuestos por la sociedad. En aquellos dias, hasta el sexo era definido por la iglesia como algo que debía suceder siguiendo normas impuestas por el binario de género (Perry). La masculinidad por ejemplo se basaba mucho en el valor, la fuerza, y el caballerismo (acerca las mujeres doncellas)—en fin, la posición activo. Jamás podría tomar una mujer un papel activa en su vida sexual; invertir los papeles de género—dando control a la mujer incluso sexualmente—podría facilitarla mal hábitos en ella y romper la dinámica de poder que tanto se esforzaba mantener. Es más, desviarse de las practicas sexuales normalizados por la iglesia se consideraba un pecado perverso.
Por eso, la sociedad llegó a asociar la posibilidad de experimentar con otras formas del sexo con la prostitución, porque "[the] majority of men…valued their wives mainly for their domestic and maternal functions." (Cruz 140). Entonces, la sexualidad era una forma de agencia de la pícara que actualmente buscaba los hombres, aunque claramente, ella también podía usarla como su propia herramienta en su trabajo como prostituta tanto como celestina.
Escribe Cruz "all of these novels make reference to the original Celestina …all…delimit… the heroine's role solely to her sexual function…[emphasizing] women's willingness to entice their suitors sexually in order to rob them," (Cruz 155; 136). Sin embargo, los autores enfatiza su sexualidad más que nada para "delight…[the] male audience" con su sabiduría sexual (Cruz 146), como se ve en la dedicación de Delicado de La Lozana andaluza, a la corona. Delicado escribe "I am well aware that your lordship delights in tales of love, an art that all men enjoy, especially when they concern expert practitioners of it," (Damiani 2).
Según la lógica del tiempo, una buena mujer no se podía expresarse como un ser sexual, y los hombres no deben considerarlas seres capaces de experimentar o dar placer. De este modo se construía una dinámica en que sería impensable que la esposa Cristiana fuera un "expert practictioner" del sexo o que un matrimonio tenga pasión corporal, porque esto sería sumitirse al pecado. Dice Fielding, "the pícara is desired precisely because of her difference: she is exotic, she is alluring and she will accommodate whatever the man desires to please him…the pícara represents an aspect of the feminine that is completely out of bounds from the patriarcal system…a subversive entity," (14)
La última forma de agencia que se ve frecuencia con la pícara también tiene que ver con la fantasía—es el encanto que exige por el parte de su etnicidad o religión. Igual a su identidad como prostituta, sus diferencias son sujetos ambos de fascinación y repulsión. Claramente, los beneficios venían desde el lado de la discriminación y las estereotipas. La pícara exótica se encontraba "doubly-marginalized," (Fielding). En "Picaras, moriscas, y conversas: The Double-Marginalization of the 'Oriental Other' in Spain's Early Modern Picaresque Novel," Fielding explica las pistas que hay en los textos que nos muestran las identidades étnicas de Lozana (La Lozana andaluza), Elena (La hija de Celestina), y Justina (La pícara Justina). Esas pícaras usan sus identidades étnicas mezcladas como una forma de agencia que Fielding llama su "chameleonic nature," porque los ocultan y les dan entrada a varias comunidades (4). La exoticación racista de las moriscas, o gente con raíces árabes, y conversas (judíos o musulmanes recientemente convertidos), centraba en una percepción histórica que eran hiper-sexualizadas (específicamente las moriscas). Fielding explica las maneras en que las pícaras se aprovechaban de sus identidades para:
construct an attractive and alluring self in the eyes of Western Europe…this label ["exotic"] gives her an Edge that other…prostitutes do not possess. Her mixed origins, her beauty and her travels set her apart fom other women. She is desired precisely because of her difference from other prostitutes. Not only is she Other to man, but also to other women, prostitutes and non-prostitutes alike (91).

En fin, las pícaras "hibridas" experimentaban con "self-objectification" como una herramienta que podían usar para agenciarse.
Finalmente, es crítico examinar las maneras en que los autores tenían que desviar de la realidad y disminuir la agencia de la pícara para proteger la masculinidad del "hombre honrado," el tropo ubicuo de la sociedad española. Los autores crearon espacios ficticios en que podían jugar con la personalidad y la agencia de la pícara sin implicar que ella tuviera la capacidad de dominar, engañar o enfrentarse con el hombre idealizado. Propongo que un método primario de alcanzar este objetivo fuera tras emparejarla con hombres inferiores, implicando que es por algún debilidad que tienen que los hombres fueran engañados. Se ve esta dinámica con Lozana y Rampín, con Don Marcos en El castigo de la miseria, y con Calisto en Celestina. Todos aquellos hombres tienen características que permiten a la pícara controlar lo que sucede. De este modo, queda implícitamente devaluada la agencia e ingenio de la mujer en salir ganando, volviendo la atención al hecho de que solo puede superar a los tontos, débiles, o enfermeros de amor, y sirven para recordar a los hombres la importancia de cumplir con su identidad masculina construida por la sociedad.
Ultimamente, hay que analizar la violencia que occurre en las novelas picarescas femeninas, lo cual es vinculado al tópico explorado anteriormente sobre los personajes masculinos que rodean a la pícara. says "…physical freedom their novels allow them [the picara] yet are careul to restrict the picara to her own social milieu." (144) Es notable que las historias, últimamente moralistas, no se tratan de la violencia que experimentaban las "mujeres perdidas" a los manos de sus clientes/víctimas. Los que caen víctima a la violencia (lo cual simboliza la desaprobación final y contradictoria de los autores hipócritas) lo hacen por los manos de otro subversivo/pícaro o el estado, nunca de uno de sus propias víctimas o un "hombre honrado." Aún adentro de una sociedad en que violar a una prostituta era algo como un oxymoron, propongo que las novelas solo muestran la violencia hacía la pícara de esa manera para proteger la imagen del "hombre honrado"— caballero, fuerte, porque esto seria mal para el imagen de la sociedad. A pesar de que eso no tiene nada que ver con su capacidad para la violencia es notable que siempre es otro partido que le saque venganza. Por ejemplo Elena es abusado por otro pícaro y castigado por el estado por haberle matado; Celestina es matado por otro pícaro. Implica que los hombres honrados y los hidalgos (la audiencia de los libros) pueden ser tontos, pero siempre son honorables.
Como es evidente, para llegar a una comprensión informada sobre la representación literaria de la pícara y su agencia, es necesario que se las reconozcan como construcciones deliberadas de los autores, las cuales requieren la deconstrucción del género literario y sus lectores en el contexto de la sociedad español de entonces. Teniendo en cuenta las complejidades de protagonizar a la mujer adentro de una sociedad patriarcal y durante una época de misoginia extrema, propongo que los autores buscaron aprovechar del imagen excitante de la pícara para cumplir con los gustos de sus lectores (los asistentes verdaderos a los prostibularios) sin invertir nunca el dominio de los valores de la patriarquía. Para proteger la imagen del hombre ideal español, la pícara se desempeña su ingenio con victimas varones que por alguna razón u otro se representa como débiles, aun si es de corazón, o físico. Las estrategias literarias de los autores reflejan "…a cultural strategy through which sexual and social reality is created and maintained…underscor[ing] its male-authored critique of women's sexual freedom," (Cruz 142;155) and la preocupación de la sociedad patriarcal con mantener los papeles de género idealizados y bifurcados, sobre todo la masculinidad y superioridad no desafiado del hombre. Opino yo que las calidades positivas de las pícaras se enfatizan, sobre todo, para satisfacer la mirada fetichista hacía la sexualidad femenina, específicamente hacía las minoridades étnicas. Sin embargo, no se puede separar la agencia aparente que tienen las pícaras de su contexto histórico en que la agencia que ganaba la picara se hacia en cambio de su deshumanización total y activamente contribuía a su representación como una desgraciada.
Referencias
Cruz, Anne J. "Sexual Enclosure, Textual Escape: The Picara as Prostitute in the Spanish Female Picaresque Novel." Seeking the Woman in Late Medieval and Renaissance Writings: Essays in Feminist Contextual Criticism. By Sheila Fisher and Janet E. Halley. Knoxville: U of Tennessee, 1989. 135-58. Print.

Delicado, Francisco, and Bruno Damiani. Portrait of Lozana: The Lusty Andalusian Woman. Potomac, MD, U.S.A.: Scripta Humanistica, 1987. Print
Fielding, Maria E. Picaras, Moriscas, and Conversas: The Double-Marginalization of the "Oriental Other" in Spain's Early Modern Picaresque Novel. Diss. U of Utah, 2012. N.p.: n.p., n.d. Web.

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