Un tablero de juego islámico con dos alquerques de IX hallado en la plaza del Salvador de Cocentaina (El Comtat, Alicante)

Share Embed


Descripción

Alberri 24 (2014), pág. 10-25

Un tablero de juego islámico con dos alquerques de IX hallado en la plaza del Salvador de Cocentaina (El Comtat, Alicante) Iván Jover Peris

I.S.B.N. 84-404-3185-6 I.S.S.N. 1131-927 DEPÓSITO LEGAL: A-851-1988

10

RESUMEN En el presente trabajo se ha procedido al análisis de un bloque de piedra caliza sobre el cual fueron grabados dos alquerques de IX con el objetivo de poner en valor una pieza excepcional que forma parte de los fondos del Museu Arqueològic i Etnològic del Comtat, la cual, a pesar de ser un elemento descontextualizado, nos aporta una valiosa información sobre las costumbres sociales entre los siglos X-XV Palabras clave: alquerque de IX, quirkat, juego de mesa, entretenimiento, época islámica SUMARY

In the present work has been carried out the analysis of a limestone block on which were engraved two sets of “Nine Men´s Morris”. First, it aims put on value an exceptional piece that is part of the funds of the Centre d´Estudis Contestans. On the other hand, despite being an element decontextualized, this board game provides us an valuable information about the mores of the Islamic society between the X-XV centuries. Key words: Nine Men´s Morris, quirkat, board game, entertainment, Islamic period

11

INTRODUCCIÓN El siguiente trabajo se centra en el estudio de un alquerque o tablero de juego islámico el cual, desde su hallazgo en una vivienda de la plaza de El Salvador (Cocentaina, Alicante), ha permanecido en los fondos del Centre d´Estudis Contestans. El objetivo de este estudio no es sólo dar conocer la pieza, sino también indagar en uno de los aspectos menos conocidos de la vida cotidiana islámica, como es la práctica del juego. Nuestro trabajo se compone de cuatro bloques distintos. En el primero trataremos de realizar un breve recorrido por la historia del alquerque de IX y, al mismo tiempo, partiendo de los textos y demás referencias históricas, se intentará llevar a cabo un análisis etimológico con el objetivo de dilucidar el posible origen de la palabra. A este bloque se le une un apartado donde se explican las reglas del juego y otro donde intentaremos desentrañar su simbología. Ya en el segundo bloque procederemos a la descripción de nuestro tablero de juego e indagaremos acerca de su contexto. Seguidamente, pasaremos a hablar de los entretenimientos más comunes durante los siglos X al XV y pondremos nuestra atención en la legislación que surgió en torno a ellos. Por último, trataremos de establecer una serie de consideraciones finales a las que hemos llegado al término de nuestro estudio.

12

BLOQUE I: EL ALQUERQUE: HISTORIA, SIMBOLOGÍA Y REGLAS DE JUEGO El alquerque es un popular juego de mesa, antecedente de las damas, del cual se conocen tres variantes en función del número de fichas de las que dispone cada jugador: de III, de IX y de XII. En nuestro caso, únicamente nos centraremos en el de IX, ya que se corresponde con el ideograma que hemos identificado en nuestra pieza. A día de hoy, el origen del alquerque de IX o triple recinto es incierto, si bien algunos autores apuntan a que empezó a ser practicado originariamente en el golfo Pérsico, para luego extenderse por Oriente Medio y Egipto. Esta idea se apoya en la identificación de varios ideogramas con la figura del triple recinto en templos egipcios, como el de Kurna o el Ramesseum, éste último mandado erigir en honor a Ramsés II. Ahora bien, la mayor parte de estos grabados no tienen un contexto arqueológico definido y tampoco se observa ningún tipo de firma o fecha a su alrededor, con lo cual resulta extremadamente difícil precisar el momento en que fueron realizados, aunque lo más probable es que se realizaran en un momento posterior a la construcción de estos edificios1. Sin lugar a dudas, es durante el período clásico cuando empezamos a observar una progresiva difusión del juego, hecho que ha quedado contrastado a través de los alquerques hallados en las excavaciones de Micenas, en los niveles superiores de Troya (Hissarlik) o en la misma acrópolis de Atenas. El primer testimonio escrito donde se hace referencia directa al tablero lo encontramos en el “Libro de las canciones” (Kitab al-Aghani) de Abu al Faraj alIsbahani (897-967), donde se nos describe a un habitante de la Meca que poseía, entre otros pasatiempos, un tablero de qirq para el disfrute de sus invitados. Cabe destacar que, hasta bien entrado el siglo XX, se entendía que la palabra alquerque era un préstamo castellano surgido a partir de la raíz primitiva qirq. Sin embargo, en opinión de H. Murray (1952: 45-46) esta palabra no parece tener relación directa con el árabe ni tampoco con el persa, sino más bien con el término latino circus. 1

Este hecho es extrapolable a otros grabados localizados al aire libre o en monumentos antiguos, un ejemplo es el alquerque aparecido sobre una tumba del Bronce en el Condado de Wickow en Irlanda. 13

Otra posible opción es que el vocablo alquerque provenga del árabe al-qariq (espacio plano). En lo que respecta al ámbito peninsular, el triple recinto ya gozaba de gran popularidad durante la época romana. De este período contamos, pues, con varios ejemplares de tableros de juego2, como por ejemplo, los documentados en Mulva (Villanueva del Río y Minas, Sevilla), Julióbriga (Retortillo, Santander), el templo romano de Évora (Portugal), en Cardoçes (Maia, Portugal) o en Conímbriga (Condeixaa-nova, Coimbra, Portugal) 3, aunque no disponemos de ninguna documentación donde se haga una mención explícita, la mayor parte de los investigadores apuntan a que el desarrollo de las partidas sería muy similar al que se practicaba en la Edad Media4. En cuanto al alquerque propiamente dicho, es citado por primera vez en el siglo XIII a través del códice Alfonsino “Juegos diversos de Axedrez, dados, y tablas con sus explicaciones, ordenados por mandado del Rey don Alfonso el Sabio”, manuscrito que se acompaña de múltiples ilustraciones y donde se describen dos modalidades distintas de este juego, una de ellas utilizando dados. (Fig. 1)

Fig. 1. Ilustración de un alquerque de IX en el Libro de los Juegos de Alfonso X (1251-1282) 2

JIMÉNEZ CANO, C. 2012, p. 133 Estos alquerques, hallados en contextos arqueológicos romanos, evidencian la introducción del juego en nuestra península mucho antes de la invasión islámica. 4 Ovidio también nos habla de un juego conocido como tabula lusoria (Ars Amatoria, III), especie de pasatiempo muy similar al alquerque cuyas partidas se realizaban en un tablero de forma redonda. 3

14

Otro de los nombres más comunes que se han utilizado para hacer referencia al triple recinto es el de juego del molino, denominación que se encuentra también muy presente en muchos países centroeuropeos5: jeu du moulin en Francia, molle en Noruega, molespel en Holanda, nölle en Dinamarca, melnitsa o melnichny en Rusia o mülespiel en Alemania. En Italia recibe el nombre de filetto y en Gran Bretaña es conocido como Nine Men´s Morris. En primer lugar, deberíamos preguntarnos el motivo por el cual esta denominación es utilizada hoy en día en tantos países y, por otro lado, qué relación puede tener con los molinos. Si acudimos al diccionario de la Real Academia Española (RAE) la palabra alquerque recoge dos acepciones, la de juego de mesa y otra muy distinta que alude específicamente a una parte de un molino de aceite: “Espacio que hay en los molinos de aceite cerca de la regaifa y el pozuelo, y en el cual se desmenuza la pasta de orujo que resuelta de la primera presión, para colocarla de nuevo en los capachos y volverla a exprimir” Ante la falta de una mayor información al respecto no podemos profundizar mucho más en el tema. Quizá esta relación entre el juego y el molino se deba a que simplemente esta parte rectangular del molino recuerda a la forma del tablero (Fig. 2).

Fig. 2. Alquerque de un molino de aceite

5

JIMÉNEZ CANO, C. 2012, p. 133. 15

Actualmente, el juego goza de una amplia dispersión geográfica y es practicado en todos los continentes bajo distintos nombres, formatos y reglas. En el caso de Asia, encontramos el Perali-kotuma (Ceilán) y el Pretwa (India); en África, el Zamma (Sahara) y Feli (Marruecos) y en América6 Awithlak-nannai (Nuevo México). EL ALQUERQUE Y SUS REGLAS DE JUEGO

El juego del alquerque de IX es practicado por dos jugadores y se desarrolla mediante turnos. El tablero dispone de 24 posiciones que se corresponden con cada uno de los ángulos de los cuadrados concéntricos más las intersecciones que resultan del trazado de las líneas perpendiculares que parten de cada uno de los lados. No obstante, en algunos casos, se coloca un punto en el centro para dar una mayor ventaja al jugador que inicia a la partida (Costar et alii, 1997, 1998, 1999). Para empezar, cada jugador dispone de nueve fichas de diferente color que irán siendo colocadas, por turnos, en cada una de las intersecciones que permanecen vacías. Tras colocar debidamente las piezas, se procede a desplazarlas con el propósito de ir formando “molinos”, es decir, ocupar líneas verticales u horizontales con tres fichas del mismo color (Fig. 2). Cada vez que uno de los jugadores consigue colocar tres fichas en línea se retira una de las piezas del adversario, de esta forma, el jugador va capturando fichas hasta que el rival disponga de menos de tres o no pueda realizar ningún movimiento, dando por terminada la partida. Las fichas sólo pueden desplazarse a puntos adyacentes a lo largo de las líneas marcadas y está terminantemente prohibida la captura de cualquier de las tres piezas que estén formando un molino. Finalmente, algunas reglas obligan a que el nuevo molino debe formarse a lo largo de una línea diferente.

6

En el caso del continente americano algunos autores como R. Calvo (1987, p. 143) apuntan a que fueron los conquistadores españoles los que introdujeron el triple recinto en este territorio. 16

Fig. 2. Desarrollo del juego del alquerque de IX Por otro lado, existe otra variante en la cual se empleaban tres dados a la hora de posicionar las fichas de inicio. Según Murray7, cada jugador disponía de una tirada de dados por turno, si conseguía sacar una combinación determinada (6-5-4, 6-3-3, 5-2-2 o 4-1-1), tenía derecho a colocar tres fichas y capturarle una al adversario. En caso contrario, el jugador sólo podía introducir una ficha en el tablero. Sin embargo, según Scädler8, los dados no se utilizarían en el posicionamiento inicial, sino en los desplazamientos. De esta forma, una vez que cada jugador colocaba sus nueve piezas, tiraba los dados para desplazarse por el tablero. En el caso de conseguir alguna de las combinaciones anteriores, el jugador podía desplazar cualquier ficha a una intersección vacía. EL SIMBOLISMO DEL TRIPLE RECINTO

La representación del triple recinto parece alcanzar una amplia difusión durante la Edad Media, siendo una representación bastante común en las fachadas de múltiples fortalezas y edificios religiosos como por ejemplo, la iglesia de San Miguel (San Esteban de Gormaz, Soria) o la catedral de Ourense (CARVALHO-FARIA, 2001). En menor medida, el ideograma también ha sido localizado en otros espacios públicos y privados, así como al aire libre a través de grabados sobre superficies rocosas. La comarca del Comtat (Alicante) cuenta con numerosos ejemplos de graffiti de alquerques de IX y de XII, todos ellos registrados por el Centre d´Estudis Contestans (Fig.3).

7 8

MURRAY, H.J. R. (1952): “A History of Board-Games other than Chess”. Oxford, pp. 45-46 SHÄDLER, U. (2000): “Medieval Nine Men´s Morris with Dice”, Board-Games Studies 3, p. 115 17

Fig. 3. Graffitis con la representación del Alquerque de IX y de XII localizados en el abrigo de la Cova Llarga de L´Orxa (Archivo Centre d´Estudis Contestans) Sin embargo, la mayor parte de las representaciones mencionadas aparecen en una posición vertical, lo que nos hace entender que este tipo de imágenes serían utilizadas más bien como símbolos. Así pues, para algunos autores la imagen del alquerque encierra un trasfondo esotérico e iniciático innegable. En este aspecto, las interpretaciones del símbolo son innumerables pero, no obstante, intentaremos resumirlas brevemente en este trabajo:  Según Rafael Alarcón, este tipo de símbolos se grababan sobre determinados edificios con el fin de protegerlos de posibles influencias maléficas. También se apunta la posibilidad de que se correspondan a sellos gremiales realizados por los mismos canteros o incluso que pudieran ser mandados grabar por los mismos clérigos. En opinión de A. Gálvez (2010) el ideograma del PeraliKotuma, versión del juego practicada en Sri Lanka (Ceilán), es también utilizado contra las influencias mágicas.  Para otros autores, el triple recinto viene a ser un claro reflejo de las distintas fases de la vida por las que avanza el ser humano hasta que éste alcanza el punto final. Según lo dicho, el cuadro mayor sería la juventud; el intermedio, la madurez y el más pequeño, la vejez. Una línea interpretativa muy pareja es la que nos aporta R. Guénon (1995) el cual identifica los tres cuadrados con las tres naturalezas de las que se compone el hombre: el cuerpo, el alma y el

18

espíritu. Otras autores como L. Charbonneau (1958) ven en el ideograma la representación del mundo terrenal, astral y celestial o divino.  Por último, también se ha querido vincular con los templarios, ya que han aparecido en alguno de los castillos de la orden. En este caso, se asocia la representación del alquerque con algún tipo de plano arquitectónico, ya sea de un castillo, una ciudad, el templo de Salomón o, tal como apunta L. Charboneneau (1958) la Jerusalén Terrestre.

Fig 4. Representación medieval sobre el Mundo (Cielo,Tierra e Infierno) dada a conocer por G. de Champeaux y S. Stercks en “Le monde des Symboles”

19

BLOQUE II: EL ALQUERQUE DE LA PLAZA DEL SALVADOR DEL COCENTAINA I. DESCRIPCIÓN

La pieza que procedemos a describir fue localizada en el año 2002 durante las obras de derribo de una vivienda en la plaza del Salvador núm. 8 (Cocentaina, Alicante), en el antiguo arrabal de Cocentaina (Fig. 5) siendo sus coordenadas UTM: Huso 30; X: 722327; Y: 4291186. En el transcurso de esta actuación, uno de los obreros advirtió, en un muro, lo que parecían ser dos figuras geométricas grabadas sobre un bloque de piedra caliza. Así pues, tras informar al Museu Arqueològic i Etnològic del Comtat de su hallazgo, la pieza fue entregada a la institución para su custodia. Actualmente, el solar está ocupado por un nuevo edificio que cumple las funciones de despacho parroquial, el cual se encuentra pegado a la fachada meridional de la iglesia del Salvador.

Fig. 5. Vista actual del edificio donde se localizó el alquerque de IX

El tablero se compone de dos alquerques de IX grabados sobre un bloque de piedra caliza de forma sub-rectangular (36 x 34 x 15 cm) fragmentado por dos de sus lados, lo que nos impide conocer el tamaño real de la pieza (Fig. 6). Cada uno de los alquerques 20

se compone de tres cuadrados concéntricos con los lados paralelos entre sí y unidos mediante una línea que atraviesa el centro de sus lados. En lo que respecta al trabajo de incisión sobre la piedra, se advierte una acusada irregularidad a la hora de trazar las líneas, lo que nos hace pensar en la falta de pericia del autor. La profundidad de los surcos es de 0,1 cm y su grosor oscila entre los 0,4 y 0,2 cm. Las dimensiones de los cuadrados varían en función de los lados y son las siguientes:

Fig. 6. Dibujo y fotografía del alquerque hallado en la plaza del Salvador núm. 8

 Alquerque núm. 1 -Tamaño del cuadro exterior: 13 x 14 cm. aprox. -Tamaño del cuadro intermedio: 10,3 x 9,4 cm. aprox. -Tamaño del cuadro interior: 5,5 x 6 cm. aprox.  Alquerque núm. 2 -Tamaño del cuadro exterior: 12 x 13 cm. aprox. -Tamaño del cuadro intermedio: 9 x 6,7 cm. aprox. -Tamaño del cuadro interior: 6 x 4,8 cm. aprox.

Nos llama la atención que la superficie donde fueron realizados los alquerques presenta una superficie lisa. Este tipo de desgaste no suele ser habitual en las piedras calizas que han sido utilizadas para la construcción de muros, por tanto, entendemos que esta degradación puede ser debida a una actividad antrópica como es el tránsito de 21

pisadas, lo que nos permite interpretar que, quizás, el tablero se correspondiera originalmente con algún tipo de peldaño. II. CONTEXTO A la hora de intentar dotar de un contexto a la pieza nos encontramos ante un grave problema, ya que desconocemos la ubicación exacta de la pieza antes de su extracción. No obstante, si bien no podemos dotarla de una cronología más o menos precisa9, entendemos que es nuestra obligación dar a conocer toda la información que tenemos respecto del Arrabal, conocido popularmente como El Raval, lugar donde se produjo el hallazgo. La conquista cristiana de Qustantaniya tuvo como consecuencia directa la desaparición de numerosas alquerías y la reubicación forzosa de la población musulmana en un arrabal conocido como “arrabal de la morería”, el actual Raval (HINOJOSA, 1997-1998: 9). Es durante estos momentos cuando tiene lugar la fundación de la villa cristiana de Cocentaina, la cual quedaba separada del arrabal por un barranco. La separación de ambas comunidades mediante la concesión de una carta puebla, debió de producirse antes del año 1260, pues tenemos constancia de un documento fechado el 13 de febrero de ese año donde ya se hace referencia al arrabal mudéjar. Por otro lado, la existencia de restos materiales anteriores hace entrever la existencia de un asentamiento previo a la creación de la morería, quizá la alquería de Atech, la cual no aparece mencionada tras el repartimiento (NAVARRO REIG, 1987, 187). La sociedad mudéjar contestana se dedicaba fundamentalmente a la agricultura, no obstante, las fuentes nos hablan de la presencia de múltiples negocios (una tintorería, una cantarería, una herrería, una alhóndiga, etc.). Desde finales del siglo XIII hasta el último cuarto del siglo XV, se documenta en Cocentaina el desarrollo de una amplia actividad artesanal y manufacturera que sobrepasaba el marco local y permitía dar trabajo no sólo a la población cristiana, sino también, a los pobladores del mismo arrabal.

9

Tal como ocurre con la mayor parte de los alquerques localizados en la península 22

Por lo que respecta a la vivienda donde fue hallada la pieza, ésta se junto a la Iglesia del Salvador, edificio de estilo renacentista que fue edificado en el año 1530 sobre una antigua mezquita del siglo XIII. BLOQUE III. ACERCA DE LOS JUEGOS Y SU LEGISLACIÓN Pese a su cotidianeidad y frecuencia, desde la antigüedad, las actividades relacionadas con el azar o alea 10 y las apuestas (spentiones) causaron cierto recelo a las autoridades civiles y eclesiásticas, ya que se asociaban de forma directa con la embriaguez, las peleas o el engaño y, además, en cierta medida, suponían una afrenta a los dioses por cuestionar su autoridad divina. No es de extrañar, pues, que los jugadores estuvieran mal considerados a nivel jurídico y social, siendo vistos como personas de escaso nivel cultural. Así pues, pese a ser algo habitual y frecuente, en la antigua Roma, los juegos de azar estaban totalmente prohibidos y sólo fueron permitidos en el mes de diciembre, durante la celebración de las Saturnales (Jiménez, C., 2012, p.135). Desde época republicana hubo intentos de crear leyes con el fin de controlar la ludopatía, sin embargo, todo parece indicar que no tuvieron todo el efecto deseado. La situación de psicosis llegó a tal extremo que fue necesario aplicar medidas tan controvertidas como la poena quadrupli11, en la cual se otorgaba al perdedor el derecho a reclamar ante la justicia, previa denuncia de juego ilegal, el cuádruple de la cantidad perdida, incluso cuando ésta ya había sido saldada. (Díaz Gómez, 2002, p. 286). Durante la época islámica, los juegos de mesa, como es el caso del kharbga12, el shatranj (ajedrez), o el qirq gozaron de una amplia popularidad entre las altas esferas de la sociedad, convirtiéndose rápidamente en artículos de lujo muy preciados. En este aspecto, a partir del siglo IX surge toda una literatura dedicada al juego y empiezan a aparecer tableros y piezas que son fabricados con materiales de gran riqueza (marfil, cristal de roca, piedras preciosas, etc.). Asimismo, la halconería o la colombofilia se encontraban entre las distracciones más destacadas en las cortes principescas. En el caso de la afición por las palomas, ésta fue traída desde mundo bizantino y era practicada por figuras tan importantes como el califa Hârûn al-Rashid. 10

En origen la palabra alea significaba juego de dados y, posteriormente, pasó a designar a todos los juegos de azar. 11 Medida recogida dentro de la lex alearia, primera normativa referida a los juegos de azar que data del siglo II a.C. Plauto, Miles Gloriosus, v. 164-165) 12 Especie de juego de damas practicado en tierras bereberes 23

Por otro lado, las actividades que requerían de un esfuerzo físico fueron especialmente recomendadas por los médicos13 y desempeñaban un papel fundamental en el entrenamiento militar de las tropas. Entre éstas encontramos la natación, el atletismo, los combates cuerpo a cuerpo, las competiciones ecuestres (y de camellos) o el tiro con arco. En el caso de los califas omeyas sabemos, a través del “Libro de las canciones”, que este tipo de actos solían ser celebraciones muy fastuosas. También cabe mencionar los combates de animales, ya que solían ser algo bastante frecuente, sobretodo, las peleas de gallos o perros, si bien es cierto que este tipo de actividades fueron reprobadas por el mismo Profeta. Por último, cabe destacar el gusto de los musulmanes por la tauromaquia, disciplina practicada desde la antigüedad e integrada por el mundo islámico. La arqueología también nos aportado gran cantidad de información a la hora de conocer los juegos y juguetes que utilizaban los niños durante el período islámico. Así pues, era común la fabricación de juguetes con materiales muy sencillos y pobres: bolas, bastones, animales moldeados en arcilla o muñecas de trapo. En este último caso, las muñecas cumplían un papel fundamental, ya que ayudaban a formar a las niñas en su futuro rol de madres. En el caso del Corán, se realiza una distinción clara entre el qimâr, es decir, cualquier tipo de juegos donde intervenga el dinero o el azar, y el resto de las actividades de carácter lúdico. De este modo, las actividades asociadas al qimâr eran peor vistas, debido a que, además de alentar los vicios y las peleas, situándose al mismo nivel que la usura, la especulación y la magia (Carvalho y Faria, 2001). En este caso, el incumplimiento de la ley traía consigo la imposición de multas, azotes o el destierro de la comunidad14. Asimismo, tal como nos hace constar San Isidoro (Etimologías, LXVIII) la iglesia católica tampoco veía con muy buenos ojos la diversión entre sus fieles por estar presentes la mentira, el odio y el engaño. Pese a ello, los intelectuales musulmanes reconocían cierto provecho en la práctica de actividades lúdicas: “Tanto en uno como en otro residen un pecado grave y algunas utilidades para el hombre, pero en ambos casos, el pecado predomina sobre la 13

En este aspecto, Avicena (m. 1037) en su conocido “Canon de la medicina” nos informa acerca de los beneficios que derivaban de la práctica del deporte y la hidroterapia. 14 MOLINA MOLINA, Á.L. (1997-1998, P. 220) 24

utilidad” (Calmard, J. 1997, 819-822). El mismo Alfonso X el Sabio (Part. II, tít. V, ley XXI) también menciona los beneficios que para la inteligencia tenían determinados juegos: “Alegrías y han otras sin las que diximos en las leyes ante desta, que fueron falladas para tomar omne conorte en los cuidados e en los pesares cuando los oviesen: e estas son oír cantares, e sones de estrumentos, e jugar axedrez o tablas, o otros juegos semejantes d'estos”.

CONSIDERACIONES FINALES

A lo largo de estas páginas hemos observado como el estudio de los alquerques reviste una enorme complejidad ya que este idiograma suele aparecer normalmente al aire libre y no se acompañada de ninguna firma ni fecha, al igual que también carece de una evolución formal y estilística. Es por esto que la mayor parte de las dataciones establecidas para los grabados de alquerque se realizan muy a la ligera y recogen una cronología bastante amplia. A ello cabe añadir que el juego, pese a su cotidianeidad, es uno de los aspectos que menos ha captado la atención entre los estudiosos de la Edad Media. A nuestro entender, es necesario estudiar en profundidad cada uno de los motivos para determinar si éstos eran utilizados como tableros de juego o, por otra parte, se trazaron como un símbolo y cumplían una función apotropaica. En el caso de los alquerques aparecidos en edificios históricos (ya sean carácter civil, militar o eclesiástico) creemos conveniente analizar con detenimiento cada uno de sus paramentos a fin de determinar las distintas fases constructivas del edificio, es decir, la aplicación de lo que se conoce como arqueología de la arquitectura. Esto nos ayudará a determinar si el soporte donde se realizó el motivo se corresponde a una pieza de reempleo, o bien, fue grabado en un momento posterior a la construcción del edificio. En

esta

línea,

también

creemos

conveniente

detenernos

a

observar

la

regularidad/irregularidad en el trazo de las líneas del ideograma y el desgaste o degradación que ha sufrido el soporte donde fueron trazados. Otra realidad que subyace paralela, y que hasta el momento no parece captar la atención de los estudiosos, es la de los grabados históricos, popularmente conocidos como graffiti. En este aspecto, queremos reivindicar la necesidad de estudio de todos estos vestigios entre los cuales, 25

como hemos podido observar, se encuentran innumerables ejemplos de alquerques, tanto del IX como del doce. Por lo que a nuestro tablero de juego se refiere, carecemos de documentación gráfica del momento de su extracción, hecho que nos ha impedido realizar un análisis en profundidad del mismo paramento, en vista a singularizar las distintas unidades murarias que lo componían. Debemos ser conscientes, pues, de las limitaciones de nuestro estudio, el cual se ha limitado a la documentación, descripción y análisis de las características formales de la pieza. Aún así, la información obtenida acerca del lugar del hallazgo y de su entorno inmediato nos ha ayudado, en gran medida, a dotar de un contexto a nuestros dos alquerques. El bloque de piedra caliza, en el cual fueron grabados los motivos, presenta una superficie lisa que debió producirse, tal como hemos indicado, como consecuencia de una actividad antrópica como es el tránsito de pisadas. Partiendo de este presupuesto, entendemos que la pieza originariamente formaría parte de un umbral, como es el caso de los alquerques documentados en la iglesia Narros del Puerto (Ávila)15 o en la ermita de Nuestra Señora del Salor (Cáceres), siendo éste el único ejemplo que hemos encontrado de dos triples recintos grabados en una misma pieza. Así pues, nos encontramos ante una pieza de reempleo que fue utilizada para la construcción del muro de una antigua vivienda. Tampoco hemos encontrado, tal como ocurre en el mundo cristiano, ejemplos de alquerques grabados en edificios religiosos islámicos, lo que nos hace pensar que la pieza reutilizada no formaba parte de la antigua mezquita del Raval. Otra de las primeras conclusiones que hemos alcanzado es que la mayor parte de los alquerques consultados suele situarse en una horquilla que va desde el siglo X al XIVXV. El registro material y la documentación escrita nos revela que lo que conocemos hoy día como el Raval fue ocupado por población islámica desde los momentos previos a la creación de la morería hasta la expulsión morisca del año 1609. Llegados a este punto, entendemos que la pieza con los dos alquerques aparecida en la vivienda núm. 8 de la plaza del Salvador corresponde a un tablero de juego islámico. Es por este motivo que entendemos que este alquerque debe situarse entre los siglos XIII y XV.

15

JIMÉNEZ CANO, C (2012)

26

BIBLIOGRAFÍA BERGER, F (2004). «From circle and square to the image of the world: a possible interpretation for some petroglyphs of merels boards, Rock Art Research 21 (1): pp. 11–25. CARVALHO, R. y FARIA, J.C. (2001): “Fragmento de um tabuleiro de jogo de > proveniente do Castelo de Alcácer do Sal, Arqueología Medieval nº 7, pp. 211-215 CALMARD, J. (1997): Ta’ziyè », En Dictionnaire de l’islam, religion et civilisation, Paris: Albin Michel, Encyclopædia Universalis, p. 819 – 822. CALVO, R. (1987): “El libro de los juegos de Alfons X el Sabio”. En: Libros del ajedrez, dados y tablas. Madrid, p.143. CHARBONNEAU-LASSAY, L. (1958): "Sur d'ésotérisme de quelques symboles géométriques chrétiens", en la rev. Etudes Traditionnels, nº 346, París. CORRAL, Y. y GARCÍA, C. (1998): “Alquerque, Mancala y Dados: juegos musulmanes en la ciudad de los Vascos”, Revista de Arqueología Año 19 nº 201, pp. 38-47, Madrid. COSTAS GOBERNA, F.J. (2009): “As pedras e os xogos: a oríxe dos taboleiros de xogo galegos”. Vigo: Instituto de Estudios Vigueses. COSTAS GOBERNA, F.J. e HIDALGO CUÑARRO, J. M. (1997): “Los juegos de tableros en Galicia”. Aproximación a los juegos sobre tableros en piedra desde la antigüedad clásica al medievo. Vigo: Celticar. COSTAS GOBERNA, F.J. e HIDALGO CUÑARRO, J. M. (1998): “Tableros de juego en petroglifos gallegos: de la antigüedad clásica al Medievo”. En: Reflexiones sobre el arte rupestre prehistórico de Galicia. Vigo: Asociación de Arqueología Viguesa, p. 97-128. DÍAZ GOMEZ, M. J. (2002): “El origen histórico del contrato de juego”. Derecho y conocimiento, anuario jurídico sobre la sociedad de la información y del conocimiento, vol. 2, p. 286. FERNÁNDEZ, C. y SEARA, A. (1996-1997): “Un tablero de juego de época medieval grabado en O Castelo da Raiña Loba”, Castrelos: revista do Museo Municipal “Quiñones de León, nº 910, pp. 160-162, Ourense FERNÁNDEZ, F. (1997): “Alquerque de IX y de tres en raya: juegos romanos documentados en Mulva (Sevilla), Revista de Arqueología, Año nº 18, nº 193, pp. 26-36 GUÉNON, R. (1995): “Símbolos fundamentales de la ciencia sagrada”, Ed. Paidós JIMÉNEZ CANO, C. (2012): “Un alquerque de IX en Narros del Puerto (Ávila)”, En: Cuadernos Abulenses nº 41, p.127-141 MOLINA MOLINA, Á. L. (1997-1998): “Los juegos de mesa durante la Edad Media”. Miscelánea Medieval Murciana, XXI-XXII, p. 220 MURRAY, H.J.R. (1952): “A History of board-games other then chess”, Oxford, p. 45-46 NAVARRO REIG, J. (1987): “Los mudéjares contestanos en el siglo XIII”, Historia Medieval, 6, Anales de la Universidad de Alicante, p. 187.

27

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.