TRES FIGURILLAS CHUPICUARO EN PARIS

October 6, 2017 | Autor: America Malbran | Categoría: Arqueologia, Chupicuaro, Shaft tombs in Chupícuaro
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Descripción

TRES FIGURILLAS CHUPÍCUARO EN PARIS

América Malbrán Porto1

E

n la cima de una de las pequeñas colinas que se encuentran cercanas al río Lerma, se localiza el poblado de Chupícuaro, en el valle de Acámbaro, al sureste del actual estado de Guanajuato. Es aquí donde surgió la cultura que denominamos con el mis-

mo nombre, cuyo espacio ahora se encuentra cubierto por las aguas de la presa Solís (Fig. 1). En las postrimerías del primer milenio antes de Cristo, el Lerma constituía una importante ruta

comercial, que conectaba las populosas cuencas centrales con las lejanas regiones del norte y el oeste de Mesoamérica. Entre 1926 y 1927 se hicieron los primeros trabajos arqueológicos en el área, dirigidas por Enrique Juan Palacios, quien asoció la cerámica y demás objetos hallados en sus excavaciones con los grupos tarascos, que era la cultura conocida en ese momento en la región. La mayoría de las investigaciones arqueológicas de esta región se realizaron entre 1946 y 1949, encabezados por Rubín de la Borbolla y auxiliado por los entonces estudiantes Román

Fig. 1. Región del Río Lerma, en el recuadro blanco se enmarca Chupícuaro. Tomado de Darras, 2006 1. Docente Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México. 42

Piña Chan y Muriel Porter. Los trabajos se

regional. La segunda mitad del siglo XX se

realizaron específicamente en cinco locacio-

caracterizó, entonces, por cierto desinterés en

nes: en las proximidades del panteón del

el área, pese a algunas intervenciones aisla-

pueblo y sobre las lomas vecinas conocidas

das, aunque muy productivas (Ídem).

como La Joyita, El Infiernito y Mungía

En 1998 se puso en marcha el proyecto

(Porter de Moedano 1956:524), y pusieron

Chupícuaro, encabezado por Véronique Da-

al descubierto varios espacios de inhuma-

rras y Brigitte Faugère, con el objeto de apre-

ciones, donde se rescataron cerca de 400

ciar las condiciones reales de campo y evaluar

entierros en los que se hallaron ofrendas

objetivamente el potencial arqueológico del

que comprenden aproximadamente 1300

valle, lo que permitió poner en evidencia la

vasijas y mil figurillas, además de otros ma-

magnitud de los procesos de destrucción de

teriales, entre los que podemos contar: me-

los contextos antiguos, debido a la presencia

tates y molcajetes de piedra; adornos e im-

de la presa Solís, al papel devastador de los

plementos de hueso; collares y colgantes de

saqueos y al desarrollo de los cultivos intensi-

concha; puntas de proyectil y navajas de

vos (Darras, 2006).

obsidiana; instrumentos musicales, vasijas

A pesar de los trabajos arqueológicos, hoy si-

miniatura y orejeras de arcilla (Estrada Bal-

gue siendo poco lo que se conoce de la histo-

mori, 1949; Flores y Rivera Estrada 1992:11

ria de este asentamiento que, pese a no haber

-12). Por increíble que parezca es de estas

realizado arquitectura monumental o grandes

excavaciones de las cuales procede la ma-

esculturas, es famoso y ampliamente conocido

yor parte del corpus actual de conocimien-

como un importante centro alfarero productor

tos sobre esta cultura (Darras, 2006), a pe-

de gran cantidad de vasijas y figurillas, que

sar de que ya se sabía que este complejo

por su variedad de formas, fino acabado y de-

cultural se extendía hacia zonas más exten-

coración, se han colocado entre las mejores

sas en la parte sur de Guanajuato (Porter de

de Mesoamérica.

Moedano, Op. Cit.). Después de 1947 y tras la inundación de

La cerámica Chupícuaro

una parte del valle, por la construcción de la

La tradición cerámica de Chupícuaro es una

presa Solís, la cultura Chupícuaro permane-

de las más conocidas del Occidente e incluye

ció asociada a los límites de los pocos sitios

figurillas de cerámica decoradas con motivos

explorados, aun sin los muy numerosos

geométricos, así como una gran variedad de

hallazgos realizados por los saqueadores en

formas de vasijas, como la "boca de estri-

el resto del valle revelaban su dimensión

bo" (Williams, s/f:8). 43

Desde el periodo Preclásico, en esta región

extraordinario y rico complejo estilístico donde

se produjo una cerámica con gran diversi-

el ser humano es figura central de las repre-

dad de formas: representaciones antropo-

sentaciones; destacando la imagen femenina,

morfas, zoomorfas y maquetas en las que

sobre la masculina. Los temas preponderantes

las personas están plasmadas en grupos o

son: la maternidad, las mujeres embarazadas,

asociadas con objetos (Darras y Faugère,

mujeres dando a luz y en todos los casos re-

2008:66).

velando el sexo. Mientras que las figuras fe-

Tras los descubrimientos realizados en los

meninas, por lo general están desnudas distin-

años cuarenta del siglo XX, Muriel Porter

guiéndose su tocado, peinados y pintura cor-

propuso una tipología y cronología de las

poral, las representaciones masculinas llevan

representaciones antropomorfas realizadas

taparrabo, cinturón, tocados o gorros (Darras

en cerámica, misma que sigue siendo válida

y Faugère, Op.Cit.:67-68).

hoy en día, aunque ha sido complementada

Las cerámicas más llamativas de este grupo

tras los hallazgos más recientes.

son huecas, están pintadas en color rojo con

Porter pudo definir dos fases cronológicas,

detalles en crema y están bruñidas, lo que les

apoyándose en las correlaciones de los ma-

da un aspecto terso y de fino acabado. Los

teriales cerámicos de la Cuenca de México,

diseños decorativos que aparecen sobre las

de esta manera propuso la existencia de

piezas son combinaciones geométricas que se

una fase antigua caracterizada por la cerá-

repiten y varían ligeramente en torno a 12 te-

mica polícroma café y las figurillas denomi-

mas básicos que son (Fig. 2): líneas en zig-

nadas Choker, representativas de un com-

zag, espirales, cadenas de rombos, cadenas

plejo local que no podía compararse con

de cuadrados a manera de tablero de ajedrez,

ningún otro conocido hasta ese momento, y

triángulos entrelazados, líneas diagonales bor-

la fase tardía a la que correspondía una

deadas por escalones, líneas cruzadas som-

cerámica polícroma negra con figurillas del

breadas, rombos punteados, rombos sencillos,

tipo Slant eyes, similares a las del tipo H4

triángulos escalonados, elementos crucifor-

contemporáneas a Cuicuilco III, Tezoyuca y

mes y bandas de líneas paralelas (Flores Villa-

Patlachique, ubicadas entre el 300 y 100

toro, 1997). Los dibujos presentan una perfec-

a.C. (Porter, 1969:524).

ta armonía, son proporcionados y parecen ser

A partir de los trabajos arqueológicos y los

una abstracción de los motivos textiles.

objetos que se encuentran en colecciones

Las figurillas de este tipo miden por lo general

privadas procedentes de Chupícuaro, ha

de 30 a 35 centímetros, la mayoría son repre-

quedado demostrada la existencia de este

sentaciones femeninas, están de pie y tienen 44

Fig.2 Diseños decorativos de las figuras Chupícuaro. Tomado de Flores Villatoro, Dolores: 1997

las piernas gruesas, con abdómenes abulta-

Las figurillas en la colección del Museo

dos que sugieren embarazo y comúnmente

Quai Branly

las manos descansan sobre el vientre. Todo

Por su particular atractivo, muchas piezas

lo anterior podría estar revelando la presen-

procedentes de Chupícuaro se encuentran

cia de un culto a la fertilidad.

en las colecciones de los museos más im-

Como se mencionó, a partir de los años

portantes del mundo. Ese es el caso de los

cuarenta del siglo XX comenzaron a apare-

30 objetos que forman parte de la colección

cer en los museos de todo el mundo figuras

del Museo Quai Branly, en Paris.

y piezas procedentes de Chupícuaro, en

Inaugurado en junio de 2006, el Museo Quai

muchos casos figurillas femeninas, como las

Branly es el resultado de la fusión de la co-

del Museo Quai Branly en Paris.

lección etnológica del Museo del Hombre y 45

de las colecciones del Museo Nacional de

sin llegar a rodearlo. El rostro está sonriente y

Artes de África y de Oceanía, englobando

pareciera llevar un gorro que no permite ver su

de esta manera a las culturas no occidenta-

cabello. Las orejas tienen perforación y proba-

les (http://www.quaibranly.fr).

blemente de ellas pendía algún tipo de ador-

En este trabajo nos enfocaremos en las tres

no. Su sexo es notorio. Las piernas son abul-

figurillas femeninas, procedentes de Chupí-

tadas, sobre todo en la parte superior, en los

cuaro que se encuentran en dicho recinto.

muslos, que están pintados en color crema

Una de ellas, y a la que se le ha dado un

con diseños geométricos en negro. Al obser-

papel preponderante, es la denominada “La

varla de perfil se nota que tiene una malforma-

Chupícuaro” que desde abril del año 2000

ción consistente en una joroba y se destaca su

abre el Pabellón de las Sesiones del Museo

abdomen abultado sobre el diseño color cre-

del Louvre, y es el emblema y logo del Mu-

ma y negro de las grecas de las piernas (Fig.

seo Quai Branly (Fig. 3).

4).

Se trata de una figurilla femenina de 31 x

Esta figurilla fue la primera adquisición del Mu-

22,5 x 14 cm, que presenta pintura corporal

seo Quai Branly, donada en el año 1998 por el

con diseños geométricos, es regordeta y

coleccionista y cineasta franco-canadiense

sus manos descansan sobre su abdomen,

Guy Joussemet, quien fue conformando su colección de arte americano entre 1960 y 1973. Desgraciadamente no se conoce la procedencia de la pieza, salvo que la cédula la ubica en Acámbaro. La pieza tiene el número de inventario 70.1998.3.1. La segunda figurilla femenina también pertenecía a la colección de Guy Joussemet, se trata de una pieza que se encuentra en bodega, marcada con el número de inventario 70.2000.18.1 (Fig. 5). La decoración es policroma con diseño de grecas y rombos en color crema y negro. Su estado de conservación no es tan bueno como el de “La Chupícuaro”, los colores se ven más

Fig. 3. Acceso al Pabellón de las Sesiones del Museo del Louvre, donde se encuentra la figurilla Chupícuaro

opacos y tiene detalles como el hecho de que su pie izquierdo está mellado. En la parte de la 46

Fig. 4. La Chupícuaro, de frente y perfil Museo quai Branly fotos Arnaud Baumann

espalda tiene dos etiquetas: azul "245", rojo

notan apenas sus pechos y las manos des-

"50", mientras que bajo el pie izquierdo tie-

cansan sobre el abdomen.

ne la inscripción "182" y bajo el pie derecho

La única referencia que se tiene sobre su ori-

las letras "CH", probablemente marcando su

gen, en la cédula de registro es la inicial “CH”

lugar de Origen.

aludiendo a Chupícuaro, Guanajuato.

Esta figurilla es una miniatura que mide 05,6

La siguiente figurilla femenina tiene el número

x 10,5 x 03,2 cm, y pesa apenas 75 g. Se

de inventario 71.1967.26.1, y fue donada en

aprecia en ella una marcada deformación

1967 al entonces Museo del Hombre, por el

craneana y pareciera llevar una banda en la

arqueólogo y anticuario Jean Roudillon. Esta

cabeza. Tiene el rostro sonriente y se obser-

figurilla es semejante a la anterior, mostrando

van perforaciones en las orejas, tal vez para

deformación craneana y un diseño en la cabe-

colocar algún tipo de pendiente. El cuerpo

za que podría asemejarse a un tocado o gorro.

de la figura es rectangular y al frente se en-

Lleva pintura facial alrededor de la boca que,

cuentra la decoración de entrelaces en zig-

como las anteriores, está sonriente.

zag, que se dejaron aprovechando el color

Tiene cuatro triángulos en el pecho, realizados

rojo de la figurilla así como diseños romboi-

en color crema con grecas y triángulos negros.

dales con puntos negros sobre crema. Se

Las manos están a los lados del abdomen y 47

Una de las ventajas para los investigadores es el hecho de que sea posible consultar en línea la colección del museo Quai Branly y que se puedan ver las piezas y acceder a su ficha de inventario sin la necesidad de estar físicamente en el lugar, en este caso Paris. Sin embargo la poca información de las cédulas de registro obliga al estudioso a profundizar en los trabajos de investigación realizados hasta la fecha para poder hacer comparaciones entre estas piezas y las que han sido localizadas in situ para así ampliar la información existente sobre los materiales que se hallan en museos extranjeros, colecciones privadas y particularmente sobre el corpus general de figurillas Fig. 5. Miniatura femenina, se aprecia deformación craneana Museo Quai Branly foto Arnaud Baumann

en los muslos se le colocó una banda en color crema con tres líneas horizontales y pequeñas líneas verticales tanto arriba como abajo. Es evidente que la manufactura de esta figurilla es más burda que la llamada “La Chupícuaro” (Fig. 6). En este caso el sexo apenas es evidente. Sus medidas son 29,5 x 15,5 cm y como las anteriores la procedencia es desconocida, salvo que se asocia con Chupícuaro. La información que se tiene sobre estas figuras es muy escueta, debido a que proceden de excavaciones no contraladas. Sin embargo su filiación con Chupícuaro es in-

Fig. 6. Figura femenina, se aprecia deformación craneana similar a la anterior Museo Quai Branly foto Arnaud Baumann

negable. 48

Chupícuaro, que estamos seguros puede

1997 “El arte cerámico de Chupícuaro”. En

producir abundante información, lo cual sólo

México en el tiempo. Núm. 20, Septiem-

se logrará a través de la revisión metódica

bre/Octubre. México.

de las figurillas aplicando parámetros de descripción uniformes, la consideración de

Flores, Dolores y Araceli Rivera Estrada

los aspectos de la cultura material y un exa-

1992 Ofrendas funerarias de Chupícuaro, Gua-

men sistemático de las diferentes coleccio-

najuato: catálogo de las colecciones ar-

nes.

queológicas del Museo Nacional de Antropología, Instituto Nacional de Antropo-

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tado

a

FAMSI,

http://www.famsi.org/

spanish/research/williams. Consultada el Flores Villatoro, Dolores

23 agosto 201. 49

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