TRASFONDO PROTESTANTE Y LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE

August 27, 2017 | Autor: Diego Calvo Merino | Categoría: Religion, Teologia, Biblia, Nuevo Testamento, Adventistas
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Descripción

V. LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE Y EL TRASFONDO PROTESTANTE A. La Soteriología de Lutero 1. Antropología § El pecado original produjo en el hombre una depravación total, la pérdida total de la imagen de Dios. § Se produjo la esclavitud de la voluntad, se perdió el libre albedrío. 1) Antes de la conversión, el hombre es esclavo del pecado. 2) Después de la conversión, el hombre está bajo el control de Cristo y del Espíritu Santo. 3) El Luteranismo posterior, cree que el hombre no puede ser «meramente pasivo» como un objeto cualquiera (un palo o una piedra). A menos que la gente sea capaz de responder libremente a Dios, no puede ser responsable de sus faltas y pecados.

2. La justificación por la fe § Sola fide (sólo por la fe). Esta idea estaba en oposición a la doctrina Católica Romana de la salvación por la fe y las buenas obras. § Simul justus et peccator (justo y pecador al mismo tiempo). 1) Esta idea es correcta, si se entiende así: justificado, aunque con naturaleza pecadora (o pecaminosa). 2) No es correcta, si se entiende de esta forma: justificado y cometiendo pecados aún de forma intencional. 3) La respuesta Anabaptista fue: el nuevo nacimiento por el Espíritu Santo restaura la libertad de elección en tanto que uno mantiene una sumisión constante al Espíritu Santo. De hecho, alguien que camina bajo la dirección del Espíritu Santo no puede ceder al mismo tiempo a los pecados de la carne (cf. 1 Jn 3,8-9; Gál 5,16-25; Rom 8,1-15).

B. La Soteriología de J. Wesley 1. Rechazó ambos extremos (Católico y Reformado) § Rechazó el moralismo o salvación por la buenas obras, tal como es enseñada por el Catolicismo Romano. § Rechazó el determinismo o predestinación, que excluye el libre albedrío en la naturaleza humana, tal como lo enseñaban Lutero y Calvino. § En contra de la salvación por las obras y de la salvación basada en «creer únicamente» (la fe sin las obras), Wesley argumentó a favor de la salvación mediante «una fe que obra» (cf. Gál 5,6).

2. Antropología de Wesley

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§ Rechazó la noción de depravación total (de Calvino). En su lugar, Wesley enseñó que la imagen de Dios en el hombre pecador había sido dañada, afectada, pero no destruida. § Rechazó la noción de esclavitud de la voluntad (de Lutero). En su lugar, Wesley insistió que nadie (a menos que haya cometido el pecado imperdonable, apagando final e irrevocablemente la acción del Espíritu Santo) está completamente fuera de la gracia de Dios (cf. Gn 3,15) § «Desear ser bondadosos y santos es rectísimo; pero si sólo llegáis hasta allí de nada os valdrá. Muchos se perderán esperando y deseando ser cristianos. No llegan al punto de dar su voluntad a Dios. No eligen ser cristianos ahora. «Por medio del debido ejercicio de la voluntad, puede obrarse un cambio completo en vuestra vida. Al dar vuestra voluntad a Cristo, os unís con el poder que está sobre todo principado y potestad» (E. White, El Camino a Cristo, pp. 4748). «Muchos dicen: ‘¿Cómo me entregaré a Dios?’ Deseáis hacer su voluntad, mas sois moralmente débiles, sujetos a la duda y dominados por los hábitos de vuestra mala vida. Vuestras promesas y resoluciones son tan frágiles como telas de araña. No podéis gobernar vuestros pensamientos, impulsos y afectos. El conocimiento de vuestras promesas no cumplidas y de vuestros votos quebrantados debilita vuestra confianza en vuestra propia sinceridad y os induce a sentir que Dios no puede aceptaros; mas no necesitáis desesperar. Lo que necesitáis comprender es la verdadera fuerza de la voluntad. Este es el poder que gobierna en la naturaleza del hombre: el poder de decidir o de elegir. Todas las cosas dependen de la correcta acción de la voluntad. Dios ha dado a los hombres el poder de elegir; depende de ellos el ejercerlo. No podéis cambiar vuestro corazón, ni dar por vosotros mismos sus afectos a Dios; pero podéis elegir servirle. Podéis darle vuestra voluntad, para que él obre en vosotros, tanto el querer como el hacer, según su voluntad. De ese modo vuestra naturaleza entera estará bajo el dominio del Espíritu de Cristo, vuestros afectos se concentrarán en él y vuestros pensamientos se pondrán en armonía con él» (CC, p. 47).

3. Justificación y Santificación § La justicia imputada de Cristo «sobre mí» (justificación) y su justicia impartida «en mí» (santificación) pueden distinguirse en la discusión, pero no pueden separarse en términos de experiencia. § La salvación es, en realidad, la restauración de la imagen de Dios en el ser humano (es igual que el pensamiento de E. White). § «Para el razonamiento humano, todo el plan de salvación es un derroche de misericordias y recursos. Pero son dados para lograr la restauración de la imagen moral de Dios en el hombre» (E. White, Ms 28, 1897). § Mediante el Espíritu Santo, los cristianos tienen el poder para abstenerse del pecado intencional y consciente.

4. La doctrina de la perfección de Wesley § Hay cuatro aspectos en los que el cristiano nunca será perfecto en esta vida: 1) En el conocimiento perfecto (con carácter de omnisciente).

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2) En la situación de emitir un juicio (con carácter de infalible). 3) En el hecho de ser o estar libre de enfermedades físicas y mentales. 4) En estar exento de tentaciones. § Hay tres etapas en el camino hacia la perfección cristiana: 1) No cometer pecados visibles (1 Jn 2,12). 2) La victoria sobre los pecados internos, los que son fruto del corazón no convertido (pensamientos, sentimientos, actitudes y emociones, tales como orgullo, ira y la autocomplacencia; cf. 1 Jn 1,7-9). 3) Ser perfectos en amor: una vida de servicio que brota, no de motivos egoístas, temor o culpabilidad, sino del amor celestial que rebosa hacia Dios y hacia los hombres (1 Jn 4,17).

C. Conflictos teológicos relacionados con la perfección y la seguridad [assurance] 1. Perfección absoluta § En Aristóteles, la perfección absoluta es un estado estático de invariabilidad, en un estado de aislamiento absoluto del mal. «Motor inmóvil» o «Movedor inamovible» [Unmoved Mover], ajeno a cualquier emoción o incluso al conocimiento de seres imperfectos. Aristóteles habló de Dios de varias maneras. Además de la idea del «Movedor inamovible» o Primera Causa, describió a Dios como una «forma pura» y como «pensamiento pensante por sí mismo» o incluso, como «Pura Realidad». § En el Catolicismo Romano y el Protestantismo clásico, la perfección absoluta es la perfección del alma que únicamente se logra después de la separación del cuerpo con su maldad inherente.

2. Perfección bíblica: perfección de carácter, a pesar de la presencia de la naturaleza pecadora (o pecaminosa) § La perfección bíblica es amar a Dios con todo el corazón, el alma, la mente y las fuerzas; y por lo tanto no tener ningún vestigio de rebelión o resistencia a su voluntad (2 Cr 16,9; Mt 22,36-40). «La verdadera piedad comienza cuando todo compromiso con el pecado llega a su fin» (MB, p. 91). § Es amar a otros como a uno mismo. «El amor nunca daña al prójimo; por lo tanto el amor es el cumplimiento de la ley» (Rom 13,10). § Perfección de carácter significa madurez cristiana (Ef 4,13-16 [te,leioj, en v. 13]) en la cual, el amor por Cristo es tal que uno escoge abstenerse de toda forma de pecado intencional. § No significa exención de equivocaciones, errores de juicio, o tentaciones.

3. Perfeccionismo y seguridad [assurance] § La doctrina bíblica de la perfección del carácter es una promesa por la que, a pesar del pecado que nos rodea y de que es inherente a nuestra naturaleza, Cristo es capaz de liberarnos de todos nuestros pecados (1 Jn 1,7-9; Mt 1,21).

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§ La «doctrina» (herejía) del perfeccionismo intimida por el hecho de que se debe lograr la perfección a fin de ser salvo. No obstante, en el momento que nosotros nos arrepentimos y creemos en Cristo somos perdonados, adoptados, y contados como justos (perfectos). «Y aunque no podemos afirmar la perfección de la carne, podemos tener la perfección cristiana del alma. Mediante el sacrificio hecho en nuestro favor, los pecados pueden ser perfectamente perdonados» (E. White, «Regarding the Late Movement in Indiana», Boletín de la Asociación General, 23.04.1901, p. 419). En consecuencia, hemos de elegir continuamente la sumisión a Cristo a fin de que él pueda aplicar su justicia realmente en nuestra vida diaria. § La idea de una seguridad irrevocable, «Una vez salvo, siempre salvo», está basada en presuposiciones predestinatarias, es decir, en que nadie puede convertirse a menos que haya sido elegido ya para salvación; por lo tanto, la conversión comprueba la elección. El silogismo añade, que los elegidos no pueden perderse bajo ninguna circunstancia; por lo tanto, la «seguridad» de la salvación está garantizada. § La seguridad bíblica es la convicción, traída a nuestros corazones por el Espíritu Santo por medio de las Escrituras, «de que somos hijos de Dios, y si hijos, entonces también herederos…» (Rom 8,16-17). Es condicional al arrepentimiento (1 Jn 1,9) y a la obediencia (1 Jn 3,22; cf. Hch 5,32). Debido a que depende de las presuposiciones del libre albedrío y de la responsabilidad personal, no puede ser nunca una garantía irrevocable de salvación futura. § Podemos, sin embargo, estar seguros de nuestra aceptación presente por parte de Dios (seguridad en la salvación) y de que nada, excepto nuestra propia elección, puede arrebatarnos en el futuro de su mano (Jn 10,28). Asimismo, en Rom 5,10 se habla de una seguridad que está por encima del tiempo: cuanto más caminemos en unión con Cristo, más certeza tendremos de que lo que él ha hecho en el pasado lo continuará haciendo en el futuro (cf. Fil 1,3-6). § «Cuando tengamos una seguridad, clara y brillante, de nuestra propia salvación, manifestaremos alegría y felicidad propias de cada seguidor de Jesucristo. La suavizadora y subyugante influencia del amor de Dios, llevada a la vida práctica, impresionará en las mentes lo que es un sabor de vida para vida... Dios nos ha dado a Jesús y creyendo en él como en nuestro Salvador personal, todo el cielo está a nuestra disposición» (Carta 1a, 1894; citado en A fin de conocerle, p. 51). § «Al regresar a Inglaterra, Wesley, bajo la dirección de un predicador moravo llegó a una inteligencia más clara de la fe bíblica. Llegó al convencimiento de que debía renunciar por completo a depender de sus propias obras para la salvación, y confiar plenamente en el ‘Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo’. En una reunión de la sociedad morava, en Londres, se leyó una declaración de Lutero que describía el cambio que obra el Espíritu de Dios en el corazón del creyente. Al escucharlo Wesley, se encendió la fe en su alma. ‘Sentí dice- calentarse mi corazón de un modo extraño’. ‘Sentí entrar en mí la confianza en Cristo y en Cristo solo, para mi salvación; y fuéme [sic] dada plena seguridad de que había quitado mis pecados, sí, los míos, y de que me había librado a mí de la ley del pecado y de la muerte’» (Juan Whitehead, Life of the Rev. Charles Wesley, p. 52; citado en El Conflicto de los Siglos, p. 298).

D. Aclaraciones 1. Naturaleza «ético-forense» de la justificación

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§ La justificación como acto divino (Rom 3,21-26). § Dios «declara» justo al pecador (la justificación comprendida como acto estrictamente legal o forense). La fe no tiene ningún valor moral; es como una especie de instrumento que no hace sino cumplir con la condición sine qua non de la justificación. Esta justificación no opera ni cambia nada en el hombre. § Dios «hace» justo al pecador. La justificación que Dios ofrece al pecador es más que una transacción legal, tiene profundas implicaciones de carácter ético y moral (cf. Lc 15,11-32; Jn 3,1-15). § Dios «considera como» justo al pecador y lo transforma. Decir que Dios «considera como» justo al pecador es como decir que lo «declara» y lo «hace» justo al mismo tiempo. Es la explicación «ético-forense». Pablo ilustra este principio de la justificación por la fe en Rom 4 (cf. Gn 15,6).

2. Notas sobre la perfección en el AT § En el AT, Täm o Tämîm significa algo completo, íntegro y sincero, pero siempre en sentido relativo cuando se aplica al hombre. Una persona con "corazón perfecto" era quien estaba completamente dedicada a Yhwh (1 R 8,61; 1 Cr 12,38; Is 38,3). § Así, Job fue llamado "perfecto" (Job 1,1.8), a pesar de las debilidades que reveló más tarde ante la adversidad (40,2-5; 42,2-6), mostrando que su perfección era relativa y no absoluta. En forma similar, de Noé también se dice que fue "perfecto" (Gn 6,9) aunque más tarde sucumbió a la debilidad de la carne (9,21). La perfección fue el ideal que Dios puso delante de Abraham (17,1). (Cf. DBA, p. 922). § El término hebreo Tämîm se traduce generalmente en los LXX, por el término griego te,leioj, "completo", "perfecto", "entero", “maduro".

3. Notas sobre la perfección cristiana en el NT § En la literatura griega extrabíblica se utiliza te,leioi, "los perfectos" o "los maduros", para señalar a las víctimas de los sacrificios, o para los animales maduros, o para los seres humanos adultos, y también para los profesionales completamente adiestrados. § En el NT, la "perfección" consiste esencialmente en la madurez frente a la inmadurez, así como los adultos difieren de los niños y los jóvenes. Una persona madura [gr. te,leioj] es quien ha alcanzado los límites normales de estatura, fuerza y capacidad mental. § Este concepto de madurez es claramente evidente en pasajes como 1 Cor 2,6; 14,20; Ef 4,13; Fil 3,15; He 5,14. Pablo habla de sí mismo y de los cristianos como ya perfectos (1 Cor 2,6; Fil 3,15), pero casi al mismo tiempo muestra que la perfección es todavía un blanco que está por delante (v. 12). (Cf. DBA, p. 922). Extraído de diversas fuentes.

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