SEXUALIDAD DE LAS PERSONAS MAYORES EN ATENCIÓN PRIMARIA - PERSPECTIVA DE LOS MÉDICOS Y MÉDICAS DE AP. QUALITATIVE STUDY

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Descripción

Proyecto de Investigación

“Abordaje de la sexualidad de las personas mayores desde Atención Primaria: la perspectiva de las médicas y los médicos de familia”

Diploma de especialización en Salud Publica y Género Escuela Nacional de Sanidad Instituto de Carlos III Madrid

Autora Sunera Sadacali Médica de Familia y Comunidad [email protected] Tutora Débora Álvarez del Arco [email protected] Octubre 2014

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ÍNDICE 1. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN..................................................................3 Enunciado del problema:..................................................................................3 Formulación del problema................................................................................3 2. OBJETIVOS......................................................................................................3 2.1 Objetivos generales:...................................................................................3 2.2. Objetivos específicos:................................................................................3 3. JUSTIFICACIÓN Y DELIMITACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN.......................4 3.1 Justificación:................................................................................................4 3.2. Delimitación................................................................................................5 4. MARCO DE REFERENCIA DE LA INVESTIGACIÓN.....................................5 4.1. Marco teórico.............................................................................................5 5. METODOLOGÍA.............................................................................................10 6. INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS................................................12 6.1 Definición de Salud Sexual.......................................................................12 6.2 El abordaje de la sexualidad en atención primaria...................................13 6.3 Demandas asistenciales en AP.................................................................15 6.4 Preparación/formación de los profesionales sobre sexualidad................20 6.5 La sexualidad de las/os ancianas/os........................................................22 6.6 Análisis de las diferencias de género.......................................................24 6.7 Propuestas de mejora...............................................................................25 7. DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS............................................................27 7.1 Limitaciones del método utilizado.............................................................31 8. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS..............................................................34 9. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.....................................................................36 10. ANEXOS.......................................................................................................38 10.1 ANEXO I. CUESTIONARIO DE CAPTACIÓN.......................................38 10.2 ANEXO II. GUIÓN DE LA ENTREVISTA...............................................39 10.3 ANEXO III. CONSENTIMIENTO INFORMADO....................................40

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1. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN Enunciado del problema: Abordaje de la sexualidad en la población de la tercera edad en el ámbito de la Atención primaria (AP), desde la perspectiva de los médicos y médicas de Familia.

Formulación del problema: ¿Cómo abordan los profesionales sanitarios la sexualidad de los pacientes de la tercera edad en la consulta de AP?

2. OBJETIVOS 2.1 Objetivos generales: -

Conocer en profundidad cuál es el abordaje de la salud sexual de las personas de la tercera edad que realizan los médicos de AP y si es distinto en hombres y en mujeres.

2.2. Objetivos específicos: -

Conocer las competencias de los/las profesionales sanitarios en este campo, su formación previa y si se sienten preparados/as para afrontar la problemática de la sexualidad en ancianos y ancianas.

-

Valorar si existen resistencias en los/las profesionales sanitarios/as a acercarse a la sexualidad de los/las pacientes mayores y comprender qué factores pueden influir en dichas resistencias.

-

Profundizar en si el mandato de género modela, y cómo, la actuación de los profesionales sanitarios y si se materializa en un abordaje diferencial. 4

-

Conocer la opinión de los médicos y médicas de AP respecto a cómo perciben y viven los ancianos y ancianas su sexualidad.

-

Examinar las propuestas de los profesionales sanitarios para mejorar el abordaje de la sexualidad en esta población, desde sus distintas perspectivas.

3. JUSTIFICACIÓN Y DELIMITACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN 3.1 Justificación: La pertinencia de este estudio está respaldada por la importancia de la sexualidad en la vida de las personas, desde la juventud a la tercera edad. De hecho, promover un envejecimiento activo implica promover que las personas mayores realicen su potencial de bienestar físico, social y psicológico 1. Dentro de este “bienestar” global, la salud sexual juega un papel fundamental para el mantenimiento de una vida emocional plena y satisfactoria. Según diversos estudios, las personas mayores reciben menos atención respecto a la salud sexual2 que la población joven. Los médicos y médicas de AP tienen un papel privilegiado a la hora de fomentar una vida sexual sana en las personas mayores. Son los médicos/as de referencia, cercanos, que prestan actividad asistencial continuada en el tiempo y longitudinal3,

siendo figuras clave para el abordaje integral,

biopsicosocial y de género de la salud sexual de la población de la tercera edad.

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3.2. Delimitación El presente estudio se circunscribe a los médicos y médicas de AP que trabajan en el sistema público de salud. Se enfoca en la sexualidad de la población de personas mayores de 65 años, desde la perspectiva del profesional sanitario (considerados como informantes clave). Se trata de un estudio exploratorio y descriptivo.

4. MARCO DE REFERENCIA DE LA INVESTIGACIÓN 4.1. Marco teórico Durante las últimas décadas se ha venido constatando un progresivo y sostenido envejecimiento de la población en los países occidentales. De hecho, en España según el Instituto Nacional de Estadística (INE) 4, la esperanza de vida al nacimiento en 2013 aumentó respecto al año anterior en 0,6 años y se situó en 82,8 años de media: 80,0 años en varones y 85,6 en mujeres. Estas cifras se encuentran entre más altas de la Unión Europea (UE). El paulatino envejecimiento poblacional ha conllevado un aumento de la demanda asistencial de esta población, en especial por parte de las mujeres, que se encuentran

en mayor medida polimedicadas y con enfermedades

crónicas5. En efecto, las personas de la Tercera Edad representan una parte importante de los/las pacientes que acuden a la consulta de Atención Primaria (AP), siendo las mujeres ancianas aproximadamente un tercio del total de pacientes atendidos en este nivel 6. La Organización Mundial de la Salud define envejecimiento activo7 como “el proceso en que se optimizan las oportunidades de salud, participación

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y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen. El envejecimiento activo permite que las personas realicen su potencial de bienestar físico, social y se centra en las personas mayores y en la importancia de dar una imagen pública positiva de este colectivo”. Promover un envejecimiento activo, implica promover que las personas mayores realicen su potencial de bienestar físico, social y psicológico. Dentro de este “bienestar” global, donde la salud sexual juega un papel fundamental para seguir manteniendo una vida emocional plena y satisfactoria. El modelo Biopsicosocial de la salud, según Ronald Epstein (2001) 8, “estimula a un conocimiento más integral del paciente y su entorno; integra los hallazgos de las tres esferas: biológica, psicológica y social; reconoce el papel central que desempeña la relación terapéutica en el curso de los acontecimientos; optimiza el trabajo en equipo; incorpora al profesional de la salud como una pieza más del sistema que también debe ser cuidada.” Este modelo de salud surgió como crítica a la deshumanización de la medicina que contemplaba al paciente como objeto, desempoderado y que no tiene en cuenta la experiencia subjetiva del paciente que también es susceptible de estudio científico (Sara Velasco, Sexos, género y salud, 2009)9. El ámbito de la Atención Primaria y la Medicina de Familia y Comunitaria se caracteriza por ser accesible, cercana, y es un entorno que proporciona un seguimiento continuado en el tiempo y longitudinal. Es, por lo tanto, el lugar donde el modelo biopsicosocial de la salud toma relevancia siendo, además, un lugar privilegiado en la atención a las personas mayores. No obstante, según diversos estudios publicados, el abordaje de la sexualidad en AP, desde un enfoque biopsicosocial, es poco frecuente, sobre

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todo en mujeres mayores, probablemente debido a razones socio-culturales y de creencias que afectan tanto a pacientes como a profesionales sanitarios. 10 Salud Sexual, según la definición de la OMS 11 de 1975, es: «la integración de elementos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales, del ser sexual, por medios que sean positivamente enriquecedores y que potencien la personalidad, la comunicación y el amor”. Cerca de veinte años después, en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo del Cairo (1994) y la cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing (1995) se añade que “la salud sexual está encaminada al desarrollo de la vida y de las relaciones personales, y no meramente al asesoramiento y la atención en materia de reproducción y de enfermedades de transmisión sexual”, reconociendo implícitamente la salud sexual como una parte inalienable integral e indivisible de los derechos humanos universales12. Asimismo, en España la Estrategia Nacional de Salud Sexual y Reproductiva13 (Ministerio Sanidad y Consumo MSC junto con la colaboración del Observatorio de Salud de las Mujeres OSM) no menciona la salud sexual de las personas mayores, enfocándose en mayor medida en la población joven. La Encuesta Nacional de Salud Sexual realizada en 2009 14, por los mismos organismos, es la primera encuesta poblacional de salud sexual con el aspecto novedoso de incluir el enfoque de género en su diseño. Este estudio aporta información relevante y novedosa sobre la salud sexual de la población, desde una mirada de género; incluye a la población anciana, pero igualmente no ahonda en las características específicas de la sexualidad en esta franja de edad.

Por otro lado, las guías de atención a las personas mayores 15,16

(Programa de Atención a las personas mayores en Atención Primaria,

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Canarias; Guía de Atención Gerontológica centrada en la persona, Gobierno Vasco), que asientan una serie de medidas y protocolos destinados a mejorar la salud de las personas mayores y promocionar en envejecimiento activo, tampoco hacen referencia a la salud sexual de las personas mayores. Por ello, parece que un aspecto muy importante de la salud integral de las personas no ha sido incluido en estos documentos de referencia. Según Marcela Lagarde17, “la sexualidad es el conjunto de experiencias humanas atribuidas al sexo y definidas por éste, que constituye a los particulares, y obliga su adscripción a grupos socioculturales genéricos y a condiciones de vida predeterminadas. La sexualidad es un complejo cultural históricamente determinado consistente en relaciones sociales, instituciones sociales y políticas, así como en concepciones del mundo, que define la identidad básica de los sujetos”. En base a esta definición, las concepciones de la sexualidad varían en mujeres y en hombres (y, por tanto, en médicas y en médicos) y difieren según la edad, la cultura, de factores psicológicos y personales subjetivos, la educación, el contexto social y económico en el que viven las personas. Gran parte de la literatura sobre la sexualidad en los ancianos se centra en los problemas sexuales biomédicos 18 (disfunción sexual), dejando de lado la sexualidad “normal” en el anciano, como si esta no existiera o fuera poco importante. A nivel internacional, son de destacar varios estudios sobre la sexualidad en la vejez, pero la gran mayoría de ellos no pertenecen al ámbito médico. Algunos de esos primeros estudios fueron desarrollados por A. Kinsey (1967), E. Pfeiffer (1968), Master y Jonhson (1966) y Shere Hite (1981). Y a nivel

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estatal, se pueden citar los estudios de Serrano Vicéns (1975, 1978), Garay y Monleón (1974), F. Jiménez Herrero (1975), J.M. Ribera (1991), J.A. Nieto (1995) y B. Moioli (2005). 19 Sin embargo, estos primeros estudios carecían del abordaje psicosocial y de género, y solamente consideran las relaciones sexuales exclusivamente cóitales. Las aportaciones teóricas del movimiento feminista, en la década de los 60-70, han contribuido a facilitar la comprensión de los fenómenos que ocurren a las mujeres. La introducción del concepto de género, entendido como la construcción sociocultural de las diferencias de género 20, ha permitido explicar los factores que conducen a las desigualdades entre mujeres y hombres; a poner de manifiesto el carácter jerarquizado de las relaciones entre los sexos, construidos en cada cultura, y por tanto, facilita el cambio de esa realidad 21. En el ámbito de la medicina de familia nacional, no existen muchas iniciativas encaminadas a promover una salud sexual integral de los ancianos y ancianas, desde una perspectiva de género y el modelo biopsicosocial de salud. Conocer los factores que condicionan las desigualdades de género relacionadas con la salud, permite realizar acciones con perspectiva a disminuir o eliminar dichas desigualdades. En este sentido, la metodología cualitativa, poco utilizada en el campo biomédico, es la herramienta más apropiada para intentar conocer el punto de vista de los médicos acerca del comportamiento sexual de las personas de la Tercera Edad que acuden a la consulta de AP y cómo responden los profesionales sanitarios ante esta cuestión. Además, la investigación cualitativa permite capturar mejor las relaciones de género y su impacto en la salud 22.

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5. METODOLOGÍA

. Diseño del estudio: Estudio cualitativo descriptivo mediante entrevistas abiertas a informantes clave. .Ámbito del estudio: El estudio se realizó en distintos Centros de Salud del Sistema Madrileño de Salud ubicados en la Comunidad de Madrid. . Población de estudio: Se entrevistó a 6 médicos y médicas de AP que ejercen su actividad asistencial en un centro de salud del Sistema Madrileño de Salud, con cupo de pacientes propio y con una experiencia profesional de, al menos, 5 años. Las características de los participantes se recogen en la siguiente tabla: Población de estudio

Edad

Sexo

M1 M2 M3 M4 M5 M6

47 39 43 53 48 43

Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer

Experiencia profesional en AP (años) 19 10 14 24 20 14

.Captación de los/as entrevistados/as: Los/las entrevistados/as fueron captados/as en los Centros de Salud de la Comunidad de Madrid, informándoles de los objetivos del proyecto. Además, se obtuvo la aprobación del consejo directivo de los Centros de Salud en lo que trabajan cada uno de los participantes.

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.Realización de las entrevistas. Las entrevistas fueron llevadas a cabo por la investigadora, médica de AP, en el lugar donde indicaron los/as entrevistados/as. Para la realización de las entrevistas se elaboró un guión. El guión está incluido en el anexo II.

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6. INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS

Para el análisis e interpretación de los datos obtenidos de las entrevistas se crearon diferentes categorías atendiendo a los tres temas principales planteados en la investigación: 6.1 La definición de salud sexual. 6.2 El abordaje de la sexualidad en atención primaria. 6.3 Demandas asistenciales en AP. 6.4 Preparación/formación de los profesionales sobre sexualidad. 6.5 La sexualidad en las personas de la tercera edad. 6.6 Análisis de las diferencias de género. 6.7 Propuestas de mejora para la atención de la sexualidad en la tercera edad 6.1 Definición de Salud Sexual. La mayoría de los/as médicos y médicas de familia mostraron dificultades a la hora de verbalizar una definición de salud sexual. Algunos/as entrevistados/as explicaron que nunca antes habían reflexionado sobre esta cuestión, mientras que otros se limitaron a manifestar que la salud sexual se trata de una parte importante de la vida de las personas, sin entrar a valorar qué dimensiones abarca. La mayoría de los/las profesionales entrevistados entienden la salud sexual como un bienestar, no solamente físico, sino también psíquico, y la engloban dentro de la salud biopsicosocial del ser humano. “Salud sexual, bueno, que tengan una sensación de que ese aspecto de su vida ya lo tengan pleno y satisfecho, que no tengan ninguna disfunción, psicológica ni orgánica en ese territorio”. Médico de AP, 47 años.

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A pesar de que todos los profesionales equiparan la salud sexual a la satisfacción sexual, no abordan en profundidad qué consideran “satisfacción sexual”. Algunos definen la “salud sexual” como la ausencia de disfunciones, tanto psicológicas como orgánicas. “[La satisfacción sexual es] Una situación de bienestar físico y psíquico relativo a la esfera de lo sexual”. Médico de AP, 47 años.

Hay un intento, sin embargo, de definir la salud sexual con una dimensión holística y subjetiva de la persona, intentando no reducir la sexualidad a lo meramente físico o genital. Cabe señalar que las respuestas de las mujeres fueron más elaboradas que las de los varones, haciendo, todas ellas, referencia al componente emocional dentro de sus definiciones. “…es fundamental para todos nosotros y que en diferentes momentos puede significar diferentes cosas, y puede ser más o menos prioritario, entonces entiendo en general que la persona esté satisfecha con su vida sexual, sea la que sea, a lo mejor hay gente que está satisfecha y sin embargo pues desde fuera pues no es satisfactorio, pero que cada uno tiene que hacer la valoración individualmente”. Médica de AP, 39 años.

6.2 El abordaje de la sexualidad en atención primaria Ninguno

de

los

profesionales

entrevistados

utiliza

un

modelo

biopsicosocial para enfocar la consulta sexual. La mayoría admite que intentan escuchar activamente al paciente en sus necesidades pero que, a menudo, prescriben fármacos para problemas concretos como disfunciones sexuales u otros trastornos orgánicos, que suelen ser los motivos de consulta más frecuentes. Las tres médicas de familia entrevistadas comentaron que intentan profundizar en algunos aspectos psicológicos, si bien admiten que al no tener

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formación específica, no pueden realizar un asesoramiento sexual completo. Parte de los participantes señalaron que prefieren derivar a sexología a pacientes que consideran que necesitan recibir este tipo de atención, con buenos resultados. “Depende del problema sexual que tenemos. Con las mujeres, primero intentar entenderlas, que te hablen, dejarlas quitar, romper tabúes y otras barreras que puedan tener sobre lo que entienden por sexualidad, pues muchas veces, las exploro y luego reconozco que también pues intento derivar a sexólogas que trabajan bien”. Médica de AP, 43 años.

Según los/las profesionales, no hay protocolos de sexualidad bien establecidos en Atención primaria aunque, según una médica, se están empezando a elaborar en el programa de Atención al mayor. En cuanto a investigación sobre sexualidad en AP, los profesionales desconocen si existen publicaciones sobre este tema, aunque consideran que es escasa la literatura disponible sobre esta cuestión. Los médicos/as refieren no haber leído ningún artículo científico recientemente sobre sexualidad, probablemente bien por falta de interés o bien por falta de divulgación científica en este ámbito. “Los profesionales deberíamos de tener más formación al respecto, por lo menos para orientar inicialmente al paciente, me refiero a los profesionales de atención primaria porque somos los que tenemos más contacto con los pacientes, a los primeros que acuden, y creo que ahora mismo, dentro de lo que es el sistema sanitario publico, no hay ningún tipo de recurso al que podamos derivar, todo entra dentro del ámbito de la medicina privada que claro cuesta, sea psicología, psicoterapia, etc.”. Médica de AP, 39 años.

A pesar de que todos/as los/as médicos/as entrevistados atribuyen una importancia central a la sexualidad en las personas, el consejo sexual es algo escaso y raro en la mayoría de las consultas de estos profesionales.

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Las/os entrevistadas/os reflexionan sobre las características propias de su oficio, entre las cuales, la cercanía con el paciente y la visión global que tienen de la persona, y la importancia que reviste tener una formación especifica en salud sexual para poder atender también a esta componente fundamental de la salud los/las pacientes. “Los médicos y las médicas somos productos de la sociedad en la que vivimos y además somos producto de nuestra propia personalidad, nuestro propio rol social fuera de nuestro papel como médicos, y si vivimos y sentimos que la sexualidad es un aspecto necesario e importante para el desarrollo personal, pues también lo trasladamos en la consulta”. Médico de AP, 47 años.

La mayoría de los/las

participantes coinciden en que se debería

preguntar más sobre sexualidad en general y, en especial, sobre todo los ancianos y ancianas, para mejorar el conocimiento sobre este tema y conocer cómo viven y perciben la salud sexual las personas mayores. 6.3 Demandas asistenciales en AP. Los/as médicos/as entrevistados/as, en general, no interrogan activamente a los pacientes sobre su sexualidad, y, menos aún, a los ancianos. Sin embargo, hacen otras preguntas a los pacientes relativas a su estilo de vida, como por ejemplo, si hacen ejercicio físico, si duermen bien, si fuman, cómo es su alimentación, etc. Solamente un médico manifestó preguntar directamente sobre la salud sexual. Sin embargo, admitió que probablemente no realiza este abordaje de la mejor forma, esto es, atendiendo a un punto de vista integral de la sexualidad, puesto que reduce el contenido de la consulta sexual al uso de contraceptivos y a la prevención de enfermedades de transmisión sexual.

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Dos de los participantes refieren que preguntan directamente sobre salud sexual a los adolescentes, dentro del protocolo de AP de salud del adolescente, pero en este caso enfocándose, igualmente, a la planificación familiar y a la prevención embarazos no deseados. “En los protocolos de atención primaria, está el protocolo del adolescente, ahí se hace bastante hincapié, porque es un poco el inicio del tema de la sexualidad, sobre todo de ese punto de vista preventivo también, de formación y promoción (…)En el protocolo del mayor también hay una serie de preguntas pero, es mi impresión subjetiva, se trabaja menos, es también mucho más una actividad que debería de hacer la enfermería, un poco por también tiempos etc., pero si hablo de mí, le damos poca importancia quizá”. Médica de AP, 53 años.

Dos médicas comentan ejemplos de consultas de mujeres jóvenes por disminución de la libido y por sequedad vaginal en relación con la toma de anticonceptivos; no describen ningún caso de mujeres u hombres que consulten directamente por la sexualidad desde su vertiente positiva, no patológica. Ningún médico/a explora la salud sexual desde su concepto biopsicosocial, como parte importante y vital de la experiencia humana. Además, es de remarcar la disparidad entre la importancia que todos/as médicos/as atribuyen a la sexualidad en la vida de las personas y el reducido tiempo de consulta que se presta a ella. De hecho, una médica afirma que probablemente no se pregunta directamente sobre la sexualidad por el tiempo que ocuparía hablar de ello en la consulta y por el recelo que pueden tener los/las médicos/as en hablar del tema. “Ocupa mucho tiempo el hablar de sexualidad y entonces es un tema que no preguntas habitualmente, como haces otras cosas, igual que preguntas si fuma o no fuma o si ha tenido antecedentes de infarto en la familia, no les preguntas que tal les va la sexualidad y muchas veces, cuando vemos las preguntas en el programa de

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atención yo creo que hacemos poco con el recelo de “Ay, yo esto no sé si preguntarlo porque como me meta en esto.” Médica de AP, 43 años.

Los/las profesionales de AP afirman, en su totalidad, que la consulta sexual surge cuando el paciente la demanda proactivamente. En general, estas consultas relativas a la sexualidad suelen estar relacionadas con el componente físico, es decir, con disfunciones sexuales. “Lo solemos realizar cuando el paciente lo solicita, no iniciado por mi, le intento hacer un abordaje no sólo del aspecto orgánico sino también del aspecto de pareja, de miedo, cuando creo que es un aspecto más bien psicológico lo remito”. Médico de AP, 43 años.

Según la mayoría de médicos varones, los hombres prefieren ser atendidos por médicos varones a la hora de hacer consultas respecto a la sexualidad u otros temas considerados por ellos como relativos a la masculinidad. Las ancianas, por su parte, confían más en las mujeres médicas para contarles sus problemas sexuales que a los médicos. “…el hecho de que un paciente consulte de otro profesional, que suele ser mujer, y aprovechando que en ese momento viene a mi consulta porque ha sido derivado por reparto o algo, incide en la cuestión que suele ser habitual en los varones, cuestiones de disfunción eréctil, y sí que en ese sentido demandan la atención de un médico varón”. Médico de AP, 48 años.

Según los/las entrevistados/as, se objetiva que hay diferencias notorias en las consultas sexuales que realizan mujeres y hombres y en la forma cómo las transmiten en consulta. Los varones son los que con más frecuencia consultan sobre problemas sexuales y, sobre todo, los más jóvenes, seguidos de los varones mayores. Las que menos consultan son las mujeres ancianas. Por tanto, la edad y el género influyen en las demandas sexuales de los pacientes.

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“La consulta por motivos sexuales es escasa, de forma general, no es muy habitual que alguien te manifieste una insatisfacción sexual ,en general, si nos atenemos a la frecuencia creo que lo más frecuente es el varón que consulta por disfunción eréctil, casi te diría que es la única, algunos jóvenes pueden consultar por problemas de eyaculación precoz (…)Alguna mujer, tengo en la cabeza una mujer que consulto por descenso de la libido, que quizá sea la tercera causa en frecuencia de consulta en mujeres”. Médico de AP, 47 años.

Las consultas más prevalentes entre los hombres mayores son la patologías relacionadas con la genitalidad como la disfunción sexual, por ejemplo, la disfunción eréctil en el hombre mayor y la eyaculación precoz en el varón joven. Estas consultas se basan sobre todo en la solicitud de fármacos para mejorar las relaciones sexuales centradas en el coito, motivadas, con frecuencia, por relaciones extramatrimoniales. En las mujeres, las demandas relacionadas con la perimenopausia son las más frecuentes. Una médica añade, además, problemas como dispareunia, dolor tras penetraciones, sensación de malestar y falta de deseo sexual en general. “Hay dos fases de la vida en las que hay muchas o relativas consultas sobre este tema que es la fase de la peri menopausia en las mujeres, no consultas específicamente por la esfera sexual, pero hay muchos síntomas relacionados con la esfera sexual y otra en los varones cuando empieza a haber disfunción eréctil”. Médico de AP, 47 años.

En las mujeres más jóvenes las consultas van orientadas sobre todo a la planificación familiar. Los/las médicos/as, refieren aprovechar estas consultas centradas en la prevención para profundizar en otros aspectos más íntimos de la sexualidad de sus pacientes, cómo su grado de satisfacción con la sexualidad y con la pareja.

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Según

los/las

médicos/as,

las

ancianas

apenas

expresan

preocupaciones de índole sexual. De hecho, según lo constatado en las entrevistas, las mujeres mayores normalmente acompañan a sus parejas por temas de disfunción eréctil,

aclaran que ellas no tienen ningún interés en

recuperar su vida sexual. “Recuerdo un caso, además ellas lo suelen demandar cuando vienen solas, es un tema delicado claro, entonces cuando han venido juntos he tratado de alguna manera enfocarlo con la pareja, muy educada y con mucho tacto, para hacerle un poco ver al varón en este caso que a lo mejor las necesidades, también en esto hay mucho de cultural en este país no, y sobre todo de esas generaciones no, pues para que un poco haya un entendimiento y pueda un poco ella sentirse mejor, pero no es fácil”. Médica de AP, 53 años.

De hecho, todos/as los profesionales argumentan que las mujeres mayores se sienten obligadas o presionadas a seguir satisfaciendo las necesidades de su pareja en el ámbito sexual. “No viene específicamente a consultar eso, dentro de otro motivo pues aprovecha, que está muy agotada, ella es mayor y el marido siempre esta detrás de ella y todos los días o muy a menudo " "la mujer mayor sobre todo se siente agobiada, que el marido (…) quiere demasiada pues relación sexual, ella no tiene tanto apetito, no le apetece, y le agobia“. Médica de AP, 53 años.

Afirman que se trata de una imposición culturalmente inculcada de tener que satisfacer al hombre como elemento pasivo del acto sexual. Una médica atribuye un significado machista a estas diferencias en la forma de experimentar la sexualidad entre los/as ancianos/as. …y las mujeres, los casos que yo he tenido suelen ser por no satisfacer al hombre en sus relaciones, siendo que ellas no quieran tener relaciones sexuales pero, entienden que tienen que satisfacer a su pareja y entonces, el problema es un problema de eso, de dispareunia sobre todo, dolor tras penetraciones, de sentirse mal, de no tener ningunas ganas de tener relaciones pero de qué hacer para poder satisfacer”. Médica de AP, 43 años.

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“Sí he tenido casos, recuerdo, sobre todo expresado por ellas, mujeres mayores con la sensación de un poco de que el varón demanda más necesidad sexual, y ella no le puede satisfacer, con sentimiento de agobio y lo ha llegado a manifestar para que de una manera yo pueda intervenir”. Médica de AP, 53 años.

En general, tanto médicas como médicos hablan de una sexualidad enfocada en la heterosexualidad y en la genitalidad, es decir, el objetivo último de la actividad sexual es el coito, y los trastornos sexuales son problemas derivados de no poder consumar la penetración. Otros elementos de la sexualidad como las caricias, el afecto, los besos, los abrazos, entre otros, no son referidos por los médicos y médicas como preocupaciones por parte de los pacientes, ni tampoco los profesionales recurren a estos elementos para desarrollar las consultas en torno a la temática sexual. Asimismo, las respuestas de los y las profesionales a esta pregunta eran breves,

poco

desarrolladas y pobres en contenido, sobre todo en los médicos varones.

6.4 Preparación/formación de los profesionales sobre sexualidad. Según la opinión de los/las entrevistados/las, la formación sobre sexualidad en los centros de salud de AP no existe. En la mayoría de los centros jamás se han realizado sesiones clínicas ni reuniones de equipo en el que el tema de la salud sexual se haya enfocado desde el punto de vista integral. “…el tema de la sexualidad aquí directamente no se ha tocado en ninguna sesión, o sea, que toca indirectamente pero con temas que realmente no son sexualidad, sino que la parte negativa de la sexualidad, tipo enfermedades de transmisión sexual, como tema de prevención en plan anticoncepción…la parte más positiva no se ha tocado”. Médica de AP, 43 años.

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Una médica comenta que en su centro de salud tiene un compañera de trabajo enfermera formada en sexualidad a la que, excepcionalmente, le preguntan dudas y le remiten a los pacientes con problemas en la esfera sexual. Sin embargo, debido a los recortes y a la falta de tiempo en consulta, las posibilidades terapéuticas son muy limitadas a la hora de tratar problemas sexuales complejos. En general, se acepta que no hay interés en formar a los profesionales sanitarios en cuestiones relativas a la sexualidad en general y, mucho menos aún, en sexualidad de personas de la tercera edad. Los temas relacionados con la sexualidad de forma indirecta, como las enfermedades de transmisión sexual, la anticoncepción y las disfunciones sexuales sí se exponen en las sesiones clínicas, desde un punto de vista preventivo. En resumen, en los cuatro centros de salud a los que pertenecen los profesionales entrevistados, la sexualidad, entendida como una actividad normal,

satisfactoria y placentera, y no como una disfunción, es un tema

absolutamente invisible y que genera poco interés en los médicos y médicas. “...la salud sexual y reproductiva no es un tema que me hayan comentado nunca como demandado”. Médico de AP, 43 años.

De hecho, los médicos y médicos refieren que no están preparados para el consejo sexual, algunos menos que otros. “Ni cómodo ni preparado, pero no cómodo porque no estoy preparado, no porque me incomode el tema. Creo que me sentiría más cómodo con hombres”. Médico de AP, 43 años.

De todas formas, los/as profesionales esperan que en el futuro próximo, con la nueva generación de personas mayores, haya un aumento en las consultas sexuales por mayor inquietud y concienciación de la población

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6.5 La sexualidad de las/os ancianas/os Según los testimonios de los médicos en general, los viudos ancianos parece que siguen manteniendo su vida sexual, bien recorriendo a la masturbación, o bien rehaciendo su vida con una nueva pareja sexual, con lo que, en algunos casos, les beneficia en su salud global. Sin embargo, la viudedad libera a las ancianas de la “obligación” matrimonial de seguir manteniendo relaciones sexuales. No obstante, hay un consenso general de que las personas mayores han perdido interés en su vida sexual, sobre todo las mujeres. Los hombres y las mujeres mayores no tienen una concepción clara de “salud sexual”. Salvo algunas excepciones, viven sus problemas sexuales de forma silenciosa, probablemente reprimiendo sus frustraciones internamente y minimizando los problemas sexuales. Se conforman con la vida sexual que tienen sin cuestionarla ni intentar mejorarla. “En ancianos, según lo que yo vengo apreciando en mi consulta, desgraciadamente arrastramos aun muy todavía una situación de años y años, en el sentido que el varón si que expresa, o por lo menos a mi si lo cuenta esa necesidad, lo ve razonable, saludable, muchos de ellos me comentan experiencias extramatrimoniales y gran parte de las demandas que se me solicitan en cuanto a fármacos o ayuda para mantener relaciones viene motivado por eso, doctor pues como de aquí de la consulta no va a salir, como usted y yo somos hombres me va a entender, pero tengo una amiga y tal, y necesito ayuda. La mujer lo suele necesitar más como una obligación, como algo que se le viene obligado por estar casada y son pocas las mujeres que demandan el tener una vida sexual saludable porque es algo apetecible y sano”. Médico de AP, 48 años.

Los/las profesionales reconocen que el grado de satisfacción en torno a la vida sexual puede ser una medida indirecta del bienestar general de los/as

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pacientes y puede ser un buen instrumento a la hora de valorar el impacto de las enfermedades en la salud global de los pacientes. Según la percepción

de las/os profesionales, las mujeres mayores

viven la sexualidad de una forma más amplia, sin preocuparse con el orgasmo, mientras que los hombres centran sus expectativas sexuales en seguir manteniendo el coito y el orgasmo. El fracasar en ello implica frustración, desconsuelo y sentir peligrar su masculinidad. Los varones, en general, admiten recurrir a la prostitución y otras formas de conseguir sexo fuera del matrimonio. “…el hombre a lo mejor sigue necesitando una sexualidad mas genital o con relaciones sexuales como con penetración etc., yo creo que en el deseo de la mujer, al lo mejor, es diferente, a lo mejor no le apetecen las mismas cosas o de la misma manera, y creo que en general, lo que percibo, es que no se habla. El hombre que pide viagra y la mujer que por dios no le des viagra, no quiero seguir manteniendo relaciones sexuales”. Médica de AP, 39 años.

Según el parecer general, las mujeres ancianas nunca han tenido la oportunidad de vivir su sexualidad debido a su rol de género, a vivir supeditadas a las relaciones y al marido y que muchas, probablemente, son anorgásmicas “Quizás el tema sexual siempre lo hemos visto como que no es una enfermedad, como no es una enfermedad pues no y también por una parte los ancianos han vivido en una época en que este tema es un tema como mas tabú, da mas vergüenza contarlo al medico, estoy seguro que si fuera mujer, mas mujeres me contarían este problema, y los ancianos lo viven como yo estoy convencido que muchas mujeres ancianas la sexualidad no lo han vivido nunca, porque a lo mejor han estado supeditadas a relaciones, al marido y muchas no han tenido un orgasmo es su vida”. Médico de AP, 43 años.

Los participantes indagan en la necesidad de otro tipo de enfoque al abordar la sexualidad de la mujer mayor, menos centrada en las exigencias del

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varón, como son la penetración. No se profundiza, sin embargo, en cuál puede ser este otro enfoque. Finalmente, uno de los médicos aprecia que, quizás, el nivel cultural de los/las ancianos/as influya en la forma como éstos/as viven su sexualidad.

6.6 Análisis de las diferencias de género. La mayoría de los médicos y médicas afirman que la sexualidad es diferente en hombres y mujeres, y que probablemente estas diferencias son, sobre todo, de índole cultural y relativa a la realidad socio-cultural en la que los ancianos y ancianas actuales vivieron su juventud. Este periodo se construye en el imaginario de los participantes como un momento de falta de libertades, de una cultura religiosa muy arraigada, que les impedía desarrollar su sexualidad normalmente y sin tabúes.

En general, los profesionales entienden que para el hombre varón el sexo con penetración sigue siendo la forma predominante de actividad sexual, y rara vez comentan en consulta otro tipo de expresividad sexual como sean los besos, abrazos o caricias. Los hombres en general, acuden a las consultas para mejorar sus relaciones sexuales cóitales movidos por relaciones extramatrimoniales o a prostitución. Las mujeres ancianas, en cambio, viven el coito con mucha ansiedad y no desean continuar con este tipo de práctica. Los cambios fisiológicos asociados a la edad y la idea errónea de que en la menopausia cesa la actividad sexual, contribuyen, según comenta una médica, al conformismo de las mujeres mayores en este tema. Se desconoce, porque no se habla en consulta, si estas mujeres se encuentran satisfechas con otro

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tipo de sexualidad, menos centrada en el coito y más el los abrazos, caricias y besos, por ejemplo. “…los hombres, la sensación que tengo es que los hombres mayores es como que continuaran un reto que se les han impuesto por ser hombres y que tienen que seguir teniendo relaciones con penetración a lo largo de toda su vida, el de repente no poder hacer eso, algo que les ha inculcado de pequeños, lo que significa ser masculino, pues toca lo más profundo de su ser, es ahí donde encuentran ellos el problema. La sexualidad, la sensación es que se encuentra muy centrada en eso; encuentras muy pocos hombres que te hablen, hombres mayores, que te hablen de otras cosas, de caricias o de como sienten las mujeres, es muy difícil que tengas otras ideas del acto sexual, que no esté centrado en la genitalidad, no piensan en nada más”. Médica de AP, 43 años.

Las creencias personales, los prejuicios y los tabúes por ambas partes, médicos/as y pacientes, son señalados por los entrevistados/as como los que perpetúan a que la sexualidad de los ancianos/as sea un tema tangencial en las consultas de medicina de familia y en la sociedad en general. Cabe destacar que, excepto un médico varón, solamente las médicas hablaron abiertamente del problema del género y del machismo imperante en las diferencias sexuales entre mujeres y hombres, lo que podría estar indicándonos también un cierto sesgo en el abordaje de estas cuestiones..

6.7 Propuestas de mejora. Los/las profesionales entrevistados están de acuerdo en que hay que mejorar la formación de los/as médicos/as de familia en este ámbito, de forma a que estén más cualificados para poder ayudar a los pacientes y ayudar a la población general a romper tabúes arraigados.

En general, todos los

profesionales atribuyen importancia al trabajo personal del médico/a, desde formación específica hasta eliminar creencias y tabúes personales, para que la 26

salud sexual de los ancianos/as pueda ser abordado en consulta de forma más natural y fluida. Entre las varias propuestas formuladas por las/os profesionales, se encuentra el deber de los/as médicos/as en realizar un abordaje global del/la paciente y por lo tanto, asumir que la sexualidad es parte intrínseca de ese enfoque biopsicosocial de la persona. “...Muchas veces la sexualidad no es mas que la expresión de la relación de pareja, cuando la relación no es buena, a veces, evidentemente, la relación sexual tampoco puede ser muy satisfactoria, intentaría en la medida de lo posible hacer un enfoque global, social también de la persona y cultural”. Médico de AP, 48 años.

Por otro lado, señalan la importancia de un compromiso institucional para mejorar el abordaje de la sexualidad, esto es, desde elaboración de protocolos específicos en salud sexual, hasta unidades específicas dentro del sistema público de salud para poder derivar los problemas sexuales. Una compañera añade la necesidad de integrar de forma transversal la formación en sexualidad durante la formación MIR de los/as médicos/as. “Creo que deberíamos de tener una formación transversal como tenemos de otros aspectos, lo que no se es quien nos iba a formar porque no conozco ningún medico ni los psiquiatras tampoco, esto debería de estar dentro, supongo, de la formación vía MIR como te formas en otros aspectos”. Médica de AP, 39 años.

Igualmente, se extrae de la entrevistas que los profesionales consideran que al mejorar el contexto social, con el paso del tiempo, mejorará también la forma como se aborda la sexualidad en las consultas, como una manifestación de la forma de pensar de la población.

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7. DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

Las médicas y los médicos de familia entrevistadas/os entienden la sexualidad como una parte muy importante de la vida de las personas e imprescindible para su bienestar general. Sin embargo, el abordaje de la sexualidad en las consultas de AP es prácticamente inexistente. Las razones apuntadas por los/los profesionales para explicar este fenómeno son: la falta de tiempo en consulta, la falta de formación y preparación en salud sexual, la falta de interés en priorizar el tema, la ausencia de protocolos específicos en sexualidad y, finalmente, los tabúes y las creencias negativas en torno a la sexualidad de los/as ancianos/as. Algunos de estos elementos ya han sido mostrados en otras investigaciones 23. Uno de los aspectos que más se han puesto de relevancia en las entrevistas hace referencia a la medicina de familia como especialidad médica que se caracteriza por involucrarse en todas las vertientes de la vida de las personas, desde lo biológico, psicológico, cultural y social y, por lo tanto, la AP es el lugar idóneo para actuar ante los problemas sexuales. De hecho, un estudio realizado en Reino Unido24 mostró que los pacientes mayores confían más en su médico de familia (MAP) para consultar sus problemas sexuales. Taylor et al.25 en otra investigación también realizada en el contexto anglosajón, observó que el 78% de pacientes ancianos con disfunción eréctil no discutían con su MAP sus problemas sexuales, a pesar de que el 83% de ellos afirmaron que les hubiera gustado que su médico/a iniciara la conversación sobre el tema, puesto que les habría resultado menos violento. Además, este mismo estudio añade que, otra razón por la que los/as pacientes no buscaban ayuda, era la

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preocupación de que su MAP pensara en ellos/as como “maníacas/os sexuales” o “anormales” por seguir queriendo mantener relaciones sexuales en la vejez. Sin embargo, y a pesar de que este patrón se podría estar replicando en nuestro contexto, en nuestro estudio, los y las profesionales señalaron que que esperan a que sean los/las pacientes que inicien las discusiones de sus problemas sexuales y lo hacen para no invadir en la intimidad de sus pacientes. Por este motivo, el consejo sexual en AP se reduce a tratar problemas orgánicos o disfunciones puntuales, sin que tenga lugar un verdadero asesoramiento sexual26. Además, los médicos y las médicas perciben una escasez de literatura científica dedicada a la sexualidad de los ancianos, en especial en el ámbito de AP. Asimismo, según los participantes no hay voluntad ni compromiso institucional para mejorar la salud sexual de la población anciana, no hay protocolos de sexualidad ni unidades de derivación específica en la sanidad pública, factores que condicionan el buen manejo de los problemas sexuales.

Según Velasco27, los/as pacientes pueden realizar dos tipos de demandas, las explícitas, en que tratan contar los síntomas y dolores esperando un diagnóstico y tratamiento; y la demanda implícita, que contiene los aspectos psicosociales que se relacionan con la biografía de la persona, con su estado psíquico y los recursos subjetivos ante los conflictos, con los condicionantes psicosociales

de

género.

Según

los

datos

aportados

por

los/las

entrevistados/as, la mayor parte de las demandas sexuales en AP, explícitas,

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suelen ser realizadas por los varones ancianos, y suelen enfocarse en la prescripción de fármacos para las disfunciones sexuales. Muchos/as profesionales aprovechan estas demandas explícitas para intentar profundizar en las demandas implícitas, pero refieren que la falta de conocimientos les limita a la hora de abordarlas.

En 2009, se elaboró la Encuesta Nacional de Salud Sexual ENSS, con enfoque de género, y que abarca a todos los rangos de edad. Este estudio definió relaciones sexuales como “…conjunto de prácticas que realizan dos o más personas, de igual o diferente sexo, con la finalidad de obtener placer sexual, que no tiene porqué incluir el coito, ni concluir con el orgasmo”28. Según los datos de la ENSS 2009, 60% de las mujeres no han mantenido relaciones en el último año y 23% admiten “besos, abrazos y caricias”. La mayoría de las mujeres que ha interrumpido sus relaciones sexuales señalan falta de deseo y falta de interés en la sexualidad como principales motivos. Sin embargo, los hombres siguen manteniendo el deseo sexual hasta la vejez 29. Este hallazgo está respaldado por los resultados de nuestra investigación, que han mostrado que mientras los hombres mantienen el deseo sexual en las etapas vitales de la tercera edad, las mujeres se sienten “liberadas” de dicha carga tras la viudedad. Estas diferencias de género en la sexualidad son transversales a toda la sociedad. Mujeres y hombres perciben la sexualidad de manera diferente30, no obstante, el modelo imperante es el centrado en la genitalidad, heterosexual y heteronormativo. De ello se deriva, además, que el modelo en el cual médicos y médicas abordan la sexualidad de los pacientes en la consulta sigue siendo el centrado en la genitalidad.

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En este sentido, Pérez31 ha señalado que “las generaciones más longevas desarrollaron su juventud durante la implantación de las políticas sexuales propias del nacionalcatolicismo que adoctrinó a estas mujeres no tanto en el desconocimiento de esas posibilidades, como en una disposición a que les mueva a negarlas a pesar de saber su existencia”. En efecto, según nuestro estudio, las mujeres ancianas son las que más sufren la influencia de los tabúes y creencias perniciosas en torno a la sexualidad. Según las/los médicas/os, las mujeres aparecen como meras acompañantes de la disfunción de sus maridos. Su sexualidad es definida como más amplia, más vinculada a la esfera afectiva; al contrario de los hombres ancianos que viven las dificultades en el plano sexual como una frustración, y recurren, según lo apuntado por los/las profesionales, a la prostitución o la masturbación para seguir mantenido relaciones sexuales. Las mujeres mayores viven la interrupción de su vida sexual como una liberación, renuncian a su sexualidad en la mayoridad. Los/las pacientes mayores prefieren hablar de sexualidad con profesionales de su mismo sexo y normalmente aprovechan comentar sus problemas sexuales en el contexto de otra demanda, no acuden explícitamente por el consejo sexual.

Por otro lado, los médicos y las médicas entrevistados se enfrentan de manera distinta a la sexualidad de sus pacientes. A pesar de que los estereotipos y los prejuicios en torno a la sexualidad de los/las ancianos/as están presentes tanto en médicos como en médicas, las mujeres médicas parece que profundizan más que los médicos varones en la vida sexual de los ancianos/as. Las mujeres médicas hablan claramente de las diferencias de

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género en la sexualidad, nombrando el pensamiento androcéntrico como el que perpetúa y mantiene estas diferencias. Los/las profesionales de ambos sexos refieren sentirse más cómodos en hablar de sexualidad con pacientes de su mismo sexo. En cualquier caso, sí parecen existir diferencias de género también en la definición que tienen interiorizada y en el abordaje de la sexualidad dentro de la consulta de los médicos y médicas de AP. Las médicas se involucran más que los médicos en los aspectos emocionales de sus pacientes, y son más insistentes a la hora de explorar sus circunstancias psicosociales.

Conocer e identificar estas diferencias de género y entender su raíz, posibilita mejorar el abordaje de la sexualidad de los ancianos y ancianas en consulta y permite disminuir el impacto de esas desigualdades

7.1 Limitaciones del método utilizado.

Este trabajo se ha realizado con la participación de seis médicos y médicas de AP, que han actuado como informantes clave del estudio. Sin embargo, para conocer en profundidad la percepción sobre la sexualidad, y su vivencia de la misma en las edades más tardías de las personas de la tercera edad, sería necesario realizar un estudio específico que complementase a este que se presenta aquí.

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En este sentido, una de las limitaciones principales de este estudio es que se ha analizado la sexualidad de los/las ancianas, no a través de su experiencia directa, sino por la percepción que tienen de ella los y las profesionales que les atienden en consulta. Por otra parte, en los resultados sobre el abordaje de la sexualidad que se hace desde AP hay que tener en cuenta que los médicos y médicas que participaron en la investigación fueron reclutados bajo criterios de conveniencia, y son profesionales especialmente motivados y sensibilizados por los aspectos psicosociales de la medicina de familia. Esto podría dar lugar a un importante sesgo de selección de los participantes y podría estar condicionando, en gran medida, los resultados del estudio. Dado el numero de entrevistas realizado y las características de los participantes sabemos que el estudio no es representativo de los discursos de todos los médicos de AP. Cabe señalar, que en las entrevistas abiertas se observaron algunas diferencias en función del sexo de los participantes. Las entrevistas con los médicos varones fueron, en general, más breves y más dirigidas que con las médicas, con las que las conversaciones fluyeron de forma más espontánea. Esto tendría importantes implicaciones para una siguiente fase dirigida a entrevistar a las personas de la tercera edad, puesto que podría estar reflejando ciertas reticencias a entrar en este tipo de temáticas con personas de otro sexo y, si fuera debido a ello, respaldando la necesidad de que las entrevistas a los varones fueran realizadas por entrevistadores hombres.

Por último, hay que tener en cuenta que las entrevistas fueron realizadas por una entrevistadora con poca experiencia, por lo que, quizás, el manejo de la

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entrevista no fue el óptimo. Además, puesto que se utilizó un guión para la realización de la entrevista, la información proporcionada por los participantes podría estar sesgada por los contenidos del propio guión.

A pesar de todas estas limitaciones, este estudio supone un primer acercamiento a la vivencia de sexualidad de los ancianos y su abordaje en las consultas de AP. Sería necesario, en una segunda etapa, hacer un análisis más profundo de esta cuestión que sirviera de instrumento para diseñar protocolos sobre sexualidad en la tercera edad ajustados a las necesidades y a la realidad de este público objetivo.

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8. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS

Las médicas y los médicos de AP entrevistados/as, creen que hay un abordaje escaso de la sexualidad de los ancianos y las ancianas y que ello se debe a varios factores, entre los que se encuentran la falta de tiempo en consulta, la falta de formación específica, la falta de implicación institucional y las creencias y tabúes en torno a la sexualidad de la sociedad en general y de las/los ancianas/os en particular.

Hay una disparidad entre la importancia que los/las profesionales conceden a la sexualidad y la falta de atención que se le proporciona

este tema en

consulta. En general, los/las profesionales no abordan proactivamente los problemas sexuales, esperan a que los/las pacientes realicen una demanda para no invadir a su intimidad, a pesar de que las/los pacientes es probable que prefirieran que este diálogo lo comenzase el/la profesional.

La medicina de familia aparece como el lugar óptimo para la realización del asesoramiento sexual, dado que se caracteriza por un abordaje biopsicosocial del/la paciente. Además, este abordaje holístico contrasta en enfoque biologista de la problemática sexual en las consultas señalado por la mayoría de los/las profesionales entrevistados/as.

Existen importantes diferencias de género en la vivencia de la sexualidad en la tercera edad, a juicio de los participantes. Los/las entrevistados/as perciben

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diferencias en la forma en las que hombres y mujeres ancianos/as viven la sexualidad. En los hombres la sexualidad está más centrada en el coito, mientras que las mujeres renuncian a la vida sexual al hacerse mayores. Los varones consultan más sobre este tema, sobre todo solicitando fármacos para disfunciones, y las mujeres acuden como elementos pasivos del acto sexual, acompañando en las consultas de sus maridos.

En este sentido, las mujeres están más influidas por los tabúes y prejuicios en torno a la sexualidad, fruto de una educación católica y de haber vivido su juventud en una época de coartación de libertades, especialmente a las mujeres. Los roles de género asignados a cada sexo influyen enormemente en la forma en la que hombres y mujeres construyen su sexualidad, y ello se trasluce en la forma de pensar de toda la sociedad, incluidos médicos y médicas.

Las propuestas de mejoría van encaminadas a mejorar la formación de los/las médicos/as, la gestión del tiempo de consulta y la derivación de los/las pacientes, tras un primero asesoramiento, a unidades de sexualidad específicas. Ello implicaría un compromiso institucional que fomente la creación de un programa de salud sexual con enfoque holístico y de género, para todas las edades, junto con la creación de cursos y protocolos de sexualidad en AP. Conocer y entender las desigualdades derivadas de los roles de género, la educación religiosa y represiva, permite liberarse de creencias preconcebidas en torno a la sexualidad y favorecer que las personas exterioricen sus problemas sexuales con más libertad.

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9. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

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12- Ministerio de Sanidad Argentina. Conversemos de salud sexual. Manual para el trabajo con equipos de salud de Establecimientos de atención primaria, 2002, Pag 23-30. 13- Ministerio de Sanidad y Política Social, Observatorio de Salud de la Mujer (OSM), Encuesta Nacional de Salud Sexual 2009, disponible en red en: http://www.msssi.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/docs/v5_presentacion_ResultadosE NSS_16dic09.pdf.

14- Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, Estrategia Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, 2011, disponible en red en: http://www.msssi.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/equidad/ENSSR.pdf . 15- Servicio Canario de Salud, Programa de Atención a las personas mayores en Atención Primaria, Febrero 2002, disponible en red en: http://www2.gobiernodecanarias.org/sanidad/scs/content/9e6993c5-ec54-11dd-9b8199f3df21ba27/PROGRAMA_PERSONAS_MAYORES.pdf .

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19- Faus Bertomeu A, La sexualidad de las mujeres mayores: Explotación estadística de la Encuesta Nacional de Salud Sexual (ENSE), Universidad Autónoma de Madrid, 2013. 20- Esteban, MLuz, El género como categoría analítica. Revisiones y aplicaciones a la salud, pág 28-9. 21- Casteñeda IE, Reflexiones teóricas sobre las diferencias en salud atribuibles al género, Revista Cubana Salud Publica, 2007, pág 32-3. 22- García M, Jimenez ML, Guía para incorporar la perspectiva de género a la investigación en salud, Escuela Andaluza de Salud Publica, Consejería de Sanidad. 23- Bellón JA, La gestión del tiempo en la consulta, Barcelona, Semfyc Ediciones, 2007, pág 139-52. 24- Buttler RN et al, “Love and sex alter 60: how to evaluate and treat the sexually active woman”, Geriatrics, 1994, pág 37-8, 41-2. 25- Taylor A, Margot A, Gosney, “Sexuality in older age: esencial considerations for Health care professionals”, Age and Ageing, 2011, pág 6. 26- Muñoz Fernandez M, Gaviria Navarro M, Muñoz F, Sexualidad en Mujeres Mayores, Atención Primaria, 2006, pág 504-6. 27- Velasco Arias S, Atención biopsicosocial al Malestar de las Mujeres, intervención en Atención primaria de salud, Instituto de la mujer, 2012, pág 368. 28- Ministerio de Sanidad y política Social, Resultados de la Encuesta Nacional de Salud Sexual 2009, 2009, disponible en la red en: http://www.msssi.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/docs/v5_presentacion_ResultadosE NSS_16dic09.pdf.

29- Silva JM, Ramírez D, Comportamiento sexual en la población mayor de 70 años, Urología Colombiana, 2006, páginas 74-6. 30- Puleo, Alicina, Dialéctica de la sexualidad, género y sexo en la filosofia contemporánea, Feminismos, 1992. 31- Pérez J, El discurso pedagógico relativo a la sexualidad en España (19401963), Premios nacionales de investigación e innovación educativa, 1992, nº. 1, pág 591-618.

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10. ANEXOS 10.1 ANEXO I. CUESTIONARIO DE CAPTACIÓN

Nombre del participante Número de teléfono Centro de trabajo Localidad Edad Sexo Experiencia profesional en AP Cupo propio de pacientes

_________ años Hombre

Mujer

_________ años

[si menos de 5 años, no válido]



No

[si no tiene cupo propio, no válido]

Firma del Consentimiento informado



No

Contacto para resultados

Sí: contacto_______________

Código Anonimizado Lugar de la entrevista Fecha de entrevista

No

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10.2 ANEXO II. GUIÓN DE LA ENTREVISTA

Características de la población que atiende el centro y experiencia profesional del médico. ¿Se realiza consejo sobre sexualidad en el centro? ¿cómo se articula? ¿a quién va dirigida? ¿Se realiza un abordaje diferencial en función del sexo de los pacientes? ¿Por qué? ¿Quiénes solicitan, en mayor medida, ayuda en consulta relativamente a temas sexuales? ¿y las personas de más de 65 años, suelen realizar esa consulta? ¿Más mujeres u hombres? ¿Cuáles son las demandas más frecuentes o las que se pueden esperar en la esfera sexual de los pacientes mayores? ¿Hay diferencias entre ancianos y ancianas? Por qué cree que hay diferencias? ¿Cómo viven ellos/ellas su sexualidad? ¿Busca activamente interrogar a los pacientes mayores sobre su vida sexual? ¿Considera usted importante hacerlo? ¿Porqué? ¿Tiene algún tipo de formación específica sobre el abordaje de la sexualidad en AP? ¿Se siente usted preparado/a para el consejo sexual? ¿Se siente cómodo/a para hacerlo? ¿Con qué tipo de pacientes se siente más cómodo? ¿Por qué motivo ¿Suele utilizar otras herramientas terapéuticas que no sean la medicalización? ¿Cuáles se usan en hombres/ cuáles en mujeres? ¿En su opinión, hay diferencias en la forma cómo viven o perciben la sexualidad mujeres y hombres? ¿ y entre ancianos y ancianas? ¿Alguna propuesta para mejorar el abordaje de la sexualidad en las consultas de AP? ¿Cómo haría usted dicho abordaje? ¿Sería distinto para hombres y mujeres? ¿Por qué considera que debería ser distinto?

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10.3 ANEXO III. CONSENTIMIENTO INFORMADO. Cód. Anónimo ----------------HOJA DE INFORMACIÓN Estimado/a Señor/a: Soy Sunera Sadacali, Médica de Familia, y estoy cursando el Diploma de Salud Pública y Género, en la Escuela Nacional de Sanidad. Para la realización del proyecto fin de curso llevaré a cabo un estudio cualitativo sobre la percepción de los médicos de familia sobre la sexualidad en las personas mayores, y cómo la abordan en la consulta. La finalidad de este estudio es entender y comprender los factores que afectan la manera en que los médicos y médicas de atención primaria abordan la sexualidad en los ancianos y ancianas en la consulta. Para realizar este estudio se le hará aproximadamente 60 minutos de duración.

una

entrevista

personal

de

Sus datos personales se mantendrán en la confidencialidad durante todo el estudio y tras el mismo, en estricto cumplimiento de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal. Participando en este estudio usted no obtendrá beneficios clínicos directos ni compensación económica alguna, pero los resultados de la investigación se les enviarán al terminar el estudio. Su participación en este estudio es totalmente voluntaria. En cualquier momento del estudio Ud. podrá negarse a seguir participando en el mismo y pedir que se excluyan del estudio los resultados o datos obtenidos, sin tener que dar ninguna justificación y sin que dicha decisión tenga consecuencia alguna en la atención sanitaria que reciba. Si tiene alguna duda sobre lo que acaba de leer o sobre cualquier otro aspecto de esta investigación, por favor pregúntesela a la médica investigadora antes de firmar esta hoja de consentimiento informado. Desde ya le agradezco su participación, Yo (nombre y apellidos) ........................................................................................................... ………………………………………………………….. He leído el consentimiento que se me ha entregado. He podido hacer preguntas sobre el estudio. He recibido suficiente información sobre el estudio.

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He hablado con: (nombre del investigador) .................................................................................................. Comprendo que mi participación es voluntaria. Comprendo que puedo retirarme del estudio: 1º Cuando quiera 2º Sin tener que dar explicaciones. 3º Sin que esto repercuta en mis cuidados médicos. - Presto libremente mi conformidad para participar en el estudio y doy mi consentimiento para el acceso y utilización de mis datos en las condiciones detalladas en la hoja de información. Firma del médico/médica : Nombre:

Firma de la investigadora: Nombre:

Fecha:

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