Sepulturas episcopales en los templos ceutíes, Ceuta 1984

TRANSFRETA A

SEPARATA

Del N.o 4

INSTITUTO

DE

Año

ESTUDIOS

IV

CEUTfES

TRANSFRETANA

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INSTITUTO DE ESTUDIOS CEUTíES Integrado en la Confederación Española de Centros de Estudios Locales (CECEL), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Cientificas (C. S. 1. C.) Bajo el patrocinio del Ilmo. Ayuntamiento

Año IV - Núm. 4

Curso 1983-84 CEUTA

Dirección y realización: - TEODOSIO VARGAS-MACHUCA GARCíA Colaboran en este número: - TEODOSIO VARGAS-MACHUCA GARCíA - JUAN BRAVO PÉREZ y JUAN BRAVO SOTO ENRIQUE JARQUE ROS - MANUEL GARCíA DE LA TORRE Y BLANCO - EMILIO F. SOTELO - JOSÉ LUIS GÓMEZ BARCELÓ - JOSÉ GARCíA cosío - ALBERTO BAEZA HERRAZTI - SIMÓN CHAMORRO MORENO - MIGUEL RODRíGUEZ PÉREZ

Historia de

Fidelísima ( Por

Fotografías: - J. J. GUTIÉRREZ ÁLVAREZ - J. BRAVO PÉREZ E. JARQUE ROS - M. GARCíA DE LA TORRE - E. A. FERNÁI\IDEZ SOTELO - J. L. GÓMEZ BARCELÓ - J. BERNAL - A. BAEZA HERRAZTI - S. CHAMORRO MORENO - M. RODRíGUEZ PÉREZ

Tomo 2.º Capítulo l.-Gobierno de D. S (78. Q Gobernadol

Imprime: SdadCoop. Imprenta Olimpia - Calvo Sotelo. 10 - CEUTA FOTOCOMPOSICIÓN Depósito Legal: CE-28-1984 . . I.SS.N.84-00-05755-4

6 1. Esce cabaJlero se ciculat é Toledo, Enríquez de Gue S_o..! e ra, Señor de las Casa~ men a 'or de Villoría, Caball( Compañi de Nobles Guardias v :: Z

Sepulturas episcopales

en los templos ceutíes

Por José Luis GÓMEZ BARCELÓ

Cada pueblo, cada religión, cada grupo social dererminado mantiene cierras riros propios en relación con los principales momentos de la vida del hombre. Desde los orígenes del crisrianismo se hizo necesario desrinar cierras lugares para el sacro fin de dar sepulrura a los fieles, en cumplimiento del loable propósi(Q de honrar a los difuntos. En un principio, el subsuelo de las iglesias desempeñaría esra misión; pero pasado el riempo y con el aumento del fielaro, los remplos quedarían única y exclusivamente para dar sepulrura a personas de airo nivel social, económiCO, erc. El peregrinar de los cemenrerios, en un primer momenro en las iglesias, más rarde en su derredor para finalizar en el excrarradio de las poblaciones debido a necesidades de crecimiento y urbanísrica se cumple igualmente en la ciudad de Ceura. Enrre las personalidades que continuaron siendo sepulradas durante siglos se encuentran los Prelados de la Sede Seprense, a los cuales nos referiremos en el presenre areÍculo. Aunque la fundación del Obispado de Ceura radique de 1421 (roda lo escriro acerca de riempos anreriores no son más que conjeruras o bien rranspolaciones de daros del Obispado de Marruecos al de Ceura, en la mayor paree de los casos) no son muchos los que, en comparación con el número roral de los que gobernaron la diócesis rienen su sepulrura en la Plaza.

Desde la fundación de la silla de Ceuca hasta 1512 los Prelados ocupaban la diócesis únicamente de forma nominal u oficial, siendo administrada por Vicarios, Administradores Apostólicos, Gobernadores Eclesiáscicos o sim­ ples delegados en la persona de los Priores de las órdenes radicadas en la ciudad. Cuando León X, por bula expedida el 25 de junio de 1513 refrenda el acuerdo realizado el año anterior por Fr. Enrique de Coimbra y el Arzobispo de Braga determinando la incorporación del distriro de Olivenza a la diócesis de Ceuca, se lograría fijar la residencia de los Sr~. Obispos en la Villa de Olivenza finalizando su peregrinar por distintas capicales lusas, sin residen­ cia fija. Esro no quiere decir que a partir de entonces, los Obispos que murieran como rectores de nuescra diócesis fueran sepultados allí, pues en la mayor parte de los casos lo eran en templos de ciudades de mayor rango como Lisboa o Braga. A partir de 1570 Y hasta 1645 en que la cátedra queda vacante por el fallecimiento de don Gonzalo da Silva, ésta permanece unida a la de Tánger. Entre los prelados que figuran en esos años contamOs a don Hécror de Valladares: Don Hécror de Valladares Soromayor ocupó la prelatura entre 1598 y 1600. Natural de Alcochete se doctoró en Sagrada Teología en Coimbra siendo consagrado más tarde Obispo de Ceuca y Tá nger. Según Xiques (1), en las Actas Consisroriales se consignaba su presenta­ ción por el Rey Católico de Portugal, siendo presbítero de la diócesis de Lisboa y de más de cuarenta años de edad. Falleció en 1600 en Gibralta r, de paso para Ceuca, afi rmando Ros y Calaf (2) que su cadáver fue trasladado hacia 1615 siendo sepultado en la Catedral antigua, en Ceuta. Don Gonzalo da Silva vino trasladado de la diócesis de Málaga, que había gobernado desde 1610, llegando a Ceuta en 3 de marzo de 1633 (3). Fue éste el último Obispo de Ceuca y Tánger, y el último del dominio luso, aún cuando eran nombrados por los monarcas de la dinastía austriaca, empero gober­ nando siempre como Reyes de Portugal.

(7). Natural de Tomillo, en Sedes de TriventO y Puzol <

Viejo, enfermo y achaco 1688 solicicando, con el ól embargo, la muerte le sorpI sepultado en el Panteón d Catedral -quien le debía su báculo pastOral de plata sol José dé la Cuesta y Velarde . Christi (9).

Vino a suceder a es ce . Arzobispado de Toledo, qu Magiscral de Sto. Dominge Sevilla. Nombrado por bu (10) llegó a ésca pocos 01.< Cerco famoso de los trell noviembre de 1695.

A él debemos una grar reparaciones de importan

Estuvo, realmente, poe nadares Eclesiáscicos de v Diego de Ascorga y Césp<

En 1709, don Vidal M, el cargo de Inquisidor G< mismo año. Es posible qu< la realizara una vez fallee;: trasladados sus res ros y s cual se llevó a efectO en

Cronológicamente, se Obispo de Ceuta fallecide

Xiques (4) nos dice que fue sepultado en la Iglesia de África dejando a la Catedral una Cruz de gran tamaño y belleza (5).

Hombre fervoroso, h guió la silla de Ceuta ce producido en su parroqL S.M. Felipe V

La sepulcura de don Gonzalo da Silva ha sido de cal manera olvidada que ni tan siquiera don José María Guerra Lázaro (6) la menciona en su obra, siendo motivo principaJísimo del presente escritO.

Falleció en 14 de febI de la Cacedral, aliado del y en el propio lado en q

Fr. Diego Ibáñez de Lamadrid y Bustamante fue nombrado en la Mitra de Ceuta por bula del Papa Inocencio XI emitida en Roma elll de junio de 1687

El que fuera Dignid Madrid, don Manuel Fer

a 1512 los Prelados ocupaban cial, siendo administrada por ~nadores Eclesiásticos o sim­ e las órdenes radicadas en la

:le junio de 1513 refrenda el le de Coimbra y el Arzobispo trito de Olivenza a la diócesis Sr~. Obispos en la Villa de s capitales lusas, sin residen­ entonces, los Obispos que -an sepultados allí, pues en la :le ciudades de ma yor rango

ítedra queda vacante por el nanece unida a la de Tánger. Contamos a don HéctOr de ó la prelatura entre 1598y rada Teología en Coimbra y Tánger.

; seconsignaba su presenta­ lresbítero de la diócesis de

euta, afirmando Ros y Calaf do sepultado en la Catedral

ócesis de Málaga, que había narzo de 1633 (3). Fue éste '1 dominio luso, alin cuando 1 aUStriaca, empero gober­

lesia de África dejando a la

:le tal manera olvidada que ;) la menciona en su obra, o.

e nombrado en la Mitra de oma el 11 de junio de 1687

(7). Natural de Tomillo, en el Arzobispado de Burgos había gobernado las Sedes de Trivento y Puzol en el Reino de Nápoles.

Viejo, enfermo y achacoso se posesionó de la diócesis el 23 de agostO de 1688 solicitando, con el óbice de su salud, el traslado en 1692 (8). Sin embargo, la muerte le sorprendió en la ciudad el 4 de abril de 1694, siendo sepultado en el Panteón de los Srs. Obispos, dejando a la Santa Iglesia Catedral -quien le debía su conclusión y techado- cuadros, colgaduras y un báculo pastOral de plata sobredorada que fue deshecho en tiempos de don José de la Cuesta y Velarde para hacer la custOdia que se sacaba en el Corpus Christi (9). Vino a suceder a este último don Vidal Marín, natural de Mora en el Arzobispado de Toledo, quien llegaría a ser Inquisidor Mayor de Salamanca, Magistral de StO. Domingo de la Calzada y Lectoral en la Metropolitana de Sevilla. Nombrado por bula fechada en Roma a 13 de septiembre de 1694 (lO) llegó a ésta pocos meses después de haber impuesto Muley Ismail el Cerco famoso de los treinta años, posesionándose de la misma el 9 de noviembre de 1695. A él debemos una gran reforma del Santuario de Ntra. Sra. de África y reparaciones de importancia en la Catedral. Estuvo, realmente, poco tiempo en la ciudad, dejando en su lugar Gober­ nadores Eclesiásticos de valía como fueron don Francisco Garzerón y don Diego de AstOrga y Céspedes. En 1709, don VidaJ Marín fue reclamado por S. M. Felipe V confiándole el cargo de Inquisidor General, falleciendo en Madrid a 10 de marzo del mismo año. Es posible que la mayor deferencia de este Prelado con la ciudad la realizara una vez falle