Seguridad energética México-Guatemala y la escuela de Copenhague

July 22, 2017 | Autor: O. Loera Gonzalez | Categoría: Copenhagen School/Securitization, Mexican foreign policy, Bilateral Relations
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Descripción

El papel de la seguridad energética en las relaciones contemporáneas entre Guatemala y México, vistas desde el enfoque de la escuela de Copenhague de estudios de seguridad.

Omar A. Loera González

Abril 2012.

Índice Introducción………………………………...………………………………………...…….2 Capítulo 1. La seguridad energética dentro del entorno internacional……………………………………………………………………..………....5 1.1El tema de la seguridad energética en la agenda mundial actual………………………………………………………………………………..........7 1.2 La seguridad energética y sus impactos en la economía moderna…………………...............................................................................................15 1.3 El sector eléctrico dentro del enfoque de la seguridad energética……………………………………………………………………………..17

Capítulo 2. Aproximación teórica a la seguridad energética de la escuela de Copenhague……………………………………………………………………….……..21 2.1 El concepto de segurización……………………………………………………………………...….22 2.2 La teoría de complejos regionales de seguridad……………………………………………………………………….…...23

Capítulo 3. Relación Entre México y Guatemala vista desde el tema energético……………………………………………………………………………......26 3.1 Breve reseña histórica de las relaciones entre México y Guatemala……………………………………………………………..…..………...26 3.2 Interacciones energéticas contemporáneas de México y Guatemala a través de organismos internacionales…………………………………………………………………...….28

Conclusiones………………………………………………………………………………33

Bibliografía……………………………………………………………………………..…35

La producción de esta tesina responde a los requisitos de evaluación del seminario de Relaciones Internacionales impartido por la Dra. Luz Araceli González Uresti.

Introducción

La presente investigación realiza una aproximación a la naturaleza de las relaciones energéticas contemporáneas entre México y Guatemala desde el enfoque teórico que aporta la escuela de Copenhague de estudios de seguridad.

Sin lugar a dudas, las cuestiones relativas al abastecimiento energético se han vuelto fundamentales dentro de nuevos esquemas de seguridad, y en la formulación de la política exterior de los Estados. El final de la Guerra Fría y la emergencia del fenómeno de la globalización han transformado la agenda internacional y las dinámicas de seguridad a nivel regional1. En lo que se refiere a la seguridad energética particularmente, los factores fundamentales que han elevado su relevancia en la agenda internacional son principalmente: La creciente demanda de productos energéticos por parte de las industrias nacionales y los efectos causados por las crisis energéticas que sacudieron la oferta de hidrocarburos en la década de los setenta.2

Naturalmente, el contexto de la seguridad energética tiene alcances muy diversos y profundos al ser considerado un tema estratégico en virtud de la preponderancia que posee el abastecimiento energético en el sostenimiento de una economía. Sin embargo, no todos los Estados tienen dentro de sus territorios recursos que puedan ser explotados para la generación energética, ni cuentan con la capacidad técnica para procesar estos recursos en gas licuado, gasolinas, aceites o en energía eléctrica. Esta situación hace que se genere una situación de dependencia y vulnerabilidad respecto a las entidades emisoras de energía o con capacidades técnicas instaladas. Es precisamente en este punto donde se vuelve evidente la relación que tienen estas circunstancias con el tema planteado y la relevancia que posee en la investigación.

El enfoque de esta temática dentro de la relación entre México y Guatemala se debe a la variedad de recursos naturales dentro de sus territorios así como las evidentes condiciones 1

Graham Evans y Jeffrey Newnham, The Penguin Dictionary of International Relations, Penguin books, Estados Unidos, 1998, p.490. 2 Brenda Shaffer, Energy Politics, University of Pennsylvania Press, Estados Unidos, 2009, p. 35.

de vecindad, lo que en palabras del embajador José Juan de Olloqui genera “una diversidad de puntos de contacto y una amplia gama de compromisos”3. Es importante mencionar también que la relación energética entre estos dos países se ha fortalecido mediante mecanismos de integración regional como el proyecto Mesoamérica, organismo de cooperación sucesor al Plan Puebla Panamá.

El marco teórico que se utiliza es el de la escuela de Copenhague, la cual tiene sus comienzos en la década de los noventa como una aproximación teórica novedosa en el marco de los estudios de seguridad en el contexto de posguerra fría. La escuela de Copenhague surge como respuesta a la necesidad de distinguir los usos que puede tener la seguridad, y las interpretaciones que puede tener en contextos sociales y políticos.4 Dentro de esta escuela de relaciones internacionales existen elementos que aportan herramientas teóricas útiles para el estudio de la seguridad energética: la teoría de complejos de seguridad regional, la cual cubre las interacciones de seguridad dentro de espacios geográficos delimitados (como el caso de México y Centroamérica) y el concepto de segurización5 entendida como el proceso de la construcción política de la seguridad.

Con este enfoque teórico, las hipótesis en las que se basa la investigación parte de la afirmación de considerar la relación energética entre México y Guatemala como segurizada. De esta manera los objetivos de investigación parten de esta consideración para determinar si esta relación se puede considerar como tal o si se encuentra en proceso de serlo, así como establecer el papel que juegan las agrupaciones regionales en este ámbito.

Por último la estructura del trabajo parte de la clarificación de aquellos conceptos, temas, sectores y regímenes claves en el campo de la seguridad energética. Se prosigue ahondando en el acercamiento teórico de la escuela de Copenhague, específicamente en las teorías de complejos de seguridad regional y de segurización, para pasar a un análisis de la relación 3

José Juan de Olloqui, La diplomacia total, Fondo de cultura económica, México, 1994, p. 201. Gabriel Antonio Orozco Restrepo, “El aporte de la Escuela de Copenhague a los estudios de seguridad”, Fuerzas armadas y sociedad (Enero 2006), p. 144. 5 Esta palabra se define como el proceso de otorgarle a un objeto una dimensión de seguridad. Cuando este proceso está completo entonces se le define como segurizada. 4

México-Guatemala y a sus interacciones bilaterales y regionales en temas energéticos. Las conclusiones del trabajo académico se derivan después de abordar estos temas en tres capítulos.

Capítulo 1. La seguridad energética dentro del entorno internacional

Como ya se estableció, los temas concernientes a seguridad tienen una preponderancia clara en los asuntos internacionales, pero su definición es difícil de delimitar. De acuerdo al diccionario de relaciones internacionales de los profesores Evans y Newnham, la seguridad es un término que denota la ausencia de amenazas y el mantenimiento de las funciones del Estado6. La seguridad históricamente ha tenido un carácter dual en la naturaleza internacional al ser un valor central y al mismo tiempo el objetivo último del comportamiento de los Estados.7 Este análisis es compartido por Waltz el cual definía a la seguridad como el objetivo jerárquicamente más alto en el sistema anárquico.8 Sin embargo, otro teórico realista; Baldwin, rechaza esta aproximación al considerarla como demasiado “simplista”, la seguridad-escribe Baldwin- no puede llegar a convertirse en un algo “absoluto” en el sentido de que difícilmente se puede determinar hasta qué punto la seguridad llega a ser suficiente. Baldwin a su vez propone un acercamiento más relativo, refiriéndose a la seguridad como un objetivo al que es posible acercarse por medio de un cálculo racional de costos, de esta manera la seguridad vendría siendo el valor marginal de este proceso de procesos de calculación.9

Así mismo, el concepto también ha experimentado numerosos cambios. La evolución de los enfoques de seguridad ha respondido a los intereses de los Estados hegemónicos en la agenda internacional. Como ejemplo, se puede mencionar el final de la Guerra Fría como un importante punto de inflexión en el tema de seguridad debido al cambio de un paradigma centrada en asuntos militares (o tradicionalistas) a un paradigma más temáticamente pluralista en donde emergieron preocupaciones ya no centradas exclusivamente en temas militaristas ni de poder duro sino también en temas ambientales, económicos y sociales.10 Dentro de este marco de post-Guerra Fría, también tuvo su 6

Graham Evans y Jeffrey Newnham, op. cit., p. 490 Ídem 8 Kenneth Waltz, El hombre, el Estado y la Guerra: un análisis teórico, Colección de Estudios Internacionales CIDE, 2007, pp 25-26 9 Baldwin, David, Neoliberalism, neoliberalism, and world politics, Columbia University Press, 1993, p. 6 10 Bill McSweeney, Security, Identity and Interests: A sociology of International Relations, Cambridge University Press, 1999, capítulo 3. 7

emergencia el fenómeno de globalización. El crecimiento de la interdependencia y la entrada de nuevas tecnologías tele-comunicativas han introducido una nueva dimensión a esta evolución ya que se redefine el concepto de seguridad en términos conflictivos a temas cooperativos.11 Esta situación derivó a ciertos académicos a cuestionar el papel del Estado en la configuración de este nuevo orden mundial, el teórico en asuntos de seguridad Barry Buzan reconocía que el dilema de seguridad todavía era un elemento existente en este esquema, veía una “regionalización de los temas de seguridad” y proponía describir la situación geopolítica de finales del siglo XX bajo el concepto de anarquía madura como un nuevo punto de partida que describiría mejor la situación de cooperación y multilateralismo que prevalecen desde hace más de dos décadas. Buzan continúa argumentando “si se puede considerar la seguridad común como una alternativa a las versiones Estado-centristas de seguridad entonces es posible que evolucione

más allá y ver la seguridad como un

concepto que se vuelva tema de consideración principal en la agenda de gobernanza global”12

Pasando al enfoque energético específicamente, el tema se ha catalogado básicamente como un asunto íntimamente relacionado a dos dimensiones: 

La dimensión económica: En este contexto existe una marcada vulnerabilidad dentro del suministro de energéticos a los consumidores. El precio de los bienes o las líneas de abastecimiento corren el peligro de sufrir vulnerabilidades, lo que perjudicaría la seguridad económica de una entidad receptora. Esta potencial amenaza ha dado pie a que surja un discurso político en el que se aboga por la autosuficiencia como medio para alcanzar seguridad energética.13



La dimensión ambiental: En la segunda dimensión, se destaca que es de recién ingreso a las consideraciones de seguridad dentro de la política internacional. Poco después de la terminación de la Guerra Fría, se publicaron una serie de estudios de

11

Ídem Buzam, Waever, Regions and power: The structure of International Security, Cambridge University Press, 2003, p. 29. 13 Pascual, Elkind, Energy security: Economics, politics, strategies and implications, Brookings Institution Press, Estados Unidos, 2009, capítulo 6. 12

carácter científico en los cuales se concluía que el retroceso en los niveles de las capas de hielo en los polos y en los glaciares eran resultado de la actividad humana, específicamente de la emisión de gases que provocaban un efecto “invernadero” en la atmosfera y que erosionaban la capa de ozono. A este proceso se le conoció como calentamiento global y propulsaron campañas que proponían la investigación y el uso de energías renovables, como la eólica, solar, geotérmica entre otras, en sustitución de combustibles fósiles. Aunque también vale la pena recalcar que la investigación en estas fuentes alternas de energía se debe a una medida cautelar tomando en cuenta que son fuentes inagotables de recursos energéticos y que no representarían problemas serios de logística en cuanto a su distribución ya que su generación puede darse en una amplia gama de lugares.14

1.1 El tema de la seguridad energética en la agenda mundial actual

Desde la era industrial la energía es considerada una mercancía vital para el funcionamiento y mantenimiento de las industrias y economías modernas. Es la base y motor de la riqueza, innovación tecnológica, competitividad y controversia política.15 Por lo tanto, el acceso a este tipo de recursos es un elemento integral en la formulación de políticas de seguridad nacional de los Estados, en especial en aquellos en los cuales su producción interna no alcanza a cubrir la demanda doméstica. Tradicionalmente en el discurso político internacional, se entendía a la seguridad energética como sinónimo de independencia energética, situación que a juicio de autores como Pascual y Elkind, no es ni conveniente ni viable en la actualidad debido a la profunda interconexión de las economías nacionales por el fenómeno de la globalización. Sin embargo, estas condiciones de dependencia y los

14

Lezama, Graizbord, Los grandes problemas de México: Medio ambiente, Colegio de México, 2010, pp. 338-340 15

Pascual, Elkind, op. cit., capítulo 1.

precios cambiantes de productos energéticos representan vulnerabilidades en el mercado internacional.16

Dentro de la academia existe un consenso relativo en relación a cuales son los componentes básicos que integran la seguridad energética: Según la académica israelí Brenda Shaffer la seguridad energética se compone básicamente de tres elementos principales: 

Fiabilidad



Asequibilidad



Grado de nocividad Ambiental.17

De este modo, las estrategias encaminadas a garantizar seguridad energética son varias, entre las que están: la diversificación de las fuentes de energía y de

proveedores,

almacenamiento de hidrocarburos y creación de infraestructura básica. La fiabilidad del suministro se refiere “al acceso regular e ininterrumpido que tiene un Estado a la energía en las cantidades y formas que requiere”18, en tanto que por asequibilidad se entiende el acceso a precios que puede ser sostenidos económicamente y que a su vez estén en capacidades de seguir promoviendo el desarrollo económico19, y por último el concepto de nocividad ambiental refiere a recursos energéticos que no tengan altos costosos para la salud de las personas y la reducción de los gases de efecto invernadero.

Por otra parte, el analista Jonathan Elkind ofrece una aproximación al concepto desde componentes similares a los propuestos por Shaffer:

16



Disponibilidad:



Confiabilidad



Asequibilidad

Ídem Brenda Shaffer, op. cit., pp.91-93 18 La importancia del abastecimiento de estos productos se vuelve particularmente importante con el tiempo y puede ser visto en la manera en que organismos como la OTAN o el G8 han incorporado la seguridad energética dentro de sus estrategias de operación. 19 Los precios del crudo pueden cambiar agresivamente en poco tiempo, del 2002 al 2008 por ejemplo, el alza de los precios fue de 400% para luego registrar una caída de 300% debido a una menor demanda a causa de la crisis financiera global de finales de 2008. 17



Sustentabilidad 20

Por disponibilidad, Elkind se refiere a la habilidad de obtener recursos energéticos, para esto, él argumenta la necesidad de fomentar innovaciones tecnológicas y marcos legales claros con los cuales se pueda competir en el mercado por estos recursos. El componente de confiabilidad se define como “el grado de exención de interrupciones en las fuentes de producción las cadenas de abastecimiento”.21 Bajo esta lógica los Estados deberían de instalar sistemas robustos que resistan probables ataques terroristas, inclemencias del tiempo y situaciones políticas inestables al implementar una serie de medidas como la consolidación y mantenimiento de una red de infraestructura sólida, la instalación de impuestos que desmotiven el consumo desmedido de ciertas fuentes energéticas (las norenovables) y el aumento de las reservas de emergencia en las redes y sistemas de transmisión.

El punto de confiabilidad es de particular relevancia ya que se calcula que 1.8 mil millones de personas22 pasan por situaciones de pobreza energética. El concepto se relaciona con el nivel de inconstancia de los precios y al grado de transparencia que se tiene sobre estos. Entre los hechos clave en este ámbito y con gran trascendencia prospectiva es la amenazante extinción de aquellas reservas de petróleo que son explotadas a bajo costo así como la inconveniencia una demanda excesiva de este producto.23 Finalmente, la sustentabilidad es un concepto de recién ingreso a estos componentes de seguridad energética y es derivado de los hechos expuestos por la comunidad científica internacional respecto al efecto de las actividades del hombre sobre el medio ambiente, lo que ha provocado cambios climáticos que afectan a las comunidades en todo el mundo. El camino a seguir según Elkind es claro, es necesario reducir las emisiones de gases con

20 21

22

Carlos Pascual y Jonathan Elkind, op. cit., capítulo 6. Ídem

Ídem, esta cifra equivale a una de cada cuatro personas en el mundo con esta condición. De acuerdo a Elkind, son aquellas reservas que están más próximas a la superficie. La tendencia es que la extracción de crudo sea cada vez más difícil y su transportación cada vez más extensa. La tecnología en este aspecto todavía queda por ser consolidada. 23

efecto invernadero y definir claramente este fenómeno desde el ámbito político 24, cosa que a juicio de él y de los compiladores de Los grandes problemas de México: medio ambiente no se ha hecho ya sea por falta de conocimiento o por falta de voluntad política.25

Además, según Shaffer, existe una jerarquización evidente de los componentes mencionados por ella y por Elkind. Se puede tomar como ejemplo el asunto del cuidado ambiental como prioridad política dentro de la plataforma de política exterior de la UE, mientras que por otro lado, la República Popular China imprime un mayor énfasis en consolidad la asequibilidad de sus recursos energéticos sobre el cuidado ambiental. 26

Por otro lado, vale la pena mencionar acontecimientos no planeados dentro de estos esquemas de seguridad nacional y no contribuyentes a consolidar la seguridad energética de un Estado tales como el crecimiento desmedido de burocracias dentro del sector energético.27 La elevada cantidad de agencias y entidades gubernamentales confunde las responsabilidades

de cada agencia en la ejecución de las políticas de seguridad

energética.28

En el caso de la seguridad energética enfocada a los Estados, Shaffer realiza un listado de las diversas estrategias en las que recurren éstos con el propósito de solidificar su seguridad en este ámbito:

24



Diversidad de las fuentes energéticas



Diversidad de abastecimiento (proveedores)



Almacenamiento de reservas de hidrocarburos



Consolidación de infraestructura energética



Capacidad de cambiar fuentes energéticas.29

ídem

25

Lezama, Graizbord, op. cit., pp 196-197 Brenda Shaffer, op. cit., pp 93-94. 27 Pascual, Elkind, op. cit., capítulo 4. 26

28 29

Brenda Shaffer, op. cit, pp. 29-31. Brenda Shaffer, ibídem., p. 93-94

En el primer punto se refiere a la situación que se puede derivar de la posible sobredependencia en el consumo de recursos energéticos tradicionales como el gas, el petróleo, el carbón, etc. La diversidad de abastecimiento involucra adquirir energía de diversos proveedores en lugares geográficos distintos, punto con el que Elkind concuerda al decir que la estrategia de los consumidores ha sido y debe de ser la diversificación de fuentes y la de los exportadores la diversificación de fuentes de ingreso económico.30 El almacenamiento de reservas de hidrocarburos es una estrategia proveniente de la escasez de estos recursos provocada por las crisis de la década de los setentas, para Shaffer, ha sido una de las herramientas más efectivas en el aumento de seguridad energética. Los Estados miembros de la OTAN requieren tener reservas equivalentes a tres meses de consumo, China por otra parte comenzó a establecer una reserva estratégica de petróleo poco después de que aquella nación se convirtió en un importador neto de este producto. 31 Lo que viene a demostrar que las políticas energéticas de los Estados se ajustan a los planteado por Shaffer y Elkind particularmente teniendo en cuenta si el Estado en cuestión es importador de recursos energéticos ya que esta situación puede generar que el control de su seguridad energética se encuentre a merced de aquellas entidades exportadoras de energía. De esta manera las proposiciones expuestas por éstos autores pueden ser catalogadas como cautelares o defensivas y cuyo propósito gira más bien en minimizar los daños ocasionados por

cualquier eventualidad más que maximizar la seguridad energética de manera

unilateral.

Otro factor que detenta influencia sobre las políticas de seguridad es el referente a los tipos de regímenes existentes en la agenda energética mundial. Por régimen, se entiende un marco de interacciones entre actores que ven la necesidad de establecer relaciones cooperativas basadas bajo el principio de reciprocidad.32 Dentro de la seguridad energética estas interacciones se forman en función de aquellos países que exportan o importan energéticos, punto que comparten Keohane y Nye al relacionar este concepto con la idea

30

Carlos Pascual y Jonathan Elkind, op. cit, capítulo 6 Brenda Shaffer, op. cit., p. 94 32 Graham Evans y Jeffrey Newnham, op. cit., p.471 31

de interdependencia entre actores y proveedores.33 Esta situación detona que algunas clases políticas (en Estados Unidos, por ejemplo), vean como una solución viable de esta lógica de interdependencia el incrementar la producción energética doméstica en países donde existen tales recursos, como en el mismo vecino del norte. Sin embargo es notorio que tanto Elkind como Keohane y Nye puntualizan en las dificultades e inconveniencias de seguir el discurso político de lograr una autosuficiencia doméstica en razón de las grandes inversiones necesarias en tecnología de explotación34 y costos de distribución, lo que generaría precios de energía más inaccesibles para la población.35 En el caso de la seguridad energética, esta “interacción entre actores” como lo definían Evans y Newhman no siempre cumple con la característica de “cooperativa”36, la búsqueda constante por el control de recursos naturales puede llevar a situación de una elevada tensión internacional, como fue expresado por el exsecretario de Estado y académico norteamericano Henry Kissinger: “La competencia sobre el acceso de la energía se ha convertido en un asunto de vida o muerte para muchas sociedades”.37

En este punto, la energía

posee un carácter dual al ser tanto un factor como una

herramienta. Es un elemento predominante en la formulación de la política exterior de un país y puede ser una herramienta de esta misma política. La búsqueda por el aumento en la seguridad del suministro energético es parte de la agenda de seguridad nacional de los Estados importadores de energía, mientras que el aseguramiento y diversificación de mercados estables se encuentra dentro de los intereses nacionales de los países exportadores.38 La energía, adicionalmente, crea un enlace entre las políticas domésticas y externas de un Estado, las cuestiones sobre precios, métodos de suministro e impacto 33 34

35

36

Keohane, Nye, Power and interdependence 4th edition, Longman, 2012, pp.8, 204. Ídem Carlos Pascual y Jonathan Elkind, op. cit, capítulo 6

Graham Evans y Jeffrey Newnham, op. cit., p.471 Ibídem, p. 66 38 Ibídem, p.40 37

ambiental han transformado políticas y hábitos de consumo en un asunto de interés global. Esta “internacionalización” de la seguridad energética también puede ser una fuente de conflicto una vez que los Estados cuentan con el potencial de coaccionar a otros en cuestión de influir en sus políticas de tarifas energéticas (como veremos con el caso de Rusia y sus vecinos más adelante), de adopción de estándares de eficiencia y de alineación a ciertos regímenes internacionales.39 El debate sobre el papel de la energía sobre la seguridad incluso ha llevado a propuestas de incluir la figura del embargo energético como instrumento de guerra. 40 Sin lugar a dudas, el control de estos recursos energéticos durante tiempo de guerra es básico en la estrategia militar si se pretende sostener los esfuerzos bélicos de manera prolongada. Desde la Primera Guerra Mundial, con el auge de nuevos transportes terrestres como lo fueron la introducción del tanque de batalla y de los buques modernos, el acceso a la materia energética ha sido una condicionante primordial en la estrategia bélica moderna.

En tiempos recientes no es extraño ver como la competencia por el acceso a la energía desencadena conflictos -que aunque no llegan a ser bélicos en la mayoría de los casos-si tienen la capacidad de desequilibrar la geopolítica regional y global. Un ejemplo de estos son las crisis energéticas acontecidas en los inviernos del 2006 y 2007 cuando Rusia, un proveedor de gas y petróleo para los mercados europeos al oriente de su frontera, cortó súbitamente el suministro de gas a Georgia y Ucrania.41 Ambas partes intercambiaron acusaciones, Rusia justificaba su decisión de interrumpir el suministro de gas adjudicando que era una decisión eminentemente comercial ya que no podía sostener los precios de venta preferenciales de gas natural a países ex soviéticos.42 Por otro lado, Georgia y Ucrania protestaron por lo que calificaron de intentos rusos de desestabilizar sus países como un castigo por sus relaciones amistosas con países occidentales y con la OTAN, situación que era intolerable para los intereses nacionales rusos ya que el Kremlin considera 39

Ibídem, p.41. Carlos Pascual y Jonathan Elkind, op. cit., cap. 6. En el 2006 el Senador de EEUU Richard Lugar propuso alterar el artículo 5 de la carta constitutiva de la OTAN con el fin de considerar los embargos energéticos como un ataque a la alianza transatlántica. 41 Ídem 42 Brenda Shaffer, op. cit., p 42-45. Estos precios fueron colocados desde la implementación de la Comunidad de Estados Independientes. 40

a estos países como su esfera de influencia natural.43 Este ejemplo ilustra el peso de los Estados proveedores en la balanza del régimen internacional de energéticos en detrimento de los Estados consumidores y de los Estados que fungen como intermediarios del tránsito de energéticos como en este caso fue Bielorusia. En este punto es relevante subrayar que a pesar del papel prominente que se ha subrayado en este trabajo, existe una casi nula coordinación en el sector a nivel internacional, lo que provoca que exista un déficit en cuanto a la habilidad de promover o continuar políticas en el ramo. 44 Los problemas de la dependencia de consumidores hacia los exportadores tampoco es nueva: en su momento el secretario de Estado Henry Kissinger acertó: “nuestra economía y seguridad son rehenes de las decisiones realizadas por naciones a miles de millas de distancia. Este hecho hace a nuestra política exterior vulnerable a presiones sin antecedentes”.45

Shaffer, agrega que la evidente desventaja de los clientes frente a los proveedores se puede explicar debido a la mayor cohesión existente entre los pocos proveedores existentes y relativamente organizados (como la OPEC) frente a una cantidad mayor de Estado que asemejan más ser una colección de clientes separados que una entidad unida (no hay una agrupación que represente los intereses comunes de los países consumidores). En este punto Pascual está de acuerdo en que el poder político está acumulado en las manos de los exportadores causando un desbalance de intereses y una falta de coordinación que provoca la inhabilidad de crear o continuar políticas en ese ramo. A pesar de esta situación, existe una ausencia de organizaciones con el mandato y alcance para canalizar estos procesos de toma de decisiones. La actual Agencia Internacional de Energía (AIE) que es el organismo más parecido a un esquema de gobernanza global carece de poderes regulatorios y sólo abarca un espacio geográfico-reducido (aquellos Estado-miembros de la OCDE) lo que afecta en gran medida su papel determinante en asuntos energéticos.46

43

Ídem Carlos Pascual y Jonathan Elkind op. cit., capítulo 7. 45 Ídem 46 Ídem 44

A su vez-agrega Shaffer- el 75%47 de las reservas probadas de petróleo en el mundo son administradas por compañías estatales, las cuales -según la analista- no operan desde un punto de vista comercial lo que genera que frecuentemente las ganancias obtenidas de la venta del crudo sean destinadas a subsidios gubernamentales o a inversiones en infraestructura en detrimento de invertir en tecnologías que pudieran incrementar la producción interna de energía.48

1.2 La seguridad energética y sus impactos en la economía actual

La expansión dramática de los lazos físicos en la forma de infraestructura entre los Estados a principios del siglo XX fomentó las relaciones a largo plazo y aumentó las dependencias entre proveedores y consumidores así como recalcó la importancia de los países transito, los cuales poseen un poder relativo en la dinámica del mercado global. El papel de la energía en la economía moderna es excepcional, se estima que por cada punto porcentual que incrementa la producción energética, el PIB incrementa en un .7%49, también existen varios factores que distinguen el comportamiento de la energía respecto a otros tipos de bienes. En primer lugar, las exportaciones de productos energéticos poseen diferentes patrones de comportamiento en comparación a otros tipos de bienes exportados.50 Esto se debe principalmente a la alta inestabilidad de los precios de los energéticos, lo cual puede afectar en gran medida aquellos países en los que gran parte de sus ingresos provienen de la venta de este tipo de exportación.51 A esto se añade también el 47

Brenda Shaffer, op. cit., p. 7 Estos datos se confirman de acuerdo a la página “Worlds largest oil reserves” de la compañía de análisis Petrostrategies, Recuperado de: 48 World Energy Outlook 2011, IEA analysis of fossil-fuel subsidies. Recuperado de: < http://www.worldenergyoutlook.org/Files/ff_subsidies_slides.pdf> Según esta fuente, en 2010 destinaron $409 mil millones de dólares en subsidios de este tipo, los países exportadores gastan cuatro veces más en este rubro que los países consumidores. 49

Cherfurka, P, Energy and GDP in 2050. Recuperado de: http://www.paulchefurka.ca/WEAP2/Energy_GDP_2050.html 50

Véase el pie de página de la cuartilla 8: “Los precios del crudo pueden cambiar agresivamente en poco tiempo, del 2002 al 2008 por ejemplo, el alza de los precios fue de 400% para luego registrar una caída de 300% debido a una menor demanda a causa de la crisis financiera global de finales de 2008.” 51 Brenda Shaffer, op. cit., pp 23-25

grado de dependencia de las ganancias de la exportación de energía sobre la economía nacional. El Fondo Monetario Internacional incluso realiza una distinción entre aquellos vendedores cuyo Producto Interno Bruto depende en 40%52 o más de las ganancias de este tipo de exportaciones. Este punto puede ser ilustrado por lo que la académica de la universidad de Stanford, Terry Karl bautizó como “la paradoja de la abundancia”. Concepto que busca explicar el carácter dual de la influencia de las exportaciones de energéticos en el sentido de que una sobre-dependencia de los ingresos públicos respecto al precio de energéticos es considerada una vulnerabilidad seria para Karl.53 A su vez, Elkind destaca que los precios baratos de formas tradicionales de energía obstaculizan la inversión en exploración y producción en los gobiernos al no tener una motivación económica para explorar otros medios alternativos de generación eléctrica.54

Aunado a lo anterior, Shaffer agrega que uno de los factores que puede afectar el desarrollo de los países exportadores de energía es la tendencia de éstos a descuidar otros sectores de la economía y la propensión en estos países a tener un mercado laboral demasiado enfocado en el sector energético en detrimento de otros sectores productivos como el manufacturero.

Por otra parte,

los economistas Jeffrey Sachs y Andrew Warner realizaron una

investigación en el que se estudiaron los ritmos de crecimiento económico durante la década de los setentas y ochentas de aquellos países con abundantes recursos energéticos y se comparó con otros países en los cuales estos tipos de recursos eran escasos. Los resultados de la investigación fueron concluyentes y mostraron como las naciones con abundantes recursos naturales tendían a crecer a una tasa menor que sus contrapartes que no poseían abundancia en este tipo de recursos.55 Sin embargo los datos en la actualidad reflejan que un cambio radical tomo lugar entre el tiempo en que se llevó a cabo la investigación y el contexto actual ya que entre las naciones con mayor crecimiento económico en el mundo son países con un vasto repertorio de recursos dentro de sus 52

Ibídem, p. 19, Ibídem, p. 20 54 Pascual, Elkind, op. cit., capítulo 7 55 Jeffrey D. Sachs y Andrew M. Warne, “Natural resource abundance and economic growth”, Center for International Development, Harvard Institute for International development, 1997, Recuperado de: 53

territorios, tales son los casos de Azeirbajan y Guinea Ecuatorial.56 Lo que queda claro es la influencia importante y determinante del sector energético para todos los actores del sistema internacional, tanto para productores como clientes, situación que se fortalece aún más con la creciente interconexión entre las naciones. En este contexto, factores como la sobre-dependencia de ingresos o la sobre-dependencia de suministros energéticos se vuelven comunes en los análisis de seguridad, lo que hace facilita entender como este tema puede ser considerado como un asunto segurizado. En base a lo expuesto por los autores citados, como Elkind y Pascual, este rol de la energía en la economía mundial se mantendrá en el futuro cercano.

1.3 El sector eléctrico dentro del enfoque de la seguridad energética

El sector eléctrico ha tomado un lugar de importancia en las décadas recientes debido al incremento en la demanda y en la oferta de productos que requieren de electricidad para su funcionamiento.57 La manufactura de bienes del consumidor, el incremento demográfico de los mercados y la construcción de nuevas infraestructuras también han contribuido en el aumento de la demanda de este producto.58 Cabe destacar que la energía eléctrica se destaca entre otros tipos de energía en varias maneras. La producción se realiza a partir del procesamiento de otros tipos de energías ya sean tradicionales como el carbón o petróleo o renovables como la eólica, hidrológica o geotérmica, además de que es una energía limpia, controlable y flexible.59 La conducción de la electricidad, a diferencia de otros tipos de energía, se encuentra limitado al despliegue de cableado que controla la corriente.

56

The Economist, Pocket World in figures: 2011 edition, profile books, Reino Unido, 2011, p. 30. De acuerdo a esta publicación, las naciones con las tasas de crecimiento económico más aceleradas fueron países con abundantes recursos naturales, contradiciendo de esta manera el estudio de Sachs y Warner. 57 Comission on Engineering and Technical Systems, Electricity in economic growth, The National Academic Press, 1986, recuperado de: Según este reporte, desde los embargos petroleros de 1973 y 1979 el sector eléctrico ha estado repleto de cambios e incertidumbre. 58 ABB, Powering the world economy, is there a better way to use electricity? Recuperado de: En esta fuente se estima que para el año 2050, la demanda eléctrica se incremente en un 85%, de los poco menos de 21 trillones de kilowatts/hora consumidos en la actualidad. 59 Ibídem, p. 9

Como bien comercial, la electricidad también posee diferencias respecto a otros tipos de energía ya que sus precios se caracterizan por ser relativamente estables. Estas características resaltan su fiabilidad y lleva a que se le considere por los mercados como un activo circulante de la misma manera que lo son los bonos o las acciones. De igual manera el mercado eléctrico es visto con mucho potencial en base al crecimiento de las clases medias y de su demanda de diversos tipos de electrodomésticos en el mundo. 60 Además de ser un bien comercial, también lo es estratégico. Según la oficina parlamentaria de asuntos técnicos y científicos del Reino Unido, el suministro eléctrico es susceptible a tener vulnerabilidades debido a factores como: 

Inclemencias climatológicas



Diseño pobre en el esquema de contratos futuros



Inversiones insuficientes para el mantenimiento de la red eléctrica.61

Según el reporte, para evitar este tipo de vulnerabilidades, las entidades encargadas del suministro eléctrico deben distinguir aquellos asuntos que se puedan considerar urgentes tomando en cuenta la naturaleza de los desafíos que plantea el problema.

Con este

propósito se categoriza estos desafíos planteados a la seguridad energética de la siguiente manera: Tabla 1.2 Categorización de riesgos en la industria eléctrica. 62 Riesgos a corto plazo

Alteraciones

desmedidas

interrupciones

eléctricas

del

voltaje,

periódicas.

Inestabilidad de la oferta y la demanda en una base continúa. Riesgos a mediano plazo

Falta de mantenimiento de la red de distribución. Red operativa de la red eléctrica obsoleta.

60

Commission on Engineering and Technical Systems, op. cit., p. 5 Oficina Parlamentaria para Asuntos Técnicos y Científicos, Security of electric supplies, Reino Unido, 2003. Recuperado de: 62 Ídem 61

Riesgos a largo plazo

Ausencia de inversiones en el sector para satisfacer la demanda. Nula o insuficiente innovación tecnológica y de investigación en nuevas fuentes alternas de generación eléctrica.

Fuente: Oficina parlamentaria para asuntos técnicos y científicos, Security of electric supplies,disponible en: www.parliament.uk/briefing-papers/POST-PN-203.pdf.

Shaffer, argumenta que en el caso de la energía eléctrica, el esquema público o privada que pudiera tener la generación de electricidad tiene el potencial de repercutir en la manera en que se lleva a cabo su desempeño. Los argumentos vertidos en los beneficios y los aspectos negativos de cada esquema se centra principalmente en la excepcionalidad de la producción y la distribución de la electricidad como eje estratégico en los esquemas de seguridad nacional y que por ende debería estar bajo la tutela del gobierno, punto que se puede comparar con el concepto de segurización, entendiéndose como el proceso de darle un enfásis de seguridad a un tema en específico. Por otra parte, los argumentos que defienden un control privado del sector se ciernen en la mayor rentabilidad y mejores servicios proporcionados por la iniciativa privada.63 Muchos de los esquemas en el escenario internacional son de carácter mixto, con participaciones tanto del sector público como del privado, tal es el cado del régimen existente en Canadá y Estados Unidos. Adicionalmente, existen sistemas donde existe una participación importante de capital privado pero con rectoría del Estado, como es el caso de la compañía estatal francesa Electricité de France, que a partir del año 2004 permite la inversión privada hasta en un 15%.64

Otro punto de relevancia a tratar en este apartado es el especificar qué tipo de relación guarda la producción energética con la dinámica económica. Según un reporte de la Comission on Engineering and Technical Systems de Estados Unidos, existe una relación íntima entre la producción eléctrica y la estimulación al rendimiento productivo al

63

Brenda Shaffer, op. cit., p. 2-3, 5, 166. The Economist, “EDF´s highly charged sale” 24 de octubre de 2005, Recuperado de: 64

crecimiento económico y al fomento de desarrollo de aplicaciones más eficientes de energía.65

La asociación realizada en este reporte se fundamenta en las relaciones entre diversos factores, mismas que se ilustran en la siguiente gráfica:

Gráfica 1.3 Asociación de la producción eléctrica y crecimiento económico Precios energéticos.

Producción eléctrica.

Mayor consumo eléctrico

Estimulo

Promueve

Expansión económica.

Crecimiento de poder adquisitivo.

Fomenta

Mayor productividad.

Menor déficit comercial.

Fuente: Gráfico realizado a partir de la información proporcionada del reporte “electricity in economic growth” de la comisión de ingeniería y sistemas técnicos de Estados Unidos, disponible en: 78 Gabriel Antonio Orozco, op. cit., p. 156. 79 Buzan, op. cit., p. 45 80 Bill McSweeny, op. cit.,capítulo 3. 81 Buzan, People, State and Fear:An agenda for International Security Studiesin the post-Cold War era , Department of International Studies of the University of Warwick, 1983, p. 121-122 82

Waltz, op.cit., p.172.

Retomando la visión de anarquía de Buzan, la existencia del Estado fuerte dentro de un complejo regional tiene la capacidad de transformar las dinámicas del complejo regional en una anarquía madura83, al contar con una relativa solidez doméstica y cohesión sociopolítica, bases para su proyección de poder.

Sin embargo, las postulaciones de Buzan han encontrado varios críticos, como Krasner y Jervis, los cuales observaron dificultades en la aplicación del complejo de seguridad al considerar ambigua el manejo de la anarquía de Buzan y la pluralidad imprimida en sus proposiciones académicas. Críticas similares fueron vertidas por Bill McSweeney, en el sentido de que los argumentos y construcciones teóricas de Buzan no son claras, son demasiado ambiguas y sin ninguna diferenciación respecto al neorrealismo, además de no proveer claramente de recomendaciones. Otras críticas84, giran en torno a lo “culturalmente cesgado” y “eurocentrico”85 de la Escuela de Copenhague en general. Aunque recientemente sus herramientas han sido utilizadas para analizar situaciones extraeuropeas86.

83

84

Buzan, op. cit., p. 66

Julius Reynolds, op. cit., p.19 Mikko Palonkorpi, Energy security and the regional security complex theory, 2007, Recuperado de: 86 Julius Reynolds, op. cit., p. 23 85

Capítulo 3. Relación Entre México y Guatemala vista desde el tema energético.

Esta relación representa una dimensión político-estratégica de central importancia para ambos países ya que presentan cuestiones de vital trascendencia para ambas partes 87 En lo que respecta al rubro de la seguridad energética, la columnista Ana María Salazar asevera que siempre fue una prioridad en la agenda política de la región latinoamericana, prioridad cuya magnitud se entiende por los recursos naturales presentes en la zona. Para Centroamérica específicamente, los golpes de las crisis de la década de los setenta tuvieron grandes repercusiones para la región a razón de la dependencia que tiene ésta sobre importaciones extranjeras, lo que generó la adopción del acuerdo de San José de 1980 88. En la actualidad, otra vía dentro de esta dimensión de cooperación se ha abierto en la forma de una iniciativa conjunta entre los países centroamericanos, Colombia y el sur de México: El Proyecto Mesoamérica, un producto del mecanismo de diálogo y concertación de Tuxtla89.

3.1 Breve reseña histórica de las relaciones entre México y Guatemala.

Las relaciones de México y Guatemala se remontan a siglos atrás cuando ambas entidades nacionales compartían el espacio político común del virreinato de la Nueva España y por un tiempo reducido; el Imperio Mexicano. Las relaciones bilaterales en sí se remontan hasta el año 1838, cuando se conformaron las actuales republicas centroamericanas herederas del territorio de lo que fue la República Federal de Centroamérica.90 Los vínculos entre ambas naciones estuvieron marcados por los reclamos por parte de Guatemala al territorio del actual estado mexicano de Chiapas y a la zona costera conocida como Soconusco. Dichos reclamos se extinguieron el 27 de septiembre de 1882 cuando por medio del tratado de límites entre estos dos países, “Guatemala renunciaba a perpetuidad sus derechos sobre el

87

Pedro Ojeda, Bernardo Sepúlveda A. y Antonio Carillo, Grandes temas de política exterior, FCE, México, 1983, p. 242. El punto de vista de la parte mexicana se puede resumir por la frase pronunciada por el presidente Miguel de la Madrid “Los problemas de Centroamérica son los problemas de México”. 88 Acuerdo conjunto entre los países centroamericanos, México y Venezuela en los que estos últimos se comprometían a suministrar 80 mil barriles de petróleo diarios en precios preferenciales a los primeros. 89 El mecanismo de diálogo y concertación de Tuxtla es un esfuerzo conjunto de integración regional nacida en 1991 en la capital chiapaneca de Tuxtla Gutiérrez. 90 Rodolfo Pastor, Historia mínima de Centroamérica, El Colegio de México, México, 2011, p. 207-216

Estado de Chiapas y al distrito de Soconusco” al mismo tiempo que reconocía la soberanía mexicana en estos territorios.91 A partir de la ratificación de dicho tratado, las relaciones bilaterales gozaron de cierto nivel de estabilidad. Solo hasta décadas después hubo accidentes que amenazaron las armoniosas relaciones entre los países92. Pero sin duda la más grave de todas fue el conflicto surgido en 1958 cuando varios aviones de combate guatemaltecos atacaron a metralleta barcos mercantes mexicanos dedicados a la pesca de camarón y que en ese momento se encontraban en aguas territoriales guatemaltecas. El asalto que dejó a tres pescadores muertos y catorce heridos resultó en la suspensión de relaciones diplomáticas entre ambos países, en la destrucción de un puente fronterizo y a la activación de alerta militar a ambos lados de la frontera. El conflicto se resolvió después de meses de negociaciones y con el acuerdo de recurrir a la Corte Internacional de Justicia para su mediación si accidentes similares volvieran a recurrir. 93

Después de este episodio, las relaciones bilaterales siguieron un curso regular tal vez con la notable excepción de la tensión generada entre el gobierno mexicano de José López Portillo y la administración guatemalteca dirigida por el presidente Eugenio Laugerud a causa de los reclamos de este último sobre el territorio del Estado de Belice.94

No obstante, uno de los procesos más destacados en la historia de esta relación fue el papel que jugó el gobierno mexicano como mediador en los conflictos internos de los países centroamericanos con su participación dentro del grupo de Contadora. En el conflicto guatemalteco específicamente, el Estado mexicano arbitró entre los combatientes de la Unidad Revolucionaria Nacional de Guatemala (URNG) y el gobierno, esfuerzo que concluyó en 1996 con los acuerdos de paz después de 36 años de guerra civil y más de 45 mil desplazados guatemaltecos dentro del territorio mexicano. 95

91

Modesto Seara Vázquez, Política Exterior de México, Harper & Row Latinoamericana, México, 1984, p. 118 92 En 1965 tuvo lugar un breve episodio de intercambio de notas diplomáticas referentes al uso de armas de fuego por agentes fronterizos. 93 Ibídem, p. 119 94 Ibídem, p. 120 95 Pedro Ojeda, Bernardo Sepúlveda A. y Antonio Carillo, op. cit., p. 242. En este apartado México es descrito como un “oasis” de estabilidad regional.

En la actualidad ambas partes guían sus relaciones de acuerdo a una agenda de colaboración en donde destacan aspectos importantes como el desarrollo de una zona fronteriza común que se extiende por más de 900 kilómetros96 y donde montañas, selva y ríos de esta región se comparten de manera conjunta. Esta situación genera a su vez que exista una gran migración de ciudadanos guatemaltecos dentro del territorio nacional como residentes permanentes o en su paso hacia los mercados laborales de Estados Unidos.97 En el terreno político, se puede decir que la colaboración entre ambos gobiernos es cercana, lo que se muestra en la participación activa de estos países en foros de cooperación regional y en la disposición de ambas nacionales de solucionar controversias tanto políticas como comerciales.

3.2 Interacciones energéticas contemporáneas de México y Guatemala a través de organismos de integración regional

Los temas energéticos dentro de la cooperación en materia energética entre Guatemala y México son canalizados mediante agrupaciones o acuerdos regionales. De esta manera, existen dos vertientes desde las cuales este proceso se lleva a cabo: la relación energética en cuestión de hidrocarburos dentro del denominado programa de cooperación energética para países de Centroamérica y el Caribe, mejor conocido como Acuerdo de San José98 y la relación energética en cuestión eléctrica por medio del Proyecto Mesoamérica,

Ambos esfuerzos de cooperación aunque tenían objetivos similares son estructuralmente diferentes. El Acuerdo de San José fue diseñado como respuesta a los embates que la crisis petrolera de 1979 había tenido sobre Centroamérica y el Caribe, teniendo en cuenta la considerable dependencia de los países de esta zona a la importación del crudo. En 96

CONAPO, Encuesta sobre migración en la frontera Guatemala-México, recuperado de: 97 Los guatemaltecos representan la segunda nacionalidad con mayor presencia en la República Mexicana según datos del INEGI. 98 Suscrito en 1980 por todas las naciones centroamericanas, Haití, República Dominicana y Jamaica, en la que los gobiernos de México y Venezuela acordaron suministrar –a precios inferiores al del mercado-cada uno 80 mil barriles de petróleo u otros productos refinados al día a los países antes mencionados.

principio, el acuerdo era de carácter temporal pero se ha renovado constantemente cada año desde su creación. Con el tiempo este acuerdo llegó a contener programas de financiamiento a proyectos de desarrollo regional y de intercambios regionales en la región99. De esta manera, el acuerdo de San José resultó ser un instrumento de doble propósito en la configuración de la política mexicana de ese entonces respecto a Centroamérica. Por un lado, se trataba de garantizar la estabilidad regional además de poner las bases para la participación mexicana en el financiamiento de proyectos de infraestructura por parte del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) así como promocionar la introducción de empresas mexicanas en el mercado centroamericano y caribeño.100

El proyecto Mesoamérica, por otra parte, es considerada como la última etapa de una serie sucesora de entidades de cooperación regional que van desde la implementación del mecanismo de diálogo y coordinación de Tuxtla en 1991, en la cual se pretendía impulsar una agenda de desarrollo social, la infraestructura y la conectividad de los países centroamericanos y México. La fundación del Plan Puebla Panamá (PPP) buscó consolidar estos esfuerzos al delimitar el espacio geográfico de los proyectos a ochos estados del sur de la república mexicana y Centroamérica así como sectorizar las tareas por equipos técnicos divididos por ejes temáticos. El propósito específico del PPP era la reducción sustancial de costos logísticos, disminución de tiempos de transporte y la solidificación de la interconexión de infraestructura.

La refundación del PPP bajo la nueva denominación de proyecto de integración y desarrollo de Mesoamérica –más conocida como Proyecto Mesoamérica- vio la necesidad de ampliar el enfoque de atención para incorporar nuevas prioridades la cobertura de servicios básicos y el acceso a bienes públicos.

A diferencia del Acuerdo de San José, el Proyecto Mesoamérica se ha convertido en una relación institucionalizada, al contar con una comisión ejecutiva fija basada en la ciudad de 99

César Sepúlveda, La política internacional de México en el decenio de los ochenta, FCE, México, 1994, p. 325-335 100 Ídem

San Salvador así como contener una estructura institucional desde la cual se focaliza el desarrollo de cada proyecto de manera conjunta. Entre los programas que se consideran dentro del marco del Proyecto Mesoamérica se encuentra el sistema de interconexión eléctrica de los países de América Central (SIEPAC) de la cual se pretende consolidar un Mercado Eléctrico Regional (MER). En este punto es importante mencionar la recién interconexión entre las infraestructuras eléctricas de México y Guatemala por medio de la línea de transmisión de las subestaciones Suchiate-Los Brillantes. Actualmente México surte el 8.5% de la demanda eléctrica de Guatemala.101

Continuando con el sector eléctrico, se puede decir que tanto para México como para Guatemala, en sus calidades de países en vías de desarrollo, los sectores eléctricos juegan un papel fundamental dentro de sus políticas internas, por lo cual conviene realizar un breve análisis de la manera en que es generada y regida la electricidad para las dos naciones. Este análisis parte una vez que se distinguen los paralelismos que existen en este aspecto resaltan las cantidades que aporta la producción de energía al PIB nacional, siendo de un 3% para México y un 4.5% para su vecino del sur.102 También, en ambos casos el sector eléctrico se encuentra bajo la rectoría Estatal por medio de comisiones como órganos descentralizados de los respectivos ministerios de Energía.103

Sin embargo, también existen destacables diferencias en la manera en que se genera electricidad, tal como se puede observar en las tablas 3.1, 3.2 y 3.3, las cuales comparan los métodos de producción de este bien energético en los dos países y a nivel global. Tabla 3.1 Medios de Producción Eléctrica de México Medio de producción Termoelectricidad 101

Porcentaje de producción 29.7%

Rosa Bolaños, “Interconexión eléctrica cubre 8.5 de la demanda nacional”. Prensa libre[Ciudad de Guatemala, Guatemala], 18 de noviembre de 2010, Recuperado de: 102 Ana María Salazar, Seguridad nacional hoy: reto de las democracias, Editorial Azteca, México, 2008, p. 357 103 Ministerio de Energía y Minas de la República de Guatemala, La energía en Guatemala, 2007. Recuperado de :

Hidroelectricidad Producción independiente Carboelectricidad Nuclear Geomérmicidad y eoelectrica Otros procesos como combustión interna, turbogas, y proyectos independientes. Cobertura de electrificación

22.6% 22% 8.4% 4.9% 3.3% 9.1% 97%

Fuente: Tabla elaborada a partir de información conseguida con datos de la Comisión federal de electricidad de México, disponible en: Ministerio de energía y minas de la República de Guatemala, la energía en Guatemala, 2007. Recuperado de : OCDE, librería electrónica, generación eléctrica mundial por fuente de energía y como porcentaje del total, 2010. Recuperado de: Oficina Parlamentaria para Asuntos Técnicos y Científicos, Security of electric supplies, Reino Unido, 2003. Recuperado de: Oficina de transmisión y distribución eléctrica, Una visión para el segundo centenario de la electricidad, Departamento de Energía de los Estados Unidos, 2003, p.15 Recuperado de: Ojeda, P., Sepúlveda B., Carillo A., Grandes temas de política exterior, FCE, México, 1983.

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Nota aclaratoria: Los libros de los autores Pascual y McSweeney fueron consultados en formato Kindle, sus páginas fueron omitidas de las fuentes de referencia por la inexistencia de éstas en dicho formato. Por lo tanto, se otorga la nomenclatura del capítulo en sustitución.

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