SANTUARIOS Y EXVOTOS EN ANDALUCÍA Y EXTREMADURA. Ms.

August 31, 2017 | Autor: S. Rodríguez-Becerra | Categoría: Andalucía, Extremadura, Religiosidad Popular, EXVOTOS, PROMESAS
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Descripción

SANTUARIOS Y EXVOTOS EN ANDALUCÍA Y EXTREMADURA

Publicado: Cuadernos Emeritenses, núm. 18, monográfico: Magia y Religión de la antigüedad a nuestros días (P. Caldera, ed.). Museo Nacional de Arte Romano. Mérida, 2001, pp.157-188.

Salvador Rodríguez Becerra Universidad de Sevilla Javier Marcos Arévalo Universidad de Extremadura

El conocimiento de los santuarios españoles es muy desigual en nuestro país. Andalucía y Extremadura no son desde luego de las mejor conocidas (Christian, 1976:87). En este tema parecen regir las mismas razones que han marginado el estudio de aquellas expresiones de la religiosidad de carácter más popular y menos ortodoxo, y ello, a pesar de la antigüedad de algunos de estos centros y de las peregrinaciones multitudinarias que a ellos se dirigen desde hace siglos. Ermitas y santuarios Las ermitas y santuarios andaluces y extremeños están ligados originalmente al hecho repoblador y de conquista. La abrumadora mayoría de santuarios de todos los niveles en ambas regiones dedicados a María, con especial incidencia en la provincia de Badajoz y en la Andalucía occidental surgen, en algunos casos resurgen --pues se ha constatado la existencia de santuarios precristianos en los mismos lugares- tras la conquista cristiana. El marianismo dominaba los sentimientos religiosos de los conquistadores --al menos de sus cuadros de mando--, de forma que la mayoría de las mezquitas principales (aljamas) de las ciudades fueron puestas bajo la protección de la Virgen María, y los propios reyes conquistadores, Fernando III y Alfonso X, participaron en la creación de santuarios marianos, tal es el caso de la Virgen de los Reyes de Sevilla, de las Huertas en Córdoba y del Rocío en Huelva, o bien inspiraron leyendas en las que las imágenes favorecieron las armas reales como es el caso de los santuarios de Valme (Dos Hermanas) y Tentudía (Calera de León), o surgieron en los primeros años del proceso repoblador, en algunos casos sobre antiguas ermitas musulmanas o morabitos. El caso más conocido es sin duda el de Santa María del Puerto (Cádiz), fundada por Alfonso X en torno a 1260, según queda referido en las Cantigas de Santa María (González Jiménez, 1988). Andújar fue conquistada en 1219 y según la tradición legendaria recogida por Salcedo Olid, la Virgen se apareció en el cerro de la Cabeza en Agosto de 1227. En Andalucía, Extremadura y La Mancha el culto a María no tropezaba con la existencia previa de otras devociones ya arraigadas, hecho que sin duda favoreció la difusión. Las ermitas surgieron, en su inmensa mayoría, en momentos inciertos sin que dejaran testimonio de ello, sin duda por su carácter marginal y ajeno al interés eclesiástico, y como resultado de decisiones individuales de ascetas, eremitas o devotos de una imagen 1

determinada. En la Iglesia de Sevilla y para todo el arzobispado existió en los siglos medievales y modernos un prior de las ermitas, cargo capitular encargado de la inspección de las ermitas. En alguna circunstancia se han producido refundaciones o instalaciones de nuevas imágenes sobre viejas ermitas; en todos los casos existía previamente un lugar sagrado. Esto nos lleva a plantearnos la hipótesis de que en la relación imagen-santuario, este último es más permanente que la propia imagen, sin embargo el santuario no se justifica por sí mismo; éste, sin una imagen que resida en su interior, carecería de sentido y función. Las órdenes religiosas, si bien no intervinieron en sus orígenes en la creación de santuarios, si lo hicieron en su consolidación. Estas, en claro proceso expansivo durante la Edad Moderna, una vez obtenida la licencia para establecerse en una población, recibían para su alojamiento alguna ermita que ellos se encargaban de engrandecer tanto en su fábrica como en la devoción a la imagen que allí tenía su residencia. Las hermandades y cofradías han sido las instituciones más efectivas en el mantenimiento de las ermitas y santuarios, aunque cuando éstos cobraban notoriedad, con lo que ello conlleva de visitas, limosnas, donativos y misas estaban expuestas a las embestidas de otras instituciones religiosas, o intereses que intentaban someterlos a su control. Casi cada pueblo de Andalucía y Extremadura tiene una o varias ermitas en el núcleo urbano o sus inmediaciones, y bastantes menos en lugares apartados y alejados. Las situadas fuera del núcleo poblacional se localizan ordinariamente en sitios preferentemente liminares y, comúnmente, sus advocaciones titulares se designan con topónimos que refieren al lugar: En las alturas y en grutas, entre árboles, en las proximidades de cauces de agua y en las intersecciones de caminos. De todas las ermitas solo algunas alcanzan el reconocimiento de santuario porque la imagen que lo habita se muestra poderosa en obrar milagros; se vinculan primariamente a una localidad --todo santuario es originalmente y a pesar de su posterior desarrollo, identificador de la localidad en la que se ubica--, y secundariamente de un área de influencia de mayor o menor amplitud, territorio de devoción o gracia, que fluctúa con el tiempo. Originalmente parece que la distinción entre ermita y santuario se centra en la naturaleza del lugar y en la imagen que lo habita u ocupa. La ermita refiere a capilla u oratorio, lugar de oración, e incorpora la residencia del ermitaño o eremita: ambos, ermitaño y actividad que realiza son de naturaleza humana; por el contrario, el santuario es lugar sagrado o santificado por haberse aparecido allí la Virgen o el ser sagrado que lo ocupa y por haber manifestado de forma inequívoca su deseo de permanecer y expresar su poder sobrenatural obrando milagros; en este caso, tanto por su origen como por su función, son de naturaleza divina. ¿Por qué ciertos santuarios han conseguido ensanchar la zona de devoción o territorio de gracia superando los límites de la comunidad en la que están situadas? ¿Cuáles son las fuerzas y los mecanismos que permiten dar este salto cualitativo? Vamos a analizar algunos casos que pueden ayudarnos a responder a estas preguntas. Hay santuarios y devociones de ámbito local, comarcal, regional, nacional, etc. En Extremadura la Virgen de Guadalupe posee un componente étnico que deriva de su patronazgo sobre la región, la Virgen del Ara (Fuente del Arco) irradia su influencia en el sureste de la provincia de Badajoz; Nuestras Señoras de Carrión (Alburquerque) y de Chandavilla (La Codosera) lo ejercen en la raya con Portugal, la Santísima Virgen de Piedra Escrita (Campanario) tiene su área de acción en la Serena, y en el suroeste regional el santuario de los Remedios ( Fregenal de la Sierra) es un importante polo de atracción devocional.

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Los milagros y los santuarios Los milagros, la capacidad de obrar por encima de las limitaciones humanas, aparecen en el nivel emic de los cronistas y narradores que cantan las excelencias de una imagen. Sólo las imágenes y los santuarios que superaron el nivel local han atraído el interés de aquellos. Sin milagros no hay posibilidad de crear devoción; éstos son la expresión del poder de la imagen y a ella acuden todos los necesitados en busca de soluciones, lo que sin duda redunda en curaciones, limosnas, mayor difusión de los favores, mejores edificios y así sucesivamente. Puede ocurrir, sin embargo, que este ascenso se trunque y empiece un declinar, circunscribiéndose paulatinamente a los límites locales. Así ocurrió con la Virgen de Gracia (Carmona) que floreció su devoción a los pocos años de haberse hecho cargo del santuario los jerónimos (1477) y que declinará cuando hacia 1567 una aguda crisis conmueva a la orden, al tiempo que otra imagen, la virgen de Consolación (Utrera), inicia su despegue, reduciéndose aquella a los límites exclusivos de su localidad. A los pocos años de estos sucesos una crónica referida a la Virgen de Gracia, refleja claramente esta crisis al afirmar que "hacía muchos milagros en el principio de su sagrada invención y aparecimiento... y duró en muchos hasta había cuarenta años, que de todos los lugares comarcanos acudían a pedir las gentes remedio de sus necesidades a esta Señora..." (Anónimo: Quaderno, 1602, pp. 199-200). Pero "la devoción se encendió ayá [Utrera] y se resfrió acá... [Carmona]", y así la virgen de Consolación de Utrera, a los pocos años de hacerse cargo de ella los frailes mínimos (1561), era ampliamente conocida, “la cual resplandece maravillosamente mediante el fervor y continuas romerías de toda la gente de España, que continuamente visita su santa casa” (Morgado, 1587). La devoción fue creciendo hasta el punto que en el siglo XVII llegó a ser la más importante romería de la Baja Andalucía, a la que acudían 28 hermandades de la Campiña, el Valle y el Aljarafe, comarcas colindantes con la ciudad, y de la que llegó a decir un cronista de la orden: "Es tanto el concurso de gente que acude de toda Andalucía y Portugal, que testifican personas de mucho crédito, que ningún santuario de España lleva en esto ventaja como tampoco en los milagros; y algunos curiosos que han querido contar los coches y carros certifican que pasan de mil y quinientos los más años" (Ros, 1982:19). En el límite entre ambas regiones es significativo el caso de la Virgen de Guaditoca (Guadalcanal), que de ser una devoción comarcal quedó reducida a los precisos límites municipales. Este "resfriarse" de las devociones parece estar en estrecha relación con la competencia que se hicieron unas imágenes a otras, competencia que parece surgir de improviso. El expresivo verbo, "encenderse", que utiliza el fraile anónimo para el caso de Carmona es suficientemente elocuente. Pero el enfriamiento de la devoción a una imagen no puede deberse exclusivamente a la capacidad de obrar milagros. Desde el punto de vista de la ortodoxia es claro que esta capacidad no la pierden las imágenes, pero desde la creencia del pueblo, incluidos no pocos, y quizás muchos frailes y clérigos, unas imágenes son más milagrosas que otras. "No sé que tienen las aparecidas y guardadas [las imágenes de la Virgen] que a ellas se les inclinan los milagros...", se interroga Baptista de Arellano. Las aparecidas o encontradas poseían una legitimidad de la que carece cualquier imagen salida de la mano de un escultor o pintor conocido. Estas revalidaban su carácter sobrenatural ejerciendo actos milagrosos. Los datos expuestos en este párrafo nos conducen a una sencilla constatación, que conviene reflejar expresamente: las devociones a las imágenes en sus santuarios crecen y se elevan sobre otras, pero también se debilitan hasta desaparecer, o quedan relegadas a un altar secundario, e, incluso, son sustituidas por otra imagen en la titularidad de la ermita. En otras palabras las ermitas cuya titular comienza a obrar milagros y a alcanzar notoriedad pasan a ser reconocidos como santuarios; posteriormente, y en esto 3

coincidimos con Christian, surge o se crea la leyenda de origen o aparición. Un problema aún sin resolver es el de la prelación entre el nacimiento de las leyendas de origen y su fijación por escrito. ¿Se escriben primero y se divulgan oralmente después? Quizá no deba generalizarse y si, en cambio, examinar cada caso en concreto. Por lo que refiere a la Virgen de Guadalupe, parece que los códices medievales recogen lo que ya en aquellos tiempos era tradición. Pero el hallazgo o la aparición, aparte de manifestar los mecanismos diferenciadores y de identidad o de elección de la comunidad señalan el tipo de protección especializada, genérica o específica, que va a ejercer la imagen local. En los últimos años hemos sido testigos de como la sede de la Virgen del Rocío de ser conocida como ermita-- y muchas letras de sevillanas así lo recogen-- ha pasado a ser reconocido como santuario. El caso inverso según hemos testificado anteriormente también es posible. La capacidad de obrar milagros está en la base de ampliación de su área de gracia aunque esta explicación no parece suficiente. Es digno de observar que los milagros originarios no están ligados al beneficio de personas sino que constituyen demostraciones per se del poder de la imagen para trasladarse de un lugar a otro, emitir luces o destellos o mantener la lamparilla del altar sin necesidad de renovar el aceite, como es el caso del Cristo de Humilladero de Azuaga (Rodríguez Becerra, 1989), y de la Virgen del Ara en Fuentedecantos. En otros casos es su propia conservación, al permanecer enterrada o sumergida sin deterioro, lo que constituye en sí mismo el hecho milagroso, caso de la Virgen de Gracia de Carmona (Rodríguez Becerra, 1992). Las leyendas de aparición y/o hallazgo, ilustran claramente este propósito, la imagen se manifiesta con prodigios que no favorecen a nadie salvo a ella misma, y en todo caso el testigo es una sola persona que ha de convencer a los demás del hecho prodigioso, naturalmente con la poderosa ayuda de la imagen.

Áreas devocionales: crecimiento y retraimiento Aunque la capacidad de obrar milagros es condición sine qua non para que la fama de una imagen supere los límites de la comunidad en la que surge --recuérdese que éstos no han permanecido fijos y con frecuencia han estado sometidos a litigio--, y constituye razón necesaria pero no suficiente, existen otros factores objetivos que encontramos en numerosos santuarios y que contribuyen a explicar el fenómeno considerado sobrenatural: 1) Estar situados en vías de comunicación frecuentadas y rutas de la trashumancia, que en no pocas ocasiones originaban verdaderas ferias comerciales. El caso del santuario de la Cabeza, situado en el camino que unía desde la antigüedad la alta Andalucía con las minas de Almadén y Castilla; igualmente, el santuario de las Rocinas (luego del Rocío), localizado en el camino que unía el Algarve y Huelva con Sanlúcar de Barrameda, Jerez y la bahía de Cádiz, o el de Guaditoca, en el camino arriero que enlazaba Andalucía con Extremadura. La Virgen de la Antigua de Villarta de los Montes, o San Matías en Castilblanco, en la provincia de Badajoz, están relacionados con el fenómeno de la trashumancia y los caminos arrieros. 2) Estar situados en lugares distantes de las poblaciones, lo que favorecía la interrupción temporal del control social sobre los romeros. Los santuarios a los que se acudía primariamente por razones religiosas, también atraían por la ocasión festiva, lúdica, económica y erótica, sin obviar el carácter penitencial. Era la gran ocasión festiva, lejos del núcleo urbano y en unas 4

condiciones que favorecían ciertas trasgresiones de las normas --recuérdese que la autoridad se hacía presente para mantener el orden público y para cobrar los impuestos a los comerciantes que acudían --. Es público y notorio la gran aceptación que el Rocío tenía y tiene todavía entre los homosexuales, así mismo, está comprobada la relación entre el aumento de niños expósitos en la Casa cuna de Andújar y la romería de la Virgen de la Cabeza, así como la costumbre inveterada de insultar, con expresiones que hacen referencia a su honorabilidad como maridos, y tocarles pitos a los varones adultos al regreso de esta romería a sus localidades de origen. También apunta en esta línea de liberación sexual la creencia generalizada de que en el santuario se propiciaba la fertilidad de las casadas (Gómez Martínez, 1987 y Urbano, 1994). Ambos santuarios se encuentran aislados a más de 20 Kms. de la población más cercana y requería pernoctar varias jornadas en el campo. 3) Haber sido puestos bajo el control de alguna orden religiosa. Los frailes a través de las misiones populares, de la predicación en sus conventos, de la publicación de libros exegéticos y de milagros y de otros medios, se convirtieron en los mejores propagandistas del poder milagroso de las imágenes. Es ilustrativa a este respecto la difusión que hicieron los franciscanos del milagro de San Marcos en Las Brozas (Cáceres). Según los textos publicados por los frailes de esta orden, que tenía un convento en la localidad, el evangelista amansaba, el día de su fiesta, un toro bravo y participaba en la misa, la procesión y recorría las casas del pueblo sin hacer daño alguno (Rodríguez Becerra, 1997). La exclaustración o supresión de las órdenes provocó en no pocos casos la paulatina disminución del área devocional. La trasmisión boca a boca, los romances de ciegos, los pliegos de cordel, la difusión de objetos identificativos, las estampas y grabados, y, recientemente, los medios de comunicación social han jugado un papel decisivo. 4) Hacer público el poder sobrenatural. La expresión pública y permanente del poder de una imagen que constituyen los exvotos, como testimonio de los favores otorgados, ha de valorarse adecuadamente. Las salas de los milagros, lugar donde se almacenan los exvotos, es un espacio de visita obligada. Con este motivo las familias tienen ocasión de ver, leer, comentar y tratar de explicarse las razones de los objetos y textos que cuelgan de las paredes. Estas visiones quedan muy grabadas por cuanto a la curiosidad se une el rechazo que éstos provocan, lo que permite que el mensaje cale más hondo. Los exvotos ofrecidos a la imagen son una muestra de los múltiples favores que los devotos han recibido de ella, consecuentemente el visitante ocasional deducirá que ante una situación de necesidad también podrá acudir en su ayuda, convirtiéndose de esta forma en un nuevo devoto. Las velas, cirios y lampadarios juegan un papel similar, aunque su mensaje es más inespecífico. Aunque las imágenes pueden actuar sobrenaturalmente en favor de sus devotos fuera del marco del santuario, es éste el lugar privilegiado de intervención. Ya desde sus comienzos cada imagen cuando se apareció, dio muestras inequívocas de querer permanecer en el lugar, generalmente agreste- escogido para recibir culto, y aunque durante todo el año, los devotos acuden a pedir o agradecer favores, es el día de la fiesta y en el santuario, la ocasión más favorable para pedir favores y ayudas."...Dios tiene diputado [elegido] el día de la fiesta principal para hacernos mercedes en la procesión", dice Salcedo Olid al referirse a la Virgen de la Cabeza, y el mismo cronista pone en boca de la Reina de los Ángeles, como se la denomina con frecuencia, la promesa de que "... haciéndome en este sitio donde estoy un templo en que se han de obrar portentos y maravillas en beneficio de las gentes" (Salcedo Olid, 304-314).

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El diálogo necesario entre los hombres y los seres sobrenaturales, que según la teología oficial debe expresarse a través de la oración, que implica el reconocimiento de todos los poderes en Dios, la Virgen y los santos por parte de los hombres --criaturas débiles y necesitadas de ayuda--, encuentra, entre las gentes comunes formas que no responden a este único modelo. Esta comunicación, que no excluye a la oración, se realiza también a través de promesas, exvotos y actos propiciatorios. La importancia de esta forma de relación en la vida cotidiana de los españoles, no ha sido debidamente valorada, y, aunque algunos las consideran formas ya periclitadas, la realidad es que están plenamente vigentes y responden a una concepción cultural de la sociedad en la que nada es gratuito y por tanto, la reciprocidad entre las partes es la forma de relación más adecuada y permanente. Así mismo, este modelo de comunicación que reconoce la desigualdad de poder entre el ser sobrenatural y el hombre, incluye nociones de transacción e intercambio mutuo y de la conveniencia en llamar la atención sobre la situación individual –“lo mío”--, como más beneficiosa que el anonimato igualitario. Promesas y exvotos Una buena muestra de la actuación positiva de las imágenes, son los numerosos objetos que cuelgan de las paredes de los santuarios, dando cuenta de los favores recibidos o de los que se espera obtener en el futuro. Se trata de textos, pinturas, réplicas de órganos corporales, y un sinfín de objetos de la más diversa índole, traídos al lugar para cumplir el compromiso contraído por el devoto con la imagen, para agradecer el beneficio recibido o para propiciar nuevos favores. En el primer caso, es la culminación de un voto o promesa, hecho por una necesidad perentoria en relación con la salud u otra circunstancia inesperada o de consecuencias imprevisibles, ante una imagen a la que se prometió hacerle una ofrenda o penitencia si ésta impedía lo irremediable o mejoraba la situación considerada irreversible. Si la imagen cumple, a juicio del devoto, éste se ve obligado a satisfacer su compromiso realizando una ofrenda pecuniaria, una penitencia física o cualquier otra forma de compensación. La naturaleza de las promesas es tan variada que es difícil someterlas a una tipología, máxime cuando suele reservarse a la intimidad o confiarse a un reducido número de personas, y que, además, cada individuo formula libremente, a sabiendas que no va a ser conocida y con relación a lo que considera valioso y satisfactorio en proporción equivalente a la necesidad sentida. A pesar de ello, hay formas estandarizadas de promesas penitenciales, tales como la de acudir caminando al santuario o hacer descalzo y/o de rodillas parte del itinerario. Las ofrendas pecuniarias, de velas u oraciones, se encuentran entre las más frecuentes promesas. Las fuertes circunstancias emocionales que crean los acontecimientos, provocan, a veces, promesas que en la práctica son difíciles o imposibles de cumplir, siendo necesario conmutarlas por otras más realizables; la Iglesia se ha erigido históricamente en la única autoridad capaz de convalidarlas. Cuando la promesa supone la ofrenda de un objeto relacionado con las personas y circunstancias en que se ha participado positivamente el ser sagrado y se deposita en el santuario, estamos ante un exvoto. Exvoto es aquel objeto ofrecido con carácter público a los seres sobrenaturales en respuesta a un favor recibido y cuya donación había sido prometida anteriormente. Éste cumple la función de dar testimonio público de la capacidad de obrar milagros de la imagen. Como ha escrito Joan Prat (1972), la promesa tiene un carácter compensatorio, hay que relacionarla con los sistemas de reciprocidad expresados no tanto en términos económicos como de favores. Pero la relación diádica que se produce entre el oferente y la divinidad funciona contractualmente, dado que la reciprocidad es característica esencial en el 6

fenómeno votivo. En circunstancias adversas, un individuo o grupos de ellos prometen algo a una imagen de su devoción a cambio de la obtención de un favor concreto. Se organiza una estructura de relaciones entre el oferente y la figura del mediador (cristos, vírgenes, santos o patronos). El milagro es el medio de comunicación entre lo natural-humano y lo sobrenatural-divino. La promesa en forma de exvoto puede asumirse como un vehículo de intercambio. La promesa específicamente la penitencia, representa el sacrificio del individuo, que la ofrece a cambio de la gracia. El exvoto, así, es el tipo de promesa que se entrega en compensación por el bien recibido. La secuencia se establece del siguiente modo: Prometer-Recibir-Dar. El modelo "do ut es", traducido literalmente por "te doy para que me des", subyace en toda la relación. Esta relación entre aliados, la del hombre con la divinidad, es asimétrica, pues ésta posee un estatus superior que deriva de su capacidad de conceder la gracia, el don, los favores. El exvoto puede ser cualquier objeto ofrecido como resultado de una promesa llevada a feliz término, aunque existe cierta tendencia a estandarizarlas. Otras formas de relación que establecen los hombres con los seres sobrenaturales lo constituyen los actos propiciatorios, petitorios --sin condicionamientos inmediatos como es la oración--, laudatorios y de agradecimiento, de desagravio y ofrendatarios. El fenómeno votivo está documentado en diversas culturas, extinguidas y contemporáneas, desde la más remota antigüedad. El origen de los exvotos, sin embargo, no debe adscribirse a una cultura específica, ni a culto o religión precisa, habida cuenta que la práctica de ofrecer exvotos se pierde en los inicios mismos de la humanidad. Y aunque por la arqueología conocemos importantes colecciones de exvotos ibéricos y procedentes del mundo grecolatino, hablar hoy de exvotos no supone necesariamente remontarse tan atrás en el tiempo. En la actualidad, y en determinados santuarios y ermitas, constatamos con plena vigencia la costumbre de ofrecer exvotos. Lo que están cambiando son las formas materiales, y no tanto el significado social y religioso de los mismos. Lo que hasta principios de siglo fueron tablas votivas, en la actualidad se han convertido en dibujos, colecciones de textos y de fotografías. Los simbólicos por su parte, los que más se ofrecen en nuestros días, se están limitando a objetos personales y aparatos ortopédicos. En Andalucía y Extremadura los exvotos reciben diferentes denominaciones: milagros, milagritos, promesas, ofrendas, cuadros, votos, etc. En ambas regiones existen numerosos santuarios en que los devotos los entregan ¡y son aceptados! Así ocurre en santuarios y ermitas como los de Guadalupe, Virgen del Ara (Fuente del Arco), los Remedios (Fregenal de la Sierra), Carrión (Alburquerque), Piedra Escrita (Campanario), Virgen de la Luz (Arroyo de la Luz) y Cristo de la Victoria (Serradilla) en Extremadura; y Consolación, los Remedios (Olvera), de la Cabeza (Andújar), de los Santos (Alcalá de los Gazules), El Saliente (Albox), y San Benito (Castilblanco) en Andalucía, entre otros muchos. Las ofrendas tienen lugar todo el año y con mayor énfasis durante las fiestas anuales. Esta forma de ofrendas y en consonancia con lo que ocurre en otros países de nuestro entorno cultural, está experimentando una significativa transformación formal. Según la operativa tipología establecida por Rodríguez Becerra (1980 y 1982), las modalidades de exvotos pueden agruparse en narrativos que incluye los pictóricos y los textos, y simbólicos que abarca a todos los demás. Los exvotos pictóricos pueden clasificarse asimismo en individuales--la mayoría--, colectivos y múltiples. Los colectivos son el resultado de una 7

necesidad sentida por toda una comunidad y habitualmente es el propio cabildo o institución comunitaria quien hace la ofrenda. Tanto estos últimos como los múltiples son muy escasos, éstos suelen estructurarse morfológicamente en secuencias cronológicamente consecutivas a partir de calles y viñetas individuales donde se narran los distintos acontecimientos prodigiosos. Ejemplo de esta tipología es el exvoto múltiple del Cristo del Humilladero (Azuaga), la tabla votiva, hoy desaparecida, del Cristo del Rosario (Zafra), hoy desaparecida y la de la V. de los Santos (Archidona), que narran milagros acaecidos en distintas épocas cronológicas (Rodríguez Becerra, 1989). En los exvotos pictóricos se da una ordenación del espacio que es jerárquica: En el plano superior aparece en lugar preferente y entre nimbos la imagen devocional, en el central se describe gráficamente el suceso milagroso y en el inferior, se coloca la fecha y el texto descriptivo-explicativo (Rodríguez Becerra, 1989). En la categoría de los simbólicos comprendemos los objetos personales, las réplicas en cera y otros materiales de partes del cuerpo humano relacionadas con la dolencia o la enfermedad, prótesis, piezas dentarias, trenzas, coletas, y acaso también prendas y trajes ceremoniales, etc. Los motivos y las circunstancias que impulsan a los fieles a formular la promesa son diversos: la enfermedad, los accidentes, las catástrofes naturales, las adversidades económicas, los ritos de paso del ciclo vital y los cambios de estatus, los fenómenos socioculturales como la guerra, el terrorismo, el servicio militar, la emigración, etc. Es decir, los sucesos que afectan de manera individual o colectiva. Los exvotos ofrecidos colectivamente suelen ser votos institucionales de las poblaciones en coyunturas críticas, en momentos que afectan a la comunidad epidemias, plagas, contiendas bélicas, ciclos de sequías, etc. Debido a la indefensión, el individuo y los colectivos para protegerse intentan estrechar los vínculos con su aliado divino mediante la promesa concretada en un objeto. El exvoto, de tal suerte, crea cierto vínculo o relación con la divinidad. Y refleja también la dependencia del hombre, especialmente en períodos de crisis, respecto a los seres sobrenaturales. La promesa, condicionada, significa la satisfacción de un compromiso que establece, en términos simbólicos, deberes recíprocos a cambio de servicios mutuos. En cualquier caso, la enfermedad, el accidente e incluso las adversidades de la naturaleza son interpretados en términos creenciales. La salud, epíteto por antonomasia de la divinidad en el discurso popular sobre la enfermedad, se busca en Andalucía y Extremadura mediante la piedad a determinadas imágenes, principalmente de la Virgen y en segundo término de algunos cristos y en determinados santos y santas sanadores (S. Blas, S. Sebastián, Santa Lucía, Santa Marina, San Ramón Nonato...). El potencial poder benéfico que la tradición atribuye a ciertas imágenes, les otorga por su supuesta facultad de incidir en la salud el rol de intercesoras en el contexto levistraussiano de la eficacia simbólica. Los exvotos a más de ser testimonios públicos de los favores recibidos y otorgados por el tutelar son la materia prima cuando se pretende establecer las geografías sacrales, o las áreas de influencias territoriales y de protección de las imágenes. En Extremadura la geografía votiva regional en el estado actual de las investigaciones presenta una importante diferencia entre la provincia de Cáceres y la de Badajoz. Mientras que en ésta última se encuentran importantes colecciones de exvotos pictóricos, repartidos por igual entre cuadros ingenuos y de trazos clásicos; la Alta Extremadura conserva un número menor; si bien, la colección del claustro mudéjar de Guadalupe debe considerarse como una importante fuente. En este caso, el autor de la mayoría de los que se muestran, Fray Juan de Santamaría, no hizo otra cosa que pintar los sucesos en los cuales había participado, o lo que es más verosímil, plasmar en el lienzo tanto los 8

milagros que comprenden los códices que se conservan en el archivo del Real Monasterio como los que oyó de los peregrinos que hasta allí acudían. Otros, más modernos, vienen siendo ofrecidos por gentes anónimas y por los grupos de emigrantes que tradicionalmente acuden cada año a la fiesta de la Natividad de la Virgen. En Andalucía existe un claro predominio de los exvotos conservados en las provincias occidentales sobre las orientales, donde los exvotos pintados son muy escasos. Los santuarios andaluces que conservan las mejores colecciones son las de Alcalá de los Gazules, Utrera, Archidona, Córdoba (Fuensanta) y Almonte (no expuestos). Lo que nos parece sugestivo es la posibilidad que ofrecen los exvotos, en su versión de tablillas y objetos simbólicos, a la hora de establecer las áreas de gracia de cada devoción y sus fluctuaciones y "modas" en una visión tanto retrospectiva, diacrónica, como actual para tratar de valorar la vigencia del fenómeno. Y ello porque el texto de los narrativos y las papeletas que habitualmente cuelgan los simbólicos expresan, entre otros datos, el lugar de procedencia del oferente. El valor documental, artístico, histórico y etnográfico del exvoto "obliga" a las instituciones a desarrollar una política proteccionista y de restauración. Proteger los exvotos supone contribuir al conocimiento de un rico patrimonio hasta el presente casi desconocido o infravalorado. Desde el punto de vista del patrimonio artístico, el exvoto pictórico se distingue por el dibujo, el tratamiento colorista, la composición, la expresión, el movimiento y la perspectiva, y sobre todo por la temática: lo cotidiano. La pintura votiva recuerda la ingenuidad de la pintura naif. El nuevo Código de Derecho Canónico en el canon 1.234 párrafo 21 establece: "En los santuarios o lugares adyacentes, consérvense visiblemente y custódiense con seguridad los exvotos de arte popular y de piedad". En cuanto a la legislación estatal, la ley 16/1985, de 25 de abril del Patrimonio Histórico Español, en los artículos 46 y 47 y la Ley del Patrimonio Histórico Andaluz nos habla del valor etnográfico de materiales como pueden ser los exvotos.

Fuentes etnográficas, historiográficas y documentales No existe una historia general sobre la evolución de los santuarios españoles así como de la geografía devocional de los mismos. En los últimos años se han publicado numerosas monografías de carácter local o comarcal, nacidas más de la devoción que del interés científico, que aunque aportan datos históricos y etnográficos parciales y sesgados son de utilidad para el investigador de la religión. El intento más serio que hasta el momento se ha realizado para toda España, es el llevado a cabo por William Christian entre 1967 y 1975, y de cuyos resultados esperamos una gran obra anunciada de la que ya ha publicado algunos avances. Joan Prat (1989) ha trabajado durante varios años en la Cataluña Vieja y en Tarragona con fuentes etnográficas e históricas. Para el país Vasco es necesario tener en cuenta las aportaciones de Gurutzi Arregui (1987) y las de Mariño Ferro (1987) para Galicia. El repertorio de carácter general para toda España con relación a santuarios de la Virgen, Cristo y los santos, se encuentra el Diccionario de historia eclesiástica (1975). Con motivo del Año Santo Mariano celebrado en [1989-90], se inició la publicación por comunidades autónomas de unas Guías para visitar los santuarios marianos que son de escaso interés.. En Andalucía, la Fundación Machado ha dedicado dos números monográficos de su revista Demófilo coordinados por S. Rodríguez Becerra y E. Gómez (1995 y 1996) en la que se plantean interesantes cuestiones teóricas y metodológicas sobre los santuarios. 9

Recientemente, se han publicado en Extremadura varias historias de santuarios e imágenes, entre ellas las de María Dolores Gómez Tejedor sobre la Virgen de Bótoa de Badajoz (1989), las del canónigo Francisco Tejada Vizuete sobre Nuestra Señora de Carrión (1990), Nuestra Señora del Ara (vulgo de Lara) de Fuente del Arco (1995) y el Señor de la Humildad de Higuera la Real y Santa María de los Milagros de Bienvenida (1996). Por lo que hace a la provincia de Cáceres, el presbítero Ciriaco Fuentes ha dado a la imprenta una interesante monografía sobre Nuestra Señora de la Luz (1990). En algunas de ellas se encuentran datos dispersos sobre exvotos. Ahora bien, una visión actual del fenómeno votivo sólo es posible tras la realización programada de un trabajo de campo y la consulta sistemática de las fuentes para el estudio diacrónico de la religiosidad popular y de la práctica votiva. La información acerca de los exvotos desde la perspectiva histórico-temporal podemos hallarla en los “Libros de Milagros”, que transmiten de manera gráfica, dando cuenta pública del favor recibido, el texto con todo tipo de detalles respecto al milagro, las personas beneficiadas y las circunstancias Ahora bien, los libros de milagros, que sin género de dudas inspiran determinadas tablas votivas, sobre todo durante los siglos XVI al XVIII, no son más que una fuente de segunda mano, habida cuenta de que, generalmente, se basan, a su vez en relatos orales anteriores a las fechas en que se manuscribieron. Ejemplos interesantes son los códices de Guadalupe, Fregenal y Barcarrota. Los de Guadalupe son una recreación secundaria a partir del relato que manuscribía el fraile copista guadalupano. Extremadura cuenta con otras fuentes, como el documento intitulado “Registro de las Cosas Memorables del convento de Aguas Santas de la ciudad de Jerez de los Caballeros”. En el índice general, el guardián Fray Juan Casas consigna los favores de Nª Sª desde 1694 hasta 1832, momento de la exclaustración. Favores que en la mayoría de los casos tienen que ver con grandes sequías, y con casos de plagas o contagios. Entre los impresos que contienen información sobre los milagros, promesas, exvotos, etc., son de interés: España mariana o sea reseña histórico y estadística por provincias, partidos y poblaciones de las imágenes de la Santísima Virgen, de los santuarios, capillas y templos que la están dedicados, y del culto que se le tributa en esta religiosa nación. Provincia de Badajoz. Partidos de Badajoz y Jerez de los Caballeros, y partido de Fregenal de la sierra (Lérida, 1874 y 1875). En el género histórico-literario que suponen las monografías locales y las dedicadas a santuarios, los eruditos suelen distinguir, cuando tangencialmente se ocupan de la Religiosidad Popular, entre los milagros, las pinturas ingenuas y los exvotos, los demás objetos. Los cronistas locales relatan, y a veces inventan, las leyendas y los taumatúrgicos milagros obrados por las devociones locales. Desde un enfoque científico, al margen de la fe y del estricto ámbito de lo creencial, hay que tener presente que los autores de este tipo de textos suelen ser clérigos y/o personas próximas en su afecto a las poblaciones, santuarios, y devociones que historian. Una primera característica de tales obras es la visión interior, emic si se prefiere, que transmiten en sus producciones, pues sus autores son gentes vinculadas a las devociones y comprometidas con las localidades que dicen historiar. Estos documentos e impresos tienen por objeto dejar por escrito lo que, frecuentemente, andaba de boca en boca. Pretenden divulgar el culto y extender el conocimiento acerca de sus benefactoras virtudes. Sus autores, al pretender extender el culto de las imágenes, se ocupan intensivamente de los milagros, llegando a confeccionar verdaderos catálogos que en ocasiones inspiran ciertas actitudes votivas. Pero el recurso explicativo remite a lo mitológico. De tal suerte que los hechos históricos se confunden en un proceso consciente con 10

los de carácter legendario o fantástico. Estrategia que emplean los miembros de la cultura oficial para penetrar en las capas populares y hacer más sugestivo el mensaje.

Bibliografía Anónimo: Quaderno de noticias que pertenecen a la invención de Ntra. Señora de Gracia y a la ciudad de Carmona... Biblioteca Colombina, Ms. Sevilla, [1602]. Arregui Azpeitia, Gurutzi: Ermitas de Bizkaia. Instituto Labayru/Diputación de Bizkaia, 3 vols. Bilbao, 1987. Baptista de Arellano, Fray Juan Salvador: Antigüedad y excelencias de la villa de Carmona y compendio de historias. Simón Faxardo. Sevilla, 1628. Christian, William A.: "De los santos a María: panorama de las devociones y santuarios españoles desde el principio de la Edad Media hasta nuestros días". Temas de Antropología Española. (Lisón, ed.). Akal editor. Madrid, 1976. ________"Santuario". Diccionario de Historia Eclesiástica (Aldea y otros, dirs.) C.S.I.C. Madrid, 1975 Cobos Ruiz de Adana, J. Y F. Luque Romero Albornoz: Exvotos de Córdoba. Fundación Machado/Diputación Provincial. Córdoba, 1990. Gómez Martínez, Enrique: Los niños expósitos en Andújar. Universidad de Córdoba, 1987 González Jiménez, Manuel: "Devociones marianas y repoblación: aproximación al caso andaluz". 1988 González Medina, P.: "La Virgen de Guadalupe como redentora de cautivos", Religiosidad Popular, vol. II. Fundación Machado y Anthropos. Barcelona, 1989. Marcos Arévalo, Javier: "La religiosidad y el arte popular como forma de expresión singular". Aquí. Badajoz, 1988 Mariño Ferro, Xosé Ramón: Las romerías y peregrinaciones y sus símbolos. Xerais de Galicia. Vigo, 1987 Morgado, Alonso: Historia de Sevilla. Sevilla, 1587 Pérez Ortega, Manuel Urbano: "Liberación, procacidad y sexo en la romería al cerro de la Cabeza de Sierra Morena". Demófilo, núm. 14, 1995 Prat, Joan: "El ex-voto. Un modelo de religiosidad popular en una comarca de Cataluña". Ethnica, IV: 135-168. Barcelona, 1972 _________“Los santuarios marianos en Cataluña”. En Religiosidad popular, III: 221-252 (Álvarez, Buxó y Rodríguez Becerra, eds.). Anthropos/Fundación Machado. Barcelona, 1989 Rodríguez Becerra, Salvador: “La curación milagrosa. Enseñanzas de los exvotos en Andalucía”, Ethnica, 18. CSIC. ________“La Romería del Rocío, fiesta de Andalucía". El Folk-lore andaluz. "Homenaje a J. Pitt- Rivers”, núm. 3: 147-152. Sevilla, 1989. __________ “Análisis histórico-cultural de la devoción a la Virgen de Gracia”, en Carmona (Romero de Solís, ed.) 199-224. Universidad de Sevilla, 1992 _________“Exvotos del Cristo del Humilladero de Azuaga (Badajoz)”. En Antropología cultural de Extremadura (J. Marcos y S. Rodríguez Becerra, coords.). Asamblea de Extremadura/Editora Regional. Mérida, 1989. _________“Creencia, ideología y poder en la religiosidad popular. El ritual del ‘Toro de San Marcos’ en Extremadura y Andalucía”. Ibérica, 8. París-Sorbonne, 1997 Rodríguez Becerra, S. y Vázquez Soto, J.M.: Exvotos de Andalucía. Milagros y promesas en la 11

religiosidad popular. Edit. Argantonio. Sevilla, 1980; Rodríguez Becerra, S. y E. Gómez Martínez (Coords.): “Santuarios andaluces”. Demófilo, 16 y 17. Fundación Machado, 1995-1996 Ros, Carlos: Consolación de Utrera. Ediciones Anel. Granada, 1982. Salcedo Olid, Manuel: Panegírico historial de Nuestra Señora de la Cabeza de Andújar. Academia de Cronistas de ciudades de Andalucía, Andújar, 1994 (1667). Tejada Vizuete, Francisco: El Santuario de Nuestra Señora del Ara de Fuente del Arco. Ayuntamiento y Hermandad de N.S. del Ara. Badajoz, 1995 Velasco Maillo, Honorio: “Las leyendas de hallazgos y de apariciones de imágenes”. En Religiosidad popular, II: 401-410 (Álvarez, Buxó y Rodríguez Becerra, eds.) Anthropos/Fundación Machado. Barcelona, 1989

Pies de fotos: 1. Pequeños edificios que la devoción agranda. Ermita de Piedra Escrita (Campanario). Fot. J.M.A. 2. Lugares de oración, fiesta y comercio. Ermita de la Virgen del Ara (Fuente del Arco). Fot. J.M.A. 3. Construidos en lugares aislados. Santuario de la V. del Saliente (Albox). Fot. S.R.B. 4. Los milagros están en el origen de la devoción. Ermita de la V. del Monte (Cazalla de la Sierra). Fot. S.R.B. 5. Los accidentes, segunda causa de ofrendas. Exvoto pictórico: Virgen de Consolación (Utrera). Fot. S. R .B. 6. La fuerza de la Naturaleza. Exvoto pictórico: V. de los Remedios (Fregenal). Fot. S.R.B. 7. Cuatro momentos de peligro en la vida de un hombre. Exvoto múltiple: V. de Gracia (Archidona). Fot. S.R.B. 8. La pintura describe con detalle el suceso. Exvoto pictórico: V. del Ara (Fuente del Arco) 9. La ofrenda ocasión para ensalzar al esposo. Exvoto biográfico: V. de Gracia (Archidona). Fot. S.R.B. 10. La enfermedad primera causa de ofrenda. Exvoto pictórico: V. del Rocío (Almonte). Fot. S.R.B. 11. Lo inesperado mueve a la ofrenda. Exvoto comunitario: V. del Rosario (Antequera). Fot. S.R.B. 12. La comunidad agradece públicamente. Exvoto comunitario: V. de Barbaño (Montijo). Fot. J.M.A. 13. Las réplicas de cera son muy asequibles. Exvotos simbólicos: Cristo da Piedade (Elvas. Portugal), S. Blas (Azuaga) y V. del Ara 14. En algunos santuarios las ofrendas no cesan. Exvotos pictórico: V. de los Santos (Alcalá de los Gazules). Fot. S.R.B. 15. El exvoto ofrece datos y circunstancias. Exvoto narrativo: V. del Ara (Fuente del Arco). Fot. J.M.A. 16. Una corta tradición que intento suplir a la pintura. Exvoto fotográfico: V. de los Santos (Alcalá de los Gazules). Fot. Mario Fuentes 17. La imagen se aparece frecuentemente a un pastor. Santuario de la V. de la Cabeza (Andújar). Fot. S.R.B.

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