Revista delatripa: narrativa y algo mas. No. 18. Oct 2015

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Descripción

Número 18 Oct 2015.

delatripa: narrativa y algo más

Revista

Número 18. Oct. 2015. Es un proyecto de la Catarsis Literaria El Drenaje, editada en Mérida, Yucatán. Revista de circulación mensual. Dirigida por Adán Echeverría ([email protected]). Consejo Editorial: Alejandra Aké Sustersick, Joelia Dávila, Cristina Leirana, Roberto Cardozo, Mario Pineda Quintal y Édgar Damián. Narrativa y algo más

Contenido Apocalipsis Andrea Calderón .................................................... 3 Andrea escribe un cuento Andrea Calderón .................................................... 4 Autobiografía de mi padre Fabiola del Castillo ................................................ 6 Tuércele el pescuezo al ganso Violeta Azcona Nazun ........................................... 11 Hombre de agua dulce Jair Zapata ............................................................ 15 La sombra de Jaime Andrea Calderón ................................................. 16 De pulgares, orejas y otras partes Violeta Azcona Mazun ...................................... 23 Amor sin celos no lo dan los cielos Andrea Calderón .................................................. 25 El vampiro antipoeta Raúl Blackaller Velázquez .................................... 29 Retazos de memoria Roberto Cardozo ............................................... 30 Infomercial Andrea Calderón ............................................... 34 Elevador/4 Ángel Fuentes Balam ............................................ 36 Griselda Luisa Albarrán ...................................................... 39 Queridos todos Raúl Blackaller Velázquez .................................... 41 El fruto verde Violeta Azcona Mazun ...................................... 41 El granero de mi país Oveth Hernández Sánchez .................................... 42 Acto sin perdón Andrea Calderón .................................................. 43 El hombre feo Violeta Azcona Mazun .......................................... 44 Gratitud Jéssica Montaño de Juárez ................................... 45 Ethos Jesús Guerra Sánchez ........................................... 47 Centro comercial Andrea Calderón .................................................. 53 Mimulus guttatus delatripa: narrativa y algo más Mónica Martínez ................................................... 55

Engaño Andrea Calderón .................................................. 57 Feliz cumpleaños Violeta Azcona Mazun .......................................... 58 El sapo escupido Violeta Azcona Mazun .......................................... 59 La plaga Iván Espadas ......................................................... 63 Julio Ruelas, un subjetivo intenso Francisco Javier González Quiñones ................... 65 Desideratum Ángel Fuentes Balam ............................................ 67 ¿Quién encerró al minotauro? Adán Echeverría ................................................... 77 Cunino y el rodeo José Chairez .......................................................... 78 Días sabor cobre Andrea Calderón .................................................. 79

Columnas ¿Te atreves a seguirme al infierno? Jéssica Montaño de Juárez ................................... 83 Incipit Blanca Vázquez ..................................................... 85 Costillar literario Fernando de la Cruz ............................................. 87 Nos vemos en el slam Mario Pineda Quintal ........................................... 89

Imágenes portada e interiores del Artista

Xchel Granados

Apocalipsis Andrea Calderón

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espués de una noche tranquila, Héctor se despertó para encontrarse con la peor noticia: habían desaparecido sus libros. Los de arriba de su cama, incluso los de su mochila, todos se fueron. Su librero ahora lucía triste y decadente, con una araña que se alegraba porque tenía más espacio para tejer su red. Ni siquiera el que usaba para leer en el baño estaba en su lugar. Su departamento se veía vacío, sin chiste, ya no era un hogar. Todo se había esfumado. Su edición de mil pesos de El paraíso perdido, su Moby Dick en inglés, su colección en Arden de Shakespeare y esos que, aunque no costaban mucho, para él tenían un valor más que monetario. Después de gritar todas las groserías del mundo, jalarse los cabellos, pegarse con la cabeza y los puños en la pared y sacar un par de lágrimas, con los nudillos enrojecidos por los golpes, abrió su laptop. Estados en Facebook decían: "Mis libros desaparecieron", "Ya no tengo libros", "Alguien se metió a robar en la noche a mi casa, lo único que se llevaron fueron los libros", los comentarios no variaban de un "a mí también" o "me pasó igual" y caritas tristes por todos lados. Era un fenómeno nacional. En Twitter, hashtags como #¿ydóndeestánmislibros?,#notengonadaqueleer, #PeñaNieto¿quélehicisteanuestroslibros? abundaban.

que le quedaba a la vuelta de su casa. Al llegar no se encontró más que periodistas, los estantes vacíos, gente enojada y confusa gritándole a otra gente más enojada y más confusa. Fue a librerías de viejo, a Gandhi, al Sótano, a Porrúa, a las bibliotecas. No se veía ni una migaja de lo que alguna vez hubiera sido un libro.

En los world wide trends se hablaba de lo mismo:#whothefuckstolemybooks?,#????????????, etc.

¡Las bibliotecas digitales!, pensó Héctor, esas no pueden desaparecer. Mientras regresaba a casa, su celular no dejaba de sonar, eran amigos, familia, grupos enormes en pláticas de whatsapp: Wey, ¿ya supiste la noticia? No mames, wey, el mundo es un caos. Hay un puto tráfico en Reforma. Chequen este video. Mensajes y más mensajes. Héctor tecleó: Ojalá en vez de libros hubieran desaparecido los celulares, estuvo a punto de enviarlo; de pronto, sintió una enorme necesidad de leer, algo, lo que fuera. Subió corriendo las escaleras, abrió su laptop de nuevo, buscó PDFs, les dio click, pero, en el momento en que iba a abrir el archivo, se quedaba pasmada la computadora. El mundo se había quedado sin literatura, sin historia, sin filosofía y sin manuales de cocina. Lo único que encontraba eran videos en Youtube de por qué peligraba la sociedad al quedarnos sin libros: los pueblos se quedarían sin historia, la economía se vería afectada, en un futuro todos estaríamos imbéciles, no habría educación, no tendríamos el deleite de leer una verdadera obra de arte, el mundo ya no sería como lo conocimos.

Héctor se puso el pantalón que había usado el día anterior, una sudadera, y fue al Péndulo

Al principio el fenómeno sólo había tenido consecuencias en las redes sociales. Anonydelatripa: narrativa y algo más

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mous hackeó páginas del gobierno y las cuentas en Twitter de varios políticos, incluyendo a Obama. Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que la gente empezara a manifestarse en las calles; aunque no sabían en contra de quién, un impulso les hacía querer recuperar lo que se había perdido. Prácticamente no se podía hacer nada. Pasó tiempo para que las personas entendieran que el problema no se resolvería. Entonces si no existían libros, ellos mismos los iban a escribir. Serían hechos en casa, con historias clichés, terminados en una tarde, sin revisión

y con pésima ortografía, que se leerían como pan caliente entre gente hambrienta. También existían aquellos que querían reescribir sus libros favoritos o los que creían importantes, Héctor era uno de ellos. Por más que se supieran la historia, la forma no se le acercaba ni un poco. Cómo hacían falta estudiantes de literatura. Y así la sociedad comenzó a decaer: por la simple falta de libros, esos que algunos llamaban aburridos y pasados de moda, pero que para otros habían sido como una máquina inspiradora que construía sueños.

Andrea escribe un cuento Andrea Calderón ANDREA ESCRIBE UN CUENTO que tiene que entregar mañana. Escribe un cuento mientras se rasca la cabeza. No puede, ya se cansó. ¿Qué escribe? Se pregunta. Las palabras surgen como si sus dedos fueran atraídos magnéticamente al teclado. Andrea sigue escribiendo un cuento. Un cuento que es para mañana, que debió haber hecho desde hace días. Escribe un cuento que no sabe cómo se está escribiendo. Por momentos pareciera que el cuento se escribe solo, o que la escribe a ella. Se pierde entre su realidad y la del cuento. Ya no sabe si ella es la Andrea del cuento que escribe o la Andrea del cuento que la escribe a ella. Escribe un cuento mientras voltea a ver a su gato, pero también escribe un cuento en el que ella voltea a ver a su gato. Es escrita en el cuento de alguien que escribe un cuento que tiene que entregar mañana. Andrea se desespera porque si no fuera por ese alguien que escribe un cuento en el que tiene que entregar un cuento mañana, no tendría que entregar un cuento mañana, es por eso que el personaje de Andrea escribe un cuento en el que su personaje, llamado Andrea, tiene que entregar un cuento mañana. El personaje que Andrea escribió escribe un cuento en el que su personaje escribe un cuento en el que su personaje escribe un cuento en el que su personaje escribe un cuento que tiene que entregar mañana. Andrea lee el cuento que Andrea escribió en el que Andrea escribe un cuento que tiene que entregar mañana. Decide terminar de leer el cuento que ella misma escribió, que es infinito y que, si no fuera porque tiene que escribir un cuento en el que ella escribe un cuento que tiene que entregar mañana, todos los cuentos que se escribieron adentro del cuento que escribió Andrea acerca de Andrea que escribe un cuento en el que Andrea escribe un cuento estarían escritos adentro del cuento que Andrea escribe para mañana. Andrea cree que escribe un cuento en el que se escribe a ella escribiendo un cuento, pero no sabe que en realidad es ella la del cuento que una tal Andrea escribió, o al menos así se siente. 4

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Autobiografía de mi padre Fabiola del Castillo

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e cuentan que cuando tenía cuatro años, mi papá me llevó a su oficina. Todos estaban asombrados de nuestro parecido, incluso una de las secretarias decidió pintarme un bigote con un lápiz delineador de ceja. Fui la sensación, eso dicen. Esto más tarde me conduciría a un travestismo muy mediocre en mis años de adolescencia y primera juventud en la que usaba camisas y pantalones de hombre, para ocultar lo que los caracteres sexuales secundarios habían hecho con mi redondo cuerpo de niña. No sabía qué hacer con mis pechos y caderas. Vamos, sí sabía, pero no deseaba que el mundo se diera cuenta que los tenía, hubiese deseado que fueran removibles y ponerlos cuando los necesitara. Las fotos del álbum familiar, todas ellas posadas y ensayadas, me mostraban con el cabello corto y en overol, cuando cumplí los seis me habían puesto un trajecito muy mono, alusivo a las carreras de Fórmula 1, con sus parches de EXXO y toda la cosa. Tenía el pelo grueso y muy rizado, así es que era más fácil para mi mamá que lo mantuviera corto. Fui la primogénita, de repente fui el primer hijo. Idéntica a mi padre. Mi padre fue hijo de un mecánico, y una señora que muchos años después conocí por medio de una fotografía. —¡Cómo te pareces a tu abuela!— decían. Quizá me hubiera ahorrado el travestismo. Aunque nadie es capaz de decir si esto hubiera sido cierto. Mi abuela fue ama de casa como todas las señoras de su época, dedicada al hogar y a los hijos. Tenía la rara afición de colec6

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cionar figuritas de porcelana que representaban diferentes ambientes y personajes.Un día mis primos y yo decidimos jugar beisbol dentro de la casa de la abuela. Uno a uno cayeron estos pobres desafortunados niños gordos con mejillas rosas, viejos sentados, animalitos, bailarinas, jóvenes sosteniendo una canasta. Nuestra tía nos detuvo y regañó como si hubiésemos hecho algo muy muy malo, nos dejaron sin comer postre y sin jugar toda la tarde. Mi abuela se apellidaba Jaime, una mala traducción que hizo algún funcionario en el registro civil del apellido James. Apellido de los ingleses que se asentaron en el estado de Hidalgo y que desangraron las minas y a los mineros. Años después en una calle de Londres entendí que sus famosos pasties son los pastes que comía en la casa de mi tía en Pachuca. Sentí una extraña cercanía con los ingleses. Y al mismo tiempo una lejanía mortal. Prefería los pastes de Pachuca porque al relleno de papa y carne molida le añaden chile verde picadito. Alguien llamó "indio" a mi padre. Fue justo en el hospital donde nací. En un país que no era el suyo, donde mi madre decidió tenerme, alguien llamó "indio" a mi padre con la intención de ofenderlo. Qué poco saben los postcoloniales, ¡qué poco saben los conquistados! ¿Cómo ofenderte de llevar la sangre que te ha dado la tierra? ¿Cómo ofenderte de llevar la sangre de tus abuelos? Mi padre es indio otomí, mi padre es nahua, mi padre es tataranieto de un señor inglés que se apellidaba James, mi padre es el mestizaje, es uno de los muchos hijos del huapango, del zapateado, es hijo del barrio El Arbolito en Real del Monte, allá

donde subían las cajas de coca-cola en mula cuando él era niño. Mi padre ama los animales, se lo heredé, no su espeso bigote. Mi abuelo tenía un perro, se llamaba Baby. Nunca corrió. Vivió amarrado en la azotea del taller mecánico para asustar a los posibles ladrones. Cuando nos asomábamos mi hermana y yo, ladraba con tal furia que siempre salía algún adulto para quitarnos de la vista del animal. Nunca vi bien a Baby, siempre lo vi desquiciado de furia, veía sus fauces salir por la barda, no recuerdo qué color era, no recuerdo qué aspecto tenía. Mi padre no quiere eso para el futuro, él quiere tener un perro y un gato, que estén bien cuidados que vivan felices. Tuvimos un perro caniche por casi 16 años a quien mi padre amó como a un hijo. En su oficina le daba de comer a un gato a quien nombró Silvestre, un día no volvió, casi se va a los golpes con uno de los trabajadores porque corría el rumor que había desaparecido a Silvestre. En la bodega donde vivían los trabajadores ya no lo aguantaban por el escándalo que armaba en las noches. El trabajador dormía en la bodega, igual que Silvestre pero a éste nadie le traía de comer. Mi padre no quiere ser un padre violento, por eso salió de su casa a los 15 años. Se fue a

vivir con su padrino a Garibaldi; su padrino es mariachi y trabaja de noche. La tía Angelita lo espera escuchando la radio; la tía Angelita prepara sopa y nos invita; la tía Angelita muere joven de un cáncer que ella sabía que tenía, pero que nunca se atendió, porque no había nadie quien le diera de comer a su José. José toca el guitarrón y canta ahogando las lágrimas por Angelita. Se oyen los rumores de la plaza, se oye el coro —no vale nada la vida, la vida no vale nada—. Sin embargo, mi padre sabe que la vida vale algo, siempre lo ha sabido. Ahora que mira hacia atrás, se le dibuja una sonrisa cuando habla de sus amores: mi madre, sus hijas y sus nietas, la vida vale por verlas, la vida vale por tener la oportunidad de amarlas. Un día murió la abuela, mi padre huérfano de madre, mi padre con un padre que arregla coches y come galletas animalitos viendo las telenovelas; mi padre con un padre seco, enjuto, que no sabe dar cariño. Mi padre es huérfano. Mi padre es el mestizaje, es la plata sacada de las minas, mi padre es hijo de los pastes con chile verde. Mi padre con los pantaloncitos cortos y el corte de casquillo se toma una cocacola frente a la casa de sus padres: la mula la trajo en la madrugada.

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Tuércele el pescuezo al ganso Violeta Azcona Mazun

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iempre he pensado que es una crueldad la manera en que todo animal es asesinado para cocinarlo, pero la manera en que matan a los gansos es la peor. Era la semana de pascua y Edgar no estaría conmigo porque tenía que viajar por un asunto de su agencia; la vecina me invitó a comer con ella, pero yo no sabía que nuestra comida aún seguía viva. —No sé cómo matar un ganso, doña Tere… —Sólo tienes que torcerle el cuello, querida, atrapas a uno y pones una mano justo debajo de la cabeza y la otra justo arriba del pecho, donde inicia el cuello, tiras con fuerza y luego le tuerces el cuello.— y mientras me explicaba la salvaje técnica, la mujer corría detrás del ganso con un palo en la mano, le daba un golpe para atontarlo y seguidamente, con una rapidez y fuerza impresionantes para su edad, se agachaba y lo tomaba del pescuezo precisamente como había explicado. Se escuchó un fuerte silbido parecido al gruñir el pico del ganso. El último aliento. Aún no me reponía de mi impresión cuando la vecina ya había atado al ganso de las patas y lo había colgado de la rama de un arbolito. —Luego de torcerle el pescuezo hay que desangrarlo; mira Dani, tomas el cuello y con la cabeza hacia abajo, la cortas alrededor del cuello.— de nuevo explicaba mientras yo observaba la macabra escena; un film de terror se iba desarrollando, un charco de sangre debajo del ganso, la vecina con los pies en medio del rojo charco, los tobillos salpicados de sangre, las náuseas.

—Lo que viene es más sencillo, se pone a hervir agua y luego remojamos al ganso, le quitamos las plumas y ya podemos pensar en el guisado. Quita esa cara, este ganso tenía que morir para que nosotras podamos vivir.— creo que no quité la expresión de desagrado porque doña Tere intentaba desviar mi atención. —¿Alguna vez te conté porque nunca me casé?— dijo mientras desata las patas al ganso y bajando el tono de voz como si una gran historia se viniera a continuación. —No, doña Tere, aunque Edgar cree que a usted no le gusta el matrimonio, y que por ello usted no fue a nuestra boda.— dije sin pensar, sorprendida de mi inesperada sinceridad.— Lo siento, vecina, no es de nuestra incumbencia… —No te disculpes, tienes toda la razón, nunca me gustó el matrimonio. Te voy a contar por qué. "Cuando tenía tu edad vivía en otra casa y me llevaba bien con la mujer que era mi vecina; crecimos juntas, fue siempre mi mejor amiga. Ella se había casado muy joven con un hombre mucho mayor que siempre la trató mal; creo que se casó con él porque era muy ingenua, tenía la esperanza de salir del pueblo, de ser madre y tener una familia feliz. Pero nunca pasó, él nunca se la llevó a vivir a la ciudad ni fueron una familia. Vivían en un hogar casi vació de muebles y más vacío de amor. Todas las noches llegaba borracho a ejercer su derecho sobre ella, haciéndole cosas horribles e impensables." delatripa: narrativa y algo más

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"El hombre era feo, gordo, panzón y borracho, además le resultó golpeador, y tenía como amante fija a una niña de 13 años, que tenía por madre a una prostituta que cuidaba poco de ella. Y podía vérsele al maldito panzón penetrando a aquella niña ahí en el monte, con el vestido levantado, o entre los platanares con la falda abajo. Un día la prostituta llegó temprano a casa y vio a su hija con un este sapo encima; llena de furia golpeó al hombre y fue hasta la casa de él, donde encontró a mi amiga cocinando, mientras torteaba la masa para el almuerzo; mi pobre vecina se enteró por primera vez que el marido le era infiel." "La infidelidad con una niña de 13 años no fue la única; el hombre que ya no podía ver a la chiquilla precoz, se la pasaba entre las putas del pueblo; más de una vez corrían las viejas chismosas a contarle a mi vecina, quien sólo se tapaba el rostro y lloraba. Mi vecina siempre lloraba, como si las lágrimas hubiesen podido enjugar su dolor." "Yo le decía que lo dejara, que viniéramos juntas a la ciudad a vivir, porque yo también quería salir de ese infierno pequeño. Ella siempre se había negado a pesar de haberse casado para salir de la ciudad y para ser madre; pero ni lo uno ni lo otro sucedía; un día se hartó, y por la tarde llegó a mi puerta trasera a tirarme piedritas, estaba extasiada, un estupor le brillaba en los ojos, como si una idea perversa hubiese crecido en la mente. —Tere, Tere… sólo quiero un hijo, quiero embarazarme y entonces nos largamos al pueblo. Te prometo que estoy decidida, espérame, no te vayas a la ciudad sin mí. —¿Por qué quieres un hijo de ese borracho panzón?, si se la vive metiéndose con otras mujeres; a ti nada más llega a golpearte y meterte palos y botellas, ¿o ya olvidaste cuando 12

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terminamos en la clínica por la botella que se te reventó adentro? Lo que quieres es que te mate. Esta bien, te doy tres meses; termino de juntar mis ahorros y en tres meses me largo, te vas a ir conmigo, embarazada o no." Doña Tere me envolvía en la historia con la entonación de una verdadera cuentista, el agua hervía y sumergió el cuerpo flácido en la olla, su mirada estaba fija en la ebullición, pero su pensamiento estaba muy lejos en tiempo y distancia de su patio y del ganso. "Una noche me despertó el ruido de cristales destruyéndose contra las paredes de mi casa; escuché gritos y golpes. Salí al patio para acechar, no podía ver bien lo que sucedía, pero sabía que en cualquier momento ella saldría corriendo y brincaría la barda y nos refugiaríamos, hasta que se le quitara lo borracho a su marido. Y entonces pasó: la vi salir con la cara bañada en sangre y los ojos desesperados, trepó la barda y yo la recibí del otro lado, entramos a mi casa y le pusimos escobas, la mesa y dos sillas a la puerta, bloqueándola; en medio del pánico sólo escuchábamos la voz del marido gritando que nos mataría. La escena sucedía recurrente, sobre todo cada quincena, pero nunca nos había amenazado de muerte, había tanta furia en sus palabras que también temí. —Nos vamos a ir mañana ¿me oyes?, me vale si estás embarazada o no, con mis ahorros nos va a alcanzar al menos para unos meses. Mañana temprano renuncio y nos vamos por la noche. —No podemos irnos, tengo que regresar a mi casa. —Bueno mujer ¿te has vuelto loca? —Es que no entiendes, jugué con el diablo y ahora necesito ganar el juego si no me voy a ir al infierno. Fui con la bruja Tere, y me hizo un trabajo, un conjuro.— me dijo mientras se

levantaba la blusa y me mostraba un hilo rojo que llevaba amarrado a la cintura. Tere lo que voy a decirte es un secreto que tengo con el diablo, no puedes decirle a mi marido. Fui con la bruja y me dio este hilo rojo, me dijo que cuando él y yo hiciéramos el amor, yo le midiera el largo del pene, desde la base hasta la cabeza, y que le hiciera un nudo en la base y otro en la cabeza, entonces lo hice una noche que llegó borracho, al día siguiente llevé el hilo con la bruja, cortó el hilo que tenía los nudos y me dijo que lo pusiera debajo de su catre, y el resto del hilo rojo tenía que amarrármelo a la cintura siempre, sólo podría quitármelo al bañarme y cuando tuviera que estar desnuda frente a él, porque si llegara a ver el hilo, yo sería ahorcada junto con él, y ¡no quiero morir ahorcada! —Tranquilízate, ¿de qué trata este hechizo?, ¡con mayor razón tenemos que irnos! —Yo quería un hijo Tere, pero el maldito llegaba borracho a meterme cosas por el culo y por todos mis huecos; me ha metido de todo menos el pene, entonces yo necesitaba que me hiciera el amor, pero ¿cómo iba a ocurrir eso si siempre se metía con otras mujeres?, entonces pedí el hechizo de que no se le parara con nadie más que no fuera conmigo, y entonces cada noche llegaba y me hacía el amor, pero anoche me tomó por sorpresa y no me había quitado la cinta roja antes de que llegara, intentó quitarme la ropa, pero yo me negaba, es que ¡Tere, no quiero morir ahorcada!, y el panzón borracho comenzó a golpearme, a patear las cosas y en eso movió el catre, y descubrió el pequeño hilo rojo que mide lo mismo que su aguado pene; y me preguntó qué significaba y no supe qué contestarle...,¡vámonos Tere, vámonos después de que recoja el hilo rojo!

—¿Pero para qué quieres ese maldito hilo? —¡Porque también es parte del hechizo! No ves que si ese hilo se pierde me voy al infierno, y si me ve el hilo de la cintura me va ahorcar con el mismo hilo embrujado. Tengo que tener los dos hilos juntos, hacerles siete nudos y después quemarlos, sólo así podré salvarme del hechizo. "Pasamos aquella noche en vela; me sentía tan cansada y preocupada, y ella se la pasaba rezando, apretaba el hilo rojo entre sus manos y lloraba. Al día siguiente me desperté para ir a la maquiladora, firmar mi renuncia para que me pagaran la quincena y con ese dinero más el que tenía ahorrado poder largarnos. Llegué a mi casa en la tarde, las maletas ya estaban listas, pero ella no estaba, un miedo se apoderó de mi mente, no pude hacer más que rezar, pegué mi oreja a la pared que separaba nuestras casas, pero no escuchaba nada. Salí entonces al patio y la vi, colgada del hilo rojo del pescuezo, tenía golpes por todo el cuerpo, del otro lado de su patio también estaba el cuerpo desnudo del maldito panzón, estaba en un charco de sangre, tenía el pene destrozado." "La policía dijo que fue un asesinato pasional, recrearon la escena, el marido borracho que golpea a su mujer y ella se defiende torciéndole el pito y arrancándoselo a mordidas, el hombre desangrándose se da tiempo para su venganza y la ahorca. Eso dijeron los policías, pero la bruja había previsto bien la escena, había prevenido a la ahorcada sobre su fatal final. Yo sé que en realidad mi vecina fue a su casa buscando el pedazo del hilo, el que la protegería de no irse al infierno, el panzón la encontró, intentó violarla, le habrá quitado la ropa y le vio la cinta roja amarrada a la cintura, liberó al diablo y ella no tuvo tiempo ni de hacer sus siete nudos, de salvar su alma del infierno ni de no morir ahorcada…" delatripa: narrativa y algo más

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Doña Tere hizo una pausa mientras sacaba el ganso de la olla y lo colocaba en una mesa; yo la observaba y sabía que debía decir algo, la aflicción era evidente, esa historia le había traído horribles recuerdos. —¿Y usted qué hizo doña Tere?— dije mientras desplumaba el ganso.

una linda bata a nuestra vecina, como agradecimiento a la compañía que me hizo durante su ausencia. Así que fuimos una tarde a tocar su puerta, con un plato de jamoncillo en almíbar de manzana y pasas, el regalo y un vino, para pasar la tarde juntos. Tocábamos el timbre, gritamos a su puerta, pero nadie respondía.

—Me marché del pueblo esa misma noche, mi única amiga, la única persona por la que yo continuaba en ese pueblo ya no estaba. Vine a la ciudad y con mis ahorros compré esta casa. Nunca me casé, porque los hombres son malos Daniela, todos son iguales, aún algunas noches antes de dormir, escucho la voz de mi vecina gritándome "¡Tere, es que no quiero morir ahorcada!

Casi al mes siguiente encontraron el cuerpo de doña Tere, se había suicidado, la encontraron colgada de un hilo rojo en la garganta.

—Lo siento mucho doña Tere, es una historia escalofriante y terriblemente triste.— dije colocando mi mano en su espalda, pero ella dio un salto y esquivó el contacto físico, tardó menos de un segundo en reponerse y sonrió.

Algunas noches Edgar me pregunta qué pienso, cuando me quedo callada y recuerdo. Lo abrazo y le pregunto por el trabajo, le cuento que extraño a doña Tere, que no me pasa nada. Entonces me da un beso, apaga la luz y se duerme.

—Lo que sigue es lo más divertido, cocinar al ganso.

Yo siempre tardo un poco más en conciliar el sueño, a veces porque me aprieta la cintura, otras porque escucho el sonido ahogado de un silbido, más parecido a un gruñido, pero sé que no surge de la garganta del ganso.

Aquella tarde comimos ganso adobado con jarabe de piña, acompañado de una champaña, platicando historias más alegres que la muerte de su vecina. Al caer la noche nos despedimos y cada quien durmió en su casa. Pasaron unas dos semanas y no había visto a doña Tere. Edgar ya había regresado de su viaje y le había traído

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La policía dijo que se suicidó, pero yo sé que en realidad fue el diablo. Porque si cuentas el conjuro, el diablo también se acuerda del trato, porque el diablo no olvida, el diablo siempre viene a cobrar sus cuentas, aunque se finja ser la vecina de una misma.

Al ganso le torcimos el pescuezo, el ganso nos lo comimos. Es doña Tere con el hilo rojo alrededor del cuello. El último aliento. ¡Porque yo tampoco quiero morir ahorcada!

Hombre de agua dulce Jair Zapata

Hubo un tiempo en el que yo amé a un hombre de agua dulce; pero, como todos saben, el agua es muy difícil, casi imposible de contener. Yo soy un hombre de mar, tengo mis mareas bajas y mis mareas altas, a veces soy tormenta en altamar y cualquier viento suave me revuelve, y así hay días en los que soy suavísima corriente del alba, claridad de olas y encajes en la playa; pero los hombres de agua dulce, son más difíciles de comprender. Corren caudalosos como ríos, buscan siempre el movimiento y parecen como el afluente, nunca ser los mismos. Hubo un tiempo en el que yo amé a un hombre de agua dulce, intenté ser marea que corre con el río. Intenté ser presa de mar que alimenta al cauce, pero me volví retorno a la marea que siempre he sido. No se puede retener el viaje de las olas, aunque intenten amanecer en la ribera cálida, en el arroyo fino. Con el tiempo, mi hombre de río encontró su cauce, no eran mis aguas las que debían alimentar su caudal. Los hombres de río, siempre son más difíciles de comprender, porque llevan en ellos la delicada ironía del canto del agua entre las piedras, ríen con su paso, pero desesperan la tierra cuando son fuerte caudal de lluvia y desazón. Con todo, sé que el agua siempre encuentra su nivel, el agua salada no tiene límite, pero el agua dulce, siempre volverá a la tierra que le vio nacer, en brazos del mar inmenso, aunque ese mar, no sea el mío. Lo entendí a destiempo y me convertí en lluvia. Ahora me encuentro lavando mis propias olas con el viaje de las nubes a mi mar.

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La sombra de Jaime Andrea Calderón

Antes de llegar a su trabajo, Jaime se detiene frente a una de tantas construcciones de aquella enfermiza ciudad. Está cansado: el peso sobre su espalda crece día con día; ni siquiera ha empezado sus actividades y ya siente una gran necesidad de regresar a casa y descansar. Hay gente que se droga y luce demacrada; otros se desvelan y no duermen más que pocas horas al día y tienen un aspecto terrible; hay gente que, por alguna enfermedad, se ven débiles, agotados. Jaime duerme ocho horas al día, no fuma, y cada vez que va con el doctor, le demuestra que no tiene nada por qué preocuparse. Jaime no se ve saludable. Las ojeras enmarcan sus ojos, los huesos de las mejillas resaltan y su cuerpo luce frágil y delicado. Jaime no puede más. Enfrente de la construcción mira el suelo, observa la sombra que arrastra. Es una sombra imponente, que refleja fortaleza. Jaime le tiene envidia a su sombra. Un impulso le hace querer deshacerse de ella. Encuentra una pala y empieza a golpearla en el piso, pero la sombra huye, se esconde detrás de él. Está enojado: la sombra se burla. Jaime sigue golpeándola hasta penetrar el cemento. Primero un hoyo pequeño, después uno más grande. El hoyo absorbe la sombra hasta que desaparece por completo. Jaime cree que se ha librado de ella: la busca, pero no encuentra nada. Unas manos salen del hoyo y se agarran del piso, apretándose como haciendo fuerza. Emerge un hombre exactamente como Jaime, pero con barba y cabello largo, descuidado y enredado; las uñas negras. Huele espantoso. Jaime lo observa mientras aquel desaparece al dar vuelta en la esquina, después prosigue su camino al trabajo. Se siente aliviado: ya no carga con su sombra.

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De pulgares, orejas y otras partes Violeta Azcona Mazun

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esde que tengo memoria me ha gustado jugarme las orejas. He intentado dejar la manía pero no he podido; me da placer y una tranquilidad inigualable. Pongo la yema del dedo índice sobre el cartílago de la oreja, con los dedos medio y anular abrazo la parte trasera del pabellón y lo más delicioso viene después, cuando la parte más distal de mi pulgar, acaricia el lóbulo. Suave. Lento. La parte dorsal de mi pulgar se desliza sobre la piel aterciopelada, la sensación es la misma que la de un dedo acariciando un durazno con los ojos cerrados. Silencio, sólo escucho el barrido de mi dedo contra mi lóbulo, sonido rasposo y seco que hace callar al mundo entero.

Muchos bebés vienen chupándose el dedo. Desde el primer ultrasonido uno los ve con el cuerpo formadito, con el dedito dentro de la boquita. Y cuando nacen no pueden dejar de chuparse el dedo, luego el pulgar les queda más pálido, delgado y largo que el otro. Los dientes les quedan chuecos. Terminan siendo esas feas personas con la boca siempre en forma de estar chupando una mamila. Tienen que llevar tratamientos largos de ortodoncia porque si no quedan horribles para siempre. Decido cortarme las orejas. Tomar un cuchillo de la cocina, afilarlo y ¡zaz!, realmente no es tan doloroso. Supongo que mi vanidad es más fuerte. Tomo el lóbulo de la otra oreja y ¡zaz!, en menos de cinco minutos se tiene una cabeza libre de orejas. Se cocinan muy bien en caldo, y se les da a la perra. Lo bueno de los perros mestizos es que comen de todo. Igual siento que me estorban los pulgares, no es que me fueran a hacer mucha falta, incluso leí en una revista que en unos años el

dedo meñique va a desaparecer para siempre junto con las muelas del juicio y el apéndice, porque la evolución ha dejado a estas partes del cuerpo como accesorias. ¿Y qué tanta diferencia puede haber entre un dedo meñique y un dedo pulgar? Si el pulgar me servía para la oreja, pero sin orejas no me sirve de mucho. Estoy segura que podré golpear la tecla de "espacio" con el dedo índice. Así que no lo pienso mucho y voy a la cocina y ¡zaz!, me corto primero el de la mano izquierda porque soy diestra. Me cuesta mucho más trabajo cortarme el dedo de la mano derecha porque no tengo pulgar para sostener adecuadamente el cuchillo. Problema inesperado. En realidad sí hay diferencia entre el meñique y el pulgar, el meñique es adorno pero el pulgar sirve para dar soporte. Entonces enciendo la estufa y pongo el dedo tasajeado entre las llamas. Huele a carne quemada. Tengo que estar cuidando de que no se me quemen más dedos, que no se me quema la mano. Es un problema y me está llevando mucho tiempo. Pero una vez terminado me inclino y ofrezco el dedo a mi perra. De nuevo ella tan linda y obediente se come todo sin dejar restos. Voy al médico para que me terminen de suturar la piel que cuelga de donde estaban mis pulgares; sacaré cita de una vez con el cirujano plástico que me arregló la nariz la semana pasada. La sala de urgencias está sorprendida, y he tenido que inventarme unas historias que servirán para hacer reír un buen rato a mi perra. Ahora noto que me como mucho las uñas. Estoy intentando evitarlo poniéndome cinta aislante en la boca, pero cuando la retiro, me quedan los labios pegajosos. delatripa: narrativa y algo más

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Amor sin celos no lo dan los cielos Andrea Calderón LLos celos, cuando son furiosos, producen más crímenes que el interés y la ambición. Voltaire

Q

uería sacársela de la cabeza. Hacer de cuenta que nunca, nunca, existió. Es ella o yo. Ya sé: "es difícil olvidar al amor de tu vida" ¡Lo sé de sobra! ¿Pero ella qué? El simple hecho de ver sus pinches chichotas, que a leguas huelen a silicón, me provoca asco, repulsión. Ella no lo amó, yo sí. ¿O dedicarle todas las canciones del disco Romances de Luis Mirrey, no es amor? ¡Ella no pasa de Espinoza Paz! Decidí prepararle una sorpresita y, para que fuera más romántico, le escribí una carta. Ya sé, ya sé, ¡qué cursi! Pero en la guerra y en el amor todo se vale. Y esto, más que amor, era una guerra. Claro, en contra de ella; para que se le cayera su teatrito y dejara de sentirse el último sope del anafre. Esto fue lo que escribí a mi cuchurrumí en la carta: Querido amor mío, mi sol, el dueño de mis sueños, de mi todo: Yo sé que últimamente han sido unos días difíciles. He estado de un humor, que ni el sol me calienta. Entiéndeme; tú sabes lo difícil que fue para mí enterarme que esa tipa fue el amor de tu vida, cuando creí que yo lo era. Sé que tal vez ella siempre está bronceada y deseable, pero te juro que sus pechos son operados y se mata, se mataa, de hambre. De todos modos, prometo bajarle a las garnachas y empezar a hacer ejercicio; sé que te molesta mi panza cuando hacemos el amor y que evitas siempre tocarla o verla. Pero eso no me importa, mi vida; yo haría lo que sea por ti… lo que sea. Por eso, estoy dispuesta a darte hoy la mejor noche del mundo. Tú, yo, una botella de vino (o de Brandy, si así

lo prefieres), muchos condones (sabor melónsandía), y música romántica… o Rock, como tú quieras, mi amor. Atentamente: La futura madre de tus hijos. P.D: Así me ayudas a colgar mi nuevo mueble en la pared; el que te había dicho. P.D.2: Te amo.

Ese día puse la alarma temprano, para entregarle la carta a escondidas. No les hago el cuento largo: la dejé en el parabrisas de su coche, así no habría falla. En el trabajo, le platiqué a una compañera lo que había sucedido y lo que estaba decidida a hacer. Me dijo que los celos son ponzoñosos y que puede que el celoso ame más, pero el que no lo es, ama mejor. Ay, amiga, qué fina, le dije, y también le pregunté de dónde había sacado eso. Me dijo que de una página de frases en internet. Así que ni modo, descuidé un rato el trabajo que tenía y me adentré en la web; esto era mucho más importante que cualquier otro asunto. No sólo había frases, también psicólogos que hablaban del origen de los celos, expertos en trastornos mentales, doctores que decían tener la cura y miles de remedios naturales. ¡Ser celoso es una enfermedad! Incluso un caso muy famoso que no dejaba de aparecer: La astronauta de la NASA, Lisa Nowak, que integró la tripulación del 'Discovery' el pasado mes de julio, ha sido acusada de intento de homicidio, tras intentar secuestrar y agredir a una mujer a la que consideraba su rival por el amor de otro astronauta. No sólo la gente común sentimos celos, ¡también los astronautas! En fin, esto me hizo delatripa: narrativa y algo más

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pensar que de cualquier forma los celos son una consecuencia del amor: nos guste o no, existen. Es mentira, no lo pensé yo, lo escribió un tal Robert Louis Stevenson, según frasescélebres.net. Después de que salí del trabajo, fui a comprar todo para la gran noche. Como no le había dicho a qué hora llegar, le mandé un mensaje: Te espero a las ocho, grrr. Y ahí me tenía, sentada con mi baby doll leopardo (el último grito de la moda, según la señora del Woolworth), pintándome las uñas de un rojo pasión y recordando aquella frase que leí en internet de un tal Balzac (no me pregunten detalles) que decía: Ser celoso es el colmo del egoísmo, es el amor propio en defecto, la irritación de una falsa vanidad. Mientras en la tele: Prueba el nuevo sabor vino tinto, de M Force, mmm… Ahí pa' la otra. Por un momento creí que ya no llegaba. Sonó el timbre, mis uñas aún no se habían secado, pero no importó, corrí a abrirle. Era él. Como siempre tan guapo. Entró rápido diciendo que quería hablar conmigo. Me dirigí hacia él con movimientos suaves y sensuales. Me veía como un fenómeno; sabía que en el fondo, le excitaba. Lo besé muy, muy apasionadamente, le metí la lengua, lo saboreé como nunca, sus labios eran mejores que cualquier taco al pastor con extra de piña y mucha cebolla. Lo aventé al sillón, me encimé en él y puse mis tetas en su cara, siempre le había encantado eso. Me dijo, ¿no

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quieres que te ayude a colgar tu mueble? Eso sólo era la excusa, aunque ya había sacado el taladro y los tornillos, para que no sospechara. Al ratito, le dije. Los celos son una mezcla explosiva de amor, odio, avaricia y orgullo. Esa noche lo descubrí; y es que lo amaba, de veras lo amaba. Les contaré lo que sigue, pero con una condición: no me juzguen. Cuando estábamos a punto de consumar una vez más nuestro sagrado amor, Welcome to the jungle interrumpió el momento. Alguien le llamaba por teléfono. Se me hizo raro que no quisiera contestar, ¿quién podría ser? Le pregunté y sólo me dijo que no era importante, que lo dejara. Así que en un movimiento felino, tomé el celular y revisé la llamada. ¡Era la puta! Me levanté y le pregunté que por qué llamaba a estas horas. No sabía qué responderme. Esto iba más allá, en serio se la tenía que sacar de la cabeza. Lo primero que vi fue el taladro, lo sostuve en mi mano. Lloré. Es por tu bien, le decía. Ella no te ama, yo sí. Bloqueé la puerta con mi cuerpo. Intentaba huir. Buscaba un lugar dónde esconderse. Lo seguí hasta alcanzarlo y darle un golpe muy fuerte con el mismo taladro. Lo dejé dormido en mi cama, mientras lo observaba. Puse en Youtube un mix de música romántica en inglés. Después de haberse despertado, lo último que escuchó fue My world, de los Bee Gees, al mismo tiempoque veía un taladro dirigirse a su cabeza.

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El vampiro antipoeta Raúl Blackaller Velázquez

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l vampiro le extraía la sangre a un poema. Se escondía de los de su especie, no debían verlo en esa vergonzosa acción. Extraer la sangre de un poema se consideraba inmoral y por demás impúdico, pero además era un delito. El poema había sido reivindicado desde la crisis del 60. No se podía desangrar ningún poema. Encontraron el cadáver apenas con las primeras sombras de la noche, se había esmerado en ocultar su delito, más no el cuerpo. La hoja pálida yacía sin vida al pie de un árbol. Se notaban signos de lucha. El poema se había defendido hasta el final. El hecho causaba conmoción en la sociedad vampiresca. Fue llevado a la morgue e inmediatamente comenzaron las indagaciones. Midieron la distancia entre los orificios de la mordida, extrajeron ADN de los restos de la saliva anticoagulante y salieron a la búsqueda del malhechor. Se emitió una alerta para que se cuidaran los poemas y no salieran de sus casas de noche. La sangre de un poema era rica en anáforas, aliteraciones e hipérboles, pero se hallaban en peligro de extinción. En otra época hubo una caza indiscriminada hasta que solo quedaron unos cuántos. El problema fueron también las enfermedades. Eran blanco fácil para el virus de la adjetivación y el despropósito, que se transmitían vía sexual. Se propusieron campañas para evitar la promiscuidad. La sociedad celebró la medida, pues ya no habría tantos poemas indeseados, proscritos y delincuentes en las calles, algunos de ellos vivían en las alcantarillas. Durante las tormentas del 70 fueron acusados de las inundaciones. Pero eso disminuyó tanto la población que nació una ola misericordiosa decidida a

protegerlos. No hubo objeción. Se crearon reservas donde los poemas vivían libremente y sin peligro alguno. Algunos otros todavía residían en las ciudades, siendo parte de la bohemia y el entretenimiento de algunos enterados. El estupor se convirtió en histeria cuando apareció el cadáver de un segundo poema, mismo modus operandi. El vampiro había extraído hasta la última gota de sangre. Se emitió una alerta nacional. Descubrieron el mismo ADN. Había un asesino en serie en las calles. La prensa se volcó también a la investigación del caso. No se hablaba de otra cosa. La sociedad protectora del poema ofrecía albergue y protección para aquellos sin hogar. El problema era que, una vez habiendo probado la sangre de un poema, ya no se antojaba otra sangre. El tercer cuerpo podía caer en cualquier momento. La prensa se había ensañado con un viejo profesor jubilado al que hace años le habían acusado de extraer poco a poco la sangre de algunos jóvenes poemas. La sangre del poema joven contiene demasiada ironía y etopopeya por lo que no tiene muy buen sabor. Como sea la policía cayó en el juego de la prensa, o al revés, y detuvo al viejo maestro. Fue condenado a cadena perpetua en un juicio sumario, injusto y deshonesto. La policía celebró. Obviamente la tercera víctima sucedió en poco tiempo. El público vampiril cayó en pánico, las anemias se multiplicaron causando desabasto en los bancos de sangre y en las carnicerías de moronga. Se olvidaron pronto del inocente maestro en la cárcel. Entonces aparecieron la cuarta, la quinta, la sexta... La veinteava víctima. Ya era una locura total. El antipoeta había escrito algunos anti-poemas, delatripa: narrativa y algo más

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pero no había tenido éxito alguno, casi todos sus antipoemas eran tan odiados que lo tachaban de farsante. Sus poemas nacían fuertes en germinaciones, ceugmas y dilogías, pero sin congruencia alguna. Defendía hasta el cansancio que no importaba el significado sino el significante, o que incluso solamente importaba el sonido. Su propuesta había causado tanto escozor que incluso se le llegó a acusar de la extinción del poema. Durante meses lo persiguieron sin éxito, seguía produciendo antipoemas en serie. Poblaría nuevamente al mundo con su antipoesía, mientras moría la tradición. Hasta que sucedió algo que no había previsto. Su antipoesía se rebeló contra su creador. Se reprodujeron y se mezclaron creando toda clase de matices raciales. Mutaron. Se pervirtieron. Se juntaron de dos o tres, cuatro

o cinco. Crearon comunidades. Tomaron fuerza propia. Se les conminó a retirarse pacíficamente a las afueras de la ciudad. Donde podían poetizar a su gusto. La poesía nunca fue la misma, se llenó de litotes y quiasmos... Y de pronto, se detuvieron los homicidios, al parecer la sangre de los nuevos poemas no era del agrado del vampiro asesino. Se retiró sin decir nada. Ya ni escribe. Desde entonces un cinturón poético rodea la ciudad, una subcultura plagada de reticencias, sinécdoques y polisíndetones. Y un vampiro antipoeta se desangra de culpa. La poesía nunca fue la misma, el margen de la ciudad se convirtió en un cinturón y el cinturón en anillo. Eran tantos y tantos, que ya no hay vampiros que los defiendan. Resulta que el guiso de poema no es tan malo después de todo y asado... mejor.

Retazos de memoria Roberto Cardozo

No recuerdo cuando comencé a platicar con extraños. En las calles del centro era común hacer un gesto de saludo cuando alguien me miraba a los ojos desde los aparadores. No puedo resistir el saludo, ¡se ven tan solos! Una sonrisa, una reverencia en la calle, a veces la prisa no alcanzaba para más. Hasta que una mañana (o tarde, o noche) me descubrí compartiendo un café con alguien más. En las horas de espera en los aeropuertos el tiempo se iba en anécdotas e intercambios de recetas. En la combi siempre hay una persona que no se pone los audífonos a volumen alto, es una invitación para platicar. No recuerdo en qué momento comencé a invitarlos a desayunar, cómo fue que los dejé entrar a mi casa con la inseguridad en la que vivimos. Hoy compartí la rasuradora con uno, tenía la barba crecida. No sé si llegó temprano o durmió aquí, en el sofá o en la hamaca que tengo para las visitas. No sé quién hizo el café del desayuno. No recuerdo nada, no quiero recordar. 30

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Infomercial Andrea Calderón Vemos a dos actores detrás de un mostrador, de preferencia un hombre que haya aparecido en películas de bajo presupuesto o en una serie que no tuvo mucho éxito, y una mujer güera un poco estúpida, estrella de películas porno. ¡Acción! Hombre: (Mientras dice este diálogo, aparecen en pantalla imágenes en blanco y negro o sepia de personas enojadas en su trabajo, aburridas en la escuela, y de niños pequeños, sentados solos en la banca del recreo comiendo un sándwich) ¿Estás cansado de tu vida? ¿Tienes problemas de los que no puedes salir fácilmente? ¿Te agobia el trabajo, la escuela, el kínder? Tenemos la solución perfecta para ti: ¡Muérete! Mujer: Así es, lo puedes lograr con pasos sencillos y, lo mejor de todo, ¡es GRATIS! Hombre: Escuchaste bien. Nunca antes morirse costó tan barato. Lisa, ¿no sientes que a veces tu vida no vale la pena? Mujer: Muy seguido. Hombre: ¿Que te invade un sentimiento de melancolía, lo que provoca un desempeño muy pobre en tus actividades? Mujer: Sí, Luis, ¿cómo sabes? Hombre: ¡Porque no eres la única! Verás, existe mucha gente en la sociedad con tus mismos síntomas; por eso estamos nosotros aquí, para salvarlos de esa desgracia. Mujer: ¡¿Cómo, Luis?! Hombre: Es muy fácil, sólo llama al número en pantalla (un número que empiece con 01-800 aparece en la pantalla) y nosotros te daremos los mejores tips para una muerte segura y muy original. Mujer: ¡Porque morirse ya no es como antes! Hombre: Tú lo has dicho, Lisa: ¡morirse ya no es como antes! Ahora está a la moda. Famosos como Heath Ledger, Brittany Murphy, Amy 34

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Winehouse, Robin Williams, lo han probado y ¡vaya! les ha ido de maravilla. Mujer: ¡Cómo se nota que tú no lo has probado, Luis! (Risas). Ya lo sabe usted, si quiere ser como estas celebridades, no se pierda la gran oportunidad. Hombre: Además, si llama en este momento, se llevará, por tan sólo 299 dólares, un kit de muerte fácil y sin dolor, que trae de regalo un manual con las mejores maneras de morir, y con ejemplos de personas que lo han logrado (en pantalla se muestra el kit y el manual). Mujer: Y si llama en los próximos cinco segundos el precio bajará 199 dólares. Hombre: ¡Llama ahora! Todo esto en el mercado tiene un precio aproximado de 499 dólares, pero si llama ya, podrá obtener el kit y el manual por tan sólo 199 dólares, además de dos kits junior (aparecen dos kits: rosa y azul) de regalo, porque los pequeños también quieren estar a la moda. Mujer: ¡No hay mejor inversión que en la de su propia muerte! Hombre: Sabemos que hoy en día muchos productos que promocionan los infomerciales pueden resultar inservibles o disfuncionales (en pantalla, fotos en blanco y negro o sepia de productos como el Herbalife, el Flavor Wave o el ABCoaster, con un enorme tache rojo), pero este producto SÍ funciona y, para que usted nos crea, lo demostraremos en pantalla. Lisa, ¿estás preparada? Mujer: Sí, y muy emocionada también, Luis. Hombre: A continuación lo demostraremos.

(Mientras los actores se preparan, aparece un pequeño comercial acerca del infomercial que repite básicamente todo lo que se ha dicho antes y cierra con un "¡Porque morirse está de moda!" De regreso con los actores, inmediatamente después de la frase del cierre: "¡Porque morirse está de moda", abre de nuevo el programa.)

Hombre: Hay días en los que uno se siente cansado, el cuerpo pesa y quisieras mejor no hacer nada, ¿no, Lisa? Mujer: Te lo aseguro. Hombre: Pero con el producto que aquí presentamos, podrá usted olvidarse de todas estas molestias, y para que vea que sí es efectivo, Lisa nos ayudará en la demostración del producto. Mujer: ¡Yey! Hombre: Lisa, aquí tienes tu kit de muerte (lo muestra a la cámara). Tenemos pastillas, navajas, una pistola con una bala, una bolsa de plástico y un clip. Ahora dime, Lisa, ¿quieres que tu muerte sea sangrienta?

Mujer: La verdad es que quiero que sea rápida, Luis. Hombre: Entonces la pistola (Luis agarra la pistola, apunta a Lisa y voltea a la cámara). Y recuerde, usted puede participar en la muerte del otro para un desarrollo de la actividad más dinámico, así ayudará a que la persona que muere no se sienta sola. Mujer: Luis, ¿puedes dispararme en la cara? Quiero que sea muy notorio, quiero ser… (se oye un disparo, Lisa cae al piso con la bala enterrada en su cerebro). Hombre: Lo hiciste muy bien, Lisa (no hay respuesta). Ya vieron, amigos. Nuestro producto sí es fidedigno. Así que no sé qué espera usted para llamar ya. ¡Porque la muerte está de moda! (El programa termina con Luis parado en el escenaro, la pistola en una mano y una sonrisa de oreja a oreja, mientras el público aplaude).

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Elevador/4 Ángel Fuentes Balam Entramos en la cabina y estábamos allí solos los dos. Nos miramos sin hacer otra cosa. Dos vidas, un instante, la plenitud, la felicidad... Vladimír Holan.

1/4 Palabras Hombre camina corredor iluminado siete lámparas forma esférica recuerda leyó sobre sociedad adeptos cincuenta mil alrededor mundo piensan planeta tierra plano Hombre repara agujeta zapato intimidantemente pulcro desatada inclina amarra cordón yo nací cordón umbilical ahorcando termina seguir corredor Es necesario jefe contento segundos atarse jodidas agujetas valiosos llegaré tarde junta tamaña importancia determina destino profesional llega elevador al fin tin tin tin pisos botones encienden a medida sube sea quien sea apúrese chingada madre Puerta abre dentro Mujer blusa roja pantalón ceñido blanco recuerda Hombre Cancún arena blanca noviembre playa Delfines casi ahogarse once años tenía Mujer labios pálidos rizos castaños morena clara alta casi como Hombre esboza estúpida sonrisa forjada desde oscuridad entrañas nervios puros clavar diente congelado leónamor tigreamor amorpantera pecho Hombre aborda elevador Mujer suavemente desliza increíble anatomía dar paso Hombre mueve danzan vals invisible cuarto Mujer seria puerta cerrándose mano Mujer 2 agitándose detener puerta ninguno detiene Mujer 2 tendrá escaleras Elevador silencio reptil seseo incesante cables levantan habitación destinada nunca 36

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cobijar mismo ser Hombre observa disimulo inexiste hombros/Mujer pechos/Mujer cinturaculopiernas/Mujer Hombre suda corazón pulsa rabiosamente pecho espalda duele costillas constreñidas manos tiemblan si no este segundo será jamás hubiera no existe junta llegaré tarde visión futura Hombre no visto jamás Mujer así junta tarde jefe encabronado Mujer huele azahares azar no existe punto encuentro escapatoria vida rutinaria vida zoológica aburrida miserable Hombre mira Mujer percatándose levemente sonríe junta tarde harto vida cotidiana encuentro jamás repetible venas heladas Mujer milagro último soledad soledad terrible Hombre/celular Hombre/junta Hombre/elevador Hombre/ soledad profusa desbordante ojeras manchas masturbar cansa felicidad 404 not found corazón sangrando tempo ritmo opresor corbata elevador furiosamente sube Mujer insuperable junta tarde vale verga trabajo mediocre no soporto Mujer mira exacto ahora dilo dilo dilo dilo dilo ahora hazlo di

2/4 Lance Hola Mujer sonríe Hola trabajas aquí Sí No te había visto Es que soy sexto piso no bajamos conversar nunca piso inferior sistema empresa grande teléfonos nacional Yo trabajo quinto piso Magdalena mucho gusto Antonio sí piso

números botones encienden pronto destino no quiero bajar tercer piso Trabajo asesor obras públicas Como qué pregunta Magdalena Como piso botón enciende cuarto piso Hombre sonríe Mejor te cuento café invítote Mujer sonríe Sí claro salga trabajo ocho treinta Hombre junta no llegaré si llego no veré Mujer no ir jefe encabronadísimo vale verga trabajo Mujer única logré salir cita ocho treinta deseo ir café platicar odio rutina odio trabajo jefe imbécil siempre jodiéndome trabajador oprimido boca lobo empresa constructora boa constrictora no ir opción hoy día nuevo Hombre/novedad Hombre/nacimiento Entonces sí voz Mujer sonará profunda sueño infancia olas arrastrando once años sonará violín callejero sonará ansiosa Sí sí claro ocho treinta dice Hombre convencido este día primero vida otra repite Bien dice mujer quinto piso enciende abre puerta Hombre sale Esperarte puerta principal Sí dice lejanamente Mujer puertas cerrándose Mujer mar bíblico Moisés abre mar olas cerrándose olas arrastran once años tenía otra vida comienza Mujer desaparece Subirá Hombre corredor junta empezó ya no importa dediqué vida empresa pagarme así camina abre Puerta miembros junta miran iracundos jefe verde cólera rojo café negro negrero furia Llega tarde Villegas junta determina destino empresa destino suyo profesional No dice Hombre Yo determino destino profesional señores dejen engañarse renuncio empresa deshonesta mundo podrido dinero vale madre todos mierda junta miembros persignan falsarios pendejos irse retorno elevador Bajar vestíbulo sueño recurrente olas esperar algunas horas Mujer mientras escribir sueño recurrente olas azul decidir quedarse

esperar hasta Mujer baje entonces elevador abrirse piernas Mujer abren penetro grito ascender piso nueva vida mierda pretérito vida otra Hombre escribe sueño detalladamente pasan horas estelas polvo romances olas arrastran real invención cabeza recuerdo memoria fallida falla avería siento aún arena pies pelo ano agujereando agua olas inmensas pasó seguridad absoluta todo pasa Hola de nuevo voz Mujer asusta Hombre sobresaltado pronto mira vagina apretada pantalón blanco Mujer lado derecho parada verga Hola Magdalena Esperaste saliste temprano No renuncié esta tarde mejor vámonos no Magdalena asiente Renunciaste Sí renuncié Por qué Porque vida muy corta No entiendo dice Magdalena Hombre inhala lento mira pies camino pasos cortos luego ve Magdalena bella Magdalena hermoso mar Renuncié porque quiero cambiar Mujer toca hombro Entiendo dice Entonces como vida nueva todo nuevo a dónde vamos conozco café muy tranquilo no lejos Sé cuál Te parece Sí claro dirá Mujer pensando si vida corta nada extraordinario he hecho nada como aceptar invitación café desconocido

3/4 Desazón Desde aquel día salían Antonio Magdalena ocho treinta Antonio encontró trabajo columnista maestro facultad arquitectura Magdalena obviamente continuó empresa telefónica salían felices semana uno dos tres cuatro cinco seis hasta la séptima besarían apasionadamente otro tocaron partes suaves cuerpo inflamado cuerpo enamorado molecular hirviente enamorándose rompiendo cercas entre olvido clases volátiles emociones estúpidas acercándose dilapidando apedreando delatripa: narrativa y algo más

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perro/desventura perro/inmovilidad perro/ malicia Un mes dos tres meses Antonio regala cosas nunca creyó Magdalena tan recatada tan seria relájase da cariño no piensa sólo hace amor siempre amor esquinas al cuarto mes casa Antonio harán gran cópula sexo maravilloso Magdalena sólo cogido una vez antes Antonio siete veces siete maravilloso para Hombre Mujer humillada mancillada ensillada angustia pero goza cuerpo gozando ella será diosa placer Pasa tiempo salen pasará más tiempo más casa Antonio serán explosivos excluyentes exclusivos tú para mí tú para mí tú para mí mundo no existe sólo binomio Antonio/ Magdalena universalmente amor exclusivo pasa primer disgusto Antonio llega horas tarde casa Mujer irritada Dónde estabas Encontré amiga saliendo trabajo Qué amiga Una amiga licenciatura no importa Por qué no dices nombre No importa Sí importa Coño Magda Oye no insultes dime nombre carajo Tú insultas no importa Estás con ella Qué no claro que no se llama Jessica Por qué no querías decirme Ya te dije pasa pelea luego dos semanas más sexo sexo salir conocer familia puta madre comer huevo salir otra vez playa comida china familia cómo caga familia Magdalena Oye dice madre eres muy serio siempre dijo Mujer siempre voy tu casa con familia tú jamás salir cine paseo parque serie de tv común película mira nuestra canción radio coger no es coger sino hacer el amor calcetines ropa primer año meses ya no salir tanto casa fiestas planes trabajo asfixia Jessica llamada perdida Puta es una puta qué te quiere Nada es sólo amiga No mientas cabrón No miento olas arrastran mar hermoso pero mortal olas tremendas asfixian revuelcan sonrisas para Jessica amiga pasado café Jessica cine Magdalena insoportable Magdalena amigo 38

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trabajo Javier Quién es el cabrón que te trajo Es Javi Javi mis güevos No te pongas así me caga la madre cuando eres así Así como carajo tú eres peor Déjame entonces Segundo año Sí la boda planes iglesia gótica donde bautizó niña Magdalena Esa quiero Antonio

4/4 Infortunio Dolores Magda qué pasa Me duele rodilla demasiado Cálmate gritos gritos espantosos dolor articulación pulsaciones atormentadoras Mi rodilla Vamos doctor radiografías Una semana Magdalena acaricia vientre piensa Javi piensa Antonio hijo pequeño Antonio pequeña Magdalena Jessica mientras Jessica/novio Jessica/escape Once años tenía olas arrastran Delfines llevaré Jessica Cancún semana termina resultado análisis radiografías Señorita usted tumor usted cáncer rodilla Magdalena destrozada aporreada hilo roto Antonio cae abismo infinito Magdalena vomita Magdalena quejándose Magdalena/Cáncer llanto caos Tercer año Ya no soporto Antonio Te odio Magdalena sufre Y qué hago soy sólo Hombre pequeño mundo tragándome olas arrastran Harto Magdalena Jessica sexo Cáncer tengo cáncer quimioterapia cabello cae poco Magdalena triste muñeca trapo viejo Boda nunca No me casaré con esa enferma no no pienses eso hijo de puta ámala no Jessica irse Jessica Magdalena olas mar tormenta huracán Magdalena flaca ojerosa Tercer año medio Magdalena sufre vómitos peores noches espantosas olas arrastrándote once años tenías sólo once Magdalena disuelta escasamente ya no amor estirado estrías

cáncer boda arruinada Magda soñada llora Lo arruiné todo No mi amor dices no Te amo dice Te amo contestas avergonzado eres culpable arena blanca Magdalena no usa pantalón blanco jamás Magdalena enferma Antonio inservible marioneta destino Hombre/doctor Hombre/ cáncer Hombre/Agujeta zapato segundos ascensor jefe tarde esa tarde Magdalena llora cada noche Antonio piensa Jessica Javier no existe Magdalena llora seis semanas tres meses embarazo seis semanas vida quedan

Hasta ese día Antonio no pronunciará nunca que Magdalena es el amor que Magdalena es lo mejor que le ha pasado en la vida Mientras las olas arrastran con ella eternamente mujer elevador olas estrellándose en Antonio/ Magdalena por siempre Buenas noches dice Mujer Buenas noches estaré contigo cuando amanezca

Griselda Luisa Albarrán

G

riselda sabía mover el trasero con malas intenciones. Desde el momento en que un hombre entraba a la tienda, ella inmediatamente dejaba de hacer lo que estuviera haciendo para correr a atenderle. —Señor, ¡buenos días!—; exclamaba y su media sonrisa se plantaba en el rostro y segundos después aplicaba la letanía aprendida, modificada y exagerada que utilizaba para atrapar ventas. Era como una araña que estaba esperando a su presa, en cuanto veía a sus víctimas lanzaba sus telarañas y su veneno. Había días en que acaparaba todo, sus compañeros la dejaban hacer lo que le diera la gana, al final del día, ella era la consentida del gerente. Toda la plaza conocía su fama, la manera en que le coqueteaba no sólo al gerente sino a cualquiera. Sus compañeros la miraban como quien mira un mono andar por las ramas, mientras los visitantes le arrojan cacahuates; su atuendo era el negro, para ocultar esos ki-

los que tenía de más y sus zapatillas con tacón del número doce, con las que difícilmente podía caminar; pero valía el sacrificio con tal de tener unos centímetros de más. Sin embargo, al caer la tarde caminaba como quien mata cucarachas. Era experta en el arte de joder por el poder de joder. Sabía hundir al mundo, con lo único que era una verdadera loba era con el dinero, en menos de tres meses tenía un Audi deportivo, ropa de los diseñadores más cotizados (Channel, Versace, Hugo Boss), Carolina Herrera era lo más baratito que venía usando. En los pasillos se rumoraba que encontró a un millonario. Lo cierto, es que a cuanto hombre se le acercaba lo exprimía, física y monetariamente; los pobres perdían todo: autos, casa, negocios. Tenía mal gusto para los hombres. Los tenía de todas las clases, de todas las edades, rubios, morenos, altos, bajos, regordetes, esbeltos, adonis, cualquiera que la hiciera mojar su tanga con solo rosarla. delatripa: narrativa y algo más

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Al principio era la clásica mosca muerta, la que no mataba nada, costaba trabajo desvestirla, pero luego que la virgen María cedía podía tener unos doce orgasmos consecutivo. Siempre decía con gemiditos entre los dientes: "Hazlo otra vez, una vez más, más adentro, por el culo…" Y por el culo les succionaba los dólares, Aunque era de premiarle que siempre los dejaba como hombres nuevos, llenos de sueños, con identidad nueva, hasta con un Dios nuevo. Es cierto que ningún hombre se le escapaba, era como si tuviera el manual de cada uno. Los excitaba con inciensos, masajes terapéuticos, tiernas caricias, palabras que les levantaban el ego. Con todos se reía y cuando no sabía que decir terminada diciendo “muy bueno”. Antes de terminar los llevaba a su tina de hidromasaje, les preparaba un buen chapuzón con suficiente agua caliente donde les preguntaba delicadamente si les gustaba como se las mamaba, mientras sus dedos atercio-

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pelados les enjabonaban el pene para cerrar con la última gota del encuentro carnal. Los pobres nunca se querían ir, pero ella se excusaba en Mañana tengo que trabajar pero os prometo que la próxima será genial. Guiñaba el ojo y se mordía el labio inferior. Todos nos recomendaban enviarla con el doctor Guma, un médico que dominaba la medicina china, para sofocarle esa naturaleza de culipronta y loba. Era obvio que disfrutaba que los ojos de los hombres se desorbitaran por ella. Cuando caminaba contoneaba las nalgas; ella siempre ardía por un pene erecto y jugoso, meterlo en su boca, y sentir el semen era su mayor orgasmo. Presumía de aires de señorita decente, pero le gustaban los hombres de manos ligeras, de caricias involuntarias que le abrieran el cuerpo como a un cerdo.

Queridos todos Raúl Blackaller Velázquez En la intimidad, me dirijo a ustedes, mis queridos todos, en ocasión de la fiesta solemne de aniversario. Hubo tantas personas satisfechas que en realidad me hacen sentir orgulloso de mi buen juicio, yo sabía que sus entrañas serían de excelente calidad. Es excitante, no podrán decirme que no. Desde que observé la textura de su piel, pude incluso saber con qué vino podría hacer el maridaje. Sacar lo mejor de sus sabores fue un placer. Bueno, tampoco es que yo sea mal chef, me podrán acusar de muchas cosas, pero nunca de que escogía mal a mis víctimas. Ustedes me han dado la oportunidad de preparar deliciosos platillos que mucha gente disfrutó con agrado. Incluso recibí la felicitación del primer ministro del país. Pueden sentirse orgullosos de que su vida no fue en vano. El banquete real fue un éxito. Ahora puedo avocarme a planear la fiesta de cumpleaños del rey, para el que necesitaré: - 4 mujeres de piel clara de 50 kg. - 2 mujeres morenas de mínimo 55 kg. - 10 kg de cebollas...

El fruto verde Violeta Azcona Mazun La muchacha de enfrente tiene una hija. Tiene una bebé. Cruzo la calle para ir al parque, y de reojo las veo. Ella me mira y los ojos de su hija se posan sobre mí como un par de piedras fijas. Mi madre les sonríe indulgente como siempre, mientras me acaricia el cabello. Se me olvida a veces que hasta ella tiene una hija y soy yo. ¡Sólo yo no soy madre en éste mundo! A la hora del té la observo desde mi ventana, la veo detrás de la cortina, disfrazada ridículamente con ése vestido de princesita que odio, y que mi mamá ama. Ahí está la muchacha de enfrente y en sus brazos el fruto verde; a veces siento que la odio, por qué no está sola, por qué tiene una hija, por qué ella puede y yo no. Ella la envuelve en sábanas lilas y rosas, le canta y la arruya. Y yo estoy aquí viéndolo todo desde mi cuarto, con la sensación de vacío, con la mirada de piedra en la cabeza. Con la envidia entre mis juegos de tés y cocinita, conformándome con tener por hijas sólo muñecas. delatripa: narrativa y algo más

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El granero de mi país Oveth Hernández Sánchez

E

llos nos dicen: "ustedes serán el granero del país, ya lo verán", nos lo repiten una y otra vez con firmeza en los labios. Ochenta y tres mil hectáreas de selva y de jahuactales vírgenes. El trazo está hecho ya, el designio del desmoronamiento prescrito. Escuchamos la voz oficial: "Será este trópico de la subregión Chontalpa el que acogerá el caudal del albur", nos recalcan. La flora de allí nos mira con asombro y palidez a nosotros, los del agua; los huesoscolumna de la madre montaña, todos, nos untan sus ramas como brazos extendidos y suplicantes de piedad: el jahuacte, el chipircoy, el cocohite, el macuilís, el guácimo, el moté, el samán, el jobo, el macayo, el mulato, el cedro, el sauce, el tatuán, el corozo, el laurel de la india, el pitche, el framboyán, el árbol de hule, el tinto, el barí, el árbol de pan, de salacia, el guano largo, la palma real, la caoba, la ceiba, la palma sabal, la cordia, todos de raíces vivas y profundas. Los tejidos que unen los huesos y las pieles de estos troncos con otros, de raíz a copa, murmuran: el bejuco y otras enredaderas, el cundeamor, la lengüevaca, el chichicaste, la pitahaya, el Jacinto, el capulín, el popiste, el ramoncillo, las aroideas, las marantáceas, los helechos, las hanas, y numerosas especies de orquídeas y la cactácea que allí se resisten a morir, lazos que enraízan en el tallo y en el lodo, se arrancan en hondos ruegos, junto con toda su infinita y espiritual fauna. —"La porfía no es compatible con la madre selva" —decimos para nuestros adentros"; — "¡Es mejor la 'civilización' a la selva!"— nos 42

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responden con euforia, y los jóvenes nos enseñan que la civilización de Rosas tiene una silla de oro en el quinto círculo de Dante. Los jahuactes —y sus verdes pencas y tallos espinosos— son débiles, ceden, se desgarran y toda la espiritualidad al mismo tiempo de la selva montañosa al oír y ver la ejecución del edicto. Ayer todavía tenían gotas lagrimales con brillo azul-verde en las puntas y los troncos de sus agujas. —"Ustedes serán el granero del país"— nos recalcaban. Hoy ya no sentimos el olor a tierra ni su humedad desde aquella vez, ni a jahuacte ni a su espíritu café-húmedo. "La Chontalpa ya es el granero del país". Por dos décadas oímos a los espíritus pregonar el oráculo agrícola de la agenda oficial, y la tercera no nos toleró más. Todavía se les había oído decir a los presagiadores del locus amenus que el cacao, el arroz, la caña, el maíz y hasta el vacuno ya instauraban una Chontalpa reverdeciente y próspera. Y para entonces, nos hacíamos a la macheta y al bush, allí sentados dentro del tapanco, acurrucados dentro del cayuco, confiados en la esperanza, aunque el jahuacte y toda la selva ya no retoñasen más, pues sus raíces no sabían humedecerse en el páramo. Así nos refugiábamos de tiempo en tiempo, hasta que avistábamos cómo nuestro "granero" se les desparramaba a ellos poco a poco, allá, afuera, entre tratados y reformas. Se volvía todo efímero como la burbuja líquida que al tomar vuelo se revienta en la punta de filo del jahuacte cuando es controlada por el viento del infinito.

Acto sin perdón Andrea Calderón

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a pasión. Las ganas. El placer. El pene dentro de la vagina. Sentimiento de culpa. ¿El amor? El que ella siente hacia su novio. El que él siente por ella. Él no es su novio. Ella no es su novia. Fin de semana fuera de la ciudad con los amigos. Alfonso no pudo ir, Irina sí… Chucho también. Coqueteo en la alberca; miradas reflejando al Alfonso que será engañado. Alcohol, clavados, mota, jala, aguanta, vómito, pastillas, más vómito, charlas de borrachos, filosofía, chavos, más vómito, trajes de baño, calor, chichis pa la banda, mareo, pasto, puerta, pasillo, cuarto, cama.

Irina sofocada, mareada, se acuesta en la cama. No espera nada, nadie. El techo parece no quedarse quieto; su cabeza tampoco, y menos sus ganas de querer ser la mujer de la que todos hablen mal. Cierra los ojos y el cuarto se convierte en un simulador que da vueltas sobre su propio eje. No soporta tenerlos así, pero ya tiene sueño. El rímel corrido ha ensuciado la funda blanca con estampado de florecitas. Le da miedo que un alacrán la pique al meter sus pies bajo la sábana. A punto de quedarse dormida, siente las cobijas moverse por sí solas. Es Chucho. Los dos cuerpos se acercan controlados por una leve inercia. Ella acostada boca arriba; él casi encima. Sus labios son como dos gotas de lluvia a punto de juntarse para convertirse en una sola. Siguen siendo dos. El peso en la conciencia. Separa los labios aún no besados. Gira su cara lejos de Chucho. No lo ve a él, sino al reflejo de la luz que entra por la puerta. Escucha el sonido de la fiesta y luego el de su corazón. Sus manos sudan, al igual que su sexo. Desea no tener novio. Se siente atraída por Chucho. Sus labios tocan la manzana

prohibida: los de él. Tal como la mordida del fruto que provocó perder el paraíso. Los dedos de ella se enredan en el cabello rizado de Chucho, mientras el dedo medio de él busca la fuente de placer de Irina. Secreciones y sudor: eso es el engaño. La mente de Irina podría revivir el momento mil veces. Chucho se levantó por un condón y se lo puso, la barba aterciopelada chocando contra la frente de Irina. El dolor del inicio, el abdomen de modelo, la piel morena contrastando con la piel blanca de ella. Los besos mezclados con gemidos y la lengua en los pezones. Irina diciendo "perdóname Alfonso", Chucho en el cuerpo de Irina. El acto termina con una serie de gemidos cortos in crescendo, que se ahogan en un beso. No conformes con haber herido la confianza de Alfonso, los cuerpos se necesitan de nuevo, Irina no puede aceptarlo. Al ver que Chucho se estira para alcanzar otro condón, Irina se levanta de la cama, busca su ropa, se viste y sale del cuarto. Mete su pie derecho en la alberca, está fría, desea que su corazón también lo esté. Pero no es así. Le duele no haber visto los ojos de Chucho después de hacer el amor. Piensa que al menos se merecía un "gracias" o un "lo siento". Ahora no sólo se siente culpable con su novio: también con su ¿amante? ¿Qué es Chucho en este punto de su vida? ¿El chico moreno, con buen cuerpo, que pinta y que todas se quieren coger? La idea de aparentar que lo usó como consolador la destroza más que la idea de que alguien se entere. A ella le dio una historia para escribir; a él, alguien por quién llorar. delatripa: narrativa y algo más

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El hombre feo Violeta Azcona Mazun Hace un calor terrible, y yo con medias; el sol me quema el rostro a pesar de traer sombrero y esta viscosa plasta de bloqueador solar que me deja la cara brillosa como un cristal a contra luz. A él no le importa su piel porque es feo, pero a mí sí, no quiero que me salgan manchas, soy demasiado joven para tener que embarrarme esas cremas que mi madre usa por las noches. ¡Qué castigo es esto de andar a pie por la ciudad y de la mano de un hombre feo! Habría que verlo, tan chaparro y gordo, además le he notado unas cuantas verrugas en la papada y en el cuello, parece un sapo. Y yo tan hermosa, tan espigada, tan blanca y limpia como la leche, pude haber sido actriz o modelo, pero no, estoy atada a éste hombre; es que no lo puedo dejar, y a pesar de lo que me ha hecho sigo aquí, tomándole la mano. Me voy a esconder debajo de éste carísimo sombrero que me compró hace un mes en París, ¡por favor que no me vea con él! O mejor voy a dejar el sombrero tirado por ahí, a ver si así se apiada de mi piel y de mis piecesitos y me lleva a descansar de una buena vez. ¡Yo creo que se ha vuelto loco y me quiere matar de una insolación! Se comporta como un bobo, a veces me trata como una retrasada; me molesto por ello y le grito, entonces me compra vestidos de princesa, libros coloridos, chocolates o me lleva a comer hamburguesas ¡Dios santo, me quiere engordar!, me quiere dejar fea para que nadie mas que él me vea. Ahí viene, habría que ver cómo le rebota la panza, esa sonrisa de idiota, con los ojos entrecerrados, con su paso lento y con comida entre los dientes, es asqueroso, provoca pena ajena. Trae un algodón de azúcar en la mano, cree que así le voy a perdonar que no me haya comprado la muñeca que vimos hace un rato en la plaza. Pobre sapo, feo y tonto. Pero cuando lleguemos a casa, le diré a mamá que papá me ha traído a pie todo el día en el zoológico, sin bloqueador solar y sin sombrero.

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Gratitud Jéssica Montaño de Juárez Eres un padre afortunado. Agradece que no es tu hijo quien duerme en el piso de una estación de tren, no es quien atraviesa un país ajeno a pie con tal de llegar a un paraíso prometido lejos del conflicto armado. Agradece que no es tu hijo quien usa chaleco salvavidas en un bote que se hundirá en el Mediterráneo. No es quien sube a una balsa en La Habana para alcanzar la Florida. No protagoniza una foto que se viraliza y arranca promesas de ayuda ahora que él está muerto. Agradece que tu niña no fue vendida a cambio de ochenta o ciento cincuenta mil pesos, que su precio no llena bolsillos de funcionarios del DIF y la Procuraduría de Sonora. Agradece que sales del hospital con tu bebé en brazos, que tu pequeño está vivo y que no pariste en el pasto del jardín. Agradece que pagas un techo, cuentas con un empleo (aunque lo aborrezcas) que cada dos semanas te da un sueldo flaco cuyos impuestos contribuyen a pagar a "oftalmólogos" negligentes del IMSS. Diario te tomas dos litros de agua limpia y purificada, sin contar los cientos que desperdicias y que le faltan a niños de países áridos. Con el dinero del día te alcanza para embutirte un trozo de pan, una torta, una pizza, una pasta italiana hecha a mano con salsa de tomate orgánica, sin sentir remordimiento alguno por quienes no tienen más que intestinos vacíos y lombrices dentro. ¿Acaso los recuerdas cada que abres el refri para echar a la basura la comida que ya no te sirve? No te sientas culpable: mejor agradece que en cualquier momento puedes ir al supermercado o a la tiendita de la esquina sin necesidad de arrebatar, de pelear por las escasas provisiones. No vives en una dictadura, no estás en medio de una guerra santa, estás relativamente seguro y con suerte no serás una estadística más, no serás otro obituario ni las líneas de una nota color escarlata de la sección de Policía. Porque eres afortunado de ser mexicano. Aunque hasta de eso te quejes.

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Ethos Jesús Guerra Sánchez

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uando José López Portillo fue candidato presidencial, su lema de campaña era: "La solución somos todos" y fue interesante ver como "La Creatividad del Mexicano" traducía, torcía y justificaba su omnipresente Ética de los Máximos (Vox Populi, Vox Dei) corrigiendo: "La corrupción somos todos". Mientras Portillo intentaba infructuosamente de probar sus altos y asertivos valores éticos y morales [sic], el cliente electoral representado por el votante, le recordaba al candidato del "Priyismo" [sic] su identidad y origen. Una especie de "No te engañes", "Así somos" "Acá nos tocó vivir". Después de todo, hoy en pleno Siglo XXI, no es tan grave que México a nivel mundial, ocupe el lugar 106 en percepción de corrupción. ¡Vamos, es un consuelo! "El que no tranza no avanza" [sic y recontra sic]. Además Morelos, Estado de la Federación donde habito, es segundo lugar en esta moralidad colectiva, sólo atrás de Chihuahua y delante de Puebla (ENCIG 2013). Eso sí, cuando la culpa judeo-cristiana sale a flote, la moralina resplandece y el "Trágico Grito Griego" y el "Rasgarse las Vestiduras" sale a relucir, pero claro, únicamente hacen falta unos cuantos "Golpes de Pecho y un pequeña frase como: "Si todos lo hacen ¿por qué yo no?" e inmediatamente la resignación a la Mea Culpa y de esa manera, regresa todo a la homeostásis crónica del "Así soy ¿y qué?" (Pausa para la anagnórisis o distanciamiento del lector). Sin embargo, esta "Ética de los Máximos" tiene una contraparte que genera resistencia, y como dictan las leyes de la física, genera un poco de luz en el camino. Aunque la resilencia nacional es de a dos pasos para atrás y uno para adelante, no dejan de existir individuos desperdigados

que no dejamos de poner el dedo en la llaga, pero que como buenos discapacitados dialógicos y enfermos de pesimismo nacional nos sentimos avasallados con el poderío del mayoriteo y la superestructura que sostiene la corrupción de este país y hay que recordar que lo que está Hecho en México está "Bien Hecho". Así que lo que se piensa ahora como fuerza antagónica, al no existir materialmente en la realidad; es solo una declaración de principios bien —o ingenuamente— intencionados. Las preguntas pues a esta argumentación serían: ¿La Corrupción es sino? ¿La Ética de los Mínimos es el mecanismo autopoiético para una auténtica Resilencia Nacional?

II El Estado de Morelos es el territorio donde deambulo de un lado a otro con mi "Folklore Personal", con mi profesión a cuestas, mis pasatiempos, mi título de "Pater Familias", mis Derechos violentados u omitidos a diestra y siniestra y mi capacidad de asombrarme cada vez menos de las cosas que acontecen; porque después de todo ya lo dijo el comediógrafo Terencio: Homo sum, humani nihil a me alienum puto (soy hombre; y por lo tanto, nada que sea humano me resulta extraño). También llevo encima la pretensión de ser Desarrollador Comunitario y digo pretensión, porque justo con todo lo expuesto arriba, no tengo más alternativa que ir adquiriendo armas creativas —como "El Quijote"— para enfrentar en igualdad de circunstancias a los "Molinos de Viento" de la oficialidad y la amañada vida política de Morelos. Porque justo el hecho de que se piense que la frase: "El que no tranza no delatripa: narrativa y algo más

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avanza" sea naturaleza "del mexicano" y que además se pueda proponer —con la chabacanería y socarronería que caracteriza— como "Legado Inmaterial de la Humanidad" [sic] es sin lugar a dudas el preámbulo al envilecimiento, empobrecimiento y aniquilamiento de toda la sociedad. Por eso la pregunta es pertinente: ¿La Corrupción es sino? Pues he aquí donde viene la problematización, porque han de saber ustedes lectores que la corrupción no es del todo un mal. Hay corrupciones que terminan bien. Si los frutos no se pudren, las semillas no germinan. Si los niños no dejan de ser niños, no crecen. El español es un latín corrupto, pero no es deseable que vuelva a ser latín. La Revolución mexicana consolidó la corrupción como sistema político, pero acabó con la matazón (Zaid, 2014).

¡Y sí! Resulta que la corrupción está incluso en los alimentos. "Somos lo que comemos" reza la máxima. Dentro de la dieta mexicana abundamos los fungívoros (micófagos) y los bebedores de todo tipo de bebidas en estado de corrupción o fermentación. ¿Quién en México no ha comido una quesadilla de huitlacoche o bebido algo fermentado? Pero no me malinterpreten, estoy lejos de buscar hacer apología o justificación de la corrupción, vamos más bien entendiendo como opera en nuestra inmediatez como parte del proceso natural del devenir histórico. Zaid dice: "si los frutos no se pudren, las semillas no germinan" ¿Entonces quiénes son estas semillas que pertenecen y habitan dentro de un organismo putrefacto (corrupto)? Debemos entender como dicen los materialistas históricos y los taoístas que las contradicciones son universales, coexisten, se complementan y además se oponen la una a la otra, intercambiando posiciones continuamente (Tse-Tung 1972). Tenemos entonces que identificar dentro de estas contradicciones; dónde se 48

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ubican los militantes de la Ética de los Mínimos. Pues pareciera ser que justo en la resistencia, en la contraparte y en el opuesto complementario está la respuesta. ¡Perfecto! ¡Todo solucionado, era tan sencillo! Entonces comencemos por ser incorruptos… "Aquel que esté libre de pecado que tire la primera piedra" (en esta parte, el lector hará un incómodo pero válido silencio de estupefacción —o si se quiere desolación—). ¿Quién está libre de corrupción? Bueno, ya lo dijeron los antiguos griegos: Errare humanum est pero… si la corrupción es parte de nuestra esencia (no esencia total) entonces habría que buscar para sí propio y la colectividad, ¿qué porcentaje latente hay de antonimia de la corrupción en nuestros referentes? Administración, conservación, decencia, decoro, depuración, exactitud, honestidad, honradez, incorrupción, integridad, moralidad, pureza, salud, santidad, verdad, virtud y ética, "brincan" por ser términos distantes en el individuo y en una gran mayoría de comunidades. Luego pues es obligado visibilizar y reconocer la potencialidad resilente en nosotros mismos. Hasta entonces veremos que la corrupción como tal, no es tanto el problema… Ya que siempre va a existir, con todo y que las Naciones Unidas instituyan la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y que esta, asesore y acompañe a una flamante Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción. Lo preocupante realmente no es el avance de la descomposición social, sino la falta de potenciación y empoderamiento de lo opuesto. Ya lo dijo Martin Luther King: "No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética, lo que más me preocupa, es el silencio de los buenos". Entonces la labor radica precisamente en ¿Cómo generar mecanismos que fortalezcan la asertividad, sostenibilidad y sustentabilidad y

una Evolución en Espiral (Engels 1878)? Comencemos pues con la Micropolítica, con una Ecología de la Mente y de Saberes (Bateson, 1985 / Sousa Santos, 2010), con la Cultura de Paz, la Interculturalidad, la Ciudadanía Sustantiva y obviamente con la práctica con consciencia y dimensión de la Vida Cultural sin violentar los Derechos Culturales (UNESCO Etxea, 2010). Los garantes de esta iniciativa deben ser al mismo tiempo promotores y militantes de esta Ética de los Mínimos, son los que además de afinar su intento e intención en la acción, deben generar las condiciones para que esto comience a ejercitarse de una manera horizontal, multidireccional y con un flujo de retroalimentación constante. Claro que no hay que pecar de ingenuos y recordar que el gran aparato (Big Brother, Matrix, etc.) trabaja con la Ética de los Máximos y que en el seno de los simulada función pública, se encontrará un altísimo nivel de disfuncionalidad y que además se opondrá a cualquier cambio. Varias veces por ignorancia e inercia y otras, las más, por alianzas de clanes partidistas, donde las tres etapas de la verdad (Schopenhauer s/f) saldrán a relucir irremediablemente: Ridiculización, Oposición Violenta y después la Aceptación como si siempre hubiese sido algo evidente. Es importante saber que muchos con esta Ética de los Mínimos, jamás vieron materializados sus emprendimientos, así que habrá que practicar con desapego y con altísimo nivel de humildad sobre todo para no generar frustración y comprender que las cosas se hacen porque son un Imperativo Categórico y Práctico y no como equivocadamente piensa por odiar a los corruptos o amar a los puros. En la praxis hay que visibilizar y dimensionar el aristotélico y virtuoso "Punto Medio" entre los polos —o si se quiere mejor, fuerzas antagónicas—. Para que de esta manera, no abonemos como dije arriba, al "Pesimismo Nacional". Con esto no

quiero dar a entender que hay que entrar en una práctica corruptelas light o toleradas. Ahora que entendemos que la corrupción nos viene integrada como software entrópico, hay que retomar elementos de la Cultura para no permitir que esta fuerza se desarrolle y se mantenga como "Dragón sometido por San Jorge". También hay que tener bien claro que la corrupción no es un tipo de Cultura, es más bien, degeneradora de esta. Lo destructivo jamás debe entenderse como algo cultural, por tal motivo, es de holgazanería mental, de necios y apólogos de la violencia, denominar por ejemplo, como cultural, el fenómeno de los narcotraficantes y decir que sus corridos son Arte. Tampoco y de ninguna manera, se puede decir que prohibir los Narcocorridos sea violentar u omitir la Libertad de Expresión. A eso se le llama en todo caso: Defender la vida cultural de las comunidades. Por eso, como Gestores Culturales, Desarrolladores Comunitarios o militantes de la Ética de los Mínimos, es prioritario conocer, reflexionar y problematizar la realidad con enfoques holistas y saber la dimensión política y jurídica de nuestros contextos inmediatos y mediatos siempre desde la sostenibilidad y la sustentabilidad comunitaria. Luego entonces tenemos que la corrupción es parte del proceso de la vida y de la Historia y que por supuesto no es ni condenación ni destino. De igual modo hay que visibilizar también; que la corrupción tiene como acompañante fiel a la impunidad, bajo el Statu Quo vigente, no es en absoluto algo deshonesto, sino más bien; algo plausible y digno de reconocimiento. "La Chispó", "La Libró" se escucha decir al apólogo y fan del corrupto. Recuerdo que cuando daba clases de Teatro en un centro de libertad asistida para la niñez, escuchaba continuamente los heroicos escapes [sic] de las persecuciones policíacas. Esta niñez —reproductora en pequeña escala de las épicas delatripa: narrativa y algo más

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[sic] loas a los narcotraficantes versus los militares— está en completa indefensión cultural para poder diferenciar entre la Cultura y la Corrupción (Estado Fallido). Y lejos estoy de una pretensión maniquea y de guión melodramático-telenovelero-lastimero de "Buenos versus Malos". Y como no dije antes pero repito ahora: La Corrupción es Complejidad. Si vemos a la Corrupción como parte de la sintomatología de un Estado Fallido, habría que verificarlo en los índices generados para este fin… ¿Qué nos dicen los indicadores al respecto? "El índice muestra que México pasa del lugar 98 al 97 respecto de 2012, ubicándose aún entre los países en riesgo de convertirse en estado fallido, por lo que es calificado en "estado de advertencia" con 73.1 puntos" (The Fund for Peace. 2013).

III A manera de conclusión, y con ganas de abonar a la participación jurídica y política… No importando que aunque se exija… "Nunca pasa nada" puse sobre la mesa, alternativas para abordar el asunto de la Corrupción / Estado Fallido / Ética de los Máximos o como se le quiera llamar ya que al final de cuentas, si no se quieren ver como sinónimos, si son sistemas que se retroalimentan uno al otro constantemente: También propuse la pautas para reconocer que esto es parte de "lo Humano" y que además rige su tendencia entrópica. Sin embargo, también destaqué que existe su antagonista, némesis y complemento: La resilente Ética de los Mínimos: la Honestidad, que como valor, hay que potenciar asertivamente para lograr sostenibilidad económica y sustentabilidad, para lograr así, elevar los índices de Desarrollo Humano que cada vez van más a la baja, precisamente porque los honestos, decentes, honrados, incorruptibles, 50

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íntegros, verdaderos y éticos no se han conectado entre sí y han permitido —por silencio y omisión— el avance de la disruptiva Ética de los Máximos. He propuesto también construir la condiciones para que se conozca socialmente la "Ecología de la Mente y los Saberes", la "Cultura de Paz", la "Interculturalidad", para que jueguen transversalmente en el corazón de las acciones del desarrollador comunitario, gestor y promotor cultural que obviamente debe ser alguien enterado, holista, tolerante e inclusivo, para no caer en las garras de la ilusoria auto-percepción de salvador del mundo. Concluyo sin querer responder pero si profundizando y mostrando las diversas caras del problema, que he demostrado que la Corrupción no es destino sino más bien acompañante de la vida y que hay que aclarar que la latente y poderosa Ética de los Mínimos puede llegar a jugarle de tú a tú a la Corrupción y convertirse —con las justas herramientas y metodologías— en la fuerza resilente que necesitamos todos para lograr esa "Armonía Absoluta" a la que se refería el Maestro Espiritual de la India Srila B.R. Sridhara Swami Maharaj (1895-1988) cuando decía: "Armonía significa controlar las fuerzas opositoras" … "El tipo más elevado de armonía puede tolerar cualquier tipo de oposición" … "Para abolir la oposición es necesaria la más grande armonía. Y aun en el más elevado tipo de armonía, la oposición resalta la belleza de la armonía y la ayuda. Cuando la armonía es exitosa, se hace necesaria la belleza".

Así como afirma Foucault la Ética es un "Arte de Vivir".

Fuentes: B.R. SridharaSwami, Srila. Armonía Absoluta. SEVA - Colombia. Recuperado 06/10/2014 en: http:// www.vrindavan.org/isev/zips/armov1.zip

The Fund for Peace.Failed States Index 2013.Recuperado 06/10/2014 en: http://consulta.mx/web/index.php/ estudios-e-investigaciones/el-mundo/542-indice-deestados-fallidos-2013-fund-for-peace

Zaid, Gabriel. Qué es la corrupción. Letras Libres. Reforma, 27 abril 2014. Recuperado el 06/17/2014 en: http:// www.letraslibres.com/blogs/articulos-recientes/quees-la-corrupcion

Bateson, Gregory. Pasos Hacia una Ecologi?a de la Mente. Editorial Lohle?-Lumen. 1985 Y 1991.

Terencio. El atormentador de sí mismo. Acto I Escena I. Recuperado el 06/17/2014 en: http://juan23.edu.ar/ delcol/pdf/terencio_heautontimorumenos.pdf

Sobre Ecología de los Saberes: Entrevista de Fernando Arellano Ortiz a Boaventura de Sousa Santos. Recuperado 06/10/2014 en: http://www.othernews.info/noticias/2012/02/entrevista-a-boaventurade-sousa-santos/ Maraña, Maider. Derechos culturales Documentos básicos de Naciones Unidas. Centro UNESCO del País Vasco. 2010. Engels, Friedrich. Anti-Dühring. XIII. Dialéctica. Negación De La Negación. Biblioteca de Autores Socialistas. Recuperado el 06/17/2014 en: http:// pendientedemigracion.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/ 78ad/78AD113.htm Tse-Tung, Mao. Sobre La Contradicción (Agosto De 1937). Obras Escogidas de Mao Tse-tung Tomo I. Ediciones En Lenguas Extranjeras. Pekín 1972.

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Centro comercial Andrea Calderón

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esayuno en familia. El padre lee su periódico. La madre termina de cocinar hotcakesy tocino. El niño y la niña, de aproximadamente ocho y diez años, sentados a la mesa, juegan con su iphone y ipad, respectivamente. La madre sirve los platos y todos comienzan a comer en silencio. Sólo se escucha el movimiento de las hojas del periódico. —Deja ese periódico —dice la madre al padre, haciendo caso omiso de que los niños siguen jugando con sus aparatos. —Ya voy —toma un pedazo de papaya y lo mete a su boca. —¿Alguna noticia interesante? —dice la madre sin esperar respuesta. Las noticias de hoy son lo que menos le importan. El padre dobla el periódico y lo deja a un lado. —En Nairobi unos terroristas tomaron como rehenes a gente en un centro comercial. Ya van cuarenta y ocho horas y sesenta y dos… —¡Ay no! Ya perdí —grita el niño interrumpiendo al padre. —Y sesenta y dos… —el padre intenta terminar su frase. —Qué tarado —dice la niña a su hermano, sin dejar de ver su iphone. —A ver ustedes, ya dejen de jugar con esos aparatos y desayunen —la madre ordena. —Estoy whatsappeándome con Carlos. —Tan chiquita y ya estás de puta.

—¡Hey! El lenguaje. —Grita el padre al niño— Tu hermano tiene razón. ¿Quién es ese tal Carlos? —Sólo es un… —Un idiota que tiene mucho pegue porque se viste como Justin Bieber. Todas las niñitas tontas como mi hermana están enamoradas de él. —Cállate, él no es eso que dices. —Por favor, respeta a tu hermana —las palabras salen de la madre, así como el pedazo de comida que sin querer expulsó su boca. Un momento de silencio. Todos comen sin distracciones de ningún tipo. La niña rompe la calma. —Quiero ir a la plaza. Necesito un… —¿Qué no escucharon lo que dije? En Somalia hay sesenta y dos personas muertas, sólo porque un miembro de la familia decidió ir a la plaza y no al parque o algo así. —Ay, qué aburrido el parque, papá. —Además necesitamos cosas del súper—. La madre saca una lista apuntada en su celular —Cloro, detergente… —¡Mejor vamos al cine! Ya se estrenó la nueva de Tom Cruise. —¡Y la de Eugenio Derbez! —¡Qué asco! No, Eugenio Derbez no, guácala—. El hermano avienta a la cara de su hermana un pedazo de fruta. —¡Mamá! delatripa: narrativa y algo más

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—A ver, ¿qué harían si mientras están en el súper o en el cine entraran cien tipos con armas y empezaran a disparar como locos? — pregunta el padre. —Yo pondría a mi hermana enfrente de mí, para que la maten a ella.

—Como quieran, a lo que me refiero es que tienen que salir a la calle. No se encierren en esos centros de perdición, donde lo único que importa es el dinero. Podemos ir a pasear al zócalo, a Chapultepec, incluso ver una obra de teatro.

—¡Cállate! —la niña le avienta un pedazo de fruta que cae muy lejos de él.

—Papá, cómo se nota que naciste en el siglo pasado.

—O, peor aún, no los matan pero los tienen encerrados, privados de cualquier tipo de comunicación, al lado de gente muerta pudriéndose.

El papá se pone a leer su periódico otra vez. Todos acaban su desayuno y recogen la mesa. Después deciden ir al zócalo, hacer cosas nuevas, tal vez andar en bici, pero las manifestaciones en la ciudad les impiden disfrutarla. Terminan por ir al centro comercial.

—En los videojuegos pasan cosas peores. —Sí, además eso es imposible en México. Los delincuentes aquí no son tan inteligentes— dice la madre.

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Mimulus guttatus Mónica Martínez

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uando era niña preparaba grandes banquetes con pétalos de diferentes flores que crecían en mi jardín. Deseaba liberarlas de aquellas gruesas paredes de lava donde crecían miedosas, sin que el sol tocara sus rostros. Un dia ,después de una intensa granizada ,con el viento llegaron esporas de una extraña especie llamada 'Mimulus guttatus'. Las flores amarillo iridiscente comenzaron a esparcirse por todo el jardín, por el techo, hasta llegar a las habitaciones; entraban a la bañera llena de burbujas donde yo estaba y su enredadera subía por mis piernas acariciando mi ingenua piel, haciéndome tener espasmos desconocidos para mi . Yo las tomaba con delicadeza, deshojando sus caprichosos pétalos y saboreándolos uno a uno. Hasta que un dia caí en cama, me provocaron una fiebre extraña que hacía ver el futuro. Después crecí y tuve miedo de las flores. Aun así no quiero dejar de buscar .

Te invito a levitar. Quiero mover tu cama con luz hasta dejarla diminuta, y cargarla con un dedo, llevarla al balcón, y ahí abrir tu pecho y soplarlo de flores, hasta encontrar el miedo, encapsularlo en tallos, despertar mojados y hablar, hablar hasta el amanecer. Después de décadas intentando extraer la gigante espina de oro de una roca, el joven había cesado de luchar. Con la cabeza baja miro una enredadera con flores en forma de campana que comenzaba a subir por su pierna, eran amarillas con los pétalos transparentes. Tomo una y la puso en su ojo derecho a manera de filtro. Tomo la espina de nuevo y suavemente tiro de ella, descubriendo que no era la fuerza lo que haría obtenerla sino la extracción de su memoria.

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Engaño Andrea Calderón

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nas cuantas copas de vino le bastaron a Marcela para engañar a su marido. Tal vez fue porque hacer el amor con el mismo hombre durante cuatro años se había convertido en algo más que una rutina. Tal vez esa escena ya memorizada con esos movimientos mecanizados que se repetían cada viernes a la misma hora y sobre la misma almohada necesitaba un poco de improvisación. No era él, eran los besos sin saliva, las carreteras del cuerpo recorridas cientos de veces, la excitación artificial, y, por último, después de una larga espera no tan larga, el orgasmo. A veces, si a Marcela no le dolía la cabeza, o la espalda, o el hombro, o la uña, hacían la posición del perrito, para variarle. Pero no le bastaba. Marcela ya se había aburrido de esos brazos: ahora le atraían los nuevos; los del quinto piso, por ejemplo. El vecino que recién se había mudado era un hombre fuerte, un prototipo de galán de telenovela, con una cubana muy exuberante que lo iba a visitar esporádicamente. El resto de la semana se encontraba solo. Marcela era el objetivo perfecto: su marido trabajaba todo el día, de ocho a ocho; joven, aburrida, y con dos poderosas razones que se asomaban continuamente por su escote. De la cara no muy agraciada, pero del cuerpo, otra cosa. Claro, después de todas esas cirugías al menos tenía que quedar como una modelo de revista para caballeros. Tarde o temprano se cruzarían en su camino. Y así fue. Un día de la semana cualquiera, pues a Marcela todos le parecían iguales, el vecino la invitó a su departamento con el pretexto de darle unas clasecitas de yoga. Las clases se extendieron hasta la hora de la comida. El vecino preparó ensalada y carne. Marcela decía que no le quería entrar porque

estaba cuidando su dieta. Él la convenció con una copa de vino. Y después de esa copa, otra; así hasta acabarse una botella y media de un vino cuyo nombre Marcela no recordaba. La sola idea de tener la mano del vecino acariciándole la pierna le prendía más que tener a su marido dentro de ella. Pensar que con esa barba pudiera rozar sus labios, y no precisamente los de su boca, le hacía entrar en calor. Poco a poco iban acercándose, torpes como la naturaleza del ser humano en esas situaciones. Se besaron o, mejor dicho, ahogaron sus lenguas con la saliva del otro. Se quitaron la ropa como si fueran personas asándose bajo los rayos intensos de un sol en la playa. Se jalaron las carnes y los cabellos. Y, por último, ahí en el viejo sillón testigo de la infidelidad de Marcela, y de quién sabe cuántas más, unieron placenteramente sus cuerpos. No fue una, fueron varias: sobre la mesa, recargados en la pared, arriba de una cajonera y al final en la cama, como los esposos. Después del último orgasmo, el vecino se cansó, se dio la vuelta y, justo cuando Marcela esperaba un abrazo o un "qué hermosa eres", sólo recibió un "cuando te vayas, cierra bien la puerta." Y en ese momento prefirió los besos sin saliva, el cuerpo de su marido que ya conocía de memoria, la posición de perrito que tanto odiaba, sólo para que al final de todo eso, su esposo, el primer hombre en su vida, le dijera "te amo" y se durmieran abrazados toda la noche. Cuando regresó a su departamento, tenía que afrontar la peor parte: la mentira, los qué hiciste hoy, los no sé qué decir, el nervio, el temor a la verdad, los ojos que escapan a la mirada del marido, las ganas de llorar, de decirlo, la confusión, la vida de Marcela y su esposo que delatripa: narrativa y algo más

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siempre, desde el inicio, había sido una mentira, el yo no soy quien crees que soy, el rogar de rodillas por el perdón de su marido.

Porque en ese momento no sólo cargaba con el engaño, sino con el hecho de que antes se llamaba Manuel, no Marcela.

Feliz cumpleaños Violeta Acona Mazun

Cansada como estoy de tantos gritos, bien podría largarme de esta casa. Pero no; lo aguanto todo. Mi madre me ha dicho que sea obediente, que sea más dócil. Pero es que no puedo, algo en mi interior es rebelde y quiere guerra con la hegemonía masculina. He visto en la tele esos comerciales sobre el machismo, sobre los derechos de las mujeres. Creo que vivo violencia. Me lo dice cada grito, cada golpe, cada negación de ser quien soy en esta casa. Y no es que yo sea una dejada, pero mi madre siempre me pide que me comporte, que respete al hombre. Pero ya no será así. Hoy me pinté los labios de rojo y me puse rubor en las mejillas. Estoy dispuesta a enfrentarlo. Mi mamá está poniendo la mesa, hoy es un día especial, porque es cumpleaños del macho. Oigo la puerta cerrarse, y oigo a mi madre felicitarlo. Me veo al espejo y sonrío. Bajo las escaleras con actitud soberbia. Me siento a la mesa y ambos se quedan callados. Mi madre se tapa el rostro. Él toma una servilleta y me limpia el labial de los labios y me limpia las mejillas. El odio en mi interior crece, en respuesta grito y lloro. ¡Cómo es posible que a mis cinco años mi padre me siga tratando como a una niña!

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El sapo escupido Violeta Azcona Mazun

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ue un día que ya no pude aguantarlo más. Me paré y lo escupí. Era un sapo verde oscuro, enorme, verrugoso, feo y gordo, gordísimo de todas las cosas feas que yo llevaba dentro. Pero aún así de gordote, el sapo tenía hambre, un hambre infernal, se la pasaba comiendo todas las moscas negras que revoloteaban a mi alrededor. Sacaba la lengua y las atrapaba, se las iba tragando… ¡Croac! Una mosca… ¡Croac! Otra mosca… y el sapo quedaba cada vez más gordo y cada vez más feo. Había comido tantas que un día vomitó. Vomitó esa masa negra. ¡Terriblemente fea!, yo la vi horrorizada y quise patearla, apartarla de mí, negar que esa bola negra había salido del sapo que un día había nacido de mí. Era horrible. Comencé primero a verla, más tarde me animé a tocarla, era asquerosa, pegajosa, difícil de soltar por más que me la sacudiera, olía a podrido. Harta, después de un tiempo, de estar desperdiciando mi vida con esa bola y con el sapo, decidí deshacerme de ambos. Primero opté por alejar la bola, puesto que eso era todo lo que mi sapo había acumulado, y puesto que no era propiamente de mi interior, podía deshacerme más fácilmente de ella. Luego ya con un poco más de experiencia, y con esfuerzo, podría des-

hacerme también del sapo. Tomé valor pateé la bola negra . No se fue muy lejos, apenas unos cuantos pasos… mi sapo ya comenzaba a saltar hacia la bola para tragársela de nuevo. ¡Qué difícil era quitarse toda esa porquería!... corrí un poco más rápido y la pateé de nuevo. Estuve así un tiempo, no podría decir cuánto, hasta que por fin, después de tanto, realmente la pateé con verdaderas ganas de no verla a ver nunca más. Mi sapo corrió tras ella. Iba el pobrecillo ahí saltando torpemente, en el camino se iba peleando con otros sapos; lo vi alejarse. Desde entonces no lo he vuelto a ver. Otro día mientras me criticaban un trabajo escolar, sentí ese cosquilleo laríngeo, sentía al sapo de nuevo… quería de nuevo vomitarle al mundo los sapos más verrugosos de mi interior, sacar todo lo pútrido que llevo dentro, pero me lo tragué, igual que tragara una bola de helado; que a razón de ser tan fría no se puede masticar, así como se traga una cucharada de sopa hirviendo, igual que si tragara una flema que por vergüenza, no se escupe, así como se traga la saliva que sobra después de un beso. Así, justo así, me tragué al sapo y sólo eructé un vapor que se fue desintegrando en el aire, haciendo a la atmósfera, un poquito más contaminada.

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La plaga de la Novela Sin Lugar En La Tierra. Iván Espadas

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ue en el año 77… llegaron del sur, como cada diez años. Se podían retrasar pero no, nunca faltaban a su cita con el pueblo. Eran miles, ¡qué digo miles!… más bien millones o miles de millones. Ya todos sabíamos qué hacer, a pesar de que la mayoría de los niños de mi edad nunca las habíamos visto. Habíamos practicado el ataque con anticipación. Serían como las nueve de la mañana cuando las vimos llegar a través de la ventana de la escuela. Una inmensa nube negra que se retorcía en formas caprichosas se veía en el horizonte. Empezamos a gritar "¡allá vienen las langostas!", "¡allá vienen las langostas!". Eran como grillos pero mucho más grandes y su color no era verde, oscuras, siniestras, con ojos saltones, las alas y patas eran tan duras que parecían de metal, si se impactaban contra uno se te abría la piel. Lo peor de todo es que eran millones. Los gritos en el salón de clases seguían y no fueron pocos los niños que comenzaron a llorar, el escenario era tan aterrador como cuando llegaban las enfermeras a ponernos vacunas en el hombro. Yo corrí hasta la maestra Felicia y le dije: "Deje que nos vayamos, tenemos que ahuyentarlas, sino se comerán todas las casas". La maestra que años atrás había terminado su cuota de paciencia, se tapó el rostro con las palmas de las manos y dijo: "Sí, por favor, váyanse todos". Entre el griterío, la maestra y yo escuchamos que un niño dijo con mucha angustia: "Maestra, Julito ya se cagó en

su pantalón". La pobre maestra se tapó nuevamente la cara con más preocupación que con la llegada de los bichos. Todos salimos corriendo, algunos influidos por la película de Bruce Lee aullaban como karatekas. No teníamos que ponernos de acuerdo, la guerra había iniciado y sabíamos qué hacer. Fuimos a nuestras casas, arrojamos nuestras libretas y tomamos las armas: cubos, latas y cualquier objeto que produjera ruido, mientras más escándalo mejor, eso las ahuyentaba, según decían los que las habían enfrentado décadas atrás; luego iríamos al ceibo, creíamos que las langostas le tenían miedo al imponente árbol. Al salir de la casa con una vieja palangana y un grueso y enorme clavo, de esos que sirven para sujetar las rieles a los durmientes, noté que ya había muchas más langostas en el cielo. Yo corría al centro del poblado y podía ver cómo habían cubierto el cielo, las nubes no se veían. Por momentos todo oscurecía pero no como la noche, más bien como una inmensa sombra. Al llegar al lugar de reunión ya había varios niños haciendo escándalo con lo que tenían en la mano, mi amigo Fidelito, sin camisa, ni calzado, lanzaba piedras al cielo con sus tira hule, eso me pareció tonto porque no veíamos a algún bicho caer, en cambio las piedras regresaban peligrosamente hacia nosotros. No tardé en darme cuenta de que cometimos un delatripa: narrativa y algo más

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error táctico: las langostas no le temían al ceibo, más bien se sentían atraídas por él; aun así fuimos al árbol procurando hacer más escándalo pero no fue buena idea, ellas perdían el rumbo o volaban hacia abajo aporreándose en la tierra y en su camino nos pegaban en el cuerpo y eso dolía mucho; corrimos hasta alejarnos del ceibo, nuestro "cuartel" ya había

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sido tomado. En poco tiempo los enormes insectos cubrieron al sol y el ruido de su aleteo silenció nuestras latas y palanganas, así que nos dispersamos. Las langostas se retiraron ya entrada la tarde, en lo que a mí refiere, se fueron por su propia voluntad.

Julio Ruelas, un subjetivo intenso Francisco Javier González Quiñones

J

ulio Ruelas, más allá de la destreza técnica con la que elaboró sus pinturas y dibujos, fue un consumado artista por la intensidad de su entrega al arte. Ruelas creó su singular obra en total coherencia con su praxis de vida; la bohemia y la estética del simbolismo mexicano. Fiel exponente de que el arte más que deslumbrar debe conmover, sus dibujos tienen un aliento que exhala dolor, angustia, lujuria y tal vez pesadumbre, pero también auras de un lascivo erotismo que en el simbolismo resulta un elemento clave para agitar la reflexión en torno a la existencia mundana.

De la obra de Julio Ruelas, quien nació en Zacatecas el 21 de junio de 1870, se han ocupado muchos estudiosos. Así lo hicieron dos de los principales fundadores del Ateneo de la Juventud, Pedro Henríquez Ureña y Alfonso Reyes, quienes desde su sagaz mirada de estetas vertieron sus sustentadas opiniones sobre la obra de Ruelas. Ambos estetas, en fechas muy cercanas a la muerte del artista zacatecano, escribieron sobre su obra. El dominicano Henríquez Ureña, en la edición de México Moderno de marzo de 1907, escribió el texto: "Julio Ruelas, pintor y dibujante", asimismo en la Revista Moderna, correspondiente a septiembre de 1908, Alfonso Reyes publica: "Julio Ruelas, subjetivo", considerado su primer escrito sobre crítica de arte. En dichos textos, estos ilustres ateneístas examinan y valoran las características estéticas de la obra de Ruelas y ambos coinciden en señalar el manejo magistral de la técnica y la originalidad de Ruelas, como un artista cuya peculiaridad se distingue por la gran fuerza psicológica que reflejan sus dibujos. Henríquez Ureña precisa que escribe su artículo en respuesta a los comentarios que "últimamente algunos han dado en la flor de menospreciar a

Ruelas", seguramente aludiendo a los hoscos comentarios del Dr. Atl respecto a la obra de Ruelas, los cuales el dominicano contradice aseverando que "la prensa literaria de América y de España con frecuencia ha reproducido, comentado y elogiado" el trabajo de Ruelas. Para Henríquez Ureña, la originalidad del extraordinario Julio Ruelas "no es de procedimiento sino de concepción." Es una concepción nutrida con una prodigiosa imaginación que plasma en su obra con una energía que le da alma a las cosas y doble personalidad a los seres. Con esa imaginación conjugada con su arte, en los dibujos de Ruelas las nubes miran, las rocas se transforman en monstruos, los arboles expresan dolor, las curvas de las liras se trasfiguran en sensuales siluetas femeninas, los insectos son tocados por el espíritu de los gnomos, las águilas acechan como simbólicas calaveras, los dragones surgen de las almenas de los castillos, las mujeres posan como sirenas o esfinges y los hombres deambulan como sátiros o centauros. A estas singularidades y personificación de los dibujos de Ruelas, Alfonso Reyes agrega que "las escenas están poseídas, y hay pánico en las miradas, y hasta las piedras cobran aspecto inteligente, y los troncos, al modo de los pechos, respiran; y mientras aúllan los canes, enflaquecidos de pavor, derrama la luna su infujo enigmático". Artistas como Julio Ruelas, son una especie de médiums que nos acercan a otras dimensiones de la realidad a través de sus visiones alimentadas por la abstracción, el éxtasis y las alucinaciones. Estas visiones plasmadas en obras de diversa índole, aún las más magistrales, al final de cuentas son sólo esbozos de otras posibilidades de la realidad que no es posible mirar atenidos únicamente a la vista y asidos a nuestra normalidad. Es entonces necesario

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montarse en la alfombra de la imaginación para sondear por los vastos e ignotos horizontes por los que atisban y nos guían los artistas como Julio Ruelas. Acostumbrados a las clasificaciones agrupamos a los artistas por escuelas, periodos o nacionalidad, sin embargo lo que define y hace inconfundible a un artista es su estilo. Esto nos remite a la subjetividad como uno de los elementos que identifican y matizan las obras artísticas. Un verdadero artista no escapa a la subjetividad y de hecho conforme más aguda sea ésta, más claro es su estilo distintivo y, sin duda, como bien lo señaló Alfonso Reyes, "por haber dejado una obra de irrealidad material y porque en

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esa obra domina la tendencia a sugerir emociones, es Julio Ruelas un subjetivo, y un subjetivo intenso". Fiel a su subjetividad, hasta el último instante de su existencia, Ruelas ya no pudo viajar a Egipto, según sus planes para tratar de recuperar su menguada salud, ya que en el trajinar de su vida bohemia murió en la húmeda madrugada parisina del 16 de septiembre de 1907, contenido en una lúgubre escenografía que esboza bien el simbolismo de su arte: "en el lecho de una griseta (dama de compañía), junto a cuya cama había unas cuantas botellas vacías de champán, mientras en un rincón ronroneaba un gato negro".

Desideratum Degas y la eclosión de Venus Obra para Teatro de calle Ángel Fuentes Balam PMe parece que todo envejece proporcionalmente, excepto el corazón. E incluso mi corazón tiene algo de artificial. Las bailarinas lo han cosido en un saco de raso rosado un poco ajado, como el de sus zapatillas de baile EDGAR DEGAS

¿Por qué dices que Degas tiene terribles problemas con la erección? Degas vive como un pequeño abogado y no quiere a las mujeres, porque sabe que si se permite quererlas y follarlas mucho, se convertiría en un enfermo mental y sin esperanza alguna para la pintura. La pintura de Degas es viril e impersonal, precisamente porque se resignó su personalidad a la existencia de una especie de abogado, dominado por el miedo de entregarse a una vida desenfrenada. Él espía a los animales en los humanos más intensivamente para obviar aquello que podría provocarle una erección y ganas de follar, precisamente porque no quiere conseguir un reclamo sexual. VAN GOGH

PERSONAJES: EDGAR MADEMOISELLE MARIE MADEMOISELLE ABSENTA (Muerte, bailarina, ceguera, libido) BALLERINA / OPERADORA DE ESCENA H. VOYEUR / OPERADOR DE ESCENA CUARTETO

1 "Si aún tuviera lágrimas me encantaría derramarlas sobre uno de tus paisajes" E. DEGAS.

El público está situado en forma de media luna, rodeando el dispositivo escénico: un gran cuadro de tela blanca, frente al esqueleto de una esfera metálica y rotatoria —cuyo diámetro es el cuerpo de un hombre, como dispuesta a encarnar "El hombre de Vitruvio" de Da Vinci— (la distancia entre cuadro y esfera es considerable y traza un camino en línea recta para conectarlos: este camino será el "frente escénico"). La esfera se halla entre dos andamios para construcción, de los cuales, retorcidos y amontonados, cuelgan algunos cuadros de Edgar Degas, de la serie dedicada al ballet. Tras uno de los andamios hay una bicicleta antigua. Alrededor de todo este espacio ficcional, hay un buen número de

bandejas y ánforas que contienen pintura y que delimitan el lugar de la acción, impidiendo al público penetrar en ella. Frente al cuadro y delante de la esfera se halla EDGAR, rodeado de pequeñas esferas de color. Junto a él hay un megáfono. El CUARTETO se sitúa a un costado del cuadro o detrás de los andamios, en un pequeño escenario. Para abrir la obra, comienza a tocar una versión alterada y disonante de ejercicios preparatorios de ballet.

NOVIEMBRE-1881 Un lienzo enorme y vacío se extiende ante un desolado Edgar Degas. Con las manos quiere arrancarse los ojos: siente que va llegando al punto en el que sólo podrá distinguir alargadas y borrosas sombras de lo que eran las cosas del mundo. La luz lo abandona, se fragmenta en el espectro de siete colores; pero llega a él solamente como delatripa: narrativa y algo más

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un río negro de partículas que lo amenazan. Hace algunos meses que presentó su escultura Pequeña bailarina de catorce años y el dolor de recordar a su acaecida modelo, Mademoiselle Marie, lo atormenta y sumerge su espíritu en una indómita furia. Sus ojos débiles, el tiempo, el deseo, el abandono y el odio, lo consumen. La imagen de M. Marie se le aparece una y otra vez en hórridos sueños. Devastado por el recuerdo, aterrado ante la progresiva pérdida de la luz, se masturba con los ojos muy abiertos, grita y llora, maldiciendo a la vida y su perpetuo movimiento. EDGAR se mueve con violencia: la fuerza de sus brazos lleva al resto del cuerpo a reaccionar ante líneas y aspavientos grandes y veloces: gira y cae una y otra vez. Espasmos de cólera y orgasmo someten su anatomía. Progresivamente, toma las esferas de color que lo rodean y comienza a arrojarlas al lienzo en blanco que se halla frente a él, para crear una pintura caótica y descompuesta. Mientras esto ocurre, de los lados, más allá de donde se alzan los andamios, M. MARIE y M. ABSENTA (Las actrices representando a estos personajes llevan zancos) caminan lentamente hacia ellos. Ambas danzan, avanzando; sin embargo, en su danza subyace un fuerte sentir de pesadumbre y acrimonia. M. ABSENTA, demostrando un ritual personalizado de culto a la muerte, lleva un saco de tela de donde extrae flores podridas y mariposas negras que arroja en su andar, seduciendo a los espectadores. M. MARIE en todo momento busca a EDGAR, liberando, al irse aproximando a éste, los brazos y el gesto. El cuadro se extenderá hasta que ambos personajes lleguen a los andamios, momento en el cual EDGAR cesará de construir la pintura y acabará la interpretación del CUARTETO.

II Los operadores de escena auxilian a M. MARIE para despojarse de los zancos y alcanzar la cima de uno de los andamios. Acentuando con su cuerpo el vértigo que produce la altura, ella mira hacia las nubes y a la tierra alternadamente: busca la mirada de los espectadores y se regocija en ella, buscando su aprobación. M. ABSENTA saca del

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saco de tela tres cráneos humanos y en actitud burlesca los comienza a malabarear frente a la audiencia. BALLERINA Y H.VOYEUR se dirigen al cuadro recién pintando, desde caminos opuestos: lo hacen convertidos en presa y cazador, respectivamente. Lejos el uno del otro, se observan en la cacería y con sus movimientos -saltos, rastras, equilibrio, acrobacia- adquieren la calidad de bestias en atención. (Es primordial que su juego de caza involucre a los espectadores.) Desde la cima, M. MARIE observa a EDGAR y extiende los brazos. Él la mira también por un momento, recoge el megáfono que se halla en el suelo y comienza a hablar:

EDGAR.- (Exaltado, al público) ¡Odio la belleza! ¡Odio la alegría de los incautos que se pasean por París, emperifollados en corsés o chaquetas de terciopelo (tanto BALLERINA como H.VOYEUR reaccionan a lo que dicen y emulan las figuras que describe, añadiéndolas como gestos de su propia relación), y que se regodean en el amor y en lo banal! ¡El mundo muere como el color ante mis ojos! ¡El mundo muere como la luz del sol! ¡Odio a estos seres asquerosos! Todo en ellos es execrable, insultante. ¡Odio a la mujer: nada en ello es digno! Su aura llega a mí, pretendiendo intoxicarme con su hedor a perfume y calidez. Sus formas redondas y su textura fina me persiguen, me asaltan. ¡Odio que no puedan ser mías! ¡Me odio! Mi cuerpo se estremece, pero no encuentra sosiego. No puedo escapar de la soledad. ¡Nadie vale una sola pincelada de inmortalidad! ¡Todo desaparecerá! (Mientras dice esto, M. MARIE recorre todo el andamio con desesperación —escalándolo y penetrándolo ágilmente—, acariciando las pinturas que se exhiben allí. M. ABSENTA se pasea de un lado a otro del espacio escénico jugando con los cráneos. H.VOYEUR y BALLERINA siguen su carrera hasta el cuadro)

EDGAR.- Estoy solo, completamente solo. Nadie me socorre. Me atormenta la armonía que no puedo destrozar. (a M. MARIE) ¡Eras sólo una niña cuando te conocí! ¡Catorce años tenías!

¡Querías ser bailarina de ballet y por eso llegaste a París, despedida de una madre campesina! (Al público) ¡El diablo era ella! ¡El diablo, no más!

III El CUARTETO comienza a tocar una pieza vivaz. Foco a BALLERINA Y H.VOYEUR que por fin se han encontrado frente a la pintura. M. ABSENTA deja los cráneos en su saco y guarda distancia, para atestiguar lo que sucederá entre aquellos. EDGAR se dirige a la bicicleta que está en el andamio, sin apartar la vista de los dos personajes que han tomado el espacio frontal.

Acciones simultáneas:

A

escenarios pálidos de madera roída por las ratas? BALLERINA.- Sé que guardo los secretos… H. VOYEUR.- ¡Ninguno! ¡Tu boca expulsa serpientes, ranas venenosas, aves muertas! BALLERINA.- Quiero un poco de calor. H. VOYEUR.- El del infierno te obsequio, en mis brazos. BALLERINA.- Cuando llegué a la sala, supe que este era mi lugar. H. VOYEUR.- Yo lo supe, cuando te vi llegar. BALLERINA.- Antes de que todos entraran… H. VOYEUR.- Y entramos en manada, como hienas. BALLERINA.- Entonces fuimos nada más un corazón sin vida, un sepulcro de nosotras mismas.

BALLERINAY H.VOYEUR Los textos siguientes serán traducidos en movimiento, no verbalizados:

BALLERINA.- Aquí está mi carne. H.VOYEUR.- Te huelo. Huelo en tu piel, desde la cabeza cortada de una res, hasta los jazmines que fecunda la primavera. BALLERINA.- Necesito entregar mis vísceras. Necesito extenderme como una estrella ante los ojos de todos. H.VOYEUR.- Siempre vivirás en el pasado. Cada movimiento tuyo ha ocurrido ya. Nadie puede verte, puesto que solamente queda la estela de tu cuerpo en el vacío. Eres invisible. Arrugas tu frente y sacas la lengua, ¿para qué?, ¿qué sentido tiene? Giras sin ningún motivo, piensas sin objeto. Cuando la danza acabe, tus huesos no soportarán ninguna humanidad. BALLERINA.- Pero soy inocente. H. VOYEUR.- ¡Nunca! BALLERINA.- Si me muevo, puedo oír las voces de los muertos. H. VOYUER.- Ninguna voz oirás que no sea la mía, degradándote y demandando tu obediencia. ¿A dónde irás? ¿A la ópera, a los cafés, a los

H. VOYEUR.- Lo más elevado de nuestra sociedad, el fino reflejo de la aristocracia: levántese el tutú, acomódese los pliegues de las mallas, anúdese las cintas de las zapatillas, inclínese para verle el culo… Ardo por verla moverse como si estuviese sola… Déjeme imaginar su cuerpo flaco sin ese atavío. BALLERINA.- Y nos vendimos. Nos volvimos las putas de los viejos que asistían a las clases. Ninguna de nosotras lloró; solamente aquella que no encontró una verga millonaria que pagara por ver sus arabescos en los mejores salones de la ciudad.

B EDGAR (con el megáfono) EDGAR.- ¡Vendemos carne! ¡El arte es un pretexto para putear y hacerse el loco! ¡Vendemos carne! ¡El arte es un pretexto para putear y hacerse el loco! ¡Vendemos carne! ¡El arte es un pretexto para putear y hacerse el loco! EDGAR mantiene el estribillo un tiempo conveniente, hasta llegar a la bicicleta. Una vez allí, deja el megáfono y comienza a pasearse en ésta por todo el espacio. Llama la atención de M. delatripa: narrativa y algo más

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ABSENTA, quien lo empieza a perseguir dando grandes zancadas y extendiendo los brazos para agarrarlo.

C M. MARIE DICIEMBRE-1870 Marie es una niña de trece años que sueña con volverse bailarina. Una de sus tías le ha hablado de París y sus magníficos espectáculos de danza; dice que puede arreglarle una audición en una escuela de mediano prestigio, que ve en Marie un gran futuro como ejecutante y señorita de sociedad. Sus padres son campesinos y no desean que se marche de casa para hacerse una vida en la capital; mucho menos en el ballet, una profesión equivalente a la prostitución para los aristócratas. Marie detesta el campo: el aire, los animales, las cabañas endebles que se quiebran tan sólo con el agua de la lluvia. Los padres de Marie maldicen a su tía y sus exhortaciones: prohíben su entrada en la casa. Marie no soporta ser una campesina: ha visto demasiadas imágenes, oído demasiadas historias sobre la glamorosa vida de las famosas bailarinas. Un día decide huir. Sale de noche. Cierra tras de sí la puerta de su cabaña y corre con todas sus fuerzas. El pueblo parece un laberinto dispuesto a tragársela para impedir su libertad. En la salida del pueblo, la hermana de su madre la espera, tal y como lo habían planeado. Sabe que hallará una nueva vida, una vida mejor, una vida de escenarios y lacónica felicidad. M. MARIE recorre el andamio, desde su cima hasta el suelo.

IV Una vez que M. MARIE desciende y se aproxima al frente, el CUARTETO cambia la pieza vivaz a una melodía sutil: podría ser una pieza famosa, fácilmente reconocible para los espectadores. BALLERINA Y H.VOYEUR han terminado su diálogosecuencia y toman posiciones. Las acciones para este punto son las siguientes:

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1.-EDGAR busca con la bicicleta a H.VOYEUR. Cuando lo alcanza, H.VOYEUR sube con él y siguen dando vueltas por todo el espacio y se enfrascan en diversas secuencias de movimiento sobre ésta, poniendo atención en los personajes de BALLERINA y M.MARIE, expresando con gestos obscenos su interés hacia ellas (EDGAR expresa una gran admiración por M. MARIE que afecta su gesto y postura). 2.- M. ABSENTA llega hasta BALLERINA, y M.MARIE se une a ellas. M. ABSENTA les otorga unas alas de mariposa y las enciende con fuego. Ellas invaden el espacio con sus movimientos rápidos y ligeros, pintan el aire con veloces y gráciles estelas amarillas: vuelan. M. ABSENTA las dirige como si fuesen títeres de cordel.

JUNIO-1872 "Hay algunas mujeres que apenas deben hablar, sólo deben ser acariciadas" E. DEGAS

Edgar asiste a una clase de ballet para realizar dibujos y estudios sobre el movimiento. Lo ha invitado un empresario, cautivado por su cuadro Orquesta de la Ópera e interesado en su tesis sobre la luz, el movimiento y la perpetuidad. Este hombre le ha confesado que la mecánica de los ensayos consiste en observar a las bailarinas y elegir una: volverse mecenas es igual a volverse un amante… "¿Lo entiendes?", le ha dicho con sardónica sonrisa en la cara. "Casi ninguna ronda la veintena; algunas ni siquiera han visto una verga", y se ha echado a reír. Edgar entra en el gran salón y la visión y el olor de las niñas lo abruman: las flexiones, los cuerpos torcidos, las caras que disimulan el dolor de algunos ejercicios, las bailarinas preparándose, anudándose las zapatillas o acomodándose el cabello y la tela del cuerpo. Lo que él observa es movimiento infinito y cotidiano: infinito por cotidiano: dimensión inaccesible a lo heroico clásico: puro realismo, pero también puro devenir y luz. En contraposición a la grata presencia de las tiernas jovencitas, se halla una larga banca donde varios hombres observan con los ojos -y la bocamuy abiertos todo lo que pasa. Algunos de estos

personajes no pueden evitar sobarse el miembro encima del pantalón de seda. Las bailarinas saben que son deseadas, pero no acentúan su sexualidad, sino que la niegan y se mueven con naturalidad; esto excita más al auditorio. En el ambiente creado por las tímidas notas de un pianista anciano, depredadores y presas han llegado a un acuerdo: lo primero es mirar. Edgar mira la oscura relación simbiótica que se ciñe al cuadro: algo se ha roto en su espíritu; sin embargo, es una ruptura que permite el paso de algo más poderoso: el hálito de la eternidad. De pronto, embriagado de los cuerpos femeninos que parecen ignorar el fuego que despiertan, Edgar se fija en una muchachita que no pasa los quince años. Siente que sus venas se desanudan y el volcán iracundo que ataban, despierta. Fuertemente, sus riñones y su pecho se comprimen en el frio rumor del deseo. Ha quedado destrozado por la gracia.

"Si te gusta, es tuya. Todas estas perras buscan un segundo padre y abrirán sus piernas en secreto contigo, para poder abrirlas en un escenario", le dijo el hombre, y acto seguido llama a la niña sin importarle interrumpir la clase. Marie va hacia ellos, con una gran sonrisa en los labios. Su tía la observa desde lejos, con la misma expresión. Al llegar frente a los hombres, Marie hace una reverencia y sólo pregunta:

"¿Qué desean los señores que haga?"

EDGAR y lo hace girar.

M. ABSENTA.- (Cantando): Las moscas que vuelan sobre tus tripas, son las mismas que te vieron nacer. ¡No es cierto, tarará, no es cierto tararí! Las moscas mueren rápidamente Como mi amor por ti. (Mientras se desarrolla el canto, H. VOYEUR y BALLERINA agitan sus recipientes y se desplazan por el interior del andamio realizando un rito privado de bautismo e iniciación: el acto sexual que augura una vida nueva para la bailarina)

Yo no te conozco, pero te vine a buscar para incendiar mi corazón. ¡No es cierto tarará, no es cierto tararí! Quiero que tu cuerpo marchite como la flor del jardín. (M. MARIE da vueltas cada vez más rápido a EDGAR, lo hace furiosa y llorando)

Quiero pintarte la cara con la sangre de mis amores pasados. ¡No es cierto tarará, no es cierto tararí! Quiero que te vayas borrando, y yo me quiero reír.

V La danza de M. MARIE y BALLERINA termina. Apagan sus alas. El CUARTETO guarda silencio. H. VOYEUR salta de la bicicleta, corre por el espacio y toma el megáfono, entregándoselo a M. ABSENTA. Edgar estaciona la bicicleta y se posiciona en la esfera, sube a ella. BALLERINA escala un andamio y H.VOYEUR, otro; hallarán ahí unas ánforas que tienen agua y sangre, y mientras realizan sus movimientos vaciarán el contenido al aire. M. MARIE permanece junto a

SEPTIEMBRE-1873 "Las mujeres nunca pueden perdonarme, sino que me odian, sienten que las estoy desarmando. Las muestro sin su coquetería." E. DEGAS

Edgar penetra a Marie en un cuarto sucio, adjunto a su estudio de pintura. El pequeño cuerpo de la niña lo infla de deseo. Quiere poseerla todos los días, a toda hora. La única actividad que equipara ese deseo es su obsesión por el dibujo. delatripa: narrativa y algo más

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Marie sabe que ese es el protocolo que debe cumplir para llegar a lo alto. Sabe que tiene que soportar lo peor antes de brillar a la vista de todos. Su honra ha sido destrozada por Edgar. Más que hacerle el amor, la subyuga a un rodeo espantoso de perversiones y humillación, donde su voluntad es la única que cuenta. A Edgar le fascina golpearla y verla manchada de colores, vestida únicamente con su tutú. Marie se quiebra, se pudre por dentro; Edgar la ha infestado de un olor insoportable que no puede quitarse de encima. Lo odia. Cuando a Edgar no le llega la erección por ningún medio, se encoleriza y la maltrata. Solamente le ha conseguido un lugar incidental en una puesta en escena mediocre. Naturalmente, ninguna persona del círculo de Edgar sabe la existencia de Marie, por lo que ella está confinada a ese cuarto, sin poder salir ni pasear por París, como siempre lo soñó.

VI Al terminar la canción de M. ABSENTA, EDGAR grita, aún dando vueltas sobre la esfera. M. MARIE se aleja de él y va al encuentro con M. ABSENTA: extienden una gran manta blanca en el centro del espacio y al terminar de colocarla, M. MARIE se sitúa en el centro de ésta. Tanto BALLERINA como H. VOYEUR, bajan de los andamios y se dirigen a los recipientes que bordean el espacio escénico. Entregan a diversas personas del público un recipiente, invitándolos a penetrar en el espacio escénico. EDGAR sale de la esfera y furioso, camina errático hasta un andamio para escalarlo. M. ABSENTA se aproxima a EDGAR y le da unas cadenas o sogas; EDGAR las recibe y mientras observa lo que sucede abajo, se anuda todo el cuerpo.

M. MARIE.- (Desnudándose) Quiero ser algo. Quiero ser alguien. No quiero ser una más. No quiero que mi nombre se olvide como el de tantos otros. ¿Quién me va a recordar? ¿Quién me va a amar si nadie se acuerda de mi nombre? M. MARIE se quita toda la ropa y se acuesta en el centro de la manta, repitiendo estas palabras. BALLERINA y H. VOYEUR indican a toda la gente

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que comience a pintar la manta y el cuerpo de M. MARIE. El CUARTETO toca una pieza para acompañar la acción: es vital que el ambiente creado sea el de un ritual, la solemne creación de una obra de arte. Los OPERADORES DE ESCENA dirigen las manos que pintan de los espectadores, principalmente sobre el cuerpo de M. MARIE, quien no dejará de repetir en ningún momento las palabras. M. ABSENTA insta al público a colocar las flores marchitas y las mariposas muertas en la pintura colectiva.

MARZO-1874 Marie se ha escapado. Edgar descubrió el cuarto vacío y experimentó un insoportable dolor, una agonía tan intensa que lo llevó a destruir muchas de sus pinturas. El mundo se desmoronó para él. La buscó por todo París. Ningún salón ni escenario quedó exento de sus desesperados ojos, reclamando su presencia. Frecuentó todos los lugares donde habría podido esconderse y personas que pudieran saber algo de ella. Silencio. Marie no huyó con su tía. Devastada por el cansancio, la pesadumbre y el asco de sí misma, se rehusó a ver a la mujer que había causado su desgracia alimentado su espíritu con espejismos, engañándola cruelmente sobre la verdad del mundo. Intentó buscar refugio, pero, a falta de plata, solamente recibió burlas y mínimas limosnas. El viejo dueño de una posada le ofreció un cuarto a cambio de su cuerpo y la niña, sin nada que ofrecer, aceptó: ese mismo día cayó en cama, presa de una fiebre descomunal. Edgar se presentó en casa de la tía de Marie unos días después de este hecho. Como un loco volcó muebles y vociferó amenazante; sin embargo, la mujer, entre sollozos, le hizo ver que desconocía el paradero de la muchacha. Degas vagó como una bestia herida, bebiendo y gimoteando repulsivamente. Pintó decenas de bailarinas sin rostro, recluyéndose en su estudio, olvidando al mundo, enhiesto en amargura y soledad. En la oscuridad violenta de su hábitat, pensó en la muerte, en su cara difuminada por la luz del conocimiento y la nada. A finales de marzo, Marie murió en el cuarto que le había ofrecido el anciano, quien se deshizo

del cuerpo enterrándolo en un pequeño patio de su posada. El día de su muerte, París se llenó de mariposas negras.

VII BALLERINA y H. VOYEUR invitan al público a encender algunas velas para colocar en el perímetro de la pintura. Mientras lo hacen, alguno de ellos, le otorga a M. MARIE una gran mariposa de papel. M. ABSENTA saca otra, idéntica y se la ofrece a EDGAR, con el torso encadenado. Ambos personajes -EDGAR y M. MARIE- levantan las mariposas y M. ABSENTA les prende fuego. BALLERINA y H. VOYEUR se dirigen al público.

BALLERINA.- El día de hoy, seremos nada. H. VOYEUR.- El amor nos quema. BALLERINA.- La muerte nos borrará, como una pintura. H. VOYEUR.- Nos lavará. BALLERINA.- Es mejor entregarnos a la pasión, aunque nos consuma rápido. H. VOYEUR.- Es mejor vivir con violencia y locura. BALLERINA.- Nadie nos recordará de todas formas. H. VOYEUR.- Es mejor arder. BALLERINA.- Arder en el silencio. H. VOYEUR.- Arder en silencio y alcanzar la grandeza que nunca veremos. BALLERINA.- Arder en silencio y alcanzar la grandeza que nadie verá.

VIII "He sido, o parecido, duro con todo el mundo porque me dejé llevar por una especie de brutalidad que nace de mi desconfianza en mí mismo y mi mal humor. Me he sentido tan mal equipado, tan suave, a pesar del hecho de que mi actitud hacia el arte me pareció tan justa. Yo estaba indignado con todo el mundo, y sobre todo conmigo mismo." E. DEGAS

SEPTIEMBRE-1917 Edgar, completamente solo y agonizante, admira sus pinturas. Siente que puede moverse con la gracia de las telas y los cabellos, las cintas y los gestos de sus bailarinas. Sin embargo, yace clavado a una cama, a punto de morir. Entre la oscuridad y el recuerdo de los colores explotando y generando formas, puede mirar el rostro de la muerte: lo ve claro, purificado. El rostro de la muerte es el mismo que el de su pequeña bailarina. Reunirse con ella es lo único que le importa. Se pregunta si alguien lo recordará, si ha legado algo al mundo. En la inmovilidad de su lecho, puede sentir el correr de la tierra y el tiempo, los alegres saltos de Marie, sus cuerpos frotándose en la noche: todo se mueve con él, todo es sensación y, finalmente, luz.

FIN DE DESIDERÁTUM

El CUARTETO termina la pieza que acompañaba la hechura de la pintura. Las mariposas de M. MARIE y EDGAR se queman por completo.

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¿Quién encerró al minotauro? Adán Echeverría

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l día de muertos la feria amaneció instalada en el parque sin que nadie escuchara nada. Los trasnochadores dijeron que se fueron a dormir, abandonando el parque, a eso de las tres de la mañana y aún no había nada en él. Solo una mujer, que acostumbraba alimentar a las gallinas de madrugada, vio pasar camionetas, y escuchó voces pero nada tan escandaloso como para suponer el trabajo nocturno para levantar las atracciones. Ahí estaban los futbolitos, las sillas voladoras, la rueda de la fortuna, esas tablas para tirar canicas, y la zona de rifles de aire para cazar patos de aluminio. En el centro de la feria se encontraba la casa de los sustos y a un costado, la entrada al laberinto con la leyenda: ¿Quién encerró al Minotauro?, en medio de dibujos de cuernos, colas de res, pezuñas, y el torso de un hombre corpulento con la cara de un buey. Al atardecer, los encargados de la feria vociferaban atrayendo a los clientes. La gente del pueblo salió de misa de difuntos y, contrario a las costumbres, quisieron gozar el esparcimiento, contra las indicaciones del párroco, de las señoras piadosas y de los hombres que apoyaban en la comunión. Desde la entrada al laberinto, un hombre gritaba: —¡Desde muy lejos llega este Laberinto! —Y abriendo los ojos como un poseso decía a los que se le acercaban: —No teman, y entren —la gente sonreía y temblaba al mismo tiempo, ante la desorbitada mirada del hombre; y el palurdo levantaba la vista y continuaba invitando con sus ademanes:

—¡Miren al monstruo, mitad toro, mitad hombre! Las personas dudaban porque, además, el párroco había bajado de la Iglesia para agredir verbalmente a los encargados de la feria, junto con los feligreses: —Es noche de día de muertos. Vayan a sus casas. Hagan oración. Con todo y la confusión, muchos se percataron que Raúl, uno de los acólitos, de tan sólo 13 años, como un desafío, decidiera entrar al laberinto. Ni siquiera había oscurecido cuando el muchacho preguntó al encargado: ¿Cuánto cuesta la entrada? —Para ti es gratis. A las dos de la mañana cuando la gente decidió que era tiempo de refugiarse en su casa, porque el frío comenzaba a picarles la piel, y los ojos les ardían por esas ventiscas heladas que circulaban en el descampado, la feria comenzó a cerrar sus atracciones. Pero nadie vio salir a Raúl del laberinto. Sus padres quisieron hablar con los encargados de la feria que argumentaban: es imposible que haya entrado solo, no se permite, tienen que entrar acompañados de un adulto. Los padres y muchas personas del pueblo, enfurecidas, despertaron al alcalde, quien junto con los policías, los que vieron entrar al muchacho, y hasta el mismo sacerdote obligaron a los encargados a desmontar el laberinto. Aún estaba oscuro y una densa neblina había caído sobre el pueblo. Nada pudieron hallar entre los retorcidos fierros y láminas. delatripa: narrativa y algo más

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Los hombres de la feria fueron llevados a la cárcel pública. Los policías recorrieron las calles, interrogaron a los amigos de Raúl, dieron rondines por las carreteras aledañas, las entradas y las salidas del pueblo, se internaron por el monte, sin encontrar nada. Cansados vieron salir el sol del amanecer, y ante la luz, con el terror en los ojos, se percataron de que el parque se encontraba abandonado, limpio e intacto, y ningún juego mecánico ni carpa se encontraban instalados. Todas las atracciones que habían disfrutado por la noche, ahora, ante la luz brillante del sol, habían

desaparecido; la feria había sido levantada y nadie supo cómo ni en qué momento. Corrieron hacia la cárcel pública a pedir explicación a los detenidos, pero no hallaron a nadie tras las rejas, sólo algunos huesos humanos y unos cráneos como de niños, cenizas y las colillas de cigarros que presumían haber sido fumados hacía poco tiempo. Apareció entre ellos la mujer que solía alimentar a las gallinas muy de madrugada y les dijo: pero qué están buscando, a las tres de la mañana se fueron en sus camionetas.

Cunino y el rodeo José Chairez

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oy me verá triunfante ante la gente, me tendrá que dar el sí. La arena de rodeo candente por las temperaturas que habían estado en ascenso de forma constante los días pasados, 35, 37 y hasta 40 grados centígrados y el sistema meteorológico decía que habría vientos constantes, probabilidad de tornados y granizo. Nuestro tutor arregló que no tuviéramos clase el día del rodeo para preparar el evento y saliera perfecto. Me levanté temprano, les di grasa a mis botas viejas, compañeras de tantas montas juntos; lustre mi hebilla ganada en el rodeo organizado por la Universidad de Chihuahua, al mejor jinete del año, chaparreras nuevas, camisa a cuadros y pantalón "livais"; Rosalinda, que tanto me gustaba, me vería montar y en el baile me le declararía; me daría sí, aunque montara diez toros bravos. Vemos sobre un toro cebú gris, traído desde Zacatecas, a Chimino Reyes, alumno de Horticultura, de Oaxaca, se escuchaba en los 78

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altavoces y a lo lejos sonaba la tambora que contrató la Sociedad de alumnos. Durante tres segundos fue la sensación, para luego ver todas sus ganas tendidas sobre la arena, con el sombrero destruido y el orgullo enterrado entre los tubos del corral y las patas del bovino; Chimino era amigo pero conquistar el corazón de Rosalinda me obligaba a ver un rival en cada jinete. Fue pasando uno a uno cada jinete, cada rival de amores; a Rosalinda la veía en las gradas disfrutando una cerveza en compañía de sus amigas y un sombrero que se me hacía conocido, pero no recordaba en dónde lo había visto; mencionaron mi nombre una o dos veces y yo no pude responder, me hablaban para subirme al toro que habría de ofrecerme el corazón de Rosalinda, y solo recuerdo que me trasladaban en una camilla hacia la Cruz Roja, alcance a escuchar: ¡Qué cosas tiene la vida!, le vino a pegar tremenda cogida una hormiga, al Cunino, tantas montas y rodeos para venir a perder con un insecto; y la Rosalinda besuqueándose con el payaso de rodeo.

Días sabor cobre Andrea Calderón

SI EL NARANJA TUVIERA TEXTURA se sentiría como el suave pelaje de mi gato. Un naranja que se intensifica al acariciar su panza o su cuello, de donde proviene la música que más agrada a mi oído. Tal vez ese naranja se aclare al tocar sus patas y sentir esas diminutas garras que rasgan la tela del sillón cada vez que no les prestas atención. El calor que genera su cuerpo pegado al mío debajo de las sábanas es equivalente al calor de una pieza de pan recién salida del horno. Y el olor de su pelaje, repasado miles de veces por su lengua, no es menos agradable que el olor que despiden las hojas de un libro viejo. Probablemente el maullido más desesperado, de hambre o dolor, tenga una textura de metal, mientras que el más tenue se sienta como pétalo. Mis momentos de soledad se pintan de amarillo cuando él está cerca de mí; sin embargo, cuando desaparece por horas, o incluso días, un olor a cobre inunda la casa: el silencio se hace tan pesado que parece imposible respirarlo, y los colores abandonan la magia que antes tenían. La comida sabe a papel, y me pregunto si sabrá mejor la mosca que revolotea la arena olvidada por su dueño. Las salidas a la calle a las que antes él, junto con su adrenalina, me acompañaba, pasan de ser una fiesta de sabores, colores y aromas, a ser un grito de desesperación que llama su nombre. Y los días se sienten como hojas de otoño. Las horas que pasan me recuerdan que su plato de comida sigue lleno, y sus lugares favoritos, intactos. Con tal de que regrese, podría dejar que se suba donde quiera, incluso a la estufa, el lugar en el que le gusta posar para que le tome una foto antes de regañarlo. Otro día sabor cobre, con textura de hojas de otoño termina. Ni su rastro. Tal vez no quiera dejar de cazar colores o tal vez los colores lo estén cazando a él. Las sábanas simplemente se sienten como sábanas y los sueños como sueños; la noche como noche y las cobijas como cobijas. Y así transcurre la madrugada hasta que el sol, tan puntual como siempre, entra en mi habitación y veo que al pie de mi cama está él, con la textura naranja de su pelaje, el calor del pan recién horneado y el olor a libro viejo; agotado me mira de reojo y, con el tremendo cansancio que caracteriza a los gatos, se vuelve a acomodar para dormir. delatripa: narrativa y algo más

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¿Te atreves a seguirme al infierno? por Jéssica Montaño de Juárez

El circo Atayde Hermanos se encuentra de visita en León. ...y parece que no le está yendo nada bien. El otro día pasó por mi hermosa casa el camión que anuncia las funciones, un camión que se veía de lo más triste porque la parte de atrás, la jaula, estaba vacía. Daban el boleto en preventa en cuarenta pesitos, toda una ganga. Días después volvío a pasar el mismo camión, aunque ahora el boleto de preventa costaba sólo 20 pesos. ¿En serio? ¿Tan poca gente ha ido a ver el tradicional espectáculo?

o son adictos a la nicotina u otras linduras por ese estilo, y dice que incluso los circos más antiguos de Estados Unidos, como el Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus, se la están viendo negras con la baja de asistencia. ¿Será que en serio en serio sólo íbamos al circo a ver a los elefantes hacer pirámides como en la película de Dumbo? Decir que tooodos los circos maltrataban a sus ejemplares es generalizar. Es como si alguien jurara que para educar a un perrito hay que castigarlo, y para demostrar lo contrario ahí tengo al Domi, que sabe desde saltar un aro hasta subirse a su silla, y todo gracias a unas cuantas croquetas y ni un golpe.

Parece ser que no importa que estén los personajes de Frozen, los Transformers, los clásicos malabaristas y payasos y demás. No: la muerte del circo en nuestro país, y probablemente en el resto del mundo, será obra de las leyes del Partido Verde Ecologista de México, quienes hace poco lograron que se prohibiera la exhibición de animales durante los espectáculos. A raíz de eso los animales han sido vendidos (vivos o muertos... imagino que algunos valen más por su piel) o simplemente abandonados.

Yo no le veo el menor caso a que hayan prohibido los animales en circos cuando la "fiesta brava" sigue, cuando aún hay quienes pagan cada domingo para ir a ver cómo un tipo vestido de rosa mexicano con adornos dorados le encaja banderillas a un pobre toro que termina en medio de la plaza sin orejas, sin rabo y sin vida. ¡Oh, pero qué hermoso espectáculo!, ¡la pura cultura!

Un artículo del Washington Post hablaba de la sobrecarga de trabajo en los albergues que rescatan animales que no pueden reintegrarse a la vida salvaje porque les quitaron las garras

Total que el Verde dejó sin hogar a un montón de animales que no necesariamente eran maltratados. ¿No podían haberles dado, no sé, una curul en el Congreso? Sospecho que delatripa: narrativa y algo más

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muchos de ellos harían mejor papel que la mayoría de los senadores y diputados, que entre otras muchas pendejadas pretenden que la leche de fórmula se venda exclusivamente con receta médica, como si eso fuera a beneficiar a los bebés cuyas madres tienen que trabajar y por ende no pueden dar lactancia materna exclusiva, mucho menos formar un banco de leche en el miserable mes y medio después del parto que te dan de incapacidad cuando en otros países las mamás tienen un mínimo de seis

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meses para disfrutar a sus recién nacidos. Y luego no falta el gobernador idiota que declara que si hay niños asesinos es porque las madres trabajan en vez de estar de esclavas en casa, hellooo: si ambos padres trabajan es porque en México hace años que NO se vive bien con UN sueldo cuya mayor parte desaparece en impuestos para pagar partidos políticos que promulgan purititas babosadas que no sirven más que para hacer publicidad tipo "El Verde sí cumple". ¡BAH!!!

Incipit por Blanca Vázquez

Vivir jugando "En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta." Pablo Neruda

"Tengo trabajo, lo siento… No puedo acompañarte…debo levantarme temprano … Lávate las manos,… No juegues en la tierra, te enfermarás… Me veo ridícula… Compórtate, ya no eres una niña…" cuántas consignas y sentencias llevamos a cuesta los adultos y dejamos de lado la esencia de vivir como en la niñez. Y conforme las hojas del calendario se van arrancando y a nuestra cuenta de años se van incrementando números, vamos perdiendo actitudes y comportamientos de nuestra infancia. Así que despertemos el niño o niña que llevamos dentro para encontrar en este mundo unos lentes que nos permita ver con más agrado y sencillez la existencia.

Tener presente cada día como una excelente oportunidad de divertirnos, no aprisionarnos en nuestra pose de adulto o de joven grande, sino ver en cada día una nueva oportunidad de experimentar y sorprendernos. Ponernos lentes de ojos reales, es decir, no crear prejuicios en nuestra mente, estando dispuestos a conocer y hacer sin pensar en el qué dirán. Olvidarnos del color de piel, de la situación económica o religiosa y convivir.

Poner a andar la imaginación en la resolución de problemas; muchas veces damos tantas vueltas a una situación, que suponemos y discutimos nublando nuestra sensatez.

Hacer amistades con sencillez, no complicarnos esperando algo de la otra persona. Hacer que los otros sean parte de nuestro mundo como cuando jugábamos en el patio sin haber conocido a profundidad a quienes formaban parte de nuestro equipo.

Tener curiosidad a cada momento, y no hablo de andar metiéndonos en la vida ajena, no. Sino ser curioso para indagar, cuestionar los por qué, pensar que si no sabemos algo es tiempo de preguntar, nadie nace sabiendo. Ver con ojos de niño o niña para sorprendernos de lo que nos rodea.

Tener presente la regla de la prueba y el error, todos nos equivocamos en algún momento, pero eso no significa meter nuestra cabeza en un agujero y no salir jamás, al contrario, aprender de eso que vivimos y saber que si repetimos la acción nos volverá a suceder.

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Disfrutar con nosotros mismos, divertirnos a todo lo que da, sentirnos felices porque estamos vivos. No en el tener todo económicamente está la felicidad Guardar momentos para nuestro propio yo, hablarnos, jugar con nosotros, platicarnos, ver nuestro interior. Que nuestra imagen, eso que todos ven, sea vista por nuestros propios ojos. No abandonarnos a los que digan los otros sino lo que creemos y somos nosotros mismos.

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Vivir jugando, como cuando éramos pequeños. Cuántos de nosotros no hemos discutido por un plato de avena por la mañana, pudiendo abrir el refrigerador y sacar una gelatina, o, por qué no decirle a esa amiga lo siento cuando quieres estar sola o solo sin sentirte culpable y sin que ella sienta que no la amas, observar el dinero que portamos en la cartera como una herramienta más, no como el sostén de nuestra propia vida. Ser más sencillos, mirar, ver, observar y sonreír, que la vida es tan corta, y más de las veces es tan efímera.

Costillar literario por Fernando de la Cruz

¿Conaculta será Secretaría? El 14 de septiembre fue cumpleaños de Francisco de Quevedo. Dos semanas antes, en su tercer informe de gobierno, el presidente de México Enrique Peña Nieto anunció la creación de una Secretaría de Cultura. A muchos les puede parecer una buena idea, al incluir, el gobierno federal, el tema cultural en su gabinete, elevando su importancia al mismo rango que la Educación, la Economía y la Defensa Nacional. Sin embargo, de lo que se trata es de centralizar la cultura para usarla como herramienta política, tal y como históricamente lo han hecho los gobiernos no democráticos, llámense absolutistas, comunistas o fascistas. De aprobarla el Congreso, esta medida implicaría la desaparición (o transformación, si se quiere) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), con el pretexto de ahorrar fondos al evitar que dos organismos públicos dupliquen funciones. Con dicho consejo disuelto, la nueva Secretaría respondería solamente a las instrucciones giradas por el Presidente, a través de su Secretario de Cultura. Los artistas del país quedarían subordinados a las necesidades políticas del poder central, so pena de perder toda esperanza de recibir apoyos, becas o acceso a las publicaciones de gran tiraje y difusión, que terminan siendo las que llegan a manos de investigadores, antologadores, etc. que no suelen indagar mucho fuera de allí. No es de extrañarse que sean pocos los artistas e intelectuales que han externado públicamente su preocupación, lo cual revela la vocación cortesana de la mayoría. Se observa un patrón en esta política nacional, al haberse ya centralizado los Institutos de Cultura de varios estados del país, volviéndose secretarías. El ejemplo más inmediato es el del extinto Instituto de

Cultura de Yucatán que hace muy poco se volvió Secretaría para la Cultura y las Artes (SEDECULTA). No quiero decir que los Institutos de Cultura o el CONACULTA o que incluso que las Universidades Autónomas del país sean realmente autónomos y libres de influencia partidista. Lo que quiero decir es que ahora la intromisión estatal se oficializa. Los países democráticos en las últimas décadas han buscado la DESCENTRALIZACIÓN, la toma de decisiones en colegiado, y el seguimiento de procedimientos diseñados para balancear el poder en forma justa e incluyente, sin importar qué partido llegue a la silla presidencial. En México, la tendencia se intensifica vertiginosamente hacia la centralización, la estructura jerárquica vertical y la obediencia ciega de las instrucciones giradas por quien haya sido nominado en el cargo de secretario o legitimado en el ejecutivo por la maquinaria electoral. A dos cientos cinco años de su Independencia, México se vuelve un país en vías de SUBdesarrollo: va al revés. delatripa: narrativa y algo más

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Desde tiempos de Sor Juana, algunos rasgos de nuestra herencia nacional barroca se mantienen vivos. Por ejemplo, las farragosas fórmulas protocolarias de las cartas u oficios oficiales; el vicio oficialista de retrasar los eventos públicos por tener que esperar a que llegue el mandatario o su representante, y la costumbre que por inercia mantiene el pueblo de abordar al funcionario a la salida de los eventos para solicitarle asuntos personales, como si se tratara de un monarca que, de una orden, puede solucionar todo. Decido revisitar un aspecto positivo del barroco entendido como corriente estética. Escribí este poema

de protestacon el lenguaje directo y el humor de un soneto conceptista, a la manera de los geniales Francisco de Quevedo y Juan del Valle y Caviedes. Como se hacía en aquellos tiempos, es un poema de ocasión. Aporto este contexto introductorio porque busco abrir conciencias, con todo afán didáctico, para los lectores presentes y futuros, a pesar de quien insista en la ideasigloveintera de que explicar la poesía la vuelve banal. Siguiendo los pasos de Quevedo y Caviedes (como de Lizardi, Carreto y Agustín Monsreal), concibo al México que me tocó vivir como una prodigiosa mina de oro para escribir sátira:

Cuando se centraliza la Cultura, ¿quién dice que se pierde autonomía? Al convertirnos en Secretaría, ¿por qué atentamos contra la cordura? No es comportarse como dictadura; es un favor al arte, yo diría. El artista se beneficiaría al ejercer él mismo la censura. Con semejante institución de Estado y el presupuesto que será asignado, ¿qué artista no querrá ser Secretario? …Algún danzante tieso y empolvado, algún actor por todos abucheado, algún oscuro poetifuncionario.

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Nos vemos en el slam por Mario Pineda Quintal

Adiós Rosiles Hace unas semanas el movimiento artístico yucateco perdió a uno de sus jóvenes, al camarada Omar Rosiles, quien tuvo toda la creatividad posible para unir los géneros de la expresión visual como el video, performance, instalación, pintura y fotografía en obras originales que se pudieron apreciar en varias galerías y salas de museos. Pasó sus últimos días en un hospital de la ciudad de Mérida y su muerte fue un impacto de tristeza, no solo para su familia, sino también para todos aquellos que lo conocimos en la fiesta del arte local. En lo personal, fue uno de los compañeros que siempre aparentaba estar alegre y cuando nos saludábamos, él me quitaba el sombrero, se lo ponía, platicábamos de cualquier cosa por un rato, nos despedíamos y regresaba dicha prenda a mi cabeza. En uno de esos diálogos me comentó la idea de hacer una exposición entre los dos, él con su arte visual y yo con mi poesía. Aunque nunca se logró concretar este proyecto me atrevo a decir que los elementos de sus obras visuales funcionan como versos que traspasan nuestros ojos y nos hacen sentir en una pradera onírica, donde solo pueden existir conejos con escopetas. Uno diría que la obra de Rosiles no debe quedarse en los recuerdos de exposiciones realizadas en galerías como la Eskalera o el Museo de Arte Contemporáneo de Yucatán (Macay), en las fotografías o videos publicados en su perfil de Facebook u otro sitios que no permitan a las nuevas generaciones, que deciden entrar al slam artístico yucateco,

conocer la creatividad de este artista ganador de la V Bienal de Artes Visuales de Yucatán en la categoría de Instalación. Pero también soy consciente que regresar el arte de Rosiles a las salas se puede volver una tarea en ocasiones imposible, puesto que él también era un elemento de las obras cuando participaba en ellas convirtiendo una instalación en un performance o viceversa. Además de que en la cuestión de las instalaciones se necesitaría mucho de su presencia para el armado y así no errar la creatividad con la que la creó en mente y luego en lo físico. Ni modos, solo pido a aquellos, quizás su familia o amigos cercanos, que tiene acceso a las obras como pinturas, fotografías o videos que presentó Rosiles en vida, busquen la posibilidad de no hacer nada más que una sola exposición póstuma, sino que tras ciertos periodos de tiempo la obra regrese a la salas, y puedan ser admiradas y ocupe un eterno lugar en el repertorio generacional de una juventud yucateca que nació en la década de los ochenta y va dejando una marca artística en los primeros años del siglo XXI. Ya no le podemos decir a Omar "Nos vemos en el slam", pero no olvidemos que él se movió con ganas cuando estuvo adentro, fue parte de la fiesta y estoy seguro que lo recordaremos cuando alguien nos pregunte: ¿Qué hay o qué hubo de bueno entre esos codazos, patadas y vueltas?

delatripa: narrativa y algo más

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