Review of Delfin Ferreira Leao, Solón. Ética y política, Lisboa, Fundaçao Calouste Gulbenkian, 2001, Myrtia, 20, 2005, pp. 300-302.

June 12, 2017 | Autor: J. Clúa Serena | Categoría: Classical philology, Ancient Greek Literature, Solón, Solon of Athens
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Myrtia η» 20, 2005 Gaspar M o r o c h o Gayo, Estudios de Crítica Textual Molina] Universidad de Murcia, 2 0 0 4 (165 pp.)

(1979-1986),

[ed. Μ . E. Pérez

Sentencia la sabiduría popular que "es d e bien nacidos ser agradecidos", y así es c o m o responde al reconocimiento de los que fueron c o m p a ñ e r o s y amigos del Prof. G. M o r o c h o la publicación del presente volumen. U n h o m e n a j e oblato — p o s t u m o — rendido a su magisterio ejercido en la Universidad de M u r c i a durante su breve pero fructífera estancia de tres años en el recoleto c a m p u s de L a Merced. Curiosa paradoja la suya: en el antiguo huerto de quienes consagraban su existencia a la redención de cautivos, cautivó el P r o f M o r o c h o con su aguda y sagaz instrucción acerca de la crítica de textos griegos, pues está acreditada su pericia y competencia en disciplina tan compleja y ardua c o m o la antedicha, meollo indisputado de la filología en estado puro. El presente libro pretende ser, a m o d o de monumentum aere perennius, una recopilación de los trabajos que M o r o c h o sacó a la luz en las prensas de la Alma Mater murciana y q u e son un parvo v a d e m é c u m de sus amplios conocimientos y doctas enseñanzas. H a n transcurrido veinticinco años de la elaboración de algunas de estas publicaciones, mas nunca será efímera la honra y estima de la laboriosa tarea de quien supo dejar tras de sí suave a r o m a de ε ϋ ν ο Ί α y de φ ί λ ι α .

C o m o es natural, esta pléyade de trabajos se reproduce aquí tal y c o m o salió de la p l u m a y del ingenio d e su autor. T a n sólo se h a p r o c e d i d o a una levísima unificación de criterios a la hora de citar en las notas a pie de página, cosa que agradecerá el lector. En consecuencia, estamos ante u n libro que fue escrito hace dos decenios y que ni siquiera fue concebido c o m o tal. M e explico. Son varios los testigos —^y el rubricante de estas páginas es u n o de e l l o s — que sabían de la intención, en absoluto exenta de mérito, de elaborar una Historia de la Crítica Textual p o r parte del P r o f M o r o c h o . El proyecto n o llegó a concluirse, pero a veces los desiderata de un ε υ γ ε ν ή ς ά ν ή ρ alcanzan c u m p l i m i e n t o , y la recopilación de estos artículos conforma de facto "casi" un m a n u a l , a u n q u e n o lo sea sensu stricto. H a y que decir, e m p e r o , que los contenidos n o han envejecido, sino que constituyen un corpus de doctrina c o m ú n y sólida que n o ha sido objeto de sensibles variaciones. En este sentido estamos ante u n a obra vigente y de suma utilidad para sus lectores, ya sean especialistas o estudiantes que se acercan p o r vez primera a las cuestiones aquí expuestas.

Los primeros cuatro capítulos tienen continuidad y forman el corazón de la obra: "La transmisión de textos y la crítica textual en la antigüedad" (pp. 5-32), "La crítica textual en Bizancio" (pp. 33-61), "La crítica textual desde el Renacimiento hasta L a c h m a n n " (pp. 63-89) y "P anorámica de la crítica textual

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contemporánea" (pp. 91-115). Y aquí habría que hacer y a u n a primera precisión: en ningún caso debe entenderse el término "panorámica" c o m o r e s u m e n simplicista, sino c o m o síntesis necesaria a la vez que aleccionadora en extremo, acopiando la ganga y desechando la escoria. A lo largo de estas páginas M o r o c h o explica de m a n e r a lúcida y cabal el desarrollo de la crítica textual ex ovo. El p a s o de la literatura oral a la escrita, el uso del rollo de papiro, el p a s o al códice, las aportaciones críticas de las escuelas de Alejandría y P e r g a m o o el q u e h a c e r decisivo de los estudiosos bizantinos o c u p a n una parte g e n e r o s a e imprescindible de esta sección. Y n o sólo cuestiones históricas de transmisión de los textos, sino también los aportes propiamente del texto y la implantación de diversos signos diacríticos. Z e n ó d o t o , Aristófanes de Bizancio o Aristarco, entre los m á s antiguos, o Eustacio de Tesalónica, D e m e t r i o Triclinio o M á x i m o Planudes, entre los bizantinos, son n o m b r e s de prosapia filológica q u e afloran por doquier dejando constancia e impronta de su enseñanza. Las vicisitudes por las que pasaron los textos clásicos, el sinfín de m e r m a s , las célebres "selecciones" y c ó m o nos han legado los siglos los restos del naufragio, son aspectos expuestos de manera magistral y diáfana por el autor. La fortuna del R e n a c i m i e n t o , con la creación de grandes bibliotecas, la labor ingente de los p r i m e r o s humanistas, su amor por la literatura clásica, hasta llegar posteriormente a la imponente figura de Lachmann y su m é t o d o también son objeto de un c o n c i e n z u d o análisis por parte de M o r o c h o . La reivindicación del códice recentior, así c o m o d e las ediciones de los humanistas, n o es nueva, pero aquí es explicada en t o d a su dimensión y con convencimiento de parte. Los p o r m e n o r e s sobre los que se sustenta u n a edición (acentuación, puntuación, letras elididas y móviles, n u m e r a l e s , mutilaciones, variaciones, omisiones, supresiones, adiciones, transposiciones, addenda et corrigenda, etc.) son aspectos que se van d e s g r a n a n d o p o c o a p o c o y con inteligencia a lo largo de estos capítulos. N o se trata aquí, p o r tanto, sólo de hacer historia, sino también de exponer la doctrina básica y los asuntos domésticos de la Crítica Textual. En el capítulo quinto, titulado "Sobre la crítica textual y disciplinas afínes" (pp. 117-127), define el autor, sin adarmes que lo d e m o r e n , el concepto de Crítica Textual a partir de las aportaciones de la lingüística m o d e r n a , a u n q u e sin prescindir de los fundamentales aportes de otras ciencias que, siendo a u t ó n o m a s per se, constituyen un conjunto de técnicas auxihares p a r a la crítica del texto. T o d o ello fundamental para el progreso de la ecdòtica. E s necesario conocer u n o s criterios básicos, esenciales, de la "técnica" textual, sí, pero es imposible llegar a definir el error y proceder a su cura sin u n o s conocimientos sólidos de materias como la Paleografía que permitan deducir c ó m o llegó a producirse el m i s m o . Cuestión anginosa, incluso antipática por parte de quienes la ignoran, p e r o de inaceptable preterición. ¿Es plausible hoy hacer Crítica Textual en condiciones

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prescindiendo de la Paleografía y de la Historia de los textos? ¿Se p u e d e reducir la Crítica Textual, c o m o afirman a l g u n o s —beati paiiperes spiritu!—, a u n a "mera cuestión mecánica", a una operación d e τ ε χ ν Ί τ η ς ? C e d o la respuesta al lector avispado. El flujo y reflujo de las tendencias en lo que a la conjetura se refiere, adquiere en el trabajo de M o r o c h o el matiz de lo adecuado; la arquitectura del conjunto de su libro da la respuesta a n o pocos interrogantes en este sentido. Vienen al pelo de lo expuesto las palabras del P r o f A. García Calvo: "el hacer del crítico es con frecuencia deshacer lo h e c h o por críticos anteriores" {Emérita 2 0 , 1952, p . 153).

Pero c o m o una cosa es predicar y otra m u y diferente dar trigo, el P r o f M o r o c h o n o se conforma con quedarse en el cuarto de la salud, sino q u e dedica sus últimas páginas a una demostración práctica en el capítulo "Problemas y métodos de crítica textual en Esquilo" (pp. 129-155). En él, h u y e n d o de d o g m a t i s m o s , repasa los distintos m é t o d o s que ha p r o p o r c i o n a d o la historia de la filología —^método de L a c h m a n n , m é t o d o conjetural, neolachmanismo, neoeclecticismo, m é t o d o c o d i c o l ó g i c o — para p r o p o n e r u n ejemplo de análisis de lecturas y de stemmata con el caso de los escolios de los Siete contra Tebas de Esquilo, material que el autor demuestra conocer a la perfección por haber sido objeto de estudio en su tesis doctoral {Scholia in Aeschyli Septem adversus Thebas, Salamanca 1975 [publicada en L eón en 1989]), trabajo notabilísmo y de profunda originalidad.

El libro se abre con un entrañable prólogo (sin firma), que refleja el sentir del D e p a r t a m e n t o de Filología Clásica de la Universidad de Murcia, y se cierra con un útilísimo índice de autores citados (pp. 160-166) elaborado con indudable acierto por el editor del volumen. El P r o f M o r o c h o , que nos h a dejado p r e m a t u r a m e n t e , h a impartido con esta obra su última lección. "Poda corta y bien labrada, h a c e la viña afirmada", reza el refranero clásico. U n a sinfonía inacabada tal vez, p e r o en cualquier caso una benemérita partitura de obligada lectura para los estudiosos y estudiantes de Filología Clásica, que podrán reconocer en ella el rigor científico y la claridad metodológica de la m a n o experta y erudita de su autor. En suma, un libro tan meritorio c o m o oportuno, lauréola áurea que sirve de corolario al a m e r i t a d o curriculum de G a s p a r M o r o c h o .

Si las reseñas llevasen post scriptum, cabría añadir por mi parte q u e estos renglones han sido redactados el día 2 d e abril del a ñ o 2 0 0 5 , fecha del tercer aniversario del fallecimiento del P r o f G a s p a r M o r o c h o G a y o .

Esteban Calderón

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Myrtia, η" 20, 2005 Hieras Log os. Poesía orfica sobre los dioses, el alma y el más allá. Edición de Alberto Bernabé Pajares. Madrid. Akal Clásica, n" 68, 2 0 0 3 , 316 p p . Bajo el título de Hieras La g os, 'palabra s a g r a d a ' , la colección Akal Clásica presenta la traducción de un grupo de p o e m a s transmitidos desde la Antigüedad bajo la autoría de Orfeo. C o m o explica el traductor, Alberto B e r n a b é , los griegos estaban convencidos de que sus p o e m a s y el resto de sus obras pasarían a la posterioridad con m á s seguridad si se les asignaba u n a autoría antigua y legendaria, sobre todo, c u a n d o se trataba de transmitir nuevas creencias y revelaciones de contenido religioso. Es por ello por lo que cabe hablar de Corpus òrfico, mejor que de p o e m a s de Orfeo, que tienen en c o m ú n unas creencias religiosas q u e constituyen u n a parte de la doctrina observada por sus seguidores: origen divino de los h o m b r e s y salvación de las almas. Según la doctrina òrfica los h o m b r e s nacieron a partir de las cenizas de los Titanes, quienes habían sido fulminados por el rayo de Zeus d e s p u é s de que despedazaran y devoraran a su hijo Dioniso. L os h o m b r e s , p u e s , serían u n a mezcla de tierra y de ceniza titánica, en la que habría u n c o m p o n e n t e divino negativo procedente de los Titanes, y otro c o m p o n e n t e divino positivo procedente de los restos de Dioniso. A d e m á s , los h o m b r e s p o s e e n un alma de carácter divino e inmortal, pero que nace m a n c h a d a por la muerte cruenta de Dioniso. Por ello el alma está obligada a purificarse " v i v i e n d o " en un cuerpo que es c o m o u n a cárcel ( σ ώ μ α , ' ΰ η ο φ ο ' / σ ή μ α , ' c á r c e l ' ) . Así pues, para el orfísmo el h o m b r e está constituido de un alma inmortal y divina que ha de purificarse en u n c u e φ o mortal y transitorio; si no lo consigue, h a de transmigrar a otro cuerpo, y así sucesivamente hasta que se libere de su parte de culpa. La fórmula de acelerar esa expiación será iniciarse en los misterios, vivir en pureza y celebrar los ritos. Explica el profesor Bernabé en su Introducción las etapas, en las que cabe dividir la evolución òrfica, que r e c o r d a m o s brevemente: a) s. Vl-111 a. C : cultivo de temática c o s m o g ó n i c a y antropogónica con diversos apartados ( c o s m o g o n í a s , teogonias, cosmologías y psico-logías o descripciones del alma ( d e s d n o , ritos, hábitos, magia); b) época tardohelenística y romana: h i m n o s órficos tardíos y poemas astrológicos, botánicos, m é d i c o s y lapidarios. A este período pertenecen las Argonáuticas órficas (s. V d. C ) , p o e m a que recuenta las aventuras de los marinos de la nave A r g o por boca de u n o de ellos, Orfeo. Un estudio de las diversas teogonias órficas da paso a un c o m e n t a r i o sobre la traducción hecha y su disposición en cada u n o de los trece capítulos (bibliografía específica, obra, época y autor, texto traducido, comentario y notas).

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La distribución es Versos introductorios (I), Papiro de Derveni (II), T e o g o n i a Eudemia (III), otras Teogonias fragmentarias (IV, V , VIII), T e o g o n i a s de Jerónimo y H e l é n i c o (VI), de las Rapsodias (VII), T e s t a m e n t o de Orfeo (IX), Fragmentos y textos sobre el a l m a (X y XI), Laminillas áuricas (XII) y Catábasis (XIII). Por cierto, que el autor ha dedicado u n estudio monográfico a las Laminillas de oro en colaboración con A n a Isabel J i m é n e z San Cristóbal (Madrid, Ediciones Clásicas, 2001). Cierra la edición u n a amplia bibliografía y un cuadro de correspondencias.

D a d o q u e es la primera vez que se traduce al castellano este Corpus òrfico completo y se anuncia su edición griega en la Biblioteca Teubneriana, es doble motivo d e felicitación para el Catedrático de la Universidad C o m p l u t e n s e , Alberto Bernabé.

Luis Miguel P i n o C a m p o s

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Myrtia, n" 20, 2005 D. Ferreira Leáo, Solón. Ética y política, 2 0 0 1 , 2 6 4 pp.

Lisboa, F u n d a 9 a o Calouste Gulbenkian,

Los estudios solonianos, sobre todo los aspectos histórico-políticos han recibido recientemente un empuje ciertamente definitivo entre nosotros, n o sólo por la obra que r e s e ñ a m o s , a la que nos referiremos in extenso, sino también por la también excelente aportación de A. J. D o m í n g u e z M o n e d e r o (Solón de Atenas, Barcelona, Crítica), publicada también en 2 0 0 1 , y la edición, m á s reciente todavía, a cargo de H. Maehler, & M . N o u s s i a & M . Fantuzzi, Solone: Frammenti dell ' opera poetica. Premessa, Introduzione e c o m m e n t o , Milán, B u r Classici greci e latini, 2002. Ahora, ya queda m e n o s para estudiar a fondo y d e un m o d o global la poética de nuestro poeta "sophós", su "savoir faire" en el ámbito poético (en su conjunto), labor que nunca deberá desdeñarse a u n q u e ya c o n t e m o s con aportaciones puntuales, eso sí, m u y destacables. En efecto, de entre las figuras históricas que nos proporciona la Grecia Arcaica, la de Solón resulta, sin duda, una de las m á s atractivas, n o sólo p o r la importancia de su labor política y legislativa sino t a m b i é n p o r ser el primer poeta ateniense de que tenemos noticia. En una y otra a c d v i d a d c o m o símbolo de moderación, justicia y mesura. A Solón, político p r a g m á t i c o y poeta sophós, la posteridad le r e c o m p e n s ó elevándole a la categoría de Sabio y lo integró dentro del grupo de los Siete sabios. Ya los antiguos testimonia nos muestran un Solón en su doble faceta de político y de m i e m b r o de la pléyade, c o m o d e c í a m o s , de los Siete sabios, a u n q u e dicha doble visión poliédrica tiende a verse m e z c l a d a en u n a obra que resulta una verdadera. Pues bien, precisamente al anáhsis de los testimonia dedica el p r o f Delfim Ferreira L e á o la Primera Parte de su amplio estudio (Heródoto, atidógrafos, oradores áticos, Aristóteles (Athenaion Politeia), D i ó g e n e s Laercio y, sobre todo. Plutarco, que nos proporciona la información m á s c o m p l e t a sobre el legislador en su Vita Solonis y en su " B a n q u e t e de los Siete Sabios"). Permítasenos reseñar que en la comparación entre el personaje r o m a n o que hace pareja con Solón, Publicóla, y aquél. Plutarco señala que Solón define ante Creso qué considera un h o m b r e feliz, definición q u e convendría m á s a Publicóla que a Telo y para ello inserta el fragmento 22 D (v. 5-6) para testimoniar dicha felicidad. P u e s bien, el p r o f D . L e á o ya dedicó, paralelamente a la obra que r e s e ñ a m o s , dos estudios a temas reladvos a la Vita Solonis y, en concreto, a la figura de Creso. Así, en un trabajo titulado " S ó l o n e Creso: fases da

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evolu9áo de u m p a r a d i g m a " (Humanitas, voi. L l l , 2 0 0 0 , 27-52), el autor se decanta por la tesis de algunos estudiosos que consideran que el famoso e n c u e n t r o - " m e e t i n g " entre Solón y Creso es históricamente improbable, al tiempo que reconoce el gran interés ético d e esta ficción literaria. Así, en la versión de Plutarco, opina Leáo, nos e n c o n t r a m o s ante la expresión m á s fuerte de la oposición entre lo griego y lo bárbaro, si bien tiene similares implicaciones éticas. En otro trabajo, titulado "Legisla9áo relativa as m u l h e r e s n a Vita Solonis de Plutarco" (Actas do Congresso "Plutarco Educador da Europa", EdÍ9áo da Funda9áo Eng. A n t o n i o de A l m e i d a , Porto, 2 0 0 2 , 81-91), el dr. L e á o y a destacó que de las cuatro decenas de leyes d e Solón referidas p o r Plutarco en su biografía del estadista, casi un cuarto tiene relación directa con la situación de la mujer y de ahí la importancia que p u e d e colegirse que siempre tuvo esta temática en el código del antiguo legislador. Por lo q u e respecta a la segunda parte de la obra que r e s e ñ a m o s , quizá demasiado heterogénea, a nuestro entender, c o m o para englobar todo tipo de datos y discusiones en un único cajón de sastre, con un título d e m a s i a d o genérico ("Solón"), se dedican m á s de doscientas p á g i n a s (concretamente, desde la 215 hasta la 458) para abordar y analizar toda u n a ingente cantidad de datos acerca de la biografía de Solón, sus reformas, el código de leyes (capítulo c o m p l e t í s i m o y que denota, destaquémoslo, los grandes conocimientos de d e r e c h o por parte del autor). Finalmente, el lector agradece el texto en griego con traducción de la obra poética y en algunos casos, análisis p o r m e n o r i z a d o de los fragmentos (sigue la numeración de la obra poética y a casi c a n ó n i c a d e West, si bien debiera haberse por lo m e n o s anotado la existencia de la de Gentili-Prato, que t a m p o c o es mencionada en el elenco bibliográfico de ediciones), mientras que utiliza, correctamente a nuestro entender, la catalogación de los testimonios a cargo de A. Martina y la de R u s c h e n b u s c h para la colección de leyes. El libro presenta m u c h o s datos pero m e d i a n t e una exposición m u y clara y a través de explicaciones plausibles e históricamente irrefutables, que basa en una bien seleccionada bibliografía, m a n e j a d a profusamente a lo largo del trabajo. Cierra el trabajo un completo índice d e autores antiguos, m o d e r n o s e índice general. Con t o d o , encontramos en faha en la Bibliografía algunos trabajos que consideramos ciertamente importantes en algunos aspectos que se tratan en el libro. Así, el de Nicole Loraux, " S o l ó n et la voix de l'écrit", en Les savoirs de l'écriture. En Grece ancienne, Presses Universitaires de Lille, 1988, 9 5 - 1 2 9 , o el de Cristóbal Rodríguez A l o n s o , "El epíteto h o m é r i c o en Solón", CFC, XI, 1976, 5 0 4 - 5 2 1 . A s i m i s m o , notamos en falta la m e n c i ó n de los trabajos de Paola Melissano, " S o l o n e e il m o n d o degli esthhr, QUCC, n.s. 4 7 , 1994, 4 9 - 5 8 y de B. Gomollón, " L a imagen de la sabiduría en los tetrámetros de Solón", Itaca,

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10-11, 1995, 59-67. M u c h o m á s recientes (y de aparición paralela o incluso posterior al trabajo objeto de nuestro anáhsis) son los sugerentes artículos de M . Noussia, " S o l o n ' s S y m p o s i u m (frs. 32-4 and 36 Gentili-Prato" = 38-40 and 41 West-)", CQ, 51.2, 2 0 0 1 , 353-359 y de K. Bartol, "II desiderio di Solone", MH, 59, fase. 2, 2002, 65-70. El p r o f D. L e á o , desde el prohfíco Instituto de Estudos Clássicos de la Universidade de Coimbra, ha llevado a cabo un trabajo m u y sistemático y este libro va a ser uno de los puntos de referencia para los estudios sobre Solón, apologeta de su propio p r a g m a t i s m o político, de su liderazgo, n o sólo ético sino sapiencial. Leáo, que ya había p u b l i c a d o m á s de siete trabajos sobre Solón con anterioridad al libro que r e s e ñ a m o s , h a c e converger en este trabajo de tan excelente factura, tanto el interés por aspectos m e r a m e n t e historiográficos c o m o el interés por la poesía soloniana.

José Antonio C l ú a Serena

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V V . A A . Da Αιών a E i k a s m ó s . Atti della giornata di studio sulla figura e l'opera di Enzo Degani, Bolonia, Patron, 2002 (Eikasmós. Quaderni Bolognesi di Filologia Classica. Studi, 8), 109 págs., 2 fotos (en fotocopia), 8,50 € .

En j u n i o de 1999 llegué a Bolonia para realizar una estancia de investigación de un m e s en el Dipartimento di Filologia Classica e M e d i o e v a l e . Lo primero que hice cuando estuve en el viejo edificio de V i a Z a m b o n i 32 fue acercarme a saludar a E n z o Degani. Había tenido el h o n o r de conocerlo y almorzar con él y otros colegas después de que impartiera u n a conferencia en la A u t ó n o m a de Madrid, mi antigua universidad. M á s tarde, a d e m á s del contacto a distancia mediante el intercambio de correspondencia y trabajos de investigación, había asistido a una nueva conferencia suya en la U N E D , dentro d e u n o de los cursos organizados p o r Juan Antonio L ó p e z Férez. C u a n d o aquel día de j u n i o entré a su despacho a c o m p a ñ a d o p o r la Dra. G i o v a n n a Alvoni, n o podía imaginarme que ya estaba irremisiblemente afectado p o r la enfermedad, y que el objeto de mi siguiente visita a Bolonia, en abril de 2 0 0 1 , sería asistir a la j o r n a d a sobre la figura y la obra del filólogo fallecido un año antes".

N o emplearé m u c h a s palabras para describir lo que se vivió en el Archiginnasio de Bolonia aquel 19 de abril. Sólo diré que estaba presente casi toda la filología clásica italiana, a d e m á s de colegas de otros países, especialmente alemanes, ya que era quizá en A l e m a n i a donde Degani a c u m u l a b a m a y o r

' No es éste el lugar ni soy yo la persona indicada para recordar la figura y la obra de Degani. Otros, amigos y colaboradores suyos, lo han hecho ya con precisión y conocimiento. Éstas son las semblanzas de las que tengo noticia: Alvoni, Giovanna, "Enzo Degani (30/IX/1934-23/IV/2000)", en W. Appel (ed.), ''Magistri et discipiili". Kapitel zur Geschichte der Altertumswissenschaften im 20. Jahrhundert, Torun, 2002, 221-236; Bossi, Francesco, "Enzo Degani", Eikasmós 11 (2000), 337-344, y "Ricordo di Enzo Degani", MAIB, s. V , voi. esp. (2002), 45-52; Burzacchini, Gabriele, "Enzo Deganit", Gnomon 73 (2001), 470-476, y "Enzo Degani e la lessicografia bizantina", en VV. AA., La erudizione scolastico-grammaticale a Bisanzio (lessicografia, trattatistica grammaticale, esegesi, ecc.), Ñapóles, 2003, 9-25; Cittì, Vittorio, "L a loro morte e la nostra", Lexis 18 (2000), 1, y "Un hermanniano atipico", Prometheus 27 (2001), 277-282; Dionigi, Ivano, "Saluto a un amico", Eikasmós 11 (2000), 9-11; Mastromarco, Giuseppe, "Enzo Deganit (1934-2000)", Synthesis 1 (2000), 7; Miralies, Caries, "Notes sobre Enzo Degani (1934-2000)", Lexis 20 (2002), 295-301; Montanari, Ornella, "Ricordo di un maestro e di un amico", CFC(G) n.s. I l (2001), 315-320; Tosi, Renzo, "Enzo Degani (1934-2000): scienza filologica e storia della filologia", Paideia 56 (2001), 169-176. El artículo de Alvoni incluye la bibliografía completa de E. D. en las pp. 226-236.

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renombre y concitaba m á s amigos". L a sala del Stabat Mater, con capacidad quizá para dos centenares de personas, resultó d e m a s i a d o p e q u e ñ a , y h u b o que habilitar otra que disponía de un circuito cerrado de televisión. T o d o discurrió de m a n e r a perfecta, gracias a la organización de los colegas de Bolonia. Fue, en suma, u n a jornada intensa, de profunda emotividad y gran altura filológica. El libro que ahora m e corresponde j u z g a r refleja esa emotividad, y a la vez está lleno de filología. R e c o g e los textos, en versión c o m p l e t a y definitiva, de las intervenciones que tuvieron lugar aquel día. V e a m o s c ó m o . El volumen se abre con " E n z o Degani da Αιών a E i k a s m ó s " (pp. 3-13), de Ernst Vogt. El ilustre profesor alemán m a n t u v o con Degani u n a amistad de muchos años. Por eso es éste el artículo del a m i g o , del c o m p a ñ e r o , el trabajo que más insiste en la emotividad a que m e refería antes. Se hace eco de aspectos humanos, del amor al trabajo, de la imperturbabilidad ante la cercanía de la muerte; reproduce (p. 13) la carta enviada p o r Degani a Vogt la víspera de su fallecimiento, que nadie diría escrita por alguien a quien le q u e d a n pocas horas de vida. Pero Vogt no se limita a lo emotivo, sino que, en p r i m e r lugar, hace una evocación de sus años de B o n n , donde trató n o sólo a Degani, sino también a otros prometedores (o ya destacados) filólogos italianos, convirtiendo dicha evocación en un p e q u e ñ o capítulo de la filología clásica europea en los difíciles años que siguieron a la Segunda Guerra M u n d i a l . Por otro lado, Vogt habla de la obra del filólogo. N o lo hace por extenso, ya que esto corresponde a los demás colaboradores del volumen, sino que trata de penetrar, creo que lográndolo, en el m o d o de trabajar de Degani, en su "arte dell' interpretazione" (p. 11): el e x a m e n pormenorizado, conciso, la diagnosis del p r o b l e m a textual concreto, el uso del rico instrumental metodológico que u n e saberes de todo tipo, la solución finalmente. El resto del libro lo forman seis artículos; los cinco primeros responden a los campos temáticos en que se desenvolvió la investigación de Degani durante los cuarenta años que van de 1960 a 2000; el último también, y a que analiza la labor de Degani c o m o historiador de la filología clásica, pero a la vez sitúa a Degani en dicha historia, convirtiéndolo en materia de estudio. "Giambografia" (pp. 15-30), de G i u s e p p e Morelli, repasa las importantes contribuciones de Degani en el terreno de la yambografía griega, tal vez aquel que lo ha dado m á s a conocer intemacionalmente. El artículo se abre con u n a carta dirigida por Degani al autor en febrero de 1963, en la que se interesa por cuestiones relacionadas con Hiponacte (ya había publicado en Gnomon su reseña

" Por parte española pude ver en el homenaje a María José García Soler (Vitoria) y Caries Mirallcs (Barcelona). Invitado por diversas universidades, Degani había visitado nuestro país en no pocas ocasiones, sobre todo en los últimos años.

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de la edición de Medeiros) y anuncia su " H i p o n a c t e a " de Helikon. Elio d e m u e s t r a el t e m p r a n o interés que sintió por la yambografía, interés que sólo aumentaría con el paso del t i e m p o y que daría c o m o fruto su edición de Hiponacte en la Bihiiotheca Teubneriana ( 1 9 8 3 ' , 1991"), a d e m á s del v o l u m e n Studi su Ipponatte (Barí, 1984; reimp. Hildesheim-Zúrich-Nueva York, O l m s , 2 0 0 2 ) . Morelli, gran especialista en la materia, hace u n a verdadera disección de la edición hiponactea, aportando comentarios que hacen de este artículo una obra de gran valor. C r e o que será necesario tenerlo m u y en cuenta a la hora de analizar en el futuro los problemas planteados por los fragmentos d e Hiponacte.

Giuseppe M a s t r o m a r c o se o c u p a de la comedia ( " C o m m e d i a " , p p . 31-58). Es éste un largo trabajo que demuestra el interés del autor p o r la materia y su gran competencia en ella, no en vano es un especiahsta de talla internacional. Resulta ser a la vez una verdadera biografía académica de Degani en sus primeros años, hasta 1966, época tras la cual dejó de interesarse por la c o m e d i a para dedicarse sobre t o d o a la yambografía. D e s d e 1987 volvería de n u e v o a la c o m e d i a para no abandonarla, con trabajos tan importantes c o m o "Aristofane e la tradizione dell'invettiva personale in G r e c i a " (Entr. Hardt X X X V I I I [ 1 9 9 3 ] , 1-49). M a s t r o m a r c o r e s u m e y analiza cada trabajo concreto de Degani, destacando sus aportaciones, pero n o se queda en lo particular, sino que v e con gran a d e r t o cuál fue la m a y o r aportación de conjunto realizada por Degani (p. 42), a saber, el reconocimiento d e la relación formal de continuidad entre yambografía y comedia. Por último, digamos q u e M a s t r o m a r c o no rehusa penetrar en á m b i t o s paralelos al de la propia materia del capítulo, por lo que éste termina d a n d o m á s aún de lo que en principio ofrecía.

M a s s i m o Di M a r c o estudia la "Poesia p a r o d i c a " (pp. 59-72), es decir, parodia y poesía gastronómica. En u n m u y d o c u m e n t a d o estudio, el autor destaca cómo Degani contribuyó a revalorizar lo paródico, dentro de la revalorización de lo c ó m i c o en sentido amplio que se produjo en el siglo X X . Identifica m u y bien una de las características fundamentales de Degani, la d e ser filólogo práctico, apegado al texto, m á s que teórico, pero n o desdeña m e n c i o n a r también las aportaciones teóricas (p. 62 y 66 ss.), c o n c e d i e n d o así valor a una faceta de Degani que tal vez suele destacarse poco.

"Filología ed erudizione antica" (pp. 73-88) es el título del capítulo confiado a Franco Montanari. Éste se centra en el estudio p o r m e n o r i z a d o (pp. 7 3 85) de una parte del fr. 129 D. de Hiponacte, un comentario al poeta c o n s e r v a d o en el P. Oxy. 2 1 7 6 (s. II d . C ) . Montanari utiliza los restos d e este compHcado hypómnema c o m o ejemplo de la labor filológica de D e g a n i . Si, c o m o v e í a m o s , Degani fue sobre todo un filólogo práctico, nada mejor q u e c o m p r o b a r l o en la práctica, es decir, sobre los textos. N o se puede hacer aquí un r e s u m e n de este análisis, pero sí decir que sólo un experto en la materia c o m o M o n t a n a r i p o d í a

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mostrar el método de Degani en toda su plenitud, añadiendo interesantes comentarios propios sobre los p r o b l e m a s que plantea la exégesis antigua. Las últimas páginas repasan breve y claramente los trabajos de Degani sobre lexicografía y temiinan refiriéndose de n u e v o a la exégesis antigua e Hiponacte, a quien Degani dedicó en el y a m e n c i o n a d o Studi su Ipponatte un capítulo de conjunto sobre su fortuna en la A n t i g ü e d a d y su presencia en la filología antigua. Luigi Lehnus es el autor de " E p i g r a m m a classico e b i z a n d n o " (pp. 8999). De nuevo un especialista d e primera fila (aunque se disculpa por ser p o c o conocedor del epigrama bizantino, verdad es q u e no lo parece) y de n u e v o un trabajo m u y completo, con ejemplos de epigramas traducidos p o r Degani (una faceta suya quizá n o d e m a s i a d o apreciada en c o m p a r a c i ó n con otras), a d e m á s de comentarios a las interpretaciones y las conjeturas propuestas por aquél en pasajes dificultosos. No falta el fundamental " E p i g r a m m a ed elegia", publicado en Storia e civiltà dei Greci (Milán, 1977), el célebre "Bianchi-Bandinelli", m u y c o n o c i d o y leído en España a través de su traducción pocos años posterior. El libro se cierra con " E n z o Degani e la storia degli studi classici" (pp. 101-108), de Luciano Canfora. La primera frase, " E n z o Degani fu infimamente h e r m a n n i a n o " muestra con claridad la tesis del capítulo. A partir de su profundo conocimiento de la historia de la filologia clásica del X I X y el X X , y con la habitual altura conceptual y teórica. Canfora disecciona la evolución deganiana frente a lo que es o debe ser la Altertumswissenschaft, evolución que (paradójicamente, añado y o a partir de su análisis), se caracteriza por la permanencia en unos principios que apenas cambiaron, y que se pueden definir bien como hermannianos. Y n o es que Degani no se sintiera atraído por las n u e v a s corrientes que asomaron a partir de los años sesenta o que llevaban ya algún tiempo presentes. De hecho, lo hizo (Canfora lo señala en la p . 102), pero tal vez sin mucha convicción de fondo. Ocurre que Degani era un " a m a n t e della concretezza", lo cual lo llevaba a privilegiar los progresos en el trabajo específico, en la interpretación de lo particular, sobre la dedicación a los grandes p r o b l e m a s , a la hermenéutica de lo general. Tras la muerte de un filólogo, lo habitual es el v o l u m e n c o n m e m o r a t i v o con artículos de amigos, de colegas, y a veces también de enemigos m á s o m e n o s reciclados (la hipocresía es barata), quienes participan llevados, respectivamente, por la amistad, el c o m p a ñ e r i s m o o el n o q u e d a r mal ( s u p o n g a m o s que quizá también por la piedad: s u p o n g a m o s que hay e n e m i g o s que n o son malas personas). Por desgracia, no es infrecuente en esta clase de obras que n o p o c o s colaboradores envíen artículos de c o m p r o m i s o , divulgativos a veces, plagiarios de sí mismos a m e n u d o , de p o c o valor en fin. C o m o , a d e m á s , estos libros se suelen distribuir mal, el resultado es que, primero, u n o busca el artículo que cree necesitar para completar una invesdgación, p e r o el dichoso libro no aparece;

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segundo, c u a n d o lo encuentra después de e m p l e a r m u c h o tiempo en ello, h a y serias posibilidades de que el artículo decepcionen

Lo raro, en c a m b i o , es u n libro c o m o Da Αιών a E i k a s m ó s . A p e n a s h a y libros c o m o éste, pero debería haberlos en m a y o r n ú m e r o . Primero, porque, hechos por especiaUstas, aportan cosas de interés en la materia filológica q u e tratan. Segundo, y sobre todo, p o r q u e constituyen historia intelectual, edifican (empiezan a edificar casi de la nada) la historia de la filología clásica en la segunda mitad del siglo X X . P e r o es de rigor decir q u e n o todo es d e color de rosa. U n libro c o m o éste, con la cercanía y frescura de sus datos, escrito por quienes conocieron personal e íntimamente al filólogo estudiado, encuentra paradójicamente en estas características u n a remora. M e refiero a la escasez de distancia temporal con respecto a la obra estudiada, p i e n s o en el déficit de objetividad que se deriva de ello. Sólo el p a s o del t i e m p o p u e d e proporcionar la perspectiva necesaria para valorar en toda su magnitud la obra de Degani, con sus aciertos, pero t a m b i é n con sus errores o carencias. El libro q u e j u z g o , mentiría si no lo digo, está escrito p o r amigos del fallecido, igual q u e esta reseña. Habrá que esperar a quienes n o hayan conocido a Degani y, p r o b a b l e m e n t e , t a m p o c o a nosotros, para disponer de la perspecfiva suficiente sobre el filólogo y su época. Ahora bien, de m o m e n t o he aquí un libro que aporta datos preciosos, que de otra forma se habrían perdido, y lo h a c e de u n a forma rigurosa y profunda, filológica. N o es un m e r o homenaje, sino un estudio de la obra d e un filólogo, de su personalidad científica e intelectual. Es u n a crónica de u n a parte de la filología clásica del siglo X X . H e ahí su valor y su mérito.

Sólo queda p o r úUimo felicitar a los colegas helenistas de Bolonia, q u e han tenido la idea y elegido a los colaboradores, guiándose por dos criterios rigurosos y desinteresados: relación personal de los parficipantes c o n Degani y competencia en sus correspondientes ámbitos científicos. L a felicitación debe hacer referencia también a la pulcritud formal con q u e el v o l u m e n está editado. A Degani le habría gustado este libro, principalmente n o p o r lo que tiene de homenaje a su persona (supongo q u e también p o r esto: todos t e n e m o s nuestra vanitas), sino p o r q u e invesfiga, desentraña, y lo h a c e con rigor y concisión.

' Otra posibilidad, preferible a mi juicio en cuanto a interés científico y utilidad, es lo que en alemán se llama Kleine Schriften. Precisamente acaba de ser publicado el libro Filologia e storia. Scritti di Enzo Deg ani (Hildesheim, Olms, 2 vols., 2004, Spiidasmata 95).

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implacableinente. Es un buen ejemplo de philologia perennis, habría pensado él, una vez leído. Después, tras colocarlo en la estantería de su despacho, se habría aplicado a la tarea de interpretar algún pasaje dificil. Manuel Sanz Morales

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Myrtia η" 20, 2005 Enzo Degani, ΑΙΩΝ, Bolonia, Patron Editore, 2 0 0 1 Bolognesi di Filologia Classica. Studi, 5), 75 pp., 7,75 € .

(Eikasmós.

Quadern

Esta obra de E n z o Degani aparece en la colección h e r m a n a de Eikasmós la revista que él m i s m o fundó en 1990 y que, después de publicar 14 n ú m e r o s , se ha hecho un h u e c o importante en el p a n o r a m a de la filología clásica italiana e internacional. L a colección, a s i m i s m o , ha publicado otras obras de indudable interés que son fruto de la escuela de helenistas radicada en Bolonia y formada principalmente en t o m o a Degani. Fallecido el maestro en abril de 2 0 0 1 , la grave pérdida para la filología clásica que supuso su muerte q u e d a u n p o c o atenuada gracias a la aparición, meses d e s p u é s , de este libro. El t i e m p o ha d e p a r a d o irónicamente, q u e la obra de Degani termine enlazando con su c o m i e n z o , al m o d o de la Ringkomposition tan querida de la poesía arcaica griega, y que el círculo se cierre c o m o se abrió, en t o m o a u n o de los n o m b r e s q u e el propio tiempo adopta en t o m o a α ι ώ ν . L as siguientes líneas intentan describir y valorar, sin duda con más pobreza de la que merece, la evolución de un α'ιών al otro α ι ώ ν .

En 1958, a la edad de 24 años y bajo la supervisión de Cario D i a n o defendía Enzo Degani su tesi di laurea en la Universidad de Padua, publicada bajo los auspicios d e la propia Universidad tres años después. Su título, ΑΙΩΝ da Omero ad Aristotele (Florencia, Olschki, 1961). El libro revelaba e m d i c i ó n y madurez p o c o c o m u n e s , y dio a su j o v e n autor u n prestigio que el t i e m p o y nuevas publicaciones sólo incrementarían.

La obra se dividía en tres partes, dedicadas, respectivamente, a la poesía la filosofía y la religión, con u n a conclusión final, seguida d e un apéndice, en el que se comentaba, y en gran m e d i d a se rebatía, el libro de R . B . O n i a n s , The Origins of European Thought, aparecido p o c o s años antes. E n cada parte se realizaba un estudio cronológico del vocablo α ι ώ ν . Sobre esta base, en la n u e v a obra que ahora nos toca j u z g a r el autor reorganiza el material en dos sentidos. Por una parte, adopta u n a única estructura cronológica, lo q u e permite apreciar mejor cuál ha sido la evolución de α ι ώ ν a lo largo de todo el p e n s a m i e n t o griego. P o r otra parte, p r o c e d e a una doble modificación del contenido, c o n s e r v a n d o en primer lugar todo lo esencial p a r a entender correctamente la evolución del concepto, actualizándolo conforme a la bibliografía reciente. Junto a esto, exfiende el c a m p o de estudio al griego tardío, especialmente a las Sagradas Escrituras y la literatura crisfiana. D e tal manera, el libro tiene dos n u e v o s capítulos, 8. Equivoci postplatonici: le Sacre Scritture, y 9. Controversie patristiche, que amplían y completan el conjunto.

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En consecuencia, la obra original, que c o m p r e n d í a 161 páginas, con un total de 225 notas (incluido el apéndice ya m e n c i o n a d o ) , queda reducida a una síntesis de 75 páginas con 57 notas, pero parte del material es n u e v o y el resto está revisado y actualizado, c o m o h e m o s dicho. Los diferentes capítulos, 10 en total, recorren autores fundamentales de la c u h u r a griega (principalmente H o m e r o , P i n d a r o , Eurípides, E m p é d o c l e s y Heráclito, Platón y los neoplatónicos, Aristóteles), p a r a adentrarse d e s p u é s en La divinizzazione (cap. 7), con todo el aparato d e influencias orientales, pasar después al m u n d o cristiano y terminar con un colofón Chronos ed Aion (cap. 10), que analiza el concepto de χ ρ ό ν ο ς , lo c o m p a r a con α ι ώ ν (no obstante, esta comparación está implícita de hecho en toda la obra), y sirve de síntesis final. Asistimos a la interesantísima evolución del término, desde el valor atemporal que tiene en H o m e r o , la " v i d a " en cuanto "fuerza vital", y n o considerada en su duración (α'ιών a b a n d o n a al h o m b r e que m u e r e de forma m u y similar a c o m o lo hace ψ υ χ ή ) , hasta el valor de " t i e m p o infinito" q u e e n c o n t r a m o s en Aristóteles (véase su definición en Caei. 2 7 9 a 22-8). D i g a m o s c o m o curiosidad que al m e n o s ya desde el filósofo de Estagiro se establece u n a equivalencia α'ιών = α'ιεί ώ ν , que etimológicamente es falsa, pero semánticamente correcta. Degani p o n e énfasis en la gran importancia que tiene P latón para la evolución semántica del término. Hasta P latón, el p r o b l e m a del fiempo se presentaba episódicamente, mientras que a partir de él se trata críticamente, relacionándolo a d e m á s con el problema de la eternidad. P latón contrapone así (Tim. 37c-38c) dos formas de tiempo: la puntual extratemporalidad de α ι ώ ν y la temporalidad múltiple de χ ρ ό ν ο ς (p. 37). El primero es u n eterno presente, carece de divisiones temporales; el segundo, en c a m b i o , no c o n o c e la estabilidad del " e s " , carece de u n verdadero presente, es el fiempo del devenir. Se explica a partir de aquí el valor de "eternidad" que adquiere α'ιών para la filosofía postplatónica en general, así c o m o su valor, para la teología cristiana, de tiempo sin fin hasta la Resurrección (no es el único pero sí u n o de los principales: para Juan de D a m a s c o , α ι ώ ν es π ο λ ύ σ η μ ο ς , π λ ε ί σ τ α γαρ σ η μ α ί ν ε ι , c f p. 59). ε ι ς α ι ώ ν α ς τ ω ν α ι ώ ν ω ν , podríamos decir. Es de admirar en este libro, y ya lo era en el anterior, la erudición de Degani, pero también la concisión en la expresión, a d e m á s de la precisión del lenguaje, que es hija de la claridad de ideas. P e s e a que el asunto es a veces abstruso, el libro se sigue bien, con intensidad y atención, lo que d e b e m o s anotar en el haber de su autor. Es de agradecer también que casi todos los textos griegos aparezcan a c o m p a ñ a d o s de u n a traducción italiana, ya que n o pocos de ellos son difíciles y oscuros. "Diabolico v o c a b o l o " llama Degani (p. 55) a α ι ώ ν , n o sin motivo.

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La n u e v a obra no sustituye a la anterior, que sigue teniendo valor e interés, pero la corrige en parte y, sobre todo, la completa. D e tal manera, nos encontramos ante un conjunto de dos obras que en realidad son u n a sola, constituyendo u n o de los estudios de u n término, y de los conceptos q u e éste designa, más c o m p l e t o s , profundos y estimulantes que se han h e c h o en el terreno de la filología griega. Filología en estado puro y del m á s alto nivel, p e r o también un bello ejemplo de cómo filología y p e n s a m i e n t o c a m i n a n de la m a n o , desbrozando la primera el c a m i n o para que el segundo avance sin obstáculos. Si la filología tiene c o m o fm último a y u d a m o s a c o m p r e n d e r lo mejor posible u n a civilización, he aquí u n magnífico ejemplo de filología.

M a n u e l Sanz M o r a l e s

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Myrtia n" 20, 2005 Esquilo, Sófocles, Eurípides, Obras completas, traducción, introducción, notas y apéndices de varios autores bajo la coordinación de Emilio Crespo, M a d r i d 2 0 0 4 (Cátedra) La edición de todas las tragedias griegas de Esquilo, Sófocles y Eurípides que se han conservado completas, traducidas al español en un solo v o l u m e n , es una excelente idea desde el punto de vista editorial, y a q u e de manera sencilla y cómoda acerca el teatro clásico al gran público n o especialista. Se inserta, además, en una colección que reúne las obras completas de otros autores de la literatura universal, cuyos v o l ú m e n e s publicados hasta ahora corresponden a Becker, Cervantes, A . C . Doyle, M e l é n d e z V a l d é s , Mihura, Montaigne y Virgilio. Las traducciones son las publicadas p r e v i a m e n t e en la colección Letras Universales, de la m i s m a editorial Cátedra: la de Esquilo de J.Alsina, la de Sófocles de J. Vara, y la de Eurípides de J.A. López Férez y J.M. Labiano. Se h a despojado a esas traducciones del conjunto de notas a pie de página, que han sido llevadas al final del libro, en u n apartado específico. Pero la m a y o r originalidad del libro es la de presentar ordenadas las tragedia en función del orden cronológico del mito, en vez de por autores y p o r la cronología de las m i s m a s dentro del apartado correspondiente a c a d a autor. Ciertamente esta ordenación presenta sus dificultades, p o r lo que se dedica un capítulo de la introducción a justificar este orden concreto, en función de la variante del mito que aparece en la tragedia y del ciclo en el que se inserta el tema: dioses (Prometeo), estirpes (Ion, Suplicantes), dioses que se incorporan m á s tarde al panteón griego (Bacantes), héroes (Jasón y los argonautas, Medea; Teseo, Hipólito; ciclo tebano, Heracles, ciclo troyano) y h e c h o s históricos (Persas). N o obstante, al inicio de la traducción de cada tragedia se m e n c i o n a su fecha de representación. Es un criterio de ordenación tan válido c o m o el tradicional, p o r autores y cronología dentro de cada u n o de ellos, con la ventaja de que resulta más asequible al público lector n o especialista en Filología Clásica, p e r o con conocimientos de mitología griega. La traducción de las tragedias va precedida por u n a amplia introducción, en la que se enumeran las características del libro, y una serie de apartados dedicados al género de la tragedia: "el teatro y las representaciones dramáticas en la Atenas clásica", redactado p o r L . M . Maclas; "el género literario de la tragedia griega clásica", redactado por Emilio Crespo; "los mitos y la tragedia griega clásica", redactado por M.E. R o d r í g u e z Blanco; "la tragedia griega clásica y la sociedad ateniense", redactado por Emilio Crespo; "noticias biográficas sobre Esquilo Sófocles y Eurípides", redactado por L. Conti; "tradición y recepción de

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los mitos trágicos", redactado por R. L ó p e z Gregoris, y "la ordenación de las obras de este libro", redactado por E m i l i o Crespo. Le sigue un breve apartado de agradecimientos y u n a bibliografía clasificada en función de cada u n o de ellos a los capítulos de la introducción. Cada tragedia va precedida de u n a presentación, donde se e x p o n e el tema de manera detallada, con indicación del desarrollo de la trama en las diferentes partes d e la tragedia y sus correspondientes versos, y se h a c e una valoración del tratamiento del tema, autor y época. En la traducción se distinguen las partes cantadas de las recitadas por el tipo de grafía, redonda para las recitadas, cursiva para las cantadas y óptima para las salmodias. A d e m á s , se señala al m a r g e n el n ú m e r o del verso cada cinco del original griego.

El libro acaba con u n o s anexos: cuadro sinóptico histórico-cuhural, mapas, notas a las traducciones y u n índice de n o m b r e s propios, d o n d e se acompaña una explicación de c a d a u n o y de las obras y el verso concreto en que aparecen. Las traducciones, c o m o h e m o s indicado antes, están ya publicadas desde hace algunos años y, aunque cada traductor mantiene su propio estilo, son fiables y modernas. La novedad, por tanto, aparte de la publicación en conjunto de los tres trágicos, está en la ordenación en función del t i e m p o mítico de cada una de las tragedias y en la introducción, q u e es u n a magnífica presentación de la tragedia griega, a m e n a y fácil de seguir para el n o especiahsta, y, a la vez, útil para los estudiantes de Filología Clásica, al exponer de m a n e r a clara y esquemática las cuestiones básicas para el conocimiento de la tragedia griega: descripción de las partes del teatro, la representación de las obras y las evoluciones de actores y coro, procedimientos para la escenificación y las distintas fuentes para su conocimiento, fiestas en las que se representaban las tragedias, la organización de esas fiestas y de los concursos trágicos, la evolución de la tragedia y la reducción del papel del coro, la regulación de las representaciones y la aparición de actores profesionales, p r e m i o s , vestuario y caracterización de los actores, estructura de la tragedia y características de cada una de sus partes, tratamiento de los t e m a s , aproximaciones al c o n c e p t o de mito y su relación con la leyenda y el cuento, el papel del m i t o en la tragedia y en los géneros previos, para acabar con unas notas biográficas sobre cada u n o de los tres trágicos, breves pero suficientes para entender las circunstancias en que se movía cada uno de ellos, y un capítulo dedicado a la recepción de los mitos trágicos, que, por fuerza, tiene que limitarse a pinceladas generales, entre las que son m á s numerosas las que se refieren a la literatura francesa, pero también con referencias a la española, la inglesa, al cine y, en m e n o r medida, a la alemana. En suma, p e n s a m o s que es u n a obra m u y útil, tanto por presentar unas traducciones de las tragedias griegas d e gran calidad y actuales, a la vez que

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constituye una excelente introducción al género de la tragedia griega para un público amplio.

Antonio Lillo

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Myrtia n" 20, 2005 Antología de textos jurídicos 4 6 0 - 1 4 7 2 - 6 (399 págs.).

de Roma,

X a v i e r d ' O r s . Ed. Akal 2 0 0 1 . ISBN 8 4 -

A u n q u e la más importante contribución del p u e b l o romano a la cultura universal fue su legado jurídico, el conocimiento del m i s m o r a r a m e n t e traspasa las fronteras de un reducido círculo de especialistas, o, a lo sumo, del de algunos estudiosos del D e r e c h o vigente, que, a veces, se r e m o n t a n a él, con m a y o r o m e n o r tino, buscando en el p a s a d o los fundamentos del presente. N o sería j u s t o reprochar a los filólogos e historiadores de la A n t i g ü e d a d el que n o aprovechen más la rica cantera del pensamiento j u r í d i c o r o m a n o , p u e s t o que se trata de un acervo difícilmente abarcable por su vasta amplitud y, sobre todo, casi inasequible al profano por su compleja técnica. Es la grandeza y la servidumbre del D e r e c h o R o m a n o : se le r e c o n o c e u n á n i m e m e n t e c o m o el m á s brillante y persistente logro de aquel pueblo, pero, salvo escasas excepciones, es p o c o tenido en cuenta por quienes se dedican, con rigor y profundidad, al estudio de la Cultura y la Historia de R o m a . C o m o h e m o s apuntado, n o d e b e s o r p r e n d e m o s esta paradoja, que, por lo d e m á s , no es nueva. Ya en la R o m a antigua se aprecian algunos indicios de este "aislamiento". Mientras que los j u r i s p m d e n t e s solían estar integrados en la elite cuhural de su tiempo y poseían, por lo general, una notable información sobre Literatura, Filosofía, o Retórica, los c u h i v a d o r e s de estas disciplinas, p o r el contrario, apenas tenían unas nociones m d i m e n t a r i a s sobre los intrincados t e m a s jurídicos y, con frecuencia, los malinterpretaban.

Por todo lo antedicho hay que agradecer la iniciativa del P r o f X a v i e r d ' O r s , Catedrático de Derecho R o m a n o en la Universidad Compostelana, al ofrecer u n a Antología de textos jurídicos de R o m a , n o dirigida a especialistas, sino a quienes, siendo profanos en D e r e c h o , estén interesados por la c u h u r a clásica. C o n o c i e n d o el altísimo nivel científico de tantos estudiosos del M u n d o Antiguo en nuestra Patria, estamos seguros de que la lectura de estos fragmentos les permitirá saborear este fmto, quizás el m á s s a z o n a d o q u e produjo el fecundo árbol r o m a n o , pero que tan áspero y esquivo se muestra a primera vista.

N o es tarea fácil la realización de una Antología c o m o ésta. C o m o bien explica el Autor en la Introducción, el primer problema es el de la selección. Si p e n s a m o s que, después de las m u y n u m e r o s a s pérdidas de textos que debieron producirse, y de las podas, supresiones y simplificaciones que se operaron en la transmisión de los que sobrevivieron, nos ha llegado un conjunto de fragmentos estrictamente jurídicos tan dilatado que en toda una vida n o es posible ni siquiera reflexionar s o m e r a m e n t e sobre todos ellos, c o m p r e n d e r e m o s el arduo trabajo que supone escoger en tan inabarcable piélago algunos ejemplos, que p u e d a n

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proporcionar al lector una idea aproximativa de las trazas de aquel i n m e n s o monumento. Por otra parte los fragmentos, en especial los jurisprudenciales, hacen constantes referencias a conceptos y categorías desconocidas por el no jurista, y para posibilitar su comprensión, es preciso realizar, c o m o hace el Autor, un considerable esfuerzo explicativo en las notas a pie de página. Pero n o ha querido limitarse el P r o f D ' O r s a presentar una colección de textos estrictamente jurídicos, sino q u e ha incluido algunos otros que, sin serlo, aportan datos de interés sobre el D e r e c h o de R o m a . Así sucede con el "testamento político" de Augusto, las Res Gestae divi Augusti, en d o n d e el E m p e r a d o r narra sus peripecias y suministra claves para entender la solapada, y, al decir de M o m m s e n , "hipócrita", mutación constitucional que supuso el Principado, o con el sabroso diálogo entre el filósofo F a v o r i n o y el jurisconsulto Sexto Cecilio Africano, extraído de la Noctes Atticae de Gelio, que trasluce ese " a i s l a m i e n t o " del pensamiento jurídico, al que aludíamos m á s arriba. Por las páginas de esta antología desfilan, c o m o en un "trailer" cinematográfico, m u c h o s testimonios de la multisecular experiencia j u r í d i c a del pueblo romano: conceptos básicos, estructuras políticas y las diversas fuentes de producción del Derecho, desde los tiempos republicanos, hasta el Imperio de Justiniano. Cada apartado viene a c o m p a ñ a d o de u n a breve, pero útilísima, introducción explicativa y una concisa relación bibhográfica básica. Habría sido deseable que los textos apareciesen a doble columna, en latín y en español, pues para los lectores n o especialistas n o será fácil disponer de la versión latina. Estamos seguros de que también el A u t o r lo habría querido así, pero, sin duda, razones de economía editorial n o lo han h e c h o posible. N o se trata, quede claro, de desconfianza sobre la traducción, pues la autoría del P r o f d ' O r s es una garantía m á s que sobrada de su exactitud. Pero u n o echa de m e n o s el placer de leer los textos en su propia lengua y, sobre todo, piensa que se ha sustraído a los lectores no juristas la posibilidad de descubrir c ó m o la vieja lengua del Lacio alcanza en los fragmentos jurídicos sus más altas cimas de sobriedad, precisión y concisión. Pese a ello se trata de un libro que, en su aparente sencillez, hace honor al ilustre apellido de su Autor. C o m o se afirma en el Quijote, cada uno es hijo de sus obras, y el Profesor c o m p o s t e l a n o lo es de su prestigiosa trayectoria científica. Pero, en su caso, confluye también el magisterio paterno del recientemente desaparecido Maestro, D o n Alvaro d ' O r s , de quien tanto h e m o s aprendido y que siempre r e c o m e n d a b a " n o apartarse de las fuentes".

Antonio Díaz Bautista

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Myrtia n" 20, 2005 M. M a r c o s Celestino, La Religión romana arcaica. Una propuesta para su estudio, M a d r i d 2004, Signifer Libros (266 pp.).

metodológica

C o m o sostuviera el célebre científico Pasteur, las ciencias están implicadas entre sí de tal m o d o que es mejor estudiarlas todas j u n t a s que tratar de seccionarlas. Partiendo de dicha premisa c o m o desideratum que comparte sin duda el espíritu que guió a los Humanistas, y sin perder de vista nuestra naturaleza h u m a n a imperfecta en el sentido etimológico del término, considero que d e b e m o s c o n g r a t u l a m o s ante un estudio c o m o el presente, que constituye una obra de referencia indispensable en el c a m p o de la religión r o m a n a arcaica, p o r cuanto integra distintas materias estrechamente relacionadas -Antropología, Filología y Arqueología e Historia-, a la p a r que enfoques tan diversos cual son el fenomenològico y el historicista, consiguiendo arrojar luz sobre u n a disciplina de la complejidad de la Religión. Consta la obra de tres capítulos, dedicados respectivamente a la Antropología, la Filología y, p o r último, la Arqueología y la Historia, a propósito de cada una d e las cuales se nos ofrece un magnifico estado de la cuestión, especialmente en el caso de la Antropología. Ya en la introducción queda claro el intento de sistematizar y delimitar el alcance de las distintas disciplinas evitando su parcelación, y a lo largo de las 266 páginas que c o m p o n e n la monografía la autora insiste en la idea de que el análisis del tema d e b e ser múltiple, puesto que la c o m p l e m e n t a r i e d a d de aquéllas h a c e imprescindible recurrir a su análisis y deja patente la necesidad de un estudio integrador de los distintos aspectos abarcados por la religión r o m a n a , m á x i m e c u a n d o en su etapa arcaica, que es precisamente aquella en la que se centra la obra, la dificultad para encontrar d o c u m e n t o s escritos es m a y o r . Con u n estilo impecable, M a r c o s Celestino a b o r d a con maestría el tema, sembrando de datos la obra. Ú n i c a m e n t e se echa de m e n o s un índice que recoja las abundantes fuentes mencionadas y que contribuiría a dar consistencia al capítulo filológico, sin que ello implicara m e n o s c a b o de los que con él comparten volumen. Las notas, abundantes y d o c u m e n t a d a s , n o se limitan a ofrecer referencias bibliográficas, sino que aportan a la obra interesantes detalles que enriquecen su conjunto. N o obstante hay dos casos concretos (n.72, p . 4 9 , y n. 210, p. 196) donde considero que debería incorporarse al cuerpo de la m i s m a su contenido. La b r e v e d a d de las conclusiones {intelligenti pauca) n o justifica la inclusión de la nota 137 en la página 2 3 7 , d o n d e la autora recoge literalmente, c o m o ella m i s m a señala, un párrafo íntegro de la página 165. La clara y precisa

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delimitación del tema conlleva necesariamente que éstas sean concisas. Completa el estudio una amplísima y oportuna bibliografía -en la que se agradecería una clasificación por apartados q u e estructurara sus m á s de 900 títulos-, que a la vez que dan idea c u m p l i d a de lo d o c u m e n t a d o del m i s m o proporcionan material más que suficiente para satisfacer la curiosidad que despierta su lectura. Se aprecia una magistral conjugación de exhaustividad y claridad expositiva, que j u n t o al planteamiento deductivo e m p l e a d o h a c e de ésta una obra válida tanto para el especialista c o m o para aquél que se acerque a su lectura movido por el interés en la antigua R o m a , tal c o m o corresponde a una obra digna de una colección de la categoría de Signifer. En definitiva, nos encontramos ante u n a magnífica visión de conjunto, que cumple con creces el m o d e s t o objetivo m a r c a d o en el subtítulo y c u y a m a y o r y mejor cualidad reside en el hecho de que se trata de u n estudio integrador y profundo, en el que j u n t o a los datos se nos ofrece una apreciación subjetiva de los m i s m o s que contribuye a enriquecer el estudio con las atinadas opiniones de su autora. C o m o ella m i s m a reconoce: "los resultados n o serán en m o d o alguno definitivos". Sin duda este enunciado p u e d e aplicarse a cualquier estudio que ataña al m u n d o antiguo, y, lejos de representar la expresión de un fracaso, constituye a mi parecer la base sobre la que se asienta la grandeza de las H u m a n i d a d e s , el estímulo que nos m u e v e a tratar d e hallar respuesta a interrogantes universales utilizando m é t o d o s científicos y siendo a u n t i e m p o conscientes de que únicamente c o n s e g u i r e m o s a p r o x i m a m o s , sin lograr j a m á s descrifrarlos del todo, a hechos y realidades tan sugerentes c o m o inaprensibles. Confío en que pronto M a r c o s Celestino nos deleite con u n a n u e v a monografía que venga a sumarse a las dos aparecidas hasta el m o m e n t o en esta editorial.

Rosario Guarino Ortega

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Myrtia n" 20, 2005 Pina Polo, F., Marco

Tulio Cicerón,

Barcelona 2 0 0 5 , Editorial Ariel, 4 4 6 páginas.

"Agradecido, leal, diligente, escrupuloso, constante, trabajador, m o d e r a d o , íntegro, sincero, h u m a n o , afable, m i e d o s o , cauto, v a n i d o s o . . . " (p. 420). Con estos adjetivos califica el profesor P i n a al final de su libro la personalidad de uno de los h o m b r e s m á s influyentes de todos los tiempos: M a r c o T u h o Cicerón. Innumerables han sido las líneas escritas en t o m o a la vida y obra de este abogado, político, filósofo, orador latino, del cual, en contraste con otros m u c h o s personajes históricos, nos ha llegado cuantiosa y detallada infomiación. Junto al importante legado q u e supone la conservación d e su nutrida obra, hay q u e añadir los datos aportados por sus c o n t e m p o r á n e o s y p o r escritores posteriores, c o m o Salustio, Tito Livio, Plutarco o A p i a n o . A s i m i s m o , a d e m á s de t o d o lo que el Arpíñate escribió públicamente, d e s e m p e ñ a un papel fundamental en el estudio de su vida la abundante correspondencia privada que m a n t u v o con sus m á s allegados. Con todo este aluvión de datos biográficos, cabe formarse una idea pormenorizada de todos los p a s o s que dio Cicerón, sus motivaciones ú l t i m a s y sus más íntimos p e n s a m i e n t o s .

A partir, p u e s , de todos los datos de que disponemos en la actualidad, el profesor Pina Polo acaba de publicar una biografía completísima de la vida del eminente político r o m a n o . El lector tiene en sus m a n o s u n a descripción profunda y perspicaz de toda la vida y obra de M a r c o Tulio Cicerón. El relato c o m i e n z a desde el nacimiento de nuestro personaje y termina con su muerte. En estricto orden cronológico se presentan todos y cada u n o de los m o m e n t o s vividos por el Arpíñate, año a año, m e s a m e s , día a día e incluso hora a hora: sus primeros estudios, sus p r i m e r o s maestros, sus primeros juicios, sus inicios e n la vida política romana, su ascenso al consulado, su exilio, sus dudas en la guerra civil, sus invectivas contra M a r c o A n t o n i o y finalmente su asesinato. Capítulo a capítulo, el profesor Pina se esfuerza por desentrañar todos los detalles que jalonaron la vida del Arpíñate, incluyendo excursus explicativos sobre la R o m a del siglo 1 a.C. siempre que los considera necesarios. Por esta razón, el libro n o es sólo una biografía del afamado político, sino también una auténtica monografía de la primera mitad del siglo I a.C. E n c o n t r a m o s así aclaraciones sobre aspectos sociales, jurídicos, electorales, históricos, financieros, religiosos, etc. El carácter divulgativo de la obra de Pina se h a c e más patente ante la ausencia total de notas técnicas a pie de página, que tan sólo dificuharían su lectura. A s i m i s m o , al final resultan s u m a m e n t e útiles el índice de personajes tratados (pp. 4 3 9 - 4 4 6 ) y una cronología detallada de la vida de Cicerón, año a año (pp. 4 2 3 ^ 3 2 ) , así c o m o de la Historia general de la R o m a del siglo I a.C. Pero también se p r o p o r c i o n a al

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lector una selección, dividida por temas, de la inabarcable bibliografía m o d e r n a relacionada con el Arpíñate (pp. 4 3 3 ^ 3 8 ) . Para entender la compleja personalidad del orador latino se muestran en este libro m u c h a s de sus ideas. En su vertiente política, se evidencia u n claro pragmatismo, aprovechando éste desde su j u v e n t u d cualquier contingencia para llegar a las m á s altas magistraturas. H a y que reconocer q u e n o fue tarea fácil para un homo nouus conseguir sus objetivos. Su nacimiento en Arpiño y el h e c h o de no pertenecer a las grandes familias patricias de m a y o r prestigio en la época constituyeron factores que dificultaron su deslumbrante ascenso. Sin e m b a r g o , su persistencia y su firmeza le llevaron al punto m á s elevado del cursus honorum: el consulado. Tal vez fue su procedencia lo que le llevó a manifestar en ocasiones cierto complejo de inferioridad (muy interesante resulta el intento de análisis psicoanalítico de su persona de las páginas 4 0 7 a 414) intentando a cada m o m e n t o justificar sus actuaciones (principalmente durante su c o n s u l a d o del 63). En el ámbito personal, descubrimos u n Cicerón dubitativo, q u e pide en m u c h a s de sus cartas consejo a su a m i g o Ático o a su h e r m a n o Q u i n t o (con el que llegó a enemistarse); decepcionado por su indigno exilio; inquieto por el futuro de su patria; pero sobre todo p r e o c u p a d o por lo que de él diría la Historia. Es aquí donde se muestra una de sus m a y o r e s características: la vanidad. U n a y otra vez vemos c ó m o Cicerón se esfuerza por pasar a la Historia c o m o u n salvador de la patria. Así le habría gustado que le recordáramos: c o m o u n auténtico luchador p o r la gran República romana, de la libertad y de las leyes. Esto le llevaría en numerosas ocasiones a identificarse p l e n a m e n t e con el Estado (sufriendo lo que Pina llama "síndrome de l'Etat c'est mor, p. 254) y a m o s t r a r s e c o m o v e r d a d e r o paladín de las virtudes de sus antepasados. A u n siendo este propósito de Cicerón una pretensión exagerada, también es verdad que con él acaba una etapa en la historia de R o m a , la republicana, y con su muerte se escenifica el c o m i e n z o de un sistema en el que tan sólo u n o gobierna: el imperio. E n cuanto a su ideología, leemos numerosos textos en los que se vislumbra su republicanismo conservador, su opinión acerca de los griegos y su idea de superioridad del pueblo r o m a n o en relación con los otros pueblos, su idea, en definitiva, d e lo que debería ser el Estado romano. Quizás u n a de las m u c h a s virtudes del trabajo del profesor Pina sea el esfuerzo por basar todas sus afirmaciones en los textos conservados. De esta manera, cada pensamiento, cada decisión, cada duda d e Cicerón viene siempre corroborada por una carta a su a m i g o Ático o a su h e r m a n o Q u i n t o , una cita del De oratore o del De república, u n a frase o una palabra. En todas ellas v e m o s al hombre de Estado, p r e o c u p a d o por la conservación de su patria y en concreto de la República que él defiende, pero también a la persona, que siente y que duda, que teme y que también es frágil. Dentro, p u e s , de toda la complejidad de un

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siglo, el I a.C, fundamental en el devenir histórico, observamos los vínculos que Cicerón m a n t u v o con m u c h o s de sus c o n t e m p o r á n e o s : Catilina, P o m p e y o , César, Clodio, M a r c o Antonio, Ático, su h e r m a n o Q u i n t o , su mujer Terencia, su hija Tulia... En todo este maremagnum d e personajes tan sólo echaríamos en falta algún comentario acerca de sus relaciones con el filósofo Lucrecio o con el j o v e n Catulo. En definitiva, el libro del profesor P i n a h a c e justicia a la persona de M a r c o Tulio Cicerón, manifestando tanto luces c o m o sombras, virtudes c o m o defectos, honestidad c o m o cobardía. El ritmo trepidante de la vida del Arpíñate queda sin duda reflejado en las casi 500 páginas que el lector tiene ante sus ojos. Si bien es verdad que no todo en su carrera fueron aciertos (véase el origen de la "leyenda n e g r a " que sobre él inició M o m m s e n , p p . 4 0 1 ^ 0 6 ) , sí que es cierto que sin su existencia, la Historia de R o m a habría sido p e r o q u e m u y distinta.

Jorge Tárrega

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Myrtia n» 20, 2005 Carsten Peter Thiede, Jesus M ü n c h e n 2 0 0 4 , 4 1 6 pp.

und

Tiberius.

Zwei

Söhne

Gottes,

Luchterhand,

Q u e s t o ampio studio, di taglio e m i n e n t e m e n t e storico, si apre con un capitolo introduttivo che considera le fonti disponibili sulle due figure che qui vengono accostate c o m e nelle Vite Parallele di Plutarco e il cui tratto c o m u n e risiede nella presentazione di ciascuno dei due c o m e "figlio di D i o " - a l m e n o in Oriente, poiché in Occidente l'imperatore n o n è designato c o m e hyiòs theoù m a come filius divi {Einleitung: die Söhne Gottes und die Quellen, p p . 7-30). Opportuna appare la denuncia dell'isolamento in cui spesso si è confinata la ricerca neo-testamentaria e che l'A. tende a contrastare in opere c o m e la presente, che situa i resoconti evangelici nel contesto storico dell'impero r o m a n o . Qui in particolare, dal punto di vista metodologico, G e s ù è trattato allo stesso m o d o in cui lo è Tiberio, e dapprima è fornita una retrospettiva sul G i u d a i s m o ellenistico, la L X X , Filone (stimato da C l e m e n t e , Origene, A m b r o g i o , A g o s t i n o , e annoverato addirittura c o m e vescovo in alcune antologie bizantine). Paolo (il primo cittadino romano divenuto cristiano), il trilinguismo ebraico-aramaicogreco nel G i u d a i s m o israelita, le hairéseis di Farisei, Sadducei, Esseni, di cui dopo la caduta di G e r u s a l e m m e sopravvissero s o h a n t o i primi, anche se, c o m e giustamente ha ricordato G. Jossa, Giudei o Cristiani? I seguaci di Gesù in cerca di una propria identità, Brescia 2004, 52-55 e 166-70, non si p u ò documentare e valutare il farisaismo a partire dal successivo rabbinismo. Thiede cerca di ridurre l'opposizione tra Gesù e i Farisei, anche in base alla c o m u n e fede nella resurrezione, presente pure a Q u m r à n ( 4 Q 5 2 1 ) : ricordo che P a o l o stesso era u n fariseo, e Gamaliele, suo maestro, fariseo, difese notoriamente i Cristiani dalla persecuzione giudaica. Sulle hairéseis giudaiche, v o l u t a m e n t e assimilate da Giuseppe alle scuole filosofiche, cfr. L. Alexander, "Foolishness to the Greeks ": Jews and Christians in the public life of the Empire, in Philosophy and power in world, edd. G. Clark-T. Rajak, Oxford 2 0 0 2 , 229-50. II cap. 2, the Graeco-Roman "Wegen ausschweifenden Lebenswandels" (pp. 31-88), incomincia con il ricordare la gens Claudia, i m e m b r i della famiglia di Tiberio, e il padre adottivo di Tiberio, Augusto, cantato da Virgilio c o m e divino: m a già nel 30/29 a.C. P.Oxy. 1453 lo definisce "dio, disceso da un d i o " . L'attenzione si concentra poi sulla formazione di Tiberio e sul suo maestro T e o d o r o di Gadara, patria già di Menippo e di Filodemo, dove Gesù guarì u n i n d e m o n i a t o (Me 5, 1-20; M t 8, 2 8 34; Le 8, 26-39): l'A. contesta la preconcezione che n e g a storicità ai miracoli di Gesù e analizza attentamente questo, notando ad es. che il saluto del d è m o n e a Gesù è uguale alla forma della L X X in uso a G a d a r a e nella Decapoli; che il suo

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nome, " L e g i o n e " , è latino e ricorda probabilmente le truppe r o m a n e di stanza in quel luogo, e che in questo racconto c'è già l'equivalenza D i o - G e s ù , nell'esortazione al guarito a narrare " c h e cosa Dio ha fatto p e r t e " , laddove egli narra " c h e cosa G e s ù aveva fatto per lui". Segue uno studio sulle mogli di Tiberio, sulla situazione politica in Palestina prima dell'ascesa al trono di Tiberio, sulla coniazione delle prime m o n e t e giudaiche con l'immagine di u n a d o n n a e la dicitura loúlia Sebaste e sul m u t a m e n t o t o p o n o m a s t i c o da Bethsaida a Julia nel settembre del 30 d.C.: solo pochi mesi dopo la morte di G e s ù (7 aprile), eppure nessuno dei Vangeli chiama lulia la città, il che d e p o n e a favore della loro precisione e antichità. Si prosegue poi con la biografia di Gesù, c o m p r e s a la sua nascita virginale da Maria e la profezia di Is 7, 14, a proposito della quale l'A. discute il significato dell'ebr. alma, reso nella L X X con parthénos, e riflette sulla nascita molto precoce, nella Chiesa, dell'affermazione della verginità di M a r i a , che sarebbe potuta essere smentita facilmente dall'esistenza di fratelli di Gesù, che il Protovangelo di Giacomo (120-140 d.C.) considera figli di un p r i m o matrimonio di G i u s e p p e ; l'alternativa è che si trattasse di cugini. Sul t e m a mi limito a rinviare a M . Herranz M a r c o , La virginidad perpetua de Maria, M a d r i d 2000 (Studia Semifica Novi Testamenti, 9). Giustamente l'A. ricorda l'importanza dei parenti terreni di G e s ù protrattasi per secoli, richiamata r e c e n t e m e n t e anche da m e in "1 parenti terreni di Gesù: note in margine a u n a recente scoperta epigrafica", Vet. Chr., 40, 2 0 0 3 , 3 3 9 - 3 5 5 , e l'eccezionalità della scelta celibataria di Gesù entro il Giudaismo, particolarmente enfatizzata in M t 19, 12 e parallela c o m u n q u e a quella di Paolo e degli Esseni (cfr. Thiede, Paul, cap. 1, con la mia ree. in Archaeus, 8, 2 0 0 4 , n. 1). 11 cap. 3, Im Osten nur Neues: Varus, Tiherius, und die Jugend des Jesus (pp. 89-146), rievoca i dubbi sull'esistenza storica di Nazareth, non attestata in fonti extra-bibliche, dove ancora d o p o il 200 v i v e v a n o membri della famiglia di Gesù; analizza il valore di Nazarenos nel titulus crucis e la designazione dei Crisfiani c o m e nozrìm in ebraico a n c h e oggi. Segnalo che gli appellativi di G e s ù " N a z a r e n o " e " N a z o r e o " sono a m p i a m e n t e studiati, a n c h e in rapporto a Nazareth, da M.-L. Rigato, / / Titolo della Croce di Gesù, R o m a 2 0 0 3 , 29; 51-97. Si insiste sull'attività di costruttore di G i u s e p p e , tékton, non "falegname", ed è avanzata l'ipotesi che M a r i a dovette seguire G i u s e p p e per il censimento, nonostante le sue condizioni, poiché doveva registrarsi separatamente in quanto per il diritto romano G i u s e p p e figurava come suo tutore, e inoltre è possibile che ella avesse ereditato dal padre in quanto sorella più anziana, in assenza di fratelli. L'A. insiste che la famiglia di G e s ù n o n viveva affatto in povertà, che egli stesso doveva essere fornito di denaro per la sua missione, che i suoi discepoli ad es. avrebbero potuto spendere 200 denari ( M e 6, 37), la paga annuale di un legionario r o m a n o ; a n c h e l'offerta di due c o l o m b e al T e m p i o in Le 2, 22-24 non è indice di povertà. Sono evocati gli incontri di G e s ù con i soldati

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romani, da quelli del drappello m a n d a t o ad arrestarlo al centurione di M t 8, 5-13, e, parallelamente, la vicenda di V a r o , già legatus pro praetore nel 6 a.C. in Siria, di Sabino, e della disfatta di Teutoburgo: all'indomani intervenne sul posto Tiberio. Il cap. 4, Meuterer und Rebellen: Der Kaiser und seine Gegner von Gallien bis Judäa (pp. 147-180), richiama la successione di Tiberio ad A u g u s t o , e la titolatura da lui ereditata, con u n confronto rispetto a quella di Gesù. L'A., a differenza di vari critici m o d e r n i , ritiene che fin dall'inizio della sua predicazione Gesù fosse consapevole della propria figliolanza divina, mentre, anche a prescindere dalla formula giovannea "prima che A b r a m o fosse. Io S o n o " , la professione di fede di Pietro a Cesarea rivela chiaramente questa consapevolezza; qui il "Messia, figlio del D i o v i v e n t e " si contrappone alla definizione degli imperatori c o m e figli di dèi o uomini divinizzati ("Divus e Deus negli autori del I secolo d . C " , Rend 1st. Lomb., 134, 2 0 0 0 , 125-49), che tuttavia sono morti. Il messaggio è ancora più efficace in quanto il luogo della p r o c l a m a z i o n e è accanto al tempio del divinizzato A u g u s t o . In una sezione successiva, di stampo letterario, è ribadita l'autenticità di IPt e 2Pt (sostenuta dall'autore in Erster Petrusbrief e in Das große Bibellexikon, III, W u p p e r t a l - G i e ß e n 1990", Zweiter Petrusbrief, 1169-1174; Simone Pietro dalla Galilea a Roma, tr. it., M i l a n o 1999, cap. VII), datate rispettivamente al 59 e al 62, o per lo m e n o l'assenza di e l e m e n d che costringano a considerarle necessariamente apocrife. N e l cap. 5, "Der Frieden sollte gewahrt bleiben": Gegen Jesus und Sejan (pp. 181-236), è affrontato in primo luogo il rapporto tra Cristo e la Legge, riassunto sotto le parole di M t 5, 17: " N o n sono venuto per abolire, m a per compiere", enfatizzate opportunamente anche da Jossa, Giudei cit., che n e g a una reale avversione di Gesù alla Legge, il che ha molta importanza anche riguardo all'atteggiamento del Cristianesimo delle origini verso la Legge e alla sua prima differenziazione rispetto al G i u d a i s m o , discussa di recente ad es. da D u n n , J.D.G., The Parting of the Ways between Christianity and Judaism, London-Philadelphia 1 9 9 1 ; Id., ed., Jews and Christians: The Parting of the Ways A.D. 70 to J35, T ü b i n g e n 1992; S.C. M i m o u n i , Le judéo-christianisme ancien, Paris 1998; D. Marguerat, éd.. Le déchirement. Juifs et chrétiens au premier siede, Paris 1996; G. F i l o r a m o - C. Gianetto, edd., Verus Lsrael. Nuove prospettive sul Giudeo-cristianesimo, Brescia 2 0 0 1 ; M. Pesce, " Q u a n d o nasce il Cristianesimo?", Ann. St. Eseg., 20, 2 0 0 3 , 3 9 56. È ricordata la scena del tributo a Cesare, riconosciuto c o m e legittimo da Gesù, oltretutto su una moneta in cui - in base ai rinvenimenti numismatici in Palestina del tempo di Tiberio - c o m p a r i v a l'imperatore con la scritta hyiòs theoù, avversata in 4 Q 2 4 6 (Thiede, Die Messias-Sucher, Stuttgart 2 0 0 2 , 2 3 2 - 2 4 8 ) ; i Giudei pii pregavano per l'imperatore; nel T e m p i o di G e r u s a l e m m e si facevano offerte due volte al giorno per lui. Tuttavia Gesù, distinguendo tra C e s a r e e Dio, fa capire che

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Dio non è l'imperatore né il padre dell'imperatore. Così P a o l o r a c c o m a n d a obbedienza alle autorità ( R m 13, 7), e Pietro esorta a rendere onore a C e s a r e ( I P t 2, 13-17), m a il timore e l'adorazione solo a Dio. L'A. h a ragione di richiamare il discorso di Tiberio che pregava gli dèi di fargli sempre riconoscere i limiti tra l'umano e il divino (Tac. Ann. 38, 3). Sono analizzati quindi l'opposizione a Tiberio, l'ostilità delle fonti, specialmente Tacito, oggi ridimensionata in una rivalutazione dell'imperatore, il periodo di Sciano, il suo possibile influsso su Pilato (secondo S.G.F. Brandon, Religion in Ancient History, L o n d o n 1973, 2 5 9 , non sarebbe provata u n a connivenza tra Pilato e Sciano). N e l cap. 6, Nach dem Leben ist vor dem Leben: Wie stirbt ein Sohn Gottes? (pp. 237-302), è presa in e s a m e la d o c u m e n t a z i o n e di cui d i s p o n i a m o su Pilato, dai Vangeli a Filone a Giuseppe a Tacito, oltre a Giustino e a Tertulliano, che parlano di u n a sua relazione a Tiberio sul processo di Gesù, i suoi miracoli e i suoi seguaci, certamente distinta d a quella che a b b i a m o oggi in calce alle apologie di Giustino (sulla tradizione cristiana relativa a Pilato d o c u m e n t a z i o n e nel m i o Possibili tracce della conoscenza della religione cristiana nei romanzi antichi?, in Potere e religione nel Mediterraneo antico. Atti del C o n v e g n o della Società Italiana di Storia delle Religioni, R o m a , 2 8 - 2 9 ottobre 2 0 0 4 , in stampa). È analizzata l'epigrafe di Cesarea - dove stazionava la coorte italica di Cornelio: il T i b e r i e u m dedicato dal prefetto Pilato era un piccolo edifìcio di culto al filius Divi secondo l'A., che integra incolis, anziché nautis c o m e G. Aiföldy, secondo cui era u n faro (oggi cfr. Zwei römische Statthalter im Evangelium, in / / contributo delle scienze storiche alla interpretazione del Nuovo Testamento. Atti del C o n v e g n o , R o m a , 2 6 ottobre 2 0 0 2 , a c. del Pontificio C o m i t a t o di Scienze Storiche, in stampa). C r e d o che r i m a n g a n o aperte entrambe le possibilità. Sono studiati alcuni attriti tra Pilato e i Giudei, c o m e nel caso della costruzione dell'acquedotto finanziata dal tesoro del tempio, apertogli da Caifa. A p . 259 l'A. accetta la data 52-60 d.C. per la procuratela di Antonio Felice in Giudea, che probabilmente va anticipata di qualche a n n o : cfr. d a uUimo il mio " L e procuratele di Felice e di Pesto e la venuta di Paolo a R o m a " , in stampa nei Rend. Ist. Lomb. D o p o l'influsso di Trasillo e i processi di maiestas sotto Tiberio, l'A. studia il processo di Gesù di fronte al sinedrio con l'accusa di bestemmia, d a punirsi con la lapidazione (Lv 24, 16), e il valore dell'espressione "flglio di D i o " nella tradizione giudaica; quindi il p r o c e s s o di fronte a Pilato c o m e cognitio extra ordinem, per maiestas, di cui Pilato non ritiene colpevole Gesù. L'A. richiama l'attenzione sulla consistenza della minaccia giudaica di una denuncia di Pilato a Tiberio di non essere philos toù Kaisaros, su cui insiste anche M . Sordi, / Cristiani e l'Impero romano, M i l a n o 2004", 2 3 , ricordando che già in precedenza u n a simile denuncia aveva fatto sì che Tiberio facesse togliere a Pilato gli scudi dorati che in suo onore egli aveva eretto nel palazzo di Erode: osservo che, secondo Brandon, Religion cit., 2 5 6 , la loro

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iscrizione dedicatoria conteneva p r o b a b i l m e n t e un riferimento alla divinità dell'imperatore, il che Thiede stesso ipotizza a p . 307. L'A. analizza quindi i precedenti classici e biblici del gesto di lavarsi le mani per declinare la propria responsabilità; l'espressione tò haìma autoù eph' hemàs kaì epì tà tékna hemón, tremendamente fraintesa nel senso di u n a responsabilità trasmessa attraverso le generazioni (cfr. At 18, 6), e la riga ebraica del titulus crucis, il cui acrostico forse formava il tetragramma sacro {JeshufaJ HaNozri W'Melek HaJehudim, "Gesù N a z a r e n o e re dei Giudei"; lettura alternativa in Rigato, Titolo cit.: Jeshu Nazara Malk'kem, "Gesù di Nazareth vostro re"). Infine, sono accostate la morte di Tiberio nel 37 e quella di G e s ù nel 30, con un'attenta analisi delle sue sette "ultime parole", non tutte uguali in tutti i Vangeli a m o t i v o della pluralità sia di tali frasi sia dei testimoni; tra esse, l'invocazione di p e r d o n o di Le 2 3 , 34 sarà coscientemente ripresa da Stefano in At 7, 60, nel 31 (tale datazione della sua lapidazione è sostenuta dall'A. con argomenti degni di nota in Paulus. Schwert des Glaubens - Märtyrer Christi, A u g s b u r g 2 0 0 4 , 41-71). La citazione di Sai 22, 1, Eli Eli..., in M e 15, 34 e M t 2 7 , 46 è intesa a richiamare l'intero salmo, che si adatta profeticamente alla situazione di Gesù, con la sofferenza della crocifissione e la salvezza gloriosa grazie all'intervento di Dio. A n c h e la dichiarazione di sete richiama il Sai 22, 16, e la remissione dello spirito nelle m a n i di Dio ricorda Sai 3 1 , 16. L'epilogo ha per titolo le parole che Vespasiano avrebbe pronunciato prima di morire: Weh mir, ich glaube, ich werde ein Gott! (pp. 303-337), e studia dapprima la custodia della t o m b a del Crocifisso, le attestazioni veterotestamentarie della resurrezione (Ez 37, 5-6; Is 26, 19; D n 12, 2), a cui c r e d e v a n o farisei ed esseni, a differenza dei sadducei. C h e ICor 15, 3-18 non citi le d o n n e nelle apparizioni del Risorto si spiega con il fatto che la loro testimonianza, secondo il diritto ebraico, non aveva valore giuridico: se i Vangeli le n o m i n a n o è un segno della storicità di queste apparizioni, poiché inventarle cosi, facendole avvenire davanti a donne, avrebbe significato screditarle. La storicità della resurrezione è ampiamente dibattuta già da C.P. Thiede - G. L ü d e m a n n , Die Auferstehung Jesu - Fiktion oder Wirklichkeit?, Basel 2 0 0 1 . L'A. si concentra infine sul Testimonium Flavianum, la cui autenticità è accettata in toto, senza n e m m e n o l'aggiunta di un legómenos o nomizómenos o oietheis et sim. prima di Christas, che invece si trova in AI X X 2 0 0 dove G i u s e p p e parla del "fratello" G i a c o m o . L'A. ha ragione nell'osservare che Origene, c o m e poi Eusebio, considerava vero il Testimonium, pur senza ritenere G i u s e p p e un convertito; non sappiamo tuttavia la forma precisa in cui Origene lo conoscesse, e G e r o l a m o , Vir. III. 13, traduce et credebatur esse Christus (cfr. il mio " A l c u n e osservazioni circa il Testimonium Flavianum"', Sileno, 24, 1998, 219-235). A p p a r e c o m u n q u e suggestiva la tesi, ispirata dal von H a r n a c k e confortata dalla citazione di E u s . HE 1 11 hoiìtos én ho Christas identica alla forma odierna del Testimonium, che

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Giuseppe considerasse Gesù il M e s s i a giudaico e, constatandone la morte senza credere alla sua resurrezione, fosse rimasto disilluso, preferendo rivolgere su Vespasiano le aspettative di salvezza. Per questo egli avrebbe scritto hoùtos én ho Christós, al passato, mentre un Cristiano avrebbe usato il presente esti (anche se forse non necessariamente, trattandosi della vita terrena di Gesù). Altre osservazioni importanti riguardano la m a n c a n z a di vessazioni contro i Cristiani da parte di Pilato dal 30 al 36, segno che non li considerava politicamente pericolosi; la possibile storicità dell'epistolario Abgar-Tiberio (da m e sostenuta in Possible Historical Traces in the Doctrina A d d a i in International Meeting of the Society of Biblical Literature, Groningen, July 25-28 2 0 0 4 ) e del senatoconsulto del 3 5 , da me riproposta in base a un frammento porfiriano che la conferma in "Il senatoconsulto del 35 contro i Cristiani in un f r a m m e n t o porfiriano", in collab. con M. Sordi, Aevum, 78, 2 0 0 4 , 59-67. Sono o v v i a m e n t e lieta, infine, di trovare positivamente ricordate a pp. 398-399 le mie ricerche sulla possibile c o n o s c e n z a del fatto cristiano da parte dei romanzieri antichi. S e g u o n o le note (pp. 339-407), ripartite per capitoli, che per il loro n u m e r o la loro consistenza e pertinenza sarebbe stato più opportuno apporre a pie pagina, m a n o n si tratta di una scelta dell'A. Chiude l'opera un indice dei nomi (pp. 4 0 8 - 4 1 6 ) , sia antichi sia moderni, tanto più utile in q u a n t o supplisce alla m a n c a n z a di u n a bibliografia finale: tutta la letteratura citata, abbastanza cospicua, si trova nelle note, che sfortunatamente non sono indicizzate. La redazione è accurata, con ben pochi errori (ad es. a p . 147 un sub Tiberius guies da m u t a r e in Tiberio, o a p . 3 9 4 heìma per haìma). Si tratta di un'opera di a m p i o respiro, condotta con c o m p e t e n z a e a c u m e ; ricca di spunti di notevole interesse, da una prospettiva f o n d a m e n t a l m e n t e storica illumina molti aspetti di queste "vite parallele".

Ilaria Ramelli

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Myrtia n" 20, 2005 Philosophy and power in the Graeco-Roman world. Essays in honour of Miriam Griffin, edited b y Gillian Clark - Tessa Rajak, Oxford, Oxford University Press, 2002. Un vol. di pp. 350. ISBN 0-19-829990-7. Nel riceo e denso volume, d o p o una prefazione che illustra la più che trentennale attività di studio della dedicataria a Oxford, tra filosofia antica e storia antica, è fornita una bibliografia delle sue opere dal 1962 al 2002 (pp. ix-xiv), u n a breve presentazione degli autori dei contributi (pp. xv-xvii) e un'introduzione dei Curatori {Philosophy and power, p p . 1-12), in cui è p o s t o in luce c o m e la filosofia abbia influito in m o d o significativo sulla cultura r o m a n a e abbia intrattenuto u n rapporto importante con il potere, p e n s a n d o n e i vari aspetti. S o n o quindi presentati i riassunti dei contributi, quattro per ciascuna della quattro parti in cui l'opera è suddivisa. La prima parte. Philosophy and the State, si apre con L. B r o w n , Did Socrates agree to obey the laws of Athens? (pp. 13-30), che si interroga sul significato di homología, l'argomento principale usato dalle Leggi e d a Socrate nel Critone platonico per dimostrare che la fuga del filosofo dalla prigione non sarebbe giusta. L'A. dimostra la c o m p r e s e n z a di u n c o n s e n s o pratico e di u n o cognitivo: Socrate avrebbe consentito a obbedire alle Leggi semplicemente rimanendo ad A t e n e d o p o la dokimasia, m a l'A. osserva che è necessaria la consapevolezza che la permanenza comporti assenso all'obbedienza alle leggi. Senza assenso volontario non c'è obbligazione, m e n t r e il Critone c o m b i n e r e b b e elementi per fonti volontarie e involontarie di obbligazione all'obbedienza alle leggi. M.C. N u s s b a u m {The worth of human dignity: two tensions in Stoic cosmopolitanism, p p . 31-50) studia in Diogene il c o s m o p o l i t a cinico, che si definisce in termini di caratteristiche fondate sul logos e sulla capacità m o r a l e umana e condivise con tutti gli altri esseri u m a n i , c o m p r e s i donne, barbari e schiavi, e quello stoico, in cui l'ideale di benevolenza v e r s o l'umanità n o n p u ò che essere generico; ciascuno può esplicare vera benevolenza solo verso u n a cerchia limitata di persone. Sono individuate due aporie che discuteremo. Cicero and the defining of the ius civile (pp. 51-68) è il tema del contributo di J. Harris, che indaga l'influsso della filosofia nel pensiero giuridico di Cicerone e le interrelazioni tra oratoria e filosofia, il cui iato è denunciato da Cicerone. F. Millar, Government and law: Ulpian, a philosopher in politics? (pp. 69-87), d o p o una disamina dei giuristi del II sec. d . C , della formazione di U l p i a n o e delle sue opere, si interroga sulla sua definizione della scienza giuridica c o m e vera philosophia. La parte lì. The power

of philosophy,

incomincia con M.

Schofield,

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Academic therapy: Philo ofLarissa and Cicero's project in the T u s c u l a n s (pp. 9 1 110), che, studiando la concezione della filosofia c o m e terapia non solo in a m b i t o epicureo, stoico o pirroniano, già esplorato dalla N u s s b a u m e da Sorabji, m a anche in area accademica, dimostra c o m e la ripartizione della filosofia teorizzata da Filone di Larissa, u h i m o A c c a d e m i c o scettico, che segna un r i t o m o a Socrate e al suo intellettualismo etico, abbia ispirato l'ordine di c o m p o s i z i o n e delle opere filosofiche di Cicerone e i loro contenuti, così come delineati nel catalogo del De divinatione. II. In particolare le Tusculanae mostrano l'assimilazione già filoniana della filosofia alla medicina. M. Beagon, Beyond comparison: M. Sergius, Fortunae victor (pp. 111-32), analizza la figura di M . Sergio, antenato di Catilina, quale esempio di virtus che ha la meglio sulla Jòrtuna, nella presentazione di Plinio il Vecchio, NH VII 104-106: invalido in seguito a molte ferite di guerra, continuò a combattere valorosamente e a sostenere cariche c o m e la pretura. Oltre a studiare le conseguenze della disabilità nella vita politica e religiosa r o m a n a , con riguardo speciale all'imperatore Claudio, l'A. dimostra che la presentazione di Plinio è fortemente influenzata dalla concezione stoica della superiorità del sapiens sulla sorte, viva soprattutto in Seneca, part. Ep. 66, e in L u c a n o , la virtus del cui Catone non è inficiata dall'insuccesso. B. Levick, Women, power, and philosophy at Rome and beyond (pp. 133-56), assodato che nell'antichità ci furono pochissime filosofe, ricerca in che misura le donne potessero avere u n ' e d u c a z i o n e filosofica, ricordando anche le differenze tra le scuole: quella epicurea accettava donne e schiavi, a differenza ad es. di Cicerone. M u s o n i o e di Plutarco sono favorevoli all'istmzione filosofica anche delle figlie, sebbene a scopi p u r a m e n t e etici e non speculativi, né si p r e o c c u p a n o della condizione sociale della donna, c o m e di quella degli schiavi. È fomita una lista di d o n n e che, se n o n filosofe, furono a l m e n o interessate e istmite in filosofia, c o m e la Teófila di M a r z i a l e , Plotina patrona del Giardino, la dedicataria delle Vitae del Laerzio, Giulia M a m e a che ascoltò Origene, Giulia D o m n a philósophos per D i o n e e per Filostrato, o le suicide stoiche c o m e Arria. M a nel c o m p l e s s o "ancient philosophy [...] failed w o m e n " e solo con il Cristianesimo per le donne (consacrate) fu possibile una vita contemplativa e si diffuse il topos della mulier virilis. C o m u n q u e , le d o n n e continuarono a non insegnare: eccezione rarissima, la p a g a n a Ipazia, t m c i d a t a da fanatici. G.W. Bowersock, Philosophy in the Second Sophistic (pp. 157-70), d o p o avere ricordato la recente fioritura di studi sulla Seconda Sofistica, m o s t r a c o m e diverse personalità culturali eminenti del II sec. fossero del pari sia filosofi sia sofisti: M a s s i m o di Tiro e Apuleio, due Medioplatonici, e anche Favorino e Dione Cristostomo, di cui è stato dimostrato che non ebbe un periodo sofistico seguito da uno filosofico, bensì la compresenza di entrambi gli aspetti, in un'epoca in cui i filosofi tendevano a curare la forma espressiva e l'eleganza. Lo stesso Filostrato, nelle Vitae sophistarum, parla di philosophésantes che a v e v a n o fama di

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sophisteìsai, e Frontone teorizza una sinergia di filosofia e retorica. La parte III inizia con Z. Yavetz, Cicero: a man of letters in politics (pp. 173-80), che analizza la condotta politica di Cicerone, dal 66 con la sua adesione a P o m p e o alle posizioni più tiepide verso questo statista e ai rapporti con Cesare, correggendo le opinioni spregiative di M o m m s e n e dei suoi seguaci, originate probabilmente dal fatto che da u n "filosofo e letterato in polifica" ci si aspetta di più che da un semplice politico e osservando che l'evolversi dei fatti spesso n e m m e n o a un filosofo lascia m o d o di riflettere e di esplicare le proprie capacità. D. Wardle, Deus or divus.- the genesis of Roman terminology for deified emperors and a philosopher's contribution, p p . 181-92, esordisce con un'analisi etimologica e linguistica, notando che nelle attestazioni anteriori a Cesare, soprattutto in Varrone e in Cicerone, non si trova la distinzione successiva, attestata in Servio, tra deus per gli dèi veri e propri e divus per gli uomini divinizzati'. Se per il divus Julius fu scelto - forse per suggerimento dello stesso Cesare - per la p r i m a volta divus, che rimarrà poi per tutti gli imperatori d o p o la consecratio, è perché fu sentito come un arcaismo e c o m e termine adatto a una legge, "to lend the saetity of tradition to a novel m a n o e u v r e , the only precedent for which w a s the consecration of R o m u l u s " . Fu scelto per ragioni politiche e non filologiche. H . M . Cotton e A. Yakobson ( A r c a n u m imperii.- the powers of Augustus, p p . 193-210), osservando che secondo Dione Vimperium su molte province fu rinnovato ad Augusto ogni dieci o cinque anni, con reiterate recusationes da parte del princeps, e che gli imperatori successivi continuarono le celebrazioni ogni dieci anni c o m e a rinnovamento della loro sovranità, si d o m a n d a n o quale fosse il fondamento del potere imperiale, ricordando anche l'ambiguità di Augusto verso l'idea del governo imperiale. Essi, d o p o avere considerato le varie ipotesi dei m o d e r n i , sostengono che il consolato a vita - quale sarebbe stato considerato troppo oltraggioso da Augusto, che nelle Res gestae rifiuta per sé qualsiasi carica contra morem maiorum, anche se non ricorda le recusationes - , sia un fraintendimento di Dione per l'estensione dell'imperium proconsolare a R o m a e all'Italia, che per questo avrebbe necessitato di un periodico rinnovamento. Q u a n d o Tiberio rifiutò il potere in Senato all'inizio del regno e poi parlava de reddendo re publica (Tac. Ann. IV 9), non faceva che ispirarsi ad Augusto, alla versione delle Res gestae secondo cui nel 27 a.C. egli aveva v e r a m e n t e restaurato la repubblica. Questa

'E, aggiungo, in autori del I-II secolo: Cfr. il mio "Divus e deus: Seneca, Lucano e Plinio il Giovane di fronte al culto imperiale". Rend. 1st. Lombardo, 134, 2000, 125-49; l'A. cita i meno specifici S.R.F. Price, Rituals and power, Cambridge 1984; Id., From noble funerals to divine cult; in Rituals of royalty, edd. D. Cannadine - Id., Cambridge 1987, 56-105; I. Chirasso Colombi, // mestiere di Dio e i suoi rischi, in La cultura in Cesare, ed. D. Poli, Roma 1993, 397-426; M. Clauss, "Deus praesens: der römische Kaiser als Gott",^/;o, 78, 1996,400-33.

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linea era destinata a scomparire entro breve, in favore dell'ideologia m o n a r c h i c a filoereditaria; la linea intermedia invece, secondo cui A u g u s t o avrebbe accettato con riluttanza di governare lo Stato per un p e r i o d o provvisorio, sarebbe sopravvissuta nella recusatio di molti nuovi imperatori e nella concezione stessa del civilis princeps. W. Eck, An emperor is made: Senatorial politics and Trajan's adoption by Nerva in 97 (pp. 211-26), s u p p o n e che lo stanziamento strategico di Traiano" nella G e r m a n i a Superior, pronto a intervenire in Italia, e la sua a d o z i o n e e associazione furono determinati da alcuni senatori, c o m e Giulio Frontino e Giulio Urso, intenzionati a contrastare Cornelio N i g r i n o , che aveva provocato l'uccisione dei giustizieri di D o m i z i a n o , in u n m o v i m e n t o che m i r a v a a riabilitare questo imperatore. C o m e e m e r g e dai fasti consolari degli armi 9 8 - 1 0 0 , furono ricompensati con reiterati consolati a breve intervallo, secondo u n a prassi inusuale, e così Sosio Senecione, loro fedelo, fu ripagato con un consolato ordinario e non suffetto, come sarebbe stato normale per un homo novus c o m e lui. La forzatura di questa adozione spiegherebbe il distacco - a dispetto dell'enfasi del panegirista Plinio - di Traiano da Nerva, di cui assunse solo il cognomen e non il gentilizio Cocceius.

Il p r i m o studio della parte IV, Philosophy and religion, di L. A l e x a n d e r ( "Foolishness to the Greeks ": Jews and Christians in the public life of the Empire, pp. 229-50), focalizza soprattutto la missione di s. Paolo negli Acta, osservando c o m e si m u o v e negli spazi pubblici delle città dell'Impero. M. Atkins, Old philosophy and new power: Cicero in Fifth-Century North Africa (pp. 2 5 1 70), analizza le presenze ciceroniane e filosofiche in generale, anche stoiche, nello scambio di lettere fra s. A g o s t i n o e Nettario - il cui p a g a n e s i m o è quanto meno a m b i g u o e certo incentrato su u n rigoroso m o n o t e i s m o - a proposito di u n a celebrazione p a g a n a a Calama proibita nella recente legislazione imperiale. Emerge fra l'altro la c o n o s c e n z a del De re publico, che in a m b i t o p a g a n o , a parte Alessandro Severo, era ormai confinata a citazioni nei grammatici, per questioni linguistiche: gli ultimi riferimenti precisi ai contenufi s e m b r a n o risalire a Seneca, mentre il Somnium Scipionis aveva vita propria nei c o m m e n t i di M a c r o b i o e di Favonio, che c o m u n q u e favoriscono temi cosmologici, armonici e filosofici più che politici. In a m b i t o cristiano, invece, Lattanzio e s. Agostino lessero attentamente il De re publica; vescovi colti c o m e quest'ultimo o Possidio erano fonte di istruzione anche per il p o p o l o . P. Athanassiadi, The creation of orthodoxy in Neoplatonism, p p . 271-92, nota c o m e , parallelamente alla creazione di u n a ortodossia cristiana - per cui il termine hairesis da " s c e l t a " e da "scuola "Nonostante i suoi insufficienti requisiti militari, contrariamente a quanto si pensa in genere soprattutto in base a Plinio, che retroproietta nella sua giovinezza le esperienze militari di Traiano. Cfr. anche il mio "L'omen per Acilio Glabrione e per Traiano: una corona?". Rivista di Storia della Chiesa in Italia, 55, 2001, 389-94.

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filosofica, setta" passò a significare "eresia" - , anche nel pensiero p a g a n o , e in particolare nel Neoplatonismo, si creò u n filone ortodosso, il cui precursore è individuato in N u m e n i o e il cui principale esponente in G i a m b l i c o , che fissò i testi "canonici" del Platonismo e lo presentò c o m e u n a sorta di rivelazione; Giuliano si ispirò a lui e Proclo lo seguì, anche se di recente lo studio di D a m a s e l o ha fatto rilevare che Proclo si discostò anche d a G i a m b l i c o . J. Barnes, Ancient philosophers (pp. 293-306), propone un'indagine sul significato di philósophos I philosophiis, documentandone l'uso nelle epigrafi - che ci attestano molti "filosofi" altrimenti sconosciuti - e nella letteratura e cercando di stabihre l'incidenza della filosofia sulla società antica. C o n c l u d o n o il volume, molto curato anche dal punto di vista tipografico (rari refusi nel greco), una bibliografia (pp. 307-26), e gli indici: dei n o m i antichi, degli autori moderni e generale (pp. 327-50). Data la varietà e l'estensione degli articoli, i miei rilievi sono qui limitati a pochissimi punti. La N u s s b a u m , d o p o avere o p p o r t u n a m e n t e richiamato l'importanza della filosofia r o m a n a \ contesta la classificazione stoica tra gli indifferenti di alcune garanzie di dignità u m a n a - libertà, livelli minimi di sussistenza etc. - , vòlta ad assicurare al sapiente la radicale indipendenza dalla sorte, da ciò che non ricade sotto la nostra volontà. La p r e o c c u p a z i o n e stessa degli Stoici per l'educazione, se essa è un indifferente, è contraddittoria; se è necessaria alla virtù, questa non è autosufficiente. L a benevolenza e la p r e o c c u p a z i o n e per gli altri sarebbe in contraddizione con la dottrina áelVapátheia e con quella degli indifferenti; la schiavitù c o m e indifferente è un insulto alla dignità u m a n a . Forse, tale approccio difetta in parte di prospettiva storica: a partire dal M e d i o s t o i c i s m o Vapàtheia fu molto mitigata e agli indifferenti furono aggiunti i preferibili, con i kathékontd^, che fondano le relazioni sociali, collegate al discorso della oikeiosis. L'A. stessa, del resto, ricorda Neostoici che h a n n o recepito queste revisioni, c o m e Musonio, di età n e r o n i a n a \ con l'importanza dei vincoli familiari, l'istanza di un'uguale educazione per ragazzi e ragazze di un'uguale condotta m o n o g a m i c a di mariti e di mogli, e lerocle, della prima metà del II sec. d . C , con la teoria dei doveri verso il prossimo disposti in cerchi concentrici, da noi stessi ai parenfi

^Su cui attirano l'attenzione i recenti G.R. Boys-Stones, Post-Hellenistic philosophy: a study of its development from the Stoics to Origen, Oxford 2001; M. Morford, The Roman philosophers: from the time of Cato the Censor to the death of Marcus Aurelius, London-New York 2002. "*G. Reale, Storia della filosofia antica. III, Milano 19959, 443-44; R. Sorabji, Emotion and peace of mind: from Stoic agitation to Christian temptation, Oxford 2000, 29-77, 93132. T. Ramclli, Musonio Rufo. Diatribe, frammenti, testimonianze, Milano 2001, Introduzione.

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prossimi all'intero genere u m a n o , che sarebbe opportuno collegare alla oikeiosìs consociativa, come l'A. n o n fa'". In generale, discutendo dei Neostoici - con l'eccezione forse di Epitteto, che per vari aspetti era ritornato allo Stoicismo Antico - non si p u ò tacciarli di contraddizione con i presupposti del V e t e r o stoicismo. Giustamente invece la Levick attribuisce importanza e caratterizzazione filosofica all'opposizione stoica al principato, ricordando che non per nulla le madri di N e r o n e e di Alessandro Severo, c o m e p u r e quella di Agricola, non vollero che i loro figli studiassero filosofìa. La Alexander, per parte sua, mostra b e n e c o m e , a parte le sinagoghe, punto privilegiato della predicazione paolina. Paolo abbia presentato il Cristianesimo in vesti fìlosofiche sia nel discorso all'Areopago in Atene^ sia nella scholé di Tiranno ad Efeso. Per la predicazione ateniese, in particolare, l'A. ravvisa con fondamento l'adesione alla prassi socratica di discutere con i passanti nello spazio pubbUco dell'ogora, e l'eco dell'accusa rivolta a Socrate di introdurre n u o v e divinità. Inoltre Paolo lavora per mantenersi, come facevano i rabbini e vari filosofi socratici, per mantenersi indipendenti dal potere: Paolo stesso usa il termine autàrkes, e altri, accreditati dalla tradizione socratica; anche l a p a r r h e s i a ( n o m e usato spesso negli Acta con il corrispettivo parrhesiàzomai, e n o n altrove nel N T ) in sede processuale richiama quella di Socrate. In generale, la presentazione lucana di Paolo sembra modellata su quella del filosofo (es. anche la sua calma durante la tempesta nella traversata marittima verso R o m a ) . L'A., tuttavia, con m o h o equilibrio, non giunge agli eccessi di certa recente esegesi legata al Jesus Seminar, che fa di G e s ù Cristo u n filosofo di scuola socratica c o m e u n Cinico o u n o Stoico**. L'A. osserva c o m e in effetti gli autori cristiani dal II sec. cercarono di caratterizzare il Cristianesimo come filosofia, parallelamente a quanto avevano fatto in ambito giudaico Filone e Giuseppe, che notoriamente parla di hairéseis giudaiche con lo stesso termine che

''M. Isnardi Parente, "lerocle stoico", in ANRW, II, 36, 3, Berlin-New York 1989, 220126; R. Radice, Oikeiosìs, Milano 2000, 189-95; G. Basdanini - AA. Long, "lerocle. Elementi di etica", in CPF 1 1 **, Firenze 1992, 268sgg.; Morford, Roman Philosophers, 10-11. Spero di tornare personalmente sul tema. 'Cfr. il mio "La concezione di Giove negli Stoici romani di età neroniana", en Rendiconti dell'Istituto Lombardo, 131, 1997, 292-320; F. Ruggiero, La follia dei Cristiani. La reazione pagana al Cristianesimo nei secoli I-V, Roma 2002, 19-46. ^Status quaestionis in A. Alonso Ávila, Sentir la Historia. Un acercamiento al judio Jesús, Madrid 2002 (Graeco-Romanae Religionis Electa CoIIectio, 12), 116-55, e cridche in P.R. Eddy, "Jesus as Diogenes? Reflexions on Cynic Jesus Thesis", Journal of Biblical Literature, 115, 1996, 449-69; C. Mielgo, "Jesús y los cínicos". Estudio Augustiniano, 35, 2000, 5-47, 237-70. Cfr. con equilibrio sui punti di contatto: K.O. Sandnes, "Paul and Socrates", Journal for the Study of the New Testament, 50, 1993, 13-26; T. EngbergPedersen, Paul and the Stoics, Edinburgh 2000.

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designa le sette fdosofiche, c o m e Luca negli Ada parla di hairesis cristiana. Si potrebbe ricordare a l m e n o Giustino e la sua definizione del Cristianesimo c o m e philosophia theìa. A ragione, infine, l'A. interpreta c o m e sostanzialmente positivi - a differenza di quello di M a r c o Aurelio - i giudizi di G a l e n o e di Epitteto sui Cristiani*^, che concedono loro u n c o m p o r t a m e n t o filosofico, anche per il loro dispregio della morte: l'A. dimostra che la caratterizzazione del martirio c o m e filosofico ha radici nel G i u d a i s m o , citando il discorso di Eleazaro nella narrazione della caduta di M a s a d a in los. BI VII 3 4 1 - 8 8 e il IV libro dei M a c c a b e i , 1, 7-9, in cui il confi-onto tra un Eleazaro e il persecutore Antioco è m o d e l l a t o sul dialogo tra un tiranno e un filosofo con la sua parrhesia. A proposito di filosofia p a g a n a e cristiana, vorrei rilevare un punto di estremo interesse nell'articolo della Atkins: proprio in Nettario si trovano connesse espressamente per la prima volta la cosmopoli del sapiente cara ai filosofi greci, che nello Stoicismo prese la forma della pòlis toù Diòs, c o m u n e agli dèi e agli uomini virtuosi, e l'agostiniana civitas Dei, che in parte si ispirava certamente alla prima'". Infine, Barnes, studiando l'uso di termini come "filosofo" e "filosofia" apphcafi al Cristianesimo, osserva che posizioni estreme c o m e quella di Tertulliano, che voleva escludere radicalmente la filosofia dal Cristianesimo, sono isolate, m e n t r e prevale la concezione contraria, fin da q u a n d o Egesippo, ap. Eus. HE II 2 3 , 2, definisce un filosofo Giacomo, primo v e s c o v o di G e r u s a l e m m e . In Giustino, il Crisfianesimo, c o m e accennavo, è una filosofia a pieno titolo, che l'autore h a abbracciato d o p o essere rimasto insoddisfatto di tutte le altre, dallo Stoicismo al Platonismo. Successivamente, la qualifica di filosofi fu spesso attribuita ad ascefi e a m o n a c i .

Ilaria Ramelli

'Comc ho cercato di dimostrare in Katà psilèn parataxis. Montañismo e Impero romano nel giudizio di Marco Aurelio, in Fazioni e congiure nel mondo antico, a c. di M. Sordi, Milano 1999 (CISA 25), 81-97; per Galeno e i Crisdani ho in corso di pubblicazione sui Rendiconti dell'Istituto Lombardo una nuova disamina sistematica delle fonti. "'Cfr. M. Schofield The Stoic idea of city, Cambridge 1991, rist. Chicago 1999; 1. Ramelli, "La CiUà di Zeus di Musonio Rufo nelle sue ascendenze vetero-stoiche e nell'eredità neostoica e cristiana", Stylos, 11, 2002, pp. 176-80.

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Myrtia n» 20, 2005

Tertuliano, Acerca dei alma. Edición de J. Javier R a m o s . Ed. Akal/Clásica, 6 3 . Tres Cantos (Madrid), 2 0 0 1 , 182 p p . 11x16,5.

Entre los años 150 y 250 nació y vivió en Cartago el p r i m e r escritor cristiano en lengua latina. Quinto Septimio Fiorente, que "disfrutó" de u n a época en la que el Cristianismo se vio obligado a enfrentarse al p a g a n i s m o y a soportar las persecuciones físicas e intelectuales de los siglos II y III a. C. D e s d e ese ambiente p o l é m i c o atacó a los fdósofos p a g a n o s subrayando frente a ellos el papel de la Revelación cristiana, cosa que hizo con la Sagrada Escritura, c o m o fuente y alimento de sus ideas, y con su a g u d o talento y erudición retórica, que fueron sus dos armas más temibles. Biblia y cultura p a g a n a fueron, p u e s , las fuentes de inspiración de sus ideas. Gracias a a m b a s y a los recursos ofrecidos p o r la literatura clásica, logró crear u n lenguaje teológico en latín lleno de múltiples términos y de definiciones variadas que le ayudaron a transmitir h á b i l m e n t e su pensamiento a través de sus variados recursos literarios y retóricos de los que fue gran conocedor.

P o r todo ello consideramos que es e n o r m e m e n t e meritoria la edición que J. Javier R a m o s Pasalodos elabora del tratado Acerca del alma de Tertuliano, dado que esta obra es un valioso tesoro con el que Tertuliano rebate, con multitud de argumentos, los pensamientos de aquellos filósofos, poetas p a g a n o s y herejes. Son, en consecuencia, variados los temas ofrecidos en esta edición de fácil manejo y de lectura agradable, sin dejar de ser, al m i s m o fiempo, científica y fundamentada. Su ágil traducción y su distribución acertada invitan a u n a lectura amena y entretenida, iluminada con n u m e r o s a s notas explicativas de la problemática socio-cultural y religiosa de aquella época.

El editor, experto conocedor de Tertuliano y d e su ambiente, n o sólo ha acertado con esas numerosas notas explicativas de pie de página, sino que ha sabido enmarcarla y encuadrarla con una meritoria introducción en la que se muestra también c o m o buen conocedor del ambiente cultural y religioso que vivió. J. Javier R a m o s Pasalodos h a dividido su edición en dos partes: 1" parte: Introducción, seguida de una nota a su traducción en la que revela el texto latino que ha seguido (el establecido p o r J. H. W a s z i n k en la edición del CCL, Brepols, Turnhout, 1954, tomo II, pp. 779-869); d e s p u é s aporta una Cronología y n o s ofrece una Bibliografía seleccionada y c o m p l e t a sobre el autor y su época, sin olvidar las fuentes; y 2" parte: La obra (Acerca del alma), con sus L V I capítulos y con su traducción iluminada con las notas del editor al pie de página, necesarias para la buena comprensión de cada una de las afirmaciones de Tertuliano, se completa con un "índice de n o m b r e s " m u y útil para r e m i t i m o s a los capítulos y

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versículos donde se m e n c i o n a a cada u n o de ellos. J. Javier R a m o s subdivide, al m i s m o tiempo, su introducción en: referencias a la é p o c a (I), sus p o l é m i c a s y problemas, luces y sombras, ataques de los paganos al Cristianismo y respuestas de los apologetas; el h o m b r e y su obra (11) con los datos biográficos y con referencia de las abundantes obras de Tertuliano distribuidas en las tres etapas de su vida (católica, montañista y ruptura con la Iglesia católica) y sabiamente contextualizadas; lengua y estilo (III) de Tertuliano con su abundante aportación retórica, lingüística, teológica y temática; los filósofos y Tertuliano (IV) d o n d e el editor comienza recordando la intención que m o v í a a Tertuliano al escribir la obra ("me dedicaré con todo ahínco a rebatir a los filósofos"); y finalmente trata sobre el género literario, afirmando que se e n m a r c a dentro de u n a tradición de escritos con el m i s m o título. El contenido de la obra, hábilmente traducido, va desde la creación del cuerpo y, posteriormente del alma, m e d i a n t e el soplo de D i o s , hasta los p r o b l e m a s teológicos que plantea sobre la transmisión del p e c a d o original, sin olvidar que Tertuliano sostiene que el a l m a p a s a del padre al hijo a través del s e m e n suponiéndole un cierto origen material y alegando que la corporeidad del a l m a resalta en el Evangelio. El cuerpo es considerado como m o r a d a digna del a l m a porque también procede de las m a n o s de Dios que lo m o d e l ó , pero el a l m a es señora de ese cuerpo p o r estar m á s p r ó x i m a a Dios. P o r tanto, c o m o el h o m b r e entero (cuerpo y alma) p e c ó , el h o m b r e entero será salvado por Dios, p u e s n o seria digno de Dios salvar sólo la mitad del h o m b r e . La m u e r t e separa el c u e r p o y el alma, pero eso no le ha venido al h o m b r e por naturaleza sino por una culpa q u e tampoco es natural. D e n o haber p e c a d o n o habría m u e r t o y, c o m o prueba, recuerda la a m e n a z a bíblica condicional alusiva a que el h o m b r e moriría si cometía delito. Con el pecado, el h o m b r e q u e d ó debilitado, a u n q u e n o totalmente corrompido, pero el alma q u e d ó i n m u n d a ("en el estado de A d á n " ) hasta q u e n o esté en el n u e v o "estado de Cristo". En relación con toda esta doctrina encontramos en el tratado otra serie de temas curiosos o llamativos (el a l m a y su origen, transmigración, sueños, profecías, m u e r t e , h o r ó s c o p o s , etc) que nos dan una idea del pensamiento de Tertuliano y de su época. En resumen, p e n s a m o s que J. Javier R a m o s P a s a l o d o s h a acertado con esta edición de fácil y c ó m o d o manejo, y, al m i s m o t i e m p o , rigurosa y científica, gracias a su buena introducción y a las abundantes notas de pie de página que nos guían durante su lectura y que nos mantienen siempre dentro del a m b i e n t e cultural, filosófico y religioso que Tertuliano vivió. En ella se m e z c l a lo práctico y lo científico, lo útil y lo curioso, pero con la total seguridad de ser llevados siempre de la m a n o de un experto c o n o c e d o r de la época y del autor que n o s ocupa. Antonio Gómez Cobo

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