Reverdecer la raíz: Artes indígenas del siglo XXI

September 6, 2017 | Autor: Genner Llanes-Ortiz | Categoría: Indigenous Studies, Indigeneity, Indigenous artists, Contemporary Indigenous Arts, Arte contemporáneo, Arte Contemporáneo Latinoamericano, Estética y Teorías del arte. Arte contemporáneo. Etica y política., Indigenous arts, Arte Contemporaneo, Indigenous Art, Social History of Indian Art, Indigenous Knowledge Systmes, Indigenous Art and Culture, Arte Contemporáneo, Conceptual, Estudios Artísticos, Arte Contemporáneo Mexicano, Native American and Indigenous Art, Antropología Del Arte, Indigeneous Practices, Historia Del Arte Contemporáneo, Indigenous Visual Arts, Contemporary Indigenous Art, Indigenous Art History, Artes Indígenas, Artes Indígenas Contemporáneas, Artistas Indígenas Contemporáneos, Artistas Indígenas, Artistas Indígenas Mexicanos, Arte Contemporáneo Latinoamericano, Estética y Teorías del arte. Arte contemporáneo. Etica y política., Indigenous arts, Arte Contemporaneo, Indigenous Art, Social History of Indian Art, Indigenous Knowledge Systmes, Indigenous Art and Culture, Arte Contemporáneo, Conceptual, Estudios Artísticos, Arte Contemporáneo Mexicano, Native American and Indigenous Art, Antropología Del Arte, Indigeneous Practices, Historia Del Arte Contemporáneo, Indigenous Visual Arts, Contemporary Indigenous Art, Indigenous Art History, Artes Indígenas, Artes Indígenas Contemporáneas, Artistas Indígenas Contemporáneos, Artistas Indígenas, Artistas Indígenas Mexicanos
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Descripción

17 de enero de 2015 • Número 88 Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver Suplemento informativo de La Jornada

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EL SORDO-MUDO

LA MIMA

EL TWITERO

EL TIPÓGRAFO

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17 de enero de 2015

REVERDECER LA RAÍZ: ARTES INDÍGENAS DEL SIGLO XXI Genner Llanes Ortiz Antropólogo maya e investigador posdoctoral del CIESAS DF

N

o son pocos los críticos y académicos que históricamente se han opuesto a denominar “arte” a las creaciones estéticas de talladores, pintores, bordadoras, tejedoras, bailarinas, cantores, músicos y narradores de comunidades rurales hablantes de lenguas mexicanas. Sus argumentos descansan sobre definiciones históricamente específicas del arte, para las que una práctica, pieza o intervención sólo es artística cuando atiende a una lógica ajena a toda función religiosa, civil o económica. Disciplinas como el teatro clásico griego y la música barroca carecieron de esa autonomía y aun así son consideradas arte.

Guillermina Ortega. Agua que toca la piedra, 2014 (Instalación, tierra, piedra, objetos de piedra y agua).

sobre las creaciones indígenas. Los y las creadoras reclaman así el derecho indígena de ser quienes decidan cómo actualizar los lenguajes estéticos ancestrales mantenidos por sus comunidades pese a la colonización nacionalista.

También se afirma que sólo puede ser arte lo que resulta del talento individual que rompe con la tradición y la repetición. Sin embargo, el arte pop, el conceptual y el hip hop también han relativizado estas ideas. Para abarcar los múltiples valores estéticos que el mundo posee, la noción de arte debe incluir, como el crítico paraguayo Ticio Escobar propone, a todos los “objetos y prácticas que realzan sus formas para generar una interferencia en la significación inmediata de las cosas e intensificar, así, la experiencia del mundo”. Las artes indígenas poseen la profundidad conceptual suficiente para avivar, sintetizar y transformar la realidad por medio de los sentidos. Sus formas estéticas invitan a dislocar la percepción cotidiana y convocan memorias y pensamientos sobre el origen, el devenir y el porvenir. Estas artes (en plural) son resultado de histo-

Guillermina Ortega. Mayankayoltok-Supervivencia, 2014 (Fotografía intervenida con bordado y espejo sobre tela).

rias múltiples y en ellas se expresan comunidades y acervos diversos. A las artes indígenas llamadas “tradicionales”, se suman hoy nuevas prácticas que dialogan con sensibilidades globales. Desde Sonora hasta Yucatán, una generación de creadores indígenas en literatura, pintura, teatro, música, cine y arte

conceptual ha dado lugar a paisajes estéticos de radical contemporaneidad. La rearticulación de técnicas, sustratos y narrativas originarias así promovida actualiza las raíces estéticas y políticas de los pueblos originarios. También plantea una crítica a la apropiación indigenista y folclorista que el Estado y las elites artísticas nacionales ejercen

La actividad de los asociados de OTIGLI se fundamenta constitucionalmente en la fracción VIII, del artículo 2 de la Ley fundamental, que indica: “Los indígenas tienen en todo tiempo el derecho a ser asistidos por intérpretes y defensores que tengan conocimiento de su lengua y cultura”.

bres y mujeres provenientes de diferentes pueblos indígenas de México, caracterizados por tener una lengua originaria además del idioma castellano, decidieron conformar una asociación civil denominada Organización de Traductores, Intérpretes Interculturales y Gestores en Lenguas Indígenas (OTIGLI) en el año 2000. El objetivo de esta sociedad es contribuir en la solución de los problemas que afligen a los indígenas, principalmente como peritos intérpretes-traductores en materia penal y civil, así como promover y difundir las diferentes expresiones culturales, lingüísticas y comunitarias de nuestros pueblos. Desde que se conformó esta asociación, sus integrantes han promovido los derechos de los pueblos indígenas de México, por medio del conocimiento y desarrollo de la lengua y de la cultura, así como de sus sistemas

Su radicalismo contemporáneo reside en que se trata de excursiones experimentales hacia la raíz, así como en su frontal cuestionamiento a los estereotipos racistas que prevalecen sobre los mundos indígenas. De esta manera podemos interpretar los andantes y luminosos colores en la plástica del artista wixárika Santos de la Torre; la poética tejida en huipiles diseñados por la escritora zapoteca Natalia Toledo; los hilos teatrales que destejen las mujeres tzotziles y tseltales del colectivo FOMMA; el agudo compás lírico en la prosa y el canto del nahua Mardonio Carballo; las interrogantes que desvisten el cuerpo escénico del tehuano Lukas Avendaño; la recombinación de imagen y sonido con la que los colectivos mayas Turix y Tzaykin exploran identidades y diásporas; las instalaciones artísticas que redibujan los orígenes de la artista huasteca Guillermina Ortega, así como el cine

normativos internos; han contribuido en la formación, capacitación, profesionalización y actualización de intérpretes-traductores en las diferentes lenguas originarias, así como de los peritos culturales por medio de cursos, talleres, seminarios y diplomados; y sobre todo, han coadyuvado

a que todo indígena que se encuentre en un proceso judicial o administrativo cuente con un intérprete-traductor de su lengua y variante para hacerse entender en todas las diligencias ante las autoridades encargadas de procurar y administrar justicia, tanto a nivel local como nacional.

Además del Convenio 169 de la OIT, la Ley General de los Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas reconoce a los idiomas indígenas como lenguas nacionales, en la misma categoría que el español, aunque en la práctica su uso oficial está muy limitado: se reduce a la educación bilingüe en zonas marginales; la publicación de materiales de divulgación, y esporádicamente, algunas estaciones radiodifusoras y algunos sitios de internet cuentan con contenidos parciales o totales en lengua indígena. También, en momentos coyunturales, se da la publicación

de ficción de los mixtecos Ángeles Cruz, Nicolás Rojas, Itandehui Jansen y Armando Bautista y del yucateco Miguel Ventura, urgentes exploraciones y recreaciones de los mundos indígenas míticos, históricos y presentes. Sin mencionar a muchos otros músicos y artistas que utilizan el rock, el reggae, el hip hop, la ópera, y el teatro y el video comunitarios para reflexionar y comunicar lo que significa ser ayuujk, hñahñu, purhépecha, yoreme o rarámuri en el siglo XXI. Las artes indígenas reclaman un reconocimiento más amplio así como espacios para converger, enriquecerse y dialogar con otras prácticas artísticas con respeto y autonomía. En sus experimentos con la raíz, los creadores y creadoras indígenas enfrentan el desafío de reconstruir estéticas ancestrales a fin de remontar los prejuicios del consumidor de arte occidental. Su trabajo sirve a la renovación del patrimonio artístico mundial, al tiempo que actualiza los recursos para contar el mundo con y desde sus idiomas originarios, tanto estéticos como lingüísticos. Las artes indígenas nos enriquecen y nos ofrecen nuevas formas de entender aquello que nos hace diversamente humanos.

de algunas leyes en lenguas indígenas, pero sólo en las que tienen mayor número de hablantes Actualmente existen leyes reglamentarias, tanto federales como locales, que indican que los tribunales asignarán de manera gratuita “a los indígenas un defensor y un traductor que conozca su cultura, hable su lengua y el idioma español, para que se le explique, en su lengua, el alcance y consecuencias del proceso que se le sigue”. Ante la exigencia de nuestros tiempos, los peritos intérpretes-traductores, así como los peritos culturales, aportamos con el conocimiento de nuestras lenguas y cultura en la procuración y administración de justicia, tanto a nivel local como a nivel nacional, de tal manera que durante el año 2013 participamos con más de cuatro mil 500 horas, y hasta el 30 de noviembre de 2014, hemos rebasado esta cifra.

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