¿Representar la legitimidad? Objetos, símbolos y comunicación en las ceremonias públicas del reinado de Fernando I de Aragón

Cuando el infante Fernando de Castilla fue finalmente proclamado rey de Aragón en Caspe el 28 junio de 1412, se cerraba el interregno iniciado en los reinos de la Corona de Aragón por la muerte sin un heredero definido del rey Martín I en mayo de 1410. La decisión de los compromisarios reunidos en el castillo hospitalario de la bailía de Caspe ratificaba la legitimidad de los mejores derechos a la sucesión al trono por el candidato castellano frente a los del resto de candidatos. No obstante, más allá del proceso de negociación entre las elites de las sociedades políticas de los reinos peninsulares de la Corona de Aragón que desembocó en la sentencia de Caspe, el interregno había supuesto un tenso período de enfrentamiento y guerra civil entre las distintas facciones que apoyaron a los principales candidatos al trono.Siguiendo estudios como los de M. Raufast, F. Massip, Mª. M. Cárcel Ortí, J. V. García Marsilla, J. Torres Fontes y A. MacKay, en esta comunicación propongo analizar los principales conceptos manejados para la exaltación de la majestad y legitimidad del rey Fernando. En este sentido, las ceremonias y festejos asociados a algunos de los principales acontecimientos de representación pública de la figura del nuevo monarca ante sus súbditos se convirtieron en un vehículo de extraordinaria plasticidad y efectividad a la hora de mostrar los principios sobre los que Fernando eligió sustentar esa legitimidad ante la sociedad política catalano-aragonesa. A partir de fuentes documentales y cronísticas, atenderemos al simbolismo desplegado en las fiestas de la coronación de Fernando I en Zaragoza en 1414 y en las principales entrada reales en ciudades de la monarquía que protagonizó entre 1412 y 1415 a través de los distintos objetos exhibidos en tales ceremonias, entremeses y representaciones escénicas encargados para ellas, formas de arquitectura efímera, juegos caballerescos, etc. Como resultado de ello, se plantea la hipótesis de si prevalecieron los elementos que pretendían establecer un entronque “dinástico” del rey Fernando con el casal d’Aragó o, en cambio, esto no fue así, pues resultaba un hecho evidente e indiscutido, y el discurso predominante se centró en la exaltación providencialista de la figura del rey y de sus virtudes como atributos sustentadores de su monarquía.