Repaso del pensamiento latinoamericano: una mirada al marxismo en América Latina y a la Teoría de la Modernización

June 29, 2017 | Autor: Juan Diego Montero | Categoría: Social Theory, Latin American Studies, Marxism, Modernism, Latinoamerica
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Descripción

16


Con desarrollo y modernización se refiere al proyecto social europeo deveniente de las revoluciones industriales y la evolución del capitalismo.
En este sentido es importante destacar la influencia de la Internacional Comunista y su política de creación de Partidos Comunista esencialmente obreros.
Con esto nos referimos a la historización de Marx esencialmente eurocentrista. Resultaba imposible que en las primeras formulaciones teórico prácticas de Marx calzara la situación colonial y post colonial que vivía la región Latinoamericana
Marx consideraba indispensable que la revolución se diera de los países capitalistas hacia afuera para suprimir así a los Estado-nación que a fin de cuenta eran producto de la dominación burguesa
No discutiremos lo que dice Löwi acerca de Mariátegui pues resulta reiterativo respecto de 3 textos analizados.
Para esto se recomienda la lectura de Positivismo y América Latina
Leer La crisis actual: un análisis marxista, 2010 Alexander Tarassiouk http://www.olafinanciera.unam.mx/new_web/05/pdfs/Tarassiouk-OlaFin-5.pdf
Esta caracterización de individuo moderno tiene varias implicancias: el ser racional, autónomo, libre, capaz de transformar su realidad. En otras palabras, el sujeto moderno.
Podemos entender neodesarrollismo como la tendencia actual de gobiernos de izquierda de recuperar la intervención estatal, la industrialización y el crecimiento económico como timones del desarrollo nacional.








Asignatura: Sociología Latinomericana

"Repaso del pensamiento latinoamericano del siglo XX: una mirada al marxismo y a la Sociología de la Modernización."

Profesor: Sergio Villena

Autor: Juan Diego Montero Naranjo B24328

San José, Costa Rica

II Ciclo Lectivo, 2015


Repaso del pensamiento latinoamericano del siglo XX: una mirada al marxismo y a la Sociología de la Modernización.

Introducción general

Marxismo en Latinoamérica
José Aricó: una periodización del marxismo en Latinoamérica
Dussel: el Marx que llegó a Latinoamérica
Löwi: movimientos insurrecionales y marxismo en Latinoamérica
Mariátegui: el problema del indígena y el falso nacionalismo antiimperialista
Observaciones finales

Sociología de la modernización
Fernandes: el desarrollo social en América Latina
Germani: de lo tradicional a lo moderno, educación o barbarie.
Echavarría: a cerca del desarrollo en la región latinoamericana
Observaciones finales

Conclusiones

Bibliografía











Introducción

El pasado siglo se vio caracterizado por una creciente efervescencia social, diversas tensiones políticas, varias crisis económicas y una gran cantidad de conflictos armados. Estos acontecimientos sin duda definen lo que somos hoy como una humanidad y hacen necesario su estudio en aras de comprender nuestra realidad, evitar errores pasados y caminar hacia un futuro social aún incierto. En esta lógica inscribimos la elaboración de esta compilación de review articles o artículos de reseña que esbozan los principales postulados teóricos, además de su historia, importancia y vigencia, de dos corrientes de pensamiento fundamentales para el estudio de la Sociología en Latinoamérica: el marxismo y la teoría de la modernización.

La investigación está estructurada en dos capítulos: 1) Marxismo: comprende el estudio de los siguientes textos: "Marxismo latinoamericano" (1984) de José Aricó,"El último Marx (1863-1882) y la liberación latinoamericana (p. 269-293)" de Enrique Dussel ,"El problema indígena en América Latina", "Punto de vista antiimperialista" y el prólogo a "Tempestad en los Andes" (Valcarcel) de José Carlos Mariátegui y "El marxismo en América Latina. De 1909 a nuestros días" de Michael Löwi; 2) Sociología de la modernización: "Consideraciones sociológicas sobre el desarrollo económico en América Latina" (Capítulo II: Los diagnósticos) de José Medina Echavarría, "Esquema y ritmo del desarrollo en América Latina" de Florestán Fernandes, y "Política y Sociedad" (Capítulo V: De la sociedad tradicional a la participación total en América Latina) de Gino Germani. Asimismo se sugiere a lo largo del texto lecturas complementarias que ayudan a comprender de forma más clara determinados puntos de discusión.

Finalmente, en el capítulo de Conclusiones, se discute el panorama actual de ambas corrientes de pensamiento y su vigencia, importancia y trascendencia en los proyectos políticos del siglo XX en América Latina. De igual forma, recomendamos la lectura de "Historia de América Latina: Una perspectiva sociológico-histórica (1880-2006)" de Waldo Ansaldi y Verónica Giordano con el propósito de ubicarnos en el contexto socio-político, cultural e histórico de las sociedades latinoamericanas en se gesta la producción teórica tanto del marxismo como de la Sociología de la Modernización.


2. El Marxismo en Latinoamérica

2.1 José Aricó: una periodización del marxismo en Latinoamérica

Este texto de Aricó pretende ubicarnos históricamente en la génesis del marxismo en América Latina, sus principales pensadores, su involución durante los años 30 y su reformulación con el estallido de la revolución cubana. Al mismo tiempo describe al marxismo en Latinoamérica como un sinfin de propuestas metódicas y prácticas (políticas) caracterizadas por una visión eurocéntrica, muchas veces intencionadas a entender el problema de la región en términos de desarrollo y modernización. Sin embargo, exceptúa dos casos concretos: la figura de Mariátegui en Perú y la revolución socialista en Cuba.

En un primer momento, se explicar el papel fundamental que jugaron los Partidos Socialistas en las luchas sociales a finales del siglo XIX y principios del XX. Esto se ve reflejado en la creciente organización obrera y el reclamo por un mayor ejercicio político de las masas en el Estado. Concretamente en Argentina aparece la figura de Juan B. Justo (1865-1928) quien tuvo la intención de formular un socialismo argentino a partir de la lucha de clases. Fundó el Partido Socialista en su país, pero además, luchó por una mayor participación ciudadana en la democracia. Sin embargo, el distanciamiento con movimientos sociales como el anarquismo y el radicalismo y una supuesta ruptura metódica de Justo con Marx aniquiló la posibilidad de un marxismo original en Argentina.

Es acá donde Aricó propone que la primera aparición de un marxismo genuino y latinoamericano se dio con la figura de José Carlos Mariátegui, un pensador y periodista peruano que propone repensar a América Latina en términos de "lo originario" y "la cuestión de lo nacional". En 1928 funda el Partido Socialista Peruano el cual se proclama como antiimperialista y antifeudal. En sus principales elaborados teóricos Mariátegui plantea el problema del indio peruano, la necesidad de insertarlo como una clase social y de que esta sea la matriz de cualquier proyecto socialista.

Por otro lado, según Aricó, con la muerte prematura de Mariátegui, en 1930, también muere toda posibilidad de consolidar un marxismo original latinoamericano durante la primera mitad del siglo XX y más bien esta corriente de pensamiento entra en crisis durante la década de los 30 por motivo
de lo que él llama "la involución estalinista". En este sentido, el marxismo se convierte en una ciencia más, pretenciosamente de carácter "neutro" y que, con autores como Aníbal Ponce, se centra en una crítica de la cultura.

No obstante, con la revolución cubana (década de los 50) se vuelven a recuperar temas del marxismo como el humanismo marxiano y la idea de un hombre creativo transformador de la historia, y por tanto conciente de su realidad. Figuras como el Ché Guevara y Fidel Castro son las artífices del movimiento revolucionario en Cuba y una vez en el poder declaran la importancia del movimiento armado con propósitos revolucionarios y también llevan a cabo un proyecto político que transiciona de la actual situación cubana hacia el socialismo de Estado directamente. Finalmente, Aricó termina por sugerir que en este contexto ya no es necesario debatir si hay o no un marxismo latinoamericano pues es evidente que no es posible pensar en transformar la realidad social de la región sin tomar en cuenta las características particulares de cada nación y su historia.

2.2 Dussel: el Marx que llegó a Latinoamérica

En la segunda lectura por reseñar, Enrique Dussel comienza por explicar brevemente el desarrollo que tuvo el marxismo en Europa. Desde la visión de Marx sobre una revolución solamente posible en las "grandes naciones históricas", hasta la "apertura" teórica de Lenín y la posibilidad de pensar el problema colonial. Dussel sugiere que las primeras interpretaciones unilineales de la historia y polìticamente unilaterales de Marx provocaron que el pensamiento en América Latina fuera reinterpretado de una manera dogmática y desligada de la realidad regional.

En esta línea, al igual que Aricó, Dussel nos propone una periodización del marxismo. En un primer plano ubica el surgimiento de diversos medios de comunicación y difusión a finales del siglo XIX, como revistas, periódicos y clubes de corte socialista. Hacia 1919 y con el estallido de la revolución rusa, surge el periodo que el autor denomina "de los revolucionarios". Esta revolución propicia un clima favorable para el desarrollo de la izquierda latinoamericana en el cual confluyen diversas corrientes teóricas desde el anarquismo, los distintos tipos de socialismo y finalmente el comunismo soviético. Dussel ubica, al igual que Aricó, el trabajo de José Carlos Mariátegui como la primera recepción genuina del marxismo en Latinoamérica. Influenciado por el marxismo italiano, Mariátegui reivindica la importancia de lo autóctono, lo campesino y lo autóctono.

Superada la etapa mariateguiana en el Perú, el marxismo pasa por un periodo oscuro durante los años 30 con un rezago teórico, y una importante fase anti-fascista dado el contexto de la II Guerra Mundial. El comunismo pierde influencia sobre las masas y el movimiento en general pierde fuerza política. No es si no hasta el estallido de la Revolución Cubana que se vuelve factible la posibilidad de un nuevo comunismo en América Latina. La figura del Ché Guevara proclama la importancia del método para la guerrilla, o sea el movimiento armado y recupera valores humanistas y éticos en su revolución.

En una línea similar, pero más avanzado el siglo, encontramos la revolución sandinista en Nicaragua (1979). Con el derrocamiento de la dictadura somozista, el movimiento insurrecional nicaragüense crea cierto tipo de corriente marxista creativa a partir de su praxis. El Frente Sandinista inserta la categoría pueblo y nación en sus proyectos políticas y además surge una alianza que posteriormente sería fundamental en las luchas armadas de la región: la relación Iglesia Católica-comunismo.

2.3 Löwi: movimientos insurreccionales y marxismo en Latinoamérica

El texto de comienza por distinguir los periodos del marxismo en América Latina durante el siglo XX: el revolucionario de los 20's hasta el 35, el stalinista hasta el 59 y el "nuevo periodo". En este sentido se hace una crítica general al europeísmo característico de los primeros intelectuales marxistas de América Latina. Su intención de "copiar y pegar" los modelos de desarrollo europeos ignoraba por completo la realidad y la historia de la región. La estructura agraria característica de los países latinoamericanos era vista como un "atraso" por su carácter feudal y "barbárico".

El autor destaca, posteriormente, la importancia de Mariátegui en el Perú y la trascendencia del movimiento insurreccional cubano del 59. La revolución cubana fue tal vez el principal modelo revolucionario de la región latinoamericana. Para Fidel Castro y el Ché Guevara la revolución marxista debía ser armada, en otras palabras, la vía para el derrocamiento de los regímenes dictatoriales que se habían instalado en la región era la guerra. Esto desencadenó la formación de fuerzas guerrilleras a lo largo y ancho del continente.

Löwi, en el contexto que escribe el texto (1980), termina por afirmar que la mayoría de la población de América Latina se encuentra bajo regímenes políticos represivos. Además agrega la importancia para los militantes de la izquierda latinoamericana de que todos los sectores socialistas se integren en aras de detener las torturas y violencia hacia los civiles.

2.4 Mariátegui: el problema del indígena y el falso nacionalismo antiimperialista.

Del pensamiento mariateguiano hay dos aspectos fundamentales que deben ser rescatados: el ser antiimperialista y el problema indígena. Al decir ser antiimperialista, Mariátegui se refiere al nuevo movimiento de expansión de los Estados Unidos de Norteamérica que conduce a los Estados latinoamericanos hacia una nueva dependencia. En su análisis más detallado, plantea que la política antiimperialista no puede provenir de la burguesía local; y pone por ejemplo el caso de México en el que la burguesía terminó por pactar una alianza con los yankees.

Por otro lado, el problema del indígena, matriz teórica de Mariátegui para explicar la realidad latinoamericana, es el de repartición de la tierra. Previo a la colonia existe cierto tipo de comunismo agrario primitivo en las sociedad precolombinas que debe ser tomado como base social para el nuevo comunismo marxista. También se propone que el socialismo es un movimiento de carácter mundial, y no exclusivamente europeo: en América Latina ya existía en la comunidad inca.

Finalmente, Mariátegui finaliza sus breves ensayos sugiriendo que el indio debe ser dotado con herramientas socialistas para que después por sí mismo pueda llevar a cabo la revolución. Por otro lado, la falsa apariencia antiimperialista de la burguesía nacionalista impide que se camine hacia verdadera lucha en contra del imperialismo. En otras palabras, para ser antiimperialista, se debe ser socialista, marxista y revolucionario.

2.5 Observaciones finales

Los textos reseñados nos ayudan a periodizar y comprender la historia del marxismo en el continente americano durante gran parte del siglo XX. Es importante leerlos todos puesto que, por ejemplo, el texto de Dussell da un carácter enfático a la lectura que se hizo de Marx en la región, mientras que Aricó enfatiza la invisibilización del pensamiento mariateguiano y Löwi destaca la importancia de ls movimientos insurreccionales en la producción teórica del marxismo.

Por otro lado, podemos decir que en los textos queda pendiente un análisis sobre la influencia del pensamiento positivista en la región y su vínculo indirecto con el marxismo. Es decir, si bien Marx parte de criticar esta corriente filosófica, su gran relato no termina de superarla pues a fin de cuentas propone el mismo camino socio-económico que los liberales (desarrollo del capitalismo) sólo que prediciendo un desenlace distinto.

En cuanto al aporte de Mariátegui, lo más valioso es tal vez su originalidad para pensar a América Latina como un continente cuyo problema principal es la reivindicación del indio y su particular organización socialista precolombina. Además de los estudios que hizo acerca de la sociedad incaica, Mariátegui era un ilustrado historiador que en su corta obra plasmó textos que trascendieron en el tiempo y todavía hoy son referentes del marxismo en Latinoamérica.

Finalmente, es importante destacar que en la actualidad el marxismo se ha convertido en una buena herramienta teórica para comprender las nuevas dinámicas del capitalismo, y con más de 150 años de historia, es, tal vez, la mejor crítica al mismo. Sin embargo, el fracaso del régimen soviético y el estallido del proyecto globalizador, hace que hoy en día sea prácticamente imposible pensar en un mundo sin capitalismo y sin clases y, por tanto, la idea de un proyecto político marxista como el que intentaron muchas naciones latinoamericanos durante el siglo XX parece haber quedado en los escombros del muro de Berlín.


3. Sociología de la modernización

3.1 Fernandes: el desarrollo social en América Latina

Para Fernandes es importante partir de la premisa de que el desarrollo social pasa por una cuestión de conciencia. Con esto el autor se refiere a que el sujeto social, al ser conciente de su situación y de la historia, debe ser capaz de transformarlas y por tanto dominarlas. En este sentido, el desarrollo social no es una cuestión meramente de "voluntad": debe ser intencionado, pensado y ejecutado.

Superada esta premisa epistemológica del actor social como ente transformador de su realidad, se puede pensar el desarrollo como un proceso de dos etapas o fases: una primera caracterizada por una desorganización general (social, económica) que al mismo tiempo genera un clima de re-organización necesaria y por tanto innovación e importación de modelos óptimos; una segunda etapa pasa por un tema de nuevas exigencias culturales lo cual obliga a integrar la herencia histórica nacional con los nuevos modelos organizativos.

Latinoamérica, para Fernandes, está en la primer etapa (más avanzada en algunos países que en otros). Esto nos lleva a la conclusión de que es necesario acelerar este proceso en miras de avanzar hacia una segunda fase de integración. Acá el autor hace una fuerte crítica a los sectores conservadores, incluso proto capitalistas; de querer preservar el status quo y las formas de organización social del antiguo régimen. En este sentido, cobra vital importancia la revolución social y el papel del Estado en la transición al nuevo modelo.

Para el autor, es de carácter imperativo evolucionar hacia una verdadera democracia liberal. Sin embargo, la estrategia adoptada por los sectores conservadores, la demagogia, impide que esto se lleve acabo. Es acá donde es trascendental el tema de la educación. Para Fernandes, es necesario reformar las técnicas pedagógicas de enseñanza y encaminar el aprendizaje hacia el objetivo de innovar en tecnología y ciencia.


En su último apartado temático, "El umbral sociológico", Fernandes concluye que el hombre debe utilizar el aparato institucional para transformar la realidad social. Además, que el fin último de este empoderamiento es el acrecentamiento del poder sobre las fuerzas objetivas de la sociedad. Por último, en este proceso debe haber un cierto tipo de internalización de actitudes y motivaciones (factor psico-social) en el comportamiento del "nuevo hombre", y que de parte del Estado debe haber una intención clara de utilizar técnicas sociales y científicas (papel de la Sociología como ciencia aplicada) en miras de planificar el desarrollo y acelerarlo.

3.2 Gino Germani: de lo tradicional a lo moderno, educación o barbarie.

En su texto "Política y Sociedad", específicamente el capítulo V "De la sociedad tradicional a la participación total en América Latina", Germani empieza por explicarnos la historia de Latinoamérica en 6 grandes etapas: 1) Guerras de liberación, 2) Guerras civiles, 3) Autocracias unificadoras, 4) Democracias con participación "limitada", 5) Democracias con participación ampliada y 6) Democracias con participación total.

Superadas las primeras dos etapas, caracterizadas por una predominancia de las estructuras sociales tradicionales, entramos en la etapa autócrata unificadora que en la mayoría de naciones significó cambios en las dinámicas económicas (inversión extranjera, inserción en el mercado mundial), así como la aparición de fenómenos sociales como la inmigración. En un cuarto momento, en las democracias limitadas se da el surgimiento de una clase media urbana que demanda participación política. Sin embargo, esta se ve limitada por la resistencia de las oligarquías nacionales al cambio.

Esta transición de la sociedad tradicional a la moderna, concretamente las etapas de democratización, se ven afectadas por el fenómeno urbano. La creciente movilización de las masas hacia los centros propicia un clima favorable para que surjan nuevas clases sociales antes inexistentes, como lo es el proletariado. Sin embargo, esta clase social junto con la burguesía se ven afectadas por las estructuras psico-sociales tradicionales que siguen presentes en sus mentalidades y que impiden el avance hacia una democracia representativa con participación total. A su vez, las poblaciones periféricas (las no urbanas) queda relegadas a un segundo plano y su participación política es nula pues sus aspiraciones de vida no encajan, de momento, en el proyecto de la modernidad.

Posterior a esto, Germani deja en claro algunas diferencias importantes entre el proceso de transición que se vivió en las sociedades europeas y el que se vive en ese momento en América Latina. Primero que nada, es incomparable en tanto hay diferencias importantes en sus movimientos de urbanización y el surgimiento de vías que integren las nuevas clases sociales. Mientras que en los países desarrollados hay un aumento de la conciencia nacional, en Latinoamérica la mayoría de población sigue siendo conservadora. Por otro lado, mientras que en los países modernos se consolidan las grandes corporaciones y hay una universalización de derechos y una creciente participación política, en América Latina siquiera se comienza un proceso de democratización todavía truncado por las clases sociales conservadoras y tradicionalistas.

Asimismo, en su apartado acerca de Movilización y movimientos sociales Germani explica un fenómeno muy particular que se está dando a nivel mundial: la "hibridización" ideológica en los países de industrialización tardía. En este sentido, las élites de poder con proyectos nacionalistas acuden a las masas populares en aras de transformar la sociedad y llevar a cabo sus objetivos: es así cómo se explica un fenómeno tan poderoso en la Argentina como el peronismo. En conclusió, hay cierto tipo de contradicción entre los proyectos nacionalistas autoritarios pues estos se ven forzados a dar participación a las masas.

En su último apartado, Germani explica el nuevo caracter de la estratificación en la sociedad moderna. Mientras que la sociedad tradicional se vio estructurada por una fuerte dicotomía clase alta-clase baja, en los países más avanzados y el caso latinoamericano se complejiza el tema de las clases y surge una nueva: la clase media. Sin embargo, problemas como la tenencia de la tierra por parte de una clase alta pequeña (latifundistas) hace que se preserven algunas estructuras sociales características de la sociedad tradicional.

3.3. Jose Echavarría: acerca del desarrollo en América Latina.

En su texto "Consideraciones Sociológicas sobre el Desarrollo Económico en América Latina, Echavarría comienza por indicar que previo a cualquier análisis del desarrollo en la región latinoamericana es necesario evidenciar su carácter de "extensión" de Europa, es decir, la "europeización" es un proceso inevitable pues a fin de cuentas somos lo que somos, bueno o malo, por Europa. Posterior a esto, el autor sugiere que la región está estancada en la primera fase del desarrollo: todavía no es una sociedad industrial y de consumo. Al contrario, las viejas estructuras socio-económicas (tradicionales) siguen prevaleciendo, eso sí, se encuentran en un ocaso, están transicionando hacia "lo moderno".

Hecha esta aseveración, el autor destaca la importancia y alcance dualismo-estructural, es decir, ese análisis sociológico que ubica a las sociedades latinoamericanas en un proceso de transición de "lo tradicional" a "lo moderno", de "lo arcaico" a "lo progresivo". Si bien y su alcance es limitado, es una generalización útil en tanto destaca la trascendencia de integrar ambos sectores sociales, necesariamente en contradicción, en un mismo proyecto nación. Además, ambas caras de la moneda juegan su rol social y económico y no puede ser sustituida la una por la otra, sino más bien debe haber un proceso gradual de transformación de los modelos tradicionales.

Por otro lado, Echavarría destaca la importancia de analizar las viejas formas de organización, específicamente la de la hacienda, estructura primaria y genética de las sociedades latinoamericanas. Este modelo caló profundo en la identidad del individuo latinoamericano y los hacendados se convirtieron en figuras políticas influyentes y dominantes, sin embargo, el modelo hacendario debe encaminarse hacia el modelo empresarial capitalista. De igual forma, en este cambio de paradigma social, el autor sugiere que fenómenos como el de la urbanización deben ser estudiados con mayor profundidad y analizados en correlación con otros factores como el crecimiento económico.

Finalmente, el autor culmina discutiendo el problema de las ideologías en América Latina. En primer lugar, si bien no es posible negar la "crisis" del liberalismo por sus complicaciones pragmáticas en la transición de una corriente de pensamiento meramente filosófica, al plano político y económica que indudablemente es mucha más complejo. Sin embargo, para Echavarria lo más importante es que los liberales se abran ideológicamente y sean capaces de incorporar diversos sectores de la sociedad, más allá de si son de "derecha" o "izquierda", pues a fin de cuentas compartan un mismo proyecto: el desarrollo económico y el salto definitivo de una sociedad tradicional a una moderna.

3.5 Observaciones finales

Los teóricos de la modernización son tal vez los pioneros de la Sociología como ciencia aplicada en américa Latina. El momento histórico en que surge esta corriente de pensamiento es muy favorable y positivo para las Ciencias Sociales, sin embargo, los alcances de sus elbarocaciones teóricas fueron bastante limitados y hoy día son objeto de crítica por parte de las nuevas escuelas de pensamiento latinoamericanas. Más allá de todo este panorama actual, varias cosas se pueden rescatar de la discusión de los "modernistas".

En primer lugar y tal vez el aporte más importante: el carácter crítico de las Ciencias Sociales, su papel primordial en la planificación del desarrollo y su inevitable papel intelectual en la construcción y avance de la sociedad. En este sentido, la superación del plano teórico al práctico se convierte en un paso fundamental. Favorecidos por un contexto dramático, urgido de soluciones, los teóricos de la modernidad son los primeros "científicos" sociales y sus aportaciones teórico metodológicas deben ser criticadas pero nunca menospreciadas.

Por otro lado, las críticas al liberalismo, al menos por parte de Echavarría, son de carácter valioso tanto para los ideólogos de derecha como los de izquierda y su lectura se torna necesaria en la comprensión de las particulares alianzas entre sectores progesistas y social-comunistas de los años 30 en adelante. Para nadie es un secreto que las visiones de mundo entre estas dos ideologías, ambas de origen europeo, son bastante distintas. Sin embargo, durante el siglo XX ambas adhesiones políticas se vieron forzadas a encontrar sus puntos de intersección en aras de unirse contra el peor enemigo: el fascismo y las dictaduras militares.










Conclusiones

El siglo XX se vio caracterizado por una serie de transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales que redefinieron el rumbo de la sociedad humana y el proyecto moderno del mundo occidental. Dentro de esta convulsa situación, debe situarse la historia del pensamiento latinoamericano. En este sentido encontramos dos grandes corrientes que se desarrollaron en esta época, si bien no paralelamente, de un mismo nivel de importancia en cuanto aporte para la Sociología: el marxismo y la Sociología de la modernización. La primera, una corriente de pensamiento político-económica de origen europeo, actualmente llevada al análisis en el plano social (situación inevitable), y la otra un nicho académico que abrió las puertas al florecimiento de la Sociología en América Latina como ciencia aplicada.

Es importante destacar que el hecho de que ambas sean herederas de una tradición occidental europea hace que tengan más puntos de los que se cree. Si bien el marxismo apuesta por un mundo social comunista y sin clases sociales y los progresistas (teóricos de la modernización) apuntan hacia una democracia liberal participativa; el camino para llegar a ambos lugares, desde ambas perspectivas, es el mismo: el desarrollo y aceleración del proceso de industrialización. En el marxismo, para la superación del Estado a través de la revolución proletaria; en el liberalismo, para el alcance de la democracia absoluta y la autorealización del individuo moderno. Establecidas estas similitudes necesarias para la comprensión de alianzas políticas, proyectos nación, entre otros de los países latinoamericanos durante el siglo XX; sólo nos resta discutir un punto: sus limitaciones.

Entre sus principales flaquezas encontramos el dualismo teórico propuesto tanto por el marxismo como por los teóricos de la modernización. En el primer caso, es un dualismo "involuntario" en el sentido que no se le llama así: se le denomina "lucha de clases" (proletariado-burguesía). En el otro, sí es más visible en la tipificación sociedad tradicional y sociedad moderna. En ambas teorías estas dicotomías no quedan superadas y eximen de cualquier proyecto nacional, además de invisibilizarlos, a diversos sectores sociales. Tal es el caso de los indígenas y el campesino. Salvo el caso de Mariátegui para el marxismo quien trata el problema del indígena peruano, y algunas líneas que Fernandes dedica a la situación de la clase campesina; esta incapacidad, intencionada o no, de incluir estos tejidos sociales en el engranaje de un proyecto nacional de desarrollo explica tal vez el fracaso y poco alcance que tuvieron las teorías de la modernización a mediados del siglo XX (y su necesaria discusión y reformulación en los años posteriores), además de lo insuficiente que resultó la intención comunista en la región.

Finalmente, en el plano actual podemos decir que el fracaso del proyecto socialista relegó y rezagó la producción marxista después de los años 90 y, además, invisibilizó su tan preciada y necesaria capacidad crítica del capitalismo. Por el otro, el estudio de la teoría de la modernización en Latinoamérica nos ayuda a comprender las tendencias neo-desarrollistas de países como Ecuador, Bolivia, Argentina e incluso Venezuela en la actualidad. Sin embargo, el fracaso del proyecto industrializador del centenio anterior vislumbra lo que parece ser la crónica de una muerte anunciada para el "neodesarrollismo": si en el pasado no se pudo, mucho menos se podrá a estas alturas del capitalismo.





Bibliografía

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-Aricó, José, "Marxismo latinoamericano" , en N. Bobbio y N. Mateucci (Directores), Diccionario de política, México: Siglo XXI, 1982.
-Dussel, Enrique, "El último Marx" (1863-1882) y la liberación latinoamericana", México: Siglo XXI, 2014.
-Fernandes, Florestán, "Dominación y desigualdad. El dilema social Latinoamericano" (Antología, compilada por Heloisa Fernandes), Bogotá: Siglo del Hombre, CLACSO, 2008.
-Germani, Gino, "Política y sociedad en una época de transición", Buenos Aires: Paidós, 1971 (4a edición)
-Mariátegui, prefacio a L.E Valcarcel, "Tempestad en los Andes", Lima: Ed. Universo, 1975.
-Mariátegui, José Carlos, "Tesis presentada en la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana", Buenos Aires, 1927. ("Punto de vista antiimperialista" y "El problema indígena en América Latina")
-Lôwi, Michael (compilador), "El marxismo latinoamericano. Antología, desde 1909 hasta nuestros días", Santiago: LOM, 2007.
-Terán, Óscar (compilador), "América Latina: Positivismo y Nación", México: Katun, 1983.


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