Remembranzas de la Gran Guerra en Chascomús

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Descripción

Remembranzas de la Gran Guerra en Chascomús Un monumento que nos remonta a los tiempos de la Primera Guerra Mundial Aníbal José Maffeo Publicado en el diario “El Argentino” (16/02/2006 – Chascomús, Pcia. de Buenos Aires) Es una mañana de invierno, fría y húmeda, el rocío nos moja los pies. Con los primeros rayos de sol, la niebla empieza a disiparse, y mientras caminamos, observamos las lápidas escritas en perfecto inglés. Cualquiera podría situar esa escena en algún pueblo de la campiña británica, sin embargo, ocurre a tan sólo unos kilómetros del centro de nuestra ciudad: estamos en el Cementerio San Andrés, más conocido como el “cementerio de los ingleses”. Este camposanto, que data del siglo XIX, es uno de los rincones menos conocidos de nuestra ciudad, pero uno de los que guarda una gran riqueza histórica. Recorrer el cementerio, siempre con el respeto que corresponde, es una actividad realmente interesante. Entre los nombres de antiguos miembros de la colectividad británica, como los Robson y Rodgers, y los apellidos de familias tradicionales de Chascomús, encontramos una tumba que destaca entre las otras. Se trata de un pequeño obelisco o aguja piramidal, el único del cementerio. En uno de sus lados se lee, en inglés, una dedicatoria a Charles Froud, nativo de Londrés, muerto el 1ro. de agosto de 1914 y a su esposa Eufemia Greig Leys, fallecida el 7 de junio de 1916, dedicatoria hecha por sus nietos. Pero lo más interesante, es la inscripción en la cara oeste del obelisco, cubierta en gran parte por verdín. Grabado en la piedra se lee “In loving memory of Private James Moore Hopson. No. 1457. 10th Battalion. Lincolnshire Regiment. Eldest son of Harry E. and Effie J. Hopson. Born 1st September 1896 at El Puerto (Bahía Blanca). Killed in action on 2nd July 1916 at Fricourt (France) in defence of right and freedom”, y en la base del obelisco continúa “He lies not in his native land, but neath some foreign skies, far from those who loved him best, but in a hero’s grave”. Traducido al castellano, “En afectuoso recuerdo del soldado James Moore Hopson, Nro. 1457, 10mo. Batallón, Regimiento de Lincolshire, hijo mayor de Harry E. y Effie J. Hopson. Nacido el primero de septiembre de 1896 en El Puerto (Bahía Blanca). Muerto en acción el 2 de julio de 1916 en Fricourt (Francia) en defensa de la justicia y la libertad”, “No yace en su tierra natal, sino bajo cielos extranjeros, lejos de aquellos que más lo amaron, pero en la tumba de un héroe”. James Moore Hopson fue uno de los tantos argentinos, descendientes de británicos, que durante las guerras mundiales (en este caso, la primera) partieron hacia la tierra de sus ancestros para luchar en su defensa. La base de datos de la Commonwealth War Graves Commision (Comisión de Tumbas de Guerra del Commonwealth), permite agregar más información a lo que ya tenemos. El nombre completo del padre era Harry Ernest, y el de la madre Effie Jane, y vivían en Cañuelas.

James se enlistó en el 10mo. Batallón del Regimiento de Lincolnshire (un histórico regimiento inglés). Ese batallón se formó exclusivamente con voluntarios, el día 9 de septiembre de 1914, en la ciudad de Grimsby, un puerto a orillas del río Humber, en la costa oeste de Gran Bretaña. Este tipo de unidades se formaron bajo los auspicios de Lord Kitchener, Secretario de Guerra británico, que se vio en la necesidad de aumentar el número de tropas ante la abrumadora superioridad alemana. La idea de Kitchener era que los batallones se formaran con hombres con algún tipo de vinculación: compañeros de escuela, miembros de asociaciones deportivas, profesionales, etc., con el objeto de fomentar y mantener un alto espíritu de cuerpo y moral. La peculiaridad del 10mo. Batallón es que tuvo una denominación única. Todos los batallones de voluntarios se conocieron como los “Pals”, o sea, compañeros; salvo el 10mo., que fue conocido como los “Grimsby Chums”, que traducido significa “los compinches de Grimsby”. El 10mo. Batallón fue asignado a la Brigada 101 de la 34va. División en junio de 1915, y se mantuvo en Inglaterra para entrenamiento. Finalmente, la 34va. División, formada íntegramente por unidades de voluntarios, se embarcó hacia Francia entre el 7 y el 15 de enero de 1916. Para junio de ese año, la División se había movilizado hacia el frente occidental, en donde estaba por comenzar la Batalla de Albert, la primera fase de una de las batallas más encarnizadas de la Gran Guerra: la lucha por el Somme. La unidad de James tomó posición al oeste de la ciudad francesa de Albert, justo enfrente de La Boisselle, y un poco al norte de Fricourt, dos de los lugares más defendidos de las posiciones alemanas. Cuando el primero de julio se lanzó la ofensiva del Somme, los “Chums” avanzaron sobre las líneas enemigas, ocupando el cráter que había dejado la detonación de una carga explosiva de 24 toneladas (la más grande detonada hasta ese entonces) bajo las trincheras alemanas, instalada en una operación de zapadores ingleses. Sin embargo, cuando quisieron tomar su objetivo, La Boisselle, fueron rechazados por el fuego enemigo, y tuvieron que replegarse nuevamente hacia el cráter, conocido como “Lochnager mine”. Allí debieron resistir el castigo de la artillería alemana, para realizar nuevos asaltos los días 2 (día en que fallece James, a los 19 años) y 3 de julio. Unos días después, La Boisselle, Fricourt y otras posiciones cayeron ante los ingleses. La guerra siguió su curso, pero para James Moore Hopson y para otros 500 hombres (entre muertos, heridos y prisioneros) del 10mo. Batallón, todo había terminado. El soldado Moore Hopson fue sepultado en el cementerio de Gordon Dump, creado por los soldados británicos luego del 10 de julio de 1916 para enterrar a los caídos en la batalla. James Moore Hopson yace hoy, no en una tumba común, sino en un nicho conmemorativo, el “Special Memorial B.24”, a los pies de una gran cruz que domina el cementerio, ubicado cerca de La Boisselle. En Argentina, además de en la aguja erigida en el Cementerio “Inglés” de nuestra ciudad, su nombre se encuentra grabado en la Iglesia Presbiteriana de San Andrés, ubicada en la Av. Belgrano 579 de Buenos Aires, junto a los de otros 53 voluntarios argentino-británicos que cayeron en la Gran Guerra.

Una visita a la impresionante, y envidiable, página web de “The National Archives” (un organismo del gobierno británico que se formó en 2003 por la fusión de la Oficina de Registros Públicos y la Comisión de Manuscritos Históricos), nos permite acceder al Indice de Lista de Medallas del Ejército Británico, en donde podemos encontrar la tarjeta de medallas de James, quien recibió, póstumamente, la “British War Medal” (otorgada por servicios fuera de las Islas Británicas entre el 5 de agosto de 1915 y el 11 de noviembre de 1918) y la “Victory Medal” (otorgada a todos los que sirvieron en cualquier teatro de operaciones de la Gran Guerra). Pero, ¿tenía alguna relación James Moore Hopson con Chascomús?. Posiblemente ninguna, tan sólo el cementerio, que era el único presbiteriano de la zona y el más cercano a Cañuelas. De hecho, el segundo censo nacional de 1895 no muestra a ningún Hopson ni Moore como residente en Chascomús. En cuanto a la relación de las dos inscripciones en el monumento, Eufemia Leys era, de acuerdo a los registros de la Iglesia Presbiteriana de San Andrés de Buenos Aires, hermana de la abuela materna de James, y por lo tanto, su tía abuela. No obstante ello, el obelisco tiene la importancia de ser, hasta donde sabemos, el único monumento erigido en el distrito a un caído en la Primera Guerra Mundial, lo que lo convierte a su vez, en el solitario recuerdo de uno de los conflictos más grandes y sangrientos de la historia. Eran aquellos otros tiempos, cuando las palabras valor, honor, patria y sacrificio todavía no habían perdido su significado.

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