Reflexiones sobre: el miedo en la ciudad. Zygmun Baumant

Víctor Martín Eliseu Carbonell 30 de enero de 2015

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Confianza y temor en la ciudad ! Las ciudades se han convertido en vertederos de problemas de origen mundial. Sus

habitantes y quienes los representan suelen enfrentarse a una empresa imposible, se mire por donde se mire: la de encontrar soluciones locales a contradicciones globales. (Bauman, 2005)

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El once de septiembre del 2001 un seísmo azotó a todo el mundo occidental. Un niño era yo, como muchos, joven e inconsciente. Los adultos, sabían perfectamente de la atrocidad que estaba ocurriendo. Incluso los jóvenes, que aquel día jugábamos, dejamos la pelota y nos plantamos delante de la televisión conscientes de que algo muy extraño pasaba. Aquello que parecía una película de presupuesto dantesco, poco a poco, intuíamos que era realidad. Al ver la cara de temor de nuestros allegados, además de la de los periodistas atónitos que comentaban el acto, sentimos MIEDO, mucho miedo. El mundo no acabó, aunque ese día parecía vaticinar el inicio del fin de los tiempos. El miedo siguió, se transportó por el mundo y se instaló en nosotros. No sólo era un problema estadounidense, el temor se instauró en todo el mundo accidental. Primero fue New York pero le siguieron Casablanca, Madrid, Londres, entre muchos otros. El terrorismo atemoriza las sociedades, la última fue la francesa. En nuestras calles, donde compramos el pan o la verdura, jóvenes despiadados arrebatan vidas aleatoriamente en nombre de Dios. Estos fenómenos que parecen estar instaurados en nuestras sociedades provocan temor, miedo, rabia, frustración. En consecuencia, olas xenofobicas azotan el mundo, incluso en países donde parecía imposible la vuelta de mensajes déspotas y racistas. Nuestro mundo tiene un reto, y nuestro reto es vivir en este mundo. Fred argumentó que los humanos somos inseguros cuando no tenemos el control de las cosas. Cuando no controlamos nuestro entorno, aparece en nosotros una ansia que nos provoca angustia. Esta angustia, se convierte en temor y se canaliza de muchas maneras, entre RESEÑA. SOCIOLOGÍA DE LAS MIGRACIONES

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ellas la mixofobia. Un anormal e injustificado miedo a la interculturalidad o a los extranjeros es lo que han provocado este tipo de acciones. Cómo podemos convivir en una región si mucha de esa gente se mira entre si con recelo, se prejuzgan, se estigmatizan y se desprecian. Zygmunt Bauman versó sobre este tipo de problemas, entre muchos otros, en Fiducia e paura nella città (2005). El autor versa en este libro sobre los conflictos notorios que aparecen en las sociedades modernas y que percuten a las sociedades del siglo veintiuno. Parece difícil, según Bauman, erradicar problemas globales con soluciones locales. Ciertamente, el terrorismo está a la orden del día. No es el único problema global, no olvidemos la crisis del virus del Ébola, el cambio climático, el trafico de drogas, la hambruna mundial, etc. Este incansable sociólogo, lleva años explicando la configuración de las sociedades modernas. Hoy, diez años después de la publicación de este libro, es aún totalmente vigente todo lo que versó el autor. Miedo, tenemos miedo. Miedo a estar solos por la calle, miedo a ir a grandes superficies a comprar, miedo a que se inicie un conflicto a escala global, miedo a lo desconocido, miedo a la recesión, miedo a lo diferente, miedo a que invadan nuestro territorio, en definitiva, tenemos mucho miedo. Bauman lleva años hablando de la configuración de las nuevas sociedades. Hoy en día, en todos los campos de las humanidades se ha leído, hablado y reflexionado sobre el cambio hacía las sociedades líquidas. Cómo de la vida de nuestros ancestros fija y difícil de cambiar, estamos inmersos en la era de la fragilidad, inseguridad, de lo momentáneo, de lo transitorio. Son precisamente estos atributos anteriores los que definen y nos hacen entender el concepto modernidad líquida. Todavía recuerdo sobre el año dos mil seis cuando me levantaba cada mañana a las siete y media y desayunaba viendo el telediario. En plena época de bonanza en España y en el mundo occidental, muy lejanos quedaban temas como el hambre o la guerra. Impensables eran estos temas, para toda la sociedad. Era una época dónde nadie creía que nuestro próximos podrían pasar hambre, podrían no tener un techo, incluso, podrían morir por el no derecho a la sanidad. Hoy en día, una década después la gente teme estos aspectos. Miles de personas no tienen sanidad, miles de familias pierden su vivienda y uno de cada tres niños está malnutrido. El miedo se ha instaurado, y en Europa, parece que no se va a ir así como así. Hemos despertado del sueño en el que vivíamos, y ahora, tenemos miedo. Sobre las siete y cuarenta, después de asearme siempre desayunaba. Había un tema, aquel tema si que nos preocupaba. El cambio climático tenia secciones en todos los telediarios y la sociedad estaba muy preocupada con este tema. Parecía que lo único que podía acabar con nosotros era la

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madre naturaleza. Hoy en día estos temas han desaparecido de las pantallas, parece que no nos importan que no interesan. Con la caída de Lehman Brothers el miedo económico, político y social lo ha absorbido todo. La seguridad que teníamos como sociedad se ha evaporado como el agua del rocío matinal. Esta caída, nos a devuelto a la inseguridad. Ya no tenemos el control. Vivimos en un sueño, el sueño acabó en tragedia. Hoy en día, nuestra sociedad hace esfuerzos titánicos para salvaguardar la economía. Hay un incesante temor a recaer, a volver a decrecer, a que vuelvan a venir mal dadas. Ya no hay esa seguridad, y lo que eran pequeños temores por el cambio climáticos se han transformado en miedos terribles a no cobrar pensiones. El miedo está instaurado y parece difícil de erradicar. Hoy en día, me sigo levando por la mañana y sigo desayunando viendo el mismo telediario. Hoy, la sociedad vive con el incesante temor de que algo va a ocurrir. Es evidente que una crisis nos azota, que hay temas muy serios, pero hay algo preocupante, el miedo enraizado. Parece incluso, que los actos ocurren más deprisa de lo que podemos digerir. Realmente da miedo salir a la calle, da miedo viajar, da miedo comprar, da miedo relacionarse, da miedo hablar. Las borrascas ahora son ciclogénesis explosivas; si no tienes alarma, tus hijos están en peligro; no hablemos de que sin seguro médico o de pensiones estas condenado a morir por una enfermedad o a pasar hambre de anciano. Ciertamente, hay grandes beneficiados de este mundo en el que vivímos, de esta sensación instaurada en las sociedades occidentales. Es evidente, que los medios de comunicación juegan un papel clave en este tablero de ajedrez. A más miedo, más crispación, mas angustia, mejor y mayor resultado de share. Lo peor de esto, es el oír como los políticos y altas personalidades juegan con este sentimiento transmitiendo miedo, odio, temor y crispación por un puñado de votos. Como podemos ver, el miedo mueve a la sociedad. El miedo es capaz de provocar cambios o de condicionar la toma de decisiones. Nuestro día a día se construye con estas tomas de decisiones bien aprovechadas por muchos. Aún así, hay que ser conscientes que hay algo más, no todo es un simple juego del canal de la televisión o de tres políticos charlatanes. Realmente, hay temas donde la sociedad lo tiene francamente difícil. Hoy en día, la economía mueve el mundo. Quiénes realmente son los que conducen los títeres, quiénes son los que dan soluciones a los problemas. Nadie sabe a ciencia cierta quienes son los tejedores de nuestro destino, poca gente sabe quien construye nuestro día a día. Como explica Bauman, estos son personajes que viven por encima de las sociedades líquidas, de las sociedades cambiantes. A estos personajes no les afecta los cambios del mundo, pueden moverse por el sin problema, viven por encima de ellos. Estos agentes juegan con el miedo para provocar cambios. Los

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verdaderos poderes operan de forma global mientras que nuestros órganos son puramente locales. Quizás éste sea uno de los problemas. Cómo podemos solucionar problemas globales con políticas locales? El autor afirmó que puede que los hombres lancen los proyectiles y los mercados mundiales los dirijan. (Bauman 2005). Globalización es una palabra que hoy en día está muy de moda. Confianza y temor en la ciudad narra sobre como está configuradas las sociedades del siglo veintiuno. Hoy en día todo el mundo conoce qué es la globalización, a quién afecta, cómo y porqué se produce. La globalización es un fenómeno estudiado en las institutos y en las universidades. Podría narrar en cada uno de los cursos en los cuales la he estudiado. En efecto, la globalización es el causante de estos problemas, o eso se dice por costumbre. Como eliminamos el miedo a un acto terrorista o a la inmigración si no es con una respuesta mundial a los problemas. Es el mundo el que puede solventar lo que antes solucionaban los estados. Ahora, los países, están irremediablemente en crisis, están desbordados. Un estado no puede proporcionar una respuesta local a un problema a escala mundial. Habría que desarrollar un modus vivendi que ayude a hacer más agradable la convivencia, dice el autor. La fortuna de leer a Bauman es que tiene algo que te engancha. Tiene algo que te dice: “sígueme leyendo”. Cada palabra que lees te hace comprender mucho mejor tu entorno y reflexionar sobre cuestiones de tu día a día que hasta ese momento no habías analizado. Evidentemente que en una sociedad donde solo miramos por nosotros mismo es difícil eliminar los miedos. Castel ya habló de los hombres que miran solo por ellos y como estos crean unas inseguridades endémicas. A pesar de que parezca que todo esta perdido, que nada tiene arreglo no nos podemos dejar llevar por el temor, por el miedo. Una de las claves par poder mejor en nuestra vida es poder entendernos. No nos resignemos, muchos de los problemas que se plantean y que vivimos día a día pueden verse des de otra perspectiva. Anteriormente mencionábamos el modus vivendi, esta pequeña acción mixofílica no puede hacer nada por si sola pero tiene un gran poder si todos creemos en ella. Ciertamente el mundo actual nos a llevado a problemas globales, problemas que difícilmente podamos solucionar pero creemos un tejido de pequeñas acciones que permitan poco a poco generar un cambio. Un grano de arena es algo insignificante, un billón de granos de arena puede ser algo muy pesado, algo muy notorio. Respeto a los demás y políticas comunes que den respuesta a los problemas planetarios, quizás este sea el principio.

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Al fin y al cabo, un seísmo afectó nuestras vidas. De hecho, vivimos en un seísmo. Ahora, creemos los puentes que permitan en un futuro a los que hoy son niños vivir en un mundo más tranquilo, de todos y con menos miedo.

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