Refinando la cronología del valle de Potrerillos mediante modelos de Bayes

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Descripción

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Refinando la cronología del valle de Potrerillos mediante modelos de Bayes

Erik J. Marsh Lab. de Paleoecología Humana, fceyn, UNCuyo — Conicet [email protected] Valeria Cortegoso Lab. de Geoarqueología, fflyl, UNCuyo — Conicet [email protected]

Resumen  El presente capítulo pretende refinar la cronología cultural del valle de Potrerillos (Mendoza, Argentina) disponible para el Holoceno medio y tardío. Se integran en el análisis seis sitios con 19 fechados radiocarbónicos calibrados y modelados con estadística de Bayes, empleada por primera vez en la región. Siete de ellos son inéditos, de los cuales dos son directos sobre cultígenos. En los sitios Los Conitos 01 y 02, el modelo estima que la secuencia empezó alrededor de ~3620 ap (3810-3380, 1 sigma), el primer nivel con cultígenos se remota a ~1540 ap (1620-1420, 1 sigma) y el último a ~970 ap (1010-920, 1 sigma). Dicho rango coincide con la ocupación de tres sitios del fondo del valle, San Ignacio, Terraza Gendarmería y Río Blanco, calculada mediante 10 fechados: entre ~1540 ap (1590-1430, 1 sigma) y ~1020 ap (1080-950, 1 sigma). Los modelos de Bayes toman en cuenta la secuencia estratigráfica de las muestras; de esa forma se aproxima al rango de cada fechado con más precisión. Además, se puede estimar el rango temporal de otros niveles y eventos temporales carentes de fechados. Esta clase de modelos ofrece cronologías más refinadas para el material asociado con cada contexto, sitios y el valle, con lo cual se pueden mejorar las comparaciones con otros datos regionales y climáticos. Abstract  This chapter aims to refine the cultural chronology of Potrerillos Valley (Mendoza, Argentina) during the Middle and Late Holocene. Six sites are included with 19 radiocarbon dates, which are calibrated and modeled with Bayesian statistics, the first use of this technique in the region. Seven dates are unpublished, two of which are direct dates on domestic plants. At the sites Los Conitos 01 and 02, the model estimates that sequence began around ~3620 ap (3810-3380, 1 sigma), the first level with domestic plants dates to ~1540 ap (1620-1420, 1 sigma), and the last one to, ~970 ap (1010920, 1 sigma). This range coincides with the occupation of three sites from the valley floor, San Ignacio, Terraza Gendarmería and Río Blanco, calculated

palabras clave:

­— — —

fechados radiocarbónicos, modelos de Bayes, valle de potrerillos, Mendoza.

Keywords: radiocarbon dates, Bayesian models, potrerillos valley, Mendoza.

with 10 radiocarbon dates to have begun~1540 ap (1590-1430, 1 sigma) and ended ~1020 ap (1080-950, 1 sigma). The Bayesian models take into account the stratigraphic positions of the samples, which allows for more precise date ranges. Additionally, the temporal range of levels or events without dates can be estimated. These models provide more refined chronologies for the material associated with each context, site, and the valley, data with which better comparisons to other regional and climatic data can be made.

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Introducción Los fechados radiocarbónicos forman una parte fundamental de muchas investigaciones arqueológicas y en muchos casos, representan la única forma confiable de asignar una fecha absoluta, con un rango de error, a los artefactos asociados. Fechados y secuencias temporales permiten el desarrollo de historias y narrativas cada vez más finas de los cambios culturales pasados. A nivel regional, permiten correlacionar datos de diferentes sitios y también aquellos que reflejan las condiciones ambientales, con las que interactuaron las poblaciones en el pasado. Establecer secuencias de eventos consiste en un elemento básico de la arqueología, que juega un rol clave para entender causas y efectos: ¿cuál evento, sea cultural o climático, fue antes, después o contemporáneo? A partir de dichos datos, se pueden aplicar modelos abstractos a la secuencia cultural de la región y abordar discusiones sobre su interpretación. Al tomar cada fechado por separado, se considera como aproximación representativa al tiempo acaecido. Sin embargo, se puede refinar el acercamiento al aspecto temporal considerando relaciones estratigráficas y utilizando modelos de Bayes. De esa forma, se puede llegar a construir modelos con varios fechados calibrados, tratándolos de manera estadísticamente correcta, lo cual representa un mejoramiento marcado sobre el uso informal de fechados sin calibrar. Este capítulo describe algunos ejemplos del uso de dichos modelos y toma el valle de Potrerillos como caso de estudio. El valle se ubica en el noroeste de la provincia de Mendoza, Argentina, entre la cordillera frontal y la precordillera, con una altura de aproximadamente 1400 msnm (Figuras 1 y 2). Figura 1: Mapa del Valle de Potrerillos. Imagen Landsat 7 tomada en diciembre de 2000 antes de la construcción del dique en el valle. En la actualidad, algunos de los sitios mencionados se encuentran debajo de dicha construcción. Fuente: United States Geological Survey (usgs).

N

Terraza Gendarmería Los Conitos San Ignacio 0

2 km

Río Blanco

Entierro 1

Figura 2: Fotos del valle de Potrerillos. Arriba: vista desde el sitio San Ignacio en agosto de 2002, vista al sureste. Abajo: vista al suroeste, se observa el Cerro Cocodrilo.

1. Fechados cuyanos, calibraciones y modelos de Bayes Las investigaciones presentadas en este volumen utilizan una base de fechados que ha incrementado de manera significativa la anteriormente disponible para la región. Los 99 fechados radiocarbónicos de 36 sitios abordan todas las etapas de ocupación humana del centro occidente argentino a lo largo del Holoceno (ver Anexo). Se aplica la curva apropiada para el hemisferio sur, SHCal04 (McCormac et al. 2004). Aunque dicha curva se basa en registros dendrocronológicos más recientes y en parte en muestras

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dendrocronológicas procedentes de otros continentes, se ha comprobado su validez hasta los 11000 años calibrados ap (Hogg et al. 2009). La calibración de fechados es un paso clave para entender el tiempo representado por un resultado del laboratorio. Un resultado crudo se presenta en años radiocarbónicos antes de 1950 como ap, o también como ac y dc, en función de las relaciones de isótopos de carbono presente en la atmósfera en el mismo año. El proceso de calibrar toma en cuenta variaciones del carbón atmosférico en el tiempo y llega a una fecha calendárica más precisa. Avances en el conocimiento de dichas variaciones han permitido re-evaluaciones cada vez más precisas de fechados procesados hace muchos años (e.g. Marsh, 2012). En contextos recientes, la diferencia leve en el carbón atmosférico puede resultar en una diferencia menor al calibrar un fechado, pero resulta ser más de mil años en las épocas tempranas del Holoceno, como se puede apreciar en los fechados más antiguos del sitio arq-18 (ver anexo). A diferencia de los fechados sin calibrar, los errores de fechados calibrados no suelen ser simétricos y frecuentemente son irregulares y multi-modales. Es imprescindible publicar fechados con su edad radiocarbónica (el resultado directo del laboratorio) indicando la curva y el programa utilizado para calibrar. Por lo general se recomienda indicar la mediana, el rango de 1 y 2 sigma y calibraciones redondeadas a 10 ó más años, que reflejan incertidumbres estadísticas inherentes a los fechados. En publicaciones de la arqueología regional se han calibrado fechados desde hace más de 15 años (Bárcena, 1998) pero todavía no es frecuente su uso y cuando se presentan calibraciones, ocasionalmente se omite información relevante. Estos datos forman la base que permite secuencias, interpretaciones y comparaciones más precisas que aquellas basadas en fechados sin calibrar. En el caso de comparaciones, todos los fechados se deben calibrar con la misma curva, un aspecto relevante al considerar fechados de publicaciones anteriores, que sean de contextos arqueológicos (e.g. Gambier, 1977; García, 2010) o geológicos, frecuentemente usados en reconstrucciones paleoclimáticas (e.g. Zárate, 2002). 1.1 Fechas no tan absolutas El uso informal de fechados suele ocultar una parte importante de esta clase de dato, su incertidumbre. El fechado sin calibrar es nada más que una relación isotópica, resultante de la desintegración radioactiva, un proceso aleatorio, al cual se suma la variabilidad en su medición (Bronk Ramsey, 2008, p. 254). Por lo tanto, cualquier resultado se entiende como una probabilidad, mientras que la fecha precisa queda desconocida. Por ejemplo, en el sitio Terraza Gendarmería hay dos fechados con rangos de probabilidad (o error estándar) similar, 1590 ± 60 ap (lp-2388) y 1510 ± 70 ap (lp-1803). El promedio del primero lo presenta como más antiguo, pero dado sus rangos de error, la antigüedad relativa de los dos fechados es indistinguible estadísticamente. El error estándar solamente representa la probabilidad de 1 sigma, o sea de 68%. Existe todavía un 32% de probabilidad de que la fecha verdadera de la muestra caiga fuera de este rango. La estructura de la curva de calibración no es lineal, entonces podría pasar que se invirtieran las edades de los fechados. La falta de certeza de una fecha (que se considera absoluta) debe ser tomada en cuenta a la hora de interpretar secuencias y relaciones entre fechados. En este ejemplo, se cuenta con el registro estratigráfico que indica que el primero sería más reciente que el segundo, relación temporal que no resulta de considerar los dos fechados crudos. Dichas relaciones de cronología relativa pueden incorporarse mediante la estadística de Bayes, lo indicado para trabajar con probabilidades.

1.2. La estadística de Bayes

Options(“Definir curva de calibración”) { Curve=”ShCal04.14c”; }; Sequence(“Terraza Gendarmería, Casa 1”) { Boundary(“Inicio”); R_Date(“LP-1803”,1510,70); R_Date(“LP-2388”,1590,60); Boundary(“Final”); };

Figura 3: Rangos temporales calibrados y modelados para los fechados y eventos del sitio Terraza Gendarmería.

Al procesar este modelo, resulta un gráfico para la muestra lp-2388 que ejemplifica la importancia y potencia de calibrar y modelar fechados (Figura 4). Sobre la margen izquierda, se gráfica la curva sin calibrar. Desde la esquina izquierda y de arriba hacia abajo, se rastrea la curva de calibración, o sea la representación de concentración atmosférica de carbón presente en aquel momento en el Hemisferio Sur. En ella se inserta el resultado crudo del laboratorio, en una curva en forma de campana (negro) y se ubica el fechado calibrado, en una curva irregular (gris claro). Finalmente, se toma en cuenta la secuencia definida en el modelo, resultando en la curva irregular modelada (gris oscuro).

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Dado que una edad radiocarbónica es una probabilidad, no es válido aplicar matemática tradicional, como por ejemplo sumar, restar o promediar. Al contrario, la estadística de Bayes permite trabajar con probabilidades y sus relaciones y actualmente su uso se ha facilitado bastante por distintos software, entre ellos se destaca OxCal (Bronk Ramsey, 1995, 2008). Su uso se ha ampliado muchísimo en los últimos años y se ha aplicado en varios campos (Bayliss y Bronk Ramsey, 2004; Litton y Buck, 2007). En arqueología, la estadística de Bayes permite la incorporación de otra información temporal y de modelos, en donde se definen relaciones entre las probabilidades representadas por fechados radiocarbónicos. Por ejemplo, se pueden agrupar fechados asociados al mismo estilo cerámico, que sean de un sitio o varios, resultando en una estimación temporal para el comienzo, fin y duración del uso de dicho estilo cerámico (Buck et al. 1994; Christen, 1994). A la vez, se puede incorporar información estratigráfica, tal como la tasa de deposición de sedimento, o más simplemente, el orden de eventos. A modo de ejemplo, se presenta un modelo básico que refina la cronología de Casa 1 del sitio Terraza Gendarmería, en el valle de Potrerillos. En primer lugar, el código del modelo (Figura 3) indica que se usa la curva de calibración para el Hemisferio Sur, así como en todos los modelos presentados aquí. En segundo lugar, se define una secuencia de cuatro eventos de la ocupación, en el orden siguiente: el límite de inicio, el fechado 1510 ± 70 ap (lp-1803), el fechado 1590 ± 60 ap (lp-2388) y el límite final. Los límites son elementos necesarios del modelo para un análisis estadísticamente robusto (Bronk Ramsey, 2000; Steier y Rom, 2000). El orden de los fechados se entiende por su posición estratigráfica relativa, o sea, antes e independientemente de los resultados de los fechados.

Figura 4: Gráfica de la calibración y modelado del fechado lp-2388, modificado del gráfico generado por el programa OxCal.

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Cur va d

LP-2388

e ca

1600

libr ació

nS

1800

Edad radiocarbónica (AP)

62

2000

HC al0

4

1590 ± 60 sin calibrar

1400 calibrado 1200

Mediana 1380 AP

+

1 sigma (68% de probabilidad) 2 sigma (95% probabilidad)

1000 1800

1600

calibrado y modelado 1420–1310 AP 1500–1300 AP

1400 Años sidéreos (AP)

A lo largo de estos tres pasos se da cuenta de cómo mejora la precisión cronológica. Sin calibrar, el rango de 1 sigma cubre 120 años. Luego, su calibración lo ubica según años calendáricos, aproximadamente dos siglos más recientes de lo que pareciese; al caer en un lugar más plano de la curva SHCal04, el rango de 1 sigma cubre 170 años. Finalmente, al modelar, el rango de 1 sigma cubre solamente 90 años, con una mediana de 1380 ap, el centro del rango de probabilidad. Con este resultado se ha llegado a una estimación más precisa en la escala de años calendáricos, un mejoramiento significativo comparado al dato original arrojado por el laboratorio. Con modelos de Bayes más complejos, se puede ajustar con mayor precisión y reducir los rangos de probabilidad. Los fechados trabajados de esta forma generan una base cronológica más fina, de donde provienen las asociaciones materiales y sus interpretaciones. Los modelos de OxCal son muy flexibles, posibilitando aplicaciones mucho más sofisticadas que los ejemplos presentados aquí (Bronk Ramsey, 2009). Además, permite realizar consultas de los modelos, por ejemplo, la duración de una fase o secuencia, o la probabilidad que un fechado sea anterior o posterior a otro, e incorporar eventos con el año conocido por otros medios de fechar, por ejemplo la llegada de los Inkas a la región (e.g. Michczyński y Pazdur, 2003, p. 42). Al empezar a trabajar con cronologías finas, con cortes de un siglo o menos, no hay otra forma viable de incorporar fechados radiocarbónicos. 2. Caso de estudio: el valle de Potrerillos El valle intermontano de Potrerillos se ubica entre la precordillera y la cordillera Frontal, cuyos fechados más antiguos corresponden al Holoceno medio (Cortegoso, 2004, 2005). Durante el Holoceno tardío se registraron en el área importantes cambios en la base

1200

de la subsistencia y el asentamiento que en el valle de Potrerillos se manifiestan con la presencia desde ca. 1500 años ap de grupos que usaron casas semi-subterráneas, practicaron tanto el cultivo como la ganadería y mantuvieron la explotación de recursos silvestres ocupando estacionalmente ambientes a mayor altitud (Cortegoso, 2004, 2006, 2009; Gasco et al. 2011; Gasco, 2013; Privitera, 2011). En el valle de Potrerillos hay sitios con evidencias de esas tradiciones económicas entre ~1540 ap (1590-1430, 1 sigma) y ~1020 ap (1080-950, 1 sigma).¹ Aquí se pretende refinar la cronología de estos sitios y otros del valle, usando los métodos antes mencionados. De esta forma, las investigaciones futuras pueden asociar material y por lo tanto, prácticas y procesos demográficos y materiales, con una secuencia cronología más fina. Se presentan 19 fechados, tomando en cuenta sus relaciones estratigráficas, provenientes de tres sitios del piso del valle: Terraza Gendarmería, Río Blanco, San Ignacio, y tres localidades al margen del valle: Entierro 1 (Rescate Bomberos) y Aleros 1 y 2 de Los Conitos.

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Los cinco fechados de este sitio pueden organizarse de una forma que permita refinar la cronología. Aunque escasos, los fechados representan ocupaciones antiguas con un grado de control, teniendo en cuenta la evidencia obtenida por medio de excavaciones. A lo largo de la terraza donde se ubica el sitio, se realizaron más de 50 sondeos de prueba sin identificar otro sector del sitio con restos arqueológicos (Cortegoso, 2006, p. 86). Dada la localización de las estructuras habitacionales, la falta de más evidencia de este tipo, sugiere un patrón de habitación disperso. Por tanto, estos datos (de excavación y fechados) pueden ser tratados como representativos, en cierta medida, de la ocupación de la terraza. La presencia del dique de Potrerillos, construido sobre el valle homónimo, imposibilita continuar con las investigaciones tendientes a prospectar otros niveles de la terraza a fin de hallar otras posibles unidades domésticas. Como todo modelo, empieza con suposiciones anteriores al orden de los fechados (Figura 5). Existen tres contextos arqueológicos: Casa 1, Casa 2 y Zona de Hornillos. El primero se utilizó como el ejemplo antes descripto. A simple vista, los fechados de Casa 1 parecerían indicar que son anteriores a los de Casa 2 y Zona de Hornillos, una posibilidad que se puede explorar mediante el programa OxCal. Se calcula una probabilidad > 99% de que los fechados de Casa 1 sean anteriores a los demás fechados. Por ello, se organiza el modelo en dos momentos de ocupación: Casa 1, y luego, Casa 2 y la Zona de Hornillos. Se debe advertir que no se recomienda usar fechados dos veces de esa forma, es decir, establecer su orden cronológico para después usarlos en un modelo. Se procedió así en este caso dado que no existe una relación estratigráfica entre las casas, que sería la base preferida para un modelo, y porque las probabilidades eran muy claras. Sequence(“Terraza Gendarmería”) { Boundary(“Inicio de Sitio y Casa 1”); Sequence(“Casa 1”) {

Figura 5: Código para el modelo de los fechados de Terraza Gendarmería.

1 En el texto, se reporta el resultado calibrado de los fechados y eventos con la mediana (~) y el rango de 1 sigma (en paréntesis). Los datos completos se pueden consultar en las tablas correspondientes. Para todos los análisis, se utilizó OxCal 4.1 (Bronk Ramsey, 2009) y la curva SHCal04 (McCormac et al., 2004).

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2.1. Terraza Gendarmería

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R_Date(“LP-1803”,1510,70); R_Date(“LP-2388”,1590,60); Span(“Duración Casa 1”); }; Boundary(“Final Casa 1”); Interval(“Intervalo”); Boundary (“Start Zona Hornillos y Casa 2”); Phase(“Zona Hornillos y Casa 2”) { Sequence(“Zona Hornillos”) { R_Date(“LP-2432”,1230,40); R_Date(“LP-2435”,1150,50); Span(“Duración Zona Hornillos”); }; Sequence(“Casa 2”) { Date(“Profundidad 55-65cm”); Date(“Profundidad 45-50cm”); R_Date(“Profundidad 35-45cm, LP-2425”,1230,50); Span(“Duración Casa 2”); }; Span(“Duración de Zona Hornillos y Casa 2”); }; Span(“Duración Total”); Boundary(“Final”); Order(); };

Se colocan límites antes y después de cada momento, con el fin de estimar un posible lapso o intervalo entre sí. Dentro de Casa 1 y Zona de Hornillos, el modelo supone que el fechado más profundo estratigráficamente es el más antiguo, de acuerdo con los datos de campo. Dentro de Casa 2 hay un único fechado posterior a dos niveles sin fechar. Partiendo de estos supuestos, el modelo incorpora la curva de calibración y produce un cálculo para cada evento. Se estima que la ocupación del sitio empezó en Casa 1 ~1420 ap (1500-1330), y terminó ~1330 ap (1400-1260) (Figura 6, Tabla 1). La duración se calcula en menos de 30 años (1 sigma), lo que equivaldría a una generación. A pesar de la acotada fracción temporal, se generó una gran cantidad de material doméstico, lo que sugiere una ocupación intensiva, y/o de forma permanente o casi permanente (Cortegoso, 2006). Este mismo lapso se puede correlacionar con (1) el ciclo familiar y/o (2) la vida útil de los materiales constructivos que son fácilmente degradables. Al final de su ocupación, la familia pudo haber necesitado más espacio o quizás hubiera sido más factible construir una vivienda nueva que repararla, tal vez en el mismo valle.

Límite Final

65

Profundidad 45-50 cm

Zona Hornillos

Profundidad 55-65 cm

LP-2435

LP-2432

Casa 1

LP-2388

LP-1803

Límite Inicio

2000

1500

1000

500

Años calibrados (AP) Figura 5: Rangos temporales calibrados y modelados para los fechados y eventos del sitio Terraza Gendarmería.

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Casa 2

LP-2524 Profundidad 35-45 cm

Calibrado (ap) Modelado (ap) Límites Momento Código Edad 14C Zona Prof. (cm) Cuadrícula Mediana 1 sigma 2 sigma Mediana 1 sigma 2 sigma Índice A del laboratorio ± error y sector Final 1020 1080-9500 1170-900 lp-2435 1150  50 Hornillos 10-20 S9 1010 1060-960 1170-920 1050 1130-980 1170-960 85 Hornillos y lp-2432 1230  40 45-55 13 NE 1100 1180-1010 1230-970 100 1170-1050 1180-990 108 Casa 2 lp-2425 1230 50 35-45 1 SO 1100 1180-1000 1250-960 1060 1120-980 1170-970 104 Casa 2 45-50 1090 1150-1020 1210-980 55-65 1120 1190-1050 1270-990 Inicio Hornillos y Casa 2 1150 1220-1060 1320-1000 Final Casa 1 1330 1400-1260 1490-1160 Casa 1 lp-2388 1510  70 Casa 1 25-30 9 NE 1430 1520-1350 1540-1300 1370 1400-1310 1490-1290 89 lp-1803 1590  60 10 5 NO 1360 1410-1290 1530-1270 1390 1480-1310 1520-1310 95 Inicio 1420 1500-1330 1650-1300 Duración Casa 1 10 0-30 0-100 Intervalo entre Casa 1 y Hornillos y Casa 2 170 50-260 0-340 Duración Zona Hornillos y Casa 2 30 0-60 0-150

Tabla 1: Fechados calibrados y modelados de Terraza Gendarmería

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Los dos fechados provienen de una capa densa de material orgánico. En el centro de la casa se hallaron restos de fogones, con concentraciones de carbón y base de sedimento termoalterado. Asociado a este rasgo se recuperaron manos de moler, lascas y sectores de talla, cáscara de huevo, cuentas de collar, restos cerámicos y óseos, entre ellos de camélidos y aves grandes como ñandú (ver detalle en Cortegoso, 2004, p. 172-181, 2006, p. 85-86). En el este del interior de la estructura, se halló una conana apoyada sobre la pared de la casa, una ubicación y orientación que facilitaría su uso; de modo tal que junto con el resto del material de la casa, probablemente experimentaron procesos post-deposicionales muy reducidos. En el sector norte de la unidad se encontraron dos tembetás de clavo; uno de los cuales fue realizado sobre calcita disponible en Los Conitos, al margen del valle (ver abajo). Atravesando la capa con restos domésticos se identificaron improntas de los postes que sostuvieron el techo. Este rasgo, que da cuenta de que la estructura tendría una cubierta, tanto como el patrón espacial y material recuperado, conforma un conjunto comparable con la unidad domestica de San Ignacio en el mismo valle, como así también algunas muy similares en la provincia de San Juan (comparar con Gambier, 1988, p. 37 y 1997, p. 35-37; Gasco et al., 2011, p. 149). Esas unidades domésticas fueron ocupadas durante un período cronológico similar, pero todavía se conoce con poca precisión su orden relativo y posible contemporaneidad. Después de finalizada la ocupación de Casa 1, podría haber existido un intervalo antes de la siguiente ocupación del sitio, ~170 años (50-260). La posibilidad de un lapso sin ocupación se apoya en la duración de este intervalo, ya que el rango de 1 sigma, al menos, indica un lapso mayor a 50 años (84% de probabilidad). El final de esta fracción sin ocupación lo marca la ocupación inicial de Casa 2 y la Zona Hornillos, ~1150 ap (1220-1060). Igual que las otras terrazas donde se han encontrado unidades domésticas, no habría concentraciones de viviendas, lo que implica menor cantidad de familias ocupando el valle al mismo tiempo. En Casa 2 se incorporaron dos eventos sin fechados, para los cuales se calcula un rango temporal. Los sigmas son amplios, dado los pocos supuestos anteriores, pero sí ofrecen una aproximación cuantitativa al tiempo en que se depositaron esos niveles. Por ejemplo, el nivel a profundidad de 45-50 cm remontaría a ~1090 ap (1150-1020). Este dato cobra una relevancia mayor tomando en cuenta el material asociado, que incluye varios tiestos incisos y decorados (Cortegoso, 2004, p. 185, 188, Tabla 6-4; R. Moyano, comunicación personal, 2012). Algunos de ellos, por sus características macroscópicas, podrían ser originarios de la vertiente oeste de los Andes, como el identificado en contextos contemporáneos en el sitio San Ignacio, lo que sugiere contacto transandino. A pesar de no estar asociado con un fechado, se puede estimar su edad, una herramienta muy útil para la construcción de secuencias de materiales y estilos específicos. Con este dato, se pueden detallar y evaluar otras propuestas, como la de García (1992), y construir una secuencia más fina. El final de la ocupación de Casa 2, la Zona Hornillos y todo el sitio Terraza Gendarmería, sería ~1020 ap (1080-950). Comparando los dos eventos de ocupación, se nota una diferencia importante que apoya la idea de que hubo un lapso sin ocupación del sitio. En el segundo momento, las prácticas domésticas también incluyen la molienda, pero estos artefactos y un conjunto importante de restos líticos y cerámicos se encontraron en las afueras de Casa 2. Esta unidad es más pequeña y presentaba una densidad de artefactos menor a Casa 1 (ver Cortegoso, 2006). Esto podría explicarse en función de que varias actividades productivas se desarrollaran en espacios abiertos, como el denominado sector Hornillos, donde se relevaron además de una pequeña estructura de combustión, pozos con restos cerámicos y abundante talla lítica, en especial de formatización de artefactos. Se encontró un

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retocador de hueso y una concentración importante de microlascas de materias primas de la fuente de Los Conitos. Es probable que se estuvieran confeccionando puntas de proyectil sobre estas materias primas, como las que se han recuperado en sitios de cronologías comparables en cordillera (Cortegoso, 2009). En general, las actividades se distribuyeron en la parte exterior de Casa 2, lo que muestra un patrón de uso del espacio doméstico algo distinto al registrado en Casa 1. Uno de los temas que se abren a la discusión, a partir de estos resultados, es si los cambios en las actividades registrados entre los dos eventos responden a un reacomodamiento de las estrategias practicadas por los ocupantes del valle y/o a cambios en las condiciones ambientales que afectaran la modalidad de permanencia en el interior y exterior de los espacios protegidos. No existen actualmente estudios paleoclimáticos para la región que permitan abordar específicamente este aspecto. Las unidades domésticas presentan similitudes estructurales, como la forma de las casas, la apertura y su orientación; el conjunto material, aunque con densidades diferentes en ambos casos, manifiesta similares características contextuales. Todavía no se puede concluir si las diferencias entre las unidades podrían responder a otros factores, como procesos de formación naturales y culturales (ver Hayden y Cannon, 1983; Schiffer, 1985). Casa 2 pudo haber sido usada también durante períodos menos prolongados, o incluso estacionales, a diferencia de Casa 1. Por ahora, se puede señalar la secuencia temporal de sus ocupaciones, el intervalo temporal entre ambas y algunas diferencias marcadas en sus patrones materiales, que podrían ser mejor explicados con comparaciones mayores con otros contextos similares en la región y la realización de estudios paleoambientales en el área. 2.2. Río Blanco En el caso de Río Blanco, se puede calibrar el único fechado disponible, 1220 ± 80 ap (Beta 44924), el cual indica que el contexto es un siglo más reciente, ~1090 ap (1180-970). Es probable que la duración de la ocupación fuera corta, dada la poca profundidad del material estratificado, menos de 40 cm, en un lugar con procesos de formación más acumulativos que erosivos. Se trata de un sitio a cielo abierto en la ribera del río, donde se excavó, parcialmente, una unidad doméstica similar a las excavadas en las terrazas de Gendarmería y San Ignacio (Cortegoso, 2004; Gasco et al. 2011). Se hallaron improntas de poste, fogones, material lítico, cerámico e instrumentos de molienda (Cortegoso, 2004, p. 156-162). El fechado de este sitio es importante, puesto que logra ubicarlo dentro del patrón de ocupación del valle, indicando que había asentamientos similares y contemporáneos. Los habitantes del sitio parecen haber tenido contactos extra-regionales. En primer lugar, se reconoce un tiesto estilo Llolleo, del Agroalfarero Temprano de Chile, indicando alguna clase de contacto transandino (Cortegoso, 2006, p. 89). Además, se encontraron productos de talla sobre obsidiana que fue analizada con xrf y cuya procedencia es la fuente de Las Cargas, en cordillera 300 km al sur (Giesso et al. 2011, Tabla 3). Lo que también indican estudios geoquímicos sobre obsidianas de cronologías tardías en la cuenca del río Blanco, como el sitio La Manga en cordillera, es que se fueron incorporando otras fuentes aún más lejanas, como la Cueva del Huenul, en el norte de Neuquén. Por tanto, estos elementos distantes que aparecen en el registro de sitios que según todos los estudios realizados muestran un patrón importante de reducción en los rangos de movilidad, serían precisamente el resultado de interacciones extra-regionales o establecimiento de sistemas de intercambio.

2.3. San Ignacio

Figura 7: Código Sequence(“San Ignacio”) para del modelo { de los fechados de Boundary(“Inicio”); San Ignacio. Sequence(“Momento 1 - Hornillo 1”) { R_Date(“Hornillo 1 Inferior”,1690,40); R_Date(“Hornillo 1 Superior”,1630,40); Span(“Duración de momento 1”); }; Boundary(“Final Momento 1”); Interval(“Intervalo entre momento 1 y 2-4”); Boundary(“Inicio Momentos 2-3”); Sequence(“Momentos 2 y 3”) { R_Date(“Casa Pozo”,1310,40); Date(“Momento 3-Colapso”); Span(“Duración de momentos 2 y 3”); }; R_Date(“Momento 4-Hornillo 2”,1270,60); Boundary(“Final”); Span(“Duración de momentos 1-4”); Order(); };

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En el caso de San Ignacio, se evidencia una serie de eventos ordenados según sus relaciones estratigráficas (Gasco et al. 2011, p. 147-149). En esta ocasión, se presenta un modelo similar pero no igual al usado en una tesis doctoral reciente (Gasco, 2013, p. 183-184, Tabla 5.9). En base al registro de campo y posiciones estratigráficas, se han podido definir cuatro momentos sucesivos: (1) la construcción y uso del Hornillo 1, (2) el uso y (3) colapso de la casa y (4) la construcción y uso del Hornillo 2. Este sector parece haber pertenecido a una ocupación mayor, puesto que se identificó un posible borde de otra casa, pero no se pudo completar su excavación. El orden de los momentos se basa exclusivamente en relaciones estratigráficas; sin embargo, se compararon los fechados entre sí, sin modelar, lo cual confirmó que los fechados del primero son anteriores a los otros dos, con > 99% de probabilidad. Luego, se colocan límites al final del momento 1 y al principio del momento 2, para poder estimar el lapso o intervalo entre sí (Figura 7, Tabla 2). Esta secuencia indica que el período temporal durante el cual se usaban los hornillos (momento 1), no es coincidente con la ocupación primaria de esta casa pozo (momento 2). El segmento empezaría ~1540 ap (1590-1430) y terminaría ~1410 ap (1490-1350), con una duración de menos de 30 años (1 sigma).

Calibrado (ap) Límite Código Edad 14 C Momento de ocupación y contexto Mediana 1 sigma 2 sigma del laboratorio ± error Final lp-2661 1270 60 4  Hornillo 2 1140 1240-1060 1280-980 3   Colapso de la casa pozo uru-0301 1310 40 2  Casa pozo 1200 1270-1140 1280-1070 Inicio Momentos 2-3 Final Momento 1 uru-0302 1630 40 1  Hornillo 1 Superior 1460 1520-1410 1550-1360 uru-0305 1690  40    Hornillo 1 Inferior 1530 1600-1410 1690-1400 Inicio Duración 1-4  Todo la ocupación del sitio Duración 2-3   Casa pozo Intervalo entre momentos 1 y 2-3 Duración 1  Hornillo 1

Tabla 2: Fechados calibrados y modelados de San Ignacio

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1130 1160 1190 1220 1250 1410 1450 1500 1540 410 20 160 30

104 104

108

107

2 sigma Índice A

1230-1060 1270-930 1240-1090 1270-1010 1260-1140 1280-1070 1270-1170 1290-1100 1310-1180 1390-1100 1490-1350 1540-1250 1520-1400 1540-1380 1560-1410 1600-1410 1590-1430 1790-1410 250-530 170-770 0-40 0-110 60-250 0-310 0-50 0-140

Modelado (ap) Mediana 1 sigma

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En el segundo momento, la ocupación de la casa, el modelo reduce la sigma a 50 años. Con la fecha ajustada de ~1220 ap (1270-1170), se puede asociar el material del interior de la casa: (…) elementos de adorno corporal (tembetás), cuenta de nácar, huesos pulidos, fragmentos de carbón, molinos con pigmentos rojos y ocres adheridos, manos de moler, rodados, núcleos, lascas, fragmentos de cerámica, diferentes restos óseos, guijarros, improntas de junco, semillas de poroto y marlo de maíz calcinado (Gasco, 2013, p. 183).

2.4. Fases 1 y 2 del valle: comparando San Ignacio, Terraza Gendarmería y Río Blanco Los modelos de Bayes permiten comparaciones entre eventos, lo cual brinda datos interesantes en cuanto a la contemporaneidad de las ocupaciones en distintos sitios. Para realizar este análisis, se procesan juntos los modelos de Terraza Gendarmería y San Ignacio. En estos dos sitios, se registró un intervalo sin ocupación después de su primer uso. El primer momento de los dos sitios comprende los cuatro fechados más antiguos del valle. La segunda fase comprende los demás fechados de dichos sitios e incluye el de Río Blanco, un total de seis (Figura 8). Se calcula que cada uno de los fechados de la primera fase tiene ≥ 99% de probabilidad de ser anterior a cada uno de los de la fase 2, sin modelar ninguno. Se hicieron varias pruebas que incorporaban los modelos de cada sitio y el supuesto de las dos fases. Sin embargo, se presentó poco acuerdo estadístico. Esto parece indicar que los fechados de cada fase no son muy concordantes entre sí, especialmente para la fase 1, pero también puede responder al número reducido de fechados. Por lo tanto, se utilizan los resultados generados en cada sitio para describir las dos fases.

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La cerámica asociada con los momentos 2 a 4 está siendo analizada por Frigolé lo cual permitirá obtener datos detallados sobre el conjunto asociado con el rango temporal de ~1250 ap (1310-1180) a ~1130 ap (1230-1060). Dentro de este conjunto, se documenta una composición química diferente de las pastas de tiestos negros y bruñidos, lo que sugiere un origen foráneo, posiblemente transandino. Este material puede estar vinculado, por ejemplo, con los cultígenos de Los Conitos (ver más abajo). De este modo, se podrían realizar muchas otras posibles comparaciones regionales, ahora con una fecha ajustada. El modelo sugiere que el uso y colapso de la casa representan menos de 40 años (1 sigma), quizás producto de una generación. En las dos ocupaciones de Terraza Gendarmería y San Ignacio, las duraciones estimadas rondan a una generación, un posible patrón de uso. Al compararla con datos etnográficos, esa duración podría estimarse como producto de un ciclo familiar, de crecimiento y fusión, además de representar la vida útil de una construcción de materiales degradables como barro (ver Goodman-Elgar, 2008). La secuencia de San Ignacio depende más de la interpretación estratigráfica que del modelo estadístico, siendo un ejemplo claro de la importancia de considerar el proceso de formación del sitio y el orden de los eventos de depositación.

Sitios abandonados (fin de fase 2)

Terraza Gendarmería San Ignacio

Río Blanco (Beta 44924)

Inicio de fase 2

Terraza Gendarmería San Ignacio

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Terraza Gendarmería

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Fin de fase 1

San Ignacio

Sitios fundados (incio de fase 1)

Terraza Gendarmería San Ignacio

1600

1500

1400

1300

1200

1100

1000

900

Años calibrados AP

La primera fase empieza con la ocupación inicial de San Ignacio ~1540 ap y sigue con la de Terraza Gendarmería ~1420 ap (en esta sección se usan las medianas; los rangos de error pueden consultarse en las tablas). Se calcula que San Ignacio se fundó antes de Terraza Gendarmería (87% de probabilidad). En San Ignacio, el final del primer momento ~1410 ap fue casi contemporáneo con el inicio de la ocupación de Casa 1 de Terraza Gendarmería, ~1420 ap; hay un 60% de probabilidad de que se instalara la primera casa de la Terraza Gendarmería antes de que finalizara el primer momento de ocupación de San Ignacio. Este último dato sugiere que pudo haber existido un tiempo limitado de contemporaneidad entre ambas, sin embargo, esa posibilidad no puede explorarse exhaustivamente con los datos disponibles y los rangos de error que rodean cada una de las medianas mencionadas aquí (Figura 8). Finalmente, la ocupación de Casa 1 de Terraza Gendarmería terminó ~1330 ap. De este modo, la fase 1 habría tenido dos ocupaciones breves y secuenciales: una ocupación en San Ignacio de menos de 50 años y luego otra en Terraza Gendarmería de menos de 30 años. Un intervalo entre las dos fases se manifiesta en los dos sitios, definido en los modelos como el lapso entre los límites para la finalización de la fase 1 y el comienzo de la fase 2. En el caso de San Ignacio, la fase 1 termina ~1410 ap y la segunda empieza ~1250 ap, un lapso de ~160 años. En el caso de Terraza Gendarmería, el fin de fase 1 sería ~1330 ap, el comienzo de la 2 sería ~1150 ap y el lapso ~170 años. Sin embargo, existe una probabilidad (a 2 sigma) en ambos sitios que no hubiera un lapso, lo que no puede excluirse con los datos disponibles. Aunque los intervalos tienen duraciones similares, el de San Ignacio empezó y terminó antes que el de Terraza Gendarmería (con un 79% y 81% de probabilidad, respectivamente).

Figura 8: Límites de fase 1 y 2 en los sitios Terraza Gendarmería y San Ignacio. Las barras verticales representan las medianas y las barras horizontales representan los rangos de 1 sigma.

2.5. Entierro 1 (Rescate Bomberos) En la margen izquierda del río Mendoza y sobre la barranca de un cañadón seco que drena al valle, se ubicó un entierro humano en el año 1998 (Figura 1). El mismo fue extraído por la delegación local de bomberos, por tanto carece de información contextual (Cortegoso, 2004, p. 239). Sin embargo, parece tratarse de un entierro puesto en una barranca sin material asociado. Al fechar una muestra de hueso humano, se ha podido establecer una edad anterior a las ocupaciones de las casas en el fondo del valle, ~2110 ap (22902000). Por lo tanto, se documenta una presencia humana en el valle y el uso del espacio como lugar funerario, contemporáneo con una parte de la secuencia del Alero 2 de Los Conitos, cuyos contextos implican la explotación de la fuente local de rocas silíceas criptocristalinas. Esto sugiere un uso más diverso del área para esa fracción temporal. Entierros colocados en barrancas sin ajuar de una edad similar se han documentado en Barrancas, Mendoza (Novellino et al. 2010, 2013), lo cual podría representar una práctica funeraria compartida. 2.6. Los Conitos, Alero 1 Como en el caso de Río Blanco, Alero 1 de Los Conitos está representado por un único fechado, 1050 ± 40 ap (uru-0250), calibrado ~910 ap (960-820). La muestra proviene del estrato más profundo con evidencia antrópica, 31-35 cm bajo superficie. Asociado con este fechado, se hallaron una cuenta de collar sobre valva, restos de molle, chañar y cucurbitácea, y un cordel de lana de camélido (Tabla 3; Cortegoso, 2004, p. 202-205). El cordel es de tres cabos de lana seleccionada por tonos, de técnica similar a la documentada

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Después de este intervalo, empezó la fase 2. En San Ignacio comienza primero ~1250 ap y termina con el límite final de la ocupación del sitio, ~1130 ap. En Terraza Gendarmería, la segunda cubrió desde ~1150 ap hasta ~1020 ap. La ocupación de Río Blanco parece haber ocurrido después del fin de la ocupación San Ignacio (60% de probabilidad). La ocupación de Río Blanco parece caer entre los límites iniciales y finales de fase 2 en Terraza Gendarmería (69% y 75% de probabilidad, respectivamente). El fin de ocupación de San Ignacio parece haber ocurrido antes que el de la de Terraza Gendarmería (83%). Según las probabilidades vistas aquí, durante la primera parte de la fase 2, San Ignacio y Terraza Gendarmería pudieron ser ocupados de forma contemporánea, y en la segunda parte de la fase, Terraza Gendarmería y Río Blanco fueron ocupados de forma contemporánea (Figura 8). Al agrupar estos seis fechados, se calcula que la fase 2 empezó ~1160 ap (1210-1080), terminó ~1040 ap (1120-980), y duró ~80 años y menos de 130 años (1 sigma). El modelo tiene un índice de acuerdo de 86, que sugiere que los fechados acuerdan entre sí adecuadamente. El índice de acuerdo no es muy elevado, esto se debe a la muestra pequeña y a que los fechados de San Ignacio tienden a ser más tempranos y los de Terraza Gendarmería más tardíos. Por lo tanto el agrupamiento ofrece una idea general, pero con los datos disponibles, es preferible tratar los rangos de las fases por separado. Con el nivel de precisión disponible, se puede interpretar que las ocupaciones de la fase 2 de estos tres sitios fueron al menos parcialmente contemporáneas. De acuerdo entonces con estos datos, podría haber existido mayor cantidad de gente ocupando el valle durante la segunda fase. Además, la coincidencia de material de origen foráneo en los tres sitios, aunque con baja frecuencia, apoya a la hipótesis de que los habitantes del valle mantenían contactos transandinos durante la fase 2.

en San Juan (Cortegoso, 2006, p. 82, 93). Más reciente, en la parte superior entre 16-25 cm bajo superficie, se hallaron tres marlos de maíz, lo cual sugiere que la presencia de cultígenos se mantenía posterior al fechado calibrado. La gran cantidad de artefactos líticos indica que la actividad principal fue obtener materia prima apta para la talla, semejante al patrón del Alero 2, que muestra una secuencia de ocupación más extendida. Tabla 3: Extracción, fechado y material asociado de Los Conitos 01

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Códigos Edad 14 C Material fechado laboratorio ± error lp-1799 3300  80 carbón

Extracción

Prof. (cm)

Material asociado

4-5 7

16-25

3 marlos de maíz 33 cuenta de collar sobre valva, semillas y restos de cucurbitácea, molle y chañar, un cordel de lana de camélido

2.7. Los Conitos, Alero 2 La estratigrafía del Alero 2 del sitio Los Conitos ofrece un buen ejemplo de las posibilidades de un modelo de secuencia (ver detalles en Cortegoso, 2004, p. 206-210, Tabla 7-1, 2006, 2009). Siguiendo los datos de las excavaciones, se supone que las extracciones están ordenadas por edad, o sea, cada una es anterior a la extracción superior y a la vez posterior a la inferior. De esa forma se modelaron los seis fechados disponibles. En un primer modelado se identificó un outlier (un valor fuera de lo esperado estadísticamente), uru-0251, indicado por el valor muy bajo de índice de acuerdo obtenido, mientras que los demás mantenían un orden esperado por su posiciones relativas (Bronk Ramsey, 2009, p. 1025). Dicho índice representa el grado de acuerdo entre los distintos elementos temporales del modelo (fechados, eventos, etc.) que generalmente, debería estar por encima de los 60 para indicar un acuerdo consistente. La identificación como outlier se confirma al tener en cuenta los contextos de las cuatro muestras fechadas entre extracciones 4 y 7 (Tabla 4; Cortegoso, 2004, p. Tabla 7-1). De la extracción 4, la muestra de cucurbitácea proviene del sector NO, que no fue afectado por galerías de roedores. De la 5, la muestra de carbón proviene del sector noreste de una concentración con sedimento termoalterado; el material asociado proviene del sector suroeste. La extracción fue afectada por galerías, que pudieron haber impactado tanto la muestra como la asociación material de otro sector de esta extracción. De la 6, se fechó un fragmento de un marlo de maíz. De la 7, se fechó una muestra de carbón tomado en el perfil oeste. Aunque las cuatro muestras parecen provenir de contextos seguros, queda poco claro por qué la de extracción 5 (uru-0251) salta como outlier en el análisis estadístico. Pudo existir alguna contaminación de campo o tránsito no registrada, o simplemente variaciones azarosas de estimación de la edad. Tampoco se puede descartar la posibilidad de «madera vieja» (Schiffer, 1986, p. 16-19), ya que se suele juntar material vegetal ya muerto como combustible en los fogones. Sin embargo, se reconoce que no es un problema aún reconocido en los fechados regionales, tampoco se ha calculado la longevidad de la madera seca disponible, usada en este caso como combustible.

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Calibrado (ap) Modelado (ap) Límite Código Edad 14 C Extracción Prof. (cm) Mediana 1 sigma 2 sigma Mediana 1 sigma 2 sigma Índice A del laboratorio ± error Final 190 360-60 360-moderno superficie 350 350 1-3 1-15 660 830-350 960-350 aa-94014 1128 49 4 18 990 1060-930 1170-900 970 1010-920 1070-840 103 5 21-25 1050 1110-980 1170-930 uru-0251 1560 40 5 23 1390 1490-1130 1520-1300 outlier 6 aa-94013 1247 34 6 28 1120 1180-1060 1240-990 1130 1180-1080 1240-1010 106 lp-1819 1350 60 7 33 1220 1290-1170 1310-1060 1220 1280-1170 1310-1100 109 8-10 36-50 1380 1480-1250 1600-1180 lp-1820 1690 60 11 53 1530 1610-1410 1700-1390 1540 1620-1420 1700-1400 99 12-13 56-65 1900 2170-1680 2300-1520 uru-0249 2320 40 14 68 2240 2350-2180 2350-2150 2250 2350-2180 2350-2150 100 lp-1799 3300 80 15 73 3480 3570-3380 3690-3270 3440 3550-3360 3640-3240 97 Inicio 3620 3810-3380 4430-3240

Tabla 4: Fechados calibrados y modelados de Los Conitos 02

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De acuerdo a lo expuesto, en el modelo se procedió sin el outlier, agregando algunos eventos más a la secuencia: extracciones sin fechados y un evento al final, con una edad fija de 1600 dc, dada la ausencia de material moderno y colonial en superficie y en las primeras extracciones (Figura 9). Los resultados del modelo ofrecen, por una parte, una fecha más precisa para cada extracción con fechado y por otra, otorga una aproximación para las que no tenían datos cronológicos (Tabla 4). Su primera ocupación ocurrió ~3620 ap (3810-3380) a principios del Holoceno tardío. Con respeto al material asociado, la cronología revisada ofrece acercamientos interesantes. Por ejemplo, los cultivos fechados o en contextos asociados aparecen entre las extracciones 4 a 11 (Tabla 5). Las fechas interpoladas antes y después de este rango pueden ser interpretadas como límites para el uso de cultivos por los ocupantes del alero entre ~1900 ap (2170-1680) y ~600 ap (830-350). Sequence(“Los Conitos 02”) { Boundary(“Inicio”); R_Date(“LP-1799”,3300,80); R_Date(“URU-0249”,2320,40); Date(“Extracciones 12-14”); R_Date(“LP-1820”,1690,60); Date(“Extracciones 8-10”); R_Date(“LP-1819”,1350,60); R_Date(“AA-94013”,1247,34); Date(“Extracción 5”); R_Date(“AA-94014”,1128,49); Date(“Extracciones 1-3”); Date(AD(1600)); Boundary(“Final”); };

Figura 9: Código para el modelo de los fechados de Los Conitos 02.

Tabla 5: Extracción, fechados y material asociado de Los Conitos 02 Códigos Edad 14 C Material fechado Extracción Prof. (cm) laboratorio ± error 2 8 aa-94014 1128  49 cucurbitacea 4 18 uru-0251 1560  40 carbón (fogón) 5 23 aa-94013 1247  34 marlo de maíz 6 28 lp-1819 1350  60 carbón (fogón en perfil) 7 33 9 43 lp-1820 1690  60 carbón (fogón en perfil) 11 53 13 63 uru-0249 2320 40 carbón 14 68 lp-1799 3300 80 carbón 15 73

Material asociado camada de coirón productos de talla iniciales sobre materias primas de la fuente local tiesto gris, marlos de maíz,cordel de fibra vegetal, cáscara de cucurbitácea cáscara de lagenaria, semilla de cucurbitácea, material lítico marlo de maíz microlasca de obsidiana, productos de talla sobre rocas locales semilla de zapallo

3. Consideraciones finales 3.1. La ocupación del valle y Los Conitos Para un acercamiento temporal de la ocupación humana del fondo del valle, se tomaron en cuenta los datos disponibles de San Ignacio, Terraza Gendarmería y el fechado de Río Blanco. El resultado sugiere un inicio alrededor de ~1540 ap (1590-1430) y un fin alrededor de ~1020 ap (1080-950), dividido en dos fases cortas, con un intervalo entre sí. La ocupación inicial del valle parece ser contemporánea con el primer uso de cultígenos en Los Conitos, asociado con una fecha modelada de ~1540 ap (1620-1420). La coincidencia temporal apoya la interpretación de que los habitantes del valle explotaban esta materia prima para sus instrumentos líticos, pero ahora, con un control cronológico más robusto (Cortegoso, 2006, p. 88). Durante fase 1 y de forma mucho más clara durante la fase 2, grupos ocuparon el valle de Potrerillos en casas semi-subterráneas, consumieron y posiblemente cultivaron plantas domésticas, cazaron animales silvestres, pastoreaban llamas y usaban y manufacturaban distintos instrumentos cerámicos y líticos, utilizando una variedad de materias primas (Gasco et al. 2011). En la segunda fase, los tres sitios en el piso del valle tienen evidencia de objetos de origen foráneo: cerámica negra y bruñida de estilo Llolleo y obsidiana de fuentes lejanas. El patrón apoya la idea de que los habitantes del valle mantuvieron contactos a distancia durante aproximadamente dos siglos, entre ~1250 ap y ~1020 ap (el inicio de fase 2 en San Ignacio y el fin de fase 2 en Terraza Gendarmería, respectivamente). En cuanto a las fechas mas tardías y límites estimados para los cinco sitios estudiados, es notable que todas las medianas se ubican dentro de un siglo antes y después del final de la fase 2. Después de lo cual se registra una ausencia notable de evidencia material y datos cronológicos en dichos sitios y localidades vecinas, que podría dar cuenta de una reducción importante en la intensidad en el uso humano del valle.

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Tomando en cuenta los valores amplios de las sigmas, son fechas que pueden compararse bien con otros datos de la región. Por ejemplo, el alero no parece ser un sitio de habitación prolongada, pero sí de paso y aprovechamiento de materia prima para la talla; los cultígenos hallados pudieron haber sido restos de comida llevada a la fuente. Entonces, la pregunta siguiente es de dónde provienen los cultígenos y dónde vivieron los «visitantes» del alero; es factible que la procedencia de ambos sea el fondo del valle de Potrerillos, como los sitios mencionados aquí. En ellos, se encuentran escasos restos de cultígenos, tal vez producto de una conservación diferencial de los materiales. Sin embargo, es posible que fueran los lugares en donde habitaron y cultivaron los «visitantes» del alero, dada la contemporaneidad de las ocupaciones en ambos espacios y complementariedad de sus recursos (ver Cortegoso, 2013). También pueden usarse las fechas interpoladas para vincularlas con los productos de talla, el tiesto gris y el cordel de fibra vegetal machacada (Tabla 5; Cortegoso, 2006, p. 82). Cordeles similares han sido registrados en Punta del Barro en San Juan (C. T. Michieli, comunicación personal, 2008). La última ocupación del alero fue anterior a la llegada europea y según el modelo ~660 ap (830-350). A esta secuencia básica se podrían agregar detalles y supuestos adicionales, por ejemplo, la taza de deposición, con el fin de refinar el modelo cronológico, o para poder indagar sobre extracciones o material sin fechado directo.

Utilizando los modelos presentados aquí, se puede alcanzar una aproximación cuantitativa más precisa y por lo tanto, facilitar comparaciones con datos paleoclimáticos y de ocupaciones humanas de regiones próximas, como la vertiente occidental de los Andes en Chile Central, o con el valle de Calingasta en el sur de San Juan. Un acercamiento a las condiciones ambientales de estos siglos dará un mejor marco para comprender los cambios operados y la potencia agrícola del fondo del valle. Con una historia cultural y natural cronológicamente más controlada, se pueden proponer modelos detallados y confiables para indagar sobre los procesos de interacción que involucraron a las poblaciones del valle de Potrerillos con otras de la región e incluso extra regionales.

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Agradecimientos A Rosa Moyano y Cecilia Frigolé por la guía en cuanto a la procedencia del material cerámico, a Alejandra Gasco por revisar el manuscrito y su edición. A Víctor Durán por la invitación a participar de este proyecto. A Maarten Blaauw, que contribuyó a mejorar el manuscrito con sus sugerencias. Los estudios se han desarrollado en el marco de los proyectos: Holoceno medio y tardío en el Centro Oeste Argentino—Análisis del registro arqueológico de sitios cordilleranos: cambios en la subsistencia y la tecnología, de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, pict-2006 nº421 y la Secretaría de Ciencia y Técnica—Universidad Nacional de Cuyo, 06/G502; pip Conicet 114-20080100177: Explotación de ambientes cordilleranos del Centro Oeste durante el Holoceno: variabilidad espacial y temporal en la organización de la tecnología lítica; Programa de Investigación y Desarrollo de la Universidad Nacional de Cuyo: Perspectivas paleoecológicas para el estudio de las relaciones humano ambientales en el Centro Occidente Argentino.

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