Prólogo a H.-H. Hoppe, Monarquía, democracia y orden natural
Descripción
ANARKHOS HANS-HERMANN HOPPE
MONARQUÍA, DEMOCRACIA Y ORDEN NATURAL Una visión austríaca de ¡a era TERCERA E D I C I Ó N
americana
HANS-HERMANN HOPPE
MONARQUIA, DEMOCRACIA Y ORDEN NATURAL Una visión
austríaca
de la era
americana
TERCERA EDICIÓN Presentación d e
Jesús H u e r t a d e S o t o Traducción y prólogo d e
Jerónimo
Molina
Unión Editorial 2013
Prólogo
La mentalidad política, la visión de lo político que de ella se deduce y también las doctrinas e ideologías vigentes en una é p o c a histórica deben contemplarse en su relación existencial con la forma política, vieja categoría historiográfica referida a la ordenación concreta del vivir político de una c o m u n i d a d . En ese o r d e n g e o p o l í t i c o y c l i o p o l i t i c o singular v i e n e n trenzados los elementos políticos sustantivos de la convivencia humana: los modos del mando y la obediencia políticos; la regulación de lo p ú b l i c o y lo privado; la d e s i g n a c i ó n de amigos y enemigos. También la representación política, una cierta idea del derecho —ligada al Bien c o m ú n — y los expedientes de solución y neutralización de conflictos —condicionados por el empleo, c o m o
ultima
ratio legis, de una fuerza reactiva cuya l e g i t i m i d a d se p r e s u p o n e — . Puesto que toda asociación humana está proyectada en la historia, la política tiene, en último análisis, una dimensión narrativa.
La política
es pues, en este sentido, la actualización permanente del hecho político fundacional, nunca exento de violencias. El recuerdo de los l'atriaeo
los Foundig
Patrum
Fatbers está siempre presente, a c o m p a ñ a n d o a
las generaciones, en las divisorias históricas. Su herencia es vindicada o impugnada según las necesidades de la élite o partido discrepante. A la imagen especular que de todo ello nos ofrecen contemporáneamente la s o c i o l o g í a , la filosofía o la ciencia políticas se la suele denominar «cultura política».
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Monarquía,
democracia
y orden
natural
Liberalismo y pensamiento estatal
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Prólogo
m í n i m o , cuya m a g n i t u d espacial coincide, idealmente en el caso de Mises, c o n el Estado m u n d i a l , lo que n o deja de resultar paradójico
Ahora b i e n , esta suele ser, al menos en Europa, una visión determi-
tratándose de u n defensor del derecho colectivo de autodeterminación.
nada radicalmente p o r la c o n c e p c i ó n excluyeme de la política como
La a m b i g ü e d a d de esta posición política la han puesto de manifiesto
actividad estatal. Se diría, a juzgar p o r cierta literatura, a la sazón vas-
precisamente los discípulos de Mises, haciendo cabeza Murray N. Roth-
tísima, que n o hay m á s politicidad que la conformada p o r el Estado.
bard [1926-19951, e n cuyo «Manifiesto libertario» se abrió una nueva
Suelen quedar así fuera del razonamiento académico que se estila entre
vía a la indagación ética y política apelando a lo que se ha llamado el
los meridianos de Lisboa y Berlín tres realidades políticas d e l m á x i -
«legado libertario» (theLibertarían
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HeritageY.
m o interés: el Common Wealth como forma política; las constelaciones espaciales futuras que ya a p u n t a n e n algunas regiones de la tierra (Grossráumé),
a pesar incluso de las formas políticas de compensación,
Murray N. Rothbard como pensador político
retardatarias de los procesos históricos (Unión Europea); y, por último, la idea de un «Anarquismo de la propiedad privada» u Orden
natural,
Rothbard ha desarrollado axiomáticamente su sistema a partir de los
s e g ú n reza en el título de este libro. Estos olvidos explican, tal vez, la
postulados de la n o agresión y de la p r o p i e d a d privada, deducidos
frecuencia c o n que la visión liberal de lo político, consubstancial a la
originariamente de u n a c o n c e p c i ó n realista d e l Derecho natural. El
tradición occidental , aparece desvirtuada o reducida interesadamente
Estado, opuesto polarmente a la sociedad anarquista, debía ser a su
a una supuesta escolástica e c o n ó m i c a .
juicio erradicado. Sin embargo, no puede decirse que el antiestatismo
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El liberalismo n o se agota en la visión que de él h a n ofrecido sus
rothbardiano sea necesariamente antipolítico, al menos desde el punto
críticos, desde Sismondi [1773-1842] hasta las versiones actualizadas o
de vista de la estrategia revolucionaria liberal. En todo caso, convendría
disimuladas d e l neokeynesianismo, pasando por la Escuela histórica
recordar ahora que ha habido antiestatismos políticos,
alemana, confundiendo generalmente el paradigma cataláctico con la
gadores de la centralidad de la política , como demuestra el ejemplo
tópica de la E c o n o m í a n e o c l á s i c a . Mas la tradición liberal tampoco 2
de la Revolución americana, y claramente antipolíticos, como el socia-
puede quedar circunscrita a las interpretaciones de las escuelas que
lismo u t ó p i c o . Por otro lado, tampoco las ideologías antipolíticas son
después de la I I Guerra Mundial le devolvieron su lustre secular, par-
unívocas, pues las hay de raíz antiestatista, como el anarquismo clási-
ticularmente el Ordoliberalismo
co, y estatista, como el socialismo marxista y la socialdemocracia
y la Escuela
austríaca.
H a y e n esta
es decir, no ne-
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hoy
última, bajo la inspiración de Ludwig v o n Mises [1881-1973] y Friedrich
predominante. El anarcocapitalismo que representan, entre otros, Roth-
A. v o n Hayek [1899-1992], una cierta p r e v e n c i ó n antipolítica, conse-
bard y su discípulo Hans-Hermann H o p p e [1949] entraría, c o n ciertas
cuencia de su crítica del constructivismo social, que, sin embargo, se
reservas, dentro de la categoría del antiestatismo n o necesariamente
resuelve e q u í v o c a m e n t e e n la a c e p t a c i ó n de u n a suerte de Estado Es la tesis sostenida por Dalmacio Negro [1931] en su magnífico libro, hasta cierto punto heterodoxo en el planteamiento historiográfico, La tradición liberal y el Estado. Madrid, Unión Editorial, 1995. 1
Una comparación sistemática de la Escuela austríaca y la Economía neoclásica en J. Huerta de Soto [1956], «El Methodenstreit, o el enfoque austríaco frente al enfoque neoclásico en la ciencia económica (1997)». Nuevos estudios de Economía política. Madrid, Unión Editorial, 2002. 2
Murray N. Rothbard, For a New Liberty. The Libertarían Manifestó (19"'3 '). San francisco, Fox and Wilkes, 1996. '* Los resultados de estas investigaciones aparecen sistematizados como una teoría ética en M.N. Rothbard, La ética de la libertad C1982 '). Trad. Marciano Villanueva Salas. Madrid, Unión editorial, 1995. Sobre la «centralidad» de lo político: Alessandro Campi U96H, // retorno (necessario) dellapolítica. Roma, Antonio Pellicani, 2002. 3
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Monarquía,
democracia
y orden
natural
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Prólogo
antipolítico . Si este detalle suele pasar inadvertido a los comentaris-
operó en etapas sucesivas la pacificación del continente, neutralizando
tas, incluso a los p r o p i o s libertarios, ello es d e b i d o a la c o n f u s i ó n
los conflictos y sometiéndolos, si no había más rem edio, al juicio de
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general entre los conceptos de Estado y Gobierno. Así lo reconocía el
unas guerras limitadas, ante las que todos los Estados se presentaban
p r o p i o Rothbard: « U n o de los más graves problemas que se plantean
como justus hostis. Pero ello no quiere decir que la estatal sea la forma
en los debates acerca de la necesidad del gobierno es el hecho de que
definitiva de la convivencia política. El Estado sucedió a otras formas
tales discusiones se sitúan inevitablemente en el contexto de siglos
premodernas, incluso convivió con algunas de ellas , y será sucedido
de existencia y de d o m i n i o del Estado» . Acostumbradas las gentes a
por ordenaciones de los elementos básicos de la convivencia política
la monopolizadora m e d i a c i ó n del Estado, les resulta extraordinaria-
desconocidas hasta ahora.
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mente difícil comprender que su concurso no es per se necesario para el sostenimiento del o r d e n , incluso p u e d e convertirse, c o m o viene sucediendo desde 1945, en el mayor i m p e d i m e n t o para la persisten-
La filosofía política de Hans-Hermann Hoppe
cia de u n o r d e n social sano. Sucede, en el f o n d o , que una cosa es el Estado — « f o r m a política concreta de una é p o c a histórica»— y otra el
El análisis en p r o f u n d i d a d de estos asuntos, en el que las c o n t r i b u -
G o b i e r n o — « m a n d o jurídicamente i n s ti tu c i o n a liz a d o » — . El Estado
ciones de los saberes político y e c o n ó m i c o resultan imprescindibles
es accidental, pero el G o b i e r n o , al menos en términos de la
por igual, se va abriendo camino en el pensamiento c o n t e m p o r á n e o .
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durée
humana, es eterno. Por eso, no sólo c o m o economista teórico, sino
De ahí el interés que tiene la p u b l i c a c i ó n en España de los trabajos
como crítico de los sistemas políticos c o n t e m p o r á n e o s , escribió Roth-
de H o p p e agrupados en su l i b r o Monarquía,
bard que «el gran non sequituren
natural.
que han i n c u r r i d o los defensores
del Estado, incluidos los filósofos clásicos aristotélicos y tomistas, es
Democracia
y
Orden
La obra de H o p p e . economista a l e m á n afincado en los Es-
tados U n i d o s , en d o n d e i m p a r t e clases de E c o n o m í a política en la
deducir de la necesidad de la sociedad el E s t a d o » . Esto ha sido así
Universidad de Nevada-Las Vegas, no desmerece de las e n s e ñ a n z a s
desde finales del siglo XV, fecha a partir de la cual esta forma política
de sus dos maestros, Mises y Rothbard. Vale la pena que reparen en
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estas p á g i n a s los juristas y p o l i t ó l o g o s de f o r m a c i ó n europea. También cualquier persona preocupada c o m o « c i u d a d a n o - c o n t r i b u y e n Como ha recordado J. Huerta de Soto, «el sistema de Estados mínimos y ciudades libres concebido por Hoppe» tiene, «en última instancia, carácter gubernamental, por lo que podrían seguir coaccionando a sus ciudadanos mediante el sistema fiscal, las regulaciones intervencionistas, e t c . » . Véase «El desmantelamiento del Estado y la democracia directa (2000)», op. cit.. p. 244. M.N. Rothbard, La ética de la libertad, p. 242. 6
7
Véanse sobre estos asuntos: Cari Schmitt [1888-19851, «Staat ais ein konkreter, an eine geschichtliche Epoche gebundener Begriff (1941)», en Verfassungsrechtlíche Aufsátze. Berlín, Duncker und Humblot, 1958, pp. 375-85. Jerónimo Molina [1968], Julien Freund, lo político y la política. Madrid, Sequitur, 2000, pp. 187-89. Dalmacio Negro, Gobierno y Estado. Madrid, Marcial Pons, 2002. M.N. Rothbard, op. cit., p. 259. Cfr. Julien Freund [1921-19931, L'essence du polítique (1965 ')- París, Sirey, 1992, p. 32: «Lo Político está en el corazón de lo social. En este sentido, lo Político es una esencia, es decir, un elemento constitutivo de la sociedad y no una simple institución inventada por la maldad de los hombres o por el designio de unos pocos». 8
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1
te» por el derrotero de la política c o n t e m p o r á n e a , objeto que H o p p e examina siempre desde perspectivas insólitas para los lectores habituados a las categorías políticas estatales. Sin embargo, no puede decirse que al autor le resulten ajenas estas últimas. De hecho las ha estudiado con gran aprovechamiento, de ahí que sus planteamientos, particularmente los relativos al f e n ó m e n o b é l i c o y a la destrucción del o r d e n interestatal europeo —fus gentium
europaeum—
a partir
Con la Monarquía austrohúngara hasta 1918 y con la Monarquía hispánica hasta 1931-36. Mientras que la sustitución de la primera por una pluralidad de Estados obedecía, según Hoppe, a la obsesión antiaustriaca de la élite norteamericana favorable a la intervención en la Gran guerra, la transformación de la segunda en Estado obedece, a nuestro juicio, a factores internos, genuinamente españoles. 10
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Monarquía,
democracia
y orden
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Prólogo
de la I Guerra M u n d i a l coincidan c o n los de cualquier escritor de la
de la forma política estatal. El autor desmonta sistemáticamente estas
tradición del realismo político, entendida en u n sentido amplio: Cari
creencias y profundiza en la c o n c e p c i ó n del gobierno como objeto de
Schmitt, Raymond A r o n [1905-1983], Bertrand d e j o u v e n e l [1903-1987]
apropiación d o m i n i c a l . Ello le permite elaborar una sugestiva teoría
o Gianfranco M i g l i o [1918-2001] .
de las formas de g o b i e r n o , pues, más allá de las clasificaciones tra-
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Con este libro pretende su autor ofrecer algunos de los argumentos definitivos en contra de la política estatista y sus consecuencias de t o d o orden: e c o n ó m i c a s y éticas particularmente — e x p l o t a c i ó n fiscal y e x c l u s i ó n del derecho de autodefensa—, pero también culturales, pues el estatismo, que altera la preferencia temporal de los individuos, opera en su o p i n i ó n c o m o u n elemento descivilizador. El Estado, en último análisis, es para H o p p e el gran corruptor.
dicionales , desde el p u n t o de vista de la p r o p i e d a d los gobiernos 12
pueden ser «privados» o «públicos». La r e n o v a c i ó n de la teoría de las formas de g o b i e r n o : el Estado socialdemócrata. En la práctica, las m o n a r q u í a s europeas tradicionales pertenecen a la primera c a t e g o r í a , a la de los gobiernos de titularidad p r i v a d a , mientras que las democracias, generalizadas desde la nefasta interv e n c i ó n d e l p r e s i d e n t e W o o d r o w W i l s o n [1856-1924] en la G r a n guerra y unlversalizadas, bajo la é g i d a de la mentalidad s o c i a l d e m ó -
Crítica de la mitología política del siglo XX
crata, d e s p u é s de los acuerdos de Potsdam, pertenecen a la de los g o b i e r n o s p ú b l i c o s . Mas esta d i s t i n c i ó n , p o r o t r o l a d o , t a m b i é n le
Por otro lado, al recorrer las vías incoadas por sus maestros, H o p p e
permite apuntar las diferencias de todo orden que marcó la injerencia
aspira a introducir algunas rectificaciones en la b e n é v o l a visión que
norteamericana en los asuntos europeos. Su apología de los regíme-
estos tenían de la forma de gobierno democrática. Demostrará además,
nes democráticorrepublicanos («gobiernos p ú b l i c o s » ) , mezclada con
indirectamente, la potencia científica del m é t o d o deductivo (teoría so-
otros factores internos al continente europeo —crisis de civilización,
cial a priori),
d e b i l i d a d de la tradición liberal, estrategia oportunista de la social-
que para evitar confusiones sería preferible denominar,
c o n Eugen B ó h m - B a w e r k [1851-1914], axiomático.
« M e gustaría f o -
democracia—, a b o c ó al m o d o de vida político a cuyo sostenimiento
mentar y desarrollar —escribe H o p p e en su introducción— la tradición
se i n t i m a a t o d o el m u n d o a c o n t r i b u i r , a saber: el Welfare
de una gran teoría social, abarcadora de la E c o n o m í a política, la Fi-
Estado de bienestar, s e g ú n la t e r m i n o l o g í a despolitizada
State o impuesta
losofía política y la Historia». El resultado es la revisión sistemática
p o r los s o c i ó l o g o s , o el Sozialstaat
de tres grandes mitos del siglo XX: a) la presunción de la b o n d a d del
terminología acuñada e n el siglo XIX pero naturalizada políticamente
proceso que, iniciado c o n la R e v o l u c i ó n francesa, c u l m i n ó d e s p u é s
por el constitucionalismo de la I I postguerra. En realidad, aunque el
de la I Guerra M u n d i a l con la liquidación del p r i n c i p i o m o n á r q u i c o ;
asunto no se ha estudiado c o m o merece, las constituciones poste-
b ) la presunción de que la forma de gobierno democrático constituye
riores a la última contienda mundial no han disimulado su afiliación
la fórmula óptima de g o b i e r n o y c ) . la p r e s u n c i ó n de la l e g i t i m i d a d
i d e o l ó g i c a , pues al declararse «Estados sociales y d e m o c r á t i c o s de
" Gianfranco Miglio, cultivador clásico de la teoría política, adquirió un enorme protagonismo en el panorama intelectual italiano al vincularse a principios de los 90 a la LegaNordáe Umberto Bossi [1941], partidario de la secesión padana, y defender una visión de Europa como un gran espacio político constituido por las viejas ciudades europeas y sus respectivas áreas de influencia, liberadas finalmente de la dominación estatal que se impuso progresivamente a partir de la Baja Edad media. Véase G. Miglio, le regolaritá delta política. 2 tomos. Milán, Giuffré, 1988.
La teoría clásica de la formas de gobierno, de origen griego, nunca experimentó modificaciones sustantivas, pues su trilogía resulta praxeológicamente insuperable. Lo cierto es que o manda uno (monocracia), o mandan varios (aristocracia) o mandan casi todos o la mayoría (democracia). La elaboración de Hoppe, que contrapone «gobiernos públicos» y «gobiernos privados», no sólo resulta original, sino que además puede llegar a ser de mucha utilidad en el campo de la ciencia y la filosofía políticas. 12
o Estado social y d e m o c r á t i c o ,
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Monarquía,
democracia
y orden
natural
d e r e c h o » apenas o c u l t a n su verdadera naturaleza — l a d e l «Estado
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Prólogo
También la fiscalidad de las monarquías ha estado orientada por la p r u -
Fer-
dencia, es decir, la «baja preferencia temporal» de la teoría austríaca.
d i n a n d Lasalle [1825-1864], enemigo declarado, p o r cierto, del m o v i -
Así, al príncipe que posee como d u e ñ o su Estado no le interesa aumen-
miento asociativo a l e m á n de base liberal.
tar más allá de cierto límite la presión fiscal, pues eso, a medio plazo,
s o c i a l d e m ó c r a t a » ) — , rindiendo así homenaje al Socialdemokrat 13
empobrece a los subditos y descapitaliza su p a t r i m o n i o . En cambio, recuerda H o p p e , el custodio (caretaker)
Una mentalidad política in fleri
o representante democrático
se desentiende del futuro, pues su cargo es provisional. Ello le aboca a maximizar sus utilidades, pues los beneficios que no pueda realizar
Toda la potencia de los conceptos austríacos, incluida la d i m e n s i ó n
a corto plazo aprovecharán a otro cuando sea r e m o v i d o de su cargo.
temporal de toda acción humana, está en estas páginas al servicio de
Con esta óptica, elabora también el autor soluciones concretas para
una revisión sistemática de una tópica político-económica que reclama,
la regulación de los flujos migratorios internacionales, la proscripción
con urgencia, ser puesta al día. Así procede H o p p e , denunciando las
de la corrupción democrática, el desmantelamiento del Estado nación,
transformaciones de la guerra o la fiscalidad que han tenido lugar con
la d e v o l u c i ó n de las propiedades públicas a sus legítimos d u e ñ o s , la
la sustitución de los gobiernos privados p o r gobiernos p ú b l i c o s . Su
reordenación política de los regímenes sucesores del Imperio soviético
examen de la guerra resulta particularmente o p o r t u n o , pues destaca
y, en última instancia, la transformación del Nuevo O r d e n M u n d i a l en
que la democratización de los regímenes políticos ha operado como
una agregación de p e q u e ñ a s y pacíficas ciudades s e g ú n el modelo de
elemento totalizadoras
San Marino o Licchtenstein.
aquella. Las guerras de las monarquías, que
r e s p o n d í a n a la visión clásica de los conflictos interestatales del De-
Sería deseable que este libro contribuyera a la difusión en el m u n -
recho de gentes europeo, pero también, aunque a veces se olvide, a
do hispánico de la teoría político-social del liberalismo anarquizante,
la r a c i o n a l i z a c i ó n y al b u e n sentido i n t r o d u c i d o s por el liberalismo
al que su autor, libre del prejuicio europeo de la forma de g o b i e r n o
d e c i m o n ó n i c o en estos asuntos , f u e r o n siempre guerras limitadas.
ó p t i m a , se adscribe. H o p p e , presente ya en las bibliografías inglesa,
14
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alemana, francesa, italiana, rumana, checa, rusa o coreana, es uno de El jurista alemán Ernst Forsthoff [1902-1974] ha explicado suficientemente la incompatibilidad del elemento liberal de las constituciones contemporáneas («Estado de derecho») con su elemento socializante («Estado social»). La experiencia constitucional demuestra que la ambigüedad constitucional se resuelve siempre, con raras excepciones, a favor de los elementos antiliberales. Véase Ernst Forsthoff, «Problemas constitucionales del Estado social», en Ernst Forsthoff etalii. El Estado social. Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1986. El liberalismo político del siglo XIX, cuyo espíritu reguló el concierto de las potencias europeas, haciéndose depositario de la visión estatal de lo político, nunca fue en realidad partidario de la teoría de las causas justas de las guerras. En rigor, todas las guerras europeas posteriores a las campañas napoleónicas y anteriores a la I Guerra Mundial fueron justas desde la óptica del Derecho de gentes. Si todos los enemigos estatales son justos y así mismo, por definición, son justas sus causas, ambos supuestos operan como factores moderadores de la violencia que los enemigos pueden recíprocamente aplicarse. En cambio, cuando la causa del enemigo es considerada injusta y el enemigo mismo reducido a un hors Vhumanité, su propia 11
14
existencia resulta odiosa. Se allana así el camino a las guerras de exterminio. Aquí han tropezado no pocas de las ideologías que durante el siglo XX han reivindicado para si la ascendencia liberal, pues han terminado defendiendo causas liberticidas como la del «progreso» frente a la «reacción». Expresión máxima de esta actitud intelectual es el esquemático enunciado de los artículos de una constitución genuinamente liberal, en la que no hay lugar para los principios orgánicos de las convenciones constitucionales. He aquí su contenido, recogido por Hoppe en el capítulo VI: «Todas las personas, además de ser los únicos propietarios de su cuerpo, tienen derecho a utilizar su propiedad como estimen oportuno mientras no perturben la integridad física o la propiedad de los demás. Todo intercambio de títulos de propiedad entre propietarios particulares debe ser voluntario (contractual). Estos derechos de una persona son absolutos. Cualquier persona que los infrinja podrá ser legítimamente perseguida por la víctima o por su mandatario y podrá ser procesada de acuerdo con los principios de proporcionalidad del castigo y de la responsabilidad absoluta». 15
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democracia
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los representantes más brillantes de esa tradición intelectual, renovada p o r Rothbard en los años 70 y a la que él mismo ha aportado los notables desarrollos, en algún caso originales, comprendidos en estas páginas. De su lectura cabe esperar, en suma, un impulso para la renovación de la inteligencia de lo político.
Reconocimientos
J e r ó n i m o Molina Universidad
de
Murcia La mayor parte de los estudios que aquí se recogen tienen su origen en la.s conferencias que he pronunciado en diversas reuniones patrocinadas por el Ludwig von Mises Institute y el Centerfor
Libertarían
Studies.
Algunos aparecieron previamente en diversas publicaciones, vertidos también en otras lenguas. Sin embargo, todos ha sido revisados sistemáticamente y substancialmente ampliados para esta o c a s i ó n . Agradezco a L l e w e l l y n H . R o c k w e l l Jr., Presidente del Ludwig
von
Institute, y a Burton S. Blumert, Presidente del Center for
Libertarían
Mises
Studies, su permanente apoyo, tanto e c o n ó m i c o como personal, para la maduración y elaboración de las ideas aquí presentadas. Cristian Comanescu, Robert Nef, Gerad Radnitzky, Jiri Schwarz, Jesús Huerta de Soto y Josef Sima entre otros, me dieron la oportunidad de confrontar mis ideas, de m o d o que también han contribuido a este trabajo. Para ellos, lo mismo que para u n a n ó n i m o benefactor cuyo respaldo financiero nunca me faltó, m i reconocimiento. Walter Block, D a v i d G o r d o n , Jeffrey Herbener, Guido H ü l s m a n n , Siephan Kinsella, Ralph Raico y Joseph Salerno me han distinguido con su amistad durante muchos años. Aunque ninguno tiene que resp o n d e r p o r mis ideas, las sugerencias y críticas de todos ellos han e|ercido una honda influencia sobre m i pensamiento, b ien a través de nuestras innumerables conversaciones, bien a través de la lectura de sus propias monografías. Más importante todavía ha sido la influencia de L u d w i g v o n Mises y Murray N. Rothbard. M i deuda intelectual c o n su obra es enorme, por lo que tan sólo me cabe esperar que la misma haya quedado convenientemente r e co n o ci d a en los estudios que siguen a c o n t i n u a ción. Con Murray N. Rothbard, con quien tuve la fortuna de colaborar
En este libro, Hans-Hermann H o p p e a r g u m e n t a el fracaso de los
l i b e r a l e s clásicos a la h o r a d e l i m i t a r el
c r e c i m i e n t o d e l e s t a t i s m o , p r o p o n i e n d o un sistema a n a r c o c a p i t a l i s t a en el que un conjunto de a g e n c i a s p r i v a d a s p r o p o r c i o n e n los servicios de s e g u r i d a d , defensa y justicia. Además, se revisa críticamente la historia política del mundo o c c i d e n t a l e x p l i c a n d o la evolución de la monarquía a la d e m o c r a c i a c o m o un proceso de agravación del estatismo que ha e m p e o r a d o los problemas sociales. A m b o s sistemas, no obstante, a d o l e c e n de graves defectos que solo una a l i a n z a entre el movimiento libertario y el conservador puede solucionar a través de la defensa de un O r d e n N a t u r a l b a s a d o en la libertad y en la p r o p i e d a d p r i v a d a . Hans-Hermann H o p p e nació en Peine (Alemania)
en
1 9 4 9 . Estudió en la Universidad del Sarre en Saarbrücken y en la U n i v e r s i d a d G o e t h e de Francfort, d o n d e impartió filosofía, sociología, historia y economía. O b t u v o su d o c t o r a d o en Filosofía por la U n i v e r s i d a d G o e t h e en 1974. En la a c t u a l i d a d , H o p p e es profesor de economía en la U n i v e r s i d a d d e N e v a d a en Las Vegas, m i e m b r o disting u i d o del Instituto Ludwig von Mises y, hasta d i c i e m b r e de 2 0 0 4 , el editor del Journal
of Libertarían
Studies
(sucedido por Roderick Long). Ha sido el autor de numerosos libros y artículos a m p l i a m e n t e
discutidos.
UNION EDITORIAL, S.A. ti Martín Machio, 15 • 28002 Madrid Tel.: 91 350 02 28 • Fax: 91 181 22
12
ISBN: 978-84-7209-599-1
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@UnionEditorial1 UnionEditorial
788472
11
095991
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