Por Qué Fracasan Los Países: Reseña Brian Daza Bachiller en Economía, Universidad Nacional Mayor de San Marcos Contacto:
[email protected] 1 de marzo de 2017
“La economía ha conseguido el título de la reina de las ciencias sociales eligiendo como campo los problemas políticos resueltos" Abba Lerner
En este documento, se hace una revisión breve de las ideas en el texto "Por qué fracasan los países" de los autores Daron Acemoglu y James Robinson. Asimismo, se analiza aquellas ideas y se reflexiona sobre las posibles recomendaciones que se derivan de ellas para formar directrices para conseguir la prosperidad.
1. Introducción El éxito o fracaso de una nación tiene un impacto determinante en el bienestar y calidad de vida de las personas que habitan en ella. Por lo tanto, el logro de la prosperidad de un país en cuanto a su desarrollo económico y político es un motivo justo de polémica y reflexión de sus científicos sociales de diversas áreas y enfoques, de su cuerpo político, de los círculos académicos e intelectuales, y del público no especializado en general. Es claro que ninguna medida, mucho menos una orientada a lograr el progreso de un país, puede ser efectiva si de parte de los que la ejecutan no hay entendimiento de los impactos que tendría realizarla en la realidad particular en la que se ocupan. De la misma manera, no se puede entender ningún aspecto de la realidad, ni mucho menos la totalidad de ella, sin una teoría, pues es dentro de una teoría donde se establecen las relaciones de causa y efecto entre las variables elegidas para abstraer la realidad, de manera que se pueda tener un acercamiento a los mecanismos generales que configuran su funcionamiento. Es difícil alcanzar un consenso en cuanto a los objetivos que se persigue para una nación. Es cierto que existen muchas personas preocupadas en mejorar su situación y la de su colectividad. Sin embargo, debemos reconocer que existen muchas cuyos intereses no son en ningún sentido altruista, y se aprovechan de las deficiencias del país, contribuyendo a agravar los problemas a los cuales se enfrenta. Incluso, entre las personas bienintencionadas, con los mismos objetivos y sueños para su país, el consenso sigue siendo muy difícil de alcanzar dependiendo de los medios que se tengan entendidos como los ideales para poder alcanzar aquellos fines en común. Es evidente que los diversos medios propuestos dependen justamente de la manera en la que se entienda la realidad, esto es, de la teoría que hay detrás de cada propuesta. La efectividad de cada alternativa será más alta cuanto mayor sea la capacidad que se tenga de entender la realidad. Entendimientos equivocados llevarán a desperdicios de esfuerzos y en los peores casos a medidas que traen resultados en contra de los objetivos planteados y que agravan aún más la situación. He ahí que radica la importancia del conocimiento y análisis del contenido del libro de Acemoglu y Robinson, en tanto y en cuanto permite vislumbrar aspectos que se podrán identificar como clave para entender preguntas fundamentales como por qué algunos países son pobres y otros son ricos. La propuesta teórica de los autores, sustentada con fundamentos de la historia económica y política de diversos países alrededor del mundo, indica que el devenir del desarrollo económico de un país está fuertemente influenciado y determinado por las instituciones sociales y políticas existentes en él. A su vez, niega que las cuestiones culturales, geográficas o climatológicas sean determinantes de que un país sea rico o sea pobre. Más allá del rigor científico y calidad académica del texto, se puede disfrutar en su lectura de una serie de historias interesantes que facilitarán el entendimiento de los argumentos presentados y que harán inevitablemente amena la lectura del libro.
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2. Las teorías que no funcionan En el texto se puede encontrar referencia a otras teorías que buscan explicar la pregunta fundamental de la investigación de los autores. Éstas están acompañadas de argumentaciones suficientemente relevantes para ser falsadas o en su defecto tomadas en mucha menor consideración. Una de ellas es el determinismo geográfico. Ésta postura es ciertamente usual, se habla mucho de la aparente condena al subdesarrollo de los países del sur, de la maldición de los recursos naturales, de la teoría de que los países cálidos son intrínsecamente pobres, etc. Sin embargo, este enfoque no parece responder a las diferencias en cuanto al desarrollo entre regiones como Corea del Sur y Corea del Norte, las Alemanias previo a la caída del Muro de Berlín o al ejemplo con el que inicia el texto, entre el norte de la ciudad de Nogales ubicado en Arizona (Estados Unidos) y el sur ubicado en Sonora (México). Es claro que lugares con características geográficas altamente similares pueden tener diferencias sustanciales en cuanto a la calidad de su organización económica, y que no siempre el norte aventajó al sur, como se puede apreciar en la historia prehispánica del continente americano, donde la situación era precisamente la contraria. Otra explicación, proveniente de la hipótesis de la cultura, destaca la importancia de las creencias, religión, valores y ética de los pobladores de una nación en determinar su progreso económico. Esta teoría, es ampliamente aceptada, y muchas personas defienden que los resultados desalentadores de los países llamados de tercer mundo se deben a que los habitantes se resisten a las nuevas tecnologías, son supersticiosos, no tienen buena ética laboral. etc. No obstante, al igual que en la hipótesis geográfica, de acuerdo a la evidencia empírica se puede ver que regiones con cultura altamente similar pueden llegar a encontrarse en condiciones muy diferentes. De la misma manera, comportamientos hostiles al desarrollo por parte de la población pueden estar determinados de manera endógena por la situación en la que se encuentran. La poca capacidad de innovación tecnológica puede deberse a derechos de propiedad intelectual mal definidos o falta de un sistema educativo que lo posibilite; en el mismo sentido, el rechazo de las comunidades indígenas a la entrega de sus tierras “en servicio a los intereses del país”, es muy comprensible dado el estado de abandono en el que siempre se han encontrado por parte del Estado. Una tercera tiene que ver con la ignorancia, que afirma que los países no se desarrollan, porque los líderes encargados de manejarlos no conocen que es lo que deberían hacer para lograr cumplir el objetivo del progreso. Sin embargo, los autores proponen que los países que fracasan están configurados de tal manera que las personas que llegan a conformar la élite política no tienen incentivos a llevar a sus países al progreso, salvo en circunstancias circunstanciales, y que en general resultan favorecidos de la situación deplorable por la que puede estar pasando su pueblo.
3. Propuesta teórica En el texto se defiende fundamentalmente la importancia del aspecto político para entender a la economía. Se rechaza la tradición académica de ignorar la política, pues se entiende a ésta como componente fundamental en el entendimiento teórico de la desigualdad entre países. Es el sistema político el que determina las instituciones de un país, y son precisamente estas instituciones las que generan los incentivos que determinan la prosperidad o la pobreza. Para la teoría expuesta en el libro, la prosperidad de un país se fundamenta en la existencia de instituciones políticas y económicas llamadas inclusivas. Este tipo de instituciones, son aquellas que permiten que se respeten los derechos de propiedad, fomentan la participación de la población e igualdad de oportunidades, y permiten que se invierta en mejores condiciones productivas ya sea a través de mejoras tecnológicas o de desarrollo de mejores habilidades. Este tipo de instituciones se opone a otro tipo de instituciones de efectos opuestos, y por lo tanto mucho menos favorables, en la actividad productiva y en el desarrollo económico de un país. Estas instituciones, denominadas extractivas, se orientan a explotar los recursos para un grupo reducido en perjuicio de la gran mayoría de la población, y no proporcionan incentivos para la mejora de la actividad económica. Pueden existir periodos en los cuales economías construidas a base de instituciones extractivas puedan llegar a tener algún despegue, pero este no pasaría de ser una situación temporal poco sostenible. Adicionalmente, se reconoce que las instituciones de ambos tipos generan círculos retroalimentativos, que las llevan a reforzarse y perdurar en el tiempo, de forma que establecen el camino que seguirá determinado país.
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4. Las instituciones inclusivas y las condiciones que permiten el progreso de un país Las instituciones económicas que sirven como base para el desarrollo sostenible de un país son las instituciones inclusivas. Para ser inclusivas, las instituciones económicas deben ofrecer derechos bien definidos a la propiedad privada, un sistema jurídico confiable e imparcial y servicios estatales que en general permitan igualdad de condiciones para que las personas puedan realizar intercambios y tomar acuerdos libremente; de la misma manera, debe ser posible el libre acceso a la competencia y las personas deben ser capaces de decidir las actividades a la que se quieren dedicar. En ese sentido, por ejemplo, no es casualidad que la revolución industrial se haya realizado en Inglaterra. Los grandes inventores como James Watt (máquina de vapor) o Richard Trevithick (primera locomotora de vapor) pudieron alcanzar sus logros gracias al panorama general instaurado pocos años después de la Revolución Gloriosa. Ésta limitó el poder del monarca y del ejecutivo devolviendo al Parlamento el poder para determinar las instituciones económicas. Tal fue que en adelante las instituciones económicas proporcionaron incentivos para la inversión, el comercio y la innovación. Se había empezado a hacer valer derechos de propiedad que incluían la propiedad intelectual. la ley se aplicaba a todos los ciudadanos por igual, los impuestos arbitrarios se eliminaron y se fomentó la competencia y desarrollo industrial. Tampoco es casualidad que las naciones del Norte de América, en las que se creó un Estado sin las características coloniales, explotadoras de recursos, y altamente jerarquizadas de los países del sur colonizados por España, sean mucho más avanzadas que aquellas. Se identifica también que el éxito de una nación depende de que la organización política estatal sea centralizada y pluralista. Por centralizada se entiende que exista una unidad de control de toda la nación, con el fin de evitar condiciones anárquicas que propicien el caos, conflictos permanentes entre intereses o la falta de capacidad para determinar acuerdos con respecto al rumbo a tomar de una manera sostenible. El pluralismo se refiere a que las decisiones se tomen en función de las necesidades de diversos grupos de interés, buscando el beneficio de la mayor cantidad de personas en una población, en ese sentido una organización pluralista es aquella que no centra sus objetivos en función de los deseos de una élite que controla el poder. Es necesario que ambos factores estén presentes en la organización del Estado para que se generen instituciones inclusivas; en caso contrario, como veremos, se generaran instituciones extractivas que perjudicarán el desarrollo del país.
5. Instituciones extractivas y determinantes del estancamiento de las naciones Las instituciones extractivas son la principal dificultad a vencer para conseguir que un país salga del fracaso. Son aquellas que tienen propiedades opuestas a las que denominamos inclusivas. Se les llama así porque en síntesis tienen como objetivo extraer rentas y riqueza de un subconjunto de la sociedad para beneficiar a un subconjunto diferente. Los ejemplos más grandes de este tipo de instituciones son las distintas maneras de esclavitud y explotación que han forjado las élites hacia las masas de pobladores. Personas en condición de esclavos no tienen acceso a la educación u otro tipo de oportunidades que mejore su situación económica, tampoco tienen incentivo a usar su inventiva y creatividad. Las comunidades sometidas a esclavitud o explotación de algún tipo tendrán serios problemas para salir de ahí y en muchas ocasiones su estructura ha sido seriamente modificada y deteriorada. Las instituciones capaces de limitar la destrucción creativa, también son altamente extractivas y por tanto limitantes de la prosperidad de un país. El miedo a la destrucción creativa es el principal elemento restrictivo de las innovaciones tecnológicas. Si bien es cierto, que las innovaciones tecnológicas permiten la mejora de las condiciones productivas y de las condiciones de vida de la sociedad en general, también traen como consecuencia el cambio de las instituciones existentes, y de privilegios económicos y políticos de algunas personas. El control excesivo que son capaces de implantar las élites que temen a la destrucción creativa, cuando no existe límites a su poder, resulta altamente desfavorable para el desarrollo. Un ejemplo es la llegada de la imprenta al Imperio Otomano con un retraso de tres siglos con respecto a su aparición, y con la insuficiente libertad para operar de forma que sólo se llegaron a editar alrededor de veinticinco libros en la primera imprenta hasta el día de su cierre, esto trajo obviamente serias consecuencias en la educación, la alfabetización y el éxito económico al cual ello hubiese conllevado. Las instituciones de este tipo tienden a atraer a luchas internas para hacerse con su control, debido al rédito personal que pueden conseguir quienes ostentan el poder en estas circunstancias, estas luchas internas conducen a guerras civiles y abundante caos que en suma no permiten la centralización estatal. Como el caso de Sierra Leona en África, donde los conflictos de los grupos son permanentes y mantienen en caos y guerra a la población.
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6. La dinámica de las instituciones y el papel de la historia La existencia de instituciones de cualquier tipo permiten que en el futuro profundicen su condición de inclusivas o extractivas. Se generan sinergias que conllevan a círculos virtuosos o viciosos dependiendo de qué tipo de instituciones prevalezcan y mantengan una retroalimentación entre sí. La preponderancia de las instituciones inclusivas puede permitir que estas establezcan un marco de referencia para que se generen nuevas, abren las puertas a que se generen mayores oportunidades de inclusión. Por ejemplo, la élite británica tuvo serios retos para mantener el poder político que alcanzaron en el siglo XVIII, de hecho no fue capaz de mantenerlo, pues esta misma élite había llegado a esa situación de poder cuestionando el supuesto derecho divino que se le atribuía a los reyes; aunque la repartición del poder fue sólo hacia una pequeña minoría, se hizo insostenible que cada vez mayor número de habitantes participase en el proceso político, no obstante de manera gradual los derechos políticos de los ciudadanos fue creciendo, pues los cambios que ya se habían producido hicieron muy poco factible reprimir las demandas de la población, llegando a constituir un Estado de derecho en el que los derechos políticos son los mismos para toda la población. De la misma manera que existen círculos virtuosos para las instituciones inclusivas, también existen círculos viciosos dentro de las instituciones extractivas. La salida de este tipo de instituciones es complicada, por ejemplo se ha llegado a hablar de la ley de hierro de la oligarquía, una forma realmente perniciosa de aquel circulo virtuoso. Esta se refiere a la tendencia existente en algunos países de que posterior a un evento histórico con altas posibilidades de cambio institucionales, en lugar de significar el fin de las instituciones extractivas no han significado sino un cambio de grupos que ostentan el poder y en la persistencia de las instituciones extractivas y limitantes de las libertades de las personas. La transición de instituciones extractivas a instituciones exclusivas se explica en el texto desde una perspectiva histórica, pero se enfatiza en que no está determinada históricamente. El cambio institucional, tiene lugar como resultado de las interacciones entre las instituciones existentes y las coyunturas críticas, que son aquellas en las que el equilibrio u orden político imperante se encuentra especialmente susceptible a cambios. No obstante, la misma circunstancia histórica crítica puede tener efectos muy diferentes de acuerdo a la situación institucional existente y la que puede llegar a surgir. Por ejemplo la peste negra en la época feudal reforzó la situación relativa de las grandes masas en relación a la de los monarcas, y grandes latifundistas de Europa Occidental, mientras que la misma situación propició a que se generen más instituciones extractivas en Europa Oriental.
7. Conclusión La conclusión fundamental del libro es que la política importa, y no sólo ello, no hay forma de mejorar la condición económica de un país de manera efectiva sin fortalecer los cimientos políticos de manera que permitan la participación de una parte amplia de la sociedad. La creación de instituciones inclusivas depende de que los poderes se encuentren ampliamente repartidos. Las revoluciones políticas deben ser capaces de terminar con la concentración de poder en élites, de manera que se de una cesión de poderes que impida que simplemente se derroque a una élite por otra. La situación de América Latina arrastra instituciones extractivas de larga data, que son las que realmente impiden el desarrollo sostenible de nuestra economía. De acuerdo a la propuesta teórica del libro, se puede entender que no es la herencia colonial que sobrevive en las costumbres folklóricas de la población o la situación geográfica las que determina nuestro atraso, sino las dificultades institucionales que debemos tratar de modificar para alcanzar un Estado con división del poder más efectivo y que permita lograr luchar contra la pobreza y desigualdad. Es cierto que es difícil identificar cual sería el camino correcto a seguir hacia adelante, pero se debe tener claro los objetivos, y ser capaces de aprovechar las condiciones críticas que pudiesen surgir para conseguir el cambio institucional en nuestros paises.
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