Politica, elecciones y eliminacion de los Sectores del PRI. 1987-1988

July 9, 2017 | Autor: X. Gamboa Villafr... | Categoría: Sociology, Political Sociology, Political Parties, Organizational Change, Mexican Studies, Government, Qualitative methodology, Conflict, Political Science, Ideology, Institutional Theory, Institutional Change, Mexico History, History of Political Parties, Resistance (Social), Social Movements (Political Science), Elites (Political Science), Political Elites, 20th Century Mexico, Qualitative Research Methods, Cultural power and resistance, Interest Groups (Political Science), Electoral systems, political parties, and executive-legislative structures, Power structures and ideology, Resistance to Organizational Change, Political Power, Social Conflict, Political Clientelism, Bureacracy, Political Science and public administration, Public Administration and Policy, Political Parties and Party Politics, Interest Groups and Politics, Renewal of Political Parties, Government Social Support, Government, Qualitative methodology, Conflict, Political Science, Ideology, Institutional Theory, Institutional Change, Mexico History, History of Political Parties, Resistance (Social), Social Movements (Political Science), Elites (Political Science), Political Elites, 20th Century Mexico, Qualitative Research Methods, Cultural power and resistance, Interest Groups (Political Science), Electoral systems, political parties, and executive-legislative structures, Power structures and ideology, Resistance to Organizational Change, Political Power, Social Conflict, Political Clientelism, Bureacracy, Political Science and public administration, Public Administration and Policy, Political Parties and Party Politics, Interest Groups and Politics, Renewal of Political Parties, Government Social Support
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Descripción

La estructura sectorial del Partido Revolucionarlo Institucional en la lucha político-electoral de 1987-1988

Un artículo del Dr Xavier Gamboa Villafranca 1 Referencia Bibliográfica: Gamboa Villafranca, Xavier: “La estructura sectorial del Partido Revolucionario Institucional en la lucha político-electoral de 1987-1988”, Las elecciones federales de 1988 en México, Universidad Nacional Autónoma de México. México, DF. 1988 Ver Portada

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1) La firma de .la cuarta etapa del PSE, destinada a imperar durante el último trimestre del sexenio de MMH, atiza (en un triple sentido) la hoguera: 

I). Los líderes de la estructura sectorial (con la notable excepción de la dirigencia nacional de la CNC) acrecentan su ventaja respecto al salinismo.



II) Se reducen los niveles del combate entre los tres sectores básicos del PRI ante la temporal supresión del motivo de éste, constituido por la competencia en pos de los espacios políticos constituidos por puestos parlamentarios de alcance federal.



III) Los dirigentes nacionales centran su atención en evitar que el próximo régimen (sea quien sea el Presidente) se vea tentado efectivamente a cambiar la estructura sectorial del Partido Revolucionario Institucional, desplazando a. -los actuales líderes por otros más “proclives” al titular del poder Ejecutivo en el sexenio 1988-1994.

2) La lucha entre la estructura sectorial (que en un principio, involucraba sólo a la CTM, pero que paulatinamente va involucrando al sector obrero en su conjunto y, después al sector popular e incluso al sector campesino) y Carlos Salinas, se había venido manifestando claramente con un año de antelación a los comicios del 6 de julio de 1988. Ya en julio de 1987, era claro el propósito de modernización del PRI, expresado en las resoluciones de la XIII Asamblea Nacional Ordinaria. Sin embargo, los líderes de la estructura sectorial, desde el principio, expresaron su desacuerdo con la conceptualizaci6n que al respecto manejarían, posteriormente, algunos de los seis "posibles precandidatos" de este partido. Cerradas las posibilidades de "adelantarse" (dar "madruguete", en léxico político práctico) y leyendo adecuadamente las señales de por dónde vendría "la decisión", desde principios de agosto se deslindan de cualquier responsabilidad y de hecho dejan "en el PRI" la selección. Al día siguiente del "destape" del 4 de octubre, empieza la lucha de los líderes del movimiento obrero por evitar que, seguir la consigna de modernización y democratización del PRI, significara que los sectores se autoelimaran. En un principio, la CNOP y la CNC no perciben este peligro, porque sus líderes están más comprometidos con su movilidad vertical ascendente que con los grados de fortaleza o debilidad de la organización a la que pertenecen; ya que lo primero no depende de lo segundo (al contrario de lo que acontece con el sector obrero y con el resto de las organizaciones que componen el sector campesino del PRI, pues en esos casos el destino de los líderes si depende de lo que acontezca con su respectiva organización). Sin embargo, incluso para ellos, pronto se toma claro que sus "méritos" (su experiencia política) no serían tomados en consideración en la próxima administración de persistir la tendencia denotada por el proceso "democratizador" y de llegar a la presidencia Carlos Salinas de Gortari. Queda claro, a partir de mediados de noviembre, cuando en Nuevo Laredo, CSG, habla de "modernizar" y "democratizar" los liderazgos formales e informales, públicos y privados; cuando, además los "estrategas" de CSG plantean y ejecutan una

campaña de proselitismo interno que no considera importante "convivir" con los sectores del PRI. El asunto se perfila aún más, cuando a principios de diciembre, en Santiago Ixcuintla, Nayarit, Salinas se refiere a la necesidad de que el PRI acepte la "diversidad de con-ciencias" y de "afiliaciones políticas". En San Juan del Río, Qro., prosigue el precandidato priísta su aclaraciòn: se manifiesta contra el sistema de "cuotas", para repartición de espacios políticos. A finales de febrero, se difunde el hecho de que es el equipo salinista (y no el presidente de la República), en concertación con el CEN del PRl, quien "palomea " las listas de candidatos a diputados federales y senadores (por el Partido Revolucionario Institucional) y que, al hacerlo, tiene interés en suprimir (o por lo menos reducir) las cuotas, particularmente las del movimiento obrero cetemista. Las listas, que salen a cuentagotas durante marzo, reflejan que los sectores no salen bien librados. y al mes siguiente, por si alguna duda hubiera, Salinas anuncia (casi explícitamente, en un recorrido por el DF) que su propósito no es sólo evitar que los sectores continúen ocupando importantes segmentos del conjunto de puestos de elección popular, sino que incluso pretende que queden reducidos a la nada, en cuanto a su presencia en el poder ejecutivo federal (concretamente, en su gabinete). A mediados de mayo se declara, ya sin ambajes, enemigo del Estado participativo-corporativo (desde Chalco, Edo. Méx.) y propone una democracia participativa en su lugar . A una semana de celebrarse los comicios (durante la última semana de junio) se vuelve común el que intelectuales y comunicadores pro-salinas difundan un mensaje: CSG se enfrenta a la burocracia sindical y campesina, en su lucha contra el pasado y contra el Estado medieval. A mediados de agosto, ya no queda lugar a dudas, tanto del enfrentamiento estructura sectorial versus grupo salinista, cuanto de que éste se halla dispuesto a llevar a sus últimas consecuencias sus planteamientos relativos a los líderes tradicionales del PRI: en la integración de las comisiones de trabajo para elaborar el programa de gobierno salinista (reconocidos públicamente como el "pie de cría" del gabinete presidencial deseado por ellos como futuro) solo por cubrir formalismos se incluye a miembros del sector obrero, por ejemplo. 3) Como ya se había dicho, desde antes del "destape", el movimiento obrero no se declara (en un principio; por acción y, después, por omisión) partidario de Carlos Salinas. Con posterioridad al destape, y conforme (en las etapas de proselitismo interno, precandidato y candidato) el salinismo va aclarando sus pretensiones respecto a la estructura sectorial, las respuestas que desde los centros de mando de ésta surgen, denotan una progresiva radicalización. Ya para enero, difunden la ideología de que la derecha y la izquierda coinciden en querer acabar, tanto con la institución presidencial, cuanto con los mecanismos corporativos; pues ambos factores son los que les impiden su ascenso al poder. Hacen coincidir la posición salinista con la de la oposición y logran hacer compañero de viaje al presidente de la República mismo. En febrero, influyentes editorialistas critican que sea el IEPES (en lo que pudiera considerarse, sostienen, el intento de prolongar el papel de los científicos del porfiriato) la instancia del PRI que lleve el peso básico de la campaña de Carlos Salinas, y no la estructura territorial y sectorial de este partido.

A mediados de abril, destacados miembros de la corriente progresista del régimen, dejan claro que la plataforma electoral del PRI es especialmente débil en lo concerniente a los sectores (campesino, obrero y popular), porque no fueron incorporados los planteamientos que al respecto hicieron sus dirigentes oportunamente. Los líderes nacionales se dejan ver poco, en actos y eventos del CEN de) PRI, de importancia para el candidato presidencial, cada vez con más frecuencia, a partir del inicio del segundo trimestre del año. Los actos de apoyo de la estructura sectorial, supuestamente masivos, denotan fallas de organización y logística cada vez menos explicables, bajo una lógica estrictamente técnica. Elegantemente, a Carlos Salinas se le retira la invitación para que presida el desfile del lº de mayo. Las brigadas de promotores del voto sólo existen en el papel, en los diarios, en la propaganda y en algún acto aislado. A un mes del día de los sufragios, la "Reunión Nacional de Movilización Electoral" (6 de junio ) resulta en un fracaso tal, que ante la opinión pública quedó clara la posibilidad ( con legalidad y legitimidad) de que se cumpliera el compromiso formal de los líderes de la estructura territorial del partido, en el sentido de que movilizarían a sus bases para otorgarle 20 millones de votos al candidato del PRI. 4) En la coyuntura postelectoral (en la que el supuesto triunfo electoral de Carlos Salinas de Gortari es eficientemente impugnado en el terreno político, jurídico, ideológico y legal, por la oposición) la displicencia y "falta de entusiasmo" que la estructura sectorial del PRI mostró en la campaña y el día mismo de los comicios, se torna en franca animadversión. Presionada la dirigencia nacional por )a continuación de una política económica que vulnera severamente la estructura sectorial del PRI (y sin percibir que la situación vaya a cambiar a su favor, sino al contrario, durante la próxima administración presidencial, de seguir las tendencias) empiezan a cuestionar severa y realmente, la objetiva conveniencia de que Carlos Salinas sea el próximo presidente de la República. Se empeñan los líderes nacionales (obviamente sin admitirlo en público) en la búsqueda de una solución "decorosa" que implique garantizar que el PRI continúe en el poder, pero sin que ello signifique la destrucción de su estructura sectorial. En esta tarea se enfrascan, a finales de agosto, cuando está por iniciarse el proceso de calificación (por el Congreso de la Unión) de las elecciones presidenciales. Ir a : Principio de este documento Listado de publicaciones Página del Dr Xavier Gamboa Villafranca Home page de CEPROS A. C Enviar correo a: Administrador de contenido Administrador de diseño _________________________________________________________________________________

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Coordinación de Proyectos Interdisciplinarios, FCPyS, UNAM.

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