Peter Kemp: Un inglés de Cambridge entre Franco, los partisanos albaneses y el ejército imperial japonés. Por Pablo Vázquez

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Descripción

Peter Kemp: Un inglés de Cambridge entre Franco, los partisanos albaneses y
el ejército imperial japonés.

Por el Lic. Pablo Vázquez*

De cómo un conservador protestante de Cambridge se enroló en la Guerra
Civil Española en el bando nacionalista, combatiendo con los requetés y la
Legión, hasta participar en la Segunda Guerra mundial colaborando con
partisanos albaneses y enlistado en el ejército inglés luchando contra los
japoneses.


En los estudios historiográficos actuales, sea en el trabajo de documentos
escritos y archivos de la memoria, la Guerra Civil Española es investigada
haciendo hincapié en el sector republicano. Sea por su derrota militar, su
proyecto político trunco y el valor de sus milicias – en particular las
milicias obreras y las brigadas internacionales –, hizo que la atención
sobre lo actuado por el bando nacionalista quedara relegado a la condena
por crímenes de guerra, el apoyo de nazis y fascistas y las críticas
posteriores al régimen franquista.
Pocos se detuvieron en analizar memorias de quienes apoyaron el Alzamiento
desde convicciones e ideologías afines al sector nacionalista español.
Peter Kemp es su libro de memorias Mine were of trouble, titulado en
castellano Legionario en España, relata su experiencia en el campo de
batalla como un aventurero inglés, protestante y conservador, fascinado por
participar de la contienda española. Para leer sin prejuicios ideológicos y
disfrutando de su excelente pluma, su humor y la información histórica
desde su memoria favorable al Alzamiento.
Recibido en el doctorado en Lenguas Clásicas y Leyes, en Cambridge, en el
mes de junio de 1936. Relató: "Casi me había llevado un mes tomar mi
decisión final de ir a esa guerra (…) Desconocía el idioma español, jamás
había estado en España y no conocía a nadie en el bando nacionalista.
Naturalmente, si hubiese querido unirme a las Brigadas Internacionales para
combatir en favor de los republicanos todo hubiera sido muy sencillo; en
todos los países funcionaban organizaciones, muy hábilmente dirigidas por
los respectivos partidos comunistas, con ese exclusivo fin. Pero los
nacionalistas no llevaban a cabo esfuerzo alguno para reclutar voluntarios
en Inglaterra".
Este inglés, opuesto al comunismo, la quema de iglesias y sus ansias de
acción, estaba listo. Llevando una credencial como periodista del
conservador Sunday Dipatch, y muñido de un pequeño ídolo negro tallado en
madera del Congo como amuleto de la suerte, arribó a España vía Francia con
los cuidados del caso, ya que Inglaterra tuvo una ley contra los que
participasen en conflictos extranjeros mientras la Corona fuese neutral.
Allí mismo describió las características de los combatientes nacionalistas,
sean las tropas españolas sublevadas, los legionarios, los falangistas y
los requetés. Estos últimos por su mística católica y su lucha contra los
liberales del Siglo XXI despertaron su admiración y respeto, motivando que
se enliste con ellos.
Afirmó desafiante: "… treinta mil requetés se unieron al general Mola en
Pamplona. Las mujeres se alistaban como Margaritas, para cuidar heridos y
toda clase de deberes, excepto empuñar las armas. Sólo los demasiado
jóvenes y los muy viejos quedaron para cuidar de los campos. Una vez mas,
un canto carlista nos habla del espíritu de esas semanas: 
"Cálzame las alpargatas, dame la boina, dame el fusil, que voy a matar mas
rojos que flores tiene el mes de abril." (…) Era glorioso morir en defensa
de la Tradición y el Ideal, y así murieron, despreciando la vida y sin
cuidar de protegerse del fuego enemigo. Las compañías eran llevadas al
ataque por el capitán y el capellán, uno empuñando la pistola, otro con el
breviario en la mano; pero todos, con sus rojas boinas, constituían
magníficos blancos. Así murió durante los primeros meses de la guerra la
mejor flor de España". 
Por sus memorias se deslizan nombres, batallas, ciudades y personajes por
doquier. Su buena pluma también se abre para la polémica: "Pero Toledo, que
se declaró por los nacionalistas, fue reducido (excepto el Alcázar),
durante la primera semana, mayormente por los ataques de la aviación
republicana, lo que constituyó el primer caso en la guerra del bombardeo de
una ciudad abierta (antes que Guernica)".
En su relato desfilan corresponsales de guerra, aristócratas ingleses
(entre oportunistas y convencidos), y extranjeros adherentes a los alzados
contra la República. Entre rusos blancos zaristas, polacos católicos e
irlandeses separatistas del Reino Unido. "El general O'Duffy, antiguo jefe
de la policía del Estado libre de Irlanda, intervino en la política
irlandesa en los años treinta, formando el Partido Unido, o "Camisas
azules". Al ver en la guerra civil española una oportunidad para aumentar
su prestigio en Irlanda, recluto una "brigada" irlandesa, para combatir
junto a los nacionalistas. En realidad, la brigada tenía los efectivos de
un batallón, pero a O'Duffy se le concedió el grado honorario de general
del Ejército español. Pocos generales han tenido tan poca responsabilidad
en proporción a su graduación, o, por lo menos, tan poco sentido de esa
responsabilidad".
También tiene tiempo para una anécdota que pinta de cuerpo entero el
pensamiento absurdo de un español reaccionario: "Don Gonzalo de Aguilera,
conde de Alba de Yeltes, grande de España, era un viejo soldado de
caballería (…) A pesar de ser amigo leal, audaz critico y estimulante
compañero, algunas veces me he preguntado si sus cualidades realmente le
capacitaban para la tarea de interpretar la causa nacionalista a
extranjeros de importancia. Tenía algunas ideas originales sobre las causas
fundamentales de la guerra civil. La principal de ellas, si no recuerdo
mal, era la introducción de las modernas medidas sanitarias; anteriormente
a eso, la hez del pueblo había perecido gracias a varias útiles
enfermedades; entonces sobrevivía y, naturalmente, se crecía. Otra curiosa
teoría era que los nacionalistas debieran haber fusilado a todos los
limpiabotas. (…) Mi querido amigo -me explico-, es algo perfectamente
razonable. El individuo que se agacha a los pies de uno en un café o en la
calle, seguramente es comunista; por tanto, ¿por que no fusilarle y acabar
con el de una vez? No hay necesidad de juicio; su culpabilidad es inherente
a su profesión."
Luego pasó de alférez a capitán de la temida Legión Española, la que
entonaba el Himno del Legionario y El novio de la muerte durante sus duros
combates, por gestiones del propio general Millán Astray, el "Padre de la
Legión", y cofundador de ella con Franco, ante el propio Generalísimo.
Según Kemp: "era la mas famosa e incluso fabulosa figura de la España
nacionalista, debido a su legendario valor y al numero de veces que fue
gravemente herido. Su personalidad, con sólo un brazo y un ojo, era el
centro de toda reunión. En los asuntos concernientes a la Legión su poder
era absoluto".
Herido en combate a fines de 1938 tiene licencia para Inglaterra, donde
participa de actividades a favor de los nacionalistas españoles. A su
regreso a la península ibérica ya había finalizado la guerra en marzo de
1939.
Pero sus aventuras no terminan allí. En el libro de Hermann Tertsch "La
venganza de la historia- origen y actualidad del conflicto en la vieja
Yugoslavia" escribió sobre su viaje a Albania: "...a quienes visité en
compañía de un fascinante anciano, el británico Peter Kemp, leyenda pura en
Albania. En la guerra civil española combatió con los requetés y fue herido
por una granada. Perdió la vista de un ojo, le extirparon algún que otro
órgano y regresó a Inglaterra como inhabilitado permanente. Sólo él sabe
cómo, pocos años después y tras engañar a todos en las pruebas de aptitud,
se lanzaba en paracaídas en Albania como miembro de los comandos de enlace
enviados por Churchill para apoyar acciones militares contra los
alemanes...".
Efectivamente, según lo escrito por Cristopher Othen en Las Brigadas
Internacionales de Franco, Peter Kemp estuvo combatiendo durante la Segunda
Guerra Mundial del lado aliado. Kemp se unió a los Comandos y participó en
peligrosas ofensivas en la costa francesa, antes de entrar a formar parte
del SOE (Special Operations Executive) el equipo de guerrillas de Winston
Churchill, creado para "dejar envuelta Europa en llamas". El británico
combatió en varios lugares de Europa. Se tiró en paracaídas detrás de las
líneas enemigas francesas y también en Albania, donde ayudó a los
partisanos; fue enviado a Polonia para luchar en el Ejército interior,
donde confirmó sus prejuicios anticomunistas al ser detenido durante un mes
por la policía secreta soviética; luchó contra los japoneses en Laos y
Tailandia.
Pero sus acciones no terminaron allí. Tras su muerte en 1993 el periódico
británico The Independent publicó su obituario donde detalló:
"Peter MacIntyre Mant Kemp, soldado y escritor: nació en Bombay el 19 de
agosto 8de 1915, casado en dos ocasiones (matrimonios disueltos) y murió
en Londres el 30 de octubre de 1993.
(…) Su padre era un juez en Bombay, donde nació. Después de la educación
convencional en Wellington y la Trinidad, en Cambridge, (…) fue llamado por
el estallido de la guerra civil en España. Ya alarmado por la amenaza del
comunismo, se unió a una unidad de las fuerzas carlistas del general Franco
en noviembre de 1936 y posteriormente trasladado a la Legión Española,
donde - l distinción poco común para un no español - ordenó a un
pelotón. Él fue herido varias veces, pero se quedó cumpliendo su deber
hasta que una bomba de mortero le fracturó la mandíbula en el verano de
1938.
Él apenas se había recuperado de la herida cuando un encuentro casual con
(Sir) Douglas Dodds-Parker lo puso en MIR, un departamento de investigación
de la Oficina de Guerra, que fue uno de los componentes de Operaciones
Especiales. MIR lo envió en una expedición fallida a Noruega por
submarino. Fue uno de los primeros alumnos de la Escuela de Formación de
Operaciones Combinadas en Lochailort; (…) Fue en otro viaje submarino
fallido en la búsqueda de un submarino alemán. Esta misión fracasó debido a
que un destructor británico atacó el submarino que llevaba a Kemp por
error. (…).

Con una fuerza de asalto a pequeña escala, participó en incursiones de
comandos en varios canales, (…). Cuando disolvieron la fuerza después de la
muerte de su líder se fue a El Cairo, y se incorporó en la sección albanesa
de SOE. Pasó 10 meses clandestinamente en Albania, con Enver Hoxha, el
líder comunista de los partisanos, donde tuvo varios encuentros cercanos
con la muerte (…). Finalmente salió de Montenegro, a través de la frontera
con Yugoslavia, y fue llevado con seguridad de vuelta a El Cairo.
Él hizo una misión de más de SOE en Europa, en el sur de Polonia, a finales
de 1944 con un grupo al mando del coronel DT Hudson, que había sido un
agente líder de SOE en Yugoslavia. Sus amigos polacos lo protegieron de ser
capturado por los alemanes. Pero ante el avance del Ejército Rojo Kemp fue
encarcelado en condiciones detestables durante tres semanas por la NKVD. A
los dos meses fue llevado a Moscú en la espera de un visado de salida
seguida.
Él aún no había tenido bastante lucha. Como paracaidista, una vez más, en
el verano de 1945, fue a Siam y se sumó a la lucha tanto contra los
franceses a través de la frontera con Laos – y contra los japoneses (…).
La tuberculosis obligó a su retiro del Ejército, y su salud a partir de
entonces siempre fue precaria. Sus energías se mantuvieron enormes. Vendió
seguros de vida para ganarse la vida, y escribió algunos libros
excelentes. Uno, Were Mine of Trouble (1957) describió su participación en
la guerra de España, y No colores o de Crest (1958), su vida con el
MIR. (…).
Se dirigió a Hungría durante el levantamiento de 1956, nominalmente como
corresponsal, y ayudó a escapar a algunos estudiantes a Austria. Estuvo
presente durante los disturbios en el Congo que llevó a su independencia
como en el Zaire, luchó de forma intermitente en Vietnam, visitó e informó
sobre las revoluciones en Centroamérica y en América del Sur, e incluso
volvió a Albania, donde predijo nuevos enfrentamientos raciales entre
albaneses y serbios. Él siempre estubo dispuesto a aconsejar a un amigo, y
en las formas de la memoria (1990) produjo una notable autobiografía. Él
llevó su última enfermedad con su fortaleza habitual".
Vale la aclaración que en realidad no estuvo en Sudamérica, ya que sólo fue
a Nicaragua como asesor de los "Contras" para conspirar contra la
revolución sandinista.
Una vida de novela de este aristócrata inglés anticomunista, amante de la
aventura, quien fue un moderno seguidor del pensamiento nietzcheniano de
"vivir peligrosamente".
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