¿Peasant o Farmer? Definiendo a los antiguos labradores griegos

August 13, 2017 | Autor: Julian Gallego | Categoría: Agrarian Studies, Peasant Studies, Rural History, Agriculture, Ancient Greek History
Share Embed


Descripción

Ancient History Bulletin, 15.4 (2001), pp. 172-185

¿Peasant o Farmer? Definiendo a los antiguos labradores griegos

E

n los años recientes el estudio del mundo rural en la Grecia antigua ha recibido un enorme impulso a partir de la publicación de un gran número de libros y artículos sobre diversos aspectos relacionados con la cuestión1. Todo esto ha permitido una comprensión más acabada de la situación de los pequeños propietarios griegos 2. En este contexto, uno de los problemas que según mi parecer ha generado más dificultades en todos estos trabajos es la definición de la situación social en la que se hallaban los labradores en el marco de la polis. La controversia ha quedado constituida básicamente en torno al eje delineado por los términos granjero (farmer) y campesino (peasant), que son las nociones usualmente aplicadas al análisis de los labriegos helénicos 3. El problema no es una mera cuestión de nombres sino que consiste en la definición de la clase social y el tipo de unidad productiva que se está examinando. De algún modo, la discusión sobre la caracterización de la sociedad griega a partir de sus determinantes agrarios, en especial dentro de la historiografía en lengua inglesa, ha girado alrededor de este asunto, que por otra parte permite delimitar en buena medida el campo de estudio al que aquí nos enfrentamos. En lo que sigue analizaremos detenidamente las posturas sostenidas acerca de la posición social del cultivador independiente para pasar luego al estudio de diversos factores relativos al funcionamiento de la economía familiar (oikos) 4. La definición más corriente del campesino es la que propone que se trata de un pequeño productor que se basta a sí mismo para su manutención mediante el cultivo de la tierra y la cría de animales, utilizando para ello la mano de obra familiar. Junto a esto, la vida en pequeñas comunidades rurales y la posesión de una cultura tradicional específica constituyen dos factores que permiten delimitar más acabadamente su situación social. Otro elemento importante de esta conceptualización radica en que los campesinos suelen sostener a las clases dominantes, los terratenientes y el estado, a través de la entrega regular de excedentes 5. Es evidente que el mundo griego no estaba integrado sólo por labradores sino que se hallaba socialmente diferenciado, lo cual implica tomar en cuenta la relación entre el campesinado y los terratenientes. Esta es en parte la postura 1 Ver P. Cartledge, ‘Classical Greek agriculture I: recent work and alternative views’, Journal of Peasant Studies 21 (1993) 127-36; ‘Classical Greek agriculture II: two more alternative views’, Journal of Peasant Studies 23 (1995) 131-9. 2 En este trabajo sólo considero las unidades agrarias de producción basadas fundamentalmente en el trabajo familiar, dejando de lado las grandes haciendas que podían explotar diferentes tipos de fuerza de trabajo. 3 Las nociones de agricultor, cultivador, labriego, labrador, así como las de pequeño productor, pequeño poseedor, pequeño propietario, serán tomadas como equivalentes con un fin meramente descriptivo. La atención conceptual se centrará sólo en los términos campesino (peasant) y granjero (farmer). 4 Respecto de la definición del oikos, cf. F. Pesando, Oikos e ktesis. La casa greca in età classica (Perugia 1987); L.C. Nevett, House and society in the ancient Greek world (Cambridge 1999). 5 E. Wolf, Peasants (Englewood Cliffs 1966); T. Shanin, ‘Peasantry: delineation of a sociological concept and a field of study’, European Journal of Sociology 12 (1971) 289-300; ‘The nature and logic of the peasant economy’, Journal of Peasant Studies 1 (1973/74) = Naturaleza y lógica de la economía campesina (Barcelona 1976); P. Worsley, ‘Peasant economies’, en People’s history and socialist theory (Londres 1981) = ‘Economías campesinas’, en R. Samuel (ed.), Historia popular y teoría socialista (Barcelona 1984) 169-76.

Julián Gallego

173

de Mossé, que construye su imagen del campesino antiguo (paysan) apoyándose esencialmente en los Trabajos y días de Hesíodo y las Geórgicas de Virgilio, dado que su convicción es que ambos reflejan las características principales de las condiciones de vida del campesinado en la antigüedad clásica 6. Finley y de Ste. Croix parecen acordar con el marco de larga duración bosquejado por Mossé, optando por el vocablo campesino para conceptualizar a los pequeños productores rurales antiguos. Pero más allá de esta coincidencia, ambos muestran diferencias sustanciales en torno a un punto importante. Según Finley, la incorporación del campesino a la comunidad política como miembro de plenos derechos fue un suceso inédito de la antigüedad clásica. El campesino antiguo era propietario efectivo de su tierra y la ciudadanía significó una protección eficaz contra la imposición de cargas económicas por parte de las élites dominantes, porque su posición política dentro de la ciudad hizo del campesinado antiguo algo excepcional respecto de otras sociedades donde los cultivadores eran explotados 7. Para de Ste. Croix, en cambio, esto último sería perfectamente posible, porque su análisis del mundo antiguo clásico tiende a destacar básicamente que los campesinos se hallaban sometidos de un modo u otro a diversas relaciones de explotación. Por ende, los derechos políticos no fueron para el campesino antiguo una garantía contra la explotación: más allá de las diversas condiciones socioeconómicas (freeholder, lessee, tenant, etc.), subyacía el común denominador de la extracción de excedentes mediante mecanismos tales como servicios laborales, deudas, impuestos, reclutamiento militar, que convertían al campesinado en una clase sometida a las clases explotadoras 8. Para la misma época también Garnsey se ocupó de la condición social del campesinado antiguo 9. Si bien sus investigaciones se centraron particularmente en el caso romano, de todas maneras, su comparación con Atenas le permitió vislumbrar la situación de ‘great exception’ de los campesinos atenienses. En cuanto a los campesinos romanos, el autor ha establecido ciertas líneas de análisis que resultan hoy día ineludibles. En primer lugar, propone la existencia de un ciclo–que constituyó un mecanismo subyacente de la expansión imperial romana—a raíz del cual los campesinos incorporados al servicio militar volvían a ser instalados en la tierra más tarde como granjeros. En segundo lugar, señala que la mayoría de los campesinos vivían esparcidos por el campo y no concentrados en la ciudad. Finalmente, afirma que los componentes principales de la mano de obra 6

109.

C. Mossé, Le travail en Grèce et à Rome (París 1966) = El trabajo en Grecia y Roma (Madrid 1980) 95-

7 M.I. Finley, The ancient economy (Berkeley 1973) = La economía de la antigüedad (México 1974) 13171, y en especial 132 y n. 2, donde el autor destaca la excepcionalidad de esta situación contrastándola con el tema corriente de la sujeción del campesinado, y para verificar esto cita a T. Shanin (ed.), Peasants and peasant society (Harmondsworth 1971). 8 G.E.M. de Ste. Croix, The class struggle in the ancient Greek world (Ithaca 1981) 208-26. El autor reconoce la conveniencia de analizar a ciertas formaciones socioeconómicas de la Grecia antigua con la noción de ‘economía campesina’, que como vimos contempla en su definición ‘inaugural’ la cuestión de la explotación. 9 P. Garnsey, ‘Peasants in ancient Roman society’, Journal of Peasant Studies 3 (1976) 221-35; ‘Where did the Italian peasants live?’, PCPS 25 (1979) 1-25; ‘Non-slave labour in the Roman world’, en idem (ed.), Non-slave labour in the Graeco-Roman world (Cambridge 1980) 34-47 = P. Garnsey, Cities, peasants and food in classical antiquity. Essays in social and economic history (Cambridge 1998) 91-105, 107-31, 134-48, respectivamente.

174

¿Peasant o Farmer? Definiendo a los antiguos labradores griegos

rural (owner-cultivators, tenant-farmers y day-labourers) formaban tres categorías en parte coincidentes que se articulaban con el sistema de la esclavitud-mercancía para proporcionar a las haciendas terratenientes la fuerza de trabajo necesaria. Garnsey fluctúa en sus trabajos entre los términos campesino y granjero, pero en realidad termina asimilando éste a aquél. En cualquier caso, lo destacable es que tanto Garnsey como Finley y de Ste. Croix comienzan a hacer uso en el marco de la historia antigua de los aportes de las ciencias sociales respecto de la economía, la sociedad y la cultura campesinas 10, aportes que desde entonces van a empezar a ser tomados en cuenta por los investigadores de la antigüedad clásica profundizando así el camino abierto. El propio Garnsey ha retomado la cuestión en trabajos posteriores dedicados al problema del hambre y el aprovisionamiento de alimentos, adoptando también allí las precisiones generales aportadas por los estudiosos del campesinado 11. En efecto, para Garnsey el campesino se distingue tanto del granjero empresarial como del cultivador primitivo, pues se trata de un pequeño productor rural que con un equipamiento simple y el trabajo familiar produce tanto lo necesario para su subsistencia como lo requerido por los que detentan el poder político y económico. Pero advierte que es una quimera hablar de un ‘typical ancient peasant’ y que, por ende, debe analizarse la singularidad de cada caso 12. Gallant concuerda con estas apreciaciones y también adopta el concepto de campesino para el pequeño propietario rural griego, al que define según tres de los aspectos que delimitan al campesinado: 1) es un sector de una sociedad más amplia; 2) orienta su producción hacia la subsistencia a partir del trabajo doméstico; 3) el excedente que se le extrae permite sustentar a otros estratos sociales. Pero el campesinado no era un sector monolítico: una fluida línea separaba al rico del pobre, y azarosamente podía suceder que el hogar rico de una generación se volviese pobre en la siguiente 13. Otro aspecto considerado es la relación de los agricultores con los mercados. Al describir a los pequeños productores áticos, Ober dice que ‘most of Attica was farmed by smallholders, families of peasants who worked plots averaging 9-13 acres (40-60 plethra) on a subsistence basis. A very limited amount of grain was produced for the city market; the bulk of Attic grain was consumed by those who produced it’ 14. En este marco, no habrá inconvenientes para que utilice granjero o campesino alternativamente, aunque incluya al primero pero no al segundo en el índice analítico. Una fluctuación similar se percibe en Hodkinson, que si bien hace un uso reiterado de la noción de granjero, cuando se refiere de modo general a la sociedad de la polis la define como un mundo 10 A.V. Chayanov, The theory of peasant economy (Homewood 1966) = La organización de la unidad económica campesina (Buenos Aires 1974); B. Galeski, Basic concepts of rural sociology (Manchester 1972) = Sociología del campesinado (Barcelona 1977); T. Shanin (ed.), Peasants (op. cit. n. 7). Cf. supra, n. 5. 11 En cuanto a la definición que Garnsey adopta, cf. T. Shanin, The awkward class. Political sociology of peasantry in a developing society: Russia 1910-1925 (Oxford 1972) = La clase incómoda. Sociología política del campesinado en una sociedad en desarrollo, Rusia 1910-1925 (Madrid 1983) 68. 12 P. Garnsey, Famine and food supply in the Graeco-Roman world. Responses to risk and crisis (Cambridge 1988) 43-8; cf. Food and society in classical antiquity (Cambridge 1999) 23-8. 13 T.W. Gallant, Risk and survival in ancient Greece. Reconstructing the rural domestic economy (Cambridge 1991) 4-5. 14 J. Ober, Fortress Attica. Defense of the Athenian land frontier 404-322 BC (Leiden 1985) 21; cf. The Athenian revolution. Essays on ancient Greek democracy and political theory (Princeton 1996) 135-8.

Julián Gallego

175

predominantemente agrícola en el que la incorporación de los campesinos a la ciudadanía de comunidades autogobernadas les dio una posición de cierta fuerza política: era un mundo dominado por la ética de la autarquía del hogar y habitado ampliamente por ciudadanos-campesinos que vivían de la labranza mixta, mundo en el que la infraestructura del comercio más allá del nivel local estaba relativamente subdesarrollada 15. Osborne acuerda con estas descripciones pero no con las conceptualizaciones, e indica que los granjeros podían coincidir con los campesinos en cuanto al bajo nivel tecnológico, el lazo entre granja y familia, una economía dependiente de la agricultura y probablemente el uso inmediato de la fuerza de trabajo familiar. Pero a diferencia de los campesinos, los granjeros no eran explotados ni dominados por agentes externos ni poseían una cultura tradicional distintiva; tampoco había una separación clara entre ciudad y campo ni un reconocimiento explícito de la división entre pequeño y gran propietario 16. Sin embargo, en un estudio posterior el autor directamente se referirá a ‘the peasant basis of ty’ 17. Aunque recientemente ha vuelto a sostener, en relación con la situación de Hesíodo, que no tiene demasiado sentido clasificarlo con arreglo a categorías modernas como la de campesino porque muchos de sus rasgos definitorios están en él ausentes 18. Isager y Skydsgaard también adoptan un criterio ambiguo, aunque por otros motivos: la mayoría de las comunidades estaban constituidas por campesinos, pero había ciudades que no estaban pobladas esencialmente por ellos, excepciones como Atenas o Corinto, donde existían formas de ganarse la vida distintas de la agricultura. El modelo campesino se aplicaría a la mayor parte de las pequeñas poleis griegas de las que poco se sabe, pero sería incompatible con el conocimiento que se tiene de las ciudades más grandes 19. La opción analítica que otorga la categoría de granjero ha sido acogida por varios estudiosos aunque de diversas maneras. Burford parece descartar el término campesino tomando en consideración los conocidos argumentos sobre la situación de dependencia o sujeción que el concepto implica. No obstante, reconoce que el calificativo campesino puede indicar una actitud mental aplicable en diversas circunstancias a diferentes grupos o personas de la Grecia antigua 20. Mucho más inflexible es la posición de Hanson 15 S. Hodkinson, ‘Animal husbandry in the Greek polis’, en C.R. Whittaker (ed.), Pastoral economies in classical antiquity (Cambridge 1988) 35-74, en 57. 16 R. Osborne, Demos. The discovery of classical Attika (Cambridge 1985) 142 y n. 47. 17 R. Osborne, Classical landscape with figures. The ancient Greek city and its countryside (Londres 1987) 13. Cf. asimismo ‘The economics and politics of slavery at Athens’, en A. Powell (ed.), The Greek world (Londres 1995) 27-43, en 32-3, donde se habla de la granja familiar bajo la idea de agricultura campesina. 18 R. Osborne, Greece in the making, 1200-479 BC (Londres 1996) = La formación de Grecia, 1200-479 a.C. (Barcelona 1998) 176. 19 S. Isager y J.E. Skydsgaard, Ancient Greek agriculture. An introduction (Londres 1992) 113-14. Ver la crítica de P. Cartledge, ‘Classical Greek agriculture I’ (op. cit. n. 1) 132, 134, que señala que la interpretación de Isager y Skydsgaard hace de Atenas una ciudad totalmente diferente a la mayoría de las poleis en lo referido a la importancia económica de la agricultura y la riqueza en tierras. Cartledge también sugiere que el término campesino puede ser útil si se lo usa para indicar que se está hablando de un ‘countryman’, pues la mayoría de los antiguos griegos vivieron en y del campo. 20 A. Burford, Land and labor in the Greek world (Baltimore 1993) 85-7, 172. Así, Hesíodo, el representante por antonomasia de la situación campesina, puede ser considerado más ampliamente como el que expresa el interés de todos los jefes de hogares que poseen tierras, mientras que Homero, el poeta de la aristocracia, puede en ocasiones mostrar en sus héroes algunas actitudes propias de una mentalidad campesina. Cf. M.I. Finley, La economía de la antigüedad (op. cit. n. 7) 150. La idea de actitudes ‘campesinas’ de los te-

176

¿Peasant o Farmer? Definiendo a los antiguos labradores griegos

que toma decidido partido por la noción de granjero. A partir del siglo VIII y hasta finales del siglo IV a.C. se desarrolla la vida de la polis fundada esencialmente en una clase de granjeros libres cuyo horizonte radica en el trabajo duro, la competencia, la carga ética de una agricultura intensiva, así como las necesidades de la familia y los valiosos excedentes para el mercado. Respecto de terratenientes y campesinos, los granjeros constituyen una nueva clase de propietarios individuales autoexplotados que son responsables por su propia supervivencia o destrucción y participan de un sofisticado sistema de mercado y no de los tratos más básicos de un campesinado de subsistencia. Hanson enumera once razones por las que prefiere hablar de pequeño granjero intensivo y no de campesino: 1) no tenían deudas con los ricos; 2) disponían de dinero; 3) no pagaban rentas o tasas; 4) comercializaban excedentes; 5) tenían iguales derechos políticos; 6) realizaban un servicio militar consentido; 7) eran responsables de su propia posición social; 8) poseían esclavos; 9) no estaban separados de los sectores más altos por el tamaño o naturaleza de sus granjas; 10) tenían claros títulos sobre sus granjas, reservas, esclavos y armas; 11) podían realizar cambios en las técnicas agrícolas. Finalmente, concluye que ‘it is nearly impossible to envision Greek homesteads farmers as systematically being exploited by outsiders, or in possession of a distinct cultural tradition of victimization’, señalando de este modo dos aspectos cardinales de la definición más corriente de campesino que para el autor no resultan operativos en el análisis de los labradores griegos 21. Por su parte, Jameson, que también opta por la idea de granjero, señala que para la de campesino no existe ningún equivalente griego antiguo, y que por ende debe ser constantemente redefinida cuando se la usa para el mundo grecorromano, de modo de poder distinguir con más precisión a las poblaciones griegas de los diversos grupos medievales y modernos a los que se aplica la noción de campesino 22. Para Wood, en cambio, la redefinición constante a la que debe someterse la categoría de campesino no significa un inconveniente para su uso, sino que remite a lo que constituye la diferencia específica del campesino ático respecto de los campesinos de otras sociedades a partir de su excepcional condición política y militar. La ciudadanía del pequeño propietario ateniense reducía realmente la necesidad de intensificar el trabajo porque limitaba la producción de excedentes de una manera desconocida por otras sociedades campesinas 23. Así, la definición del campesino como un cultivador que depende para su subsistencia de ciertos derechos sobre la tierra y el trabajo familiar, aunque en el marco de un sistema social más amplio y sometido a poderes externos de explotación, debe para el caso ateniense (y tal vez para el resto del mundo griego) ser acondicionada, pues los labradores áticos estaban exentos del pago de cargas y exacciones. Sin embargo, la discusión entre Jameson y Wood trasrratenientes ha sido, a partir del análisis de la Atenas de los siglos V y IV a.C., fundadamente rechazada por R. Osborne, ‘Pride and prejudice, sense and subsistence: exchange and society in the Greek city’, en J. Rich y A. Wallace-Hadrill (eds.), City and country in the ancient world (Londres 1991) 119-45, en 136-42. 21 V.D. Hanson, The other Greeks. The family farm and the agrarian roots of Western civilization (Nueva York 1995) 95-108. 22 M.H. Jameson, ‘Agricultural labor in ancient Greece’, en B. Wells (ed.), Agriculture in ancient Greece (Estocolmo 1992) 135-46, en 136 y n. 3; ‘Class in the ancient Greek countryside’, en P.N. Doukellis y L.G. Mendoni (eds.), Structures rurales et sociétés antiques (París 1994) 55-63. 23 E.M. Wood, ‘Agricultural slavery in classical Athens’, AJAH 8 (1983) 1-47, en 8-9; Peasant-citizen and slave. The foundations of Athenian democracy (Londres 1988) 51-63.

Julián Gallego

177

ciende la cuestión de las categorías de granjero o campesino. En efecto, un tema fundamental de sus trabajos ha sido el problema de la existencia o no de trabajadores esclavos en el seno de las unidades productivas familiares. Para Jameson, el empleo de algunos esclavos le daba al granjero la posibilidad de atender los asuntos políticos y militares sin desatender la producción 24. Para Wood, esto no era necesario porque, al no ser explotado, el campesino ateniense podía dedicar tiempo a las actividades no económicas 25. Al margen de estos debates en lengua inglesa, la historiadora francesa Amouretti propone que el modelo griego no encaja en categorías sociológicas como sociedad primitiva, sociedad campesina o sociedad industrial: ‘Ce qui caractérise l’insertion du mode de vie agricole dans la société général, c’est l’intermédiaire de la polis. Communauté de citoyens, celle-ci leur réserve le droit de propriété comme le droit politique. Ces cités de petite taille ont défendu leurs frontières et limité de ce fait la cohérence de une société paysanne’ 26. Esto último nos reconduce a lo excepcional de la posición de los labriegos helénicos con respecto a la generalidad de las sociedades campesinas. En este sentido, estamos de acuerdo con Wood en que no es para nada un inconveniente tener que redefinir las categorías de análisis en función de las condiciones específicas del mundo griego. La propia noción de granjero necesitaría también ser redefinida para su aplicación a la Grecia antigua, pues se trata de un concepto que ha adquirido una significación precisa en relación con la situación de la moderna granja familiar, que se presenta esencialmente como una unidad empresarial orientada al mercado 27. Es evidente que según sea la definición de campesino adoptada y las condiciones históricas, económicas, sociales, políticas y culturales consideradas en el momento de dar cuenta de la posición de los pequeños propietarios griegos, tal será entonces la opción analítica que realice cada autor. Si se hace de las definiciones operativas aportadas por Shanin, Wolf y otros, definiciones canónicas y rígidas, parece no haber posibilidades de encuadrar al labriego helénico bajo la categoría de campesino. Pero ya Finley señalaba la alternativa de un campesinado no sometido a explotación a raíz de la excepcionalidad histórica que significó su incorporación a la comunidad política en un pie de igualdad con los terratenientes. En definitiva, el problema que recorre estos debates en torno a las categorías de campesino y granjero no es únicamente el de la conceptualización de los labradores autónomos en función de las condiciones materiales de producción, sino el de la determinación de su posición en la estructura de clases. En este sentido, tres son, en resumen, las posturas que parecen destacarse, aunque dos de ellas implican, tal vez, matices dentro de una misma línea conceptual. Una es la que, partiendo de la noción de campesino, sostiene que en la Grecia antigua el campesinado se hallaba exceptuado de la explotación por

24 M.H. Jameson, ‘Agriculture and slavery in classical Athens’, CJ 73 (1977/78) 122-41; ‘Agricultural labor’ (op. cit. n. 22) 142-5; cf. V.D. Hanson, ‘Thucydides and the desertion of Attic slaves during the Decelean war’, CA 11 (1992) 210-28; The other Greeks (op. cit. n. 21) 63-70, 129-30. 25 E.M. Wood, ‘Agricultural slavery’ (op. cit. n. 23); Peasant-citizen and slave (op. cit. n. 23) 42-80. 26 M.-C. Amouretti, Le pain et l’huile dans la Grèce antique. De l’araire au moulin (París 1986) 199. 27 Sobre esto, véase B. Galeski, ‘Social organization and rural social change’, en T. Shanin (ed.), Peasants (op. cit. n. 7) 115-37, en 122; Sociología del campesinado (op. cit. n. 10) 45-131, 207-66. Para el mundo antiguo clásico esta cuestión ha sido señalada tanto por M.I. Finley, La economía de la antigüedad (op. cit. n. 7) 145, que cita a Galeski, como por E.M. Wood, ‘Agricultural slavery’ (op. cit. n. 23) 8, que lo sigue a Finley.

178

¿Peasant o Farmer? Definiendo a los antiguos labradores griegos

parte de los terratenientes, lo cual constituía su differentia specifica 28. Los autores encuadrados en la segunda perspectiva, articulada a la anterior debido a la utilización de la categoría campesino, señalan que además de la posibilidad planteada por la primera alternativa, también podía ocurrir que los campesinos, al igual que en otras sociedades agrícolas, pagaran rentas o tributos, transformándose así en el sector a partir de cuyos excedentes vivían los terratenientes y el estado 29. A diferencia de la primera, esta visión se centra en procesos de muy larga duración que exceden el marco de la polis griega de los siglos VIII a IV a.C. La última perspectiva señala que los pequeños poseedores griegos eran granjeros y constituían una clase aparte con respecto a los terratenientes que usufructuaban el trabajo ajeno y a los campesinos que debían entregar excedentes 30. Ahora bien, ¿qué pasa si modificamos el punto de partida conceptual que han tomado todos los historiadores hasta el momento? En efecto, tanto para aceptar como para descartar la noción de campesino, y en consecuencia adoptar o no la idea de granjero, el punto de partida común es la definición señalada al comienzo de este trabajo. Sin embargo, nuevos estudios y aportes metodológicos pueden llevarnos por nuevas sendas. Tal, por ejemplo, la definición que desde un punto de vista estrictamente económico nos brinda Ellis 31. Según los criterios que plantea no es necesario pensar al campesinado como una clase irremediablemente explotada por los terratenientes o el estado. Su definición reconoce que los campesinos son parte de un sistema económico más amplio, y por eso su comportamiento económico como pequeños productores agrícolas depende de cuánto trabaje para ellos ese sistema más amplio; otorga a los campesinos cierta capacidad limitada para una supervivencia independiente del sistema más amplio, y esto puede algunas veces ser importante para explicar el comportamiento económico campesino; enfatiza que la producción campesina tiene lugar en un contexto de mercados de factores y productos que no están plenamente formados, y según cuáles sean esos mercados incompletos (de tierra, de trabajo, de crédito) ello tendrá un impacto importante tanto sobre la autonomía relativa de los pequeños productores rurales como sobre el tipo de decisiones económicas que ellos hagan; sirve para distinguir a los campesinos de las empresas agrícolas capitalistas (que emplean trabajo asalariado) así como de las familias con granjas comerciales que operan en el contexto de mercados de factores y productos plenamente formados; da una perspectiva estratégica a las políticas agrícolas que están a menudo interesadas en acelerar la transición de los campesinos a familias con granjas comerciales al mejorar el funcionamiento de los mercados, incrementando el uso de suministros comprados y removiendo las restricciones sociales y económicas que distinguen a los campesinos de otros actores económicos en el sistema de mercado. Pero si 28 M.I. Finley, La economía de la antigüedad, 132; E.M. Wood, ‘Agricultural slavery’, 8-9; Peasantcitizen and slave (op. cit. n. 23) 53-4. 29 G.E.M. de Ste. Croix, The class struggle (op. cit. n. 8) 210-11; P. Garnsey, Famine and food supply (op. cit. n. 12) 45-7; Food and society (op. cit. n. 12) 25-6; T.W. Gallant, Risk and survival (op. cit. n. 13) 4. 30 A. Burford, Land and labor (op. cit. n. 20) 83-8, 167-72, 182-6; M.H. Jameson, ‘Class’ (op. cit. n. 22); V.D. Hanson, The other Greeks (op. cit. n. 21) 105-20. 31 F. Ellis, Peasant economics. Farm households and agrarian development (2ª ed. Cambridge 1993) 316, 276-7; cf. R. McC. Netting, Smallholders, householders. Farm families and the ecology of intensive, sustainable agriculture (Stanford 1993), y la reseña crítica de J. Martinez-Alier, ‘In praise of smallholders’, Journal of Peasant Studies 23 (1995) 140-48.

Julián Gallego

179

sólo se puede hablar de granjeros cuando la economía agrícola familiar se integra plenamente en un mercado completamente desarrollado, entonces la noción sólo puede emplearse en el contexto de una economía capitalista. En tal caso, será la noción de granjero la que deberá redefinirse en muchos de sus aspectos para su utilización en el marco de la Grecia antigua. Un modo de avanzar sobre esta cuestión es que volvamos a la evidencia disponible, en especial aquélla que nos permite hacernos una idea de cómo se consideraba al pequeño productor rural independiente que poseía una granja basada en el trabajo familiar. Burford ha reunido una parte importante de las pruebas literarias relativas a este asunto y su análisis señala un elemento a tener en cuenta 32. El vocablo griego georgos, que la autora asocia con la noción de granjero, presenta sin embargo sentidos ambiguos y hasta contrapuestos: un agricultor que labra su propia tierra; un cultivador que trabaja para otro. Para Burford, el término autourgos es el que mejor representa para la Grecia antigua la posición del ciudadano en tanto granjero, o, si se prefiere, ‘yeoman farmer’. En efecto, la amplitud de sentidos de la palabra georgos llega hasta el extremo de poder significar, simplemente, propietario de una granja, tal como se desprende de la delimitación del pueblo agrícola (georgon ton demon) que se lee en Aristóteles (Política, 1319a 6-10): se trata de los que poseen una cierta extensión de terreno, que puede incluso llegar a ser más amplia bajo determinadas condiciones reguladas legalmente 33. Podía ocurrir asimismo que en ocasiones el término se usara para referirse a esclavos 34. No obstante estas ambigüedades, en las comedias de Aristófanes es el término georgos el que se aplica para identificar a los labriegos que cultivan la tierra por sí mismos, aunque a veces podían hallarse asistidos por algún esclavo, tal como ocurre por ejemplo con Trigeo y Crémilo, los protagonistas de la Paz y la Riqueza, respectivamente. Pero esto no los excluía del sector de los que debían trabajar con sus manos sino que formaban parte de la misma clase que aquellos que a causa de su condición sólo podían contar con el buey para que hiciera las veces de oiketes 35. En la Paz (508, 511, 588, 603), la virtud de este grupo es abiertamente glorificada, y se pone de relieve con claridad que tal virtud deriva de su dedicación al trabajo. Y la descripción aristofánica (ibid., 550-59) muestra que eran los pequeños propietarios los que, con sus aperos de labranza, realizaban por sí mismos las faenas agrícolas implicadas en el cultivo de la tierra (huertos, viñedos e higueras en este caso) 36. Esta representación permite asociar al georgos con la otra figura ya mencionada, que define en forma menos ambigua la posición de clase del agricultor helénico. La aplicación del término autourgos al labriego independiente no deja lugar a dudas de que estamos ante alguien que vive de su propio trabajo. Las fuentes literarias nos presentan varios testimonios en los que el punto queda explícitamente establecido, aun cuando en A. Burford, Land and labor (op. cit. n. 20) 15, 167-72 Cf. Demóstenes, XVIII, 41; XIX, 314; ver M.I. Finley, Studies in land and credit in ancient Athens. The Horos inscriptions (2ª ed. New Brunswick 1985) 258 n. 98. 34 Cf. M.-C. Amouretti, Le pain et l’huile (op. cit. n. 26) 212, 214, 216. 35 Cf. Hesíodo, Trabajos y días, 405; Aristóteles, Política, 1252b 12; Menandro, Díscolo, 328-34. Pero incluso la posesión de un buey podía en ocasiones resultar un inconveniente para el labriego que dependía de sí mismo para la subsistencia. Cf. M.H. Jameson, ‘Agriculture and slavery’ (op. cit. n. 24) 132. 36 Ver también Aristófanes, Riqueza, 223, 903. Cf. Lisias, XX, 33; Iseo, IX, 18. 32 33

180

¿Peasant o Farmer? Definiendo a los antiguos labradores griegos

algunos casos la formulación en torno a la situación del autourgos tenga una connotación negativa. Jenofonte (Económico, V, 4) coloca al autourgos al lado del georgos (que puede ser, como ocurre con Iscómaco, un caballero terrateniente) porque aquél, al igual que éste, reúne las mejores condiciones para ser ciudadano y soldado, en especial debido a la fortaleza física que adquiere gracias al trabajo de los campos con sus propias manos. El esfuerzo del autourgos en el laboreo de la tierra se topa con permanentes dificultades que sólo parecen sobrellevarse de una sola forma: con más de su propio trabajo. En este sentido, el autourgos resulta una imagen paradigmática de una pobreza con dignidad, austeridad que templa el espíritu de los mejores soldados. Esto es lo que con claridad se desprende de la caracterización que hallamos en la Ciropedia de Jenofonte. Y aunque en este caso el término se aplique a los persas, resulta evidente que lo que se está reflejando es el imaginario griego respecto del autourgos. En boca de Ciro, los que cultivan la tierra por sí mismos son los que mejor se desempeñan en el cuerpo de guardia, porque viven una vida golpeada por la pobreza y deben luchar con una tierra inclemente (VII, 5, 6768), condiciones reafirmadas por un tal Feraulo al describir el género de vida de su padre que ahora él mimo desarrolla (VIII, 3, 37-38) 37: Así por ejemplo mi padre nos educó trabajando duramente por sí mismo (autos ergazomenos) y alimentándonos; pero cuando llegué a joven, al no tener él fuerzas para mantener el campo, me condujo al campo y me ordenó trabajarlo. Y entonces yo lo sustenté a su vez a él para el resto de su vida, excavando y sembrando por mí mismo un lote de tierra muy pequeño, que sin embargo no era malo, sino el más justo de todos, dado que semilla que recibía la devolvía honesta y justamente pero sin mucho rendimiento; aunque a veces debido a la fertilidad de las tierras devolvía el doble de lo que recibía.

Eurípides (Orestes, 918-22; cf. Electra, 35-38) tiene al autourgos en alta estima, ya que es el único dispuesto a defender la tierra, es sensato en lo atinente a la política y practica un género de vida irreprochable. Aristóteles (Retórica, 1381a 21-25) también nos brinda una imagen positiva de este grupo al que ubica dentro de los que son apreciados por su generosidad, valentía y equidad; esto sería, justamente, lo distintivo de los que no viven a expensas de otros sino del propio trabajo, en especial los que lo hacen a partir de la labranza y del trabajo de sus manos. Para Platón (República, 565a), el pueblo (demos) se identifica con los que viven de su propio trabajo (autourgoi), no poseen mucha propiedad y son políticamente inactivos (apragmones). Pero cuando está reunido en asamblea, es el más numeroso y soberano en la democracia 38. En boca de Pericles, en Tucídides (I, 141, 3-5), la idea de autourgos aplicada a los peloponesios adquiere una connotación peyorativa. Pero más allá de esta imagen, los aspectos subrayados en relación con los autourgoi peloponesios resultan coincidentes con 37 Algo similar señala Menandro, Labrador 35-9: ‘Creo que nadie cultiva una tierra más piadosa. Pues rinde lo debido de mirto, buena hiedra, tantas flores; y las demás cosas que cualquiera esparce, las restituye correcta y justamente, no más sino la misma medida’. Cf. Menandro, Díscolo 369-70, y Polibio, IV, 21, 1, donde también se destacan elementos de la autourgia semejantes a los señalados por Jenofonte. 38 En relación con el autourgos y su inserción en la polis democrática, cf. L.B. Carter, The quiet Athenian (Oxford 1986) 76-98.

Julián Gallego

181

varios elementos de las caracterizaciones vistas hasta aquí. Se trata de gente que vive del trabajo de sus manos, con relativa riqueza y cuya disposición para servir en el ejército y participar de las operaciones militares se subordina a la lógica de la economía agraria: tropas de infantería que no están muy dispuestas a ausentarse de su territorio, que en consecuencia prefieren desarrollar campañas breves, que aportan recursos propios para la guerra (el armamento hoplita) y que combaten comprometiendo su propio cuerpo 39. ¿Cómo debería interpretarse desde un punto de vista conceptual la posición de clase de estos georgoi autourgoi? Los testimonios examinados, si bien destacan el carácter autónomo de las granjas agrícolas a las que se refieren y el valor del propio trabajo de los poseedores de las mismas, no dicen nada de una producción de excedentes vendibles sino que parecen dar a entender que tal vez se trate de una agricultura de subsistencia. Sin embargo, Hesíodo (Trabajos y días, 618-32, 643-94) y Aristófanes (Acarnienses, 32-36, 723-25, 818-19, 836-41, 909-25; Avispas, 170; Caballeros, 316-18; Asambleístas, 81721), señalan la presencia del comercio en la vida de los labradores, sólo por dar dos ejemplos de la importancia que pueden tener los intercambios regulares en los mercados para los agricultores40. Es conveniente, pues, que regresemos ahora a las explicaciones de los historiadores y arqueólogos y nos detengamos en algunos de sus argumentos. Dejando de lado algunos exámenes que analizan a los pequeños poseedores antiguos siguiendo los criterios más generales esbozados por los estudios del campesinado–y que por ende hacen hincapié en la situación de explotación en la que se encontrarían sumergidos–, el hecho más notable es la interpretación coincidente en cuanto a la existencia de una vasta clase de agricultores libres no sujeta a la entrega regular de excedentes para los terratenientes o el estado, conclusión establecida en un principio para el caso ateniense pero que se ha generalizado ahora para el ámbito griego durante el período de vigencia de la polis autónoma 41. En este marco, la relativa austeridad de los cultivadores áticos que trabajaban por y para sí mismos ha llevado a pensar que eran campesinos que dependían de una agricultura de subsistencia. No obstante, también se sostuvo que el Para A. Burford, Land and labor (op. cit. n. 20) 170, la afirmación debe ser limitada en lo que respecta a los lacedemonios, pues de acuerdo con otro pasaje de Tucídides, III, 15, 2, éstos hacían los preparativos para la guerra con gran decisión, mientras que sus aliados actuaban con más parsimonia ya fuera porque no estaban interesados o porque se hallaban en la recolección de las cosechas. Esta situación de los autourgoi peloponesios tal vez resultara del hecho de tener que depender de los recursos de su propia tierra, mientras que los atenienses, según lo señala Pericles poco después, disponían de abundantes tierras en las islas y en el continente (bajo la forma de cleruquías). Cf. Tucídides, I, 143, 4-5, con los comentarios de A. Burford, Land and labor, 258 n. 5, y de B.S. Strauss, Athens after the Peloponnesian war. Class, faction and policy 403386 BC (Ithaca 1987) 52 y n. 59, que ve a los autourgoi como ‘farmers of their own land’. Respecto de las cleruquías, ver el reciente trabajo de N. Salomon, Le cleruchie di Atene. Caratteri e funzione (Pisa 1997). 40 Cf. D. Thorner, ‘Peasant economy as a category in economic history’, en T. Shanin (ed.), Peasants (op. cit. n. 7) 202-18, en 207: ‘We are sure to go astray if we try to conceive of peasant economies as exclusively “subsistence” oriented and suspect capitalism wherever the peasants show evidence of being “market!” oriented. It is much sounder to take it for granted, as a starting point, that for ages peasant economies have had a double orientation towards both. In this way, much fruitless discussion about the nature of socalled “subsistence” economies can be avoided’. 41 Incluso el propio G.E.M. de Ste. Croix, The class struggle (op. cit. n. 8) 213, 225, 285-9, que ubicaba a los campesinos dentro de las clases explotadas, debió reconocer que la democracia griega significó para los pequeños agricultores una protección real contra la explotación. Como vimos, P. Garnsey, ‘Peasants in ancient Roman society’ (op. cit. n. 9) 222 = Cities, peasants and food (op. cit. n. 9) 93, llamaba a esto la ‘gran excepción’. 39

182

¿Peasant o Farmer? Definiendo a los antiguos labradores griegos

bajo nivel tecnológico no autorizaba a considerarlos campesinos sino granjeros porque carecían de una cultura tradicional específica. Pero esta relativa austeridad no debe llevarnos a engaño. Los testimonios de Aristófanes ya vistos ponen de relieve que el georgos ático podía combinar diversos cultivos, lo cual supone una manera de intensificar la producción. En la Antología Palantina (VII, 321) se describe una conjunción de diferentes labores agrarias coincidente con esta imagen aristofánica 42: Amada Tierra, acoge en tu seno al viejo Amintico, y recuerda sus muchos esfuerzos por tu propio bien. En ti él puso siempre firmemente el tallo del olivo y te decoró con las vides de Baco. Él te hizo abundantemente fructífera en granos y desviando los cauces de agua te hizo rica en hortalizas y frutas. De modo similar, permanezcan a cambio gentilmente alrededor de su envejecida cabeza, y vístete a ti misma con flores de primavera.

Evidentemente, un compendio de los cultivos y trabajos implicados en una granja de producción intensiva, haciendo hincapié no sólo en la tríada mediterránea sino también en el huerto y los frutales. Es debido a esto que Jameson señala que, en realidad, a partir de este sistema de cultivo intensivo que combinaba cosechas de cereales, legumbres, vides, olivos y árboles frutales, con menos tiempo dedicado al barbecho, con mucha atención puesta en el mejoramiento del suelo (abono, escardado, construcción de terrazas y mantenimiento), con buena provisión de agua 43, pocos animales y una alta inversión de trabajo manual, estos granjeros eran capaces de producir más allá de las necesidades de subsistencia de la familia, es decir, con el objetivo de colocar una parte de la producción en los mercados 44. Para Hanson esto fue posible debido a la ausencia de explotación de los granjeros, su inserción en un complejo sistema de mercado, su interés en producir excedentes vendibles, la importancia dada a la competencia y el dinero, en un marco de explotación intensiva sostenida en un ‘entrepreneurial system of agriculture’ 45. Todo esto puede interpretarse como factores que de alguna manera impulsaban a los granjeros a buscar una ganancia, una lógica de maximización de los beneficios, aunque actuando en un contexto histórico que solamente podía dar lugar a ‘incomplete or imperfect markets’ 46. Sin embargo, Garnsey y Gallant interpretan que la lógica que rige la or42 La granja de Laertes también presenta elementos coincidentes (Homero, Odisea, I, 188-93; XXIV, 205-12). Véase la enumeración de los productos que se cultivan en la granja de Alcínoo (ibid., VII, 112-30). Respecto del desarrollo de la agricultura intensiva según los testimonios homéricos, cf. el relevamiento de V.D. Hanson, The other Greeks (op. cit. n. 21) 451-3 n. 2. 43 En efecto, donde la provisión de agua lo permitía, eran muy importantes los huertos de vegetales; cf. Homero, Ilíada, V, 87-92; XXI, 257-62, 346-7; Aristóteles, Partes de los animales 668a 14-18. 44 M.H. Jameson, ‘Class’ (op. cit. n. 22) 56-8. 45 V.D. Hanson, The other Greeks (op. cit. n. 21) 47-89, 400. El autor es, en efecto, el más perseverante en el uso de la noción de granjero para el análisis de los labradores griegos, y su modelo, el más acabado con respecto a este funcionamiento, lo cual lo lleva a comparar a los antiguos labradores helénicos con los granjeros estadounidenses, proponiendo interpretar a ambos como pequeños empresarios autónomos que se autoexplotan y logran una ganancia en los mercados. Ver ibid. 1-22; cf. Fields without dreams. Defending the agrarian idea (Nueva York 1996). 46 F. Ellis, Peasant economics (op. cit. n. 31) 10, 76, 153-6; R. McC. Netting, Smallholders, householders (op. cit. n. 31) 155-6, 261-94.

Julián Gallego

183

ganización económica de la granja familiar intensiva en trabajo y basada en cosechas múltiples e intercaladas es el resultado de una estrategia de los pequeños productores agrarios para minimizar los riesgos más que para maximizar los productos vendibles, más allá de que a veces el comercio resultara inevitable para el campesinado 47. Pero como demuestra Ellis, la aversión al riesgo es una modificación del modelo de maximización de la ganancia, cuya lógica consiste en la toma de decisiones por parte de los individuos con el objetivo de maximizar su bienestar o felicidad personales 48. ¿Qué conclusión podemos extraer a partir de estas disímiles interpretaciones según lo visto a lo largo del trabajo? En primer lugar, en el mundo griego organizado a partir de la estructura de la polis autónoma, ninguno de estos modelos puede considerarse exhaustivo, de modo que resulta una quimera querer establecer un campesino o un granjero griego típico 49. Por lo tanto, para la Grecia de los siglos VIII a IV a.C. es necesario pensar en una diversidad de situaciones que podrían encuadrarse en un arco que iría desde el pequeño poseedor pobre 50, que producía para la subsistencia, desarrollaba intercambios comerciales ocasionales (pero prefiriendo tal vez los intercambios recíprocos de dones y contra-dones) y se empleaba circunstancialmente como jornalero temporario, hasta el agricultor relativamente próspero, que poseía algunos esclavos y se integraba plena y normalmente en los mercados a partir de cierta especialización de la producción 51. Ahora bien, de uno a otro polo del espectro lo característico era la inexistencia de una explotación habitual y sistemática, lo cual les evitaba a los labriegos tener que producir excedentes regulares para los miembros de una élite social o política. Sobre este punto de partida común, que se derivaba del suceso excepcional, extendido a casi todo el mundo griego, que había comportado la incorporación de los agricultores a la comunidad cívica con plenos derechos para la participación política, institucional y militar, podemos postular, al igual que lo acabamos de hacer con respecto a la riqueza de la granja y su integración en el mercado, diferentes circunstancias que se plantean dentro de un espectro móvil. En este sentido, quisiéramos sugerir un modelo basado en ciertos aspectos que pueden derivarse de los análisis de Shanin sobre el campesinado ruso a comienzos del siglo XX 52, modelo que tendría sus apoyos en los diversos aportes sobre el mundo rural griego antiguo que hemos citado a lo largo de este artículo. En primer lugar, es posible señalar la existencia de una diferencia entre hogares más grandes o más pequeños de acuerdo con el tamaño de la propiedad y la cantidad de miembros que componían la familia. Se P. Garnsey, Famine and food supply (op. cit. n. 12) 48-55; cf. Food and society (op. cit. n. 12) 22-42; T.W. Gallant, Risk and survival (op. cit. n. 13) 34-59. 48 F. Ellis, Peasant economics (op. cit. n. 31) 90, 279; cf. 65-145. 49 Cf. P. Garnsey, Famine and food supply (op. cit. n. 12) 47. 50 Aun si, como dice M.H. Jameson, ‘Class’ (op. cit. n. 22) 61, ‘for the poor we simply have no evidence’, citando a R. Osborne, ‘Buildings and residence on the land in classical and Hellenistic Greece: the contribution of epigraphy’, ABSA 80 (1985) 119-28, en 127. Cf. S. Hodkinson, ‘Animal husbandry’ (op. cit. n. 15) 39; L. Foxhall, ‘The control of the Attic landscape’, en B. Wells (ed.), Agriculture (op. cit. n. 22) 155-9, en 157. 51 Cf. M.H. Jameson, ‘Class’ (op. cit. n. 22) 58, que señala lo siguiente: ‘The impression one receives at present, and so far we cannot go much beyond impressions, is of more substancial farmers who aim at producing significantly more than their families’ subsistence needs’. 52 T. Shanin, La clase incómoda (op. cit. n. 11) 97-172. 47

184

¿Peasant o Farmer? Definiendo a los antiguos labradores griegos

debe considerar miembros de la familia a todos los que comen o han comido del mismo alimento 53. Los cultivadores que podían disponer de algún esclavo, que trabajaba a la par de los componentes de la familia, consideraban a los esclavos como parte de la familia 54, más allá de que a veces necesitaran venderlos 55. En segundo lugar, esta diferencia de tamaño no tiene que ser pensada como algo fijo e irreversible sino que podía existir una movilidad derivada del ciclo de vida de la unidad doméstica rural (oikos): formación con el matrimonio, nacimiento de los hijos, adultez y partida de éstos, ancianidad y fin de la unidad; a medida que la unidad crece, puede incorporar más tierras, y cuando decrece, a la inversa 56. Pero esto no debe interpretarse como la inexistencia de diferencias entre los cultivadores más ricos y los más pobres. Sin embargo, en el marco global esas diferencias podían estar sometidas a fuerzas centrípetas provocadas, por un lado, por la partición de los hogares más ricos, y, por el otro, por la extinción o fusión de los más pobres. De manera que, tanto desde el punto de vista del ciclo vital como desde la perspectiva del movimiento económico, las tendencias centrífugas de la diferenciación y las centrípetas de la nivelación se compensaban a través de movimientos opuestos multidireccionales y cíclicos (así los denomina Shanin), fases ascendentes y descendentes que nos llevan a modificar esa imagen fija que sólo da cuenta de los extremos del arco social, es decir, el cultivador pobre que suple los ingresos empleándose como jornalero o el agricultor rico que posee algunos esclavos y produce excedentes para vender en los mercados. Bajo estas condiciones, la búsqueda de minimizar el riesgo en función de hacer frente a las necesidades de subsistencia familiares no tiene por qué contraponerse a la posibilidad de maximizar la ganancia mediante la producción y venta de excedentes. En efecto, según los ciclos ya mencionados los pequeños productores agrarios podían por momentos disponer de más remanentes vendibles—descontada la subsistencia y la reproducción—, o desarrollar una menor inserción en el mercado y utilizar las reservas para hacer frente a los riesgos de hambruna: mientras los hogares más pobres se centraban en un sistema intensivo de cultivo para asegurar la subsistencia, los más ricos adaptaban los métodos de producción intensiva en función de conseguir una ganancia. Entre uno y otro comportamiento había toda una gama de posibilidades que permitía que los que se movían en ella pudieran volcarse más hacia uno u otro, según los momentos de los ciclos ya mencionados y aquellas circunstancias que pueden considerarse aleatorias desde el punto de vista de las economías familiares, ya que carecen de capacidad de control sobre ellas 53

48.

Aristóteles, Política 1252b 12-14. Cf. A.V. Chayanov, La unidad económica campesina (op. cit. n. 10)

54 Según se desprende de Filocoro, FGrHist 328 F 97 (= Macrobio, Saturnalia I, 10, 22), el esclavo del labrador se sumaba a la familia en lo relativo a las tareas de cultivo así como en lo concerniente a la alimentación en la misma mesa. 55 T.W. Gallant, Risk and survival (op. cit. n. 13), 11-12, 30-3, 127-8. 56 Cf. el modelo de A.V. Chayanov, La unidad económica campesina (op. cit. n. 10) 47-68, y para la Grecia antigua, T.W. Gallant, Risk and survival, 17-30. El modelo de Gallant plantea que el ciclo vital depende de las diferentes edades que atraviesa la unidad doméstica: las granjas pueden ser mayores o menores según dichas edades; pero, dado que para la Grecia antigua no funciona la comuna redistributiva al modo del mir ruso, entonces la fragmentación de la herencia, la dote, el arriendo, o incluso la compra-venta, resultan ser los mecanismos mediante los cuales los hogares rurales logran incorporar las tierras necesarias para lograr el equilibrio entre medios y necesidades.

Julián Gallego

185

(mercados, naturaleza, políticas estatales). Esto no implica que debamos considerar granjeros a los que podían vender y sacar ganancias y campesinos a los que no podían hacerlo, sino la existencia de conductas inducidas por estrategias de adaptación a los medios disponibles, alternativas que podían ser adoptadas por un mismo labrador en distintos momentos de su existencia según cómo se combinaran los diferentes factores analizados. Conforme a la idea de Shanin de movimientos multidireccionales, existía la posibilidad de que, de acuerdo con las coyunturas agrarias, determinados hogares fueran prósperos en ciertas fases del ciclo vital del hogar pero se empobrecieran en otros momentos del ciclo, o en el transcurso de las generaciones. Y viceversa, unidades domésticas relativamente pobres podían transformarse en ricas en otra fase o generación. Esto sería posible porque, por un lado, si bien ‘there were differences based on family size and household wealth’, de todas maneras, ‘only a fluid line separated rich and poor peasant households’ 57, y, por el otro, porque la posibilidad de que ‘some Greek farmers prospered while others failed’ era algo ‘to be expected given the wide discrepancies in natural agricultural talent and luck once private-property-holding farmers were outside the control of kings and lords’ 58. En definitiva, podemos utilizar una categoría u otra, o incluso proponer conjunciones tales como campesino-granjero o granjerocampesino. Con todo, lo importante es pensar en modelos dinámicos que permitan tomar en cuenta la movilidad que desarrollaron las antiguas unidades agrícolas familiares griegas. Julián Gallego Universidad de Buenos Aires

57 58

T.W. Gallant, Risk and survival (op. cit. n. 13) 4. V.D. Hanson, The other Greeks (op. cit. n. 21) 183.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.