Patrimonio y Sociedad: recursos, interpretación y desarrollo local

September 25, 2017 | Autor: Marcelo Martin | Categoría: Desarrollo Local / Local Development, Patrimonio Cultural, Turismo Cultural
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Descripción

Patrimonio y Sociedad: recursos, interpretación y desarrollo local

Como hacer un uso durable de los recursos naturales y culturales de un
territorio para integrarse en estrategias de turismo sostenible con fines
de participar, también desde esta perspectiva, en el desarrollo local.
No pretendemos establecer ni una metodología ni un modelo, el desarrollo
local es una dinámica que evidencia la eficacia de las relaciones no
exclusivamente mercantiles entre las personas para valorizar las riquezas
de las que disponen.


Marcelo Martín, arquitecto
[email protected]
Sevilla, España



0. Introducción


Quien, como proceso de desarrollo local, pretenda mantener las actuales
estrategias turísticas aplicadas a la creciente demanda de ocio cultural en
nuestros territorios naturales y culturales, más que condenado al fracaso
se verá condenado a correr un serio riesgo económico y, probablemente, verá
como desaparece, por destrucción, su recurso más preciado: el patrimonio.

Asistimos, con muy pocas prevenciones, al permanente cambio de la escena
social, nuevos protagonistas; nuevas demandas de desarrollo;
insatisfacciones importantes en cuanto al protagonismo en la toma de
decisiones; alarmante escasez de recursos por deterioro, desaparición o
recambio; incesante creación de nuevos y más sofisticados canales de
comunicación; hibridación de pautas culturales, estilos de vida y
manifestaciones sociales y artísticas; conformación y arraigo de capas
sociales marginadas de los procesos productivos y de las pautas de
comportamiento de la comunidad; desterritorialización paulatina de ciertos
sectores urbanos, pérdida de valores de uso de los centros históricos, y un
largo etcétera que no debería leerse en clave apocalíptica sino más bien
como una realidad a la que muchos ya están enfrentándose con nuevos modelos
de investigación y estudio.

Ante tal perspectiva, el sector terciario abocado a la gestión del
patrimonio es quizá el que más necesidad de actualización necesite y el que
debe tomar conciencia lo que implica, en todas sus consecuencias, incluir
el patrimonio de una comunidad en estrategias de desarrollo local cuyo eje
sea el turismo.

Las disciplinas que confluyen en la gestión del patrimonio deben ampliarse,
así como sus objetivos, su perspectiva y forma de trabajo. El concepto de
hibridación puede superar al de multidisciplina y nuevas categorías de las
ciencias sociales se hacen imprescindibles para interactuar en la nueva
escena global.

Este cambio de los paradigmas tradicionales del desarrollismo, que
sobrevive hasta nuestros días, tiene un correlato en lo que significa la
generación de un producto de consumo turístico-cultural acorde con las
nuevas exigencias; puede resultar un verdadero fracaso hacer el esfuerzo y
correr el riesgo de introducir nuestro patrimonio reelaborado como recurso
turístico, y que dicho producto se genere a partir de narrativas anticuadas
y momificadas en versiones tradicionales; en sistemas de trabajo sin
sensibilidad hacia los visitantes; en sistemas de comunicación sofisticados
tecnológicamente pero carentes de las hipótesis de conocimientos renovadas
que exigen las circunstancias, sin la participación de los actores sociales
(que no deben limitarse a los técnicos y profesionales) comprometidos en el
desarrollo territorial; etc.

¿Qué desarrollo, qué propuestas culturales, qué turismo debemos pensar y
planificar entonces para nuestros territorios? Es evidente que cada sector
implicado deberá dar una respuesta valiente, imaginativa y acorde con la
nueva escena tanto física como sociocultural.

Dentro del estricto campo de la difusión del patrimonio y de la generación
de productos culturales, socialmente justos y científicamente válidos,
asimilables, eficientes y efectivos para la demanda de los habitantes y
visitantes foráneos, queremos aportar al cambio de paradigma que ya está
sucediendo y sobre el que debe ponerse mayor énfasis: la integración de
renovadas disciplinas, trabajando conjuntamente con las tradicionales
abocadas a la gestión integral del patrimonio, investigar, documentar,
conservar y difundir.

Sin soberbia creemos que la clave del cambio recaerá en la generación,
producción, presentación e interpretación no ya del patrimonio en sí como
una serie meramente relacionada de espacios naturales, paisajes, sitios,
monumentos, edificios y objetos artísticos de valor material y simbólico
sino también, y en mayor medida, de todas las manifestaciones culturales y
sociales vinculadas a esa valiosa materia y que, de su interpretación,
permita al visitante extraer las claves cognoscitivas que le hagan
disfrutar de su visita más allá de la mera fruición visual.





1. Patrimonio, turismo y desarrollo


Desde hace ya varias décadas venimos asistiendo a la presentación y
representación del concepto de "patrimonio como factor de desarrollo" (que
puede o no incluir el adjetivo de sostenible). Su aplicación dentro del
ámbito de la gestión del patrimonio tiene resultados visibles y efectivos
muy por debajo de las horas de congresos, cursos, debates, jornadas de
sensibilización así como de los numerosos documentos, más o menos rigurosos
que se han publicado, por lo que pretender formalizar otro aporte teórico
más al tema es una pérdida de tiempo.

La gestión integral del patrimonio se configura como el sector más sensible
desde el punto de vista de la conciencia de su propia tarea, pero al mismo
tiempo el que menos fuerza posee a la hora de integrarse en procesos
dinámicos más generales de desarrollo social y económico, y frente a las
presiones que los grupos económicos realizan a la hora de producir
rentabilidad monetaria de un recurso. Esto debería considerarse improbable
por parte de los políticos al frente de la gestión cultural en general y
del patrimonio en particular. Sin embargo, la gran cantidad y variedad de
profesionales técnicos y agentes que intervienen en el proceso de gestión
patrimonial (investigación, conservación-restauración, documentación,
legislación, formación y difusión), no por menos informados, pero sí por
crédulos, por positivistas y alentadores de nuevas perspectivas de trabajo
y desarrollo, no alcanzan a vislumbrar en todos sus alcances las
prevenciones que debe tener el sector a la hora de introducirse en
dinámicas de desarrollo social y económico como puede ser el turismo.

Ahora debemos tomarnos más en serio el pensar en nuestra herencia cultural
y su gestión, ya no en el marco profesional, sino en toda su implicancia
social. No vamos a repetir aquí que el patrimonio forma parte de nuestra
identidad, etc., etc. Sino afirmar, mejor, cómo la herencia natural y
cultural se ha convertido en un objetivo del turismo a escala mundial y que
es al mismo tiempo una oportunidad positiva y una amenaza concreta para su
preservación.

El renacimiento del liberalismo económico, con sus estrategias de reducción
del Estado y la desregulación, parece ignorar las enseñanzas del pasado.
Pero la contundencia de los efectos del desarrollo como la contaminación y
el agotamiento de los recursos naturales no renovables conduce a lo que se
denomina desarrollo sostenible como superación de la dicotomía desarrollo y
medio ambiente natural y cultural.

El desarrollo humano se da en un entorno familiar, social, cultural y
medioambiental. Luego necesita de un compromiso político en torno de
valores y criterios compartidos, lo que se conoce como trilogía del
bienestar: estabilidad política, crecimiento sostenible y políticas
sociales que atiendan la igualdad de oportunidades. Desde esta perspectiva
existe hoy consenso para conciliar la globalización con la construcción de
un tejido productivo y social articulado, de tal manera que el crecimiento
económico contemple las necesidades básicas de la población.

El peligro de la pérdida total o parcial de nuestra herencia cultural,
material e inmaterial, es tan grave como la pérdida de la salud pública, la
identidad, la libertad de expresión o el acceso a una vida digna. El
derecho a su acceso por parte de la sociedad es similar también a esos
otros derechos humanos irrenunciables. Si mis derechos como ciudadano
terminan donde comienzan los de los demás, mis derechos sobre el Patrimonio
acaban donde comienzan los derechos de investigar y conservar ese
patrimonio para el futuro.

El turismo es un destacado medio de intercambio cultural y tiene la
potencialidad de reconocer una faceta de rentabilidad económica en el
patrimonio natural y cultural. Es una fuente altamente estimada para muchas
economías nacionales y regionales y no negamos su capacidad dinámica de
desarrollo cuando se gestiona adecuadamente. Lo que no puede perderse de
vista es la cantidad de efectos no deseados que trae consigo el turismo
frente a otras fuentes de desarrollo.

Los procesos de intercambio entre culturas diferentes traen aparejados
problemas de pérdida de identidad cultural y desestimación de los sistemas
de valores tradicionales de la comunidad anfitriona. El crecimiento del
sector turístico propicia en muchos casos expropiaciones forzosas de la
tierra de las comunidades locales o pérdida de acceso a playas o parajes
naturales por parte de la población autóctona; limitaciones del poder
adquisitivo para trabajadores locales que dependen del sector primario;
trabajo infantil en campos informales de la economía turística (sin contar
con la explotación en países paraíso del turismo sexual). Los ingresos de
divisas no siempre repercuten en el desarrollo local. Estos ingresos deben
calcularse teniendo en cuenta el nivel de autosuficiencia del país o región
anfitriona respecto de productos, servicios e infraestructuras, niveles de
reinversión del sector. Lo que se traduce en dificultades a la hora de
organizar y controlar la explotación turística de acuerdo con intereses
nacionales, sociales, culturales, medioambientales y económicos.

Es una actividad con alta sensibilidad de la inestabilidad política,
epidemias, catástrofes naturales y criminalidad. Esto implica una fuerte
inestabilidad e intercambiabilidad de la oferta.

El turismo no es la industria sin chimeneas. Tiene particular incidencia en
el gasto de recursos combustibles no renovables y un alto índice de
emisiones contaminantes cuyas cifras se duplicarán en los próximos quince
años. El agua y su contaminación, así como los sistemas de tratamiento de
aguas residuales y deshechos es otro grave problema que viene a sumarse a
la necesidad de superficie y expansión en el territorio con sus
consecuencias en el entorno cultural urbano y natural.

No tratamos de ser catastrofistas sino simplemente encuadrar la visión
particular de la relación turismo/patrimonio en su justa medida y más
acorde con una visión de la magnitud del problema en el que nuestro sector
admite introducir la gestión del patrimonio natural y cultural.

Debemos enfrentarnos, como sector abocado a dicha gestión, a la complejidad
de lo que significa adoptar un turismo sostenible como oferta de nuestro
legado, con responsabilidad y conscientes de su magnitud. Realicemos un
listado de premisas que debemos tener en cuenta y que su puesta en marcha
no depende de nuestra voluntad, ni siquiera de nuestra sola presencia y
correcta actuación:

Compromiso y cooperación entre los administradores locales y/o
comunidades locales, los conservacionistas, los operadores turísticos,
los propietarios, los responsables políticos, los responsables de planes
nacionales de desarrollo, los gestores de sitios y monumentos y/o
espacios protegidos y el resto de los agentes locales.
Participación en la responsabilidad y en las estrategias.
Aplicación del principio de subsidiaridad (las decisiones que competen a
los ciudadanos, y su legado natural y cultural en este caso, deben ser
tomadas por el nivel de gobierno o de decisión más próximo a éstos).
Preservación del patrimonio natural y cultural sobre el que se fundamenta
su actividad (es obvio pero no debemos dejar de recordarlo).
Favorecer la coherencia con la planificación y las acciones que se llevan
a cabo en el territorio.
Desarrollo de una oferta basada en la autenticidad, calidad de la
experiencia y sensibilización hacia la protección y conservación del
medio natural y cultural.
Reinversión de parte de la rentabilidad económica en investigación,
protección, interpretación y formación.

Podemos afirmar que existe una ética del turismo sostenible. Esto implica
el compromiso de trabajar para conseguir una mejor contribución del turismo
a la protección y a la valorización del patrimonio; de adoptar una ética
comercial basada en el respeto por el cliente y el establecimiento de una
política de precios justa. La ética también estará presente en la política
de acogida, favoreciendo el acceso a los espacios protegidos a todos los
públicos y, en concreto, a los estudiantes, a los jóvenes, a los ancianos y
a los discapacitados.

La naturaleza compleja y plural del patrimonio natural y cultural implica
"una gestión integral que articule investigación y gestión, produzca
conocimiento y utilidad práctica, aproxime pasado y presente (...) La
gestión integral implica comprender el trabajo en torno del patrimonio como
una cadena o sucesión de trabajos que se inicia con la identificación y
recuperación del registro, continúa con su estudio y valoración, ofrece
soluciones a la administración actual de los bienes que lo integran,
posibilita su revalorización y rentabilización como recurso cultural y
culmina con la difusión".



2. La clave territorial

El patrimonio tiene un sitio, es decir un espacio mensurable que lo
contiene del que puede establecerse una relación física con otros sitios
circundantes: el entorno, espacio intermedio entre el sitio y el lugar.

El patrimonio tiene un lugar, la base de la reproducción de la vida, que
puede ser también analizado por la tríada: habitante-identidad-lugar. De
esa forma, el lugar puede ser visto como un espacio vivido con el cual se
establecen lazos afectivos. 

El patrimonio pertenece a un territorio, que puede estar formado por
lugares contiguos y por lugares en red. Son, además, los mismos lugares que
forman redes y que forman el territorio, un área en la que una sociedad
concreta desarrolla sus actividades.

Las nuevas tendencias de la cuestión patrimonial establecen una estrecha
relación entre patrimonio y territorio: la gestión del patrimonio ha de ser
territorial de la misma forma que la planificación territorial ha de tener
en cuenta los recursos patrimoniales. Esta vinculación descansa, desde
nuestro punto de vista, en las siguientes consideraciones:

Si entendemos los bienes patrimoniales como testimonios de valores
naturales y culturales, su interpretación nos llevan al lugar donde se
originan y tal vez aún se encuentran, a un territorio en el que se han
dado unas determinadas condiciones sociales, no necesariamente
particulares, claves para la "lectura cultural" de los objetos y
acciones patrimoniales.

En tanto que construcción social en sociedades diferenciales, el
patrimonio se constituye como recurso para la reproducción de
identidades y diferencias sociales. En este sentido puede jugar un
papel de cohesionador social pero también de distinción de unos grupos
frente a otros. Para tener en cuenta la importancia de los bienes del
patrimonio como símbolos de identidad hay que partir del conocimiento
de la realidad social en el territorio y no potenciar una visión
ficticia sobre la significación de éstos que suponga una marginación
de aquellos grupos menos poderosos ya que "las identidades pueden
originarse en las instituciones dominantes, sólo se convierten en
tales si los actores sociales las interiorizan y construyen su sentido
en torno a esta interiorización". Estas perversiones en la gestión del
patrimonio sólo se pueden evitar desde el territorio fomentando la
participación ciudadana, la implicación y dinamización de la
población.

Finalmente, esta estrecha vinculación nace en última instancia del
reconocimiento de los bienes patrimoniales como recursos susceptibles
de ser tomados en cuenta en aquellas acciones de intervención
encaminadas al desarrollo y en definitiva en la planificación
territorial.

Desde hace ya un tiempo vengo dándole vueltas a una serie de premisas
concatenadas:

La ordenación del territorio se sustenta en favorecer la comunicación
entre ámbitos geográfico-socio-culturales más allá de delimitaciones
estancas y preestablecidas. Pretende establecer un modelo territorial.
Este modelo debe sustentarse en principios orientadores: la
consideración de la diversidad natural y cultural del territorio como
un valor; el uso sostenible de los recursos; la cooperación
territorial y la cohesión social entre las diferentes áreas del
territorio. El modelo está compuesto por "sistemas territoriales".
Estos sistemas son: el sistema de ciudades (compuesto por redes de
ciudades); el sistema de articulación territorial (redes de
comunicaciones); y el sistema de patrimonio territorial (natural y
cultural), (unidades físico naturales, elementos naturales de
conexión, culturas territoriales diferenciadas por áreas geográficas,
redes de ciudades patrimoniales, etc.).

La cultura y el patrimonio natural y cultural no pueden estar ausentes
de una política de ordenación territorial.

El turismo cultural se sustenta en la explotación sostenible de los
recursos patrimoniales y cuyo fin último es el desarrollo territorial.

No puede haber una correcta explotación de los recursos patrimoniales
sin establecer un vínculo entre dichos recursos y la sociedad.

La gestión del Patrimonio no puede estar ausente de la ordenación y
desarrollo del territorio ni del turismo cultural si queremos que
finalmente el vínculo patrimonio y sociedad sea efectivo, duradero y
eficaz.

Lo que intento encadenar no es una secuencia lógica o jerárquica de pasos
metodológicos sino establecer una sucesión ordenada de sentencias que
permitan establecer nexos entre el territorio, sus recursos, su desarrollo
y sus habitantes. Y cómo la gestión de los recursos naturales y culturales
puede y debe ubicarse en un sitio estratégico.

Ubicarse en un sitio estratégico no significa pretender suplantar, obviar,
trascender o simplemente desconocer el rol que tienen el cúmulo de
conocimientos y metodologías de gestión de los sectores implicados sino el
de lograr un protagonismo al tiempo que una actitud de diálogo y
comprensión de lo complejo que resulta un fenómeno cuando se lo intenta
tratar de forma transdiciplinar.

La conversión del patrimonio, tangible e intangible, en un producto de
consumo de ocio cultural, acorde con las nuevas exigencias, es una realidad
que no debería escandalizarnos si ese consumo se piensa desde la
comunicación del recurso. Ahora bien, repetimos un párrafo ya explicitado
más arriba: puede resultar un verdadero fracaso hacer el esfuerzo y correr
el riesgo de promover nuestro patrimonio como arbitrio de desarrollo local
y que dicho producto se genere a partir de narrativas anticuadas y
momificadas en versiones tradicionales, en sistemas de trabajo uni o bi
disciplinares sin sensibilidad hacia los visitantes, en sistemas de
comunicación carentes de las hipótesis de conocimientos renovadas que
exigen las circunstancias, sin la participación de los actores sociales
(que no deben limitarse a los técnicos y profesionales) comprometidos en el
desarrollo y, lo más importante, sin la participación de la sociedad local
protagonista insalvable de cualquier proyecto de desarrollo que sea
exitoso.

¿Cómo puede realizarse esta tarea sin planificar territorialmente, sin
planificar culturalmente, sin planificar turísticamente? Y aún si así lo
hiciéramos, desde nuestra perspectiva no tendría garantías ni las claves
para determinar la vinculación física, intelectual y emotiva de los
recursos con los visitantes y la población local, en un todo comprensible y
estructurado que permita asegurar la comunicación efectiva, la presentación
del recurso, el servicio público, el diseño y ubicación de los
equipamientos complementarios, el recorrido y los cambios y sensibilización
esperados de nuestra audiencia, amén de la evaluación y actualización del
sistema a lo largo del tiempo.


3. Recursos Patrimoniales y Desarrollo Local

La explotación de los bienes culturales como eje de desarrollo podría darse
en áreas territoriales con una fuerte concentración de los mismos, caso que
no es habitual en áreas deprimidas, organizaciones sociales
desestructuradas u organizadas sobre actividades productivas únicas y
absorbentes, carentes de pueblos con cierta jerarquía en un sistema de
ciudades, etc.

De tal forma que, para la mayoría de los territorios que necesitan de un
modelo de desarrollo sustentado en relaciones sociales, económicas y
productivas, el sector cultural no alcanza por si sólo a generar un modelo
efectivo ni perdurable al menos a mediano plazo. Son muchos los proyectos
abandonados de itinerarios culturales, centros de visitantes en desuso,
nulo mantenimiento de vías verdes o carencia de ofertas concretas por
desatención de otros sectores (fundamentalmente por parte de la población
local y el a veces inexistente tejido industrial privado). Todo parece
sustentarse en la iniciativa y recursos ligados a los fondos europeos con
poca relación con los sistemas poblacional, económico, institucional
relacional, medioambiental y de ocio.

Ahora bien, la necesidad de estimular los programas de desarrollo con
nuevas perspectivas, renovando la posibilidad de la cantera de recursos que
posee el territorio y, sobre todo, realizar un doble juego desde y hacia el
territorio en cuanto a las políticas de conservación del patrimonio que
llevan adelante las administraciones regionales, puede ser el verdadero
aporte que un desarrollo local sustentado en los bienes culturales puede
generar.

Modelos económicos aparte, la dinámica de la estructura económica de un
territorio delimitado geográfica, social y culturalmente es mas bien baja,
dependiente en grado sumo; falta todavía mucha conciencia ciudadana para
ver al patrimonio como motor del desarrollo, salvo que se lo entienda
exclusivamente ligado al turismo, perspectiva ésta que entendemos responde
a la dicotomía patrimonio eje vs. turismo eje, cuyos modelos y objetivos no
tienen porqué ser taxativamente coincidentes.

Es entonces una visión diferente la de pensar que los bienes culturales
pueden desencadenar cadenas productivas, asociacionismo no cooperativo,
nuevas relaciones laborales así como la creación de un incipiente tejido
empresarial novedoso (especialmente en áreas urbanas pero de pueblos con
baja densidad poblacional). Somos escépticos pero no negativos, quizá esta
iniciativa devenga más en propuestas de nuevas políticas de conservación,
de implementación de nuevas estrategias de ordenación y comprensión de los
territorios que conforman una región y de nuevas relaciones de equilibro
entre administraciones centrales y locales. Respecto de la población y del
tejido empresarial local dependerá, como en casi todos los modelos de
desarrollo local, de la propia dinámica e idiosincrasia social, de la
cantidad de territorios que pueden llevar adelante con éxito estas
propuestas y de la representatividad que realmente tengan los líderes de la
población y la empresa territorial, caso que resulta poco adecuado analizar
desde el sector del patrimonio.

La dicotomía entre lo global y lo local no está nada resuelta, quizá en
escritos o propuestas teóricas. Las importaciones para el sustento del
sistema de desarrollo es todavía altamente dependiente, el bombardeo de
imágenes y propuestas provenientes de los medias posee una potencialidad
con muy poca capacidad de resistencia. En un modelo de desarrollo local las
importaciones son el verdadero factor negativo que, en muchísimos casos es
imposible de eludir. Ya sean importaciones de territorios cercanos con
áreas metropolitanas de envergadura o bien de centros superiores. ¿Dónde
imprime sus folletos el museo local de una comarca cultural altamente
diferenciada por su estructura social y productiva dedicada al monocultivo
del dátil?; ¿quién proveerá los paneles interpretativos o la señalización
en un itinerario cultural por una red de molinos en desuso a lo largo de un
río de montaña? ¿Pensamos acaso en un desarrollo local con diseño High Tech
en sus centros de visitantes, en redes telemáticas que permitan al usuario
virtual visitar nuestra comarca que no tiene en sus escuelas ni un fax?

La relación territorio, medio natural, población, cultura, y herencia
patrimonial (sea esta tangible o intangible) es básico a la hora de pensar
en la adopción de un programa de desarrollo local, donde los bienes
culturales serán un factor más de explotación en la medida que la población
local los reconozca como propios y se genere el proceso de internalización
y comprensión que dicha relación necesita.

La unidad territorial mínima que pueda sostener un proyecto de desarrollo
local es el primer factor de posible éxito en este proceso. Dicha unidad
debería poseer al menos la característica de poseer elementos naturales,
históricos, económicos y funcionales diferenciados de su entorno con
límites más o menos precisos y un núcleo cabecera con diversas ofertas.

El segundo tema serían las variables que definen esa unidad territorial
como los servicios públicos, infraestructura y equipamientos; áreas
gravitacionales y comerciales; criterios naturales e históricos;
mancomunidades o divisiones administrativas.

La caracterización de la población local es otro tema fundamental. Nos
referimos a los aspectos sociológicos y recursos humanos de las que se
pueden desagregar variables como: problemática y características
demográficas; empleo/desempleo; colectivos particulares: jóvenes, mujeres,
tercera edad; niveles de cualificación y situación del mercado de trabajo.

Otros apartados son la infraestructura, los recursos patrimoniales, el
medio ambiente y el turismo.

No puede haber un respetuoso y sostenible desarrollo local sin una política
social y económica a nivel nacional coherente con estos planteamientos.

No podemos pensar en subvencionar también a las poblaciones para que se
queden en sus pueblos, como a los agricultores para que sigan cultivando,
los ganaderos para que sigan criando animales de consumo, ni mineros que
extraigan lo innecesario como si de un parque temático de nuestra cultura
se tratara el territorio.

El desarrollo local es básicamente una actitud política, ideológica y co-
operativa. No debería venir a servir como campo de experimentación de
modelos trasladados de la industria o la producción de servicios
terciarios. Debería ser campo de generación de nuevas posibilidades de
desarrollo verdaderamente sostenible y no declamativo y mucho menos un
modelo de desactivación de procesos sociales reivindicativos nuevos, que
las huelgas generales ya no pueden suplantar.

El desarrollo local debería ser una renovada concepción democrática que
equilibre el poder central y sirva de plataforma para otro desarrollo, el
humano, fuera de los circuitos convencionales de consumo, diletantismo
cultural y hedonismo superficial.

Se hace necesario implementar dinámicas de fomento principalmente a
programas ya desarrollados y que pueden perder el rumbo o sufrir procesos
endogámicos que acaben con el sistema. También es necesario un conocimiento
cabal del territorio para comprender mejor su estructura y caracterización
poblacional. Conocer qué quieren y qué están dispuestos a hacer, qué pueden
perder y qué pueden ganar al integrarse en este tipo de dinámicas.

























Muchas veces las administraciones regionales o autonómicas tutoras de los
temas de desarrollo local a partir de los recursos culturales está
demasiado lejos de la población y sus necesidades más inmediatas. Las
preocupaciones por los grandes monumentos y la conservación de un
patrimonio de primera línea, provocan una ausencia institucional en
instancias locales y frente a patrimonios que a esta altura de las
circunstancias no pueden ser tildados de menores.

No se trata de programas de conservación ni documentación sino de
desarrollar alternativas para que, a través del estudio conjunto e
interdisciplinar de la relación entre el patrimonio natural y cultural y la
vida de sus habitantes, se trabaje concretamente sobre dos objetivos
básicos:

la valoración y difusión del patrimonio
su recuperación y reconversión en producto cultural identificable y
comercializable para, entre otros objetivos, apoyar el turismo
local, nacional e internacional, permitiendo así la captación de
fondos dispersos (europeos, nacionales, autonómicos, privados) que
financien proyectos adecuados de intervención, conservación,
documentación y difusión sin repercutir seriamente sobre los
presupuestos de la administración local.

Concretando aún más esta tarea diremos que sus objetivos serán:

asesorar y ayudar a proponer y desarrollar proyectos concretos de
puesta en valor y difusión del patrimonio local
su interrelación con otros patrimonios locales de su misma comarca
cultural
coordinación con las demás áreas del proyecto de desarrollo para el
asesoramiento y desarrollo de la documentación para la obtención de
fondos a nivel europeo, nacional o comunitario;
asesoramiento y ayuda en la definición de temáticas patrimoniales
más acordes para su identificación local y regional;
coordinación de esfuerzos entre ayuntamientos para la generación de
programas cooperativos en difusión del patrimonio;
divulgación científica del trabajo de reconversión del patrimonio
en producto cultural que identifique a su población y le sirva como
moneda de cambio en el proceso de intercambio cultural y desarrollo
local a través del turismo; etc.

4. Planificación integral

Planificación territorial Planificación Interpretativa
Planificación turística
Definición de ámbitos y zonific Situación de partida Marco
competencial
Objetivos y estrategias Formulación de objetivos
Objetivos del desarrollo
Análisis territorial Inventario y recopilación info
Inventarios y evaluación
Diagnósticos de problemas
y oportunidades
Elaboración de propuestas Análisis y síntesis Análisis
y síntesis de inv.
Modelo territorial: jerarquización,
zonificación y definición de
canales, ejes y redes Plan de interpretación
Formulación del plan Ejecución
Ejecución y gestión
Evaluación y seguimiento


Estamos ofreciendo una sistematización de conocimientos para la comprensión
del proceso de planificación de los recursos culturales aplicados al
turismo desde la perspectiva de un desarrollo local. Esto no es un curso de
planificación. Por tanto ahora tendríamos tres tareas: planificar desde el
sistema turístico cultural, planificar desde la óptica del desarrollo
local, o bien comprender cuáles son las herramientas generales de la
planificación y luego aplicarlas a nuestro caso.

Optaremos por sistematizar las tareas y verlas desde ópticas diversas.

Definir y enunciar claramente los objetivos y las metas.
Los objetivos pueden definirse como los enunciados de los resultados
esperados o como los propósitos que se desean alcanzar dentro de un periodo
determinado, a través de la realización de determinadas acciones
articuladas en proyectos o actividades. Se trata de explicitar lo que se
quiere hacer o conseguir por medio de la ejecución de un plan, programa o
proyecto.

¿Qué queremos hacer? ¿Qué cambios deseamos lograr dada una situación
inicial sobre la que vamos a actuar? (Ej. generar una oferta turístico
cultural que responda a una demanda preestablecida, etc.) ¿Cuál es la
situación objetiva que queremos alcanzar? (Ej. Conseguir un flujo continuo
de visitantes de fin de semana)

La traducción y precisión cuantitativa de los objetivos es lo que
denominamos meta. Cada meta debe estar asociada a un objetivo. Y existir un
gradiente (objetivo general, objetivo específico, meta). Ej. estructurar
los recursos turístico culturales del territorio, etc. (objetivo).
Reconocer al menos tres unidades turísticas en el plazo de dos años con una
oferta estructurada y caracterizada (meta).

Podemos tener varios tipos de objetivos:
Generales (sociales, culturales, económicos)
De gestión (investigación, conservación, rentabilidad, reinversión,)
De servicio (público, infraestructuras, equipamientos culturales,
información)
De comunicación (sensibilización, conocimiento y comprensión,
disfrute, etc.)

La propuesta y redacción de objetivos y establecimiento de metas es el tema
decisivo para una correcta planificación (recordemos: plan, programa,
proyecto, actividad, tarea). No basta con determinar qué se quiere hacer y
cómo hacerlo, hay que establecer la viabilidad del mismo, la pertinencia de
lo que se hace y la aceptación, por parte de los diferentes actores
sociales, de lo que se pretende realizar. Todo plan debe ser viable y
operativo: objetivos y metas alcanzables – medios e instrumentos adecuados

Establecer prioridades para el logro de objetivos y realización de
actividades. Hacer relaciones compatibles y complementarias entre los
objetivos. Teniendo en cuenta que los objetivos pueden ser alternativos
(elegir unos implica no realizar otros), complementarios (el logro de uno
es condición del otro) o independientes.
Integrar, articular y sistematizar los objetivos, las acciones y los
recursos. Utilizar los recursos financieros en cantidad y tiempo oportuno
para cada fase del programa. Asegurar la eficacia de las intervenciones

Los requisitos para los instrumentos y medios son: ser necesarios, ser
suficientes, ser potentes, ser eficientes (cumplen con las metas
establecidas). Establecer el tiempo y ritmo de realización del programa.
Crear calendarios, diagramas de Gantt, sistema Pert, diagramas de flujos,
etc. y... FLEXIBILIDAD

Aunque en los procedimientos de programación hay una secuencia lógica y una
propuesta de articulación de las diferentes fases y tareas, es preciso
entender que el proceso debe adaptarse continuamente a las situaciones
particulares que son siempre cambiantes (Ander-Egg, 2007)

Esta etapa desde el punto de vista del desarrollo utilizando el turismo
cultural como eje principal a nivel local, debe verse como una estrategia
de desarrollo integral que promueva una diversificación de la actividad
económica pero que no pierda de vista la identidad cultural de estas áreas
ni la preservación de sus valores medioambientales, culturales, históricos
y patrimoniales.

Citamos a continuación un breve resumen del trabajo Guía de Desarrollo
Local, elaborado por la Diputación de Badajoz, Área de Desarrollo Local
www.dip-badajoz.es

Debe ser, más que una estrategia de desarrollo basada exclusivamente en la
oferta (invertir y poner en marcha productos y servicios sin tener en
cuenta las necesidades de la zona), una estrategia que se base en la
demanda, en satisfacer y solucionar las necesidades, deseos y problemas de
las empresas y los actores locales, o en todo caso mixta de las dos
variables, y que descubra y potencie todas las oportunidades de desarrollo
que nuestro territorio "esconde"; una estrategia donde la sociedad civil y
las organizaciones locales recuperan un nuevo protagonismo y sus respuestas
a los retos de la competitividad son fundamentales para la configuración de
la nueva división internacional del trabajo. Además requiere la interacción
y cooperación entre los actores para dar respuestas eficaces y para
fortalecer los procesos de desarrollo endógeno.

En concordancia con lo anteriormente expuesto, una estrategia integral de
desarrollo ha de tomar en consideración una serie de funciones a desempeñar
por el territorio en consonancia con la nueva realidad social y económica
que se presenta: equilibrio territorial, equilibrio ecológico, soporte de
actividades de esparcimiento y ocio cultural al aire libre.

Tales funciones hacen que todo Plan de Acción o Estrategia de Desarrollo
Local deba contemplar, al menos, entre sus objetivos los siguientes:

Mejora de la calidad de vida en el espacio local al que se dirija.
Regeneración, consolidación y dinamización del tejido socioeconómico
del entorno local.
Mantenimiento y "fijación" de la población en el medio.
Protección y conservación del medio ambiente.
Creación de empleo estable mediante la especialización y
diversificación de la actividad económica y del tejido productivo del
territorio.

Tras los avances introducidos por las Políticas de Desarrollo Local desde
principio de los ochenta, diseñadas para la creación de empresas, la
difusión de la innovación, la mejora de la formación, la promoción de las
exportaciones, etc., surge una nueva generación de Políticas basada en la
aparición de nuevos actores en los procesos de desarrollo y en el
surgimiento de nuevos instrumentos o herramientas. En este contexto, los
Planes de Desarrollo Local deben articularse en torno a los siguientes ejes
o principios de actuación:

Mantener y potenciar la calidad de los recursos humanos del
territorio, a través de formación específica y del fortalecimiento de
los mecanismos de relación entre ellos (asociacionismo, carácter
emprendedor, etc).
Participación de los interesados en la confección de su propio
desarrollo, generando motivación, creatividad y compromiso, es decir,
a través de la movilización y participación social.
Mejorar y crear algún mecanismo permanente para la obtención,
selección y gestión de la información sobre mercados, tecnologías,
redes y otros múltiples factores, y sus tendencias de evolución.
Pluriactividad y dinamización del tejido productivo.
Dinamización social y cultural de la población.
Organizar el desarrollo creando redes de actores económicos, políticos
e institucionales, fomentando la formación de alianzas para la
cooperación interregional y los nuevos compromisos entre autoridades
locales, centrales y regionales.

Una vez elaborado y analizado, por tanto, el diagnóstico del territorio, la
planificación y diseño de la estrategia de desarrollo persigue materializar
y plasmar ésta en un documento, el Plan de Acción o Plan de Desarrollo, que
debemos seguir para la aplicación de la estrategia durante un período de
tiempo determinado. Este plan de acción constituye, por tanto, la
herramienta de trabajo para la fase de aplicación o ejecución y, a su vez,
nos permite:

Servir como marco de referencia a todas las actuaciones y medidas a poner
en marcha, para el cumplimiento de los objetivos fijados en el Plan. Además
debe recoger medidas concretas para alcanzar esos fines, distribuidas, por
ejemplo, por sectores afectados o involucrados en el desarrollo.

Servir como instrumento para la posterior evaluación del grado de
cumplimiento alcanzado durante y al final del Proyecto, las acciones
puestas en marcha y su bondad para la consecución de los fines previstos,
así como las causas que impidieron la realización de otras acciones también
previstas.

Debe contemplar mecanismos de feed-back o retroalimentación de la
información, siendo, por tanto un instrumento de replanificación, en el
sentido en que permite ir introduciendo medidas correctoras a medida que se
va ejecutando el mencionado plan, tendentes a corregir las desviaciones
observadas.

La Orientación y la posterior Formulación de Estrategias permite al Grupo
de Desarrollo Local, disponer de unas pautas de trabajo o priorización de
acciones, para lograr la optimización de los recursos y la consecución de
los objetivos de desarrollo, con vistas a un crecimiento auto sostenido.

La puesta en marcha del Programa Turístico-cultural de Desarrollo Local
supone una acción global de movilización de los agentes y recursos locales,
dirigida a la consecución de los objetivos definidos en el proceso de
Planificación.

En el Programa, las estrategias de desarrollo diseñadas en el Plan se
traducen en una serie de actuaciones: actividades, proyectos, procesos o
servicios, que requieren negociación y diálogo entre los órganos de
decisión económicos, sociales y políticos, y los promotores de las
iniciativas de desarrollo. Por este motivo será muy importante, por un
lado, establecer un organigrama de funcionamiento en el que se defina la
responsabilidad de los órganos que intervienen y, por otro, insistir en la
dinamización socioeconómica, pues el éxito del Programa de Desarrollo
depende en gran medida del grado de participación de la iniciativa local.

El Programa de Desarrollo requerirá, como todo proceso temporal, la
priorización de grandes líneas de trabajo y la programación de la ejecución
de los proyectos, de aquí la necesidad de definir los Programas
Sectoriales. Dentro del Programa de Desarrollo se definirán también
Programas Horizontales como los de formación, dinamización, cooperación, y
medidas transversales como la igualdad de oportunidades entre hombres y
mujeres, etc.


5. Metodología de trabajo integrado

En este esquema de trabajo se perfilan al menos tres equipos profesionales:
el equipo de desarrollo local, el equipo de interpretación del patrimonio y
el equipo de planificación turística. Se detalla una posible metodología de
trabajo en el caso de que fuera posible establecer relaciones concretas
entre esos tres virtuales equipos.

a. Caracterización territorial
Medio natural, sistema urbano, población, sistemas de comunicaciones,
orientaciones productivas, sus expectativas de futuro, los agentes sociales
y económicos, etc.

b. Estrategias de desarrollo territorial
A nivel regional, contenidos y propuestas del Plan de Ordenación para el
área. A nivel de territorio (ámbitos supramunicipales), estrategias de
desarrollo establecidas por los agentes institucionales y sociales que
operan en el mismo. Iniciativas de cooperación supramunicipal asociadas a
los Grupos de Desarrollo y las Mancomunidades de municipios en el caso de
existir. Contemplar la intervención del conjunto de agentes institucionales
(administración autonómica cultural, turística y de obras públicas,
administración local) y privados.

c. Inventario de recursos naturales y culturales
Rediseño de bases de datos existentes en función de otras necesidades que
no sean el conocimiento del bien:
Accesibilidad física e intelectual
Grado de presentación, interpretación destinada a los visitantes
Relación con otros bienes por cercanía, por temática, por tipología,
etc.
Relación de bienes con el medio físico natural y cultural (visión
integral)
Servicios complementarios: aseos, tienda, bar, biblioteca,
aparcamiento, etc.





d. Diagnóstico de los recursos
Trascender el estricto campo de la interpretación, identificando las
medidas necesarias para intervenir sobre el patrimonio cultural desde la
perspectiva tanto de la protección y la rehabilitación, como del uso
público. Estas propuestas se consideran imprescindibles como base sobre la
que fundamentar la planificación interpretativa.

e. Análisis socio-histórico del territorio
Fundamento sobre el que se explican los recursos naturales y patrimoniales
de la comarca, así como la generación de los argumentos que se utilizarán
desde el punto de vista de la interpretación.

f. Caracterización turística
Actividad turística en el territorio, incluye tanto el análisis de la
oferta y las demandas, como aquellos aspectos que hacen referencia a la
situación en que se encuentra el uso público del patrimonio natural y
cultural. Instituciones para el desarrollo, modelos de financiación.
Estudios de impacto existentes.

g. Inventario de recursos para la actividad turística
Atracciones y actividades turísticas, alojamiento, instalaciones y
servicios, transportes, comunicaciones, infraestructuras e instituciones.
Agentes públicos y privados involucrados en la actividad. Estudios de
público, análisis de potenciales consumidores.

h. Planificación interpretativa
Proceso racional de formulación de objetivos, análisis del recurso y sus
potencialidades (y limitaciones), análisis de los virtuales usuarios,
definición de los mensajes a transmitir, elección de los medios de
interpretación y definición de los equipamientos y servicios
interpretativos necesarios, recomendaciones para la ejecución de programas
(personal, obras), y sugerencias para evaluar la efectividad de la
intervención. El resultado de este proceso es un Plan de Interpretación y
que tiene una estrecha relación con los objetivos que se plantean a la hora
de generar un producto turístico.

i. Planificación turística
Criterios: integración, con otras políticas y planes de desarrollo local a
su vez integradas en procesos regionales y nacionales; sostenibilidad,
ambiental, social y económica; participación social de los habitantes
locales a través de sus organizaciones o agrupaciones; realista y
realizable, durante el proceso planificador deben tenerse en cuenta las
técnicas de ejecución.

j. Desarrollo de proyectos
Itinerarios naturales, itinerarios urbanos, recalificación de hoteles o
villas turísticas, mejoras de visitas puntuales a sitios naturales o
monumentos históricos, rutas temáticas, visitas a centros productivos o
artesanales, museos y equipamientos interpretativos, oficinas de
orientación y asistencia al visitante, publicaciones, folletos, etc.

k. Puesta en marcha de un proyecto piloto para obtener desarrollo local a
través de la explotación sostenible de los recursos naturales y culturales
del territorio

l. Evaluación y seguimiento de los productos patrimoniales, la respuesta de
los visitantes y la actitud de los habitantes locales.

Del recurso a la prestación de servicios

Analicemos el siguiente esquema de trabajo sobre un proyecto de desarrollo
local sustentado en la explotación sostenible de los recursos naturales y
culturales.

























Un recurso patrimonial no es siempre exactamente coincidente con un objeto
material o inmaterial sino aquel medio que nos permite, dentro de una
planificación cultural a escala regional comarcal o municipal, utilizar su
capacidad de ser un referente histórico o natural, su potencial de ser
interpretado de acuerdo a temáticas generales adecuadas y capaz de recibir
una explotación sostenible que permita formar parte de un programa de
desarrollo social y económico sustentado en el turismo cultural.

El recurso patrimonial es entonces un medio y un bien que se ve afectado,
por un lado por todas aquellas normas de protección y conservación y por
otro por la escala del proyecto, su contexto histórico y material y su
capacidad de ser un acumulador cultural que permita ser reconocido por la
sociedad en una dinámica de apropiación, uso, interpretación, disfrute y
explotación sostenible.

No debemos confundir, por tanto, un recurso cultural con un sitio, un
objeto o un equipamiento que tiene capacidad de ser utilizado en nuestro
proyecto pero que no reúne en sí mismo capacidad de dialogar culturalmente
con los usuarios de un programa de desarrollo o un plan cultural
patrimonial dado.

Entendemos que un producto patrimonial no es lo mismo que un producto
turístico y quienes trabajamos en la gestión del patrimonio y su
explotación como recurso turístico cultural y recreativo debemos manejar
estos conceptos.
Definimos como producto patrimonial a la elaboración de un sistema diverso
e integrado que mediante estrategias de interpretación, presentación,
exhibición, conservación y promoción tenga como objetivo producir un
complejo de mensajes, actividades y equipamientos que brinde al visitante
una serie de pautas cognoscitivas, informativas y lúdicas para que éste
satisfaga eficientemente su demanda de ocio cultural en su tiempo libre.
Por tanto no podemos decir que tener recursos patrimoniales en nuestro
territorio es sinónimo de poseer productos patrimoniales, debemos trabajar
en ello, producirlos para luego integrarlos en estrategias turísticas
sostenibles.

El producto patrimonial integrado en una estrategia turística es el
resultado de
Puesta en valor
Planificación integrada
Gestión cultural

El producto será diseñado en función de pautas de lo que entendemos por
autenticidad: selección de material culturalmente representativo y
producción de escenas y manifestaciones que ayuden a proveernos de
verosimilitud histórica

Desde el punto de vista de dichas estrategias turísticas, un producto
turístico es aquel que cubre una experiencia de viaje en su conjunto, desde
que el turista sale de su domicilio hasta que regresa. Un producto
turístico es un conjunto de elementos que hacen del viajar un arte
intangible, una experiencia interesante y atractiva para turistas y
visitantes. Es, en definitiva, el servicio o conjunto de servicios
prestado en un lugar determinado a un precio fijado y en unas condiciones
de calidad comprometidas. En los productos turísticos se incorporan
ingredientes remunerados (alojamiento, comida, actividades, etc.) y otros
no remunerados (clima, paisaje, naturaleza, cultura, etc). Estos últimos, a
pesar de no tener establecido un precio por su uso influyen poderosamente
en la decisión de compra del consumidor.

Los planificadores turísticos, buscan con su diseño la representación
tangible de un producto o servicio, de acuerdo a una idea creativa previa.
Discrepamos en ello, el territorio necesita de un estudio, una
investigación de su historia, desarrollo y características principales que
darán sustento científico a su interpretación. En función de ello el diseño
del producto patrimonial implica definir un concepto o criterio clave, que
a modo de lo que hoy denominamos "marca", singularice y posicione a la
ciudad y a partir del cual se desarrolle el tema argumental que permita
englobar toda la actuación y planificación interpretativa bajo una unidad
conceptual.

La prestación del servicio es, sin duda, la parte del plan de mayor
problemática y donde se condensarán todos los éxitos y fracasos que de él
se deriven. Para esta tarea es imprescindible un trabajo conjunto y
comprensivo del sector público y del privado; la presencia de un liderazgo
destacado en la gestión por parte de la administración local; la asistencia
continua de un dirección cultural que corrija en todo momento los posibles
desvíos que la prestación puede generar sobre los objetivos trazados; la
existencia de una "marca" del plan y sus productos que impacte en el
consumidor y sea al mismo tiempo un sello de garantía de todos los
productos que se ofrecen al consumidor, tanto los directamente ligados al
plan como todos aquellos aspectos complementarios de la oferta turística
integral como son las gastronomía, la hotelería el transporte y los
servicios complementarios. Entre estos últimos se destacan dos
especialmente sensibles a la hora de una evaluación del producto por parte
de los usuarios: la información orientación (oficina de turismo) y la
comprensión de los mensajes culturales que se ofrecen en el territorio
(centro de recepción de visitantes).

El ciclo se completa con la reinversión de parte de los beneficios del plan
en la mejora de los recursos y el ciclo se continúa con la permanente
actualización de investigación de los recursos su reelaboración y
redefinición a la hora de nuevas investigaciones y por tanto adecuación de
los productos las ofertas y la comercialización y difusión de nuevos
elementos que realimentan el sistema.

Para finalizar quiero dejar una reflexión final sobre la Interpretación del
Patrimonio, tema transversal de esta ponencia. Concluimos en que podemos
plantear la IP desde diversas escalas de trabajo, una macroscópica inserta
en un trabajo transdisciplinar conjuntamente con los planificadores
territoriales, los gestores patrimoniales, los planificadores turísticos y
los gestores del desarrollo local y otra escala microscópica, y por tanto
más cercana al ciudadano que es el arte de revelar in situ el significado
del legado natural o cultural, al público que visita esos lugares, en su
tiempo libre (AIP). Es decir, y cito a Jorge Morales "una disciplina que
conecta con la manera de pensar de los visitantes, y en todo momento
pretende la efectividad de su intervención; efectividad no es otra cosa
que:

- un público que ha estado dispuesto a recibir un
mensaje/explicación
- un público que ha comprendido el mensaje
- un público que ha asimilado algo de ese mensaje
- y un público que -gracias al mensaje interpretativo- es capaz de
adoptar unas actitudes y comportamientos adecuados al lugar que
visita, y al patrimonio en general".
























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DESARROLLO LOCAL


PRODUCTO TURÍSTICO

PRODUCTO PATRIMONIAL

Sistema de

Gestión Turística


Recursos
turístico-culturales



Caracterización

Oferta y demanda
Coordinación de los
sectores público y privado
Empresas

Instrumento clave para la planificación conjunta
Comercialización

Sistema
de Desarrollo Local

Recursos sociales, culturales y
económico-productivos

Caracterización
Cohesión social
Creación de empleo
Diversificación de actividades económicas

Instrumento clave para la planificación conjunta
Servicios

Sistema de
Gestión del Patrimonio

Recursos naturales y culturales

Caracterización
Investigación
Documentación
Conservación
Puesta en valor

Instrumento clave para la planificación conjunta
Interpretación

Prestación
Del servicio

Público/privado
Creación de Marca

Producto
Turístico
Ciudad/territorio
Itinerarios
Circuitos

Producto
Patrimonial

Interpretación
Presentación

Recursos
Contexto físico-social y cultural

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