Organización del territorio a través del Arte Rupestre: El ejemplo del arroyo Barbaón en el Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres, España)

July 19, 2017 | Autor: I. Domínguez García | Categoría: Rock Art (Archaeology), Arqueología, Arte Rupestre, Arte Rupestre Prehistórico
Share Embed


Descripción

1449

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX, Número III, pp. 1.449-1.470

Organización del territorio a través del Arte Rupestre: El ejemplo del arroyo Barbaón en el Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres, España) HIPÓLITO COLLADO GIRALDO1, JOSÉ JULIO GARCÍA ARRANZ2, LUIS F. NOBRE DA SILVA, ISABEL M. DOMÍNGUEZ GARCÍA, ESTHER RIVERA RUBIO, MAGDALENA NACARINA DE LOS SANTOS, LÁZARO RODRÍGUEZ DORADO, JOSÉ MANUEL TORRADO CÁRDENO, Y JOSÉ ENRIQUE CAPILLA NICOLÁS3 RESUMEN Desde 1996 un equipo de investigación está realizando el estudio integral de los bienes culturales del Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres). El proyecto4 tiene como objetivo fundamental la localización, inventario, análisis y valoración de los elementos del Patrimonio Cultural integrados en el ámbito territorial del Parque en todas sus posibles vertientes: arqueológica, históricoartística, industrial, etnográfica y obras de ingeniería. PALABRAS CLAVE: Arte rupestre esquemático, territorio, Monfragüe, Extremadura. ABSTRACT Since 1996 a research team is doing the Cultural Heritage study of Monfragüe National Park (Cáceres). The project’s main objective is the location, inventory, analysis and evaluation from different views: archaeological, historical, artistic, industrial, ethnographic, and engineering of all cultural heritage elements in the National Park. KEYWORDS: Schematic rock art, landscape, Monfragüe, Extremadura

1

Arqueólogo. Instituto de Estudios Prehistóricos. CUPARQ.

2

Dpto. de Historia del Arte. Universidad de Extremadura.

3

Instituto de Estudios Prehistóricos.

4

El proyecto lleva por título: “Un espacio natural con historia: prospección, documentación y puesta en valor del patrimonio histórico y artístico del Parque Natural de Monfragüe (Cáceres)”. Cuenta con la colaboración de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura, de la Dirección General de Medio Ambiente y del equipo técnico del Parque Nacional que amablemente ponen su infraestructura a nuestra disposición.

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

1450

HIPÓLITO COLLADO ET ALL

1. EL PARQUE NACIONAL DE MONFRAGÜE: UBICACIÓN Y CARACTERÍSTICAS GEOGRÁFICAS Monfragüe se encuentra en la Comunidad Autónoma de Extremadura, una región situada al oeste de la península ibérica, junto a la frontera portuguesa (Fig. 1). Se trata de un importante espacio natural protegido localizado en la zona centro oriental de la provincia de Cáceres a medio camino entre las localidades de Plasencia y Trujillo. Fue declarado Parque Natural en 1979 y posteriormente (julio de 2003) reconocido por la Unesco como Reserva de la Biosfera. Finalmente, en marzo de 2007 ha sido reconocido como Parque Nacional, quedando integrado en la Red de Parques Nacionales de España. Todo ello debido a que sus 17.852 hectáreas constituyen uno de los enclaves más extensos y representativos del bosque mediterráneo de la Península Ibérica, que ampara a un amplio conjunto zoológico en el que destacan un significativo número de especies en peligro de extinción (buitre negro, águila imperial, búho real, cigüeña negra, alimoche, etc.) en convivencia perfecta con unos usos y formas de vida tradicionales que han permitido la fosilización en el paisaje de un gran número de bienes culturales que suponen un valor añadido a los recursos biológicos (fauna y flora) del Parque.

FIG. 1: Localización del Parque Nacional de Monfragüe

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO A TRAVÉS DEL ARTE RUPESTRE: P. N. DE MONFRAGÜE

1451

EL EJEMPLO DEL ARROYO BARBAÓN EN EL

El río Tajo junto al río Tiétar y otros cauces menores como el arroyo Barbaón, el Calzones o el Malvecino constituyen una extensa red hidrográfica, auténticos caminos de agua, que permeabilizan el Parque tanto de Este a Oeste como de Norte a Sur, enmarcados por una continuada serie de cresterías cuarcíticas de dirección hercínica (sierras de Santa Catalina, Corchuelas, Canaleja, Espejo, Urraca, Parrilla y Piatones) que se han desvelado como unos enclaves excepcionales donde se ha conservado el magnífico conjunto de pinturas rupestres prehistóricas de Monfragüe. 2. EL ARROYO BARBAÓN El arroyo Barbaón, como ya hemos referido anteriormente, es uno de los afluentes que desembocan en el Tajo por su margen derecha durante su recorrido por el territorio del Parque. Este pequeño curso de agua se localiza en la zona centro occidental de Monfragüe y desde su cabecera discurre sinuosamente de norte a sur cruzando en su etapa inicial las amplias superficies de la penillanura placentina a través de frondosas dehesas de encinas y alcornoques de pastos abundantes (Dehesa de Palazuelo, Dehesa de Casa de Marcos, Dehesa del Casar de Elvira, etc.) hasta llegar a la Sierra del Casar de Elvira, una de las múltiples serrezuelas que enmarcan el curso del río Tajo y que constituyen una auténtica barrera natural que separa esta gran cuenca de las tierras llanas situadas hacia el norte. A partir de aquí el Barbaón se encaja profundamente entre grandes farallones cuarcíticos a lo largo de un recorrido de casi tres kilómetros aguas abajo. Una zona de peculiar en su orografía que es conocida por los lugareños como la Portilla del Barbaón. Es en este singular tramo del curso del Barbaón donde centraremos nuestra atención pues aquí se localiza una parte importante de los abrigos con arte rupestre esquemáticos documentados en Monfragüe. En concreto el arroyo Barbaón reúne 29 de ellos, cuyo estudio detallado será el objetivo principal de este trabajo. Evidentemente la orografía singulariza este espacio (Fig. 2) y es factor determinante a la hora de abordar el análisis de la distribución de los abrigos pintados en esta zona. Para empezar se debe destacar que es el propio cauce el único ámbito relativamente permeable para garantizar las comunicaciones norte a sur a través de unos parajes complicados para el tránsito por su carácter montuoso y con vegetación cerrada. El problema se acentúa por la propia inaccesibilidad de cauce, un área cerrada al norte por la Sierra del Casar del Elvira y en su discurrir hacia el sur por las grandes paredes rocosas que encajan sus aguas. Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

1452

HIPÓLITO COLLADO ET ALL

FIG. 2: Foto del cauce de Barbaón encajado

Los únicos lugares por los que, no sin cierta dificultad, es posible llegar hasta las aguas del Barbaón (Figura 3 a y b), desde las zonas altas, tan solo es posible realizarlo a través de las denominadas “entraderas” (dos por la margen Oeste: la Entradera de la Peña del Ciervo y la Entradera del Espolón; y una por la Este: el Arroyuelo de la Huerta del Diablo) , espacios libres entre los farallones rocosos donde la ladera se prolonga con fuertes inclinaciones hasta el propio arroyo. Los únicos lugares por los que, no sin cierta dificultad, es posible llegar hasta las aguas del Barbaón (Figura 3 a y b).

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO A TRAVÉS DEL ARTE RUPESTRE: P. N. DE MONFRAGÜE

1453

EL EJEMPLO DEL ARROYO BARBAÓN EN EL

FIG. 3A: Foto aérea del Barbaón con indicación de las entraderas y la Sierra del Casar de Elvira

FIG. 3B: Accediendo al cauce del Barbaón desde la entradera del espolón

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

1454

HIPÓLITO COLLADO ET ALL

3. LOS ABRIGOS: TIPOLOGÍA Y UBICACIÓN En un trabajo reciente (Collado, 2009) establecíamos una clasificación básica para los abrigos con arte rupestre esquemático en Extremadura en la que determinábamos cinco tipos diferentes: a.- Tipo I: Grandes abrigos, con profundidades y longitudes que superan los 10 m. e importante desarrollo en altura. Son fácilmente detectables en el paisaje y su acceso no suele presentar muchas complicaciones. b.- Tipo II: Abrigos o covachas de cierta amplitud y una profundidad variable, aunque sin llegar a superar los 10 m. desde la zona de acceso, conformando ambientes que pueden servir fácilmente de refugio a una o varias personas. c.- Tipo III: Paredes lisas ligeramente inclinadas y plenamente expuestas al aire libre. Tan solo el ligero desplome que muestran permite la protección de los motivos contra las inclemencias atmosféricas. d.- Tipo IV: Estaciones localizadas sobre grandes bloques de derrubio alóctonos desprendidos de las cresterías cuarcíticas o en zonas de afloramientos graníticos que conforman pequeñas áreas protegidas de las inclemencias atmosféricas. e.- Tipo V: Pequeñas oquedades o grietas de reducidas dimensiones, insuficientes la mayor parte de las veces para cobijar un individuo completo y siempre con un acceso que obliga a una posición forzada en su espacio interior para visualizar las pinturas. Tomando como base esta misma clasificaciónen el conjunto de abrigos localizados en el arroyo Barbaón se constata que de las cinco tipologías iniciales únicamente aparecen los tipos I, II y III con diferente grado de intensidad según los casos: Tipo I: A esta tipología únicamente pertenecen cuatro abrigos (Abrigo 5: Cueva de Juan; Abrigo 22: El Mirador; Abrigo 26: El Espolón y Abrigo 29: El Sapo). Los tres primeros ocupan una posición de clara dominancia en cotas superiores sobre las “entraderas” hacia el cauce del arroyo: Cueva de Juan sobre la “entradera” de la Huerta del Diablo en la margen derecha y El Mirador y El Espolón sobre la “entradera” del Espolón en la margen izquierda; desde estos abrigos se divisa un amplio tramo del arroyo, contienen una amplia serie Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO A TRAVÉS DEL ARTE RUPESTRE: P. N. DE MONFRAGÜE

1455

EL EJEMPLO DEL ARROYO BARBAÓN EN EL

figurativa distribuida sobre sus paredes, en paneles con franca visibilidad y fácilmente accesibles y perceptibles. Un conjunto figurativo preeminentemente simbólico, en el que de manera excepcional en toda la zona se registra el uso de pigmentos rojos, blancos y negros, bien de forma individualizada o en combinación bícroma (rojo-blanco o rojo-negro) sobre una misma figura. Por su parte, la Cueva del Sapo, a diferencia de las anteriores, se localiza en cotas mucho más bajas ya en el interior de la garganta, en un resalte sobre elevado y claramente dominante en la zona izquierda del cauce, justo frente a la desembocadura de la “entradera” de la Huerta del Diablo. A diferencia de los anteriores, este abrigo no presenta un programa iconográfico complejo, pues tan solo alberga cuatro pequeños paneles con un número muy limitado de figuras, todas ellas en pigmento rojo, aunque en uno de ellos aparece la única figura zoomorfa documentada en todo el conjunto esquemático del arroyo Barbaón (Fig. 4 a, b y c). Una singularidad que se une a la también singular presencia de restos de ocupación humana prehistórica, evidenciada por varios fragmentos de cerámica a mano localizados sobre la superficie en la zona interior de la estación y que dota a este abrigo de un especial atractivo por la posibilidad que ofrece de contextualizar arqueológicamente las representaciones esquemáticas.

FIG.. 4a: Foto del abrigo El Sapo

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

1456

HIPÓLITO COLLADO ET ALL

FIG. 4b: Calco y foto del zoomorfo de la cueva del Sapo

FIG. 4c: Foto de las cerámicas

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO A TRAVÉS DEL ARTE RUPESTRE: P. N. DE MONFRAGÜE

1457

EL EJEMPLO DEL ARROYO BARBAÓN EN EL

Tipo II: A este formato pertenece la mayor parte del conjunto de estaciones documentada en el arroyo Barbaón. En total 16 (Abrigo 2: El Erudito; Abrigo 3: La Buitrera; Abrigo 4: Linus; Abrigo 9: El Paraiso; Abrigo 10: Del Zarzal; Abrigo 12: Carmen; Abrigo 15: Friso Bis; Abrigo 17: Rodapie; Abrigo 18: Brinco; Abrigo 20: Murgaño; Abrigo 21: Lequio; Abrigo 23: Proscrito; Abrigo 24: Zig-zag; Abrigo 25: El Golfo; Abrigo 27: El Águila; Abrigo 28: Grafitis) de las 29 estudiadas. Todas ellas, excepto los abrigos 25, 27 y 28 asociados a la “entradera” del Espolón, aparecen en las cotas inferiores de los grandes farallones que encajonan el arroyo y en zonas muy próximas al cauce, con una clara concentración en torno a la gran curva que varia el sentido del mismo de dirección NW-SE a W- E. Su presencia es claramente perceptible cuando se transita desde cualquiera de sus orillas, al igual que las pinturas que aparecen sobre los numerosos paneles que registran las diferentes estaciones. Paneles cuya tónica general es la de aprovechar pequeñas y medianas superficies constreñidas a los propios cuarteamientos rocosos, fácilmente visibles desde el exterior y que albergan un notable número de representaciones pintadas con diversas tonalidades del rojo, desde las más anarajandas, asociadas mayoritariamente a las figuras realizadas con trazo grueso, hasta los rojos vinosos más oscuros que aparecen en la mayor parte de las representaciones de trazo fino. Un aparato simbólico de marcado carácter esquemático en la que destacan por su reiteración pequeños conjuntos alineados de barras o digitaciones, que se complementan con otra serie de figuras como los antropomorfos de tipo ramiforme, los zig-zag, soliformes, agrupaciones de puntos, ídolos oculados y una amplia serie de motivos indeterminados ejecutados bajo la óptica de dos estilos claramente diferenciados. El primero, recurre sistemáticamente al trazo fino en el proceso de ejecución con una evidente tendencia a la miniaturización de las figuras (que en algún caso no llegan a superar el centímetro de altura) y el segundo, se enmarca en los patrones más normalizados del arte esquemático tradicional, con figuras realizadas en trazo grueso de entre 1 y 1,5 cm y con tamaños que oscilan entre los 7 y los 15 cm del altura. Sin embargo y a pesar de ser dos estilos diferentes la iconografía utilizada es similar en ambos casos, al igual que la reiteración en el uso de las mismas superficies de representación lo que ha dado pie a la aparición de numerosas superposiciones en donde aparecen indistintamente figuras en trazo grueso superpuestas a las de trazo fino y viceversa (Figs. 5a y 5b).

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

1458

HIPÓLITO COLLADO ET ALL

FIG. 5a: Imagen del panel 14 del abrigo 9 “El Paraiso”

FIG. 5b: Calco digital del panel 14

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO A TRAVÉS DEL ARTE RUPESTRE: P. N. DE MONFRAGÜE

1459

EL EJEMPLO DEL ARROYO BARBAÓN EN EL

Tipo III: En este grupo se integran 8 abrigos (Abrigo 1: El Sol; Abrigo 6: Cándido I; Abrigo 7: Cándido II; Abrigo 8: Las Zarzas; Abrigo 13: Balcón; Abrigo 14: Frisino; Abrigo 16: Friso de las Barras; Abrigo 19: Friso del Terror). El primero de ellos (Abrigo del Sol) ocupa una cota superior claramente dominante y asociado a la “entradera” de la Peña del Ciervo. Un abrigo muy diferenciado del resto tanto por su accesibilidad como por su iconografía soliforme, círculo y un notable conjunto de puntuaciones (Fig. 6).

FIG. 6: Vista de las pinturas del abrigo del Sol

Una concepción gráfica muy diferente a la que se puede contemplar en el resto de estaciones que se agrupan en esta categoría, donde las alineaciones de barras verticales o digitaciones son prácticamente el tema monográfico que de manera reiterativa se puede observar sobre los paneles de estos abrigos situados en paredes volcadas a media altura sobre el cauce del Arroyo, en algunos casos con una acusada dificultad para acceder a las mismas. De hecho, en el que hemos bautizado con el nombre de “El Friso del Terror”, una gran pared de más de cincuenta metros de longitud con más de medio centenar de paneles, es imprescindible el uso de material de escalada para acceder a la Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

1460

HIPÓLITO COLLADO ET ALL

visera que les antecede (Fig. 7). No obstante y con independencia de la accesibilidad, nos encontramos en todos estos enclaves con paneles de pequeño y mediano tamaño, que no albergan un gran número de grafemas, todos ellos sistemáticamente pintados con pigmentos rojos y en la mayor parte de los casos situados sobre zonas claramente visibles para el espectador e incluso perceptibles en algunos casos a media distancia. De hecho se ha constatado en algunos abrigos (“Balcón”, “Frisino”) una selección intencionada de superficies extraplomadas para disponer los motivos con el objetivo de facilitar su visibilidad a las gentes que transiten junto al cauce del Arroyo, y que por lo tanto tendrían un punto de vista muy bajo (Fig. 8), enfatizando con ello el carácter eminentemente público que sus autores quisieron imprimir a este grupo de marcadores gráficos.

FIG. 7: Trabajando en el friso del terror

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO A TRAVÉS DEL ARTE RUPESTRE: P. N. DE MONFRAGÜE

1461

EL EJEMPLO DEL ARROYO BARBAÓN EN EL

FIG. 8: Observando panel con pinturas desde la orilla del cauce del arroyo Barbaón

4. CONCLUSIONES Es recurrente que en el marco de la “koiné cultural” que supone el arte rupestre peninsular se tienda a valorar la integración de las grafías en el territorio como una formula de aproximación interpretativa hacia las manifestaciones gráficas prehistóricas desde criterios básicamente funcionales (Martínez, 1988; Cruz, 2003; Bradley y Fábregas, 1999; Torregrosa, 2000-01; Utrilla y Martínez, 2009; Bader, 2006; Mateo, 2003; Fairen, 2006, García, 1990). De hecho nosotros mismos ya habíamos señalado con anterioridad (Collado y García, 2001; 2005) la clara vinculación existente entre el arte rupestre esquemático del Parque Monfragüe y los enclaves de referencia para el control de este territorio, ya que Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

1462

HIPÓLITO COLLADO ET ALL

los abrigos pintados se concentran claramente en torno a lugares de especial interés estratégico (cruces de vías, pasos naturales, collados, portillos, etc.) y es la proximidad a los mismos el criterio que primó a la hora de seleccionar las superficies para disponer los grafemas, pues conforme nos alejamos de estos lugares estratégicos, más escasas son las representaciones que aparecen, despreciando en numerosas ocasiones magníficos covachos que a primera vista podrían ser considerados como mucho más adecuados para acoger en ellos cualquier motivo pictórico. Con este trabajo nuevamente abordamos bajo el enfoque metodológico de la arqueología espacial, el análisis del arte rupestre esquemático del Parque, aunque constriñéndolo en este caso al ámbito exclusivo del arroyo Barbaón. Una alternativa muy interesante ya que al tratarse de un ámbito geográfico mucho más reducido y perfectamente individualizado desde el punto de vista geomorfológico, con una más que notable concentración de abrigos pintados nos han permitido profundizar aún más en la definición de una serie de criterios interpretativos, que en trabajos precedentes (Collado, 2009) ya veníamos aplicando al conjunto de manifestaciones prehistóricas del Parque. En este sentido, tal y como ya apuntábamos en el apartado segundo de este trabajo, el arroyo Barbaón, a pesar de su escaso desarrollo, constituye uno de los ejes de comunicación fundamentales en los desplazamientos norte - sur realizados a través del territorio de Monfragüe. Unos movimientos condicionados por la disposición orográfica de la zona que obliga a utilizar el estrecho cauce encajonado del Arroyo como zona de tránsito a la vez que restringe el acceso al mismo a puntos muy concretos identificados como las “entraderas”. Un ámbito espacial que debió resultar de gran valor estratégico en el marco de las redes de intercambio interterritorial o en los movimientos ganaderos estacionales de trashumancia o trasterminancia y sobre el que los grupos prehistóricos vinculados con este espacio ejercieron una clara apropiación gráfica a través de una clara selección de los lugares de representación y una disposición arbitraria de la simbología empleada. De este modo los puntos principales de entrada o salida al cauce están dominados por estaciones claramente perceptibles en el paisaje a media y larga distancia (abrigos Tipo I) (Fig. 9) que funcionan como auténticos focos de referencia para aquellos que discurren por el entorno o pretenden acercarse e incluso acceder en su desplazamiento hasta el cauce del Arroyo.

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO A TRAVÉS DEL ARTE RUPESTRE: P. N. DE MONFRAGÜE

1463

EL EJEMPLO DEL ARROYO BARBAÓN EN EL

Fig. 9: Cueva de Juan junto al acceso de la entradera del Arroyuelo del Diablo

En ellas se articula un complejo universo de representaciones pintadas sobre paneles de mediano tamaño y dispuestas con una vocación eminentemente pública ya que la mayor parte de las veces los motivos son claramente perceptibles desde las inmediaciones del abrigo sin necesidad de acceder al mismo. Como ya hemos dicho el arte rupestre en estos abrigos se caracteriza, no solo por el amplio número de motivos que contabilizan, por encima del medio centenar en todos los casos, sino por la variabilidad tipológica que se documenta en ellos, que en su mayor parte, salvo barras, digitaciones y antropomorfos, no vuelve a aparecer en los abrigos del interior del cauce y donde tienen cabida además de las habituales series de barras y digitaciones, motivos ondulados, ramiformes, soliformes, ídolos oculados, tectiformes, círculos y antropomorfos (por regla general con los brazos y las piernas en arco), además de motivos indeterminados que escapan a las tipologías clásicas preestablecidas y donde únicamente, quedan ausentes las representaciones de animales. Una variedad tipológica que se ve refrendada en todos los casos por una notable diversidad técnica en la que prima el trazo grueso frente a los motivos definidos con líneas de grosor reducido y en las que se utilizan difeRevista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

1464

HIPÓLITO COLLADO ET ALL

rentes tipos de pigmentos, blancos, negros y rojos, siendo estos últimos claramente dominantes, aunque también se constata, de manera exclusiva en todo el ámbito del Parque Nacional, la bicromía figurativa al emplear dos pigmentos diferentes en la confección de una misma figura (fig. 10).

FIG. 10: Trazos blancos festoneados por pequeñas puntuaciones rojas y viceversa. Abrigo del Espolón. Parque Nacional de Monfragüe

La dinámica aquí expuesta cambia en los abrigos vinculados directamente al cauce del arroyo, los localizados en el interior de la garganta. En primer lugar porque su rango de visibilidad, al contrario de lo que sucedía con los abrigos anteriores, queda muy reducido siendo perceptibles únicamente desde su entorno próximo. Sin embargo y con independencia de que se trate de abrigos tipo II o III, mayoritarios en este ámbito, se reitera el carácter público de los mismos, con sus paneles expuestos claramente al exterior y fácilmente visibles para el espectador. En ellos se disponen de una manera casi monográfica, a excepción de un reducido número de antropomorfos, algún zig-zag y un ídolo oculado, alineaciones de barras o digitaciones en las que se emplea exclusivamente el trazo de color rojo en su confección. Tan solo escapa a esta tónica el abrigo del Sapo, el único del tipo I que se sitúa en el interior de la garganta, Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO A TRAVÉS DEL ARTE RUPESTRE: P. N. DE MONFRAGÜE

1465

EL EJEMPLO DEL ARROYO BARBAÓN EN EL

justamente frente a la desembocadura de la “entradera” de la Huerta del Diablo en el que tan solo han sido localizados en su interior y en zonas de baja visibilidad cuatro pequeños paneles que dan cabida a un reducido número de grafemas, destacando no obstante que sobre uno de ellos aparece la única figura zoomorfa documentada en todo el conjunto esquemático del arroyo Barbaón (Figs. 4 a, b y c). Es necesario destacar que en este abrigo, como ya señalábamos anteriormente, se han encontrado varios fragmentos de cerámica a mano sobre la superficie en la zona interior de la estación lo que abre importantes expectativas ante la posibilidad que ofrece para contextualizar arqueológicamente las representaciones esquemáticas. En trabajos anteriores proponíamos una amplia vigencia cronológica para el amplio conjunto de arte rupestre del Parque de Monfragüe (Collado y García, 2007) que estructurábamos en tres grandes etapas: .- Etapa I: Epipaleolítica – Mesolítica (arte preesquemático) .- Etapa II: Neolítico – Edad del Bronce .- Etapa III: Edad del Hierro Las pinturas del arroyo Barbaón se encuadran cronológicamente en la segunda de las etapas propuestas con un universo simbólico exclusivamente esquemático cuya vinculación con grupos productores es a día de hoy comúnmente aceptada. Un aparato iconográfico diversificado en el que tienen cabida desde motivos relacionados con las etapas iniciales de la Neolitización, como las series de trazos ondulados o los soliformes, hasta representaciones de ídolos oculados que en nuestra región tienen su máxima vigencia entre el final del Neolítico y el pleno desarrollo de la Edad del Cobre. En este amplio abanico temporal, en el que posiblemente podamos encuadrar la ocupación humana documentada en el abrigo del Sapo, cuyo próximo estudio a buen seguro proporcionarás importantes datos arqueológicos sobre los modos de vida de grupos que presumiblemente pudieron estar directamente vinculados con la realización de las pinturas y con el control de este territorio. Hemos de entender un sistema gráfico, que no por reiterativo desde el punto de vista morfológico, es ajeno a unas funcionalidades relacionadas con los itinerarios que desde la prehistoria vienen utilizando el arroyo Barbaón en sus desplazamientos, ya sean de carácter permanente o estacional. Un espacio estratégico que, como tal, debió ser objeto de constante interés e incluso rivalidad entre los diversos

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

1466

HIPÓLITO COLLADO ET ALL

grupos establecidos en este territorio que, consecuencia de una identidad cultural común, emplearon sistemáticamente un código iconográfico similar a la hora de ejercitar sus acciones de apropiación simbólica sobre este espacio. En este caso las únicas diferencias perceptibles tendrían que ver con la técnica de ejecución empleada que en Barbaón muestra dos claras tendencias: una que recurre sistemáticamente al trazo fino en el proceso de representación con una predilección por figuras detalladas y por regla general de muy escaso tamaño (tanto que en algunos casos podemos incluso considerar una notable inclinación hacia la miniaturización) y la otra claramente diferenciada de la anterior que se encuadra más en las características habituales del arte esquemático con figuras en trazo grueso y de dimensiones normalizadas entre los 7 y los 15 cm de altura. Ambas tendencias se documentan en este espacio, con constantes superposiciones en las que ambos tipos de figuras, en trazo fino o grueso, se superponen indistintamente unas sobre otras, nunca sobre un mismo panel y con acciones que en algunos casos hemos considerado como auténtica “damnatio”. Posiblemente el mejor ejemplo de lo que estamos refiriendo lo hemos documentado en el panel 20 del abrigo del Paraíso (Fig. 11) donde el conjunto de pequeños antropomorfos en trazo fino preexistente fue literalmente anulado por la superposición intencionada de un conjunto de trazos gruesos en vertical5. En definitiva el arroyo Barbaón ha constituido desde la prehistoria un enclave estratégico de singular importancia. Como tal, su control debió resultar preferente en el marco de las estrategias de ocupación de los diversos grupos humanos que poblaron el territorio de Monfragüe. Un control que al menos desde el Neolítico se produjo de forma directa con al menos un asentamiento ubicado junto al cauce (abrigo del Sapo) y de manera simbólica con una reiterada disposición de marcadores gráficos a lo largo de su curso y en los accesos al mismo (29 abrigos y más de 1.500 figuras). A lo largo del tiempo la vigencia

5

En la zona mejor conservada del panel, en el lado izquierdo, es fácilmente visible como los brazos del antropomorfo ramiforme asoman claramente por detrás de la barra que alguien le dibujó encima.

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO A TRAVÉS DEL ARTE RUPESTRE: P. N. DE MONFRAGÜE

1467

EL EJEMPLO DEL ARROYO BARBAÓN EN EL

de este control no debió estar exenta de disputas entre diferentes grupos. Disputas que de una forma u otra debieron quedar reflejadas en el sistema de apropiación que se ejercía en este enclave a través del arte rupestre. En este sentido si bien todos estos grupos utilizaron un mismo tipo de lenguaje gráfico, el arte esquemático, no necesariamente su manera de reflejarlo sobre la roca debió ser uniforme, sino que cada uno le imprimiría su propia personalidad desde un punto de vista técnico o estilístico aunque siempre manteniendo la vigencia de su simbología básica. En Barbaón la variedad estilística y técnica, la reiterada serie de superposiciones e incluso el afán por anular el mensaje iconográfico precedente, creemos que debe estar directamente vinculado con el devenir de acontecimientos, donde el arte rupestre esquemático, más que nunca, debió reforzar su vigencia como sistema de comunicación.

Fig. 11: Superposición de barras en trazo grueso sobre antropomorfos. Panel 20 del abrigo del paraíso. Arroyo Barbaón

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

1468

HIPÓLITO COLLADO ET ALL

BIBLIOGRAFÍA AA.VV. (1994): Monfragüe. Un Parque Nacional en Extremadura. Publicaciones de la Institución Cultural el Brocense. Diputación Provincial de Cáceres, 129 págs con fotografías. BADER, M. (2006): “Organización territorial, funcionalidad y significación del arte rupestre de la prehistoria reciente de la Península Ibérica”. Actas del Congreso de Arte Rupestre Esquemático en la Península Ibérica, Comarca de los Vélez, 5-7 de Mayo 2004, p. 195-209. BRADLEY, R. y FÁBREGAS, R. (1999) : “ La “ ley de la frontera ” : grupos rupestres galaico y esquemático y Prehistoria del noroeste de la Península Ibérica ”. Trabajos de Prehistoria, vol. 56, nº 1, pp. 103-114. COLLADO GIRALDO, H. (1997): “Arte rupestre esquemático en la provincia de Badajoz. Cuestiones tipológicas, interpretativas y cronológicas”, Extremadura Arqueológica, VII, p. 158-171, 11 figs. .- 2009: “Propuesta para la clasificación funcional y cronológica del arte rupestre esquemático a partir del modelo extremeño”. Estudios de Prehistoria y Arqueología en homenaje a Pilar Acosta, Universidad de Sevilla, pp. 89-108. COLLADO GIRALDO, H. y GARCÍA ARRANZ, J.J. (2001): “El Parque Natural de Monfragüe. La mayor concentración de pintura esquemática en Extremadura”. Actas del Congreso Internacional de Arte Rupestre Europea, Vigo (Edición en CD). — (coord.) (2005): Arte rupestre en el Parque Natural de Monfragüe: El Sector Oriental. Corpus de Arte Rupestre en Extremadura. Vol. I. Consejería de Cultura. Junta de Extremadura, Mérida, 283 páginas. — (2007): “Últimas intervenciones en la Cueva del Castillo de Monfragüe (Cáceres): actuaciones de adecuación para la visita y revisión de sus manifestaciones rupestres”.Cuadernos de Arte Rupestre, vol. 4, p. 313-351 COLLADO GIRALDO, H. et alii (1997): “Pinturas rupestres esquemáticas en la transición del IV al III milenio a.C. El abrigo de la Charneca Chica (Oliva de Mérida, Badajoz)”, Trabajos de Prehistoria, vol. 54, nº 2, p.143-149, 7 figuras.

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO A TRAVÉS DEL ARTE RUPESTRE: P. N. DE MONFRAGÜE

1469

EL EJEMPLO DEL ARROYO BARBAÓN EN EL

CRUZ BERROCAL, M. (2003): Paisaje y arte rupestre. Ensayo de contextualización arqueológica y geográfica de la pintura levantina. Tesis Doctoral. Instituto de Historia (CSIC)-Universidad Complutense. FAIREN, S. (2006): “Nuevas herramientas para el análisis de la distribución de la pintura rupestre esquemática: el ejemplo de las comarcas centro-meridionales valencianas”. Actas del Congreso de Arte Rupestre Esquemático en la Península Ibérica, Comarca de los Vélez, 5-7 de Mayo 2004, pp. 211-222. GARCÍA ARRANZ, J.J. (1990): La pintura rupestre esquemática en la comarca de las Villuercas (Cáceres), Institución Cultural “El Brocense”. Excma. Diputación Provincial de Cáceres, Salamanca, 211 págs, 85 figs. GARCÍA ARRANZ, J.J. (1997): “La pintura rupestre esquemática en la provincia de Cáceres”, Extremadura Arqueológica, VII, pp. 119-140, 9 figuras. MARTÍNEZ GARCÍA, J. (1998): “Abrigos y accidentes geográficos como categorías de análisis en el paisaje de la pintura rupestre esquemática. El sudeste como marco”. Arqueología Espacial, 19-20. Arqueología del Paisaje, pp. 543-561. MATEO, M.A. (2003): Arte rupestre prehistórico en Albacete. La cuenca del río Zumeta. Estudios, nº 147. Instituto de Estudios Albacetenses “Don Juan Manuel”. Diputación Provincial de Albacete, 236 páginas. TORREGROSA, P. (2000-01): “Pintura rupestre esquemática y territorio: análisis de su distribución espacial en el levante peninsular”. Lucentum, vol. XIX-XX, pp. 39-64. UTRILLA, P. y MARTÍNEZ, M. (2009): “Acerca del arte esquemático en Aragón. Terminología, superposiciones y algunos paralelos mobiliares”. Estudios de Prehistoria y Arqueología en homenaje a Pilar Acosta, Universidad de Sevilla, pp. 109-140.

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

1470

HIPÓLITO COLLADO ET ALL

BLANCA

Revista de Estudios Extremeños, 2013, Tomo LXIX - N.º III

I.S.S.N.: 0210-2854

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.