NOTAS BIOGRÁFICAS DEL SENADOR P. AELIVS HADRIANVS

July 27, 2017 | Autor: Julián González | Categoría: Roman History
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Descripción



La polémica sobre el lugar de nacimiento, Roma o Itálica, que ya había sido resuelta por Sir Ronald Syme (Syme 1964, 142-149 = RP II (1979), 617 ss), ha sido renovada recientemente por Alicia Mª Canto con argumentos endebles y poco convincentes (Canto 2004, 367-408). Cfr. Birley 1997, 10 n. 1. El domicilio oficial de los senadores era Roma y la mayoría de ellos, especialmente aquellos que ejercían o buscaban una magistratura, residían allí, pero sea como sea, lo importante desde un punto de vista histórico es que Adriano procedía de una familia de origen italicense.
PFayum 19 = Sm. 123.
HA VitaHadr. 1.2; App., Iber. 38.
Epit. de Caes. 13.1; Syme 1958, 786.
Tac. Ann. XIV 40.1; cfr. Syme 1985, 41 ss = RP V (1988), 521 ss.
Cfr. Caballos 1990, 305 ss; Champlin 1983, 251 ss.
Cfr. Birley 1997, 14; Syme 1983, 253 s = RP IV (1988), 145 s.
HA VitaHadr. 1.4; Caballos 1990, 35 s.
Plin. Ep. 5,12; HA Verus 2.5; Gell. Not. Att. XI 15.3; Fein 1994, 30; Birley 1997, 16.
HA VitaHadr. 1.5; Epit. de Caes. 14.2.
Plin. Ep. 10,40,2; Iub. 3.78.
Cfr. Canto 2004, 367 ss.
Cfr. Birley 1997, 19.
Cfr. Birley 1997, 21.
Cfr. Caballos 1994, 103 s; Birley 1997, 23.
Con este significado está utilizado, entre otros autores, por Cicerón, pro Mur. 9,19: hanc urbanam militiam respodendi, scribendi…; u Ovidio, Fasti 2,9: haec mea militia est.
Cfr. Birley 1997, 24 s.
Plin. Paneg. 81,1: Quae enim remissio nisi lustrare saltus, excutere cubilibus feras, superarare inmensa montium iuga et horrentibus scopulis gradum inferre, nullius manu nullius vestigio adiutum (Pues qué relajación te permites, sino recorrer los bosques, sacar de sus cubiles a las fieras, escalas las cimas inmensas de los montes, caminar por riscos escarpados sin la ayuda del brazo o la guía de nadie).
Plin. Paneg. 81,2: Olim haec experientia iuventutis, haec voluptas erat, his artibus futuri duces imbuebantur, certare cum fugacibus feris cursu… ('En otro tiempo este era el entrenamiento, este era el placer de la juventud, con estas prácticas se formaban los futuros generales: competir en la carrera con las huidizas fieras…').
Gai. I 196: masculi autem cum puberes esse coeperint, tutela liberantur; cfr. Franciosi 1995, 88.
Plin. Ep. II 1.8.
ILS 308 = Sm. 109.
Syme 1984, 45 = RP IV (1988), 310; Birley 1997, 30.
Birley 1997, 31.
Fitz 1993, 162 ss; Birley 1997, 31 n. 12.
Eck 1982, 324; Strobel 1985, 51 ss; Birley 1997, 32 s n. 16.
Jones 1992, 193 ss; Birley 1997, 33.
Plin. Pan. 6.1-4; 8.1-3; Dio 68.3,3-4; Epit. de Caes. 12.6-8; Strobel 1985, 9 ss, Birley 1997, 36.
Dio 68.4,2; Epit. de Caes. 13.3; HA Vita Hadr. 2.6; Birley 1997, 38.
Plin. Pan. 12-13, 20-24; Ep. 8.23,5; Eck 1982, 332; Birley 1997, 40 n. 13.
HA, Vita Hadr. 2.7-9.
Schumacher 1973, 116 s, supone que Adriano ingreso en este colegio después del consulado; Syme 1989, 241 ss = RP VI (1991) 421 ss, expone ejemplos donde la distinción se produjo mucho antes en la carrera senatorial; Birley 1997, 44 s n. 16.
HA, Vita Hadr. 3.1; Birley 1997, 46.
Alföldy 1967, 23 s; Birley 47 n. 24. Sin embargo, Barnes 1978, 33, 41 s, acepta la fecha del 105 para el tribunado de la plebe y corrige Suburano bis et Serviano iterum de la pretura por Sura ter et Senecione iterum, bien es cierto que esta hipótesis resulta poco convincente.
Birley 1997, 46 n. 21.
Birley 1997, 48 n. 22.
HA Vita Hadr. 3.3.
HA Vita Hadr. 3.9: Dio 68.10.3; Birley 1997, 52.
HA Vita Hadr. 3.10; Birley 1997, 54 n. 13.
HA Vita Hadr. 3.10-11; Birley 1997, 54 n. 14.
Epit Caes. 14.8.
HA Vita HaDR. 4.1; Birley 1997, 68 n. 5.
HA Vita Hadr. 4.5-6; Birley 1997, 74 ss.
Dio 68.33.1-3.
HA Vita Hadr. 4.8: Dio 69.17.3.
Dio 69.1.4.


NOTAS BIOGRÁFICAS DEL SENADOR P. AELIVS HADRIANVS



Julián González Fernández
Universidad de Sevilla




NOTAS BIOGRÁFICAS DEL SENADOR P. AELIVS HADRIANVS


El futuro emperador Adriano nació en Roma el 24 de enero del año 76, siendo su padre el senador Aelius Hadrianus Afer, natural de Itálica, y su madre la gaditana Domitia Paulina. Sabemos por Casio Dión que su padre había sido pretor, aunque ignoramos si esta afirmación implica simplemente que en su carrera política había llegado a ser pretor, o bien que lo había sido pocos años antes del nacimiento de su hijo. Un papiro nos ha conservado casualmente de forma parcial una carta de Adriano dirigida a su sucesor Antonino Pío, en la que le participa que su padre había muerto a los cuarenta años de edad, cuando, según la HA, Adriano contaba con diez años, así que él tendría veintinueve o treinta en el momento del nacimiento de su hijo, una edad adecuada para su nombramiento como pretor, toda vez que la legislación augustea permitía una rebaja en el mínimo de años necesarios para acceder a una magistratura por cada hijo, y Hadrianus Afer tenía una hija, llamada como su madre Domitia Paulina, probablemente mayor que Adriano.
El propio Adriano nos ha dejado en su autobiografía una preciosa información sobre su linaje paterno. Sus antepasados eran originarios de la ciudad de Hadria en el Piceno, y uno de ellos formaba parte del contingente de 'los soldados heridos o enfermos' dejados por Escipión el año 206 a.C. en 'una ciudad llamada Itálica del nombre de Italia'. Según apunta el nombre de la ciudad, Italica, estos soldados no eran ciudadanos romanos, sino aliados itálicos, y el propio enclave no era en su origen una colonia, aunque durante la República alcanzó el status de municipio e, incluso, el propio Adriano le concedería más tarde el rango de colonia: colonia Aelia Italica.
Siglos más tarde, el abuelo de su bisabuelo, su atavus Marullinus, entró en el Senado probablemente por mediación de César. De este modo los Aelii italicenses serían sin duda una de las familias más influyentes no sólo de Itálica, sino de toda la Hispania Ulterior. Otras dos familias notables de Itálica serían los antepasados de Trajano, los Ulpii y los Traii, naturales de Tuder (Todi) en la Umbria, y, como los Aelii, seguramente su asentamiento en Itálica se remonte a su fundación el año 206 a.C.
En cambio, la única información que nos transmite Adriano de su familia materna es el nombre de su madre, Domitia Paulina, y la indicación de que era natural de Gades. No conocemos ningún otro dato de la su familia materna, pero todo apunta a que o su padre o algún antepasado haya entrado en el senado de Roma, siguiendo los pasos de su paisano Cornelio Balbo. Incluso se ha llegado a suponer que el senador Domitius Balbus tal vez fuese un pariente suyo.
El parentesco de Adriano con Trajano esta recogido en la HA: Su padre, Hadrianus Afer, era su primo (consobrinus). Se acepta de forma prácticamente unánime que el abuelo de Adriano se habría casado con una hermana del padre de Trajano. Este personaje, M. Ulpius Traianus pater, fue sin duda uno de los hombres más influyentes y poderosos de su época, que debió su influencia, aparte de sus excelentes dotes militares, al hecho de haber estado al mando de una de las tres legiones, concretamente de la X Fretensis, en la guerra de Vespasiano contra los judíos en los años 66 y siguientes, de ahí que, al ser proclamado Vespasiano emperador, fuese uno de los hombres en la cumbre del poder. Además, hay datos que apuntan a que su esposa Marcia tenía propiedades en la confluencia del Tiber y el Nar, entre Tuder (Todi) y Reate (Rieti), e, incluso, se ha llegado a pensar que éste podía haber sido hermana de Marcia Furnilla, la primera esposa del emperador Tito. Sea como sea, lo cierto es que su condición de viejo camarada de armas de Vespasiano y Tito le confería un prestigio personal realmente excepcional, acrecentado por su victoria contra los partos durante su gobierno de la provincia de Siria. Este prestigio jugó sin duda un papel determinante en la carrera política de su hijo Trajano y en la elección de éste como hijo y heredero de Nerva.
Birley ha elaborado una curiosa teoría sobre la posible carrera política de Hadrianus Afer después de la pretura. Según éste, Trajano padre durante su proconsulado en Asia en 79-80 podía haber designado tres legados, de los que conocemos dos, T. Pomponius Bassus, que podría tener un origen hispano, y A. Iulius Quadratus de Pérgamo, y el tercero, cuyo nombre ignoramos, muy bien podría haber sido su sobrino, el padre de Adriano. Aunque el erudito británico matice que tan sólo se trata de una suposición, en mi opinión, no deja de ser una suposición bastante arriesgada.
El año 86 se produjo el fallecimiento del padre de Adriano, que a la sazón contaba diez años, por lo que Trajano y P. Acilius Attianus, un caballero italicense, fueron nombrados sus tutores. Sabemos muy poco sobre la educación que recibió Adriano durante su infancia. A los once o doce años tenía la suficiente edad para recibir la educación secundaria con un grammaticus, ya fuese en casa o en una escuela pública. Curiosamente la HA en la vita Veri, menciona que el célebre orador Q. Terentius Scaurus había sido grammaticus de Adriano. Referencia que ha sido interpretada generalmente como una abreviación, no muy afortunada, de una expresión como 'grammaticus en época de Adriano'. A pesar de la falta de datos concretos, algunos estudiosos han desarrollado una curiosa teoría para defender la hipótesis de que Scaurus había sido maestro de Adriano. La teoría se apoya en la suposición de que éste pertenecería a la misma familia de D. Terentius Scaurianus, natural de Nemaesus (Nimes), que había alcanzado gran notoriedad en el reinado de Trajano, y como Pompeia Plotina era igualmente natural de Nemaesus, habría convencido a Scaurus para ser el grammaticus del joven pupilo de su esposo. Si bien es cierto, que Adriano podría haber sido instruido por Scaurus, la posible intervención de Plotina en la educación del pupilo de su esposo, en mi opinión, resulta muy difícil de creer.
Sea como sea, en estos primeros años parece que se dedicó tan intensamente (impensius) al estudio de la literatura griega, que algunos le llegaron a llamar 'griegecillo' (Graeculus). Este apelativo tenía un marcado tono despectivo, que refleja el tradicional prejuicio romano hacia determinados aspectos de la cultura griega.
A los quince años Adrino 'regresó a Itálica' (ad patriam rediit). Esta expresión de la HA ha sido interpretada por algunos como una prueba de que había nacido en Itálica y no en Roma. Resulta realmente sorprendente que la profesora Canto, en su afán por mostrar el nacimiento de Adriano en Itálica, llegue a firmar textualmente, en una mala traducción del texto: 'Plinio el Joven también llama en un momento dado Graeculus a Trajano, aunque el sería un magister (Paneg. XIII)". En realidad lo que está haciendo Plinio es lamentar la pérdida del entusiasmo por la afición a las armas al pasar del ejercicio al espectáculo, del esfuerzo al placer 'después que al mando de nuestros ejercicios no está un veterano galardonado con una corona mural o cívica, sino un instructor griegecillo (postquam exercitationibus nostris, non veteranorum aliquis cui decus muralis aut civica, sed Graeculus magister), es decir, Domiciano, cuya afición a la cultura griega está ampliamente documentada.
También se ha pensado que hubiese estado con anterioridad en Itálica, en alguna visita de sus padres, lo que es perfectamente posible, o tal vez acompañando a su padre, si éste hubiese desempeñado el cargo de procónsul o legado del procónsul de la Bética, esta suposición es imposible de confirmar, pues carecemos de datos sobre el cursus honorum de Hadrianus Afer. Lo más lógico sea pensar que, con motivo de su mayoría de edad, haya visitado las propiedades de la familia en Itálica y, tal vez, en otras ciudades de la Bética. Birley supone que el 17 de Marzo del año 90, festival de las Liberalia, el joven Adriano haya tomado la toga virilis, dejando de ser un puer para convertirse en iuvenis.
Las noticias que las fuentes ofrecen sobre su estancia en Itálica, tal vez por exceso de concreción, son escasas y un tanto confusas. Así, se nos dice que 'inmediatamente entró en la milicia, dedicándose a la caza hasta merecer una reprimenda, por lo que fue llamado de Itálica por Trajano y considerado por éste como un hijo (statim militiam iniit, venandi usque reprehensionem studiosus, quare a Traiano abductus a patria et pro filio habitus)'.
El significado del vocablo militiam resulta incierto y así se ha pensado que Adriano se habría incorporado a un collegium iuvenum, en el que, al parecer, los jóvenes jugaban un papel en el culto imperial y recibían cierto entrenamiento físico y tal vez militar. Aunque dicha hipótesis pueda ser cierta, e incluso se haya llegado a ubicar la sede de dicho collegium en la llamada 'Casa de la Exedra', sin embargo, me parece mejor suponer que el vocablo militiam está utilizado con el valor metafórico de 'vida civil, adulta', en oposición a la anterior infantil de Adriano, ya que evidentemente está relacionado con la mayoría de edad de Adriano.
Igualmente se ha considerado que la excesiva afición a la caza del joven Adriano habría provocado la reacción de Trajano que lo 'habría hecho llamar ' de Itálica. De este modo la segunda frase adquiriría un claro valor adversativo 'pero se dedicó a la caza…' hasta el punto de merecer por ello el reproche de Trajano.
Esta interpretación presenta, en mi opinión, dos puntos poco consistentes. En primer lugar, Trajano era muy aficionado a la caza y al ejercicio físico en medio de los bosques, según sabemos por Plinio el Joven, por lo que no parece justificado el enfado de Trajano. Pero es que, además, Plinio afirma que la caza fue en el pasado el medio más adecuado para la formación de los jóvenes y en esas actividades se formaban los futuros generales.
Así, pues, la razón de la censura de Trajano habrá que buscarla no en su afición a la caza, sino a que probablemente por ella haya descuidado otros deberes más perentorios, por ejemplo, que a Trajano le urgía el regreso de Adriano a Roma para hacerse cargo de sus bienes y continuar su formación una vez llegado a la mayoría de edad, una vez asumida la toga virilis, con la consiguiente conversión en un ciudadano romano de pleno derecho (civis sui iuris).
La última frase 'considerado por éste como un hijo' ha sido interpretada literalmente y se ha considerado como una manifestación del afecto que Trajano tenía por Adriano. Sin embargo, resulta sorprendente, pues no parece tener conexión alguna con lo dicho con anterioridad: la crítica de Trajano al comportamiento de Adriano en Itálico (reprehensionem), y el significado un tanto fuerte del verbo abductus. Tal vez con esta expresión la HA se esté refiriendo al hecho de que con la mayoría de edad de Adriano, Trajano dejaba de ser su tutor y las relaciones entre ambos, al desaparecer los vínculos legales, se desarrollarían a partir de este momento en un ámbito privado, pero resultaba necesario dejar constancia de que el afecto entre ambos fue, ya desde ahora excelente, hasta el punto de que fue considerado 'como un hijo' por Trajano. Probablemente se trate de una afirmación sacada de la autobiografía de Adriano, en su intento de demostrar que había contado desde siempre con el afecto de Trajano, y lo que resultaba políticamente más importante: que Trajano le había considerado 'como un hijo', y por ende 'como su heredero'. Es evidente que era necesario rechazar los rumores sobre la intervención de Plotina en la sucesión de Trajano, aceptada prácticamente por todas las fuentes antiguas, insistiendo en la favorable disposición del príncipe hacia Adriano ya desde su infancia.
Además, a partir del afecto paternal de Trajano los estudiosos modernos han querido ver la intervención de éste en las sucesivas magistraturas desempeñadas por Adriano. A continuación de la frase pro filio habitus la HA añade nec multo post decemvir litibus iudicandis datus ', por lo que debería existir una relación entre la primera frase y la segunda: 'considerado como un hijo y poco después fue nombrado decenviro'. Plinio el Joven nos aporta un testimonio paralelo, cuando al informar a su amigo Voconio Romano de la muerte del tres veces consular Verginio Rufo, su tutor, dice que éste siempre le había mostrado el cariño de un padre y que 'cuando yo me presentaba candidato a una magistratura, siempre me apoyó con su voto'.
Pero volvamos al cursus honorum del joven Adriano, que se inicia, como hemos visto, con el decenvirato, una de las magistraturas del vigintivirato, que desde Augusto era obligatorio para los futuros senadores y estaba formado por cuatro comités, con diversas funciones y de variado prestigio. En el peldaño más alto se encontraban los tresviri monetales, encargados de la acuñación de monedas, cargo desempeñado por los patricios o los plebeyos que contasen con el apoyo de un prestigioso personaje. A continuación figuraban los quattuorviri viarum curandarum, magistrados encargados del cuidado de las calles de Roma, y los decemviri stlitibus iudicandis, cuya tarea consistía en presidir las diversas secciones de la corte de los centumviri, que se ocupaba de los procesos civiles y se reunían en la Basilica Iulia. En último lugar, se encontraban los tresviri capitales, que estaban a cargo de las prisiones y de los castigos a los condenados.
Resulta, pues, evidente que Adriano había empezado su carrera política en un modesto puesto, poco relevante para un candidato que hubiese contado con el apoyo de Trajano, ya que en su condición de consul ordinarius se encontraba en el pináculo de la fama, siendo su rango social tan solo inferior al del propio emperador, sobre todo si tenemos en cuenta que solamente unos pocos senadores, que no fueran miembros de la domus Augusta, habían obtenido este honor en el período Flavio. Es decir, en los primeros pasos de su carrera política Adriano no parece que contase con el apoyo decidido y resuelto de su antiguo tutor, como hemos visto en el caso de Plinio el Joven.
Este mismo año o el siguiente Adriano desempeñaría dos magistraturas, que podríamos llamar honoríficas, ya que está fuera de un cursus honorum ordinario y tal vez por ello no son recogidas en la HA, y que conocemos gracias a una inscripción del año 112 encontrada en Atenas. Estos cargos son el praefectus feriarum Latinarum y sevir turmae equitum Romanorum.
Todos los años en la primavera o principios del verano se celebraban en el Monte Albano las feriae Latinae, una festividad de la antigua Liga Latina, a la que estaban obligados a asistir todos los magistrados de Roma, por lo que en su ausencia los cónsules designaban un prefecto para que desempeñasen sus funciones. Normalmente se designaba un candidato a senador o a veces un joven senador, vinculado por parentesco o amistad con alguno de los cónsules. En la línea argumental de buscar la mano de Trajano detrás de cada nuevo paso dado por Adriano, Birley, que fecha esta magistratura en el año 94, supone que el apoyo de Adriano habría sido el cónsul C. Antius A. Iulius Quadratus, de Pérgamo, que, según sus palabras, habría sido muy probablemente legado de Trajano padre durante su proconsulado de Asia, unos quince años antes, y que era ciertamente amigo del propio Trajano.
Vemos, pues, cómo Birley se mueve en el terreno de las probabilidades, tanto en la legación de Iulius Quadratus como en la fecha de la prefectura de Adriano, por lo que parece más prudente renunciar a dar nombre al cónsul al que éste debió su elección. Además, el intento de confirmar el apoyo de Trajano nos puede llevar al absurdo de olvidar que la admisión en el Senado de los Aelii Hadriani era muy antigua, probablemente en época de César, estaban vinculados familiarmente con los Vlpii Traiani, y, sin duda, tendrían fuertes lazos familiares o de amistad con otras familias senatoriales, sin olvidar tampoco a los Domitii gaditanos maternos. Es decir, Adriano pudo muy bien encontrar apoyos en su carrera política no exclusivamente en la persona de Trajano, sino también entre los parientes y amigos de su familia, tanto paterna como materna.
El 15 de Julio se celebraba en Roma la anual parada de los caballeros romanos (transvectio equitum), a cuyo efecto éstos se distribuían en seis escuadrones, al mando de los figuraba un futuro senador o un joven senador, que recibía el título de sevir. Aunque el sevirato de Adriano no está datado, podemos suponer que se celebraría el mismo año que la prefectura, que Birley fecha en el año 94, y que tal vez haya que adelantar al 95.
A continuación, a finales del 95 o principios del 96, Adriano desempeñó el cargo de tribunus militum en tres legiones distintas: la II Adiutrix, la V Macedonica y la XXII Primigenia. Aunque en sentido estricto no era obligatorio para los fututos senadores, son muy pocos los que no lo incluyen en su cursus honorum. Resulta realmente excepcional el número de legiones, pues lo habitual era que sirvieran durante algunos menos o un año en una sola legión, a veces en dos, y solo excepcionalmente en más de dos. Se ha supuesto, una vez más, que Trajano, que había servido varios años en dos legiones diferentes en Siria y en el Rin, y que ahora le consideraba pro filio suo, habría insistido en que Adriano siguiese su ejemplo, e, incluso, se ha supuesto que le habría ofrecido un puesto en su propio ejército, ya que todos los datos apuntan a que Trajano sería entonces gobernador de Pannonia, de cuyo ejército la II Adiutrix formaba parte.
En el verano del 96, Adriano abandonó la II Adiutrix y fue trasladado a la V Macedonica, una de las legiones de la Mesia Inferior. Aunque no conocemos con seguridad el nombre del gobernador a quien debió su nombramiento, dos son los senadores más probables: L. Iulius Marinus y Ti. Iulius Candidus Marius Celsus, ya que en una inscripción de enero del 97 se recuerda a un Iulius Mar[…] como gobernador de la Mesia Inferior.
El cambio de provincia indica sin duda la llegada de un nuevo gobernador a Pannonia, y, si se acepta que Trajano lo era hasta ese momento, hemos de pensar que sería entonces, en el verano del 96 cuando éste recibiría el gobierno de la Germania Inferior y entonces su nombramiento habría sido obra de Domiciano y no de Nerva, como algunos estudiosos defienden. Llama la atención el hecho de que Trajano no lo hubiese llevado consigo a su nuevo destino, y hubiese preferido que continuase su preparación militar bajo las órdenes de otro legado. La llegada de Adriano a la Mesia se produjo pocas semanas antes de la muerte de Domiciano, el 18 de septiembre del 96, pues la HA nos informa de que su nombramiento se habría producido en los últimos días del reinado de Domiciano (extremis iam Domitiani temporibus).
Su sucesor Nerva se encontraba en una situación harto delicada, pues no contaba con el apoyo del ejército ni de los pretorianos. En Octubre del 97, un año después de la muerte del tirano, éstos últimos se amotinaron y sitiaron el palacio, demandando venganza por la muerte de Domiciano. Dominado por el pánico Nerva entregó a los asesinos de éste que fueron linchados por los amotinados. El príncipe fue forzado por el prefecto del pretorio Casperius Aelianus a ofrecer una solemne acción de gracias. Ante la precaria situación Nerva realizaría muy probablemente consultas con los hombres más influyentes del Senado. Una victoria sin importancia obtenida por el gobernador de Pannonia sobre unas tribus germanas le permitió a Nerva asumir el título de Germánico, y al acudir a depositar los laureles de la victoria en el templo de Júpiter, realizo, por una inspiración divina diría Plinio el Joven, la siguiente proclama: "Por la Felicidad del Senado, del pueblo Romano y de mi mismo, yo adopto a Marco Ulpio Trajano". La adopción llevaba aparejada el título de César y la sucesión.
La adopción de su pariente determino que Adriano fuese enviado al Rin a llevar a Trajano la felicitación del ejército de la Mesia Inferior. A su llegada al Rin fue asignado a una nueva legión del ejército de la Germania Superior, la XXII Primigenia, acantonada en Moguntiacum. El gobernador de esta provincia era su cuñado Iulius Servianus, muy cercano a Trajano y al influyente Iulius Ursus, tal vez pariente suyo que posteriormente le adoptaría.
El 27 de enero del 97 moría Nerva y Trajano fue declarado emperador al día siguiente. Según nos informa la HA Adriano estaba decidido a ser el primero en personalmente a Trajano de la buena nueva. Serviano envió por su parte un mensajero y, como evidencia de la mala relación entre ambos, Serviano rompió el vehículo en el que Adriano pensaba realizar el viaje, pero continuó a pie llegando a Colonia antes que el beneficiarius de Serviano. Este relato de la HA ha sido tomado probablemente de la autobiografía de Adriano, escrita unos 40 años después, cuando tenía motivos para denigrar la memoria de Serviano y, al mismo tiempo, exagerar sus propios meritos juveniles. Esta impresión se confirma con el párrafo siguiente 'y gozó del favor de Trajano' (fuitque in amore Traiani), gracias, sin duda, a su esfuerzo y constancia para darle el primero la noticia y haber podido superar los obstáculos que su cuñado había puesto en su camino. El deseo de Adriano de deformar la imagen de Serviano se refleja igualmente en la afirmación, en mi opinión del propio Adriano, de que Serviano había provocado el odio de Trajano hacia él al acusarle de gastos extravagantes y de contraer grandes dudas.
Sea como sea, lo que resulta increíble, en mi opinión, es que un simple tribuno se atreviese no sólo a no aceptar las órdenes de su superior jerárquico, sino que incluso se atreviese a desobedecerlas, enfrentándose con él. Es evidente, que esta actitud no habría merecido el afecto, sino su el más rotundo rechazo de Trajano, siempre preocupado por la disciplina militar y la jerarquía de mando.
La aceptación por parte de los estudiosos de los fuertes lazos afectivos entre Trajano y Adriano les lleva a aceptar que éste habría permanecido con el príncipe en el Rin e, incluso, le habría acompañado en su recorrido por las provincias danubianas y habría entrado en Roma a finales del 99 formando parte de la comitiva imperial. Sin embargo, estas suposiciones no están atestiguadas en las fuentes, en las que si consta que Iulius Servianus, a quien Trajano había nombrado gobernador de Pannonia, le había acompañado. Serviano llevaba con él como tribunus laticlavus a Iulius Avitus, el protegido de Plinio el Joven.
La propia HA descubre que en realidad no reinaba una gran armonía entre ambos, pues, a continuación de la frase 'gozó del favor de Trajano', dice que Adriano había tenido ciertos problemas con los pedagogos de unos muchachos a los que Trajano amaba profundamente, problemas de los que se libró gracias al apoyo de un cierto Galo (nec tamen ei per paedagogos puerorum quos Traianus impensius diligebat… Gallo favente defuit). Es evidente que Adriano no había respetado las prerrogativas del príncipe y había intentado intimar con estos muchachos de la corte, sin duda movido por sus inclinaciones homosexuales, lo que sin duda habría disgustado a Trajano, al ser informado por estos pedagogos. A causa de este incidente Adriano estaba preocupado por la aptitud que Trajano tendría sobre él (quo quidem tempore cum sollicitus de imperatoris erga se iudicio) y decidió consultar los oráculos.
Sea como sea, gracias a la intervención de Licinio Sura, probablemente el amigo más íntimo y el mejor consejero del príncipe, parece que la amistad entre ambos se restauró, según las fuentes, más fuerte que antes. Digo al parecer, porque no se entiende muy bien cómo, si fuese cierto que la amistad entre ambos era mejor que nunca, el compromiso matrimonial de Adriano con su sobrina nieta Sabina, habría sido aceptado por Trajano, según Mario Máximo, con escaso entusiasmo (leviter volente), frente a la gran alegría de la emperatriz (favente Plotina).
Lo único que parece claro es que Adriano, fracasados sus intentos de conseguir personalmente el afecto de Trajano, ha buscado sin escrúpulos el favor, primero de Licinio Sura, y luego de las mujeres de la domus Augusta, especialmente de Plotina, a través de las cuales conseguirá su mayor éxito en esta su primera etapa: casarse con la sobrina nieta del emperador y entrar así a formar parte de la domus Augusta, dando un paso importantísimo en sus aspiraciones de suceder a Trajano.
Poco después de la boda, a principio de diciembre del año 100, Adriano entró en el Senado, poco antes de cumplir los veinticinco años, a una edad normal para hacerlo, es decir, sin haber recibido ningún adelanto por su parentesco con el príncipe, aunque, al menos, lo hizo como uno de los quaestores principis. Aunque no lo sepamos con seguridad, parece que por estos años fue admitido en dos de los colegios sacerdotales reservados a los senadores: los VIIviri epulonum y los sodales Augustales. Los VIIviri, aunque entonces eran diez, era el más joven de los cuatro grandes colegios sacerdotales, menos prestigioso que los pontifices o los augures o los XVviri. No obstante, era uno de los cuatro grandes colegios, en los que sólo unos pocos senadores tenían la esperanza de
ser incluidos. La estima social de los sacerdotes encargados del culto al divinizado Augusto era igualmente muy elevada.
En su condición de quaestor principis Adriano hubo de leer en cierta ocasión un discurso del emperador que, según la HA, provocó la risa de los senadores por su 'acento rústico' (agrestius pronuntians). Esta burla le impulsó a dedicarse al estudio de la lengua latina hasta conseguir un dominio total de la misma (usque ad summam peritiam et facundiam). Esta curiosa anécdota plantea la duda de cómo y dónde había adquirido Adriano esa pronunciación 'rústica', y dado que su estancia en Itálica había sido muy breve, se ha pensado en sus contactos con centuriones y legionarios durante su prolongado tribunado militar. Sea como sea, el dato parece querer tan sólo resaltar una vez más su dedicación al estudio de la cultura griega.
A partir de este punto las fechas de las sucesivas magistraturas de Adriano han sido objeto de debate y controversia. En efecto, la HA nos informa de que éste habría sido hecho (factus est) tribuno de la plebe en el consulado de Cándido y Cuadrado (año 105 d.C.), para poco después afirmar que fue hecho pretor en el consulado de Suburano y Serviano, ambos por segunda vez. Aquí hay una evidente confusión, pues Suburano fue cónsul iterum el año 104 y Serviano iterum el 102. Es evidente, que o la HA o su fuente, Marius Maximus, has mezclado los nombres y las fechas, por lo que parece lógico sustituir el nombre de Suburano por el de Sura, colega de Serviano en el año 102, ambos por segunda vez. De esta manera Adriano habría sido hecho tribuno de la plebe el año 102 y pretor el 105.
Esta hipótesis, en si misma plausible, presenta algunos inconvenientes, por ejemplo, el brevísimo espacio de tiempo de apenas una semana entre el final de la cuestura, el 4 de diciembre y el comienzo del tribunado el 10 del mismo mes, con la consiguiente eliminación del intervalo prescrito de un año en el desempeño de dos magistraturas sucesivas. Esta dificultad se ha solventado considerándola un modesto signo de favor por parte del príncipe, al permitir a Adriano desempeñar el tribunado poco antes de cumplir los 26 años. Sin embargo, la objeción más grave viene determinada por el hecho de que, según la HA, después de la cuestura (post quaesturam) se cuidó de las actas del Senado en calidad de curator actarum senatus. Naturalmente, a los defensores de la anterior cronología les resulta imposible datar esta nueva magistratura, y así, por ejemplo, Birley se limita a decir 'it seems difficult to date Hadrian's responsability for the senatorial record any later; if he had this duty while quaestor, it was excepcional', sin recordar la referencia explícita de la HA de que esta magistratura fue ejercida por Adriano 'después de la cuestura'.
La propia HA nos proporciona la aclaración a esta aparente anomalía, al distinguir entre el ejercicio (quaesturam gessit) y la elección para una magistratura (tribunus plebis factus est). Es decir, Adriano desempeñaría la cuestura en el año 101 (Traiano quater et Articuleio consulibus) y sería elegido tribuno de la plebe el 102, cargo que ejercería el año siguiente. Así, pues, en nuestra opinión, Adriano sería curator actarum senatus el año 102 y tribuno de la plebe el 103.
Otra problema, en mi opinión, aún no solucionado, es la cuestión de la fecha de la pretura de Adriano, que se supone fue el año 105. Una vez más la HA repite la expresión praetor factus est, es decir, fue elegido pretor, pero en la fecha, como ya hemos indicado, existe una evidente confusión entre la cuestura y la pretura. Aunque aceptemos el cambio de Suburano por Sura para la datación de la cuestura, no se ha explicado suficientemente por qué aparece mencionado Suburano. Tal vez la aclaración esté una vez más en el hecho de que en la HA se hace referencia a su elección como pretor, que tendría lugar el año 104, precisamente el año del segundo consulado de Suburano, recibiendo de Tejano dos millones de sestercios para celebrar unos juegos.
La HA menciona sin ningún género de dudas la participación de Adriano en las dos campañas dácicas. En la primera señala que 'acompañó a Trajano a la Guerra Dácica con gran intimidad' Trajano (atque ad bellum Dacicum Traianum familiarius prosecutus est). La tesis tradicional es que Trajano en su marcha contra los dacios, el 25 de marzo del 101, llevaría consigo a Adriano, todavía su cuestor, aunque lo haría en condición de comes Augusti, según el testimonio de la inscripción de Atenas, al mismo nivel que Sura, Serviano y otros ilustres personajes que acompañaban al emperador. De la Dacia Adriano regresaría a Roma a finales del año 101, para desempeñar el tribunado de la plebe para el año 102. Sin embargo, como ya he indicado, la HA afirma explícitamente que esta estancia en la Dacia se habría producido después de la cuestura y de la curatela de las actas del Senado, es decir, en los últimos meses del año 102. Así se explica también la denominación de comes que le da la inscripción ateniense, aunque es difícil creer que la consideración de Trajano hacia el joven fuese la misma que dispensaba a Sura, Serviano, etc. A finales de este año sería elegido tribuno de la plebe para el 103.
La HA nos transmite una información anecdótica sobre el comportamiento de Adriano durante esta campaña, sin duda obtenida de su autobiografía: 'se había entregado a la bebida, obsequioso con las costumbres de Trajano, por lo que había sido ampliamente recompensado por éste'. No sabemos muy en qué habían consistido estos ricos presentes, pero lo que queda patente de estas palabras es la disposición de Adriano a seguir las inclinaciones del emperador, aunque no fuesen las suyas, con tal de conseguir el favor de éste.
En la segunda campaña su papel fue más importante, ya que Trajano lo llevó con él y le confió el mando de la legión I Minervia (Traianus eum primae legioni Minervae praeposuit secumque duxit). Desconocemos la actuación de Adriano en la campaña, aunque en la HA se nos diga que realizó notables acciones (multa egregia eius facta claruerunt), por lo que fue recompensado por Trajano con un diamante que éste había recibido de Nerva (adamante gemma quam Traianus a Nerva acceperat donatus). Este regalo le hizo aumentar sus esperanzas de suceder a Trajano (ad sepem successionis erectus est). Evidentemente esta fue una impresión de Adriano al recibir el regalo, pero no parece que el príncipe le hiciese ninguna promesa en este sentido, pues Adriano habla de spem. La inscripción de Atenas comenta que recibió unas recompensas militares (dona militaria).
El 11 de Junio del 106 tuvo lugar la división de Pannonia en dos provincias: Superior e Inferior, y Adriano recibió el gobierno de la segunda, la más pequeña que contaba con una sola legión de guarnición, la II Adiutrix. Adriano, pues, no pudo participar de forma activa en la campaña final contra los dacios que se produjo entre junio y el comienzo de agosto del 106. Sin embargo, rechazó una incursión de los Sarmatas Jazyges contra la Pannonia Inferior (Sarmatas compressit). Resulta extraña esta afirmación, pues éstos habían apoyado a Roma en su guerra contra Decebalus, por lo que tal vez se trate de un movimiento del ejército romano para asegurarse la neutralidad de éstos mientras durase la guerra. Sea como sea, Trajano se negó a devolverles el territorio que habían perdido a manos de Decebalus, según nos cuenta Casio Dión, y los enfrentamientos con ellos continuaron después del fin de la guerra.
El gobierno de una provincia imperial pretoria llevaba aparejado la expectativa de un consulado. Es evidente, que Adriano habría deseado ser consul ordinarius, con el prestigio de inaugurar y dar nombre al año, pero una vez mas Trajano se limitó a permitirle ser consul suffectus, probablemente en mayo del 108 en unión de M. Trebatius Priscus. Tampoco le concedió el rango hereditario de patricio, como Vespasiano había hecho con su padre. Sin embargo, hay que destacar que tenía tan sólo treinta y dos años, diez menos de los obligatorios para los senadores plebeyos, que aspiraban al consulado. La edad republicana de cuarenta y dos seguía siendo obligatoria, pero Augusto había permitido que patricios y miembros de familias consulares pudiesen ser cónsules a los treinta y uno. La HA atribuye el consulado a su comportamiento durante el gobierno de su provincia (ob hoc consul est factus), pero, como ya he indicado, se trataba de un paso casi automático.
El hecho de que Trajano no hubiese aceptado el nombramiento de consul ordinarius para Adriano, revela, en mi opinión, sin ningún género de dudas, que el emperador no había pensado, al menos hasta ese momento, en Adriano como posible heredero. Pues el cursus honorum es prácticamente idéntico al de cualquier joven senador plebeyo, sin que se observe el más mínimo apoyo de Trajano en dicha carrera política, con la excepción del ya mencionado adelanto en la edad para el desempeño de las diversas magistraturas. No digamos nada de la omisión de la costumbre ampliamente difundida en Roma de que el emperador asuma un consulado ordinario en compañía de aquél que considera su sucesor.
A pesar de lo anterior, de nuevo Adriano vuelve a afirmar que durante su consulado supo por Sura que iba a ser adoptado por Trajano, con lo que dejo de ser objeto de burla y desprecio por los amigos de Trajano (quo magistratu ut a Sura comperit adptandum se a Traiano esse, ab amicis Traiani contemni desiit ac neglegi). Se trata evidentemente de un texto sacado de la autobiografía de Adriano, y de cuya veracidad debemos dudas razonables. Pero es que incluso su afirmación de que era despreciado por los amigos del emperador casa muy mal con las numerosas afirmaciones vertidas en las líneas precedentes sobre el afecto que Trajano sentía por él. Es impensable que si las relaciones entre Trajano y Adriano fuesen cordiales y afectivas, los amigos del emperador se hubiesen atrevido a mostrarle desprecio y burla.
Además, Sura murió poco después y Trajano le honró con una estatua y un funeral público. La muerte de éste significó, siempre según Adriano, un aumento de la amistad de Trajano, pues Adriano se encargó de la redacción de los discursos del emperador, tarea que antes de su muerte desempeñaba Sura.
Después de uno o dos años en Roma esperando alguna magistratura consular, pero Trajano, a pesar de la gran amistad del príncipe, no llegó ninguna, ni tampoco la adopción, ni el título de César, ni su promoción al rango de patricio, por lo que decidió trasladarse a Atenas por algún tiempo, donde fue honrado por la Boule con el título de arconte.
Si el status personal de Adriano no variaba, si lo hacía el de su esposa Sabina, ya de por sí distinguido. En el verano del 112 su abuela Marciana, hermana de Trajano, moría a finales de agosto e inmediatamente fue divinizada, y el mismo día su madre Matidia, fue nombrada Augusta. Sabina se convertía, pues, en hija de una Augusta y nieta de una diva. Es muy probable que la soberbia y la altanería de Adriano no soportasen muy bien este desnivel social, según se desprende de las frías y tensas relaciones entre ambos cuando fue emperador, tensiones que terminaron con el rumor de que la emperatriz se había suicidado (huius uxor Sabina, dum proa servilibus iniuriis afficitur, ad mortem voluntariam compulsa)
A finales de octubre del 113 Trajano, acompañado de las dos Augustas parte de Roma para la campaña pártica, a cuyo fin se habían movilizado un número impresionante de legiones y tropas auxiliares. El relato que de la presencia de Adriano nos han dejado las fuentes, resulta extraordinariamente confuso y aleatorio.
Así, en primer lugar, la HA explica que el favor de Plotina le había asegurado el nombramiento de legatus en el tiempo de la expedición pártica (usus Plotinae quoque favore, cuius studio etiam legatus expeditionis Parthicae tempore destinatus est). Como al comienzo de la campaña el legado de Siria era Iulius Quadratus Bassus, Birley opina que sería un nombramiento en el estado mayor de Trajano, presumiblemente como legatus Augusti pro praetore y comes del emperador. En mi opinión, parece evidente que la HA se está refiriendo al nombramiento de Adriano como sucesor de aquél en el 117, cuando Bassus fue destinado a la Dacia.
Por fin, Adriano conseguía un mando consular y responsabilidades efectivas, pero que en estos momentos el cargo era más bien nominal, pues no podemos olvidar que de las cinco legiones de Siria, cuatro de ellas, la IV Scythica, la VI Ferrata, la III Gallica y la XII Gemina y parte de la quinta, la II Traiana, se encontraban en el frente de batalla y que toda actividad política y militar de la zona se encontraba localizada en Mesopotamia. Tal vez por eso no tengamos ningún dato de las actuaciones llevadas a cabo por Adriano, excepto la de permanecer en Antioquia en compañía de las Augustas, Plotina y Matidia, y muy probablemente, aunque las fuentes no lo digan, de su esposa Sabina.
Otras dos referencias de la HA nos concretan la situación personal de Adriano a finales del 116 o comienzos del 117. Una frase de la HA 'in adoptionis sponsionem venit, Palma et Celso, inimicis semper suis et quos postea ipse insecutus est, in suspicionem adfectatae tyrannidis lapsis', ha sido interpretada en el sentido de que ambos personajes, enemigos suyos, habían caído bajo sospecha de preparar un golpe de estado contra Trajano, lo que le habría asegurado la adopción. Pero, no sólo no tenemos noticia alguna de este intento de golpe de estado por parte de Palma y Celso, sino que todo apunta a que acompañaron a Trajano como miembros de estado mayor, y figuraron siempre entre los más íntimos colaboradores del emperador, siendo honrados con un segundo consulado, Palma el 109 y Celso este mismo año. Además, cuando ambos fueron ejecutados por Adriano, al llegar al trono, Palma se encontraba en Tarracina, y Celso en Bayas, es decir, en sus propiedades, sin haber sufrido ningún castigo de destierro, normal en este tipo de delitos, por lo que la pretendida conspiración resulta difícil de creer. Además, los dos, junto con Senecio y Sura, fueron honrados por Trajano con la erección pública de sendas estatuas.
En mi opinión, la estructura del texto no ha sido entendida correctamente, y la puntuación no es la adecuada. Se ha distribuido el texto de la siguiente manera:

'Usus Plotinae quoque favor, cuius studio etiam legatus expeditionis Parthicae tempore destinatus est. qua quidem tempestate utebatur Hadrianus amicitia Sosii Papi et Platorii Nepotis ex senatorio ordine, ex equestri autem Attiani, tutoris quondam sui, et Liviani et Turbonis. in adoptionis sponsionem venit Palma et Celso, inimicis semper suis et quos postea ipse insecutus est, in suspicionem adfectatae tyrannidis lapsis' .

El examen detenido de la estructura sintáctica revela, en mi opinión, la existencia de una oración principal: usus Plotinae quoque favor in adoptionis sponsionem venit y dos oraciones de relativo: cuius studio…destinatus est y qua quidem… et Turbonis, seguida todas ellas por una oración de ablativo absoluto. Esta disposición nos llevaría a cambiar la puntuación: una coma después de destinatus est y de Turbonis, en vez de dos puntos; y un punto después de venit. Con este esquema esperaríamos la siguiente traducción:

'Adriano, al disfrutar del favor de Plotina, con cuyo apoyo incluso fue nombrado legado en la campaña contra los Partos, llegó a estar seguro de su adopción en un momento en el que es cierto contaba con la amistad de Sosio, Papo y Platorio Népote del orden senatorial, y también de Atiano, su antiguo tutor, y Liviano y Turbón, del rango ecuestre, aunque Palma y Celso fueron siempre sus enemigos, sobre los que el más tarde se vengó, al haber caído en la sospecha de aspirar al trono'.

De nuevo con la ayuda de Plotina fue designado cónsul por segunda vez para el año 118, con lo que la adopción parecía completamente segura. Este consulado lo desempeñó ya como emperador, por lo que resulta difícil saber si efectivamente le fue concedido por Trajano o lo fue como consecuencia de su adopción.
Era evidente que la idea de que Adriano sucediese a Trajano contaba con una oposición feroz, tal como revela claramente los rumores ampliamente extendidos y transmitidos por la HA, de que había corrompido a los libertos de Trajano, había cortejado y mantenido a menudo relaciones sexuales con sus muchachos favoritos en las ocasiones en las que estuvo en la corte (corrupisse eum Traiani libertos, curasse delicatos eosdemque saepe inisse per ea tempora quibus in aula familiarior fuit, opinio multa firmavit).
Después de un ataque desafortunado ante las murallas de la ciudad de Hatra, Trajano se retiró y poco después empezó a sentirse enfermo. Su estado de salud continuo empeorando, Trajano pensaba que había sido envenenado, aunque algunos pensaban que había sufrido una retención de la sangre que evacuaba todos los años por abajo; sufrió una apoplejía, y todo él enfermó de hidropesía. A finales de Julio, aconsejado por las Augustas decidió regresar a Roma, pero la muerte le sobrevino en Selinus en Cilicia.
El día 9 de agosto del 117 llegó a mano de Adriano la carta de su adopción por Trajano. Dos días después, el 11 de agosto, llegó otro despacho con la noticia de la muerte de Trajano. ¡Por fin Adriano había conseguido su objetivo, tantos años añorado! Ese día será, pues, el dies imperii de Adriano. Fue aclamado como emperador por las legiones y la guardia pretoriana, todos los cuales recibieron un donativo doble.
Sin embargo, todas las fuentes antiguas manifiestan el convencimiento, ampliamente extendido, de que Trajano no había tenido la intención de nombrar a Adriano su sucesor. En este sentido, existen dos relatos, uno, el de la HA, que cita a Neratius Priscus como el candidato de Trajano, a quién el príncipe le habría dicho, con la aprobación de muchos de sus amigos,: 'te confío las provincias, si algo fatal me ocurriese? (commendo tibi provincias, si quid mihi fatale contigerit); y otra, de Casio Dión, que menciona no a Neracio Prisco, sino a Serviano, como su sucesor, cuando en un banquete, había invitado a sus amigos a mencionarle diez personas capaces de dirigir el Estado, y después de una breve pausa, había añadido: 'Sólo necesito nueve, pues ya tengo uno: Serviano'. Incluso, la HA añade que muchos comentaban que había tenido la intención de enviar una carta al senado, pidiéndole que, en el caso de que le hubiese sucedido algo, nombrase un emperador para el Imperio Romano, incluyendo en la misma los algunos nombres para que eligiese entre ellos al que consideran más idóneo.
Además, existía el rumor, aceptado por prácticamente todas las fuentes, de que la adopción de Adriano había sido una maquinación de Plotina, realizada cuando Trajano ya había muerto, habiendo colocado en el lugar de Trajano a alguien que hablaba en lugar de éste con voz cansada. Casio Dión afirma incluso que, según le había contado su padre, en aquellos años gobernador de Cilicia, que el anuncio de la muerte de Trajano se había demorado algunos días para poder anunciar antes la adopción de Adriano y que esto mismo quedó patente porque las cartas de Trajano enviadas al senado no estaban firmadas por el emperador, sino por Plotina, algo que jamás había hecho antes.
La crítica moderna, en general favorable a Adriano, ha intentado minorizar los datos ofrecidos por las fuentes, especialmente la HA, alegando una cierta hostilidad de las mismas hacia el emperador, derivadas del enfrentamiento mantenido a lo largo de su reinado con el Senado por las medidas tomadas por Adriano, que disminuían la autoridad e influencia del mismo, aunque, en mi opinión, no se deben silenciar los asesinatos de los cuatro consulares, al principio de su reinado, y de Serviano y su nieto, al final del mismo, junto con otras ejecuciones realizadas por orden suya a lo largo de su principado, que sin duda debieron influir y bastante en las tensiones entre el Senado y el emperador.
A pesar de que resulta imposible calibrar qué hay de objetivo y qué de subjetivo en la información de las fuentes, sin embargo, en el tema central de este estudio: la adopción de Adriano, los hechos son, en opinión, bastante contundentes en sentido concordante con las mismas. En efecto, aparte de las varias referencias al afecto de Trajano y hacia las esperanzas de adopción recogidas en las fuentes, no hay, en mi opinión, ni un solo dato objetivo que revela el deseo de Trajano de elevar a su antiguo pupilo a las más altas esferas políticas del Estado, como por ejemplo hizo con Sura, Serviano, Seneción, Palma, Celso, etc., hasta el punto de que no consintió que fuese consul ordinarius y mucho menos compartió con él dicha magistratura, que sí hubiese sido una muestra indudable del apoyo del príncipe y de su futuro imperial. Además, la provincia pretoria encomendada, la Pannonia Inferior, no era especialmente relevante, y como consular no recibió ninguna encomienda, hasta la legación de Siria al final de su reinado. Por todo ello, me inclino a considerar que la adopción de Adrino y su consideración como capax imperii no ocupó nunca un lugar en la mente de Trajano.

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