No más arte, sólo vida. 4.0. Del artivismo simulatorio a las tácticas de suplantación en la Red.

September 23, 2017 | Autor: L. Baigorri Ballarín | Categoría: Media Archaeology, New Media Art & Emerging Practices, Net Art, New Media Art, Artivism
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Descripción

No más arte, sólo vida. 4.0. Del artivismo simulatorio a las tácticas de suplantación en la Red. Laura Baigorri. Revista TELOS n.56. Cuaderno Central: Arte Digital. Fundación Telefónica, Madrid, 2003.

Ya en los 70, cuando se implantó el lema arte=vida, quienes utilizaban el vídeo de una manera alternativa vivían su vida cultural, social y política sin establecer barreras ni distinciones; artistas y activistas no sólo estaban estrechamente relacionados, sino que muchas veces eran la misma persona.

Esta situación encuentra hoy en día su correlativo en la red: puntualmente sí se establecen distinciones entre artistas y activistas, pero son numerosos los casos de artistas cuyas propuestas parten de la denuncia -cultural, social y política- con la intención de volver a intentar establecer la función social del arte. Es decir, que de nuevo artista y activista coinciden en la misma persona, en este caso el artivista. De hecho, la red se ha presentado siempre como “el mejor escenario posible” para ejercer la crítica social desde la perspectiva del arte. En 1920, Breton afirmaba: “Dadá es un estado de ánimo”. En 1970, y desde la perspectiva del vídeo, Nam June Paik puntualizaba: “Fluxus es una forma de vida, no un concepto artístico”. Pues bien, en el siglo XXI, el lema del colectivo alemán Chaos Computer Club es: “Ser hacker no es un asunto técnico. Es un estilo de vida”. (hacking=vida)

No resulta extraño entonces que actualmente sea difícil establecer claras diferencias entre el ejercicio del arte y el puro activismo, ni que desde la red se asuman con normalidad todo tipo de cruces e hibridaciones que diluyen las fronteras entre métodos, disciplinas, especialidades,... entre las múltiples facetas de una única vida.

Con el objetivo de establecer cuales son límites y sus supuestos aciertos y desventajas. Vamos a ver ahora los ejemplos paradigmáticos de diferentes estrategias de simulación y suplantación realizadas por artistas. Algunos proyectos se han ubicado explícitamente en el contexto del arte y otros han preferido aparecer desligados de él a priori.

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Estrategias de simulación en el contexto del arte Comenzamos por un clásico, que podríamos definir como proyecto activador. En 1994, el colectivo Critical Art Ensemble (CAE) introdujo por primera vez el modelo de la Desobediencia Civil Electrónica, desarrollando la táctica de la amenaza simbólica a partir del bloqueo o sentada virtual. Y en 1998 un pequeño grupo de ciberactivistas y artistas comprometidos, EDT. The Electronic Disturbance Theater, pusieron en práctica esta táctica durante la celebración de INFOWAR, el Festival Ars Electrónica de Linz (Austria). El proyecto, denominado SWARM, se basaba en la utilización del software FloodNet cuyo funcionamiento consiste en enviar órdenes de recarga a la página que desean intervenir. Así, si varias personas lo utilizan simultáneamente contra una web determinada, la página queda bloqueada y nadie más puede entrar en ella. Durante esa edición del festival, EDT propuso un ataque a tres bandas: la web de la presidencia mexicana (en apoyo al zapatismo), la web del Pentágono (contra el ejército de los Estados Unidos) y la web de la bolsa de Frankfurt (símbolo del capitalismo internacional).

Estrategias de simulación al margen del contexto del arte. Proyectos polemizadores de infiltración. Voteauction. En marzo de 2000 aparece en la red Voteauction.com, una página web ideada por el joven James Baumgartner que, a grandes rasgos, planteaba sustituir las ineficientes

instituciones

democráticas

(como

el

sistema

de

elecciones

norteamericano, por ejemplo) por pragmáticas soluciones empresariales del sector privado. La idea era muy simple: subastar los votos presidenciales de los ciudadanos al mejor postor corporativo. La web proponía a los desencantados o dubitativos electores norteamericanos vender sus votos de cara a las elecciones presidenciales capitaneadas por Gore y Bush en noviembre de ese mismo año. La operación se completaba con la compra de estos mismos votos por compañías privadas que debían pujar entre sí para conseguirlos; así, semana a semana, los usuarios de la página pudieron comprobar a través de un simplificado panel informativo la cotización de estos votos en función del estado al que pertenecían. Por supuesto, se trataba de un simple proyecto de simulación que Baumgartner se encargaba de actualizar periódicamente con datos inventados, pero la repercusión mediática no se hizo esperar: fueron numerosos los artículos de prensa y las entrevistas televisadas tanto a los indignados y desconcertados políticos, como al responsable de la página. En cualquier parte del mundo, los periodistas que cubrieron la historia no pudieron evitar mencionar aquello que su autor estaba esperando: que

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las empresas privadas siempre han comprado votos durante las elecciones norteamericanas. Debido a su contexto independiente -y, sobre todo, ajeno al mundo del arte- y también a su impecable look empresarial, Voteauction funcionó, al menos durante unos meses, como paradigma del “Caballo de Troya” mediático. La principal virtud de esta experiencia es que mantenía su espacio de convocatoria y difusión en la red, mientras sus efectos provocaban una serie de consecuencias mediáticas en el mundo real. Pero con el tiempo el proyecto se disolvió debido a un error fatal que cometería Baumgartner: afirmar en una de las entrevistas que era un estudiante de arte. Esta declaración -junto con, todo hay que decirlo, la explicación pormenorizada que se vio forzado a dar a los agentes del FBI que acudieron a su casa intimidándolefue determinante para que la iniciativa comenzara a perder consistencia, y siempre cabe preguntarse cuál sería la repercusión de sus actos hoy en día si hubiese decidido mantener en secreto su procedencia artística. La experiencia de Voteauction fue apadrinada por el colectivo de sabotaje rtmark cuya especialidad son las páginas de infiltración: la realización de páginas web alternativas consistentes en simulaciones casi idénticas de otras páginas institucionales o corporativas. Entre sus logros de contrapropaganda política destacan los “duplicados” de las páginas del por aquel entonces gobernador de Texas, George W. Bush, o del alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani. “A pesar de que resulta obvio que se trata de textos irónicos/paródicos, muchos de sus seguidores las confunden con las páginas originales y envían sus cartas de apoyo. En ocasiones, aunque se les responde claramente -diciendo que no se trata en ningún caso de la página de esos políticos- los obcecados seguidores siguen insistiendo con sus correos electrónicos como si hablaran directamente con el político en cuestión”.

01-org y NIKE: el control corporativo y su injerencia en la vida pública de los ciudadanos. El 6 de octubre de 2003 los periódicos de Austria lanzaron un sorprendente titular: “Nike compra calles y plazas”. En una de las esquinas de la Plaza Karlsplatz de Viena apareció una Infobox patrocinada por Nike que anunciaba el cambio de nombre, Nikeplatz, a los ciudadanos y la propuesta se completa con la colocación de un monumento de 36 metros que reproduce el famoso logo de la marca. Incluso crearon para la ocasión una serie limitada de un nuevo calzado deportivo denominado Ground Turbulence III que tenía previsto aparecer en el mercado el día de la inauguración de la Nikeplatz. Esta acción es la primera de una campaña que pretende extenderse a varias ciudades del mundo. El 10 de octubre, dentro del puesto de información, una pareja vestida con ropa deportiva de la marca, anunciaba que Nike se va a introducir en barrios, calles, parques y avenidas de las principales

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capitales bajo los nombres Nikesquare, Nikestreet, Piazzanike, Plazanike o Nikestrasse. La reacción de los vieneses fue protestar contra esta apropiación del espacio público y sus indignadas cartas, junto con los artículos de los periodistas fueron sido reenviadas por los 01 a Nike. La reacción de Nike (14 de octubre) consistió en iniciar acciones legales contra 01.org y Public Netbase. Digamos que se trata de un pleito buscado donde la reacción de NIKE forma parte de la obra, no obstante, en la rueda de prensa, los 01 respondían que no entendían los ataques de Nike, ya que era la primera vez que alguien les hacía publicidad gratis. «¿Donde está el espíritu Nike? Nosotros esperábamos su espíritu deportivo, no una pandilla de aburridos abogados. Muchos artistas han trabajado con productos comerciales en el pasado (Andy Warhol y las Sopas Campbell). El arte contemporáneo no mantiene un rol predeterminado en nuestra sociedad; por el contrario, actúa en una esfera donde se pueden realizar manifestaciones que no son posibles en ningún otro contexto». Y aquí nos están dando ya una pista que trataremos más adelante. Pero tengamos también en cuenta que cada vez que alguien cuestiona su trabajo, su respuesta se limita a una provocativa declaración: «Como parte de una organización que produce arte, mi única responsabilidad es ser irresponsable». Su trabajo parte de una estrategia de simulación que persigue la confusión y su principal cualidad es que consiguen despegar del contexto reducido de la red, donde establecen sus bases, para desplazarse hasta un contexto mediático más amplio -el de la prensa escrita y la televisión- que ejerce una mayor influencia sobre la opinión pública.

Ventajas e inconvenientes de los proyectos simuladores Comencemos por los inconvenientes: El mundo del arte en general -el presencial y el de la red- sigue siendo un contexto inofensivo donde desarrollar la crítica porque se encuentra en el territorio de la simulación. Los estamentos políticos de nuestra cultura occidental jamás se han desestabilizado por el efecto de propuestas artísticas que cuestionen sus intereses, puesto que la endogamia propia del medio ya se ha encargado por sí misma de dificultar su difusión más allá del contexto puramente artístico. Ante este tipo de eventualidades la respuesta institucional suele coincidir: “No es problema, sólo son artistas”.

Esta pérdida de credibilidad está fundamentada en tres premisas: Una: las connotaciones irónicas y humorísticas, implícitas en la mayoría de obras de arte políticas, favorecen la ausencia de “peligrosidad”, de manera que resulta mucho más fácil digerirlo todo como un juego que no comporta consecuencias.

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Dos: los artistas pretenden incitar a la reflexión a una población que se resiste a hacerlo. “Las masas se resisten escandalosamente al imperativo de producción de sentido de la comunicación racional. Se les da sentido, quieren espectáculo” (Jean Baudrillard, 1978). Y en la era del marketing espectacular, el primer obstáculo con el que se enfrenta el artivismo continúa siendo la falta de deseo. Tres: La capacidad de absorción institucional del arte político resulta devastadora y favorece la pérdida de sentido. “Todo acto de rebelión, al menos tal como había sido concebido por la modernidad, acaba siendo asimilado por el sistema que lo hace posible” (Manuel J. Borja-Villel, 2001)

A partir del momento en que se contextualiza una acción activista en el terreno artístico, ésta pierde su poder porque “se sabe que tan sólo se trata de una simulación”. El arte ha dejado de ser vida para convertirse en simulador de vida. Y cuando la simulación del arte se da en el territorio de la simulación por excelencia, en el territorio de la red, la acción corre el riesgo de diluirse en la mera ingeniosidad de la anécdota.

No se trata de replantear genéricamente el papel del arte y del artista en la sociedad espectacular (Debord ya lo hizo de manera lúcida e implacable hace 50 años), sino de pensar el activismo al margen del mundo del arte -que no quiere decir carente de una visión creativa o artística-. No se trata de desvirtuar, o minimizar, la imprescindible función teórica del arte, sino de determinar con precisión la singularidad de un arte activista, cuyo valor o provecho se mide por el aporte de contenidos teórico-plásticos, o por su potencial reflexivo, pero, sobre todo, por la efectividad de sus acciones: es decir, por su verdadero impacto social. Y en la red, los proyectos artivistas son tanto más efectivos cuanto más consiguen distanciarse del reducto simulador del arte.

¿Y cuál es entonces la gran ventaja? El contexto del arte protege hasta cierto punto de las consecuencias sociales y legales de las acciones de los artivistas. Recordemos a los 01.org “El arte contemporáneo no mantiene un rol predeterminado en nuestra sociedad; por el contrario, actúa en una esfera donde se pueden realizar manifestaciones que no son posibles en ningún otro contexto”. Ricardo Domínguez parte de esta premisa y se ubica expresamente en el territorio artístico para proteger sus acciones, mientras que Baumgartner y los 01.org prefieren mantenerse a priori fuera de él, pero, en cuanto surgen los problemas utilizan el contexto legitimador del arte como arma de defensa, ubicándose entre ambos territorios. En una entrevista que le hizo precisamente Mercé Molist, en noviembre de

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2002, Ricardo Domínguez pronunció una contundente frase que Mercé utiliza como título: "Es mejor que tumben un servidor a que te den un balazo". ¿Cómo ganaron el pleito los 01 a Nike? Por dos razones. Una: “Porque Nike no estaba preparada para afrontar un proceso legal contra una obra de arte. Sus abogados estaban instruidos para tratar procesos sociales habituales o contra activistas políticos, pero nosotros no somos ni una cosa ni la otra”. Su abogado siempre mantuvo la causa en el terreno del arte. Esta es la razón romántica. Dos: que la batalla legal no se desarrolló en EEUU, sino en Austria, donde las prerrogativas de Nike no eran las mismas que en el país donde las corporaciones son legalmente todopoderosas. Y esta es la razón real.

Dos estrategias de suplantación en el contexto del arte Etoy.com es un grupo artivista que aparece en 1994 con el objetivo de desvelar los entresijos empresariales del comercio online. En 1999, recibió el ataque de una compañía juguetera online llamada eToys.com que pretendía quedarse con su dominio (que habían registrado antes incluso de que existiera la compañía de juguetes). Intentó comprarlo por 500.000 $ y ante su negativa presentaron una demanda judicial acusándolos de confundir a sus clientes y ofrecer pornografía. Un juez de Los Ángeles falló a favor de la compañía juguetera y obligó a etoy.com a dejar el dominio. Etoy.com inició una campaña de guerra a los juguetes (TOYWAR) a la que se unieron grupos como ®™ark, The Thing, Rhizome, Nettime, EDT, Hell.com y hasta un total de 1798 participantes - basada en tácticas de DCE: informar, conseguir apoyos y participantes, bombardear con correos electrónicos a empleados de eToys.com, y realizar sentadas virtuales gracias a una modificación del Flood Net. Todo esto fue posible a través de una plataforma en forma de videojuego que permitía atacar simbólicamente a la compañía juguetera en su propio terreno, la Red. Tras dos meses el resultado fue que las acciones de la compañía bajaron de 67$ (el día que comenzó la batalla) hasta los 15$ el día que eToys.com abandonó el litigio. La atmósfera de ansiedad e inestabilidad en torno al negocio propició una caída del 70% del valor de sus acciones. TOYWAR fue la performance más cara de la historia del arte, con un coste de 4,5 billones de dólares. Los artivistas realizaron unos gestos simbólicos, como escribir mensajes a los accionistas y colapsar su servidor en un par de ocasiones durante la víspera de Navidad, que no podrían considerarse delito pues no producían daños irreparables, pero fue suficiente para conseguir un efecto real obligando a eToys.com a reconocer el derecho del grupo suizo a utilizar su dominio y a hacerse cargo de los gastos del litigio.

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Detectamos dos actividades concretas de suplantación, en medio de toda esta gran estrategia de simulación: Una: la creación de un software denominado Virtual Shopper que operaba como un consumidor virtual que adquiría un juguete del sitio de eToys.com, pero que se arrepentía en el último momento anulando el registro final. El alto número de procedimientos nulos ralentizaba la base de datos de la compañía. Simulan comprar, pero generan procedimientos nulos de compra que son reales: suplantan a compradores. Dos: La TOYWAR no fue una acción realizada por un colectivo de artistas, sino por una empresa de artistas, y esa circunstancia fue fundamental. Puesto que su objetivo era, como he dicho antes, desvelar los entresijos empresariales del comercio online, habían adoptado y materializado las mismas pautas legales de actuación empresarial: habían registrado la marca etoy.brand; tenían accionistas etoy.shareholders y funcionaban como una empresa etoy.corporation. No simulan ser una empresa, sino que son una empresa En EEUU esa decisión fue vital para la supervivencia. El proyecto se basa en la simulación -la contienda se formalizó en un juego online y utiliza la Desobediencia Civil Electrónica- pero había nacido con unos condicionantes de suplantación que les protegieron legalmente en el país donde las corporaciones disfrutan de mas ventajas legales que las personas. La respuesta a los problemas de “disolución e invisibilidad” radica en extrapolar las acciones comprometidas del contexto artístico, en perseguir la suplantación (que se da en la vida) antes que la simulación (que se da en el arte). -Simular es fingir tener lo que no se tiene o hacerse pasar por lo que no es: aparentar, imitar, disfrazar, falsear; suplantar es ocupar el lugar de otro: sustituir, desbancar, reemplazar, suplir-. Los dos términos resultan tan próximos que incluso Baudrillard los utiliza indistintamente en sus textos, pero desde aquí vamos a proponer una diferencia definitiva- entre ambos: que la segunda acepción no tenga retorno.

En la simulación (del arte) la conciencia del engaño se encuentra presente durante todo el tiempo que dura la representación, pero cuando se instaura la suplantación (de la vida), la voluntad de sustitución es rotunda y permanente; ya no hay engaño, sólo una nueva versión de los hechos que reemplaza y desbanca la anterior. El siguiente desplazamiento debería darse en este sentido. Desligarse por completo del mundo del arte, trascenderlo, superarlo. Olvidar la importancia relativa de “ser artista”, soltar definitivamente su lastre romántico y mixtificador,... Porque lo que más importa en este caso no es la posibilidad de supervivencia del arte, sino la posibilidad de supervivencia de la acción.

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En una de las secuencias de la película “El club de la lucha” (David Fincher, 1999), el protagonista Jack/Tyler Durden propone a sus seguidores una serie de deberes o acciones de sabotaje que, por el momento, sólo son el preludio del Proyecto Mayhem, un plan supremo destinado a cambiar el mundo: explosionan una tienda de ordenadores, catapultan excrementos de paloma sobre un concesionario de coches de lujo, sustituyen las típicas instrucciones de salvamento en caso de accidente, que normalmente encontramos en los bolsillos de los asientos de los aviones, por unas láminas con dibujos de pasajeros horrorizados en el interior de un avión en llamas, borran las cintas de vídeo de una conocida empresa de venta y alquiler (Blokbuster), cambian el contenido de los mensajes de las vallas publicitarias de la Agencia Estatal de Medioambiente,... Esta sarta de gamberradas, a medio camino entre activismo y vandalismo, culmina con una obra única que se desmarca de ambos y que muy bien podría estar no-firmada por Debord: la amenaza de muerte a un pobre empleado nocturno si no cambia de inmediato su vida para cumplir su sueño de estudiar veterinaria. El Proyecto Mayhem atenta directamente contra instituciones y corporaciones, pero sus anónimos militantes no demuestran ni una expresa orientación artística, ni siquiera una voluntad activista, tan sólo se trata de acciones de vida. No más arte, sólo vida.

Como sucede en la vida real, la prensa da cuenta de todos estos actos de las dos únicas maneras que suele hacerlo, ya sea criminalizándoles o ubicándoles en el contexto artístico … ¿pero que sucede cuando estas dos variables arte y crimen se unen? Vamos con el caso “no exitoso” o, mejor dicho, con el despropósito total Critical Art Ensemble es un colectivo de artistas y activistas dedicados a explorar las intersecciones entre arte, tecnología, política radical y teoría crítica y son quienes desarrollaron, ya en 1994, el concepto de Desobediencia Civil Electrónica a partir del modelo de desobediencia civil callejera. En sus proyectos de biotecnología se interesan por las consecuencias sociales de la investigación tecnológica y denuncian la utilización del ser humano como mercancía, como fuerza de trabajo, de manera que los esfuerzos gubernamentales para la investigación en ese campo no son más que mejoras de productividad en un sistema capitalista. Algunas webs son páginas de falsas empresas e instituciones que tratan de venderse como fundadores del mejor de los mundos posibles, mientras desvelan información silenciada que los autores obtienen a través de la investigación. Flesh Machine es una página con aspecto de empresa comercial, BIO.COM, dedicada a apoyar y fomentar la investigación en tecnología genética que favorezca la aparición de mejores trabajadores cuyos descubrimientos sirvan para aumentar beneficios

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empresariales. Pero los CAE no trabajan sólo en el ámbito de la simulación, sino que realizan investigaciones científicas para sustentar sus planteamientos críticos y para ofrecer alternativas de respuesta social; es decir se adentran en el territorio de la suplantación; es decir, se presentan en centros de arte (simulación) pero enseñan a la gente hacer experimentos reales (suplantación). Por ejemplo, en 2004 Steve Kurtz, profesor de Arte en la Universidad de Buffalo, NY y cofundador de CAE, preparó un proyecto que consistía en la creación de un laboratorio de recursos básicos (DIY do-ityourself) con el fin de detectar la presencia de transgénicos en determinados alimentos y que debía ser presentada en el festival "The Interventionists: Art in the Social Sphere" en el Museo de Arte Contemporáneo de Massachussets, en 2005. Caso Patriot Act: En la mañana del 11 de mayo de 2004 Steve Kurtz se despertó y se dio cuenta de que su mujer había fallecido de un ataque cardíaco mientras dormía. Cuando la policía y los paramédicos, que él había llamado, entraron en su casa se encontraron con los tubos de ensayo, microscopios y caldos de cultivo de su proyecto artístico llamaron al FBI, que precintó todo, envió a unos tipos enfundados en monos blancos buscando armas biológicas y confiscó el cuerpo de su mujer, su laboratorio, sus libros y su gato. 24 horas después el FBI ya había verificado que ese material no presentaba ningún riesgo, pero mantuvo una cuarentena de 6 días, mientras que Steve Kurtz y los demás miembros del CAE eran investigados por el FBI en virtud de las nuevas leyes terroristas (Patriot Act) y estuvieron durante mucho tiempo a punto de ser juzgados por cargos que iban desde el bioterrorismo al asesinato (se investigaba también la muerte de su mujer). Finalmente Kurtz y su colega el profesor Robert Ferrell han sido acusados de fraude económico por el intercambio de una bacteria por el cual podrían ser condenados a veinte años de prisión. Artistas de todo el mundo se han convocado para brindarle su apoyo a Kurtz, Ferrell y CAE y abrir un nuevo debate acerca de los límites del abuso de poder, el compromiso y la acción artística. Para el proyecto Free Range Grains, el CAE montó en varios museos y centros de arte europeos un laboratorio de extracción de DNA e invitaba a la gente a traer comida para testarla y comprobar si estaba contaminada o había sido manipulada genéticamente. El grupo creó unos sencillos “kits de defensa” contra la manipulación genética. Obtuvieron copias de patentes de una de las plantas de Monsanto resistentes a los pesticidas e inventaron una forma de destruir esta resistencia utilizando un componente que se puede comprar en cualquier tienda de productos macrobióticos. Steve Kurtz dice que “fue aquí donde probablemente cruzamos la línea”.

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La reacción ha sido desproporcionada y se sospecha que responde a dos razones: al estado de histeria que padece el gobierno norteamericano desde el 11 de septiembre, y que ha inoculado a muchos de sus ciudadanos; y a que posiblemente detrás de todo esto se encuentre Monsanto, una multinacional de biotecnología muy poderosa que se dedica a patentar toda planta y bicho viviente (tejidos). Baumgartner, 01.org y Etoy corrieron un riesgo cuando tuvieron que someterse a procesamientos judiciales. Pero cuando los cargos son por terrorismo biológico, como en el caso Kurtz, el riesgo aumenta exponencialmente. Una cosa es que te lancen una pandilla de abogados que tiene su peligro, claro-, y otra muy diferente que te detengan por bio-terrorista. Desde el año pasado, a los neologismos de “artivista” y “hacktivista” se sumó el de “terrorartista”.

Para Stendhal, la política que invadía el reino de la imaginación era como un disparo en medio de un concierto. Bueno, pues salvando las distancias intelectuales, para gobierno de Bush el arte que invade la política y los

intereses económicos es

“terrorismo”. Como asegura Lawrence Lessing, realmente se ha generado en Internet una estructura de poder articulada entre Estado y comercio. A partir del momento en que se implanta esta nueva era del macartismo (McCarthur) la razón y la lógica entran en jaque y todos sabemos que nada va a volver a ser igual. La mala noticia es que el contexto del arte ya no protege de las consecuencias legales de las acciones artivistas. Pero hay dos buenas noticias. Una es que los artistas comprometidos han comenzado a ser un problema; es decir, se han comenzado a tomar en serio sus acciones. La segunda es que siempre quedan ángulos ciegos. Y estos son espacios de actuación que se encuentran en el centro del propio sistema.

Laura Baigorri, revisado en 2006

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NOTAS "No se puede trazar una distinción entre arte político y arte no político, porque todas las formas de la práctica artística contribuyen bien a la reproducción de un sentido común dado –y, en ese sentido, es política– o a la deconstrucción de su crítica”. Chantal Mouffe. “1998 será conocido como el año en que surgieron dos términos que designan fenómenos similares: desobediencia civil electrónica y hacktivismo. (...) En Gran Bretaña, en Australia, en la India, en China, en casi todos los continentes, surgían casos de hacktivismo. En la primavera de 1998, un joven hacker británico conocido como "JF" accedió a unos 300 sitios de la web e introdujo textos e imágenes con mensajes antinucleares. Entraba en los sitios y cambiaba y añadía código HTML. Era el más importante golpe hacker político que se recordaba. A lo largo del año se siguieron produciendo, cada vez en mayor número, casos de sitios de la web a los que se había accedido para introducir mensajes políticos”. Stefan Wray. Art Teleportacia es la galería comercial de net.art de la rusa Olia Lialina cuya primera exposición, titulada “Miniaturas del Período Heroico”, acogía obras de Alexei Shulgin, Heath Bunting, JODI y de la propia Olia Lialina, mientras que Hell.com era un espacio privado de la red organizado por unos cuantos artistas y críticos que mantenían el carácter elitista y misterioso de sus páginas. En mayo de 1999, 0100101110101101.ORG duplicó ambos espacios y los facilitó gratuitamente a los usuarios con la intención de cuestionar la simulación mediática extendida en nuestra sociedad, la capacidad de la red para adaptarse al tradicional mercado del arte y el mito de la accesibilidad y la privacidad de la información. “Sea cual fuere su contenido político, pedagógico, cultural, el propósito es siempre el de incluir algún sentido, de mantener a las masas bajo el sentido. Imperativo de producción de sentido que se traduce por el imperativo sin cesar renovado de moralización de la información: informar mejor, socializar mejor, elevar el nivel cultural de las masas, etc. Tonterías: las masas se resisten escandalosamente a este imperativo de la comunicación racional. Se les da sentido, quieren espectáculo. Ningún esfuerzo pudo convertirlas a la seriedad de los contenidos, ni siquiera a la seriedad del código. Se les dan mensajes, no quieren más que signos, idolatran el juego de los signos y de los estereotipos, idolatran todos los contenidos mientras se resuelvan en una secuencia espectacular. Lo que rechazan es la "dialéctica" del sentido. Y no sirve para nada alegar que están mistificadas”. Jean Baudrillard.. "La revolución del vídeo fracasó por dos razones: falta de acceso y ausencia de deseo. Falta de acceso a los medios de postproducción y difusión; desinterés y parálisis ante la idea de producir más imágenes en el seno de una sociedad saturada ya de imágenes. Traslademos la cuestión al activismo en la red. ¿Quién tiene acceso a Internet? ¿cualquiera?, ¿quién se interesa por el arte y el activismo social? ¿cualquiera?”. Laura Baigorri. “La mayoría de los artistas incluidos en esta muestra son conscientes del riesgo que supone actuar en la cultura y, al mismo tiempo, oponerse a esa misma cultura e, incluso, a toda cultura entendida como entidad separada de la realidad del mundo. Uno de los aspectos que tratan de dilucidar es como enfrentarse individualmente a lo que hoy parece la forzosa asimilación institucional del arte”. Manuel J. Borja-Villel. En 1994, el colectivo Critical Art Ensemble (CAE) introdujo por primera vez el modelo de la Desobediencia Civil Electrónica, desarrollando la táctica de la amenaza simbólica a partir del bloqueo o sentada virtual. La acción más representativa de esta modalidad de cibersabotaje ha sido el proyecto SWARM, que llevó a cabo el grupo Electronic Disturbance Theater durante la celebración de INFOWAR, el Festival Ars Electrónica de Linz (Austria) de 1998. Para ello crearon un software llamado FloodNet cuyo funcionamiento consiste en enviar órdenes de recarga a la página que desean intervenir. Así, si varias personas lo utilizan simultáneamente contra una web determinada, la página queda bloqueada y nadie más puede entrar en ella. Durante esa edición del festival, EDT propuso un ataque a tres bandas: la web de la presidencia mexicana (en apoyo al zapatismo), la web del Pentágono (contra el ejército de los Estados Unidos) y la web de la bolsa de Frankfurt (símbolo del capitalismo internacional).

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“El espacio de una táctica es el espacio del otro: es una maniobra en el "campo enemigo de la visión" y dentro del territorio enemigo. Un planteamiento táctico del trabajo artístico y político en la red tiene que ser un dispositivo de engaño, de desviación, tiene que ser un trabajo de intercepción y redireccionamientos. Un dispositivo que trabaje sobre las grandes direcciones para segmentarlas”. Jordi Claramonte. “En este paso a un espacio cuya curvatura ya no es la de lo real, ni la de la verdad, la era de la simulación se abre, pues, con la liquidación de todos lo referentes. (...) No se trata ya de imitación ni de reiteración, incluso ni de parodia, sino de una suplantación de lo real por los signos de lo real, es decir, de una operación de disuasión de todo proceso real por su doble operativo, máquina de índole reproductiva, programática, impecable, que ofrece todos los signos de lo real y, en cortocircuito, todas sus peripecias”. Jean Baudrillard, Ibídem.

ENLACES CCC - Chaos Computer Club http://www.berlin.ccc.de/ EDT. The Electronic Disturbance Theater http://www.thing.net/~rdom/ecd/ecd.html SWARM, http://www.thing.net/~rdom/swarm.html INFOWAR http://www.aec.at/infowar/DOKU98/9/attack.html James Baumgaertel - Voteauction.com http://www.vote-auction.net/ NIKE http://www.nikeground.com/ 0100101110101101.org http://www.0100101110101101.org/ Etoy.com http://www.etoy.com/ eToys.com http://www.etoys.com/ TOYWAR http://toywar.etoy.com/ Critical Art Ensemble http://www.critical-art.net/ CAE. Kurtz Defense Found. http://www.caedefensefund.org/ Flesh Machine http://www.critical-art.net/biotech/biocom/biocomWeb/index.html Kurtz 911 http://www.bureauit.org/uphone/kurtz Enlaces sobre el caso Kurtz http://www.ftdg.org/eoc/lecturas.html Fabián Taranto Banners http://www.caedefensefund.org/banners.html Free Range Grains http://www.critical-art.net/biotech/free/index.htm The Yes Men - GATT.org http://www.gatt.org/ < e-mails WTO > WTO.org http://www.wto.org The Yes Men - Dow Chemical http://www.dowethics.com/ < e-mail Dow Chemical > Dow Chemical http://www.dow.com/ Bhopal http://www.bhopal.com/ ®TMark http://rtmark.com/ Fight Club. David Fincher (película) http://www.davidfincher.net/fightclub/index.htm Fight Club. Chuck Palahniuk (novela) http://64.176.54.36/fightclub.htm

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