Nelson Mandela, Forjador de la nueva Sudáfrica

Nelson Mandela, Forjador de la nueva Sudáfrica
La lucha es mi vida"
Nelson Mandela

Fernando Álvarez Simán*

La noticia corrió como reguero de pólvora por el mundo entero casi de inmediato; Jacob Zuma el presidente de Sudáfrica anunciaba vía conferencia de prensa a los medios nacionales e internacionales lo que de alguna manera era inevitable desde el 2011 cuando se filtraron las primeras noticias sobre el deterioro de su salud. Visiblemente consternado, Zuma le informa al mundo que Nelson Mandela, el "padre de la patria" sudafricana falleció el jueves cinco de diciembre de este año a los 95 años.
Zuma detalló que el deceso de Mandela ocurrió en su casa del suburbio de Houghton en Johannesburgo de manera tranquila y rodeado por sus hijos, nietos y bisnietos y que este acontecimiento fue consecuencia de una infección pulmonar prolongada. Literalmente Zuma dijo que Sudáfrica "ha perdido a su hijo más grande. Nuestro pueblo ha perdido a un padre Aunque sabíamos que este día llegaría, nada puede reducir el sentido de nuestra pérdida profunda". De esta manera, a la par del anuncio oficial del deceso, diversas fuentes del gobierno sudafricano informaron que Mandela recibiría un funeral de estado. Pero lo realmente impresionante ocurrió cuando la noticia llegó a las multitudes sudafricanas, las cuales se comenzaron a reunir de manera pacífica y ordenada a las afueras de la casa de Mandela, ondeando banderas sudafricanas, portando camisetas del Congreso Nacional Africano, orando, llorando y general pidiendo por el descanso eterno de Mandela. Además, impresionante han sido también las reacciones de los gobiernos, organizaciones internacionales y personas notables de todo el mundo que han externado su pesar por la pérdida física del líder sudafricano. Prácticamente las redes sociales ha sido la vía por donde las personas han externado su pesar recordando pasajes de la vida de este personaje, sus frases más célebres o sus aportes, los canales de televisión de todo el mundo no han dejado de transmitir reportajes sobre su vía y no existe periódico en el mundo que no haya reseñado su vida y obra.
Tan solo por el simple hecho de haber sido el primer presidente negro en un país donde dominaba la minoría blanca, también porque fue el primer presidente elegido en una democracia representativa y porque además recibió el premio Nobel de la Paz en 1993; Nelson Rolihlahla Mandela, conocido en su país como "Madiba" e internacionalmente solamente como Mandela, se hubiera ganado un sitio internacional como uno de los mejores estadistas no solo de su país, sino también del mundo entero.

Pero Mandela fue algo más que un presidente de una república, retirado de la política activa desde julio de 1999 cuando deja el cargo de presidente de la república; fue un líder mundial que inicia su activismo político a los 20 años cuando ingresa a la Universidad de Fort Hare en Cabo del Este, una institución de elite que preparaba alumnos de raza negra al estilo occidental, de la cual es expulsado por su activismo político pero recibe el título de abogado por la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo. En esa época según sus confesiones posteriores su mayor deseo era ser un "caballero inglés negro" y hacer una carrera laboral como abogado.
Sin embargo el contacto de un joven que había realizado vida tribal con la Johannesburgo moderna pero llena de contrastes lo hizo descubrir incluso en carne propia la discriminación racial característica de los años 40´s del siglo pasado en Sudáfrica. En Johannesburgo conoce a sus primeros camaradas Walter Sisulu y Oliver Tambo, activistas anti raciales que lo acercan al conocimiento de la realidad política y social de su país. También en su paso por la Universidad de Witwatersrand descubre un ambiente académico bastante liberal donde entra en contacto con estudiantes blancos liberales entre ellos el comunista blanco Joe Slovo, nombres determinantes en su futuro accionar político. Con Sisulu y Tambo, Mandela funda el ala juvenil del Congreso Nacional Africano; tarea que significó que esta organización política pasara de siete mil miembros a cien mil en respuesta al endurecimiento de las leyes raciales y la aparición de las políticas del "apartheid" (separación en afrikáans) en 1948 que oficializó que por sus condiciones raciales los negros sudafricanos deben vivir separados. Esto representó el reagrupamiento de poblaciones enteras, la expulsión por motivos raciales de las mejores tierras en beneficio de la población blanca; en ese sentido tan solo a dos años del inicio de las leyes de apartheid, la minoría blanca ocupaba el 87 por ciento del territorio, tenía el control económico y político total y la mayoría negra representada por el 80 por ciento del total de la población sudafricana vivía hacinada en el 13 por ciento del territorio. Un hecho que impresionó a Mandela y que posteriormente junto con su formación occidental, definió sus métodos de lucha pacíficos e incluyentes con las minorías mestizas, los asiáticos y los excluidos blancos fue observar las manifestaciones de la minoría hindú sudafricana en la tercera ciudad sudafricana más grande, Durban que se inspiraban en las ideas pacifistas de Mahatma Gandhi. Este hecho le valió la reprimenda de los demás líderes del Congreso Nacional Africano (CNA), que ante los embates violentos del régimen, pugnaban porque la organización optara por la vía violenta para hacerse sentir.

Sin embargo, a pesar de su pensamiento pacifista se subordina a los deseos de los otros dirigentes y coordina por poco tiempo la facción armada del CNA, es aprehendido dos veces pero liberado casi inmediatamente, hasta que en 1963 por una delación interna, Mandela y otros dirigentes importantes del CNA entre ellos su amigo Sisulu son arrestados, es el acusado número uno del proceso denominado "los juicios de Rivonia" pero asume personalmente su defensa con un texto que denominó "la lucha es mi vida" y que lee durante cuatro horas al juez de la causa, en el texto Mandela asume su responsabilidad pero deja entrever algunas frases de su futuro ideario político: "He peleado contra el dominio blanco y he peleado contra el dominio negro. He favorecido el ideal de una sociedad democrática y libre en la cual las personas vivan en armonía y con iguales oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir y que espero lograr. Pero, si es necesario, es un ideal por el cual estoy preparado a morir". Finalmente la sentencia de culpabilidad es inevitable y es condenado a cadena perpetua. En ese momento y con 46 años de edad Mandela ingresa por tercera vez a prisión, en esta ocasión a Robben Island a 12 kilómetros de Ciudad del Cabo y se le asigna para efectos de identificación el número 46664. Los siguientes 13 años fueron muy duros ya que su tarea principal en la prisión era picar piedra en los patios de la prisión y después de esa tarea regresaba a su celda que no compartía con nadie puesto que se le aisló, se le prohibían las visitas y solo se comunicaba con el exterior cada seis meses, periodo donde se le permitía recibir y escribir una sola carta. Bajo estas duras condiciones Mandela pasa el resto de la década de los 60´s en la cárcel, sin embargo en el exterior apenas iniciado el segundo lustro de los años 60´s y la década de los 70´s; todo el continente africano era realmente un laboratorio social por las luchas de liberación y de independencia. El CNA se radicaliza, mientras Ghana y Guinea logran su independencia, después vendrían República Centroafricana, Chad, Congo, Togo y Nigeria; y más tarde Tanzania, Sierra leona, Uganda, Ruanda, Burundi, Angola y Mozambique y más recientemente Namibia. Mientras tanto y sobre todo por la gran campaña internacional llevaba a cabo por su segunda esposa Winnie Madikizela; Nelson Mandela fue trasladado en 1982 a la prisión de Pollsmore, cerca de Ciudad del Cabo, donde obtuvo mejores condiciones de vida. Pero precisamente las luchas armadas de liberación africana, sobre todo las de Angola y Mozambique que contaron con participación de tropas sudafricanas desgastaron al régimen que sufría violencia y un descontento social que amenazaba con desbordarse.
Por eso al régimen que también comenzaba a sufrir aislamiento diplomático y económico mundial; no le queda más remedio que negociar una salida política al problema del apartheid con un Mandela cuya figura y resistencia para esos momentos era legendaria en todo el mundo. Al embargo económico contra Sudáfrica de Estados Unidos le siguieron los de muchos países europeos, por lo que las conversiones ocultas del régimen con Mandela se intensifican; finalmente iniciando febrero de 1990 corresponde a Frederick de Klerk, el presidente en funciones decretar la abolición de las leyes del apartheid, al mismo tiempo legalizar a los partidos políticos en la clandestinidad entre ellos el CNA, libera a los presos políticos. Diez días después del anuncio, Mandela sale de prisión y para diciembre de ese año la violencia casi estaba contenida, por lo que se pone en marcha la Convención para una Sudáfrica Democrática, mecanismo integrado por el CNA, el gobierno, los partidos políticos y observadores internacionales que en una primera etapa fracasa. Mandela entonces convoca a huelga general y es entonces que el régimen del apartheid muere y Mandela se convierte en el líder nacional. Es entonces que con una Constitución Interina se lanza la convocatoria para la celebración de elecciones generales y pluriraciales.

De esta manera, el 27 de abril de 1994 en elecciones pacíficas, Mandela triunfa y se convierte en el primer presidente negro de Sudáfrica. Para evitar la confrontación violenta que nunca dejo de estar presente en la atmósfera sudafricana, Mandela aparte de su carisma personal y liderazgo moral, echo mano de cuatro instrumentos fundamentales, la Constitución que promueve la igualdad de raza y género y protege los derechos humanos, la Comisión de la verdad y reconciliación que más que buscar castigos, trabajó intensamente por resarcir los daños a las víctimas y el programa de desarrollo económico, este último muy cuestionado por pocos resultados tangibles. Aunque se puede incluir un cuarto aspecto; su respeto al ejército sudafricano sabedor de que sus altos oficiales son blancos y que solamente durante la transición se dedicó al resguardo del orden público. Definitivamente Mandela puede clasificarse como un genio estadista, navegó entre activistas que no lograban ponerse de acuerdo, negros que buscaban exterminar a los blancos, comunistas que querían derrotar al capitalismo, liberales que buscaban la libertad económica y política y el los convenció a todos con su ejemplo. Nunca buscó acabar con quienes lo oprimieron, su idea central era destruir la ilegalidad hecha gobierno y sentar las bases de una nueva sociedad, tanto que no se rindió a la tentación de reelegirse.

Buscaba crear conciencias y tender puentes de entendimiento entre las distintas razas sudafricanas y finalmente lo logró con un inmenso carisma que le otorgó las simpatías internacionales a su causa por un hecho fundamental que es difícil hallar entre otros estadísticas mundiales del siglo XX: no cedió a la tentación de la violencia y al contrario, privilegió la paz y la tolerancia. Hoy gracias a Mandela Sudáfrica es una historia de éxito sin precedentes. Pero también es un país tremendamente desigual, la tasa de desempleo se sitúa en el 30 por ciento de la población económicamente activa, y casi una cuarta parte de los 50 millones de sudafricanos viven abajo de la línea de pobreza. No cuentan con agua potable, no tienen acceso a sanitarios. Casi seis millones tienen el VIH/SIDA y casi el 40 por ciento de la población nació después de la liberación de Mandela de la cárcel en 1990. En resumen el país sigue plagado de desigualdad en los ingresos, desempleo estructural y la pobreza generalizada. La Sudáfrica de hoy necesita preparar técnicos que reparen el saldo histórico de pobreza y desigualdad, ese será el mejor homenaje al hombre que con el ejemplo forjó esa patria; como Mandela, necesitan apelar a lo mejor de sí mismos.

* Profesor investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas.