Nacionalismo católico. Estudio de un caso

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Descripción

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Un límite permanente de los materiales con que contamos es el de poder determinar hasta dónde tenían autonomía los jóvenes que editaban la revista escolar. Establecer el límite entre el pensamiento juvenil y el pensamiento institucional resulta prácticamente imposible.
De hecho, hoy, el Colegio es bilingüe.
El proyecto fue de los arquitectos José Hortal y Salvador Godoy. El constructor fue Emmanuele Dominighetti. El Senado de la Nación otorgó una exención de aduana para los materiales que fueron traídos totalmente de Europa, excepto unas placas de ónix que hay en el hall de ingreso.
Estos dos arquitectos planearon juntos, también, el Palacio de Tribunales de Córdoba. José Hortal ocupó la Dirección Nacional de Arquitectura entre 1933 y 1944. Salvador Godoy fundó la escuela de Arquitectura de Córdoba de la que nacería posteriormente la Facultad de la UNC.
(1863-1923) Riojano, masón, político. Muy destacado en el ámbito de la educación, fundó el Profesorado que hoy lleva su nombre y la Universidad de La Plata. Fue miembro de la Real Academia de la Lengua. Integró varias logias masónicas ocupando importantes cargos en ellas. Compuso obras literarias de contenido masónico, como la Oda al trabajo y la Oda a la libertad de conciencia. Sus obras completas fueron publicadas en 25 tomos.
(1861-1926) Abogado. Diputado por la Ciudad de Buenos Aires. De familia de estancieros, formó parte del directorio de varias empresas de ferrocarril, de telégrafos y papeleras. Era dirigente de la colectividad irlandesa. Ligado al nacionalismo católico de Mons. de Andrea.
(1860-1931) Abogado cordobés. Fue gobernador de Córdoba, diputado y senador nacional, vicepresidente y presidente de la República tras la renuncia de Manuel Quintana por la revolución de 1905. Pertenecía al sector roquista del PAN. En su período presidencial se celebró el centenario de la Revolución de Mayo como una auténtica fiesta del régimen oligárquico. Joaquín V. González fue su Ministro del Interior. Fue también ministro y presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Esto último en la dictadura de 1930.
El Colegio de pago era una pieza fundamental en el sistema completo de un Distrito. Este debía contemplar una mayoría de escuelas primarias gratuitas en pequeñas ciudades, una escuela normal gratuita y un gran Colegio de pago que sirviera al mantenimiento del conjunto, sobre todo de la formación de los Hermanos, de los enfermos y de los ancianos.
Tomamos este año como referencia suponiendo pocos cambios en los siguientes. El motivo es que de 1918 y 1919 no se han conservado los "États Jaunes", fichas detalladas con la información de composición de la comunidad.
En 1917 se redactó el Código de Derecho Canónico que por primera vez obligaba a los Hermanos a hacer votos anuales al final del noviciado y a hacer votos perpetuos después de ocho años de votos temporales. La figura de los novicios empleados (Hermanos que tras el noviciado no hacían votos) venía desde 1684 y era una práctica común y extendida. Las normativas del Código, por causa de la Guerra, no serían de aplicación hasta 1919.
En efecto, de ese número de siete, sólo 4 provenían directamente del noviciado ese año.
Argentina había dependido de Ecuador en 1889-1890. Luego de Chile para autonomizarse ya en 1894.
En realidad un inmigrante italiano que se hizo Hermano en Argentina.
Es la máxima autoridad de la Provincia Religiosa llamada "Distrito".
El Director del Colegio era el H. Marcelino.
El "Prefecto" era quien, en la práctica, llevaba adelante la tarea de coordinación pedagógica y disciplinaria cotidiana. Para el Curso Comercial y el Bachillerato, en estos años, el responsable es el H. Ludovico, el mismo que se desempeña como asesor de la Congregación Mariana.
Lo hacía el Hermano escocés, Walter of Mary. Había otro profesor laico de inglés: Mr. John Collins.
El H. Francisco Gil enseñaba, de acuerdo a los programas de aquel tiempo, dibujo lineal y dibujo a mano alzada.
(1870-1923) Había nacido en el sur de Francia y llegó a la Argentina en uno de los primeros grupos de Hermanos, en 1889. Se encuentra entre los fundadores del Colegio De La Salle donde permaneció toda su vida. Fue nombrado pro-director en 1908 y Director en el cuatrienio siguiente. Ejerció ese cargo durante tres cuatrienios. Un cáncer fulminante impidió que completara el último. Su fallecimiento repercutió vivamente en toda la ciudad: numerosos diarios y revistas se hicieron eco. Después de una misa de exequias en la Capilla del Colegio, su ataúd fue llevado a pulso por la calle Riobamba, Lavalle y Callao hasta la Plaza del Congreso Nacional, en donde los acompañantes llenaron más de 160 carruajes para proseguir hasta la estación del ferrocarril, detrás de la carroza fúnebre y varias otras carrozas llenas de flores. El tren fúnebre –repleto de Hermanos, padres de familia, exalumnos y alumnos- siguió hasta González Catán donde fue depositado en el mausoleo de la Fundación Armstrong junto a los primeros Hermanos del Distrito.
Fundó la Congregación Mariana, la Conferencia de San Vicente y la Asociación de Exalumnos. Es clara su intención de hacer de los alumnos y exalumnos del colegio personas que pudieran hacer presente en la sociedad porteña y nacional una palabra y una acción de sólido contenido católico. Dicen los testigos que era un hombre que tenía el don de entusiasmar.
También fue quien completó la construcción de la sección secundaria y la capilla (1912). Mandó construir también el "Anexo Provisorio" para la Primaria en 1915.
El hecho de que existiera el Comité y de que funcionase habla de un retroceso en la capacidad de influencia cultural francesa. El "afrancesamiento" de la sociedad argentina que Wilde señalaba hacia fines del siglo XIX había ido, efectivamente, disminuyendo, al ceder espacio a la cultura inglesa. Hubo, también es importante señalar, otro factor importante en la década del '10: el movimiento hispanista del Centenario.
(1882-1966). Había nacido cerca de Lourdes y fue alumno de los Hermanos en su pueblo. Las leyes de supresión lo encuentran cumpliendo, como Hermano, el servicio militar de dos años al que estaban obligados. Optando por el exilio llegó a Buenos Aires en 1906. Fue destinado al Colegio De La Salle para desempeñarse como maestro. Tenía la costumbre de pintar las paredes con flores grandes y pájaros para que el aula no pareciera una cárcel, según decía. Allí fue nombrado Prefecto del Curso Secundario en 1918. Permaneció en ese cargo hasta 1922, cuando fue enviado para ser Director del Colegio de Rosario en 1923. Fue más tarde Director del Colegio Carmen Arriola de Marín y del Santo Tomás de Aquino en González Catán. Pasó finalmente al Colegio La Salle en Argüello en 1940 donde volvió a ser Prefecto. Todavía en la década del '50 volvió a ser Director en el Jobson de Santa Fe y en la Escuela Normal de San Isidro. A los 81 años volvió como subdirector de la comunidad al Colegio De La Salle. En 1966 tras celebrar los cincuenta años de egreso de los Bachilleres de 1916, sufrió un ataque al corazón por las emociones del día. Murió dos días después cantando el Magníficat.
En 1957 el gobierno de Francia le otorgó una medalla por su contribución a la difusión de la cultura francesa.
Es una voluminosa carpeta manuscrita que recoge datos entre 1891 y 1931.
Las que hoy llamaríamos "extracurriculares".
Las primeras tres dictadas por militares: el Cap. Eduardo Castagneto, el Cap. Ítalo Barabán y el May. Adrián Rodó Civit, respectivamente.
Las dos dictadas por músicos laicos: el Prof. Francisco Corbani y el Prof. Theo Massún.
A cargo del H. Francisco Gil.
1902-2003. Argentino, fue hijo del militar Agustín P. Justo, primer "presidente" de facto en 1930. Militó en el Partido Comunista Argentino desde muy joven. De ideas trotskistas en su juventud y adultez, participó activamente en su adolescencia de la vida escolar desde la Academia Literaria.
1902-1977. Italiano, inmigrado a los 5 años, sería, luego, director y guionista de cine, identificado con el peronismo (1945-1955). Sufrió exilio en España trabajando allí para la dictadura franquista. Fue también compositor de canciones populares.
En esta organización militaban miembros de la familia Cortés Funes cuyos hermanos menores eran alumnos del Colegio De La Salle. Un curioso relato que lleva la firma de uno de ellos, Jerónimo, publicado en La Colmena de abril de 1919, se titula "La gran revolución" y es un relato cómico sobre un ama de casa que por error lee un diario de 1904 en el '19. Y allí encuentra un título sobre la Revolución de los radicales contra el gobierno y, al regresar su marido a casa, piensa que son revolucionarios que van a atacarla y la emprende con un revólver contra él.
Más allá de lo absurdo de la situación, es interesante el modo en que nos habla del clima de época violento.
Personaje ingresado al mundo de la política bajo el ala de Carlos Pellegrini, pasó luego a apoyar a Roque Sáenz Peña. Más tarde se hizo radical y fue interventor en Salta durante el Gobierno de Irigoyen.
En esta colecta el episcopado pidió a los Hermanos de las Escuelas Cristianas una colaboración de $ 15.000.- De este monto, el Colegio De La Salle debía contribuir con $ 10.000.- La colecta entre las familias arrojó un monto de $ 8.000.-
En la Revista La Colmena una nota de página completa detalla el sentido de la Colecta "Por la paz social". Allí se destaca el rol de la Unión Popular Católica Argentina, organización liderada por Mons. de Andrea y se retoman expresiones suyas (Número 206, pág. 31). Era esta colecta "un llamado y una cita de honor al que los católicos pudientes y aún aquellas personas que sin participar de nuestro credo quieran ver consolidada la paz social en la República, no pueden faltar."
Los resultados de la Colecta en el Colegio no fueron comunicados por la Revista, pero en el número del 2 de noviembre hay una nota especial. Allí se destaca la eficacia del "Team 53" conformado por los directivos de la Asociación de Exalumnos del Colegio que, en 70 visitas a casas de familia, lograron recaudar $ 85.550.-
En el último número del año, del 6 de noviembre de 1919 (pág. 11), se reproducen unos párrafos de un discurso de Mons. de Andrea con detalles de "lo primero en que se invertirá el dinero de la Gran Colecta Nacional", a saber, quinientas viviendas obreras que serán alquiladas entre 20 y 35 pesos, dependiendo del número de ambientes. Los barrios tendrán además locales para lugares de ejercicio físico y para cooperativas de consumo obreras. El discurso insiste en que "aun en el caso de personas con ideas avanzadas" no habrá exclusión para admitir a los inquilinos ya que vivir en esos barrios será un modo en que puedan "palpar la bondad de la doctrina cristiana".
La colecta permitió construir algunos edificios y barrios en Buenos Aires y en Córdoba con capacidad para unas 1500 personas. Se construyeron a partir de 1922.
El objetivo enunciado por el episcopado consiste en utilizar el dinero para hacer que los sindicatos católicos sean más eficaces y tengan más adherentes que los conducidos por anarquistas y socialistas. Las estrategias que el discurso eclesiástico señala, sin embargo, eluden el lenguaje de la confrontación y remarcan tanto la legalidad como el "esfuerzo propio" de los obreros para su mejora económica.
Una metáfora lo retrata. En un sermón pronunciado en 1922 sobre el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, reflexiona: "toda la turba se alimentó sin que el rico padeciera detrimento." (Halperín Donghi, 2007, p. 153).
Se había recibido de abogado en 1918 con medalla de oro. Fue el primer director de la revista Criterio fundada por Mons. Franceschi. En la dictadura de Uriburu fue interventor en Corrientes. Después de la Revolución Libertadora militó en la Democracia Cristiana. En esa dictadura fue Ministro de Educación.
La trayectoria se reconstruye a partir de los datos que brinda tanto la Revista La Colmena como los libros de distribución de premios.
En la nota de La Colmena de agosto de 1919 relativa a la fiesta de la Asunción se dice que el objetivo de la Congregación Mariana es "pelear con firmeza en las lides del Señor al amparo de la Reina del Edén." (pág. 28)
Probablemente nieto del gran higienista argentino Enrique Tornú, el médico apóstol, que se había suicidado en 1901.
Ha sido un notable urólogo vinculado al mundo del rugby en Argentina.
Importante ictiólogo argentino.
Se encuentra entre los fundadores del Hindú Club de Rugby. El Club se fundó en Don Torcuato en 1919 siendo los primeros socios precisamente alumnos de quinto año del Colegio De La Salle. El Club toma su nombre de la última obra de teatro representada por ellos en la fiesta de fin de curso en el teatro Gran Splendid.
La motivación no excluye el miedo. En el folleto de distribución publicitaria de la Colecta un párrafo es de claridad meridiana: "Dime: ¿qué menos podrías hacer si te vieras acosado o acosada por una manada de fieras hambrientas, que echarles pedazos de carne para aplacar el furor y taparles la boca? Los bárbaros ya están a las puertas de Roma". (Otero, 2010)
La crónica publicada en La Colmena fue escrita por un alumno congregante.
(1886-1968) Farmacéutico, Doctor en Ciencias Naturales y Profesor de Ciencias Naturales en el Secundario. Fue colaborador del Dr. Angel Gallardo al comienzo de su carrera en 1908. Investigador, docente y autor de libros. Mereció diversos premios y fue miembro de Academias de distintos países de América y Europa.
Habitualmente había un desfile más corto, muchas veces dentro del colegio de un patio al otro. En esos desfiles, los exalumnos cadetes del Colegio Militar de la Nación participaban, generalmente, encabezando las escuadras.



Universidad Católica de Córdoba

Maestría en Filosofía, religión y cultura contemporánea



La patria somos nosotros.
Estética escolar para la construcción de la idea de patria en el Colegio De La Salle alrededor del nacimiento de la Liga Patriótica




Docente: Dra. Marta Palacio
Alumno: Santiago Rodríguez Mancini


04 de diciembre de 2014


Contenido
Introducción 3
El Colegio De La Salle 4
Orígenes 4
Descripción de actividades hacia 1919 6
Los sujetos 6
Las actividades 10
1918-1919: un punto neurálgico en la construcción de identidad 11
La lucha por la hegemonía y la identidad nacional 11
Y en las aulas 12
La Reforma Universitaria y la huelga de estudiantes secundarios en Buenos Aires 13
La huelga de los obreros de Vasena y la Semana Trágica: la Liga Patriótica Argentina 14
La restauración nacionalista 15
Con nombre y apellido: la Liga Patriótica en el Colegio De La Salle 17
Estética escolar para la construcción de la identidad 28
Las asociaciones de fieles en la escuela: Congregación Mariana y la Conferencia Vicentina 29
La Revista La Colmena: Dios-Patria 31
El tiro reducido: Aquí se aprende a defender a la patria 33
La capilla: Dieu protège la France 33
Los actos escolares: los desfiles, el teatro y la poesía 34
Conclusiones 35
La escuela como una instalación o una performance nacionalista 35
La patria en lucha: nación, familia, propiedad y religión 36
Identidades e intereses, el compromiso católico 36
Nosotros somos la patria 37
Los bárbaros están a las puertas 37
Un nuevo mundo de armonía 37
Bibliografía 37

Tabla de ilustraciones
1 H. Marcelino 8
2 La Congregación Mariana en 1919 con el H. Ludovico 30
3 Ejemplar de La Colmena de 1917 32
4 Tiro reducido en 1919 33
5 La Capilla en 1918 34


Introducción
David Viñas hace que el protagonista de su novela En la Semana Trágica (Viñas, 1966) sea un exalumno del Colegio De La Salle miembro de la Liga Patriótica. Yo viví muchos años de mi infancia frente a la Plaza Martín Fierro, donde estuvo emplazada la fábrica, y mi padre me contó muchas veces la historia de la represión policial. Cuando caminaba por la avenida San Juan, miraba las terrazas de las casas e imaginaba los francotiradores. El episodio histórico ha sido desde entonces muy pregnante para mí. Había leído la novela hacia el 2001, cuando cursaba Teoría de la crítica literaria. El dato me había quedado siempre como una nota incómoda.
Un día, investigando otro asunto, en un número de la Revista escolar La Colmena de 1919 encuentro una crónica que da cuenta de la constitución de la mesa directiva de una célula de la Liga Patriótica en el Colegio De La Salle conformada por alumnos de los últimos años del secundario. Esto me hizo suponer que muchos exalumnos debían formar parte de la Liga también lo mismo que sus familiares. Es la única vez que esta "asociación" es nombrada en ella pero es muy significativo como síntoma de la comprensión de "patria" que resultaba representativa para la Revista y para el Colegio.
En cierto modo me parecía increíble y al mismo tiempo sumamente coherente. Me preocupó y me interesó. Y por eso conecté rápidamente el problema de la identidad nacionalista con los procedimientos educativos. Sobre esto quiere reflexionar este trabajo en un ejercicio histórico hermenéutico.
Parece que aquello que se va tematizando en la revista durante el tiempo de la guerra mundial y luego frente a la Reforma de 1918 y los ecos que tuvo en Buenos Aires, lo mismo que las protestas obreras de esos mismos años puede dar un indicio de cómo se formaba el concepto de identidad nacional en los alumnos, al menos como deseo institucional. Es sabido cómo desde el Colegio se colaboró con los franceses de Buenos Aires para recaudar fondos para la guerra y cómo se fomentó el espíritu patriótico francés unido a la idea de catolicismo al mismo tiempo que los ideales nacionalistas de argentinidad.
Otros dispositivos físicos/simbólicos pueden ser analizados como parte de la propuesta institucional: la capilla y el tiro reducido. Y la vida escolar misma, desde la categoría de estética escolar, sobre todo las asociaciones de fieles de alumnos y los actos escolares, pueden ayudarnos a comprender cómo se construye la idea de identidad nacional para estos alumnos particulares.
Todo esto nos plantea varias preguntas:
¿Podemos entender la historia de esta unidad escolar en aquellos tiempos, y estos dispositivos en particular actuando sobre estos sujetos particulares, como jirones y remiendos ficcionales en la construcción de una inculturación entre la pequeña burguesía ascendente de Buenos Aires, afrancesada y católica?
¿Qué relación podemos encontrar entre cultura, religión y moralidad en torno a la idea de "patria" en una postura que admite una opción extremista como la de la Liga Patriótica?
Si las actitudes políticas no pueden derivarse de las identidades, ¿qué relación se puede establecer entre la noción de "patria" que parece cultivarse y estas actitudes políticas?
¿Quién es el sujeto de esta construcción de la idea de "patria" en tiempos en que "la masa" reclama protagonismo?
¿Qué clase de modernidad se plantea en estos jirones y remiendos?
¿Cómo aparecen las construcciones de la otredad?
Intentaremos reconstruir la historia de estos hechos y de sus protagonistas para luego considerarlos a la luz del concepto de estética escolar. Será desde allí que procuraremos obtener las respuestas a estas preguntas, al menos parcialmente.
Para transitarlas vamos a hacer un ejercicio hermenéutico de la acción social que significa la decisión de conformar una célula de la Liga Patriótica dentro del Colegio De La Salle. Esa acción está inserta dentro de una historia que es preciso tener en cuenta y hay una serie de elementos discursivos que narran y explican su sentido. Como hecho histórico, nuestro ejercicio hermenéutico no nos permitirá ver y sentir, comprender lo que aquellos sujetos comprendieron, sintieron y vieron. Nosotros estamos aquí con nuestros problemas y nuestras comprensiones intentando comprender lo que vivieron. Pero nuestro comprender será una construcción a partir de un precomprender que nos es propio.
Los sujetos del episodio son muchos y actúan en niveles distintos que debemos tratar de considerar. Hay, además, abundante material simbólico. Abordaremos este conjunto desde la perspectiva de la estética escolar. Nos interesa comprender el sentido del acontecimiento, su significado y su dirección.
El Colegio De La Salle
Orígenes
Los Hermanos de las Escuelas Cristianas llegaron a la Argentina en febrero de 1889 motivados por la promesa de la familia Armstrong. Doña Justa, hija del gran hacendado inglés que terminó dando su nombre al departamento santafecino, había conocido a los Hermanos en Inglaterra y, a su muerte, deseaba donar su fortuna para el establecimiento de una escuela agrícola para los niños huérfanos del país. El H. Jumaélien fue enviado desde Toulouse para estos trámites. La disposición de los herederos de la Sra. Armstrong, que no tenía hijos, no fue la mejor y los trámites se dilataron hasta 1912.
Mientras tanto, los Hermanos que fueron llegando establecieron vínculos con los Padres Vicentinos y con los Jesuitas para abrir algunas escuelas gratuitas en Buenos Aires y Luján. Más tarde, con otros párrocos franceses en el interior de la Provincia. Una excepción notable: el Colegio San José, en Villa del Rosario, por iniciativa del Mons. Ferreyra, en 1891.
Los jesuitas del Salvador ofrecieron a los Hermanos hacerse cargo de la Primaria de ese colegio en 1889, a finales del primer año de su presencia en el país. Y, al año siguiente, les permitieron abrir una escuela propia con una sección paga y otra gratuita al lado. Incluso les construyeron el edificio, que se completaba con unos inmuebles alquilados. Esos son los humildes orígenes del Colegio De La Salle.
Será en 1894 que los Hermanos comprarán el inmueble que abandonaban las Hermanas de la Misericordia irlandesas en Riobamba 650, a una cuadra del Salvador. El colegio tenía ya 600 alumnos y el Salvador resultaba estrecho. En retribución a la financiación que la Sociedad Irlandesa realizó para la compra, el Colegio se comprometió a recibir dos clases de alumnos irlandeses y a sostener la enseñanza del idioma inglés. El nuevo edificio se inauguró parcialmente en 1898.
Esta segunda etapa estuvo guiada por el H. Damián que hizo los planos y los planes del Colegio, supervisó la construcción y llevó adelante el primer proyecto pedagógico. La labor de los Hermanos incluía la redacción de los libros de clase que eran de uso obligatorio y su publicación.
En 1893 fue creado el Curso Comercial para dar continuación a los estudios primarios de los alumnos. Constaba de cuatro años de enseñanza práctica de teneduría de libros. Había sido una creación de los Hermanos en Francia en el siglo XVIII y todavía seguía vigente.
La excelencia de los aprendizajes les permitió conquistar varias medallas en la Exposición Nacional de 1898, entre ellas, la de oro al dibujo y a la geometría aplicada; y otra por la colección de artrópodos presentada.
Cuando en 1899 se decidió abrir el bachillerato competo, los inspectores del Ministerio de Educación elevaron un informe insatisfactorio pese a que el Colegio contaba con un Museo de Ciencias Naturales y gabinetes de física y química muy bien dotados. Fue necesario mover las influencias políticas ya conquistadas de manera que el Ministro, Dr. Joaquín V. González, resolvió hacer la visita en persona junto con el diputado Santiago O'Farrell y el senador José Figueroa Alcorta. No tuvo sino palabras de elogio y dos días después estaba listo el decreto para la incorporación del Colegio al Nacional Mariano Moreno.
Al H. Damián lo sucedió en el cargo el H. Marcelino, comenzando así la tercera etapa de la historia del Colegio.
Descripción de actividades hacia 1919
Los sujetos
Los Hermanos
Presentamos unos cuadros que pueden darnos una idea de quiénes son los protagonistas en este momento.
Composición de la comunidad en 1917
Cantidad de Hermanos en la comunidad
43
Situación canónica de los Hermanos
Hermanos de votos perpetuos
27
Hermanos de votos trienales
4
Hermanos de votos anuales
5
Novicios empleados
7
Origen de los Hermanos
Hermanos franceses
25
Hermanos argentinos
10
Hermanos vascos/catalanes que formaban parte de un Distrito francés y desde allí fueron enviados
4
Hermano ecuatoriano
1
Hermano luxemburgués
1
Hermano escocés
1
Hermano italiano
1
Empleos de los Hermanos
Visitador
1
Director
1
Subdirector
1
Prefectos
2
Profesores
32
Profesor de inglés
1
Profesor de dibujo
1
Docente auxiliar
1
Procurador
1
Librero
1
Enfermero
1

Es necesario recordar que, entre los Hermanos franceses, hay un grupo importante que ha tenido que dejar Francia por motivos de las leyes del Gobierno Combes en 1904. Esas leyes suprimieron las congregaciones dedicadas a la educación las que se vieron obligadas a tomar decisiones en torno a su personal. Entre ellas, la principal eran los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Fundados en 1680, durante el siglo XVIII se habían multiplicado mucho y habían ido cubriendo casi todas las ciudades importantes de Francia con acuerdos con las municipalidades o los señores del lugar, lo mismo que con las parroquias o los obispos. De esta manera, se había constituido una especie de sistema de educación pública gratuita en manos de la Congregación. La Revolución Francesa la suprimió estatizando el sistema.
Fue Napoleón Bonaparte quien, en 1804, restauró a los Hermanos y les encargó la educación pública gratuita pero, ahora, como parte del sistema educativo estatal, la Universidad Imperial. Bajo este mismo régimen fueron siendo incorporadas las demás congregaciones laicales dedicadas a la educación que fueron naciendo durante el siglo XIX para cubrir los lugares a los que los lasallanos no iban: pueblos pequeños que no podían pagar tres Hermanos, zonas en las que se hablaban idiomas regionales. Así nacieron los Hermanos Maristas, los de la Sagrada Familia, los de la Instrucción Cristiana, los Gabrielistas…
El distanciamiento de los católicos y la vida pública francesa fue progresivo durante la Tercera República (1877). Las leyes fueron cada vez más restrictivas llegando al cénit en 1904 con la supresión de las congregaciones educacionistas. La ley de separación entre Iglesia y Estado en 1905 fue una ocasión para el renacimiento del nacionalismo católico con figuras como Charles Péguy a la cabeza.
Los Hermanos de las Escuelas Cristianas, en 1904, eran más de 10.000 en Francia. Las opciones que se presentaron fueron: el traslado de algunas obras grandes con internado pago a lugares detrás de la frontera (Italia, País Vasco, Bélgica, Luxemburgo, Suiza); permanecer en Francia secularizándose o el exilio. Esta última fue la opción recomendada por el Papa San Pío X.
Fue así que se dispersaron por el mundo. Muchos de ellos se vieron obligados a elegir entre marchar a su casa o ingresar al noviciado en otro país. Hablamos de muchachos de 15 años.
Esto hizo que en ellos convivieran dos sentimientos muy arraigados. Por un lado, la voluntad de encarnación. El Superior General había dado una indicación precisa: ser hombres de su tiempo y de su tierra, sus nuevas tierras. Pero, por el otro, el sueño de ver renacer a la Francia Católica que habían perdido. Este doble sentimiento tenía una fuerza política muy particular que los hacía proclives a los nacionalismos católicos locales al mismo tiempo que a la propaganda francesa.
Ilustración 1 H. MarcelinoDe ahí que el Colegio De La Salle haya sido un espacio de convocatoria para las comunidades francesa y belga en Buenos Aires, sobre todo durante los años de la Gran Guerra. Y, en esta tarea, juega un rol fundamental el Director del Colegio, el H. Marcelino (Louis Antoine Bessac).
Ilustración 1 H. Marcelino
Ha sido uno de los grandes Directores del Colegio y quien le supo imprimir dirección en lo que podría considerarse la tercera etapa de su existencia. Hombre de gran talento, al menos entre 1918 y 1919, fue secretario del Comité Católico de Propaganda Francesa en el Exterior, patrocinado en Buenos Aires por el Consulado de Francia y dependiente del Comité General que residía en París. Los objetivos, de acuerdo al libro de actas que se conserva en el Archivo Distrital son:
Dar a conocer las obras católicas francesas
Facilitar su difusión
Defender el patriotismo moral de Francia
El H. Ludovico (Jean Pierre Dulong) es el otro hombre clave de esta historia, el asesor de la Congregación Mariana de la que participan los alumnos cuyas iniciativas nos interesan. Si bien pasó a la historia congregacional como un hombre apasionado por la cultura francesa y por los buenos modales (siempre se reservaba la clase de urbanidad de los mayores aun siendo director), es también significativo su acento puesto en la formación de los maestros católicos laicos. Fue el fundador en Argentina del Movimiento de Educadores Lasallanos para aglutinar, sobre todo, a los exalumnos de la Escuela Normal de San Isidro.
El nacionalismo católico francés contribuyó a consolidar la moral republicana (aunque muchos de ellos fueran monárquicos al estilo de la Acción francesa. Sobre todo tras los incidentes de Marruecos que comenzaron el camino hacia la guerra el movimiento católico fue recibiendo un apoyo estatal que fue total durante el período 1914-1918. Este movimiento incluía un matiz antisemita por los acontecimientos del Caso Dreyfus en 1894.
Este es el tipo de mentalidad que primaba entre los Hermanos franceses y de los que Marcelino y Ludovico son, en cierto modo, de los mejores exponentes: elegancia, refinamiento, erudición, orden, método, religiosidad, sentimiento nacional, honor, prolijidad, eficacia, austeridad, conservadurismo.
Los alumnos
Veamos primero un panorama general de los alumnos del Colegio en los años que nos interesan.
Alumnos
1917
1918
1919
Total
1205
1296
1266
Gratuitos
78
90
30
La desaparición progresiva de los alumnos gratuitos nos está hablando de las opciones en esta tercera etapa del proyecto del Colegio.
En 1918, la visita del H. Visitador al Colegio se realizó entre el 25 de agosto y el 10 de septiembre. El Hermano pasó aula por aula como era la costumbre. Los datos que fueron recogidos por los apuntes históricos del H. Henri Coso nos hacen ver algo de las prácticas religiosas de los alumnos:
Había 1269 alumnos inscritos a esa altura del año
Pero en esos días sólo estuvieron presentes 1109
De ellos, al momento del paso del H. Visitador por su aula, sólo 752 tuvieron el rosario consigo (que se consideraba de uso diario)
Y sólo 855 habían ido a misa el domingo anterior a ser preguntados por el Superior.
Divisiones
1918
1919
Primario
Primero y segundo grado
Dos divisiones
Dos divisiones
Tercero a sexto
Tres divisiones
Tres divisiones
Bachillerato
Primer año
Dos divisiones
Dos divisiones
Segundo año
Cuatro divisiones
Dos divisiones
Tercer año
Cuatro divisiones
Dos divisiones
Cuarto año
Una división
Tres secciones con dos divisiones cada una
Quinto año
Una división
Una división
Curso comercial
Primer año
Cerrado

Segundo año
Una división
Cerrado
Tercer año
Una división
Una división
Junto con la disminución de los alumnos gratuitos, el cierre de la sección comercial también habla de esta nueva etapa. Se privilegia el Bachillerato y se reservan los puestos para los alumnos de pago. Es claro que se beneficia a una población en ascenso económico proveyéndola de un capital cultural que los ponga en aptitud para su ingreso a la Universidad.
De hecho, es muy interesante ver en La Colmena cómo hay un seguimiento de los exalumnos publicando a qué carreras ingresan y cuándo se reciben, cuándo son acreedores de especiales nombramientos o premios. Nos hablan de un mundo de militares, abogados, ingenieros y médicos.
Las actividades
El plan de estudios del bachillerato contemplaba, además de las disciplinas habituales, el aprendizaje obligatorio de tres idiomas extranjeros: inglés, francés e italiano. Había un curso de urbanidad que se dispensaba durante toda la escolaridad. Existían, además, un conjunto de disciplinas llamadas "clases de adorno": gimnasia, tiro, esgrima, piano, violín, canto.
Este conjunto de elementos brindaba un capital cultural y simbólico que se unía a la posibilidad de la constitución de un capital social por el conocimiento de miembros de otras élites distintas a la propia. Las élites porteñas eran, en tiempos del Centenario, "refinada(s) y sofisticada(s), al menos en los modos de relación, en la impecable etiqueta, en el fluido manejo de lenguas extranjeras." (Losada, 2009, p. 189)
La escolaridad mensual de los alumnos externos, en 1918, era de $ 16 (mañana y tarde). Para quien fuera medio pupilo, $ 40. Si, además tomaba el té en el colegio, sumaba $ 4. Las clases de adorno costaban $ 10 mensuales cada una.
1918-1919: un punto neurálgico en la construcción de identidad
La lucha por la hegemonía y la identidad nacional
Entre 1880 y 1916 se sitúa el período que algunos historiadores consideran el apogeo del régimen oligárquico en Argentina. La expresión se refiere más a una constelación política con una serie de prácticas encaminadas a conservar el poder que a una clase (Losada, 2009, p. 118). Esas prácticas son, básicamente, las que hacen del régimen un "gobierno elector": el fraude y la producción estatal del voto mediante el empleo público y otras formas de clientelismo. Nada que hubiera sido inventado por la generación del '80. Lo que destaca en este período es la altísima eficacia conseguida.
Esto no significa que el régimen y el Partido Autonomista Nacional no tuvieran sus disputas internas. En efecto, si el PAN estaba sobre todo dominado por Roca, existía en su interior una tendencia modernizante comandada por Roque Sáenz Peña y otras facciones más o menos autónomas como el Autonomismo de Pellegrini o la Unión Nacional de Figueroa Alcorta. Estas tensiones influyeron para que, a partir de 1900, el régimen comenzara una serie de políticas de inclusión de las nuevas capas de inmigrantes tanto en salud como en educación. El punto de mayor quiebre será producido por la ley de sufragio secreto, obligatorio y universal en 1912. Si bien la oligarquía buscaba mayor legitimidad con ella, el resultado fue la pérdida del control del Estado en 1916.
Otra estrategia había sido la cooptación de las segundas generaciones de inmigrantes, es decir, argentinos de origen extranjero reciente, para cargos políticos. El caso más emblemático es el de Carlos Pellegrini. En esta misma línea se encuentra la Unión Cívica Radical que no era un partido popular en el sentido que hoy lo comprendemos. Sus dirigentes provenían de las filas del antiguo rosismo (Alem, Irigoyen e Yrigoyen), ricos empobrecidos durante el último período del siglo XIX. El sistema de reclutamiento de adeptos y, sobre todo de la participación por comités logró concitar la atención de muchos inmigrantes.
La élite argentina de fines del siglo XIX había sido bastante permeable al ingreso de nuevos miembros. Esto es notable por ejemplo en los números de socios de la Sociedad Rural Argentina. Fundada en 1866, apenas tenía 400 socios en 1891. Pero para 1910 llegó a tener 3000. Se había constituido una clase terrateniente estanciera más mezclada que incluía tanto a los antiguos que venían del orden colonial y de los primeros años de la independencia (Anchorena, Terrero, Ortiz de Rozas, Alzaga, Unzué, Alvear, Casares…), junto con otros selfmademen llegados como inmigrantes (sobre todo irlandeses como Dugan o Kavanagh) o comerciantes enriquecidos (como Santamarina y Pedro Luro).
Este crecimiento económico y la mezcla de personas y prácticas constituyeron a los estancieros como empresarios con una mentalidad capitalista que los llevó a diversificar sus inversiones. De todos modos, la inversión rural siguió siendo la mayoritaria. Esta especialización no siempre resultó beneficiosa.
Sin embargo, la apertura de la élite fue disminuyendo tras el Centenario. Por un lado, el final del ciclo de la expansión de la frontera agrícola cerró el mercado de tierras y fijó los latifundios. Por el otro, el clima político se fue complicando por la influencia de los inmigrantes de ideas maximalistas. Y, en tercer lugar, la incapacidad de la élite terrateniente para establecerse como un factor político importante en el cambio de siglo. Los intentos de establecerse con un partido propio fracasaron tanto en 1890 como en 1911. Y las posibilidades de intervenir como grupo en el PAN fueron pocas.
Las élites política y económica de la Argentina del Centenario tenían muchos cruzamientos pero siempre personales, no de grupo. Y el acceso de los terratenientes bonaerenses al poder se dio siempre en puestos subalternos y por favor del régimen oligárquico.
Existía también en Argentina una pequeña élite industrial vinculada a las agroindustrias en el interior y a la agroexportación en Buenos Aires. El más típico sector es el de la industria de la carne. A la par de las antiguas inversiones extranjeras (River Plate Fresh Meat Company, Las Palmas Produce Company, Swift & Company,…), existían frigoríficos de capitales nacionales (Sansinena, La Blanca, Frigorífico Argentino,…). La Guerra Mundial fue una ocasión importante para el crecimiento industrial. A pesar de haber sido el país más industrializado de la región el sector, igualmente, no llegó a ser el motor de la economía nacional.
Este sector tuvo una gran movilidad ascendente permitiendo que inmigrantes de humildes orígenes (Jacobo Peuser, Juan Campomar, Pedro Vasena, Emilio Bieckert …) llegaran a construir fortunas en pocos años. La inversión fue más bien concentrada. Si hubo diversificación fue en el negocio inmobiliario urbano, absteniéndose de entrar en competencia con las élites rurales.
De todos modos, existieron algunos grupos empresariales que combinaban negocios inmobiliarios, financieros, industriales y agropecuarios. Entre ellos sobresale el Grupo Devoto o el Grupo Tornquist, lo mismo que el Grupo Bemberg. Estos últimos tienen sus orígenes en los tiempos de la organización nacional. Estos grupos tenían conexiones con empresas e inversionistas extranjeros.
El Estado apostó también a la consolidación de este sector mediante políticas proteccionistas, acentuada desde 1905, y una política de cambio fijo desde 1896. Distintas cámaras reunieron a los industriales hasta que la UIA consolidó su liderazgo en el cambio de siglo. En su conducción los apellidos predominantes fueron los de origen italiano. Paralelamente, estos grupos de inmigrantes tenían sus propios círculos de socialidad en los distintos "centros" de nacionalidades.
También en el ámbito eclesiástico se aprecia la permeabilidad social frente al inmigrante. Incluso más que en otros grupos. Las élites eclesiales fueron proclives al acceso de hijos de familias extranjeras, sobre todo italianas (De Andrea, Franceschi, Copello,…) en el cambio de siglo. Colaboró con esto el hecho de que, con la generación del '80, el lugar político y la riqueza de la Iglesia disminuyeron todavía más que en el período de organización nacional, siendo poco tentador para las familias más tradicionales. Hubo, sí, familias tradicionales ligadas a la Iglesia y que funcionaron como sus voceros, tal es el caso de Félix Frías o Manuel de Estrada.
Si la hegemonía es un proceso que implica consensos, complicidades y negociaciones, probablemente los grupos nacionalistas católicos sean los menos propensos a perder nada de sus conquistas.
Las élites porteñas de los años '10 son, en definitiva, diversificadas y la estructura de poder hegemónico se basa en las alianzas que se dan entre ellas. La clase política está desprestigiada y las económicas apoyarán los cambios democratizantes.
Y en las aulas
En las aulas del Colegio De La Salle se cruzan apellidos viejos y nuevos, de terratenientes e industriales, de comerciantes y profesionales, como lo muestra claramente la lista de los firmantes del "desagravio" de 1918 que se reproduce más abajo. Los apellidos ligados a la élite política son prácticamente inexistentes. La mayor parte parece provenir de familias ligadas al comercio y la industria lo mismo que a las actividades profesionales independientes. En menor medida se encuentran apellidos tradicionales ligados a las élites terratenientes de Buenos Aires y del interior.
La trayectoria profesional de las dos figuras más notorias del grupo de firmantes de la nota de desagravio de 1918, Liborio Justo y Luis César Amadori, muestran que la marca identitaria escolar no es algo uniformemente fatal sino que se engarza en una biografía mucho más compleja y dilatada en el tiempo. Esto pone un matiz importante en cuanto a las afirmaciones que hacemos sobre el grupo concreto de alumnos que participa en la Liga Patriótica. Su identidad nacionalista es una construcción probablemente provisoria como muchas de las identificaciones de la adolescencia. De todos modos, seguramente, dejará marcas en sus vidas pero, sobre todo, habla de una construcción de clase sostenida por la institución.
La Reforma Universitaria y la huelga de estudiantes secundarios en Buenos Aires
Sucedió en mayo de 1918, como un eco y un adelanto de los acontecimientos de la Universidad de Córdoba.
Por un artículo de Le Courrier del Plata, periódico de la comunidad francesa en Buenos Aires, publicado en abril de 1919 y copiado en el histórico del Colegio de ese año, conocemos algo de los hechos. Un grupo de alumnos de escuelas de gestión pública en huelga, unos 3000, se apersonaron frente a la puerta del Colegio de La Salle. Pidieron hablar con el Director. Ante la negativa, irrumpieron en el interior llegando hasta el patio del curso primario.
El H. Director y un grupo de alumnos mayores se interpusieron antes de que pudieran causar ningún daño. Inmediatamente fue llamada la policía que intervino sacando a los que habían entrado nuevamente a la calle.
El artículo es encomioso sobre la actitud de los Hermanos y los alumnos. Termina diciendo que es una actitud digna y típica de los que quieren "portar en alto la bandera de Argentina y de Francia."
En La Colmena fue publicado un Desagravio con 57 firmas de alumnos del Colegio. He aquí el texto:
Buenos Aires, 25 de junio de 1918
Al Rdo. Hno. Director y a los Profesores del Colegio:
En nombre de sus condiscípulos y en el suyo propio, los alumnos de Quinto año abajo firmados, protestan ante la actitud bochornosa y antipatriótica observada por los estudiantes huelguistas de esta Capital quienes, deshonrando a la Patria, conculcaron los principios de la libertad amparados por la Constitución Nacional.
Les es grato manifestar a los profesores del establecimiento su inquebrantable adhesión y que siempre alzarán su voz para condenar desmanes cometidos por los que se olvidan así de las tradiciones heredadas de nuestros mayores.
Movidos por el amor a la verdad y por un criterio ponderado formulamos esta declaración para dar testimonio de gratitud y respeto a nuestro Director y a nuestros Maestros.
Rinaldo Agustoni – Alfredo Albertotti – Alfredo Arduino – Alfredo De La Barra – Humberto Bonfatti – Federico Browne – Ricardo Bunge – Oscar Cademartori – Julio Cavicchia – Enrique Delfino – Tomás Ezcurra – Jorge Figueroa Gacitúa – Mario Flores de Velasco – Liborio Justo – José M. Lurnagaray – Alfredo López Alfaro – Guido Loretti – Mario Marini – Manuel Miguens – Alfredo Molinario – José Muriel – Justo Navarro – Alberto Nocetti – Juan C. Solá – Eduardo Soldano – Guillermo Tabanera – Armando Trabuco – Carlos Zabala – Luis Amadori – Eduardo Argerich – Eugenio Bellocchio – Pedro Berdoy – Julián Bourges – Luis Casanegra – Pedro Cazenave – Andrés Corso – Atilio Costaguta – Ernesto de Dann – José Fernández Lima – Enrique Follonier – Alberto Frías Bunge – Angel Garré – Alberto Garrido – Rodolfo Gilardone – Manuel González – Alberto Herteloup – Julio Loureiro – Guillermo Maclean – Benjamín Montes – Gabriel Moreau – Juan Passano – Rodolfo Perazzo – René Périssé – Juan Rebagliatti – Joaquín Roig – Casimiro Saavedra – Jorge Williams Camet.
Nos parece importante este asunto como muestra de la posición política de los mismos alumnos ante un movimiento de pares. La actitud nacionalista se presenta intransigente frente a estas iniciativas que pudieran tener contenidos liberales y, por lo mismo, son considerados en bloque anticatólicos.
El Colegio también se hizo eco de los sucesos de la Reforma Universitaria cordobesa dando lugar al joven Miguel Pucheta para una conferencia realizada el 29 de julio de 1918. El líder del Comité Pro Defensa Universitaria, disertó junto con algunos compañeros suyos del Centro Católico de Estudiantes de Córdoba y de Buenos Aires, entre los que se encontraban tres exalumnos. En su discurso se refirió a lo que la patria debe a la Iglesia Católica y la identificación entre la defensa de la religión católica y el patriotismo sano. Esa agrupación representa el núcleo anti reformista más duro que produjo una ruptura en el Frente Universitario Católico tras el nombramiento del Dr. Nores como rector en junio.
La huelga de los obreros de Vasena y la Semana Trágica: la Liga Patriótica Argentina
Como se ha dicho, el mundo industrial se estaba desarrollando en Argentina. Y junto a él, el conflicto social, la "cuestión social" como se decía entonces. A los reclamos de los obreros, nucleados en sindicatos dominados por anarquistas y socialistas, el Estado Argentino había respondido, habitualmente, con represión. El fin del régimen oligárquico y el comienzo del período de gobiernos radicales no cambió sustancialmente la situación.
Entre el 7 y el 14 de enero de 1919 se produjo una huelga en la fábrica de los Talleres Vasena en el barrio de San Cristóbal en Buenos Aires. Era una más dentro de la lucha que el movimiento obrero organizado venía sosteniendo desde hacía décadas. Sus demandas eran la jornada de ocho horas y mayores condiciones de higiene y seguridad. Estas habían sido corroboradas por los Inspectores del Departamento Nacional del Trabajo pero eran rechazadas por la dirección empresarial.
Contratados "rompehuelgas" la respuesta obrera fue la resistencia y la policía reprimió. Resultado: cuatro muertos y treinta heridos. El día 9, durante el cortejo fúnebre, francotiradores en los tejados, miembros de la misma policía. Según los datos oficiales, doce muertos. Según la FORA, más de cien. Una huelga general con asaltos a comisarías es la respuesta obrera.
Una semana duró la revuelta y los muertos fueron unos 700 junto a unos 4000 heridos. La ciudad se militarizó con 32.000 efectivos policiales por las calles a los que la Liga Patriótica sumó sus milicias ciudadanas juveniles. La venganza se ensañaba con locales sindicales y sinagogas.
Había nacido en la Confitería París un tiempo antes con el nombre de "Comisión de defensores del orden". Luego se mudó al Centro Naval y el 19 de enero tomó su nombre de "Liga Patriótica". Los primeros conductores fueron los marinos Manuel Domecq García y Eduardo O'Connor. Su lema, "Patria y orden". El 18 de abril hubo elecciones y pasó a dirigirla quien fuera su principal ideólogo: Manuel Carlés.
En sus palabras, publicadas en La Nación el 16 de enero, los fines de la organización son
"Estimular, sobre todo, el sentimiento de argentinidad tendiendo a vigorizar la libre personalidad de la Nación, cooperando con las autoridades en el mantenimiento del orden público y en la defensa de los habitantes, garantizando la tranquilidad de los hogares, únicamente cuando movimientos de carácter anárquico perturben la paz de la República. Inspirar en el pueblo el amor por el ejército y la marina. Los miembros de la Liga se comprometen, bajo su fe y honor de argentinos, a cooperar por todos los medios a su alcance, e impedir: 1° La exposición pública de teorías subversivas contrarias al respeto debido a nuestra patria, a nuestra bandera y a nuestras instituciones. 2° Las conferencias publicas y en locales cerrados no permitidos sobre temas anarquistas y marxistas que entrañen un peligro para nuestra nacionalidad. Se obligan igualmente a usar de todos los medios lícitos para evitar que se usen en las manifestaciones públicas la bandera roja y todo símbolo que constituya un emblema hostil a nuestra fe, tradición y dignidad de argentinos".[
En los primeros 15 días reclutaron 9800 miembros en Buenos Aires.
La restauración nacionalista
Este es el título de una de las obras de Ricardo Rojas (1882-1957), publicada en 1910. Era el resultado de un encargo del Ministro de Educación, José María Ramos Mejía. Formaba parte de la estrategia para incluir el nacionalismo dentro de la agenda cultural de la Nación desplegada con motivo del Centenario. El nacionalismo era pensado como un remedio para un país que, tras la organización nacional, había perdido el rumbo y, tras haber resuelto "todas las cuestiones heroicas", fue invadido por una "nueva atmósfera de simulación, de fraude, de 'arribismo', de descreimiento en la patria y el ideal" (Ricardo Rojas, citado en Halperín Donghi, 2007, pág. 116).
Todo esto tuvo una recepción muy importante entre la juventud, sobre todo en las élites económicas del país. Con motivo de la Guerra Mundial el prestigio y la influencia de Ricardo Rojas continuaron aumentando.
Junto a esta corriente oficial del nacionalismo, se desarrolló un nacionalismo católico apoyado por la misma jerarquía católica. Mons. Miguel De Andrea (1877-1960) es, tal vez, uno de sus principales representantes. Según él, Iglesia y Patria son aliadas inseparables. Por eso, las élites no pueden prescindir de su apoyo. Así lo dejó claro en la oración patriótica que pronunció en los festejos del Centenario (Halperín Donghi, 2007, pp. 149-150). Atacar la doctrina católica es socavar los cimientos de la nacionalidad. Esos cimientos se encuentran en conceptos claros: propiedad, familia, religión y patria.
Esta prédica no se circunscribió sólo al ámbito discursivo en el que recibía aprobación de las élites, sobre todo económicas. A partir de 1912, De Andrea reemplazó al P. Grote en la orientación de los sindicatos católicos apartándolos "decididamente de la orientación que éste les había impreso, y que parecía encaminarlas a asumir las funciones propias de los sindicatos obreros" (Halperín Donghi, 2007, p. 151). Todavía, en 1919, estará al frente de la Gran Colecta Nacional destinada a fomentar la paz social. Se trata de un gran ejercicio asistencial que pretende oponerse a la lucha obrera que el obispo califica como fruto de la acción "de una minoría audaz que ejercita con destreza la propaganda subversiva, que confunde y perturba a la masa de los trabajadores" (Mons. de Andrea, citado en Halperín Donghi, 2007, p. 152).
Otro eclesiástico influyente del período es Mons. Gustavo Franceschi (1881-1955). Es un pensador más ecléctico, más cultivado y también más variable que el anterior. En 1919 publicó La democracia y la Iglesia donde intentaba mostrar cómo el Magisterio Social brindaba mejores herramientas de reforma que el marxismo o el liberalismo. Allí se declaraba a favor de una reforma impositiva de cuño progresivo que gravara importantemente el capital ocioso. También apoyaba la nacionalización de muchas industrias y la creación de un Estado de Bienestar. Piensa que el final de la Guerra abre un tiempo nuevo marcado por el "societarismo" que ha de ser encaminado por la doctrina de León XIII. Años más tarde se referirá a este año como la última oportunidad perdida para encaminar la situación social argentina hacia horizontes de mayor justicia.
La iniciativa eclesial encontró, en 1919, su mayor enemigo en la Asociación del Trabajo, corporación que reunía a los principales empresarios, fundada en 1917, resueltos a no ceder ante ninguna idea reformista. Su secretario general era Atilio Dell'Oro Maini (1895-1974), exalumno jesuita, más tarde muy vinculado al Colegio De La Salle. Esta cámara empresarial logró imponer su resistencia sobre todo entre las grandes empresas.
Pero el espacio vacante por debajo de ellas fue ocupado por la Liga Patriótica. Más allá de sus pretensiones primeras, tuvo el apoyo de los pequeños empresarios autónomos tales como los taxistas de Buenos Aires o los colonos agrícolas del interior. En este tipo de ámbitos se ocuparon directamente de romper huelgas y reprimir manifestaciones como lo indicaban sus motivos fundacionales. Un punto simbólico y trágico es su participación en la represión en la Patagonia en 1922.
Los puntos que asemejan este nacionalismo católico de la Liga con el fascismo naciente en Europa son muchos, como podemos apreciar: fuerza para estatal, violenta, anti obrera, anti reformista, corporativista. Muy vinculada al liderazgo personalista de Manuel Carlés, contó en estos tiempos con decenas de miles de miembros. Era, como los nacionalismos europeos, un brote juvenilista de derecha más o menos herético respecto de sus raíces.
El ideal social que propone este grupo se emparenta con el hispanismo del Centenario y que se carcateriza, en su ficción de nación, en "una homogeneidad sin fisuras" (Halperín Donghi, 2007, p. 165). Carlés hace suyos los postulados de Mons. de Andrea y señalará una serie de valores que caracterizan, para él, la sociedad colonial que es el modelo para el presente:
el trabajo igualitario en el campo
las fórmulas equitativas de la ley
la clemencia en lugar de la justicia
el orden constitucional basado en el gobierno patriarcal
la moral fundada en el honor y el pudor de la mujer
el buen gusto estético
la tradición metafísica de la espiritualización de los conceptos
el ideal del saber característico el pueblo argentino.
Esta ficción de pasado colonial, según Carlés, fue consolidada en regularidad por la experiencia liberal de la generación del '80. De esta manera, concluye, la cultura de libertades que impera en Argentina es la "justificación para reprimir a quienes hacen uso de ellas de modo objetable." (Halperín Donghi, 2007, p. 167). Entre sus correligionarios habrá quienes se aventuren más allá, como Sixto Vela, que hará un pronunciamiento, en 1921, para señalar que hubo democratizaciones sabias en el pasado que en el presente resultan riesgosas. La paz social evocada en la ficción hispanista/nacionalista, para este movimiento, sólo se logrará con la violencia que consiga "enjaular a la fiera" (Ibíd.).
Con nombre y apellido: la Liga Patriótica en el Colegio De La Salle
Entre ellos se encuentran varios alumnos y exalumnos del Colegio De La Salle. Los suficientes alumnos como para que en La Colmena del 29 de junio apareciera esta noticia en la sección "Crónica":
Liga Patriótica Argentina
En la reunión celebrada por los estudiantes del colegio 'De La Salle' el día 20 del corriente mes, en el local de la L.P.A., Florida 524, han quedado definitivamente constituidas las comisiones en la siguiente forma:
Presidente: A. N. Ramírez, Vice: E. Tornú, Secretario: J. A. Benvenuto, Prosecretario: H. Caballero, Tesorero: J. A. García Aldazabal, Vocales: J. Amado, M. Tessi Seitún, T. Marini, E. Turner, A. Bullrich y D. Stanzione.
La comisión de propaganda se compone de los señores siguientes: Presidente: A. Gilardone, Vice: F. Borgonovo, Secretario: Sommaruga.

El siguiente cuadro pretende darnos alguna información más sobre sus personas en el momento en que fueron elegidos para estas funciones en la Liga.

Liga Patriótica Colegio De La Salle. Comisión directiva 1919
Cargos
Curso 1919
Ingresó al colegio
Desempeño escolar 1917-1920
Ramírez, Augusto N.
Presidente
Quinto año A

Consiliario de la Congregación Mariana en 1918
Presidente de la Congregación Mariana 21 de marzo de 1919. Miembro de la comisión para los festejos de la Asunción de ese año
Miembro de la Conferencia Vicentina San Gerardo
En 1918 pasó a la condición "A" de los tiradores tras el examen efectuado en el Tiro Militar. Obtuvo el 8° puesto en el concurso interno de tiro en 1918. En agosto consiguió la 7° condición con la que consiguió su libreta de tirador.
Mención de honor en fisiología e higiene en 1919. Primer premio en conducta y aplicación 1919.
Acolitó en la misa de la Peregrinación anual (1919) a Luján organizada por el Colegio
Tornú, Enrique, sentado, segundo desde la izquierda (foto 1920)

Vicepresidente
Cuarto año C, segunda división
1910, es decir que hizo toda la escolaridad allí.
Miembro de la Conferencia Vicentina San Gerardo
En 1917 había obtenido 10 premios mensuales y 6 "sobresalientes" en los exámenes finales. Obtuvo el premio de honor de ese año (primer puesto en 2° E). Premio de Honor de Religión en 1917.
Quinto puesto en el cuadro de honor de marzo. Cuarto en mayo y junio.
Mención de honor en inglés, italiano, geometría, física, anatomía, geografía de América y Argentina 1919. Primer premio conducta y aplicación 1919.
Premio de excelencia en 1920 (5° B)
Mención de honor en filosofía, instrucción cívica 1920. Primer premio conducta y aplicación 1920
Diploma especial de la Dirección General de Tiro y Gimnasia por las pruebas de condición de tiro con máuser, 1920
Actuó en el sainete del Acto de la Congregación Mariana de la Asunción de 1919
En la entrega de boletines mensuales de octubre presentó un "juguete cómico" titulado "Macarrones y panderetas" en coautoría con Francisco Borgonovo. Ambos fueron los actores. En la entrega de boletines de agosto de 1918 había presentado "Yo quiero ser militar" con Marcelo Rivière y participado en la representación de la comedia "Sindo el tonto".
Benvenuto, Julio A., de pie con el traje claro (foto 1920)
Secretario
Cuarto año sección B
1914, es decir, desde la quinta clase (equivalente a sexto grado)
Consiliario de la Congregación Mariana 21 de marzo de 1919. Miembro de la comisión para los festejos de la Asunción de ese año.
Presidente de la Congregación Mariana en 1920
Miembro de la Conferencia Vicentina San Gerardo
Hizo donación de una medalla para el museo escolar en mayo
Premio de excelencia en 1920. Primer premio conducta y aplicación 1920
Premio de gimnasia 1919 y 1920
Actuó en el sainete del Acto de la Congregación Mariana de la Asunción de 1919. En la entrega de boletines de agosto de 1918 participó en la representación de la comedia "Sindo el tonto".
Caballero, Hugo
Prosecretario
Cuarto año A, primera división

Obtuvo un sobresaliente en Historia en los exámenes finales 1918
Mención honorífica en álgebra, geometría, anatomía, historia argentina, 1919. Tercer premio conducta y aplicación 1919
García Aldazabal, José A.
Tesorero
Tercer año A

Consiliario de la Congregación Mariana 21 de marzo de 1919
Miembro de la Conferencia Vicentina San Gerardo
En 1918 había recibido 8 premios mensuales
Cuarto puesto en el cuadro de honor de marzo. Tercero en mayo. Segundo en junio. Cuarto en agosto.
Publicó una redacción ("El 'policeman'") en La Colmena de septiembre de 1918
Amado, José
Vocal
Cuarto año C, segunda división

Mención de honor en religión, psicología, literatura, francés, álgebra, geometría, historia argentina 1919. Primer premio conducta y aplicación 1919
Primer premio de conducta y aplicación 1920
Tessi Seitún, Mario (foto de 1914)


Vocal
Cuarto año B, segunda división

Miembro de la Conferencia Vicentina San Gerardo
Accésit en el concurso de juegos de vacaciones de la revista de 1917
Mención de honor en religión, psicología, literatura, francés, italiano, álgebra, geometría, anatomía, historia argentina, geografía de América y Argentina en 1919. Segundo premio en inglés 1919
Mención de honor en italiano 1920. Tercer premio de conducta y aplicación 1920.
Diploma especial de la Dirección General de Tiro y Gimnasia por las pruebas de condición de tiro con máuser, 1920
Marini, Tomás
Vocal
Quinto año A

Miembro de la Conferencia Vicentina San Gerardo
Alcanzó la condición de tirador clase "a, b, c" en 1918. Obtuvo el 9° puesto en el torneo interno de tiro en 1918.
Segundo premio en conducta y aplicación 1919
Turner Piedrabuena, Ernesto





Vocal
Cuarto año C, primera división

Quinto puesto en el cuadro de honor de mayo de 1919. Primero en junio.
Mención de honor en religión, psicología, literatura, italiano, álgebra, geometría, física, anatomía, historia argentina, geografía de América y Argentina, 1919.
Bullrich Cantilo, Alberto
Vocal
Tercer año A

Miembro de la Conferencia Vicentina San Gerardo. Encargado del ropero en 1920
Segundo premio concurso fotográfico de vacaciones 1918-1919. Accésit en el concurso fotográfico y el de siluetas de 1918.
Accésit en primera categoría de sable 1919
En 1918 donó papel moneda antiguo del Paraguay al museo escolar
Stanzione, Damián
Vocal
Quinto año A
1910, es decir desde la quinta clase, equivalente a segundo grado.
Miembro de la Conferencia Vicentina San Gerardo. Prosecretario en 1920
Logró la condición "B" de tirador en 1918. Obtuvo el puesto 16° en el torneo interno de tiro de 1918. A fin de año ganó la 5° condición.
Premio de excelencia en 1919. Mención honorífica en 1919: filosofía, literatura, Instrucción Cívica, Historia de la civilización, trigonometría y cosmografía, mineralogía y geología,italiano. Primer premio en conducta y aplicación 1919. Segundo premio literario 1919.
Declamó la poesía "A la patria" de José María Gutiérrez en el acto del 25 de mayo de 1919.
Declamó la poesía "Alborada" en el acto de repartición de boletines mensuales de octubre.
Gilardone, Alfredo
Presidente de la comisión de propaganda
Quinto año B

En 1918 tuvo premio de honor en literatura, francés, italiano, geometría, física y conducta y aplicación.
En 1919 está en el cuadro de honor en múltiples ocasiones por lo que obtuvo el Premio de Honor anual y la medalla de honor de su curso. Tuvo el primero o segundo lugar en casi todas las asignaturas.
Obtuvo el premio en gimnasia en 1919.
Borgonovo, Francisco
Vicepresidente de la comisión de propaganda
Cuarto año C segunda división

En 1919 está en el cuadro de honor en varias ocasiones. Tuvo mención honorífica anual en algunas asignaturas.
Obtuvo el diploma especial de tiro con máuser.
Actuó en el sainete "El rabo del perro".
Sommaruga, Saúl
Secretario de la comisión de propaganda


Figura varias veces en el cuadro de honor mensual. Obtiene varios premios anuales, entre ellos el segundo en literatura, el accésit en psicología y en anatomía. También el primer premio en conducta y aplicación.


El listado nos permite ver, en primer término, que, en general, estamos hablando de un grupo de alumnos que se destaca en múltiples campos de la vida escolar. También podemos observar que hay varios cruces entre ellos además del aula. Lamentablemente los datos con que contamos no nos permiten verificar quiénes formaban parte de las asociaciones más allá de los dirigentes o quiénes participaban del tiro más que quienes obtuvieron premios o certificaciones.
Estética escolar para la construcción de la identidad
Hasta aquí hemos ido presentando los elementos que forman parte del acontecimiento estudiado. Los elementos en su contexto. Ahora quisiéramos analizar los procedimientos institucionales que, desde el punto de vista estético, podrían incidir en la construcción de la identidad nacionalista en este grupo de muchachos que termina decidiendo conformar una célula de la Liga Patriótica en el Colegio De La Salle, iniciativa, además, correspondida y saludada por la misma institución.
El concepto de estética escolar nos parece muy apropiado para esta aproximación. Se trata de "un sistema de operaciones que permite convertir el 'mundo sensorial' de los sujetos en determinadas sensibilidades mediante la sanción de juicios de valor." (Pineau, 2014, p. 24) Se trata de considerar la escuela como una "máquina estetizante" (Pineau, 2014, p. 22) que cuenta con múltiples dispositivos y procedimientos para modular la sensibilidad y la emotividad de los alumnos, trabajando a la vez sobre la homogeneización y la distinción.
En cuanto a los juicios de valor que sirven para producir las sensibilidades no ha de perderse de vista el continuum: católico, nacional, civilizado, bello, agradable. Y esto identificado claramente con un "nosotros" que cristaliza tanto en la carta de desagravio de 1918 como en las acciones de la Liga Patriótica y la Congregación Mariana como espacios que se alimentan mutuamente en 1919. En este sentido conviene releer las palabras definitorias de la finalidad de la Liga Patriótica antes citadas para apreciar el tono estético imperante: estimular, sentimiento de argentinidad, vigorizar la libre personalidad nacional, amor por el ejército y la marina, fe y honor argentinos. Y esto ligado a valores: orden público, defensa, tranquilidad, paz, nacionalidad, tradición, dignidad.
La escuela, mediante sus dispositivos, es proveedora de una serie de capitales estéticos que son formas del capital simbólico y de las prácticas de distinción. Esos capitales forman parte de la disputa por la hegemonía de los distintos grupos sociales que pugnan para que sus sensibilidades sean las que integran "la cultura pública" o "la cultura oficial".
La estética escolar no es algo concreto y palpable, definible aquí o allí. Es "un proceso de construcción inter- y multidisciplinario" (Pineau, 2014, p. 25). Tal proceso se incluye dentro de un proceso más global y de los conflictos por la hegemonía que se desarrollan en la sociedad en cuyo seno viven los sujetos. Dichos procesos educativos engarzan la instrucción general con el acondicionamiento del gusto y una red de valores cuya finalidad es que los sujetos puedan formular juicios estéticos apropiados. Al mismo tiempo que se moldea el gusto se modelan los cuerpos generando afinidad, indiferencia o rechazo hacia formas estéticas y actos específicos, lo mismo que disposiciones y apariciones físicas consistentes con esas formas estéticas valoradas. De esta manera, los sujetos percibimos estéticamente las experiencias que tienen otras dimensiones (religiosa, política, económica, social, etc.) y reaccionamos ante ellas desde allí en primer término.
Para comienzos del siglo XX, la estética hegemónica se articulaba en torno a la "civilización" que se modulaba desde la higiene, el recato y la medida, frente a toda forma "bárbara", caracterizada por el exceso, el ruido, el desorden, la suciedad. La estética escolar se presentaba como garante del orden social burgués, laicista o católico, según el caso, mediante una comunidad de hábitos, de afinidades, de sentimientos y afectos, ligados a unas formas visuales, de presentación, de urbanidad, de uso del espacio, de rituales, de esparcimiento, de confrontación, etc. Y esto porque "la cultura (es) como un campo de intensa controversia política" (Benhabib, 2006, p. 21). La acción educativa es uno de los espacios en los que esa conflictividad se juega claramente.
Las asociaciones de fieles en la escuela: Congregación Mariana y la Conferencia Vicentina
El primero de los dispositivos estéticos al que nos queremos referir son estas dos asociaciones de fieles con larga tradición en la Iglesia. En efecto, la primera de ellas fue creada por los jesuitas en el siglo XVI para convocar a sus alumnos en círculos en los que pudieran organizarse para una reflexión del mensaje cristiano más profunda y, sobre todo, trabar relaciones duraderas más allá de la escolaridad de manera de sostenerse en la vida social como católicos que pudieran influir en la política nacional.
Las conferencias vicentinas fueron fundadas por Federico Ozanam en el siglo XIX como círculos de laicos católicos universitarios que unen la formación, la oración y la asistencia de los pobres. Luego fueron introducidas en la escuela secundaria.
Fue el H. Marcelino quien introdujo ambas asociaciones en el Colegio De La Salle. La más reciente era la Conferencia (1917) tenía como objetivos: "el alivio de los menesterosos y ser un centro de estudios sociales" como dice el Libro de la distribución de premios de 1919 (Pág. 29). La idea había surgido de los alumnos que entonces estaban en cuarto año, es decir, los firmantes del desagravio de 1918. La conferencia se movía como un círculo de estudios en el que los alumnos mismos preparaban los trabajos a ser leídos por los compañeros. La dinámica asistencial funcionaba incluso durante las vacaciones. En 1919 el Arzobispo Mons. Espinosa participó de una de las reuniones. Para este tiempo tenía 60 miembros.
Podemos imaginar que las ideas de los estudios no estaban lejos de las ideas de Mons. de Andrea y de Mons. Franceschi anteriormente comentadas. El centro lo tendrían, claro está, las formulaciones del Magisterio de León XIII. Como fue expresado en el artículo publicado en La Colmena en septiembre de 1919 (Núm. 206, pág. 31) con motivo de la Gran Colecta, se trata de
"fomentar el gremialismo sano e inteligente para librar a los trabajadores de las garras de los agitadores de profesión que no hacen otra cosa que envenenarles el alma con odios que a nada bueno pueden conducir. (Los obispos) Anhelan ver de una vez por otra solucionado el pavoroso problema social del conventillo, y quieren que por todas partes se alcen viviendas obreras, cómodas, higiénicas y baratas, que garanticen la vida de hogar de los trabajadores. Desean contribuir de una manera intensa y eficaz a la educación popular, a la difusión de la cultura y, para ello, proyectan la creación de numerosas escuelas y una universidad obrera."
La necesidad de la paz social en Argentina es imperiosa porque,
"la cuestión social, precipitada por las iniquidades llevadas hasta el extremo, la economía liberal del pasado siglo, ha llegado a un punto que si no se presentan a tiempo las soluciones pacíficas, se resolverá en una crisis dolorosa como la que sufre en la actualidad el ex – imperio de los zares" (Ibíd.).
Una de las tareas asistenciales consistía en llevar libros y folletos a los pobres en una especie de biblioteca circulante. En 1919 atendían a doce familias con unos $ 30 semanales en leche, dinero y vestido.
La Congregación Mariana tiene un estilo menos comprometido con la acción social. Pero su vida parece mucho más compleja. El acontecimiento anual central es la fiesta de la Asunción.
Ilustración 2 La Congregación Mariana en 1919 con el H. Ludovico Los festejos se hacían en un salón alquilado fuera del Colegio (Salón Mariano Moreno, Santiago del Estero 1243, en 1919). Era, como dice la crónica de La Colmena, "un torneo artístico" (pág. 28). Comenzó con un discurso del Presidente, luego el concierto de la orquesta de cuerdas del colegio (20 instrumentos) con el canto solista de un alumno. Luego una exhibición de boxeo por parte de alumnos. Después una poesía mariana escrita por un congregante alumno. A continuación, una de las obras teatrales breves escritas por exalumnos congregantes ("De tal raza tales hijos"). Un intermedio musical a cargo de la orquesta de cuerdas del colegio. Después, una conferencia cómica, "ultramodernista" a cargo de un exalumno. Luego, un sainete de Julio Cavicchia, egresado en 1918 siendo prefecto de la Congregación Mariana ("El rabo del perro", de contenido político antimaximalista y xenófoba, presentadora de estereotipos sobre las clases populares, según se desprende de la crónica, pág. 29). La entrada era paga.
Ilustración 2 La Congregación Mariana en 1919 con el H. Ludovico
La fiesta estaba precedida de una novena en el Colegio.
Según se explica en otra nota de La Colmena, en el número del mes de septiembre de 1919, los organizadores, los músicos y los actores celebraron el éxito de la fiesta (pagada por los concurrentes) con una cena en el Hotel Biarritz (Rivadavia y Callao) el 25 de agosto (pág. 24).
Parece importante para descubrir el proceso de formación de la idea nacionalista de patria entrar un poco más en detalle sobre las obras de teatro mencionadas, al menos desde la información que la revista escolar nos brinda.
La primera de ellas, "De tal raza tales hijos", es un drama de Julio Cavicchia, exalumno egresado en 1918, expresidente de la Congregación, miembro de la Academia Literaria escolar. Escrito en verso "presentó escenas arrebatadoras, de una emoción palpitante y sostenidas". Su "fin elevado y dramático", "pintar el alma noble, franca y sin doblez de un americano que logra subyugar a un español, también noble, pero orgulloso de su patria y de su estirpe hasta el fanatismo." (La Colmena, agosto 1919, pág. 29). Es notable aquí el tono nacionalista compuesto como americanismo.
La segunda, "El rabo del perro", es un sainete del Dr. Arturo F. González,
"obra de palpitante actualidad, salpicada de chistes oportunos y de comicidad no forzada, en la que el autor expone una serie de tipos propios y característicos de nuestro ambiente social: el zapatero remendón, que no entiende del 'maximalismo' pero que al fin se deja seducir por la perspectiva de un ministerio en la república del soviet y que afloja sus pesos para los gastos de propaganda; Antoñito, su sobrino, tan enemigo de la burguesía como enamorado del arte dramático; Carbonilla, el tipo de compadrito que vive sin oficio, contando sus milagros y pronto a aprovechar la ocasión de meter la mano en el bolsillo ajeno; Banquells, catalán por más datos; Ventarrón, filósofo de arrabal; Samoiel, ruso amigo de la policía; un pesquisa que luce su revólver; un 'cara-dura', cinco 'pebetes' de la vecindad, un oficial y dos agentes que no detienen a nadie, personajes típicos todos perfectamente trazados por el Dr. González…" (Ibíd.).
Como podemos ver, la presentación de la obra por el "congregante" que firma la crónica, como la obra misma hasta donde podemos sospechar, participa de la típica xenofobia, del antimaximalismo y antisemistismo propios de la estética hegemónica del tiempo. Hay, además, un cierto tono distante frente a la autoridad policial.
A esto ha de sumarse el previo número cómico representado por el Sr. Finocchietti, alumno del colegio, con su "conferencia enigmático ultramodernista" (Ibíd.) que nos señala una ideología conservadora en tono irónico.
En las tres se puede observar una construcción de alteridad en tono de inferioridad que debe ser despreciada. La nobleza del español se ve deslucida por su fanatismo. Los inmigrantes, sobre todo los judíos, pero también los catalanes, son vistos como amenazas, lo mismo que los criollos que no trabajan o que detentan la autoridad pero no la ejercen por su complicidad supuesta. La novedad artística viene descalificada como incomprensible.
Y todo esto cuenta con el beneplácito de las autoridades institucionales.
La Revista La Colmena: Dios-Patria
La revista escolar, la primera en Argentina, nació como una humilde hojita con noticias del Colegio en 1907. Para 1919 es ya una publicación que aparece cada tres semanas de cincuenta páginas con tapa a todo color donde figuran las dos palabras del subtítulo. Once páginas son de publicidades. La suscripción anual es de $ 3,5.
Fundada por el H. Norberto con un pequeño grupo de alumnos, siguió siendo asesorada por él y brindando a los estudiantes un espacio para distinto tipo de expresiones, de organización y de liderazgos.
En 1919, las secciones de la revista se componen del siguiente modo:
Calendario litúrgico y escolar
Editorial
Una poesía
Religión y ciencia (muchos números incluyen aquí la biografía de un católico francés destacado)
Recomendaciones bibliográficas (en general francesas)
Colaboraciones y ensayos (sobre todo de alumnos)
Premios escolares del mes
La lista de los alumnos por curso (dos o tres por número)
Balbuceos infantiles (colaboraciones de alumnos del primario)
Ciencia amena
Espigas sueltas (sección de humor)
Página musical (una partitura sencilla para la práctica de los alumnos)
Práctica de idiomas (francés, inglés e italiano para traducir; se otorgaban premios)
Crónica de las principales noticias del mes. Incluía noticias de otros colegios lasallanos
Concurso de juegos (que también daba premios)
Ilustración 3 Ejemplar de La Colmena de 1917Como parte de la estética escolar, quisiera detallar algunos textos publicados que muestran la ideología nacionalista que circula por el ambiente, además de las noticias que fueron comentadas anteriormente.
Ilustración 3 Ejemplar de La Colmena de 1917
En 1917, en cada número, hay una sección llamada "Tribuna religiosa" y en ella, a pie de página, hay una frase que va variando. Son del tipo "La manzana podrida pierde a su compañera." (Número 164, pág. 7). Aunque la idea no sea específicamente nacionalista, presenta el tono de la construcción de alteridad y de la estrategia de exclusión imperantes.
Cada año, sobre todo para el mes de mayo, el editorial girará en torno al concepto de "patria". Las referencias son, sobre todo, de tono afectivo.
En la crónica de los actos del 25 de mayo de 1917 se nos cuenta que el exalumno Dr. Angel Bianchi Lischetti pronunció un discurso sobre "Dios, Patria y Religión",
"esa hermosa trilogía (que) había sido siempre el ideal de los pueblos cultos y grandes y (que) había sido también la base y fundamento de nuestra nacionalidad. El grito de guerra y la matanza atroz que hoy presencia el mundo, dijo, proviene de que los pueblos han repudiado la Religión y su culto, han echado también al olvido el precepto sublime de Nuestro Señor Jesucristo: Amaos los unos a los otros." (Número 168, pág.17).
No encontramos prácticamente referencias a los hechos externos al colegio con excepción de la Guerra Mundial. Hasta la nieve del 22 de junio de 1918 quedó de lado. En ninguna ocasión vamos a encontrar noticias de los conflictos sociales argentinos o mundiales. Ni siquiera con motivo del "desagravio" de junio de 1918. Una excepción: una nota con motivo del fallecimiento del Dr. Pelagio Luna, vicepresidente de la República muerto en 1919. La nota destaca al "creyente sincero y militante que no conocía respetos humanos cuando se trataba de manifestar su fe." (Número 203, pág. 10).
El tiro reducido: Aquí se aprende a defender a la patria
El espacio que ocupó el tiro en el Colegio De La Salle es el que originalmente estaba destinado a la piscina escolar. La inspección escolar no admitió que hubiera una instalación como esa y, en cambio, sí permitió el tiro.
La frase del subtítulo estaba en un cartel encima del espacio destinado a los tiradores. Ya hemos señalado que la instrucción estaba a cargo de militares y cómo los alumnos iban pasando pruebas hasta llegar a la habilitación como tiradores. Se practicaba tiro deportivo pero, sobre todo, tiro de guerra. Toda esta actividad estaba estimulada con concursos internos y externos.

4 Tiro reducido en 1919
La capilla: Dieu protège la France
El proyecto arquitectónico fue el de copiar la capilla del Palacio de Versalles. La poca disposición de los vecinos a vender sus inmuebles la privó del ábside y achicó el presbiterio. También tuvo que ser simplificada en sus formas ornamentales y empleó materiales más sencillos. De todos modos, es una elegante capilla al estilo clasicista al modo de las capillas palatinas, con dos plantas. Está dotada con uno de los mejores órganos de tubo de la ciudad de Buenos Aires.
A través de las crónicas de La Colmena sabemos la profusa actividad de la comunidad francesa y belga en Buenos Aires para conmemorar batallas, orar por los caídos y rezar por la paz durante la Guerra Mundial. Sabemos, además, que estas ceremonias se hacían con gran boato.
Anualmente, además, se celebraba la fiesta de San Luis, rey de Francia, y de Santa Juana de Arco. Esta santa tiene, en la Capilla, una estatua de mármol que fuera donada por las Damas Francesas al final de la guerra.
Junto a esta santa, en la capilla priman las devociones francesas: el Sagrado Corazón, la Virgen de Lourdes y Santa Teresita. Hay, en el fondo, una imagen de la Virgen de Luján. En lugar destacado, San José con el Niño Jesús, patronos tradicionales del Instituto.
Ilustración 5 La Capilla en 1918Pero el lugar más destacado es el del inmenso cuadro de San Juan Bautista de La Salle poniendo a salvo a un grupo de niños de distintos continentes ante el mar embravecido que amenaza anegarlo todo, incluido el Vaticano.
Ilustración 5 La Capilla en 1918
Es debajo de ese cuadro, en el zócalo que separa un piso del otro, donde, al final de la Guerra, fue escrita la frase del subtítulo. Es ambigua en su tiempo verbal: presente del indicativo o del subjuntivo. Afirmación sobre el presente y el pasado o deseo para el futuro. O ambas cosas.
Las crónicas nos permiten ver, además, que las organizaciones que promueven las fiestas son varias y distintas, incluyendo las embajadas: Damas de la Cruz Roja, Hijas de Franceses, Círculo san Luis, Boy Scouts Franceses, Damas Belgas...
Son también habituales las visitas de militares y funcionarios franceses al Colegio.
Los actos escolares: los desfiles, el teatro y la poesía
Tanto la Revista escolar como el libro de la distribución de premios anuales no dejan de incluir la crónica de los festejos de las fiestas patrias. A ellos debe sumarse la distribución mensual de los boletines que incluía siempre actos artísticos desempeñados por los alumnos tanto de canto como de teatro.
Reviste especial importancia el acto del 25 de mayo de 1919. El acto tuvo dos partes. La primera en el Colegio, por la mañana. La segunda, de 13.30 a 18 hs., incluía un desfile desde el Colegio hasta la Casa Rosada por Callao y luego Corrientes, que terminaba en la Plaza San Martín en el monumento y regreso al Colegio. El Himno fue cantado cuatro veces: Colegio, Casa Rosada, Plaza, Colegio. Al pasar por la Casa de Gobierno, en la parada, tras el canto del Himno, el Presidente de la República saludó al grupo de alumnos (Número 201, págs. 30-31).
Un dispositivo muy importante era la distribución mensual de premios. Era un largo acto en el que distintos grupos presentaban breves obras teatrales, declamaciones, canciones o exhibiciones de algún tipo. Su preparación llevaba muchas horas previas. Se hacía en dos secciones durante el horario de clase: primario y secundario.
A este conjunto debería sumarse tanto la celebración semanal de la eucaristía (cosa tan naturalizada que no se habla de ella en ninguna publicación) como las de las fiestas especiales. Entre ellas sobresale la Peregrinación Anual al Santuario de Luján.
Entre estas peregrinaciones, cabe destacar la de 1918, claro acto de connotaciones políticas. Según promociona La Colmena, no fue obligatoria sino una "manifestación de fe de los estudiantes católicos" hecha el día 21 de septiembre día del estudiante de un año en que fueron protagonistas de la Reforma. "Un día de expansión, digno de la cultura que ha caracterizado invariablemente a la juventud católica." (Número 192, pág. 31). Participarían delegaciones de Uruguay y Paraguay, de las Conferencias Vicentinas, de los Centros Católicos de Estudiantes y otras organizaciones estudiantiles de Buenos Aires y de Córdoba. El colegio invitaba a los estudiantes de los últimos tres cursos del secundario. El orador central sería Mons. de Andrea en un "discurso patriótico religioso" a las 17 hs.
El número siguiente arranca la crónica (pág. 30) con una crítica a la presentación de los diarios de la época sobre lo acontecido "tergiversando" el contenido del encuentro que era sólo "una manifestación de fe". La basílica estuvo llena. Más de 200 eran lasallanos. La nota dice que allí "tomaron la resolución firme de pelear varonilmente con el fin de defender la cruz y la bandera a cuya sombra ha prosperado la nación argentina."
En 1919, en cambio, la peregrinación lasallana volvió a ser exclusiva del Colegio, particularmente de la Congregación Mariana. Se realizó el 9 de octubre y participaron 100 personas. Tras la misa de la mañana, el día se completaba con deporte y almuerzo.
Conclusiones
La escuela como una instalación o una performance nacionalista
Una de las preguntas que guía este trabajo dice así: ¿Podemos entender la historia de esta unidad escolar en aquellos tiempos, y estos dispositivos en particular actuando sobre estos sujetos particulares, como jirones y remiendos ficcionales en la construcción de una inculturación entre la pequeña burguesía ascendente de Buenos Aires, afrancesada y católica?
Parece que se puede hablar de una matriz nacionalista católica doble. Por un lado, la de los Hermanos franceses, sobre todo los exiliados, pero todos en general sensibilizados con la Guerra. Por el otro, el de las familias argentinas de la élite que encuentran en el horizonte del Centenario una reflexión y una movilización que refuerza su propia visión. Hay un encuentro de ventajas mutuas entre los dos grupos. Los Hermanos encuentran un grupo social ávido del capital cultural que ofrecen. Y la respuesta positiva de ese grupo les permite a los Hermanos aumentar su capital social (y económico) y desarrollar su propio proyecto global.
La escuela, como ya lo hemos dicho, actúa sobre las personas como una gran operación estética que transmite una cultura. "Lo que llamamos cultura es el horizonte formado por estas posturas valorativas a través de las cuales la infinita cadena de secuencias espacio temporales está demarcada en 'bueno' y 'malo', 'sagrado' y 'profano', 'puro' e 'impuro'. (Benhabib, 2006, p. 31) Justamente en esto consiste la operación estética escolar, en hacer pasar las valoraciones desde las sensibilidades y los sentimientos. Y en este contexto conflictivo "la cultura se ha vuelto un sinónimo ubicuo de identidad, un indicador y diferenciador de la identidad" (Benhabib, 2006, p. 22).
Ahora bien, los conjuntos de valoraciones del nacionalismo católico francés o argentino está constituido por unas ficciones históricas que seleccionan y recortan acontecimientos del pasado para fundar una patria imaginada. Efectivamente, "los jirones y remiendos culturales utilizados por el nacionalismo con frecuencia son inventos históricos arbitrarios" (Ernst Gellner, citado por Benhabib, 2006, p. 37, nota 5).
La patria en lucha: nación, familia, propiedad y religión
Una segunda cuestión es ¿qué relación podemos encontrar entre cultura, religión y moralidad en torno a la idea de "patria" en una postura que admite una opción extremista como la de la Liga Patriótica?
Son jirones y remiendos, sí, pero en un conjunto que tiene cierta coherencia interna. Hay una afinidad electiva entre relatos, obras de arte, música y pintura, entre narración del pasado y anticipación del futuro.
Esa afinidad elige desde un bloque interés – ideología – identidad. Hay una circularidad de justificación y refuerzo entre estos elementos. Familia – propiedad privada – religión católica – nacionalidad argentina son un conjunto que representa la identidad nacional según la comprende este grupo social. Como dijo Bianchi Lischetti en el discurso aludido: así ha sido desde el comienzo de la argentinidad.
Hay un clima de violencia complejo que puede estar reforzando la opción extremista. Por una parte tenemos el culto del heroismo trabajado en las distintas celebraciones de la Guerra dentro de las que habría que destacar los homenajes a los exalumnos argentinos voluntarios en el ejército francés. Por otra parte, la red de sentido vital que ofrece la escuela incluye dos actividades como la esgrima y el tiro. Pero, recordemos, puede incluir una exhibición de boxeo en una fiesta mariana. Además, es preciso pensar que acontecimientos como el de mayo de 1918. con la invasión del Colegio por parte de 3000 adolescentes, traen una experiencia muy viva a los alumnos para quienes el Barrio de San Cristóbal resultaría prácticamente desconocido.
Identidades e intereses, el compromiso católico
Nos preguntábamos también: si las actitudes políticas no pueden derivarse de las identidades, ¿qué relación se puede establecer entre la noción de "patria" que parece cultivarse y estas actitudes políticas?
Parece ser que es justamente el componente católico el que autoriza un lenguaje belicoso, como de minoría agredida. En palabras de Mons. de Andrea, es como si fuera la última oportunidad que los católicos argentinos tenían para volver las cosas a su cauce. El peligro de un protagonismo de las masas es visto como algo muy real y cercano.
Nosotros somos la patria
¿Quién es el sujeto de esta construcción de la idea de "patria" en tiempos en que "la masa" reclama protagonismo?
"La nación es un conjunto construido por partes relativamente homogéneas. (…) Es el nacionalismo quien crea las naciones y no a la inversa."" (Ortiz, 1996, p. 108). Planteamos al comienzo la existencia de distintas élites que ejercen su posición hegemónica desde distintos campos: el económico, el político, el simbólico. Este último es, claramente, el más discutido. Pero los grupos, con intereses comunes, forman un bloque histórico firme. Es desde allí que se genera la "restauración nacionalista" de la Generación del Centenario.
Este es el nosotros que está imaginando la patria a la que el grupo de nuestros protagonistas adscribe. Un grupo que identifica sus intereses de clases hegemónicas, sus linajes familiares y su religión con la patria.
Los bárbaros están a las puertas
¿Y cómo aparecen las construcciones de la otredad?
Justamente son la anti patria. Y eso porque son, en la imaginación de estos grupos, anti religión, anti familia y anti propiedad.
"Las ideologías y los movimientos nacionalistas rechazan la 'otredad' inherente en la raíz de toda cultura" (Benhabib, 2006, p. 34) Los nacionalistas argentinos de aquel tiempo no quisieron ver diferencias en el interior de la constitución de la nación. Imaginaron todo reclamo obrero como algo venido de un afuera peligroso, y se imaginaron a sí mismos como habiendo estado siempre en esta tierra. Se quisieron entender como civilización y remitieron la barbarie a un afuera imaginario que estaba ya llegando a las puertas para destruirlo todo.
Un nuevo mundo de armonía
Por último, ¿qué clase de modernidad se plantea en estos jirones y remiendos?
De acuerdo al mensaje social cristiano, no se trata de una sociedad sin clases sino de una comunidad en la que patrones y obreros resuelven sus problemas en armonía. Pero, como destacamos en los discursos de Mons. de Andrea, el esfuerzo mayor no parece que tenga que hacerlo el grupo hegemónico sino que los obreros deben salir adelante con su esfuerzo.
Por otra parte, parece que en esta visión el lugar del Estado fuera sumamente pasivo. Hay, esta comunidad imaginada del futuro, un puesto preeminente para la Iglesia. Es una nueva cristiandad.
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Materiales de Archivo del Distrito Lasallano de Argentina – Paraguay
Colección Revista La Colmena 1917, 1918, 1919
Libros de premios del Colegio De La Salle 1917, 1918, 1919
Histórico del Colegio De La Salle
Archivo fotográfico del Colegio De La Salle



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