Música espanyola per a guitarra. Del romanticisme al nacionalisme – Carles Trepat (La Mà de Guido LMG2012. 1995) [Recording review]

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Descripción

observar con claridad las diversas variaciones de que consta la obra, Wínter Varíatíons está pensada como un solo movimiento. Así, el motivo de dos compases que aparece al inicio de la pieza, como si se tratara de un personaje, comienza su andadura por toda la composición exponiéndose a un sinfin de situaciones que le hacen mudar el ánimo constantemente. En términos generales , la armonía que subyace en la obra es modal, enriquecida con fragmentos de escalas cromáticas o acordes formados por intervalos de segunda y séptima. A esta sonoridad contribuye también el que la melodía en muchas ocasiones vaya acompañada de otra voz a intervalo de cuarta, quinta u octava. Por otra parte, el cambio continuo de compás , que expande o contrae las frases musicales, se convierte en un recurso generador de una enorme tensión. Por ejemplo, podemos observar que las variaciones más rítmicas y de tempo rápido lo cambian casi cada compás, mientras que las variaciones de tempo lento casi no lo modifican. En esta obra también desempeñan un papel importante los armónicos naturales que, como en el preludio al que me he referido más arriba, representan la sonoridad de las campanas .

con la posibilidad de acercarse a la música de compositores de diversas partes del mundo, gracias a la globalización y al desarrollo tecnológico de los medios de comunicación, me parece muy importante que, al lado del repertorio consagrado de la guitarra y en un ejercicio colectivo de valoración del nuevo, podamos escuchar en las salas de conciertos, con una mayor frecuencia, obras de nuestro tiempo que aviven aún más la curiosidad y el gusto por la música que sólo puede surgir en el comienzo del siglo XXI, dos cualidades que, en mi opinión, Wínter Varíatíons sabe avivar.

Gerardo

ACUÑA

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La obra de Donald Crockett aprovecha muy bien los recursos de la guitarra y se adapta muy bien a ella. Además, es una pieza rica en matices y cambios de tempo, lo que genera un gran interés en el oyente. Si tuviera que destacar algo de la obra, sin dudarlo pondría el acento en las secciones lentas , que están tratadas con gran delicadeza y, por su sonoridad, están entre las partes más bellas de la obra. Hoy en día podemos apreciar cómo el repertorio de la guitarra se incrementa enormemente y de forma veloz con nuevas composiciones. Basta con revisar los catálogos de las diferentes editoriales musicales para comprobar lo que he señalado. Por supuesto, cantidad no es sinónimo de calidad. Sin embargo, sabiendo que los intérpretes se encuentran

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Discos Música espanyola per a guitarra: del romanticisme al nacionalisme - Caries Trepat La Ma de Guido LMG2012. 1995 Cinco son los nombres propios que completan el programa auspiciado bajo este título: Miquel Llobet (1878-1938), Francesc Tarrega (1852-1909), Julián Arcas (18321882), Dionisia Aguado (1784-1849) y Antonio José Martínez (19021936), comúnmente conocido como Antonio José. Y verdaderamente son cinco nombres a través de los cuales es posible rastrear no sólo algunas trazas estilísticas de la guitarra de los siglos XIX y xx, sino también gran parte de la constitución y evolución de la llamada escuela guitarrística española. En este último aspecto , naturalmente, el nombre de Antonio José, el único no guitarrista, habría que vincularlo irremediablemente al de Regino Sainz de la Maza. Es tópico afirmar que se erige en una empresa harto dificil el intento de delinear con mano firme la delgada línea que separa romanticismo de nacionalismo, p ero precisamente en esa perífrasis estilística, en esa vaguedad de rasgos , es donde se asienta uno de los mayores encantos de la selección propuesta por Trepat. De la microforma -que intenta asir en música un sentimiento o sensación- al empleo del aire popular con fines expresivos -tropezando adrede con lo costumbrista como reclamo de lo propio-, queda expuesta una idiosincrasia común a las etiquetas romántico y nacionalista: la primacía de lo que se quiere decir sobre el cómo decirlo . Por supuesto, esto en absoluto supone que el cómo decirlo sea del todo superflu o (ahí está toda una Sonata para guitarra de Antonio José); más bien se refiere a una especie de arrendamiento y subordinación d el continente con respecto al contenido. ¿De qué forma, si no, s e

explican títulos como Plany, Marieta, Adelita, El mestre, Can9ó del Lladre, El testament d 'Amelia o Las dos hermanitas .. .? Revestido de una inocencia que da rendida victoria sobre el cliché, sea de lo sentimental o de lo pintoresco, Trepat ahonda aquí en su profunda preocupación por el sonido y nos brinda una revisión interpretativa llena de pulcritud y aire fresco. Frente a las poses manidas de algunas de estas obras consideradas -no sé en qué sentido- "de repertorio", él nos ofrece una versión con sabor y olor a nuevo, a actual. Frente al estereotipo, lo sencillo y lo auténtico, que sólo en el buen intérprete van de fuera a dentro y de dentro a fuera. Y bajo este prisma, que se asienta además en el zócalo de una pulida técnica, sí es posible saber qué decir en cada momento y cómo hacerlo. Se trata, en definitiva, de tener una cada vez mayor familiaridad con el tan ansiado equilibrio de fuerzas aristotélico. Arturo Tmo Ru1z-PÉREZ

*** Manuel Quiroga - Caries Trepat. Llora la guitarra Nuevos Medios 15761 CD. 1999 Cuando una obra transciende el nombre de aquel que la ha hecho , relegándole a un estado de pseudoanonimato , normalmente quiere decir que ha pasado a convertirse en parte de esa especie de peculio cultural propiedad de todos . Este es el caso del Maestro Quiroga (18991988). ¿Quién no sería capaz de decir de carrerilla un ramillete de obras recogidas en esta grabación al hilo de una pregunta, o una conversación, referente a la canción española? ¡Ay, pena, penita!, Ojos verdes, Maria de la O, Francisco Alegre, Tatuaje ... son títulos y melodías que resuenan en la mente de cualquiera, pero ¿ocur riría lo mismo a la inversa, si la cuestión girara en torno a las composiciones de Manuel López Quiroga ...? Mejor no hacer la prueba. Además , en el

mundo de la copla, no hay que obviar el hecho de que en la conciencia colectiva pese mucho más el nombre del que interpreta que el de aquel que compone. Cómo olvidar la versión de Maria de la O de Marifé de Triana o el ¡Ay, pena, penita! de Lola Flores . Así las cosas, como rendido homenaje al creador en el centenario de su nacimiento, Trepat presentó en 1999 esta su ofrenda personal desde la guitarra. Una ofrenda que está dividida en dos partes: el cuidado y esmerado arreglo y edición (Catorce canciones del Maestro Quiroga, arregladas para guitarra por Carles Trepat, Madrid: Ediciones Quiroga, 1999) y la sentida interpetación en la grabación. Inteligentemente digitado, el arreglo demuestra la adecuación guitarrística del repertorio en una ejecución cabal, sorprendente en el detalle , virtuosa, hasta el punto de hacer olvidar por momentos que esas melodías tienen una letra, y no precisamente poco conocida. Desde luego, esta es una grabación que hará disfrutar por igual al devoto de la canción española y la copla, y al amante de la buena música para guitarra. Tampoco hay que perder de vista el hecho de que, si buena parte de las más de 5000 canciones del Maestro Quiroga han pasado al acervo de lo popular, esto ha sucedido gracias a su pericia y a su capacidad de gestión de recursos musicales como compositor, por así decirlo, "clásico". Arturo Tmo Ru1z-PÉREZ

*** Caries Trepat interpreta Frederic Mompou Zanfonia H-100047. 2000 Intacta, contemplada. Así es la música de Frederic Mompou (18931987). Como un acorde de nubes, como una suspensión sobre el cielo, como el rumor intocado de una voz -sin palabras- que termina .. . diría el poeta. Una voz callada, "íntima y necesaria, rara, preciosa, fortuita, del propio corazón" (Gerardo Diego),

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que se hace aquí guitarra. Y en ello, ya sea a partir de la concepción original para este instrumento (la Suite Compostelana y la Canción y danza n º 13) o de la transcripción (La Barca y Gitano de Impresiones íntimas, Canciones y danzas n°8 4, 6 y 10, y el Preludio nº 6), qué dificil es para el buen intérprete adentrarse con éxito en el reino de acentos de esa voz y, lo que es más importante, salir airoso del empeño. A fe que Trepat lo ha logrado. Desde las Impresiones íntimas (1911), debut compositivo de Mompou, hasta la Canción y danza n º 13 (1972), hay una constante que recorre vertebralmente lo alto y ancho no sólo de la cuidada selección aquí presentada, sino también del grueso de la producción mompouiana: la esencialidad. "Solamente quise expresar unas íntimas impresiones de la manera más sencilla posible", nos dice el compositor a propósito de sus Impresiones íntimas, pero vale para toda su obra; máxime cuando no hay nada en ellas que verdaderamente falte después. Resonancia natural, amor a los sonidos puros, al silencio ... a un silencio que se entiende como capacidad dialéctica de verificación, como marco, nunca como espacio vacío. Economía de medios, al fin y al cabo, que hace de su piano algo especial, algo exquisito. De su piano , sí, pero ¿qué ocurre con su guitarra, o mejor, con la guitarra? Ahí entra el desafio que asume Trepat como transcriptor e intérprete. Más allá de lo que el mismo Mompou -con Segoviaquiso decirnos a través de ella, el instrumento es retado a hablar un lenguaje, el del piano mompouiano, que no es el suyo, sin menoscabo de intentar, además, mantener su propia personalidad idiomática. Visto así, la batalla tiene visos de perderse de antemano. Sin embargo, las cosas pueden cambiar si uno tiene en cuenta que, la mayor parte de las veces, la verdadera matriz del problema no es de orden mediático, sino de la comunicación misma o, lo que es igual, de la interpretación. Tal como sucede en esta grabación, el

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