Modernización de la tradición oral: los nuevos informantes

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Descripción

Los nuevos informantes

· Modernización de la tradición oral · Los nuevos informantes

(Portada del disco “Contradición”, de Eliseo Parra. Foto y diseño: Chuchi Jiménez)

Autor: Pablo Rodríguez – Tembleco Guilabert Destino: Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Geografía e Historia. 3º de Grado en Musicología ~1~

Los nuevos informantes

INDICE:

1.- Introducción…………………………………………………………………………..

2.- “No lo llames Folk”. Aclaraciones sobre el uso de la música de tradición oral por parte de las bandas modernas y sus métodos de composición……………………………

3.- “¿Qué fue primero?”. Explicaciones sobre la atracción de los artistas por la música tradicional y sus objetivos para con ella..............................................................................

4.- “Depende de las orejeras”.Efectos de esta música sobre el público general y los informantes. Relaciones con la etnomusicología y sus términos…………………………

5.- Conclusión…………………………………………………………………………….

6.- Bibliografía…………………………………………………………………………...

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1.- Introducción

En algún momento de nuestra vida, siempre condicionados por nuestras propias circunstancias, sacamos a la luz todas y cada una de nuestras pasiones, arraigadas en nosotros aun cuando no podemos averiguar su origen, que una vez echaron raíces en nuestra sangre por una buena razón. En mi caso, como en el de tantas personas tan y más capaces que yo, cuerpo y mente han evolucionado en armonía con la música que se escuchaba en casa. Pero el privilegio que yo he obtenido no ha sido otro que el de oír ensayar año tras año, semana tras semana, a una banda de música tradicional al completo en el propio hogar. Fue hace relativamente poco cuando me di cuenta de la importancia de este hecho. Creo que el desarrollo de mi gusto por toda clase de música ha sido gracias a haber bebido de las raíces más simples y puras de los sonidos atemporales de la música del pueblo. Es palpable que, muy tristemente, la música de tradición oral tiende a perecer por el mero hecho de que nuestra sociedad avanza a un ritmo vertiginoso, tanto para bien como para mal, teniendo que renunciar a mucho de lo que teníamos para hacer hueco a lo que está por venir.La música, como todo arte, se vale de las circunstancias de la gente para nacer, crecer y existir, y esas circunstancias han cambiado tanto que resulta muy difícil hoy día escuchar de un hombre o mujer de a pié una canción de ronda, o unas coplas de lavanderas. Sin embargo durante el pasado siglo, y lo que llevamos de este, han aparecido grupos de música que han hecho que este fenómeno musical tenga la posibilidad de pervivir más allá de esas circunstancias que han dado lugar a su supervivencia hasta ahora. Sin lugar a dudas, pienso que la labor de estos grupos es mucho más rica, interesante y favorable para la música que mantenerlos en cancioneros como oro en paño, donde tras el trabajo de campo el objetivo se ha completado. Y esa es mi pretensión máxima con la realización de este trabajo: validar su labor y dar la importancia que merecen aquellos grupos que se dedican a rescatar la tradición oral. Desde luego, al igual que sucede con muchos artistas y compositores de otros estilos musicales, merece la pena indagar en los aspectos fundamentales de su música, sobretodo porque, como veremos, el uso de la música conocida comúnmente como

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“folk” no se limita al campo de la interpretación, la puesta en escena o su distribución, si no que cada acción de estos grupos tiene un porqué añadido. Para realizar esta tarea, me he servido del testimonio de varios artistas dentro del género, y la escucha y revisión de su trabajo tras la labor de campo, focalizando el punto de mira en el grupo Aljibe y en el artista Eliseo Parra, pues considero que son dos de los más importantes exponentes musicales de la música de tradición oral española, que han tocado todos los palos que compromete este estilo musical y sirven de ejemplo perfecto para los objetivos antes descritos. Es innegable también la simpatía y el cariño que siento hacia su música y la admiración hacia todos los artistas implicados en ambos exponentes, pero no por ello creo se debe restar alguna importancia a este trabajo. Al fin y al cabo, la motivación es la herramienta impulsora más importante para llevar a cabo con buenos resultados aquello en lo que nos involucramos, y ellos son el motor que mueven las palabras contenidas en estas páginas. Haciendo referencia a lo dicho, quiero agradecer especialmente a Paco Díez su buena acogida en su aula-museo y su ofrecimiento como guía, a Eliseo Parra por su desinteresado ofrecimiento para charlar conmigo de este mundo y su implicación en él, y a cada uno de los componentes del grupo Aljibe por estar ahí siempre para consultarles todas mis dudas y ofrecerme su experiencia. Dedicadas a tan maravillosas personas van estas páginas.

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2 .- “No lo llames Folk”

El título de este apartado ilustra las primeras palabras de corrección de Eliseo Parra sobre mí al preguntarle sobre su música. Realmente, este estilo musical recibe muchas etiquetas que pueden llegar a desvirtuar lo que verdaderamente significa. Por una parte, tratar de música Folk a su música puede ser contradictorio por sus primeros usos y procedencia anglosajona, pues ella no sólo se refiere a la música de tradición oral, sino también a la música popular moderna, que surgió de unos movimientos de protesta en EEUU, con base folklórica. Pero, ni tales son las pretensiones de estos grupos, puesto que no siguen las ideas de un Bob Dylan de mitad de siglo XX, ni se busca la catalogación decimonónica de conservación inmutable que perduró en la mente de muchos folkloristas académicos durante más de cien años. Lo que realmente se busca es crear la música de uno, que identifique y exprese lo que el artista quiere transmitir, sus apetencias y pasiones. Lo único que cambia en este aspecto frente a otros estilos musicales es su base: la música de tradición oral. El desarrollo de un tema por parte de estos grupos es, simplemente, de forma natural. Esto quiere decir que a la hora de componer, arreglar o dar forma a una canción, los componentes de las bandas no buscan otra cosa que darles un sentido con sus propios recursos, con aquello que llevan recopilado como experiencia musical en cada momento del tiempo, es decir, su bagaje. Aunque en el caso del grupo Aljibe y Eliseo Parra hayan realizado en varias ocasiones trabajo de campo y se hayan involucrado activamente en la vida tradicional, eso no significa que solo tengan como referencia esa música. Estas agrupaciones cuentan con músicos académicos que conocen e interpretan la música de todas las épocas del hombre, con virtuosos que demuestran su técnica mediante su formación en conservatorios o por el mero hecho de tocar activamente sin necesidad de pasar por una academia,…La variedad de situaciones hace posible que el mismo tema tradicional sea fácilmente identificable y a su vez completamente distinto en cada agrupación. -

El caso Eliseo Parra

Proveniente del mundo del rock y el jazz, hace patentes estos estilos en sus composiciones de forma que, a priori, a uno le hace pensar si de veras lo que está escuchando tiene algo que ver con la música de tradición oral o no. Sin embargo, él

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mismo nos despeja las dudas enseguida. Su uso natural de la voz y otros rasgos musicales que evidencian el origen de las canciones (uso de determinada instrumentación, ritmos, giros melódicos, baile…) se hacen patentes entre las armonías de JethroTrull o Chick Corea, dando lugar a una música cargada de lo mejor de estos estilos. -

El caso Aljibe

Al ser una banda en la que cada componente aporta siempre algo en cada uno de los procesos de elaboración de un tema, siendo a día de hoy siete músicos, las influencias son muy variadas. Por lo tanto, encontramos en su discografía una evolución importante de estilos, donde cada vez se recurre a fuentes más alejadas de las provincias que forman el territorio español y toda la península ibérica. La confluencia de estilos y su unificación se refleja en una música rica con tintes claros de su procedencia original. -

El caso La Musgaña y otros grupos instrumentales

También existen otras agrupaciones o artistas como La Musgaña, KepaJunkera o Carlos Núñez donde la música de transmisión oral se ha convertido curiosamente en algo completamente instrumental. Salvo contadas excepciones, esa es la regla que impera en sus composiciones. Las voces se sustituyen por un instrumento que tan sólo interpreta la melodía recogida de cada tema, y sus coplas por lo tanto, quedan al margen de la canción. Sus canciones no por ello son de alguna manera de escasa calidad, puesto que son músicos de reconocida fama internacional, muy capaces y geniales virtuosos, aunque es cierto que se pierde un factor importante que los grupos de transmisión oral marcan como objetivo: la expresión vocal. En este punto lanzo una pregunta sobre la que hablaremos más adelante,… ¿Es lícito prescindir de una parte tan importante de una canción tradicional como lo es la letra? · Formas de composición e interpretación Vemos que hay un punto en común muy interesante en todos estos grupos. Uno muy sencillo. Y es que ninguno de estos grupos desea que los temas se pongan en escena tal cual fueron recogidos. Para ellos no se trata de imitar a esos informantes de ninguna de las maneras. Tampoco de superarlos en los aspectos musicales. De hecho muchos artistas remarcan que esos informantes, al ser los verdaderos conocedores de las tradiciones, son los verdaderos expertos. Tratar de imponer su manera de interpretar la

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música tradicional frente a estos expertos es erróneo. Todo lo recogido es la base sobre la que se fundamentarán sus canciones y nada más que eso. A la hora de abarcarlas se versionan tratando de respetar el porqué de la existencia de las canciones. Estos grupos mantienen una coherencia con la función para la que fueron interpretadas y los espacios donde tenían lugar. Si la canción incluye baile, hay que bailar, o hacer una versión bailable de ella con los pasos de danza propios de su estilo. Para conseguir esto, lo fundamental es ceñirse a unas características que hacen a una canción ser lo que es. Lo normal es no modificar el ritmo del tema, de esa manera no se pierde su esencia, al igual que el canto. Si se incluyen nuevos ritmos de otros estilos, es necesario que pueda seguir cantándose sobre ese ritmo, que pueda empastar por sí sola. Al hablar sobre cómo hacer encajar lo que el artista quiere a una canción tradicional, Eliseo Parra remarcaba: “La elaboración de un tema lo hace el propio tema. Es decir, al tema tienes que ‘vestirlo’. Tienes que ir poniéndole ‘trajes’ y el propio tema te dice si le gustan o no, así vas descartando opciones para dar la manera más adecuada de encajar la melodía y las armonizaciones. La música llama a la música para ayudarse de ella”. La instrumentación también es fundamental para mantener la esencia de una canción. Como el pueblo llano, en la mayoría de las ocasiones, no podía permitirse adquirir instrumentos musicales o debía adaptarse a las circunstancias (tocar en la cocina donde en invierno hacía más calor,…) es importante utilizar lo que ellos utilizaban. Pueden ser desde una sartén, un almirez, un cuerno de cabra, un pito hecho con cañas, tejoletas,… Vemos en muchos temas de estos grupos que se pueden afrontar con partes que sean similares a la tradicional y luego agregar partes originales1, o innovar desde un principio con nuevas melodías y armonías2. Entonces, visto lo visto,… ¿Qué hace realmente diferentes a estos grupos de otros de diferentes estilos en cuanto a su música? En el siguiente apartado vamos a ver qué es lo que influye directamente a la hora de elaborar los temas a las agrupaciones y sus consideraciones previas para con la música tradicional.

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Ejemplos son La Juliana de Eliseo Parra o El Mulerito de Aljibe. Estos ejemplos los tenemos en temas como Marianita de Eliseo Parra o El lavadero del grupo Aljibe.

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3.- “¿Qué fue primero?”

La canción tradicional se puede tratar de muchas maneras dada su naturaleza y su modo de transmisión. Así como un arqueólogo descubre en una ubicación concreta restos de una antigua civilización y trata de reconstruirlos para darles un sentido, los músicos de estas bandas tienen la posibilidad de rescatar las canciones enterradas en la memoria de unos pocos para revivirlas y que no se pierda junto a la vida de los hombres.Pero la labor de campo por sí sola no cumple los requisitos que necesita la música para que perviva. Se necesita que la gente la escuche, que la cante y la transmita. Y debido a los gustos de la mayor parte de la sociedad de hoy día, es incuestionable que no mucha gente siente agrado por escuchar una canción tradicional en su más alto grado de “pureza y sencillez”. Sin embargo no podemos culpar a nadie de que el romancero español esté de capa caída (aunque se pueda señalar en parte a una pésima gestión educativa) o que en cada casa de Castilla La-Mancha se haya dejado de tocar la sartén. La solución está básicamente en adaptarla a los tiempos que corren. Y así quizás, como el grupo Tierra Santa ha conseguido que varias generaciones de adolescentes puedan corear a Espronceda de principio a fin, exista una afición por la música de tradición oral en un ámbito modernizado que garantice un mínimo de su supervivencia. · Pretensiones de estas bandas con la tradición oral Sea por motivos tales como el gusto personal por alguna canción (pertenecer al lugar de origen de uno, sentir atracción por la letra o la melodía) o por darse cuenta en un momento como arreglar una pieza previamente recogida, los grupos resucitan esas canciones bajo su sello. Ha sido este sencillo paso el que hará que aquellos que consuman las manifestaciones musicales de las bandas tradicionales puedan transmitirlas o conservarlas para un futuro. ¿En qué se han convertido de repente estos músicos? Efectivamente, ellos son los nuevos informantes. No importa de qué modo la interpreten. No importan si quiera el cómo, cuándo y dónde. Los medios de reproducción digitales, o el mismo internet, hacen posible que alguien como yo sepa qué se cantaba desde hace siglos en un punto cardinal concreto del planeta. Sin ningún tipo de duda ellos son los que realmente hacen porque la música de tradición oral siga viva.

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Todos aquellos musicólogos y músicos con los que he tratado, pudiendo dar una validación sobre su criterio, me han hablado del respeto. Respeto por las tradiciones. Estas bandas también siguen este ejemplo. Claro que hay muchas trabas a la hora de interpretar la música de esta índole por razones evidentes: descontextualización, evasión de la función para la que servían, inclusión de formas musicales más modernas, uso de equipo técnico,…Pero todo ello no quiere decir que no exista una conciencia sobre estas cosas. Es más, ellos tratan de contextualizar esa música en un escenario de modo que la gente pueda adquirir cierta información adicional sobre lo que escucha que de otro modo obviaría. Mediante la danza, el uso de determinados instrumentos, el uso de una voz natural (Eliseo Parra explicaba: “En la música de tradición oral no otorgas voces falsas a la interpretación. Uno canta como habla”), aclaraciones previas a la actuación y la expresión corporal, se consigue hacer llegar su mensaje al público. Según la evolución de cada artista, las pretensiones sobre esta música cambian. Ilustrando esta situación, Aljibe era en sus comienzos una banda influenciada por la banda Nuevo Mester de Juglaría que hacía sus versiones a partir de cancioneros o fuentes sonoras. Más adelante, los integrantes Juan Rodríguez – Tembleco y Manuel Marcos Bardera se dedicarían al trabajo de campo a petición de distintas instituciones, para recopilar los cánticos de distintas regiones del territorio español, aprovechando la ocasión para adquirir más material para el grupo. Lo que era una oportunidad para realizar nuevas versiones también se convirtió en nuevo interés por la historia sobre cada cántico. Detrás de esas canciones no solo hay ya un interés musical, sino también una búsqueda antropológica sobre su origen y su relevancia sobre cualquier hecho histórico. Manuel Marcos contaba cómo le sorprendió encontrar una canción titulada Ay, Manuela cuya fecha es desconocida y su parecido a la famosa Ay, Carmela (o El paso del Ebro) en el ámbito tradicional, dando lugar a una aún incesante búsqueda de “qué fue primero”. · La constante de la tradición De cualquier forma, el hecho de “adaptarse o morir” ha sido demostrado a lo largo de la historia con millones de ejemplos. Las tradiciones y su música no son ajenas a él. Es por ello que según los testimonios recogidos por los artistas dentro del estilo están de acuerdo en este punto; sería poco acertado a día de hora reproducir las canciones de tradición oral tal y como se recogen, dado que no podrían ser puestas al

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público general y la música tradicional se convertiría en un hombre herido de muerte. Los grupos de música tradicional tienen muy claro que sus obras son una transformación contemporánea de esa música surgida entre el pueblo llano, y por lo tanto nadie antepone la suya como más válida que la de cualquier otro. Además, reproducirlas tal y como se recogieron en un momento (el más alejado posible a este tiempo) no nos asegura que sea la forma más fidedigna de tocarlas. De hecho, ¿no es más seguro pensar que esas canciones, dada su atemporalidad, ya han sufrido un indeterminado número de variaciones? Sabemos que era imposible que las interpretaran con una guitarra eléctrica, pero lo mismo podría decirse de que siglos atrás tampoco se podían interpretar con un clarinete o una trompeta. Como apuntaba Manuel Marcos: “La música folk es como los chistes, universales, y en cada sitio se cuentan de una manera distinta”. · Lo que los grupos esconden Visto lo visto, estas bandas que han modernizado la tradición oral guardan algo que el resto de agrupaciones de otros estilos no pueden abarcar: un considerable valor de carácter etnográfico. Detrás de lo que cualquier artista pueda aportar a estas piezas hay un puñado importante de verdad, de identidad folklórica: “…si a la mayoría de los temas incluidos en el disco los desvestimos de los arreglos instrumentales, si nos quedamos solo con la voz de Eliseo y la de los intérpretes que lo acompañan, encontraremos el más puro estilo de canto tradicional del pueblo riojano.”3 Pero esta tarea etnográfica no acaba aquí. Vamos comprobar a continuación, en el último capítulo, que ni la relevancia de este proceso de modernización de la tradición oral consiste solo en rescatar algo del pasado, ni que la cultura popular y todo lo que engloba al folk ha sido creado por completo tiempo atrás. Ahora veremos cómo los habitantes de distintos lugares se relacionan con el fenómeno de los grupos tradicionales modernos y sus reacciones frente a su trabajo.

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ASENSIO GARCÍA, Javier. Eliseo Parra. Canciones tradicionales riojanas. Espiral Folk, Alberite, La Rioja. 2012, página 8.

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4.- “Depende de las orejeras”

A modo global, podemos decir que dada la información coleccionada a lo largo del tiempo por distintos sitios del mundo, la mayor parte de la gente está dispuesta a compartir su cultura y tradiciones con los recopiladores. Obviamente esto se consigue ganando la confianza de las personas, de una forma leal y honesta – o así debería ser -, y las respuestas a ese trato y respeto se devuelven de la misma manera. Por otra parte, están otro colectivo de informantes que no quieren transmitir nada y se llevan su conocimiento a la tumba. Estas personas tienen otra visión de aquello que poseen, pues para ellos dar cierta información es como si les arrancaran un pedazo de su alma. Son conceptos tan intrínsecos a la persona que da una importancia vital a su confinamiento. Otros piensan que los recopiladores son simples aprovechados o que van desvirtuar lo que ellos les puedan decir. Cuando se trata de respetar un tema y a sus informantes, en su elaboración se tienen en cuenta factores que den representación del origen de esa música. Se dan aires que recuerden a la región, se juega con músicas del mundo que encajen, y no se traducen las letras, sino que se cantan en la letra original. La cuestión es que las canciones no pierdan su identidad. Además, siempre se da cuenta de quienes son los informantes, a no ser que se quiera mantener el anonimato. Según muchos artistas dentro del estilo, en estos aspectos hicieron mucho daño al mundo folklórico la sección femenina y los grupos de coros y danzas bajo el yugo de la dictadura franquista, que entregaron una imagen falsa de las tradiciones españolas y ocultaron otras tantas. Esto también derivó en una desconfianza de los informantes a los recopiladores posteriores. · Aquellos que escuchan sus tradiciones Al igual que ocurre con la disposición de los informantes por compartir su sabiduría, también existe disparidad por los oyentes que escuchan las canciones que conocen de manos de estos artistas que las transforman o modernizan. Por el grado de éxito que suelen tener en sus actuaciones, parece ser que a la mayoría le gusta lo que oye, incluso muchos se sienten identificados con las canciones, llegando a dar las gracias personalmente a estos artistas por evocarles sus sentimientos a través de esa música. Hay otra reacción de un público que puede llegar a dar una valoración de la calidad de los artistas o el gusto por las canciones en sí positiva, pero no les parecen

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bien muchos de las aspectos de la música o la interpretación. Los más señalados son la descontextualización (cantar algo fuera del mes para el que fue concebida la canción), la interpretación instrumental (porque en una región un instrumento se toca de una manera distinta a la vista en el escenario), y el canto y la letra (dado que en una localidad existe una canción que se recogió en otra zona y las coplas o el estilo de canto pueden variar). Finalmente hay otro tipo de público que directamente rechaza estas manifestaciones porque están fuera de lugar en todos los sentidos para ellos. Incluso puede llegar a molestarles personalmente que estos grupos existan. · Opiniones a día de hoy Habiendo realizado una encuesta a una veintena de personas, la actividad de esas personas con la música folk o de tradición oral, la mayoría de rango de edad de dieciocho a treintaicinco años, es que la mitad de ellos escuchan habitualmente música folk, que la mayor parte conocen grupos dentro del estilo aunque no consuman su música, y no saben si hubieran conocido la música de tradición oral sin la existencia de estos grupos. El dato más interesante es que ninguno de los encuestados cree que estos grupos atenten de alguna manera con la autenticidad de los temas por arreglarlos a su manera. Opinan que su trabajo es respetuoso con las tradiciones, que los convencionalismos sobran, imperando el gusto por encima de ellos, que esta música está viva y que se puede jugar con ella, pues es erróneo considerar que esta música ha de permanecer intacta, y por último que este tipo de música no está tan valorada a nivel nacional como se merece, en comparación con el mimo que se le da a música tradicional en el resto de Europa. Una quinta parte no saben que contestar acerca de esta problemática. · La nueva música se convierte en tradición La música compuesta por autores muchas veces ha tenido más repercusión de la esperada, o se ha convertido en himno o señal de identidad para una población o evento en particular. Esto ha ocurrido por ejemplo, en la canción popular, con Asturias, Patria querida, que se convirtió oficialmente en himno del Principado de Asturias en 1984. Pero a día de hoy esto sigue sucediendo. Partiendo del grupo Aljibe, una de sus letras ha sido himno de distintas manifestaciones del pueblo ribereño de Aranjuez en varios actos, – la canción dice “que no será así, que no será así, si los ribereños se plantan aquí” – y cuya letra está recogida en una de las canciones que el grupo Aljibe compuso

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para la representación anual del teatro El Motín de Aranjuez, donde el pueblo madrileño se rebela contra el nombrado Príncipe de la Paz, Manuel Godoy, allá por el 1808. Más significativo es otro ejemplo que brinda el pueblo canario por la desaparición hace casi un siglo, en extrañas circunstancias, de un barco de inmigrantes hacia la Habana cuya tripulación era, en muy alto porcentaje, de origen canario. El grupo Aljibe decidió crear una letra y tema originales4 contando la historia del fatídico desenlace de aquella tripulación, el Valbanera, a lo que la población canaria respondió convirtiéndolo en un elemento de su recuerdo, dándole lugar entre sus tributos a dicho acontecimiento5. · Los grupos tradicionales contemporáneos y la etnomusicología Al finalizar el primer apartado lancé una pregunta sobre lo lícito que era realizar versiones instrumentales de canciones tradicionales. Bien, si nos arraigamos a fuentes académicas, hacer este tipo de música resultaría bastante poco acertado (salvo que sean instrumentales desde un principio). Quizás por ser una disciplina relativamente nueva, la etnomusicología comprende una serie de facetas que hasta comenzado este siglo han permanecido muy arraigadas al siglo XIX, y por lo tanto chocan con las manifestaciones musicales de los grupos de tradición oral. Tienen que ser etnomusicólgos como Josep Martí los que pongan en duda lo que el folklore y el folklorismo habían significado hasta entonces, dando un nuevo valor a la música de tradición oral moderna, incluso que pueda considerase patrimonio de una región concreta (como los arreglos de Eliseo Parra del disco Canciones tradicionales riojanas). Si consideramos estos aspectos, el trato de contextualización tras la descontextualización de la música de tradición oral a conciencia de estos grupos, su calidad de informantes, su trabajo implícito, repercusiones, que sus obras terminan cumpliendo con el término función porque el pueblo las adopte de ahora en adelante, y su ayuda y aportación al folklorismo, creo que la etnomusicología debería estar preparada hoy día para adoptarlos dentro de sus fuentes para evolucionar con ellos y no aparte. La música de tradición oral moderna es presente, pasado y futuro de la etnomusicología, y debe servirse de ella para dar un académico paso hacia adelante. 4

La canción se titula Adiós, Valbanera. Es un tema con ritmo de habanera, dado el destino del navío homónimo. 5 Ver final de la representación teatral “Yo viajé en el Valbanera”, 2011: https://www.youtube.com/watch?v=4WhHTKYPaDc

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5.- Conclusiones

Condensar una tarea que involucra tantas manifestaciones del panorama folk y la música tradicional, no ha sido sencillo. Este trabajo solo muestra un acercamiento a lo que debería desarrollarse con mucho más tiempo, espacio y dedicación. He tenido la suerte de contar con verdaderos expertos en este ámbito apoyando mi labor de investigación a los que agradezco todo lo que han hecho por mí, sobretodo porque de este tema no hay una bibliografía especializada, y contar con testimonios de primera mano ha posibilitado la realización de estas páginas. Me he servido a su vez de sus palabras para ilustrar cada capítulo del presente trabajo a modo de reconocimiento. Este trabajo, en gran parte y si lo consideran adecuado, es suyo. Sin embargo, creo que lo aquí reflejado muestra la importancia de estas bandas, su repercusión más allá de lo comercial, y que, como puntualizó uno de los encuestados, no se valora lo suficiente en este país. Parece que aún nos cuesta discernir el folk dedicado a lo meramente comercial a la tradición oral como elemento humano que debe seguir existiendo, como cualquier manifestación artística que se precie. Quizás cuando aprendamos a valorarlo, la musicología podrá aprender más allá de las fronteras que imponen unos pocos, encontrando en nuestros días lo que nos hará avanzar. Tan solo con la exposición de los testimonios de dos grupos he encontrado y expuesto el porqué de la existencia de estos artistas: ellos también son musicólogos al servicio de sus intereses, y son los informantes de los que nos serviremos en un futuro para enseñar una tradición musical. Es una evolución tan natural como la que lleva existiendo desde hace siglos, solo que ahora las herramientas para transmitir la música han cambiado, y no por ello son menos válidas. Si pueden mantener viva esta música, incluso me atrevería a decir que estas manifestaciones son más válidas que ninguna otra.

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6.- Bibliografía

ASENSIO GARCÍA, Javier. Eliseo Parra. Canciones tradicionales riojanas. Espiral Folk, Alberite, La Rioja. 2012. BENEDITO, Rafael. Canciones folklóricas españolas. Unión musical española, Madrid. 1962. DÍAZ, Joaquín. Cancionero del norte de Palencia. Institución “Tello Téllez de Meneses”, Diputación Provincial de Palencia, Valladolid. 1982. ECHEVERRÍA BRAVO, Pedro. Cancionero musical manchego. Consejo Superior de investigaciones científicas, Ciudad Real. 2005. MANZANO ALONSO, Miguel. Cancionero de folklore zamorano. Editorial Alpuerto, S.A., Madrid. 1982. MARTÍ, Josep. La Tradición evocada. Folklore y folklorismo. Departamento de Musicología, CSIC, Barcelona. 1999.

GRABACIONES ALJIBE. Al lado del mediodía. Haikufilms. ALJIBE. Enea. ELISEO PARRA. Canciones tradicionales riojanas. Estudios Jara. Estudios Dalamix. ELISEO PARRA. Contradición. Estudios Jara. Estudios Dalamix. LA MUSGAÑA. Las seis tentaciones. Cometa de Madrid. Estudios Box. MUSEOS Y RECURSOS Aula Museo Paco Díez. Aula Museo de Instrumentos Ibéricos. Ronda del Castillo, 16. 47194 Mucientes (Valladolid) Teléfono: 983 102 258. Corréo electrónico: [email protected]: www.aulamuseopacodiez.com INTERNET http://eliseoparra.org/

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Los nuevos informantes http://www.abc.es/local-canarias/20140921/abci-naufragio-valvanera-canarias-201409192313.html

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