Moda y Protocolo femenino en el reino de Kanu\'l (s.VIII d.C.) Acta Mesoamericana nº 24, 2012

July 6, 2017 | Autor: Ana García Barrios | Categoría: Classic Maya (Archaeology), Maya Art, Mayan Studies, Mayan archaeology, Maya Iconography, Mayan Political Life
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Descripción

Moda y protocolo femenino en el reino de Kanu’l (siglo VII d.C.) Ana García Barrios UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS, MADRID

Verónica A. Vázquez López UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Resumen La vestimenta de la élite maya, como parte de la moda, parece a simple vista un elemento poco cambiante a lo largo de su historia. Sin embargo, es un rasgo de gran importancia socio-cultural que refleja los condicionantes estéticos y simbólicos de la sociedad en un momento determinado y que cambia con el tiempo. Durante los reinados de los gobernantes de la dinastía Kanu’l, Yuknoom Ch’een II y su sucesor Yich’aak K’ahk’, hombres y mujeres de la élite de Calakmul y de otros reinos aliados y subordinados fueron representados con indumentarias que comparten el mismo diseño. Por este motivo pensamos que la dinastía Kanu’l, además de las influencias político-ideológicas que ejercía sobre sus reinos aliados, participó activamente en la difusión del proceso socio-cultural de la moda. El presente trabajo, desde una perspectiva multidisciplinar que conjuga los datos obtenidos de la iconografía, epigrafía y arqueología, se centra en el análisis de la vestimenta de las mujeres presentes en eventos políticos del reino de Kanu’l durante el reinado de estos gobernantes. El objetivo es identificar patrones que señalan una relación entre atavíos específicos y eventos determinados, como por ejemplo la ascensión del gobernante o los matrimonios reales, así como comprender el por qué se emplean en ese momento vestimentas de importante contenido simbólico, como el atuendo del dios del maíz, en el contexto político de la época. Abstract At first sight the fashion of Maya elite garments does not seem to alter much through history. Nevertheless, it is a very important socio-cultural feature that may provide information about aesthetic and symbolic determinants of a society in a specific moment as well as reflect their changes in a diachronic perspective. During the governance of the Kanu’l rulers Yuknoom Ch’een II and his successor Yich’aak K’ahk’ men and women of the elite of Calakmul and other allied and subordinate political entities were depicted with clothes of the same design. On basis of this observation we argue that the Kanu’l dynasty not only had a strong political and ideological influence on its allies but also participated actively in the socio-cultural process of fashion diffusion. This paper focuses on the analysis of women’s dresses depicted in contexts of political events related to the Kanu’l kingdom during the rulerships mentioned above taking into account iconographic, epigraphic and archaeological data. The objective is to detect patterns that indicate an association of specific clothes with particular events like the ascension of a ruler or royal marriages and furthermore to interpret in the given political contexts the use of highly symbolic arrays like the Maize God dress.

Aunque desde los años 30 diferentes trabajos se han ocupado de motivos, adornos, tocados y tipos de vestidos, ofreciendo una visión general de la vestimenta en toda la geografía maya (Butler 1937; Proskouriakoff 1950; Taylor 1984; Marcus 1987; Joyce 1992; Little-Siebold 1992; Le Fort 2001), el tratamiento regional de la vestimenta y su difusión como moda son temas que están aún por explorar. Calakmul fue una ciudad de características propias en la región de Petén (Proskouriakoff 1950: 128) que puso especial énfasis en el retrato femenino en los programas decorativos monumentales. Así se aprecia en las estelas

erigidas en esta ciudad y en otras aliadas a su poder político durante los siglos VII y VIII. Estos datos son significativos pues apuntan a que estas mujeres jugaron un papel relevante en la política y en la sociedad del reino de Kanu’l. Las intervenciones de los últimos años en la Acrópolis Chiik Nahb’ de Calakmul (Vázquez López 2006) han sacado a la luz información que refuerza el importante papel de la mujer en esta sociedad. En este caso, las vestimentas ofrecen una visión novedosa de lo que pudo ser la vida en la ciudad de Calakmul en el siglo VII d.C.

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Todo esto ha llevado a intentar aproximarnos a un tema poco explorado en la investigación: el diseño y la moda regionales de Calakmul y su difusión a otras entidades políticas vinculadas a la cabecera del reino de Kanu’l, en este momento situada en Calakmul (Grube 2004; Velásquez García 2004; Martín 2005). Este estudio está dividido en dos secciones. Por un lado, se analiza el tipo de vestimenta femenina empleada en acontecimientos semiprivados de la sociedad de Calakmul, tal y como creemos que muestran las narrativas pictóricas de la Pirámide de las Pinturas (García Barrios y Carrasco 2008). Por otro, se examinará el traje real femenino empleado en eventos políticos de exposición pública – ya que consideramos que ciertos eventos exigen el uso de determinadas vestimentas. Finalmente, situaremos en contexto histórico la difusión de estos diseños y su aparición en otras ciudades aliadas y subordinadas al reino de Kanu’l. El periodo elegido para este estudio es el momento de máxima expansión política del reino de Kanu’l, el siglo VII, abarcando los reinados de Tajoom Uk’ab K’ahk’, Yuknoom Cabeza, Yuknoom Ch’een II – el Grande – y Yuknoom Yich’aak K’ahk’, también conocido como Garra de Jaguar. Esta época está marcada por el presunto traslado de la capital del reino de Kanu’l a Calakmul desde, posiblemente, Dzibanche (Nalda 2004; Grube 2004; Velásquez García 2004; Martin 2005). Sin embargo, para poder entender con amplitud la evolución y modificación de la vestimenta femenina ha sido necesario remontarnos a periodos anteriores. Antes de desarrollar el tema de este artículo es preciso aclarar que los distintos elementos que conforman la vestimenta femenina que vamos a tratar, serán definidos siguiendo la terminología empleada hoy en día por los grupos mayas, aunque en muchos casos la palabra empleada sea préstamo de la lengua náhuatl.

las de Jaina o Lagartero, o de las narrativas palaciegas que durante el Clásico Tardío se pintan en soporte cerámico. En la actualidad, contamos con nueva información proporcionada por recientes hallazgos arqueológicos. Las escenas pictóricas localizadas en la Estructura de las Pinturas, ubicada en el centro de la Acrópolis Chiik Naahb’, recoge en sus muros una gran cantidad de mujeres realizando diferentes actividades, en su mayoría todas ellas relacionadas con alimentos, enseres y telas (Fig. 1) (García Barrios y Carrasco 2008). Las señoras en estas narrativas se muestran con atuendos que, además de ayudarnos a conocer con más detalle la vestimenta empleada en la vida diaria de la época, pueden aproximarnos a entender mejor los rangos sociales de cada una de ellas. Para ello se ha clasificado la vestimenta en tres tipos.

Vestimenta femenina en acontecimientos privados o semiprivados Tipología de la vestimenta cotidiana Hasta ahora, casi toda la información sobre vestimenta no asociada a ceremonias rituales o de poder procedía de figurillas de barro, como

Mujeres con huipil El huipil es una prenda que tiene forma de túnica suelta, sin mangas, y está compuesto con dos o más lienzos añadidos y en el área maya solía cubrir hasta el tobillo (Rieff 2005: 16). Desde que se descubrió en el año 2004 la imagen pintada de la señora con huipil traslúcido, la Pirámide de las Pinturas ha desvelado una gran variedad de diseños de vestidos. La mayoría de mujeres que aparecen en estos murales van ataviadas con huipiles de diferentes colores, en especial rojo ladrillo y azul, y se diferencian en el diseño de los escotes, en ocasiones muy pronunciados, que también se aprecian en la cerámica de la época (Fig. 2). Igualmente, varían los trazos de los bordados, así como el ribeteado de los contornos que, en muchos casos, están realizados con colores diversos (Esquinas NE1C, NE2C y SE1C). En la esquina NE las mujeres llevan un escote bastante pronunciado, en algunos casos por debajo del hombro, como se aprecia en la mujer que sujeta un pequeño envoltorio de hojas de color verde en la esquina NE1B. La esquina NE1C representa a una mujer en posición frontal, el único caso que nos permite apreciar que el huipil es de corte recto, similares a los reproducidos en escultura monumental. En este caso, el escote es más cerrado que el anterior (ver García Barrios y Carrasco 2008).

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Fig. 1. Acrópolis Chiik Nahb’. Pirámide de las Pinturas (Sub 1-4) Esquina Sureste, primer y segundo cuerpo (Fotografía Proyecto Arqueológico Calakmul).

Fig. 2. Acrópolis Chiik Nahb’. Pirámide de las Pinturas. Mujeres con huipil (Fotografía Proyecto Arqueológico Calakmul).

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Otro tipo de huipiles con escotes menos pronunciados, como los que se reproducen en las esquinas NO1B y SO1C, llaman la atención por los motivos que llevan pintados o bordados, similares a los de la señora del huipil traslúcido, en unos casos círculos y en otros motivos geométricos que recuerdan al icono empleado para reproducir el cuadrilóbulo. También se observan otros símbolos que no se reconocen por el deterioro de la pintura pero que en esencia están realizados con la misma técnica que se aprecia en el vestido de la señora de azul. Vestidos similares son registrados en escenas de corte plasmadas en cerámica del Clásico Tardío (K530, K2573, K2695, K5538, entre otros; ver Kerr 1989-2000).

Barrios y Carrasco 2008). La novedad de este diseño radica tanto en la transparencia del vestido como en la forma redondeada de la tela que cuelga en su brazo, así como en la parte posterior del vestido que es más larga que la delantera. Un diseño similar, que igualmente marca la transparencia y la redondez de la manga del huipil, se encuentra en la esquina NO2D.

Huipil traslúcido La esquina SE1B de la Pirámide muestra a dos mujeres que manipulan una gran vasija (Fig. 3). La mujer de huipil traslúcido es la única que aparece representada de pie, esto, junto con la decoración del huipil nos hace considerar que la intención del artista era destacarla entre las demás mujeres. El huipil está realizado con una tela azul sumamente ligera y vaporosa. El vestido está bordado con diseños de glifos y rostros de seres sobrenaturales en tonos rojos (Martin 2007; García

Fig. 3. Acrópolis Chiik Nahb’. Pirámide de las Pinturas. Esquina Sureste, Cuerpo 1, Frente Sur. Mujer con huipil traslúcido y mujer con corte o enredo (Fotografía Proyecto Arqueológico Calakmul)

Fig. 4. K2573, mujer con huipil traslúcido de doble capa.

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Tal y como se aprecia en algunas narrativas palaciegas reproducidas en vasos cerámicos clásicos, las mujeres de alto rango vestían, entre otros diseños, hermosos y finos huipiles traslúcidos. El vaso K2573 (Fig. 4) muestra a la señora con un huipil largo, traslúcido y redondeado, debajo de éste se aprecia la falda o corte que lleva enrollado por debajo del pecho para evitar mostrar todo su cuerpo al desnudo. Aunque en el área maya es muy difícil encontrar registros de este tipo, se recuperó del cenote de Chichén Itzá un fragmento de tela traslúcida y con bordados manufacturada con esta técnica (Lechuga 1992: 58). Durante la época Colonial, también se emplearon huipiles sumamente transparentes, tal y como se puede apreciar en algunas pinturas coloniales (Fig. 5a) (García Sáiz 1990: 81). Aún en la actualidad, se elaboran diseños de huipiles con telas de algodón tan finas que llegan a ser traslúcidas (Ruth Piedrasanta Herrera, comunicación personal, 2008).

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La calidad y diseño del huipil traslúcido de la mujer, sus adornos corporales, las orejeras y muñequeras elaboradas en jadeíta y concha, los tatuajes azules de los tobillos y su rostro semipintado de rojo, son elementos que sugieren que nos encontramos ante una señora con un rango superior al de su acompañante y al de otras mujeres del edificio. Muy probablemente, fuese un miembro importante entre las señoras ahí retratadas. Mujeres con enredo o corte La mujer que acompaña a la señora de huipil traslúcido sujeta en su cabeza una gran vasija y muestra un atuendo con un diseño diferente, pues uno de los extremos del atavío queda libre y sin atar (ver Fig. 3), a la vez que pliega y cubre por encima del hombro. Coincide que, en la esquina NE1D, una mujer de edad más avanzada que realiza esta misma actividad (Fig. 6), sujeta en su cabeza una gran vasija, y aparece vestida con un diseño idéntico al de la mujer cargadora de la esquina SE1B. De acuerdo con Boucher y Quiñones (2008: 47), este atuendo podría corresponder a un distintivo de servidumbre. Esta manera de colocar la tela que cubre a estas mujeres se reconoce en la narrativa representada en la cerámica K1485, en donde varias señoras, también asociadas a vasijas, alimentos y personajes con tocado de red, llevan este diseño.

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Fig. 5. a); Mujer con huipil transparente de la época novohispana (Según Andrés de Isla [1774], en García Sáiz 1990: 125); b) Figurilla de Jaina, mujer con huipil con forma de capa (en Arqueología Mexicana, número especial 19: 1).

Por otro lado, una figurilla de Jaina (Fig. 5b) lleva un huipil con un diseño similar al de la señora del vestido traslúcido. El lienzo delantero es más corto que el trasero, lo cual da a la prenda el aspecto de capa. Ruth Lechuga (1992: 58) añade que “en algunos casos la parte delantera era recta, en otros redondeada”. En este último caso, si se recogiese por necesidad la parte delantera del huipil, se vería de la misma manera que en el vestido de la señora de Calakmul.

Fig. 6. Acrópolis Chiik Nahb’. Pirámide de las Pinturas. Esquina Noreste, Cuerpo 1, Frente Norte. Anciana con corte o enredo dispuesto por encima del hombro (Fotografía Proyecto Arqueológico Calakmul).

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Siguiendo la narrativa pictórica de esta sección de la Pirámide, en la esquina SE1C encontramos a una mujer con sombrero, sentada y con el torso descubierto que viste esta misma prenda (Fig. 7), ahora sí, envuelta en la cintura a la manera tradicional, como también se reconoce en el vaso K1485. Curiosamente,

es posible que el atuendo que lleva esta mujer, que en la imagen aparece sentada y sujetando con su mano una gran vasija, se deba precisamente a su obligación u oficio de acarrearla, al igual que las dos mujeres portadoras de vasijas comentadas anteriormente.

Fig. 7. Acrópolis Chiik Nahb’. Pirámide de las Pinturas. Esquina Sureste, Cuerpo 1, Frente Este. Mujer con sombrero y corte o enredo a la cintura (Fotografía Proyecto Arqueológico Calakmul).

En esencia, consideramos que las mujeres cargadoras de grandes vasijas portan la misma indumentaria aunque dispuesta de forma diferente. Se trata de la prenda básica femenina empleada en Mesoamérica desde los olmecas que, en la región central, se conoce como “enredo” (Rieff 2005: 16) y que los grupos mayas actuales de la región de los altos de Guatemala definen como “corte”: una larga y pesada tela doblada al medio que enrollada en la cintura hace la función de falda. Este mismo enredo o corte podría ser el que se ciñen en el torso y doblan uno de los extremos hacia atrás las mujeres portadoras de las grandes vasijas de Calakmul, tal vez porque colocado de esta manera les permitía mejor movilidad y flexibilidad de las piernas para reclinarse y poder descargar o recoger la vasija. Las mujeres que portan enredo no parecen formar parte de un estatus elevado, tal vez se haga distinguir entre ellas la mujer con sombrero. El enredo es una indumentaria común – lo porta cualquier mujer de la sociedad –, pero como se aprecia en el Códice de Dresde (Villacorta y Villacorta 1977: 20a), también las diosas pueden vestir el corte, aunque es cierto que parecen ser de una gran elegancia pues llevan bordados y flecos. De tal manera y en contraste con la mujer del huipil traslúcido, las

mujeres con corte o enredo pertenecerían a una clase social muy inferior. Mujeres con huipil y sombrero En la esquina SE además de reproducirse los diseños que acabamos de exponer, se muestran tres mujeres que cubren su cabeza con sombreros de copa delgada, muy alta y con una gran ala ancha (ver Fig. 6 y 7). Además de la mujer de torso desnudo, una de ellas ofrece tamales y la otra, ubicada en el lateral de la escalinata, es la encargada de los vasos. Dos de estas mujeres llevan huipil ribeteado en los laterales y con escote que cierra al cuello. Los sombreros de estas escenas son de extraordinaria originalidad pues aunque se reproducen algunos similares en cerámica, como en las de estilo chamá (Reents-Budet 1994: 188197, ver K2013 y K5534), en algunas temáticas de la cerámica estilo códice (ver K556, K1226, K1646) o en otros estilos (ver K0808, K2923 y K5451), no se conocía este tipo de sombrero de copa alta y muy delgada asociado de forma específica con mujeres. Boucher y Quiñones (2007: 45) apuntan que el diseño presentado en la copa del sombrero se asemeja a la decoración de las cerámicas tipo chimbote policromo.

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En este caso, el atavío del sombrero podría estar relacionado con las actividades o el rango de las mujeres, o tal vez ese tipo de sombrero posea en sí mismo una simbología en relación con uno de los dioses viejos que porta el sombrero en algunas de las cerámicas citadas arriba.

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gobernantes de las estelas 24, 52 (Pallán y Velásquez García 2005) y, muy probablemente, el de la estela 29 (Fig. 8).

Vestimenta femenina en escultura monumental A principios del siglo VII d.C. las mujeres principales de Calakmul son representadas como protagonistas en acontecimientos públicos de la ciudad. Este hecho tendrá gran repercusión en otras ciudades aliadas al poder político de Kanu’l y será ampliamente imitado. Las vestimentas empleadas en estos eventos son muy distintas a las comentadas hasta ahora. Se trata de atavíos específicos con una gran carga simbólica que fueron expuestos exclusivamente en monumentos públicos y variaron según la actividad que estaban realizando los personajes. Por un lado, encontramos a mujeres realizando rituales de esparcimiento ataviadas con huipil y, por otro, mujeres que emplean un traje de red en contextos donde se incorporan elementos con connotaciones bélicas. El huipil empleado en rituales de asperjado En la iconografía general del área maya, los rituales de asperjado o derramamiento son generalmente ejecutados por hombres. La forma de representar este ritual es estándar desde el Clásico Temprano hasta el Clásico Terminal. Los personajes se muestran asperjando con la mano alguna sustancia, aún no identificada, que se ha interpretado como gotas de sangre, semillas o copal (incienso). Esta acción se expresa en los textos con el glifo de mano abierta que deja caer dicha sustancia en forma de gránulos y se expresa en la forma antipasiva choko’w ch’aaj. Por lo general, estas ceremonias están asociadas a fechas que marcan finales de k’atunes (periodos de 20 años). En otros casos, están dedicadas a los ancestros, como en la estela 40 de Piedras Negras (ver Martin y Grube 2002: 149), en donde se representa a un gobernante arrodillado realizando un ritual de asperjado sobre la tumba de su madre. Varios personajes masculinos aparecen realizando este ritual en Calakmul. Entre ellos, los

Fig. 8. Calakmul, estela 29. Gobernante realizando un ritual de esparcimiento (según Ruppert y Denison 1943: pl. 48)

Igualmente, diferentes monumentos de ciudades aliadas contienen narraciones que especifican cómo estos rituales son realizados “ante” o “en presencia” del gobernante de Kanu’l (ver Martin 1998; Martin y Grube 2002: 184; Vázquez López 2006). Así se aprecia en el panel 3 de La Corona (Fig. 9) y en las estelas pares 12 y 13 de Uxul (Fig. 10). En estas últimas se representa y cuenta que el gobernante realiza una ceremonia de asperjado después de acceder al trono, probablemente el 20 de agosto de 662 d.C. (9.11.10.0.0), lo que hace pensar que se realiza ante el sagrado señor del reino de Kanu’l, Yuknoom Ch’een II, el Grande, pese a la erosión de la escritura en esta parte del texto (Grube 2008: 224-226). Como muestra la iconografía, parece que en Calakmul este importante ritual fue también realizado por mujeres. La estela 116 (Fig. 11a) fue dedicada en 9.13.0.0.0 (692 d.C.) (Marcus y Folan 1994) y representa a una mujer, que pudo ser la madre o esposa de Yich’aak K’ahk’ (Martin 1998), realizando esta acción. Para este tipo de ceremonias las mujeres emplean trajes especiales, generalmente un huipil que está recogido y anudado en los

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laterales de la parte inferior, a la altura de la rodilla. La mujer muestra la mano abierta de la

que cae la sustancia en forma de gránulos redondos.

Fig. 9. La Corona, panel 3. Matrimonio real realizando un ritual de esparcimiento (según dibujo de N. Grube).

Fig. 10. Uxul, estelas 12 (izquierda) y 13 (derecha), textos laterales mencionando un ritual de esparcimiento en presencia de un gobernante de Kanu’l (según dibujo de N. Grube 2008).

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Calakmul mencionados arriba. Si estamos en lo cierto y la estela 4 de El Zapote muestra un ritual de asperjado que estaría fechado a mediados del siglo V, indicaría que este tipo de vestimenta se emplea de forma específica, continua y sin perderse la tradición en las ceremonias de asperjado realizadas por mujeres desde el Clásico Temprano y durante todo el Clásico Tardío, siendo muy probablemente el Petén el foco de difusión.

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Fig. 11. Calakmul. Señoras realizando el ritual de esparcimiento. a) Estela 116; b) Dintel 1, estructura VII (según dibujos de R. Valgañón).

En el año 2000 se localizó, al pie de la escalinata central de la estructura VII de Calakmul, el dintel 1 (Fig. 11b). Este dintel representa a una mujer de pie y en posición frontal con un huipil hasta los tobillos y un pectoral de cuentas que le cubre los hombros y el pecho. Aunque el monumento está muy deteriorado se puede apreciar la acción que realiza la mujer. Ésta cruza su brazo derecho por delante de su cuerpo y asperja o derrama la sustancia sobre un objeto ritual. La erosión del monumento no permite reconocer la fecha, pero es probable que, al igual que la estela 116, estuviese en relación con un periodo de fin de k’atun. Como se ha apuntado, no son muchos los ejemplos conocidos de este ritual ejecutados por mujeres pero, además de estas dos señoras de Calakmul, sabemos que la estela 9 de La Florida (Fig. 12) representa a una mujer realizando este mismo ritual en la fecha 9.15.0.0.0, una vez más coincidiendo con el final de k’atun. Coincide que la mujer viste un huipil con diseño de atado que recuerda al que lleva la señora de la estela 116 de Calakmul. Remontándonos en el tiempo, la temprana estela 4 de El Zapote (Fig. 13a) muestra un diseño similar al atado que se aprecia en la estela 116 de Calakmul y, más claramente, similar al de la estela de La Florida. La disposición del brazo y la mano extendida podría corresponderse con la acción de asperjar que muestran las estelas y el dintel de

Fig. 12. La Florida, estela 9 (según dibujo de I. Graham 1977).

Parece que la simbología del traje debió estar ligada a dicha ceremonia. Adentrarnos a interpretar la simbología de la vestimenta sería un trabajo puramente especulativo, por lo que preferimos, de momento, sólo señalar estas coincidencias espaciales y temporales; así como resaltar la importancia y la larga tradición del uso de este particular vestido en un tipo de ritual concreto: el chok ch’aaj. Como veremos a continuación, mujeres que llevan otro tipo de vestimenta, como es el traje de red, nunca aparecerán realizando un ritual de esparcimiento. Es evidente que cada ceremonia requiere de una vestimenta adecuada al protocolo que obliga la ocasión.

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El traje de red La Plaza Central y la Gran Acrópolis de Calakmul acogen una serie de estelas que reproducen en esencia la misma temática. Están dispuestas de dos en dos, por lo que se han llamado estelas pareadas (Marcus 1987) y suelen ubicarse en las entradas de los edificios. Una representa a un hombre y la otra a una mujer. Ambos personajes tienen los rostros enfrentados y en ellas se reproduce siempre el mismo tipo de vestimenta masculina y femenina. En otros casos, los escultores emplearon una sola estela para representar a la pareja real, uno ubicado en la cara frontal y otro en la cara posterior del monumento. Esta tradición de esculpir a diferentes personajes en varias caras de la estela comienza en la región de Petén en el Clásico Temprano, como se puede apreciar en la estela 5 de El Zapote y la 25 de Tikal, talladas en tres de sus lados (Proskouriakoff 1950; Taylor 1984: 95). Las señoras del reino de Kanu’l aparecen representadas con un traje de red que se ha identificado con el dios del maíz (Le Fort 2001). A este respecto, hay que señalar que esta tradición se remonta a la segunda mitad del Clásico Temprano en la región de Petén, en donde las mujeres vestían un atavío de red formado por dos piezas. En el siglo VII este diseño será modificado por las mujeres de Calakmul que por lo general muestran una nueva versión de este atavío, al convertir las dos piezas del traje de red en una túnica o huipil. Tradición del traje de red de dos piezas El traje de red de dos piezas está formado por un pectoral o pequeña capa realizada con cuentas que cubre desde los hombros hasta el pecho1 y por una falda hecha por un entramado de cuentas tubulares (Proskouriakoff 1961: 9192) (ver Fig. 13a). Esta falda se ceñía con una faja o cinturón que iba adornado en la parte frontal con una cabeza de tiburón y una concha de spondylus. El tocado estaba formado por una cabeza de serpiente estilizada con el símbolo triádico en la parte central y un adorno de plumas en la parte posterior (Le Fort 2001: 157; 2002; Proskouriakoff 1961; Taube 1992); en imágenes del Clásico Tardío este tocado puede verse sustituido por el de “serpiente de 1

Fue identificado por primera vez por Proskouriakoff (1961: 85) en el dintel 1 de Piedras Negras (ver también Taylor 1984: 20).

agua”. Desde el Clásico Temprano aparecen portando este diseño de traje y tocado varios personajes, principalmente femeninos. Taylor (1984) en su estudio realizado en los años ochenta sobre vestimenta maya del Periodo Clásico analiza la evolución de ésta desde el punto de vista regional. La autora sugiere que ciertos adornos y elementos de la vestimenta del centro de México se incorporan a los diseños mayas al inicio del Baktun 9, en especial en el traje de red (Taylor 1984: 97-98, 102-103). Entre ellos está el quechquémitl, pieza rectangular a modo de capa que cubre los hombros y cuelga en pico. Este elemento aún se usa encima del huipil entre distintos grupos mayas actuales (Ibid.: 24, 98). Según la autora la forma redondeada que adquiere el quechquémitl en este momento, se produce por la adaptación de los diseños de los textiles que en el Clásico Temprano se copian del centro de México (Ibid.: 72-73, 97-98). Taylor también considera que el penacho de plumas que se coloca en la parte trasera del tocado a mediados del siglo V es de tradición teotihuacana, así como las pequeñas bolsas o talegas que serán empleadas por los sacerdotes mayas durante el Clásico Tardío (Ibid.: 103).

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Fig. 13. a) El Zapote, estela 5. Diseño de traje de red de dos piezas (según dibujo de I. Graham 1977); b) Ucanal, placa de cinturón con personaje masculino con falda de red (según dibujo de D. ReentsBudet, en Grube y Martin 2001: II-38).

Esto sugiere que nuevos elementos introducidos por las conexiones que se mantienen

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con el centro de México durante el Clásico Temprano están influyendo en los diseños de la vestimenta maya. Desde nuestra perspectiva, consideramos que la vestimenta de red es de tradición maya, aunque ciertamente pudo sufrir influencias y adaptar algunos elementos del Centro de México, como el quechquémitl, las plumas y algunos adornos que se incorporan en el diseño del tocado asociado a la serpiente de agua y al año nuevo mexicano. Esto se propone con base en una de las representaciones más tempranas con este atavío que no muestra estos nuevos elementos. En una placa de cinturón localizada en Ucanal (Fig. 13b) se representa la imagen de un gobernante con faldellín de red. Por estilo paleográfico esta pieza podría fecharse a finales del siglo IV o principios del V (Alfonso Lacadena, comunicación personal, 2008). Como mencionamos, en esta imagen no se detecta ningún elemento foráneo a los diseños de tradición maya; el tocado no incorpora plumas ni el signo de trapecio, tampoco el personaje lleva la capa o quechquémitl de red. Sin embargo, en otras representaciones de personajes femeninos de este momento – mediados del siglo V –, sí se aprecian los elementos extranjeros que según Taylor (1984) se incorporan en ese momento en la región de Petén. Estas mujeres son representadas en estelas talladas en tres de sus lados, como se aprecia en la estela 5 de El Zapote (434 d.C.) (ver Fig. 13a) (Le Fort 2001: 165; Proskouriakoff 1961: 91-92; Taylor 1984: 72, 98-99), y en la estela 25 de Tikal, que podría reproducir a la señora de Tikal.2 En ambos casos las mujeres van cubiertas por el quechquémitl y portan el tocado que incorpora el signo de trapecio del Centro de México, una máscara esquemática y el penacho de plumas de influencia teotihuacana (Taylor 1984: 97-98). Esta vestimenta, aunque también puede ser usada por hombres (Looper 2001: 182), es característica de personajes femeninos desde el Clásico Temprano, manteniéndose durante el Clásico Tardío. Su origen parece estar en la región de Petén y posteriormente se difunde a diferentes áreas de las Tierras Bajas del Sur (Proskouriakoff 1961: 91-92).

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Esta mujer debió tener algún tipo de parentesco con Kalo’mte’ B’alam, rey de Tikal en aquel momento (ver Martin y Grube 2002).

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Calakmul como centro innovador de diseños El empleo de este tipo de traje se hace evidente en las ciudades controladas por los gobernantes de Kanu’l. Desde finales del siglo VI3 y a partir del siglo VII esta indumentaria vestirá a diferentes mujeres de este reino. Aunque las señoras de Calakmul siguen empleando el traje de red formado por dos piezas, capa y falda, a principios del siglo VII se reconoce un cambio en las formas. Innovan, modifican y realizan un nuevo diseño de este atavío. Se trata del traje de red en forma de túnica. Entre las ciudades donde se encuentran mujeres con esta indumentaria están Uxul, Naachtun, La Corona, El Perú, Dos Pilas, Naranjo y Cancuen. El huipil de red En esencia, el traje de red de las señoras de Kanu’l de finales del siglo VI mantiene la misma simbología que el del Clásico Temprano, aunque realizado con un nuevo diseño que incluye otros elementos. En vez de dos piezas y un cinturón, el atavío está formado por un huipil que cubre el cuerpo por encima del tobillo y al que se le añade un entramado de cuentas tubulares y circulares que conformaban la red de la túnica. Cubriendo los hombros y el pecho, se colocaba una capa similar al quechquémitl de tradición teotihuacana (Taylor 1984: 72-73, 103). Siempre se ha considerado que estos vestidos de red estaban realizados con cuentas tubulares realizadas en material de jadeíta. Sin embargo, como demuestran los registros arqueológicos de Calakmul, esta indumentaria, o al menos ciertos elementos del atavío también fueron realizados en concha de spondylus (Fig. 14). Este huipil era ceñido por el cinturón de cabeza de tiburón y concha, hecho que trans3

En algunos casos esta vestimenta también fue portada por personajes masculinos, como en Caracol que estaba bajo los auspicios del gobernante de Kanu’l conocido con el sobrenombre de Serpiente Enrollada, a finales del Clásico Temprano (Guenter 2002: 151; Martin y Grube 2002: 90-91). El gobernante de Caracol, Yajaw Te’ K’inich, manda erigir la estela 1 (593 d.C.) en conmemoración de su tercera ceremonia de k’atun (Martin y Grube 2002: 90). Dicha estela representa a un personaje masculino ataviado con el traje de red de dos piezas, y acompañado por un enano, personaje que suele aparecer en las estelas de Calakmul y en otras ciudades afiliadas al control político de Kanu’l durante el siglo VII. Igualmente, K’inich Janaab’ Pakal es representado con esta vestimenta en la tapa del sarcófago donde fue enterrado.

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formaba totalmente la apariencia del traje, pues rompía el estatismo que produce el corte recto del vestido. El huipil, al quedar sujeto en la cintura, conseguía que las mangas se volvieran más holgadas, amplias y gráciles, lo que daba una apariencia mucho menos pesada y posiblemente permitía una mayor movilidad a la vestimenta. Por último, la cabeza iba cubierta por el tocado de cabeza serpentina de nariz alargada que incluía en la frente el signo de trapecio o año del Centro de México (Le Fort 2001: 157). En este momento, el adorno de plumas que se reconocía en el Clásico Temprano en el tocado de las mujeres de las estelas 5 de El Zapote y 25 de Tikal, evoluciona y la plumería cubre la totalidad de la parte posterior del tocado. A pesar del fuerte deterioro que han sufrido los monumentos de Calakmul, el traje de red se reconoce en las estelas 9, 23, 28, 54, 79 y 88, las cuales están fechadas entre 623 y 731 d.C. (Martin 1998).

como La Corona y el Perú, y en otros cercanos o alejados cuyas relaciones con Kanu’l son más complejas de explicar, como Naachtun, Palenque, Edzna y posiblemente Coba. Aunque difícil de apreciar en el monumento y tras un reconocimiento in situ de ésta y otras estelas que presentan el traje de red en Calakmul, se propone que la señora de la estela 28 no lleva el tradicional traje de red de dos piezas que hemos visto en las imágenes del Clásico Temprano, sino que lleva un traje completo de red. Es probable que la erosión de la piedra no haya permitido a Ruppert y Denison (1943: figura 49; ver también Marcus 1987: figura 48) distinguirlo y marcarlo en su dibujo, pero se advierte en las posibles mangas holgadas que aún se detectan en la talla. Igualmente, el cinturón que reproduce Denison en su dibujo corresponde, como era de esperar, con la cabeza de tiburón con la concha que muestran la mayoría de las representaciones con esta temática. La mujer sujeta en sus brazos una barra ceremonial de doble cabeza. El tocado está formado por los elementos característicos de este tipo de atuendo; cabeza serpentina de nariz alargada con signo de trapecio en la frente y concha.

Fig. 14. Calakmul, estructura XV, tumba 1, quechquémitl realizado en concha de spondylus (Fotografía Proyecto Arqueológico Calakmul).

La estela 28 (Fig. 15) es la más antigua conocida en Calakmul con este diseño y forma pareja con la estela 29 (ver Fig. 8), ambas registran la fecha 623 d.C. Se encuentran ubicadas en la estructura V de la Plaza Central.4 El deterioro de los textos no permite reconocer el nombre de los personajes, aunque se le asignan al gobernante Tajoom Uk’ab’ K’ahk’ (Martin y Grube 2002: 106). De cualquier manera, es la primera representación con un diseño que se repetirá no sólo durante varias generaciones en Calakmul, sino también en otros reinos subordinados a la dinastía Kanu’l,

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Las estelas flanqueaban la entrada del edificio en su fachada Norte.

Fig. 15. Calakmul, estela 28. Señora con túnica de red (Marcus 1987: 48).

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Además del huipil de red, se incorpora un elemento que asocia esta vestimenta con el control político y bélico de Kanu’l, pues ésta y la gran mayoría de mujeres que a partir de ahora se representan de esta manera en Calakmul, y en otros reinos subordinados, se mostrarán de pie sobre un cautivo. En caso de no aparecer sobre un cautivo, se representan con elementos de guerra como escudos, e incluso algunas de ellas llevan títulos con rango bélico. Madres y guerreras ataviadas con el traje de red Mientras que en Calakmul se erigía la estela 28, en otras ciudades aliadas a Kanu’l se mandaron construir monumentos semejantes5 (Guenter 2002: 151).

Fig. 16. Uxul, estela 2. Mujer con traje de red (según Ruppert y Denison 1943, en Marcus 1987).

Las estelas 2 (Fig. 16) y 3 de Uxul siguen el modelo de estelas pareadas de Calakmul, están ubicadas respectivamente en las estructuras II y III, encontrándose muy próximas una de otra (Grube 2008). La estela 2 representa a un personaje femenino y la 3 a uno masculino que se miran. La fecha que presentan estas estelas 5

La estela 1 de Naachtun registra la misma fecha que la estela 28 de Calakmul; también se registran fechas próximas a ésta en Uxul y en la Corona cuando se establece el poder de Kanu’l en esta ciudad en 625 d.C. (Guenter 2002: 151).

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9.9.19.15.0 (25 de noviembre de 632) (Grube 2008) está muy próxima a la de las estelas 28 y 29 de Calakmul, 9.9.10.0.0 (623 d.C.) (Marcus 1987). La mujer de la estela 2 de Uxul tiene una disposición muy similar a la de la estela 28 de Calakmul; está en posición frontal y sujeta en sus brazos una barra ceremonial. Aunque el dibujo de Denison (Ruppert y Denison 1943: figura 49 izquierda) no es muy claro, parecen distinguirse las amplias mangas que evidencian el uso de túnica de red, en vez del traje de dos piezas. Según la descripción de Grube (2008: 217) el cinturón es de tiburón, como cabría esperar, al igual que en la estela 28 de Calakmul, aunque el dibujo de Denison es poco claro al respecto. El texto glífico está muy deteriorado, pero algunos bloques ofrecen importante información acerca de esta mujer de Uxul. Siguiendo la lectura de Grube (2008: 217-220), el nombre de la señora es Ixik Yajaw K’ahk’, “Señora del Fuego”, acompañada del título Yajaw K’ahk’, asociado con el sacerdocio y con la guerra (Grube 2008: 18; Stuart 2006: 123-125; Zender 2004: 202-204). Entre los glifos que se pueden leer se encuentra el de “madre de” seguido del título kalo’mte’. Esto coincide con el nombre del personaje que aparece en la estela 3, que, además de kalo’mte’, es identificado con el título k’uhul, “sagrado”, al que le sigue el glifo de cabeza de murciélago (Grube 2008). Por tanto, Ixik K’ahk’ lleva un importante título con connotaciones bélicas y se identifica como la madre del personaje de la estela 3. Según los textos registrados en ciudades pertenecientes a la órbita de Calakmul, las madres de diferentes gobernantes juegan un papel importantísimo en este momento, como se expone a continuación. La estela 9 de Calakmul (Fig. 17), fechada en 662 o 672 d.C. (Martin 1998; 2000: 40), muestra en una de sus caras a Yuknoom Yich’aak K’ahk’,6 también conocido como Garra de Jaguar, ataviado como guerrero sujetando con una mano un escudo y con la otra una serpiente esquemática, elementos relacionados con el linaje de los gobernantes de Kanu’l de este momento. En la parte posterior de la estela, si bien fraccionada y muy deteriorada, se puede apreciar la figura de 6

Bajo el reinado de Yuknoom Ch’een el Grande (636686 d.C.), su hijo, Yuknoom Yich’aak K’ahk’, tuvo un rol líder en el reino mucho antes de su ascensión oficial al poder (Guenter 2002: 181; Martin 1998; 2000: 40; Martin y Grube 2002: 110).

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una mujer vestida con un traje de red aunque, en esta ocasión, no se puede confirmar que se trate de una túnica. En este caso el tocado varía con respecto a los anteriores y reproduce elementos característicos de la serpiente de agua, como el atado de concha con lirio acuático. Tradicionalmente se ha considerado que representa a la Señora Mo’, la madre de Yuknoom Yich’aak K’ahk’ (Martin 1998). Más relevante resulta el hecho de que la Señora Mo’ está de pie sobre una mujer cautiva, posiblemente del reino de Motu’l (Guenter 2002: 181).

Butler 1937: 159; Valencia 2007). La tradición de incluir escritura en la vestimenta femenina se hace patente en otros atavíos de red de mujeres de Calakmul, como se aprecia en la estela 79. Martin (1998) sugiere que esta estela puede estar representando a la madre de Yuknoom Yich’aak K’ahk’. También se reconoce escritura en las vestimentas de red de mujeres representadas en reinos aliados y ligadas al linaje de Kanu’l, como en la estela 34 de El Perú, comentada más adelante. Las referencias escritas en el altar de Dallas (Fig. 18) dejan evidencia clara de que las mujeres de Kanu’l tienen primacía e importancia política desde, al menos, el primer tercio del siglo VI en el Sito Q, hoy identificado como La Corona. Así queda registrado en este monumento realizado en 731 d.C. que evoca acontecimientos retrospectivos de tres mujeres que se desplazan a La Corona para contraer matrimonio. La primera de estas mujeres llega en el año 520, la segunda en 679 y la última en 721 d.C. Entre ellas se encuentra la hija de Yuknoom Ch’een el Grande, que contrajo matrimonio con K’inich Yook (ver Freidel y Guenter 2003; Jones y Spetzler 1992; Martin 2008: 5; Tate en Mayer 1989: 18-19). Una de las mujeres representadas en el altar lleva la túnica de red característica de las señoras de Kanu’l, pero debemos entender que sigue los cánones estéticos que regían en el año 731 d.C., momento en que fue realizado el monumento. Coincidiendo con la segunda mitad del reinado de Yuknoom Ch’een el Grande en La Corona (Guenter 2005: 16), se erigió el panel 3 (ver Fig. 9) bajo el gobierno de K’inich Yook, casado con la hija de Yuknoom Ch’een el Grande. Este matrimonio se debió llevar a cabo durante la estancia de K’inich Yook en Calakmul, antes de que ambos regresasen a La Corona, hecho que ocurre en torno al 679 d.C. (Martin 2008: 5). Una vez en La Corona se mandó erigir el panel 3 (para conmemorar probablemente un fin de medio periodo, 9.11.10.0.0, 23 de agosto de 662). En él se representa a los padres de este gobernante de La Corona, Chak Naahb’ y a su esposa, la Señora Chak Tok Chaahk (ver Canuto y Barrientos, en prensa; Guenter 2005: 14-16). El soberano está realizando un ritual de esparcimiento en presencia de su mujer que va ataviada con la túnica de red, manteniendo el mismo diseño que las estelas pareadas de Calakmul. La túnica de la mujer genera amplias mangas al ser recogida en la cintura por

Fig. 17. Calakmul, estela 9. En ella se representa en la cara principal al rey Garra de Jaguar y en el lado posterior, posiblemente, a su mujer, la Señora Mo’ (según, boceto de Von Euw).

La Señora Mo’ incorpora en la parte baja del huipil de red, signos escriturarios, tal y como se ha señalado que ocurre en las vestimentas que llevan las mujeres representadas en la Pirámide de las Pinturas y en otras vestimentas femeninas reproducidas en cerámica (ver

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el cinturón de tiburón y concha de spondylus. El tocado posee las mismas características que los comentados hasta ahora. Como novedad, habría que señalar los adornos en forma de cuenta que sujetan las plumas en su extremo, un adorno que será empleado tanto en tocados masculinos como femeninos en toda la esfera política de Kanu’l, como se observa en La Corona, El Perú, Naranjo y Uxul.

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Es posible que la intención última de K’inich Yook al realizar el panel 3 fuese el de reproducir el modelo creado por Calakmul de representar a la progenitora de importantes gobernantes. Como hemos mencionado, las estelas hasta ahora expuestas representan a las progenitoras de los gobernantes del momento, invariablemente ataviadas con el traje de red.

Fig. 18. Altar de Dallas. Señoras del reino de Kanu’l contraen matrimonio con miembros reales de La Corona (según dibujo de L. Schele).

Modelos imitados Otra de las mujeres relevantes de este momento es la Señora Seis Cielo quien llega a Naranjo el 27 de agosto del año 682 d.C. procedente de otro de los bastiones del reino de Kanu’l: Dos Pilas. Esta mujer será la encargada de instaurar un nuevo linaje dinástico bajo el patronazgo de Calakmul (Martin y Grube 2002: 74). De esta señora, que cogobernó con su hijo K’ahk’ Tiliw Chan

Chaahk, nos han llegado al menos tres estelas en las que aparece representada con el traje de red, aunque ciertamente sólo la estela 3 parece representar un vestido o túnica. En la estela 24 (ver Martin y Grube 2002: 74), la Señora Seis Cielo va ataviada con el traje de red que recuerda a los del Clásico Temprano, probablemente porque intenta reproducir modelos antiguos. Sólo lleva la falda de red sujeta por el cinturón de tiburón y

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cubre su pecho con el plato ritual que sujeta en sus brazos. El tocado, al igual que los del Clásico Temprano, sólo va adornado con un penacho en la parte posterior. Pero la posición frontal de la mujer, la falda de red y sobretodo el cautivo sobre el que se asienta, hacen de ésta una representación que ineludiblemente recuerda a las mujeres de Calakmul y a las de otras ciudades aliadas al reino de Kanu’l. Mujeres todas ellas con un fuerte componente bélico y que representan a poderosas señoras, madres de importantes gobernantes. En este caso concreto, la madre del progenitor del nuevo linaje de Naranjo. Recientemente, en el sitio de Naachtun se han reportado las estelas 18 y 19, que siguen el modelo de estelas pareadas característico de Calakmul. La estela 19 (Fig. 19) representa a una mujer con túnica de red que sujeta un escudo y está de pie sobre un cautivo. Junto al rostro del cautivo se puede leer Ox Te’ Tuun, uno de los topónimos que aluden a Calakmul, lo que ha hecho pensar a epigrafistas y arqueólogos que estas estelas se erigieron después de que Tikal retomase el control político sobre Petén, en 692 d.C. (Mathews et al. 2005: 691-694). Sin embargo, esta tradición de representar a mujeres sobre cautivos se inicia en Calakmul en el primer cuarto de siglo VII, lo que nos hace suponer que si la vestimenta y estos cánones iconográficos son difundidos por el poder político de Kanu’l, es cuestionable pensar que en ese momento Naachtun estuviese bajo el control político de Tikal y no de Calakmul. A esto podemos añadir que el topónimo, en vez de aludir al cautivo, puede estar haciendo referencia a Ox Te’ Tuun7 como el lugar donde se desarrolla la escena, algo también habitual en los textos que promulgan los de Kanu’l. Si hiciese referencia al cautivo debería ir prefijado por el agentivo aj, “el de”, y en ese caso no habría duda en la interpretación que se refiere a “el de Ox Te’ Tuun”, pero el prefijo no existe por lo que parece aceptable pensar que la escena alude al lugar donde acontece el suceso más que a la procedencia del cautivo. Como se ha comentado anteriormente, las mujeres con trajes de red también se encuentran representadas en reinos alejados de Calakmul, pero que bien pudieron tener alguna

Fig. 19. Naachtun, estela 19. Señora con traje de red sobre mujer cautiva (según dibujo de J. Montgomery).

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Otra propuesta de lectura para este topónimo sería Uhxte’ Tuun (Erik Velásquez García, comunicación personal, 2008).

relación con el control político de los señores de Kanu’l. Se sabe que a finales del siglo VI y principios del VII los dominios de esta dinastía alcanzaban por el noreste hasta Okop, en el centro del Estado de Quintana Roo. Un poco más al norte, en la ciudad de Coba, varias estelas siguen el patrón de las reinas de Calakmul. Esto es, estelas pareadas, mujeres ataviadas con el traje de red y de pie sobre cautivos (ver estelas 1 y 5 de Coba, en Proskouriakoff 1950: 157-158). Si se tiene en cuenta que las relaciones entre Calakmul y Edzna están bien atestiguadas por los textos, es posible que – como argumenta Pallán (2009: 194) – el 3 de diciembre de 695 un “señor divino” de Kanu’l atacase Coba. A esto hay que añadir que Beliaev y Safronov (2002) leyeron en el Panel D de Coba el glifo emblema de Cabeza de Serpiente. El gobernante de Kanu’l que los autores creen leer en él es Serpiente Enrollada (Uk’ay Chan) (579-611 d.C.). Las fecha que apuntan las estelas de Coba donde aparecen las mujeres con traje de red son un poco más tardías, con fechas entre 662 y 682 d.C., coincidiendo con el momento de gran movilidad de señoras del reino de Kanu’l a otros reinos vasallos. Por tanto, parece bastante probable que mantuviesen en

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esta ciudad del norte la misma estrategia que en los reinos subordinados de Calakmul y que impusiesen una nueva reina del linaje Kanu’l para gobernarlo. Esto demostraría que la vestimenta de red está ligada a la capacidad de legitimar el linaje de los señores locales por parte de las señoras de Calakmul. Escudo, máscara esquemática, enano, bultos sagrados, y túnica de red: la estela 34 de El Perú. El Perú, ubicado a algo más de 30 kilómetros de Calakmul, es otra de las ciudades que reprodujeron los diseños difundidos por Kanu’l. La estela 34 (Fig. 20) originalmente formó pareja con la estela 31. La estela 348 fue erigida en la fecha maya 8 Ajaw 8 Wo (15 de marzo de 692) para conmemorar el final de periodo. El acontecimiento se realiza en presencia de un personaje nombrado Yuknoom que, por la fecha, debe tratarse del gobernante Garra de Jaguar.

Fig. 20. El Perú, estela 34 (según dibujo de J. Montgomery).

La estela 34 representa a una mujer de linaje real pues lleva el título kalo’mte’. Algunos autores sugieren que es una importante mujer 8

En ella también se menciona el acceso al trono de Garra de Jaguar en 9.12.13.17.7 (3 de abril de 686) (Alfonso Lacadena, comunicación personal, 2008).

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de Calakmul, tal vez la hermana de Garra de Jaguar que, como era tradición, se desplaza hasta El Perú para contraer matrimonio (Marcus 1992: 251, 253; Martin y Grube 2002: 109). La señora está en posición frontal con una amplia túnica de red. En ella se exponen todos los elementos que se van incorporando a la vestimenta de red a lo largo del siglo VII d.C. Los hombros se cubren con un quechquémitl adornado con tres máscaras que parecen reproducen los rasgos físicos y adornos de la señora: nariguera, orejera en forma de flor y un elemento que indica tendencias estilísticas de la época, como es el corte de pelo en forma escalonada. Este diseño lo luce también la mujer de Yuknoom Ch’een II en un vaso tallado (ver Fig. 21b) con fecha 672 d.C., (Martin y Grube 2002: 108), así como la hija de este gobernante en el panel 3 de La Corona. Todo esto sugiere que era el estilo de corte de pelo o peinado del momento, pues también era el empleado en regiones más alejadas, como Palenque e incluso Veracruz9 (ver también Moya Honores 2007). También se aprecia en la estela 34 elementos propios de los dirigentes masculinos. La mujer está acompañada de un enano que porta maracas. Estos personajes – característicos de las escenas de corte del Clásico Tardío – hasta ahora sólo se habían encontrado en monumentos pétreos acompañando a personajes masculinos, como el dintel de la estructura 10 de Tikal, la estela 1 de Caracol o la estela 29 de Calakmul. Igualmente, los enanos son personajes muy activos en la danza ritual del dios del maíz, como se muestra en los vasos estilo Holmul procedentes de la región de Naranjo, también bajo la influencia de Kanu’l. Continuando con la descripción del atavío de la protagonista, hay que señalar que en la plumería del tocado de la señora de El Perú se integran dos bloques glíficos que mencionan su nombre, aunque de momento no tienen una lectura concluyente. La estela 34 y el panel 3 de la Corona comparten importantes similitudes además de las propias del atuendo de red: la disposición del cuerpo y el traje de las mujeres, el corte esca9

Figuras de barro procedente de Veracruz, muestran el corte de pelo en escalón. Aunque no se puede afirmar cuál es la dirección que lleva la moda, si de área maya a la zona de Veracruz o viceversa, es importante no olvidar que en este momento se están registrando relaciones importantes entre ambas áreas, tal y como se advierte en las pinturas murales de Cacaxtla.

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lonado del pelo10 y el tocado con máscara de serpiente esquemática. Al igual que las señoras mencionadas, la mujer de la estela 34 está iconográficamente vinculada a símbolos bélicos. Sujeta en una mano un escudo y en la otra una máscara de serpiente esquemática, junto con un atado o bulto, y un posible estandarte (Miller 1999: 109). Estos elementos son iguales a los que sujeta su esposo, gobernante de El Perú, en la estela 31, y a los que porta el protagonista de la estela 9 de Calakmul, Garra de Jaguar. No siendo muy habituales en otros reinos, lo que tal vez se puede interpretar como los elementos de poder real del reino de Kanu’l que, en esta escena están siendo entregados por la señora de Calakmul al gobernante de El Perú, legitimándole en el poder. Por otro lado, en el texto de la estela 34 se reconoce la expresión ub’aahila’n, “es la personificación de”, seguida del glifo “serpiente de agua” (Alfonso Lacadena, comunicación personal, 2008). Lo que indica que la mujer está personificando a la Serpiente de Agua, pudiendo tratarse del monstruo marino o tiburón contra el que lucha el dios del maíz, vence y posteriormente renace de él. El mismo ser que es representado en la cintura en posición frontal, y que hasta ahora hemos mencionado como tiburón, y que, si esto es así, se equivaldría con el ser de perfil que porta en el tocado, y que coincide con el glifo “serpiente de agua” (ver Quenon y Le Fort 1997). Esta serpiente de agua es la que parece que personifica la esposa o madre de Garra de Jaguar en la estela 9 de Calakmul. Curiosamente, y a pesar de lo claro que es el texto, la mujer de El Perú no porta el tocado de serpiente de agua, aunque sí su compañero el gobernante de El Perú, lo que deja abierta la posibilidad de que estén rememorando una ceremonia anterior.

vantes sobre la importancia y simbología de la vestimenta real en el Clásico Tardío (Le Fort 2001). El traje de red ha sido identificado como un tipo de vestimenta que se identifica con el dios del maíz en el periodo Clásico. Como se ha apuntado, aún siendo cierto que este traje puede ser portado tanto por hombres como por mujeres, principalmente está asociado a mujeres de linajes reales. Trabajos como el realizado por Quenon y Le Fort (1997) han ayudado a ofrecer una propuesta lógica sobre la simbología que reproducen los diferentes elementos que conforman la vestimenta del dios del maíz. Estos autores mencionan cinco episodios del mito del dios del maíz, aunque identificaron únicamente a cuatro de ellos en las diferentes narrativas cerámicas. El primero de ellos es la muerte y sacrificio. Este acontecimiento no aparece representado en cerámica sino en los huesos de Tikal (Friedel, Schele y Parker 1993: 90). El segundo es el renacimiento del dios del maíz, en donde interviene un ser acuático o monstruo marino que ha sido interpretado como tiburón. El tercero sería la imposición de la vestimenta del dios en donde se le ciñe el cinturón con la cabeza del tiburón y la concha; el cuarto sería el viaje en canoa; y el último muestra el renacimiento del dios de maíz del interior de la tierra que comúnmente es simbolizada con el caparazón de la tortuga (Quenon y Lefort 1997). Muy probablemente estas mujeres se representan con el traje de red y el cinturón de tiburón porque les interesa reproducir dos episodios del mito. Por un lado, al portar el cinturón de cabeza de tiburón o animal marino serpentiforme, se reproduce y emula el segundo episodio del mito, cuando el protagonista sale victorioso de la lucha con el tiburón (el renacimiento). Además, como apuntan Quenon y Le Fort (1997) el cinturón adornado con mandíbulas del ser marino o tiburón sería símbolo de trofeo y victoria sobre el enemigo.11 A este respecto Velásquez García (2004) menciona una narración de los koras y n!was de Durango en la que un muchacho (identificado con la estrella matutina) mata a flechazos a una serpiente acuática que representa el cielo nocturno y el

¿Por qué el empleo del traje de red en contextos de poder y bélicos? Simbología del traje de red A partir de los años setenta, diferentes estudios y trabajos han aportado datos rele10

Según Moya Honores (2007: 101) “el peinado escalonado, que en las figurillas cerámicas de Jaina y tipo Jaina está asociado a las representaciones femeninas, en los monumentos aparece en representaciones masculinas, principalmente aquellas referidas a jóvenes nobles”. Aunque en Kanu’l esta constatación no es muy evidente.

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Varias escenas cerámicas muestran a los dioses remeros y al dios Jaguar del Inframundo luchando contra el monstruo marino (Quenon y Le Fort 1997).

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poniente, penetra al interior de su cuerpo y renace por sus fauces.12 Por otro lado, el cinturón de cabeza de tiburón va acompañado de una concha marina. La concha, tal y como recogen los cronistas, es un símbolo estrechamente relacionado con la mujer desde la infancia (Rivera 1992: 84). Es símbolo de procreación y ha sido interpretada como el útero de la mujer. Por tanto, es posible que esta concha de feminidad, y el tiburón como fuerza y poder, confieran a estas señoras la capacidad de engendrar grandes hombres. Otros ejemplos nos pueden ayudar a entender un poco más las connotaciones que supone portar ese cinturón. Si observamos la representación de K’inich Janaab’ Pakal (ver Schele y Freidel 1999: 278, figura VI-3) en su sarcófago, el caso más claro de un personaje masculino ataviado con la falda de red en posición de renacimiento, detectamos que no lleva el cinturón de tiburón sino un cinturón de cabeza con mandíbula descarnada, mientras que su madre sí lo lleva en el tablero oval de Palenque (ver Schele y Freidel 1999: 285, figura VI-6). En este tablero se representa justo el momento en que la mujer está entregando los atributos de poder y acceso al trono a su hijo, K’inich Janaab’ Pakal. De hecho, en Palenque, ni Pakal ni su hijo K’inich K’an Joy Chitam, quien también porta este atavío, llevan el cinturón con la cabeza de tiburón. Parece que este elemento tiene unas fuertes connotaciones femeninas y posiblemente está relacionado con el traspaso de poder real, pues lo que es evidente es que esta vestimenta la emplean mujeres transmisoras de poderosos linajes, como ocurre en los reinos de Kanu’l y Palenque, y con un fuerte componente políticobélico, elementos que se reproducen a través de la vestimenta. El traje de red simbolizaría el último episodio, el momento en que el dios emerge nuevamente de la tierra, siendo justamente este motivo el que emula la vestimenta con diseño de red, pues la tierra es símbolo de renacimiento y fertilidad (Le Fort 2001: 159). De esta manera, si el renacimiento representa el crecimiento de la planta, del alimento ‘primordial’, al mismo tiempo simboliza el 12 Como expone el autor, no debemos olvidar que en al menos una parte de Mesoamérica los dioses de Venus y del maíz comparten la misma fecha calendárica: 1 Ajaw / 1 Xochitl. La probable participación de los dioses remeros en el mito de los vasos mayas refuerza sus vínculos con la alborada, el crepúsculo y los momentos liminares (ver Velásquez García 2004).

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crecimiento de la humanidad, el momento de la creación (Quenon y Le Fort 1997). Así, la metáfora se extiende a la fertilidad, la creación de los grandes hombres – los gobernantes – y la permanencia del poder de su linaje, a través de la vía materna. Es claro que en estos contextos, es la mujer la que transmite el poder político, extendiendo y manteniendo la dinastía. Lo que nos recuerda el papel del dios del maíz, en este caso la mujer aparece como generadora de poder que en consecuencia mantiene a la humanidad. Por último, queremos indicar que igual que disponemos de interesantes representaciones de hombres caracterizando a dioses (ver estela 11 de Yaxchilán con el gobernante ataviado a la manera de Chaahk), consideramos que estas mujeres se muestran como el poderoso y victorioso héroe mítico que debió ser el dios del maíz. De tal manera los cautivos representados tumbados atados y humillados bajo sus pies podrían emular al monstruo marino o tiburón abatido por la fuerza del héroe.

Conclusiones El análisis efectuado sobre la vestimenta de las mujeres de Calakmul y de otros reinos aliados nos ha permitido, no sólo evidenciar el importante papel político en cuanto a alianzas matrimoniales con estos reinos, sino también ahondar un poco más en la mentalidad y la moda de la realeza maya del periodo Clásico. Es a finales del siglo VII d.C. cuando se observan cambios en la moda de la élite, se incorporan nuevos diseños de trajes, como huipiles traslúcidos de doble capa y el traje de red. Estas vestimentas indican la importancia ritual de las mujeres y su papel en la sociedad del siglo VII d.C. Por un lado, aquellas mujeres que, ataviadas con huipil o corte, intervienen en acontecimientos aparentemente cotidianos pero que, muy probablemente, como denota su estatus elevado, están participando en ceremonias o festividades donde la bebida y la comida son el eje principal de lo que pensamos pudo ser una ceremonia ritual en el que intervienen personajes masculinos relevantes de la sociedad. Por otro, se han detectados vestimentas específicas empleadas para realizar rituales de esparcimiento en conmemoraciones de periodos.

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Por último, disponemos del traje de red que llevan las señoras de Calakmul y aquellas vinculadas políticamente a la órbita de Kanu’l, en muchos casos hijas de gobernantes se desplazan para efectuar alianzas matrimoniales y transmitir el poder. Como se ha expuesto anteriormente, consideramos que estas señoras, a través de diferentes adornos o accesorios de la vestimenta, se vinculan a los distintos episodios del mito del dios del maíz. Paradigma de fuerza y renacimiento que ellas emulan y que les otorga el poder de legitimizar a sus esposos como miembros pertenecientes a la esfera política del reino de Kanu’l.

han difundido muy posiblemente desde allí y han quedado estipulados entre las mujeres de las Tierras Bajas del Sur para trasmitir su linaje? Parece más factible que estos registros iconográficos hablen de posibles relaciones políticas establecidas con el poder de Kanu’l, aunque no siempre se haya desvelado este vínculo mediante textos. Por otro lado, si la iconografía aporta este tipo de información, entonces podríamos referir que la dinastía Kanu’l se encontraba habitando en Calakmul desde por lo menos el reinado de Tajoom Uk’ab K’ahk’, a quien se atribuyen las estelas pareadas 28 y 29 y que marcan el inicio de la tradición del traje de red implementado en el vasto reino de Kanu’l. También creemos que la temática del dios del maíz encuentra otra forma de difusión como es el soporte cerámico, así se muestra en las variadas vasijas estilo códice y en los vasos estilo Holmul, donde se muestra a personajes masculinos ataviados como el dios del maíz danzando en compañía de enanos. Estos vasos fueron manufacturados durante los reinados de importantes reyes de Naranjo subordinados al poder de Calakmul. De todo esto se deduce que en el reino de Kanu’l, durante cerca de dos siglos, las mujeres tuvieron un importante rol en las estrategias políticas del reino.

a

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Fig. 21. Lenguaje gesticular y diseño de peinado asociado al traje de red: a) Procedencia Calakmul. Vaso con tapa. Museo Allerheiligen (según dibujo de C. Prager); b) Pomoy, estela 3 (en Grube 2001: 173).

Estos diseños fueron empleados en la ciudad de Calakmul hasta el año 751 d.C. como se aprecia en la estela 88, y se difundieron con la misma carga simbólica a otras regiones de las Tierras Bajas del Sur, más concretamente hacia el Usumacinta y tal vez por el noreste hasta Coba. Esto es apreciable en la estela de San Francisco, o la estela D de El Chorro, que representan a mujeres ataviadas con el traje de red y portando emblemas que las vincula con el poder real. Incluso se aprecia un lenguaje gesticular de manos asociados a esta vestimenta, además de un tipo de corte de pelo en escalera que se reproduce en sitios fuera del entorno del reino de Kanu’l (Fig. 21a-b, ver también Fig. 9). La cuestión aquí queda abierta ¿están estos sitios vinculados políticamente a Calakmul o son diseños protocolarios que se

Agradecimientos. Queremos agradecer a Rocío García Valgañón y Asier Rodríguez por los dibujos realizados en el verano de 2008 en Calakmul: el dintel 1, las estelas 116 y 88, imágenes que aquí se muestran. A Nikolai Grube, Harri Kettunen, Felix Kupprat, Alfonso Lacadena, Simon Martin y Erik Velásquez G. por sus aportaciones en el campo epigráfico. A Martha Sandoval, por sus comentarios en el campo de los huipiles coloniales. Por último, a Ramón Carrasco y Omar Rodríguez, pilares del Proyecto Calakmul. A todos, gracias.

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