Metonimia y derivación Sufijal en español: Estudio multidimensional de los mecanismos conceptuales que rigen la formación de palabras mediante sufijación en español (Liceus, 2014) - texto completo

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Descripción

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Metonimia y derivación Sufijal en español

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Estudio multidimensional de los mecanismos conceptuales que rigen la formación de palabras mediante sufijación en español Enrique Gutiérrez Rubio

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A Martina y Nobelek, los reyes de mi casa

Primera edición en Liceus: 2014 Tirada de esta edición: 150 ejemplares

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Diseño de cubierta: Raquel Cubero Hernández No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright. Copyright © Enrique Gutiérrez Rubio, 2014 by Liceus, Servicios de Gestión y Comunicación, SL.

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ISBN: 978-84-9714-054-6 Depósito legal: M-29577-2014 Imprime: Recco, S.L. [email protected]

I am convinced that metonymy occurs much more frequently than metaphor and tells us a great deal about our cognitive equipment. KOCH 1999: 139

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No existe nada menos recomendable que atribuir a los seres inanimados un valor metonímico. Si uno cree que el estado de una planta en una maceta refleja el estado de su alma, o peor, el de una persona querida, estará condenado a la desilusión o a la paranoia perpetua.

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VALERIA LUISELLI, LOS INGRÁVIDOS

1. Introducción............................................................................Pág.7 2. El estudio de la formación de palabras en español..........Pág.11 2.1. Introducción 2.2. Nueva gramática de la lengua española 2.3. Gramática Descriptiva de la Lengua Española 2.4. Diccionario etimológico de los sufijos españoles y de los otros elementos finales

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2.5. Spanische Wortbildungslehre

2.6. Otras monografías especializadas

3. La metonimia léxica desde la perspectiva cognitiva........Pág.22 3.1. Introducción

3.2. Aproximaciones al estudio de la metonimia 3.3. El modelo de Peirsman y Geeraerts

4. Metonimia y derivación sufijal............................................Pág.41 4.1. Metonimia conceptual y gramática

4.2. Derivación como proceso metonímico

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5. Inventario de patrones metonímicos en el español

peninsular............................................................................Pág.60 5.1. Introducción

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5.2. Patrones metonímicos en la Nueva gramática de la lengua española

5.3. Estudio comparativo de las lenguas española, checa, rusa y noruega

6. Estudio de frecuencias en español...................................Pág.106 6.1. Introducción 6.2. Estudio de frecuencias del español peninsular 6.3. Estudio de frecuencias del español de América

7. Neologismos y patrones metonímicos del español peninsular...........................................................................Pág.138 7.1. Introducción 7.2. Metodología del análisis 7.3. Resultados del análisis de neologismos 8. Conclusiones finales...........................................................Pág.167

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Bibliografía...............................................................................Pág.180 Índice de materias...................................................................Pág.192 Índice de nombres..................................................................Pág.200 Apéndice 1. Listado de palabras analizadas en el estudio de

inventario...........................................................................Pág.203 Apéndice 2. Listado de palabras analizadas en el estudio de

frecuencias del español peninsular.................................Pág.206

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Apéndice 3. Listado de palabras analizadas en el estudio de

frecuencias del español americano.................................Pág.210

Apéndice 4. Listado de palabras analizadas en el estudio de

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neologismos.......................................................................Pág.214

English Summary....................................................................Pág.218

Capítulo 1. Introducción

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El libro que aquí presentamos aborda, desde una perspectiva innovadora, el análisis de los procesos de formación de palabras en la derivación sufijal del español, tanto peninsular como americano. Nuestra principal fuente de inspiración la encontramos en las investigaciones de la eslavista norteamericana Laura Janda (2010; 2011), en las que diseña un complejo modelo –basado en los trabajos, también de corte cognitivo, de Peirsman y Geeraerts (2006) sobre el estudio de la metonimia léxica– para el análisis sistemático de los patrones metonímicos asociados a la formación de palabras sufijal en tres lenguas europeas: ruso, noruego y checo. Nuestro análisis, a diferencia del de Janda, es de carácter multidimensional, ya que aborda el tema desde distintas perspectivas, desarrolladas en cuatro estudios independientes, pero que claramente pueden ser puestos en relación, para así alcanzar conclusiones de mayor calado respecto a los mecanismos conceptuales de formación de palabras mediante sufijación en la lengua española. Sin embargo, antes de llevar a cabo nuestro análisis, en este libro proponemos una presentación del estado de la cuestión. Comenzaremos, en el segundo capítulo, titulado «El estudio de la formación de palabras en español», haciendo un breve repaso de las principales obras de referencia respecto al estudio de la formación de palabras en español, entre las que destacan la Nueva gramática de la lengua española de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española (2009), la Gramática Descriptiva de la Lengua Española dirigida por

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Bosque y Demonte (2009), el Diccionario etimológico de los sufijos españoles y de los otros elementos finales (DESE) de David Pharies (2002) y la monumental obra en alemán Spanische Wortbildungslehre escrita por el hispanista austriaco Franz Rainer (1993). En la primera parte del tercer capítulo, denominado «La metonimia léxica desde la perspectiva cognitiva», introducimos brevemente varias aproximaciones al estudio de la metonimia conceptual léxica en el marco de la lingüística cognitiva. En un segundo apartado presentamos, en mayor detalle, el trabajo de Peirsman y Geeraerts (2006) sobre el que Janda se habrá de basar para proponer los 25 conceptos que pueden formar patrones metonímicos –como FUENTE y como META indistintamente– en su análisis de los procesos sufijales del checo, noruego y ruso. El capítulo que lleva por título «Metonimia y derivación sufijal» se centra ya en el tema concreto de nuestra investigación, presentando, en un primer apartado, aquellos trabajos que, como el nuestro, van más allá del estudio de la metonimia en el plano léxico y tratan de sacar a la luz la influencia directa de la metonimia conceptual sobre fenómenos gramaticales de todo género. En la segunda mitad de este cuarto capítulo, hacemos un repaso en profundidad de la propuesta de Laura Janda (2010; 2011), según la cual, la derivación sufijal puede ser entendida como un proceso de naturaleza metonímica y, como tal, ser estudiada de forma sistemática en las lenguas. La metodología empleada por Janda en sus investigaciones es aquí detalladamente presentada, así como los límites y las modificaciones necesarias para la aplicación de dicha metodología al español. El primer análisis propuesto en este trabajo se detalla en el quinto capítulo: «Inventario de patrones metonímicos en el español peninsular». En primer lugar,

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estudiamos la capacidad potencial o teórica del sistema español para generar patrones metonímicos en la formación de palabras por sufijación; para ello, se analizan todos los ejemplos documentados en los capítulos dedicados a la sufijación de la Nueva gramática de la lengua española. Una vez obtenidos los datos para el inventario del español peninsular, y ya en un segundo apartado de este quinto capítulo, estos son puestos en relación con los propuestos por Janda (2010; 2011) para checo, noruego y ruso. El sexto capítulo del libro se dedica a un segundo tipo de análisis, el llamado estudio de frecuencias, que trata de arrojar luz sobre qué sufijos, patrones y combinaciones metonímicas de los atestiguados para el inventario documentan una presencia más habitual en los textos españoles contemporáneos. Con este fin, fueron analizadas 1.400 palabras escogidas aleatoriamente del corpus del español contemporáneo CREA. La mitad de ellas se extrajeron de textos del español europeo y la segunda mitad de textos procedentes de los distintos países americanos de habla hispana, de modo que se han obtenido no solo datos sobre la frecuencia de uso de los distintos sufijos, patrones y combinaciones metonímicas, sino que además se han podido obtener conclusiones de carácter diatópico al respecto. El penúltimo capítulo lleva por título «Neologismos y patrones metonímicos del español peninsular». En él, presentamos la metodología y las conclusiones de un análisis basado en 500 derivados sufijales extraídos del Banco de neologismos del Observatori de Neologia. Gracias a este último tipo de estudio, seremos capaces de mostrar las tendencias más vivas en la derivación sufijal del español actual. El capítulo que cierra el libro –justo antes de las referencias bibliográficas, los índices de nombres

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y materias y los cuatro apéndices donde se recogen todos los derivados analizados en los distintos estudios que componen esta investigación– reúne las conclusiones parciales presentadas a lo largo de esta obra y las pone en relación, de modo que el lector tenga una visión de conjunto de los mecanismos conceptuales que rigen la formación de palabras mediante sufijación del español.

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Capítulo 2. El estudio de la formación de palabras en español 2.1. Introducción

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Numerosos son los especialistas y las obras que han abordado el estudio, en profundidad y con rigor, de la formación de palabras mediante sufijación en español, desde muy diversas perspectivas. En general, se trata de trabajos de carácter descriptivo, cuya pretensión no es ahondar –y, por tanto, no lo hacen– en las relaciones conceptuales que se establecen entre la base y el derivado. En este segundo capítulo del libro, vamos repasar algunas de las publicaciones más relevantes que se han dedicado al fenómeno de la formación de palabras en español; sin embargo, y como resulta lógico al no ser este un estudio de carácter panorámico, sino de investigación, no realizaremos un repaso absolutamente pormenorizado y completo; nos limitaremos a presentar brevemente las peculiaridades de aquellas obras que, por su repercusión, destacan entre las publicadas en España en los últimos años. De este modo, pretendemos realizar un rápido panorama del estado de la cuestión.

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2.2. Nueva gramática de la lengua española La Nueva gramática de la lengua española, editada recientemente por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española (2009) es, muy probablemente, el estudio de morfología derivativa de la lengua española más actual, completo y ambicioso. Al tema objeto de nuestra investigación le dedica algo más de 300 páginas (págs. 337–661) divididas en 5 capítulos (cap. 5–9). Se trata, sin duda, de una labor

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cuidada y rigurosa de documentación que nos parece enormemente necesaria. Sin embargo, el libro no va acompañado de un estudio sistemático de las relaciones establecidas entre las bases y los derivados asociados a cada sufijo, lo que, en nuestra opinión, resta valor a la obra y la convierte más en un enorme listado (necesario) de sufijos y ejemplos que en un auténtico estudio en profundidad de la formación de palabras en español. A pesar de lo aquí señalado, es necesario reconocer que la Nueva gramática de la lengua española, como no podía ser de otra forma, sí realiza una clasificación de los distintos sufijos según varios parámetros, de modo que existe cierta sistematización en la exposición de las distintas posibilidades derivativas del español. Así, el estudio de la sufijación de la lengua española se divide en cinco capítulos:

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5. La derivación nominal (I). Nombres de acción y efecto. 6. La derivación nominal (II). Otros derivados. 7. La derivación adjetival y adverbial. 8. La derivación verbal. La parasíntesis. 9. La derivación apreciativa.

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Además, la Nueva gramática de la lengua española le dedica también los capítulos 10 y 11 a la formación de palabras en español, concretamente a la prefijación y la composición.1 Aparte de esta clasificación básica según la clase de palabra resultante tras el proceso derivativo y de la existencia de interesantes apartados introductorios a los distintos capítulos, cabe afirmar que esta monumental Cf. Capítulo 10: La prefijación (págs. 663–733); Capítulo 11: La composición (págs. 735-788).

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obra centra su atención en el estudio de las distintas variantes diatópicas (e incluso diafásicas y diastráticas). Además, con frecuencia incluye comentarios de carácter diacrónico, de modo que se muestra la evolución histórica de los distintos sufijos. En cuanto al interés principal de nuestra investigación, la relación entre bases y derivados asociada a los distintos sufijos, esta gramática se reduce a señalar y ejemplificar multitud de significados2, si bien de un modo generalmente poco sistemático del que resulta complicado sacar conclusiones aplicables a un análisis de enfoque contrastivo como el presente. En el apartado introductorio a la derivación nominal (cfr. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española 2009: 338–342), por ejemplo, se señalan los significados más relevantes y se alude a relaciones sistemáticas que, al menos en nuestra opinión, no aclaran con suficiencia los procesos que se dan entre el elemento primitivo y el derivado. A pesar de lo expuesto hasta aquí, debemos dejar claro que se trata de un estudio enormemente pormenorizado, con multitud de ejemplos y con explicaciones concisas, por lo que lo consideramos un referente indispensable para cualquier estudio serio de los procesos derivativos en español contemporáneo; no en vano lo hemos escogido entre todas las obras publicadas que atienden a la formación de palabras en español como la principal referencia de nuestro estudio de inventario de los patrones metonímicos del español (cfr. 5.2.).

Bajo el epígrafe de derivados nominales encontramos, entre otros muchos, los siguientes significados: persona, lugar, tiempo, acción, hecho, suceso, evento, golpe, grupo, instrumento, recurso, informaciones o contenidos verbales, acto propio o característico de alguien, ruidos y sonidos, acciones bruscas o repentinas, nombre de medida, tragos de bebida alcohólica, entre otras.

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2.3. Gramática Descriptiva de la Lengua Española

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Por su parte, el tercer tomo de la que es, probablemente, la otra gran obra de referencia de la gramática española contemporánea, la Gramática Descriptiva de la Lengua Española dirigida por Bosque y Demonte (2009), le dedica cuatro capítulos (69–72) a la derivación (págs. 4505–4755). En el capítulo más extenso, el dedicado a la derivación nominal, a cargo de Santiago Lacuesta y Bustos Gisbert (págs. 4505–4594), lo primero que nos llama la atención es que los distintos sufijos están tratados por orden alfabético.3 En lo referente a los aspectos semánticos, se distinguen, básicamente, los contenidos «acción», «cualidad», «agente», «conjunto», «instrumento», «lugar», a los que se añade un ambiguo «etc.» (cfr. Santiago Lacuesta y Bustos Gisbert 2009: 4511). Sin embargo, a continuación se aclara que «no pocos sufijos pueden estar especializados para referir determinados tipos concretos de relaciones» (cfr. Santiago Lacuesta y Bustos Gisbert 2009: 4512). Sería, a modo de ejemplo, el caso de -ista, el cual revela solo «ciertas relaciones agentivas, como pueden ser las ‹profesiones›, ‹creencias›»; otros que, como -al/-ar, señalan conjuntos y «se refieren a determinados tipos de ‹cultivos›, ‹árboles›». A otros, el caso de -ado/-ato, los califica como «sufijo de estatus» y refieren siempre «cargos públicos, religiosos o académicos» (cfr. Santiago Lacuesta y Bustos Gisbert 2009: 4511). Queda patente, por tanto, que la obra trata de buscar relaciones sistemáticas entre los distintos sufijos y su semántica, al menos en los supuestos donde dicha relación está más consolidada. La estructura de la información aportada para cada uno

Si bien hay que reconocer que los autores justifican suficientemente esta decisión (cfr. Santiago Lacuesta y Bustos Gisbert 2009: 4514– 4515). 3

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de los sufijos en la Gramática Descriptiva está desarrollada de un modo sustancialmente más sistemático que en la Nueva gramática de la lengua española de la RAE, puesto que la descripción de cada sufijo se divide en siete apartados, el cuarto de los cuales se refiere a los «contenidos asociados», es decir, a las principales semánticas con que se relacionan los derivados asociados a un sufijo concreto. Si bien la obra es rica en cuanto a los datos relativos a los «contenidos asociados» y su estructura ayuda a realizar consultas con mayor eficiencia que en la Nueva gramática de la lengua española, esta, en nuestra opinión, tampoco profundiza lo suficiente en el estudio de las relaciones conceptuales que se establecen entre las dos entidades en relación, la base y el derivado. 2.4. Diccionario etimológico de los sufijos españoles y de los otros elementos finales

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Una tercera obra merecedora, sin duda, de un comentario en este sucinto repaso sería el Diccionario etimológico de los sufijos españoles y de los otros elementos finales (DESE) de David Pharies (2002). En sus cerca de 800 páginas, este volumen nos presenta una a una, y en gran detalle, la evolución histórica de todos los sufijos que cuentan con, al menos, cinco ejemplos en el vocabulario español, lo que le lleva a Pharies (2012: 13) a descartar algunos temas grecolatinos tan conocidos como -geo, -móvil, -nauta o -polis. La mayoría de las entradas del diccionario consta de cuatro apartados: 1) Resumen. 2) Descripción del funcionamiento del étimo en la lengua de origen. 3) Descripción del funcionamiento del elemento en español.

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4) Lista de palabras cuyo elemento final idéntico tiene otro origen. En general, las entradas incluyen poca información sobre la semántica asociada a la base y al derivado. Sin embargo, cuando el sufijo, con el paso del tiempo, asume una nueva semántica hasta entonces desconocida para el mismo, Pharies desarrolla el tema en cierto detalle. Así, a modo de ejemplo, recogemos aquí un comentario sobre las innovaciones semánticas del sufijo -azo a principios del siglo XV: «Al mismo tiempo que aparecen los primeros ejemplos aumentativos [...], se documenta -azo en su otra función, la de designar golpes dados con los instrumentos denominados por las bases» (Pharies 2002: 131). Si bien se trata de una obra de consulta fundamental para cualquier trabajo serio sobre el tema, no hemos tomado el DESE como la referencia principal de nuestra investigación por dos motivos fundamentales. Primero, por tratarse de un diccionario que aborda la problemática de la formación de palabras desde una perspectiva eminentemente diacrónica mientras que nuestro trabajo adopta, en la medida de lo posible, una base metodológica sincrónica (cfr. 4.1.). Segundo, porque nuestra investigación se enmarca en un proyecto interlingüístico que, para el resto de lenguas, parte del análisis de gramáticas detalladas y completas pero generalistas, de modo que si empleáramos una fuente tan específica como el DELE desvirtuaríamos, al menos en parte, los resultados del estudio comparativo (cfr. 5.3.).

2.5. Spanische Wortbildungslehre

La monumental obra Spanische Wortbildungslehre –que cabría traducir como ‹Estudio de la formación de palabras en español›– del austriaco Franz Rainer (1993) es, muy probablemente, el trabajo acerca la formación de palabras

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en español más completo de cuantos se han realizado hasta el momento. Sin embargo, no parece haber tenido en el mundo académico español toda la repercusión que, en nuestra opinión, la obra se merece. La causa, posiblemente, sea el hecho de estar escrita íntegramente en alemán.4 A diferencia de las obras anteriormente referidas (cf. 2.2–2.4.), Spanische Wortbildungslehre trata el estudio de la formación de palabras desde una perspectiva más compleja, de modo que el autor pasa a describir las peculiaridades del sistema español tan solo una vez expuesta en profundidad toda la problemática asociada a la formación de palabras en español y las teorías que han tratado de darle respuesta. El primer capítulo (págs. 1–191) es una completa introducción al estudio general de la formación de palabras (Einführung in die allgemeine Wortbildungslehre). Rainer aborda aquí, sobre la base de una extensa bibliografía –en la que apenas se cuentan obras en español–, todas las cuestiones asociadas a la teoría de la formación de palabras y la problemática de su estudio. El enfoque es general, si bien las palabras que escoge para ejemplificar los distintos elementos objeto de estudio suelen ser del español; solo utiliza palabras de otras lenguas (alemán, holandés, inglés) para fenómenos que no están presentes en español o que, al menos, son periféricos en su sistema morfológico. A lo largo de estas casi 200 páginas, Rainer expone las aportaciones al estudio de la formación de palabras desde todos los marcos teóricos que han ido apareciendo a lo largo, especialmente, del Sirva como prueba de la ausencia de esta obra en el panorama académico español el (sorprendente) hecho de que en los fondos de la biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid no haya ningún ejemplar de Spanische Wortbildungslehre (cf. http://cisne.sim.ucm.es/; 21/7/2014). Por otra parte, sí es obra de referencia, e incluso es citada con frecuencia, en el DESE.

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siglo XX, siempre acompañados de una visión crítica. En el segundo capítulo (págs. 193–244), el autor abandona el estudio de carácter general para centrarse en el de la formación de palabras en español y, más concretamente, en lo que denomina categorías de formación de palabras (Wortbildungskategorien des Spanichen). Se trata de un conjunto de 34 grupos mediante los que Rainer divide las posibilidades derivativas del español (excluye, por tanto, la composición) según distintas variables como la forma del afijo, la clase de palabra (de la base y/o el derivado), la distribución (prefijación o sufijación) y el significado. Se trata de una clasificación sui generis, ya que el patrón seguido no es heterogéneo, primando en ocasiones la clase de palabra del derivado, en otras la de la base y, en otras, la semántica (del derivado). Así, junto a categorías muy generales como «Nomina instrumenti», «Nomina loci» o «Denominaciones de personas» (Personenbezeichnungen), encontramos otras mucho más específicas como «Adjetivos de parecido» (Ähnlichkeitsadjektive), del tipo anaranjado o leonado, «Numerales» (Zahlen) o «Denominaciones de árboles y arbustos» (Baum- und Strauchbezeichnungen). A pesar de la heterogeneidad de las categorías, este segundo capítulo es una importante fuente de información, si bien pone en evidencia, nuevamente, la falta de unos criterios claros que, como en el caso de nuestro trabajo, estudien la relación entre la base y el derivado de forma sistemática. El tercer capítulo (págs. 245–298) lo dedica Rainer de forma exclusiva a la problemática de la composición en español. En el cuarto (págs. 292–379) y el quinto (págs. 381–674) realiza un pormenorizado estudio de los prefijos y sufijos españoles (respectivamente). Rainer describe uno por uno (en orden alfabético) los afijos del español, explicando su configuración semántica y formal de acuerdo, generalmente, a las categorías expuestas en el

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capítulo tercero. Las casi 300 páginas que Rainer dedica a la sufijación suponen una fuente de información muy útil para nuestro trabajo, ya que se dedica a la categorización de los distintos ejemplos en mucho más detalle que las otras obras de referencia ya comentadas, dejando en un segundo plano el desarrollo histórico de los sufijos o las cuestiones diatópicas. Incluye, además, con mucha frecuencia, formas neológicas, lo que será especialmente útil para nuestro estudio de los neologismos y patrones metonímicos del español peninsular (cfr. 7.). En un último capítulo titulado «Varia» (págs. 675–709), Rainer recoge algunos temas que habían sido comentados en otros apartados del trabajo, pero que no habían sido suficientemente desarrollados, como las siglas y acrónimos, los nombres de marca, el acortamiento y, muy especialmente, la conversión. El libro de cierra con un índice de nombres y otro de materias, seguidos de una completísima bibliografía divida en tres apartados: obras de carácter general, obras sobre la formación de palabras en español y diccionarios del español. Se trata, por tanto, de una obra de consulta fundamental para nuestro trabajo, tanto en sus aspectos más teóricos (caps. 1 y 6) como en lo relativo a la formación de palabras por sufijación en español y a los grupos en que estos procesos se pueden categorizar (caps. 2 y 5). 2.6. Otras publicaciones especializadas Dado que no es en ningún caso el objetivo de este trabajo dar una visión panorámica de todos los trabajos que han estudiado en profundidad la naturaleza de la formación de palabras en español publicados en los últimos años, nombramos en este apartado apenas ocho más que forman una nómina que podría verse, desde

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luego, ampliada por otras muchas obras que no se recogen, por cuestiones de espacio, aquí. El primero es un trabajo publicado por Mervyn F. Lang en 1992 –si bien se trata de una traducción de la versión original inglesa, publicada en la editorial Routledge en 1990–, del que nos interesan, ante todo, sus capítulos 5, 6 y 7.5 Destacamos, a continuación, otros dos trabajos por su carácter didáctico y por la claridad y precisión con que explican la problemática de la formación de palabras en español. Nos referimos, en primer lugar, a la obra de Bajo Pérez La derivación nominal en español, en la que la autora dedica un apartado a señalar los «Principales tipos de sufijos conforme a su valor semántico»; a modo de ejemplo, Bajo Pérez (1997: 19–29) habla de «sufijos para formar nombres (o adjetivos) gentilicios [...], nombres (o adjetivos) colectivos, [...]nombres (o adjetivos) que designan distintos tipos de lugares [...]», así hasta definir catorce tipos semánticos distintos. Por su parte, Alvar Ezquerra (2007: 54 y ss.) alude en su obra La formación de palabras en español a una «especialización semántica» mucho más cercana en su naturaleza a la que nosotros emplearemos en nuestra investigación, del tipo acción > estado duradero (como en el caso de aburrimiento) o, yendo un paso más allá, estado duradero > cualidad (en el sustantivo tolerancia), entre otras como abstracto > colectivo (el caso de gobierno) o incluso efecto o resultado de una acción > objeto o instrumento (como en cerradura), entre otros. Otras propuestas que han despertado nuestro interés, pero que, por cuestiones de espacio, no vamos a apenas comentar, serían el completo estudio de los mecanismos de formación de nuevas palabras en español a cargo de 5 5. Sufijación no-apreciativa; 6. Adjetivación y adverbialización; 7. Verbalización. (cfr. Lang 1992: 165–219).

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Almela Pérez (1999); el reciente trabajo de Amador Rodríguez (2009) sobre los nombres de agente, instrumento, lugar y acción formados mediante los sufijos de origen latino -dor/a, -dero/a, -ero/a, -miento y -ción (y sus alomorfos); o los trabajos que analizan, con base en la lingüística computacional, y a través de «novedosos» medios informáticos, tanto las relaciones morfoléxicas prefijales (Santana Suárez, Carreras Riudavets y Pérez Aguiar 2005) como, lo que supone una fuente de información mucho más interesante para nosotros, las relaciones morfoléxicas sufijales (Santana Suárez, Carreras Riudavets, Pérez Aguiar y Rodríguez Rodríguez 2003; Santana Suárez, Carreras Riudavets y Pérez Aguiar 2004).

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Capítulo 3. La metonimia léxica desde la perspectiva cognitiva 3.1. Introducción

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En el segundo capítulo hemos realizado una introducción y un breve repaso de las obras más destacadas que tratan el primero de los aspectos fundamentales de nuestro trabajo: los procesos derivativos sufijales en la lengua española. En este tercer capítulo vamos a exponer otra de las bases teóricas de nuestra investigación: el estudio de la metonimia conceptual en el marco de la lingüística cognitiva y, más concretamente, cómo dos de sus representantes más relevantes, Peirsman y Geeraerts (2006), abordan el estudio de la metonimia léxica. No creemos necesario dedicar aquí un apartado completo a presentar la corriente lingüística que se ha venido a denominar lingüística cognitiva (LC). Sin embargo, nos parece adecuado apuntar brevemente en qué consiste y, ante todo, en qué se diferencia esta disciplina lingüística de otras anteriores que se han dedicado al estudio de la formación de palabras. Según Ibarretxe-Antuñano y Valenzuela (2012: 7, 16) se trata de un movimiento lingüístico de carácter heterogéneo pero cuyos miembros comparten una misma idea sobre la esencia del lenguaje: que este «está fundamentado en una base experiencial, es decir, en la interacción con el mundo que nos rodea por medio de nuestras experiencias perceptivas, corporales y cognitivas» y, por tanto, que se trata de una «capacidad integrada en la cognición general». Croft y Cruse (2004: 1–4), por su parte, nos proponen las tres hipótesis principales de esta disciplina lingüística:

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a) La lengua no es una facultad cognitiva autónoma. Así, en contra de las propuestas de la gramática generativa, no se considera la lengua una facultad cognitiva autónoma (de hecho, innata) separada de aquellas habilidades cognitivas que pertenecen al ámbito extralingüístico. De este modo, la representación del conocimiento lingüístico es, básicamente, igual a la representación de otras estructuras conceptuales y, además, los procesos que gobiernan el uso del lenguaje no son, en lo fundamental, distintos de las otras habilidades cognitivas que los seres humanos emplean fuera del dominio de la lengua. b) Gramática es conceptualización. De este modo, un aspecto fundamental de la habilidad cognitiva humana es la conceptualización de la experiencia para ser comunicada. Esto implica que la flexión y las estructuras gramaticales tienen un papel determinante en la construcción de la experiencia de modo que ésta pueda ser comunicada de distintas formas específicas. c) El conocimiento del lenguaje surge del propio uso del lenguaje. Así, las estructuras y categorías de la sintaxis, semántica, morfología y fonología se construyen de forma inductiva sobre la base de la cognición que realizamos de las manifestaciones específicas empleadas en ocasiones específicas.

3.2. Aproximaciones al estudio de la metonimia La metonimia fue tratada a lo largo de más de 2.000 años exclusivamente como una figura retórica, también denominada transnominación, que cabría definir como un «‹Cambio de nombre› o sustitución de significados entre términos cuyos referentes se relacionan por contigüidad» (García Barrientos 2007: 58). La metonimia ya fue tratada por los filósofos griegos.

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La atribución más antigua se remontaría al presocrático Demócrito (aprox. 460 a.C.–370 a.C) quien, citado por Proclo (410–485) en su comentario al Crátilo de Platón (cfr. Álvarez, Gabilondo y García 1999), se refiere a la metonimia (junto a la homonimia, la polinimia y la elipsis de nombres semejantes) como una de las cuatro argumentaciones mediante las que Demócrito defendía su tesis de que los nombres son por convención: «La tercera argumentación es por metonimia: ¿por qué a Aristocles le cambiamos el nombre por Platón, y a Tírtamo, por Teofrasto [...]» (Proclo, Lecturas del Crátilo de Platón: XVI, 27–29). Por su parte, Aristóteles, en el capítulo 21 de su Poética, distinguía cuatro tipos de metáforas, entre las que se incluían la metonimia y la sinécdoque (cfr. Nerlich, Clarke y Todd 1999: 362).6 Para encontrar la primera definición directa de metonimia (en latín denominatio), debemos remontarnos hasta la obra de retórica más antigua conservada, la Rhetorica ad Herennium (aproximadamente 90 a.C.), cuyo autor afirma: «Denominatio est, quae ab rebus propinquis et finitimis trahit orationem, qua possit intellegi res, quae non suo vocabulo sit appellata» (cfr. Koch 1999: 140). En esta primera definición ya encontramos el elemento nuclear de la metonimia tal y como se tratará en nuestra investigación: la concepción de relación por cercanía o contigüidad (en este caso situada «in the world of reality», frente a la perspectiva cognitiva, que entiende que la naturaleza de la metonimia se basa sobre un tipo de contigüidad ubicada «at the conceptual level» (cfr. Radden y Kövecses 1999: Esta inclusión de la metonimia en la categoría superior de la metáfora se ha mantenido, en cierta medida, en el tiempo, de modo que incluso en las obras dedicadas de forma monográfica a la metáfora ya en el siglo XXI se le sigue dedicando un espacio al estudio de la metonimia, como sería el caso del capítulo 12 («Another Figure: Metonymy») en la obra Metaphor de Kövecses (2010).

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19). A esta metonimia entendida como figura retórica Koch (1999: 140) la denomina «ad hoc metonymy», distinguiéndola así del otro tipo de metonimia (aún léxica, no conceptual), la polisemia metonímica: «a specific semantic relation between two senses of a given polysemous lexeme». Precisamente esta capacidad de la metonimia para crear nuevos significados fue objeto de estudio por parte de varios lingüistas ya en el siglo XIX; sería el caso de Reisig, Bréal, Paul, Darmesteter y Nyrop, entre otros. Por otra parte, ya a principios del XX, destacan los avances sobre el tema de Saussure, Wundt, Kruszewski y Roudet; resulta especialmente interesante la obra de este último lingüista francés, donde hallamos, por primera vez, algunas reflexiones relevantes sobre los procesos de cambio semántico de carácter metonímico en el tiempo; sin embargo, estas ideas pasarían desapercibidas y hasta muchas décadas después no se abordaría el carácter diacrónico de los procesos semánticos basados en la metonimia.7 Un autor que sí ha dejado huella en los trabajos posteriores sobre metonimia –incluidos los de carácter cognitivo, si bien ha sido también objeto frecuente de crítica– sería Jakobson, quien, por una parte, es el primero en relacionar, si bien de un modo implícito, metonimia y formación de palabras (cfr. 4.1.) y, por otra, «brings together the rhetorical-poetic notion of ‹metonymy› and the semantic-associative relation of ‹contiguity›» (Koch 1999: 143). En cuanto a la lingüística estructuralista, esta consideraba la metonimia (al igual que la metáfora) «mere cfr. Leónce Roudet, «Sur la classification psychologique des changements sémantiques», Journal de Psychologie normale et pathologique 18 (1921), 676–692, en Koch 1999: 142, 143. 7

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rhetorical or semantically peripheral devices» (Feyaerts 1999: 309). Si nos centramos ya en el estudio de la metonimia por parte de la lingüística cognitiva, para los especialistas en esta disciplina la metonimia no es un fenómeno puramente lingüístico, sino, justo al contrario, un mecanismo conceptual capaz de motivar fenómenos lingüísticos.8 Según Radden y Kövecses (1999: 17), la visión cognitiva de la metonimia asume tres diferencias respecto a las concepciones previas:9 (i) Metonymy is a conceptual phenomenon; (ii) Metonymy is a cognitive process; (iii) Metonymy operates within an idealized cognitive model.

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Una vez aclarado, a grandes rasgos, qué entendemos por metonimia desde una perspectiva cognitiva, pasemos a presentar la evolución del concepto en el marco de esta corriente lingüística. En los primeros años de su desarrollo, la metonimia quedaba, casi sin excepción, en un segundo plano, siendo la metáfora el eje de la mayoría de las obras. Algunos autores se ocupaban del estudio de esta hermana pobre10 de la metáfora, si bien se limitaban,

8 Así, en palabras de Janda (2011: 363), la metonimia sería «a pervasive, important cognitive process that motivates linguistic phenomena». 9 Es decir, no solo a aquellas que la consideraban un mero tropo, sino también a estudios lingüísticos modernos; sería el caso, por ejemplo, de «algunos pragmatistas de la escuela de la Teoría de la Relevancia», que consideran la metonimia «un simple ‹efecto contextual›» (Barcelona 2012: 124). 10 No somos originales al emplear este símil. Koch (1999: 139) la califica, en relación con la metáfora, con el término de «kind of parente pauvre». Son numerosos los ejemplos en que se apela a la necesidad de otorgarle a la metonimia conceptual el mismo rango que a la metáfora

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como mucho, a comparar ambos conceptos, sin plantear aún desarrollos sistemáticos de las implicaciones derivadas del estudio de la metonimia como mecanismo conceptual.11 Un claro ejemplo de esta supremacía del estudio de la metáfora conceptual sobre la metonimia sería Metaphors we live by, la publicación cuya aparición en el año 1980 marca, para la mayoría de los especialistas, el inicio de la disciplina cognitiva. Aquí, Lakoff y Johnson (1980: 35 y ss.) dejan poco espacio a la metonimia, a la que le dedican apenas el capítulo 8. Sin embargo, en estas páginas –a través de, entre otros, los recurrentes ejemplos del sándwich de jamón en el restaurante («the ham sandwich is waiting for his check») y de las cabezas12 que son necesarias para el proyecto («we need some good heads on the project»)–, los elementos fundamentales del futuro estudio de la metonimia conceptual ya están presentes, si bien, claro está, los autores lo hacen primariamente en relación con la metáfora:

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Metaphor is principally a way of conceiving of one thing in terms of another, and its primary function is understanding. Metonymy, on the other hand, has primarily a referential function, that is, it allows us to

o, incluso, un nivel aún más elevado (cf. Gibbs 1999: 74; Groossens 1995a: 201; Taylor 1995: 124; entre otros). 11 En este sentido resulta especialmente interesante la propuesta de Groossens (1995b: 159), quien, aun admitiendo que se trata de dos procesos cognitivos distintos, «it appears to be the case that the two are not mutually exclusive», y propone el término metaphtonymy, mediante el que pretende ayudar a aumentar «our awareness of the fact that metaphor and metonymy can be intertwined». 12 Consideramos que en español, a diferencia del inglés, esta metonimia sería más específica y se activaría no tanto con la META cabeza, sino con la parte de esta que se relaciona de forma más directa con la inteligencia: el cerebro.

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use one entity to stand for another. But metonymy is not merely a referential device. It also serves the function of providing understanding. For example, in the case of the metonymy THE PART FOR THE WHOLE there are many parts that can stand for the whole. Which part we pick out determines which aspect of the whole we are focusing on. When we say that we need some good heads on the project, we are using «good heads» to refer to «intelligent people.» The point is not just to use a part (head) to stand for a whole (person) but rather to pick out a particular characteristic of the person, namely, intelligence, which is associated with the head. Más adelante, Lakoff y Johnson (1980: 38, 39) nos presentan varios tipos de metonimia, las que en su opinión se cuentan entre las más comunes, acompañadas de varios ejemplos de la lengua inglesa:

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· THE PART FOR THE WHOLE (LA PARTE POR EL TODO) · PRODUCER FOR PRODUCT (PRODUCTOR POR PRODUCTO) · OBJECT USED FOR USER (OBJETO USADO POR LA PERSONA QUE LO USA) · CONTROLLER FOR CONTROLLED (CONTROLADOR POR CONTROLADO) · INSTITUTION FOR PEOPLE RESPONSIBLE (INSTITUCIÓN POR LAS PERSONAS RESPONSABLES) · THE PLACE FOR THE INSTITUTION (EL LUGAR POR LA INSTITUCIÓN) · THE PLACE FOR THE EVENT (EL LUGAR POR EL ACONTECIMIENTO)

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Además, los autores sitúan la metonimia al nivel conceptual de la metáfora, al afirmar que «like metaphors, metonymic concepts structure not just our language but our thoughts, attitudes, and actions. And, like metaphoric concepts, metonymic concepts are grounded in our experience» (Lakoff y Johnson 1980: 39); aceptando incluso que «the grounding of metonymic concepts is in general more obvious than is the case with metaphoric concepts, since it usually involves direct physical or causal associations» (idem). Siete años después, el propio Lakoff (1987: 77) se reafirma en la importancia de la metonimia en el modelo cognitivo («Metonymy is one of the basic characteristics of cognition»), al tiempo que confirma su elevada frecuencia en el pensamiento/lenguaje humano: «It is extremely common for people to take one wellunderstood or easy-to-perceive aspect of something and use it to stand either for the thing as a whole or for some other aspect or part of it» (idem). Tras cerca de veinte años ocupando un lugar claramente secundario en relación con la metáfora, los especialistas cognitivos –y de forma muy especial los españoles, entre los que destacan los nombres de Barcelona y Ruiz de Mendoza– comenzaron, en los últimos años del siglo XX, a darle al estudio de la metonimia la importancia que creemos que se merece. Así, solo entre 1997 y 2011 salieron a la luz cinco estudios monográficos dedicados exclusivamente al tema. Por una parte, los trabajos más heterogéneos a cargo de Ruiz de Mendoza (1999), en español, y de Ruiz de Mendoza y Otal Campo (2002), en inglés. Las otras tres obras, de carácter compilatorio, son las editadas por Panther y Radden (1999); Panther, Thornburg y Barcelona (2009); y, la más reciente, por Benczes, Barcelona y Ruiz de Mendoza (2011). A estos trabajos cabría sumar, al menos, otras tres monografías

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que tratan de marcar las (con frecuencia) confusas fronteras que existen entre metáfora y metonimia: Groossens, Pauwels, Rudzka-Ostyn, Simon-Vandenbergen y Vanparys (1995); Barcelona (2000b); Dirven y Pörings (2003). Quizá la forma más sencilla de entender el concepto de metonimia tal y como ha sido desarrollada en el marco de la lingüística cognitiva sea, precisamente, a partir de la definición de metáfora. Así, en la metáfora tiene lugar una correspondencia conceptual entre dos elementos –denominados, según los autores, fuente, origen o vehículo, el primero; y meta u objetivo,13 el segundo– pertenecientes a dos dominios conceptuales distintos. Sería, por ejemplo, el caso de la oración «esta relación no va a ninguna parte», en que observamos una expresión lingüística metafórica concreta que se desarrolla en el marco de la metáfora conceptual EL AMOR ES UN CAMINO, en la que sería camino la FUENTE y amor la META. La metonimia, por su parte, sería un proceso cognitivo de naturaleza muy similar al de la metáfora, pero dentro de un único dominio; de ahí la idea central de cercanía o contigüidad, ya sea esta espacial o conceptual. En palabras de Barcelona (2012: 126): «La metonimia es la proyección asimétrica de un dominio conceptual, llamado ‹fuente›, sobre otro dominio conceptual, llamado ‹meta›, situados ambos dentro del mismo dominio conceptual funcional y conectados por una función pragmática. El resultado de la proyección es la activación mental de la meta». En el caso de la oración «Moscú critica con dureza la resolución de las Naciones Unidas», claro ejemplo de la metonimia En el supuesto concreto de la metonimia, y posiblemente con la intención de evitar confusiones terminológicas respecto a la metáfora conceptual, algunos autores hablan de correspondencias entre punto de referencia y zona activa, en lugar de entre origen/fuente y meta/objetivo (cfr. Cuenca y Hilferty 2011: 110 y ss). 13

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estaríamos ante una declaración del Gobierno ruso, o incluso de su presidente (la META), formulada mediante la expresión lingüística Moscú, es decir, el lugar desde donde se ejerce el poder (la FUENTE), de modo que «una parte de una relación espacial (el lugar) sirve para evocar la otra parte de esa relación (la cosa, persona o grupo localizado en ese lugar)» (Barcelona 2012: 123). Sin embargo, ni siquiera en el marco de la lingüística cognitiva existen posicionamientos unánimes sobre la naturaleza exacta de la metonimia, a excepción, acaso, de la idea generalmente aceptada de que las expresiones lingüísticas metonímicas (al igual que las metafóricas) son el reflejo en el nivel de la lengua de procesos cognitivos más complejos. Lo mismo ocurre con la terminología que denomina el espacio en el que se crea la conexión de dos entidades conceptuales de diversas formas: scenes, frames scenarios, domains, scripts o Idealized Cognitive Model (ICM). La rama posiblemente mayoritaria es, precisamente, la que denomina al espacio conceptual en que tiene lugar el «acceso mental» entre la FUENTE y la META frame (‹Marco› en el sentido de Fillmore) o ICM (‹modelo cognitivo idealizado›, en el sentido de Lakoff), dos conceptos muy similares, si bien con algunos matices que los diferencian. Fillmore señala que para entender el significado de una palabra hay que activar (o evocar) el marco semántico –una suerte de conocimiento enciclopédico– relacionado con esa palabra. El propio autor lo ejemplifica mediante el concepto desayuno:

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UBICACIÓN POR UBICADO,

To understand this word is to understand the practice in our culture of having three meals a day, at more or less conventionally established times of the day, and for one of these meals to be the one which is eaten early in the day, after a period of sleep, and for it

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to consist of a somewhat unique menu (the details of which can vary from community to community) (Fillmore 2006: 380).

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Los marcos ayudarían a organizar la experiencia y a mejorar la compresión, además de constituir «herramientas para la descripción y la explicación de los significados léxico y gramatical» (Blanco Carrión 2012: 169). En cuanto al Idealized Cognitive Model (ICM), se trata de un concepto absolutamente básico en las teorías de Lakoff. El ICM sería una estructura mediante la que organizamos nuestro conocimiento; a eso habría que sumar otra idea relevante: «category structures and prototype effects are by-products of that organization» (Lakoff 1987: 68). Un ejemplo de ICM propuesto por Lakoff sería el concepto martes, que solo puede ser definido en relación con semana, de modo que «[i]n the idealized model, the week is a whole with seven parts organized in a linear sequence; each part is called a day, and the third is Tuesday» (Lakoff 1987: 68). Nuestro modelo de semana, así, se halla idealizado, en el sentido de que ha sido creado por el ser humano (no existe de forma natural en la naturaleza y, además, no en todas las culturas consta de siete días). Así, Radden y Kövecses (1999: 21) definen la metonimia conceptual como «a cognitive process in which one conceptual entity, the vehicle, provides mental access to another conceptual entity, the target, within the same domain, or idealized cognitive model». Como ya ha sido comentado con anterioridad, en la metonimia sobresale el concepto de contigüidad, precisamente porque se trata de un proceso restringido a un único ICM y no a una activación entre dos ICM distintos, como sería el caso de

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la metáfora conceptual.14 En cuanto a la segunda corriente mayoritaria dentro de la lingüística cognitiva, esta se relacionaría con aquellos autores que hablan de dominios –o, mejor aún, de matriz de dominios– para referirse al espacio conceptual donde se realizan las proyecciones conceptuales. Así, Croft (2006: 280, 281) afirma, muy influenciado por la gramática cognitiva de Langacker (1987; 1991), que la metáfora sería «a mapping between two domains that are not part of the same matrix»; en el caso de la metonimia, se trataría de una proyección dentro de un mismo dominio o entre dos dominios que pertenezcan a una misma matriz de dominios: «the metonymic shift also involves a shift of domains within the domain matrix». Así, en el ejemplo «Proust is tough to read» (Proust es duro de leer), la proyección conceptual no es solo entre Prosut y su obra, sino que, dentro de la matriz de dominios Proust se incluirían los dominios actividad creativa como escritor y su obra, entre los que realmente se produciría el proceso metonímico. Otra forma de expresarlo sería la diferencia entre el «domain mapping», propio de la metáfora, y el «domain highlighting» de la metonimia, es decir, resaltar como primario un dominio que, a priori, es secundario, como sería el caso de que Proust es escritor ante el dominio primario: que se trata de un ser humano. Basándose en estas presunciones teóricas, Ruiz de Mendoza propone una variación sustancial del modelo. El autor parte del hecho de que existe un continuo entre metáfora y metonimia, dado que existen dos tipos de metáforas, una de las cuales «serves primarily to give special prominence to part of a domain but without 14 Sobre esta perspectiva lakoffiana se asientan los numerosos trabajos de uno de los grandes especialistas españoles, Antonio Barcelona (cfr. 2003; 2004; 2005; 2010; entre otros).

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structuring it» (Ruiz de Mendoza 2000: 109). Así, este subtipo de metáfora estaría muy cerca de la metonimia, dado que en esta última se resalta un dominio de los existentes en la matriz de dominios –o, simplemente, un subdominio en la terminología del autor–, es decir, se resaltaría también una parte. Además, Ruiz de Mendoza divide entre dos tipos de metonimia: aquellas en las que la FUENTE es un subdominio de la META («source-in-target metonimies»); y, justo al contrario, aquellas en que la META es un subdominio de la FUENTE («target-in-source metonimies») (cfr. Ruiz de Mendoza 2000: 109 y ss.). La tercera corriente que cabría identificar en el ámbito general de la lingüística cognitiva (cfr. Janda 2011: 363) sería, precisamente, la propuesta por Peirsman y Geeraerts (2006) y que desarrollaremos a continuación en detalle (cfr. 3.3.). 3.3. El modelo de Peirsman y Geeraerts

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Si nos centramos ahora en el artículo de Peirsman y Geeraerts «Metonymy as a prototypical category», este tiene una importancia vital para el modelo diseñado por Janda (2010; 2011), aplicado a checo, noruego y ruso; y, por tanto, la tendrá también en nuestra propia aplicación al español. Para los autores, la pretensión primordial de su propuesta sería «to structure the inventory of metonymical patterns in prototype-theoretical terms» (Peirsman y Geeraerts 2006: 275). Así, la finalidad es obtener una suerte de clasificación prototípica de la metonimia (léxica) sirviéndose, en gran medida, de los listados aparecidos en cinco minuciosos trabajos descriptivos tradicionales (prestructuralistas) sobre metonimia; sin duda, más pobres en cuanto a la orientación teórica que los trabajos aparecidos en los últimos años (cfr. 3.2.), pero que cuentan con la ventaja de ser «descriptively speaking, the

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richest source on varieties of metonymy» (Peirsman y Geeraerts 2006: 270). Una vez estudiados los trabajos de referencia,15 los autores crean un extenso listado de los 23 patrones metonímicos principales con los que operar mediante la teoría cognitiva de los prototipos. Peirsman y Geeraerts se muestran escépticos respecto a las definiciones de metonimia que los distintos especialistas han propuesto en el marco de la lingüística cognitiva, básicamente porque los conceptos (ya discutidos aquí, cfr. 3.2.) de dominio, de matriz de dominios o de ICM, de acuerdo a las aproximaciones teóricas de los distintos autores, son problemáticos, principalmente porque no han sido, hasta el momento, suficientemente definidos. Así, respecto al tema de cómo diferenciar la metáfora de la metonimia, Peirsman y Geeraerts (2006: 273) proponen girar el centro de atención «from the domain matrices underlying the metonymical mapping to the specific nature of this mapping, which is, for instance, more asymmetric than the one in metaphor». De este modo, los autores tratan de devolver la centralidad de la metonimia a la contigüidad en detrimento de los dominios o las matrices de dominios, lo que los acerca, en gran medida, a los presupuestos teóricos expuestos por Jakobson (cfr. Janda 2011: 363). Por tanto, la metonimia sería un concepto prototípicamente estructurado, que se extiende conceptualmente desde el prototipo hacia la periferia.16 Prinzipien der Sprachgeschichte (Hermann Paul, 1880), Bedeutungsentwicklung unseres Wortschatzes (Albert Waag, 1901), Grammaire historique de la langue française (Kristoffer Nyrop, 1913), Métaphores occidentales (Gaston Esnault, 1925) y Semiotic Principles in Semantic Theory (Neal R. Norrick, 1981). 16 Desde luego, la organización conceptual mediante categorías y prototipos no es algo ajeno a los principios de la lingüística cognitiva y, muy especialmente, de la semántica cognitiva, ya expuestos por

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Peirsman y Geeraerts afirman que el núcleo prototípico de contigüidad (y, por tanto, de la relación de metonimia) reside en el dominio conceptual espaciomaterial y, más concretamente, en las relaciones PARTE POR TODO (PART FOR WHOLE), ya que estas suponen una categoría absolutamente básica en nuestra conceptualización del mundo. Este prototipo de metonimia estaría estrechamente relacionado con el par CONTENEDOR POR CONTENIDO (CONTAINER FOR CONTAINED), siendo su mayor diferencia que la relación PARTE POR TODO es difícilmente indivisible (del tipo cabeza-cuerpo), frente a la metonimia CONTENEDOR POR CONTENIDO (del tipo vasoleche), que es «a little looser: mostly the content can easily be removed from its container» (Peirsman y Geeraerts 2006: 281). Un tercer nivel de esta escala de carácter evidentemente intuitivo y sin líneas excesivamente marcadas, en este caso con una fuerza de contacto aún menor, sería la relación metonímica UBICACIÓN POR UBICADO (LOCATION FOR LOCATED). Cabría afirmar que UBICACIÓN POR UBICADO (del tipo Madrid-Gobierno de España) se halla a mitad de camino entre CONTENEDOR POR CONTENIDO y una cuarta forma, la más débil, de relación espacial de contigüidad: ENTIDAD POR ENTIDAD ADYACENTE (ENTITY FOR ADJACENT ENTITY). Los autores proponen aquí dos subtipos: por una parte, PRENDA DE VESTIR POR PERSONA (PIECE OF CLOTHING FOR PERSON), como la expresión francesa une vieille perruque ‹una vieja peluca›, usada para denotar a una persona mayor. Por otra, PRENDA DE VESTIR POR PARTE DEL CUERPO (PIECE OF CLOTHING FOR BODY PART),

Lakoff (1987). Para un resumen de calidad y actual sobre el tema en español, recomendamos la lectura de Valenzuela, Ibarretxe-Antuñano y Hilferty (2012).

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como en el sustantivo alemán Sohle, que denota tanto la planta del pie como la suela del zapato (cfr. Peirsman y Geeraerts 2006: 277). La siguiente serie de patrones no se sitúa a lo largo del eje vertical de continuidad («strength of contact»), sino del horizontal, que desarrolla la existencia o carencia de límites materiales concretos («boundedness»), como puede observarse en la Figura 1.

Figura 1. Patrones metonímicos en el dominio espacial y material (Peirsman y Geeraerts 2006: 285).

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El primer patrón de este eje vertical relacionado con el grado de acotación es la metonimia OBJETO POR MATERIAL (OBJECT FOR MATERIAL), como en hierro-espada; se trata de un tipo de relación muy similar a la de PARTE POR TODO, si bien esta presentaba una relación de contigüidad «delimitada» («bounded»), frente a la falta de límites («unbounded») de OBJETO POR MATERIAL. Esta carencia de fronteras claras se puede llevar aún un paso más allá; es el caso de unidades léxicas donde tenemos un TODO no delimitado y una PARTE igualmente sin

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acotación clara, como en la bebida chocolate, que sería la disolución en agua o leche de otra sustancia no limitada hecha de cacao: «The substance is part of the drink, but both are unbounded entities» (Peirsman y Geeraerts 2006: 284). Una última posibilidad sería la extensión de CONTENEDOR POR CONTENIDO a lo largo del eje horizontal. Peirsman y Geeraerts (2006: 285) proponen el ejemplo de la palabra burbujas cuando hace referencia al champán que las contiene: «the bubbles are bounded, countable entities that are contained in the unbounded mass of champagne».17 (cfr. Figura 1). A continuación, los autores realizan una conceptualización muy similar (metafóricamente relacionada), mas ya no en el dominio espacial (y material), sino en otros dominios conceptuales. Sin embargo, dado que este trabajo analiza las posibilidades de la metonimia en el estudio de los procesos derivativos mediante sufijos y no las de la metonimia léxica y que el modelo teórico propuesto por Peirsman y Geeraerts ya ha quedado suficientemente ejemplificado, nos limitaremos a señalar en la Tabla 1., de forma esquemática, el resto de patrones (muchos de ellos presentan, además, subtipos que no entraremos a detallar).

Se trata de una metonimia que no se halla estrictamente lexicalizada en español –a pesar de que se emplea con cierta frecuencia en expresiones como «se me suben las burbujas a la cabeza» para indicar un estado de embriaguez provocado por la ingesta de champán–, pero perfectamente común en el holandés coloquial bubbels. 17

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DOMINIOS

PATRONES

EJEMPLO

(1) día después de hoy

PARTE & TODO TEMPORAL

mañana (TEMPORAL PART & WHOLE) TIEMPO (DOMINIO

TIEMPO & ENTIDAD

(2) parte del día entre noche y mediodía

1936-1939

Guerra Civil

gr. phobos

(1) en su origen significaba ‹vuelo› (2) sustituida por el antecedente de la acción: ‹temor›

llevar al altar (a alguien)

parte de un suceso más complejo: casarse

María habla inglés

una parte (subactividad) de las competencias de una lengua

envío

paquete

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PURAMENTE TEMPORAL)

DENOTACIÓN

(TIME & ENTITY)

ANTECEDENTE & CONSECUENCIA

(ANTECEDENT & CONSEQUENT) SUBSUCESO &

SUCESO COMPLEJO

(SUBEVENT & COMPLEX EVENT)

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ACCIÓN/SUCESO/ PROCESO & ESTADO

(ACTION/EVENT/ PROCESS & STATE)18 ACCIÓN/SUCESO/ PROCESO &

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ACCIONES, SUCESOS Y PROCESOS (DOMINIO ESPACIOTEMPORAL)

PARTICIPANTE

(ACTION/ EVENT/PROCESS. & PARTICIPANT)

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En este patrón los autores incluyen POTENCIA & ACTO (POTENTIAL &

ACTUAL).

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CAUSA & EFECTO

(CAUSE & EFFECT) PARTICIPANTE & PARTICIPANTE

(PARTICIPANT & PARTICIPANT)19 FACTOR CENTRAL & INSTITUCIÓN

vaciar la cerveza

beber la cerveza

Nixon bombardeó Hanói

las tropas a sus órdenes (causaefecto debilitado)

prensa (máquina)

periódico (empresa)

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(CENTRAL FACTOR & INSTITUTION)

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CARACTERÍSTICA & ENTIDAD

MIEMBROS Y CONJUNTOS (OTRAS FORMAS DE RELACIÓN PARTE & TODO)

una belleza

una chica bella

un tercio

una botella de cerveza que contiene 33 cl.

ganado

vacas, toros...

píldora

píldora anticonceptiva

(CHARACTERISTIC & ENTITY) OBJETO & CANTIDAD

(OBJECT & QUANTITY)

INDIVIDUAL & CONJUNTO

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(INDIVIDUAL & COLLECTION) HIPÓNIMO &

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HIPERÓNIMO

(HYPONYM & HYPERONYM)

Tabla 1. Dominios y patrones metonímicos a excepción del dominio espacial y material (Peirsman y Geeraerts 2006: 286–308).

Aquí se incluyen 5 subtipos que, en parte, utilizará Janda en su propio estudio: CONTROLADOR & CONTROLADO (CONTROLLER & CONTROLLED), POSESOR & POSEÍDO (POSSESSOR & POSSESSED), PRODUCTOR & PRODUCTO (PRODUCER & PRODUCT), UBICACIÓN & PRODUCTO (LOCATION & PRODUCT) e INSTRUMENTO & RESULTADO (INSTRUMENT & RESULT).

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Capítulo 4. METONIMIA Y DERIVACIÓN SUFIJAL 4.1. Metonimia conceptual y gramática

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Aparte de las publicaciones sobre metonimia desde la perspectiva cognitiva, ya comentadas en el capítulo anterior, centradas en el estudio de la naturaleza de su base conceptual o específicas de la metonimia léxica, existe un importante número de trabajos que, como el nuestro, tratan de poner de manifiesto la influencia directa de la metonimia sobre fenómenos gramaticales. Si bien el estudio de las implicaciones de la metonimia más allá del nivel léxico va, generalmente, de la mano de los trabajos realizados en el marco de la lingüística cognitiva, es cierto que ya hubo trabajos muy anteriores que sugerían la relación entre metonimia y procesos de orden gramatical, como sería el caso de Jakobson, quien, ya en 1956, relacionara la derivación nominal con la contigüidad. Además de los trabajos específicos sobre metonimia y formación de palabras, a los que nos dedicaremos en detalle más adelante, ha habido otros temas objeto de un desarrollo destacable desde la aproximación cognitiva. El primer autor al que queremos hacer referencia es, precisamente, uno de los más respetados e influyentes dentro de la perspectiva cognitiva: Langacker. En su opinión, una de las características más relevantes de la gramática es la vaguedad o indeterminación existente entre los elementos que participan en las relaciones gramaticales o en la naturaleza específica de sus conexiones. Esta falta de precisión, incluso en áreas centrales de la gramática, estaría relacionada con su esencia metonímica:

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Grammar [...] is basically metonymic, in the sense that the information explicitly provided by conventional means does not itself establish the precise connections apprehended by the speaker and hearer in using an expression. Explicit indications evoke conceptions that merely provide mental access to elements with the potential to be connected in specific ways, but the details have to be established on the basis of other considerations. Explicit linguistic coding gets us into the right neighborhood, in other words, but from there we have to find the right address by some other means (Langacker 2009: 46)

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En cuanto a trabajos más específicos sobre la motivación metonímica de fenómenos gramaticales, en los últimos quince años se ha publicado una gran cantidad de ellos. El primero que queremos comentar aquí sería el escrito por Waltereit (1999) acerca de la relación entre la metonimia y algunos argumentos sintácticos; concretamente, en su estudio de la lengua francesa (pero extensible a otras lenguas indoeuropeas), el autor propone explicaciones para la tendencia a la formación de polisemias (con base en la contigüidad) del objeto directo y el sujeto. Por otra parte, Panther y Thornburg (2009), sobre la base del estudio de algunos verbos franceses conjugados en passé simple que denotan estados, defienden la posibilidad de que la metonimia (y la metáfora) motive los resultados de la concatenación de los significados verbales y aspectuales. Ziegeler y Lee (2009) valoran la implicación de la metonimia en las construcciones causativas-resultativas del inglés hablado en Malasia y Singapur. Por su parte, Ruiz de Mendoza y Mairal Usón (2007) se ocupan de los procesos gramaticales basados en operaciones metonímicas (y metafóricas) llevadas a cabo en modelos cognitivos no situacionales y genéricos (high-level

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metonymy). El interés de Brdar-Szabó y Brdar (2004) se centra en los procesos metonímicos que, en ocasiones, se hallan tras la polisemia de carácter gramático-relacional en construcciones inglesas con adjetivos predicativos (y su comparación con construcciones similares en croata, húngaro y alemán). En el caso de Brdar-Szabó (2009), la autora se encarga de ciertos tipos de construcciones mediante las que se expresan actos ilocucionarios directivos indirectos de motivación metonímica, presentes en inglés y alemán, pero ausentes en húngaro y croata. Antonio Barcelona, por su parte, ha realizado diversos estudios sobre la aplicación de la metonimia a fenómenos gramaticales (generalmente de la lengua inglesa); sería el caso, entre otros, de su análisis de la motivación de las irregularidades gramaticales en el uso de los nombres de parangón (cfr. Barcelona 2004) o de su estudio de caso sobre gramática, discurso y cadenas metonímicas (cfr. Barcelona 2005a). Ruiz de Mendoza y Díez Velasco (2004) buscan la motivación conceptual de los pronombres anafóricos. Por último, referirnos al trabajo de Panther y Radden (1999) en que se encargan del análisis de los actos de habla indirectos entendidos como metonimia POTENCIONALIDAD POR ACTUALIDAD. Otros especialistas se han aproximado incluso a la gramática de las lenguas clásicas; sería el caso de Martínez Vázquez (2009) y su estudio de esquemas metonímicos explicados mediante valores perfectivos del griego antiguo. Para cerrar este breve repaso a las implicaciones de la metonimia en los fenómenos gramaticales, querríamos citar de nuevo a Barcelona, en este caso para hacernos eco de su aportación a la obra Metonymy and Metaphor in Grammar, en la que presenta una interesante panorámica crítica de algunos de los fenómenos motivados, al menos parcialmente, en la metonimia conceptual, muchos de los

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cuales han sido ya apuntados aquí (cfr. Barcelona 2009). Otros campos de aplicación dentro de los estudios de lingüística serían la fraseología –tal y como puede leerse en el trabajo de Penadés Martínez (2010) sobre locuciones somáticas en español, catalán y portugués o en el estudio sobre las unidades fraseológicas alemanas relativas al concepto de estupidez, a cargo de Feyaerts (1999)– y, más recientemente, la traducción (Brdar y Brdar-Szabó 2013). Incluso nos encontramos con trabajos que abordan el tema de la metonimia conceptual en el marco del aprendizaje de segundas lenguas (Barcelona 2010) o de la adquisición de la lengua materna en niños (cfr. Nerlich, Clarke y Todd 1999). Si nos centramos ya en el tema concreto de nuestra investigación, partimos de la presunción de que la formación de palabras (y, más concretamente, la sufijación) puede ser analizada satisfactoriamente como proceso de naturaleza metonímica, tal y como afirma Janda (2011: 359): «the semantic relationships between stems, affixes, and the words they form can be analyzed in terms of metonymy». La autora, tras analizar los patrones metonímicos presentes en las lenguas checa, noruega y rusa, concluye que existen muchos patrones metonímicos comunes a los niveles léxico y de formación de palabras mediante sufijación, pero que, sin embargo, algunos son exclusivos de uno de los dos niveles y, generalmente, es el caso de las metonimias del dominio gramatical, de modo que «metonymy is not only widespread in word-formation, but also more diverse in that domain that it is in the lexicon» (Janda 2011: 380). Sin duda, Janda (2010; 2011) es la autora que ha llevado hasta sus últimas consecuencias el estudio de la sufijación como proceso metonímico. Sin embargo, y como ya hemos adelantado a lo largo de este estudio, no se trata, en ningún caso, de la única especialista en

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relacionar metonimia y formación de palabras. Probablemente, el primer autor en hacerlo, si bien de una forma aún implícita, fuera Jakobson, quien, ya en 1956, afirmaba lo siguiente: «Also, as a rule, words derived from the same root, such as grant – grantor – grantee, are semantically related by contiguity» (Jakobson y Halle 2002 [1956]: 87). Otro autor que, ajeno a priori a los principios de la disciplina cognitiva, incluyó el concepto de metonimia en el marco de los estudios de derivación es Franz Rainer. En su artículo «Convergencia y divergencia en la formación de palabras de las lenguas románicas», el autor austriaco propone una completa aproximación a los mecanismos que rigen los procesos de formación de palabras en las lenguas románicas. Entre los «mecanismos del cambio de patrones lexicogenésicos» –entendiendo, a grandes rasgos, patrón lexicogenésico en el sentido de regla de formación de palabras– encontramos la reinterpretación, que generalmente tiene lugar cuando los hablantes forman neologismos por una analogía basada en la reinterpretación de palabras. A este respecto, el autor argumenta así:

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El mecanismo que más frecuentemente da lugar a cambios semánticos en los patrones lexicogenésicos es la metonimia, es decir, la convencionalización de inferencias basadas en la contigüidad de ciertos conceptos. Lo que, por ejemplo, es particularmente grande o fuerte respecto de un ejemplar normal puede ser percibido como tosco o ridículo (cf. acentazo etc.), pero también, en otros casos, como algo altamente deseable (cf. cochazo etc.). Según las circunstancias, los sufijos aumentativos tienden, por esa razón, a desarrollar usos secundarios peyorativos o meliorativos (Rainer 2002: 112)

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Otro mecanismo que Rainer asocia a la metonimia sería la aproximación, es decir, el cambio semántico de patrones lexicogenésicos en que la copia no sigue el modelo al cien por cien, sino que existe una desviación «tolerada» sobre el modelo, frecuente especialmente cuando entre modelo y copia existe una relación metafórica o metonímica. Así, por ejemplo, el sufijo español -era designa «recipientes de todo tipo», donde la base suele designar el contenido del recipiente, según el modelo cigarro > cigarrera. Sin embargo, en los años sesenta, con la proliferación de cierto tipo de bolsos de mano masculinos, apareció el término despectivo mariconera:

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En este caso, la base ya no designa el contenido, sino otro elemento del frame BOLSO, eso es, el propietario. La intención de esta aproximación metonímica fue claramente denigratoria, pero seguramente también ayudó el hecho de que el contenido de los bolsos de mano es relativamente heterogéneo y por ende poco «saliente», dificultando así el uso del esquema prototípico con el contenido como base (Rainer 2002: 119)

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Otro ejemplo que sumar a mariconera sería fresquera, donde, en opinión de Rainer (2002: 119), «la heterogeneidad del contenido ha llevado a los hablantes a escoger como base una característica (deseada) del contenido (o recipiente): la fresquera [...] sería para conservar frescos los alimentos». En el caso de Rainer, como hemos podido observar, la metonimia tendría un papel relevante en la formación de palabras, si bien tan solo para ampliar el número de semánticas asociadas a un sufijo concreto. Ya dentro de la teoría denominada cognitiva, en 1999,

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aproximadamente una década antes de que lo hiciera Janda, Koch propuso explícitamente la relación entre los procesos de formación de palabras y la metonimia, al afirmar que la contigüidad existente entre los conceptos fruta y árbol se desarrolla de dos modos distintos en italiano y español. En italiano tiene lugar un «metonymic change of meaning», de modo que limone denota tanto la fruta como el árbol (metonimia léxica); en español, por su parte, la relación derivacional limón-limonero estaría basada en «exactly the same contiguity between fruit and tree» (Koch 1999: 158). Aquí encontramos ya, por tanto, la idea fundamental de los trabajos Janda, si bien Koch, a diferencia de la investigadora norteamericana, no desarrolla esta teoría de un modo sistemático.20 Entre el resto de autores que se han dedicado a esta temática destacamos, en primer lugar, los trabajos de Panther y Thornburg acerca del sufijo -er en inglés y que, hasta cierto punto, responden a los mismos principios que los estudios de Janda y, por tanto, que el nuestro. En su primer acercamiento al tema, Panther y Thornburg (2001) presentan la problemática asociada al estudio de la formación de palabras en inglés y se refieren a cómo las aproximaciones tradicionales al tema no les satisfacen, de modo que deciden aplicarle al estudio los principios cognitivos, entre los que se incluyen ciertos patrones metafóricos y metonímicos. Sin embargo, y a diferencia de Janda, los autores concluyen que no todas las bases permiten acceso mental de naturaleza metonímica, de modo que Panther y Thornburg (2001: 157) descartan las extensiones metonímicas de base verbal (del tipo teach ‘enseñar’ > teacher ‘profesor’) porque, de aceptarlo, «would make the notion of metonymy too general and therefore «There has been no previous study of the role of metonymy in wordformation as a systematic phenomenon» (Janda 2010: 260).

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border on vacuity». Sí aceptan algunas bases no verbales, como en el caso de cliff-hanger, a través de la metonimia PARTICIPANTE POR EVENTO. Como vemos, la metonimia en este estudio juega un papel más bien secundario, de modo que las implicaciones teóricas de este trabajo –por otra parte enfocado a aplicaciones prácticas en el marco de la pedagogía– se refieren a la organización de los significados asociados al sufijo -er21 en forma de categorías conceptuales interrelacionadas (en gran medida, mediante extensiones metafóricas y metonímicas) con respecto a un prototipo central:

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We have given substantial evidence that the meanings of -er nominals cannot be defined by a set of necessary and jointly sufficient features. Nor can they be characterized in terms of an overall abstract meaning. Rather, they form a complex conceptual category with a central sense to which a large number of other senses is more or less directly linked [...] We have claimed that the central sense of -er is a human Agent who performs an action or engages in an activity to the degree that doing so defines a primary occupation (Panther y Thornburg 2001: 193).

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En cuanto a su segundo artículo sobre el tema, Panther y Thornburg (2003) son mucho más concisos en cuanto a las extensiones metonímicas, si bien no hacen más que profundizar en la estructura de extensiones conceptuales desde el prototipo de -er. Así, respecto a la formación de Este tipo de análisis presenta ciertas similitudes con los que estudian la multifuncionalidad y los roles semánticos asociados a los sufijos, incluidos los procesos de cambio semántico de carácter diacrónico, como los realizados por Luján (2010; 2014) o Gutiérrez Rubio (2013a), en estos casos desde una perspectiva tipológica y en relación, preferentemente, con los roles semánticos agente, instrumento y locativo.

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sustantivos con referentes no humanos, se incluyen instrumentos con (ahora sí) base verbal (opener ‹abridor›) y no verbal (three-wheeler ‹triciclo›); pseudoinstrumentos (stroller ‹silla de bebé›); lugares con un propósito (diner ‹cafetería›); o pacientes (fryer, broiler o roaster, que son tres tipos de pollo). Se trata de un trabajo que trata de mostrar que existen patrones conceptuales que organizan este tipo concreto de formación de palabras (nominalización sufijal en inglés), descartando así el carácter idiosincrásico (e incluso caótico) frecuentemente adjudicado a este tipo de procesos. Se trata, sin duda, de un avance importante, pero de alcance limitado. Por su parte, Radden (2005: 18, 19) le dedica un apartado a las implicaciones derivativas de la metonimia («6.1. Metonymy in Derivation»), donde, haciendo referencia a los trabajos ya citados de Panther y Thornburg, afirma lo siguiente: «Most derivational affixes are polysemous, and the relationships between the senses tend to be metonymic and/or metaphoric». A continuación, analiza brevemente las diferentes semánticas del sufijo inglés -able como procesos metonímicos (p. ej. drinkable respondería a una metonimia GENÉRICO POR ESPECÍFICO). En la misma línea de razonamiento se mueven Palmer, Rader y Clarito (2009), si bien para su análisis del prefijo tagano ka- se centran en las implicaciones de la metonimia conceptual y terminan por concluir que «the essential function of ka- is to evoke a partial based on a conventional metonymy appropriate to the context of the text and the discourse» (Palmer, Rader y Clarito 2009: 135). En su estudio de la formación de nombres de agente en portugués brasileño, Basilio (2006; 2009) sigue también los pasos de Panther y Thornburg (2001; 2003). Sin embargo, la autora no reduce los procesos metonímicos en la formación de palabras a un simple medio con el que

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derivar sentidos menos prototípicos respecto al núcleo conceptual, en este caso, agente. Por el contrario, en un sentido muy similar al empleado por nosotros, propone la metonimia OBJETO POR ACTIVIDAD para la palabra pianista y ENTIDAD POR CONTENIDO DE LA ENTIDAD para saladeira. Basilio (2009: 103, 104) explica que pianista podría ser simplemente la persona que afina el piano o el que lo construye, al igual que saladeira podría teóricamente referirse a una persona que hace ensaladas. Así, la autora explica el funcionamiento de la metonimia conceptual en términos lakoffianos: So, the morphological pattern for deverbal agent and instrumental noun formation is intrinsically connected to what Lakoff (1987) calls a metonymic model, as these derivational patterns systematically refer to human beings, objects, and substances in terms of their typical actions and functions, where «typical» or «emblematic» is socioculturally defined (Basilio 2009: 104).

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Siguiendo a Langacker cabría afirmar, de un modo similar, que esta activación se debe a la necesidad de referirnos a la persona en cuestión (en el caso de -er agente) de un modo funcional, por lo que necesitamos un punto de referencia. Por último, no queremos cerrar este breve repaso sin referirnos a la destacada aportación a este asunto de Dirven (1999), quien describe la conversión –como medio muy productivo de formación de verbos en inglés del tipo clean ‹limpio› > to clean ‹limpiar›– en términos de proceso metonímico y no simplemente a nivel léxico.

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4.2. Derivación como proceso metonímico

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Si nos centramos ya en los trabajos publicados por la eslavista norteamericana Laura Janda (2010; 2011), que han de servirnos de modelo para nuestra propia investigación, la mayor diferencia entre su aproximación y la de los autores presentados más arriba se refiere al intento, por parte de Janda, de estudiar la formación de palabras como proceso metonímico sistemático, y no ya como un mecanismo de carácter secundario asociado, generalmente, a su capacidad para realizar extensiones conceptuales de prototipos. Así, Janda (2011: 360) explica la relación FUENTE-META-sufijo en la formación de palabras en estos términos: «In word-formation, the source corresponds to the source word that the derivation is based on, the context for the metonymic relationship is the affix, and the target is the concept associated with the derived word». El primer paso para poder aplicar esta idea de forma sistemática a una lengua concreta era concebir, como señala Janda (2011: 371), «a system of classification that would do justice to the full range of metonymy patterns found in word-formation while facilitating comparison both across languages and across the domains of grammar and lexicon». La autora se basa en la propuesta de Peirsman y Geeraerts (cfr. sección 3.3.) para la metonimia léxica, dado que, en opinión de la lingüista americana, estamos ante «the most comprehensive systematic inventory available, representing most (if not all) types of lexical metonymy known to scholarship» (Janda 2011: 367). Así, los 25 conceptos que pueden formar patrones metonímicos, indistintamente como FUENTE y como META, quedan expuestos en la Tabla 2, organizados, además, según los cuatro subtipos semánticos principales: acciones, participantes, entidades y parte-todo.

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Relativos a ACCIONES

Relativos a PARTICIPANTES

Relativos a ENTIDADES

Relativos a PARTE-

ACCIÓN, ESTADO, CAMBIO DE ESTADO, SUCESO, MODO, TIEMPO AGENTE, PRODUCTO, PACIENTE, INSTRUMENTO ENTIDAD, ABSTRACCIÓN, CARACTERÍSTICA, GRUPO, LÍDER, MATERIAL, CANTIDAD PARTE, TODO, CONTENIDO, CONTENEDOR, UBICADO, UBICACIÓN, POSEÍDO, POSESOR

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Tabla 2. Tipos de FUENTE y META (cfr. Janda 2011: 265).

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En cuanto a las posibles clases de palabras, Janda propone relaciones metonímicas asociadas a la combinación de los siguientes tipos: adjetivos calificativos, adjetivos relacionales, adverbios, interjecciones, numerales, preposiciones, pronombres, sonidos, sustantivos y verbos. Janda (2011: 374, 375) justifica la división de los adjetivos en dos subtipos diferenciados basándose en el hecho de que estos se comportan de forma distinta y que esta diferencia implica un cambio de significado, de modo que los adjetivos calificativos se refieren a cualidades inherentes, mientras que los relacionales ponen en relación el sustantivo al que modifican con otro referente. A continuación, propone dos ejemplos concretos extraídos del ruso y el checo:

[...] when relational adjectives serve as sources for metonymic word-formation, they encode a source MATERIAL rather than a CHARACTERISTIC. Note, for example, the way that Russian žestjanoj ‘made of tin’ [...] references the tin itself in forming žestjanka ‘tin can’ rather than a CHARACTERISTIC such as a tin-like quality. Contrast this with the behavior of a qualitative

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adjective as a source in Czech nahý ‘naked’, which describes a CHARACTERISTIC of the target naháč ‘naked person’.

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El siguiente paso sería definir con la mayor claridad posible los límites de esta investigación, lo que consideramos un aspecto imprescindible a tenor de la complejidad inherente al estudio de la formación de palabras, donde encontramos variantes de distinto orden, confluencia de formaciones nuevas y arcaicas, fenómenos no sistemáticos, préstamos, bases compositivas, frecuentes casos de polisemia, homonimización de sufijos primitivamente distintos, etc. En consonancia con esto, en su estudio de la formación de palabras en checo, noruego y ruso, Janda (2011: 366 y ss.) trata de crear un marco metodológico realista y capaz, además, de ser aplicado a distintas lenguas. Para nuestro propio estudio, estos principios metodológicos han sido amoldados de acuerdo a las peculiaridades propias de la lengua española. Una vez realizadas las modificaciones necesarias, han quedado excluidos del rango de nuestro análisis los siguientes fenómenos:

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 La formación de palabras mediante prefijación (por cuestiones prácticas de acotamiento del estudio).  La formación de palabras mediante composición y parasíntesis (para evitar duplicidad semántica de la FUENTE).  La derivación apreciativa, así como la formación de adjetivos y adverbios comparativos y superlativos, dado que no codifican relaciones metonímicas de forma regular.  Derivación que no active relaciones metonímicas, como el caso de gris > grisáceo.

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 La formación de palabras mediante sufijoides greco-latinos, lo que deja fuera del análisis algunos sufijos relativamente frecuentes en español como -fobo, -fobia, -grafo, -grafía, -logo o -logía, entre otros.22

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Por otra parte y, al igual que en el estudio de Janda, sí se incluirán en nuestros distintos análisis las (escasas) relaciones metonímicas que en español se crean mediante conversión (o sufijo cero), como en el caso de Andalucía > andaluz o sostener > sostén. Antes de pasar a presentar los distintos tipos de análisis realizados, querríamos comentar algunas de las dificultades metodológicas con las que nos deberemos enfrentar.23 Por una parte, nos encontramos ante el peliagudo problema de desentrañar cuándo nos hallamos antes dos (o más) sufijos diferenciados y cuándo ante dos variantes de un mismo sufijo. En este sentido, y siguiendo las pautas expuestas por Janda (2010; 2011), diferenciaremos entre variantes cultas y patrimoniales de un mismo sufijo. Así, a modo de ejemplo, dentro del estudio del sufijo -al se incluirían las variantes -ar, -idal, -izal y -azal, que en nuestro estudio, por tanto, no constituirán patrones metonímicos independientes. Sí se tratarán por separado, sin embargo, las variantes cultas frente a las patrimoniales, de modo que -ción (incluidas sus variantes igualmente de origen culto -ión/-sión) y el sufijo patrimonial -zón formarían dos Ni que decir tiene que las palabras creadas mediante morfemas gramáticales o terminaciones que conllevan un mero cambio de género o número (emperador > emperatriz > emperatrices) también han sido excluidos de este análisis. 23 En una de las escasas propuestas de carácter similar, ya mencionada con anterioridad, Panther y Thornburg (2001: 150, 151) se refieren al mismo tipo de problemas metodológicos a la hora de analizar los derivados nominales ingleses formados mediante el sufijo -er. 22

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subclases diferenciadas. Respecto a las palabras derivadas, realizamos un tratamiento de los datos de carácter fundamentalmente sincrónico. Esta forma de proceder se ve apoyada, nuevamente, por los trabajos de Janda (2010; 2011), así como por la que será nuestra principal fuente para el estudio de la sufijación española: la Nueva gramática de la lengua española (cfr. 5.2.). Así, a modo de ejemplo, al describir los sufijos deadjetivales se especifica que los paradigmas expuestos «están construidos desde la morfología sincrónica. En un estudio histórico debe distinguirse entre las voces que se heredan como cultismos (lat. curiosĭtas, -ātis > esp. curiosidad) y los derivados propiamente romances (peligroso > peligrosidad)» (Real Academia Española 2009: 416). Por tanto, trataremos las palabras derivadas por igual, ya sean heredadas del latín o de formación histórica del español, siempre y cuando seamos capaces de establecer una base reconocible en el español actual para la derivación. Así, la palabra atracción se considera un derivado mediante el sufijo -ción de la base verbal atraer, a pesar de que, en realidad, se trata de un proceso que tuvo lugar en época muy antigua, de modo que atracción es una palabra patrimonial heredada del latín: attractĭo, -ōnis. Por tanto, no habría diferencia, en este sentido, entre atraer > atracción e inmigrar > inmigración, voz esta última de desarrollo propio del español. Sin embargo, y como resulta lógico, el adjetivo rural queda descartado de nuestro estudio al no poder atribuírsele una base sincrónica en español, dado que la base latina de la que se derivó (rus) no conserva la relación base-derivado en español. Por otra parte, no es necesario que la base haya desaparecido completamente del español –como en el caso ya comentado de rus, o de vero y genus como bases de verdad y general– para eliminar un derivado de nuestro estudio; basta con que la relación semántica se haya

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perdido a causa de la evolución semántica propia de las palabras en cuestión. Así, a modo de ejemplo, aunque autor es la base derivativa etimológica de autoridad, no sería aceptable en nuestro análisis establecer una conexión conceptual metonímica directa entre estos dos términos, ya que autoridad no se entiende como abstracción de autor; por el contrario, sí aceptaríamos la relación entre, por ejemplo, las palabras malo y maldad, dado que aquí sí es sincrónicamente reconocible un proceso metonímico: en este caso, CARACTERÍSTICA POR ABSTRACCIÓN. Otra dificultad de índole similar es la relativa a la dirección de los procesos derivativos, pues en no pocas ocasiones esta depende de si atendemos a criterios históricos, formales o lexicográficos. En los (frecuentes) casos de duda, estableceremos, aquí sí, criterios históricos. Así, consultaremos las distintas obras de referencia a nuestro alcance en busca de información. Entre estas se incluyen, desde luego, las presentadas en el capítulo segundo de este libro, a lo que hay que sumar varios diccionarios: principalmente el diccionario etimológico de Corominas y Pascual (1991). Cuando este no nos aclara suficientemente la dirección de la derivación, nos servimos de los distintos diccionarios que la Real Academia pone a nuestra disposición en su página web: en primer lugar nos dirigiremos al DRAE24 y, cuando esto tampoco resulte esclarecedor, acudiremos al Diccionario de autoridades25 o al Nuevo diccionario histórico del español.26 Otro aspecto problemático es la posible doble lectura de algunos adjetivos como relacionales o calificativos, 24 Nos referimos concretamente a la versión en línea de la 22ª edición del Diccionario de la Lengua Española. Accesible en: http://lema.rae.es/drae/; 02/08/2014. 25 Accesible en: http://web.frl.es/DA.html; 02/08/2014. 26 Accesible en: http://web.frl.es/DH/org/login/Inicio.view; 02/08/2014.

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dado que los primeros pueden usarse en ciertas ocasiones como calificativos y, por tanto, es el contexto de cada ejemplo en particular la única forma de discernir entre ambas posibilidades. (cfr. Real Academia Española 2009: 380 y ss.; Varela Ortega 2004: 43; entre otros). Sin embargo, este hecho no tiene por qué producir un efecto distorsionador sobre nuestro análisis, dado que, por una parte, en nuestros estudios de frecuencias y de neologismos sí contamos con un contexto esclarecedor (cfr. cap. 6. y cap. 7.) y, en cuanto a nuestro estudio de inventario (cfr. cap. 5.), en el que carecemos del mismo, nos servimos del hecho de que, a pesar de lo expuesto arriba, «los sufijos tienden a especializarse en una u otra interpretación» (Real Academia Española 2009: 507). Hasta aquí hemos tratado las dificultades asociadas a todo trabajo que se dedique al estudio de la formación de palabras. A continuación querríamos aclarar algunos otros relativos más concretamente al estudio de la sufijación como proceso metonímico, entendido, por tanto, no como una simple relación base-derivado, sino como activación conceptual ORIGEN-META. Estas dificultades metodológicas –junto a las específicas de cada estudio (cfr. cap. 5., cap. 6. y cap. 7.)– ya fueron previstas y resueltas, en gran medida, por la propia Janda en sus artículos. Sin embargo, en ocasiones las aclaraciones resultan insuficientes, muy especialmente cuando nos enfrentamos a problemáticas asociadas de forma exclusiva a la lengua española. En estos casos, estas han sido abordadas con la mayor coherencia posible en relación a las normas expuestas por Janda (2010; 2011), incluso en aquellas ocasiones en que no estemos completamente de acuerdo con la autora ya que, de lo contrario, carecería de sentido la elaboración de un trabajo de carácter interlingüístico como es, en parte, el presente (cfr. 5.3.).

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Por otra parte, ante todo con las dificultades específicas de la lengua española, nos hemos dejado orientar, en la medida de lo posible, por lo expuesto en los trabajos especializados y, más concretamente, por la Nueva gramática de la lengua española de la Real Academia Española (2009). A pesar de todo lo expuesto hasta aquí, consideramos que es perfectamente legítimo realizar este tipo de estudio de la derivación sufijal en la lengua española. No ocurre lo mismo con la inglesa, excluida del estudio por la propia Janda (2011: 361) a causa de «the history of massive borrowings has compromised its native word-formational system». Otra cuestión es si, desde un punto de vista teórico, tiene justificación lingüística un análisis sistemático de la derivación entendida como proceso metonímico como el que se presenta aquí. Tanto Langacker (2000: 201) como Panther y Thornburg (2003: 287) parecen advertir en sus trabajos del error que supondría generalizar en exceso la capacidad de la metonimia en los procesos de formación de palabras. Janda (2011: 359) defiende su trabajo, argumentando no solo que es posible, sino que «this analysis yields a better, more insightful classification than traditional descriptions of word-formation». Estas advertencias respecto al peligro de una hipotética sobregeneralización se han convertido en crítica abierta y personalizada en un artículo recientemente publicado por Brdar y Brdar-Szabó (2014) que lleva por título «Where does metonymy begin? Some comments on Janda (2011)». Los autores, en un tono muy crítico, ponen en duda la propia naturaleza del estudio de Janda, dado que le recriminan, entre otros aspectos, que no es posible hablar de metonimia en los sufijos, sino que el estudio de esta debería restringirse a toda una palabra. La autora norteamericana responde a Brdar y Brdar-Szabó en ese

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mismo número de la revista Cognitive Linguistics, defendiendo con vehemencia la base teórica y metodológica de sus trabajos anteriores sobre el tema. En el apartado de conclusiones, afirma que las diferencias de opinión son muy sanas en el campo de la investigación académica, además de pedir a los especialistas en lingüística cognitiva que continúen con las investigaciones que, como la suya, ponen en relación metonimia y formación de palabras, por el bien de la comunidad lingüística (cfr. Janda 2014: 347–348). Nosotros, aun siendo conscientes de que algunos aspectos teóricos y de la puesta en práctica de este modelo de análisis son discutibles, coincidimos con Janda en la idea de que el análisis nos aporta datos sobre la configuración conceptual de los procesos de formación de palabras desconocidos hasta el momento y que, por tanto, este tipo de trabajo supone un avance considerable en el tema objeto de estudio.

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Capítulo 5. Inventario de patrones metonímicos en el español peninsular 5.1. Introducción

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Este primer estudio de los cuatro que vamos a presentar a lo largo de este trabajo ha sido denominado «Inventario de patrones metonímicos en el español peninsular». Con el término inventario nos referimos a la capacidad potencial o teórica del español para generar patrones metonímicos en la formación de palabras por sufijación, tal y como viene reflejada en las obras de consulta y, más concretamente, en la Nueva gramática de la lengua española. Nuestra idea es, por tanto, diferenciarlo de los estudios de carácter más práctico de análisis de la frecuencia real documentada en los corpus, presentados en los capítulos 6 y 7. La primera de las dos investigaciones de este punto (5.2.) consiste en la aplicación sin cambios a la lengua española (peninsular) de los estudios realizados por Janda (2010; 2011) para la formación de palabras en checo, noruego y ruso. A continuación (5.3.), presentaremos los resultados obtenidos al comparar los datos de la sufijación española con los relativos a la checa, noruega y rusa. 5.2. Patrones metonímicos en la Nueva gramática

de la lengua española

Este primer estudio27 recoge, siguiendo los principios metodológicos propuestos por Janda (2010; 2011), los Una versión preliminar del mismo fue ya publicada en Gutiérrez Rubio (2014a).

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patrones metonímicos presentes en una obra de referencia del español. Si Janda (2011: 366) para su análisis de la formación de palabras en noruego, checo y ruso seleccionó los datos de las que eran, a su parecer, las tres gramáticas más exhaustivas y de mayor autoridad de dichas lenguas, nosotros teníamos que optar por una de las obras más representativas de nuestro idioma, ya presentadas en el segundo capítulo del libro. No sin ciertas dudas, al final nos decidimos por la Nueva gramática de la lengua española, al tratarse de la más actual pero, ante todo, de la más exhaustiva y, sin pretender entrar en polémicas, de la de supuesta mayor autoridad. Resulta muy importante señalar desde el principio que no se trata de un estudio de frecuencias. Con esto queremos decir que cada entrada (bajo el nombre de combinación) en nuestra base de datos representará una combinación única de un patrón metonímico, dos clases de palabras y un sufijo, sin tener en cuenta (de momento) la productividad o la frecuencia de uso de dicha combinación. Así, a modo de muestra, la relación entre arar y arado significaría una entrada/combinación en nuestro inventario (1):

D

(1) patrón metonímico = ACCIÓN POR INSTRUMENTO clases de palabras = verbo-sustantivo sufijo = -ado ejemplo = arar > arado

Por lo tanto, este patrón metonímico que resulta, a priori y de forma intuitiva, bastante común en español, contaría como una única entrada y, por tanto, tendría el mismo valor en el inventario que otros patrones, en principio, menos productivos en español, como sería el caso de los sustantivos formados mediante el sufijo -ucho

61

Enrique Gutiérrez Rubio

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(2) o aquellos con un sufijo frecuente como -ción, pero con una base poco habitual, como CAMBIO DE ESTADO (3): (2) patrón metonímico = POSESOR POR POSEÍDO clases de palabras = sustantivo-sustantivo sufijo = -ucho ejemplo = águila > aguilucho

AF T

(3) patrón metonímico = CAMBIO DE ESTADO POR ABSTRACCIÓN

clases de palabras = verbo-sustantivo sufijo = -ción ejemplo = mutar > mutación

D

R

La cuestión de la frecuencia y, por tanto, de la productividad e importancia de los distintos patrones metonímicos será abordada más adelante, en los capítulos 6 y 7 del presente trabajo. Antes de seguir adelante, queremos hacer un breve alto en el camino para discutir la pertinencia o no de incluir procesos derivativos del tipo mutar > mutación en nuestro estudio. Somos perfectamente conscientes de la controversia que este tipo de ejemplos puede generar, ya que podría argumentarse –no sin cierta carga de razón– que la única distinción entre las formas mutar y mutación es la clase de palabra a la que pertenecen. De hecho, Janda (2010: 264) excluye de su estudio el uso de «suffixes to change only paradigm type [...] on the grounds that they do not signal metonymy [as, for instance,] deverbal nouns with no specialized meaning, such as [Czech] zazvonění ‹ringing› from zazvonit ‹ring› [...]». En nuestra opinión, sin embargo, este no sería el caso de sustantivos deverbales como mutación, ya que no creemos estar aquí ante un simple

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______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

correlato nominal del verbo mutar. Este sí sería el caso de la sustantivación del verbo español a través del artículo, como en el caso del sustantivo (el) mutar. Consideramos que este ejemplo sí coincidiría, a grandes rasgos, con la semántica del derivado deverbal checo zazvonění. El caso de mutación, en nuestra opinión, sería algo ligeramente distinto, ya que se referiría al resultado, al proceso o a la consecuencia de la acción expresada por el verbo y no tanto a la acción en sí. Si volvemos a la presentación de los detalles concretos de nuestro primer estudio, en este caso, nuestra labor consistió en extraer uno por uno los miles de ejemplos de derivados sufijales propuestos en la Nueva gramática de la lengua española y analizar la relación existente entre la base y el derivado, entendida esta como activación conceptual entre una FUENTE y una META mediante un sufijo. Cada tipo de combinación –compuesto por un patrón metonímico, dos clases de palabras y un sufijo; cfr. (1), (2) y (3)– se registraba y suponía una entrada en el inventario. Además de las apreciaciones de carácter metodológico expuestas con anterioridad y válidas para todos los estudios (cfr. 4.1.), querríamos señalar aquí algunas específicas de este primer estudio. Por una parte, descartamos del estudio, en consonancia con Janda, los siguientes fenómenos:

 Ejemplos aislados, de modo que incluiremos tan solo aquellas combinaciones de patrones metonímicos, clases de palabras y sufijos que o bien sigan siendo productivas o, al menos, conserven más de un ejemplo en español contemporáneo.  Variaciones diatópicas, diastráticas y diafásicas. En este estudio nos centramos, por tanto, tan solo en el estudio del léxico común o estándar del español peninsular (cfr. Otaola Olano 2004: 32 y ss.).

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D

R

AF T

Además, durante el análisis surgió con frecuencia la cuestión relativa a aquellas palabras polisémicas o ambiguas que pueden presentar distintos significados en distintos contextos (contexto del que, precisamente, carecemos en este estudio de inventario). Sería, a modo de ejemplo, el caso de la relación emir > emirato, que podría marcarse como AGENTE POR UBICACIÓN, si lo entendemos como el territorio bajo el poder del emir, o como ENTIDAD POR TIEMPO, si atendemos al periodo en que una persona ejerce dicho cargo. Otra dificultad la causarían aquellas palabras que, a pesar de no presentar ambigüedad léxica, podrían tener cabida en distintos patrones metonímicos dependiendo de la interpretación concreta que les demos. Se trata de un asunto sobre el que ya llamaran la atención Peirsman y Geeraerts (2006: 286) en su artículo sobre metonimia léxica: «individual examples can often be related to several more general types at the same time. This characteristic, which we may call ‹multiple motivation›, applies to many of the metonymies cited above [...]». Janda (2011), por su parte, ejemplifica esta problemática con la palabra checa pec ‹horno›, la cual, según el contexto (e incluso el tamaño), podría ser clasificada como INSTRUMENTO, CONTENEDOR e incluso UBICACIÓN. La autora propone que, en estos dos supuestos referidos (el de la ambigüedad léxica y el de la interpretación), y en caso de no contar con un contexto suficientemente esclarecedor, se apliquen distintos ejemplos al mayor número posible de entradas, de modo que el estudio abarque todas las combinaciones existentes en la lengua dada: «Since the database was not designed to capture this level of detail and variation, it was decided to recognize only one metonymy pattern for each entry, but to include enough entries to cover the full range of possibilities» (Janda 2011: 371).

64

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

Por tanto, en español, la palabra generalato, derivada del sustantivo general28, puede indicar tanto ‹Oficio o ministerio del general de las órdenes religiosas› (ENTIDAD POR ABSTRACCIÓN), como ‹Tiempo que dura este oficio o ministerio› (ENTIDAD POR TIEMPO) e incluso ‹Conjunto de los generales de uno o varios ejércitos› (ENTIDAD POR GRUPO). Dado que podemos encontrar, al menos parcialmente, el mismo tipo de relaciones entre otras palabras derivadas mediante el sufijo -ato, como emirato, decanato o bachillerato, incluimos todas estas entradas como posibles patrones metonímicos del español (a lo que añadiríamos AGENTE POR UBICACIÓN, como en el caso de decanato29 entendido como ‹Conjunto de dependencias destinadas oficialmente al decano para el desempeño de sus funciones›). La mayor novedad que hemos aplicado a nuestro estudio en relación con la propuesta de Janda –aparte, claro está, de aquellas relativas a las características específicas del español– se refiere a la división de las entradas fruto del análisis en dos grupos para, de este modo, estudiar más en detalle el inventario de relaciones metonímicas sufijales del español. Por una parte, estarían aquellas combinaciones que no presentan problemas, pues se ajustan perfectamente al modelo expuesto por Janda en sus trabajos y documentan numerosos ejemplos en las páginas que la Nueva gramática de la lengua española le dedica a la formación de palabras por sufijación en español peninsular. Por otra, estarían aquellas combinaciones de carácter dudoso a causa, generalmente, de su falta de sistematicidad (como cuando se documentan escasos De acuerdo a la definición del Diccionario de la Lengua Española, http://lema.rae.es/drae/, voz «generalato»; 02/08/2014. 29 De acuerdo a la definición del Diccionario de la Lengua Española, http://lema.rae.es/drae/, voz «decanato»; 02/08/2014.

28

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AF T

ejemplos de uso a priori minoritario). Consecuentemente, para todas las estadísticas de este primer estudio presentaremos dos cifras: la primera, fruto de lo que hemos denominado estudio extensivo, se corresponderá con el número máximo documentado de combinaciones metonímicas, es decir, estirando la aplicación del modelo según las normas propuestas por Janda; la segunda, bajo el título de estudio conservador y, generalmente, presentada entre paréntesis a continuación del número relativo al estudio extensivo, se referirá a combinaciones metonímicas sistemáticas en el español peninsular contemporáneo. Un ejemplo de combinación metonímica que se incluirá en el estudio extensivo, pero no así en el conservador, sería el derivado adjetival plantío (4): (4) patrón metonímico = ACCIÓN POR CARACTERÍSTICA clases de palabras = verbo-adjetivo relacional sufijo = -ío ejemplo = plantar > plantío

D

R

Así, los ejemplos de adjetivos pertenecientes a esta combinación metonímica, como plantío30 o regadío31, no solo son escasos, sino que además son poco frecuentes respecto a su uso en el español contemporáneo; por tanto, aunque cumplen con los requisitos mínimos propuestos por Janda para ser aceptados en el estudio, son reflejo de combinaciones marginales en el español actual, por lo que se incluirán exclusivamente en el estudio extensivo. A partir de los datos extraídos de la Nueva gramática de la lengua, y siguiendo del modo más escrupuloso posible

30 «Dicho de una tierra u otro sitio: Plantado o que se puede plantar»; cfr. http://lema.rae.es/drae/, voz «plantío»; 02/08/2014. 31 «Dicho de un terreno: Que se puede regar»; cfr. http://lema.rae.es/drae/, voz «regadío»; 02/08/2014.

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______________________Metonimia y derivación sufijal en español

los criterios metodológicos anteriormente expuestos, hemos recopilado (ver Tabla 3) un total de 113 sufijos, 103 patrones metonímicos y 26 patrones de clases de palabras que conformarían 466 combinaciones metonímicas distintas en español peninsular (344 si atendiéramos tan solo a los casos más claros y descartáramos los discutibles). Número total de combinaciones metonímicas 466

EXTENSIVO

344

CONSERVADOR

Número de patrones metonímicos

Número de patrones de clases de palabras

Número de sufijos

AF T

Tipo de análisis

103

26

113

81

20

107

Tabla 3. Inventario general de la derivación sufijal en español peninsular

R

Antes de comenzar a desgranar estos datos y a sacar las primeras conclusiones al respecto, querríamos presentar el listado completo de sufijos junto al número de las combinaciones que a ellos se asocian. Si comenzamos por la derivación nominal, en la Tabla 4 pueden observarse los 57 sufijos ordenados alfabéticamente (el número entre paréntesis se refiere a los datos del estudio conservador). Número de combinaciones

Sufijo

Número de combinaciones

Sufijo

Número de combinaciones

-ada -ado -ad-o -aje -al -ambre -amen

16 (10) 15 (12) 2 (0) 2 (1) 6 (6) 1 (1) 2 (2)

-dor -dumbre -dura -eda -edo -e -erío

7 (5) 1 (1) 6 (3) 1 (1) 1 (1) 5 (5) 10 (6)

-itud -ivo -iza -izo -je -menta -mento

1 (1) 2 (0) 2 (1) 2 (1) 3 (3) 1 (1) 5 (5)

D

Sufijo

67

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2 (2) 1 (1) 7 (6) 15 (10) 1 (1) 6 (6) 5 (4) 8 (5) 1 (1) 9 (8) 8 (5) 4 (3)

-ero -eza -ezno -ez -ia -ía -ica -ín -ino -ío -ismo -ista

24 (14) 2 (2) 1 (1) 2 (2) 3 (2) 6 (5) 1 (1) 2 (1) 1 (0) 4 (1) 13 (10) 12 (10)

-miento -ncia -nte -nza -ón -o -or -torio -ucho -ura -zón -Ø/-a

AF T

-ando -an-o -a -ario -ata -ato -azgo -azo -ca -ción -dad -dero

_

5 (4) 5 (4) 10 (7) 2 (2) 6 (5) 7 (6) 2 (2) 3 (1) 1 (1) 6 (3) 4 (1) 3 (1)

Tabla 4. Número de combinaciones metonímicas asociadas a lo sufijos nominales del español peninsular

A continuación, en la Tabla 5, mostramos los 48 sufijos documentados para la derivación adjetival. Número de combinaciones

-aco -áceo -ado -al -áneo -ano -ario -ata -ático -ble -dero -dizo -dor

1 (1) 1 (0) 6 (3) 8 (8) 1 (1) 3 (3) 7 (6) 1 (1) 4 (2) 5 (4) 3 (0) 2 (2) 2 (1)

Sufijo

D

R

Sufijo

68

-eño -ense -ento -eo -ero -es/esa -esco -eta -icio -ico -iego -ífico -il

Número de combinaciones

Sufijo

Número de combinaciones

2 (2) 1 (1) 3 (2) 3 (2) 8 (8) 1 (1) 4 (2) 1 (1) 3 (1) 5 (3) 3 (2) 2 (1) 3 (3)

-í -ío -ista -ístico -ita -ivo -izo -nte -o -oide -ol -ón -orio

1 (1) 2 (0) 4 (3) 4 (1) 2 (2) 2 (2) 3 (1) 3 (3) 2 (1) 1 (1) 1 (1) 3 (3) 2 (2)

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

-eco -ego -eno

1 (1) 1 (1) 2 (2)

-íneo -ino -ín

2 (1) 3 (3) 1 (1)

-oso -udo -uno

7 (6) 2 (2) 1 (1)

Tabla 5. Número de combinaciones metonímicas asociadas a los sufijos adjetivales del español peninsular

Sufijo

Número de combinaciones

-ar -ear -ecer

10 (5) 13 (12) 4 (1)

AF T

Por último, la tabla 6 muestra los datos correspondientes a los siete sufijos asociados a la derivación verbal documentados en el corpus. Sufijo

Número de combinaciones

Sufijo

Número de combinaciones

-ificar -itar -izar

4 (3) 1 (1) 10 (10)

-uar

1 (1)

Tabla 6. Número de combinaciones metonímicas asociadas a los sufijos verbales del español peninsular

D

R

Las tablas 4-6 muestran un total de 112 sufijos. El último que habría que sumar para alcanzar la cifra total de 113 sería el sufijo adverbial -mente, que activaría hasta siete combinaciones metonímicas distintas, tanto para el estudio extensivo como para el conservador. Los sufijos más productivos en términos de capacidad para activar combinaciones metonímicas en español serían, sin duda, los que forman sustantivos, puesto que entre los diez primeros encontramos ocho nominales (-ero, -ada, -ado, -ario, -ismo, -ista, -nte y -erío) y apenas dos verbales (-ear e -izar), siendo los primeros sufijos adjetivales -al y -ero que, con 8 combinaciones cada uno, ocuparían la decimotercera posición. En la Tabla 7 se ponen en relación los datos relativos

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Enrique Gutiérrez Rubio

_

a los cuatro tipos de sufijación (nominal, adjetival, verbal y adverbial) junto a la productividad para generar combinaciones metonímicas. Número de sufijos

Número de combinaciones

Combinaciones por sufijo

Nominal Adjetival Verbal Adverbial TOTAL

57 (54) 48 (45) 7 (7) 1 (1) 113 (107)

283 (204) 133 (100) 43 (33) 7 (7) 466 (344)

5 (3,8) 2,8 (2,2) 6,1 (4,7) 7 (7) 4,1 (3,2)

AF T

Tipo de sufijación

Tabla 7. Número de combinaciones metonímicas asociadas a los distintos tipos de sufijación y su productividad en español peninsular

D

R

De los datos expuestos en las Tablas 3-7 podemos extraer las primeras conclusiones sobre algunas de las tendencias principales respecto a la configuración del inventario de combinaciones metonímicas en español contemporáneo. Por una parte, la mayor capacidad, en general, de la derivación nominal, tanto respecto al número de sufijos como de combinaciones metonímicas, que presenta cifras muy superiores a los otros tres tipos de derivación. Por otra parte, admitir que quizá el dato más revelador de los hasta ahora propuestos sea el número de combinaciones por sufijo, ya que saca a la luz la escasa productividad de los sufijos adjetivales, cuyas cifras (2,8) están muy por debajo de la media (4,1).32 Otro testimonio

Esta diferencia, de hecho, podría considerarse aún ligeramente superior, dado que en nuestro estudio, y siguiendo el modelo de Janda, contamos adjetivos relacionales y calificativos como dos clases de palabras distintas. Así, en algunas (pocas) ocasiones, en el inventario se incluye un sufijo que presenta dos combinaciones que tan solo se diferencian en que la META es, en un caso, adjetivo relacional y, en 32

70

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

AF T

destacado es la diferencia entre los datos obtenidos para el estudio extensivo y el conservador. A pesar de que, a primera vista, podría parecer que el descenso en cuanto al número de combinaciones mostrado para el estudio conservador en la Tabla 7 es claramente mayor respecto a la derivación nominal y verbal que a la adjetival (1,2 y 1,4 frente a 0,6), en números relativos apenas hay diferencia entre los tres principales tipos de derivación, ya que todos muestran en el estudio conservador un descenso respecto al número de combinaciones por sufijo bastante similar: 24%, 21,5% y 23%, respectivamente. Al ampliar el foco exclusivamente de la clase de palabra META al tipo de combinación FUENTE-META, obtenemos los datos (cfr. Tabla 8) sobre los patrones metonímicos de clases de palabras más comunes en español (diferenciando ya, además, entre adjetivos calificativos y relacionales). Patrón metonímico (clases de palabras)

META sustantivo sustantivo adj. relacional adj. calificativo verbo sustantivo adj. calificativo

D

R

FUENTE verbo sustantivo sustantivo sustantivo sustantivo adj. calificativo verbo

Número de combinaciones 125 (88) 114 (85) 73 (57) 35 (22) 28 (21) 23 (19) 21 (17)

Tabla 8. Patrones de clases de palabras más comunes en el español peninsular

otro, calificativo. Sería, a modo de ejemplo, el caso del sufijo -ático, ejemplificado con las METAS adjetivales lunático (calificativo) y asiático (relacional) (cfr. Tabla 10).

71

Enrique Gutiérrez Rubio

_

R

AF T

Tras el análisis de los datos parece evidenciarse que son los sufijos deverbales y, más concretamente, aquellos asociados a la formación de sustantivos, los que con mayor facilidad se combinan en español. A continuación, y aún a mucha distancia del resto, destacan los procesos conceptuales en que se produce una relación metonímica sin cambio en la clase de palabra, dado que encontramos combinaciones entre dos sustantivos. Por último, no resulta inesperado que los adjetivos derivados a partir de sustantivos se sitúen en las primeras posiciones de esta jerarquía (tercer y cuarto puesto) y que, entre estos, sea mucho más común la formación de adjetivos relacionales que calificativos. El siguiente dato al que querríamos prestar atención se refiere a los patrones metonímicos que presentan un mayor número de combinaciones, ya sin tener en cuenta las clases de palabras involucradas, para así poder hacernos una idea de qué patrones son los más centrales en la sufijación española. En la Tabla 9 presentamos los catorce patrones metonímicos más frecuentes, aquellos con diez o más combinaciones asociadas, acompañados de un ejemplo ilustrativo (aun a riesgo de resultar repetitivos, aclaramos nuevamente que los datos no reflejan la productividad o la frecuencia de uso).

D

Patrón metonímico

FUENTE

META

UBICACIÓN

CARACTERÍSTICA

ENTIDAD

CARACTERÍSTICA

ACCIÓN

ABSTRACCIÓN

ACCIÓN

UBICACIÓN

ENTIDAD

GRUPO

CARACTERÍSTICA

ABSTRACCIÓN

72

Número de combinaciones

32 27 22 18 17 16

(25) (17) (18) (17) (16) (15)

Sufijo

-eno -esco -je -miento -ato -ía

Ejemplo PALABRA FUENTE Chile Quijote arbitrar aparcar general valiente

PALABRA META chileno quijotesco arbitraje aparcamiento generalato valentía

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

ABSTRACCIÓN

CARACTERÍSTICA

ACCIÓN

INSTRUMENTO

ACCIÓN

PRODUCTO

ACCIÓN

AGENTE

ACCIÓN

CARACTERÍSTICA

ENTIDAD

ABSTRACCIÓN

MATERIAL

CARACTERÍSTICA

ACCIÓN

SUCESO

16 14 14 13 11 11 10 10

(14) (9) (13) (9) (9) (9) (10) (7)

-ático -dor -ura -ín -dor -ada -izo -e

dogma grabar pintar bailar madrugar Quijote cobre desfilar

dogmático grabadora pintura bailarín madrugador quijotada cobrizo desfile

AF T

Tabla 9. Patrones metonímicos asociados a diez o más combinaciones en el español peninsular Observamos

una

clara

prevalencia del patrón lo que no es de extrañar, dada la enorme cantidad de sufijos implicados en la formación de gentilicios en español. En la Tabla 10 podemos observar en detalle los datos relativos a este patrón.

UBICACIÓN POR CARACTERÍSTICA,

FUENTE

META

Adj. relacional Adj. relacional Adj. relacional Adj. calificativo Adj. calificativo Adj. relacional Adj. relacional Adj. calificativo Adj. relacional Adj. relacional Adj. relacional

D

Sustantivo Sustantivo Sustantivo Adverbio Sustantivo Sustantivo Sustantivo Sustantivo Sustantivo Sustantivo Sustantivo

Sufijo

R

Patrón metonímico (clases de palabras)

-aco -al -ano -ano -ario -ario -ata *-ático -ático -eco -ego

Ejemplo

PALABRA FUENTE Austria horizonte Asturias cerca hospital puerto Kenia (la) Luna Asia Guatemala La Mancha

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PALABRA META austriaco horizontal asturiano cercano hospitalario portuario keniata lunático asiático guatemalteco manchego

Enrique Gutiérrez Rubio

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R

AF T

Adj. relacional Sustantivo -eno Chile Adj. relacional Sustantivo -ense Almería Adj. relacional Sustantivo -eño Brasil Adj. relacional Sustantivo *-eo Europa Adj. calificativo Adverbio -ero delante Adj. relacional Sustantivo -ero La Habana Adj. relacional Sustantivo -és Portugal Sustantivo Adj. calificativo -esco Versalles Adj. relacional Sustantivo -eta Lisboa Sustantivo Adj. relacional *-icio catedral Adj. relacional Adj. relacional -iego palacio Adj. relacional Sustantivo -í Marruecos Adj. relacional Sustantivo -ín Menorca Adj. relacional Sustantivo -ino París Adj. relacional Sustantivo *-ístico museo Adj. relacional Sustantivo -ita Moscú Adj. calificativo Sustantivo *-izo frontera Adj. relacional Sustantivo -o Argentina Adj. relacional Sustantivo -ol España Adj. calificativo Sustantivo *-oso bosque Adj. relacional Sustantivo -Ø Andalucía *patrones poco sistemáticos o de carácter discutible (forman parte tan solo del estudio extensivo)

Tabla 10. Combinaciones asociadas al patrón metonímico en el español peninsular

D

UBICACIÓN POR CARACTERÍSTICA

Los datos mostrados en la Tabla 10 nos llevan a plantearnos varias reflexiones. Por una parte, que, en general, tal y como ya señaláramos (cfr. 4.2.), puede asociarse con bastante claridad los sufijos adjetivales con un tipo concreto de derivado, ya sea este relacional o calificativo. En el caso del patrón metonímico UBICACIÓN POR CARACTERÍSTICA, la mayoría de los sufijos se asocian –de acuerdo siempre a lo apuntado en la Nueva gramática de la lengua española– a la META adjetivo relacional (25 de 32), si

74

chileno almeriense brasileño europeo delantero habanero portugués versallesco lisboeta catedralicio palaciego marroquí menorquín Parisino museístico moscovita fronterizo argentino español boscoso andaluz

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

bien, como esperamos observar en la aplicación de esta misma suerte de estudio a varios corpus (cfr. cap. 6 y cap. 7), en ciertos contextos estos adjetivos relacionales pueden ser empleados como calificativos.33 Por otra parte, la inmensa mayoría (30) de las clases de palabras FUENTE son sustantivos, de modo que entre las 32 combinaciones tan solo se cuenta con dos adverbios (y ningún verbo). Salta a la vista, además, que un buen número de los sufijos empleados para estos patrones se refieren a formas que, si bien cumplen con los requisitos mínimos previstos en la metodología para ser incluidos, son de uso muy poco frecuente. Esto, por una parte, explica la diferencia entre las cifras presentadas para el estudio extensivo y el conservador (32/25); por otra, señala la importancia de llevar a cabo estudios de uso y frecuencia que nos aporten una perspectiva completamente distinta y que, muy probablemente, releguen el patrón UBICACIÓN POR CARACTERÍSTICA a un puesto más modesto en la jerarquía de patrones metonímicos (cfr. cap. 6 y cap. 7). Si volvemos a los datos expuestos en la Tabla 9, no nos llama especialmente la atención el segundo, tercer y cuarto lugar que, respectivamente, ocupan los patrones ENTIDAD POR CARACTERÍSTICA, ACCIÓN POR ABSTRACCIÓN y ACCIÓN POR UBICACIÓN, pues se nos antojan combinaciones, a priori, frecuentes en el uso de la lengua. Bastante más nos sorprende la quinta posición del patrón metonímico ENTIDAD POR GRUPO que, en principio, no parece uno de los más comunes. Si nos fijamos en detalle en las 17 entradas que exponemos en la Tabla 11, Sería el caso, a modo de ejemplo, de los adjetivos español y americano en la siguiente oración, extraída del corpus oral del CREA: «[...] tampoco porque lleves tú una bandera vas a ser más español ni más americano que otro, ¿no?» (cfr. Real Academia Española: Banco de datos (CREA) [en línea]. Corpus de referencia del español actual, http://www.rae.es; 24/08/2014. 33

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Enrique Gutiérrez Rubio

_

observamos, sin embargo, la enorme capacidad potencial de la lengua española para formar sustantivos con la semántica de grupo. Patrón metonímico (clases de palabras)

Ejemplo

META

PALABRA PALABRA FUENTE META sustantivo sustantivo -ada muchacho muchachada sustantivo sustantivo -ado profesor profesorado sustantivo sustantivo -aje rama ramaje sustantivo sustantivo -al instrumento instrumental sustantivo sustantivo -amen barril barrilamen sustantivo sustantivo -ario vecino vecindario sustantivo sustantivo -ato general generalato sustantivo sustantivo -azgo almirante almirantazgo adj. relacional sustantivo -dad cristiano cristiandad sustantivo sustantivo -eda álamo alameda sustantivo sustantivo -edo roble robledo sustantivo sustantivo -ería muchacho muchachería sustantivo sustantivo -ero canción cancionero sustantivo sustantivo -ía feligrés feligresía sustantivo sustantivo -ío mujer mujerío sustantivo sustantivo -menta pala palamenta sustantivo sustantivo *-zón palo palazón *patrones poco sistemáticos o de carácter discutible (forman parte tan solo del estudio extensivo)

D

R

AF T

FUENTE

Sufijo

Tabla 11. Combinaciones asociadas al patrón metonímico ENTIDAD POR GRUPO en el español peninsular

Otro aspecto objeto del estudio llevado a cabo por Janda para checo, noruego y ruso –y que nosotros, lógicamente, aplicamos a los datos obtenidos para la lengua española– se refiere al número de patrones

76

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

metonímicos asociados a cada sufijo. Es importante señalar que, en este caso concreto, nos referimos a patrones metonímicos distintos y no a combinaciones, de modo que la cifra total será algo inferior a las 466 combinaciones metonímicas documentadas para el español peninsular (cfr. Tabla 3). En la Figura 2 podemos observar que, en el marco de la versión extensiva del estudio de la formación de palabras, hay un sufijo que se asocia a 23 patrones metonímicos diferentes; se trata del sufijo nominal -ero (incluidas las variantes -era, -icero, -atero y -etero) (cfr. Tabla 12 para más detalles). A partir de aquí, la cifra disminuye rápidamente, de modo que tan solo observamos otros ocho sufijos asociados a diez o más patrones metonímicos: seis nominales (-ada, -ado, -ario, -ista, -nte y -erío) y dos verbales (-ear e -izar) (cfr. Tablas 4-6 para más detalles). En la parte más baja de la escala de capacidad de combinación metonímica encontramos 29 sufijos asociados a un único patrón metonímico (por ejemplo, -ense, que activa tan solo la relación UBICACIÓN POR CARACTERÍSTICA, como en Almería > almeriense), 26 asociados a dos patrones y quince a tres. Si fuéramos menos flexibles respecto a las condiciones mínimas exigidas para aceptar un patrón metonímico, descartaríamos por completo seis de los 113 sufijos. Además, habría 44 sufijos asociados a un único patrón, mientras que tan solo cinco alcanzarían el límite de diez patrones por sufijo, siendo el más productivo nuevamente -ero, con catorce patrones, seguido del nominal -ado con doce.

77

Nú e o de sufijos

Enrique Gutiérrez Rubio

_

45 40 35 30 25 20 15 10 5 0

Extensivo Conservador

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23

Nú e o de pat o es

eto í i as

AF T

Figura 2. Número de patrones metonímicos documentados por sufijo

R

A tenor de estos datos, obtendríamos una media de 3,9 patrones metonímicos asociados a cada sufijo. Esta cifra se reduciría a 3,1 si aplicáramos la versión conservadora del análisis. Por otra parte, la Tabla 12 presenta en detalle la relación conceptual más productiva para un único sufijo, es decir, las 24 combinaciones metonímicas asociadas al sufijo nominal -ero en español peninsular.34

FUENTE

Clase de palabra

Ejemplo

META

FUENTE

META

PALABRA ORIGEN

PALABRA DERIVADA

D

Patrón metonímico

interjección sustantivo verbo verbo numeral

sustantivo sustantivo sustantivo sustantivo sustantivo

arre consejo llorar tapizar treinta

arriero consejero llorera tapicero treintañero

*ABSTRACCIÓN

AGENTE

ABSTRACCIÓN

ENTIDAD

*ACCIÓN *ACCIÓN

ABSTRACCIÓN

CANTIDAD

ENTIDAD

AGENTE

Se trata concretamente de los 23 patrones metonímicos comentados anteriormente, uno de los cuales presenta dos combinaciones. Nos referimos a UBICACIÓN POR AGENTE, dado que a la FUENTE nominal (más habitual) le suma una segunda adverbial (ejemplo delantero).

34

78

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

CARACTERÍSTICA

ABSTRACCIÓN

R

AF T

adj. calificativo sustantivo sordo sordera *CARACTERÍSTICA ENTIDAD adj. calificativo sustantivo largo larguero CONTENIDO CONTENEDOR sustantivo sustantivo joya joyero ENTIDAD GRUPO sustantivo sustantivo canción cancionero INSTRUMENTO AGENTE sustantivo sustantivo arpón arponero MATERIAL AGENTE sustantivo sustantivo yeso yesero PACIENTE AGENTE sustantivo sustantivo fruta frutero PARTE TODO sustantivo sustantivo limón limonero PRODUCTO AGENTE sustantivo sustantivo zapato zapatero *PRODUCTO INSTRUMENTO sustantivo sustantivo cóctel coctelera *PRODUCTO UBICACIÓN sustantivo sustantivo gusano gusanera SUCESO ENTIDAD sustantivo sustantivo viaje viajero *TIEMPO ENTIDAD sustantivo sustantivo domingo dominguero *UBICACIÓN AGENTE adverbio sustantivo delante delantero UBICACIÓN AGENTE sustantivo sustantivo hotel hotelero *UBICACIÓN PARTE adverbio sustantivo atrás trasero *UBICACIÓN UBICACIÓN adverbio sustantivo encima encimera UBICACIÓN UBICADO sustantivo sustantivo prisión prisionero UBICADO UBICACIÓN sustantivo sustantivo hormiga hormiguero * patrones poco sistemáticos o de carácter discutible (forman parte tan solo del estudio extensivo)

Tabla 12. Combinaciones metonímicas asociadas al sufijo -ero en español peninsular

D

Creemos que la Tabla 12, con su gran número de asteriscos, es un ejemplo paradigmático que puede ayudar al lector a hacerse una idea de la dificultad que entraña la realización de un análisis como el presente. Frente a patrones metonímicos de una importante presencia e incluso productividad en la lengua castellana asociados al sufijo -ero, observamos diez combinaciones poco frecuentes, como los tres patrones metonímicos deadverbiales (UBICACIÓN POR AGENTE, UBICACIÓN POR PARTE y UBICACIÓN POR UBICACIÓN). Estas resultan, a primera

79

Enrique Gutiérrez Rubio

_

AF T

vista, claramente menos productivas que, por ejemplo, otras combinaciones como PRODUCTO POR AGENTE o CONTENIDO POR CONTENEDOR. Otra cuestión interesante se refiere al grado de especialización de los sufijos, ya sea respecto a las FUENTES o a las METAS. Dado que las palabras creadas vía sufijación incluyen de forma explícita la FUENTE, la falta de especificación en el sistema suele estar relacionada con la META. A este respecto, Janda (2011: 377) afirma lo siguiente:

R

[...] when confronted with a derived word, we can always access the source via the source word, so variation among sources connected to a single suffix does not produce potential ambiguity. Accessing the target, however, is more challenging and thus variation among targets creates more potential ambiguity in the system [...] A close examination of the directionality of metonymy patterns can thus open a window on our mental address system, showing trends in the relative salience of concepts.

D

Para ejemplificar la cuestión de la (in)especificación de los sufijos, en la Tabla 13 ponemos en relación los patrones metonímicos de un sufijo con una importante falta de especificación entre sus FUENTES en español peninsular (el sufijo adjetival -al/-ar) frente a los de un sufijo que presenta una gran indeterminación entre sus METAS (el sufijo deverbal -mento).

80

______________________Metonimia y derivación sufijal en español Patrón metonímico FUENTE

META

ACCIÓN

ABSTRACCIÓN

ACCIÓN

GRUPO

ACCIÓN

INSTRUMENTO PRODUCTO

ACCIÓN

UBICACIÓN

ABSTRACCIÓN

CARACTERÍSTICA

ENTIDAD

CARACTERÍSTICA

GRUPO

CARACTERÍSTICA

MATERIAL

CARACTERÍSTICA

PARTE

CARACTERÍSTICA

SUCESO

CARACTERÍSTICA

TIEMPO

CARACTERÍSTICA

UBICACIÓN

CARACTERÍSTICA

-mento -mento -mento -mento -mento -al -al -al -al -al -al -al -al

Ejemplo PALABRA FUENTE fundar armar pegar testar compartir causa árbitro familia lana pulmón rito mes horizonte

PALABRA META fundamento armamento pegamento testamento compartimento causal arbitral familiar lanar pulmonar ritual mensual horizontal

AF T

ACCIÓN

Sufijo

Tabla 13. Sufijos con una marcada tendencia a la especificación en la FUENTE vs. META

D

R

El sufijo -al activa ocho patrones metonímicos, todos con la META CARACTERÍSTICA, lo que, si tenemos en cuenta que presenta ocho FUENTES distintas, habla en favor de su evidente especialización. Por el contrario, el sufijo español -mento activa cinco patrones partiendo de una sola FUENTE. Así, y de forma paralela al sufijo checo -dlo y al ruso -o/-evyj (cfr. Janda 2011: 378), ante una palabra formada mediante el sufijo -al poco importa la FUENTE, el hablante sabrá que se trata de una META que codifica una CARACTERÍSTICA. Por el contrario, el sufijo -mento apenas nos dice nada sobre la META por sí mismo, siendo la única información accesible que la FUENTE será ACCIÓN. En español existe una fuerte tendencia a que los patrones metonímicos sean específicos respecto a la META. Un dato que parece confirmar esto sería que el

81

Enrique Gutiérrez Rubio

_

60 50 40 30 20 10 0

AF T

54% de los sufijos activan una única META; sin embargo, estos datos pueden resultar algo engañosos, ya que aquí se incluirían aquellos 22 sufijos (19,5% del total) en que se activa un único patrón metonímico y, por tanto, el sufijo es específico tanto respecto a la FUENTE como a la META. Con el fin de aclarar más en detalle este aspecto, hemos creado el Gráfico 1, en el cual podemos observar con qué frecuencia un sufijo se asocia a un mayor número de METAS, a un mayor número de FUENTES o, claro está, al mismo número de METAS que de FUENTES (incluidos los 22 casos ya comentados en que solo se activa un patrón metonímico).

R

1. Metas > Fuentes

2. Fuentes > Metas

3. Metas = Fuentes

D

Gráfico 1. Tendencia de la especificidad de los sufijos respecto a FUENTES y METAS

Los datos expuestos en el Gráfico 1 señalan que en algo más de mitad de los casos los sufijos (58) son más específicos respecto a la META que respecto a la FUENTE (dado que activan un mayor número de FUENTES que de METAS). El otro 50% aproximadamente se reparte prácticamente por igual entre aquellos sufijos (27) que activan igual número de FUENTES que de METAS y los que activan mayor número de METAS que de FUENTES

82

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

AF T

(28 sufijos) y, por tanto, son poco específicos respecto a la naturaleza de la palabra formada mediante sufijación. Un último asunto objeto de estudio en este apartado se refiere a la direccionalidad de los procesos metonímicos, es decir, si el papel FUENTE-META es o no intercambiable. Se trata de un valor significativo porque muestra el grado de equilibrio del sistema y, en caso de procesos claramente unidireccionales, las preferencias cognitivas hacia un tipo de direccionalidad. A este respecto, Janda (2011: 384) afirma lo siguiente: If a metonymy relationship were perfectly bidirectional, this would mean that there is a balanced distribution for the two terms that serve as both source and target. However, many metonymy relationships are uni-directional and even the bi-directional relationships are usually highly unbalanced, with one direction strongly preferred over the other

D

R

La Tabla 14 presenta el número total de combinaciones metonímicas unidireccionales y bidireccionales en español peninsular, tanto en nuestro estudio extensivo como en el conservador. Como podemos observar, los datos netos varían en función de la exigencia aplicada a la hora de evaluar como válidas o como no válidas las combinaciones metonímicas menos sistemáticas o productivas; sin embargo, en cifras relativas, la tendencia a que algo más del 50% de las combinaciones sean bidireccionales es similar en ambos estudios, de modo que pasamos de un 56,8% de bidireccionalidad en el análisis extensivo a un 53,7% de acuerdo al modelo conservador.

83

Enrique Gutiérrez Rubio Tipo de análisis

_

Procesos metonímicos unidireccionales

Procesos metonímicos bidireccionales

EXTENSIVO

41

54

CONSERVADOR

37

43

Tabla 14. Direccionalidad de los patrones metonímicos en español peninsular

AF T

En la Tabla 15, por su parte, incluimos algunos de los procesos más claramente unidireccionales, es decir, aquellos patrones que son muy productivos en una dirección pero muy escasos, o incluso inexistentes, en la otra. Patrón metonímico FUENTE

META

CARACTERÍSTICA UBICACIÓN

ENTIDAD

CARACTERÍSTICA

R

UBICACIÓN

CARACTERÍSTICA CARACTERÍSTICA

ENTIDAD

ENTIDAD

GRUPO

GRUPO

ENTIDAD

MATERIAL

CARACTERÍSTICA

CARACTERÍSTICA

MATERIAL

D

Número de sufijos

32 (25) 1 (1) 27 (17) 4 (2) 17 (16) 2 (2) 10 (10) 0 (0)

Tabla 15. Patrones metonímicos fuertemente unidireccionales

Por lo visto en la Tabla 15, resulta evidente la facilidad que presenta la lengua española a la hora de crear, mediante derivación sufijal, adjetivos que denoten una característica asociada a un lugar (como en Cuba > cubano), mas no así el proceso cognitivo opuesto, presente en castellano tan solo a través del sufijo -al (como en húmedo

84

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

AF T

> humedal). Curiosamente, se trata de un proceso bastante común en el nivel de la metonimia léxica, dado que resulta sencillo pensar en ejemplos de una UBICACIÓN que lleve el nombre de un adjetivo conceptualmente asociado a dicho lugar, como Colorado o Nevada. Por último, la Tabla 16 recoge aquellos procesos metonímicos que muestran un marcado equilibrio entre la direccionalidad de sus patrones metonímicos, destacando CARACTERÍSTICA POR ABSTRACCIÓN, a causa del elevado número de sufijos asociados a este patrón y de su prácticamente perfecta bidireccionalidad en español. Patrón metonímico FUENTE

META

CARACTERÍSTICA

ABSTRACCIÓN

ABSTRACCIÓN

CARACTERÍSTICA

ACCIÓN

CARACTERÍSTICA

CARACTERÍSTICA

ACCIÓN

ACCIÓN

PRODUCTO ACCIÓN

R

PRODUCTO

Número de sufijos

ACCIÓN

CARACTERÍSTICA

CARACTERÍSTICA

ACCIÓN

16 (15) 16 (14) 11 (9) 6 (5) 14 (13) 5 (5) 11 (9) 6 (5)

D

Tabla 16. Patrones metonímicos fuertemente bidireccionales

En este apartado 5.3. hemos mostrado un importante número de datos que, esperamos, ayuden a comprender mejor la naturaleza de las relaciones conceptuales que se establecen en la formación de palabras mediante sufijación en español peninsular. Sin embargo, nuestro estudio multidimensional no ha hecho más que comenzar. En los siguientes apartados y capítulos trataremos de arrojar mucha más luz al tema a través de la recogida de nuevos

85

Enrique Gutiérrez Rubio

_

datos y de la puesta en comparación con los inventarios de otros idiomas presentados por Janda. 5.3. Estudio comparativo de las lenguas española, checa, rusa y noruega

D

R

AF T

En este apartado vamos a comparar los datos expuestos hasta el momento, basados en el análisis de la Nueva gramática de la lengua española (cfr. 5.2.), con los obtenidos por Janda del estudio de otras obras similares para ruso, checo y noruego. Una primera advertencia, a la que ya alude la propia Janda (2011: 370), se referiría a la necesidad de tomar con cierta cautela los resultados de este estudio comparativo. La razón es que los datos objeto de análisis en este apartado –a diferencia de los de frecuencias de uso sobre la base de textos obtenidos de corpus (cfr. cap. 6. y cap. 7)– dependen directamente del nivel de detalle con el que hayan sido realizados los estudios de formación de palabras en que se basan. Por otra parte, resulta necesario señalar aquí que es la propia Janda (2011; 2014) en sus artículos quien apela a ampliar las lenguas de estudio, especialmente, a aquellas ajenas a la familia indoeuropea. A pesar de que el español es, evidentemente, una lengua indoeuropea, creemos que los datos obtenidos serán relevantes, dado que hasta el momento ninguna lengua románica había sido objeto de análisis, ya que este se reducía al de las dos lenguas eslavas y la lengua germánica mencionadas ya con anterioridad. Antes de proceder a la comparación de los resultados obtenidos tras el análisis de las cuatro lenguas, resulta necesario aclarar que en este apartado nos referiremos exclusivamente a los datos de nuestro estudio extensivo, puesto que precisamente este es el que sigue al pie de la letra los principios metodológicos expuestos por Janda (2010; 2011). Los datos del llamado estudio conservador nos

86

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

habrán de servir tan solo para los estudios del español, tanto de inventario como de frecuencias. El primer dato de interés se refiere al inventario general obtenido del análisis de las cuatro gramáticas estudiadas y que se muestra en la Tabla 17 (para checo, noruego y ruso, cfr. Janda 2011: 370). Número total de combinaciones metonímicas

RUSO

747

CHECO

562

ESPAÑOL

466

NORUEGO

177

Número de patrones metonímicos

Número de patrones de clases de palabras

Número de sufijos

AF T

Lengua

110

32

274

106

23

207

103

26

113

60

12

57

Tabla 17. Inventario general de la derivación sufijal en checo, español peninsular, noruego y ruso

D

R

Estos datos muestran que las lenguas eslavas parecen tener una capacidad muy superior a las románicas y germánicas respecto a la formación de combinaciones metonímicas. Sin embargo, a la luz de los datos expuestos en la Tabla 17, cabría afirmar que, respecto al español, esta supremacía no se debe a una mayor capacidad de crear patrones metonímicos, puesto que en este sentido las tres lenguas muestran unas cifras prácticamente idénticas: ruso 110, checo 106 y español 103. La razón parece más bien residir en el mayor número de sufijos implicados en los procesos de formación de palabras presente en las lenguas eslavas y, muy especialmente, en el ruso (274, 207 y 113, respectivamente). Por otra parte, el español presentaría mucha mayor facilidad para crear conexiones metonímicas que el noruego, que parece ser una lengua relativamente pobre tanto respecto al número de sufijos como a la

87

Enrique Gutiérrez Rubio

_

AF T

capacidad de estos de crear combinaciones metonímicas. A este respecto, Janda (2011: 379) afirma: «Norwegian expresses many of the concepts found in the Russian and Czech databases by other means, namely compounding and phrases». A continuación, queremos comparar los patrones metonímicos más frecuentes en las cuatro lenguas. Por desgracia, la autora norteamericana no aporta información detalla sobre noruego y ruso (cfr. Tabla 20 para checo). Nuestra única referencia para las tres lenguas es, por tanto, una tabla con diez de los patrones metonímicos más frecuentes en las tres lenguas a las que dedica su investigación; se trata de aquellos patrones metonímicos que se hallan entre los primeros catorce del listado de las tres lenguas. En la Tabla 18 añadimos a los propuestos por Janda un ejemplo propio del español y una columna en que se indica la posición que ocupa dicho patrón metonímico en el inventario del español peninsular. Patrón metonímico

R

Ejemplo

FUENTE

META

PALABRA FUENTE

PALABRA META

CARACTERÍSTICA

mysl ‹pensamiento› ironía

myslennyj ‹mental›

ruso

irónico



myslit ‹pensar›

myšlenka ‹idea›

checo

ayudar

ayuda



bake ‹hornear›

baker ‹panadero›

noruego

atracar

atracador

10º

bereč’ ‹guardar›

berežnyj ‹cuidadoso› combativo

ruso

D

ABSTRACCIÓN

ACCIÓN

ABSTRACCIÓN

ACCIÓN

AGENTE

ACCIÓN

CARACTERÍSTICA

combatir

88

Lengua del ejemplo (posición en esp.)

11º

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

ACCIÓN

INSTRUMENTO

sušit ‹secar›

sušička ‹secadora›

checo

ACCIÓN

PRODUCTO

fregar stifte ‹establecer›

9º noruego

ABSTRACCIÓN

empastar tixij ‹silencioso›

fregona stiftelse ‹fundación› empaste tišina ‹silencio›

CARACTERÍSTICA

cínico Kafka ‹usted›

6º checo

ENTIDAD

Lutero tøff ‹duro›

cinismo kafkovský ‹kafkiano› luterano tøffing ‹tipo duro›

alto zabastovat’ ‹ir a la huelga› desfilar

alteza zabastovka ‹huelga› desfile

ENTIDAD

CARACTERÍSTICA ACCIÓN

8º ruso

2º noruego

AF T

CARACTERÍSTICA

SUCESO

Tabla 18. Listado de diez patrones metonímicos muy comunes en checo, noruego y ruso en comparación con su posición en el inventario del español peninsular

D

R

Dos hechos saltan a la vista al comparar los datos españoles con los de las otras tres lenguas. Por una parte, la ausencia de varios de los principales patrones metonímicos del español y, muy especialmente, del que ocupa la posición más elevada en la escala del español peninsular: UBICACIÓN POR CARACTERÍSTICA (cfr. Tabla 10). Así, de los datos expuestos parece deducirse que el español tiene una capacidad mucha mayor a la hora de activar este tipo de metonimia y, especialmente, de crear gentilicios mediante sufijación que las otras tres lenguas. Los otros dos patrones que se hallarían entre los diez primeros del español peninsular, pero que estarían ausentes de la Tabla 18 serían: (4) ACCIÓN POR UBICACIÓN (comer > comedor) y (5) ENTIDAD POR GRUPO (álamo > alameda; cfr. Tabla 11 para el listado completo de sufijos capaces de activar esta metonimia).

89

38º ruso 14º

Enrique Gutiérrez Rubio

_

R

AF T

Sin embargo, posiblemente la mayor discrepancia entre los datos de la Tabla 18 sea la presencia de un patrón que es frecuente en checo, noruego y ruso, pero que ocupa una posición muy baja en la escala española. Nos referimos a CARACTERÍSTICA POR ENTIDAD, que se sitúa en la trigésimo octava posición entre los patrones metonímicos del español peninsular. Para este fenómeno tenemos una explicación muy sencilla: a diferencia de las lenguas eslavas –y, a la luz de los datos de la Tabla 18, posiblemente también del noruego, según el ejemplo tøff > tøffing–, donde la entidad asociada a una característica suele crearse mediante un sufijo (como el checo -áč en ejemplos del tipo nahý ‹desnudo› > naháč ‹persona desnuda›), en español ese cambio semántico lo realizamos mediante la sustantivación del adjetivo correspondiente, sin que intervenga, en la mayoría de los casos, sufijo alguno. En nuestro inventario hemos documentado apenas cuatro combinaciones metonímicas asociadas al patrón CARACTERÍSTICA POR ENTIDAD; dos de las cuales, además, son de carácter dudoso (cfr. Tabla 19) Patrón metonímico FUENTE

Sufjo

ENTIDAD

-dad

adj. calificativo

sustantivo

*CARACTERÍSTICA

ENTIDAD

-ero

adj. calificativo

sustantivo

largo

larguero

CARACTERÍSTICA

ENTIDAD

-eza

adj. calificativo

sustantivo

alto

alteza

D

FUENTE

META

Ejemplo PALABRA FUENTE celebre

CARACTERÍSTICA

META

Clase de palabra

PALABRA META celebridad

*CARACTERÍSTICA ENTIDAD -ia adj. calificativo sustantivo protuberante protuberancia * patrones poco sistemáticos o de carácter discutible (forman parte tan solo del estudio extensivo)

Tabla 19. Combinaciones metonímicas asociadas al patrón metonímico CARACTERÍSTICA POR ENTIDAD en español peninsular.

90

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

Mediante la Tabla 20, por otra parte, pretendemos completar la falta de especificidad de los datos presentados en la Tabla 18, ya que, en el caso concreto del checo, Janda (2010: 266) sí nos detalla cuáles son los once patrones metonímicos más comunes de esta lengua, así como su orden. Patrón metonímico

Posición

META

CHECO

ESPAÑOL

ACCIÓN

CARACTERÍSTICA

ACCIÓN

AGENTE

ABSTRACCIÓN

CARACTERÍSTICA

1º 2º 3º 4º 5º 6º 7º 8º 9º 10º 11º

11º 10º 7º 38º 9º 2º 3º 14º 4º 8º 6º

AF T

FUENTE

CARACTERÍSTICA

ENTIDAD

ACCIÓN

INSTRUMENTO

ENTIDAD

CARACTERÍSTICA

ACCIÓN

ABSTRACCIÓN

ACCIÓN

SUCESO

ACCIÓN

UBICACIÓN PRODUCTO

ABSTRACCIÓN

R

ACCIÓN

CARACTERÍSTICA

D

Tabla 20. Listado de los 11 patrones metonímicos más comunes del checo en comparación con su posición en el inventario del español peninsular

En este caso, y a diferencia de los datos recogidos en la Tabla 18, en el inventario de los patrones metonímicos checos sí se recoge ACCIÓN POR UBICACIÓN: el cuarto patrón más común del español peninsular ocupa la novena posición en el listado checo. Por otra parte, la mayor divergencia entre las dos lenguas en cuestión continúa siendo la ausencia del primer y el quinto patrón

91

Enrique Gutiérrez Rubio

_

D

R

AF T

en cuanto a frecuencia del español: UBICACIÓN POR CARACTERÍSTICA y ENTIDAD POR GRUPO. Sin embargo, los datos más interesantes de la Tabla 20 no se refieren tanto a la presencia o ausencia de patrones metonímicos, sino muy especialmente al orden de su frecuencia. Así, si bien es cierto que, en consonancia con lo expuesto en la Tabla 18, la mayoría de los patrones metonímicos más comunes coinciden en las dos lenguas (9 de 11), la jerarquía respecto a su importancia es muy distinta. Por ejemplo, ninguno de los cinco patrones metonímicos más comunes del checo y del español coincide, lo que no hace sino apuntar a que, aunque en general en las cuatro lenguas puestas en relación hay cierta sintonía sobre la mayoría de los patrones metonímicos más comunes, no cabe afirmar que las preferencias sean exactamente las mismas. Otro dato que le interesa a Janda es qué patrones de clases de palabras, nuevamente entendidos como FUENTE y META de un proceso metonímico, son los más comunes. Entre las clases de palabras más frecuentes en la activación de procesos metonímicos a través de sufijos se hallan –en checo, noruego, ruso y, como podemos confirmar, también en español– los siguientes seis: adverbios, adjetivos calificativos, adjetivos relacionales, numerales, sustantivos y verbos. Aun así, debemos reconocer que tanto adverbios como numerales son mucho menos productivos, a la hora de activar potenciales relaciones metonímicas, que el resto de las clases de palabras arriba citadas. Concretamente se documentan en español peninsular apenas cuatro combinaciones metonímicas con un numeral, todas ellas como FUENTE. En el caso de los adverbios, la situación es un poco diferente, puesto que documentamos siete combinaciones como FUENTE (si bien, en este caso, cinco de ellas han sido excluidas del estudio conservador por su carácter poco productivo) y otras siete como META. En

92

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

cuanto a los patrones de clases de palabras menos frecuentes, Janda (2011: 375, 376) cita tres: pronombre, interjección y preposición; estos participan tan solo en el papel de FUENTE y, exclusivamente, en checo y ruso (no, así, en noruego). En la Tabla 21 reproducimos los ejemplos propuestos por Janda (2011: 376), a los que añadimos otros tres patrones del español peninsular. Patrón metonímico FUENTE META

Sufijo

ACCIÓN

-kat

pronombre

verbo

-kať -(a/e/i)

interjección preposición

-ear35 -ismo -ear

interjección pronombre pronombre

verbo adj. relacional verbo sustantivo verbo

PRODUCTO

ACCIÓN

UBICACIÓN

CARACT.

ABSTRACCIÓN

ACCIÓN

ABSTRACCIÓN

ACCIÓN

PRODUCTO

ACCIÓN

FUENTE

META

Ejemplo PALABRA PALABRA FUENTE META vy ‹usted› vykat ‹hablar de usted› (checo) gav ‹guau› gavkat ‹ladrar› (ruso) vne vnešnij ‹exterior› ‹fuera› (ruso) arre arrear la laísmo vos vosear

AF T

PRODUCTO

Clase de palabra

R

Tabla 21. Algunos ejemplos de pronombres, interjecciones y preposiciones como FUENTE en checo, español y ruso

D

Si prestamos atención ahora a qué patrones de clases de palabras son, concretamente, los más frecuentes, Janda (2011: 375, 377) propone los ocho más comunes en checo, noruego y ruso. En la Tabla 22 los reproducimos y, de modo similar a la Tabla 18, añadimos a cada ejemplo propuesto por Janda uno propio del español, además de una columna en que se indica la posición que ocupa dicho Al terminar la base en e, sería ciertamente discutible si el sufijo derivativo es aquí -ar o -ear. Sin embargo, de los ejemplos propuestos por Pharies (2002: 222) cabe deducir que el sufijo es, en este caso concreto, -ear.

35

93

Enrique Gutiérrez Rubio

_

patrón de clases de palabras en el inventario del español peninsular. Patrón de clases de palabras

Ejemplo

Lengua de ejemplo (posición en español)

META

FUENTE

META

sustantivo

sustantivo

brjuxan ‹barrigón›

ruso

verbo

sustantivo

sustantivo

adjetivo relacional

adj. calificativo

sustantivo

adjetivo calificativo

sustantivo

verbo

peral vxod ‹entrada› albergue bergensk ‹de Bergen› peruano naháč ‹persona desnuda› tontería farlig ‹peligroso› varonil zavtrakať ‹desayunar› trocear váhavý ‹dubitativo› ostentoso žestjanka ‹lata›

2º ruso 1º noruego 3º checo

sustantivo

brjuxo ‹barriga› pera vxodiť ‹entrar› albergar Bergen ‹Bergen› Perú nahý ‹desnudo› tonto fare ‹peligro› varón zavtrak ‹desayuno› trozo váhat ‹dudar› ostentar žestjanoj ‹hojalata› municipal

municipalismo



adjetivo calificativo sustantivo

D

adj. relacional

R

verbo

AF T

FUENTE

Tabla 22. Listado de los ocho patrones de clases de palabras más comunes en checo, noruego y ruso en comparación con su posición en el inventario del español peninsular

En el tema concreto de los patrones de clases de palabras, los primeros ocho patrones coinciden en las cuatro lenguas objeto de estudio, de modo que cabe afirmar que son combinaciones que se activan con mucha

94

6º noruego 4º ruso 5º checo 7º ruso

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

facilidad en los tres grupos de lenguas europeas. Los datos obtenidos para la sufijación en español parecen, por tanto, confirmar las palabras de Janda (2011: 375): «Word class patterns are much more restricted than metonymy patterns and there is strong agreement across languages as to which word class patterns are preferred». Esto se debe, en parte, a que el número de combinaciones posibles es mucho menor que en el caso de los patrones metonímicos, dado que la inmensa mayoría de las palabras, tanto en español como en las otras tres lenguas, pertenecen a una de estas cuatro clases de palabras: adjetivos calificativos, adjetivos relacionales, sustantivos y verbos. Si damos por hecho, como así parece, que el orden de los patrones en la tabla propuesta por Janda se ajusta a la frecuencia de los patrones en las lenguas dadas, la mayor discrepancia con el español se refiere, nuevamente, a la combinación adjetivo calificativo-sustantivo, que en español sería la sexta más frecuente mientras que en las otras lenguas europeas parece situarse un poco más arriba, en cuarta posición. Esto, nuevamente, podría explicarse por la escasa accesibilidad del español a crear sustantivos deadjetivales mediante sufijación, siendo la simple sustantivación un proceso mucho más productivo. El resto de los patrones se ajustan exactamente al orden propuesto por Janda, a excepción precisamente de las dos primeras posiciones, de modo que en español el patrón verbosustantivo (125 entradas) es ligeramente más frecuente que el patrón sustantivo-sustantivo (114 entradas). En cuanto al tema del número de patrones metonímicos que es capaz de activar cada sufijo, en la Figura 3 reproducimos los datos presentados por Janda (2011: 378) para checo, noruego y ruso junto con los obtenidos para el español, ya expuestos anteriormente en la Figura 2.

95

Enrique Gutiérrez Rubio

_

Nú e o de sufijos

120 100

Español

80

Checo

60

Noruego

40

Ruso

20 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24

0 i a io es

eto í i as

AF T

Nú e o de o

Figura 3. Número de patrones metonímicos documentados por sufijo en español, checo, noruego y ruso

D

R

Una primera conclusión que cabe extraer de los datos presentados en la Figura 3 se refiere a la enorme cantidad de sufijos escasamente productivos que se documentan en las lenguas eslavas: 121 sufijos rusos y 94 checos estarían asociados a un único patrón metonímico. Estos datos contrastan con los apenas 29 sufijos del español y los 20 del noruego capaces de activar tan solo un patrón metonímico. Si nos fijamos en las cifras relativas, se confirmaría la escasa productividad de los sufijos eslavos –dado que el 44,2% de los rusos y el 45,4% de los checos se asociarían a un único patrón– y del noruego (35,7%). Por el contrario, el español presentaría una relativamente alta productividad, dado que apenas uno de cada cuatro sufijos activa tan solo un patrón metonímico (25,7%). El otro dato de interés se refiere a la elevadísima productividad del sufijo español -ero, capaz de activar 23 patrones metonímicos (y 24 combinaciones, ver Tabla 12), muy superior, por tanto, a la de los sufijos más productivos del checo (-ina y -ník, con dieciséis), del ruso (-ina y -nyj, con quince) y, desde luego, del noruego (-ing, con once).

96

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

Español Checo Ruso

R

80 70 60 50 40 30 20 10 0

AF T

En cuanto a la cifra media de patrones metonímicos por sufijo, vuelve a quedar en evidencia la mayor capacidad para activar patrones metonímicos de los sufijos españoles, ya que cada sufijo español, de media, se relaciona con 3,9 patrones metonímicos; una cifra significativamente más elevada que la del noruego (3) y que la del checo y ruso (2,6 en ambos casos). Otro dato al que nos referiremos a continuación pone en relación la especificidad de los sufijos respecto a las FUENTES y las METAS a él asociadas en las cuatro lenguas. En el Gráfico 2 podemos observar tanto el porcentaje de sufijos asociados a una única META metonímica como a más de una.

D

Sufijos con solo una meta (%)

Noruego

Sufijos o ás de una meta (%)

Gráfico 2. Especificidad de los sufijos respecto a las metas en español, checo, ruso y noruego

Los porcentajes del Gráfico 2 señalan que las cuatro lenguas tienden a que la mayoría de sus sufijos sean exclusivos respecto a la META, es decir, que muestran una gran especificidad en este sentido. Los datos, esos sí,

97

Enrique Gutiérrez Rubio

_

30 25 20 15 10

Español Checo Ruso

Noruego

R

5

AF T

varían entre ellas, siendo las más específicas las eslavas. Por su parte, el español sería la lengua con un mayor porcentaje de sufijos no específicos respecto a su META, dado que el 46% de los sufijos activan más de una META (frente al 40% del noruego o el apenas 32% del ruso). La situación contraria tiene lugar cuando un sufijo se asocia a un número mayor de FUENTES que de METAS, como en el caso del sufijo español -mento (cfr. Tabla 13). Los datos del Gráfico 3 muestran que, en este sentido, el español presenta cifras más elevadas que checo, noruego y ruso.

0

Sufijos o

ás fue tes ue

etas %

D

Gráfico 3. Especificidad de los sufijos respecto a las fuentes en español, checo, ruso y noruego

A la vista de los datos de los Gráficos 2 y 3, parece posible afirmar que, si bien todas las lenguas presentan la tendencia común a que las FUENTES sean notablemente menos específicas que las METAS, el español sería la lengua donde esta tendencia sería más débil. Por su parte, las lenguas eslavas mostrarían una muy fuerte preferencia a la

98

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

AF T

especificidad de las METAS en detrimento de las FUENTES. La situación del noruego se hallaría a medio camino. Una de las reflexiones más interesantes propuestas por Janda se refiere al equilibrio en la direccionalidad entre los patrones metonímicos (cfr. Tablas 14 y 15, así como las observaciones para el español peninsular). A este respecto, Janda (2011: 384) afirma que el estudio de la direccionalidad puede ayudarnos a comprender nuestro «mental address system». Los datos del español peninsular muestran que un 56,8% de los sufijos activan relaciones bidireccionales, lo que parece estar en perfecta consonancia con las cifras obtenidas para checo, noruego y ruso, ya que Janda afirma que en estas tres lenguas el porcentaje rondaría el 60%. A continuación, la autora norteamericana propone tres patrones que son fuertemente unidireccionales en las tres lenguas y que, en la Tabla 23, comparamos con los datos del español para esos mismo patrones. PRODUCTO POR AGENTE

Número de sufijos

R

Lengua

D

Ruso Checo Noruego Español

12 6 5 4

Ejemplo

PALABRA FUENTE

PALABRA META

stol ‹mesa› socha ‹escultura› musikk ‹música› zapato

stoljar ‹carpintero› sochař ‹escultor› musikant ‹músico› zapatero

99

Enrique Gutiérrez Rubio

_

INSTRUMENTO POR AGENTE

Lengua

Número de sufijos

8 4

Noruego Español

1 2

PALABRA META

lyži ‹esquís› soustruh ‹torno› cello ‹chelo› arpón

lyžnik ‹esquiador› soustružník ‹tornero› cellist ‹chelista› arponero

AF T

Ruso Checo

Ejemplo PALABRA FUENTE

ESTADO POR UBICACIÓN

Lengua

Ruso Checo Noruego

5 4 1 2

R

Español

Número de sufijos

Ejemplo

PALABRA FUENTE

PALABRA META

žit’ ‹vivir› vězet ‹estar atascado› skråne ‹inclinarse› pender

žilišče ‹vivienda› vězení ‹cárcel› skråning ‹pendiente› pendiente

Tabla 23. Metonimias fuertemente unidireccionales en ruso, checo, noruego y español

D

Como podemos observar, los tres patrones metonímicos presentados en la Tabla 23 presentan muy distinta productividad en los cuatro idiomas, a pesar de lo cual cabe afirmar que, en todos los casos, se trata de patrones unidireccionales. Janda llama especialmente la atención sobre el patrón PRODUCTO POR AGENTE, dado que en la dirección opuesta sí existe con frecuencia en la metonimia léxica en oraciones como, por ejemplo, Estoy leyendo a Cervantes. Por otra parte, el hecho de que INSTRUMENTO POR AGENTE también sea fuertemente unidireccional

100

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

indicaría, para Janda (2011: 384) que «concrete objects associated with event situations are often used as sources to access an AGENT as the target». De hecho, en español AGENTE es muy frecuente como META (7 patrones metonímicos), pero muy escaso como FUENTE, como demuestra el hecho de que solo se documenten dos patrones: AGENTE POR UBICACIÓN y AGENTE POR ACCIÓN. En cuanto al tercer ejemplo, ESTADO POR UBICACIÓN, a Janda le parece más razonable nombrar un lugar por la experiencia vivida en ese lugar que la situación contraria. En español, sin embargo, no parece algo excesivamente normal, dado que los dos patrones de esta parte de la Tabla 23 son de carácter dudoso y fueron incluidos en el estudio extensivo. Si prestamos ahora atención a los patrones bidireccionales, cabría diferenciar entre los equilibrados y los no equilibrados. Entre los primeros, Janda destaca, por su coincidencia en las tres lenguas de su estudio, la combinación de tres parejas de FUENTES y METAS metonímicas: ENTIDAD/CARACTERÍSTICA, ABSTRACCIÓN /CARACTERÍSTICA y ACCIÓN/PRODUCTO. Las dos últimas parejas se hallaban en la Tabla 16 de la sección 5.2. entre los patrones metonímicos más fuertemente bidireccionales del español peninsular, siendo precisamente las combinaciones de ABSTRACCIÓN y CARACTERÍSTICA las más equilibradas. En cuanto al primer ejemplo de Janda, en español peninsular documentamos un total de 25 sufijos relacionados con el patrón ENTIDAD POR CARACTERÍSTICA, frente a tan solo cuatro sufijos que activan el patrón CARACTERÍSTICA POR ENTIDAD. En este caso, en español, y a diferencia de checo, noruego y ruso, no se trataría de un patrón bidireccional equilibrado, lo cual, posiblemente, se deba al hecho, ya comentado con anterioridad, de que el español crea sustantivos deadjetivales principalmente vía conversión y no

101

Enrique Gutiérrez Rubio

_

sufijación, como sí sería el caso de las otras tres lenguas. Por otra parte, en la Tabla 24 incluimos los datos para el español peninsular relativos a los patrones bidireccionales que, según Janda (2011), no presentan equilibrio en checo, noruego y ruso, de modo que podamos comprobar si, en efecto, en español se mantiene la tendencia de las otras tres lenguas. Patrón metonímico

Número

META

ACCIÓN

ABSTRACCIÓN

ACCIÓN

AGENTE

ACCIÓN

CARACTERÍSTICA

ACCIÓN

INSTRUMENTO

ACCIÓN

SUCESO

CONTENIDO

CONTENEDOR

PACIENTE

AGENTE

PARTE

TODO

POSESOR

POSEÍDO

FUENTE

META

ABSTRACCIÓN

ACCIÓN

AGENTE

ACCIÓN

CARACTERÍSTICA

ACCIÓN

INSTRUMENTO

ACCIÓN

AF T

FUENTE

Patrón metonímico

SUCESO

ACCIÓN

CONTENEDOR

CONTENIDO

AGENTE

PACIENTE

TODO

PARTE

POSEÍDO

POSESOR

R

22 13 11 14 10 3 2 6 8

D

Tabla 24. Datos del inventario del español peninsular para los patrones metonímicos bidireccionales no equilibrados en checo, noruego y ruso

En general, cabe hablar de que no hay diferencias significativas en español respecto a los datos de las otras tres lenguas. Es cierto que dos patrones no son bidireccionales en español, los relativos a PACIENTE/ AGENTE y a PARTE/TODO. Sin embargo, es precisamente la dirección que en los otros idiomas es más débil la que no se documenta en español, de modo que, en lo básico, en la fuerza de la dirección, los datos coinciden. La única ligera divergencia se referiría a los patrones formados

102

Número

6 4 6 3 3 2 0 0 3

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

AF T

mediante CONTENEDOR/CONTENIDO que, en español, apenas presentan diferencias en este sentido (2 vs. 3). En un último tema a tratar en este apartado, nos referiremos a la comparación entre la metonimia léxica y la de formación de palabras. En su estudio del checo, noruego y ruso, Janda (2011: 381) afirma que una de las conclusiones más sorprendentes de su trabajo es que, en estas lenguas, se documenta mayor número de patrones que en el inventario de patrones metonímicos léxicos propuesto por Peirsman y Geeraerts (2006). Así, se distribuiría un total de 142 patrones metonímicos entre aquellos que son específicos del nivel léxico, aquellos que, por el contrario, son específicos de la formación de palabras y, por último, aquellos que compartirían ambos estudios. Dicha distribución, que mostramos en el Gráfico 4, señala que tan solo nueve patrones metonímicos son documentados por Peirsman y Geeraerts (2006) y, sin embargo, no aparecen en el corpus de checo, noruego o ruso.

R

9

D

54

79

Citados solo en Peirsman & Geeraerts (2006) Citados en Peirsman & Geeraerts (2006) y Janda (2011) Citados solo en Janda (2011)

Gráfico 4. Comparación de los patrones metonímicos en el nivel léxico y en la formación de palabras mediante sufijación (tomado de Janda 2011: 382)

103

Enrique Gutiérrez Rubio

_

D

R

AF T

Dado que Janda no incluye un listado detallado de los 133 (54+79) patrones metonímicos documentados en la sufijación checa, noruega y rusa, nos resulta imposible comprobar si alguno de los 113 del español peninsular podría sumarse a esta cifra. Lo que sí podemos fácilmente conocer es, sin embargo, si entre los patrones metonímicos del español se halla alguno de los nueve que sí citan Peirsman y Geeraerts pero son inéditos en las otras tres lenguas. Algunos de estos nueve patrones, como el caso de HIPERÓNIMO POR HIPÓNIMO (el ejemplo de la píldora para referirnos a la píldora anticonceptiva), son prácticamente impensables para la formación de palabras, dado que, como señala Janda (2011: 382): «Word-formation rarely, if ever, makes use of hierarchical semantic relations in this way». Así, de los nueve patrones seis se refieren a FUENTES y METAS que no se incluyen en el estudio de la metonimia en la formación de palabras y que, por tanto, no podrían documentarse en español: CONSECUENCIA POR ANTECEDENTE, SUBSUCESO POR SUCESO COMPLEJO, CAUSA POR EFECTO, POTENCIAL POR ACTUAL, HIPERÓNIMO POR HIPÓNIMO y, por último, HIPÓNIMO POR HIPERÓNIMO. Sin embargo, la autora se sorprende de que patrones que, a priori, parecen perfectamente razonables como AGENTE POR PRODUCTO no se registren en ninguna de las tres lenguas. Si bien este último patrón no se halla tampoco en el inventario del español, sí hemos documentado los otros dos patrones que Janda echaba en falta (cfr. Tabla 25). Por una parte, ACCIÓN POR TIEMPO, que en español se activaría con hasta cinco sufijos, lo que no deja de ser sorprendente tras la absoluta ausencia en las otras tres lenguas. Por otra parte, TIEMPO POR ENTIDAD, si bien en este caso con solo dos sufijos, uno de los cuales sería de carácter dudoso.

104

______________________Metonimia y derivación sufijal en español Patrón metonímico

Ejemplo

META

PALABRA PALABRA FUENTE META AGENTE PRODUCTO – – – ACCIÓN TIEMPO -a cosechar cosecha *ACCIÓN TIEMPO -ada madrugar madrugada ACCIÓN TIEMPO -ado reinar reinado ACCIÓN TIEMPO -ncia regir regencia ACCIÓN TIEMPO -zón segar segazón TIEMPO ENTIDAD -ario día diario *TIEMPO ENTIDAD -ero domingo dominguero *patrones poco sistemáticos o de carácter discutible (forman parte tan solo del estudio extensivo)

AF T

FUENTE

Sufijo

Tabla 25. Patrones metonímicos citados por Peirsman y Geeraerts (2006) pero no documentados en checo, noruego ni ruso.

D

R

Así, los datos extraídos del análisis del español peninsular vendrían a reforzar la teoría de que la metonimia en la formación de palabras cubre prácticamente todos los patrones de la metonimia léxica –con excepción de una minoría conceptualmente difícil de activarse mediante sufijación–, además de mostrar un gran número de patrones desconocidos para el nivel estrictamente léxico de la lengua.

105

Capítulo 6. Estudio de frecuencias en español 6.1. Introducción

R

AF T

El estudio de inventario (cfr. cap. 5) presenta una gran cantidad de patrones metonímicos y combinaciones presentes en el léxico del español peninsular que, al menos de forma intuitiva, son productivos y frecuentes, frente a otro buen número de patrones que cabría calificar de poco frecuentes e incluso de anecdóticos en el español contemporáneo. Por ello, para entender la auténtica naturaleza de las relaciones metonímicas que se mantienen activas en la lengua española contemporánea, consideramos que era necesario realizar un estudio de frecuencias basado en los datos extraídos de textos reales. Para este segundo estudio de la formación de palabras entendida como proceso metonímico, hemos analizado 1.400 palabras escogidas aleatoriamente del corpus del español contemporáneo CREA36. Dado que además queremos observar si existen diferentes configuraciones en el español peninsular y en el americano, este análisis ha sido dividido en dos.

D

6.2. Estudio de frecuencias del español peninsular

Para esta primera investigación de frecuencias,37 hemos recogido de forma aleatoria un total de 700 palabras pertenecientes a 67 textos del español contemporáneo. La cfr. Real Academia Española: Banco de datos (CREA) [en línea]. Corpus de referencia del español actual, http://www.rae.es; 24/08/2014. 37 Una versión preliminar de este estudio de frecuencias, basada en el análisis de 150 palabras, apareció en Gutiérrez Rubio (2014b).

36

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

fuente de los textos es el corpus del español contemporáneo CREA, que recoge algo más de ciento sesenta millones de formas entre 1975 y 2004. La metodología de la búsqueda de palabras era sencilla. El único valor constante era el relativo al campo «Geográfico», que era invariablemente España. El primer texto se buscó introduciendo en la casilla «Consulta» una primera palabra, en este caso sí escogida por nosotros de forma arbitraria: España. Para esta primera palabra se mantuvieron las otras dos variables de búsqueda en el orden que aparece por defecto en el buscador: «Medio» = Libros; «Tema» = Ciencia y Tecnología. De este modo se obtuvo un primer fragmento de texto que incluía la palabra España. De este primer texto se extrajeron quince palabras válidas para nuestro análisis, es decir, derivados sufijales que se ajustaban a nuestros criterios de análisis. Precisamente la decimoquinta palabra del texto se convirtió en la segunda entrada para la casilla «Consulta», al tiempo que se pasó a la siguiente variable de «Medio», es decir, Periódicos. Nuevamente, la decimoquinta palabra de este segundo texto se convirtió en la palabra de «Consulta», al tiempo que pasamos al tercer «Medio»: Revistas. Tras la variable Miscelánea, la última de «Medio», pasamos de nuevo a la primera, Libros, pero avanzamos respecto a la variable «Tema», de modo que ya no buscamos en Ciencia y Tecnología, sino en Ciencias sociales, creencias y pensamiento. Una vez buscados todos los textos en las distintas variables de «Medio», pasaríamos al tercer «Tema»: Política, economía, comercio y finanzas. Una vez agotados todos los temas, volvimos al primero, Ciencia y Tecnología, y continuamos rotando por los distintos temas y medios hasta obtener las 700 palabras válidas sobre las que hemos realizado nuestro análisis. Tan solo resulta necesario añadir un par de aclaraciones respecto a este procedimiento.

107

Enrique Gutiérrez Rubio

_

D

R

AF T

Los resultados de las búsquedas en el CREA solo muestran fragmentos de los textos, de modo que con frecuencia el texto disponible no era suficientemente extenso para encontrar quince voces que cumplieran con nuestros requisitos; en estos supuestos, la última palabra registrada como válida sirvió siempre de elemento de búsqueda para la casilla «Consulta» del siguiente texto. Esto explica por qué los 67 textos analizados nos han proporcionado 700 palabras y no las 1.005 que habría supuesto extraer quince de cada uno de ellos. Además, resulta necesario aclarar que, en varias ocasiones, no hubo ningún texto que satisficiera los criterios de una búsqueda como combinación concreta de «Consulta», «Medio» y «Tema». En esos casos, mantuvimos la palabra de «Consulta» y continuamos con un nuevo «Medio» o «Tema», según correspondiera. En el caso de que una palabra apareciera en más de una ocasión con una misma combinación metonímica en un mismo fragmento de texto, esta solo era computada una vez. En caso de tratarse de dos textos diferentes o de activar dos combinaciones metonímicas distintas en un mismo fragmento, la palabra sí se incluía en dos ocasiones. Por último, decir que los topónimos y antropónimos no fueron aceptados como términos válidos. Lo mismo vale para las expresiones lexicalizadas, en las que la semántica de las palabras se ve generalmente diluida; así, toda suerte de expresiones y locuciones del tipo «por supuesto», «tener en cuenta» o «sin embargo» fueron descartadas. Sí aceptamos, sin embargo, los nombres de instituciones. Consideramos que este procedimiento aleatorio de búsqueda de textos asegura la diversidad de las voces analizadas, de modo que se obtuvo una buena muestra de palabras utilizadas en el español escrito contemporáneo en todos sus géneros: literario, científico y popular (escrito).

108

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

Una vez explicada la metodología mediante la que hemos obtenido las palabras objeto de análisis, el primer paso consistiría en detallar los datos principales y ponerlos en comparación con los presentados para el inventario, en el apartado 5.2., tal y como podemos observar en la Tabla 26. Número total de combinaciones metonímicas

Número de patrones metonímicos

Número de patrones de clases de palabras

Número de sufijos

AF T

Tipo de análisis

EXTENSIVO

466

103

26

113

CONSERVADOR

344

81

20

107

168

62

16

68

DE FRECUENCIAS

Tabla 26. Inventario general de la derivación sufijal en español peninsular y del estudio de frecuencias del español peninsular

D

R

A la luz de estos primeros datos cabe realizar varias reflexiones. Una primera y necesaria aclaración se refiere a que debemos entender como perfectamente lógico que las cifras documentadas en el estudio de frecuencias sean mucho menores que las de los estudios extensivo y conservador, dado que del análisis de 700 palabras sería inocente esperar que se documentaran todas las combinaciones metonímicas presentes en los ejemplos de la Nueva gramática de la lengua española. Resulta imprescindible continuar comentando un dato que, precisamente, no aparece reflejado en la Tabla 26: de los 68 sufijos documentados en el estudio de frecuencias, cinco no aparecían en el inventario. Esta anomalía responde, sin embargo, a una explicación sencilla, ya que se trata, en todos los casos, de formas sustantivadas de

109

Enrique Gutiérrez Rubio

_

D

R

AF T

adjetivos; más concretamente nos referimos a los siguientes sufijos: -ano (castellano, en referencia al idioma), -ico (académico, la persona), -iva (tentativa, con el significado de acción por la que se intenta algo), -ol (español, documentado en dos ocasiones, una en referencia a la lengua; otra a la persona, de modo que activa dos patrones metonímicos distintos) y -udo (forzudo, la persona). Estos sufijos se suman, así, a otros adjetivos sustantivados que sí aparecían tanto con una META adjetiva como sustantiva en el inventario del español peninsular, como -dor o -ista. En este sentido, el corpus español no parece mostrarnos ninguna sorpresa de relevancia: tan solo ha completado una realidad bastante evidente que no aparecía recogida en el inventario. Además, no se trata de patrones muy comunes, dado que solo se documentan seis entradas en total, que se corresponden a seis patrones metonímicos (-ol es el único sufijo que se documenta en dos ocasiones, con los dos significados ya mencionados del sustantivo español). Lo que quizá sí sería más notorio es que, del total de 113 sufijos del inventario, 50 no aparecen ni en una sola ocasión entre las 700 palabras analizadas. Además, otros 27 se documentan en una sola palabra, lo que dejaría una cifra de tan solo 41 sufijos con una presencia relativamente elevada (dos o más palabras en el corpus). Estos 41 sufijos (de un total de 11838, es decir, el 34,8%) presentarían una media de más de 16 entradas por sufijo, lo que vendría a evidenciar el enorme desequilibrio respecto a la frecuencia en el uso de prefijos en español peninsular. Si nos centramos ya en el análisis de las combinaciones y patrones metonímicos, destaca el hecho de que se Se trata de la suma de los 113 sufijos del inventario y los cinco exclusivos del estudio de frecuencias. 38

110

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

documenten 168 combinaciones, es decir, una media de 4,2 palabras por cada combinación documentada. Estas cifras, sin embargo, resultan en cierta medida engañosas, dado que mientras que algunas combinaciones apenas son productivas, otras presentan un elevadísimo número, tanto de patrones como de entradas. Así, la frecuencia más elevada corresponde al sufijo -ción (109 entradas), el patrón metonímico ACCIÓN POR ABSTRACCIÓN (185 entradas) y la combinación de un verbo como FUENTE y un sustantivo como META (263 entradas, el 37,6% del total). Lógicamente, la combinación metonímica más frecuente en el corpus es la combinación de ACCIÓN (verbo) y ABSTRACCIÓN (sustantivo) expresado mediante el sufijo -ción, como en el ejemplo sobrevalorar > sobrevaloración; combinación esta que presenta un total de 97 entradas, un 13,9% del total de combinaciones documentadas en el corpus del español peninsular. Este ejemplo evidencia que el desequilibrio no está tan solo presente entre los distintos sufijos, sino que lo documentamos igualmente dentro de los mismos patrones metonímicos activados por estos. La Tabla 27 muestra los datos relativos a las 109 entradas documentadas con el sufijo -ción.

111

Enrique Gutiérrez Rubio

Patrón metonímico

_

Clase de palabra

FUENTE

META

FUENTE

META

ACCIÓN

ABSTRACCIÓN

ACCIÓN

GRUPO SUCESO

ACCIÓN

UBICACIÓN

CAMBIO DE ESTADO

ABSTRACCIÓN

verbo

ACCIÓN

PRODUCTO

sustantivo sustantivo sustantivo sustantivo

PALABRA FUENTE informar dirigir menstruar habitar

PALABRA META información dirección menstruación habitación

97 4 3 2

sustantivo

evolucionar

evolución

2

publicación

1

AF T

ACCIÓN

verbo verbo verbo verbo

Número de entradas

Ejemplo

verbo

sustantivo

publicar

Tabla 27. Combinaciones metonímicas asociadas en el corpus del español peninsular al sufijo -ción

Así, frente a la enorme productividad de ACCIÓN POR creada mediante el sufijo -ción, el resto de metonimias es relativamente poco frecuente. Otro aspecto que podemos ejemplificar mediante los datos de la Tabla 27 se refiere a la importancia de trabajar con textos que nos muestren los contextos concretos de las palabras; así, el sustantivo publicación puede entenderse tanto como ABSTRACCIÓN (el proceso) o, como en el caso aquí expuesto, como el PRODUCTO de una acción, es decir, como un objeto material fruto de la acción de publicar. Asimismo, dirección no sería aquí el proceso de dirigir, sino el grupo de personas encargadas de administrar una institución. El caso opuesto a -ción lo encontramos en el sufijo adjetival -al (cfr. Tabla 28), el cual presenta una capacidad combinatoria muy elevada (9 combinaciones metonímicas diferentes; el máximo documentado, tres más que -ción), al tiempo que una escasa frecuencia en el texto (apenas 28 entradas, 81 menos que -ción).

D

R

ABSTRACCIÓN

112

______________________Metonimia y derivación sufijal en español Patrón metonímico

Clase de palabra

Ejemplo

Número de entradas

META

FUENTE

META

FUENTE

META

ABSTRACCIÓN

CARACTERÍSTICA

ENTIDAD

CARACTERÍSTICA

UBICACIÓN

CARACTERÍSTICA

ABSTRACCIÓN

CARACTERÍSTICA

GRUPO

CARACTERÍSTICA

PARTE

CARACTERÍSTICA

SUCESO

CARACTERÍSTICA

SUCESO

CARACTERÍSTICA

ENTIDAD

CARACTERÍSTICA

sustantivo sustantivo verbo verbo verbo verbo verbo verbo verbo

adj. relacional adj. relacional adj. relacional adj. calificativo adj. relacional adj. relacional adj. relacional adj. calificativo adj. calificativo

cultura empresario mundo muerte familia labio juicio espectáculo elemento

cultural empresarial mundial mortal familiar labial judicial espectacular elemental

AF T

FUENTE

Tabla 28. Combinaciones metonímicas asociadas en el corpus del español peninsular al sufijo adjetival -al

D

R

Todo esto no hace sino probar que puede existir un gran desequilibrio entre la capacidad de un determinado sufijo para activar patrones y combinaciones metonímicas y la frecuencia de uso por parte del hablante de estos. En la Tabla 29 presentamos los diez sufijos con un mayor número de combinaciones metonímicas (cinco o más) documentados en el corpus del español peninsular. Estos datos se ponen en relación con los obtenidos en el caso del inventario (estudio extensivo), si bien para este primer estudio ofrecemos tan solo el número de combinaciones y su posición relativa, no así el número de entradas, dado que esta cifra no ha sido tenida en cuenta para el estudio de inventario.

113

11 4 3 3 2 2 1 1 1

Enrique Gutiérrez Rubio

-dad -al -ico -ar -ción -ado (sust.) -ista (sust.) -o -izar -e

Estudio de frecuencias Combinaciones / Entradas 9/47 9/28 8/38 8/36 6/109 6/11 6/6 5/35 5/9 5/8

Posición 1º 2º 3º 4º 5º 6º 7º 8º 9º 10º

Inventario

Combinaciones Posición PALABRA FUENTE 8 13º activo 8 13º cultura 5 30º poeta 10 8º privilegio 9 12º informar 15 3º apartar 12 7º crónica 7 17º Pactar 10 8º análisis 5 30º viajar

Tabla 29. Sufijos asociados a cinco o más combinaciones metonímicas en el corpus del español peninsular, su frecuencia en el corpus y su relación con los datos del inventario

D

R

La Tabla 29 muestra un importante desequilibrio entre los datos del estudio de frecuencias y los del inventario, dado que apenas uno de los cinco sufijos más productivos del inventario (-ado) se halla entre los más frecuentes del estudio de frecuencias (cfr. Tablas 4-6). Así, -ero, -ada, -ario e -ismo, es decir, los otros cuatro sufijos del top cinco del inventario, juegan un papel mucho menos relevante en el estudio de frecuencias, dado que ocupan las posiciones 16, 20, 44 y 29, respectivamente. Por otra parte, entre los diez sufijos con valores más elevados en el inventario se hallaban ocho nominales y dos verbales; la tabla 29 muestra que esta cifra se ve, en cierta medida, corregida, de modo que a seis denominales les acompañan dos verbales y dos adjetivales que, además, ocupan la segunda y la tercera posición más elevadas, frente a la decimotercera y trigésima del inventario.

114

Ejemplo

AF T

Sufijo

_

PALABRA META actividad cultural poético privilegiar información apartado cronista pacto analizar viaje

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

Combinaciones metonímicas

83 109 31 21 39 19 35 7 13 11

D

-ado (adj.) -ción -nte (adj.) -ncia -mente -miento -o -oso -a -ble

Número de entradas

R

Sufijo

AF T

Otro dato interesante a este respecto es que los tres primeros sufijos de la lista (-dad, -al e -ico) presentan un mayor número de combinaciones metonímicas en este estudio de frecuencias del español peninsular que en el inventario, lo que confirma que algunos sufijos muestran, en los textos reales, mayor capacidad a la hora de activar relaciones metonímicas de lo que habría cabido, a priori, esperar. Por otra parte, resulta interesante que entre los sufijos de la Tabla 29 no se halle la mayoría de los sufijos que aprovechan mejor sus recursos, es decir, aquellos con gran presencia en el corpus pero con escasa productividad respecto al número de combinaciones metonímicas que pueden activar. En la Tabla 30 incluimos los sufijos con un mayor número de entradas por combinación metonímica.

3 6 2 2 4 2 5 1 2 2

Entradas por combinación

27,7 18,2 15,5 10,5 9,8 9,5 7 7 6,5 5,5

Ejemplo

PALABRA FUENTE militarizar informar absorber creer amplio sentir pactar orgullo tasar disponer

Tabla 30. Los diez sufijos asociados a un mayor número de entradas por combinación metonímica en el corpus del español peninsular

115

PALABRA META militarizado información absorbente creencia ampliamente sentimiento pacto orgulloso tasa disponible

Enrique Gutiérrez Rubio

_

D

R

AF T

Dos datos llaman la atención a este respecto. Por una parte, que el sufijo más productivo en la relación entre el número de entradas y el número de combinaciones que es capaz de activar sea el sufijo adjetival -ado, quizá uno de los más discutibles respecto a su inclusión en este análisis, dado que, en el fondo, se trata de participios con función adjetiva. Nosotros, sin embargo, siguiendo los principios metodológicos señalados con anterioridad en este trabajo, concluimos que, si la palabra concuerda con un sustantivo en género y número, ya no nos hallamos ante un participio y, por tanto, la entrada debe ser tratada como cualquier otro derivado adjetival. Por otra parte, resulta significativo que tan solo dos sufijos (-ción y -o) estén incluidos en las dos Tablas (29 y 30), lo que evidencia, nuevamente, que una gran capacidad a la hora de crear combinaciones metonímicas no supone, en ningún caso, que estas sean frecuentes en los textos. De hecho, como ya mostráramos en la Tabla 27 respecto al sufijo -ción, los distintos sufijos, aunque sean capaces de activar varias combinaciones, tienden a ser productivos tan solo en algunas de ellas. Queda claro, por tanto, que existen divergencias significativas respecto a tres niveles de análisis. Por una parte, si tenemos en cuenta el número de combinaciones metonímicas que teóricamente es capaz de activar un sufijo determinado, tal y como mostraba el inventario. Por otra, en relación a las combinaciones que este realmente activa en el español contemporáneo, tal y como se atestigua en los datos extraídos de los textos analizados. Por último, respecto a estos mismos textos, al estudiar la alta o baja frecuencia con que esas combinaciones metonímicas se documentan. Si, dejando a un lado los sufijos, pasamos a estudiar los patrones metonímicos atestiguados en el corpus y los ponemos en relación con los presentados para el

116

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

inventario, enseguida queda en evidencia la discrepancia existente entre la capacidad de una lengua para activar ciertas metonimias y las combinaciones que realmente se documentan en un corpus relativamente extenso. De modo similar a la Tabla 29, en la Tabla 31 mostramos los datos relativos a estos parámetros en los dos estudios junto con la posición que ocupan las distintas combinaciones en ellos. Patrones metonímicos

Inventario

AF T

Estudio de frecuencias

FUENTE

META

ABSTRACCIÓN

CARACTERÍSTICA

ACCIÓN

ABSTRACCIÓN

UBICACIÓN

CARACTERÍSTICA

ENTIDAD

CARACTERÍSTICA

CARACTERÍSTICA

ABSTRACCIÓN SUCESO

ACCIÓN

CARACTERÍSTICA

ACCIÓN

INSTRUMENTO

ACCIÓN

UBICACIÓN

Posición

Combinaciones

Posición

17/66 14/184 9/19 8/18 7/52 7/14 6/119 5/10 5/6

1º 2º 3º 4º 5º 6º 7º 8º 9º

16 22 32 27 16 10 11 14 18

7º 3º 1º 2º 6º 14º 11º 9º 4

R

ACCIÓN

Combinaciones / Entradas

D

Tabla 31. Patrones metonímicos asociados a cinco o más combinaciones metonímicas en el corpus del español peninsular, su frecuencia en el corpus y su relación con los datos del inventario

De acuerdo a los datos expuestos en la Tabla 31, cabe afirmar que CARACTERÍSTICA es la META más frecuente en términos de combinaciones del español peninsular, dado que ocupa los puestos primero, tercero y cuarto. Una segunda META significativa sería ABSTRACCIÓN, dado que ocupa los escalones segundo y quinto, además de ser, con diferencia, la META más frecuente en cuanto al número total de entradas. Esto indicaría que la sufijación del

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Enrique Gutiérrez Rubio

_

D

R

AF T

español tiene una tendencia mayor a la especialización respecto a las METAS que respecto a las FUENTES, como evidenciaría la mayor variedad de FUENTES entre los puestos más elevados de la Tabla 31. En este sentido parece haber cierta prevalencia de la FUENTE ACCIÓN, si bien esta tendencia es mucho menos marcada que en lo relativo a las METAS. Por otra parte, a tenor de lo expuesto en la Tabla 31, cabe afirmar que existe menos divergencia entre los dos estudios (de frecuencias e inventario) en cuanto a los patrones metonímicos del español peninsular que respecto a los sufijos (cfr. Tabla 29). En este sentido, apenas dos de los nueve patrones del estudio de frecuencias expuestos en la Tabla 31 se hallan ausentes entre los más frecuentes del inventario. Dado que sí se incluyen los cuatro con las cifras más elevadas, el primero de los patrones ausentes en la columna del corpus se correspondería con el quinto más frecuente en el inventario: ENTIDAD POR GRUPO. Este tema ya fue objeto de análisis en la sección 5.2., donde nos hacíamos eco de la sorprendente capacidad de los sufijos españoles para formar sustantivos con la semántica grupo (cfr. Tabla 11). Los datos de la Tabla 31 no hacen sino certificar nuestra intuición como hablantes nativos de que la mayoría de los sufijos relacionados con este patrón metonímico son poco frecuentes, e incluso claramente arcaicos, en el español peninsular. El patrón ENTIDAD POR GRUPO ocupa la decimoséptima posición del estudio de frecuencias, con apenas tres entradas creadas mediante tres sufijos diferentes: patronal, humanidad y nobleza (entendida como conjunto de nobles). Curiosamente, el sufijo -eza no se contaba entre los 17 sufijos asociados a este patrón metonímico en el inventario. El otro patrón presente en el listado de los patrones metonímicos más frecuentes en el inventario, pero ausente entre los asociados a cinco o más combinaciones

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______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

metonímicas en el corpus del español peninsular expuesto en la Tabla 31, ocupaba la octava posición del inventario: ACCIÓN POR PRODUCTO; en comparación con ENTIDAD POR GRUPO, se trata de un patrón mejor situado en la escala, dado que ocupa la decimoprimera posición del ranquin en el corpus del español peninsular, con cuatro combinaciones metonímicas y nueve entradas. A pesar de las evidentes diferencias en el número de combinaciones metonímicas –llama especialmente la atención la presencia en los textos de apenas nueve combinaciones asociadas a UBICACIÓN POR CARACTERÍSTICA, frente a las 32 documentadas en el inventario– y del desorden observable en las columnas que indican las posiciones, cabe afirmar que, en este respecto, los datos no muestran una meridiana falta de balance entre los dos estudios. Así, respecto a la presencia de los patrones metonímicos, y a diferencia de lo observable en el caso de los sufijos, no se evidencian diferencias marcadas entre el análisis del corpus y el extraído de la Nueva gramática de la lengua española. Esto se vería respaldado por otro dato: tan solo un patrón metonímico de entre los expuestos en la Tabla 31, concretamente ABSTRACCIÓN POR CARACTERÍSTICA, documenta más combinaciones en el estudio de frecuencias que en el inventario; recordemos que en el caso de los sufijos (cfr. Tabla 29), se documentaban tres casos. En relación con este último aspecto, creemos que merece la pena prestarles su debida atención a aquellas combinaciones metonímicas que han sido documentadas en el estudio de frecuencias pero no se hallaban en el inventario. Si incluimos las seis combinaciones relativas a los cinco sufijos nuevos, comentadas anteriormente en detalle, en total se trata de 41 combinaciones metonímicas inéditas en el inventario (con un total de 59 entradas), lo que supone apenas un 8% del total de combinaciones del

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D

R

AF T

inventario (466). Aun así, no podemos descartar la enorme capacidad de las lenguas para activar combinaciones metonímicas que, a la luz de estas cifras, podría ser aún muy superior a los datos presentados en el inventario, y eso a pesar de lo detallado de los capítulos que la Nueva gramática de la lengua española le dedica a la sufijación. Otro dato, acaso más significativo, es que si a las 168 combinaciones del estudio de frecuencias les restamos las 41 que no se incluían en el inventario, apenas coinciden 127 combinaciones en los datos procedentes de los dos estudios, es decir, que tan solo el 27,2% de las combinaciones metonímicas del inventario ha sido documentado en un corpus de 700 palabras, lo que juzgamos como una cifra bastante baja. Aún respecto a estas combinaciones nuevas, el análisis ha sacado a la luz que, de las 41 combinaciones documentadas aquí pero no en el inventario, un total de 31 (más del 75% del total) registra una única entrada en el corpus y tan solo cinco se documentan en más de dos ocasiones; esto mostraría la escasa productividad de la gran mayoría de estas combinaciones y, por tanto, relativizaría las diferencias atestiguadas entre los dos estudios. En cuanto al número de sufijos involucrados, se trata de 30, de los que, como ya señaláramos, cinco no se registraban en el inventario. De hecho, tan solo siete sufijos documentan dos combinaciones metonímicas novedosas. Por todo lo señalado hasta aquí, más que de enormes divergencias respecto al estudio de inventario, cabría hablar, en general, de combinaciones que habíamos pasado por alto, pero que no suponen diferencias de calado respecto a los datos extraídos de la Nueva gramática de la lengua española. La única excepción se refiere al sufijo adjetival -ico que, como ya fuera comentado en relación a los datos de la Tabla 29, presenta varias combinaciones más que en el inventario.

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______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

Concretamente se trata de cinco combinaciones metonímicas nuevas que suponen once entradas. Otro asunto revelador se refiere a la relación entre los datos obtenidos mediante el análisis del corpus y los relativos a las dos variantes del inventario: estudio conservador y extensivo. De las 122 combinaciones metonímicas que se incluían exclusivamente en el estudio extensivo –y que, por tanto, eran aceptables según los parámetros expuestos por Janda (2010; 2011), pero nos parecían, de un modo intuitivo, poco «vivas» en la lengua– apenas diez se documentan en el corpus (con quince entradas y siete sufijos). Por tanto, tan solo el 8,2% de las combinaciones dudosas tienen su reflejo en los textos, frente al 34% de combinaciones que sí se documentan en el estudio conservador, es decir, 117 combinaciones de un total de 344. Esto muestra con claridad que la división entre un estudio extensivo y otro conservador tenía sentido y que, efectivamente, la inmensa mayoría de combinaciones metonímicas asociadas al estudio extensivo no tenían un reflejo frecuente en la lengua. Otro comentario a este respecto se refiere al sufijo verbal -ar, que suma tres combinaciones metonímicas y seis entradas en el corpus exclusivas del estudio extensivo, lo que parece apuntar a una subestimación por nuestra parte de la capacidad productiva de este sufijo. Un último dato al que nos referiremos en este apartado tiene que ver con los patrones de clases de palabras. En la Tabla 32 podemos observar, de nuevo, las cifras relativas al estudio de frecuencias en relación con las obtenidas para el inventario.

121

Enrique Gutiérrez Rubio Patrones metonímicos

_

Estudio de frecuencias

META

Combinaciones / Entradas

Posición

verbo sustantivo sustantivo adj. calificativo sustantivo sustantivo

sustantivo adj. relacional sustantivo sustantivo adj. calificativo verbo

50 / 263 29 / 87 25 / 32 15 / 61 13 / 27 11 / 36

1º 2º 3º 4º 5º 6º

Combinaciones 125 73 114 23 35 28

AF T

FUENTE

Inventario

Tabla 32. Patrones de clases de palabras asociados a diez o más combinaciones metonímicas en el corpus del español peninsular, su frecuencia en el corpus y su relación con los datos del inventario

D

R

La Tabla 32 muestra que los primeros seis patrones, aquellos con diez o más combinaciones en el corpus, coinciden en los dos estudios. A pesar de que hay divergencia en el orden, un dato destaca sobre los demás: en ambos estudios, el patrón que relaciona una FUENTE verbal para crear un sustantivo destaca sobre los demás patrones. Estos datos muestran, además, la tendencia a los procesos denominales, que suponen cuatro de estos seis primeros. Por otra parte, comentar que la divergencia en la posición de los procesos sufijales que forman sustantivos a partir de sustantivos –la única diferencia entre los tres primeros escalones del ranquin– podría deberse, al menos en parte, a la gran cantidad de sufijos que pueden formar parte en la activación de la metonimia ENTIDAD POR GRUPO, pero que, tal y como ya comentáramos, son poco frecuentes en el español peninsular actual. A la luz de los datos obtenidos de este estudio de frecuencias, consideramos que cabe destacar, muy especialmente, que la inmensa mayoría de las combinaciones metonímicas presentes en el léxico no son muy

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Posición 1º 3º 2º 6º 4º 5º

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

AF T

frecuentes en el español contemporáneo, dado que aproximadamente solo un cuarto de las previstas en el inventario se han visto reflejadas en los textos. Además, existe una fuerte tendencia a que el sistema esté claramente desnivelado, ya que unas pocas combinaciones aglutinan gran parte de las entradas, mientras que un número elevado de combinaciones metonímicas tan solo se documenta una vez en el corpus. Por otra parte, a pesar de lo concienzudo del proceso de creación del inventario, numerosas combinaciones metonímicas que no se incluían en este han sido documentadas, lo que evidencia que la capacidad de una lengua para activar metonimias mediante sufijación es incluso mayor de la prevista. 6.3. Estudio de frecuencias del español de América

D

R

Para esta segunda investigación de frecuencias nuevamente hemos analizado 700 entradas. La metodología empleada ha sido exactamente la misma que en el caso del estudio del español peninsular (cfr. 6.2.), si bien para el campo «Geográfico» hemos señalado todos los países americanos de habla hispana, es decir, todas las posibilidades excepto España, Estados Unidos y Filipinas. Además, la primera palabra que hemos buscado en el corpus no ha sido esta vez «España», sino «América». Antes de comenzar, queremos advertir aquí de que somos conscientes de lo simplificador que resulta hablar del estudio del español de América como si de una realidad heterogénea se tratara. Todo lo contrario, se trata de una abstracción que no refleja una unidad clara, sino un conjunto de realidades, en ocasiones, muy distintas entre sí. Así, compartimos la opinión de Černý (2014: 25), cuando afirma lo siguiente:

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Enrique Gutiérrez Rubio

_

[...] creemos que es posible, por razones de carácter práctico, hablar sobre el «español americano», «español de América» o «español hablado en América», pero teniendo siempre en cuenta que se trata de un conjunto de numerosas variantes nacionales y dialectales, y no de una lengua homogénea hablada por todos los hispanohablantes americanos.

AF T

La distribución relativa de las palabras analizadas entre los 19 países hispanoamericanos de procedencia de los textos puede observarse en el Gráfico 5. 5,7

1,9

7,4

4 3,9

2,1

1,7

7,6

3,7

4,1

5

6,1

8,1

7,6

D

Gráfico 5. Distribución relativa (en porcentaje) según los países de origen de los textos analizados en el estudio de frecuencias de América

Al tratarse de una búsqueda aleatoria, la distribución de las palabras analizadas no es equilibrada. Así, apenas contamos con doce palabras procedentes de un único texto para el español uruguayo (1,7%), mientras que el

124

9,3

6

3,6

3,1

R

Argentina Bolivia Colombia Costa Rica Cuba Chile Ecuador Guatemala Honduras México Nicaragua Panamá Paraguay Perú Puerto Rico Rep. Salvador Uruguay Venezuela

9

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

español de Chile se ve representado por 65 palabras (9,3% del total), extraídas de cinco textos. Por otra parte, y puesto que el estudio de inventario se refería exclusivamente a los datos que la Nueva gramática de la lengua española le dedica a la formación de palabras por sufijación en el español peninsular, en este apartado 6.3. vamos a realizar una comparación más general que en el caso del estudio de frecuencias del español peninsular, si bien, en algunas ocasiones concretas, pondremos en relación los datos apuntados para el español de América con los datos del inventario. Un primer hecho que llama poderosamente nuestra atención es que entre las 700 palabras derivadas mediante sufijación analizadas para este estudio, tan solo se han documentado cuatro americanismos, entendidos estos no como palabras de origen americano, sino como voces de uso en el español de América que no se emplean en el español peninsular, o que lo hacen con otra semántica:39 pelotero, como jugador de béisbol, documentado en un texto procedente de Puerto Rico (según el DRAE40, esta semántica se sitúa en las variantes de las Antillas, Nicaragua y Venezuela); interiorano, como adjetivo relacional de interior, documentado en un texto panameño (en este caso, se trata de un significado exclusivo de esta variante del español);41 el sustantivo tetero, en un texto nicaragüense, con el sentido de biberón (el DRAE lo relaciona exclusivamente con las variantes habladas en

39 En este sentido, Černý (1999: 44) especifica que en muy pocas ocasiones se documenta una palabra común para toda Hispanoamérica que, a la vez, sea diferente de la variante europea, como serían los casos de papa/patata o durazno/melocotón; en la mayoría de los casos se trata de voces empleadas tan solo en un país o región de América. 40 Cfr. http://lema.rae.es/drae/, voz «pelotero»; 06/09/2014. 41 Cfr. http://lema.rae.es/drae/, voz «interiorano»; 06/09/2014.

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D

R

AF T

Colombia y Venezuela);42 y distancia, como periodo de tiempo, similar al español peninsular estancia, también en Panamá (el DRAE no se hace eco de esta semántica, si bien parece claro que se trata de un significado exclusivo de Hispanoamérica). De estas cuatro palabras tan solo distancia activa una combinación metonímica novedosa, tanto respecto al inventario como al estudio de frecuencias: el sufijo -ncia para activar el patrón metonímico ESTADO POR TIEMPO. Esta sorprendente ausencia de americanismos –el 99,4% de las voces documentadas coinciden con las empleadas en español peninsular– parece deberse a que el corpus recoge, en su inmensa mayoría, textos que reflejan una variante culta, científica y/o literaria del español, de modo que la aparición de formas propias de los países de origen de los textos se ve claramente reducida. Aun así, el significativo hecho de que solo se hayan recogido cuatro americanismos apunta a una inmensa estandarización del léxico empleado en el nivel escrito de la lengua a ambos lados del océano. Una conclusión directa de la ausencia casi absoluta de americanismos es la práctica imposibilidad de estudiar las diferencias entre las dos variantes (y subvariantes) del español, de modo que cabe suponer que los resultados del análisis del estudio de frecuencias de textos americanos no habrán de distar en demasía de los obtenidos a partir de los textos del español peninsular. En la Tabla 35 ponemos en relación las cifras principales obtenidas para el español americano con las relativas al estudio de frecuencias del español peninsular.

42

Cfr. http://lema.rae.es/drae/, voz «tetero»; 06/09/2014.

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______________________Metonimia y derivación sufijal en español

Tipo de análisis

Número total de combinaciones metonímicas

ESPAÑOL PENINSULAR

168

ESPAÑOL DE AMÉRICA

174

Número de patrones metonímicos

Número de patrones de clases de palabras

Número de sufijos

62

16

68

67

17

68

AF T

Tabla 35. Datos generales relativos al estudio de frecuencias en el español peninsular y de América

D

R

Como ya adelantáramos en las líneas anteriores, la Tabla 35 muestra unas cifras muy similares para los dos estudios, si bien se observa una capacidad de generación metonímica ligeramente superior en el estudio de frecuencias del español americano, el cual documenta seis combinaciones metonímicas, cinco patrones metonímicos y un patrón de clases de palabras más que el estudio de frecuencias del español peninsular. Por otra parte, el número de sufijos coincide exactamente en los dos estudios. Para poder observar si esta ligera discrepancia en las cifras es señal de diferencias de consideración a causa del distinto origen diatópico de las palabras analizadas o si se trata, por el contrario, de ligeras variaciones no representativas, debemos estudiar más en detalle en qué consisten concretamente dichas diferencias. Un primer dato se refiere al número de sufijos documentados que, como ya hemos adelantado, coincide en ambos estudios. Sin embargo, aunque el número sea el mismo, no se registran los mismos 68 sufijos, ya que catorce de los recogidos en el corpus del español de América no aparecían en el del español peninsular: -ático, -ato, -azo, -dero, -dura, -eco, -ense, -erío, -ífico (sust.), -ino, -ío,

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D

R

AF T

-iza, -o (adj.) y -nte (adv.).43 Tres de ellos tampoco se documentaban en el inventario basado en la Nueva gramática de la lengua española, si bien –y como ya ocurriera con los cinco en situación similar del estudio de frecuencias del español peninsular– se trata de sufijos que sí se incluían en el inventario, pero con otro tipo de clase de palabra META. En este caso estamos ante dos sustantivos formados mediante sufijos típicamente adjetivales -ífico (científico) y -o (indio); además, se registra el sufijo -nte, el cual en el inventario formaba tanto adjetivos como sustantivos y aquí, sin embargo, es adverbial (bastante, documentado como adverbio en tres ocasiones). Nuevamente son casos, como podemos observar, poco representativos, prácticamente aislados, que no suponen fenómenos reveladores dignos de mayor comentario. De entre los otros once sufijos que sí se registraban en el inventario, pero no en el estudio de frecuencias del español peninsular, destacan -ato y -erío, dado que ambos documentan dos combinaciones metonímicas cada uno. El resto, tan solo una. En cuanto a la cifra de combinaciones metonímicas documentadas por sufijo, ya hemos comentado que se registran seis más que en el español peninsular, es decir, 174 frente a 168. Esto supone una media de tan solo cuatro palabras por cada combinación documentada, frente al 4,2 del estudio de la variante europea. En este caso, la frecuencia más elevada no se corresponde al sufijo nominal -ción, que ocupa el segundo lugar con 75 entradas, sino al adjetival -ado, que con 109 entradas y apenas tres combinaciones metonímicas también es el número uno repecto a la productividad de las combinaciones. Sin 43 Ninguno de ellos se halla entre los sufijos que, aun existiendo en la variante española peninsular, presentan una frecuencia derivativa mayor en el español de América: -ico/-ica, -oso/-osa, -ote/-ota y -udo/-uda (cfr. Černý 2014).

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______________________Metonimia y derivación sufijal en español

embargo, el sufijo con un mayor número de combinaciones distintas registradas no es, nuevamente, el más productivo en cuanto al número total de entradas. En la Tabla 36 observamos los datos relativos a los sufijos con una mayor capacidad productiva en ambos estudios de frecuencias. Frecuencias España

-dad -al -ico -ar -ción -ado (sust.) -ista (sust.) -o -izar -e

Combinaciones / Entradas 9/47 9/28 8/38 8/36 6/109 6/11 6/6 5/35 5/9 5/8

Posición

Frecuencias América Posición

Combinaciones / Entradas 10/36 7/31 5/19 10/54 8/75 6/10 4/6 7/58 2/3 1/6

AF T

Sufijo

1º 2º 3º 4º 5º 6º 7º 8º 9º 10º

2º 5º 9º 1º 3º 6º 15º 4º 30º 40º

R

Tabla 36. Sufijos asociados a cinco o más combinaciones metonímicas en el corpus del español peninsular, su frecuencia en el corpus y su relación con los datos del corpus del español americano

D

Los datos de la tabla 36 muestran una relativa sintonía entre los dos estudios de frecuencias. Si en el del español peninsular se documentaban diez sufijos con cinco o más combinaciones metonímicas, en el de América se han registrado once. Seis de ellos coinciden en ambos estudios, si bien el orden no es exactamente el mismo. Aun así, cabe afirmar que los sufijos -dad, -al, -ar y -ción se muestran muy consistentes en cuanto a su capacidad para crear combinaciones metonímicas, dado que en ambos estudios comparten cuatro de las cinco primeras posiciones. Los restantes cuatro sufijos con cinco o más combinaciones en

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D

R

AF T

el corpus de América que no aparecen en la Tabla 36 son todos sufijos nominales: -ero (6/9), -a (5/19), -ada (5/6) y -ario (5/5). Llama especialmente la atención la escasa productividad del sufijo -e en el corpus del español de América, que activa una única combinación metonímica ACCIÓN POR ABSTRACCIÓN, con seis entradas. Este mismo sufijo activaba cinco combinaciones en el español europeo, si bien con apenas ocho entradas en total. A este respecto la Nueva gramática de la lengua española (2009: 371) señala que el rendimiento de los derivados en -a, -e y -o «es hoy algo mayor en el español americano que en el europeo». Esto se refleja, efectivamente, tanto en el caso de -a como de -o, para los que el número de combinaciones metonímicas es claramente superior en los textos de la variante americana (-a, 2/13 vs. 5/9; -o, 5/35 vs. 7/58). Por el contrario, -e activa únicamente una combinación metonímica en el corpus americano, frente a las cinco del europeo. Acaso la explicación para esta descompensación en los datos se deba precisamente a la escasa frecuencia de la mayoría de estas cinco combinaciones en el español peninsular, de modo que tres de ellas se registran en una sola ocasión: ACCIÓN POR AGENTE, ACCIÓN POR INSTRUMENTO y ACCIÓN POR UBICACIÓN. En ambos corpus la combinación más común activada por -e es ACCIÓN POR ABSTRACCIÓN, lo que habla en favor de que la diferencia entre ambos estudios es posiblemente más contextual que causada por marcadas diferencias diatópicas, como podría parecer a primera vista. Un caso similar, si bien menos radical, sería el del sufijo -izar, dado que los tres patrones que se documentan en el corpus del español peninsular y no en el americano registran una única entrada: AGENTE POR ACCIÓN, PRODUCTO POR ACCIÓN y UBICACIÓN POR ACCIÓN. El resto de los sufijos presenta datos bastante similares entre los dos corpus.

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______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

En cuanto al caso contrario, es decir, aquellos sufijos que ocupan una elevada posición en el corpus de América, pero no así en el del español peninsular, llama la atención el sufijo -ero, indudable número uno en el inventario del español pero que en el corpus del español peninsular apenas registraba cuatro combinaciones distintas. En el español de América tampoco se asocia a un gran número de combinaciones, siendo la cifra total de seis, entre ellos pelotero, precisamente uno de los pocos americanismos incluidos. Además, entre los dos textos se documentan apenas 13 entradas con -ero, lo que, tratándose del sufijo supuestamente más productivo del español, no hace sino confirmar nuestra tesis de que una cosa es la capacidad teórica de una lengua para formar combinaciones y patrones metonímicos y otra muy distinta puede ser la frecuencia real de aparición de estos en los textos, tanto en cuanto a los tipos como al número de entradas. Otro sufijo interesante sería el nominal -ario, dado que apenas se registraba una única entrada en el corpus de España por las cinco (correspondientes a cinco patrones distintos) del español de América. Nuevamente, el hecho de que solo se registre una entrada por cada combinación parece restarle relevancia a las diferencias que, desde una perspectiva estadística, sí parecerían evidenciar rasgos distintivos muy marcados de carácter diatópico. El siguiente tema sobre el que queremos arrojar luz se refiere a la productividad de las combinaciones asociadas a cada sufijo, ya que, como advirtiéramos en el caso del español peninsular, es común que algunos sufijos con gran presencia en el corpus presenten escasa productividad respecto al número de combinaciones metonímicas que pueden activar.

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Frecuencias España

Sufijo

Entradas / Combinaciones 83/3 109/6 31/2 21/2 39/4 19/2 35/5 7/1 13/2 11/2

Entradas / Combinaciones 109/3 75/8 12/1 11/4 41/4 12/2 12/1 58/7 19/5 14/2

Entradas por combinación 36,3 (1º) 9,4 (5º) 12 (2º) 2,8 (25º) 10,3 (4º) 6 (8º) 12 (2º) 8,3 (6º) 3,8 (17º) 7 (7º)

AF T

-ado (adj.) -ción -nte (adj.) -ncia -mente -miento -o -oso -a -ble

Entradas por combinación 27,7 (1º) 18,2 (2º) 15,5 (3º) 10,5 (4º) 9,8 (5º) 9,5 (6º) 7 (7º) 7 (8º) 6,5 (9º) 5,5 (10º)

Frecuencias América

Tabla 37. Los diez sufijos asociados a un mayor número de entradas por combinación metonímica en el corpus del español peninsular en comparación con el corpus del español americano

D

R

A pesar de que el orden de los sufijos mostrados en la tabla 37 no sea el mismo, ocho de los diez sufijos más productivos respecto al número de combinaciones y de entradas coinciden, lo que, en nuestra opinión, deja constancia de la elevada semejanza entre ambos estudios. Esto se ve además reforzado por el hecho de que, en ambos estudios, el sufijo con combinaciones metonímicas más productivas sea el sufijo adjetival -ado. La mayor divergencia se refiere, sin dudas, al sufijo -ncia, el cual casi cuadruplica la cifra de entradas documentadas por cada combinación metonímica en el corpus del español peninsular. Solo dos sufijos de este top diez americano no aparecen en la Tabla 37. El primero es -ia, el cual, sin embargo, muestra una de las cifras más estables entre los dos estudios: 5/1 en el español de América y 6/1 en el de América, por lo que no hace sino reafirmar el relativo equilibrio en los datos. El segundo sufijo con fuerte productividad en el español de América, pero que no

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______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

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aparece entre los diez primeros sufijos del español peninsular, es el adjetival -ano, el cual coincide en el número de combinaciones metonímicas en ambos estudios (2), pero no así en la presencia de estas en los textos, dado que para el español peninsular apenas registra cinco entradas por las doce del español de América. Para este caso ofrecemos una respuesta sencilla que depende directamente del contenido de los textos: en varios de los fragmentos analizados se hace referencia, a través del adjetivo relacional, al país o la zona de América de origen del texto, de modo que se documentan hasta ocho entradas de esta naturaleza creadas mediante el sufijo -ano: americano, centroamericano, colombiano, cubano, mexicano, dominicano y venezolano (en dos ocasiones). En el caso del corpus español, solo se documenta un adjetivo relacionado con una región de España: toledano. Así, la mayor tendencia a situar geográficamente alguno de los temas tratados en el corpus de América, a diferencia del español peninsular, explicaría el desequilibrio respecto al sufijo -ano. Además, recordamos que uno de los pocos americanismos registrados en el corpus de América se forma, precisamente, con este sufijo: interiorano. Dirijamos nuestra atención ahora a los patrones metonímicos. Un primer dato ya adelantado es que en el corpus del español americano se registran cinco patrones metonímicos más (67) que en el del español peninsular (62). Sin embargo, esto no significa, en ningún caso, que ambos estudios coincidan en estos 62 patrones y que el español de América simplemente documente otros cinco más, sino que en este último corpus se registran veinte patrones que no lo hacían en el del español peninsular. En la mayoría de los casos se trata de un único sufijo activando este patrón con, además, una única entrada en el corpus; en otras palabras, estamos ante casos más bien aislados. Sin embargo, se registran cinco patrones

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Patrones metonímicos

ABSTRACCIÓN ACCIÓN UBICACIÓN ENTIDAD

CARACTERÍSTICA ABSTRACCIÓN

CARACTERÍSTICA CARACTERÍSTICA ABSTRACCIÓN

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CARACTERÍSTICA

META

Frecuencias España

Combinaciones / Entradas 17/66 14/184 9/19 8/18 7/52 7/14 6/119 5/10 5/6

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FUENTE

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metonímicos asociados a dos combinaciones metonímicas, dos de ellos con tres entradas en el corpus: PACIENTE POR AGENTE, POSEÍDO POR POSESOR, ACCIÓN POR TIEMPO, CONTENIDO POR CONTENEDOR y GRUPO POR GRUPO. En el corpus español, por tanto, se documentan quince patrones metonímicos ausentes del corpus americano. Nuevamente son mayoritariamente casos aislados; tan solo tres de ellos registran dos combinaciones metonímicas distintas: ABSTRACCIÓN POR AGENTE, AGENTE POR ACCIÓN y SUCESO POR CARACTERÍSTICA. En cualquier caso, no creemos que se pueda considerar que una o dos combinaciones metonímicas en un corpus de 700 palabras sea una diferencia sustancial que señale con claridad diferencias de naturaleza diatópica. En cuanto a los patrones metonímicos más frecuentes atestiguados en los corpus, estos se hallan expuestos en la Tabla 38.

ACCIÓN

SUCESO

ACCIÓN

CARACTERÍSTICA

ACCIÓN

INSTRUMENTO

ACCIÓN

UBICACIÓN

Frecuencias América

Posición 1º 2º 3º 4º 5º 6º 7º 8º 9º

Combinaciones / Entradas 12/53 13/142 12/33 4/6 9/44 9/17 6/141 2/5 6/8

Tabla 38. Patrones metonímicos asociados a cinco o más combinaciones metonímicas en el corpus del español peninsular, su frecuencia en el corpus y su relación con los datos del corpus del español americano

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Posición 2º 1º 3º 14º 4º 5º 6º 21º 7º

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En el caso de los patrones metonímicos, parece que los datos extraídos de los dos grupos de textos presentan aún mayor equilibrio que en el caso de los sufijos. De hecho, con apenas un par de discordancias, los primeros siete patrones del estudio del español peninsular se corresponden con los del español americano, incluido su orden en la escala que refleja el número de combinaciones registradas. Estos desequilibrios se refieren al orden de los dos primeros patrones y, ante todo, a la presencia de dos patrones muy frecuentes en los textos españoles que, por el contrario, son poco habituales en los del español de América: ENTIDAD POR CARACTERÍSTICA y ACCIÓN POR INSTRUMENTO. Por desgracia, un análisis más detallado de los datos no parece arrojar más luz a este respecto y, por tanto, no nos atrevemos a aportar ninguna explicación para esta vacilación. Por otra parte, los otros dos patrones con cinco o más combinaciones en el corpus americano que no aparecen recogidos en la Tabla 38 (ABSTRACCIÓN POR ENTIDAD y ACCIÓN POR PACIENTE) no muestran diferencias radicales entre los datos obtenidos del corpus del español peninsular. ABSTRACCIÓN POR ENTIDAD cuenta con cinco combinaciones y siete entradas en los textos americanos y con tres combinaciones y cinco entradas en los textos del español peninsular. ACCIÓN POR PACIENTE registra unas cifras muy similares para los dos corpus: cinco combinaciones y seis entradas en el corpus americano y tres combinaciones y cinco entradas en el español peninsular. Si bien el grado de coincidencia entre los dos corpus es similar en los datos relativos a los sufijos y a los patrones metonímicos, consideramos que el hecho de que el orden relativo de estos últimos presente una tendencia más estable que el de los sufijos habla en favor de que los

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Patrones metonímicos

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patrones metonímicos muestran mayor equilibrio. En cualquier caso, las divergencias entre los dos análisis de frecuencias parecen deberse mayoritariamente a la presencia o ausencia en los corpus de combinaciones metonímicas poco significativas, relacionadas con pocas entradas y, de forma muy esporádica, a diferencias de naturaleza diatópica. En lo relativo a los patrones de clases de palabras, en la Tabla 39 se exponen las cifras relativas a los dos estudios de frecuencias.

FUENTE

META

verbo sustantivo sustantivo adj. calificativo sustantivo sustantivo

sustantivo adj. relacional sustantivo sustantivo adj. calificativo verbo

Frecuencias España

Combinaciones / Entradas 50/263 29/87 25 / 32 15 / 61 13 / 27 11 / 36

Frecuencias América

Posición 1º 2º 3º 4º 5º 6º

Combinaciones / Entradas 54 / 242 26 / 80 35 / 44 13 / 50 8 / 23 11 / 40

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Tabla 39. Patrones de clases de palabras asociados a diez o más combinaciones metonímicas en el corpus del español peninsular, su frecuencia en el corpus y su relación con los datos del corpus del español de América

La Tabla 39 muestra con claridad el equilibrio entre los datos obtenidos de los textos correspondientes a las dos variantes del español. Los primeros seis puestos están ocupados por los mismos patrones de clases de palabras y, si bien es cierto que el orden no se corresponde exactamente, las divergencias en este nivel son ciertamente leves. Para cerrar este apartado dedicado al estudio del español de América, cabría afirmar que, a grandes rasgo,

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Posición 1º 3º 2º 4º 6º 5º

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ambos corpus reflejan configuraciones metonímicas similares y que las diferencias entre ellas se deben, principalmente, a ligeras variantes de poco peso en cuanto a su número y, en muy raras ocasiones, a diferencias causadas por el tipo de variante diatópica.

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Capítulo 7. Neologismos y patrones metonímicos del español peninsular 7.1. Introducción

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Este séptimo capítulo de la presente obra trata de arrojar luz sobre los procesos de formación de palabras mediante sufijación que se hallan activos en el español contemporáneo, es decir, se encarga del estudio de la metonimia en la formación de neologismos mediante sufijación. Un primer paso necesario consistiría en aclarar qué se entiende por neología y neologismo. La Real Academia define neología como el «Proceso de formación de neologismos» o como el «Estudio de los neologismos»44; por otra parte, neologismo, en su principal definición, sería «Vocablo, acepción o giro nuevo en una lengua»45. Estas citas parecen apuntar a una concepción clara y unívoca de estos términos; sin embargo, uno de los mayores especialistas españoles en el tema, Alvar Ezquerra (2005: 3), reconoce que nos hallamos ante un elemento sobre el que resulta «difícil decir qué es» y que además está «lleno de contradicciones». Así, en su opinión, «no es suficiente decir que se trata de una palabra nueva, pues de ser así, o de serlo solamente así, los neologismos no existirían desde un punto de vista estricto, ya que [...] el neologismo no sería nuevo desde el momento en que comenzáramos a emplearlo» (Alvar Ezquerra 2005: 3). De ahí que el autor español hable más bien de «neologismos actuales», dado 44 De acuerdo a la definición del Diccionario de la Lengua Española, http://lema.rae.es/drae/, voz «neología»; 02/08/2014. 45 De acuerdo a la definición del Diccionario de la Lengua Española, http://lema.rae.es/drae/, voz «neologismo»; 02/08/2014.

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que, desde cierta perspectiva, neologismos serían «todas las palabras de la lengua consideradas en su perspectiva histórica» (Alvar Ezquerra 2005: 3). Si nos centramos ahora en las razones que provocan la aparición de neologismos en una lengua, la mayoría de especialistas lo entienden como una necesidad causada por la aparición de nuevos conceptos a los que debemos referirnos de alguna forma. Así, por ejemplo, Guerrero Ramos (2010: 7) lo explica con estas palabras: «Ante las nuevas realidades de cada día, la lengua solo tiene una salida: incorporar un elemento léxico en su sistema que dé cuenta de cada concepto». En una línea de pensamiento muy similar, Quesada Vargas (2009: 58) afirma que el neologismo nace de la «necesidad apremiante» de la lengua por la que tiene que «adaptarse a las nuevas realidades de la vida cotidiana y la sociedad contemporánea, que requieren ser nominadas». Esa «necesidad apremiante» con la que se renueva el vocabulario de una lengua se produciría, en palabras de Nazar y Vidal (2008: 1), a un ritmo «vertiginoso». Por su parte, Alvar Ezquerra (2008: 11) señala que los neologismos sirven «[p]ara renovar el léxico, para cubrir los puestos que quedan vacantes [y] para dar cuenta de las nuevas necesidades designativas». Además, nos llama la atención sobre el hecho de que los neologismos no siempre vendrían forzados por las realidades que de forma constante se presentan en nuestra vida, sino que existe otra razón frecuentemente pasada por alto: la causa subjetiva, es decir, «la necesidad expresiva que siente el hablante» (Alvar Ezquerra, 2007: 13). Por otra parte, aunque no existe consenso absoluto sobre el tema, los neologismos no harían peligrar la esencia de una lengua, sino todo lo contrario, ya que, como señala Giménez Eguíbar (2009: 143), estaríamos ante «una de las principales manifestaciones de la vitalidad de una lengua».

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Además, resulta necesario decir que no todos los neologismos son objeto de nuestro estudio. Alvar Ezquerra (2008: 11) habla de cuatro tipos, de acuerdo al procedimiento mediante el que se crean: «la revitalización, la creación onomatopéyica, la incorporación de voces ajenas y la formación de palabras nuevas»; precisamente serían algunos de los subtipos de este último elemento, la nuevas palabras formadas mediante sufijación, el objeto de nuestra investigación en este capítulo 7. Uno de los mayores inconvenientes de hacer un análisis como este reside en cómo «detectar» los neologismos de una lengua. Para evitar tener que realizar nosotros mismos esta compleja labor, nuestro análisis se ha llevado a cabo sobre el vaciado de neologismos del español realizado por el Observatori de Neologia46 a partir de un corpus compuesto, principalmente, por textos procedentes de prensa escrita, si bien algunas de las entradas provienen de «textos escritos espontáneos» y de «textos orales». De entre los distintos criterios de acuerdo a los que los distintos especialistas deciden si una palabra es o no un neologismo, el Observatori de Neologia (2004: 3) sigue el llamado «criterio lexicográfico»; este consiste en aceptar como neologismo toda unidad que no figure en ninguno de los «repertorios lexicográficos de referencia», lo que, en el caso concreto del Observatori de Neologia, significa que incluyen todas aquellas palabras que no se documentan ni en el Diccionario de la lengua española dirigido por Batanner (Barcelona: Spes Editorial, 2001), ni en la versión electrónica del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Este criterio lexicográfico tiene la gran ventaja de ser claro y sistemático. Sin embargo, no es ajeno a las críticas, ya que el hecho de que una voz no se halle recogida en los 46

cfr. http://www.iula.upf.edu/obneo/obpreses.htm; 02/08/2014.

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diccionarios no significa que realmente sea nueva. Así, existe gran número de vocablos que no se encuentran en los diccionarios de referencia porque su lugar sería más bien la enciclopedia o los diccionarios técnicos y especializados.47 Alvar Ezquerra (2007: 12), en esta línea de razonamiento, apunta a otro tipo de variedades que el criterio lexicográfico no tiene en cuenta: «Ningún diccionario puede recoger la totalidad de las manifestaciones léxicas de la lengua, pues debería alcanzar unas dimensiones panfásicas, panestráticas y pantópicas que son imposibles de lograr». Así, estas variedades se excluyen voluntariamente de los diccionarios y, por tanto, sería un error considerar estos vocablos neologismos. A causa de las deficiencias propias del criterio lexicográfico, Domènech Bagaria (2008: 23) propone otro, el «cognitivo», que se basaría en «la percepción de novedad que tiene un hablante respecto a una unidad de su lengua». Sin duda, se trataría de un criterio a tener en cuenta; sin embargo, el Observatori renuncia explícitamente a él por tratarse de un sistema «difícilmente objetivable» y depender del «conocimiento lingüístico y enciclopédico del hablante, su nivel sociocultural o el contexto comunicativo» (idem). Una última dificultad con la que hay que lidiar a la hora de decidir qué puede o no ser considerado neologismo serían las nuevas formaciones de «carácter estilístico», que «al ser creaciones de carácter individual, por lo general, realizadas en situaciones muy concretas, tienen una escasa trascendencia, y raramente se repiten entre los materiales que empleo, lo que prueba su carácter de efímeros» (Alvar 47 Un estudio clarificador a este respecto, ya que pone en evidencia las diferencias existentes entre las entradas de distintos diccionarios generalistas en relación con terminología especializada, en este caso en dos diccionarios español-checo y otros dos español-eslovaco, lo encontramos en Reichwalderová (2009).

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Ezquerra, 2007: 15). Estas muestras creativas o ingeniosas se encuentran con gran frecuencia en el estilo periodístico, por lo que son un foco de problemas especialmente para trabajos como el nuestro, basado en el análisis de palabras procedentes, en su gran mayoría, de textos periodísticos. Sin embargo, y aunque se trate de voces de naturaleza efímera, consideramos que el hecho de que muestren una tendencia a crearse mediante ciertos sufijos (y no mediante otros) y a activar ciertas combinaciones metonímicas (y no otras) sí nos señalaría una diferencia de relevancia entre formas productivas y no productivas. 7.2. Metodología del análisis

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Si pasamos a aclarar en detalle la metodología seguida durante nuestro estudio, el primer dato de interés sería que hemos analizado un total de 500 neologismos formados por sufijación y recogidos por el Observatori de Neologia durante 2010 (el más actual, puesto que se recogen palabras desde 2004 a 2010). Para acceder al listado del Banco de neologismos del Observatori de Neologia empleamos el sencillo buscador habilitado en la página web del Centro Virtual Cervantes.48 A continuación, aclaramos el modo en que rellenamos los campos de la búsqueda avanzada para tener acceso al listado completo de neologismos que se hallan en consonancia con la metodología de nuestro proyecto de estudio de la formación de palabras mediante sufijación: · Campo «Neologismos en»: Español · Campo «Del año»: 2010

cfr. http://cvc.cervantes.es/lengua/banco_neologismos/; 02/08/2014. 48

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· Campo «Neologismo»: (este campo se dejaba en blanco) · Campo «Categoría gramatical»: (este campo se dejaba en blanco) · Campo «Tipo de neologismo»: Formado por sufijación · Campo «Aspectos tipográficos»: (este campo se dejaba en blanco) · Campo «Fuente»: (para este campo no se escogía ninguna fuente concreta de entre las propuestas)

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El resultado al realizar la búsqueda fue un listado compuesto por 2.829 entradas, mostradas en grupos de diez y ordenadas alfabéticamente. El siguiente paso fue descartar aquellas palabras que procedieran de publicaciones hispanoamericanas, dado que este trabajo se limita al estudio de los neologismos en el español peninsular. A continuación, se anotaban distintas infor maciones, especialmente el número de veces que se documentaba en el listado y si existía alguna marca tipográfica (si la palabra en el texto original se hallaba entrecomillada o marcada en cursiva). A pesar de que el buscador incluye el contexto donde se halla el neologismo, este se reduce a unas cuantas líneas, de modo que, en numerosas ocasiones, nos vimos obligados a buscar la fuente original completa en Internet, para tratar de comprender así el significado exacto de la voz en un contexto determinado. Sin embargo, algunas de las palabras tuvieron que ser excluidas de nuestro corpus de 500 neologismos a causa, precisamente, de la imposibilidad de comprender la semántica exacta, ya fuera porque el texto original no nos aportaba información suficiente o, en la mayoría de las ocasiones, porque este no se hallaba accesible en la red. Estas dificultades fueron, sin embargo, esporádicas y afectaron a un número muy reducido de voces. Mucho

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más relevantes para nuestro estudio son algunas cuestiones relacionadas con los principios metodológicos. Así, el Observatori de Neologia (2004: 12) coincide con una de las premisas fundamentales de nuestro estudio propuestas en el punto 5.2., dado que no toma en consideración «[...] los procesos de formación de aumentativos, diminutivos [y] superlativos»; sin embargo, entra en conflicto con nuestra metodología al descartar los adverbios acabados en -mente, dada su «potencialidad derivativa casi ilimitada», excepto en aquellos casos de lexicalización. Por el contrario, en nuestros estudios de inventario y de frecuencias las formaciones en -mente sí fueron tenidas en cuenta. Además, la cuestión no es, en ningún caso, tan sencilla, dado que entre las 500 palabras analizadas se hallan tres formas en -mente (desquiciantemente, distanciadamente e interterritorialmente), incluidas en el Banco muy probablemente no tanto por hallarse lexicalizadas como por presentar bases poco comunes (que no necesariamente neológicas, dado que la entrada interterritorial sí se recoge en el DRAE). En este caso concreto, hemos decidido aceptar estas tres palabras para el estudio, ya que consideramos que muestran muy probablemente fenómenos de neología frente a otros muchos adverbios en -mente que sí se incluyen en el diccionario de la Academia, como sería el caso, por ejemplo, de hábilmente, comúnmente o tranquilamente. Es probable que la aceptación para el Banco de estos adverbios se deba a cambios en la metodología ocurridos desde la aparición en 2004 del manual Metodología del trabajo en neología, tal y como ya había ocurrido en varias ocasiones desde su creación en 1988, dado que, como señala el propio Observatori de Neologia (2004: 1): «[...] la metodología de trabajo se ha ido refinando progresivamente a medida que se detectaban cuestiones problemáticas o

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que aparecían situaciones nuevas». Otra dificultad específica de este estudio ha venido dada por la inclusión de variantes diatópicas dentro del español peninsular. Así, varias palabras que aparecen en el listado de neologismos parecen ser voces de uso común pero exclusivo de alguna región española. A pesar de ello, nosotros las hemos aceptado para esta investigación, ya que si a nuestro análisis de la formación de palabras le sumáramos el estudio de la etimología y procedencia geográfica de los neologismos propuestos por el Obser vatori, nuestra labor habría sido prácticamente irrealizable. El alcance de esta problemática se ve, en cierta medida, incrementado a causa de que gran parte de las publicaciones periódicas de las que se sirve el Observatori para el vaciado de neologismos son periódicos locales (o ediciones locales de periódicos nacionales): El Adelantado de Segovia, Noticias de Álava, El correo digital (Sección Vizcaya), Diario de Jerez, La Vanguardia, La Opinión de Málaga, Diario Vasco o El Sur. Hasta aquí, como ha sido indicado, hemos seguido al pie de la letra, en la medida de las posibilidades, los principios metodológicos propuestos por el Observatori, aceptando, consecuentemente, todas las voces del Banco. Sin embargo, en otros casos que consideramos más graves o, al menos, más fácilmente detectables, hemos decidido tomar parte activa y rechazar algunas palabras que, a nuestro parecer, no podían ser tratadas, en ningún caso, como neologismos. Un primer asunto se refiere a los gentilicios, de los cuales, tal y como indica el Observatori de Neologia (2004: 12), «sólo una pequeña parte está recogida en los diccionario». Por ello, en su metodología se afirma que estos no se seleccionarán, «a excepción de los gentilicios compuestos como albanokosovar o hispanofrancés». Sin embargo, en el vaciado de textos de 2010 nos hemos encontrado con un importante número de

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gentilicios de base no compuesta: agredeño, aguilarense, alistano, arevalense, bembibrense, benaventano, bergarés, bovedano, carbajalino, cerrajero, cuellarano, emilianense, espinariego, getafense o granjeño, entre muchos otros. Todos ellos han sido, además, derivados del nombre de pequeñas poblaciones que, por lo que hemos podido comprobar, no son de nueva aparición. Así, y dado que estamos ante un evidente caso de adjetivos gentilicios no presentes en las fuentes lexicográficas precisamente porque estas no consideran oportuno recoger este tipo de voces, hemos decidido no tenerlas en cuenta para nuestro análisis. La única excepción que hemos hecho a este respecto ha sido la voz azerbayano, puesto que se trata del gentilicio de Azerbaiyán, un estado de reciente aparición (1990). Realmente no entendemos a qué se debe esta falta de coherencia entre la metodología propuesta y los neologismos incluidos en el listado. Podría deberse a errores en el vaciado o, tal vez, a cambios en la metodología, que acaso habría quedado obsoleta en los seis años transcurridos desde la publicación del manual.49 Por otra parte, el listado recoge otras palabras que, igualmente, hemos descartado al tratarse, en nuestra opinión, de simples errores cometidos durante el proceso de vaciado sistemático. Sería el caso de algunas erratas en la fuente original que aparentemente han sido consideradas, por error, formas nuevas –como el caso de capitización (por capitalización)–, así como algunos préstamos

Otro elemento problemático y muy frecuente en el listado serían los adjetivos relacionales derivados de nombres de clubes deportivos –y, muy especialmente, de clubes de fútbol– y que, al igual que los gentilicios, no encuentran habitualmente su sitio en las páginas de los diccionarios. En este caso, puesto que son relativamente novedosos –en su mayoría tienen una existencia de varias decenas de años, ya que los clubes de fútbol más antiguos de España cuentan con poco más de un siglo de vida–, los tendremos en cuenta, aunque los trataremos con un cuidado especial. 49

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(batucada) o casos de prefijación (impudorosa). En ciertas (pocas) ocasiones, hemos descartado algunas palabras que efectivamente no aparecen en los diccionarios pero que, una vez buscado su significado, ha quedado claro que no se trata de neologismos, sino de términos técnicos, en su mayoría pertenecientes a la tauromaquia o a elementos de las procesiones de Semana Santa. En aquellos casos en que nos ha parecido evidente que se trata de un tecnicismo, las palabras no han sido tenidas en cuenta. Por tanto, cabe afirmar que para este trabajo nos hemos servido parcialmente del criterio de tipo «cognitivo» mencionado por Domènech Bagaria (2008: 23). Además, hemos descartado una voz procedente de un comentario de un lector publicado en la página web de un periódico y que, por tanto, no formaba parte del cuerpo del artículo. Un último elemento que queremos comentar antes de pasar al desglose de la información obtenida del análisis de los 500 neologismo del español peninsular se refiere a los sufijos verbales. El Observatori (2004: 12) acepta como derivados sufijales, en consonancia con nuestra propia metodología, aquellas palabras derivadas mediante los sufijos -izar, -ear e -ificar. Sin embargo, a diferencia de nosotros, considera que -ar, -er e -ir no son morfemas derivativos, sino tan solo morfemas flexivos y, consecuentemente, los neologismos terminados en -ar, -er e -ir son clasificados en el apartado conversión.50 Dado que nosotros en este proyecto, y de acuerdo a las propuestas de Janda (2010; 2011), sí aceptamos -ar como sufijo derivativo y -er e -ir como sus variantes, en nuestro corpus

50 A pesar de que nuestras obras de referencia –tanto el DESE como la Nueva gramática de la lengua española y Rainer (1993)– acepten estas formas como sufijos derivativos, la perspectiva adoptada por el Observatori no es novedosa: ideas similares pueden ser leídas en varios autores como, a modo de ejemplo, en las publicaciones del gramático generativo Danielle Corbin (cfr. Stehlík 2013: 153).

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de 500 neologismos se han añadido los derivados verbales incluidos en el apartado conversión del Banco de neologismos. A pesar de las cribas que hemos realizado sobre los datos del Banco, reconocemos que hemos aceptado la inmensa mayoría de los neologismos procedentes de textos españoles propuestos por el Observatori de Neologia. Tras nuestra experiencia investigadora con el Banco de neologismos, consideramos que se trata de una herramienta muy meritoria y útil para investigaciones como la presente. Sin embargo, creemos que sería necesario cierto perfeccionamiento en el volcado como, de hecho, el propio Observatori reconoce en su página web: «Actualmente, en OBNEO trabaja en la aplicación de filtros que completen el criterio lexicográfico y que permitan distinguir unidades más o menos neológicas dentro del conjunto de unidades consideradas neológicas desde el punto de vista lexicográfico».51 7.3. Resultados del análisis de neologismos

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Una vez analizados los 500 neologismos formados mediante sufijación,52 tomados del Banco de neologismos, se documentó un total de 55 sufijos, 55 patrones metonímicos y 15 patrones de clases de palabras que activan un total de 151 combinaciones metonímicas diferentes. En la Tabla 40 podemos observar estos datos en comparación con los de los otros dos estudios del español peninsular.

cfr. http://www.iula.upf.edu/obneo/metodes.htm; 02/09/2014. Una versión preliminar de este estudio, basada en el análisis de 150 neologismos, apareció en Gutiérrez Rubio (2013b). 51 52

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______________________Metonimia y derivación sufijal en español Tipo de análisis

Número total de combinaciones metonímicas

Número de patrones metonímicos

Número de patrones de clases de palabras

Número de sufijos

EXTENSIVO

466

103

26

113

CONSERVADOR

344

81

20

107

DE FRECUENCIAS

168

62

16

68

NEOLOGISMOS

151

55

15

54

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Tabla 40. Datos del inventario general de la derivación sufijal en comparación con los estudios de frecuencias y neologismos (español peninsular)

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Si bien es cierto que los datos de la Tabla 40 no pueden compararse directamente, dadas las divergencias metodológicas, sí llama la atención las relativamente elevadas cifras del estudio de neologismos: con 200 entradas menos que el estudio de frecuencias, registra apenas siete patrones metonímicos (11,3%) y 17 combinaciones metonímicas (10,1%) menos que este. Por otra parte, se observa una mayor diferencia en la cifra relativa a los sufijos, ya que en este caso el estudio de frecuencias documenta 14 sufijos más que el de neologismos, es decir, un 20,6% superior. Estos primeros datos parecen apuntar a que, aunque son menos los sufijos empleados para crear nuevas palabras vía sufijación, su capacidad metonímica es más elevada. Al igual que en los otros tipos de estudio expuestos en los capítulos anteriores, en el caso de los neologismos se han documentado varios sufijos inéditos respecto al estudio de inventario. En total se han registrado ocho de estos sufijos: -alizar (el verbo externalizar), -ble (que aquí deriva sustantivos con la semántica del paciente que sufre una acción: lapidable y masticable), -ense (boquense, sustantivo

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que denota al hincha del club de fútbol argentino Boca Juniors), -eo (con un total de cinco entradas, como SUCESO y ABSTRACCIÓN: famoseo, botelleo, merdelloneo, croqueteo y aventureo), -és (hongkonés, sustantivo que denota al habitante de Hong Kong), -ing (para denominar un deporte o una actividad: edredoning), -izaje (el sustantivo abstracto emprendizaje) e -izante (el adjetivo calificativo abstraizante). A diferencia de los sufijos inéditos en el inventario pero documentados en el estudio de frecuencias del español peninsular (e incluso en el de América), varios de los sufijos aquí recogidos no se reducen a simples extensiones de la semántica ya incluida en el inventario. Es cierto que -ble, -ense y -és se consideran nuevos porque no ejercen ya de sufijos adjetivales, sino nominales, de manera paralela a los sufijos del estudio de frecuencias del corpus de España -ano, -ico, -iva, -ol y -udo. Además de estos, en el estudio de neologismos se documentan tres sufijos novedosos porque suponen la suma de dos sufijos del inventario, es decir, se registra el salto de un estadio intermedio en la formación de palabras. Así, externalizar no es explicable como la derivación de la palabra *external a través del sufijo -izar. Lo mismo ocurre con emprendizaje y abstraizante como derivados de los inexistentes verbo *emprendizar y *abstraizar. Por tanto, en el corpus se registra cierta tendencia, si bien no demasiado desarrollada (apenas supone el 0,6% del total de neologismos registrados) a crear nuevas voces a través de sufijos anteriormente inexistentes, formados de la suma de dos sufijos comunes. Se trataría de un proceso similar a casos generalizados en el español contemporáneo, como el del sufijo -ería, que aun siendo el «resultado originariamente de la integración de -ero e -ía, se desvincula hoy día de los derivados en -ero en algunos de sus usos» (Real Academia Española 2009: 434). Sería el caso de cristalería como

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conjunto de cristales, no ya de cristaleros (Real Academia Española 2009: 489). De hecho, se dan supuestos, como en la palabra hamburguesería, en el que la existencia de un hipotético paso intermedio *hamburguesero sería más que discutible (si bien, claro está, en la enorme capacidad de generar nuevas voces de una lengua, cabría considerar este sustantivo aceptable para el hablante).53 Un tercer y último tipo de sufijo inédito se refiere a aquellos que son absolutamente novedosos respecto al inventario. El primero de ellos sería -eo, el cual no aparece recogido en la Nueva gramática de la lengua española y, por tanto, tampoco en nuestro estudio de inventario; sin embargo, sí lo hace en otras fuentes de referencia, como el Diccionario etimológico de los sufijos españoles y de los otros elementos finales (DESE) o Rainer (1993). Su origen parece estar en la frecuente combinación del sufijo deverbal -o asociado a formas verbales en -ear; tan usual que se documentada hasta en tres ocasiones en nuestro estudio de frecuencias del español peninsular: empleo, petardeo y veraneo. Se trata de acciones generalmente iterativas o durativas, en consonancia con la propia semántica asociada a los verbos en -ear. Sin embargo, para Pharies (2002: 222–223) parece justificado considerar -eo un sufijo independiente, dada su capacidad para crear sustantivos con base en verbos no terminados en -ear, según el modelo gradeo, esquileo, manipuleo o titileo. En este sentido, llama poderosamente la atención la poca frecuencia de

En este sentido, Stehlík (2013: 153–154) nos remite a autores –concretamente a Corbin, de nuevo– que no estarían de acuerdo con esta perspectiva, puesto que, en su opinión, «la fase intermedia no atestiguada no es relevante, ya que en la lengua en cuanto sistema, las palabras posibles (no existentes, pero perfectamente imaginables a partir de las formaciones análogas) deberían tener el mismo estatuto que las palabras existentes [...]».

53

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D

R

AF T

estas voces deverbales propuestas por Pahries,54 así como el hecho de que todas las palabras en -eo recogidas en nuestro estudio del Banco de neologismos sean denominales: famoseo, botelleo, merdelloneo, croqueteo y aventureo (con base en los sustantivos famoso, botella, merdellón, croqueta y aventura, respectivamente). A este respecto, Pharies (2002: 223) afirma que, efectivamente, existen derivados nominales en -eo, como dedeo, tandeo, tarjeteo, expedienteo, monitoreo, nonamedeo y artisteo –estos tres últimos serían neologismos tomados de Rainer (1993: 621)–, derivados de dedo, tanda, tarjeta, expediente, monitor, nómada y artista, respectivamente. Es cierto que, como afirma Rainer (1993: 621), todos estos ejemplos podrían hipotéticamente considerarse derivados en -o del sufijo verbal más productivo -ear, como los poco probables dedear o tandear. De hecho, en nuestra condición de hablantes nativos, hipotéticas formas verbales como botellear, merdellonear o aventurear nos parecen demasiado forzadas (no tanto así famosear o croquetear). Por todo ello, ejemplos como botelleo, merdelloneo o aventureo parecen reforzar la teoría de que -eo debe ser considerado un sufijo independiente en el español contemporáneo, lo que además quedaría refrendado por su relativamente elevado número de entradas en el corpus: el 1% del total de neologismos estudiados. La segunda novedad absoluta es -ing. Este sufijo procedente de la lengua inglesa habría pasado a ser productivo por analogía con el gran número de préstamos ingleses con este sufijo que se han introducido en español en las últimas décadas. Sin embargo, no se incluye ni en la Se trata de algunos de los ejemplos más claros de entre los 21 propuestos por Lüdtke (cfr. Jens Lüdtke (1978): Prädikative Nominalisierungen mit Suffixen im Französischen, Katalanischen und Spanischen, ZRPh Beiheft, 166, Tubinga: Niemeyer, 301, en Pharies 2002: 222– 223). 54

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______________________Metonimia y derivación sufijal en español

Nueva gramática de la lengua española, ni en Rainer (1993) o el DESE. El sufijo -ing sí tiene una entrada en la obra Relaciones morfoléxicas sufijales del español. Concretamente se habla de 15 entradas –12 denominales y 3 deverbales–, de entre las 134.109 voces tomadas de diccionarios (no de corpus textuales), presentadas con estas palabras:

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Sufijo que relaciona principalmente sustantivos con otros sustantivos. Indica «deporte» –puenting–, acción realizada con un instrumento –caravaning– o en algún lugar –sanfermining. La relación se establece al unir la terminación a la raíz: goma → gom-ing, la relación es siempre regular (Santana Suárez, Carreras Riudavets, Pérez Aguiar y Rodríguez Rodríguez 2003: 39–40).

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Reconocemos que se trata de un sufijo controvertido, dado su carácter coloquial o popular. Sin embargo, creemos que era necesario incluirlo en esta lista dado su relativo establecimiento en la lengua española actual, con voces ya asentadas como puenting, si bien la RAE no lo incluye en su diccionario y el Diccionario panhispánico de dudas, de hecho, la tacha directamente de incorrecta, recomendando el uso del término puentismo frente a la «forma híbrida» puenting.55 Además, hemos decidido incluir edredoning entre las voces objeto de análisis, la única palabra documentada en el Banco de neologismos con el sufijo -ing, dado que no se trata de un neologismo creativo del autor del artículo –quien, por otra parte, la marca entre comillas–, sino que tiene una difusión relativamente elevada en el español peninsular contemporáneo.56 Sí hemos descartado de nuestro análisis otras tres De acuerdo a la definición del Diccionario panhispánico de dudas, lema.rae.es/dpd/, voz «puentismo»; 02/08/2014. 56 Cuenta con 55.800 entradas en el buscador google.com; 26/09/2014. 55

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palabras con sufijos novedosos que aparecían en el Banco de neologismos: -mancia (crucigramancia), -itis (ambicionitis) y -ator/-eitor (controleitor). El primero, a causa de tratarse de un sufijoide griego, elemento que, en consonancia con la metodología de Janda, hemos excluido de nuestro análsis. En cuanto a -itis, ha quedado fuera al tratarse, nuevamente, de un sufijoide clásico, si bien, como podemos observar con este ejemplo, el sufijo está tomando en los últimos tiempos una nueva vida con una semántica mediante la que se denominan enfermedades ficticias y que, como nos señala Pharies (2002: 364), se emplea «irónica y lúdicamente», como en los ejemplos: gandulitis, mieditis, sindineritis. En cuanto a controleitor, se trata nuevamente de la adopción de un sufijo inglés: -ator. Este procedería, a su vez, del latino -tor -ōris, sí conservado en español, en la forma -tor. A diferencia de -ing, el sufijo -ator (en el caso concreto documentado en el corpus con adaptación a la grafía española de la pronunciación aproximada del inglés: -eitor) serviría para crear términos irónicos o humorísticos de carácter creativo y generalmente efímero, muy posiblemente según el modelo del personaje de ficción Terminator, sin que ninguna voz parezca haberse asentado en el español peninsular, al menos, de momento. Si dejamos a un lado el tema de los sufijos inéditos en el inventario y pasamos al análisis de las combinaciones y patrones metonímicos, en nuestro corpus de neologismos se han registrado 151 combinaciones, lo que supone una media de 3,3 palabras por combinación. Si confrontamos este dato con el 4,2 de media del estudio de frecuencias, cabe concluir que la sufijación neológica es más productiva que la general. Como en los estudios anteriores, es necesario señalar que esta cifra media no está compensada, ya que hay combinaciones enormemente productivas, mientras que otras presentan un número de

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Sufijo

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patrones y de entradas muy escaso. En este sentido, la frecuencia más elevada corresponde al sufijo -ismo (53 entradas), el patrón metonímico ACCIÓN POR CARACTERÍSTICA (73 entradas) y la combinación de un sustantivo como FUENTE y un sustantivo como META (133 entradas). Estos datos muestran variaciones de gran consideración respecto a los otros estudios. Es el momento de estudiar en detalle los datos obtenidos para los tres tipos de estudios, es decir, el inventario (estudio extensivo), el de frecuencias del español peninsular y el de neologismos. Los sufijos más frecuentes en los tres estudios se muestran en la Tabla 41. Neologismos

-ista (sust.)

Combinaciones / Entradas 10/47

-ero (adj.)

9/14

-ista (adj.)

8/48

-ismo

7/53

Frecuencias

Inventario

Posición.

Combinac.

Posic.



Combinaciones / Entradas 6/6



12





2/2

33º

8

13º



3/3

21º

4

37º

29º

Posición

13



7/11



4/4

15º

24



6/10



3/5

20º

16



5/22



2/5

29º

3

46º

-izar

5/13



5/9



10



-al (adj.)

5/6



9/28



8

13º

-ear

5/6

9

4/4

15º

13



-ístico

5/5

11º

1/1

44º

4

42º

-ero (sust.) -ada

D

-ano (adj.)

R



2/5

Tabla 41. Sufijos asociados a cinco o más combinaciones metonímicas en el corpus de neologismos, su frecuencia en el corpus y su relación con los datos del estudio de frecuencias y del inventario

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AF T

Las cifras de la Tabla 41 muestran un marcado desequilibrio entre los datos relativos a los neologismos y los del corpus general del español peninsular. Así, aproximadamente la mitad de los sufijos más frecuentes entre los neologismos son muy poco productivos en el estudio de frecuencias: cinco de ellos no se hallan entre los veinte primeros. El único sufijo con un comportamiento similar es -izar, que ocupa las posiciones octava y novena, respectivamente. Llama la atención, por el contrario, los desajustes observados entre los sufijos deadjetivales: -ero (2º vs. 33º), -ista (3º vs. 21º), -ano (7º vs. 29º) e -ístico (11º vs. 44º); además, el sufijo deadjetival más productivo del estudio de frecuencias muestra una relativa pérdida de capacidad para crear neologismos: -al (9º vs. 2º). Por otra parte, entre los sufijos denominales destaca la falta de equilibrio de -ismo (4º vs. 29º). Además, y aunque no se recoja en la Tabla 41, hay tres sufijos muy productivos en el corpus de frecuencias que no se registran ni en una sola ocasión en el de neologismos: los denominales -ado (6º), -e (10º) y -al (13º). Estos datos, por tanto, parecen señalar que, frente a la tendencia mayoritaria a los procesos de formación que activen METAS sustantivas observada en el corpus de frecuencias del español peninsular, el de neologismos se decanta por los procesos adjetivales. Volviendo a la Tabla 41, en ella se observa que las posiciones relativas de los sufijos en el estudio de neologismos están más cercanas a las del inventario que a las del corpus de frecuencias, lo que nos sorprende enormemente, dado que, a priori, cabría esperar mayor coherencia entre los datos de dos estudios realizados a partir de textos reales. Antes de seguir, querríamos referirnos a algunos sufijos especialmente productivos en la creación neológica del español peninsular. Uno de ellos sería -ada, que duplica las cifras obtenidas en el estudio de frecuencias, y eso

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a pesar de que el corpus de neología cuente con tan solo 500 entradas. No es solo remarcable la elevada frecuencia con que aparece en el Banco de neologismos, sino que, además, de las seis combinaciones registradas cuatro son novedosas sobre los otros dos estudios, destacando tres con la meta SUCESO: motorada, calbotada, chistorrada, ostionada, pancetada, mortadelada y paellada. También destaca la formación de sustantivos abstractos mediante el sufijo -ismo, que muestra una enorme productividad en el Banco de neologismos, si bien en todos los casos, y a diferencia de -ada, se trata de combinaciones incluidas en el inventario.57 Mención aparte merecen cuatro sufijos adjetivales: -ero, -ista, -ano e -ístico. Todos ellos presentan un número de combinaciones metonímicas mayor que el máximo previsto en el estudio extensivo del inventario, lo que confirma que la capacidad de estos sufijos adjetivales para activar procesos sufijales metonímicos es mucho mayor de lo esperado a priori. Por otra parte, y al igual que hiciéramos con anterioridad, vamos a observar qué sufijos aprovechan mejor sus recursos, es decir, cuáles registran gran presencia en el corpus en relación con el número de combinaciones metonímicas que activan, tal y como se muestra en la Tabla 42.

abertzalismo, alavesismo, autocaravanismo, barcelonismo, baskonismo, berlusconismo, bizarrismo, bonaparteismo, buenismo, cadismo, cainismo, campsismo, camusismo, carroñerismo, columnismo, contorsionismo, crucigramismo, digitalismo, dilmismo, dunguismo, energumenismo, escaqueismo, esclavismo, euroescepticismo, felipismo, filologismo, forofismo, frentismo, frikismo, gilismo, hembrismo, chabacanismo, chavismo, kemalismo, keynesianismo, kirchnerismo, laportismo, lepenismo, levantinismo, macarthismo, madridismo, malaguismo, melodramatismo, mendilismo, mesetarismo, mileurismo, multilateralismo, municipalismo, negacionismo, nietzscheísmo, occitanismo, oenegeísmo y osasunismo.

57

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-ción -ble -dad -dor (adj.) -dor (sust.) -ismo -ista (adj.) -ado (adj.) -nte (adj.) -miento

Número de entradas

40 19 24 12 21 53 48 23 17 11

Combinaciones metonímicas

Entradas por combinación

2 1 2 1 2 7 8 4 3 2

20 19 12 12 10,5 7,6 6 5,8 5,7 5,5

Posiciones Neología 1º 2º 3º 4º 5º 6º 7º 8º 9º 10º

Tabla 42. Los diez sufijos asociados a un mayor número de entradas por combinación metonímica en el corpus de neologismos en relación con su posición en el corpus de frecuencias del español peninsular

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R

A diferencia de los datos de la Tabla 41 sobre los sufijos asociados a una mayor cantidad de combinaciones metonímicas, en el caso de la relación entre el número de entradas y el de combinaciones que es capaz de activar, observamos que las diferencias son mucho menos drásticas. De hecho, las primeras tres posiciones se sitúan en ambos corpus en niveles relativamente altos (entre los once primeros) y tan solo hay dos sufijos en la tabla que registren posiciones marcadamente bajas en el estudio de frecuencias; se trata de los sufijos -ismo e -ista (adj.), ya comentados brevemente con anterioridad. Esto indicaría que, aunque los sufijos empleados para la formación de palabras mediante sufijación en general no coinciden con los involucrados en la de neologismos, sí comparten sufijos que activan gran número de combinaciones

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Frecuencias 2º 10º 11º 16º 12º 24º 40º 1º 3º 6º

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Sufijo

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Patrones metonímicos

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metonímicas. El mejor ejemplo de esta tendencia sería el sufijo -ción, ya comentado en detalle en el análisis de los datos mostrados en la Tabla 27. Al igual que ocurriera en el caso del estudio de frecuencias (cfr. tablas Tablas 29 y 30), llama la atención que tan solo dos sufijos (en este caso los ya citados -ista (adj.) e -ismo) estén incluidos tanto en la Tabla 40 como en la 41; esto reforzaría la idea de que una gran capacidad a la hora de crear combinaciones metonímicas no supone necesariamente que estas sean frecuentes en los textos. Dejando a un lado la cuestión de los sufijos, nos centramos ahora en el análisis de los patrones metonímicos registrados en el Banco de neologismos y los ponemos en relación con el estudio de frecuencias e inventario, tal y como puede observarse en la Tabla 43.

META

ENTIDAD

CARACTERÍSTICA

ABSTRACCIÓN

CARACTERÍSTICA

GRUPO ACCIÓN ACCIÓN UBICACIÓN

CARACTERÍSTICA

CARACTERÍSTICA ABSTRACCIÓN

CARACTERÍSTICA ABSTRACCIÓN

D

CARACTERÍSTICA

Comb. / Entr. 11/47 10/29 9/23 8/73 8/54 8/14 5/34 5/5 4/31 4/6 4/6

R

FUENTE

Neologismos

SUCESO

CARACTERÍSTICA

ENTIDAD

ABSTRACCIÓN

ENTIDAD

GRUPO

UBICACIÓN

ABSTRACCIÓN

Pos. 1º 2º 3º 4º 5º 6º 7º 8º 9º 10º 10º

Frecuencias

Comb. / Entr. 8/18 17/66 3/4 6/119 14/184 9/19 7/52 2/2 6/2 3/3 2/2

Inventario

Pos.

Comb.

Pos.

4º 1º 16º 7º 2º 3º 5º 27º 21º 17º 27º

27 16 4 11 22 32 16 7 11 17 4

2º 7º 32º 11º 3º 1º 6º 18º 11º 5º 32º

Tabla 43. Patrones metonímicos asociados a cuatro o más combinaciones metonímicas en el corpus de neologismos, su frecuencia en el corpus y su relación con los datos del estudio de frecuencias y del inventario

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AF T

Un primer dato que nos llama poderosamente la atención se refiere a la clara especificidad de las METAS: la sufijación neológica en español peninsular activa preeminentemente procesos metonímicos con METAS CARACTERÍSTICA y ABSTRACCIÓN y, entre estas, se decanta claramente por CARACTERÍSTICA, que ocupa los cuatro primeros puestos (además del sexto y el octavo) en cuanto al número de combinaciones metonímicas. Es cierto que estos dos tipos de METAS ya eran los más frecuentes en el estudio de frecuencias del español peninsular, si bien en aquel caso se incluían otras tres METAS en la segunda mitad de la escala (cfr. Tabla 31): SUCESO (6º), INSTRUMENTO (9º) y UBICACIÓN (10º). En el caso del corpus de neologismos, se documenta apenas una META que no sea CARACTERÍSTICA o ABSTRACCIÓN: la META GRUPO, pero con apenas cuatro combinaciones y seis entradas (10º). Por otra parte, en el estudio de frecuencias, la meta CARACTERÍSTICA (puestos 1º, 3º, 4º y 7º) presentaba cierta preferencia sobre ABSTRACCIÓN (2º y 5º), si bien esta preponderancia no era tan marcada como en el caso de la derivación sufijal neológica. Respecto a las FUENTES, sin embargo, destacan ligeramente ENTIDAD, ACCIÓN y UBICACIÓN, pero la variedad es mucho mayor que respecto a las METAS, lo que marca, en cierta medida, una diferencia con los datos aportados por el estudio de frecuencias del español peninsular: en este parecía haber cierta prevalencia de la FUENTE ACCIÓN, que ocupaba cinco de los diez primeros puestos (cfr. Tabla 31). Así, la formación de neologismos por sufijación del español muestra una clara tendencia a una mayor especialización respecto a las METAS que respecto a las FUENTES. En cuanto a la tercera entrada de la lista, el patrón GRUPO POR CARACTERÍSTICA, sorprende que presente el triple de patrones entre los neologismos de los aparecidos

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en el estudio de frecuencias –a pesar de contar el corpus con 200 entradas menos– y más del doble que en el inventario. Hay que reconocer que esta cifra se ve en cierta medida «inflada» por el elevado número de ejemplos en que, en el Banco, se documenta un adjetivo (relacional) con base en un club deportivo (sustantivo que consideramos GRUPO), del tipo: F. C. Aguilar > aguilarense, F. C. Boca Juniors > boquense, F. C. Aranda > arandino, C. B. Ademar > ademarista, F. C. Alavés > alavesista, etc. Si bien los clubes deportivos suponen más de la mitad de las entradas asociadas a este patrón metonímico, también se documentan sustantivos derivados de partidos políticos (panista) y de grupos musicales (beatleriano), así como de varios sustantivos colectivos (clánico, cuartetero o clientelar, entre otros). Por tanto, aun descontando los nombres derivados de clubes deportivos, estaríamos ante seis combinaciones metonímicas distintas del patrón GRUPO POR CARACTERÍSTICA expresadas mediante seis sufijos deadjetivales: -al, -ano, -ero, -ico, -ista y -oso. Otros patrones metonímicos que dan muestra de una elevada productividad en el corpus de neologismos frente a una escasa frecuencia en los dos estudios anteriores serían SUCESO POR CARACTERÍSTICA (p.ej. Mundial (de fútbol) > mundialístico o (Festival de) Eurovisión > eurovisivo), ENTIDAD POR ABSTRACCIÓN (p.ej. Felipe (González) > felipismo o (Franciso) Camps > campsismo) y UBICACIÓN POR ABSTRACCIÓN (pej. banquillo > banquillazo o bilbaíno > bilbainada). Estas combinaciones, al ocupar un lugar mucho más elevado en la escala de los neologismos que en el estudio general,58 parecen apuntar con claridad a Junto a otras no reflejadas en la tabla, como las siguientes: POSEÍDO (p. ej. bicicleta > bicicletero o BMW > bemeuvista), que cuenta con tres combinaciones (y tres entradas), pero que no se documentaba en absoluto en el corpus de frecuencias; LÍDER POR ENTIDAD (p. ej. Berlusconi > berlusconiano o Aguirre > aguirrista), que registra dos 58

POR POSESOR

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tendencias muy vivas y productivas en la sufijación española. Por otra parte, los datos de la Tabla 43 señalan que, a diferencia de lo afirmado anteriormente respecto a la capacidad de activar combinaciones metonímicas de los sufijos, las posiciones relativas del estudio de frecuencias y del inventario se hallan aproximadamente a la «misma distancia» en relación con los datos del estudio de neologismo. De hecho, respecto a los primeros siete patrones, las diferencias entre el estudio de frecuencias y el de neologismos muestran un equilibrio sorprendente tras la confirmación de las enormes diferencias registradas en el caso de los sufijos (cfr. Tabla 42). Las divergencias más marcadas entre los primeros puestos de la escala se refieren al patrón GRUPO POR CARACTERÍSTICA, mucho más productivo en la neología. En cualquier caso, los últimos escalones (del 8º al 10º) son marcadamente menos frecuentes en el estudio de frecuencias (entre las posiciones 17º y 27º). La situación respecto al estudio de inventario no es muy distinta, siendo de nuevo el patrón GRUPO POR CARACTERÍSTICA el que más destaca por su falta de equivalencia, ya que el tercer patrón en neología ocupa en el inventario la posición 32º. Un último dato a este respecto se refiere al patrón ENTIDAD POR GRUPO, el cual, como ya comentáramos con anterioridad, sería teóricamente muy productivo en español, con hasta 17 combinaciones en el inventario, si bien, la mayoría de ellas presentaban un carácter arcaico que las relegó, en el estudio de frecuencias, hasta la

combinaciones y 16 entradas, por una única entrada en el corpus de frecuencias; o GRUPO POR ENTIDAD (p. ej. F. C. Boca (Juniors) > boquense o F. C. Cádiz > cadista), con tres combinaciones y 16 entradas por, de nuevo, una única entrada en el corpus de frecuencias; en este último caso, estaríamos de nuevo ante el efecto de la elevada frecuencia de clubes deportivos en el corpus.

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decimoséptima posición, con apenas tres entradas. Sin embargo, las seis entradas y cuatro combinaciones del estudio de neologismos (charnegada, aparataje, cartelería, guarderío, merdellonerio y novillería con los sufijos -ada, -aje, -ería e -ía), que la sitúan en la décima posición, vendrían a relativizar, al menos en parte, la escasa vitalidad en el español actual anteriormente anunciada para este patrón. En cuanto al tema de los patrones y combinaciones metonímicos que se han registrado en el corpus de neologismos, pero no habían sido previstos en el inventario, destaca el patrón MATERIAL POR SUCESO, el cual –mediante una entrada con el sufijo -eo (croqueteo) y cinco con -ada (calbotada, chistorrada, ostionada, pancetada y mortadelada)– denomina una fiesta en la que se consume algún tipo concreto de comida. Algo parecido ocurre con PRODUCTO POR SUCESO, donde primero se cocina un plato que luego servirá de comida a los participantes del evento o fiesta (es el caso de paellada). También se documentan por primera vez, si bien con una única entrada cada uno, los patrones MATERIAL POR CAMBIO DE ESTADO (epitelizar) y SUCESO POR ABSTRACCIÓN (el ya comentado aventureo). Si incluimos las combinaciones relativas a los sufijos nuevos, comentadas anteriormente, en total se trata de 49 combinaciones metonímicas inéditas en el inventario (con un total de 75 entradas), lo que supone un 10,5% del total de combinaciones del inventario (466). Consideramos estas cifras muy relevantes, primero, porque suponen un mayor número tanto en cuanto a las combinaciones como a las entradas respecto al estudio de frecuencias del español (41 y 59, respectivamente), lo que, teniendo en cuenta que el corpus se compone de 500 y no de 700 palabras, supone una cifra relativamente alta. Además, si contamos con 151 combinaciones neológicas y 49 de ellas son inéditas, estaríamos ante un nada despreciable 32,4%

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de combinaciones nuevas, es decir, que prácticamente una de cada tres combinaciones registradas en el Banco de neologismos no venía reflejada en las páginas de la Nueva gramática de la lengua española. Por otra parte, y con escasas excepciones como en el ya comentado patrón MATERIAL POR SUCESO, la inmensa mayoría de las combinaciones presenta una única entrada, de modo que hay una media de 1,5 entradas por combinación inédita, frente a 4,17 para las combinaciones que sí se habían registrado en el inventario. Por otra parte, entre los neologismos se documentan apenas 15 combinaciones metonímicas (once sufijos y 18 entradas) pertenecientes exclusivamente a la variante extensiva del inventario, de modo que, de las 122 combinaciones metonímicas que se incluían únicamente en esta versión del inventario, el 12,3% siguen muy vivas en el español peninsular contemporáneo. Este dato, que acaso pudiera parecer secundario, tiene su importancia por dos motivos. Primero, porque este porcentaje es (sorprendentemente) mayor que en el caso del estudio de frecuencias, dado que sus apenas diez combinaciones registradas (con quince entradas y siete sufijos) suponían el 8,2% de las combinaciones del total asociado en exclusiva al estudio extensivo. Segundo, porque el hecho de que se trate de neologismos, nos señala que estamos ante combinaciones que, aunque puedan ser poco frecuentes en la lengua, son, sin ningún género de dudas, productivas y, por tanto, que deberían salir de la lista de combinaciones marginales exclusivas del estudio extensivo. Entre los sufijos destaca -ar, el cual, a la luz de los datos, parece haber sido subestimado por el inventario respecto a su capacidad productiva, algo ya observado en el estudio de frecuencias, donde sumaba tres combinaciones metonímicas y seis entradas. Además del sufijo -ar, especialmente activo en el patrón AGENTE POR

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cabría destacar la combinación SUCESO (sustantivo) POR ENTIDAD (sustantivo) activada mediante el sufijo nominal -ista, con dos entradas (crucerista y maratonista). Las otras trece combinaciones metonímicas del estudio de neologismos que en el inventario aparecían bajo la etiqueta del estudio extensivo presentan una única entrada en el corpus. Un último dato se refiere a aquellos elementos que sí se registran en el corpus de neologismos, pero no lo habían hecho en el de frecuencias. En concreto se trata de doce sufijos (incluyendo siete de los ocho que no se incluían en el inventario, dado que ambos estudios de corpus coinciden en el nominal -ble), 18 patrones metonímicos y 26 combinaciones metonímicas, que cuentan en total con 48 entradas en el Banco de neologismos. Otra comparación necesaria entre los tres estudios, mostrada en la Tabla 44, se refiere a los patrones de clases de palabras.

FUENTE

META

sustantivo adj. relacional sustantivo verbo adj. calificativo adj. calificativo

D

sustantivo sustantivo verbo sustantivo sustantivo verbo

Neologismos

R

Patrones metonímicos

AF T

ACCIÓN,

Comb. / Entr. 44/133 35/104 17/87 13/24 12/14 10/76

Frecuencias

Pos. 1º 2º 3º 4º 5º 6º

Comb. / Entr. 25/32 29/87 50/263 11/36 13/27 8/134

Inventario

Pos.

Comb.

Pos.

3º 2º 1º 6º 5º 7º

114 73 125 28 35 21

2º 3º 1º 5º 4º 7º

Tabla 44. Patrones de clases de palabras asociados a diez o más combinaciones metonímicas en el corpus de neologismos, su frecuencia en el corpus y su relación con los datos del estudio de frecuencias y del inventario

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La Tabla 44 evidencia poca descompensación entre las posiciones, dado que seis de los siete primeros patrones coinciden en los tres estudios, siendo además los tres primeros siempre los mismos, si bien hay divergencia en cuanto al orden. Quizá la novedad más destacada se refiera a la primera posición en el estudio de neología que, con bastante claridad, es la activada entre dos sustantivos. Esto no deja de ser sorprendente, dado que, como habíamos comentado con anterioridad a la luz de los datos de la Tabla 43, CARACTERÍSTICA era la META predominante entre los patrones metonímicos. Esta aparente anomalía podría explicarse por la existencia de dos clases de palabras que expresan CARACTERÍSTICA (adjetivo calificativo y adjetivo relacional). Por otra parte, el patrón que no aparece en la Tabla 44, pero sí se documenta entre las seis primeras posiciones del inventario y del estudio de frecuencias del español peninsular, es el que se activa entre un adjetivo calificativo y un sustantivo; puesto que este patrón ocupa el séptimo lugar en la escala del estudio de neologismos, esta diferencia no parece ser excesivamente relevante. Por otra parte, la tendencia parece encaminarse a la formación de palabras mediante procesos denominales, en primer lugar, seguidos de los deverbales, quedando los deadjetivales en posiciones de menor importancia; estas ocupan, de hecho, prácticamente todo el resto de posiciones que no aparecen especificados en la Tabla 44: 7º, 8º, 9º, 10º, 11º y 13º. Para cerrar este capítulo, cabría concluir que, en general, existe un equilibrio bastante elevado entre los distintos estudios respecto a los patrones de clases de palabras, donde tres combinaciones dominan con claridad sobre el resto: sustantivo-sustantivo, sustantivo-adjetivo relacional y verbo-sustantivo.

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8. Conclusiones finales

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La investigación de carácter multidimensional que hemos presentado a lo largo de este libro pretende suponer un paso significativo hacia una mayor comprensión de los mecanismos que dirigen los procesos de formación de palabras mediante sufijación, tanto en la lengua española en general (en sus dos variantes, europea y americana) como entre los neologismos, es decir, poniendo el acento en los procesos más productivos del español peninsular actual. La metodología del análisis se basa en las propuestas de Janda (2010; 2011), de acuerdo con la cual los procesos de formación de palabras pueden entenderse –y, consecuentemente, analizarse de un modo sistemático– como procesos metonímicos en los que «[...] the source corresponds to the source word that the derivation is based on, the context for the metonymic relationship is the affix, and the target is the concept associated with the derived word» (Janda 2011: 360). Sin embargo, somos conscientes de que este análisis puede ser, desde un punto de vista teórico y metodológico, discutible. Son varios los autores que, aun entre las filas de la lingüística cognitiva, han advertido, incluso de forma explícita,59 sobre el peligro que supone sobregeneralizar la influencia que la metonimia conceptual ejerce sobre los procesos de formación de palabras. Nosotros, a pesar de ello, coincidimos con Janda (2011: 359) en que este tipo de análisis «[...] yields a better, more insightful classification than traditional descriptions of wordformation». Así, incluso en el supuesto de que hubiéramos cfr. Langacker (2000: 201), Panther y Thornburg (2001: 157), Panther y Thornburg (2003: 287) o, más recientemente y de forma mucho más específica, Brdar y Brdar-Szabó (2014). 59

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sobregeneralizado la capacidad de los sufijos para activar combinaciones metonímicas, creemos firmemente en que la diversidad y sistematicidad de los análisis planteados, unidas a una base teórica firme y clara respecto a las FUENTES y METAS propuestas –adaptas por Janda de Peirsman y Geeraerts (2006)– nos ha permitido profundizar, como en pocos trabajos anteriores, en el estudio de la naturaleza de los procesos de formación de palabras en español. Así, a diferencia de las obras tradicionales de carácter descriptivo, nuestro análisis logra aportar, mediante la gran cantidad de datos propuestos, las principales tendencias de los procesos sufijales en las distintas variantes del español. Sin mayores preámbulos, pasamos ya a recapitular las conclusiones más significativas que cabe extraer del análisis sistemático de los capítulos dedicados a la sufijación de la Nueva gramática de la lengua española, así como de otras 1.900 palabras repartidas en tres corpus: español peninsular (700), español de América (700) y neologismos del español peninsular (500). Mediante esta diversidad de estudios, se ha tratado de mostrar una panorámica lo más completa posible del fenómeno de la formación de palabras mediante sufijación en la lengua española. El primer estudio, el denominado inventario (cfr. cap. 5), estaba basado en el análisis de los ejemplos presentes en las algo más de 300 páginas que conforman los cinco capítulos (cap. 5–9) que la Nueva gramática de la lengua española le dedica a la sufijación en español. El análisis detallado del material al que acabamos de referirnos sacó a la luz 113 sufijos, 98 patrones metonímicos y 26 patrones de clases de palabras distintos, conformando un total de 466 combinaciones metonímicas en español peninsular. Si atendiéramos tan solo a los casos más claros y descar táramos los discutibles, es decir, dentro del denominado estudio conservador, el número de combinaciones se vería

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reducido hasta las 344. Para tratar de entender la naturaleza de las relaciones metonímicas que se activan con mayor frecuencia en la lengua española contemporánea, y no limitarnos tan solo a las posibilidades teóricas o hipotéticas del sistema español, consideramos necesario realizar varios estudios de frecuencias basados en datos extraídos de textos reales. Para el primero de los estudios de frecuencias (cfr. cap. 6.2.), analizamos 700 palabras extraídas de forma aleatoria de decenas de textos de español contemporáneo peninsular, accesibles a través del corpus de la Real Academia CREA. Un segundo estudio de frecuencias (cfr. cap. 6.3.), similar en cuanto a su metodología, tomaba las 700 palabras objeto de análisis de textos pertenecientes a la variante americana del español. Un último estudio de frecuencias (cfr. cap. 7) se circunscribía exclusivamente a las voces neológicas del español peninsular, si bien en este caso había diferencias metodológicas de consideración, tanto en relación al número de palabras analizadas, como al modo en que estas se obtuvieron, no ya del CREA, sino del Banco de neologismos del Observatori de Neologia. Las primeras consideraciones se referirán a los tres estudios del español peninsular. Si observamos, en primer lugar, los datos obtenidos del inventario para los sufijos más productivos, en términos de capacidad para activar combinaciones metonímicas en español, la tendencia sería marcadamente clara en favor de sufijos asociados a procesos con META sustantiva: entre los diez primeros puestos encontramos ocho nominales (-ero, -ada, -ado, -ario, -ismo, -ista, -nte y -erío) y apenas dos verbales (-ear e -izar); por su parte, los primeros sufijos adjetivales serían -al y -ero, que compartirían la decimotercera posición. Los datos relativos al estudio de frecuencias del español peninsular muestran un importante desequilibrio respecto

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a los obtenidos para el inventario: tan solo uno de los cinco sufijos más productivos del inventario (-ado) se halla entre los más frecuentes del estudio de frecuencias (cfr. Tablas 4, 5, 6 y 29). Los otros cuatro sufijos del top cinco del inventario desempeñan un papel mucho menos relevante en el estudio de frecuencias. Por otra parte, entre los diez sufijos con valores más elevados del estudio de frecuencias se hallan seis denominales, dos verbales y dos adjetivales que, además, ocupan la segunda y la tercera posición más elevadas. Cabe afirmar, por tanto, que la sufijación adjetival está mucho más presente en los textos reales que en el inventario. Por último, en el caso de la formación neológica parece evidenciarse que la tendencia mayoritaria a los procesos de formación que activen METAS sustantivas observada en los otros dos estudios no se mantiene, de modo que la mayoría de los sufijos más productivos son adjetivales (5 de 11, cfr. Tabla 41). En este sentido, el desequilibrio observado respecto a la productividad de los sufijos entre el estudio de frecuencias y el de neologismos es tan importante que, de hecho, ocurre algo a priori inesperado: las posiciones relativas de los sufijos más productivos en el estudio de neologismos están más cercanas a las del inventario que a las del corpus de frecuencias. A pesar de lo señalado hasta aquí, la productividad de sufijos denominales en la actualidad no debe ser subestimada, dado que estos ocupan la primera, cuarta, quinta y sexta posiciones del ranquin del estudio de neologismos. Otro dato interesante a este respecto es que varios sufijos presentan un mayor número de combinaciones metonímicas en los estudios de corpus que en el del inventario, lo que confirmaría que algunos sufijos muestran, en los textos reales, mayor capacidad a la hora de activar relaciones metonímicas de lo que habría cabido, en principio, esperar.

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En cuanto a los patrones metonímicos, de los datos del inventario llamaba nuestra atención la posición privilegiada de dos de ellos: UBICACIÓN POR CARACTERÍSTICA y ENTIDAD POR GRUPO, primero y quinto en cuanto al número de combinaciones metonímicas, respectivamente (cfr. Tablas 9, 10 y 11). Esta elevada situación en el ranquin nos parecía digna de un estudio más detallado, dado que gran parte de los ejemplos registrados parecían a priori poco frecuentes, e incluso claramente arcaicos, y, por tanto, era de esperar que se mostraran como patrones poco productivos en el español contemporáneo. Si nos fijamos, en primer lugar, en ENTIDAD POR GRUPO, esta sensación se vio, efectivamente, refrendada por su menor presencia en el estudio de frecuencias del español peninsular, de modo que este patrón se situaba doce escalones por debajo del ocupado en el inventario, pasando de la quinta a la decimoséptima posición. Así, ENTIDAD POR GRUPO documentaba apenas tres entradas, creadas mediante tres sufijos diferentes: patronal, humanidad y nobleza. Sin embargo, el hecho de que -eza no se contara entre los 17 sufijos asociados a este patrón metonímico en el inventario nos hizo sospechar que, a pesar de la escasa presencia en el corpus español europeo de este patrón metonímico, quizá no estuviera abocado a ocupar un lugar marginal en la lengua española actual. Esto sería posteriormente confirmado por el estudio de neologismos, donde registraba (en un número inferior de palabras analizadas) cuatro combinaciones y seis entradas, de modo que retomaba una posición relevante, alcanzando el décimo puesto y mostrando con claridad que no cabe hablar, en ningún caso, de patrón poco activo en el español contemporáneo, sino más bien de tendencia a activar este proceso mediante un menor número de sufijos productivos en la actualidad. En cuanto a UBICACIÓN POR CARACTERÍSTICA, y de

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acuerdo a los datos del inventario, este patrón era el que presentaba, con diferencia, una mayor capacidad para activar combinaciones metonímicas distintas, a causa de la enorme cantidad de sufijos que, en español, se ven implicados en la formación de gentilicios (cfr. Tabla 10). A pesar de las dudas que nos despertaban varios de los ejemplos que habían motivado las 32 combinaciones metonímicas asociadas a este patrón, este se mantiene con claridad entre los más elevados en el estudio de frecuencias del español peninsular, ocupando el tercer puesto, si bien solo se documentan nueve de las 32 combinaciones hipotéticamente activables. Algo similar ocurre en el estudio de neologismos, dado que sus ocho combinaciones y catorce entradas documentadas lo dejaban a tan solo tres del patrón más productivo y lo situaban en la sexta posición, sin duda enmarcado entre los patrones más comunes tanto en la dimensión hipotética como en los corpus general y de neologismos del español peninsular. Este patrón más productivo en el estudio de neologismos al que acabamos de hacer referencia es ENTIDAD POR CARACTERÍSTICA y sobresale, sin duda, por tratarse del patrón más constante en los tres estudios: ocupaba la segunda posición del inventario y la cuarta del estudio de frecuencias. Otros patrones muy estables a lo largo de todas las dimensiones analizadas serían ACCIÓN POR ABSTRACCIÓN y UBICACIÓN POR CARACTERÍSTICA (cfr. Tabla 43). Así, a pesar de los notables desequilibrios documentados para los tres estudios, debemos resaltar que existen ciertas tendencias comunes respecto a los patrones metonímicos. Dado que la enorme divergencia entre los datos relativos a los sufijos en los tres estudios se ve, en gran medida, reducida respecto a los patrones metonímicos, cabría afirmar que en los distintos niveles de la lengua española (sistema, frecuencia de uso y capacidad para

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crear nuevas palabras) se activan patrones metonímicos similares, posiblemente por tratarse de los que mayor demanda tienen por parte de los hablantes, hallándose la mayor diferencia, por lo tanto, en los sufijos mediante los que activamos dichos patrones fuertemente anclados en la lengua española. Aun así, debemos reconocer que entre los neologismos destacan las activaciones de METAS adjetivas, lo que podría responder, en nuestra opinión, a dos causas: por una parte, a una creciente tendencia en el español contemporáneo al uso de adjetivos derivativos; por otra, al empleo de nuevas formaciones de «carácter estilístico», altamente expresivas pero individuales y, por tanto, de escasa o ninguna pervivencia en la lengua. Un estudio mucho más en profundidad de los neologismos adjetivales sería necesario para aclarar este asunto. Cabe, además, destacar algunos patrones muy vivos en la sufijación española, dado que registran mucha mayor productividad en el corpus de neologismos que en el de frecuencias y en el inventario: SUCESO POR CARACTERÍSTICA, ENTIDAD POR ABSTRACCIÓN, UBICACIÓN POR ABSTRACCIÓN y GRUPO POR CARACTERÍSTICA. Por otra parte, los estudios de corpus han demostrado que puede existir un gran desequilibrio entre la capacidad de un determinado sufijo para activar patrones y combinaciones metonímicas y la frecuencia de uso por parte del hablante de los mismos (cfr. Tablas 30 y 42), como ejemplifican claramente los sufijos -ción y -al en el estudio de frecuencias (cfr. Tablas 27 y 28). Otra cuestión que queremos destacar en este capítulo de conclusiones finales se refiere a los sufijos y patrones que se documentan en los estudios basados en corpus y que no lo hacían en el inventario. En la mayoría de los casos, se trata de activaciones nominales de procesos derivativos adjetivales que no habían sido previstas en el inventario, como en los casos de -ano, -ico, -iva, -ol y -udo

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en el corpus del español contemporáneo y de -ble, -ense y -és en el estudio de neologismos. Sin embargo, se registran entre los neologismos cinco sufijos nuevos que no responden a este patrón de sustantivación de adjetivos. Los primeros tres se deben a la integración de dos sufijos, a priori independientes, en uno solo, como en el caso de externalizar, forma que no cabe explicar con base en *external a través del sufijo -izar, sino como derivado de externo mediante el sufijo -alizar. Los otros dos sufijos integrados serían -izaje e -izante. El caso de los otros dos sufijos novedosos es, acaso, el más interesante. Por una parte, tendríamos -eo, que no es considerado un sufijo independiente en la Nueva gramática de la lengua española, pero que con sus cinco entradas significa el 1% del total de neologismos analizados. En nuestra opinión –a causa de ejemplos que ofrecen pocas dudas, como botelleo, merdelloneo o aventureo–, debería ser incluido entre los sufijos derivativos plenos del español peninsular. El segundo de los sufijos sería -ing y, en este caso, habría penetrado en el sistema derivativo español por analogía con el gran número de préstamos del inglés con este sufijo introducidos en español en las últimas décadas. Respecto a los patrones metonímicos no recogidos en el inventario pero sí en el estudio de frecuencias, en total se documentan 41 combinaciones metonímicas (con un total de 59 entradas), lo que supone apenas un 8% del total de combinaciones del inventario (466). Se trata, en más del 75% de los casos, de combinaciones poco frecuentes, ya que se documentan en una única ocasión en el corpus. Por otra parte, si a las 168 combinaciones del estudio de frecuencias les restamos las 41 que no se incluían en el inventario, tan solo coinciden 127 combinaciones en los datos procedentes de los dos estudios, es decir, que tan solo el 27,2% de las combinaciones metonímicas del inventario han sido documentadas en un

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corpus de 700 palabras, lo que juzgamos como una cifra bastante baja. A la luz de los datos cabría afirmar que existe una desviación importante entre las combinaciones del inventario y las documentadas en los textos reales, de modo que podríamos concluir que la gran mayoría de las combinaciones presentadas en la Nueva gramática de la lengua española no son frecuentes en los textos y que, por el contrario, la lengua es mucho más rica de lo mostrado en la Nueva gramática, dado que se pueden documentar con frecuencia combinaciones no reflejadas en el inventario. En cuanto al estudio de neologismos destacamos, por su importante presencia en el corpus, el patrón MATERIAL POR SUCESO que, activado mediante dos sufijos (-eo y -ada), registra seis entradas que denominan una fiesta en la que se consume algún tipo concreto de comida (carne, verdura, etc.). En total, entre los 500 neologismos analizados se han documentado 49 combinaciones metonímicas inéditas en el inventario (que suponen 75 entradas), es decir, el 10,5% del total de combinaciones del inventario (466). Consideramos estas cifras muy relevantes; primero, porque suponen un número considerablemente más elevado, tanto en cuanto a las combinaciones como a las entradas, respecto al estudio de frecuencias del español, en un corpus formado, además, por 200 palabras menos. Además, las 49 combinaciones neológicas inéditas suponen el 32,4% de las 151 documentadas en total en el estudio de neología. Así, y a pesar de que el número de entradas de estas combinaciones inéditas sea de media apenas de 1,5 (frente a las 4,17 de media para las combinaciones que sí se habían registrado en el inventario), consideramos que las divergencias respecto a las combinaciones metonímicas propuestas en el inventario, y ya señaladas para el estudio de frecuencias, se ven claramente ampliadas en el caso de los neologismos. En cuanto a los patrones de clases de palabras, las

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divergencias son, en general, mucho menores que respecto a los sufijos y a los patrones metonímicos. Tres patrones mantienen su prevalencia sobre el resto, si bien se dan ciertas divergencias entre sus posiciones (cfr. Tabla 44); se trata de las activaciones que tienen lugar entre sustantivo y sustantivo; las que a partir de sustantivos crean adjetivos relacionales; y, por último, las deverbales cuya META es un sustantivo. Otro tema interesante sería el del estudio extensivo, es decir, tratar de dar respuesta a la pregunta de si deberían haber sido aceptadas o no en el inventario estas formas, a priori, menos vivas en el español contemporáneo. Los datos a este respecto resultan algo sorprendentes, dado que los once sufijos y las quince combinaciones metonímicas (18 entradas) pertenecientes exclusivamente a la variante extensiva del inventario que se registran en el estudio de neologismos, aun suponiendo tan solo el 12,3% de las 122 del estudio extensivo, suponen un aumento relevante respecto al 8,2% registrado para el estudio de frecuencias: siete sufijos y diez combinaciones (quince entradas). Estas quince combinaciones del estudio de neologismos mostrarían que se trata de formas productivas en la actualidad y, por tanto, que deberían salir de la lista de combinaciones marginales exclusivas del estudio extensivo. Entre los sufijos más subestimados en el inventario destaca -ar por su elevada frecuencia en la activación de combinaciones, tanto en el estudio de neologismos como en el de frecuencias. Por otra parte, los datos relativos al estudio de frecuencias del español de América muestran unas diferencias prácticamente irrelevantes respecto a los del estudio del español europeo. Esto resulta lógico, dado que entre las 700 palabras analizadas apenas se han documentado cuatro americanismos, entendidos estos como palabras o semánticas exclusivas de América o de

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alguna de sus regiones: pelotero, como jugador de béisbol; interiorano, como adjetivo relacional de interior; tetero con el significado de biberón; y distancia, como periodo de tiempo. Este apenas 0,6% de americanismos registrados parece indicar que las diferencias, al menos léxicas, entre las dos variantes del español a nivel culto (los textos que forman el corpus son preeminentemente literarios, periodísticos y científicos) es casi insignificante. Es cierto, sin embargo, que en el corpus americano se documenta un mayor número de sufijos (17 vs. 16), de patrones (67 vs, 62) y de combinaciones (174 vs. 168) que en el del español peninsular. En nuestra opinión, y después del estudio pormenorizado de los datos procedentes de ambos estudios, estas diferencias respecto a las frecuencias de sufijos, patrones y combinaciones metonímicas parecen deberse, mayoritariamente, a la presencia o ausencia en los corpus de combinaciones metonímicas poco significativas, relacionadas con escasas entradas y, de forma muy esporádica, a diferencias que reflejen configuraciones específicas de naturaleza diatópica. Un último conjunto de conclusiones se refiere al análisis comparativo de los datos obtenidos del estudio de inventario del español peninsular respecto a los obtenidos por Janda (2010; 2011) para checo, noruego y ruso. Los datos señalan que las lenguas eslavas tendrían una capacidad muy superior a las románicas y germánicas respecto a la formación de combinaciones metonímicas (si bien, resultaría enormemente esclarecedor a este respecto que el estudio se ampliara a otras lenguas de estas dos últimas familias). Sin embargo, los datos expuestos en la Tabla 17 mostrarían que, respecto al español, esta supremacía no se debe tanto a una mayor capacidad para crear patrones metonímicos por parte de las lenguas eslavas, puesto que en este sentido las tres lenguas muestran unas cifras prácticamente idénticas (110 en ruso, 106 en checo y 103

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en español). La razón parece más bien residir en que en las lenguas eslavas existe un mayor número de sufijos implicados en los procesos de formación de palabras. Por otra parte, el español peninsular presentaría, de acuerdo a los datos aportados por la Nueva gramática de la lengua española, una capacidad para activar conexiones metonímicas mucho más elevada que la del noruego, lengua que, a la luz de los datos aportados, sería relativamente pobre tanto respecto al número de sufijos como a la capacidad de estos para crear combinaciones metonímicas. Entre las divergencias registradas destaca el patrón CARACTERÍSTICA POR ENTIDAD, muy frecuente en los inventarios de checo, noruego y ruso y que, sin embargo, se sitúa en la trigésimo octava posición en español peninsular. La explicación parece residir en que –a diferencia de las lenguas eslavas y, posiblemente, también del noruego– en español la entidad asociada a una característica suele crearse mediante conversión (sustantivación del adjetivo) y no a través de un sufijo. Por otra parte, la presencia de los patrones ACCIÓN POR TIEMPO y de TIEMPO POR ENTIDAD en el inventario del español peninsular vendría a reforzar la teoría, ya propuesta por Janda en su artículo (2011), de que la metonimia en la formación de palabras, además de activar numerosos patrones desconocidos para el nivel léxico, cubre prácticamente todos los patrones de la metonimia léxica. No querríamos concluir este estudio sin subrayar nuevamente el hecho de que, a pesar de todas las dificultades de carácter teórico y metodológico asociadas al mismo, creemos firmemente que las conclusiones presentadas a lo largo de este libro, y resumidas en este capítulo, sacan a la luz algunas de las principales tendencias respecto a los mecanismos conceptuales asociados a la formación de palabras mediante sufijación

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en español, así como que, en general, nos ayudan a comprender algo mejor el funcionamiento de los procesos cognitivos que rigen la formación de palabras en las lenguas.

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Índice de materias

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acortamiento: 19 acrónimo: 19 adjetivo comparativo/superlativo: 53 adquisición de la lengua materna: 44 adverbio comparativo/superlativo: 53 afijo: 18 alomorfo: 21 aproximación: 46 aumentativo: 16, 45, 144 clase de palabra: 12, 18, 52, 61–63, 66, 67, 70–72, 92–95, 121, 127, 128, 136, 148, 165, 166, 168, 176 colectivos: 20, 161 combinación metonímica: 9, 66–70, 77, 78, 83, 87, 88, 90, 92, 108, 109, 111, 112, 113, 115, 116, 119–123, 126–136, 142, 148, 149, 157–165, 168–178, 203, 206, 213 composición: 12, 18, 53 contigüidad: 23–25, 30, 32, 35–37, 41, 42, 45, 47 conversión: 19, 50, 54, 102, 147, 148, 178 criterio formal: 56 criterio cognitivo: 141, 147 criterio lexicográfico: 56, 140, 141, 148 criterio histórico: 56 derivación adjetival: 12, 20, 66, 68, 70, 71, 116, 156, 174 derivación adverbial: 12, 20, 70 derivación apreciativa: 12, 53 derivación nominal: 12–14, 20, 41, 49, 54, 67, 69, 70, 71, 152, 173 derivación verbal: 12, 20, 69–71, 148 diminutivo: 144 dirección de los procesos derivativos: 56 direccionalidad de los patrones metonímicos: 83–85, 99 domain highlighting: 33 domain mapping: 33

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elipsis: 24 estudio conservador: 66, 67, 69, 71, 75, 78, 83, 84, 86, 92, 109, 121, 149, 169 estudio extensivo: 66, 67, 69, 71, 75, 83, 84, 86, 101, 109, 113, 121, 149, 155, 157, 164, 165, 176 expresión lingüística metafórica: 30, 31 expresión lingüística metonímica: 31 figura retórica: 23–25 fraseología: 44 fuente (origen o vehículo): 8, 30, 31, 34, 51–53, 55, 57, 63, 71, 75, 78, 80–83, 92, 93, 97–101, 104, 111, 118, 122, 143, 155, 160, 168 gentilicio: 20, 73, 89, 145, 146, 172 gramática generativa: 23 high-level metonymy: 43 homonimia: 24 inventario de patrones metonímicos: 9, 13, 57, 60, 61, 63– 65, 70, 86–91, 94, 103, 104, 106, 109, 110, 113–123, 125, 126, 128, 131, 144, 149–151, 154, 155–157, 159, 161– 166, 168–178 léxico común o estándar: 63 lingüística cognitiva: 8, 22–24, 26, 27, 30 , 31, 33–35, 41, 45, 46, 59, 167 lingüística estructuralista: 25 marco/frame: 31, 32, 46 matriz de dominios: 33–35 meta (objetivo): 8, 27, 30, 31, 34, 51, 57, 63, 70, 71, 74, 78, 80–83, 92, 93, 97–99, 101, 104, 110, 111, 117, 118, 128, 156, 157, 160, 166, 168, 169, 170, 173, 176 metáfora: 24, 26, 27, 29, 30, 33–35, 42 metaphtonymy: 27 metonimia: 7, 8, 22–38, 41–51, 58, 59, 64, 85, 89, 100, 103–105, 112, 116, 122, 123, 138, 167, 178 modelo cognitivo idealizado/Idealized Cognitive Model (ICM): 31, 32, 35

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neología/neologismo: 9, 19, 45, 57, 138–150, 152–176 nombre de instrumento: 14, 20, 21, 49 nombre de lugar: 14, 20, 21, 49 nombre de acción: 12, 14, 20, 21 nombre de agente: 14, 21, 49, 50 parasíntesis: 12, 53 patrón de clases de palabras: 94, 95, 122, 126, 127, 166, 174 patrón lexicogenésico: 45 patrón metonímico: 61–63, 66, 73–75, 77, 82, 85, 88, 90, 91, 96, 100, 101, 104, 111, 118, 119, 133, 155, 160–164, 171, 172, 175, 178 abstracción por agente: 134 abstracción por característica: 119 abstracción por entidad: 135 acción por abstracción: 172 acción por agente: 130 acción por característica: 66, 155 acción por instrumento: 61, 130, 135 acción por paciente: 135 acción por producto: 119 acción por tiempo: 104, 134, 178 acción por ubicación: 75, 89, 91, 130 agente por acción: 101, 130, 134, 164 agente por producto: 104 agente por ubicación: 64, 65, 101 cambio de estado por abstracción: 62 característica por abstracción: 56, 85 característica por entidad: 90, 101, 178 causa por efecto: 104 consecuencia por antecedente: 104 contenedor por contenido: 36, 38 contenido por contenedor: 80, 134 entidad por abstracción: 65, 161, 173 entidad por característica: 75, 101, 135, 172

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entidad por contenido de la entidad: 50 entidad por entidad adyacente: 36 entidad por grupo: 65, 75, 76, 89, 92, 118, 119, 122, 162, 171 entidad por tiempo: 64, 65 estado por tiempo: 126 estado por ubicación: 100, 101 genérico por específico: 49 grupo por característica: 160–162, 173 grupo por grupo: 134 hiperónimo por hipónimo: 104 hipónimo por hiperónimo: 104 instrumento por agente: 100, 101 material por cambio de estado: 163 material por suceso: 163, 164, 175 objeto por actividad: 50 objeto por material: 37 paciente por agente: 134 parte por todo: 36, 37 participante por evento: 48 poseído por posesor: 134, 161 posesor por poseído: 62 potencial por actual: 104 potencionalidad por actualidad: 43 prenda de vestir por parte del cuerpo: 36 prenda de vestir por persona: 36 producto por acción: 130 producto por agente: 80, 99, 100 producto por suceso: 163 subsuceso por suceso complejo: 104 suceso por abstracción: 163 suceso por característica: 134, 161, 173 tiempo por entidad: 104, 178 ubicación por abstracción: 161, 173 ubicación por acción: 130

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ubicación por agente: 78, 79 ubicación por característica: 73–75, 77, 89, 92, 119, 171, 172 ubicación por parte: 79 ubicación por ubicación: 79 polinimia: 24 prefijación: 12, 18, 53, 146 prototipo: 35, 36, 48, 51 proyección conceptual: 30, 33 reinterpretación: 45 rol semántico: 48 sigla: 19 sinécdoque: 24 source-in-target metonimies: 34 sufijación: 7, 9–12, 18, 19, 44, 55, 57, 60, 65, 69, 70, 72 Sufijos (checo) -áč: 90 -dlo: 81 -ina: 96 -ník: 96 Sufijos (español) -a: 130 -áceo: 53 -ada: 69, 77, 114, 130, 156, 157, 163, 169, 175 -ado: 14, 61, 69, 77, 114, 116, 128, 132, 156, 169, 170 -aje: 163 -al (-ar, -idal, -izal, -azal): 14, 54, 69, 80, 81, 84, 112, 113, 115, 129, 156, 161, 169, 173 -alizar: 149, 174 -ano: 110, 133, 150, 156, 157, 161, 174 -ar (-er, -ir): 93, 121, 129, 147, 164, 176 -ario: 69, 77, 114, 130, 131, 169 -ático: 127 -ato: 14, 65, 127, 128

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-ator (-eitor): 154 -azo: 16, 127 -ble: 149, 150, 165, 174 -ción (-ión,-sión): 21, 54, 55, 62, 111, 112, 116, 128, 129, 159, 173 -dad: 115, 129 -dero: 21, 127 -dor: 21, 110 -dura: 127 -e: 130, 156 -ear: 69, 77, 93, 147, 151, 152, 169 -eco: 127 -ense: 77, 127, 149, 150, 174 -eo: 150–152, 163, 174, 175 -erío: 69, 77, 127, 128, 169 -ero (-era, -icero, -atero, -etero): 21, 46, 69, 77–79, 96, 114, 130, 131, 150, 156, 157, 161, 169 -eza: 118, 171 -fobia: 54 -fobo: 54 -geo: 15 -grafía: 54 -grafo: 54 -ia: 132 -ía: 150, 163 -ico: 110, 115, 120, 128, 150, 161, 174 -ificar: 147 -ífico: 127, 128 -ing: 150, 152–154, 174 -ino: 127 -ío: 66, 127 -ismo: 69, 114, 155–159, 169 -ista: 14, 69, 77, 110, 156–159, 161, 165, 169 -ístico: 156, 157 -iva: 110, 170, 174

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-iza: 128 -izaje: 150, 174 -izante: 150, 174 -izar: 69, 77, 130, 147, 150, 156, 169, 174 -logía: 54 -logo: 54 -mente: 69, 144 -mento: 80, 81, 98 -miento: 21 -móvil: 15 -nauta: 15 -ncia: 126, 132 -nte: 69, 77, 128, 169 -o: 128, 130, 151, 152 -ol: 110, 150, 174 -oso: 128, 161 -polis: 15 -udo: 110, 128, 150, 174 -ucho: 61, 62 -zón: 54 Sufijos (inglés) -able: 49 -er: 47, 48, 50 Sufijos (noruego) -ing: 97 Sufijos (ruso) -ina: 97 -nyj: 97 -o/-evyj: 81 sufijo cero: 54 sufijoide greco-latino: 54, 154 superlativo: 53, 144 target-in-source metonimies: 34 Teoría de la Relevancia: 26 traducción y metonimia: 44

_

198

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

vaguedad / indeterminación: 41 variación diafásica: 13, 63 variación diastrática: 13, 63 variación diatópica: 9, 13, 19, 63, 127, 130, 131, 134, 136, 137, 145, 177

199

Índice de nombres

D

R

AF T

Almela Pérez, Ramón: 21 Alvar Ezquerra, Manuel: 20, 138–141 Álvarez, Jesús: 24 Amador Rodríguez, Luis Alexis: 21 Aristóteles: 24 Bajo Pérez, Elena: 20 Barcelona, Antonio: 26, 29–31, 33, 43, 44, 140 Basilio, Margarida: 49, 50 Benczes, Réka: 29 Blanco Carrión, Olga: 32 Bosque, Ignacio: 8, 14 Brdar, Mario: 43, 44, 58, 167 Brdar-Szabó, Rita: 43, 44, 58, 167 Bréal, Michel: 25 Bustos Gisbert, Eugenio: 14 Carreras Riudavets, Francisco Javier: 21, 153 Černý, Jiří: 123, 125, 128 Clarito, Art D.: 49 Clarke, David D.: 24, 44 Corbin, Danielle: 147, 151 Corominas, Joan: 56 Croft, William: 22, 33 Cruse, Alan D.: 22 Cuenca, Maria Josep: 30 Demócrito: 24 Demonte, Violeta: 8, 14 Díez Velasco, Olga Isabel: 43 Dirven, René: 30, 50 Domènech Bagaria, Ona: 141, 147 Feyaerts, Kurt: 26, 44 Fillmore, Charles J.: 31, 32 Gabilondo, Ángel: 24 García, José M.: 24

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

García Barrientos, José Luis: 23 Geeraerts, Dirk: 7, 8, 24, 34–38, 40, 51, 64, 103–105, 168 Gibbs, Raymond W.: 27 Giménez Eguíbar, Patricia: 139 Groossens, Louis: 27, 30 Guerrero Ramos, Gloria: 139 Halle, Morris: 45 Hilferty, Joseph: 30, 36 Ibarretxe-Antuñano, Iraide: 22, 36 Jakobson, Roman: 25, 35, 41, 45 Janda, Laura A.: 7–9, 26, 34, 35, 40, 44, 47, 51, 52–66, 70, 76, 80, 81, 83, 86–88, 91–93, 95, 99–104, 121, 147, 154, 167, 168, 177, 178 Johnson, Mark: 27–29 Koch, Petr: 24, 25, 26, 47 Kövecses, Zoltán: 25, 26, 32 Lakoff, George: 27–29, 31, 32, 33, 35, 50 Lang, Mervyn F.: 20 Langacker, Ronald W.: 33, 41, 42, 50, 58, 167 Lee, Sarah: 42 Lüdtke, Jens: 151 Luján, Eugenio R.: 48 Mairal Usón, Ricardo: 42 Martínez Vázquez, Rafael: 43 Nazar, Rogelio: 139 Nerlich, Brigitte: 24, 44 Otal Campo, José Luis: 29 Otaola Olano, Concepción: 63 Palmer, Gary B.: 49 Panther, Klaus-Uwe: 29, 42, 43, 47–49, 54, 58, 167 Pascual, José Antonio: 56 Paul, Hermann: 25, 35 Pauwels, Paul: 30 Peirsman, Yves: 7, 8, 24, 34–38, 40, 51, 64, 103–105, 168 Penadés Martínez, Inmaculada: 44

201

Enrique Gutiérrez Rubio

D

R

AF T

Pérez Aguiar, José Rafael: 21, 153 Pharies, David: 8, 15, 16, 93, 151, 152, 154 Platón: 24 Pörings, Ralf: 30 Proclo: 24 Quesada Vargas, María: 139 Radden, Günter: 25, 26, 29, 32, 43, 49 Rader, Russell S.: 49 Rainer, Franz: 8, 16–19, 45, 46, 151, 152, 157 Reichwalderová, Eva: 141 Rodríguez Rodríguez, Gustavo: 21, 153 Rudzka-Ostyn, Brygida: 30 Ruiz de Mendoza, Francisco J.: 29, 33, 34, 42, 43 Santana Suárez, Octavio: 21, 153 Santiago Lacuesta, Ramón: 14 Saussure, Ferdinand de: 25 Simon-Vandenbergen, Anne-Marie: 30 Stehlík, Petr: 147, 151 Taylor, John R.: 27 Thornburg, Linda L.: 29, 42, 47–49, 54, 58, 167 Todd, Zazie: 24, 44 Valenzuela, Javier: 22, 36 Vanparys, Johan: 30 Varela Ortega, Soledad: 57 Vidal, Vanesa: 139 Waltereit, Richard: 42 Ziegeler, Debra: 42

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202

Apéndice 1. Listado de palabras analizadas en el estudio de inventario60

D

R

AF T

abastecimiento, abonado, abundoso, abyección, académico, aceitoso, afectivo, agónico, agostizo, aguilucho, alado, alameda, alardear, albergue, aldeano, aletear, almeriense, almirantazgo, alteza, amargor, amarillear, amenizar, amorío, amoroso, amplitud, anarquismo, andadura, andaluz, anonimato, aparcamiento, apolíneo, arado, arbitraje, arbitral, arboladura, arbóreo, arenal, argentino, armamento, arponero, arrear, arriero, arrojadizo, arrozal, articulado, arzobispado, asiático, Asturianía, asturiano, atajo, atracadero, atracador, audacia, austriaco, ayuda, babear, bachillerato, bailarín, balístico, ballenero, bandada, barcelonismo, barcelonista, barrendero, barrigón, barrigudo, barrilamen, basural, batallar, bautizar, beatífico, bebedizo, becario, becerril, belleza, bibliotecario, bizquear, blancura, boscoso, brasileño, broncíneo, buscón, caballeriza, cabezada, cabida, cabrío, cafetero, calcificar, calmante, calorífico, callejear, callosidad(es), caminata, cancionero, cansado, cantante, cañonear, cardenalicio, carnavalesco, casadero, casamiento, castaño, catedralicio, causal, caza, celebridad(es), centenario, cerca, cercano, cerrazón, certidumbre, cervantino, cierre, cinismo, ciudadanía, clarificar, cobrizo, coctelera, codazo, colgante, comandancia, combativo, comediante, comedor, comida, comparecencia, compartimento, complacencia, componente, compra, concesionario, conciliatorio, concurrencia, confesionario, confortable, congregación, consejero, conserjería, conserjería, consulta, contenedor, convocatoria, coqueteo, corajudo, corista, cosecha,

Las palabras que aparecen en más de una ocasión responden a combinaciones metonímicas distintas.

60

Enrique Gutiérrez Rubio

_

D

R

AF T

creación, crecida, cristalería, cristalino, cristiandad, cuarentón, cubista, cucharada, cuchillada, cuento, chabolista, chileno, darwinismo, deanazgo, decanato, delantero (x2), delgadez, demostración, dentadura, dentista, desfile, destilería, diablura, diario, directivo, dirigismo, disciplinario, disfrute, dividendo, doctorando, dogmático, domingada, dominguero, dosificar, drenaje, dulzor, durable, duradero, electoralista, electrolizar, elevación, embajador, emblemático, embutido, emirato, empaste, empleado, empujón, encimar, encimera, enfermar, enjuagatorio, enramada, enseñanza, entrevistar, enunciado, enviado, erotizar, escapada, escayolista, escenificar, escolta, español, españolizar, estacionar, estado, estudiantil, europeo, excedente, faldero, familiar, familiarizar, familiarmente, favorecer, feligresía, fielazgo, fiestero, florecer, franquista (x2), fregona, fríamente, fronterizo, frutero, fujimorazo, fundamento, gallináceo, ganadería, gasolinazo, gatuno, generalato, gentío, geográficamente, glosario, grabadora, granítico, guatemalteco, guerrear, gusanera, habanero, habilitar, habituar, hambriento, hamburguesería, harapiento, herradura, horizontal, hormiguero, hospitalario, hotelero, huelguístico, humanitario, humanizar, humanoide, humedal, humedecer, ideario, ilusorio, implante, indigestar, inflacionista, instrumental, intencionado, intermediario, irónico, Jesuita, joyero, juerguista, juglaresco, karateca, keniata, labranza, laísmo, lanar, lapidario, larguero, lejura, libertario, liderar, limonero, lisboeta, lobato, localidad(es), localmente, lunación, lunático, luterano, llamada, llorera, llorica, madrugada, madrugador, maestrazgo, maldad, manchego, marmóreo, marroquí, martillazo, matón, mayear, mecanismo, memorístico, menorquín, mensual, mensualidad, mensualmente, mentalidad, metalizar, millonario, ministrable, momentáneo, morería, moscovita, muchachada, muchachería, mudadizo, muellaje, mujeriego,

204

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

mujerío, municipalismo, museístico, mutable, mutación, mutante, napoleónico, natalicio, navideño, negociado, novelista, noveno, noviazgo, noviciado, observatorio, obsesionar, odio, oficinista, osezno, ostentoso, palabrería, palaciego, palamenta, palazón, palidecer, paliza, palomino, papado, parasitariamente, parasitario, parisino, parlamentario, pasadizo, paterno, pecoso, pegamento, pegatina, peinar, pelambre, pelamen, pendiente, penetrante, pensionista, peñascoso, peral, percepción, perdigón, perdón, perecedero, pianista, pico, pinchazo, pintura, piratear, plantío, podredura, podrido, polvoriento, portuario, portugués, poseedor, preservativo, presidiario, prisionero, profesorado, profetizar, protuberancia, pudridero, pudrimiento, pulmonar, puñado, queísmo, quijotada, quijotesco, ramaje, rapacería, rectorado, redacción, regadera, regadío, regencia, reinado, remolachero, residencia, ritual, ritualmente, robledo, romería, sablazo, salazón, salida, saliente, saneamiento, sangrar, secado, segazón, senderismo, señalizar, sepultura, sobresaliente, socavón, soldadura, sordera, sostén, sufrido, sufridor, tabaquismo, tachón, tapicero, taquillazo, tarifazo, tatuaje, temor, terrario, testamento, tontería, traicionero, trajeado, transformista, transportable, trasero, treintañero, trocear, ultraísmo, unidad, untura, valentía, varonil, vecindario, vejez, velada, veraneo, veraniego, versallesco, vestuario, viajero, vosear, yac(i)ente, yesero, zapatero.

205

Apéndice 2. Listado de palabras analizadas en el estudio de frecuencias del español peninsular61

D

R

AF T

abandono, abnegación, aborto, absorbente, abundante, académico, accidentalmente, aceptado, acercamiento, actividad, actividad, actuación, actualidad (x2), acuerdo (x3), adecuación, adhesión, administración, adoptador, aéreo, afabilidad, afectivo, afeitadora, afirmación, afortunado, agotamiento, airear, aislado, aislamiento, alegría, alérgico, alquilar, altura (x2), amante, amargura, americano, amistad, ampliación, ampliamente, analista, analizar (x2), angoleño, anoréxico, anotado, anuncio, aparente, aparentemente, aparición, apartado, aportación, aprobación, apropiado, arquitectura, arruinado, articulación, asociación (x2), atención, atómico, atracción, atrevimiento, autoritario, banquero, basado, bautismo, beneficiario, biológico (x2), borrador, brillante, británico, brotar, caladero, calcular, cálido, cambiar, cambio, capacidad (x3), carente (x2), carga, cargado, cariñoso, castellano, castigo, casualidad, causar, cegado, celebración, celebrar, celebridad(es), celoso, científico (x3), cimentado, circundante, claridad, cohabitación, colaboración, combinación, combustible, comercializar, comerciante, comienzo, compartido, competitividad, complementario, complicación, componente (x2), composición, comunicación (x3), comunicador, comunidad, concepción, concertado, concienzudo, condicionamiento, confesor, confirmado, confluencia, confrontación, confusión (x2), conocido, conocimiento (x2), consejería, consejero, conservación, consideración, constante, construcción (x3), construido, consumo, contenido, convencido,

En los dos estudios de frecuencias (español europeo y americano), las palabras que aparecen en más de una ocasión pueden responder tanto a combinaciones metonímicas distintas como a distintas entradas de una misma combinación.

61

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

conveniente, conversión, convertido, convocado, convocatoria, cooperación (x2), correctamente, correspondencia, coste, creación, creencia (x2), cristiana, cristianismo, cronista, crueldad, cuantificar, cuento, cuidado, cultural, curación, curiosamente, debate (x2), debilidad, decisión, decisivo, dedicación, dedicado, demasiado, demostrativo, deportivo, depravación, derivación, desarrollo (x2), desatado, desayuno, descorazonador, desear (x2), desgraciadamente, despacho, desplazamiento, desproporcionado, detección, determinado (x2), diario, dictadura, diferencia (x2), diferente (x3), dificultad (x3), dificultar, difusión, diplomáticamente, dirección (x2), director, dirigido, discrepancia, disparo, disponible, disposición, distancia, distanciar, distante, distribución, dominado, dotación (x2), ecológico, económico (x4), edificio, educación (x3), educado, efectivamente, efectivo (x2), ejecutivo, ejercicio, ejercido, elaboración, electoral, elemental, embalse, embarcación, emblemático, emisora, empleado, empleo, empresarial, encantado, encuentro, enérgicamente, enfermedad (x2), enlace, enseñante, enseñanza, entendimiento (x2), entrada (x2), equivocado, error, escritor, escrupulosamente, esfuerzo (x2), esofágico, español (x5), especialista, especialmente, espectacular, especulación, esperado, espiritual, espiritualmente, esquelético, estabilidad, estadista, estado (x3), estético, estimación, estimulado, estrenado, estribar, estudiar (x2), europeo (x3), evolución (x2), exclusivamente (x2), exhibición, existencia (x2), existente, exposición (x2), extendido, fabricación, fabricante, facilitar, fallo, falseamiento, faltar, familiar, fecundación, filológico, filosófico, financiación, firmado, físicamente, fonéticamente, formación (x2), formado, formar (x2), formulación, forzudo, fotografiar, francés, franquista, frecuentemente (x2), funcional, funcionamiento, fundador,

207

Enrique Gutiérrez Rubio

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D

R

AF T

fundamental, fundamentalmente, fundamentar, galo, garantizar, generación, generalizado, geográfico, girado, gratuidad, grito (x2), gustar, habitación, habitualmente, hedónico, herido, honrado, honrar, hostilidad, hostilizar, humanidad, chileno, ideológico (x2), igualdad, iluminación, imaginar, impedimento, impetuosidad, implicado, imponente, importancia (x2), importante (x3), impresión, incandescencia, inculcado, infantil, infeccioso, influencia (x2), influyente, información (x2), ingeniero, inhibidor, iniciación, iniciar, inmigración, innovación, inscripción, inspector, instalación, instalado, instancia, institución, institucional, integración (x3), integridad, intensidad, intensificación, interesado (x2), interesante (x3), interpretación, interpretativo, interruptor, intervención, intimidad, introducción, invención, inversamente, inversión, investigación (x3), investigador (x2), invitación, invitado, irritación, judicial, labial, laboral, laicidad, leal, lejano, llamada, llamado (x2), llevado, localidad, localizar, lucha, madurar, mágico, manantial, mandamiento, mandarinesco, marcador, marcha, medida (x3), mejoría, menstruación, mental, microscópico, militarizado, minoría, mítico, mitraísmo, mitraísta, modernidad, modestia, montaje, mortal (x2), mortalidad, movimiento (x3), muestra, mundial, nacido, nacional, necesario, negociación, negociación, negociar, nobleza, nombrado, normalmente, novedad, nucleado, nutrido, obsesionado, obligado, observador (x2), occidental, oficial, olímpico, operador, oposición(es), ordinario (x2), orgánico, organizado, orgulloso, oscuridad, pacto, paladear, paradójicamente, paridad, particularmente, partidista, pasado, pasar, pasear, patronal, pausado, pedagógico, perdido, periodismo, periodista, perjudicado, permanente, perseguidor, personaje (x2), perteneciente, pesca, pesquero, petardeo, petición, pinche, planeado, plantar, planteamiento, plantear, población, poético,

208

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

políticamente, posible (x8), postración, potenciar, practicante, precisamente (x3), preferible, prensado, preparación, presentar (x2), presidente, prevención, privado, privilegiar, probablemente, probablemente, producción, producto, profesional (x3), profundamente, promoción, propiamente, propiedad (x2), proporcional, protagonismo, protesta, provechoso, provisionalmente, prueba, publicación, publicar, puñado, puramente, radiométrico, rapidez, realidad (x2), realizado, recargable, recibido, redactado, referencia (x4), registrado, regresar, regreso, regulador, relacionado, relacionar, relativo, repetidamente, reproductor, resistencia, respeto, respiratorio, resultado (x2), retenido, reto (x2), reunión, riguroso, rodaje, salvador, sanidad, sanitario, seductor, seguridad, seleccionado, semejante, señalar, sencillez, sentido, sentimiento, separación, sequía, significativo, significativo (x2), siguiente, sincrético, sirviente, situado, sobradamente, sobrevaloración, solamente (x2), solar, solicitud, solidaridad, solucionar, sorprendente, sorprendido, sospecha, soviético, suceso, suplementario, tasa, tauromáquico, tecnológico, tenazmente, tentativa, teórico (x2), territorial, toledano, total (x2), totalidad, trabajo, traducido, transcendencia, transformista, transporte, Tratado, tratamiento, triunfal, triunfante, tutear, único (x2), unidad (x2), unido (x3), unificación, unión (x2), urbanístico, urbano, urgente, utilizado, utilizar (x3), valor (x2), vehemencia, venido, venta, veraneo, verdadero, vertebrado, viaje, viajero, vicioso, vigencia, vinculado, viral, virulencia, visita (x2), visitada, vital, volcánico, voluntario.

209

Apéndice 3. Listado de palabras analizadas en el estudio de frecuencias del español americano

D

R

AF T

abastecimiento, abiertamente, académico, acompañado, acontecimiento, acostado, acuerdo, adaptación, adictivo, administrativo, aéreo, afectado, afinidad, afortunadamente, agradable, agradecido, achacoso, alarmantemente, alcalinizante, alegría, aleteo, alianza, aliento, alterable, alteración, altura, ambiental, americano, ametrallador, amor (x3), amplificar, andino, aniquilación, antigüedad, apasionadamente, apoyo, aprehensión, argentino (x2), arqueológico, arrear, arrullo, artista, artístico, asalto, asediado, asesinado (x2), asesinato, asombro, ataque, atención (x4), atentado, atractivo, aupar, ávidamente, aviso (x2), ayuda (x2), basado, bastante (x3), bebida, belleza (x2), beneficiado, béntico, blancura, bocinazo, brindar, burguesía, calculado, cambio (x2), caminar, campanario, campeonato, canceroso, cantidad, canto (x2), capacidad (x2), capitalino, capturar, carga, cargado, carismático, carretera, casadero, casero, catalogado, causar, celebrar (x2), celebridad(es), céltico, centroamericano, cercano, científico (x2), ciertamente, circular, cirujano, clarividencia, cogido, colectividad, colombiano, colonial, colonizador, comandante, combatiente, combinación, comentario, comercial (x2), comercializador, comienzo (x2), comparecencia, componente, composición, comunicación (x2), comunidad (x3), concepción, concluido, concupiscencia, condena (x3), condenado (x2), conducido, conexión, confesión, conflictivo, conocido (x3), conquistador, consignado, constitución, consultorio, consumidor, consumo (x2), contingencia, controlable, convertido, corrupción, cosechar, crecimiento, criado, crítico, cubano, cuento, cuidadoso, cultivo, cumplimiento, curativo, debido, debilitar, decisión, dedicado, defensa, definición, degradación, delincuente, demanda, demasiado,

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

demudado, densidad, desarrollado, desarrollo, desecho (x2), deseoso, desorganizado, destinado, detalle, detenido, diabético, dictador, dictadura, dictatorial, diezmante, diferencia (x2), diferente (x4), difícilmente, digital (x2), directamente, director (x2), dirigido, diseñador, disparo (x2), disponibilidad, disquero, distancia (x3), divertido, documental, dominical, dominicano, dotación, económico (x3), edificio, educación, ejecución, ejecutivo, ejemplificar, elaborado, elegido, elusivo, embotellado, embriagador, emisor, emparchado, emprendedor, empresario, enamorado, enamorador, encabezado, encantado, encorvado, enfermedad, engaño, enlazado, enredo, entrega, entrenamiento, entretenimiento, envidiable, equipado, equipo, escolar, escondido, escotada, escritura, esencial, esfuerzo (x3), español, especializado, especulación, espiritual, estado (x3), estorbo, estratégico (x2), estrepitoso, estudiar (x2), eufemísticamente, europeo, eutroficación, evidentemente, excepción, excepcional, experimentación, experimentar, explosión, explotable, exponencialmente, exportación, expresado, extrañar, fabricados, faltar (x2), famoso, fauvista, felicitar, fijación, fijar(se), filosófico, finalidad, finalmente, firma, firmemente (x2), fiscal (x3), fiscalía, formar (x2), fracaso, frescor, frustrado, fulminante, fundación, fundamental, fundamentalmente, fusilamiento, fusilar, ganancia, gasto, gentío, geográfico, gestualidad, gigantesco, global, glorificado, gobierno (x4), grabación, graderío, graduado, graduar, gratificación, gravedad (x2), guardado, guatemalteco, guiado, guionista, gustar, habilidad, habitante, hablante, hanseático, herradura, hincado, histórico, hortaliza, hotelero, humorístico, charla, idolatría, ilustrado, importación(es), incursión, indicar, indio, indudablemente, industrial, industrialización, industrializado, inevitablemente, infección, información (x2), informado, ingresar, iniciativa (x2), inicio, inspirado,

211

Enrique Gutiérrez Rubio

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D

R

AF T

intensamente, intentar, interiorano, internalizado, internar, íntimamente, intuitivo, invasión, inventor, inversión, investigación, involucrado, italiano, jugar, justicia, juventud, lavado, lector, lectura, legible, lentamente, liberación, liberado, libertad, licenciado, ligado, llamado (x4), llenar, logrado, madrugada, mágicamente, magnitud (x2), manejo (x2), manifestante, manifestar, mantenimiento, matanza, mecanismo, mejora, mensajero, mensualidad, mensualmente, mental, mentalmente, mexicano, militante, mirada (x2), mirón, misionero, misterioso, modificación, movilizar, nacido, nación, nacional (x4), nacionalidad, naturalmente, navegación, necesario (x3), neutralidad, nicaragüense, nombramiento (x2), numeroso (x2), obediente, objetivo, oficial (x3), olor, ondear, opción, operación (x3), operado, oportunidad, oportunista, oposición, ordenado, ordinario, organizativo, ortopédico, paciencia, paciente (x2), pacífico, parado, paraguayo, paraje, parecido, particularmente, partición, pasado (x5), pasaje, pasar (x6), patrullaje, pedrada, pelotero, penetrante, percepción, perdidamente, perfectamente, periodístico, personaje, personal, pescado, pianista, pintado, pintor, plácido, planeado, población (x2), poblado, poderoso (x2), portuario, posibilidad, posible (x2), posición (x3), precedente, predecible, preferiblemente, pregunta (x3), presencia, presentar (x3), presentar(se), presidencia, presidente, prevención, priista, principalmente (x2), procedente, procesador, procesamiento, procurador, producción (x2), producido, pronunciado, propiedad, prosperar, proveedor, provocado, proyecto, publicado, públicamente, quirúrgicamente, rápidamente, ratificado, realidad (x3), realismo, realización, realizado (x2), realmente, recato, receptor, reciprocarse, recomendable, reconocido, reconstrucción, recorrido, recuerdo, recurso, reducción, referencia, referido, refinería, reforma, regresar (x2), reincorporación, relacionado,

212

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

R

AF T

relacionar, relajado, relato, religioso, remate, remojado, renacimiento, reparto, representación, representado, representante, reproducción, republicano, repunte, reserva, resolución, respaldo, respiro, responsabilidad, responsable (x2), resto, retardado, reunido, rodeado, ropero, sabor, sacrificar, salida, sangrar, saquear, secretario, secuencia, secuestro, secundaria, segmentación, seguramente, seguridad (x2), senador, señalado, señalar (x2), sensibilidad, sensible (x2), sensualidad, separación, sexual, significado, significativo, simultáneamente, situado (x2), sociedad, solamente, soldado (x2), soledad, solicitar (x2), sombrero (x2), sorprendente, sorpresa, substancial, sueño (x3), suficientemente, suizo, sumamente (x2), sumar, superado, suscripción, sustitución, sustituido, tallado, taquillero, telegrafista, tentación (x2), territorial, tetero, titulado, titularidad, tomado, torturar, total (x2), totalizar, totalmente, trabajo (x2), transformación, transición, transporte (x2), trasladado, triunfar, tropical (x2), turno, unir (x2), urgente, utilizado (x2), utilizar, valor, venezolano (x2), venta, verdadero, vigilado, violencia, visitante, vocálico, votar.

213

Apéndice 4. Listado de palabras analizadas en el estudio de neologismos62

D

R

AF T

abertzalismo, abertzalizar, abotargante, abrumante, abstraizante, absurdez, acerera, actoral, adanista, ademarista, adolescentizado, adscribible, afganización, afganizar, agregador, aguilarense, aguirrista, aireador, alavesismo, alavesista, alentamiento, alertante, algecirista, alhondiguístico, alijamiento, allendista, almodovariano, amargurista, antenizado, antropización, anualizado, aparataje, arandino, argentinización, argumentario, archivables, armero, armonicista, arreón, artificialización, asertividad, asesinable, asiatización, atenuatorio, autocaravanismo, autoral, aventureo, aviesidad, azerbayano, aznarista, baasista (x2), balanchiniano, balonista, balonmanístico, bancaje, bancarización, banquillazo, barbarización, barcelonismo, barero, barranquista, basculante, baskonismo, baskonista (x2), basquetbolista, beatleriano, bemeuvista, berlusconiano, berlusconismo, berlusconizar, bicicletero (x2), bidimensionalidad, bilateralidad, bilbainada, billonario (x2), bizarrismo, blairista, bloguear, bloguero (x2), bluesero, bombista, bonaparteismo, boquense, boquense, bordería, botelleo, brownista (x2), buenismo, buenista, burgalesista, buzonear, buzoneo, cadismo, cadista (x2), cagarrutero, cainiano, cainismo, calbotada, callejeador, campsismo, campsista, campusero, camusiano, camusismo, cancelador, canterano, carroñerismo, cartelería, cartelístico, casetero, catastrazo, cauchería, ceremoniosidad, cincuentero (x2), cinológico, clánico, clientelar, clownesco, clusterización, colegueo, colocador, columnismo, combinativo, combustionar, comercializador,

62 Las palabras que aparecen en más de una ocasión responden a combinaciones metonímicas distintas.

______________________Metonimia y derivación sufijal en español

D

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comidista, comiquero, comisariado, comisariar, comparsero, comparsista, comparteible, compatibilización, compostador, compostar, compotado, concertable, concertacionista, conllevancia, conseguidor, constatable, contenerización, contorsionismo, contraataquista, conveniado, coralista, corbachil, cordobesista, coreografiar, correonista, corroborador, cortometrajista, criminalizador, crionización, crionizar, crispador, cronificación, croqueteo, crucerista (x2), crucigramismo, cruyffista (x2), cuartetero (x2), cuestionante, culpabilizador, culturalización, cutrerío, dakariano, defraudatorio, delincuencial, demonización, depiladora, desafinante, desaprensividad, desaprobatorio, desarmante, desarrollador, desasosegante, descalificador, descalificante, desclasamiento, descongelador, desechería, desenmascarador, desequilibrante, designador, deslegitimación, desmantelación, desmaquillaje, desminador, desmotivación, desodorización, desproporcionalidad, desquiciante, desquiciantemente, diafónico, diaspórico, digitalismo, dilmismo, direccionar, diseccionador, distanciadamente, dualización, dunar, dunguismo, eclesiasticista, editable, edredoning, ejemplificante, electrificadora, eliminable, empático, empatizar, empleabilidad, empoderamiento, emprendizaje, encabestramiento, encimista, energumenismo, enigmista, enmarcación, enrabietamiento, enranciamiento, ensaladero, entusiasmante, epifánico, epitelizar, epopéyico, equiparador, ermitañado, escaqueismo, esclavismo, escoramiento, esculturado, esferificación, espalación, españolero, espectacularización, esponsorización esquiable, estacionalización, estancial, eurasianista, euroescepticismo, eurovisivo (x2), eutanasiado, evaluable, exanguinación, excarcelamiento, expertización, explicatorio, explosividad, extendedor, externalización, externalizar, fagocitador, falsificable, famoseo, fantasista,

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fashionista, fashionista, federalizante, feísta, felipismo, felliniano, feminizado, ferrarista, fidelización, fichador, filologismo, finalizador, flexibilizador, forestalista, forofismo, fragilizar, franquiciado, franquiciador, frentismo, frentista, frikismo, fujimorista, funambulista (x2), funcionarizar, futbolear, gaditanización, gallardonista, gangsteril, gauchista, genuflexar(se), gerenciamiento, gerontocrático, gilismo, gilista, goldwateriano, griñanista, grisura, gruista, guarderío, gubernatura, guerrerista, guerrista, guetización, gürteliano, hackeado, hackear, hegemonizar, hechizante, hembrismo, hembrista, hernandiano, hipnotizante, hitchcockiano, hollywoodense, holmesiano, holmiano, hongkonés, humboldtiano, chabacanismo, changiano, charnegada, chavismo, chavista (x2), chelista, chilenidad, chistorrada, chocolateado, chuflerío, identitario, igualable, impagar, incriminatorio, incurrencia, infartante, inflacionado, inflamante, infografista, inhalable, injerencista, inmaculista, inmersivo, insostenibilidad, instantista, insulinización, interactuación, interculturalidad, interista (x2), intermodalidad, interpretabilidad, interterritorialmente, inundabilidad, inundable, irlandizar, irremediabilidad, israelización, jabalinista, japónico, jibarizar, jihadista, judeización, jugón, juventino, kefirado, kemalismo, kemalista, keynesianismo, keynesiano, kirchnerismo, kirchnerista (x2), krahniano, laboralidad, languidecimiento, lapidable, laportismo, lateralidad, latouchiano, lefebvriano, leonesista, lepenismo, levantinismo, levantinista, liberización, lobbista, localizador, locucionar, lomanista, macarrada, macarthismo, maccabeo, madracista, madridismo, malaguismo, mallorquinista, mamporrero, manipulable, manista, maradoniano (x2), maratonista, marginalizar(se), mariposario, marroquinidad, marveliano, masacrador, mastectomizada, masterizado, masticable (x2), matizable, medicalización, medievalero, medioambientalista,

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mejorante, melodramatismo, mendilismo, mensajear, merdelloneo, merdellonerio, mesetarismo, mestallista, metabolizado, mexicanidad, milanista (x2), mileurismo, milimetrado, minimalizar, mirandesista, mirista, misilístico, molieresco, monitorear, monologuista, morralloso, mortadelada, motorada, muleteril, multiculturalidad, multiculturalista, multilateralismo, multilateralista, mundialístico, municipalismo, murcianista, murthiano, musealización, museización, mutualización, narratividad, negacionismo, nietzscheísmo, nixoniano, novillería, novilleril, numerológico, obamista, obstaculizador, occitanismo, ocupabilidad, odiador, oenegeísmo, ochentero, okupado, okupar, oligopólico, olvidable, operabilidad, orbitador, orweliano, osasunismo, oscarizable, oscarizado, ostionada, ostionero, oviedista, oxforiano, paellada, palmerero, palomitero, pancetada, panista, pantojil, paquetizado, parón, permanentado.

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English Summary METONYMY AND SUFFIXAL WORD FORMATION IN SPANISH Multidimensional study of the conceptual mechanisms governing word formation by suffixation in Spanish

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For almost forty years, cognitive linguistics has supplied scholars with a huge number of new tools for the analysis of linguistic phenomena. One of these “new” tools is the application of metaphor and metonymy to linguistic units. This is possible because cognitive linguistics does not understand these elements as tropes but as conceptual mechanisms able to motivate linguistic phenomena. Although at the beginning much more attention was paid to metaphor than to metonymy, in the seminal publication of this branch of linguistics, Lakoff and Johnson (2003 [1980]: 39) assert that “like metaphors, metonymic concepts structure not just our language but our thoughts, attitudes, and actions. And, like metaphoric concepts, metonymic concepts are grounded in our experience. In fact, the grounding of metonymic concepts is in general more obvious than is the case with metaphoric concepts, since it usually involves direct physical or causal associations”. However, after this first reference to metonymy most of the researchers focused on metaphor, so that no (or at least very little) systematic research on metonymy was carried out until the second half of the nineties. On the contrary, in just a few years, between 1999 and 2011, at least five monographic works on metonymy from a cognitive perspective were published, which shows the vitality of the issue (Panther & Radden 1999; Ruiz de

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Mendoza Ibáñez 1999; Ruiz de Mendoza Ibáñez & Otal Campo 2002; Panther, Thornburg, & Barcelona, 2009; Benczes, Barcelona, & Ruiz de Mendoza Ibáñez 2011). This specific study on word formation is based on Janda’s extension of the classical line of research on metonymy, with its foundation mainly on a lexical approach, to the grammatical domain. Although Jakobson suggested the existence of a connection between metonymy (contiguity) and word formation63 as early as 1956 and later many authors explicitly mentioned word formation in their works on metonymy,64 Janda (2010; 2011) stresses the lack of attention that this approach has so far received. Hence, she decided to explore the systematic presence of metonymy in Russian, Czech, and Norwegian suffixal word formation, to a great extent on the basis of the complete inventory proposed by Peirsman & Geeraerts (2006). In the conclusions of her main study on this topic, she asserts not just that indeed “many types of word formation can be classified according to the metonymic relationships involved” but also that such a classification “is more insightful than traditional taxonomies of suffixes and word classes since it explains a linguistic phenomenon in terms of a general cognitive mechanism” (Janda 2011: 388). If we accept the definition of Barcelona (2000a: 4), according to whom metonymy “is a conceptual projection whereby one experiential domain (the target) is partially understood in terms of another experiential domain (the

“Also, as a rule, words derived from the same root, such as grant – grantor – grantee, are semantically related by contiguity” (Jakobson & Halle 2002 [1956]: 87). 64 For instance, Koch (1999: 158), Panther & Thornburg (2001; 2003), Rainer (2002: 112), Radden (2005: 18, 19), Basilio (2006; 2009), Palmer, Rader, & Clarito (2009), etc.

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source65) included in the same common experiential domain”, we could explain the lexical metonymy in the sentence “Moscow criticizes UN Libya commission report” in terms of “Moscow” as the source that provides “mental access” to the “Russian Government” or “Russian president”, i.e. to the target. This would be an example of LOCATION FOR LOCATED metonymy. In a similar way, we may think of a word formation LOCATION FOR LOCATED metonymy, as in the Spanish suffixal derivation prisión (‘prison’) > prisionero (‘prisoner’), in which “the source corresponds to the source word that the derivation is based on [prisión], the context for the metonymic relationship is the affix [-ero], and the target is the concept associated with the derived word [prisionero]” (Janda 2011: 360). After a comprehensive review of the literature pertaining to “traditional” Spanish suffixal word formation and conceptual metonymy (Chapters 1-4), in this comprehensive work several studies of this nature on Spanish are presented. In the first one (see 5.1. and 5.2.), to which I will refer as the grammar study, I analysed all the examples related to suffixal word formation included in the most authoritative and up-to-date grammar of Spanish – Nueva gramática de la lengua española. According to the rules proposed by Janda (2011) – it means excluding from the study hypocoristic, caritives, comparative adjectives, compounding, dialectisms, etc. – thousands of examples included in the more than 300 pages that Nueva gramática de la lengua española devotes to Spanish suffixal word formation were systematically Unlike Barcelona or Janda, other scholars, such as Kövecses (2010), use the term vehicle instead of source for expressing the origin of a conceptual mapping.

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analysed, as a result of which 113 suffixes, 103 metonymy patterns (as LOCATION FOR LOCATED or PART FOR WHOLE), and 26 word class patterns (the combination of a SOURCE term, such as, for instance, QUALITATIVE ADJECTIVE and a TARGET term such as ADVERB) were collected, forming 466 types of metonymy; in other words, 466 unique combinations of one suffix, one metonymy pattern, and one word class pattern. In the next section (see 5.3.), this data obtained from the Nueva gramática de la lengua española was compared with that presented by Janda (2011) for Russian, Czech, and Norwegian. According to this analysis, the languages representing the Slavic group show a much higher number of types of metonymy (Russian 747, Czech 562) than the Romance language (Spanish 466) and far more than the Germanic one (Norwegian 177). It is remarkable, though, that this prevalence of the Slavic languages over Spanish in terms of types of metonymy is not caused by the higher capacity of their suffixes for creating metonymy patterns, since the number of these patterns is very balanced in all three languages: 110 for Russian, 106 for Czech, and 103 for Spanish. The higher number of types of metonymy in Czech and especially in Russian is caused by the fact that in these languages more suffixes are able to signal metonymy in word formation – 274 suffixes in Russian, 207 in Czech, and only 113 in Spanish. Although for these two first analyses I did not take into account data representing isolated examples, from the beginning it was clear that while many types of metonymy seemed to be highly productive or at least very common – for example the metonymy pattern ABSTRACTION FOR CHARACTERISTIC expressed by the suffix -al, as in institución (‘institution’) > institucional (‘institutional’) – there were other patterns and types representing nonproductive phenomena – this would be the case of the

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metonymy pattern ACTION FOR TIME expressed by the suffix -zón, as in segar (‘to mow’) > segazón (‘time of mowing’).66 In order to compare and contrast this data extracted from a grammar with the “real” use of current Spanish word formation, the same sort of analysis was performed on derived words extracted from corpus texts, so that for the first time a study of this nature would take token frequencies into account (see Chapter 6).67 In a first token analysis of Spanish word formation (see 6.2.), 700 derived words were collected randomly68 from several European Spanish texts available in a corpus of current Spanish, CREA (Corpus de Referencia del

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66 As a result of this, I decided to propose a second set of results for the grammar study based on a less extensive analysis, i.e. including only those metonymic types that seem to be “alive” in current Spanish. According to this second kind of analysis, 107 suffixes, 81 metonymy patterns, and 20 word class patterns were obtained, forming 344 metonymic types, i.e. 122 less than in the extensive analysis. 67 Janda (2011: 389) ends her article by remarking on the importance of such a study: “Frequency data would add a dimension to the measurement of prominence among metonymies”. 68 The first keyword for the random search was “España”. It was used in the first thematic section of the corpus “Ciencias y tecnología” and just for the parameter “Newspapers”. No more than fifteen valid derived words were taken from each text. The fifteenth suitable word (in this instance “Unión”) was used as the keyword for the second search, in this case using the same thematic section but a different genre – “Books”. After the fifteenth valid word in the section “Books”, the field “Magazines” was used. After this, I skipped from “Ciencias y tecnología” to the second thematic section of the corpus, “Ciencias sociales, creencias y pensamiento”, looking once again for random keywords in the sequence “Newspapers”, “Books”, and “Magazines” and after that in the third section “Política, economía, comercio y finanzas” and so on. In those instances when less than fifteen valid derived words were documented – in the corpus just fragments of the original texts are available – the last word to be analysed was used as the keyword for the next search.

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Español Actual).69 As a result of the analysis of these 700 words, 68 suffixes, 62 metonymy patterns, and 16 word class patterns were documented, forming 168 types of metonymy. Since only 700 words were used for this analysis, it is obvious that I cannot directly compare this data with that from the grammar study. Nevertheless, many interesting conclusions can be drawn from it. The first result that is worthy of note is that 41 types of metonymy (59 tokens) are new with respect to the grammar study and that just 127 types from the grammar study are attested in the 700 words (27.2%), which shows that the majority of the “possible” types are not often used in real texts and, on the contrary, that Spanish (probably like other languages) is much richer in terms of types of metonymy than could be expected according to the examples proposed in the grammars, no matter how extensive they are. Another important conclusion from the frequency data is the lack of balance in the distribution of the tokens. While a few suffixes, patterns, and types are documented several times in the corpus, many others appear rarely or even just once. The highest frequency corresponds to the suffix -ción (109 tokens), the metonymy pattern ACTION FOR ABSTRACTION (185), and the combination of a source term VERB and a target term NOUN (263). Not surprisingly, the most frequently documented type of metonymy is the combination of ACTION (VERB) FOR ABSTRACTION (NOUN) expressed by the suffix -ción (97), as in cooperar (‘cooperate’) > cooperación (‘cooperation’). This last data refers to the total number of tokens, not to the number of types. In this sense, the case of the suffix -ción is especially interesting, since it appears 109 times but as a result of only six types of metonymy. On 69

http://corpus.rae.es/creanet.html

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the contrary, the adjective-forming suffix -al shows an extremely high capacity to activate metonymic types, since it is the most productive suffix in the text, with nine types. Nevertheless, the frequency of these types is relatively low in the texts, given that only 28 tokens are documented. If we now focus on the distribution of the metonymy patterns, the most frequent is ABSTRACTION FOR CHARACTERISTIC, with 17 types and 66 tokens, followed by ACTION FOR ABSTRACTION, with 14 types and 184 tokens. This data proves that there can be a major imbalance between the number of types of metonymy that can be activated in a language and the frequency with which these patterns are used in the texts. CHARACTERISTIC is the most frequent target (it ranks first, second, and fourth), at least in terms of the number of types (not of the quantity of tokens, which is clearly associated with ABSTRACTION). This is also evidence of the high target specialisation of the word formation processes in Spanish, since the sources seem to be less specific despite the slight prevalence of the source ACTION. The second token analysis (see 6.3.) is similar in nature but the words are extracted from American Spanish texts and consequently should shed some light on the differences and similarities that exist between these two versions of the Spanish language (which, in the end, is a very reductionist view of the subject, since, according to Černý (2014), a homogeneous Spanish does not exist in America). The most interesting conclusion is that from the 700 derived words analysed only four were – in terms of form or meaning – specific to the American dialects, i.e. so-called Americanisms (pelotero, interiorano, tetero, and distancia). Logically, the results obtained are almost the same as the ones presented above for European Spanish.

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A last and probably more remarkable analysis is presented in Chapter 7, where 500 neologisms formed by suffixation were systematically analysed. The neologisms were extracted from European Spanish texts (mainly from newspapers published in 2010) from the Banco de neologismos accessible through the Centro Virtual Cervantes web.70 As a result of this analysis, 55 suffixes, 55 metonymy patterns, and 15 word class patterns were documented, forming 151 types of metonymy. One of the most interesting conclusions of this last chapter is that eight “new” suffixes were documented. Those that stand out among them include -eo (with five words denoting EVENT or ABSTRACTION: famoseo, botelleo, merdelloneo, croqueteo, and aventureo) and -ing (which in contemporary Spanish can be used to refer to sports and other physical activities: edredoning). Apart from these suffixes that are not included in Nueva gramática de la lengua española, the most salient feature of this study is the lack of balance regarding the data obtained from the token analysis and the study of neologisms – some suffixes, metonymy patterns, and word class patterns that were not very productive in the first analyses are, on the contrary, very frequent among neologisms. It is the case of the suffix -ismo (seven types and 53 tokens vs. just three types and five tokens in the European Spanish token analysis), the metonymy pattern ACTION FOR CHARACTERISTIC (73 tokens), and the word class pattern relating a noun as the SOURCE and a noun as a TARGET (133 tokens). In addition, the above-mentioned tendency regarding the targets CHARACTERISTIC and ABSTRACTION is even stronger among the neologisms. A final conclusion that can be drawn from this study is that from the 151 types documented 49 were not included in Nueva gramática 70

cf. http://cvc.cervantes.es/lengua/banco_neologismos/

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de la lengua española (32.4%), which shows the high level of productivity in terms of types of metonymy of the new words created in Spanish. In her works Janda (2010; 2011) claims that in word formation metonymy many more (up to 54) metonymy patterns can be found than in the lexicon, but that, on the contrary, only nine of the metonymy relationships cited by Peirsman and Geeraerts (2006) for the lexicon are not observed in Czech, Norwegian, and Russian word formation. Nevertheless, in the Spanish database two of these nine patterns were documented – ACTION FOR TIME and TIME FOR ENTITY, which reinforces the statement made by Janda (2011: 380), according to which “metonymy is not only widespread in word-formation, but also more diverse in that domain that it is in the lexicon”. Before I finish, I think that it is appropriate to state that, despite all the theoretical and methodological difficulties associated with this research (see Brdar & Brdar-Szabó (2014) and Janda (2014) for the current status of the issue), I firmly believe that the conclusions presented through this work and briefly summarised in this section shed some light on the main tendencies regarding the conceptual mechanisms connected with suffixal word formation in Spanish. Moreover, this work can help to lead us to a better understanding of the way the cognitive processes underlying word formation in the Indo-European languages work.

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