Metodología para un análisis locacional: el entorno de ‘El Casetón de la Era II’ (Villalba de los Alcores, Valladolid)

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Descripción

OrJIA (coord.)

II JORNADAS DE JÓVENES EN INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA (Madrid, 6, 7 y 8 de mayo de 2009)

TOMO II LIBROS PÓRTICO

EDITORES CIENTÍFICOS OrJIA: Pedro R. Moya Maleno, Cristina Charro Lobato, Núria Gallego Lletjós, David González Álvarez, Iván González García, Fernando Gutiérrez Martín, Sandra Lozano Rubio, Beatriz Marín Aguilera, Lucía Moragón Martínez, Paloma de la Peña Alonso, Manuel Sánchez-Elipe Lorente, José María Señorán Martín.

FICHA CATALOGRÁFICA OrJIA (eds.) Actas de las II Jornadas de Jóvenes en Investigación Arqueológica (Madrid, 6, 7 y 8 de mayo de 2009). JIA 2009, Tomo II. pp. 444; il. escala de grises. 902/904(063), 903/904(460)(063) I.S.B.N. 978-84-7956-094-2 (vol. 2) D.L.: NA-2918/2011 ©

Textos e imágenes de los/as autores/ras

EDITAN: Libros Pórtico Organización de Jóvenes en Investigación Arqueológica (OrJIA) Departamento de Prehistoria, Facultad de Geografía e Historia, Universidad Complutense de Madrid c/ Prof. Aranguren s/n (Ciudad Universitaria), ES-28040. Madrid (España) [email protected]

DISTRIBUYE: Pórtico Librerías, S. A. Muñoz Seca, 6 · 50005 Zaragoza (España) [email protected] www.porticolibrerias.es

COLABORAN:

Facultad de Geografía e Historia Universidad Complutense de Madrid

Departamento de Prehistoria Facultad de Geografía e Historia Universidad Complutense de Madrid

COMPOSICIÓN DE LOS TEXTOS Y MAQUETACIÓN: OrJIA I.S.B.N. 978-84-7956-092-8 (de la obra completa) I.S.B.N. 978-84-7956-093-5 (del Tomo I) I.S.B.N. 978-84-7956-094-2 (del Tomo II)

Deposito legal: NA-2918/2011

IMPRIME Ulzama Digital 31194.- Arre. Navarra [email protected] Impreso en España-Printed in Spain

IMAGEN CUBIERTA: Arqueología experimental, de Javier Hernández. Foto fi nalista II Concurso de Fotografía Arqueológica JIA’09.

Actas de las II Jornadas de Jóvenes en Investigación Arqueológica. Tomo II

ÍNDICE 411 sesión 6: LA CONSTRUCCIÓN DE LOS PAISAJES EN ARQUEOLOGÍA 413 Introducción: “A vueltas con el paisaje: balance y perspectivas de futuro” FERNANDO ALONSO, CRISTITNA CHARRO Y JESÚS GARCÍA SÁNCHEZ 417 ALEXANDRA VIEIRA “A construção da Paisagem na Bacia Hidrográfica do Douro durante a Pré-Historia Recente : que caminho(s) seguir?” 423 DANIEL JESÚS MARTÍN ARROYO-SÁNCHEZ “Ager diuisus et adsignatus. Propuesta metodológica para la recostrucción de un paisaje de la colonización cesariana-augustea” 431 HELENA JIMÉNEZ VIALÁS “Una ciudad en las columnas de Hércules el paisaje antiguo de carteia”

407 439 ARMANDO EZQUERRO CORDÓN “El valle del Cárdenas (La Rioja). Evolución del paisaje desde la antigüedad tardía hasta la alta edad media. Una propuesta metodológica” 447 JUAN PABLO LÓPEZ GARCÍA “Paisaje y arquitectura. Propuesta metodológica para el conocimiento de las sociedades protohistóricas. La casa C de la mesa de Miranda” 455 MARCOS GARCÍA GARCÍA “Metodología para un análisis locacional: el entorno de “el Casetón de la Era II” (Villalba de los Alcores, Valladolid)” 463 BEATRIZ DEL MAZO FERNÁNDEZ “Identidad, paisaje urbano y fotografía” 469 JOSÉ PAULO FRANCISCO “A construção da paisagem cultural dos caçadores-recolectores do Vale do Côa” 475 SANDRA BAÑULS-CARDONA y JUAN MANUEL LÓPEZ-GARCÍA “Analisis de los cambios paleoambientales del pleistoceno superior final-Holoceno a partir del estudio de micromamíferos en la cova volomera (San Esteve de la Sarga. Lleida) 479 ANDRÉS A. FERNÁNDEZ GÓMEZ “La Ciellina: un caso práctico de acercamiento al pasado desde el paisaje”

483 sesión 7: EXPERIMENTACIÓN EN ARQUEOLOGÍA 485 Introducción: “Experimentación en Arqeuología” FERNANDO GUTIÉRREZ, IGNACION MARTÍN y PALOMA DE LA PEÑA 487 MARTA ROCA GARCÍA, DANIEL RUBIO GIL y FELIPE CUARTERO MONTEAGUDO “El contraste experimental como método comparativo en la elaboración de raederas tipo quina” 493 MIREIA ACHE DELGADO “Actividad economica en piedra: un enfoque diacrónico del análisis geológico, funcional y espacial de los artefactos macrolíticos” 501 FERNANDO GUTIERREZ MARTÍN “Arqueología experimental y los comienzos de la agricultura” 509 FRANCISCO MARTÍNEZ SEVILLA y CARLOS MAESO TAVIRO “Experimentación aplicada a un problema arqueológico: tecnología de los brazaletes de sección plana en el neolítico del sur de la Península Ibérica” 517 MARIANA PINTO LEITÃO OEREIRA “ Weaving in the III millenium B.C.- Contribution for a future archaeological experiment”

523 TERESA PALOMAR SANZ, JAVIER PEÑA-POZA y JUAN FÉLIX CONDE MORENO “Cuentas de vidrio prerromanas en la Península Ibérica y su estudio arqueométrico”

531 sesión 8: ARQUEOLOGÍA FUNERARIA 533 Introducción: “Arqueología funeraria” SUSANA ABAD MIR, JUAN F. MARTÍNEZ CORBÍ y LUCÍA MORAGÓN MARTÍNEZ 535 TERESA FERNÁNDEZ CRESPO y CRISTINA TEJEDOR RODRÍGUEZ “El registro funerario como reflejo del cambio” 543 NURIA GALLEGO LLETJÓS “Primeros apuntes sobre identidad y registro funerario en el mesolítico peninsular” 551 CLAUDIA PAU “El analisis de la continuidad en el uso de las tumbas megalíticas del río Gor a partir de los elementos de adorno” 557 JUAN FRANCISCO M. CORBÍ “Algunas miradas de futuro sobre las necrópolis de cremación de las áreas Celtibérica y Vettona”

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565 SUSANA ABAD MIR “El uso de la memoria social y el culto a los muertos en las comunidades humanas de la antigüedad tardía: las tumbas privilegiadas del nordeste peninsular” 571 MARTA CRESPO FERNÁNDEZ y ROSA MARÍA FUERTES GARCÍA “Acercamiento a la investigación de las necrópolis excavadas en roca del suroeste de la comunidad de Madrid: hacia un modelo explicativo del poblamiento medieval” 579 Mª ELISA DÍAZ GONZÁLEZ “Agricultura y hambre en los siglos XVII y XVIII: la necrópolis de armas de Santiago, Jerez de la frontera (Cádiz)” 587 DOMINGO CARLOS SALAZAR GARCÍA “Interrogando a los muertos mediante isótopos estables” 595 RICARDO TORRES MARZO y FRANCISCA LORENZO MORA “Patrones de enterramiento en la ciudad maya de La Blanca, Petén, Guatemala. Intervención arqueológica y tratamientos de conservación en clima subtropical”

603 sesión 9: SOCIEDADES JERÁRQUICAS, ESPACIOS Y TERRITORIOS: NUEVAS PERSPECTIVAS DE LA PREHISTORIA RECIENTE EN EL CENTRO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA 605 Introducción: “Sociedades jerárquicas, espacios y territorios de la Prehistoria Reciente en el centro de la Península Ibérica” PEDRO R. MOYA MALENO y ÁLVARO SÁNCHEZ CLIMENT 607 RAQUEL ALIAGA ALMELA “El mundo funerario del III milenio a.C.en la región central de la Península Ibérica: Madrid” 615 FERNANDO PEREZ LAMBÁN “Sistema de Poblamiento en la Baja Huerva (Zaragoza) durante el Bronce Antiguo y medio”. 623 MARTA LAPUENTE MARTÍN “Características biológicas de la población de “El Cerro de la Encantada” (Granátula de Calatrava, Ciudad Real II milenio a.C.) 631 DAVID RODRÍGUEZ GONZÁLEZ “Aportacion al conocimiento de los asentamientos den llano de la cultura del Bronce de la Mancha” 637 ÁLVARO SÁNCHEZ CLIMENT “El Bronce final en la provincia de Ciudad Real: yacimientos y nuevas perspectivas” 643 PEDRO R. MOYA MALENO “¿Caminante no hay camino…? Arqueología de la edad del Bronce del Campo de Montiel y pasos tradicionales entre la Meseta Sur y la Alta Andalucía” 651 REBECA LENGUAZCO GONZÁLEZ “SCA en el bronce de la Mancha Motilla de Santa María del Guadiana y Motilla del Retamar”

655 sesión 10: EL “ESTILO” EN ARQUEOLOGÍA 657 Introducción: “Resucitando una vieja discusión: el estilo en Arqueología. Concepto, caracterización y posibles vias de aproximación” OLGA GÓMEZ PÉREZ 659 JUDIT LOPEZ DE HEREDIA MARTÍNEZ DE SABARTE “Cerámica y estilo, ensayo de un estudio estilístico para la edad del hierro” 665 CLAUDIA PAU y ANTONIO RUIZ PARRONDO “Evolución en el estilo de los objetos de ornamento en la Prehistoria” 673 MARÍA BORAO ÁLVAREZ “Las azagayas monobiseladas con decoración en espiga: un rasgo estilístico de amplia difusión en el inicio del magdaleniense” 681 ADRIANA SOTO SEBASTIÁN “¿Dónde está el estilo? Una reflexión sobre la identificación de rasgos estilísticos en la industria lítica” 689 TRINIDAD MARTÍNEZ I RUBIO “El cambio social a través de las representaciones rupestres. Propuesta de seriación estilística del arte rupestre levantino en el Masssis del Caroig (Valencia)” 697 IRENE GARCÍA ROVIRA “¿Qué tendrá que ver el estilo con el mar? Estilo en teoría arqueológica: una breve introducción” 705 OLGA GÓMEZ PÉREZ “Reinterpretando mapas arqueológicos mediante el análisis de estilo de la cerámica neolítica” 713 AZUCENA MARTÍN FERNÁNDEZ “Definiendo estilos de talla: la gestión de las materias líticas en el yacimiento de las Choperas (Santas Martas, León)”

717 sesión 11: ARQUEOLOGÍA DE LA IDENTIDAD ¿QUIÉNES ERAN? 719 Introducción: “Arqueología de la identidad ¿quiénes eran? MANUEL ALBERTO FERNÁNDEZ GOTZ y SANDRA LOZANO RUBIO 721 MANUEL ALBERTO FERNÁNDEZ GOTZ “Del esencialismo al posmodernismo; las interpretaciones étnicas en arqueología” 729 EVA ALARCÓN GARCÍA “Reconstruyendo identidades a través de la preparación de alimentos” 737 ROSSEND ROVIRA MORGADO “Etnias e identidades barriales en la ciudad prehispánica de Teotihuacan (México)” 745 BEATRIZ MARÍN AGUILERA “Tanto tienes tanto vales. Matrimonio y posición social en Etruria” 753 JORGE DE TORRES RODRÍGUEZ “Territorio, etnicidad y sociedad en el valle medio del Tajo” 759 ÁLVARO FALQUINA APARICIO “Identidad, Hegemonía y cambio cultural en la sierra de Gredos: una aproximación arqueológica a un proceso contemporáneo” 767 PALOMA DE LA PEÑA ALONSO “Discusión en torno a la identidad cultural gravetiense” 775 DAVID GONZÁLEZ ÁLVAREZ “Casas nuevas para nuevos tiempos. Cambio cultural y materialidad en las brañas-pueblo de Somiedu (Asturias)” 783 JOANA ALVES FERREIRA “The Neolithic, the fantasy of the origins” 789 SANDRA LOZANO RUBIO “Interseccionalidad ¿una nueva herramienta teórica para la arqueología?”

795 sesión 12: POSTERS LIBRES 797 ALBERTO ROMERO MOLERO “D. Francisco Collantes de Terán y Delorme (1899-1977). Un ejemplo de arqueología en la posguerra”

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801 ESTER MORENO GARCÍA y FERNANDO CIRUJANO PONTES “El triado ¿necesario? El caso de Camino de las yeseria (San Fernando de Henares, Madrid)” 805 ANA GRACÍ CASTAÑEDA y JAVIER PARRA CAMACHO “Herramientas informáticas para el estudio de la mujer en el mundo ibérico: bases de datos y página web” 811 ANA DEL OLMO CALVIN y ROSA CALERO CORDEIRO “Problemática del hallazgo de cantos trabajados en el yacimiento de La Motilla de Santa María del Retamar” 815 ANDREA MARTINS “Arte esquemática em Portugal: um pprojecto em construção” 819 JESÚS RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ “Herramientas de cantería aparecidas en yacimientos vettones” 825 MERCEDES MURILLO-BARROSOS “Nuevos artefactos en viejas estructuras: el tesorillo del dolmen de Palacio III (Almadén de la Plata, Sevilla) resultados preliminares” 831 JORGE DE TORRES RODRÍGUEZ, CRISTINA CHARRO LOBATO, JAIME ALMANSA SÁNCHEZ y CARLOS CAÑETE “Arqueología de los jesuitas en Etiopia. Misiones jesuitas ibéricas del siglo XVII en la region del lago Tana”

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837 MARÍA GARCÍA VELASCO y EVA FERRERO INFESTAS “Estudio antropológico de los restos óseos hallados en la excavación arqueológica del alto de San Pedro (Quintanilla-Vivar, Burgos)” 841 ANDRÉS FERNÁNDEZ GÓMEZ “La Ciellina: industria a medio camino entre el Achelense y el Paleolítico Medio” 845 GRUPO DE INVESTIGACIÓN PROYECTO CARRACALLEJA “Proyecto Arqueológico Carracalleja. Conciencia social de un entorno rural en recesión con el Patrimonio Arqueológico Segoviano”

Metodología para un análisis locacional: el entorno de “El Casetón de la Era II” (Villalba de los Alcores, Valladolid) MARCOS GARCÍA GARCÍA [email protected] Departamento de Prehistoria. Universidad de Valladolid Resumen Se presenta aquí la metodología aplicada a un estudio del poblamiento prehistórico en el entorno del primer Recinto de Fosos excavado en la Submeseta Norte: “El Casetón de la Era II”. El análisis locacional se diseñó siguiendo varias preguntas teóricas ordenadas en 3 bloques: orografía, visibilidad y accesibilidad. Apoyándose en esas preguntas se definieron conceptos como “prominencia orográfica” o “control visual” en clave estadística; del mismo modo se eligieron criterios de falsación de hipótesis, protocolos de actuación y los programas informáticos adecuados. Los resultados destacan por su carácter analógico y objetivo, a diferencia de trabajos previos expuestos en clave digital y subjetiva. Se trata, en resumen, de un modelo de trabajo adecuado a un registro arqueológico fragmentario y a un paisaje de pocos contrastes que puede, sin embargo, servir como base a investigaciones en contextos diferentes que rastreen en el espacio las decisiones habitacionales tomadas por las sociedades del pasado. Palabras Clave: análisis locacional, orografía, visibilidad, accesibilidad, prominencia. Abstract This paper summarizes the methodology applied to the study of the prehistoric occupation in the environment close to the first enclosure excavated in the North Meseta: “El Casetón de la Era II”. The locational analysis was designed from some theoretic questions organized in 3 blocks: orography, visibility and accessibility. Using these questions as a guideline we established concepts as “orographic prominence” or “visual control” with a statistic parameter; besides, we chose evaluation criteria for the hypothesis, working guidelines and the most suitable software. The results stand out because of their analogical and objective nature in contrast of previous studies that express their conclusions in a digital and subjective way. To sum up, it’s a work model suitable for a fragmented archaeological record and for a plain landscape, which can, however, be useful to future researches in other contexts that search in the landscape the habitability decisions of the late societies. Keywords: locational analysis, orography, visibility, accessibility, prominence.

1. INTRODUCCIÓN

La metodología que aquí se presenta forma parte del Trabajo de Investigación defendido en septiembre de 2008 en la Universidad de Valladolid y realizado dentro del programa de becas F.P.U. del Ministerio de Educación. Dicho estudio forma parte de un proyecto de Tesis, dirigido por G. Delibes y C. Parcero, que pretende construir un discurso explicativo sobre la funcionalidad de los Recintos de Fosos en una zona que abarca 3 áreas geoestructurales (Tierra de Campos, Montes Torozos y Valle del Pisuerga), 8 recintos de fosos y 266 asentamientos de las edades del Cobre, Bronce y Hierro I. Otros objetivos son hallar respuestas a problemas históricos como el supuesto desierto meseteño o el modelo trashumante de la cultura Cogotas I, en un proyecto que se sirve de la prospección con GPS, de la teledetección y del análisis SIG como herramientas en un marco teórico de Arqueología del Paisaje (García García, 2008b).

1.1. Área de estudio

Para definir el espacio de trabajo, se delimitó un cuadrado de 7 km de lado con centro en “El Casetón de la Era II”, lo que representaba un margen de 2 km respecto al área de control (García García, 2008a: 117). El análisis locacional se ha efectuado, por tanto, en un área a caballo entre las provincias de Valladolid y Palencia, abarcando dos entidades geoestructurales muy diferenciadas: la llanura de Tierra de Campos y el páramo de los Montes Torozos, de los que “El Casetón de la Era II” ocupa una zona de paso natural (Fig.1). En ella se localizan 8 yacimientos que suman un total de 14 ocupaciones prehistóricas entre el Calcolítico y la Primera Edad del hierro (Fig.2).

1.2. Problemas de partida

Antes de afrontar el diseño del análisis locacional conviene detenerse en el origen y fiabilidad de los datos arqueológicos que hubieron de manejarse. La razón de esta aclaración es doble: por un lado, se pretende hacer explícito el margen de incertidumbre que existe en este tipo de trabajos; por otro, se quiere recalcar la importancia de los trabajos de campo enmarcados por un proyecto científico meditado que trata de reducir dicha incertidumbre. El primer problema al que nos enfrentamos fue el mal estado del registro, que se hallaba fragmentado y dañado por la erosión y el laboreo agrícola. Este hecho dificultó la identificación de materiales y de áreas de dispersión. El segundo problema que debimos afrontar fue la situación de los Inventarios Arqueológicos Provinciales, cuyo objetivo principal se rige por parámetros administrativos: la protección patrimonial. Debido a este hecho, las prospecciones realizadas para su creación estaban mayoritariamente dirigidas a los yacimientos más visibles o con información local previa, entre las que no suelen encontrarse los sitios prehistóricos. Añadimos a estos inconvenientes la inexactitud en la localización de los yacimientos (un error medio de 200 m) y la incertidumbre que suponen las adscripciones ambiguas de sitios definidos como “posibles” o “indeterminados”. JIA 2009, pp. 455-462 ISBN: 978-84-7956-094-2

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Figura 1. Área de estudio con los yacimientos objeto del análisis locacional. Al Sur el páramo de los Montes Torozos y al Norte la llanura de Tierra de Campos.

Figura 2. Listado de los yacimientos y ocupaciones prehistóricas analizadas.

1.3. Control de datos de origen

Para tratar de reducir la incertidumbre inherente a todo estudio científico, que en este caso era bastante elevada, se decidió someter a crítica todos los datos previos sobre yacimientos, actuando en tres frentes: bibliotecas, campo y museos. El trabajo bibliográfico consistió en contrastar los datos de las fichas de inventario con las publicaciones en las que se recogían los yacimientos, incluyendo informes de excavación. Igualmente, se realizó una prospección en el área de control (García García, 2008a) que permitió mejorar las adscripciones cronológicas previas y que permitió localizar restos arqueológicos donde se suponía que debía haber vacíos (3 yacimientos y 5 hallazgos aislados), obteniendo a la vez una medida estadística de la calidad de la prospección en la línea de lo que algunos arqueólogos han defendido (Almagro-Gorbea y Benito-López, 1993: 306-308; Almagro-Gorbea et al., 1996; Benito-López y San Miguel, 1993; Delibes et al., 1993: 253). Finalmente, se revisaron los materiales depositados en el Museo de Palencia de yacimientos aparentemente indeterminados. Como resultado, se obtuvo una categorización más precisa para 4 de los 10 sitios definidos como “indeterminados”.

2. EL ANÁLISIS LOCACIONAL ASISTIDO CON SIG 2.1. Concepto de “análisis locacional”

Esta metodología “arqueo-geográfica” (Vicent, 1991) forma parte de la línea de investigación denominada “Arqueología del Paisaje”, que, a pesar de haber tenido aplicaciones teóricas muy variadas por su articulación con diferentes corrientes epistemológicas, tiene como principal elemento renovador el considerar al paisaje como objeto de trabajo y análisis. En ese sentido, entendemos el paisaje como “una creación social y cultural, (...) una construcción acumulativa, histórica, que no consiste en una sencilla superposición de episodios estancos” y, a la vez, como una categoría histórica producto de sucesivos cambios en el discurso arqueológico que le han ido otorgando mayor relevancia (Parcero, 2008: 6-7). Teniendo esto en cuenta, el paisaje no fue un objetivo en esta investigación, es decir, no se pretendió una reconstrucción positiva del paisaje pretérito. Más bien, consideramos el paisaje como objeto de trabajo, como una fuente de información más para construir conocimiento sobre las sociedades del pasado. Con estas bases, concebimos el análisis locacional como un procedimiento analítico orientado a rastrear las decisiones sociales y culturales que permitan entender el proceso de selección de la posición espacial elegida para un asentamiento. Ello parte de dos ideas muy claras: primera, que el paisaje es dinámico, pues está en constante reconstrucción, pero que a la vez es estratigráfico, es decir, es resultado de largos procesos sociales y sus elementos pueden entenderse como parte de secuencias estratigráficas a escala extensa, lo cual implica considerar procesos de acumulación pero también de alteración y destrucción (Parcero, 2002: 16); y segunda, que asumimos la llamada Primera Ley de Tobler según la cual “todo tiene relación con todo lo demás, pero las cosas cercanas tienen más relación” (Tobler, 1970: 236). De este modo consideramos que el análisis de la posición espacial de un yacimiento y de las relaciones que se derivan de ella con otros elementos del paisaje a diversos niveles (prominencia, visibilidad y accesibilidad) nos permiten testar hipótesis acerca de las decisiones que tomaron para su asentamiento aquellos que lo habitaron. Esta propuesta, que en principio puede parecer obvia e inocente, es a la vez una reivindicación de una metodología analítica que ha sido objeto de críticas por su tendencia apriorística. Sin embargo, consideramos no sólo que la metodología es muy válida, sino que además le atribuimos un gran potencial informativo, siempre que el marco de trabajo relativice ese apriorismo. Para ello, como se verá en el siguiente apartado, no hemos centrado nuestro esfuerzo en las respuestas que queríamos encontrar, sino en las preguntas que pretendemos responder. La idea central de este análisis, por tanto, no es buscar restos de los paisajes pasados en el presente, sino el uso del paisaje actual como elemento fundamental de contrastación de hipótesis sobre los procesos sociales y culturales que le han dado lugar.

2.2. El diseño del análisis

Los SIG, al igual que otras herramientas tecnológicas aplicadas recientemente a la Arqueología, han propiciado la aparición de nuevos enfoques y métodos de investigación. Poseen además un innegable poder de atracción, especialmente entre los jóvenes que nos iniciamos en estos cometidos. Esta fascinación puede llegar a convertirse en contraproducente para la investigación si se llega a pensar que la herramienta, la máquina, es capaz por sí sola de solucionar nuestros problemas. Hemos de entender que los SIG son un conjunto de programas creados con unos objetivos y aplicaciones bastante alejados de la ciencia historiográfica. Corresponde al investigador hacer buen uso de ellas, para lo que necesita una formación, criterios y preguntas adecuadas. Siguiendo un símil cinematográfico, del doctor Juan Vicent, sobrevalorar “el terror tecnológico” hace que nos olvidemos del modelo teórico y los fines científicos. Por ello, antes de plantearnos en nuestro trabajo de investigación qué metodología de análisis íbamos a seguir, nos cuestionamos qué queríamos averiguar. Para facilitar el trabajo y la exposición del mismo decidimos ordenar las preguntas en tres bloques con temática espacial: orografía, visibilidad y accesibilidad. De este modo se aseguraría el máximo aprovechamiento en la generación de datos nuevos y en el análisis de los mismos. Para favorecer la comprensión de la metodología ofreceremos las preguntas y los procedimientos analíticos por bloques en el siguiente apartado, reservando el presente para los procedimientos comunes. Efectivamente, una vez que tuvimos las preguntas, nos detuvimos a pensar cómo contestarlas y qué necesitábamos para ello. En primer lugar nos encontramos con la necesidad de aclarar algunos términos que normalmente se usan de forma muy descriptiva, como “prominencia” o “control” para convertirlos en unidades objetivas propias de un análisis sistemático como el que deseábamos llevar a cabo. Es decir, hubimos de reflexionar para traducir descripciones subjetivas que se enuncian de forma digital, por ejemplo que un yaci-

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miento es o no prominente, a una unidad analítica con un criterio único (válido para todos los yacimientos) y en formato analógico (una gradación de cómo se ajusta a ese criterio). En segundo lugar, escogimos los datos digitales que necesitábamos para hallar respuestas acordes a los criterios definidos y que se repartían entre información arqueológica creada a partir de la consulta bibliográfica, museística y de prospección, y la espacial descargada desde distintos sitios públicos. Entre ésta cabe destacar:

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a) Mapas del ejército escala 1:50.000 de entre 1919 y 1941, sobre los que, previa georreferenciación, delimitamos los usos tradicionales del suelo previos a la introducción de la maquinaria agrícola. Se obtuvo del Instituto Geográfico Nacional (http://www.ign.es). b) Mapa base de Castilla y León escala 1:10.000 con toda la información topográfica en capas, incluyendo elementos actuales (carreteras, edificios, canalizaciones, etc.) que fueron muy útiles para la prospección y para la creación del Modelo Digital de Elevaciones. Las hojas pueden descargarse del Servicio de Información Territorial de Castilla y León (http://www.sitcyl.es). c) Ortofotos en color e infrarrojas con una resolución de 50 cm, básicas para la identificación de elementos actuales y de posibles evidencias en el subsuelo. Descargadas del servidor ftp del Instituto Tecnológico Agrícola de Castilla y León (http://www.itacyl.com) d) Modelo Digital de Elevaciones (MDE) con 10 m de resolución y construido a partir de los datos descargables desde el servidor ftp mencionado. En una zona con contrastes tan escasos como la nuestra fue de todo punto necesario eliminar la injerencia de elementos actuales a partir de su identificación con el Mapa Base y las ortofotos en un proceso complejo que no recogeremos aquí. A pesar de existir la posibilidad de construir un MDE más preciso, decidimos rechazarlo tan pronto como comprobamos que nos hallábamos ante un problema de sobre-resolución y es que, desde el principio, asumimos que no hay datos perfectos, ni siquiera buenos o malos, sino adecuados a unos propósitos científicos. Finalmente buscamos qué programas y herramientas eran las más adecuadas. Como software principal nos decidimos por ArcGis 9.2 de la compañía ESRI, especialmente el conjunto de aplicaciones reunidas bajo el nombre de Spatial Analysis. Igualmente se utilizó el programa gratuito Landserf 2.2 desarrollado por el profesor Jo Wood del Departamento de Ciencias de la Información de la City University of London (http://www.landserf.org). Pasemos ahora a comentar por bloques la metodología y los pasos del análisis locacional.

3. EL ANÁLISIS LOCACIONAL POR BLOQUES TEMÁTICOS 3.1. Orografía

Las preguntas que planteamos dentro de este bloque fueron las siguientes:

a) ¿Fue la altitud un factor determinante en la Prehistoria Reciente del Valle medio del Duero? b) ¿Buscaban los yacimientos una posición prominente en el paisaje? c) ¿La prominencia opera en términos absolutos o se reduce a su entorno inmediato? Para conocer si la altitud fue un factor predominante durante la Prehistoria Reciente procedimos a tratar de determinar si la cota de los yacimientos respondía a un patrón constante. Para ello reclasificamos el MDE en 10 clases, es decir, tomamos los valores de elevación de cada píxel del MDE y los transformamos en valores de 1 a 10. Para la clasificación usamos deciles, una medida de dispersión que ordena los elementos en torno a 9 valores centrales. Posteriormente, extrajimos la clase en la que se encontraban nuestros 12 yacimientos. Es decir, los datos que comparamos eran la extensión de cada clase y el número de yacimientos que había en cada una. Lo que pretendíamos conocer es si la distribución de los yacimientos por clase era significativa. Para ello se parte de una hipótesis nula H0: los yacimientos se distribuyen aleatoriamente entre las 10 clases de altura. Para contrastar la hipótesis, usamos un test de significación Kolmogorov-Smirnov que mide la distancia máxima entre dos curvas de distribución: la obtenida de la acumulación de nuestros datos y la llamada Normal. En caso de que el valor máximo de nuestros datos superase a la normal (0,361) en un grado de significación determinado (0,05 ó 95% de certeza) podríamos desechar H0 y decir que la distribución de los yacimientos en clases de altura seguía un patrón. Las siguientes dos preguntas están basadas en la prominencia, por lo que fue necesario establecer un criterio objetivo distinto de la noción tradicional en nuestra área de estudio, en la que tienden a considerarse prominentes los espigones más pronunciados de los bordes del páramo por ser los más fácilmente visibles desde el llano (posición subjetiva) y por poseer la cota más elevada (valor absoluto). Sin embargo, en este trabajo considerábamos que la prominencia no dependía tanto de una posición concreta en el paisaje y de valores absolutos de altura, sino de lo destacado que un punto pueda ser en el entorno, en este caso en el área de análisis. Por esa razón necesitábamos un algoritmo que clasificase los valores del MDE siguiendo un mismo criterio a partir del Surface Feature Clasification del programa Landserf 2.2, que clasifica la superficie del MDE en 6 categorías: hoyos, pasos, canales, cadenas, picos y planicies. Como esta clasificación depende en gran medida de la “máscara” de análisis, es decir, del número de píxeles usados en el radio de actuación, decidimos crear un fuzzy map, un mapa con las probabilidades de que cada píxel fuese clasificado en una de las seis categorías combinando las escalas de 9x9 y 3x3 celdas. Consideramos las zonas clasificadas como cadenas y picos las más prominentes. Además de esta clasificación que nos daba una lectura general de la orografía del área de análisis, decidimos establecer otra más relativa que tuviese en cuenta las ligeras elevaciones que existen en nuestra área de estudio, aparentemente tan llana. Para ello realizamos una clasificación de cimas y picos estableciendo un umbral de 5 m de diferencia, es decir, aquellas zonas que tuviesen 5 m de diferencia de altura con el píxel inmediato

se considerarían cimas y las que tuviesen otros 5m de diferencia con un píxel anexo considerado cima se clasificarían como picos. Para concluir si los yacimientos se establecieron en posiciones prominentes dentro del área de estudio, tan sólo hubimos de comprobar si su extensión coincidía con píxeles clasificados como cadena, pico o cima. Además de tratar de averiguar la prominencia a escala del área de análisis, nos planteamos una tercera pregunta referente a la prominencia en el entorno cercano. Como entorno cercano consideramos un radio de 3 km a partir del centro del yacimiento y como entorno inmediato un radio de 1 km. Se trataba de una decisión basada en las distancias medias de las isocronas creadas en el análisis de accesibilidad que se explicarán más adelante, pues el entorno accesible en 15 minutos suele sobrepasar ligeramente el kilómetro y los lugares que pueden alcanzarse en 30 minutos rondan los 3 km. Se pretendía así redondear la distancia y crear una medida unívoca para el análisis que no dependiese de los costes de desplazamiento desde el yacimiento. Para medir esa prominencia hemos derivado un mapa de alturas relativas para cada máscara de análisis (Fig.3). Se trata de convertir los valores absolutos de altura del MDE en valores relativos de 0 a 1 usando la calculadora ráster del programa ArcGis 9.2 con la siguiente fórmula: “(MDE – valor máximo / valor máximo – valor mínimo) + 1”. Con este índice pudimos conocer cómo se distribuían las alturas en un entorno determinado y juzgar la prominencia de un yacimiento para ese entorno. El límite para considerar a un yacimiento prominente era que se situase en un área con un índice igual o superior al 0,6.

3.2. Visibilidad

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Figura 3. Extracción de las alturas relativas para el entorno de 1 Km de “El Casetón de la Era II”.

En este bloque de análisis se plantearon las siguientes preguntas:

a) b) c) d)

¿Fue el control visual del entorno un factor esencial para la elección del asentamiento? Si es así, ¿qué elementos del paisaje preferían controlar? Si no es así, ¿prefirieron primar la relevancia visual del sitio desde el entorno cercano o desde otros yacimientos? ¿Puede considerarse más fácilmente visible “El Casetón de la Era” respecto a otros yacimientos coetáneos? Si es así, ¿hubo algún cambio entre la ocupación del Calcolítico y la de la Edad del Bronce?

El conjunto de análisis que este apartado engloba ha sido criticado tanto por su procedimiento como por la base teórica sobre la que se asienta (Metcalfe-Wood, 2005: 29-33; Wheatley y Gillings, 2002: 214). No es este el lugar para extendernos sobre el debate. Simplemente queremos dejar constancia de que somos conscientes de la imperfección de los resultados del método en términos históricos. Nos movemos de nuevo en un margen de incertidumbre que, insistimos, es inherente a la Arqueología y que en muchos aspectos hemos dado por sentado: aceptar la contemporaneidad de yacimientos con los mismos materiales, definir culturas y periodos a partir de ellos, analizar entidades paisajísticas sin caer en la subjetividad humana, etc. Como investigadores debemos, sin embargo, aceptarla y tratar de reducirla con decisiones explícitas. Por esta razón, quisimos ser coherentes con unos criterios mínimos que afectaban particularmente al análisis de visibilidad. En primer lugar, como en todo el trabajo, huimos de apriorismos y optamos por un análisis sistemático de los patrones locacionales. Así prescindimos de establecer líneas de intervisibilidad entre yacimientos, pues entendíamos que no aportaban nada al estudio que no se pudiese obtener por otras vías y porque suponía dar por sentado que debería existir una relación entre los elementos. Como alternativa preferimos crear capas de gradación de visibilidad desde cada yacimiento y observar después con qué realidades coincidían los valores más altos. En segundo lugar, optamos por dos máscaras de análisis que nos permitiesen dar cierta profundidad y sentido de “control” a los resultados. De este modo en lugar de buffers con radios predeterminados, usamos las isocronas de 15 y 60 minutos que habíamos obtenido en el análisis de accesibilidad, es decir, establecimos un criterio de alcance visual en función de lo que entendíamos como territorio controlado por el yacimiento en términos de acceso (Fig.4). De este modo sí consideramos que podíamos hablar de “control visual”, un término utilizado normalmente de forma descriptiva y aplicado a los resultados obtenidos sin más en un análisis visual. Para conocer si dicho control visual fue un patrón locacional determinante, generamos capas de visibilidad desde cada yacimiento con una resolución de 10 m. Tradicionalmente la función viewshed de ArcGis 9.2 se realiza a partir del centro del yacimiento. Dado que nosotros considerábamos que debía medirse la visibilidad completa del enclave y porque queríamos obtener una gradación dependiendo de la posición espacial del observador, decidimos crear puntos de medición cada 10 m dentro del contorno del asentamiento con la herramienta Hawth’s tools. Posteriormente se crearon las capas de visibilidad (viewshed) de todos los puntos que conformaban cada yacimiento, estableciendo una altura del observador de 1,70 m y del objeto observado de 0m. El resultado es una capa ráster en la que

los valores van de 0 a n (siendo n el número de puntos de cada yacimiento), con lo que es posible conocer qué zonas no son visibles (píxeles con valor 0) y cómo de visibles son otras (valores de 1 a n). Valorando el porcentaje visible de terreno controlado pudimos establecer si la visibilidad del territorio accesible fue un factor determinante, que dependió de si superaba o no el umbral de significación del 51% de la superficie total accesible.

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Cuando así fue, comprobamos qué recursos y entidades se encontraban en la zona visible y, sobre todo, cuáles se situaban en los valores más altos. Para ello, se extrajeron dichos valores a partir de las capas de los elementos que nos interesaban: hidrología, usos de suelo pre-industriales, otros yacimientos y zonas de paso establecidas con Landserf 2.2. El caso de la hidrología necesitó de un trabajo más pormenorizado, ya que para una correcta valoración de los datos decidimos clasificar la capa vectorial en dos entidades: arroyos y ríos. La distinción obedecía no tanto a criterios de tamaño como de estacionalidad, de tal manera que entre los ríos se clasificaron cursos de agua de menor caudal pero continuo. Por Figura 4. Capa de visibilidad para la isocrona de 15 minutos de “El Casetón ello, al transformar la capa vectorial de hidrología en ráster se les de la Era II”, reclasificada de forma binaria (la superficie visible en blanco, la dio un tamaño idéntico (2 m) que no se correspondía exactamente no visible en negro). con la anchura actual, pero que no sobrevaloraba la de algunos cursos discontinuos. En cuanto a los usos del suelo, queremos aclarar que, al igual que en el análisis de accesibilidad, no empleamos los datos obtenidos de los mapas anteriores a la mecanización agraria como imágenes reconstructivas del paisaje prehistórico, sino como una forma de rastrear la posible preferencia por zonas actualmente destinadas a ciertos usos concretos. En caso de detectar preferencias de este estilo, nos centraríamos en buscar qué factores geográficos permitían interpretar la singularidad de esas zonas en relación con los asentamientos: condiciones de humedad, drenaje, tipología del suelo, profundidad, pendiente, etc. En los casos en los que no pudimos determinar que la visibilidad era un factor importante de locación, tratamos de determinar si los pobladores del yacimiento prefirieron seleccionar un área visualmente destacada o prominente en el paisaje. Esto puede determinarse hallando la Cuenca Visual Acumulada de cada periodo, que es la suma de las capas de visibilidad de los yacimientos con la misma cronología. Para simplificar la suma reclasificamos las capas de visibilidad de forma binaria (visible y no-visible) con el fin de conocer desde cuántos yacimientos coetáneos era visible un enclave. Para la cuarta pregunta, acerca de la prominencia visual de “El Casetón de la Era II”, extrajimos conclusiones similares utilizando la capa de Cuenca Visual Acumulada del Calcolítico y de la Edad del Bronce.

3.3. Accesibilidad

Para este último bloque las preguntas fueron: a) ¿La facilidad para desplazarse desde un asentamiento a su entorno y viceversa fue un criterio relevante para la localización de los sitios? b) Si no, ¿prefirieron sacrificar un mejor acceso a los recursos a cambio de una mayor protección (defensiva o frente al clima)? c) ¿Hacia qué tipo de entidades primó el acceso como factor de asentamiento? d) ¿Estaba “El Casetón de la Era” en un lugar especialmente accesible para los yacimientos culturalmente equivalentes? Al igual que en el apartado de la visibilidad prescindimos aquí de un análisis muy común en lo que respecta a la movilidad: los caminos óptimos entre asentamientos. El argumento es idéntico: queríamos ser coherentes y no establecer relaciones a priori entre yacimientos coetáneos. Determinamos la importancia de la accesibilidad como factor locacional a partir de la creación de isocronas a las que ya nos hemos referido. Para ello fue necesario crear una superficie de costes a partir del MDE, es decir, traducir los valores de altura en valores de energía, velocidad o tiempo que supone atravesar una celda. En nuestro análisis nos decidimos por usar superficies isotrópicas, ya que consideramos que la creación de un camino en el viaje de ida facilita el de regreso y porque no disponíamos de elementos que valorar como el acarreo de materiales al regreso para distinguir una diferencia entre direcciones. El algoritmo que elegimos transforma los valores de altura del MDE en segundos que conlleva cruzar un píxel (Uriarte, 2005: 613): T= 0,0277RP + 0,6115R; siendo T el coste en segundos, P la pendiente en porcentaje y R la resolución del MDE en metros. Una vez obtenida la capa de costes de cada yacimiento, se reclasificó eligiendo los intervalos acordes a nuestro interés: 60, 30 y 15 minutos. Así pudimos conocer el tamaño de cada isocrona y valorar la importancia de la posición del yacimiento para acceder a más o menos superficie en un tiempo determinado. Cuando no fue así, pudimos contrastar si la mayor dificultad para acceder al entorno se veía compensada por una posición estratégica, en el caso de que los valores de visibilidad y altura relativa fuesen suficientemente elevados.

Con las isocronas obtenidas en el paso previo nos aproximamos a las dos últimas preguntas: para conocer qué entidades paisajísticas eran más accesibles bastaba con superponer las isocronas sobre las capas de hidrología, usos del suelo, zonas de paso, áreas visibles y otros yacimientos (Fig. 5); mientras que para la cuarta pregunta comparamos las isocronas de los yacimientos calcolíticos y del Bronce Medio para comprobar si la posición de “El Casetón de la Era II” fue especialmente accesible para ellos.

4. CONCLUSIÓN: UN MÉTODO CON MUCHAS POSIBILIDADES

La metodología aquí presentada produjo una gran cantidad de información estadística que hubo de procesarse en forma de tablas y gráficos que la hiciesen legible. A partir de ahí comenzó la tarea valorativa, en la que hubimos de traducir datos numéricos en patrones de asentamiento. Los resultados fueron más que satisfactorios, especialmente porque por primera vez podíamos expresar de forma cuantitativa realidades que otros habían expresado antes de forma descriptiva. No se trataba ya, por ejemplo, de decir que los yacimientos calcolíticos evitaban las posiciones más elevadas, sino de establecer exactamente en qué Figura 5. Isocronas de 15, 30 y 60 minutos de “El Casetón de la Era II” superpuestas rangos de altura relativa se localizaban, de cómo eso tenía sobre las capas de hidrografía y de usos del suelo. una clara relación con un acceso cómodo a ciertos recursos, aun sacrificando el control visual. Todo expresado de forma mensurable y, por tanto, contrastable por otros investigadores. Creemos que ésta es la virtud principal de esta metodología y, por esa razón, hemos querido exponerla aquí detenidamente como forma de enriquecer las perspectivas, las técnicas y los debates en Arqueología.

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