María de la paz y de la guerra: conflictos sociales y culto mariano en los albores del siglo XIX

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Descripción

María de la paz y de la guerra: conflictos sociales y culto mariano en los albores del siglo XIX

María del Carmen Espinosa Valdivia Universidad Nacional Autónoma de México México, D. F.

Mesa: Religión e Independencia Presidente: Brian Connaughton Sesión: miércoles 27 de octubre, 4:55 a 6:15 pm

DR © El Colegio de México, A. C.

1|María del Carmen Espinosa Valdivia

Sí, que todo es vno en María, flores y escudos; rosas y broqueles; armas y azuzenas.1

El 7 de octubre de 1571 se dio una de las batallas navales más gloriosas para las armas españolas contra los otomanos en Lepanto. Más de cien años después se seguía celebrando esa victoria y, como parte de dicha celebración, el padre jesuita Juan Antonio de Oviedo predicó un sermón en el que describió a la Madre de Jesús como la Belona Sagrada en alusión a la diosa romana de la guerra y muy en la tradición de emplear alegorías de la antigüedad clásica grecolatina para exaltar virtudes característica de la oratoria barroca. 2 En este sermón de fines del siglo XVII se ponía de manifiesto una María dual, casi contradictoria, lo mismo flor que arma. A lo largo de más de 1500 años, la humilde nazarena, a penas esbozada en los evangelios fue recibiendo títulos y atributos muy variados. 3 Desde el Apocalipsis de Juan y los evangelios apócrifos se pintaros rasgos que la asociaron con las diosas mediterráneas, lo mismo en la exaltación de su virginidad, como en su calidad de Dea celestis, esposa y madre de Dios o señora de las fieras... Según Mariana Warner: La Virgen, como Atenea, reina sobre la paz y la guerra. Existe en la tierra y a través de los lugares y cosas que ella ha consagrado con su tacto y da a estas cosas el derecho a la victoria. México —durante la guerra de independencia— en que enfrentaron a la Virgen de Guadalupe con Nuestra Señora de los Remedios no fue el primero ni ciertamente el único escenario de guerra en el que la Virgen reinaba.4

Cuando, en tiempos de Constantino, la corte celeste se volvió un reflejo de la imperial bizantina, la dupla formada por emperador con su madre, llevada a los altares como Santa Elena, se proyectó en la Gloria en la versión de Cristo emperador y María, asunta y coronada. Durante la Edad Media Jesús se convirtió en el Pantocrator, juez todopoderoso, implacable y vengativo que descargaba su brazo en epidemias, sequías, inundaciones y guerras. María se 1

Juan Antronio de Oviedo ―La Belona Sagrada de la Iglesia‖ en, Panegýricos sagrados, t. II, p. 155. Carlos Herrejón, Del sermón al discurso cívico..., p. 31. 3 Hilda Graef, María. La mariología y el culto..., p. 40-41. 4 Mariana Warner, Tú sola entre las mujeres..., p. 392. 2

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2|María del Carmen Espinosa Valdivia volvió la intercesora ineludible, capaz de calmar las iras de su Hijo y lograr el perdón para los mortales. Así, se convirtió en Nuestra Señora de la Misericordia, del Perdón o del Socorro. Pero, además del la mediación ante el Ser Supremo que le daba su condición de Madre de Dios, se le consideró poderosa en sí misma para salvar a los hombres de los peligros.5 En contraparte, se consideraba que la dulce Madre del Salvador formaba parte de un ejército en combate permanente entre Dios y el Demonio, la luz y las tinieblas. María y Jesús eran la cabeza de las huestes celestiales en contra del Maligno y su secuaces, y estos combates del ―más allá‖ solían tener sus versiones terrenales que variaron según el momento. Con las cruzadas, el enemigo otomano en Tierra Santa, que además avanzaba hacia la Europa oriental, provocó una respuesta intensa, aunque no siempre exitosa. Nacieron o se consolidaron órdenes religiosas militares, como los mercedarios dedicados a la redención de cautivos. Además de estar bajo la protección de Nuestra Señora de la Merced o de las Mercedes, fueron muy devotos al título de los Remedios,6 que junto con el Socorro o la Victoria fueron apelativos marianos usados reiteradamente cuando la Madre de Dios intervenía en asuntos de guerra. Durante la de reconquista española los enemigos eran los árabes, practicantes del Islam. María, entonces, fue defensora de la espada en contra de la cimitarra. Diversas advocaciones, entre ellas la de Covadonga, fueron invocadas para solicitar su apoyo a los cristianos, al lado del apóstol Santiago, además de convertirse en herramienta de integración social.7 Esta inercia providencialista, casi mesiánica, en la que la naciente monarquía española se consideró elegida para la defensa de la cristiandad, se prolongó tanto en Europa como en América, allá en la lucha contra las confesiones protestantes y el intento turco por dominar el Mediterráneo. En el nuevo continente había un mundo completo por conquistar y evangelizar. Tanto los soldados como los religiosos portaron sendas imágenes marianas que utilizaron como avanzada religiosa. Una de ellas, como es bien sabido, fue la imagen de Nuestra Señora

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Cfr. Hilda Graef, María. La mariología y el culto..., p. 55 y Antonio Rubial, ―Introducción‖ en Florencia y Oviedo. Zodiaco mariano, p. 14. 6 Teresa Matabuena y Marisela Rodríguez, ―Introducción‖ a Francisco de Florencia, La milagrosa invención..., p. 17. 7 Solange Alberro, El águila y la cruz..., p. 19-23.

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3|María del Carmen Espinosa Valdivia de los Remedios, traída por el soldado Juan Rodríguez Villafuerte y colocada en el Templo Mayor en la primera entrada de Cortés a la ciudad de México. Según la tradición,8 — expresada por Francisco de Florencia un hermano suyo se la había obsequiado después de que lo acompañó exitosamente en diversas incursiones militares. Sin embargo, resulta significativo que un mercedario —Bartolomé de Olmedo, acompañante Cortés— participara de la colocación de la imagen, que tenía un título caro a los padres de dicha orden— en el gran Cu.9 Ahí, afirma Florencia, María derrotó al Demonio en su versión idolátrica de Huitzilopochtli.10 La famosa Noche Triste, en que los españoles enfrentaron y fueron perseguidos por los indígenas hasta el cerro de Totoltepec, María, acompañada por el apóstol Santiago, protegió a los primeros cegando a sus perseguidores y salvando su vida; a la vez que rescató españoles de la ira divina: Peleaba Dios enojado por los indios aquella lamentable noche con los españoles, por algunos excesos de crueldad, de codicia y de otras culpas que están bien claras en las historias. Pasaron la noche peleando, cayendo a manos de los mexicanos, o por mejor decir, peleando y matándolos el brazo de Dios mal ofendido, justamente irritado. Duró la batalla, duraron las muertes hasta que el alba hermosa de la Bendita Imagen de los Remedios salió por el Occidente para atajar su ocaso [...] Porque luego que la vio Dios rayar por la cumbre del cerro de Otomcapulco, aplacó su enojo y cesó la furia de los enemigos. [...]Fue como si naciera esta aurora, esta imagen milagrosísima de MARÍA, para pacificar a Dios con los españoles y poner en paz con los indios, como sucedió, por medio de las victorias y buenos sucesos que desde aquél día les dio, hasta sujetarlos para bien suyo al suave yugo de Cristo. Pues se han convertido y bautizado innumerables de ellos, y como piadosamente creemos, salvado muchos.11

El número de imágenes y advocaciones marianas que participaron en el proceso fue incontable, Cortés, por ejemplo, obsequió una de ellas al señor de Tlaxcala Gonzalo Alxotecatl que se colocó en el convento de San Francisco de la Puebla de los Ángeles y se conoció con el

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Francisco de Florencia, La milagrosa invención..., p. 134. Véase también Francisco Miranda, Dos cultos fundantes..., p. 36. 9 Teresa Matabuena y Marisela Rodríguez, ―Introducción‖ a Francisco de Florencia, La milagrosa invención..., p. 21. 10 Francisco de Florencia, La milagrosa invención..., p. 261-263. 11 Francisco de Florencia, La milagrosa invención..., p. 264-265.

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4|María del Carmen Espinosa Valdivia nombre de la Conquistadora.12 Mucho más tarde, otra escultura ubicada en la catedral de la misma ciudad, conocida como de la Defensa fue, además, viajera. Palafox se la dio al almirante Pedro Porter Casanate para explorar y conquistar California sin mucho fruto y se trasladó hasta Chile, donde apoyó a los conquistadores en los intentos de sujetar a los araucanos hasta volver a su templo en la ciudad de los Ángeles.13 Entre ellas, sin embargo, predominó el título de la Inmaculada Concepción en muchas variantes.14 En Nueva Galicia, por ejemplo, los frailes franciscanos llevaron sendas imágenes de pasta de caña, también conocida como de médula o de Michoacán que tenían la iconografía concepcionista con el manto azul y la luna a sus píes.15 Fray Antonio de Segovia y fray Miguel de Bolonia respectivamente entregaron una a los indígenas de Zapopan y otra a los de San Juan Mezquititlán, después conocido como San Juan de los Lagos. En el primer caso, se dice que la Virgen colaboró en la rendición y conversión de los indígenas levantados en la guerra del Mixtón y por eso se le conoció con el título de la Pacificadora. 16 Con el tiempo se asoció a Nuestra Señora de Zapopan con el título de la Expectación y se le colocó un relicario con una imagen del Niño Jesús dentro, pero nunca perdió su fundamento inmaculista.17 En diferentes regiones del virreinato se dieron duplas marianas con especificidades o favoritismos étnicos: el más conocido es sin duda el existente entre Nuestra Señora de Guadalupe, la criolla, y los Remedios, la gachupina, titulo otorgado curiosamente por los novohispanos. En Puebla también hubo una dupla de imágenes derivadas de la Conquistadora: la criolla, en la catedral y la gachupina, en el convento de N. S. de la Merced. Por su parte, sobre Nueva Galicia Observan algunos piadosos contemplativos qu se huvo la SS. Virgen con el Reyno de Xallixco —como con el Imperio de México con las celebérrimas de Guadalupe y los Remedios que la vna dio para los naturales como ella misma se lo dijo a Jua[n] Diego y la de los Remedios q[ue] dio para todos los Españoles y Naturales, como la devoción acredita, la de Guadalupe dio a los Prelados de la Iglesia, la de 12

Florencia y Oviedo, Zodiaco mariano..., 1995, p. 201. Ibid., p. 211 y 218. 14 William B. Taylor, Ministros de lo sagrado..., v. 2, p. 408. 15 Cfr. Lancaster-Jones, Tríptico mariano..., p. 1, 3 y 5 y Florencia y Oviedo, Zodiaco mariano..., 1995, p. 341. 16 Verti, Nuestra Señora de Zapopan: generala de la Nueva Galicia..., p. 12. 17 Lancaster-Jones, Tríptico mariano..., p. 12. 13

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5|María del Carmen Espinosa Valdivia los Remedios a la Ciudad y a su Cabildo—. La de Tzapopan a los Señores Obispos y a los Indios y assí gozaron de sus favores a solas casi cien años, la de San Juan a los Españoles, con quienes hizo el primer milagro y se ha esmerado con todos ellos, especialmente con los de Zacatecas y su Comarca, en los muchos que hace, como veremos. Si bien como la Señora en sí es para todos, en sus Imágenes vniversalme[n]te es Bie[n]hechora.18

Como puede verse, el cruce de identidades y pertenencias era complejo, al mismo tiempo regional, estamentario e institucional. Cabe agregar, a manera de paréntesis, que si bien San Juan Bautista fue originalmente un pueblo de indios, fue justamente el culto a su imagen la que causó la llegada de españoles, oficialmente autorizada por la Real Audiencia de Guadalajara en julio de 1633.19 Además, las imágenes solían tener funciones complementarias: Guadalupe prevenir o proteger de inundaciones, Zapopan contra los rayos y dando avisos sobre la cercanía de la muerte, los Remedios provisión de agua y San Juan proteger a los viajeros en los caminos, aunque todas desempeñaron marginalmente labores intercambiadas. Por razones obvias, las imágenes capitalinas tuvieron más difusión que las ubicadas en otras regiones novohispanas. Aunque vale la pena destacar que —por lo ya referido— Nuestra Señora de los Remedios se comenzó a destacar en asuntos de guerra; principalmente en proteger a la flota contra las incursiones piratas.20 Para muestra, un botón en la pluma de Florencia: Se detuvo [la Virgen de los Remedios en la ciudad de México] para traernos noticias de la llegada de la flota felicísima y brevísimamente a la Habana, que tenía al reino en cuidado, [...]. Se detuvo para darnos nuevas del ajuste de Génova con Francia, de que depende la paz de España, la quietud de Italia y los progresos del Imperio contra el Turco, enemigo común de la cristiandad, [...]. Se detuvo para traernos y amarrarnos en el puerto de Acapulco la nao de azogues, tan deseada, [...], estando el reino casi desahuciado de su venida por las nuevas de enemigos del mar del Sur.21

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Florencia, Orígen de los dos célebres santuarios..., 1694, p. 49. Márquez, Historia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos..., 1966, p. 23. 20 Robles, Diario de sucesos..., t. II, p. 220, t. III, p. 51 y Guijo, Diario..., t. II, p. 65-66. 21 Francisco de Florencia, La milagrosa invención..., p. 216-217. 19

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6|María del Carmen Espinosa Valdivia Dado que el ayuntamiento de la ciudad era el patrono del santuario de los Remedios,22 fue frecuente que para las celebraciones de triunfos militares de la metrópoli española se recurriera a esta imagen para agradecerlos. Así, poco a poco los Remedios se fue volviendo la representativa de la autoridad monárquica. Todo ello sin dejar de considerar que tanto ella, como Guadalupe, la Bala y la Piedad eran los cuatro Baluartes que protegían a la capital virreinal de sus enemigos. De manera que la presencia mariana en el imaginario militar y protector de la Nueva España fue mucho más compleja que una simple confrontación entre dos imágenes que, cuando menos hasta el siglo XVIII fueron claramente consideradas opuestas, pero complementarias.23 Por otra parte, hacia mediados de esta centuria, en mucho a consecuencia de la gran epidemia (ca. 1737) se logró que la Congregación de Ritos en Roma otorgara una fecha oficial a la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe y se declaró el patronato de dicha imagen sobre todo el territorio novohispano. Así, la guadalupana comenzó a asociarse más con Nueva España mientras que los Remedios quedó más circunscrita al ámbito local de la ciudad de México.24 El ambiente político – religioso – militar comenzó a cambiar con la llegada de los borbones al poder en España, pero sobre todo con los conflictos de la corona española contra Francia una vez que Napoleón decidió penetrar en la Península Ibérica tras los azarosos problemas de sucesión que dejaron a Fernando VII en el trono para luego transferirlo a José Bonaparte.25 Entonces, Nuestra Señora de los Remedios se convirtió en la Generala de las huestes españolas contra el usurpador con bastón de mando y sable.26 A ella se invocó en un sermón escrito por Juan Bautista Díaz Calvillo, oratoriano de San Felipe Neri, titulado: Sermón predicado en la iglesia del convento de religiosas de Santa Inés virgen y mártir de esta ciudad, el día 18 de julio de 1810, y tercero de la rogación circular que allí se hacía a la 22

Francisco Miranda, Dos cultos fundantes..., p. 49. Dolores Bravo, ―Los Remdios y Guadalupe..., La excepción y la regla..., p. 168. 24 William B. Taylor, Our Lady of Guadalupe and friends…, p. 20. 25 Carlos Herrejón, Del sermón al discurso cívico..., p. 288. 26 Teresa Matabuena y Marisela Rodríguez, ―Introducción‖ a Francisco de Florencia, La milagrosa invención..., p. 61, véase también Carlos Herrejón, Del sermón al discurso cívico..., p. 288. 23

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7|María del Carmen Espinosa Valdivia portentosa imagen de María Santísima de los Remedios por las presentes necesidades de la antigua España. El tema bíblico tomado de Judith 4,1227 que en el versículo 13 de la Sagrada Biblia aparece como ―Escuchó el Señor sus clamores y miró su aflicción. Ayunaba el pueblo de Israel todos los días [...] ante el santuario del Señor‖. El argumento trataba de sustentar que una mujer sería la defensora de España, de la ortodoxia católica, en contra del usurpador: María. Sin embargo, también discurrió sobre las causas de la guerra. Así como Florencia unas páginas atrás en relación con la Noche Triste, Días Calvillo afirmó que esta calamidad era consecuencia de la ira de Dios por los pecados de los españoles de ambos lados del océano. Quando [...] después de haber hecho las más tristes reflexiones sobre muchos sucesos desgraciados que ha tenido la presente guerra, indagaba la causa de ellos, y descubría que no era la falta de valor en nuestras tropas, sino la traición y perfidia de algunos, indignos del glorioso nombre de españoles, que han prostituido su honor y su conciencia al interés y á la impiedad.28

En la metrópoli, los ministros ilustrados del rey habían permitido la entrada de una ideología contraria a la fe y habían regido impíamente29 la relajación de la moral y las costumbres se hacían sentir en todo el imperio.30 Particularmente el autor lanzó diatribas contra las mujeres, que con sus modas, afeites y escotes abrían la puerta a la lascivia y No tienen número los pecados que con ella causáis, muchas son las almas que se pierden por esa profanidad [...] si no tenéis el ánimo de enmendaros, [...] Os seguirá castigando el Señor, hasta permitir que perdáis la fe: perdida la fe, le insultareis con mayor atrevimiento; [...] pisareis la magestad de Dios, [...] blasfemareis de su santa y digna Madre... seréis ateístas.31

Para calmar el brazo vengativo de Dios era indispensable, primero, terminar con las causas de su enojo, es decir, modificar la conducta y terminar con las ideologías modernizantes; lo segundo, recurrir al ayuno y la oración.32 En tal caso, María se alzaría como

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De la Vulgata: Scitote qvoniam exavdiet dominvs preces vestras, si manentes permanseritis in ieiuniis et orationibus in conspectv domini. La traducción no es textual. 28 Díaz Calvillo, Sermón predicado en la Iglesia..., p. 5. 29 Ibid., . 11-13. 30 Ibid., p. 5-6. 31 Ibid., p. 27-28. 32 Ibid., p. 7.

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8|María del Carmen Espinosa Valdivia defensora de España y de la fe dándole la victoria contra el invasor. 33 De manera que, un sermón para frenar o conseguir la victoria en una conflagración armada se convirtió en un recurso edificante, a la manera de la retórica barroca ya en desuso. Cabe señalar que, si bien los acontecimientos transoceánicos tendrían repercusiones significativas en América, aquí el peligro militar no era tan inminente; los temores que generaba la inestabilidad política no se comparaban con la realidad de la guerra y sus efectos sociales, económicos y los riesgos sobre la integridad física de los novohispanos; de manera que la solicitud de intercesión mariana estaba más encaminada al auxilio de la monarquía que a la protección local. Un par de años más tarde la situación se transformaría radicalmente. Hacia 1810 la conspiración gestada entre Querétaro y Guanajuato en busca de la autonomía política con respecto a España, se inclinó por iniciar un levantamiento armado y la figura de María tendría un papel protagónico. Aún antes de que Hidalgo enarbolara el estandarte guadalupano en Atotonilco, los conspiradores habían considerado la posibilidad de iniciar la conflagración durante la fiesta de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos,34 en Nueva Galicia. Además de la celebración religiosa, había una gran feria comercial con privilegios y prerrogativas arancelarias otorgadas por el rey Carlos IV en 1787. 35 San Juan era un sitio estratégico de comunicación entre Guadalajara y zonas mineras como Zacatecas y Guanajuato, el contacto directo con el Bajío y su riqueza agropecuaria. Pero, además, el culto a las imágenes nuevogallegas de Zapopan y San Juan era el más importante del virreinato después de Guadalupe y los Remedios, sobre todo en la región donde se movían los conspiradores, y el arrastre popular que tenían era incuestionable, y todavía puede reconocerse en la actualidad. Como es bien sabido, estas intenciones se vieron frustradas por el descubrimiento de la conspiración y fue necesario adelantar las acciones con las consecuencias de todos conocidas: el inicio de la escalada rebelde, que pudo haberse dado bajo el manto de Nuestra Señora de San Juan, quedó encabezado por la Virgen de Guadalupe, curiosamente ambas alusivas a la 33

Ibid., p. 18-19. Taylor, ―The Virgin of Guadalupe...‖ en American ethonolgist, 1987, p. 23 y Márquez, Historia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos..., 1966, p. 172-173. 35 Márquez, Historia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos..., 1966, p. 167. 34

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9|María del Carmen Espinosa Valdivia Inmaculada Concepción de María que, según William B. Taylor era el título que realmente arrastró el fervor popular durante la independencia.36 A partir del levantamiento iniciado por Hidalgo la guerra dejó de ser una referencia lejana para convertirse en una realidad con todas las consecuencias económicas y sociales dentro del propio virreinato. En ese momento, cada estamento, región, grupo o individuo se acogió a sus devociones tradicionales (Cristo, la Virgen, los santos) en busca de protección.37 Los capitalinos proinsurgentes o no, invocaron a Guadalupe y los Remedios, en Nueva Galicia se recurrió a Zapopan y San Juan. Desconozco las incidencias de esta lucha en Yucatán pero seguramente se habrán acogido a Nuestra Señora de Izamal, por hablar sólo de las devociones marianas. El 30 de septiembre de 1810, apenas dos semanas después del grito de Dolores, y el mismo día en que Abad y Queipo, obispo electo de Michoacán publicaba su primer edicto contra la insurgencia, José de Mendizábal (rector del colegio de San Juan de Letrán de la ciudad de México) predicó un sermón en la fiesta de Nuestra Señora del Pueblito en Querétaro. El autor confesó haber expuesto otro en la Congregación de Guadalupe de la misma ciudad además de otro en el convento de Capuchinas de la ciudad de México, todos ellos con propaganda anti insurgente.38 El título de la pieza elegida es Sermón en el tercer día del solemne novenario de Nuestra Señora del Pueblito conducida en secreto a la iglesia del seráfico patriarca San Francisco de Querétaro para implorar su favor en las actuales necesidades predicó en dicha iglesia el día 30 de septiembre de 1810. La dedicatoria es al virrey don Francisco Javier Venegas, con su debida carga apologética ―Las virtudes y prendas de que ha dotado el cielo a V. E., sus proezas militares, su ardor y zelo acreditado en defensa de la religión, del rey y de la patria son motivos poderosos para dedicar a V. E. qualquier papel, que se juzgue conducente al cabal logro de estos fines‖. 39 El tema bíblico reza: ―Al César lo que es del César y a Dios lo

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Taylor, ―The Virgin of Guadalupe...‖ en American ethonolgist, 1987, p. 23. William B. Taylor, Our Lady of Guadalupe and friends…, p. 20. 38 Carlos Herrejón, Del sermón al discurso cívico..., p. 294. 39 Ibid., p. [3]. 37

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que es de Dios‖.40 El mensaje no podía ser más evidente. Hidalgo pretendía despojar de su reino a Fernando VII. Como Jesús ante los fariseos: Su divina magestad toma en sus manos la moneda, les pregunta ¿cuya es la imagen que tenía? y respondiendo que del César, les da la doctrina interesante en estas breves expresiones, pues dad al César lo que es suyo y a Dios lo que es de su adorable magestad. Reddite &c. Yo os pregunto ahora a todos y cada uno de vosotros ¿de quién es el nombre que lleváis en los listones y escarapelas del sombrero? ¿De quién la imagen que tenemos grabada en las medallas? De Fernando, ciertamente, rey católico de España y de Indias. Pues dad a Fernando lo que es suyo [...] 41

Además del evangelio, la filosofía política que sustentaba la arenga era el reconocimiento de la soberanía del monarca con base en el derecho divino.42 ¿Quién dudó jamás, católicos, que el derecho de los reyes, el gobierno de los príncipes y la elevación de los que mandan traxo origen de los cielos? Consultad a Salomón y veréis que nuestro Dios es quien da autoridad a los unos y quien ordena a los otros la obediencia. Por mi, dice reinan los reyes, mandan los príncipes y las potestades determinan lo que es justo. No es pues necesario que ocurramos al digesto y a las leyes del derecho, no s preciso ojear el código hasta escuchar la sagrada voz de la razón y atender a las santas Escrituras, para que entendamos con certeza la obligación en que se halla el racional de sujetarse enteramente a la autoridad constituida por su Dios. 43

La exhortación tenía un tono moralizante, pero muy diferente al de Díaz Calvillo citado unas páginas arriba. Aquí se alentaba a la población para que tomara las armas en contra de los insurgentes advirtiendo de los peligros que entrañaban la guerra y el enemigo. ¿Cuál fue el papel de María en este texto? Simple justificación. La fiesta religiosa fue el pretexto para la arenga y Nuestra Señora apareció sólo en un par de ocasiones en las que se le invocó para pedir su protección. Una de ellas es la siguiente A bien que tú, Refugio de pecadores miserables, oyes siempre a tus hijos que te claman y te piden el perdón: quisiste en esa imagen hacerte madre singular de este suelo, y por tanto te decimos piedad, piedad, clementísima María. Póstrate ante el trono de tu amado hijo Jesucristo, báñalo con tus lágrimas, une tus manos benditísimas y pide sin cesar la paz que perdimos por la culpa, la unión valor, obediencia, agilidad y 40

Mendizábal, Sermón que en el tercer día del solemne novenario..., p. 1, Mt 22). Ibid. p. 1-2. 42 Carlos Herrejón, Del sermón al discurso cívico..., p. 25. 43 Mendizábal, Sermón que en el tercer día del solemne novenario..., p. 3. 41

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fortaleza à nuestros dignos militares; zelo y santidad à los ministros del Santuario: salud, y las virtudes necesarias al Señor Virey [sic], à nuestro dignísimo Arzobispo, à los prelados y à quantos gobiernan la Iglesia y el Estado. A todos en fin la verdadera caridad para que amándonos como es justo venzamos à nuestros enemigos, vivamos en paz y tranquilidad. 44

El conflicto armado prosiguió y en 1811 nuevamente Díaz Calvillo predicó titulado Sermón que en el aniversario solemne de gracias a María Santísima de los Remedios celebrado en esta sancta Iglesia catedral el día 30 de octubre de 1811 por la victoria del Monte de las Cruces predicó[...]. Ésta tenía por epígrafe bíblico el siguiente: ―Acercándose Abimelec á la torre peleaba con esfuerzo;... y he aquí que una mujer, arrojando desde arriba un pedazo de rueda de molino, la estrelló contra la cabeza de Abimelec, y le rompió el cráneo‖.45 El autor puso de nuevo a Nuestra Señora de los Remedios en plano estelar. Según el texto publicado, unos pocos habían logrado derrotar a las huestes de Hidalgo gracias a la intercesión de María, como una mujer logró destrozar la cabeza de Abimelec y proteger así la ciudad de Tebes.46 Supongo que se interpretó como victoria el hecho de que, a pesar del triunfo insurgente, no entraron a la capital del virreinato, por lo cual ―tocaron‖ retirada. Lizardi, en su poema ―La muralla de México en la protección de María Santísima Nuestra Señora‖, igual que Díaz Calvillo, como la intervención de los Remedios como uno de los ya conocidos baluartes protectores de la capital, aunque también reconoció el papel de la guadalupana en esta defensa.47 Los sermones estudiados tienen un conjunto de denominadores comunes. El primero digno de resaltarse es la idea del paraíso perdido, tema que coincide con el de otro sermón 44

Ibid., p. 11. (Jc 9,52-53). El texto original dice: Accedens Abimelech ivsta tvrrim, pvgnabat fortiter;... et ecce vna mulier fragmen molae desvper iaciens, illisit capiti Abimelech, et confregit cerebrum eius. Díaz Calvillo, Sermón que en el aniversario..., p. 7. 46 Díaz Calvillo, loc. cit., p. 11-12. 47 Fernández de Lizardi, Obras, t. 1, p. 99, apud. William B. Taylor, Ministros de lo sagrado..., v. 2, p. 427; véase también Palazón, ―Dos vírgenes en guerra...‖ en Actas del XII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, PalazónMa Dosviengue http://cvc.cervantes.es/obref/aih/pdf/12/ aih_12_7_026.pdf (2010/05/30), p. 188. 45

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destacada, analizado y ampliamente difundido, el de Amira de Narte, en el que propuso que se invocara a Nuestra Señora de Guadalupe para superar las calamidades derivadas de la guerra insurgente.48 La visión idealizada de Nueva España, América Septentrional o el Nuevo Mundo no era nueva. Desde principios del siglo XVII ―[...] aunque la exaltación del entorno físico es uno de los más espontáneos discursos identitarios, no estuvo libre de ser codificado retóricamente bajo el esquema de locus amoenus, espacio de delicias con florestas, ríos, fuentes y templado clima que recuerda los ecos virgilianos de los Campos Elíseos. La Grandeza mexicana de Balbuena ya calificaba de ‗Primavera inmortal‘ la benignidad de su clima [...]. Desde entonces la naturaleza novohispana era descrita tanto a partir de una enumeración de características reales (exuberancia vegetal, riqueza argentífera, multiplicidad de flores y frutos, etc.) como en su comparación con el paradigma occidental de la naturaleza perfecta: el jardín del Edén. 49

La lucha independentista no podía destruir las bondades del clima ni la belleza natural, pero si la estabilidad social y la riqueza económica que, idealmente, caracterizaba al virreinato. A manera de ejemplo, puede citarse a Díaz Calvillo, quien afirmaba que: comenzaron á introducir por todas partes la discordia, á llevar la desolación por los pueblos y ciudades, á infundir el terror en las provincias, á talar los campos, incendiar las mieses, robar los ganados, y aun lo que es mucho pero, á sacrificar la integridad de las vírgenes, ajar el decoro de las respetables matronas, atraer el hambre, la desnudez y la orfandad á las familias, exponer el ludibrio de un populacho insolente y atrevido á los que se habían esperado en la tranquilidad y pacificación de los pueblos, á envaynar sus desapiadados [sic] aceros en el pecho de los beneméritos de la patria, y á llenar de sangre inocente los montes, los collados, las barrancas, los campos, los caminos, las plazas, las calle y aun los mismos templos.50

El hecho de que Hidalgo tomara la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe como estandarte fue considerado por los autores estudiados como parte de la pérdida de esta armonía novohispana. En voz de Mendizábal se lee que la insurgencia ―profana con su barbarie la sagrada imagen de María de Guadalupe y el augusto nombre de Fernando, se encamina en fin

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Amira y Narte, Clamores y recurso…, 1811, p. 3. Antonio Rubial García, ―La patria criolla de Sor Juana y sus contemporáneos‖ en Aproximaciones a Sor Juana, p. 350. 50 Díaz Calvillo, Sermón que en el aniversario..., p. 20-22 49

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a desolarnos y a destruir la unión y paz que disfrutamos‖.51 Así, el empleo y la veneración a la imagen guadalupana no fue monopolio de los levantados. Otro punto coincidente entre las piezas oratorias estudiadas fue la crítica a la exacerbación de la confrontación entre criollos y gachupines. Se afirmó en los textos que ambos tenían lazos familiares en algún grado y pertenecían a la gran unidad política española. Minimizaban las diferencias sociales derivadas de esta división de origen y acusaban a Hidalgo de usar lo anterior como argumento para justificar su lucha, que finalmente resultaba un enfrentamiento entre parientes. Los habitantes del virreinato tenían la responsabilidad de recuperar la unidad perdida y volver a la obediencia que garantizaría la paz y la unión perdidas. Mendizábal lo expone así: ―¡Oh voces que sin duda traxisteis el principio de la peor educación, voces criollo y gachupín que debisteis ser un motivo poderoso del amor, vosotros sois el origen de la gran revolución! ¿Sabéis, señores, lo que significan las palabras criollo y gachupín, que deseo se acaben para siempre, y pronuncio ahora solo por hablar con claridad? Pues gachupín quiere decir un español padre, abuelo ó tío del criollo que nació de la otra parte de los montes y del mar; criollo es también un español hijo, nieto, ó sobrino del gachupín que nació de esta parte de los montes y del mar. Pero entended, os repito, que los indios desde la conquista de Cortés, los criollos y los gachupines, à más de ser todos hijos verdaderos de la Iglesia, somos sin duda vasallos igualmente de Fernando.52

De nuevo la participación mariana se registró en estas obras en los dos tenores ya referidos al inicio del trabajo. Por una parte, era necesario pedirle su protección ante las calamidades derivadas del conflicto armado y solicitar su intercesión ante un Dios iracundo que permitía tales desgracias, por la condición mariana de Madre de Dios. María, aunque como bienaventurada es incapaz de dolor y de amargura, se presenta ante el trono de Dios; y viéndole airado contra nosotros queriendo ya descargar el fatal golpe sobre nuestras cabezas, le detiene su omnipotente brazo diciéndole: Hijo mío: si los españoles olvidados de lo que te debían, te ha injuriado sobremanera, a mi me han respetado siempre y mirado como a madre. Es verdad que te ofendieron; pero ya 51

Mendizábal, Sermón que en el tercer día del solemne novenario..., p. 4, véase también Díaz Calvillo, Sermón que en el aniversario..., p. 28-29. 52 Mendizábal, Sermón que en el tercer día del solemne novenario..., p. 5, véase también, del mismo autor las páginas 9-10 y Díaz Calvillo, Sermón que en el aniversario..., p. 18. Sobre otros textos que contienen temas semajantes se puede ver a Carlos Herrejón, Del sermón al discurso cívico..., p. 272.

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lloran su culpa y te piden perdón. No se atreven a ponerse a tu presencia, porque no pueden sufrir la vista de tu rostro enojado. Yo, que no puedo dexar de marlos porque también son hijos míos, los quiero reconciliar contigo. Tú eres el juez, ellos son los reos; pero yo soy madre tuya y de ellos: yo tomaré á mi cargo el que hagan verdadera penitencia, y tú los has de perdonar, porque eres misericordioso y porque yo te lo pido. 53

Complementariamente, la guerra de independencia fue también una versión mundana de la lucha entre Dios y el Demonio. Evidentemente, Napoleón (tanto en la invasión a España como en su influencia considerada nefasta en América), Hidalgo y los insurgentes aparecieron como los secuaces del Maligno que, como Ambimelec y Holofernes contra el pueblo de Israel, peleaban para sujetar a los elegidos del Señor. Si el hecho de que el cura de Dolores atentara contra la paz virreinal era motivo suficiente para lanzar una ofensiva militar en su contra, su carácter de representante del mal para los realistas o para los anti insurgentes era un motivo adicional para que los habitantes de este territorio tomaran las armas.54 En este contexto, El virrey Venegas aparecía como el escogido de la Virgen. ―El eficaz activo zelo de V. E. fue el medio de que se valió la MADRE

DE

DIOS para ahuyentar de México a los enemigos de la

religión y de la paz‖.55 Mientras que los insurgentes eran candidatos al infierno

56

o como

claro endemoniado: Hidalgo ―[...] dirige su marcha hasta las cercanías de México; y con semblante furioso, centelleantes los ojos, trémula la barba, arrojando espuma por la boca, inquietos los brazos, desasosegado el cuerpo, agitado el corazón, vacilantes las piernas, y todo él en un continuo y desordenado movimiento, se presenta finalmente en el célebre monte de las Cruces á la cabeza de ochenta mil tigres, que no respiran más que muerte, sangre y desolación.57

María aparecía como la mujer armada, que por su mano logró la victoria al mismo tiempo celeste y terrena. A diferencia de la conquista, no he encontrado referencias de que se le haya visto en plena refriega, de manera que su manifestación se dio de forma indirecta.

53

Díaz Calvillo, Sermón predicado en la Iglesia..., p. 25-26. Mendizábal, Sermón que en el tercer día del solemne novenario..., p. 2, 10; Amira y Narte, Clamores y recurso…, 1811, p. 7. 55 Díaz Calvillo, Sermón que en el aniversario..., p. 5. 56 Mendizábal, Sermón que en el tercer día del solemne novenario..., p. 10. 57 Díaz Calvillo, Sermón que en el aniversario..., p. 26. 54

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Como en el sermón referente a la batalla de Lepanto,58 María había infundido valor a los defensores de la cristiandad y el orden mientras que los rebeldes temblaban de miedo. Cito a Mendizábal ―el estallido solo del cañón, y la vibración de las espadas bastará para aterrar, ´para destruir al nuevo enemigo, que ayudando a Napoleón con él coopera ciertamente a aniquilar y destruir la religión, el sagrado solio de Fernando, ¡quánto exige de sus hijos el amor debido a nuestra patria!‖

59

Frases como éstas hacen pensar que los realistas daban por

hecho una conspiración dirigida por el mismísimo Bonaparte, yo lo interpreto más como la complicidad ultraterrena por servir a un amo común, el Demonio, en contra de la cristiandad y, por lo tanto, de Dios. A final de cuentas, y para muchos habitantes de la ciudad de México Todos á una voz ensalzáis la benignidad y clemencia de MARÍA, publicáis con la mayor sinceridad, que la digna madre de Dios fue quien obró gran inaudita maravilla [de la victoria en la batalla de las Cruces] y derramáis tiernas lágrimas de reconocimiento y gratitud á la que ha sido nuestro escudo, protección y defensa.60

Aunque la insurgencia se vio debilitada, sobre todo a partir del retorno de Fernando VII al poder, hubo grupos armados que se mantuvieron en pié de guerra, al menos a través de la guerrilla. Así, las oraciones, rogativas, traslados de imágenes y novenas no se detuvieron a lo largo de más de una década de conflicto en los diversos santuarios marianos. Para poner un ejemplo, en Nueva Galicia se sabe que la región alta intermedia entre Guadalajara, Zacatecas y el Bajío, justo donde se encontraba en santuario de San Juan de los Lagos, fue uno de los focos de insurrección61 y las devociones en dicho asentamiento religioso fueron constantes, algunas de ellas sobre todo al final de conflicto, solicitándole que se alcanzara la independencia con el fin primordial de que terminaran las consecuencias nocivas de la lucha armada.62 Sin embargo, el momento más destacado, en dicha región, de la participación mariana en el proceso de independencia fue posterior al abrazo de Acatempan. Los militares Pedro Celestino Negrete y Antonio Gutiérrez y Ulloa tomaron la iniciativa y proclamaron la 58

Juan Antronio de Oviedo ―La Belona Sagrada de la Iglesia‖ en, Panegýricos sagrados, t. II, p. 157 y 160, para el caso de la guerra de independencia ver Díaz Calvillo, Sermón que en el aniversario..., p. 32-34. 59 Mendizábal, Sermón que en el tercer día del solemne novenario..., p. 10-11. 60 Díaz Calvillo, Sermón que en el aniversario..., p. 11 con más detalle en p. 46-48. 61 Muria y otros. La independencia en la Nueva Galicia, p. 39. 62 Márquez, Historia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos..., 1966, p. 179 y 184.

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independencia de la provincia de Guadalajara el 13 de junio de 1821. 63 Casi tres meses después, el 15 de septiembre, su ejército tenía una nueva comandancia encabezada por Nuestra Señora de Zapopan. La antigua Pacificadora había sido nombrada ―Generala de las Armas del Ejército de la Nueva Galicia‖.64 Lamento que el presente trabajo haya tenido un tinte muy cargado al bando realista, lamentablemente el tiempo no me permitió la consultar de las fuentes insurgentes. De cualquier modo, insisto en que el tema de la presencia mariana durante la guerra de independencia, y a lo largo de la historia de México merece seguir siendo trabajado más allá de un par de advocaciones y títulos que han atrapado la atención de los historiadores. El repaso de estos sermones, y las pinceladas hacia otros tiempos y regiones son una llave que podría motivar otras indagatorias sobre el punto incluso a lo largo de los siglos XIX y XX. Todavía en una publicación de finales del siglo pasado puede leerse un himno a Nuestra Señora de Zapopan titulado ―Tropas de María‖ y que dice lo siguiente Tropas de María / sigan la bandera / no desmaye nadie / vamos a la guerra. Virgen de Zapopan / Madre Inmaculada / todos te juramos / nuestra Generala. Eres Soberana / tienes en tu mano / cetro de una Reina / y el bastón de mando. Eres nuestra Reina / Todos te aclamamos / eres nuestra Dueña / somos tus vasallos. Eres protectora / en las tempestades / eres la Patrona / Tú guardas las llaves. Nuestra Defensora / Reina de los Cielos / es nuestra Patrona / vence a los infiernos. Nuestra Generala / tiene sus vasallos / vamos a las armas / somos sus soldados. Siempre lucharemos / para defenderla / contra los infiernos / que nos encadenan. Virgen de Zapopan / eres nuestra Dueña / nuestra Protectora / nuestra Madre buena. 63 64

Muria y otros. op. cit., p. 53. Verti, Nuestra Señora de Zapopan: generala de la Nueva Galicia..., p. 22.

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Eres la Patrona / de mi linda tierra / eres Generala / y eres nuestra Reina. Todos imploramos / ante tus altares / con tus bendiciones / gracias celestiales. Llenos de alegría / vamos a la guerra / la Virgen María / es nuestra Bandera.65

Los esfuerzos secularizadores y laicistas olvidan, por momentos, que existen muchos componentes religiosos en la mentalidad colectiva, en amplísimos sectores de la sociedad mexicana, todavía vinculada ideológicamente con su conformación virreinal, incluso a pesar del debilitamiento, al menos demográfico, de la Iglesia Católicas en el país. El reconocimiento y respeto de este sustrato es indispensable para la integración de una sociedad que conserve su religiosidad en el ámbito privado y pueda convivir públicamente en una civilidad democrática respetuosa de las diferencias y otredades. Tema nada sencillo cuando, desde la más profunda raigambre, se considera que lo diferente es pecaminoso o francamente demoniaco.

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65

Ibid., p. 85.

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18 | M a r í a d e l C a r m e n E s p i n o s a V a l d i v i a

Florencia, Francisco de, S. J. (1619-1695). Origen de los dos dos célebres Santvarios de la NuevaGalicia, Obispado de Guadalaxara en al América Septentrional. Noticia cierta de los milagrosos favores que hace la Virgen Santíssima a los que en ellos y en sus dos imágenes la invocan. Sacada de los processos avthénticos, que se guardan en los Archivos del Obispado de orden de el Illustríssimo, y Reverendíssimo señor Dr. Don Juan de Santiago León Garabito. México, Juan Joseph Guillena Carrasco, 1694, Florencia, Francisco de, S. J. (1619-1695). Zodiaco mariano en que el sol de Justicia de Cristo, con la salud en las alas, visita como signos y casas propias para beneficio de los hombres los templos y lugares dedicados a los cultos de su SS. Madre por medio de la más célebres y milagrosas imágenes de la misma Señora, que se veneran en esta América Septentrional y reinos de la Nueva España. Introducción: Antonio Rubial García. México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1995, (Sello Bermejo). Florencia, Francisco de, S. J. (1619-1695). La milagrosa invención de un tesoro escondido en un campo que halló un venturoso cacique y escondido en su casa para gozarlo a sus solas: patente ya en el santuario de los Remedios en su admirable imagen de Ntra. Señora; señalada en milagros, invocada por patrona de las lluvias y Temporales: Defesora de los Españoles, Avogada de los Indios, Conquistadora de México, Erario Universal de las Misericordias de Dios, Ciudad de refugio para todos, los que a ella se acogen. Noticias de su origen, y venidas a Mexico; marabillas, que ha obrado, con los que la invocan; Descripcion de su Casa, y Meditaciones para sus Novenas. Presentación de José Morales Orozco, S. J., introducción de Teresa Motabuena Peláez y Marisela Rodríguez Lobato. México, Universidad Iberoamericana Biblioteca Francisco Xavier Clavigero, 2008, Graef, Hilda. María. La mariología y el culto mariano a través de la historia. Título original: Maria, Eine Geschichte der Lehre un Verehrung. Traducción de Daniel Ruiz Bueno, Barcelona, Herder, 1968, (Biblioteca Herder, Sección de Teología y Filosofía, vol. 90). Guijo, Gregorio M. de. Diario. 1648-1664[9?]. Edición y prólogo de Manuel Romero de Terreros. México, Porrúa, 1952, (Colección de Escritores Mexicanos, 64 y 65). Herrejón Peredo, Carlos. Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1834. Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán / El Colegio de México, 2003, (Ensayos). Lancaster-Jones, Ricardo. Tríptico mariano. Estudio histórico-artístico comparativo de las imágenes de Nuestra Señora de Zapopan, San Juan de los Lagos y Talpa. Guadalajara, Jalisco. [s.n.], 1953. Márquez, Pedro María. Historia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos y del culto de ésta milagrosa imagen. San Juan de los Lagos, Jalisco, Alborada, 1966. Mendizaval, Pedro Josef de. Sermón en el tercer día del solemne novenario de Nuestra Señora del Pueblito conducida en secreto a la iglesia del serafico patriarca San Francisco de Querétaro para implorar su favor en las actuales necesidades preicó en dicha iglesia el día 30 de septiembre de 1810 México, Arizpe, 1810.

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