Los títulos de comunidades como fuentes para una reconstrucción histórica de límites de las antiguas etnías andinas: el ejemplo de Tarma en la sierra central del Perú
Descripción
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América Indígena 50 (4): 99-132. México
LosrÍrutos
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DE guMUNIDADEs coMo FUENTEs PARA UNA RECONSTRUCCIóN HISTóRICA DE LÍMITES DE LA§ ANTIGUAS ETNIAS ANDINAS: EL EJEMPLo DE TARMA EN LA SIERRA CENTRAL DEL PERÚ
Los Títulos de Comunidades representan una de las interesantes y controvertidas fuentes para la investigación histórica de las comunidades del área andina peruana. Desde la aprobación oficial de su slalzs dada en 1920,1 se ha ido reuniendo'en los archivos de las Regiones Agrarias, oficinas provinciales pertenecientes al Ministerio de Agricultura, una serie de escritos, mapas y traslados notariales que constituyen los títulos de tierras de las comunidades. Estos títulos se han ido recogiendo hasta el presente y sirven de base para un reconocimiento oficial. Muchos de estos títulos datan de la época colonial, lo que le da un ¡reso histórico a las pretensiones de reconocimiento de las comunidades. Muchas otras comunidades carecen de títulos coloniales, pero en
consideración a una declaración unánime de que existen desde "tiempo inmemorial" adquirieron su personería jurídica. Por supuesto no es ésta Ia única condición que determinaba su reconocimiento, ya que hay comunidades que no poseen tftu[os ni indican si tienen ün origen "inmerirorial'-'. Otras caracteristicas juegan un rol, como la organización social comunal y la posesión de teritorio común.
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las copias notariales de títulos coloniales representan sin duda alguna una de las interesantes fuentes para los que se dedican al estudio de la historia de las etnias andinas. Sin embargo, pocas veces son citadas. El problema que se presenta y lo que hace que este tipo de fuentes sea controvertido, es que se parte primero de la situación actual de atomización de las comunidades. Esta atomización implica que la información que legaliza esta situación se encuentra asimismo fragmentada. ¿Cómo lograr entonces reunir los datos pertinentes para lograr una imagen más concisa de la situación y cohesión de las etnias en la época colonial y qaizí prehispánica? ¿Es posible reconstruir límites internos y externos de las etnias coloniales y quizá prehispánicas? Con lfmites internos me refiero a las subdivisiones que tenfa una etnia; los externos son los linderos que limitaban una etnia con otra. * Arqueólaga e historiadora perudna. Katholische Universitiit Eichstdt, Zentralinstifrtt fi)r Lateinatnerilca-S fridien, O s tendstr.
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¿Existió una etnia llamada Tarma? Si bien sabemos dónde empezar a buscar información sobre etnias, se necesita por primer paso reducirnos a comenzar la investigación con una etnia. Aquf es necesario precisar la extensión de una etnia. Tomando como ejemplo la provincia de Tarma, se requiere en un segundo paso, comprobar si existió una etnia Tarma en el pasado, cuál fue el tenitorio de su extensión y si corresponde al territorio de la actual provincia de Tarma a la cual se hace referencia en las crónicas y documentación administrativa colonial.
Alusiones a una conquista inca de ese territorio en las crónicas de Cieza (Señorío [550?] cap. L, lW:165), Cobo (I/¿sloria [L6531Tomo 2, Libro 12, Cap. XII, 196l: 81), Garcilaso (Comentarios [1609] Libro 6, €p. XI, 1963: 246), Pachacuti Yamqui (Relación [613] lftí8:298), así como en el Discurso sobre la descendenciay gobierno de los Incas l92O:15), para citar sólo a algunas, llevan a sugerir que se trataba de un tenitorio con una de
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etnia de cierta unidad socio-políüca independiente, aunque no precisamente se mencione una nacióno seinrlo alguno. Los españoles usaban estos términos y daban a entender con ellos la integración socio-polftica de varias aldeas gobernadas por un curaca principal, a quien se hallaban subordinados por lazos de reciprocidad asimétrica curacas de unidades polfticas menores. Estos señoríos son denominados por los hisüoriadores etnias.2l-a población de aquella región es llamada Tarma durante la época colonial, No existe sin embargo certpza de que en la época prehispánica se haya nombrado asl dada la circunstancia de que muchas provincias obtenfan el nombre del curaca que las gobemaba durante la entrada de los españoles.3 Para el caso de Tanna tenemos sólo un indicio de que el nombre de la provincia se podrfa derivar efectivamente de algrln cacique. Desconocemos el nombre completo del curaca de Tarma e¡ los albores de la conquista, De esegobemanüe sólo se indica que se llamaba Taparas (ver cita más adelante). Este apelativo tiene reminiscencia con un apellido compuesto que provenfa del ayllu de los cuzqueños en Tarma, denominado Collana y que, aún en el siglo XVI[, estaba presente: Tarma Taprac.+ [.os caciques de Tarma provenían en la colonia de ese ayllu y aparentemente también en la época incaica.s
Durante la conquista, Pizarro fue repartiendo encomiendas. Segrin un documento de entrega de 1534
Al tessorero Alonso Riquelme se le deposytan el cazique Taparas, prencipal cazique de Tarama y Porbo , con los caziques e prencipales de la dicha provirrcia e de los pueblos de Chacamarca e Tarmaconlofus susyndios e pueblos de latienaCaxaconde cazique que fue de dicha provincia.a El nombre en paréntesis agudos consigna la variante en la transcripción del nombre del lugar en la versión del mismo texto publicado en [Pizanol ly?-6.
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Como no he podido ubicar el original, no me es posible determinar en estas págnas cuál versión proporciona el nombre verdadero del lugar. Me inclino a pensar que es la versión de [Pizano] 19?Ála que más se aoerca al nombre propio de lugar. Efectivamente, Pombo es otra forma de e.scritura que correspondía al nombre Pumpu, que era el original indfgena, o al término "BomMn", Ia forma como los españoles la llamaban. Designaba la hoy llamada rneseta de Junlno antiguamente conocida por C hinc haycocha. Por el texto anterior se entiende que tanto la región de Tarma como la región de Chinchaycocha o Rrmpu estaban bajo el mando de un solo curasa, denominado Taparas, cuyo nombre completo fue probablemente ¿Tarma? Taprac. [.a misma región había estaba antiguamente bajo el gobierno de otro curaca llamado Caxaconde. Aquf tenemos un primer dato de que en la región de
Tarma conjuntamente con la de Rrmpu o Chinchaycocha vivía una sola etnia. Un segundo dato nos proporciona el relato de Pachacuti Yamqui (Relación [1613] 1968: 305), según el cual, el inca Tupac Yupanqui antes de ordenar la visita general del reino ymbla por todo el reyno a Collacchaguay, curaca de Tarann de los Chinchaysuyos, para que prouctse de conrcr y beber con todos los curacas...
El hecho de que muy tempranamente, en la época de [¿ Gasca, la etnia fue dividida en dos repartimientos, Chinchaycocha y Tarma,T y lbledo sin hacer más división, dio asf la impresión que ambos repartimientos siempre habían sido dos etnias distintas, porque en los documentos y crónicas coloniales posteriores a [¿ Gasca siempre se hablaba de ambas regiones de forma separada. Sólo asf se puede explicar, también, por qué Rorve (1946: 184, mapa 3), en su famoso mapa de localización de etnias en el imperio incaico para el año de 1530 presenta a Chinchaycocha y Tarma por separado Se desconoce otros datos documentales que señalen una unidad étnica para los territorios mencionados. Sin embargo, los resultados de las excavaciones arqueológicas realizadas en esos lugares indican una afinidad cultural que data
desde el Horizonte Medio y se refleja en una misma secuencia de cerámica conocida como San Blas rojo/bayo. Esta cultura perduró hasta la é¡roca incaica y, según Matos Mendieta (194:64), hasta la época post-inca. [.os restos arqueológicos señalan además, que la puna de Jauja pertenecía a esta cultura hasta el Intermedio Tardío. Es de apuntar, a su vez, que desde el Horizonte
Temprano Tarma y Jauja manifestaban una unidad cultural a la cual no pertenecía Chinchaycocha.¡ Es recién a partir del Horizonte Medio, que la difusión de la misma secuencia alfarera mencionada nos esté manifestando las grcsibles áreas de expansión política de la población de Chinchaycocha. Asf tenemos que por el sureste se extiende hasta Tarma y "las cabeceras de selva de Chanchamayo, por el sur hasta la Oroya, por el norte hasta las alturas de Chawpiwaranga y por el occidente hasta la cordillera occidental".e En base a
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estos primeros resultados arqueológicos, se puede postular la unidad étnica de
los territorios de Chinchaycocha y Tarma desde unos 500 años antes de la llegada de los españoles. No conocemos hasta el momento ningún dato que nos revele el nombre original de esta etnia Tarma-Chinchaycocha.
[,os títulos de comunidades de Tarma de origen colonial no hacen referencia directa a esta antigua unidad. Rezagos históricos serfan quizá, primero, el hecho de que la actual comunidad de Picoy, ubicada en territorio tarmeño, es mencionada en un documento de 1599 como propio del curaca de Chinchaycocha y arln en el padrón de tributarios de 1722 se registra como perteneciente a ese repartimiento.l0 Este dato no lo hemos podido comprobar por faltar los títutos de Picoy en el archivo de Huancayo. Segundo, el curaca de Chinchaycocha en l@6 compra en composición la hacienda de Yanamarca, situada en los límites de Tarma con Jauja. En Ia composición los testigos indican que el curaca mencionado posefa esas tierras desde más o menos 500 años.tt Tercero, la extensión del corregimiento de Tarma en la colonia, que abarcaba también la provincia de Chinchaycocha.12 Nuestro análisis se concentrará aquf primeramente a lo que en la época colonial se conocía como el rcpartimiento de Tarma, o sea la extensión de la encomienda que se separó de Chinchaycocha. En posteriores trabajos se analizarán los títulos de Chinchaycocha o lo que es hoy la provincia de Junín y Pasco.
Como rfltima aclaración se impone aquí la pregunta ¿qué extensión tuvo el repartimiento de Tarma? Esta pregunta es básica ya que su respuesta nos ¡rermitirá precisar las comunidades modernas, sobre cuyos títulos se basa el análisis. Fuentes de referencia son en primer lugar la relación de Enríquez de 1583 (1925:2M), en la cual se nombran los pueblos-curatos de Tarma. El trabajo de Espinoza Soriano (1973a:20l) que menciona los nombres de los barrios que se crearon en la reducción toledana, se toma con cautela porque su
información no es comprobable en vista que el autor no revela su fuente. En segundo lugar, están las descripciones geográficas del siglo XVIII de Alcedo (1786-89), Bueno (l7U) y la relación de viaje de Ruiz O7n-§), en ellas hay una lista de pueblos de Tarma. For último están los mapas del mencionado Ruiz y del Padre Sobreviela (AGI 1788, l79l), en las cuales se pueden ubicar los pueblos referidos en las descri¡rciones. Los pueblos constantemente citados son: Ta¡ro, Acobamba, Tarma, Oroya, Palcamayo, Picoy. Estos nombres son puntos de referencia pero no nos permiten determinar la extensión del repartimiento. Para su reconstrucción hay que recurrir entonces a la búsqueda de títulos de comunidades localizadas dentro de la extensión de la actual provincia de Tarma. Autores modernos como Spalding, CelestinoiMeyers y Arellano afirman que la actual provincia de Yauli perteneció también a Tarma. Si bien no hay consenso en cuanto a la fecha de separación de las provincias, ya que Spaldingt: indica que fue en el siglo XVIII, Celestino/Meyers (l9tll:80) que fue en el siglo XVI y Arellano (19{i8:31) en cl siglo XVII, por lo menos sabemos que nuestra
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btfsqueda de tfh¡loo de comunidades no se debe centrar solamente a Tarma sino comprender la actual provincia de Yauli. i
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El árca de estudio
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El rastreo de tftulos de comunidades nos llevó a visiar en l9B3 el archivo de la Región Agraria XVI, dependencia del Ministerio de Agricultura, con sede en Huancayo. Sólo aquf se conservan los expedientes relativos a las comunidades del Departamento de Junfn. En una estancia de dos meses (abril y mayo) se
revisó la documentación con especial cuidado a las comunidades de las provincias de Tarma y Yauli, que forman parte del nombrado departamento. De estas últimas se recopiló en ese entonces la documentación en su totalidad, debido a que la investigacidn de aquella vez estaba en relación con esas provincias, que se tradujo en una publicación sobre la historia de los ayllus de Tarma en la época colonial,t¿ teniendo como tema central la estructura económica y social, así como la administración política indígena. En aquella oportunidad se presentó una reconstrucción provisoria de los lfmites de la etnia de Tarma y sus suMivisiones, por basarse de forma empfrica en los datos de las fuentes, sin mayor críüca documental y sin marco metodológico referencial.
[a provincia de Tarma tiene registradas oficialmente la provincia de Yauli 17, que son las siguientes:
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comunidades y
Tarma
l. Acancocha 4. Apaycanclúlla 7. Cayao-Misarurasha 10. Chup¿ur 13. Congas-Antacucho
16. Huancal 19. Huaripzun¡ra
22.l-a Unión-
2. Andamarca-Curis 5. Ataquero 8. Cayao-Vicora I 1 . Chuquisyunca-PutacaAcshtrchacra I 4. Dr¡rasniyoc-Sanyacancha I 7. Huancoy-Sacsamarca 20. Huasahuasi 23. Ninatambo
3. Andamarca-Htralhr¡as 6. Carhuacaüac 9. Ctrancha (I-eticia) 12. Cochas 15. Huacapo 18. Huaracayo
21. Huaylahuichan 24. Ochonga
San Pedro Churco
25. Palca 28. Picoy 3 1. Szur Pedro de Cajas
34. Tapo 37. Uchuracra 40. Yánec
26. Palcamayo 29. San Juan de la Libertad 32. Santa Cruz de Slracamarc¿l 35. Tarmatambo
38. Urauchuc 41. Yarc@
27. Pian-Sanyacancha
30. San Miguel 33. Shunrruyoc 36. Tupín 39. Vicora-Congas
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Yauli 2. Chacapalpa 3. Huari-I-a Oroya 5. Huaynacancha-[,a Oroya 6. Marcapomacocha 8. Oroya la Antigua 9. Purísima Concepción
1. Carhuacayan
4. Huayhuay 7. Morococha
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10. Pachachaca
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Pomacocha
13. San José de Huaypacha 16. Yantac-
14. Santa Rosa de Saco 17. Yauli
cle Paccha 12. San Francisco de Asís
de hrcara 15. Suituczurcha
Marcapomacocha
De la provincia de Tarma faltaban en 198 los expedientes de las siguientes comunidades: Cayao-Vicora, Huaylahuichan, Picoy, Ataquero, San Juan de la übertad, Santa Cruz de Shacamarca,La Unión-San Pedro Churco y
Yarcca, que hace un 195% del nrfmero total de comunidades de aquella provincia. De Yauli sólo faltaba el expediente de la comunidad de Marcapomacocha, lo que hacfa sólo un porcentaje del 5.8Vo de documentos ausentes (ver cuadro 3). A la pregunta sobre el paradero de esos papeles se respondió que probablemente se hallaran en otras dependencias administraüvas
por requerimiento. En base a un litigiots de l75l entre el curaca de Tarma y el coregidor de Huarochiri se revelan los nombres de pueblos y asientm de Yauli, que pertenecían a su juridicción: Paccha, Saco, kchachaca, hrcara, Yauli, Guaiguai, Chacapalpa,
etc. Solamente las modernas comunidades de Carhuacayan, Morococha, Marcapomacocha y Yantac-Marcapomacocha (ver lista anterior) no son mencionados, por lo cual llego a suponer de que estos lugares no pertenecfan a Tarma. Asf de las 17 comunidades de Yauli 13 pertenecfan a la provincia de Tarma, a las cuales a continuación nos vamos a referir exclusivamente.
Prccedimienúo metodológico
El tema central de los tftulos de comunidades es el establecimiento de linderos y el poner en lista los nombres de los campos de ganado y sembrfo que se incluyen dentro de estos lfmites. Mi interés por lo tanto se centra en utilizar esta información para determinar no sólo posibles fronteras de etnias, sino tamtién, en un segundo plano, dilucidar el problema de la territorialidad y cómo la disposición y posesión de tenitorio ha iilo variando con el üempo, qüé pisos ecológicos y por lo tanto qué recun¡os naturales tenfan a disposición, aspectos que en este artfculo no van a ser estudiados, pero que señalan la utilización amplia que pueden tener estos datos. Pero antes de poder evaluar los datos de los tftulos se hace necesario examinar la validezde la información. Así tenemos que preguntarnos primeramente acerca del marco en el cual se hallan insertos:
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Títulos de co,nunidades y línúles
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- ¿con qué tipo de documento estamos tratando cuando se revisa un título de comunidad? - ¿cuál es la finalidad que persigue el documento? - ¿cuál es el motivo que dio origen al documento?
Una vez establecida la calidad del documento nos llevará a poder discernir sobre el valor de los datos. En una segunda etapa, nos preguntaremos asf por el contenido mismo, o sea los datos sobre lfmites: - ¿cómo, cuándo y dónde se precisan los linderos en el documento? - ¿qué autoridades están presentes al momento de establecerse los lfmites? - ¿existen contradicciones de límites al momento de comparar los datos de un tftulo de comunidad con otros?
Con esta serie de preguntas se establece el método por el cual la intbrmación es analizada y ¡rermite, en una tercera fase del estudio, presentar un marco referencial que sintetize los datos y con ellos elaborar cuadros más amplios de la delimitación que tenían las etnias antiguas que hoy se hallan desintegradas. Como modelo de factibilidad de sfntesis se tratará en un futuro trabajo amplio de analizar los títulos de las comunidades de las actuales provincias de Tarma y Yauli. to Los Títulos de Comunidades [,os cuadros I y 2 nos señalan qué tipo de documento representa ese "tftulo", cuántas comunidades se consideran de origen inmemorial, cuántas poseen títulos antiguos y desde cuándo fueron reconocidos oficialmente. Fara evitar errores de concepto quiero aquí especificar a qué me refiero con la palabra'título". Este término denomina actualmente el documento que certifica la posesión legal de un terreno, -hacienda o inmueble. [,os títulos modemos de comunidad demuestran solamente la propiedad de un territorio con un área determinada. Estos nuevos tftulos están basados en un levantamiento de mapa y fijación de límites que realizaba un perito de la materia nombrado por el Estado peruano, que era por lo general un ingeniero. A su vez redactaba un informe sobre la geograffa, población y producción económica de la comunidad. [¡s límites por él determinados (con ayuda por supuesto de los miembros de la comunidad) no coincidfan por lo general con los datos proporcionados en los tftulos coloniales. Esta situación abre una serie de preguntas con respecto a la evolución de la base tenitorial de las comunidades, tema éste que no va al caso en este arúculo, pero, como ya lo recalqué, señala la uülidad polifacética de estos documentos.
Los títulos coloniales no necesariamente son títulos de propiedad. Especialmente en los casos de litigios se hace presente la diferencia que se
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establece entre poderjurisdiccional de un cacique y propiedad privada ya sea individual o comunal. Este tema será traado posteriormente. las composiciones, fundaciones de pueblos y repartos de tierras sf constituyen en principio un documento de posesión de tierras, según el derecho español.
A continuación
se observa en el cuadro 3 la cantidad de comunidades con
Itulos coloniales. De las actuales comunidades
de Tarma y Yauli 19 de ellas o un poco más de un tercio no tienen tftulos coloniales. Sólo de dos mmunidades no se tenfa archivados los tftulos coloniales aunque se indicaba su existencia sin señalar su paradero. Si sumamos estas cifras al número de comunidades que no tenían expediente en el archivo, tendremos que se cuenta en este trabajo con una cantidad efectiva de 25 tftulos. Este número resulta menos de la mitad (46.37o) del nrfmero de comunidades actualmente presentes en la región. Sin embargo 13 comunidades (24Vo) tienen presente que su existencia ya data "desde la gentilidad" o es "inmemorial". De este número seis (1l.l%o) no tenfan títulos
colorúales. Aquí vemos que, aparte de la situación atomizante de las comunidades que hace que la situación documental esté a su vez segregada, se añade la falta de documentación que exige ser complementada en un futuro con información
de otras fuentes. En vista de que el análisis de 25 tftulos coloniales sobrepasaría los límites de este artículo, baste con presentar un ejemplo de reconstrucción de límites basados en los títulos de las comunidades de San Miguel y Tupfn del distrito de Acobamba en la Provincia de Tarma, para poder señalar en primera línea los problemas de análisis de este tipo.
El anáIisis del título de Acobamba o el problema de territorialidad Como se observa en el cuadro l, las comunidades de San Miguel y Tupín exhiben el mismo tftulo colonial. Otras 6 comunidades de Tarma y Yauli presentan la misma situación, o sea un 14.87o comparten un mismo tftulo, lo que estiá señalando que algunas se derivan de comunidades más grandes o "madres".
Los ingenieros consignan muchas veces, en los tftulos modernos, que las comunidades actuales pertenecieron a las que ellos llaman comunidades "madres", como por ejemplo de Chuquisyunca-h¡taca-Acshuchacra,
se registra
que era parte integrante de la comunidad de Huasahuasi,lT aunque no se indica la fuente de esüe dato. Al pregunarle al comunero Elism lirnaymanta (Comunidad de Ninatambo, rnayo de 1983) si en la üadición oral de su comunidad se relataba
que habfan sido miembros de alguna comunidad madre, respondió categóricamente que no y que nunca hablan pertenecido a comunidad alguna. [,a forma como reaccionó ante mi pregunta, me impulsó a sospechar que los comuneros no quieren acordarse de ese pasado histórico probablemente para evitar posibles reclamaciones de terreno por parte de aquellas comunidades
"madrgs".l8
-I Arellanol
Títulos de comunidades y límites
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Revisando las copias notariales de las comunidades de San Miguel y Tupfn llama la atención que no son del todo idénticas. El dtulo de San Miguel expresa un problema de ocupación de üerras por parte de indios de la parcialidad de-Chancha en el año de 1718. En el útulo de Tupín es evidente que en vezde aparecer el nombre Chancha, éste ha sido reemplazado por la palabra Tupln (ver figura 1). Aquí tenemos un aspecto de los problemas que presenta el análisis de tftulos de comunidades: la manipulación de información. En este caso se hace evidente que el cambio de nombrcs fue rpalizado por los de Tupín, en forma tan ostensible, que es fácil de reconooer la alteración. Otra forma de detectar este cambio nos es posible por la información misma en el texto y comparando con otros títulos. En el docümento se menciona una zona de litigio, que está fuera
de la extensión de Tupln actual y constituye el terreno de la comunidad colindante actual: Uchuracra (ver mapa l). Incluso Ia persona que es mencionada como "intrusa" de Chancha aparece en el tftulo de Uchuracra de 1837 como el propie¡arig que en l7t9-recibió "annparo del govierno superior de Lima ... posecion immemorial de buena fe y en su virtud los antparos judiciales practicados y auto de deslinde ultimo en el aín de 17 19" .te ¿Cuál es el interés que persegufan los comuneros de Tupín al cambiar el texto? ¿Querían signalizar con ello sus ambiciones con respecto a los terrenos de Uchuracra? Si la respuesta
es positiva, ¿por qué entonces no tacharon Acobamba y dejaron la palabra Chancha? O es que ¿acaso no conocfan el contenido del texto? Es difícil imaginarse lo rlltimo, pero quiá encontremos en un futuro respuestas a estas preguntas. Otras de las dificulades que se presentan para evaluar los datos de este tipo de documento es el hecho mismo que los títulos son muchas veces copias notariales modernas de documentos coloniales. El factor de error de lectura por parte del notario o escribano es algo que constantemente hay que tener presente, especialmente en lo referente a nombres ya sean de ¡rersonas o de lugares. En el caso de los títulos de San Miguel y Tupfn, éstos han sido a su vez por lo menos 4 veces transcritos. Primeramente se menciona un transcrito ejecutado en 1698 de una provisión de amparo de tierras de la parcialidad de Acobamba realizado
por el escribano de cabildo de indios Melchor Taprari Vilcayara en 1696. Segundo, está el traslado de l7l8 a raíz del litigio mencionado, hecho por el escribano de cabildo de indios Pasqual Rondón. En 1899 se hizo dos copias en la notaría de Manuel Pechú de Tarma para las respectivas comunidades, de las que nosotros ahora podemos servirnos. Aquí nos preguntamos: ¿cuál es el margen de error comparando las copias disponibles?2o [¿mentablemente no tenemos acceso a las copias coloniales, pero analizando los traslados de 1899 vemos.que en cuanto a los nombres de lugares existen variaciones en la escritura (ver más adelante). En el ftulo de Tupín el copista se ha preocupado por ¡ronerle acentos a los nombres que, coll seguridad, el original de 1696 no lostenía por no ser la acentuación la norma del idioma en esa fecha. En total este tipo de alteración ligera hace un27.69Vo de los "errores". Los errores de lectura entre los dos copistas del siglo XIX se dan en la dificultad en distinguir "e" de "i", entre "e" y "c", o entre "u" y "n". Otro error de lectura es la transposicióu de
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letras como en el caso de la palabra "Siusa", que en el tftulo de Acobamba se halla escrito "Suisa". En el documento colonial parece que algunos nombres estaban mal consignados, ya que ambos copistas del siglo XIX escribieron por ejemplo "Picoi y Pampa" separado, como si fuesen dos nombres de lugares distintos. Igualmente el término "Chipucaiguailla" quiá haga referencia a dos nqnbres de sitic actuales: Chipcay[o] y"Guailla" , esta tfltima es probablemente *Vichan parte de la siguiente palabra de la lista: rmrta",acercÁndose asf al nombre "Guaillavichanpah", gw seasemejaal apelaüvoactual del puebloHuasjahuichan (Huasja = Guailla, Huichan = !i6f¡¿p).2t Este segundo tipo de elrores hace un 16.92%. El total de errores serfa de 44.6l%o,lo que resulta alto por los acentos. Si quitamos el problema de los acentos, vemos que el margen de error es relativamente mínimo, teniendo en cuenta que se trata sólo de error de lectura de letras y no de palabras, que permite al final una reconstrucción del nombre
original. El motivo que dio origen a los tftulos de San Miguel y de Tupín fue el pleito por las tieras de Uchuracra que [deJ los indios tributarios de la parcialidad de Chancha se han introducido algunas personas en nuestras lierras propasdndose de los linderos, y ántes que fenezcan los que conocen los linderos, queren os hacer un reconocinúenlo de nueslros linfuros desde ddonde nos Wrtenece y si /as dichas personas que se han introducido, quisieran impedir que exhiban sus inslrunwnlos... 22
la preocupación de los indios de Acobamba en este liügio era en primer plano el determinar los linderos para legitimar la posesión común, antes de hacerle juicio al "intruso". El teniente de conegidor accede a una "vista de ojos" v con los litulos en la ntano, que tuvieren el comun de dicho Pueblo de Acobanbay d las personas que halldre [sicJ introducidas le notificard [el escribano de cabildo] que luego üjen dichas tierras libres, y les dard posesión jurídica de ellas d la segunda Wrsorut del Pueblo fu Acobamba en nontbre de los denuís indios dé dicho Pueblo; y lodo lo pondrá por diligencia para que consle...23
[¿ determinación de linderos se limitó en este caso a hacer una visita al paraje del conflicto, es decir los otros linderos de la parcialidad no interesaban en este caso a la autoridad española. Así yo el Escribano de Cabildo [Pasqual RondónJ de este Pueblo de Tarnu de los naturales envirlud del aalo que nw estd dado proveido del Señor Tenienle General de esle partido por su l4agestadzt parareconocer las tierras que le pertenecía al cotnun de indios de Chancha2s y Pueblo de
San
lligtrel de Acobantba, y pasé con Don Joseph Blas Sinchivilca
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Tftulos de comunidades y límites
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segunda persona de dicho Pueblo de Acobambay derús ittdios de dicho Puebb á la quebrada de "Jacalwasi", d donde con vista de ojos por bs tltulos que tenla el cornun de dicho pueblo de Acobamba, reconocl ser
diclns tienas de h quebrada de "Uchuracra" del comun ücho pueblo de Acobamba...zo
Aquí es de notar que a pesar que los indios de Chancha son siempre mencionados, en ningrfn momento sin embargo al hacerse inspección de los lugares está presenüe alguna autoridad indfgena que represente a esa parcialidad.
Por otros conflictos o delimitaciones en otras zonas de Tanna sabemos que ambas partes están siempre representadas por sus autoridades para confirmar los lfmites,2T aun cuando en muchos casos no estén siempre de acuerdo con las delimitaciones. En el caso de este litigio tenemos que preguntamos por qué no está ningrln curaca de Chancha apoyando a Ia mntraparte. Una de las respuestas la encontramos en el hecho de que el litigio no es un expediente completo. El
documento presenta sólo el hecho de la ocupación de 1718 y la delimitación de tierras hecha en 1696, composición hecha ante el visitador de tierras Don Francisco Delso. Esta delimiación tuvo lugara rafzdeotra ocupaciÓnralizada por el capitán Jacinto Montes de Oca, quien conjuntamente con otras personas y sus criados ocuparon unas tierras que no son mencionadas en el texto. Aquf se presenta una vez más otro problema que impide un análisis completo de límites, el hecho que los títulos no son documentos procesales completos. Sólo presentan la información que es de interés para la comunidad. Si el conflicto se resolvió en favor de la comunidad de Acobamba no lo sabemos. [a respuesta al pleito de 1718la encontramos recién en el título de la comunidad modema de Uchuracra. Este título sólo contiene la información al amparo dado en el siglo XVm, pero no contiene copias del mismo, de forma que no tenemos todavfa un modo de comparar ambos textos del litigio. Recapitulando, tenemos que el análisis de títulos de comunidades presenta
los siguientes problemas:
l. poca cantidad de tftulos coloniales disponibles. 2. información incompleta debido a que los tftulos son extractos de expedientes. 3. copias sucesivas de tftulos que contienen errores de lectura y transcripción por parte del copista. 4. manipulación de la información. Es interesante señalar que, a pesar de todos estm defectm, concretamente la información con respecto a los límites e.s la que no se pone en duda en el daumento. Es más, aun en el litigio de Acobamba con Chancha, no es el límite el mnflicto sino el hechode la ocu¡nción. Para los de Acobamba la ocupación fue permitida
por en cuanto que sus padres aunque estuvo en diclws tienas fué con el cargo que nos supla d nuestras mitas y á todo lo que se nos ofrecíacomo hasta ahora lo estd haciendo su hermano Gregorio Ancachagua...2s
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Anúrica Indígenct
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Igualmente en el litigio de 1696 no se trataba de establecer límites sino de "lanzar" a los ocupantes del terreno; los linderos servían solamentdcomo marco de referencia y su mención tenfa un valor intrfnseco para los indios que no se trae a colación en el documento. Para nosotros tienen un valor histórico que nos permite establecer la extensión de Acobamba colonial. Este valor está sin embargo algo relativizado,ya que el amparo de las autoridades de 1696 iba más en dirección de expulsión de los invasores, menos de delimitar. Es decir, r que si se amparaba y se daba en composición el terreno en litigio, no sabemos si se legitimaba la extensión global de la parcialidad. Aparentemente no, ya que tampoco aparecen las declaraciones de las autoridades indígenas de las parcialidades vecinas que podrían confirmar esos límites. Pero a pesar de todos estos aspectos se puede decir que poseemos una información básica que es de confirmar en el futuro a la luz de otros documentos. "... conto consla de los mojones y linderos y división con el del pueblo de"2e son los siguientes (la numeración corresponde a los sitios ubicados en el
mapa2):
Título de Tupín
San
I 2 3 4 5 6 1 8 9 10 11 12 13 14 15 16 l7 18 19 20 2l 22 23 V+ 25
Astu-puqüo Puruag Strpa-Cáca Vinocása Acagu.ási PacchaPasa Jircar-Cancha Nununyáyoc Avircay Esquicha Cotosmarca Inca-amra Paicor Acmacháy Yananyári Calca Chaquepampa Cocón Silla cáca Palca-cancha Quincho-casa Utcuyácu Vaicha uzáran I-acchacócha Guácguas
de Miguel
Título
Sitios ubicados (Mapa2)
Astu-puquio Puruag Supa-Caca
Vino-casa
Acaguasi
Jacahuasi
Paccha-Pasa
Jircar-canclra
Nunun-yayoc
Avircay Esquicha Cotos-Marca lnca-arma
Ahuircayoc Esquecha ¿Incachaca?
Paicor
Acmachay Yananyari
Calca Chaquepampa Cocón Qilla-caca Palca-cancha
Calca Cucrln Palcacancha
Quiuchocasa
Utcayaco Vaicha rrz^ren
Haccha-cocha Guaeguas
Huachacocha Huacuas
r
26 27 28 29 30
llt
Títulos de comunidades y línútes
Arellanol
Yanaymarca Chura nina pampa
Yauaymarca Chura-nina-pampa
hrpusáyo
hrpurayo
Malquipácha Chonta pampa
Chonta-pa¡npa
Malquipacha
3l
Urnanptquio
Umanptqtrio
32
Paraugasga
Paraugasga
Chuquisyunca
33
Chuquisyunga
34
Suyo-cáca
Chuquisyunga Suyo-caca
35 36 37 38 39
Tinya puquio
Cingapuquio
Caurús Ocsapampa Carpa¡lata
Ocsa-pampa Carpapata
Curi pirgua
Curipirgua
Siusa Opucclráca Patai Colcapampa
Suisa Opucchaca
¿Shicshar?
Patai
Patay
Colcapampa
Racas
Racas
Queta
Queta Inga-roca Sogospuquio Llacsa-caca
N 4l
42 43
4
45
M 47 48 49 50
Inga
roc¿r
Sogospuquio
Llacsacáca
Caurús
Atunpzunpa Hastupampa
Atunpampa
v
Clúpucaiguailla Vichan pata HuachocJútarpo Runtu pampa
Chipucay-guailla Vichanpata Guachoc-Hitarpo Runtu-pampa
55
Quepanocón
Quepanocón
Antamacháy Espírco
Antamachay Espirco
5r 52 53
% 57 58 59 60 6L
62 63
& 65
OczapÍürpa Carpapata
Queta
Ingaroca Llacsacaca
Hastupampa
Chipocayo ¿Huasjatruichan?
Paico-cáca
Paicocaca
Cocháyoc Golouíyoc Picoi y Pampa Yoracmarca Guaraucuri Guaripchaquin Chontavilca
Cochayoc
Cochayoc
Galoayoc Picoi y Pampa
Picuybarnba
Yoracmarca Gr¡araucuri
Huaraucure
Guaripchaquin Chontavilca
Uno de los problemas para reconstruir límites es el ubicar los nombres de lugares que no aparecen en los mapas modernos. El mapa aquf utilizado es el oficial peruano del Instituto Geográfico Militar, escala l:100,000. El pueblo antiguo de Ocsapampa fue localizado segrfn el mapa antiguo de Sobrevielá (AGI Mapas y Planos 1788). Un trabajo de campo quiá ayudará a completar la
tt2
Atnérica Indígena
Í4-r9e4
información. A pesar que pocos nombres han sido detectables, la línea limítrofe colonial fue relativamente fácil de reconstruirla, ya que la relación de los linderos no se asentó de forma arbitraria, sino que con las expresiones a continuación se iba siguiendo un orden geográfico enunciando una serie de nombres de lugares que formaba una lfnea contfnua limítrofe: 'desde el paraje y manantial de agua", "attaviezaá la quebrada", "baja a la medianla", "pro@de por la puente", "al alto", "baja á la quebrada", "dentra á las montañas", "da vuelta á", 'ton el río en medio de", e[6.30 Sólo la zona de ceja de selva no ha sido posible reconstruir, porque ninguno de los pueblos mencionados apareoen ya sea en el mapa moderno o en los antiguos citados. Interesante es destacar que todavfa parte de los límites sur y oeste dados XVII están presentes como linderos de las comunidades actuales de Uchuracra, Tupfir, San Miguel, Huaracayo y Palca (comparar con rnapa 1). l¿s actuales comunidades de Huasahuasi y R¡taca-Acshuchacra-Chuquisyunca se en el siglo
encuentran también dentro de los límities de lo que fue la parcialidad o piscapac hac a de Acobamba.
En vista de la necesidad que tenfan los indios de delimitar en caso de conflicto la extensión de su parcialidad, uno suele tomar este dato por natural y necesario desde el punto de vista de los indios. Sin embargo ¿quién delimitó la
extensión de esa parcialidad que, como los indios mismos en 1696 afirman, tenla de contorno más de cien leguas (aprcximadamente 550 kms.)Ft ¿Se trata de una extensión de la época incaica? Aquf estamos tocando un problema que los historiadores aún no han resuelto, el de la propiedad o posesión de tenitorio. Según Pease (1986), no existió propiedad sobre la tierra. [.os datos de fuentes sobre la sierra sur del Perrl demuestran que las tierras de uso individual se hallaban salpicadas, compartiéndose los miembros de etnias'o ayllus diferentes una región sola. Si esto fue asf ¿por qué existió el interés dela parcialidad de Acobamba de defender sus límites? Estoy convencida que lo demostrado en cuanto a la propiedad salpicada a nivel individual en la colonia, no es aplicable a nivel de parcialidades ni de etnias. Mucho se han concenfiado los investigadores sobre la tenencia de tierras a nivel individual y poco se ha debatido y estudiado las propiedades de etnias.32
I-a propiedad a nivel de parcialidad o etnia no exclufa que indios de otras parcialidades y etnias vivieran en su tenitorio. En el caso de Acobamba, es claro que los indios de Chancha sólo son "permitidos" en su tenitorio. Así vemos que si bien en Acobamba habfa miembros por ejemplo dela parcialidad de Chancha en terrenos de Acobamba, su ocupación habfa sido por servicios que de ellos recibfan a cambio del uso de la tierra: que el tiempo que dice [el indio de Chmclal d qre ocupa diclns tierras ha sido pagandonos su arrendanniento en las ayudas que nos ln eslado lnciendo y otros semicios [a queJ debemos acuür los naturales y
pr
esta razon lo hetnos consentido en dichas lierras sin que por esto
ArellanoJ
Títulos de comunidades y lfmites
r13
hayanns perdido la propiedad d üchas tienas por que esta siempre sido de nuestro comun...3s
la
Es decir, los de Acobamba vefan su territorio como propiedad en la cual podfan vivir indios de otras parcialidades a cambio de servicios. Farece que no hubo una base legal española que protegiera esta situación de posesión, ya que coÍro se mencionó más arriba el litigio fue fallado en favor del indio de Chancha que ocupaba las tierras.
Asf el problema de legitimación de linderos tiene mucho que ver con el derecho indfgena de posesión de tierras, que según las leyes de indias no contemplaban sino de forma limiada en relación a las reducciones de indios. En ellas no se hace especificaciones concretas, excepto que se les dé a las reducciones tierras suficientes, y que a los reducidos no se les quite lo que antes tuvieron: "maildamag que en esto no se haga novedad, y se les conserven corno las huvieren tenido antes, para que las cuhiven, y lraten de su aprovechamiento".A En todo el texto del título colonial de San Miguel y Tupfn no hay ninguna referencia a alguna ley española que respaldara estas pretensiones,
al contrario son siempre expresiones como nuestros antecesores observdban mds el derecho natural para que ninguno enlrdsen d sus tierras y posesión lan anligua...3s lo que es de derecho natural y actual, que eslarros Inseyendo.,36 por el derecho legítinn aclual posesión de dichas lierras desde la genli li.dad .ittt»tenwrab le s... 37 las que legitimizau la posesión territorial. Aqul vemos que los
indic
expresament€
están haciendo alusión a un derecho indfgena natural y antiguo. Esto está sugiriendo que los lfmites dados provienen de la época prehispánica y no de la reducción de Toledo. A su vez, existen personas calificadas en la parcialidad que son las portadoras de la información, o sea son especialistas en lfmites y que necesariamente no lo era el curaca. Asf, el segundo de Acobamba pide hacer la delimitación porque las personas que saben de los límites ya son ancianos (ver cita más aniba). Un caso análogo estudiado para la región de Coyoacán en México nos revela que en la Colonia existían siempre controversias con las superficies ocupadas por las jurisdicciones indias (cacicazgos). Existía un espacio físico que era más amplio que el ocupado por la zona urbana y las cultivadas "que eran las que usualmente se definfan como 'tierras' [...]. L¿s llamadas 'tieras de los pueblos' eran parte de este conjunto." 38 [¿s superficies restantes eran calificadas por los indios como tierras eriazas, montes o bosques, y en el caso de Acobamba se mencionan también los lagos.3e Son prccisamente estas tierras las que son cuestionadas por los españoles, porque para ellos las tierras no ocupadas son baldías y por lo tanto realengas o para seguir la expresión del autor del estudio, 'hrrebatado por la corona española".'to En el caso del litigio de 1696los indios de Acobamba piden que se
tt4
América Indfgena
Í4-re94
latrcen de dichas lierras, eslancias, paslos, rtontes y lagos d los dichos Jacinto fu Montes de Oca, Marcos Antonio Mayory Peúo SuwezGuerra y á olros cualesquiera que se hubieren futrodrcido y ocupado ... +r
Es interesante constatar que también aquf son las tierras baldías o realengas, entre otras, como los montes y lagos, zonas que fueron ocupadas por los intrusos. Si los montes y lagos eran considerados propiedad realenga por ser baldfa, vemos que a la vez estamos frente a una lucha de concepto de propiedad de territorio que no era respaldado por la corona. Evidentemente tenemos que ver aquícon un concepto de propiedad prchispánico y por ende con lfmites que datan por lo menos de la época incaica.a2 EI hecho que se haya descuidado este aspecto, se debe a que se ha seguido la información de Polo que indica que las tierras eriazas y los bosques eran de propiedad estatal inca.a3 Evidentemente esto permitió que la Corona se viera como heredera de las üerras realengas incas. Si la figura fue así efectivamente en el incario o solamente válido para la región de Cusco, es motivo de mayor investigación documental en el futuro. En todo caso, ya Guamán Poma señala que cuando Tripac Yupanqui repartió tierras dio ... senanleras - chacaras y
pstos y suyas agua Wa rregai
asi de la ntonlana [sicJ corno de la cierra...
q
sus
clncaras
Por esta cita se puede ver que los pastos (tierras eriazas) eran parte integrante de los terrenos de una etnia y el 'hguas para rregar" puede aludir tanto a los ríos como a los lagos, de donde desprendían éstos.
En conclusión ¡rodemos decir que los datos de los títulos nos están proporcionando información que no es válida fiente a las leyes españolas y más bien va en co¡rtradicción con lo dispuesto por la Corona sobre las tienas baldfas, que las consideraba suyas. Era esta contradi-cción la que permiüó el anebatamiento de tierras indígenas en la Colonia. Ya que los intereses de los españoles y mestizos sobre tierras realengas contaban con el apoyo de las leyes reales, va a ser difícil ver confirmados los intereses indígenas en documentos administrativos coloniales. En este punto concuerdo con Iris Gareis (comunicación escrita de n-X[-91),quien observa que las informaciones sobre reducciones y propiedades de tierras distorsionan nuestra visión sobre la verdadera extensión de las tierras de indios, por la lucha de intereses de los muchos aspirantes.4s En el caso de Acobamba, es de esperar que los títulos de las parcialidades vecinas tengan información análoga para poder comprobar los límites. El hecho de que los límites sureños de las comunidades modemas concuerdan con los límites antiguos de Acobamba, es un indicio de que la información de estos textos coloniales no ela exagerada ni inventada por los jefes étnicos.
¡.t
o l-
¡D) E'
o
Cuadro 1.1 (Tarma)
Comunidad
Existencia
Año de
fifUlOS
l-J
COLONIALES (tipo de documento)
Reconoci-
\¡
miento
s§
litigio composición de tiemas
Acancocha
desde 1707
AndamrrctCuris
1940-41
t929t40
fundación de pueblo
reparto de
otros
1911
mismo tfn¡lo de Collana y Cayao
Andamarct-
inmemorial
1929
Apay'
desde la
1946
canchilla Ataquero
eentilidad
§ U2
tierras sin tftulos
1714, 1846 traslado de
s
sin títulos
Hualhuas
R.
o § \. §
E
§. iL¡
s
§ * U2
v
§F §) §.. t\r
§'
I
\t07 -1817 §rn expediente
Fi td
(¡
Fr f-r
o\
Cuadro 1.2 (Ttrma) Carhuacatac
1935
sin títulos
Cayao-
1942
sin títulos
Misarurasha Cayao-
sin expediente
Vicora Chancha
(Leticia) Chupan
desde hace 300 años desde hace 224 años
1942 1940
¿ I 708? -1853
título de I 802
l7l7
copia notarial de I
t9s9
Chuquisyun-
ca-PutaclCochas
inmemorial
Congas-
Antacucho Durasniyoc-
inmemorial
Fú
tla
ñ (\
.
§.¡
§
956
GJ
§tierras privadas
Acshuchacra
\¡
§ \
l 938
de 1807 sin títulos
1942
sin títulos
1947
sin títulos
o§' (§
ñ §¿ G¡
SanYacancha
§
,I
\o \o
§
Ft
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Cuadro
Comunidad
Existencia
1..3
fÍtUt
Año de
(Tarma)
t-¿
OS COLONIALES (tipo de documento)
\¡
Reconoci-
a(
miento
ñ
F.
litigio composición de tierras Huacapo
inmemorial
Huancal
t947 1937
1768
fundación de pueblo
reparto de tierras
1709
otros testamento 1693
r786
testamen-
copia
to (t739)
de
inmemorial
1941
inmemorial
Huaripampa 29 Huasahuasi
años
t724-18 r5
1783-87
1787
copia 1948
copia 1948
§ §. (\. ñ¡
=
§ §¡¿
s \¡ (\ c.1
1940
sin títulos
1946
sin títulos
1935
so
v,,
Sacsamarca
Huaracayo
V1
v
1937
Huancoy-
§
1716, 1789, 1848
no archivados F H
\¡
lEr l-
m
Cuadro 1.4 (Tarma) Huayla-
srn expediente
huichan
La Unión-
sm expediente
San Pedro
Churco Ninatambo Ochonga
desde 1859
1940
sin tltr¡los
965
compra de
1933
859 sin títulos
I
I
Palca
\. § q\I
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\r til
a §
.
§ § Oe' t¡
1933
Palcamayo
m§mos
tltulos de Ochonga
Pian-
inmemorial
1947
§ \. § F¡
tierras
Sanyacancha
privadas
Picoy
sm expediente
l 833
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§
Ft
o fr¿ l-
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o
Cuadro 1.5 (Tarma)
Comunidad
Existcncia
fÍfUlOS
Año de
L-J
COLONIALES (tipo de documenro)
Reconoci-
\) ¡i
miento
F.
tiügio composición de tierras
ñ,
fundación de pueblo
reparto de tierras
otros
San Juan de
sln ex-
la Libertad
pediente
San Miguel
inmemorial
1947
1697
I
títulos figuran como de Tupín
1718
copia nota-
§ l-1
* a § F. r\¡ F)
§
s V)
rial de 1
899
(\
r.1
San Pedro de
Cajas Santa Cruz de
r926
1709t I 852
t7 13
otro título falso sin expediente
Shacamarca iF-
\o
|á O
N)
Cuadro 1.6 (Tarma) Shururuyoc
desde hace 130 años
t944
Tapo
inmemorial
r965
Tarmatambo
1825 sin títulos
1936
falso de 1714 traslado de 1852 y copia
notarial 1936 Ttrpín
inmemorial
1939
1697
I
\. el mismo
1718
título de
copia
San
Miguel
de I 899
Uchuracra
inmemorial
1940 1935
Vicora-
1943
1780
Congas Yanec
t940
1756t t7 69
Yarcca
§. Fr.
o
^ §l
§ § oe' (\ \.
r¡ (\ t\¿
1837
Urauchuc
r.¡¡,
sin títulos
170911739
sin expediente
§ I
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\o \o
§
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o
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H
t¿
Cuadro2.l (Yauli) Comunidad
Existencia
Año de
ÚfUlOS
o
L.J
COLONIALES (ripo de documento)
ReconoGi-
\l
miento
§a.'
litigio composición de tierras Chacapalpa
inmemorial
fundación de pueblo
reparto de üerras
1943
HuariLa Oroya
t936
Huayhuay
1938
otros
sín títulos mrsmos
títulos de Pachachaca
Huayna-
t936
cancha-
La Oroya Oroya la Anüsua
ñ¡
§ c.7
sín títulos 1772
t\,' F.
títulos no archi-
sa § \. slra
§. i
s§..
s s c'
U2
v
§: \) (F¡
(\r . q
(\ V2
vados
t928
sín títulos
F.
N) lEr
lr
t.)
t-)
Cuadro2.2 (Yauli) Paccha
1936
Pachachaca
r930
títulos no archivados
Pomacocha
Pucara
1786 copia legal 1949
1928 desde
17
5l
1973
1786 copia
\)
leeal 1949 sin títulos
t7
§ \r
cr) F..
o §
§ §-
5t
§.4
Huaypacha
1976
sin títulos
Saco
t935
sin títulos
Suitucancha
1946
Yauli
1933
oQ'
§ S §
1737
sin títulos
§ I
fl
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§
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Cuadro 3 NI'MERO DE
COM
CO[\ Y §IN TITT}LOS
TarrrarYauli
Vo
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'
s§ N
Tídos
coloniales
Tíhrtos repu$icanos
20
37.0
5
9.3
suma parcial
2s
l9
Sin títulos
§ U2
s
I§
46.3
.
§' :l
35.2
§
v
s Ca
Sin ex@ientes
8
14.8
Título no archivado
2
3.1
§É
suma parcial
Total
29
54
54
§' il.
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53.1
100
100
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Llmite Umite cone por el río
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Prraca-Acshuclwcra-
\. ca §
Chuquisyturca
2
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3
Huaracdyo
4
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5
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6
Tupln
7
Ucluracra
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ArellanoJ
Tírulos de ,o*unidades Y límites
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126
América Indfgena
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comunidad
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Región Agraria
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Tactirpnio dc los tltulo¡ dc lo¡ tcrrlno! de la dc Tupin y
(t{inisterio de Agriculturc,
cc286, f .zl
comt¡nidcd
Acobanbc
Ragión
Agrarir XVI, cc
281
, slfl
n
Arellanol
Títulos de comunidades y límites
t27
Notas l.
En laprimera mitad del año 1994 se disolvieron las comunidades campesinas por ley. Esto significa que las comunidades campesinas carecen en est€ momento de toda protección estatal y financiera.
2.Toüvía
no existe una definición satisfactoria de lo que se entiende por etnia. Dversos conceptos de etnias vemos en Arellano l98l3; ?Á-27.
3. Ya Cr¡now lo observa en 1937:74. E;risten varios e.iunplos de esto en la etnohistoria
Por ejemplo, el Chimo [Chimu] es asimismo rey del reino del mismo nombre: Chimu (CiezaCrónica [1553] cap. LXVilI,l9B6:2ü7);el curaca de l,unahr¡aná se llauraba así (Rostworowski 19?8-80: 183). No sólo las pnovincias, sino también los ayllus podían llarnarse según sus curacas (Earls/Silverülatt lf)78: 166). En Espinoza Soriano (1973b: 4O y l9T7:4Ol) se observa que incluso en la Colonia los nombnes de los ayllus se pierden a favor de los del curaca. Pease (1980: 2fi7) menciona la confusión ternúnológica en cuanto a los nombres de grupo, territorio y jefe étnico. 4. F,¡r Archivo Parroquial de Tarma, Libro de los que se baptigan, casan y enticrran... 16-5+63, ayllu Collana. Ver ta¡nbién Arella¡ro 1988.:26-2'1,29. 5. Ver Arellano 19§: 29,79. 6. [Pizarro] l]12: l0- I l. Ver también Arellano 1988: 58-59. 7. Arellauo 1988:59. 8. Err Arellano 1988: 49 se fonnula la hipótesis que Tarma puede haber sido durante esa é¡roca la "mitad" de Hatrm Sawsa, o sea Uchuy Sawsa. 9. Matos Mendieta 1994: Ol y ss., ver también Arellano 1988: 46-51. 10. Biblioteca Nacioruü de Lüna, A249. Archivo General de la Nación (Lima), Derecho Indígena y Encorniendas trg. 9, cuaderno 220.
l.
Matos Mar l9Gl: 162-163. [¿rnentablemente no señala el autor su fuente doct¡mental. El subrayado cs urío. 12. Jt¡lic¡r l99l: I 13 seilala para el caso de Chucuito, que los lÍmites de las provincias españolas coincidían con las incaic¿rs. 13. Spalding l%1:31. Posterionnente, en la publicación de 1984: 192 de su tesis de 1967,laautora duda que Yauli haya pertenecido a algún corregimiento y postula que fue una entidad administraüva separada. 14. Ver Arellano 1988. Se agradece aqrrí a la fundación alernana Friedrich-Naunüurn que lúzo posible ese viaje dc investigación. 15. Arclüvo General de la Nación, Dcrecho Indígeua y Encomiendas,l*9.6, cuademo 283, ff. 8v-9v, 12,19-19v. 16. Este es tur c¿urúno siurplilicado para el a¡uálisis de títulos. Uu rnétodo excelente de an¡ílisis rros prcsenta Dedenbach-Salazar Sáenz en este tomo sobre los aspectos praguráticos y de discurso de los textos «:olodales. 17. Ministerio de Agriculttua, Región Agraria XVI, cc265. 18. [¿ col¡tt¡túdad de Ni¡nt¿unbo no figura en las fuentes coloniales, por lo tanto tiene que fraber siclo parte integrante de algÍur ayllu mayor, por su ubicación ya sea de Collana o cle I{uiurcoy. 19. Ministerio de Agricultura, Región Agraria XVI, cc287, f. 1. I
r28
América Indfgena
Í4-ree4
20. Cf . Dedenbach-Salazar Sáazen este tomo: esquema de transmisión de mensaje desde el ernisor hasta el destinatario/receptor. 21. áJhñerla reconstrucción de límites observamos que según la lista de nombnes en eselugar sólopodiareferirse al acu¡al pueblode 22. Ministerio de Agriculnra, Región Agraria XVI, cc l; cc281, s/f.
Huasjahuichan. ñ,f. B.Ib. cc286,f. lv y 2;c,c,?3l,slf 24. Debe decir "Merced". He aquí rrna prueba de error de lectura de los notarios .
n
t
modernos; la palabra "merced" probablemente abreviada comoera usual en los documentos coloniales, fue aqul'tnterpretada" como magestad. Esto demuestra también que los notarios modemoo desconocen los girm i$omáticos cdoniales, ya que el sentido de la oración no puede aludir al rey de España, por ser el netamente local. 25.F:nel tfnrlo de Tupín dice "Tupfn". 26. Ministerio de Agriculnra, Región Agraria XVI, cr,86, f. 3; cc281, s/f. 27. Ib. cc266 Tftulo de la comunidad de Chupán¡ cc305 Tímlos de la comunidad de Suitucancha 28. Ib. cc286,f. 14; cc281, s/f. 29. Ib. cfr2f36, f. 7v3v; cc28l, s/f. 30. Ib. cc286, f. 7v; cc281, s/f. 31. Ministerio de Agricultura, Región Agraria XVI, cc2K, f.8v; cc28l, s/f. 32. Cf . por ejemplo Murra lf88. 33. Ib. c*286,f. 16; cc28l s/f.
34. Recopilación de kyes de Indias Libro 6, 1943: 199. 35. Ministerio de Agriculnra, Región Agraria XVI, cc286, f.5v; cc281; s/f. 36. Ib. cc2Í36,f. 6v; cc281 s/f. 37. Ib. cc286, f. 9; cc281, s/f. 38. García 1992:56. 39. Ministerio de Agricultura, Región AgrariaXVI,cc286.f.3v,4v; cc281, s/f. 4O. Ga¡cía 1992: 56. 41. Ministerio Agriculnra, Región Agraria XVI, cc286, f. 4v; cc28l, s/f. 42. Julien l99l: Ll2-ll3 afirma también que en la época incaica existía un coucepto de delimitación. El trabajo de Brambila Paz en este tomo constituye una llamada a seguir rnétodos para inferir la operatividad de las organizaciones éüricas sobre el espacio
nuevos
geográfico
.
43. Citado en Murra 1fE8: 91. 44. Gumán Poma [615] 1936:353. 45. Cf. Gareis 1987: 107-110.
.
Arellanol
Títulos de comunidades y límites
129
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cc26.
Acshuchacra.
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AnÉrica Indígena
130
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Tftulos de Títulos de cc?-f36. Títulos de cc?87. Títulos de cc305. Títulos de Nación
cc28l.
Í4-1994
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