LOS INSTRUMENTOS MODERNIZADORES DE LA GANADERÍA DEL VALLE GEOGRÁFICO DEL RÍO CAUCA, 1910-1930

July 8, 2017 | Autor: A. Orozco Alvarez | Categoría: Ganaderia, Historia Económica, Valle Del Cauca
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LOS INSTRUMENTOS MODERNIZADORES DE LA GANADERÍA DEL VALLE GEOGRÁFICO DEL RÍO CAUCA, 1910-1930 Álvaro Alejandro Orozco Álvarez* Esta ponencia analizará las estrategias con las cuales los empresarios agrícolas del valle geográfico del río Cauca introdujeron técnicas de mejoramiento de praderas y tratamientos médicos en la explotación ganadera bovina en los primeros 30 años del siglo XX. Los cruces genéticos fueron determinantes para establecer el mejoramiento de las razas bovinas en el Valle, y no se hubieran podido establecer y propiciar sin la implementación de nuevas técnicas pues las praderas artificiales y medidas de tipo fitosanitario favorecieron la transformación del panorama productivo en los hatos vallecaucanos. Para lograr el presente análisis se han consultado y estudiado fuentes de diversos tipos con las que se han podido determinar las especies de pastos y enfermedades bovinas existentes en el departamento, un balance de la producción agropecuaria del valle interandino y los tipos de tratamientos adaptados y utilizados por los empresarios ganaderos y hacendados.

1. Las praderas en Colombia: Un acercamiento al problema El capitán de caballería, José M. Silva Plaza en el año de 1929, escribía un artículo en el que ilustraba la necesidad de implementar una política estatal en pro de los forrajes, exponía que el país en caso de guerra no tenía como movilizar siquiera un batallón de caballería. En cuanto a las políticas de mejoramiento en las prácticas ganaderas decía lo siguiente:

Tanto el Ministerio de Guerra como el de Industrias, se han ocupado últimamente con verdadero empeño, en la adquisición de valiosos ejemplares para el mejoramiento de las razas ganaderas del país, creyendo sin duda, que

Historiador de la Universidad del Valle; integrante del Semillero de Investigación ‘Modernidad y modernización en el Valle del Cauca, siglos XIX – XXI’. Correo: [email protected] *

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con inyectar sangre nueva y noble a nuestros degenerados ganados quedaba resuelto el problema.2

Lo anterior lo podemos relacionar con los esfuerzos por modernizar dicho renglón, pero es claro que ese no debía ser el único objetivo de dichas políticas:

Desgraciadamente este es solo uno de los factores para el mejoramiento de las especies ganaderas y otro no menos importantes es el factor alimentación. En efecto, la calidad y cantidad del alimento tiene una importancia decisiva en el desarrollo del individuo antes que continuar adquiriendo ejemplares valiosos se debe procurar que el país en general, disponga de buenos forrajes capaces de alimentar convenientemente los productos que se obtengan, en cualquier punto de la República.3

Las anteriores citas ilustran en parte el problema que el gobierno colombiano enfrentó cuando emprendió el proceso modernizador ganadero, reflejan también los grandes inconvenientes técnicos, pero parece ser que las opiniones del capitán Silva no reflejan del todo la problemática local y regional. Este militar al parecer ignoraba el proceso de cambio en el Valle del Cauca, más adelante expondremos la forma en la cual se fueron vinculando nuevas propuestas técnicas y tecnológicas para el desarrollo del sistema ganadero vallecaucano. El análisis de este renglón de las praderas es relativamente nuevo, lo podemos encontrar en sub-líneas de investigaciones históricas y económicas cómo en el caso de las de Salomón Kalmanovitz y Enrique López Enciso4; no obstante ha surgido una mirada, que contradice las apreciaciones en ocasiones y las afirmaciones imperantes de la econometría y los análisis numéricos a los cuales es sometida la realidad; ejemplo de esta ruptura

Biblioteca Luis Ángel Arango (BLAA de ahora en adelante), Boletín de Agricultura, Ministerio de Industrias, Sección de Publicaciones Silva Plaza, José M. El Problema de los Forrajes en Colombia., Año II, Bogotá, Febrero de 1929, p. 476. 3 Ibíd., p. 476-477. 4 Kalmanovitz, Salomón y López Enciso, Enrique, La agricultura en Colombia, Bogotá, Fondo de Cultura Económico- Banco de la República, 2006. 2

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interpretativa son los trabajos del investigador Shawn Van Ausdal5 quien ha cambiado el panorama y reflexionado en torno a las dificultades de las técnicas agropecuarias en una perspectiva de largo aliento, observando desde la mitad del siglo XIX hasta mediados del XX, el cambio y la utilización de los pastos en los procesos de colonización en Colombia y en especial la zona norte del país. Dentro del análisis dicho autor plantea que con respecto a los pastos y potreros presentes en las propiedades ganaderas colombianas, el mejoramiento de éstos en el periodo antes mencionado conllevó a un importante esfuerzo tanto de empresarios como de productores por mejorar la calidad, condición que llevó a inversiones importantes de dinero para implantar pastos de tipo africano que tenían mayor producción de biomasa, que se adaptaban bien al trópico y tenían finalmente mayores carbohidratos que generaban más energía, mayores proteínas que propiciaban más masa muscular en el ganado. Estos cambios son visibles también en otros lugares del país, el Valle del Cauca por como ejemplo. Estas estrategias entonces, tienen dinámicas distintas a aunque la matris principal- el progreso- es la bandera general. Los desarrollos en materia de mejoramiento de técnicas de explotación traen consigo cambios en las estructuras sociales y en el aparato productivo, fortaleciendo la dinámica del capitalismo agrario.

2. Inserción de las praderas artificiales en el valle geográfico del río Cauca ¿Cómo eran las praderas en el valle? El zootecnista y veterinario Adolfo Alvares Valdez para el año de 1931, nos ilustra el panorama de la siguiente manera: Los hermosos pastizales que hemos visto en ambas orillas del río Cauca y el nutrido pasto común o natural, que tanto abunda en las haciendas, nos han impresionado muy favorablemente. Tal exuberancia de pasto sólo recordamos

Van Ausdal, Shawn, “Un mosaico cambiante, Notas sobre la una geografía histórica de la ganadería en Colombia, 1850-1950”, En: Flóres Malagón Alberto G., El poder de la carne. Historia de la ganadería en la primera mitad del siglo XX en Colombia. Bogotá, Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2008; Van Ausdal, Shawn, “Potreros, ganancias y poder. Una historia ambiental de la ganadería en Colombia, 1850-1950”, En; Historia Critica, Edición especial, pp. 126-149; Van Ausdal, Shawn, “Labores ganaderas en el caribe colombiano, 1850-1950”, En: Polo Acuña, José; Solano D. Sergio Paolo, Historia social del Caribe Colombiano. Territorios, Indígenas, Trabajadores, Cultura, Memoria E Historia, Colombia, Editorial La Carreta Histórica – Universidad de Cartagena, 2011; Van Ausdal, Shawn y Wilcox, Robert W., “Vacas y pastos: creación de paisajes ganaderos”, En: Leal, Claudia; Pádua, José Augusto; Soluri, John, Nuevas historias ambientales de América Latina y el Caribe, Munich, Climate Partner, 2013. 5

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haberla visto en el valle del Cibao, en Santo Domingo, y en ciertas regiones de la costa sur de Puerto Rico. Nos ha impresionado mucho la gran semejanza del aspecto de los potreros del Valle con los que conocemos en estas dos islas.6

Eso en cuanto a la parte plana del Valle, y la parte falduda, pero con respecto a los pastos que habían en las lomas, el autor nos señala: En los pastos lejanos al río y hacia la falda de las montañas, en donde las condiciones del suelo no son las óptimas, la vegetación arbórea espinosa denota que estas plantas sufren por la acción de los veranos. En esta región abundan mucho las zarzas y diferentes especies del género pithecolombium7.

Esto nos deja entonces una delimitación geográfica clara, los establecimientos de praderas artificiales se estaban concentrando para los años treinta en la planicie, insertando entonces especies que soportaban la humedad y las inundaciones muy comunes en la época, además de las oleadas de calor. Nos ilustra un clasificado de la época: Se vende una finca en la banda occidental, que mide una extensión de ochenta fanegadas más o menos: compuesta de pastos de Yaraguá y Janeiro; dos plazas de monte, un clima delicioso y una bonita casa de habitación. A dos horas y media de Buga, con buen camino carreteable en su mayor parte y a orillas de éste8. Este apartado nos permite identificar los tipos de pastos presentes en el Valle y sobre todo aquellos pastos que eran generalmente utilizados en este territorio de ganadería extensiva, además, el valor de los terrenos que tenían forrajes artificiales, lo cual le daba características especiales para la época, es claro entonces que tener un terreno con pastos artificiales no solo daba estatus a la propiedad y al propietario, sino que también favorecía la valorización del terreno. La importancia de los pastos radicaba -y radica- en que son un elemento de gran importancia para el aumento de la producción sea de leche o carne. El Valle del Cauca BLAA, Boletín de Agricultura, Ministerio de Industrias Sección de Publicaciones, Álvarez Valdés, Adolfo. ‘Yerbas Forrajeras del Valle del Cauca’, Año IV, Bogotá, Julio y Agosto de 1931, p. 269. 7 Ibíd., p. 269. 8 Biblioteca Nacional de Colombia (BNC de ahora en adelante), Periódico Helios, Guadalajara de Buga, marzo 6 de 1930, N° 776, Año 20, Serie 48, p. 4. 6

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padeció la invasión de pastos africanos mencionada por Ausdal9, compartiendo presencia con las grandes y frondosas praderas de Pará y Janeiro que se encontraban a los alrededores de la carretera y que surcaban las planicies, pero no toda la planicie estaba llena de pastos artificiales, por lo general, en las unidades productivas se encontraba una mixtura con el pasto común o grama como se le denomina. En el año de 1916 encontramos en la prensa una gran diversidad de artículos tomados del libro ‘Por la América del Sur’ del general Rafael Uribe Uribe, quien describió las bondades de los pastos que desde Brasil hicieron tránsito a las propiedades ganaderas colombianas y que se adaptaron a estas tierras calientes. Decía al respecto Uribe Uribe del pasto Yaraguá: Es una altiva gramínea, peculiar del Brasil, donde se conoce también con el nombre capim vermelho, pasto rojo, porque al crecer presenta las puntas de las hojas con un hermoso color rojizo. Oriundo del estado de Goyaz, es allí el forraje por excelencia, pues ya sustituyó casi por cmpleto al antiguo capim gordura variedad del pará, que aquí se llama capim de Ángola. De Goyaz se propagó a Minas, Rio y San Pedro, y luego a los Estados Unidos del Norte, sujetos a prolongadas sequías y donde está operando una verdadera revolución porque la autenticidad del yaraguá lo habilita con facultades de resistentica mayores que las de ningún otro pasto10. Con discursos como éstos, con cargas de legitimación desde la academia, comercializaba en Buga, Don Cesar Vallejo, las semillas de ‘Yaraguá’. La libra tenía un costo de $250, precios elevadísimos, que sumándolos al jornal y al riesgo que se tenía con los climas presentaba una inversión considerable en la modernización de las praderas. Si miramos con atención las palabras del General Uribe Uribe, su origen remitía a Brasil, pero la misión Chardon demostró que el pasto que se encontraba en estas praderas era en realidad ‘Pasto Gordura’ proveniente de Angola, aunque el investigador (Carlos Chardon) tiene en cuenta la importancia de Uribe Uribe en la difuminación del pasto en Antioquia, resalta la equivocación que se tenía respecto al origen del mismo11. Van Audal, Shawn, “Potreros, ganancias y poder…”, Op. cit. BNC, Periódico Helios, Guadalajara de Buga, 18 de febrero de 1916, Año VI, Serie XIV, N° 166, p. 1. 11 Este reconocimiento científico fue denominado como la ‘Misión Chardon’ en honor a su director, reconocido ingeniero agrónomo de origen puertorriqueño que llegó a estas tierras, gracias a un convenio entre el gobierno colombiano y el de los Estados Unidos, planteado por los científicos y políticos locales 9

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El pasto tenía distintas formas de siembra, lo más probable, según las fuentes, es que el pasto se sembraba utilizando el método que se describe a continuación: se suele quemar el pasto natural primero, limpiando bastante los tacones antes de dicha operación; a los días se procede a regar la semilla “al veleo” regando la semilla en un ángulo de 180°, con las manos y el gordura aparecerá lozano después de los primeros aguaceros12.

Si bien, las fuentes nos dicen que las semillas se comercializaban en el centro del departamento, Chardon lo localiza en pequeñas proporciones al sur, en el municipio de “Jamundí, en la base de la cordillera occidental a unos 1200 metros y en varias empresas cafeteras cerca de La Cumbre”13 sitio localizado al suroeste de la ciudad de Cali, capital del departamento. Cuando Chardon, inició junto a su equipo el reconocimiento agropecuario del valle del cauca en el año de 1929, acompañado por Ciro Molina Garces, secretario de Industrias del departamento y Carlos Durán Castro, Director de la estación experimental de Palmira, realizó el análisis de los forrajes presentes en los potreros vallecaucanos, encontró los pastos y forrajes que se relacionan a continuación: 1. Pará. 2. Espartillo. 3. Guinea. 4. Yaraguá. 5. Elefante. 6. Guatemala. 7. Janeiro. 8. Hatico. 9. Nacedero.

Ciro Molina y Carlos Duran, apoyados ellos por el gobernador Holguín Lloreda. Con el propósito de realizar un balance de la riqueza natural y los problemas agropecuarios de la región. Chardon, Carlos, Reconocimiento Agro-Pecuario del Valle del Cauca. Informe emitido por la Misión Agrícola Puertorriqueña, dirigida por el Hon. Calos E. Chardon y presentado al Gobernador del Departamento del Valle en Colombia. San Juan de Puerto Rico, S.E, 1930, p. 69 12 Ibíd., p. 71. 13 Ibíd.

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En la configuración de los territorios, es claro que no todas las fincas y propiedades estaban constituidas por pastos artificiales pues también se encuentra el pasto denominado ‘Espartillo’. Este es de origen natural, se encontraba en los potreros del Valle según como plantea don Jairo Orozco Arango campesino, arriero y agricultor que cruzó los páramos que dividen el Tolima y Valle del Cauca siendo un niño con ganado para las haciendas de Barragán: “este un pasto que cuando se pasa se vuelve un pajonero, el ganado no se lo come espigado además le seca la leche a las vacas”14; apreciaciones como éstas nos hacen pensar en las dificultades a la hora de la faena con el ganado. Continua Orozco planteando que: “Cuando el pasto se secaba nosotros le prendíamos candela al potrero terminando el verano así cuando el invierno llegaba crecía fresco, ese solo se utilizaba pa’ levantar terneros”15. Es así que se distribuía la producción ganadera en distintos potreros, pues no se podían colocar en los mismos espacios, las vacas lactando, las vacas preñadas y los terneros destetos. Dicha separación se presentaba en casos y propiedades contadas ya que como menciona Chardon, en algunas haciendas las labores de separación no se daban, incluso el mencionado observador encontró que algunos propietarios no separaban el ganado por especies, edad y especificidad de producción y al respecto nos comenta: “Es muy común ver en las ganaderías del Valle, vacas en avanzado estado de preñez pastando con los demás ganados. En los mismos potreros se encuentran toros, toretes, novillas, caballos, en fin, toda clase de ganado y de todas las edades. No hay separación entre ellas”16. Más adelante Chardon nos aclara el motivo de esta situación: “En algunas ocasiones la causa de esto no es la ignorancia del criador, sino la falta de división de los potreros y el descuido con el que se mira esta industria, los que no permite la clasificación de las especies, razas, edades y sexos”17. Esto determinaba no sólo el tipo sino los índices de producción del ganado en el Valle del Cauca. Tenemos por tanto, la inclusión de nuevos pastos y la adopción de esquemas de separación vacuna pero a la vez la permanencia de prácticas y elementos que pervivían en la producción y que en definitiva anclaban ésta. En suma, un conflicto entre las técnicas modernas y las prácticas domésticas rudimentarias. Esto es lo referente a las formas de producción, pero miremos ahora la presencia de variedades de forrajes o pastos

Orozco Arango, Jairo. Entrevista realizada el 20 de Enero de 2014, Candelaria, Hacienda el Triunfo. Ibíd. 16 Chardon, Carlos, Op. Cit, p. 44-45. 17 Ibíd. 14 15

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en las haciendas del Valle del Cauca para el año de 1929, según la información obtenida en el ‘Almanaque de los Hechos Colombianos’, la ‘Revista de Industrias’ y el ‘Libro Azul de Colombia’ en los cuales se localizaron un total de 82 haciendas con los respectivos pastos que utilizaban: Gráfico N° 1

Tipo de pastos y su presencia en las haciendas vallecaucanas, 1929 ARTIFICIALES

15

N.R

1

MICAY

3

ELEFANTE

1

ALFALFA

1

GUINEA

15

JANEIRO

8

PARA

27

COMUNES

11 0

5

10

15

20

25

30

Fuente: Gráfica realizada por el autor a partir del ‘Almanaque de los hechos colombianos’ y el ‘Libro azul de Colombia’.

El Pará era entonces el pasto con mayor presencia en 27 haciendas vallecaucanas según la información sistematizada; en segundo lugar se encontraba el Guinea encontrado en 15; los pastos comunes en 11; el Janeiro tenía presencia en 8 haciendas, seguido por el Micay que tenía presencia en 3, y finalmente, la Alfalfa y el Elefante que reportaban su presencia cada uno en una hacienda. Tan solo una propiedad no registró información de sus pastos. La utilización del pasto Pará se daba en la ganadería extensiva, grandes potreros tenían esta especie de forraje. Chardon lo recomendaba para alimentar vacas de leche, mezclado con concentrados, pues sus aportes en solidos eran pocos y la leche solía –y sueleser de una calidad inferior, además los hacendados y ganaderos lo utilizaban por su fácil

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recuperación, pues aunque los ganados lo pisoteaban, su capacidad de producción de biomasa era óptima. Las haciendas podían poseer distintos tipos de pastos, algunas como por ejemplo, en el municipio de Palmira, en la hacienda ‘La Propicia’, propiedad de los señores Carlos Barona, José María Plaza y la señora Jorgina Plaza encontramos cuatro tipos de pasturas: pasto alfalfa, elefante, hierbas Rosen y Sudan. No todas la haciendas, para este período, tenían pasturas artificiales, si encontramos presencia de estos pastos, pero las hiervas comunes forman parte de su potreros. En conclusión, para el caso del Valle del Cauca el manejo técnico de las siembras de los pastos estaba en proceso de acrecentarse, la industria estaba realizando esfuerzos muy significativos por cambiar los pastos, comenzando a establecer solidez en la importación de semillas para la mejora en las haciendas las praderas artificiales. El hecho de tener gran porcentaje de producción de biomasa para el alimento de los ganados y el tipo de ganadería extensiva no permitía que los ganados tuviesen una alimentación como lo deseaba la región, sumado a la inexperiencia y costos de la división de potreros generaban un panorama problemático de la ganadería vallecaucana, pero prometedor en el proceso de acercamiento a nuevas formas de producción.

3.

Del rezandero a la vacuna Pasteur

En la primera década del siglo pasado, Colombia entraba lentamente en las dinámicas modernas, su infraestructura cambiaba y las formas de concebir el mundo también; además en el campo comenzaban a utilizarse la medicina veterinaria moderna, y lentamente, se desplazó al rezandero de los nuches, el que con saberes populares y místicos curaba animales, por una vacuna. El gobierno nacional, a través del Ministerio de Industrias, estableció propagandas para educar a la población, en cuanto a la utilización de medicamentos para el tratamiento de las enfermedades que aquejaban a los ganados colombianos. En el Valle, en la visita hecha por Chardon se identificaron algunas de éstas: 1. Carbunco Bacteridiano o Antrax. 2. Carbunco sintomático. 3. Septicemia hemorrágica bovina. 4. Adenitis equina. 5. Tripanosomiasis. 224

6. Piroplasmosis bovina. 7. Anaplasmosis bovina. 8. Tétano. 9. Conjuntivitis infecciosa. 10. Diarrea de los terneros. 11. Onfaloflebitis. 12. Acetinomicosis bovis. 13. Estomatitis infecciosa de los caballos. 14. Estomatitis infecciosa de los terneros18. Estas enfermedades comenzaron a ser tratadas en el Valle del Cauca con medicamentos importados, entre ellos el Carbón o Rayo (Carbunco sintomático) que según Victor Manuel Patiño fue detectado desde mediados del siglo XIX19. Este era el que mejor tratamiento brindaba para tratar enfermedades en la época y podía encontrarse y administrarse con una vacuna especializada traída de Francia y producida por el Instituto Pasteur. De hecho, en algunos clasificados y publicidades de la prensa en la época estudiada, podía leerse lo siguiente, refiriéndose al origen del medicamento: NUEVA MARAVILLA DEL GENIO FRANCES La vacuna contra el carbón simptomático en los temeros Hace doce años, M. M. Lechainche y Vallée, se ocupan sistemáticamente de la vacuna contra el carbón simptomático, enfermedad tan temida por los hacendados que se ocupan en la crianza de ganados. Ellos han hecho conocer a la Academia de Ciencias un procedimiento perfeccionado, que les permite obtener razas microbianas verdaderamente atenuadas. No se había podido, hasta ahora, producir esas razas atenuadas del bacilo de Chauveau. Ellas eran indispensables para obtener una vacuna en la cual se pudiera confiar. Actualmente, gracias a esas razas, M. M. Lechainche y Vallée producen vacunas que, por medio de una sola inyeción, y sin ningún peligro, determinan una inmunización perfecta. Durante tres años han sido vacunados 345.000 bovidios en I Francia, Alemania, etc. Etc. Por el nuevo método, con un éxito completo. Por eso los autores consideran el Chardon, Carlos, Op cit, p. 97. Patiño Rodríguez, Víctor Manuel. Esbozo Histórico Agropecuario del Periodo Republicano en Colombia. Serie “LA GRANADA ENTREABIERTA”, 92. Instituto Caro y Cuervo, Santafé de Bogotá, 2002, p.147. 18 19

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problema de la vacunación, contra el carbón sintomático, como completamente resuelto. (Traducido del diario L’Ilustration, N9 3.660, del 19 de Abril de 1913)20.

En el Valle del Cauca, los únicos vendedores de dicho medicamento eran los dueños de la compañía HIJOS DE JUAN C. TORO Y CÍA., que tenían su casa matriz en Medellín y sucursales en Cali y Buga; estos empresarios se dedicaban a la importación de productos, entre los cuales se denotaban mantillas y pañuelos y un remedio preventivo en la época para las enfermedades de los ganados llamado ZARKOL

21.

Si observamos detenidamente el contenido de la propaganda citada anteriormente, pensaríamos que el tratamiento a estos problemas era frecuente, pero cuando el doctor Chardon comenta, que para el caso del Carbunco Bacteridiano, en algunas ocasiones era confundido con la mordedura de las serpientes22, percibimos que la desinformación y el desconocimiento de las enfermedades en la gran mayoría de los hacendados y ganaderos vallecaucanos fuese grande. Otro gran enemigo de los ganados era la garrapata, estas tierras del Valle tenían una gran cantidad y una de las enfermedades más peligrosas que trasmitían estos parásitos se denominaba y denomina Piroplasmosis; Chardon describía así sus síntomas: “La enfermedad inicia con fuerte elevación de la temperatura, la que llega a 41 y hasta 42°. Los anímales se entristecen y cuando la enfermedad avanza, la rumia se suspende”.23. Otra enfermedad que también es trasmitida por este parásito es la Anaplasmosis, que produce una anemia crónica y debilitamiento del sistema digestivo. En ese sentido, en el año de 1920, afanosamente recomendaba el presidente de la Junta de Higiene del Valle muy preocupado por la situación de los ganados y las fiebres efectuadas por los mismos, que se realizara un informe detallado de las enfermedades causadas por las garrapatas, su reproducción y propagación de la misma, aún en las tierras frías de la sabana cundiboyacense, lugar al cual se habían trasladado varios animales y

BNC, Periódico Azul, Año III, Serie XII, N° 112, 1 de enero de 1914, p.4. Posada Callejas, J. Libro Azul De Colombia, New York, impreso por la empresa JJ Little & Ives. 1918, p. 666. 22 Chardon, Carlos, Op. cit, p. 99. 23 Ibíd., p 107. 20 21

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estaban propagando el parásito.24 Los ganaderos y la gobernación tomaron cartas en el asunto, renuentes unos y proponentes otros, para que la situación mejorara, y es así, que comienza el proyecto modernizador de las estructuras de control sanitario en las haciendas con los tanques llenos de garrapaticidas, también llamados baños arsenicales con el fin de enfrentar a dicho parásito, transmisor de muchas enfermedades, dañino de cueros y asesino de vacas El investigador Carlos Chardon recomendaba purgar los animales y en caso de que la enfermedad ya estuviera avanzada, se debía utilizar una solución intravenosa de azul trípano al uno por ciento, este medicamento, colabora con la defensa de las células vivas, permitiendo que los glóbulos actúen en la detección y eliminación de las enfermedades, otra solución era bañar el ganado. En este sentido, percibimos que los ganaderos innovaban y se apropiaban de técnicas para el tratamiento del parásito. En haciendas cómo ‘Salomia’ propiedad de Abraham Domínguez, se utilizaban tanques de inmersión del ancho de las reses, en los cuales se vertía el producto que combatía las garrapatas, tal y como se muestra en la imagen a continuación: IMAGEN N° 1 TANQUE PARA BAÑO DEL GANADO EN LA HACIENDA ‘SALOMIA’ Y ‘EL AGUACATAL’

Archivo de la Asamblea del departamento del Valle de Cauca, Gaceta Departamental, ‘El Valle’, Año XI. Cali, 10 de septiembre de 1920, N° 902. 24

227

Fuente: López, Eduardo, Almanaque de los hechos colombianos, Bogotá, Casa Editorial Arboleda y Valencia, 1929, p. 288.

Remigio Morales es la prueba de la especialización en el Valle del Cauca; López lo describe como un albañil práctico, de piel negra, que vestía camisones grandes y sus manos eran toscas y fuertes. Manejaba instrumentos de construcción como palustres, reglas, plomadas para tomar niveles y serruchos. Las construcciones que realizaba parecieron haber gustado mucho entre los propietarios de las haciendas, como en el caso de la propiedad de la señora María Lora viuda de Sarmiento, dueña de la hacienda ‘Campoalegre’ en el municipio de Tuluá, así como otros cuatro ganaderos más25. En el año de 1929, el maestro Remigio Morales construía un bañadero para el Dr, Luis Felipe Campo, con un palustre, armazones de madera y una gran cantidad de ladrillo. Dichas instalaciones representaban todo un cambio en el aparato tecnológico del manejo de las enfermedades, estas junto con las políticas estatales que se avecinaban. IMAGEN N° 2 EL MAESTRO REMIGIO MORALES

López, Eduardo, Almanaque de los Hechos Colombianos, Bogotá, Casa Editorial Arboleda y Valencia, 1929, p. 74. 25

228

Fuente: López, Eduardo, Almanaque de los hechos colombianos, Bogotá, Casa Editorial Arboleda y Valencia, 1929, p. 74.

En ese mismo año, en el mes de septiembre, el congreso de la república, interesado por el mejoramiento de los hatos ganaderos y por combatir las enfermedades que aquejaban ha dicho renglón de la economía, dictó la ley 7ª que regulaba y daba una “subvención de 150 peso por cada uno de los tanques que se construya, siempre que se ciña a los planos e instrucciones oficiales”26. Veamos el siguiente plano: IMAGEN N° 3

26

BLAA, Boletín de Agricultura, Año III, Bogotá, Julio y Agosto de 1930, Número 10 y 11. P-600

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BAÑADERO PEQUEÑO PARA GANADO

Fuente: BLAA, Suplemento del Boletín de agricultura, Bogotá, Octubre de 1932, p-52. La anterior ilustración corresponde a un bañadero pequeño que debería tener una profundidad de un metro con 86 centímetros, y una capacidad de 7.180,52 litros; para llenarlo a este nivel, se utilizaba 4 ½ litros de Garrapaticida Cooper o Kiltik – venenos con alto contenido de arsénico – y 7, 232 litros de agua. Los semovientes se sumergían, enrutados por un embudo que los dirigía hacia la entrada del tanque y los obligaba a salir por la otra punta, logrando un baño completo de todo el cuerpo. El Kiltik, era utilizado por los veterinarios del ministerio, venía integrado a un equipo de tratamiento de ‘fácil uso’, se componía de las siguientes cosas: Un cilindro graduado (probeta) para medir, de capacidad de 25 centímetros cúbicos, marcado de 0 hasta 25 de la parte superior hacia abajo; Un frasco de boca ancha, para verificar el ensayo; Un frasco que contiene pastillas para probar la fuerza arsenical del garrapaticida; Un frasco de solución Standard de yodo para verificar los ensayos; y Un cepillo para la limpieza de la probeta y frasco de ensayos.27

BLAA, Rivas Putman, I., ‘La garrapata. Pérdidas que ocasiona y su erradicación’, Boletín de Agricultura, Bogotá, Octubre de 1932, p. 24. 27

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Estos elementos, le servían al ganadero, para verificar la cantidad de cianuro en la solución de agua, para que su inversión no se viera afectada y el veneno tuviera la eficacia adecuada, también se le recomendaba, que los animales que se metieran en el tanque, estuvieran descansados y bebidos, pues si se introducían en el tanque con alguna de las cosas anteriormente mencionadas, probablemente tomarían de la solución y tendríamos muertes seguras.

Fuente: BLAA, ‘La garrapata. Pérdidas que ocasiona y su erradicación’,

IMAGEN N° 4 EQUIPO ‘KILTIK’ PARA EL CONTROL DE LAS SOLUCIONES ARSENICALES

Suplemento del Boletín de agricultura, Bogotá, Octubre de 1932, p-24.

En cuanto a la acogida de las vacunas y nuevas formas de tratar los animales, Víctor Manuel Patiño nos explica que “las vacunas se abrieron paso con reluctancia por parte de los ganaderos. Todavía en 1921 la Asamblea del valle por ordenanzas N° 49, tuvo que estimularlos con primas para que las aplicaran

y construyeran baños garrapaticidas”.28 Si cruzamos esta

información con los planos de la ley 7ª de 1929, tendremos entonces que administrativamente el departamento estaba implementado soluciones sanitarias, incentivando el uso moderno de la medicina veterinaria, anticipadamente a las decisiones dictadas desde la nación, decisiones que tienen aproximadamente diez años de diferencia.

28

Patiño, Esbozo Histórico, Op. cit., p.146.

231

El Valle, para el año de 1932 ya contaba con 82 haciendas con bañaderos. Encontramos que el municipio que contaba con mayor cantidad era Palmira, pues 14 de sus haciendas tenían; ejemplo de esto lo dan los Barney, familia prominente en la región vallecaucana quienes habían establecido políticas de modernización para combatir la garrapata, por lo general, en todas sus haciendas en distintos municipios. Ahora miremos entonces que otras enfermedades parasitarias con mayor violencia atacan los ganados, identificó y encontró Chardon: 1.

Sarna

2.

Distomatosis

3.

Estrongilidos

4.

Tenia

5.

Nuche o Gusano de Monte

De las siguientes, algunas atacan al ganado bovino, y serán las que miraremos con más atención. Tenemos entonces que la sarna es una de ellas y fue considerada como un ácaro, su contagio se da por contacto físico; este ácaro se aloja en el pelo, y en el Valle del Cauca, cuando no hay separación entre ganados, es posible observar contagios entre equinos, bovinos, ovinos y canes, pues como mencionamos anteriormente, el que no se separen los ganados, propicia los contagios; Chardon sugería dos cosas esenciales en el tratamiento de la enfermedad, primero: el uso de pomadas durante quince días para que los huevos del parasito mueran; segundo, el aseo en las instalaciones y los elementos con los que se aseaban los animales29. La Distomatosis es una enfermedad interna, conocida por atacar el hígado de los animales, su avance se da alrededor de los tres o cuatro meses en bovinos, cuando los animales comenzaban a enflaquecer y morían por inanición30, lo que más llama la atención era el tratamiento que se recomendaba para subvertir la enfermedad en sus primeros síntomas, dice Chardon: “Consiste en la administración de cinco a ocho gramos diarios de extractos etéreo de helecho macho”31, planta que se encuentra en muchas de las fincas como decoración, pero los usos de esta son entonces diferenciados y comenzaron a existir matices dentro de

Ibíd., p. 116. Ibíd., p. 117. 31 Ibíd. 29 30

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las utilidades de las plantas en la cotidianidad del campo; esta curación es una combinación de saberes tradicionales para dar origen a una especie de homeopatía veterinaria. Tenemos hasta este momento varios parásitos intestinales que afectaban la digestión, causando en algunos la muerte, ahora, miremos el que es uno de los más traumáticos, no solo por las laceraciones que ocasionan en la piel, sino también, por las grandes pérdidas que dejaba en el ganado. A este parasito se le conoce como “Nuche” o Gusano de Monte32, esta larva, afecta la piel del ganado vacuno, lacerándola y dejando cicatrices que dañan los cueros dejándolos de muy mala condición y deteriorando una de los subproductos de los cuales, carniceros, comerciantes y comisionistas se valían para ganar dinero Cuando los animales eran sacrificados y poseían esta enfermedad, sus cueros se perdían o se devaluaban. IMAGEN N° 5 NUCHE O GUSANO DE MONTE ‘MIASIS SUBCUTÁNEA’: A) MOSCA ADULTA. B) LARVA AL SALIR DE UN TUMOR. (TAMAÑO NATURAL)

Fuente: BLAA, Suplemento del Boletín de agricultura, Bogotá, Octubre de 1932, p-567. Los analgésicos que se utilizaban en humanos y reses, en ocasiones coincidían, como en el caso del ‘Painkiller’, ya que encontramos publicidad en un importante periódico de la

32

Ibíd., p. 119.

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ciudad de Buga en el que se mencionan los usos del medicamento y en quienes podía ser utilizado: “Los caballos y vacas padecen de cólico y de calambres. El Painkiller siempre cura. Medio pomo en agua caliente unas cuantas veces”33 y para referirse a los seres humanos decía lo siguiente: Un medio seguro para curar los calambres, diarrea y disentería es tomar el Painkiller. Esta medicina ha sostenido su reputación durante sesenta años. Rehuse los substituos; no hay más que un Painkiller, el de Perry Davis. Dolores de cabeza, espalda y piernas. Dolores en todos lados. Dolor de gargantas, destilación de la nariz y ojos, ligeras toses con escalofríos. Perry Davis / Painkiller (Matadolor) tomado en agua caliente endulzada antes de ir a la cama hará desaparecerlo todo si se toma a tiempo34. Si bien, el medicamento es el mismo su uso es distinto pues por ejemplo, en los animales se usaba para tratar el cólico y calambre, mientras que en los humanos, su utilidad crecía para los cólicos, la diarrea, trastornos inflamatorios del intestino y todos los dolores del cuerpo, cómo la disentería. El anterior acápite nos indica la fragilidad de la medicina veterinaria en el Valle del Cauca, al encontrar vestigios como los anteriores, podemos apreciar la mixtura cultural en los albores del siglo XX, la combinación de saberes, las técnicas de explotación y la preocupación de una esfera social por modernizar y hacer rentable estas tierras, y así desarrollar y fortalecer una industria que comenzaba a ceder su lugar a la agricultura por su falta de rentabilidad.

Conclusiones Es entonces este el panorama del proyecto modernizador pecuario en el Valle del Cauca, con las instituciones como aliadas, promulgando el bienestar de campo, intentado mejorar la ganadería, fortaleciendo las dinámicas de higienización y mejorando la calidad de los animales mediante vacunas, mejoramiento de praderas e instalación de bañaderos para combatir la garrapata. Cuando se estudian los otros instrumentos modernizadores de este sector, encontramos lo sorprendente de la inserción de nuevas tecnologías para el sostenimiento de una creciente industria, estas mejoras consistían en un mantenimiento de

33 34

BNC, Periódico Azul, Guadalajara de Buga, 15 de enero de 1914, Año III, Serie XII, N° 114, s.p BNC, Periódico Azul, Guadalajara de Buga, 22 de enero de 1914, Año, III, Serie XII, N° 115, p. 3.

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pastura, así como la inserción de las mismas, lo cual transformó profundamente el ecosistema, estas semillas artificiales fueron introducidas para cambiar la dieta de los bovinos y obtener ganancia en masa corporal y leche, comprobar los resultados efectivos de los pastos se hace una tarea imposible, pero lo que sí se puede intuir es la gran importancia de los mismos, pues a pesar de las dificultades en su siembra y posterior utilización como pradera, se podían encontrar en las tierras del Valle, gran cantidad de estos, y hay que aclarar, que su siembra no solo se realizaba mediante el proceso de trasplante de tallos, sino también mediante el riego de semillas, lo cual implica unos tratamientos especiales como arado fino en la tierra. Este tipo de cuestiones llaman la atención pues para cultivar grandes cantidades de este tipo de pastos, se requería de gran capital humano y económico, al realizar entonces el paneo de las propiedades que logramos identificar, encontramos incluso que muchas de ellas tenían entre tres y cuatro especies distintas de pastos, lo que sugiere la gran capacidad de adquisición de semillas por parte de los propietarios, cosa que seguramente contradice la idea del hacendado acaparador, pues para la ganadería, como estamos observando también se necesitaba de gran capital y el mejoramiento de praderas significó seguramente una gran inversión. El manejo de estructuras nuevas en las labores de producción proporcionó o cimentó nuevas prácticas en pro del mejoramiento de la industria agropecuaria. Si bien, hemos tratado y dimensionado en estas páginas las fórmulas utilizadas por los empresarios agrícolas y las instituciones agropecuarias gubernamentales para el mejoramiento ganadero, nos surgen a partir de estas reflexiones nuevos interrogantes a resolver en investigaciones futuras: ¿cómo funcionan estas prácticas en la vida cotidiana?, ¿qué pasó con el vaquero, el capataz y el jornalero de la hacienda? REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Hemerografía Biblioteca Luis Ángel Arango Boletín de agricultura, Bogotá, 1910 – 1934

Biblioteca Nacional de Colombia (BNC de ahora en adelante). Periódico Helios, Guadalajara de Buga, 1916, 1930. 235

Periódico Azul, Guadalajara de Buga, 1914.

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