“Los deslindes: una fuente para el estudio de la vegetación natural”, La Andalucía Medieval. Actas I Jornadas sobre Historia rural y medio ambiente, Huelva, 2003, págs. 129-142

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Descripción

Los DESLINDES:UNA FUENTE PARA EL ESTUDIo DE LA vEcernctóN

NATURAL.

Jur-rÁNCr-eup¡rreRnuos Universidad de Extremadura

1. INTRODUCCIÓN El estudiode la vegetaciónnaturalha sido escasÍrmente abordadaporel medievalismo españolt,pesea la importanciaque el bosquetiene en todaslas sociedadestradicionales, bien por su gran difusión, contribuyendo a una economía pecuaria importante, o por la necesidadde regulación de su explotación, dada la importancia de los recursos silvícolas. Por otro lado, cuando se ha constatado la importancia del bosque, o su relativa escasez,se ha abordado como un conjunto pero sin estudiar sus característicasinternas, o señalándosesolamente algunas generalidades.Algunos estudios sobre territorios extremeñosson ejemplos claros de lo que hemos indicado. Las fuentesdisponibles hubieranpermitido un estudio más detallado.Muy particularmente,seha postergadoel uso de los deslindes. Si nos fijamos en el estudio de Daniel RodríguezBlanco sobrela Orden de Santiago en Extremadura,en el capítulo V apartadoB, donde estudiala agricultura,laganadería y el resto de las actividadeseconómicas,el bosquey la vegetaciónnatural no merecen ningún ppígrafe específico; aparecealguna información en el apartadodedicado a ganadería. Se utilizan, entre otras fuentes,las ordenanzasde Mérida, pero no los deslindes.Algunos de ellos aparecenen los libros de visita de la Ordende Santiagode finales del XV y principios del XV, que constituyen la basecentral de estetrabajo. *

Trabajo realizado dentro del proyecto "Ocupación y explotación del espacio rural en Extremadura desde el periodo romano hasta la actualidad" (IPR98014), financiado por la Consejería de Educación, Ciencia y Tecnología de la Junta de Extremadura. 1 Ésta fue la causa de la organización del Congreso sobre el medio natural en Cáceres (nov-dic1999): cf. J. Clemente Ramos (ed.), El medio natural en la España medieval (Actas del I Congreso sobre ecohistoria e historia medieval) Cáceres, 2001. 2 D. Rodríguez Blanco, La Orden de Santiago en Extremadura en la baja Edad Media (siglos XIV y XV), Badajoz, 1985, págs. 254 y ss.

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JwnN Clevre¡¡-reReuos

Elisa C. de SantosCanalejo en su trabajo sobrePlasenciay su entorno geohistórico dedica más extensión al bosque', pero se apoya casi exclusivamenteen las ordenanzas y selimita a exponerel contenido de estasfuentesnormativas.ParaPlasenciacontamos con abundantesy ricos deslindes que nos muestran el paisaje vegetal con una gran nitidez, especialmentepara el CampoArañuelo y el territorio que se extiende entre los ríos Almonte y Tajo. Trujillo es otro territorio que cuenta con abundantesfuentes sobre el tema que nos ocupa,pero prácticamenteno sehan explotado.M"A. SánchezRubio abordó el estudio del monte apoyándosefundamentalmenteen las ordenanzasy las cuentasmunicipaleso.Sin duda, dentro de los estudios dedicadosa la baja Edad Media extremeña esta autoraes la que presentainformación más contrastaday de mayor interés sobreel tema. Las razonespor las que los deslindesprácticamenteno sehan utilizado parececlara. Así como las ordenanzasson de más fácil explotación y señalanunas líneas genérales más o menos precisassobre el bosque y su problemáúica,los deslindes son más iáridos y posiblementede más difícil y, sobretodo, laboriosaexplotación. Sin embargo,larazón fundamental es que no seha impuesto la necesidadde abordar,dentro de las posibilidades que ofrecen las fuentes, un estudio completo y detallado del bosque, que de este modo es en gran medida postergado o en todo caso insuficientemente esfudiado en relación con las fuentes disponibles. J. A. Garcíade Cort6za\ posiblementela persona que más ha influido en el medievalismo español en el ámbito de los estudios rurales, habla de la necesidadde fijar el peso dela silva,la saltusy eI ager, y la conversióndel saltus ogrrt, pero no se plantea el estudio del bosque como objeto independiente sino en"nrelación con la actividad humanay el desarrollo agrario. Por tanto, el escasointerés que ha generadoel bosque como objeto de estudio ha convertido en innecesariola explotación de los deslindes.Debemos indicar que mientras las ordenanzas,sin duda, la fuente más utilizada sobre el tema en la baja Edad Media, tienen un carácternormativo, los deslindesnos ofrecen información puntual y concreta del estadoreal de la vegetación.Las diferencias entre ambos son las mismas, en líneas generales,que puede haber entre fueros (las ordenanzas,sin embargo, presentanuna información mucho más específica)y documentosde compra/venta. La abundanciade deslindesy su riqueza los convierte en ineludibles para el estudio del medio natural y en particular del bosque.Su información concretales aproxima a las fuentes arqueológicas,de explotación mucho más costosay lenta. En todo caso, no se trata de fuentes excluyentes sino absolutamentecomplementarias.

3 La historia medieval de Plasencia y su entorno geo-histórico: la Sierra de Béjar y la Sierra de Gredos, Cáceres, 1986, págs. 383-405. 4 M" A. Sánchez Rubio, El concejo de Trujillo y su alfuz en el trdnsito de la Edad Media a Ia Edad Moderna, Cáceres, 1993, págs. 301-322. 5 J. A. García de Cortázar, La historia rural medieval: un esquema de análisis estructural de sus contenidos a través del ejemplo hispanocristiano, Santander, t9822, pág. 46.

Los onslN¡ss:

LJNAFIENTE pARAEL EsrrrDro DE LA v¡cnrnclóN

NATTJRAL

(STGLOS 2. LOSDESLTNDES Xrr-Xry) Los deslindes o amojonamientos aparecenen Extremadura desde los momentos iniciales de la repoblación y son relativamente abundantes.Es llamativo que seannumerososen algunos archivos municipales donde seha perdido casi toda la documentación, como sucedeen Coria o Plasencia.Los deslindesno presentanentre los siglos XII y XVI unas característicashomogéneas.Por ello, nos centraremos en la baja Edad Media, o más concretamenteen el siglo XV y primera mitad del XVI, periodo en que las apropiacionesy conflictos derivados del crecimiento agrario explican su abundancia. Por otro lado, es ahora cuando presentanuna enonneiquezainformativa que los hace insustituible para un estudio detallado y preciso de la vegetación natural. Antes de pasaral esfudio de los deslindesbajomedievales,vamos atrazar las características generalesde los que aparecenentre los siglos XII y XIV. En general, los deslindes de estos siglos son comparativamente muy breves. Muchos de ellos son donaciones, ventas, concesionesde un termino a los pobladores, etc. en los que se incluye la delimitación de la heredado territorio. Se caractenzanpor su brevedady por la escasapresenciade la vegetación,que no pasade ser un referente espacialsubsidiario. Veamosel peso de estainformación en los deslindesde los siglos XII al XIV:

Periodo

0

tL{l-rl99 tzwrz99 130G1399

4 43 3l

Número deArboles l.-2 3-4 5-6 7-B

12 t2

+8

_.. ; 5221

A la largo de estos siglos parecepercibirse una relativa evolución hacia unos deslindes más detalladosy precisos,lo que permite un mejor reflejo de la vegetación.En el siglo XIV, la vegetación es más abundantey empiezana darsealgunos casosen que se convierte en un referente fundamental. Es llamativo en este sentido el deslinde del monte de Pizarroso de 1384, propio del concejo de Trujillo situado al este de Zonta (hojas 706 y 731 del M.T.N.), donde aparecenmás de una quincena de referencias a encinas y c¿IlTascoru. Lo tardío del deslinde permite pensar en una transformación del sentido espacial y de los usos diplomáticos, pasándosede modelos muy genéricos a otros más precisos. En cualquier caso, esto no sería ajeno al grado de ocupación del territorio y alanecesidad y posibilidad de precisar de forma más detalladalas diversas unidades espaciales'.

ó Arch. Mun. Trujillo, leg. 1, no 1, fols. 75v-80r. 7 Para la repoblación: J. Clemente Ramos y J.L.de

la Montaña Conchiñ,a,"La Extremadura cristiana medieval (1142-1230). Ocupación del espacio y transformaciones socioeconómicas", H.I.D., 2I (1994), pp.85- 124;1d., "Repoblación y ocupación del espacio en Extremadura (1142-c.I35O)", Actas de las I Jornadas de Historia Medieval de Extremadura,Cáceres,2000, págs. 11-38; y J. L. de la Montaña Conchiña, Ia Extremadura cristiana (1142-1350). Poblamiento, poder y sociedad, tesis doctoral, Cáceres, 1998 (en prensa), págs. 34-138.

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Jur-nN Cr.eumnn Reuos

La brevedady caráctergenéricode los deslindesentre los siglos XII y XfV explican que los fuboles sean sustituidos como referentes espaciales por los accidentes del terreno o por determinadostopónimos que aluden a parajesdel término. La fitotoponimia, en la medida en que algunos de estos deslindes se producen poco despuésde la ocupación, puede ser aprovechadacon utilidad. Sin embargo, a medida que nos alejamos temporalmentede estemomento inicial tiene una relación menosfiel con la vegetaciónreal. En algunosdeslindeslatoponimiay, aveces,específicamentelafitotoponimia (no siempre es posible sabersi estamosante un topónimo a ante una mención concreta de vegetación), es abundante.Podemoscitar enffe los más significativos los deslindes de Montemolín(Lz4qB, Mériday Medellín (1275)',Jaraicejo(1284)'odehesade la Grulla en el términodeBadajoz(I2gl)" ,siruela (1314)", Guadalupe(1338)" o ejido deCarlamero (1353)'0. Todasestascaracterísticasobligan a ampliar el espaciode aniálisis.Mientras a partir del siglo XV la comarca puede constituir una unidad de estudio adecuada,en estos siglos la región, o en todo caso espaciosintercomarcales,aparecencomo una unidad más operativa. Sólo abarcandoterritorios amplios la cuantificación serevela como una herramientaconvincente. La cuantificación ofrece resultadoslógicos, lo que muestra el interés de estosbreves deslindesque si separadamentepueden tener una escasasignificación, en conjunto pueden resultar de gran interés. La vegetación de los siglos XII al XIV presenta, como era previsible y otros indicios parecen indicar, una menor degradación que en siglos posteriores.Esto es aplicable tanto a las especiesde carácterclimácico como a las comunidadesripícolas, donde los arbolesde ribera dominan frente a las quercíneas y alaencina en particulart'. Estos resultados,totalmente coherentes,muestran que el uso adecuado de los deslindes permite obtener una información de gran interés e ineludible paratrazar la evolución de la vegetaciónnatural.

3. LOSDESLINDESBAJOMEDIEVALES(SIGLOSXV.XVD Los deslindesque empiezana abundaren la segundamitad del siglo XV y primera mitad del XVI presentancaracteísticas muy distintas de las que hemos visto anteriormente. Su carácterdetalladoexpüca su gran extensión,lo que tiene que ver sin duda con el mayor grado de control y explotación del espacioy con los cambiosproducidos en su s J. González, Reinado y diplotmas de Fernando, 3 vols., Córdoba, 1980-1986, III, doc. 763. e AHN, Uclés, Mérida, carp. 198, vol. I, n" 15. 10D. SánchezLoro, Historias placentinas inéditas,3 vols., Cáceres, 1982-1985,II, págs.41-3. 1r F. Santos Coco, "Documentos del archivo-catedral de Badajoz", Rev. Centro Est. Extrem.,lll (1929), págs. 262-3 12l. J. Ortega y Cotes, Bullarium Ordinis Militiae de Alcantara. Madrid, 1759, págs. 149-150. 13M" F. Cerro Herranz, Documentación del monasterio de Guadalupe. Siglo XIV, Badajoz, 1987. doc. 4. 14M'A. Sánchez Rubio, Documentación medieval. Archivo Municipal de Trujillo, 3 vols., Cáceres, 1992-5, I, doc. 32. 15J. Clemente Ramos, "La evolución del medio natural en Extremaduru (1142-1525)", El medio natural en la España medieval, págs. 15-56.

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Los oesruvoEs: uNA FIENTE pARAEL ESTUDTo DE LA v¡cBrnclóN NATTTRAL

percepción. Esto les convierte en una fuente imprescindible y fundamental para el estudio de la vegetación natural, complementiándosecon otras de característicasdiferentes como las ordenanzaso las actas municipales. No debemos olvidar que son la fuente que presentade modo más directo y concreto la vegetación existente.Los deslindes ofrecen unasposibilidades extraordinarias,pero asimismo adolecende deficiencias y limitaciones que no debemosolvida¡ para explotarlos adecuadamente. En primer lug*, hay que indicar que los deslindes reflejan de modo selectivo la vegetación.Sin duda, la vegetaciónarbóreaes la que origina más interés al convertirse en una auténtica referencia espacial. El estrato arbustivo atraemucho menos la atención, siendo la información sobre este aspectomucho menos fiable. En las zonas de llanura el peso de las mencionesde algunasespeciesde matorral muy significativas es el siguiente(encina= 100):

Ja¡a: 259 Escoba: 6,35 lentisco: 5Al

Retama: 7M Tomillo: 1,18 Galapero: 2,12

Torvisca: 2.82 Coscoja: 1,18

En las zonasde montaña (quercíne&s= 100, excluidos carascos y matas),las líneas generalesse mantienen con pequeñasdiferencias:

Jara: 512 Escoba: 0,30 lentisco: 151

Tarza: 2At brezo: \& Galapero: 452

Torvisca: 5,I2 Helecho: 0.30

En comparación con la encina en la llanura y con las quercíneasen zonas más elevadas,las jaras, retamas, escobas,galaperos o torviscas. están muy escasamente representadas.Esta circunstancia no se debe al buen estado de conservación de la dehesay alaescasezdel matorral, como nos aclaranotras fuentesde modo inequívoco. Además, descendiendoa casospuntuales vemos como de la simple cuantificación y del análisis detallado se perciben dos realidadesdistintas. Los datos que nos suministra FernandoColón son de gran utilidad. La panorámica general que nos ofrece cuestionauna simple cuantificación de los datos que aparecen en los deslindes,que nos permiten acercarnosa una visión más detallada del matorral pero diluyendo algunasde suslíneasgenerales.Los jarales tienen una importancia muy superior a cualquier otra especiedel matorral mediterráneo.En esteaspectoseproduce, una coincidencia, aunque solo parcial, entre ambasfuentes. En todo caso, el matorral estasubrepresentadoen los deslindes.En la obra de Fernando Colón si damos el valor 100 a las formaciones vegetales en que domina la encina, sóla o en unión de otras especiesarbóreas,las jaras en solitario llegan al27 ,62, en unión con las quercíneasal 23,81y compartiendoel dominio con otrasespeciesde matorral aI3,81. En conjunto,y cuantificando todas las asociacionesvegetales en que participan encinas o jaras, la relación es de 100/48t6.Las jaras, dentro de un contexto de gran degradación,adquieren una importancia fundamental sólo superadapor la encina en una proporciónde I a2. 16Los datos son los siguientes: encina o encina + árboles, herbajes o prados = I02; encina + jaras 23;jaras+ alcornoques= 2; jaras =29; jaras+ otromatorral=4; ja¡as + matorral=2; (porello: encina = 125; jaras = 60) -

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Reuos Jur-nN CLnNreN"rs

No setrata de algo aislado,que nos puedahacer dudar de la información de Fernando Colón. Las ordenanzasmunicipalesnos informan de la importancia del matorral y en especial de los jarales como manifestación de la degradación del paisaje adehesado dominante.Por otro lado, el crecienteuso que sehacedel matorral para el abastecimiento de productos silvícolas nos está hablando tanto del receso del bosque como de su lmponancla Si dejamosde un lado la cuantificación en generaly nos fijamos en espaciosconcretos, veremoscon claridad que no siempreel matorral estádebidamenterepresentadoen los deslindes. En la tierra de Cáceres,donde la coscoja es especialmenteabundante, sólo hay una solitaria mención en uno de los once deslindescon que contamospara el siglo XVtt. Si bien cuando el estrato arbóreo es abundante el matorral ocupa, por razones obvias, un lugar secundario como referencia espacial, en aquellos casos en que ha sufrido un fuerte retroceso se constatauna coincidencia entre la información que nos ofrecen los deslindesy otras fuentes.Latiercade Mérida es un claro ejemplo. Los datos de que disponemos muestran la elevada degradación que ha sufrido el paisaje de la dehesa.Fernando Colóntnpresentaveinticuatro trayectos en los que se indica su paisaje vegetal: en dos domina el encinar, en uno la asociación encinar-jaral, en otro el monte-jaral; uno aparecedefinido como dehesa;el resto se caracterizapor el dominio del matorral de degradación,consistenteen jaras (siete casos)y lentiscos (once); también apareceun hinestar.En los deslindesde zonasde llanurarto rc documentancatorce referencias a encinas y carrascos (incluyendo matas y tocones), pero sesentay cinco a matorral (se mencionanhastaquince especiesdiferentes), siendo especialmente abundanteslas retamas y el lentisco. En los datos que nos suministra Fernando Colón, el encinarparticipa en el I2,57o de las asociacionesvegetalesy domina de modo exclusivo enel8,337o;el matorral degradadoparticipaen el 87,5Vode las asociaciones vegetalesy dominacon exclusividadenel79,I67o.Enlos deslindes,la encinarepresentael16,87%ode la vegetacióncitada;el matorral de degradación,el75,9%o.El ejemplo emeritensees quizás el más claro de como la información en algunos casospresenta una coincidencia elevada.En todo caso, cada fuente sigue manteniendo su especificidad: frente a las líneas generalesque marca Fernando Colón, la información de los deslindeses siempre más concretay diversa, lo que la convierte en imprescindible. Los deslindesnos suministranuna información imprescindible para el estudio de la incidencia de la actividad humana sobre el bosque. Superanen precisión y posibiüda17J. Clemente Ramos, "El medio natural en la vertiente meridional del Tajo extremeño en la baja Edad Media", An. Estud. Med.,30lI (2000), págs.328-9, ! "La evolución del medio natural en Extremadura (1142-1525)", págs. 26. 18M" D. García Oliva, Documentación histórica del Archivo Municipal de Cóceres (14751504), Cáceres, 1988, doc. 76, pá9. 145, y doc. 199 ("en el termino desa dicha villa ay mucha coscoja de que se saca mucha grana"). le F. Colón, Descripción y cosmografía de España, 3 vols., Madrid, 1908-t917, I, págs. 224-5 y 228-229, y II, pág. I29. 20Arch. Mun. Mérida, leg. 1113, n" 4 (Amojonamiento Mérida-Alange,) y n" 6 (Dehesa de E s c o b a r ) ;l e g . 4 9 2 , c a r p . ' 7 , d o c . 5 ( A m o j o n a m i e n t oM é r i d a - B a d a j o z ) ; I e g . 5 8 5 , d o c . d e 3 l - m a y o 1532 ( Dehesa de Prado y Grulla); AHN, Mesta, caja 125, no 10.

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Los ppslnvoEs: UNA FUENTEpARAEL EsrrJDIo DE LA v¡cerncróN NATURAL

des de cuantificación, tanto para aspectosgeneralescomo para otros más específicos que definen el grado de transformación del paisaje vegetal, a cualquier otra. Uno de los aspectosque se puede seguir a través de los deslindes es la actuación humanasobrela composición específicadel bosque.El hombre va a actuarselectivamente sobre las especies vegetales, dada su desigual utilidad. Especialmente interesantes sobre este aspectoson las ordenanzasde Valencia de Alcántara al presentarde modo explícito esta realidad". Los datos con que contamos nos muestran claramenteque la actuación humana se ha adaptada a las pautas marcadas de modo general en esta fuente normativa. Cuando la documentaciónes suficientementerica, el contrasteentre la toponimia y la vegetaciónexistentenos permite precisar el sentido y intensidad de la actuaciónhumana.Es especialmenteinteresanteque la toponimia aparezcaenlos deslindes utilizados, pues la que apareceen otros momentos o documentos es siempre menos segura.En todo caso, de usarsedebe precisarsela ubicación aproximada, para poder conocer la altura, elemento importante para explicar diferencias en la composición específica del bosque. Cuando en el mismo documento contrastafuertemente la vegetaciónexistentey la fitotoponimia estamosanteuna clara actuaciónhumana.Dado que la toponimia se fija mayoritariamente en las primeras fases de ocupación de un espacio,la correspondienteactuaciónha debido desarollarse entre el momento en que sefijan los topónimos vegetalesy la fecha de los deslindes.Parael casoextremeño,ese procesoseha desarrolladofundamentalmenteentre el siglo XIII (hastaestemomento la repoblación cristiana es muy limitada espacialy cuantitativamente)y la primera mitad delXV. En algunos casoshemos podido documentar con claridad esta actuación. Se trata de dos zonasde la Tierra de Plasencia,el CampoArañuelo y el territorio que seextiende entre los ríos Tajo y Almonte. La primera comarca es una zona llana que vierte mayoritariamente al Tiétar. La divisoria de aguas entre las cuencas del Tajo y el Tiétar alcanzaalturasmuy moderbdas,sin embargolaproximidad de las estribacionesmontañosasdel SistemaCenfral le permite disfrutar de una pluviometúa relativamente elevada que superao seaproxima a los 800 rnrn., frente a los 450-600 mm. de lluvia que reciben otras zonas llanas exfremeñas.Sin embargo, en la actualidad, y a finales de la Edad Media y comienzosde la Moderna, el encinardominabacon claridad (salvo en las zonas próximas al Tiétar, donde pinares y robles tienen un p€so importante), frente a la casi ausenciade rebollos y, en menor medida, alcornoques". En contraste,la toponimia nos revela una situación inicial bien distinta. En Belvís", donde sólo aparecenencinasen el

2l En las ordenanzas de Valencia de Alcrántara (a. 1489) se dispone que, cuando se transformen las mohedas en tierras de cultivo, "donde quiera que se hallare enzina... aquella quede sana como es dicho, por ques mas provechosa"; igualmente, de los robles se señala que "no son arvores de tanto provecho" (D. Bohórquez, Ordenanzas del concejo de Valencia de Alcántara, Cáceres, 1983, págs. 125 y 13 3 ) . 22 J. Clemente, "La evolución del medio natural en Extremadura (1I42-I525\", págs.31; J. Corchón, El campo de Arañuelo (Estudio geogrdfico de una comarca extremeña), Madrid, 1963, pág. 114, precisa sobre los alcornocales que "predominan los individuos jóvenes, debido a que los primitivos bosques fueron destruidos". 23Arch. Mun. Plasencia, Libro de las Moxoneras, fols. 39r-44r, y deslinde de Belvís de 1376, sl n; AHN, Fúas, leg. 1246, doc. de 24-abil-I523.

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primer tercio del siglo XVI, en el deslindede 1376 aparcceuna "fuente del alcornoque" y en el de 1523 toponimia diversa ligada alas zarzas("fuente güg?", "Ia garguela","la garga"); enAlarzto, cercanaal río Tajo, donde el monopolio de las encinases también claro (se mencionan más de sesenta),aparecen un "gerrillo de el beregalejo", "cañada gimera de el Beregalejo" y "cañada de el Beregalejo"; en Torviscosott, ,n donde se alude de modo genérico a las encinas ("fasiendo cruses por las ensinas") apareceun "arroyo de la Corcha". Una situación similar sepresentaen el territorio que seextiende entre los ríos Almonte y Tajo. Esta zona cuentacon una pluviometría que superaen las zonasllanas los 600 mm. Dejando las zonas situadasa más de 500 metros de altitud, las dehesasdeslindadas presentanun monopolio de la encina.Como única excepciónhay que anotarun mestoen el baldío de Brezalejor'u. Sin embargo,y aunquela fitotoponimia no esmuy abundante,es muy ilusüativo el termino que acabamosde indicar; a ello hay que unir varios más: ¿nroyo delaEarEuela,elcorcho(BaldíosdePlasencia/Ivlonroy), otro corcho(baldíodelaMoheda), Fuentedel CorchoOaldío de don Gil) y otro arroyodelagarguetn(dehesadeSaucedilla)". Frente a estosdatos, sin duda, escasos,es llamativo que no aparezcaningún topónimo vinculado a la encina. Todo nos hace suponer que hemos pasado de un dominio del alcornoque o de una asociación alcornoque-encina en la que estaría bien representado especiesde matorral no xerófilo como el brezo a offa en dondeel dominio de la encinaes absoluto.Al igual que en el CampoArañuelo,estamosanteuna ffansformacióndel paisaje que ha debido fraguarseenffe el siglo XItr y el XV. Un aspectoque define con gran precisión la actuaciónhumanaes la transformación que sufren las zonasmás próximas a las corrientes de agua, aquéllasque debían albergnlavegetación de ribera. Aveces contamoscon datos de gran interés en relación con la proximidad o lejanía a las corrientesde agua.Aveces estaproximidad seintuyett, sin embargo, me parecepreferible computar solamenteaquellos casosen que este detalle apareceexplícito, de estemodo la cuantificación resultantees más fiable. Obviamente, debemossuponerque en general estosespaciosen condiciones normales deben albergar una vegetaciónde ribera. Consideramosque la diferencia entre el estadoque podemos considerar normal y los datos resultantesse derivan de la actuación humana. En estesentido, es llamativa la coherenciaque ofrece la cuantificación de los deslindesde los siglos XII-XfV, menosricos y abundantes,y XV-XVI. La imagen que seproyectaes

2aArch. Munic. Plasencia, Libro de las Moxoneras, fols. 45v-64r 25AHN, Frías, leg. !367, n" l, fol.374r 26 "E mas adelante en su derecho en un mesto hizieron dos cruzes e un mojon de tierra al pie e piedras" (Arch. Munic. de Plasencia, Libro de las moxoneras, fol. 98r) 27Arch. Munic. Plasencia, Libro de las Moxoneras, fols. I4v, 16r y l9r; Arch. Cat. Plasencia, leg. 138, n" 2, fol. l7v. 28Algúnos ejemplos serán ilustrativos: "en una ensina gorda e al pie un mojon de piedras e dende adelante syguiendo mojones e cruses a dar al arroyo del colmenar y pasado el dicho anoyo fisieron una crus en una ensina pequeña al pie un mojon, e dende adelante a dar a dos ensinas que estan en el lomo del cato labrado e dende al arroyo de la nava del gadapero e pasado el dicho Íuroyo fisieron una crus en una ensina e dende a otra ensina gorda" (AHPC, Coria, caja 22, ref. 611479, fols. 1v-2r); "luego en pasando el arroyo esta un mojon en una retamera" (Arch. Hist. Prov. Cáceres -AHPC-, Coria, caja 22, ref. 611533-1603, fol. 6v).

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NAT'I-IRAL

la de una creciente actuación humana sobrelas zonasmás próximas a las corrientes de agua, que se manifiesta en una tala selectiva cuya consecuenciaes el retroceso de las comunidadesripícolas en beneficio de las quercíneasy en especialde la encinutn.Erto, datos estánen consonanciacon las preferenciashumanasseñaladasen las ordenanzas y con la escasapresenciaen las mismas de la vegetaciónde ribera. Suponen,por tanto, un test positivo sobre la fiabilidad de este üpo de fuente. Sin duda, los deslindes son la fuente que permiten de un modo más concreto el estudio de la incidencia humanasobreel medio y la transformaciónde suszonashúmedas, sin duda, un aspecto fundamental que ha merecido una importante atención en algunos estudios recientes'o.Pod"-os hacernos una idea de la importancia de los datos suministrados por los deslindes viendo el porcentaje en que algunas especies climácicas mediterráneasaparecenjunto a corrientes de agua de un modo expreso: Especies

Tot

Rib.

Vo

Encinas Carrascos Alcornoques Robles Retama Jau.a Brcza

fi3

33 8 7 3 6 1 I

5,86 6,96 5,y 32.6

Tot. = Total

n2 131

n 30 D 32

n,n

3,45 3rl2

pi6. = junto a corrientes de agua

Estos datos son importantes, teniendo en cuenta que se trata de entornos especiales alejados del climax vegetal y, sobre todo, de cantidadesmínimas, pues en muchos casosintuimos, aunque no podemos precisar,la ubicación de la vegetación climácica en zonas húmedas.De un total de ciento veinte y nueve deslindes,en cuarentay seis deslindes(35,65Vo)apareceinformación sobreel particular, bien alusiva a las especies ripícolas o a otras que invaden su territorio. Agrupados estosdeslindespor el número de datos suministrados,ofrecen el siguiente reparto: N'dedatos123456 16 N"deDeslindes

9

8

5

4

3

Salvo excepciones, cada deslinde suministra datos aislados que sólo adquieren significación cuando disponemosde un número significativo. Muchos no suministran ninguno y más de la mitad sólo nos ofrecen uno o dos. Sin embargo, con un número suficiente (pensamosen varias decenas),los resultados son muy significativos y nos ilustran sobre un aspectofundamental poco estudiado. Sólo en algunos casosexcep2eJ. Clemente Ramos, "El medio natural en la vertiente meridional del Tajo", págs. 361-3, "La ! evolución del medio natural en Extremadura (1142-1525)", págs. 38 y 42. 30A. Durand, Les paysages médiévaux du Languedoc (X-XII siécles), Toulouse, 1988, págs.246301; F. Menant, Campagnes lombardes du Moyen Age. L'économie et la société rurales dans la région de Bergame, de Crémone et de Brescia du K au XIII" siécle, Roma, 1993, págs. I7l-203.

R¡uos Jum¡q CLnNmN'rs

cionales, un solo deslinde marca con absolutaclaridad las líneas generalesde la actuación humana sobrelas zonaspróximas a las corrientes de aguas.En el deslinde que en 1479 se realiza enfre los concejos de Coria y Galisteo, aparecenjunto a corrientes de agua dos fresnos y un saucejunto a ocho encinas". En el deslinde que se hace de una isla del río Gargrfligasse mencionan seis encinas,una carrascoy una retama". Ambos ejemplos nos ilustran suficientementedel predominio de la vegetaciónclimácica en las zonas ribereñas. Junto a la tala selectiva, otros aspectoscomo la forma de explotación o determinados usos agrarios requieren la explotación de esta fuente. Las ordenanzasnos ofrecen información sobre el modo de explotación de la dehesa.En general, el desmochado adquiere una importancia considerable para la obtención de leña y madera como medio de facilitar la conservación de la riqueza forestal. Esta forma de exploüacióndebió originar unas característicasfísicas del arbolado que en las ordenanzassólo se percibe de modo teórico. Contrastarestasnonnas con la realidad requiere la explotación sistemática de los deslindes. En general, al menos en Extremadura, la información que nos ofrecen sobre esteaspectoes limitado. Lo habitual es que no se precise ninguna característica física del arbolado.Sin embargo,tampoco podemosconsiderarescasala información sobre esteparticular, sobre todo si contamoscon un muestreo suficientemente significativo. En general,la información selimita a una serie de características.De este modo, por ejemplo, se nos dice que son grandes, pequeños, horcados o que están quemados,lo que nos permite apreciarpor un lado la juventud o madurez de la vegetación arbóreay la incidencia del fuego. Sobrela importancia de estainformación en los deslindesde los siglos XV y XVI", podemos ver el cuadro siguiente:

Coria Cáceres Trujillo Ordende Santiago S =Información;

+6

N

Tiema/comarca

15 6 18 10

T6 9 L2 9

3 2 5 2

2 2 4 5

2 1

3 1 7 2

N=Sininformación;

cada número hace referencia al número de datos que suministran los deslindes

3r AHPC, Coria, caja 22, ref.. 61147I-1730, fol. 2v: "una ensina pequeña que esta vera de una gaosera"; "arroyo de Morgillo donde estan quatro ensinas"; "al charco blanco en la vega de la reherta queda en una ensina"; " a dar a la laguna grande por baxo de la una crus en una ensina"; "una ensina que esta por baxo de la dicha laguna"; aún se alude a otras especies no ripícolas que quizás estuvieran próximas al arroyo citado: "atravesado el dicho Íuroyo en un guadapero"; "atravesar el dicho anoyo e queda un mojon al pie de un guadapero e de un e de un carrasco" . 32Arch. Mun. Trujillo, Irg. 2, n" 3. 33 Cuando diversos deslindes sobre un mismo espacio son temporalmente muy próximos se han agrupado al reflejarnos una misma realidad; sucede así con los deslinde entre Trujillo y Medellín de 1502 (Arch. Mun.. Trujillo, leg. 3, no 1, fols. 449r-506r).

Los peslu.roEs: UNAzuENTEpARAEL ESTUDIoDE LA vecerectóN NATURAL

En aquellos casosen que la información sobre vegetación es muy abundante,también suelen serlo los datos sobre las característicasfísicas del arbolado. En el deslinde entre Cáceresy Alcántar a de 1496'ose precisan diversas carácterísticasde diecisiete árboles(4I,5Vode los ejemplares);en el deslindede Valvellido de 1511", en la tierra de Trujillo, de quince(30,6To);enel deAl arzade1538'u,de dieciocho(32,IVo;excluimoslas referenciasgenéricasa encinas). Lainformación que suministran los deslindespuededividirse en varios campos.En primer lugar, están aquellos datos que aluden al porte físico, e indirectamente a la edad": los árbolesson grandes,pequeños,viejos. Sin duda,es la información que más frecuentementeaparece.En otros casos,se habla de otras característica:desmochado, con rm número determinado de ramas o de pies, etc. Otras veces se alude a que está quemado,elementoque nos acercaala incidencia del fuego sobrela vegetación,lo que nos ayudaa completarlas frecuentesordenanzassobrela materia. Se alude,igualmente, a otros aspectosde carácter diverso. Un ejemplo seráilustrativo. En la Tierra de Coria", para\aque contamoscon numerosos deslindes,las característicasfísicas de encinasy alcornoquesson las siguientes:

Encinas

Alcornoques

Grande Grueso/gordo Alto Pequeño

13 6

2 1 1 3

Dos pies Tres pies Dos brazos Horcado Gajado

1 4 1 1 1

Quemado Seco Cortado Perdido

2

Bemrgoso Beodo Combo

1

Caracteúst.

a J

1

I a J

2 I

1 1

34M" D. García Oliva, Ibíd., doc. 167 35Arch. Mun. Trujillo, Leg. 10, n" 3, fols. 1v-3v 36Arch. Mun. Plasencia, Libro de las Moxoneras, fols. 45r-64v. 37No aludimos aquí a las referencias a c¿urascos,tocones, o diminutivos, elemento complementario para comprender las características del bosque y en particular de la dehesa. 38AHPC, Coria, cajas2,22 y 29.

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Jur.rÁNCr.¡vr¡vre R¡uos

Algunos ejemplos muy significativos de la tierra de Plasencia son igualmente ilustrativos. En el deslinde deAlmaraz, queapareceen el Libro de las Moxonerar", ,. documentanveinte encinassin contar las referenciasgenéricas(cinco).En doce ocasiones(aproximadamenteel1U%o)seindica una o más de suscaracterísticas:una encina es muy gorda, cuatro son gordas (una de las cuales se presentacomo gorda y con tres brazos gordos y otra como desmochada);una estabacortada,otra secay otra quemada (solo quedabanlos troncos); apareceuna horcada; dos eran viejas (de una de ellas se precisa que tenía poca rama). En el deslinde deAlarru*, donde se documentan cincuenta y cuatro encinas y cinco referencias genéricas,"n en diecinueve ocasiones contamos con alguna información sobre sus característicasfísicas: aparecendos encinas gordas, otra de cuatro brazos gordos, tres encinas grandes,una desmochada,dos secas,tres y un número indeterminado cortadas,cuatro horcadas,una pequeña,una de tres brazos, dos de dos pies y otra de tres. Estos ejemplos son suficientespara indicar las posibilidades analíticasque ofrecen los deslindes,que posibilitan, ademásde estudiar la composición específica del bosque, abordar suscaracterísticasfísicas. Estascaracterísticasque sereflejan en la documentación permiten el estudio en líneas generalesdel grado dejuventud o madurezdel bosque.Para abordar este análisis debemosagrupar los carrascos,encinaspequeñaso encinillas,frentealos ejemplaresmaduros(altos,grandes,gordos)y alos específicamente consideradoscomo viejos (los árboles secospueden haber muerto de forma natural o debido a la actuación humana, por ello aunque pueden computarse en este grupo debencuantificarse de modo separado).Como correspondea una dehesaconsolidada, salvo degradación,estamosante espaciosformados por arboles maduros, sin llegar a viejos, característicaque sólo se señalaen algunos casos.Las característicasfísicas también pueden indicarnos la preferencia humana de algunas especies.Es llamativo que en la Tierra de Coria, en relación con la encina, los alcornoques se presentanen mucha menor medida como arboles maduros y en mucha mayor como pequeños,quemados o secos.Todo esto nos permite afirmar un peor estadode conservaciónque sólo se puede explicar por una clara actuación antrópica. El segundotipo de caracteústicaque debemoscontrastar con las ordenanzases la forma del arbol. En las ordenanzasse alude a un arbol compuestode un tronco con dos ramas que se desmochadentro de los plazos señalados.En este sentido a finales de la Edad Media,la dehesadistaba aún de ser algo totalmente controlado. Las características físicas de los fuboles no siempre coincidían con la señalada.Probablemente,siempre que no se alude a la existencia de dos o más pies debemospensar que sólo había uno. Por otro lado, el número de ramaspodía serdiverso, pudiendo contar con dos, tres, cuatro, etc. No siempretérminos como horcado o gajado tendrían un significado preciso en relación con el número de ramas.En conjunto pensamosque los iárbolescon más de un tronco son un indicio de una deficiente trabajo silvícola y de un crecimiento espontáneocon escasoo deficiente control humanoot. 3eArch. Mun. Plasencia, Libro de las Moxoneras, fols. 34r-36v ao cf. nota 36. ar Las ordenanzas señalan la forma que deben adquirir los árboles debido a la forma de explotación: J. Clemente Ramos, "El medio natural en la vertiente meridional del Tajo extremeño", págs. 343-4.

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Los pnsuvpEs:

pARA EL ESTUDIo DE LA v¡c¡rRcIóN LrNA FT.TENTE

NATURAL

Finalmente, otro aspectoque nos informa sobrela incidencia de la actividad humana sobre el medio arbóreo y nos permite contrastarlacon las fuentes normativas es la alusión a árbolescortados,quemadoso secos.Mientras la segundacaracterísticaes de fácil interpretación y alude a las consecuenciasdel uso del fuego, aspectogeneralizado en los hábitos agrarios tradicionales, la primera y la última son de interpretación más compleja. Los iárbolescortadospueden ser el resultado de una licencia o de una acción ilegal; los secos,como hemos indicado, puedenaludir a una muerte natural, y por tanto ser indicio de una buena conservación, o ser un producto de la acción humana. En cualquier caso, arboles quemadosy cortados (en donde debemosincluir los tocones) definen la incidencia de la actividad humana sobre el bosquey la masa vegetal que se pierde para satisfacernecesidadeseconómicaso como consecuenciade una mala conservación.Debemosconsiderarigualmente la relación c¿[rascos/encinas,puesun peso muy importante de los primeros también puede interpretarsecomo una consecuencia de la sobreexplotación del estrato arbóreo, que reduce su porte al no disponer de tiempo para su normal crecimiento. El peso importante de estos componentesen su conjunto alude con claridad a una acción poco equilibrada y a una difícil regeneración del bosque. Algunos ejemplos son ilustrativos. La tierra de Mérida nos ofrece una situación nítida: se documentan cuatro encinas, dos tocones de encina, tres carrascos y una referencia genéncay tres matas de carrascos.El porte arbustivo de la dehesa emeritensede finales de la épocamedieval y principios de la moderna es clara. Esta mala situación serefuerza con el peso extraordinario que tiene el matorral, lo que constituye otra manifestación de una desequilibradaexplotación. Otros dos ejemplos, sacadosde la documentacióncauriense,permiten también una interpretación clara: se trata de los deslindesde Coria con Alcántara ( 1513) y Santibáñez (1528)o'.En el primer caso,tenemos entre alcornoquesy encinasquince ejemplares;sin embargo,hay un carrasco,dos tocones de encina, otros dos de alcornoque que estaban quemados, un alcornoque secoy otro pequeño.Prácticamentela mitad de los ejemplareshan sido talados/quemados o tienen un porte reducido. El ejemplo más claro, tanto por la abundanteinformación como por la existenciade datosque podemosconsiderarcoincidentes,es el deslinde entre Coria y Santibarlez.Llanala atenciónla abundanciade matasde robles (diecisiete más dos referencias genéricas;en cincos ocasionesse alude sólo a matas, posiblemente tambien de esta especie) frente al reducido número de ejemplares de porte a¡bóreo (siete, contando encinas, alcornoques y robles). El asalto al bosque ha sido extraordinario. Aunque sólo apareceun encina quemada, el dominio exclusivo de la torvisca dentro del matorral nos indica, junto a la inexistencia de tocones o árboles cortados, que el fuego ha debido jugar un papel fundamental.

4. CONCLUSIONES Los datos que hemos expuestocreemosque indican con claridad, aunqueno de modo exhaustivo, las posibilidades analíticas de los deslindes, que constituyen a nuestro entender una herramienta imprescindible para el estudio de las formas, el 42AHPC,Coria,caja22, ref. 611497-1511 fols.2v-4v. fols.l1v-L?v , y 6/1528-1727,

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Jur-nN Clewvr¡

Reuos

estado,las característicasfísicas y la composición específicadel bosque.Su estudio permite ahondar en aspecto poco o nada tratados y suponen un complemente ideal para las ordenanzas. Los deslindespermiten un análisis fitosociológico de la vegetacióny un estudio de la actuación humana sobre la cubierta vegetal.Al no presentarnosla vegetación dominante en cuanto tal sino individuos concretos, pese a todas las limitaciones de la información suministrada,nos permiten una visión matizadade la composición específica de las masasvegetales.Son datos muchos más ricos que los que nos suministran las ordenanzas,atentaa las especiesdominantespero sin el detalle y las posibilidades de cuantificación que nos presentanlos deslindes.Debemos ser conscientes,sin embargo, de las limitaciones de esta fuente y de la necesidadde contrastar sus datos. Por otro lado, nos ofrece información de gran interés para estudiar el impacto humano sobre el medio natural. En este sentido, son de gran interés los datos suministrados sobre la vegetación de ribera, las característicasdel arbolado o la tala selectiva de especies arbóreas. Sin duda, no todo son ventajas. Una simple cuantificación de la información que apareceen los deslindespuede inducirnos a eror. Las diversas especiesvegetalesno aparecensiempreen proporción a su importancia. Si la información relativa a las especies arbóreases fiable, especialmenteen aquellos deslindes que cuentan con un gran detalle, el matorral apareceinfrarepresentado. Esto tiene una fácil explicación. Siendo necesariodisponer de referenciasespaciales,los árbolesde mayor porte atraenel interés preferente de los deslindadoresy sólo ante su escasezo inexistencia se buscan, en su caso, otras referencias vegetalesmenos significativas. Por otro lado y en relación con el matorral, se producen diferencias acusadasentre las ordenanzas,que nos muestran mejor una visión general de la vegetación. Las formaciones cerradas(aras especialmente) aparecensubrepresentadasen relación con su peso real, al contrario que otras especiesque se presentande modo disperso. Sin duda, el estudio del matorral requiere compaginar el uso de diversas fuentes para que nuestra visión no aparczca distorsionada.Los deslindespermiten una visión más matizada del matorral, un enriquecimiento de los detalles,pero para definir las característicasde conjunto pensamos que las ordenanzasson más adecuadas. En general, los deslindescontituyen una fuente imprescindible para el estudio del bosque, sobretodo si se quiere superarlas generalidadesy se quiere profundizar en su estudio, por la riqueza de sus datos y su carácter concreto, todo ello sin olvidar sus limitaciones y la necesidadde constrastarla información que nos suministran.

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