Los archivos musicales: estado de la cuestión

July 6, 2017 | Autor: Raúl Vicente | Categoría: Archivos Musicales, Documentación musical
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Descripción

Colección ESTUDIOS PROFESIONALES ■ 02

El archivo de los sonidos: la gestión de fondos musicales

Colección Estudios Profesionales 02 Dirección: Luis Hernández Olivera

EDICIÓN DE PEDRO JOSÉ GÓMEZ GONZÁLEZ / LUIS HERNÁNDEZ OLIVERA / JOSEFA MONTERO GARCÍA / RAÚL VICENTE BAZ

El archivo de los sonidos: la gestión de fondos musicales Prologo de Emilio Casares Rodicio Catedrático y director del Instituto Complutense de Ciencias Musicales. Y la colaboración del Archivo Catedral de Salamanca

Primera edición 2008 © Asociación de Archiveros de Castilla y León (A C AL) Pozo Amarillo 1, 2º B. 37001 Salamanca Teléfono 650 336 756. [email protected] w w w.acal.es © Pedro José Gómez González, Josefa Montero García, Raúl Vicente Baz y Luis Hernández Olivera, 2008 © Raúl Vicente Baz, Jon Bagüés, Josefa Montero García, Pedro José Gómez González, Patricia Burgueño Rioja, Reynaldo Fernández Manzano, Carmen Hidalgo Brinquis, Pilar Diaz Boj, Ana Jiménez Colmenar, Silvia Rodríguez Sánchez, Andrés Serrano Rivas; Pedro Hidalgo Brinquis, Fernando Carbajo Cascón, Vanessa Jiménez Serranía, José López Calo, Juan José Alonso Martín, Isabel Lozano Martínez, José Carlos Gosálvez Lara, Margarida Ullate i Estanyol, Miguel Manzano Alonso, Antonio Álvarez Cañibano y María José González Ribot, 2008. © Ampudia Fotografía para la fotografía de cubierta, 2008. © Manuel Lorenzo González Gómez para las fotografías de interior, 2008. Revisión de textos: Juan Giráldez Jiménez Diseño y maqueta: Helvética edición y diseño w w w.helvetica.es Impresión: Europa Artes Graficas Impreso en España ISBN: Depósito Legal: S Reservados todos los derechos. El contenido de esta publicación no puede ser reproducido, ni en todo ni en parte, ni transmitido, ni registrado por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sin el permiso previo, por escrito de la Asociación de Archiveros de Castilla y León (A C AL).

ÍNDICE DE CONTENIDOS

PRÓLOGO ............................................................................................................................................................................. 7 PRESENTACIÓN ..................................................................................................................................................... 13

A. LA DOCUMENTACIÓN MUSICAL .................................................................................... 21 A.1. Los archivos musicales: estado de la cuestión ............................................................................................... 21 A.2. Archivos musicales: un acercamiento a la historia y tipos de archivos musicales en el entorno hispánico ........................................................................................................................................... 57 A.5. La documentación musical: fuentes para su estudio ................................................................................. 91 B. EL TRATAMIENTO DE LA DOCUMENTACIÓN MUSICAL ......... 123 B.1. La organización de archivos musicales ........................................................................................................... 123 B.2. Pautas para el tratamiento de archivos musicales. El Archivo Catedral de Salamanca ............. 155 B.3. Normas de descripción de fondos musicales ............................................................................................... 177 B.4. Catalogación, microfilmación, estudio, edición y difusión del patrimonio musical de la Iglesia Católica en Andalucía por el Centro de Documentación Musical de Andalucía (1987-2007) .......... 211 B.5. La conservación y restauración de cantorales y partituras musicales ................................................ 231 B.6. Conservación de los documentos sonoros ................................................................................................... 261 B.7. Legislación en materia de archivos musicales ............................................................................................. 279 C. LOS CENTROS DE DOCUMENTACIÓN MUSICAL ........................... 311 C.1. Los archivos musicales de las catedrales españolas .................................................................................. 311 C.2. Fondos musicales en el Archivo General de Palacio ................................................................................ 339 C.3. La documentación musical en la Biblioteca Nacional. Historia, estructura y tipos de documentos ................................................................................................. 353 C.4. El Archivo y la Biblioteca del Real Conservatorio de Música de Madrid ......................................... 377 C.5. Los archivos musicales familiares y personales ........................................................................................... 389 C.6. Archivos sonoros: la voz callada de la documentación musical .......................................................... 413 C.7. Los archivos de música popular de tradición oral (folklore musical) ................................................. 437 C.8. Los centros de documentación musical en España: difusión del patrimonio y proyectos internacionales ................................................................................ 459 C.9. El Centro de Investigación de Música Religiosa Española (CIMRE) ................................................... 479

BIBLIOGRAFÍA GENERAL SOBRE ARCHIVOS MUSICALES .......... 501

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A. LA DOCUMENTACIÓN MUSICAL

Raúl Vicente Baz

Archivo Catedral de Salamanca

Los archivos musicales: estado de la cuestión*

A 1. LOS ARCHIVOS MUSICALES: ESTADO DE LA CUESTIÓN

1. INTRODUCCIÓN. LA PROBLEMÁTICA DE LA DOCUMENTACIÓN MUSICAL La música es un signo de expresión del hombre, un código de comunicación entre los individuos que ha estado presente desde que el ser humano adquiere la capacidad de comunicarse con sus semejantes a través de los sonidos; sonidos que, más allá de su inmediata interpretación, han sido aprehendidos en muy diversos soportes, han sido “ archivados” en la memoria colectiva por medio del papel, el pergamino, la imprenta, las grabaciones, los modernos formatos de Internet... Se han convertido en documentos musicales, en la acepción más amplia del término “ documento ” , ocupando espacios, físicos y virtuales. Sin embargo, estos documentos musicales están muy lejos de asemejarse a otros muchos que se custodian en archivos, bibliotecas y otros centros susceptibles de conservar fondos documentales. En los documentos musicales existe una intervención creativa, requiere de una dimensión intelectual destinada al deleite de un amplio o reducido público, más allá de la función propiamente administrativa u orgánica. De esta intervención se derivan una serie de derechos — de autor, morales, de propiedad intelectual— que aumentan, aún más, la particularidad de esta documentación musical. Sin embargo, al hablar de documentación musical y, de forma genérica, de archivos musicales, no solo podemos circunscribirnos a las partituras manuscritas o impresas, rollos de pianola, discos de vinilo, etc., es decir, a la documentación que contiene algún registro musical. El concepto de documentación musical es mucho más amplio y debe incluir otra tipología documental1. Precisamente esta visión reduccionista del patrimonio musical es la causante de que los trabajos se dediquen casi exclusivamente a la descripción de la documentación que contiene registros musicales, olvidando el resto de la documentación e incluso, en ocasiones, fraccionando fondos documentales que deben ser estudiados, clasificados y ordenados como un todo, atendiendo al principio de procedencia y respetando la organización original que le concedieron sus creadores. No solo resulta heterogéneo el panorama de la documentación musical, es decir, lo que podríamos considerar el “ contenido ” del patrimonio musical en España, sino que también es de lo más variado el “ continente ” que alberga estos fondos musicales: archivos, bibliotecas, fonotecas, videotecas, centros de documentación, museos, etc.; podemos localizar documentación musical en los más diversos centros (Plaza-Navas, 1999). Algunas instituciones son entidades propiamente musicales y, por tanto, generan documentación musical en el ejercicio de sus funciones: conservatorios, orquestas, bandas de música, cadenas de radio musicales...; otras instituciones, aun sin ser entidades propiamente musicales, generan documentación musical porque entre sus funciones principales se encuentra, o se encontraba, la producción de música: instituciones eclesiásticas, entidades municipales...; y, finalmente, otras instituciones albergan entre sus fondos documentación musical que han recibido por donación, legado, depósito o compra: bibliotecas, fonotecas, centros de documentación... Por otra parte, y para complicar aun más este “retrato ” sobre el patrimonio musical en España, el tratamiento técnico de la documentación musical requiere de una participación de especialistas musicólogos, de hecho, gran parte de las catalogaciones de los fondos musicales han sido desarrolladas por estos técnicos. Por esta razón podemos asegurar que

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en el campo de la documentación musical —documentación entendida en su concepto más amplio— no sucede como en otras disciplinas, donde los límites de intervención entre los archiveros, bibliotecarios o documentalistas, y los investigadores están muy definidos; los primeros deben proporcionar los instrumentos de descripción apropiados, desarrollando fuentes secundarias de consulta, que los investigadores evalúan como puntos de acceso para localizar la información útil para su estudio. Sin embargo, en el campo de la Música y la Musicología —aunque no son las únicas disciplinas— los especialistas musicólogos intervienen en los procesos de descripción de las fuentes primarias, pero no como “ usurpadores” del trabajo archivístico, bibliotecario o documental, sino como elementos imprescindibles en la elaboración correcta de esos instrumentos porque aportan conocimientos musicales que el profesional de la información puede no poseer. Desde la óptica de quienes trabajan en la conservación y difusión de los fondos documentales —archiveros, bibliotecarios o documentalistas—, aportan las técnicas propias de las “ unidades de información ” —concepto genérico que agrupa a todos los centros susceptibles de conservar fondos documentales—, técnicas necesarias para interpretar adecuadamente los fondos musicales en el cuadro general de los fondos que custodian. En definitiva, los profesionales de la información y los musicólogos están irremediablemente abocados al entendimiento, para proporcionar, cada uno desde su disciplina, los conocimientos necesarios para una correcta organización y descripción de los fondos musicales2. Como se puede comprobar, existen diversas perspectivas para acercarnos a conocer qué trabajos se vienen desarrollando sobre el patrimonio musical en España, desde dónde, quiénes y con qué medios. Nuestra visión no parte del punto de vista musical o musicológico —aunque existan líneas de inserción entre disciplinas porque los límites de intervención no están muy bien definidos—, sino desde la óptica de la organización, clasificación y ordenación, descripción, conservación y difusión de los fondos musicales, es decir, desde la perspectiva de los profesionales de la información, que se dedican a custodiar y hacer accesible al investigador el extraordinario patrimonio musical que se conserva en multitud de archivos, bibliotecas y otros centros. En los últimos años debemos destacar algunas publicaciones que han dado respuesta a estas preguntas, como por ejemplo la edición conmemorativa del centenario de la muerte de Barbieri de Ediciones La Coria en 1994, el 18º Congreso de la Asociación Internacional de Bibliotecas Musicales, Archivos y Centros de Documentación celebrado en 1999 en San Sebastián, y los dos últimos congresos de la Sociedad Española de Musicología celebrados en 2000 (C. J. Gosálvez Lara, 2001) y 2004 (M. Gembero Ustárroz, 2005). Después de estas primeras aseveraciones podemos afirmar que el panorama sobre la documentación musical en España se presenta complejo, tan complejo que hemos de confesar las dificultades que los coordinadores de esta publicación hemos tenido a la hora de darle un título, porque ¿podemos hablar de archivos musicales o debemos remitirnos a fondos musicales en archivos, bibliotecas y otros centros? Preguntas para la reflexión y la discusión más allá de la propia terminología. A continuación intentaremos trazar un recorrido por los diferentes trabajos que se vienen desarrollando en archivos, bibliotecas y centros de documentación y/o investigación, para terminar con las iniciativas llevadas a cabo desde las entidades privadas vinculadas a la música.

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2. LOS ARCHIVOS MUSICALES Una gran parte del patrimonio musical español se conserva en los archivos que podemos denominar musicales, que comprende un amplio abanico de instituciones, cada una de ellas dedicada en mayor o menor medida a la música. Este amplio elenco de instituciones incluye archivos eclesiásticos, archivos personales y familiares, archivos de instituciones docentes, archivos de agrupaciones musicales y archivos sonoros. Las iniciativas desarrolladas en estos archivos musicales presentan un panorama muy diverso: implicación de las diferentes administraciones y de entidades privadas en los programas de descripción, preocupación por la figura del archivero que custodia fondos musicales, desarrollo de normas internacionales de descripción para fondos musicales, publicación de nuevos inventarios y catálogos, avance de las nuevas tecnologías: microfilmación, digitalización..., recuperación de música antigua para nuevas expresiones culturales: conciertos, festivales...

2. 1. ARCHIVOS ECLESIÁSTICOS La Iglesia ha acumulado a lo largo de la historia unos extraordinarios fondos musicales y se puede asegurar que, en el caso español, representan un altísimo porcentaje en el panorama general de los fondos musicales generados por personas e instituciones (J. López-Calo, 2004)3. A ello debemos añadir el celo y cuidado que se mostró, desde la creación de estas antiguas instituciones, por la conservación de los mismos, aun a pesar de que, en algunas ocasiones, en el tránsito hacia nuevos gustos musicales se perdía gran parte de la música custodiada en los recintos eclesiásticos. Estas dos características de los archivos musicales de la Iglesia, su extraordinaria riqueza y gran volumen, sobre todo en comparación con otras instituciones, han hecho volver a mirar hacia la documentación que conservan, tanto desde la óptica del archivero como desde la mirada del investigador musicólogo. Sin duda alguna, en los últimos años han proliferado los trabajos de catalogación de los archivos eclesiásticos y, muy especialmente, de los archivos de las catedrales, donde se conservan la mayor parte de los fondos musicales generados por la Iglesia (González Valle, 1997/98 y 1998).

2. 1. 1. El caso andaluz y su proyección en otras comunidades Pioneros se revelaron en Andalucía, cuando en 1988 se firmó el “ Convenio de cooperación entre la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la Iglesia Católica en Andalucía para la catalogación de los fondos musicales de los archivos catedralicios de Andalucía ” . Ese mismo año, en el mes de noviembre, tuvieron lugar unas “Jornadas Metodológicas de Catalogación de los Fondos Musicales de la Iglesia Católica en Andalucía ” (1990), en las que participaron especialistas a nivel nacional del mundo de la musicología, documentación, universidades y archivos, cuyas actas fueron publicadas por el Centro de Documentación Musical de Andalucía. Si interesante es la ponencia inaugural del P. Calo sobre “ Clasificación y

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EL ARCHIVO DE LOS SONIDOS: LA GESTIÓN DE FONDOS MUSICALES

catalogación de Archivos Musicales Españoles” , no menos lo es la posterior discusión sobre las dificultades que entraña la catalogación de los archivos musicales de la Iglesia. Fruto de ese convenio han sido muchas las publicaciones, centradas en la catalogación de los archivos musicales de las catedrales, la realización de documentarios musicales de los archivos capitulares y la catalogación de los órganos históricos (R. Fernández Manzano y Mª C. Millán Rafales, 2004)4. El camino iniciado en Andalucía ha servido de modelo en otras comunidades (J. López Calo, 2004); en concreto, en Galicia se viene trabajando en esta misma línea a través del Instituto Galego das Artes Escénicas e Musicais. Una de sus últimas publicaciones ha sido el catálogo del archivo de música de la Catedral de Orense (F. Javier Garbayo Montabes, 2004)5. Este último catálogo ha venido a completar el resto de los catálogos de las catedrales gallegas, a excepción de Lugo. En 1972 (José López-Calo) fue publicado el catálogo de la Catedral de Santiago de Compostela, dentro de las publicaciones del Instituto de Música Religiosa de la Diputación Provincial de Cuenca (volumen VIII); veinte años después, la Diputación de La Coruña acometió la segunda edición del citado catálogo, que se ha completado con 11 volúmenes, donde se incluyen tanto el catálogo de las obras musicales como los apéndices documentales (José López-Calo, 1992-1999). Los archivos de música de las Catedrales de Tuy (Joam Trillo y Carlos Villanueva, 1987) y Mondoñedo (Joam Trillo y Carlos Villanueva, 1993) tienen sus respectivos catálogos, el primero editado por la Diputación de La Coruña y el segundo dentro de la colección de “Publicaciones de Estudios Mindonienses” .

2. 1. 2. Los proyectos vinculados a las Diputaciones Provinciales Previamente a los casos descritos para Andalucía y Galicia, donde se ha gestado una colaboración entre Administración e Iglesia Católica, hemos de reseñar la encomiable labor realizada, ya en los años sesenta, por los institutos de musicología de algunas Diputaciones Provinciales; así debemos destacar el Instituto de Música Religiosa de la Diputación de Cuenca (F. J. Cabañas Alamán, 1997 y 1999), el Instituto de Musicología Alfonso el Magnánimo de la Diputación de Valencia y la Sección de Música Antigua de la Institución Fernando el Católico de la Diputación de Zaragoza. Por lo que se refiere a la primera institución, debemos remontarnos al año 1965, cuando por iniciativa de Antonio Iglesias y con el patrocinio de la Diputación Provincial de Cuenca, se fundó el “Instituto de Música Religiosa ” , una de cuyas primeras y más trascendentales actividades fue la de iniciar una serie de publicaciones, tituladas “Ediciones del Instituto de Música Religiosa de Cuenca ” , que comenzaron precisamente por el catálogo del archivo de música de la Catedral de Cuenca, a cargo del beneficiado maestro de capilla de la misma (Restituto Navarro, 1965)6. A esta publicación le siguieron otros tantos catálogos de Santiago de Compostela, ya citado, Monasterio de El Escorial (Samuel Rubio, 1976), Catedral de Salamanca (Dámaso García Fraile, 1981) y Catedral de Astorga (José María Álvarez Pérez, 1985). La última obra publicada por el Instituto de Música Religiosa corresponde al magisterio de capilla de Juan Antonio Ripa Blanque en el volumen XXVI de la colección de publicaciones de este Instituto (Fernando J. Cabañas Alamán, 1998). José Climent Barber, canónigo prefecto de música sacra de la Catedral de Valencia, y quien fuera director del Instituto Valenciano de Musicología de la Institución Alfonso el Magnánimo, publicó, bajo el título genérico de “ Fondos Musicales de la región Valenciana ” ,

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A 1. LOS ARCHIVOS MUSICALES: ESTADO DE LA CUESTIÓN

los catálogos de la Catedral de Valencia (1979, vol. I), el Colegio del Corpus Christi (1984, vol. II), la Catedral de Segorbe (1984, vol. III) y la Catedral de Orihuela (1986, vol. IV). Actualmente la Institución Alfonso el Magnánimo está integrada en el Área de Cultura de la Diputación Provincial de Valencia7. Está compuesta por diferentes áreas; la Música se incluye en el área de “ Artes”, bajo la dirección del profesor Román de la Calle. El apartado de publicaciones comprende diferentes secciones (más allá de lo que supone la música religiosa): Partitures, Compendium Musicae , Compositors del País Valenciá, Música de Tecla Valenciana, Historia de la Música Valenciana, Quaderns de Música Folklórica Valenciana y grabaciones en Compact-Disc. Finalmente, debemos destacar la Sección de Música Antigua de la Institución Fernando el Católico de la Diputación de Zaragoza8. Algunos autores han apuntado la importancia de los fondos musicales en Aragón y su recuperación histórica (González Valle, 1999), propósito fundamental de esta Sección de Música Antigua. De suma importancia ha sido la colección “Polifonía Aragonesa ” , a través de la cual se han recuperado y trascrito obras musicales aragonesas de varias catedrales y colegiatas: Zaragoza (1984, vol. I), Daroca (1985, vol. II), Albarracín (1986, vol. III), Borja (1988, vol. V), Tarazona (1995, vol. IX), Huesca (1996, vol. XI) y Calatayud (2002, vol. XIII), así como algunas de las obras de maestros de capilla como Diego de Pontac (1991, vol. XII), José de Nebra (1995, vol. X) o Diego Llorente y Sola (1996, vol. XI), y de otros autores como Mariano Rodríguez de Ledesma (1997, vol. XII), discípulo de F. Xavier García, maestro de capilla de la Seo de Zaragoza. El último volumen publicado en 2006, que hace el número XIV de la colección, recoge las lamentaciones polifónicas de Pedro Ruimonte: Lamentationes Hieremiae Prophetae sex vocum , en un estudio de Joan Izquierdo y Anna Margules. La Institución “ Fernando el Católico ” publica también anualmente, desde el año 1985, la revista Nassarre. Revista Aragonesa de Musicología , con especial atención a la música conservada en los archivos eclesiásticos.

2. 1. 3. La Fundación “Las Edades del Hombre” y las Diócesis de Castilla y León En el año 1991, la exposición celebrada en León por la Fundación “Las Edades del Hombre ” 9 marcó un hito en el panorama musical eclesiástico en Castilla y León. En esta ocasión la exposición, que hacía la tercera edición de las exposiciones proyectadas por dicha fundación, tomaba el título de “La música en la Iglesia de Castilla y León ” . Al catálogo de la misma le acompañó la edición de una muestra selecta de música polifónica y de órgano, perteneciente al patrimonio musical conservado en los archivos eclesiásticos de Castilla y León; con ella se iniciaba la colección “La Música en la Iglesia de Castilla y León ” , que cuenta actualmente con trece volúmenes publicados, dedicados a la trascripción y estudio crítico de algunas fuentes musicales. Esta colección parece haber vivido un parón en 2003 con el último volumen publicado (número XIII), centrado en los conciertos para dos órganos de Francisco de Olivares, con un estudio crítico de Dámaso García Fraile10. Por otra parte, la Fundación “Las Edades del Hombre ” ha demostrado un especial interés en recuperar los sonidos centenarios, adormecidos en los archivos eclesiásticos, promoviendo la edición de una colección de grabaciones. Más allá de las iniciativas de la Fundación “Las Edades del Hombre ” , centradas fundamentalmente, como se ha podido comprobar, en la difusión de las fuentes musicales

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EL ARCHIVO DE LOS SONIDOS: LA GESTIÓN DE FONDOS MUSICALES

eclesiásticas de Castilla y León, se ha venido trabajando, en los últimos años, en la descripción y catalogación de los archivos musicales de las catedrales, que presentan un panorama inmejorable en lo que a la publicación de sus catálogos se refiere; a excepción de Ciudad Rodrigo11, el resto de catedrales tiene su correspondiente catálogo musical editado —además de los casos citados de Astorga y Salamanca, publicados por la Diputación de Cuenca—: Ávila (José López-Calo, 1978), Burgo de Osma (José Ignacio Palacios Sanz, 1991), Burgos (José López-Calo, 1995/2004), León (Samuel Rubio Álvarez, 2005), Palencia (José López-Calo, 1980), Segovia (José López-Calo, 1988), Valladolid (José López-Calo, 2007) y Zamora (José López-Calo, 1985).

2. 1. 4. Los trabajos de catalogación en otras catedrales Como señalábamos al principio de este apartado, los procesos de catalogación de los archivos musicales de las catedrales de España han proliferado por doquier. Justo es reconocer que no siempre estos trabajos de descripción han sido consecuencia de una labor interdisciplinaria entre archiveros y musicólogos, por no hablar de otros profesionales como por ejemplo los informáticos. Esta circunstancia produce un panorama bastante heterogéneo en cuanto a los procesos de organización y clasificación de la documentación y la aplicación de las normas internacionales en la descripción. Una breve relación de los catálogos editados es la siguiente12: Catedral de Oviedo (Emilio Casares Rodicio, 1975)13, Catedral de Albarracín (Jesús Mª Muneta Martínez, 1984), Catedral de Lleida (Benjamín Calle González, 1984), Catedral de Santo Domingo de la Calzada (José López-Calo, 1988), Catedral de Calahorra (José López-Calo, 1991)14, Concatedral de San Pedro Apóstol en Soria (María Montserrat Sánchez Siscart, 1992), Catedral de Huesca (Juan José de Mur Bernard, 1993), Catedral de Ceuta (José Antonio Gutiérrez Álvarez, 2005) y Catedral de Toledo (Carlos Martínez Gil, 2007-8?)15. Sin embargo, y a pesar de este grato horizonte, en ocasiones, la edición del catálogo del archivo musical no es, ni mucho menos, el estadio definitivo en la descripción de esos fondos musicales. El avance de las nuevas tecnologías y de los procesos de normalización obligan a una revisión constante de los trabajos de descripción16.

2. 1. 5. Los documentarios musicales en las catedrales españolas Como veíamos anteriormente para el caso de Andalucía, otra línea de actuaciones en los archivos musicales de las catedrales españolas se centra en la publicación de los documentarios musicales, que recogen la información de carácter musical contenida en otros documentos que no son propiamente registros musicales: actas capitulares, expedientes de provisión, libros de fábrica... Generalmente están dedicados a recoger las múltiples noticias aparecidas en los libros de actas capitulares, que en gran número se conservan en cada uno de los archivos de las catedrales, y, en menor medida, recogen la información contenida en otras series documentales: inventarios históricos, expedientes de provisión, libros de fábrica, estatutos capitulares, reglas de coro..., que por otra parte contienen datos muy interesantes para el conocimiento de la práctica musical en las catedrales españolas.

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Además de los ya citados para el caso andaluz, algunos de estos documentarios musicales han sido editados como es el caso de las catedrales extremeñas: Badajoz (Solís Rodríguez, 1993), Plasencia (J. López-Calo, 1995) y Coria (Mª P. Barrios Manzano, 1999); la Catedral de Mondoñedo (Enrique Cal Pardo, 1996); y la Catedral de Valladolid en su reciente publicación (J. López-Calo, 2007). Por otra parte, el hecho de que no se haya publicado, no quiere decir que el trabajo exhaustivo de recopilar esa información no se haya realizado; véase por ejemplo el caso del CIMRE (Centro de Investigación de la Música Religiosa Española), donde se conservan miles de fichas recopiladas por el P. Calo —y su hermana Mª Teresa— con informaciones musicales recogidas en las investigaciones realizadas en múltiples archivos catedralicios. Estos documentarios musicales, acompañados en ocasiones de índices onomásticos, toponímicos y temáticos, sirven de inestimable ayuda a los investigadores por el nivel informativo tan exhaustivo y específico que se ha alcanzado en la descripción del contenido de los documentos.

2. 1. 6. Los “otros” archivos eclesiásticos: colegiatas, monasterios, parroquias, cofradías... Tras el panorama descrito para los archivos de las catedrales de España, se puede asegurar que en la gran mayoría de los mismos se ha profundizado en los trabajos de descripción de sus fondos musicales. Sin embargo, la Iglesia se ha constituido en otras muchas entidades; en algunos territorios y en los orígenes medievales del poblamiento, incluso con un mayor peso específico que las propias catedrales —véase por ejemplo el caso de los monasterios en el norte peninsular y en Cataluña—. Esto implica que, a pesar de que una gran parte de los fondos musicales se localizan en los archivos catedralicios, existen otros muchos en otras tantas entidades como colegiatas, monasterios, parroquias, cofradías..., algunas aún por descubrir y describir. En el caso de los monasterios de clausura el problema por descubrir sus fondos se multiplican por el difícil acceso a espacios interiores donde se custodia su archivo y biblioteca. Aun así, algunos autores han podido adentrarse en esos espacios cerrados y sacar a la luz el extraordinario fondo musical que conservan (Mª J. Vega García-Ferrer, 2005). Bajo la colección de Patrimonio Nacional se han podido editar los catálogos del Real Monasterio de la Encarnación (Paulino Capdepón, 1997), el Monasterio de las Descalzas Reales (Paulino Capdepón, 1999) y el Monasterio de las Huelgas Reales de Burgos (M. L. López Vidriero, 2001). Finalmente, podemos destacar otros estudios editados sobre la música en los monasterios de Santa Ana de Ávila (A. de Vicente Delgado, 1989), San Jerónimo de Espeja (A. Muntada Torrellas, 2003) y San Paio de Antealtares de Santiago de Compostela (Lorena López Cobas, 2005). C entro de interés y objetivo primordial de las colegiatas era, al igual que en las catedrales, la celebración diaria del culto divino, solemnizado en las festividades litúrgicas y locales, donde la participación de la música era imprescindible. Por ello contaban con una capilla musical que ha legado interesantes fondos musicales. Algunos han sido descritos recientemente: Real C olegiata de Roncesvalles (Mª C. Peñas G arcía, 1995), C olegiata de Olivares (J. Romero Lagares, 2006) y C olegiata de A ntequera (Mª Teresa Díaz M ohedo, 2007).

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EL ARCHIVO DE LOS SONIDOS: LA GESTIÓN DE FONDOS MUSICALES

Por lo que respecta a los fondos musicales conservados en las parroquias existen muy pocos estudios: Parroquia de Santa María de Viana (J. C. Labeaga Mendiola, 1988), Parroquia de Briones (P. Camacho Sánchez, 2002) y Parroquia de San Juan Bautista de Marchena (A. Ramírez Palacios y M. A. Ramos, 2005). Son muy escasas las referencias a los fondos musicales conservados en las cofradías o hermandades, algunas de ellas centenarias (A. Álvarez Cañibano, 1997). Sin duda alguna que la participación de la música en los actos de estas instituciones eclesiásticas ha sido muy notoria, lo que no quiere decir que conserven entre sus fondos partituras musicales o libros de polifonía. Habría que dedicar un espacio al estudio de los fondos documentales que se conservan en estas instituciones y profundizar en la documentación musical, que puede o no recoger registros musicales17. Por otra parte, y visto el empuje que están recibiendo de nuevo estas instituciones en territorios donde históricamente han tenido una gran tradición, como Andalucía y Castilla y León, se debería prestar una especial atención, no solo a las cofradías más antiguas, algunas ya desaparecidas, sino a las actuales que tienen entre sus miembros una sección dedicada a la música, formando bandas musicales que participan en los actos litúrgicos, con un especial énfasis en la Semana Santa, incluso componiendo nuevas marchas que pertenecen a la cofradía o hermandad.

2. 1. 7. La labor de la Asociación de Archiveros de la Iglesia en España Esta asociación viene demostrando un especial interés por los fondos musicales en los archivos eclesiásticos. Desde hace algunos años está trabajando junto con la Comisión Episcopal de Patrimonio Cultural de la Iglesia para la redacción de un Directorio y Guía de Archivos Musicales de la Iglesia en España. El 14 de marzo de 2002, el Obispo Presidente de dicha comisión, Santiago García Aracil, celebró una reunión con organistas, maestros de capilla y musicólogos en la que trataron de la redacción de un “ Anteproyecto de Directorio de Archivos Musicales de la Iglesia ” , presentado por Aurelio Sagaseta18. Desde ese momento se ha trabajado en la elaboración de una ficha-tipo para enviar a todos los centros con la que poder redactar una Guía de los Archivos Musicales de la Iglesia19. Actualmente es un proyecto que sigue en proceso. Por otra parte, esta especial preocupación por los archivos musicales de la Iglesia en España se ha visto materializada en la realización de un congreso sobre “ Música e Iglesia ” —dentro de los congresos anuales que prepara la asociación—, celebrado en Santander en septiembre de 200520; estamos a la espera de la publicación de las actas en la colección Memoria Ecclesiae , que con toda probabilidad sean editadas en 2008. Podemos adelantar algunas de las conclusiones a las que se llegó tras la celebración del curso: realización de un catálogo de catálogos, necesaria uniformidad en los criterios, realización de copias de seguridad, importancia de otros archivos musicales: casas de religiosas, estudiantados y seminarios, interés por la recogida y conservación de la memoria viva de eclesiásticos y archiveros, elaboración de una ficha entregada a la Comisión de Patrimonio Cultural de la Iglesia para la confección de la “ Guía de los Fondos Musicales de los Archivos de la Iglesia en España ” , confección de un corpus colectivo de fragmentos de pergaminos musicales, confección de relaciones de cargos musicales como chantres, sochantres, maestros de capilla, organistas y otros cargos relacionados con la música, adhesión a RISM (Répertoire International des Sources Musicales) y catalogación de materiales de didáctica musical.

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2. 2. ARCHIVOS PERSONALES Y FAMILIARES Debemos destacar dos publicaciones de referencia para comprender el panorama musical de los archivos personales y familiares, ambas dentro de la colección Cuadernos de trabajo de Ediciones de La Coria-Fundación Xavier de Salas. La primera lleva por título “El patrimonio musical: los archivos familiares (1898-1936)”. La mayor parte de los artículos contenidos en esta publicación fueron presentados en un “Encuentro sobre los Archivos de músicos españoles de las generaciones de 1898 y 1914 ”, que tuvo lugar en el Convento de La Coria (Trujillo) en diciembre de 1997. La otra publicación se centra en los archivos familiares en Cataluña: “En torno al patrimonio musical en Cataluña: archivos familiares”, coordinada por Jorge de Persia, que recoge las ponencias y comunicaciones realizadas durante las primeras Jornadas sobre Patrimonio Musical en Cataluña, que tuvieron lugar en el Liceo de Barcelona en mayo de 2000. ¿Dónde conservar estos archivos?, ¿quiénes deben custodiar sus fondos? y ¿de qué manera? son las preguntas esenciales que discurren entre los círculos de especialistas en estos archivos musicales. No existe una política común ni coordinada, a lo que se añade la desorientación de los herederos a la hora de valorar dónde y cómo depositar estos fondos musicales para garantizar su óptima conservación y su difusión entre la comunidad científica y el público en general. Los archivos personales y familiares de compositores españoles se custodian en muy diversos lugares —baste esta relación como ejemplo ilustrativo de esa disparidad—: Julián Bautista en la Biblioteca Nacional, Jaime Pahissa en la Biblioteca de Cataluña, el archivo Canuto Berea en la Biblioteca de la Diputación de La Coruña (Mª D. Liaño Pedreira, 1998), el archivo de Gustavo Durán incorporado a la Residencia de Estudiantes, el fondo Óscar Esplá depositado en la Biblioteca Gabriel Miró de Alicante o el archivo musical del Museo Nacional de Teatro que contiene algunos legados como el de Manuel Fernández Caballero y Jerónimo Jiménez, y algunas obras de Juan Crisóstomo Arriaga legadas por sus descendientes a Luis París, creador del Archivo-Museo. Incluso se observa una tendencia a la recepción de archivos personales en centros de documentación. La dispersión de los fondos documentales de un mismo autor o compositor parece una realidad evidente en los archivos personales y familiares (J. de Persia, 2006). Esta dispersión es consecuencia de la ruptura de los fondos, bien porque se conservan en diferentes instituciones21, bien porque, aun conservándose en una misma institución, los fondos han sido disgregados de una manera arbitraria sin atender a principios archivísticos. Sin embargo, el problema de la dispersión se plantea fundamentalmente desde la óptica del investigador, a quien se le plantean múltiples dificultades para su estudio, derivadas de esa dispersión, y no se hace especial hincapié en los problemas que afectan directamente a la organización y descripción de la documentación, provocados por no respetar los principios archivísticos: la desorganización de la documentación y la ruptura de las series documentales. Algunas entidades que conservan legados personales han concentrado sus esfuerzos en sacar a la luz las obras conservadas en sus depósitos; es el caso de la Biblioteca Nacional que ha publicado en su serie de “ Colecciones singulares de la Biblioteca Nacional” los inventarios de Tomás Bretón (nº 1, 2001), Teodoro San José (nº 2, 2001), Rafael Rodríguez Albert (nº 3, 2003) y Julián Bautista (nº 5, 2004)22; el nº 6 de la colección (2004) está dedicado a la biblioteca de órgano adquirida a Gerard A. C. de Graaf. Vinculados a archivos personales de grandes compositores se han creado algunas instituciones como el Archivo Manuel de Falla23, la Fundación Isaac Albéniz24 o el Archivo Joaquín Turina25, que en realidad se han convertido en verdaderos centros de documentación.

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El Archivo Manuel de Falla es un centro de estudios que conserva el legado documental y la biblioteca del compositor. Está instalado en Granada desde 1991, gracias a un acuerdo institucional firmado con el Ayuntamiento de esta ciudad, ampliado con la incorporación del Ministerio de Cultura, de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y de la Universidad de Granada. Entre sus próximas publicaciones debemos citar “El epistolario de Manuel de Falla — J. B. Trend (1919-1935)” , edición preparada por Nigel Dennis y que será publicada como coedición del Archivo Manuel de Falla y de la Universidad de Granada; y “La biblioteca personal de Manuel de Falla ” , edición de Yvan Nommick y Antonio Ruiz Rodríguez dentro de la colección “ Catálogos” , serie “Fondos Documentales” . El Archivo Manuel de Falla también dedica importantes esfuerzos a la difusión del legado musical de Falla y de su época. En noviembre de 2007 han celebrado, junto con otras entidades, los XIII Encuentros Manuel de Falla con el título “La música del 27 y el neoclasicismo europeo ” , que ha contado con una serie de coloquios, exposiciones y conciertos. Por su parte, la Fundación Isaac Albéniz desarrolla su actividad a través de cuatro programas: el Concurso Internacional de Piano de Santander Paloma O’Shea, la Escuela Superior de Música Reina Sofía, el Centro de Archivos y Documentación Albéniz (C ADA) y el Encuentro de Música y Academia de Santander (Moreno, 1994). El C ADA posee diferentes fondos: Albéniz, Rubinstein, Mompou, Luis Galve y Vicente Cacho Viu. Desde luego que no siempre estos fondos conservan documentación original de estos autores, sino también multitud de referencias, fotocopias, microfilms y documentos escaneados que han sido localizados en archivos y bibliotecas, tanto nacionales como extranjeras, porque los fondos originales se encuentran muy dispersos26. Independientemente de la Fundación Albéniz, se ha gestado la Fundación Pública Museo Isaac Albéniz en Camprodón con la herencia conservada por el nieto del compositor Alfonso Alzamora Albéniz (Alzamora, 2001). Finalmente, debemos destacar que en las recientes tesis doctorales dedicadas a la Musicología existe una tendencia al estudio de las obras de un determinado compositor, estudio que en muchas ocasiones contribuye, en primer lugar, a la localización de la documentación del compositor, por lo general muy dispersa, y por otra parte a la catalogación de sus obras, a pesar, incluso, de que se encuentren diseminadas por diferentes archivos y/o bibliotecas27.

2. 3. ARCHIVOS DE INSTITUCIONES DOCENTES Archivos de instituciones docentes dedicadas a la música son las universidades, los conservatorios y las academias y escuelas de música28. Un caso paradigmático en los centros universitarios ha sido la Universidad de Salamanca, puesto que fue durante muchos años el único centro con Cátedra de Música, además de constituirse en su seno una capilla de música con un gran prestigio. Agustín Vivas Moreno ha estudiado el Archivo Histórico de la Universidad de Salamanca en varios artículos y en la reciente publicación de la editorial Trea. En su propuesta del cuadro de clasificación de los fondos del archivo, la Capilla de Música está incluida en Protocolo y Ceremonia, y recoge, como serie documental, los libros de actas de acuerdos de la Capilla de Música, pero sin incluir las propias obras musicales. Parte de estas partituras musicales conservadas en el archivo universitario han sido recuperadas y reinterpretadas por la Academia de Música Antigua y Coro de Cámara de la Universidad de Salamanca, en una labor de trascripción, adaptación e interpretación de las partituras en conciertos e incluso en grabaciones, que ha supuesto su comercialización.

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Otras universidades conservan documentación musical que han adquirido por otras vías, como es el caso de la Universidad de Barcelona que conserva fondos antiguos musicales procedentes básicamente de los conventos de Barcelona suprimidos a raíz de los acontecimientos políticos de mediados del siglo XIX (Torra, 1999). Durante las IV Jornadas sobre Documentación organizadas por la Escuela Universitaria de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad Complutense, J. Torres Mulas (1995) elaboró una síntesis de la documentación musical (fondos y servicios) en las universidades públicas madrileñas, donde recogió la información referente a la Universidad de Alcalá de Henares, Universidad Autónoma, Universidad Carlos III, Instituto Complutense de Ciencias Musicales (IC C MU), el Gabinete de Documentación Musical de la EUBD (Escuela Universitaria de Biblioteconomía y Documentación) y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). En referencia a los conservatorios y academias y escuelas de música, cuando hablamos de fondos musicales en estos centros educativos nos referimos fundamentalmente a fondos bibliográficos: monografías, estudios, partituras impresas, etc., que sirven al profesorado y alumnado en sus clases e investigaciones. Un caso aparte, por las peculiaridades y vicisitudes en su creación y consolidación posterior, es el Real Conservatorio Superior de Madrid. En octubre de 1995 se celebraron en Vitoria unas Jornadas sobre Bibliotecas de Conservatorios y Escuelas de Música en España, donde algunas ponencias recogieron el panorama general de estos centros: Koldo Bravo “Situación de las bibliotecas de Conservatorios y Escuelas de Música en España ” o Jacinto Torres Mulas “La colección documental en las bibliotecas de Conservatorios y Escuelas de Música ” . De las conclusiones de las jornadas se desprendía un panorama nada halagüeño sobre los servicios prestados en estos centros: bajísimo porcentaje de centros de enseñanza musical que cuentan con biblioteca o con fondos musicales de cierta relevancia, la práctica inexistencia de bibliotecas en las escuelas de música y en los conservatorios elementales y medios, y la mala situación de las bibliotecas de los conservatorios superiores. Tres años más tarde el panorama no había cambiado demasiado. En el 18º Congreso de la AIML celebrado en junio de 1998 en San Sebastián, durante la ponencia de Koldo Bravo sobre el “Panorama de las bibliotecas musicales de conservatorio en Madrid ” , se volvía a insistir en que apenas existen servicios de biblioteca en estos centros: “ muy pocos centros de enseñanza musical cuentan con biblioteca y un escaso personal atiende las pocas que existen ” . En el Boletín de AEDO M se han publicado algunos estudios sobre las bibliotecas de conservatorios y escuelas de música: Conservatorio Superior de San Sebastián (K. Bravo, 1994), Conservatorio Superior de Barcelona (E. Vilar, 1994), Conservatorio Superior “ Manuel Massotti Littel” de Murcia (C. Vidal Antón, 1995), Conservatorio Superior de Salamanca (L. Marcos Martín y Mª Teresa Carrión Fernández, 1996), Escuela de Música “Jesús Guridi” de Vitoria (M. Sagastume, 1995) y Escuela de Música Municipal “ Andrés Isasi” de Getxo (G. Arrue, 1997). Una de las últimas iniciativas se ha producido en el marco de las 9as Jornadas de Documentación de FESABID celebradas en Madrid el 14 y 15 de abril de 2005, donde hubo una mesa redonda sobre “Bibliotecas en centros de enseñanza musical en España ” , publicadas por AEDO M.

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2. 4. ARCHIVOS DE AGRUPACIONES MUSICALES29 En 1987, durante el Congreso Internacional de Musicología “España en la Música de Occidente ” , celebrado en Salamanca, Jacinto Torres Mulas presentó una ponencia sobre las orquestas y sociedades en el período de 1900 a 1939 en España (1987, p. 351-368). En esa ponencia listaba un total de 142 sociedades musicales, 156 orquestas y 102 agrupaciones de cámara para el período estudiado. Casi veinte años después de esa ponencia, en la publicación del INAEM, “Recursos de la Música y la Danza en España ” , la lista de agrupaciones musicales (orquestas, bandas, coros...) en nuestro tiempo es innumerable. El notable crecimiento de estas agrupaciones musicales viene acompañado de una creciente proliferación de la documentación musical de estas entidades y no solo de la propiamente musical (partituras, libretos...), sino también de toda la documentación generada por esas instituciones en el ejercicio de sus funciones (reglamentos, estatutos, nóminas, correspondencia...). La amplitud y heterogeneidad de este tipo de agrupaciones plantea una doble cuestión a resolver: la redacción de un directorio completo y la realización de un censo-guía de todas las agrupaciones musicales, según su distinta tipología: sociedades, orquestas, bandas... A nivel regional existen iniciativas encaminadas a resolver estas cuestiones; por ejemplo, las bandas musicales municipales están siendo objeto de estudio por los diferentes centros de documentación de las comunidades autónomas, con el propósito de recuperar las composiciones musicales de estas bandas locales30. La descripción de los fondos musicales de estas agrupaciones presenta un panorama muy irregular. Debemos destacar los trabajos realizados por Ramón Sobrino (1990) sobre la Sociedad de Conciertos de Madrid, cuyo archivo se encuentra en la Biblioteca del Real Conservatorio de Madrid; el estudio sobre el archivo de la Orquesta Nacional de España por Rafael Rufino (1997) y Ainhoa Lucas (1998); y la descripción del archivo histórico de la Unión Musical Española por Yolanda Acker, Mª A. Alfonso y Judith Ortega (2000)31. Por lo que se refiere a las bandas musicales municipales destacan las tesis doctorales defendidas en 2003 por Salvador Astruells Moreno sobre la banda municipal de Valencia en la Universidad de Valencia y por Josep M. Almacellas Díez sobre la banda municipal de Barcelona de 1886 a 1944, presentada en la Universidad de Barcelona, y la última monografía de Carmen Rodríguez Suso (2006) sobre la banda municipal de música de Bilbao. La Asociación Española de Documentación Musical (AEDO M) ha abierto una línea de actuaciones dirigida a la mejora de los archivos sinfónicos de las orquestas españolas32, con una especial preocupación por la figura del archivero de orquesta. En diciembre de 2004 tuvieron lugar en Barcelona unas “Jornadas de trabajo sobre archivos sinfónicos” , en coincidencia con la Asamblea anual de AEDO M 33. Se creó un grupo de trabajo, bajo la coordinación de Alberto Sampablo y Nekane Zurutuza, que ha trabajado en la definición de los objetivos a cumplir para la mejora de los archivos sinfónicos. La Comisión creada “ ad hoc ” por AEDO M ha trabajado en la coordinación entre las distintas asociaciones vinculadas: la propia AEDO M, AEOS (Asociación Española de Orquestas Sinfónicas)34 y M OLA (Major Orquestra Librarians’ Association)35. En la reunión celebrada en Bilbao el 5 y 6 de mayo de 200636, la Comisión de Archivos de Orquestas de AEDOM, formada por responsables de archivos de orquestas pertenecientes a AEOS, abogó por un modelo de “Staff library” —muy extendido en las grandes orquestas de EE. UU., Canadá y norte de Europa— para los archivos sinfónicos, como un modelo de departamento, frente al archivero o bibliotecario unipersonal. Ese nuevo modelo de profesionales de

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archivo de orquesta requiere una serie de capacitaciones en diversos ámbitos: amplios conocimientos de música, conocimientos del funcionamiento interno de una orquesta, conocimientos de gestión de la información, conocimientos informáticos y de manejo de programas de gestión, conocimientos legales en derechos de autor, capacidad de valorar el estado de los materiales para su preparación, idiomas y cualidades humanas como capacidad de trabajar bajo presión, de gestionar grandes volúmenes de trabajo y de relación con grandes grupos humanos. Evidentemente es un modelo ideal hacia el que se quiere tender en un futuro, pero en ningún caso refleja el panorama actual de los archiveros de orquestas (A. Sampablo, 2006).

2. 5. ARCHIVOS SONOROS Hubo que esperar hasta el siglo XIX para la aparición de nuevos soportes que superaran las limitaciones del papel o del pergamino. Hasta entonces, solo la interpretación actualizada y de forma unívoca en conciertos u otras representaciones artísticas permitían escuchar las notas manuscritas o impresas sobre el soporte. El surgimiento de los archivos sonoros causó una auténtica revolución puesto que permitió la captura y su posterior reproducción, repetida y constante, de las notas interpretadas. Nacían los archivos sonoros y con ellos una nueva documentación musical. Sin embargo, no todos los archivos sonoros son musicales. El auge de los estudios de la historia oral, que recoge mediante entrevistas las vivencias y experiencias de los individuos que están construyendo su historia, ha generado la aparición de archivos de la palabra, que son archivos sonoros pero no musicales. Por otra parte, el término “ archivos sonoros” —a partir de ahora siempre referidos a fondos musicales— presenta una problemática particular, porque no responde a una tipología de archivos, sino más bien a un tipo de soporte documental; es decir, determinados fondos musicales sonoros pueden conservarse en muy variados tipos de archivos, desde los eclesiásticos hasta archivos generales, pasando prácticamente por toda la tipología existente. Probablemente podríamos considerar como archivos sonoros el caso de las cadenas de radio musicales o de las discográficas, porque fundamentalmente generan documentación musical en el ejercicio de sus funciones, aunque no de forma exclusiva, puesto que como empresas privadas generan otro tipo de documentación no propiamente musical. A esto debemos añadir que el surgimiento de las fonotecas (Fátima Miranda, 1986), en la mayoría de los casos, como secciones de las bibliotecas (Lluis Bagunyá, 1992) —ya sea de la nacional37, regionales, provinciales o municipales— viene a complicar aun más la problemática sobre los archivos sonoros y de qué fondos documentales estamos tratando38. Finalmente, conviven tendencias muy dispares a la hora de crear nuevos fondos musicales sonoros. En las distintas comunidades autónomas, y aun en entidades locales, existe una política de recuperación de las discografías regionales o locales tradicionales39, muy vinculada a los estudios de la etnomusicología. Junto a esta tendencia, convive la puramente comercial —como empresas privadas— de las discográficas, de las cadenas de radio o incluso de las cadenas de televisión musicales40. De este panorama tan heterogéneo de archivos sonoros se desprende las dificultades de sistematizar y normalizar la descripción de los fondos musicales sonoros, y la necesidad de recibir un tratamiento particular desde el punto de vista de su catalogación. Se han ido sucediendo diferentes normas para la descripción de archivos sonoros: las normas de Radio Nacional

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de España de 1992, realizadas por la Comisión de Técnicos del Archivo Sonoro de RNE —el volumen 2 está dedicado a la música—, el capítulo 8 de las Reglas de Catalogación en su edición revisada de 1995 dedicado a las Grabaciones Sonoras y, finalmente, las recientes normas de la IASA (International Association of Sound and Audiovisual Archives) de 200641. La conservación de los documentos sonoros es otro de los problemas acuciantes, problema que se está afrontando desde distintos prismas. La obsolescencia de los equipos de reproducción, la pérdida de información de los soportes, el almacenamiento de algunos documentos sonoros y, sobre todo, la relativamente reciente consideración del documento sonoro como patrimonio (María Ester-Sala, 1992) son solo algunos de los problemas actuales. En íntima relación con la conservación y con el objetivo de preservar la información que contienen estos materiales se ha procedido a la digitalización de determinados fondos sonoros como el de Radio Nacional de España, de Catalunya Ràdio, los discos de pizarra de la Biblioteca Nacional o los cilindros de cera del Centro Andaluz de Flamenco. La aparición de Internet indudablemente ha supuesto una auténtica revolución en el campo musical. Desde los primeros rollos de pianola a los últimos DVDs siempre había existido un soporte externo para el almacenamiento de la música. La aparición de los archivos virtuales, de fácil intercambio por la red —recordemos la aparición de Napster para las descargas de música—, ha cambiado totalmente este panorama, porque no es necesario un soporte externo, simplemente el disco duro del ordenador donde se almacenan los archivos electrónicos. Esto quiere decir que la documentación musical se ha revestido con un cariz de temporalidad, convirtiendo los archivos musicales que cada persona se descarga en su ordenador en algo muy efímero, momentáneo, que permite al internauta organizar su propio archivo musical siguiendo su criterio; se están creando pequeñas discotecas que además pueden compartirse con una gran facilidad. Pensemos que en la actualidad muchos grupos musicales cuelgan en Internet su nuevo disco antes de sacarlo a la venta en un CD; el grupo musical Radiohead acaba de publicar en Internet su nuevo disco, con la opción de que los internautas puedan bajarse las canciones sin necesidad de pagar más que lo que cada uno considere oportuno. Creemos que esta nueva realidad, en ocasiones desbordante, requerirá de una atención profunda por parte de los profesionales de la documentación musical.

3. LOS FONDOS MUSICALES CONSERVADOS EN LAS BIBLIOTECAS A las cuatro grandes bibliotecas en España que conservan fondos musicales —Biblioteca Nacional, Biblioteca de Cataluña, Biblioteca del Real Conservatorio Superior de Madrid y Biblioteca Histórica de Madrid—, se añaden las bibliotecas regionales, provinciales y municipales, donde se conservan materiales sonoros y audiovisuales, junto con monografías, publicaciones periódicas y fuentes hemerográficas musicales. Sin embargo, a excepción de las primeras y algún caso más aislado —por ejemplo, el Fondo Berea en la Biblioteca Provincial de La Coruña—, estas bibliotecas no poseen fondos musicales que podemos considerar de archivo, generalmente fruto de la recepción de fondos personales de autores, editores, coleccionistas..., como sí ocurre en las grandes bibliotecas nacionales, que con el tiempo han asumido competencias en materia de archivos.

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Por lo que respecta a los registros sonoros, a parte de la Biblioteca Nacional y la Biblioteca de Cataluña, solo las bibliotecas provinciales y las que actúan como receptoras del Depósito Legal autonómico tienen atribuidas funciones de preservación de materiales sonoros.

3. 1. EL DEPARTAMENTO DE MÚSICA Y AUDIOVISUALES DE LA BIBLIOTECA NACIONAL La Biblioteca Nacional es un referente para el conocimiento de los fondos musicales en España. La sección de Música ha vivido diferentes momentos históricos hasta recibir en la actualidad la nomenclatura de Departamento de Música y Audiovisuales, dividido en tres servicios: Partituras, Registros Sonoros y Audiovisuales42. La Biblioteca Nacional posee una amplia colección de partituras manuscritas e impresas, una colección de obras de referencia, una buena proporción de archivos musicales originales y multitud de grabaciones sonoras y audiovisuales. La colección de partituras manuscritas incluye desde códices medievales —en su mayor parte depositados en el Servicio de Manuscritos, Incunables y Raros— hasta originales contemporáneos. Las partituras impresas forman una amplia colección de muy diversa procedencia, que abarca desde la música renacentista hasta la edición actual. La producción editorial española del siglo XIX y primera mitad del siglo XX está casi en su totalidad representada gracias a las Leyes de Propiedad Intelectual. Desde el año 1957, cuando se aprueba definitivamente la implantación del Depósito Legal, la Biblioteca Nacional recibe toda la producción editorial española. Las obras de referencia están formadas por una amplia colección de monografías, folletos y revistas especializadas en música, musicología y cine. La biblioteca de referencia de partituras contiene tanto la edición no española, adquirida por compra, como la edición española, que se ingresa por Depósito Legal. Los archivos musicales originales están compuestos de colecciones formadas por bibliotecas y archivos de compositores, letristas, editores e intérpretes, relacionadas con la música española e hispanoamericana, entre los que podemos citar: Pedro Albéniz, Rodríguez Ledesma, José Nonó, Rafael Rodríguez Albert, Francisco de Asís González de la Peña, el editor Ildefonso Alier, Fernando Moraleda, José María Guelbenzu, Julián Bautista, Tomás Bretón, Francisco Asenjo Barbieri... Algunos de sus inventarios han sido publicados en la serie “ Colecciones singulares de la Biblioteca Nacional” , a la que ya aludimos con anterioridad en el apartado de archivos personales. En esta misma colección está prevista la publicación de la biblioteca Barbieri, los autógrafos musicales del mismo autor, el legado musical del infante Francisco de Paula Antonio de Borbón, los autógrafos e impresos musicales de Joaquín Gaztambide y la documentación de la editorial Alier. Las grabaciones sonoras comprenden toda la tipología de posibles soportes: cilindros de cera, discos de pizarra, rollos de pianola, discos de vinilo, casetes, CDs, DVDs... La búsqueda de los fondos musicales en la Biblioteca Nacional se puede realizar, como para el resto de documentación, a través de la página web, en sus bases de datos43.

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3. 2. LA SECCIÓN DE MÚSICA DE LA BIBLIOTECA DE CATALUÑA En 1917, Felip Pedrell, musicólogo y compositor, donó a la Biblioteca de Cataluña su producción musical y musicológica, que, junto con la colección Carreras Dagas, constituyó la génesis de la Sección de Música44. Actualmente es un centro de referencia en el campo musical. Los documentos de mayor valor histórico y patrimonial están agrupados en el fondo de Reserva de Música, formada por obras manuscritas e impresas, tanto de literatura y tratados musicales como de partituras de un amplio grupo de autores de diferentes épocas, estilos y procedencias. La Reserva de Música conserva archivos personales de compositores (Isaac Albéniz, Jaume Bachs, Josep Barberá i Humbert, Joaquim Cassadí i Valls, Frederic Mompou, etc.), musicólogos (Higini Anglés, María Ester-Sala, Josep M. Lamaña, Joaquim Peña, Salvador Raurich i Ferriol, etc.), intérpretes (Marcos Redondo, Anna Ricci, etc.) y editores (Rafael Guardia, además de la productora discográfica Concéntric)45. El Departamento de Música de la Biblioteca de Cataluña ha adquirido estos fondos personales procedentes de legados, compras y donaciones (Crespi, 1997). La Biblioteca de Cataluña posee además unos importantes fondos sonoros, conservando legados tan importantes como el archivo histórico de Radio Barcelona46, así como colecciones personales, tan conocidas como las de Ricard Gomis, Oriol Martorell, Jaume Baró, Conxita Bandía o Daniel Blanxart, entre otros. En 2005 los fondos del Centre de Documentació Musical “El Jardí dels Tarongers” , dependiente de la Generalitat de Cataluña, pasaron a la Biblioteca de Cataluña.

4. LOS CENTROS DE DOCUMENTACIÓN E INVESTIGACIÓN En los últimos años los centros de documentación e investigación musical han proliferado por todo el territorio nacional. Estos centros han aportado nuevas perspectivas para el estudio de la documentación musical y han desarrollado una labor encomiable en la difusión del patrimonio musical en España. La creación de estos centros ha supuesto a la vez la aparición de nuevas instituciones capaces de albergar fondos musicales, convirtiéndose en ocasiones en receptores de fondos documentales de archivo.

4. 1. LOS CENTROS NACIONALES Estos centros desarrollan políticas encaminadas al impulso de programas de intervención a nivel nacional, es decir, que no se circunscriben a un determinado territorio sino que incluye todo el Estado español.

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4. 1. 1. Departamento de Musicología de la Institución “Milá i Fontanals”. RISM España Sucesor del Instituto Español de Musicología fundado por Higinio Anglés en 1943, el Departamento de Musicología, adscrito a la Institución “ Milá i Fontanals” , pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)47. Este Departamento acoge la redacción central de RISM (Répertoire International des Sources Musicales) en España (H. Heckmann, 1994). En la actualidad, el Departamento de Musicología se articula en torno a dos áreas o líneas de investigación principales: la musicología histórica y la catalogación y estudio crítico de fuentes musicales hispanas. El Departamento publica desde 1946 la revista anual Anuario Musical y la colección Monumentos de la Música Española , que alcanza los 64 volúmenes publicados.

4. 1. 2. Centro de Documentación de Música y Danza del INAEM (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música) En 1978 aparece publicado en el BOE la creación de un Centro Nacional de Documentación Musical, que se ubicó en el edificio del Teatro Real de Madrid. En 1985 se constituye el Centro de Documentación Musical como parte integrante y apoyo a la Dirección General del INAEM. En 1996 se incorpora al Centro la sección de Danza y cambia entonces su denominación por la actual, dependiendo de la Subdirección General de Música y Danza del Ministerio de Cultura48. Como centro de documentación nacional, perteneciente al Ministerio, colabora habitualmente con los centros autonómicos. Sus funciones principales son recopilar, sistematizar y difundir la información relativa a estas dos manifestaciones artísticas. Esto se traduce en la elaboración de bases de datos permanentemente actualizadas, la preparación de publicaciones y la atención directa a los usuarios. El centro cuenta con biblioteca, fonoteca, hemeroteca, archivo de partituras, videoteca, archivo de programas y carteles, y archivo fotográfico. También ha adquirido colecciones particulares: archivo fotográfico del Teatro Real del fotógrafo Gyenes, el archivo de iconografía musical del Seminario de Estudios de Música Antigua (SEM A) y los documentos pertenecientes al legado del bailarín Antonio Ruiz. Entre las bases de datos destaca la dedicada a los Recursos de la Música y la Danza en España: profesionales, entidades, actividades y publicaciones periódicas, que puede consultarse por Internet, y que fue publicada en papel como un directorio resumen en 2001. También han publicado, en colaboración con AEDO M, el CINDO C y la Biblioteca Nacional, Bibliografía Musical Española (BIME). El proceso de implantación en España del ISMN (International Standard Music Number), número normalizado de identificación de música impresa, ha sido impulsado, efectuado y controlado por el Centro de Documentación de la Música y Danza del INAEM.

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4. 1. 3. Centro Universitario Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU) El Instituto Complutense de Ciencias Musicales (IC C MU) es un centro de investigación y promoción de la música, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid (UC M) mediante convenio entre dicha universidad, la Sociedad General de Autores y Editores de España (SG AE), el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM) del Ministerio de Cultura y la Dirección General de Universidades e Investigación de la Comunidad Autónoma de Madrid49. Tiene como fines principales la investigación científica, la recuperación del patrimonio musical, la enseñanza especializada, la asesoría en el campo de la actividad musical y la difusión de la música española e hispanoamericana. Estos fines se concretan en una serie de actividades: investigación y edición de la música española e hispanoamericana, con especial interés en la producida a partir del siglo XIX; custodia, actuación y difusión pública de fondos documentales musicales, en especial los de la SG AE y los que le son donados o cedidos para su gestión; realización de cursos y programas de formación técnica y especializada en los diversos ámbitos comprendidos en las ciencias musicales; trabajos de difusión pública y especializada de la música española a través de sus colecciones “ Música Hispana. Partituras” y “ Música Hispana. Textos”; prestación de servicios de asesoramiento técnico para todas aquellas instituciones, organismos o usuarios que lo soliciten; y, finalmente, investigación en los campos de aplicación de las nuevas tecnologías a la música.

4. 1. 4. Centro de Documentación y Archivo de la Sociedad General de Autores (CEDOA) Hemos de comenzar advirtiendo que la SG AE es una entidad privada, a pesar de mantener intensas relaciones con otras instituciones públicas, como puede ser el Instituto Complutense de Ciencias Musicales. Por tanto, queda lejos de asemejarse al resto de centros que hemos llamado nacionales; aun así, consideramos que debe aparecer en este apartado porque incluye políticas a nivel nacional. Este centro incluye el servicio de Archivos y la Biblioteca de la Sociedad G eneral de A utores y Editores, establecido por un acuerdo del C onsejo de Dirección de la SG AE en julio de 1993 50 . La SG AE conserva unos extraordinarios fondos documentales fruto de varias vicisitudes históricas que derivaron en la unificación, primero en la SAE (Sociedad de Autores Españoles), y posteriormente en la SG AE, de los archivos dispersos por diferentes editores, coleccionistas y autores51. Estos fondos documentales comprenden: el archivo lírico de materiales, el archivo lírico de partituras originales —editado un catálogo en 1994—, el archivo sinfónico —editado un catálogo en 1995—, el archivo de la Unión Musical Española —editado un catálogo de partituras, métodos, libretos y libros en 2000, y en proceso de digitalización—, el archivo de libretos, el archivo de fotografías52, y legados y donaciones de varios compositores: Daniel Montorio, Pablo Luna, José Mª Legaza, Joaquín Gasca, Antonio Torrandell, Fernando Moraleda, Conrado del Campo, César de la Fuente Perona, Fernando García Morcillo, Waldo de los Ríos, Alfonso Santisteban y Francisco Alonso. Por su parte, la biblioteca del centro posee cerca de 10.000 volúmenes catalogados.

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4. 2. LOS CENTROS VINCULADOS A LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS El desarrollo del Estado de las Autonomías y de la transferencia de competencias desde el Gobierno central a las distintas comunidades ha ido acompañado, entre otras, de nuevas políticas autonómicas en materia cultural y, por tanto, referidas a la música conservada en cada una de las mismas. En esta línea ha ido apareciendo un número creciente de centros de documentación musical en las distintas comunidades, con el objetivo de recuperar, conservar y difundir el patrimonio musical de cada una de ellas. En ocasiones ha sido la iniciativa privada a la que se ha sumado posteriormente la Administración o ha sido ésta la que ha asumido su papel protagonista en el desarrollo de políticas destinadas a la recuperación, conservación y difusión de la música.

4. 2. 1. Centro de Documentación Musical de Andalucía (CDMA)53 Inaugurado en 1987, con sede en Granada, es uno de los centros de documentación musical pioneros y referentes. El funcionamiento del centro se estructura a través de tres unidades básicas de actuación: la unidad de conservación y tratamiento de fondos, la unidad de documentación y el programa de investigación. La unidad de conservación y tratamiento de fondos tiene como objetivos la conservación, el proceso y la difusión de los fondos musicales andaluces. Están recuperando todo el material musical y de danza creado o relacionado con Andalucía en sus más diversas manifestaciones. La unidad de documentación está inmersa en otros proyectos: censo musical de Andalucía, base de datos de asientos bio-bibliográficos de músicos andaluces y recopilación de recortes de prensa de noticias musicales relacionadas con Andalucía.

4. 2. 2. Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía A pesar de ser un centro de documentación especializado en localizar, recoger, conservar, analizar y difundir toda la documentación e información relacionada con el teatro y la danza54, no podemos dejar de mencionarlo por las implicaciones musicales de una gran parte del teatro y, por supuesto, de la danza. Los fondos documentales del CDAEA provienen de adquisiciones, donaciones y documentación generada por el propio centro. Están compuestos por materiales de muy diversa tipología: libros, revistas, videograbaciones, programas de mano, prensa, bocetos de vestuarios y escenografía, carteles, fotografías, imágenes digitales —Archivo Digital de las Artes Escénicas— y textos dramáticos inéditos.

4. 2. 3. Centro Andaluz del Flamenco El Centro Andaluz del Flamenco es un servicio de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, creado por el Decreto 159 de 13 de octubre de 199355. EL CAF es un auténtico centro de documentación dedicado a la conservación, promoción y difusión del flamenco como arte

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propiamente del pueblo andaluz. Se encarga de organizar cursos, mesas redondas, exposiciones y otras manifestaciones artísticas, editar publicaciones especializadas, revistas de estudio y ensayos sobre el flamenco, reunir y conservar todos los documentos y objetos relacionados con este arte. Gracias a la colaboración del Centro Informático Científico de Andalucía —perteneciente a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía—, las bases de datos que recogen todos los fondos documentales del C AF son accesibles a través de Internet. El centro está compuesto de diferentes secciones: el archivo gráfico (en 2000 adquirió la “ Colección Mario Bois” compuesta por 1.500 grabados y fotografías); la biblioteca con 4.200 volúmenes clasificados en cuatro grandes bloques temáticos: flamenco, gitanos, Andalucía y obras de referencia; el archivo de música impresa, que custodia un total de 1.900 partituras; la fonoteca que reúne en torno a los 75.000 registros discográficos en tres bases de datos diferentes: discos de pizarra o de 78 r. p. m., la base de datos Fonoteca donde están las demás grabaciones sonoras y la base de datos Palos, en la que se registran uno por uno los cantes que aparecen en los documentos sonoros; la hemeroteca; y, finalmente, la videoteca compuesta de largometrajes, programas de televisión, espectáculos en directo, etc., que pueden ser visionados en las salas del centro.

4. 2. 4. Archivo de Música de Asturias56 Actualmente tiene su sede en la Biblioteca de Asturias “Ramón Pérez de Ayala ” . El Archivo de Música de Asturias surge en el año 1993 y es fruto del acuerdo entre la Fundación Príncipe de Asturias y la Caja de Ahorros de Asturias (CajAstur). El propósito de ambas instituciones fue dotar al Principado de Asturias de un centro de recopilación, conservación, estudio y difusión del patrimonio musical asturiano, similar a los existentes en otras comunidades autónomas. El 9 de febrero de 1996 la Fundación Príncipe de Asturias, la Caja de Ahorros de Asturias y la Consejería de Cultura firmaron un convenio por el que esta última pasaba a hacerse cargo del Archivo de Música de Asturias57. La actividad del archivo podría resumirse en la recuperación, conservación, catalogación, estudio y difusión de la música de contenido asturiano mediante la puesta a disposición de los usuarios de los fondos musicales existentes en cada momento. Ofrece los siguientes servicios: consulta a las bases de datos con los registros bibliográficos sobre música asturiana; consulta de todo tipo de documentos en la sede del archivo: monografías, música impresa, grabaciones sonoras y audiovisuales, hemeroteca, recursos musicales ...; catálogo del Archivo de Música de Asturias en línea con 14.470 referencias bibliográficas, recogidas en una aplicación informática denominada “ Musicae ”; búsquedas en línea en otros catálogos; guía de recursos musicales en el Principado de Asturias; directorio de páginas web ordenado por temas; colección de publicaciones58; y un boletín de noticias. Actualmente, el Archivo de Música de Asturias trabaja en la recuperación de la música asturiana existente en los fondos de los archivos de las bandas de música del Principado —como hemos señalado anteriormente—, en la digitalización de partituras, en el vaciado de la prensa regional en todo lo referente a la música asturiana, en la digitalización de grabaciones sonoras analógicas y en la ampliación de la “ Guía de Recursos Musicales en el Principado de Asturias” .

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4. 2. 5. Centre de la Recerca i Documentació Histórico-Musical de Mallorca El Centre de la Recerca i Documentació Histórico-Musical de Mallorca se ocupa desde 1984 de la difusión del patrimonio musical de las Islas Baleares (Parets i Serra y Pizá, 1997). Actualmente se encuentra vinculado a la Fundación A C A (Àrea de Creació Acústica)59, situada en la localidad de Búger (Mallorca). Organizan desde hace unos años las Jornades Internacionals de l’Orgue Históric de les Balears y la Trobada de Documentalistes Musicals. En 2007 han cumplido su decimocuarta edición y han estado dedicadas al organero de Santanyí, Jordi Bosch, como punto de encuentro para los investigadores de este instrumento, así como con el objetivo de fomentar su importancia patrimonial para lograr su conservación y restauración. Para 2008 tienen prevista la construcción de un edificio donde albergar, bajo la dirección de Joan Parets, la biblioteca, fonoteca, “ partituroteca ” y archivos históricos de la fundación, con el nombre del centre.

4. 2. 6. Archivo de Música de El Museo Canario (Las Palmas de Gran Canaria) Las aportaciones en el campo de la documentación musical en Canarias están polarizadas en torno a las actividades de El Museo Canario, situado en Las Palmas de Gran Canaria60. El archivo del museo contiene diversos fondos de carácter musical, a través de los cuales se ha pretendido preservar tanto las creaciones que han generado los compositores canarios desde principios del siglo XIX, como de los testimonios registrados en las grabaciones sonoras del siglo XX (Santana Gil, 1995). La sección de “Partituras y Documentación ” está integrada por fondos muy diversos, que han sido adquiridos a través de compras, depósitos o donaciones. Fundamentales han sido las labores desempeñadas por Lola de la Torre y Lothar Siemens (1995) para la captación de fondos de autores canarios. La nómina de compositores canarios representados se aproxima al centenar, entre los cuales cabe destacar los nombres de Bernardino Valle Chiniestra, Santiago Tejera Ossavarry, Víctor Doreste, José Hernández Sánchez, Manuel Peñate, Rafael Dávila, el matrimonio de compositores Luis Manchado Medina y Carmen Martinón, Atilio Ley de la Peña, Blas Sánchez, Francisco Brito o Sindo Saavedra. La riqueza de la colección documental se completa con el fondo perteneciente a la Sociedad “Juventudes Musicales” , fundada en 1957 por la musicóloga Lola de la Torre. La fonoteca de El Museo Canario está integrada por grabaciones de obras de compositores e intérpretes canarios, constituyendo una de las muestras más completas e importantes del patrimonio sonoro contemporáneo de Las Canarias. Su formación se debe a los fondos donados durante la década de 1990 por, entre otros, Juan Pérez Navarro, Jane Millares, Nicolás Díaz-Saavedra, Agustín Hernández Valido o Juan Alberto Monzón. El archivo sonoro está formado por discos de pasta y pizarra, microsurcos, vinilos de 33 r.p.m... En la actualidad en la fonoteca conviven los citados soportes históricos con los más recientes sistemas de grabación digital, dando como resultado un fondo documental sonoro que se acerca a los 2.000 registros. El Museo Canario publica anualmente la revista del mismo nombre desde hace varias décadas. Dedica una sección a la musicología y a la documentación musical; en esta última se viene publicando desde 1995 (vol. L) los “ Documentos sobre la música en la Catedral de

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Las Palmas” por Lola de la Torre —vienen apareciendo anualmente aun después de la muerte de la autora—. Asimismo debemos destacar los dos volúmenes de 1999 (vol. LIV - I y II) dedicados a la música como homenaje póstumo a la prestigiosa musicóloga. En 1996 comenzó su andadura el proyecto RALS (Registros Audiovisuales de Lectura y Sonido) promovido por el Departamento de Musicología de El Museo Canario y la Asociación de Compositores y Musicólogos de Tenerife (C OSIMTE), con la colaboración de la Asociación para la Promoción de la Música en Canarias (PRO MUSC AN), encaminado a la recuperación, conservación y difusión del patrimonio musical en Canarias. A este proyecto se han sumado también empresas privadas y particulares. El proyecto RALS comprende cuatro series de ediciones: libros de investigación, partituras, discos compactos (34 volúmenes editados en la colección “La creación musical en Canarias”) y DVDs.

4. 2. 7. Centro de Documentación de la Música Cántabra de la Fundación Marcelino Botín El Centro de Documentación Musical, que se ubica en la propia biblioteca de la Fundación Marcelino Botín, se puso en marcha en el año 1996 con la finalidad de localizar, recopilar e inventariar la documentación e información sobre el patrimonio y los recursos musicales de Cantabria, de forma que se ahondara en su conocimiento, conservación y difusión (María Gómez, Julio Arce y Jon Peruarena, 1996). En su dirección y coordinación ha recibido la colaboración de la Sección de Música y Ciencias de la Música de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid. Las bases de datos del centro están formadas por un catálogo de partituras, correspondientes a autores cántabros u obras relacionadas con la región, y un catálogo de compositores, formado por el listado de autores musicales y sus obras. El centro también posee una base de datos con referencias bibliográficas de libros y artículos procedentes de diversos archivos y/o bibliotecas, y registros fonográficos sobre la música y los músicos de Cantabria. Ha recibido importantes donaciones como la colección de discos de vinilo de los herederos de Esteban Mazo García o las donaciones de Gustavo Moral, Miguel Ángel Samperio, Arturo Dúo Vital o Hermes de la Torre Armenteros. Recientemente el centro ha concluido la organización y catalogación del fondo de la Banda Municipal de Música de Santander, registrando más de 5.000 partituras, tanto en soporte papel como informático. En el apartado de la difusión y edición destaca la colección de CDs “ Antología de Compositores de Cantabria ” , que se comenzó en 1998 y ha llegado al séptimo CD dedicado a Arturo Dúo Vital, con la obra Molinos Isleños, y a Miguel Ángel Samperio, con la Misa Polifónica Cántabra . Entre sus publicaciones impresas debemos reseñar La música en Cantabria de Julio Arce Bueno, y Archivo de la Catedral de Santander de Lorena González Fernández.

4. 2. 8. Instituto de Musicología “Josep Ricart i Matas” (IDIM) Dedicado a la memoria del ilustre violonchelista y musicólogo Josep Ricart i Matas (1893-1978), este centro fue creado por el Consejo de Universidades el 6 de junio de 1979, a propuesta de

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la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jordi. Fue inaugurado el 15 de mayo de 198061. El IDIM es un centro de investigación musicológica y de formación de investigadores en el Doctorado de Musicología de la UAB. Publica desde 1981 la revista Recerca Musicològica y Quaderns de Música Històrica Catalana . También organizan seminarios y congresos internacionales. Bajo los auspicios del IDIM, de la Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jordi, y de la UAB, el equipo que dirigen Josep Maria Gregori i Cifré y Jordi Rifé i Santaló (2006) ha iniciado el Inventario de los Fondos Musicales de Cataluña.

4. 2. 9. Centro de Documentación dependiente del Instituto Galego das Artes Escenicas i Musicais (IGAEM) El Centro de Documentación das Artes Escénicas e Musicais, inaugurado en 1997, tiene su sede en Santiago de Compostela62. En el organigrama del IGAEM es el departamento encargado de la conservación y difusión de toda la información y documentación relacionada con el teatro, la música y la danza en Galicia. El Centro de Documentación adquiere, conserva, cataloga, digitaliza y difunde toda la documentación relacionada con las artes escénicas y musicales: prensa, programas, carteles, escenografías, diapositivas, dibujos, material audiovisual..., forman parte de los más de 150.000 documentos albergados en el centro. Dispone además de una biblioteca especializada en teatro, música y danza con un fondo bibliográfico que ronda los 10.000 títulos.

4. 2. 10. ERESBIL ERESBIL-Archivo de Compositores Vascos63 surge en 1974 como fruto de las necesidades de contar con un repertorio musical adecuado para programar Musikaste, semana dedicada a la difusión de obras de compositores vascos en Rentería. La iniciativa de crear un centro que recogiera las obras que se pudieran difundir en dicho festival nace de la mano de José Luis Ansorena en el seno de la Coral Andra Mari, organizadora desde 1973 de Musikaste (J. Bagüés, 1987). La institucionalización del centro comienza en 1977 con la creación del Patronato Provincial del Archivo. En 1986 se dictó un decreto-ley del Gobierno Vasco por el que se creaba el actual Patronato de ERESBIL, formado por el Gobierno Vasco, la Diputación de Guipúzcoa, el Ayuntamiento de Rentería y la Coral Andra Mari. ERESBIL tiene como fin principal la recopilación, conservación, protección y difusión del patrimonio musical vasco y, en especial, la producción de los compositores vascos64. Desde el año 2000 recibe por Depósito Legal tanto las partituras como los registros sonoros de la Comunidad Autónoma del País Vasco.

4. 2. 11. Instituto Valenciano de la Música Este centro fue creado el 29 de abril de 1999, tras la aprobación de las Cortes Valencianas de la Ley Valenciana de la Música, y comenzó a actuar el 1 de enero de 200065. Dispone de

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biblioteca, hemeroteca y fonoteca en fase de crecimiento. La biblioteca cuenta con más de 1.000 monografías y una importante colección de folletos, que permiten trazar la gestión musical de la Generalitat Valenciana de los últimos 15 años. La fonoteca recibe depósitos públicos y privados; los ejemplos más significativos son la colección de 150.000 discos de vinilo procedentes de Ràdio 9 o los aproximadamente 70.000 aportados por Radio Nacional, además de contar con colecciones particulares. En otra línea de actuaciones, el centro está recopilando grabaciones protagonizadas por las sociedades musicales valencianas, tanto comerciales como inéditas. En el capítulo de música tradicional dispone de numerosas grabaciones de las que se nutre la colección “Fonoteca de Materials” , así como cuantiosas cintas inéditas procedentes de trabajos de campo. El IVM desarrolla otro programa denominado “ Memoria Oral” , consistente en la realización de entrevistas a los protagonistas más veteranos de la escena musical valenciana, con atención a todos los géneros musicales.

5. LA NECESARIA INICIATIVA PRIVADA Sería imposible citar todas las fundaciones o asociaciones que trabajan en beneficio del patrimonio musical español. En este apartado vamos a ceñirnos a algunas de ellas, aunque no podemos dejar de nombrar otras tantas: Fundación La Caixa, Fundación Xavier de Salas — hemos mencionado varias de sus publicaciones en este artículo—, Fundación Autor, IASA (International Association of Sound and Audiovisual Archives), ANABAD (Confederación Española de Asociaciones de Archiveros, Bibliotecarios, Museólogos y Documentalistas) o la propia A C AL (Asociación de Archiveros de Castilla y León), que publica la presente obra66.

5. 1. LAS FUNDACIONES Y LA PROYECCIÓN DEL PATRIMONIO MUSICAL ESPAÑOL En los últimos cincuenta años hemos vivido un proceso de multiplicación y difusión de las fundaciones vinculadas a empresas, bancos, cajas de ahorro... Fundaciones a través de las cuales distribuyen parte de sus beneficios invirtiendo en la promoción de proyectos culturales, donde destacan importantes aportaciones en el campo de la música. Esta promoción está centrada fundamentalmente en la difusión del patrimonio musical: conciertos, festivales, cursos, simposios... Sin embargo, también contribuyen, en ocasiones, al patrocinio de los trabajos de organización y de catalogación de determinados fondos musicales, a través de la concesión de becas, premios a la investigación, etc.; y no solo a los trabajos sobre fondos musicales de otras instituciones ajenas, sino también sobre los propios fondos que algunas fundaciones han ido acumulando en sus archivos, bibliotecas o centros de documentación por depósitos, legados u otras vías. Por tanto, las aportaciones de las fundaciones son muchas y variadas, y sin las cuales no hubiera sido posible sacar a la luz una parte del patrimonio musical español.

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5. 1. 1. Fundación Juan March Algo más de cincuenta años contemplan a la Fundación Juan March67. Desde su creación ha demostrado tener un interés por la promoción de la cultura y, muy especialmente, de la música. En 1983 la fundación creó el Centro de Documentación sobre la Música Española Contemporánea, que posteriormente, en 1989, quedaría integrado en la Biblioteca de Música Española Contemporánea (Asensio, 1995). Recientemente, desde el mes de julio de 2003, los fondos de Teatro y Música se han fusionado pasando a ser un único fondo con el nombre de Biblioteca Española de Música y Teatro Contemporáneos. Esta biblioteca cuenta con más de 168.500 documentos sobre las artes escénicas de los siglos XIX, XX y los escasos años del presente siglo XXI. De hecho es una biblioteca en constante crecimiento; en la memoria de actividades de 2006 de la fundación se cifran en 2.731 nuevos documentos (partituras, grabaciones, fotografías, programas de mano, etc.) que pasan a engrosar los fondos documentales de la biblioteca. Desde su creación, en 1983, primero como centro y después como biblioteca, ha venido publicando una serie de catálogos de sus fondos documentales, así como monográficos de compositores, libretos y ediciones facsímil, donde incorpora, cataloga, conserva y pone a disposición del público todo ese acervo cultural. Con el título genérico de “ Catálogo de obras de la Biblioteca de Música Española Contemporánea ” , han editado varios catálogos en 1984, 1985, 1986 (obras de Conrado del Campo), 1987 (obras de Julio Gómez), 1988 (obras de Joaquín Homs), 1989 (obras de Jesús Guridi), 1990 (obras de Salvador Bacarisse), 1993 (Federico García Lorca y la música) y 2001. De 2004 son los trabajos de catalogación de las obras de Ángel Martín Pompey y Juan José Mantecón68. El Archivo de Música Española Contemporánea recoge todas las obras españolas interpretadas en los ciclos monográficos y en los numerosísimos conciertos organizados por la Fundación Juan March desde 1975. Puede consultarse a través de una base de datos por compositores, obras o voces e instrumentos. En el campo de la investigación cabe citar, entre otros, la catalogación y estudio crítico de fondos musicales y de actas capitulares existentes en catedrales, colegiatas y monasterios de Castilla y León, realizados desde 1972 por un equipo encabezado por José LópezCalo; y los trabajos de recopilación, trascripción y estudio encaminados a elaborar el Cancionero musical de Lope de Vega, iniciado en 1982 por Miguel Querol Gavaldá, que cuatro años más tarde se publicaría en tres volúmenes por el Instituto Español de Musicología del CSIC, también con la colaboración de la Fundación Juan March.

5. 1. 2. Fundación Caja Madrid La música ha tenido y tiene un destacado papel en las actuaciones de la Fundación C aja M adrid, demostrando una importante labor en la recuperación del patrimonio musical español 69 . La Fundación C aja M adrid ha patrocinado numerosas investigaciones encaminadas a la recuperación de piezas musicales y han iniciado su publicación en 1997 dentro de la colección “Patrimonio M usical Español ” . Esta colección acoge algunas ediciones críticas y trascripciones de obras de autores como Ramón C arnicer (1997), Francisco G uerrero (1999), Francisco C ourcelle (2002), Sebastián Durón (2003) y José de Nebra (2003).

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La música conservada en algunos relevantes monasterios también tiene su lugar en esta colección: Monasterio de la Encarnación (1997), Monasterio de las Descalzas Reales (1999) y Monasterio de Santa María la Real en Burgos (2001). Otras obras musicales han sido recuperadas, procedentes de diversos fondos: el códice de Madrid de la Biblioteca Nacional (1997), 21 piezas musicales procedentes del Archivo Histórico del Monte de Piedad de Madrid (2003), el Códice 25 de la Catedral de Toledo (2003) y el Manuscrito Mackworth de Cantatas Españolas, conservado en la Universidad de Cardiff (2004).

5. 2. LAS ASOCIACIONES: PUNTO DE ENCUENTRO ENTRE PROFESIONALES. Un simple vistazo a la publicación “Recursos de la música y la danza en España ” del Centro de Documentación de Música y Danza del INAEM (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música), para confirmar la existencia de numerosas asociaciones de carácter musical y musicológico por todo el territorio español70; subrayamos el término “ musical/musicológico ” porque la mayoría tienen esa especificidad y hacemos esta salvedad porque no tienen un carácter “ documental” , en el sentido amplio del término, es decir, su interés está centrado en la difusión de la música pero no en las tareas propias de los archivos, bibliotecas o centros de documentación y, por lo tanto, en el tratamiento de los fondos musicales que allí se contienen. A pesar de esta afirmación, ya indicamos anteriormente que los puntos de inserción entre las diferentes disciplinas son muchos y, por tanto, la existencia y proliferación del asociacionismo en el campo de la música ayuda, aunque sea de forma indirecta, a la revisión y al estudio de las tareas propias de los centros que custodian fondos musicales. De nuevo, nos encontramos ante la necesidad de compartir iniciativas y recursos desde los distintos campos afines a la música para obtener unos resultados óptimos. La colaboración entre asociaciones propiamente musicales y otras procedentes del campo de la Archivística, Biblioteconomía o Documentación es una realidad. Citemos como ejemplo de esta cooperación el proyecto RISM de catalogación de fuentes musicales de la Sociedad Internacional de Musicología y la IA ML. Mención especial merecen, en este apartado, dos asociaciones internacionales y sus ramificaciones nacionales; dos del campo de la Musicología —la Sociedad Internacional de Musicología y la Sociedad Española de Musicología—, y otras dos del campo de la Documentación Musical —IA ML y AEDO M—.

5. 2. 1. Sociedad Internacional de Musicología La Sociedad Internacional de Musicología fue fundada en Basilea en 1927, donde tiene su sede71. Forma parte del Consejo Internacional de la Filosofía y las Ciencias Humanas, dentro de la UNESC O. Su objetivo es la promoción de la investigación musicológica sobre la base de la cooperación internacional. La publicación oficial de la Sociedad es la revista semestral Acta Musicológica . En julio de 2007 ha tenido lugar el último congreso de la Sociedad Internacional de Musicología, celebrado en la ciudad de Zurich72. Entre las múltiples ponencias, debemos destacar, por lo que al panorama español se refiere, las conferencias organizadas por Cristina

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Urchueguía y Wolfgang Fuhrmann sobre el conocido Cancionero de la Catedral de Segovia, patrocinadas por la Junta de Castilla y León y la Fundación Universidades de Castilla y León73.

5. 2. 2. Asociación Internacional de Bibliotecas, Archivos y Centros de Documentación Musical (IALM-AIBM) Creada en 1951 agrupa a más de 2.000 socios (individuales e institucionales) de unos 40 países74. La IA ML ha demostrado una honda preocupación por la creación de normas internacionales de aplicación a los procesos de catalogación de los fondos musicales. Ha trabajado, junto con la IFLA (International Federation of Library Associations and Institutions), a través de dos comités, en el desarrollo de las ISBDs para materiales no librarios (NBM) y música impresa (PM), y ha colaborado también con la ISO (International Organization or Standarization) para el desarrollo del ISMN (International Standard Music Number). Fontes Artis Musicae es el órgano científico de la asociación internacional. Esta revista se publica trimestralmente. El volumen 45/1 (1998) estuvo dedicado a los fondos musicales en España, bajo el título “ Music Libraries in Spain ” 75. La IA ML celebra congresos anuales. En 1998, AEDO M organizó el 18º Congreso en el Palacio de Miramar de San Sebastián. Un año después, AEDO M publicaba las Actas de las Ponencias Españolas e Hispanoamericanas del Congreso celebrado en junio de 1998. El último congreso se ha celebrado en Sidney en julio de 200776. La Comisión de Catalogación ha presentado los trabajos sobre RDA (Resource Description and Access)77, DC MI (Dublin Core Metadata Initiative)78 y METS (Metadata Encoding and Transmission Standard), sobre lenguaje XML aplicado a la música. Por otra parte, continúan los trabajos aplicados a las tres líneas de actuación instauradas por IA ML (además de RISM) sobre literatura, prensa e iconografía musical: RILM (Repértoire International de Littératura Musicale), RIPM (Répertoire International de la Presse Musicale) y RidIM (Répertoire International d’Iconographie Musicale). Para el caso español, debemos destacar dos ponencias: la conferencia de Jane Morlet Hardie (Center for Medieval Studies, University of Sidney) sobre la colección de manuscritos musicales conservados en la Universidad de Sidney: “Spanish liturgical manuscripts at the University of Sidney: a preliminary report ”; y de Michael Noone (Boston College) y Graeme Skinner (Sidney) sobre los cantorales de canto llano de la Catedral de Toledo en los inventarios y catálogos históricos: “Toledo Cathedral’s plainsong cantorales in inventories and catalogues, ancient and modern ” .

5. 2. 3. Sociedad Española de Musicología La SEdeM (Sociedad Española de Musicología) es una asociación científica, cultural y docente que tiene por objeto el estudio y la enseñanza de la Musicología y la Música en general, con especial énfasis en el conocimiento, recuperación y difusión del patrimonio musical español y sus ramificaciones históricas y geográficas79. Promueve toda clase de tareas musicológicas relacionadas con este objetivo, tales como organizar congresos, simposios o jornadas de estudio, fomentar la investigación musicológica y ayudar, en la manera de lo posible, a la publicación de trabajos especializados.

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La Revista de Musicología es el órgano científico de la Sociedad; se edita desde el año 1978 y es la sección A de las publicaciones de la SEdeM. Otras cinco secciones completan el catálogo de publicaciones: Sección B. Catálogos y documentación, Sección C. Estudios, Sección D. Ediciones de música antigua, Sección E. Cuadernos de música antigua y Sección F. Ediciones en facsímil. La colección de discos “El patrimonio musical hispano ” está dedicada a la recuperación de obras de José de Nebra, José de Torres o Joaquín Turina, entre otros. A pesar de que la mayoría de las publicaciones tienen por objeto la investigación musicológica, la preocupación por la documentación musical y su tratamiento está presente en muchos estudios y artículos de la Revista de Musicología . Baste solo citar el título del V Congreso de la Sociedad Española de Musicología celebrado en Barcelona en el año 2000: “ Campos interdisciplinares de la Musicología ” , para demostrar esta afirmación.

5. 2. 4. Asociación Española de Documentación Musical La IA ML tiene su ramificación nacional en España en la AEDO M (Asociación Española de Documentación Musical)80. AEDO M es una organización sin ánimo de lucro, fundada en 1993, que aglutina a profesionales de bibliotecas, archivos y centros de documentación. Los grupos de trabajo están organizados en las siguientes comisiones: de Archivos de Orquestas Sinfónicas, de Bibliografía, de Archivos Sonoros, de Bibliotecas en Conservatorios y de Publicaciones, además del grupo de trabajo sobre catalogación y documentación musical: Gardano. En la línea de publicaciones, editan el Boletín de la AEDO M como publicación periódica semestral, cuadernos de documentación musical, una serie de monografías y la serie Bibliografía Musical Española (BIME). AEDO M ha demostrado una especial preocupación en la formación de los profesionales que trabajan con fondos musicales. Desde 1997 se han celebrado diversos cursos de catalogación de documentación musical, algunos de ellos destinados al conocimiento de la norma RISM. Recientemente, en enero de 2007, ha tenido lugar el curso de “ Catalogación de documentos sonoros y audiovisuales” . AEDO M es ante todo un punto de encuentro entre profesionales de los diversos ámbitos relacionados con la documentación musical. A lo largo del presente artículo hemos mencionado en varias ocasiones la necesaria interdisciplinariedad para acometer con buenos resultados los trabajos de organización y de descripción de los fondos musicales; en esta línea se ha presentado en marzo de 2007 el último curso de AEDO M: “ Archivos, Bibliotecas e investigación musical: la necesidad de un entendimiento entre documentalistas, musicólogos e intérpretes” . Bajo la dirección de Alfredo Vicent López, director del Centro Superior de Investigación y Promoción de la Música de la Universidad Autónoma de Madrid ha tenido lugar este curso, dentro de la XXIX Edición de Cursos Humanidades Contemporáneas y por un convenio de colaboración entre la UA M y AEDO M.

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6. ALGUNAS CONCLUSIONES PARA LA REFLEXIÓN Después de este somero recorrido por el patrimonio musical español y las distintas iniciativas encaminadas a su recuperación y puesta en valor, podemos terminar este artículo apuntando algunas cuestiones para la reflexión. • Los fondos musicales españoles se encuentran dispersos por instituciones muy diferentes: archivos, bibliotecas, fonotecas, videotecas, centros de documentación, museos, etc., que a pesar de compartir unos intereses generales en beneficio de la cultura, son entidades con procesos y procedimientos diferentes, que deberían tenerse en cuenta principalmente a la hora de acoger nuevos fondos musicales. • De esta ramificación de instituciones se derivan algunos problemas terminológicos y conceptuales. Los primeros son fácilmente subsanables cuando a un archivo se le denomina centro de documentación o a la inversa. Sin embargo, los problemas conceptuales presentan un panorama más complejo, porque los procesos de organización y de descripción de la documentación son muy diferentes según el tipo de centro que conserva fondos musicales. • La documentación musical requiere de la participación de diferentes disciplinas y profesionales; la interdisciplinariedad se está imponiendo en los procesos de organización y descripción de los fondos musicales y, afortunadamente, parece que es la tendencia a la que se dirigen las últimas iniciativas. • Se están produciendo de forma simultánea dos procesos que aparentemente son contradictorios: un movimiento centrípeto y otro centrífugo. El primero de ellos se refiere al avance en la normalización internacional de la descripción de documentación musical con la aparición de nuevas normas y la remodelación de otras en las que se venía trabajando durante los últimos años. Desde los organismos internacionales y nacionales se trabaja en la consecución de una línea general de actuación para la normalización. Sin embargo, y aquí se demuestra el movimiento centrífugo, resulta muy difícil encontrar dos trabajos de catalogación similares, que hayan utilizado las mismas normas internacionales de descripción, incluso en los numerosos trabajos que han seguido las normas RISM, siendo las más extendidas en la descripción de documentación musical. Prácticamente cada archivo, cada entidad elabora un nuevo sistema de catalogación ad hoc . Cierto es que las normas internacionales siempre tienen un carácter flexible a la hora de aplicarlas en el trabajo práctico y deben adaptarse a las necesidades de los fondos a describir, pero no hasta el punto de convertir cada trabajo de descripción en un “ pequeño reino de taifa ” . • Los programas de descripción de fondos musicales se han multiplicado en los últimos años, elaborando nuevos inventarios y catálogos, que además han visto favorecida su difusión por medio de las publicaciones financiadas tanto por las distintas administraciones como entidades privadas con especial atención a la música. Sin embargo, existe una escasa, por no decir nula, atención a la organización, clasificación y ordenación de los fondos musicales, aun cuando se consideren colecciones facticias. Probablemente ésta sea la causa de que muchos archivos personales y familiares se hayan disgregado y su documentación se encuentre dispersa, bien

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en diferentes instituciones, o incluso en diferentes secciones dentro de un mismo archivo o centro destruyendo su organización original y desatendiendo a los principios archivísticos. • En los últimos años han crecido los centros de documentación musical en las diferentes comunidades autónomas, demostrando un interés creciente por su patrimonio musical. Esta proliferación, en ocasiones, un tanto descoordinada, no ha corrido pareja a una política general de planificación desde instancias ministeriales donde se establezcan unas pautas normalizadas de actuación. Resulta imprescindible la colaboración entre las diferentes instituciones nacionales, regionales y locales, para aunar esfuerzos y rentabilizar recursos. • Aun quedan multitud de fondos musicales por descubrir, como por ejemplo es el caso de determinados archivos eclesiásticos (parroquias, seminarios...) o personales. Localizar estos fondos, organizarlos y describirlos enriquecerá el patrimonio musical español. Para resolver el problema de la localización se podría confeccionar un censo-guía de archivos musicales, organizado por su tipología; puede resultar un primer instrumento de consulta que, a buen seguro, será muy apreciado por los investigadores. • El avance de las nuevas tecnologías y la aparición constante de nuevos soportes plantean el problema de la obsolescencia de los formatos. Por otra parte, las técnicas de restauración y de conservación preventiva de los antiguos soportes para la documentación musical —papel y pergamino— están muy avanzadas y se pueden considerar en plena madurez, pero los nuevos soportes aparecidos desde el siglo XIX hasta la actualidad plantean una problemática diferente que debe asumirse con la misma determinación que los antiguos soportes, formando profesionales y dotando de medios técnicos y materiales a los institutos de restauración.

NOTAS *

Nota: la bibliografía de este artículo se corresponde con la lista bibliográfica al final de esta publicación.

Véase la voz “ Archivos” en el Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana de la SG AE. Cuando se habla de documentación musical no solo nos estamos refiriendo a las partituras musicales, sino a otros documentos como por ejemplo: “los expedientes de oposiciones a M C [maestros de capilla], las actas del pleno municipal en el cual se dota la plaza de clarinero, el contrato con un organero para la construcción de un nuevo instrumento, un pasquín de una compañía de óperas, una cinta de vídeo de un concierto o un encendedor que sea soporte de leyendas publicitarias de ese concierto. ” 1

2

El nacimiento de la Asociación Española de Documentación Musical (AEDO M), que aglutina a profesionales del mundo de la Documentación y la Musicología, ha supuesto un hito muy importante en esta nueva tendencia a la interdisciplinariedad.

3

José Vicente González Valle cifra ese porcentaje en el 90 % del patrimonio musical español: “Políticas e Investigación y Conservación del Patrimonio Histórico-Musical y Reconstrucción de la Historia ” , ponencia presentada en el 1 er Congreso Internacional de Música y Educación Musical en Extremadura (4, 5 y 6 de abril de 2001).

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4

Véase también el artículo de Reynaldo Fernández en esta publicación y la bibliografía correspondiente a los tres proyectos: catálogos, documentarios y órganos históricos.

5

Véase también F. J. Garbayo Montabes (2001).

6

En 1973 se publicó la segunda edición, revisada por Manuel Angulo.

7

http://w w w.alfonselmagnanim.com (10 de enero de 2008).

8 http://ifc.dpz.es/ (10 de enero de 2008). La Institución “ Fernando el Católico ” nació en 1943 promovida por la Diputación Provincial de Zaragoza y adscrita al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). 9

http://w w w.lasedades.es (10 de enero de 2008). La Fundación ha sido sensible a todas las manifestaciones artísticas, con especial atención a la música, como demuestra la exposición celebrada en León.

10

Del mismo autor son los volúmenes publicados en 2000, 2001 y 2002 sobre el Libro de Motetes de Sebastián de Vivanco (vol. X y XI) y el Magnificat y Misa Solemne de Manuel José Doyagüe (vol. XII).

11

Lo último que se ha publicado sobre la música en la Catedral de Ciudad Rodrigo ha sido en las actas del I Congreso sobre la Catedral de Ciudad Rodrigo: Rodilla León, F. (2006).

12

Para una bibliografía exhaustiva véase el artículo del P. Calo en esta publicación.

13

Hay que destacar los trabajos de María Sanhuesa Fonseca sobre el archivo musical de la Catedral de Oviedo en el Boletín de la Asociación Española de Documentación Musical (1998, vol. V, nº 2, 5-49), en el Boletín del Real Instituto de Estudios Asturianos (1999, 7-20), en la revista Studium Ovetense (2004, 485-510) y en el VI Congreso de la Sociedad Española de Musicología, publicado en la Revista de Musicología (2005, 182-199). 14

El canto llano en los archivos eclesiásticos riojanos ha sido estudiado en diversas publicaciones: Extremiana Navarro, P. y Camacho Sánchez, Mª P. (2004). En esta obra se han catalogado 106 fragmentos y 81 códices de canto gregoriano de los citados archivos.

15

Estaba previsto publicarse este año con el título “ Archivo Musical Moderno de la Catedral de Toledo (16001850)” , pero aún no ha salido la edición: Fernández Collado, A. (2007). Guía del Archivo y Biblioteca Capitulares de la Catedral de Toledo . Toledo: Instituto Teológico San Ildefonso, p. 33-35. 16

Véase el artículo de Patricia Burgueño Rioja en esta publicación sobre el Archivo Musical de la Catedral de Salamanca. 17

En el congreso celebrado en 2007 en Salamanca sobre la Cofradía de la Veracruz con el título “La Cruz. Manifestación de un Misterio ” , A. García Santos en la ponencia sobre una “ Aproximación a la música en la Cofradía de la Veracruz. Un estado de la cuestión ” , destacaba otra documentación referida a la música, porque no existen partituras en el fondo documental.

18

Directorio de Archivos Musicales de la Iglesia (abril 2002), Communicatio , nº 7, p. 4.

Hevia Ballina, A. (junio-septiembre 2003). Guía de los Archivos Musicales de la Iglesia en España, Communicatio , nº 15, p. 1.

19

20

Congreso de Santander (marzo-abril 2006), Communicatio , nº 23, p. 1-2.

21

Torres Mulas, J. (1997). Concentración vs. dispersión de fondos documentales. El desdichado caso de Isaac Albéniz. En: El patrimonio musical: los archivos familiares (1898-1936) (p. 55-76). Trujillo (Cáceres): Ediciones de La Coria. Los fondos del compositor están dispersos por el Orfeó Català, la Biblioteca de Cataluña, el Museo Municipal de Música de Barcelona e incluso la Biblioteca del Congreso de Washington, donde se conserva una pieza de la obra Iberia . 22

Véase también Sección de Música. Biblioteca Nacional de Madrid (1997). Fondo Julián Bautista de la Biblioteca Nacional de Madrid. En: El patrimonio musical: los archivos familiares (1898-1936) (p. 123-147). Trujillo (Cáceres): Ediciones de La Coria. 23

http://w w w.manueldefalla.com (14 de enero de 2008).

53

EL ARCHIVO DE LOS SONIDOS: LA GESTIÓN DE FONDOS MUSICALES

24

http://w w w.fundacionalbeniz.com (14 de enero de 2008).

25

http://w w w.joaquinturina.com (14 de enero de 2008). Véase A. Morán (1997).

26

Véase Torres Mulas, J. (1997).

27

Algunos ejemplos ilustrativos son las recientes tesis doctorales sobre Felipe Gorriti de Berta Moreno Moreno (Universidad de Navarra, 2004) o sobre Joaquim Homs de Ignacio José Valdés Huerta (Universidad de Oviedo, 2005). 28

Pueden verse sus diferentes voces en el Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana .

29

En este amplio elenco de agrupaciones incluimos las sociedades de conciertos, las orquestas, las bandas y las agrupaciones vocales: corales y orfeones. Pueden verse sus diferentes voces en el Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana .

30 Para el caso de Asturias véase Martínez del Fresno, B. (1999). Inventario y catalogación de archivos de bandas civiles asturianas. En: Actas: ponencias españolas e hispanoamericanas. 18º Congreso de la Asociación Internacional de Bibliotecas Musicales, Archivos y Centros de Documentación, IAM L, IVMB, AIBM, Palacio de Miramar, Donostia (p. 349-363). Madrid: Asociación Española de Documentación Musical. El proyecto de inventario y catalogación de los archivos de las bandas civiles asturianas comenzó en 1996, emprendido por el Archivo de Música de Asturias. 31

En 2001 Judith Ortega dio a conocer en el Boletín de AEDO M los trabajos de catalogación del archivo.

32

Más adelante dedicaremos un apartado exclusivo para las actuaciones de AEDO M.

33

http://w w w.aedom.org/Conclusiones.htm (10 de enero de 2008).

34

http://w w w.aeos.es (10 de enero de 2008).

35

http://w w w.mola-inc.org (10 de enero de 2008). M OLA es una asociación internacional de grandes orquestas sinfónicas, orquestas de teatros líricos, orquestas de ballet, orquestas de grandes festivales, orquestas de Broadcasting (radio y teledifusión), escuelas superiores y bandas, que se ha propuesto ofrecer servicios entre sus asociados relativos a materiales impresos musicales, repertorios, legislación y otros muchos aspectos relacionados con las tareas encomendadas a los archivos de orquestas. Por primera vez en 24 años, el encuentro anual se celebró en Europa en 2006, concretamente en Zurich: http://w w w.aedom.org/RESUMENM OLA2006.pdf (10 de enero de 2008). En abril de 2007 se ha celebrado el 25º Aniversario de la asociación con un encuentro en Chicago, volviendo a reunirse en suelo norteamericano: http://w w w.mola-inc.org/2007Conference/New ConfereceAgenda2007b.pdf (10 de enero de 2008). 36

http://w w w.aedom.org/ResumenAEDO M_2006.pdf (10 de enero de 2008).

37

Servicio de partituras, registros sonoros y audiovisuales (1994). Madrid: Biblioteca Nacional.

Resulta curioso que el término “ Fonoteca ” no aparezca en el Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana , aunque sí el término “ Fonografía ” . Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE): “ Colección o archivo de cintas o alambras magnetofónicos, discos, etc., impresionados con la palabra hablada, con música u otros sonidos” .

38

39

Por ejemplo el caso del Centre de Promoció de la Cultura Popular i Tradicional Catalana. Grabación sonora en dos discos: “ Música de tradició oral a Catalunya ” .

40 Un referente claro fue la aparición de la MTV: Caldera Serrano, J. (2005). Tipología y gestión documental en la televisión temática musical, Revista General de Información y Documentación , 15, nº 1, 7-20. 41

En enero de 2007 se ha celebrado un curso sobre “ Catalogación de documentos sonoros y audiovisuales” centrado en las normas de la IASA, organizado por ANABAD, AEDO M y FESABID.

42

Para mayor información sobre la historia, estructura y fondos musicales de la Biblioteca Nacional véase el artículo de Isabel Lozano M artínez en esta publicación. O tra bibliografía: G osálvez Lara, C . J. (1994). La Biblioteca Nacional: bibliotecas y archivos de música particulares integrados en el servicio de partituras. En: El patrimonio musical español de los siglos XIX y XX (p. 85-101). Trujillo (Cáceres): Ediciones de la Coria.

54

A 1. LOS ARCHIVOS MUSICALES: ESTADO DE LA CUESTIÓN

Iglesias Martínez, N. (1997). La Biblioteca Nacional y el patrimonio bibliográfico. En: El patrimonio musical: los archivos familiares (1898-1936) (p. 113-122). Trujillo (Cáceres): Ediciones de La Coria. 43

http://w w w.bne.es (12 de enero de 2008).

44

Para una breve historia de la Biblioteca de Cataluña véase Crespi, J. (1995). La Biblioteca de Catalunya: el Departamento de Música. En: El patrimonio musical español de los siglos XIX y XX (p. 77-83). Trujillo (Cáceres): Ediciones de la Coria. 45

Se pueden ver en la página web de la Biblioteca de Cataluña: http://w w w.bnc.cat (12 de enero de 2008), en el apartado de Fons personals, que permite la consulta del inventario del archivo con su cuadro de clasificación.

46

En la misma página web de la Biblioteca de Cataluña puede consultarse el inventario de “ bobines” del archivo histórico de Radio Barcelona.

47

http://w w w.imf.csic.es (15 de enero de 2008).

48

http://cdmyd.mcu.es (15 de enero de 2008).

49

http://w w w.iccmu.es. (15 de enero de 2008).

50

Véase el artículo de Mª Luz González Peña: “El CEDOA: Centro de Documentación y Archivo de la Sociedad General de Autores y Editores. Un modelo de entidad privada”, ponencia presentada en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de La Laguna (Tenerife): http://www.fceye.ull.es/jornadas_biblioteca/CEDOA.pdf. (15 de enero de 2008). Véase también el artículo de la misma autora en el Boletín de AEDOM de enero-junio de 1996. González Peña, Mª L. (1995). La Sociedad General de Autores: los archivos. En: El patrimonio musical español de los siglos XIX y XX (p. 211-220). Trujillo (Cáceres): Ediciones de la Coria; Encina Cortizo, Mª (1995). La Sociedad General de Autores de España: los fondos. En: El patrimonio musical español de los siglos XIX y XX (p. 221-223). Trujillo (Cáceres): Ediciones de la Coria. 51

52

Las fotografías están catalogadas y gran parte de ellas se han visto reflejadas en una publicación a cargo de Emilio Casares (1997), L a imagen de nuestros músicos. Del Siglo de Oro a la Edad de Plata , y otras dos publicaciones realizadas en colaboración con el Instituto Complutense de Ciencias Musicales y la Fundación de la Zarzuela Española, pertenecientes a la serie gráfica: Historia Gráfica de la Zarzuela , n os II (2000) y III (2001). 53

http://www.juntadeandalucia.es/cultura/centrodocumentacionmusical (15 de enero de 2008). En el apartado dedicado a los archivos eclesiásticos ya se explicaron algunas de las líneas de intervención de este centro de documentación en relación con el trabajo desempeñado en las catedrales andaluzas. No nos extendemos en este punto, porque existe otro artículo en esta publicación dedicado íntegramente a este centro. Véase también Fernández, R. (1995). El Centro de Documentación Musical de Andalucía y el Plan de Actuación en el Patrimonio Musical Andaluz, En: El patrimonio musical español de los siglos XIX y XX (p. 129-139). Trujillo (Cáceres): Ediciones de la Coria. 54

http://w w w.juntadeandalucia.es/cultura/cdaea (15 de enero de 2008).

55

http://caf.cica.es/flamenco (15 de enero e 2008).

56

http://w w w.archivodemusicadeasturias.com (15 de enero de 2008).

Gómez Rodríguez, J. A. (1997). El archivo de música de Asturias, Revista de Musicología , XX, 2, 1055-1068 (Actas del IV Congreso de la Sociedad Española de Musicología: La investigación musical en España). Sánchez Marina, E. (1999). Archivo de Música de Asturias: principales líneas de actuación. En: Actas: ponencias españolas e hispanoamericanas. 18º Congreso de la Asociación Internacional de Bibliotecas Musicales, Archivos y Centros de Documentación, IA M L, IVMB, AIBM, Palacio de Miramar, Donostia (p. 343-347). Madrid: Asociación Española de Documentación Musical. En la p. 344 recoge los objetivos del centro. 57

58

Seis publicaciones en total; cinco por el propio Archivo de Música de Asturias (bajo el patrocinio de Fundación Príncipe de Asturias y CajAstur) y una en colaboración con la Fundación Ramón Menéndez Pidal, el Real Instituto de Estudios Americanos, la Fundación Municipal de Cultura y Educación, y la Universidad Popular del Ayuntamiento de Gijón.

55

EL ARCHIVO DE LOS SONIDOS: LA GESTIÓN DE FONDOS MUSICALES

59

http://w w w.fundacioaca.org (15 de enero de 2008).

60

http://w w w.elmuseocanario.com (15 de enero de 2008).

61

http://w w w.racba.org/reial_institut-php (15 de enero de 2008).

62

http://w w w.igaem.xunta.es/centrodocumentacion (15 de enero de 2008).

63

http://w w w.eresbil.com (15 de enero de 2008).

64

“ Desde los inicios de ERESBIL, se tomó la decisión de considerar como ámbito territorial de actuación el que engloba la denominación de Euskal Herria, al igual que otras instituciones como Euskaltzaindia-Real Academia de la Lengua Vasca, o Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, es decir, la actual Comunidad Autónoma Vasca, la Comunidad de Navarra y el País Vasco-Francés”. Bagüés, J. (1995). El ERESBIL-Archivo de Compositores Vascos: fondos, En: El patrimonio musical español de los siglos XIX y XX (p. 141). Trujillo (Cáceres): Ediciones de la Coria. 65

http://w w w.ivm.gva.es/indice.php (15 de enero de 2008). El antiguo Instituto Valenciano de las Artes Escénicas, Cinematografía y Música (IVAEC M) desapareció para dar lugar a Teatres de la Generalitat, el Instituto Valenciano de la Música y el Instituto Valenciano de Cinematografía Ricardo Muñoz Suay. 66

A C AL prepara un curso para 2008: “Introducción a la catalogación y a la documentación musical” .

67

http://w w w.march.es (3 de enero de 2008). En 2005 cumplió su 50 Aniversario. Son muy interesantes los cuadernos monográficos editados en ese año para conmemorar tal evento, donde se recogen todas las actividades realizadas por la fundación durante esos cincuenta años.

68 Pueden consultarse en la página web de la Fundación Juan March y obtenerlos en formato pdf. Una parte de los fondos de ambos compositores están depositados en la fundación, por voluntad de sus herederos. Las obras de Martín Pompey han sido catalogadas por Lope Nieto Nuño y las de Juan José Mantecón por Laura Prieto. 69

http://w w w.fundacioncajamadrid.es (3 de enero de 2008).

70

Véase también la voz “Sociedades” en el Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana .

71

http://w w w.ims-online.ch (3 de enero de 2008).

72

http://w w w.musik.unizh.ch/static/ims2007/Final_Programme_IMS_2007.pdf (3 de enero de 2008).

73

Los estudios tienen un eminente carácter musicológico, aunque alguno destaque otros aspectos como el estudio de las marcas de agua del manuscrito, ponencia de Emilio Ros Fábregas. Véase para el estudio del cancionero. Manuscrito musical del Archivo de la Catedral de Segovia. Las 38 obras castellanas. (2000) Segovia: Asociación Andrés Laguna para la Promoción de las Ciencias de la Salud.

74

http://w w w.iaml.info (3 de enero de 2008).

75

Los artículos estuvieron dedicados a las instituciones de documentación musical de Jon Bagües y Miguel Ángel Plaza-Navas; el Centro de Documentación Musical de Andalucía de Beatriz de Miguel; los centros musicales de Mallorca, por Antoni Pizá y Joan Parets i Serra; los archivos eclesiásticos en España de José Vicente González Valle; las bases de datos musicales de Carmen Sierra Bárcena; la Biblioteca Nacional y el siglo XIX, por Nieves Iglesias; y el proyecto RISM en España, a cargo de Antonio Ezquerro. 76

http://w w w.iaml.aust.org/sydney.htm (3 de enero de 2008).

77

http://www.collectionscanada.ca/jsc/rda.html (3 de enero de 2008). Versión de ACCR3, prevista para enero de 2009.

78

http://dublincore.org (3 de enero de 2008). Basado en metadatos para recursos web.

79

http://w w w.sedem.es (3 de enero de 2008).

80

http://w w w.aedom.org (3 de enero de 2008).

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