Literatura y sociedad: rasgos de coloquialidad en la literatura misógina ibérica medieval

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Descripción

Literatura y sociedad: rasgos de coloquialidad en la literatura misógina ibérica medieval Roberto J .González Zalacain

Esquema 1.

La literatura como fuente histórica

2.

La literatura misógina en los reinos hispánicos de fines de la Edad Media

3.

Rasgos de coloquialidad y niveles discursivos

4.

Las estructuras sociales en el relato narrativo

5.

Conclusiones

1. La literatura como fuente histórica -

La literatura como representación de un mundo concreto

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La relación sujeto-lector / código-escrito / escritor-emisor-distante y la necesaria reasignación interpretativa de los significados construidos por el autor

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La interpretación del relato ficcional

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El relato literario como discurso articulado que describe situaciones sociales, imaginarios, valores, costumbres, prácticas sociales, episodios de la vida cotidiana y contextos económicos y sociopolíticos



2. La literatura misógina en los reinos hispánicos de fines de la Edad Media

La “Querelle des femmes” -

Pese a que este libro no haga autoridad en absoluto, su lectura me dejó algo perturbada y sumida en una profunda perplejidad. Me preguntaba cuáles podrían ser las razones que llevan a tantos hombres, clérigos y laicos, a vituperar a las mujeres, criticándolas bien de palabra bien en escritos y tratados. No es que sea cosa de un hombre o dos, ni si siquiera se trata de ese Mateolo, que nunca gozará de consideración porque su opúsculo no va más allá de la mofa, sino que no hay un texto que esté exento de misoginia. Al contrario, filósofos, poetas, moralistas, todos -y la lista sería demasiado larga- parecen hablar con la misma voz para llegar a la conclusión de que la mujer, mala por esencia y naturaleza, siempre se inclina hacia el vicio.

Christine de Pizan, La ciudad de las damas

Una muestra de la literatura misógina en los reinos hispánicos

El papel del narrador en el relato literario -

Alfonso Martínez de Toledo, arcipreste de Talavera

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Jaume Roig, médico de la reina María

3. Rasgos de coloquialidad y niveles discursivos

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El Corbacho o la introducción de la lengua coloquial en la literatura castellana: -

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Menéndez Pelayo: Arcipreste de Talavera la lengua de la conversación, la de la plaza y el mercado, entró por primera vez en el arte con una bizarría, con un desgarro, con una libertad de giros y movimientos que anuncian la proximidad del grande arte realista español Seco Serrano: la primera muestra importante de literatura coloquial Deyermond: el autor logra su objetivo de producirnos la impresión de que estamos presenciando un auténtico diálogo de gente del pueblo

Niveles discursivos: el habla coloquial

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La narración en primera persona: E luego comiença de llorar e los ojos de rezio alinpiar, tragando la salyva más venínosa que rejalgar, e dize: "¿Paréscevos esto byen, que Fulana o Fulano me ha desonrado en plaça, e como byen a su voluntad, llamándome puta amigada? Díxome puta casada, o díxome tales e tales ynjurias, que más querría ser I muerta que ser en vuestro poder venida. ¡Ay de mí, cuytada! ¡Agora so disfamada y desonrada! Y ¿de quién? iDe una puta vellaca, suela de mi çapata, o de un vellaco vil, suela de mi chapín! Pues, sy esto vos paresce que yo devo sofrir, en antes renegaría yo de mí en Dios e en mi ánima; antes me fuese con un moro de allén la mar, o con el más vil onbre de pie que en Castilla oviese, e non digo más”. (Corbacho, 192-193).

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La caracterización del habla femenina: Estas y otras maneras de fablar tyenen las mugeres: de las otras murmurar, detraer e mal fablar, e quexarse de sý mesmas, que fazer otra cosa ynposyble les sería. Esto proviene de uso malo e luengamente continuado, non conosciendo su defallimiento; que es un pecado muy terrible la persona non conoscer a sý, nin a su fallimiento. (Corbacho, 132).

La mujer correveidile

Non le es ninguno bueno nin ouena en plaça nin yglesia, diciendo: “¡Yuy, y como yva Fulana el domingo de Pasqua arreada. ¡Buenos paños de escarlata con forraduras de martas; saya de florentín con cortapisa de veros, trepada de un palmo; faldas de diez palmos rastrando, forradas de camocán; un pordemás forrado de martas zebellinas con el collar lançado fasta medias espaldas; las mangas de brocado; los paternostres de oro de doze en la honça; almanaca de aljófar -¡de cuento eran los granos!- ; arracadas de oro que pueblan todo el cuello; crespina de filetes de flor de açucena con mucha argentería la vista me quitavan, un partidor tan rico que es de flor de canell, de filo de oro fino con mucha perlería ; los moños con temblantes de oro e de partido canbray, todo trepado de foja de figuera; argentería mucha colgada de lunetas e lenguas de páxaro e retronchetes, e con randas muy ricas. Demás un todoseda con que cubría su cara, que parescía a la reyna Sabba, por mostrarse más fermosa; axorcas de alanbar engastonadas en oro, sortijas diez o doze, donde ay dos diamantes, un çafir, dos esmeraldas; lúas forradas de martas para dar con el alyendo luzor en la su cara e revenir los afeytes; reluzía como un espada con aquel agua destilada. Un textillo de seda con tachones de oro, el cabo esmerado con la fevilla de luna muy lindamente obrado; chapines de un xeme poco menos en alto, pintados, de brocado; seys mugeres con ella; moça para la falda; moscadero de pavón todo algaliado; safumada, almiscada, las cejas algaliadas, reluziendo como espada. Piénsase Marimenga que ella se lo meresce. ¡Aquélla es, aquélla, amada e byen amada, que non yo, triste, cuytada! […] E ¿cómo? ¿Non so yo tan fermosa como ella, y aun de cuerpo más bastada? ¿Por qué non vo como ella arreada? Nin por eso pierdo yo mi fermosura, nin so de mirar menos en plaça que ella, allý do va. Pues, con todo su perexil so non se egualará comigo. ¡Mucha nada! ¡Mal año para la vil, suzia, desdonada, perezosa, enana, vientre de trópica, fea, e mal tajada! Pues, en buena fe, allý do va arreada. sy sopiesen, rebentaría. ¡O qué dientes podridos tyene de poner alvayalde, suzia como araña! ¡Por Dios, quitadme allá! ¡Como perro muerto le fiede la boca. ¡Triste de mí, que yo linpia soy como el agua, aliñada, ataviada! Trabajar, velar, ganar, esto sy fallarán en mí la blanca en mi poder el florín. Sy yo como o tras toviese, florecerían e ganarían las cosas en mi poder. (Corbacho, 130-131)

Ahora bien, también hay hombres feos (los lujuriosos)

Pues, agora, para venir a mi propósyto, aunque sy oviesen de dezir las naturales señales de las personas que de sý dan e muestran quién es el que los tyene -que son como onbres crespos o bermejos, o canudos en mocedad; que tyenen la cabeça redonda o luenga, muchas rúas en la fruente, o remolinos o grandes entradas en ellas; cegijuntas, romos, camusos, grandes narizes e luengas, o delgadas e agudas; ojos ondos, chicos, las pestañas apartadas, los ojos bermejos e pintados; la boca grande, ceceoso, tartamudo, los dientes afelgados e dentudos; la barva partida, la cara redonda e ancha; las orejas grandes e colgadas, las quixadas grandes e salidas afuera, moço de barvas; el cuello gordo e corto, tuerto del todo o visco de un ojo, o de amos señalado; lysyado, las espaldas anchas, corcobado, gibado de amas partes o de una non más ; el cuerpo peloso e todo velloso, o syn pelos, todo lyso; las ancas salydas afuera, las pyernas tuertas, las manos e pies galindos, el fablar suave, los fechos arrebatados, el gesto asegurado, el coraçón movido; mentiosos, soberbios, e otras muchas [señales] –e cada una qué significa o demuestra sería detener tiempo. (Corbacho, 186).

Niveles discursivos: el discurso elevado

Las citas de autoridad: -

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E lo segundo es contra natura: por quanto asý como dize Aristótiles que de las cosas que non son nin aun parescen non puede ser dado juyzio, pues, como la muerte non sea cosa, nin se demuestre, nin paresca, della non puede ser dado juyzio nin dicho nada, pues ella non es nada, synón como un fablar de lo que aquí agora dixe; que el que es privado desta presente vida es dicho muerto, e quien lo privó dísenla muerte, por respecto e conparación dél, que le llaman muerto, e asý de las otras cosas. (Corbacho, 248). La muger ser desobediente dubda non es dello, por quanto sy tú a la muger algo le dixeres o mandares, piensa que por el contrario lo ha todo de fazer. Esto es ya regla cierta. E, por ende, el dicho del sabio Tholomeo es verdadero, que dixo, de la muger fablando: "Sy a la muger le es mandado cosa vedada, ella fará cosa negada". Pero por más venir en conoscimiento dello, ponerte he aquí algunos enxienplos. [Cita de Ovidio, error de Capellanus] Por donde dize un sabydor Tholomeo: "Sobervia e orgullo syguen la fermosura. La que es fermosa e de grand cuerpo es de grand orgullo e sobervia aconpañada, asy onbre como muger". Lee Francisco Petrarca, De remedio de utriusque fortune, en el ijº libro, De dolore, do dize: "Sy Elena non fuera tan fermosa el alcáçar de Troya Ylión fasta oy durara". Etc. (Corbacho, 157). Qué, segund dize Catón, aquel es digno de ser llamado rey que regir sabe sus reynos. (Corbacho, 219-220).

El discurso elevado: La Biblia

El Antiguo testamento -

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Mira a Santsón cómo desque reveló a su muger Dalida que tenía la fuerça en una vedija de la cabeça, cómo con arte espulgándole e peynándole, desque dormido, ge lo cortó, e a sus enemigos le libró, e quando quiso fazer armas fallóse privado de fuerça, e asý le sacaron los ojos e le traýan por los mercados, plaças, e bodas por escarnio, diziendo: "¿Qué vos paresce? El toro bravo como oveja es tornado". (Corbacho, 148). E[n] onbres ay muchas maneras, e por ende son malos de conocer, peores de castigar. E por quanto es cosa muy fonda el coraçón del onbre, segund Salomón dize, por ende non sólo por lo que de partes de fuera demuestra es conocido, mas aun por las calidades e conplisyiones que cada uno tiene es por malo o bueno avido. (Corbacho, 180)

El Nuevo Testamento -

Non piense, por ende, alguno que prosperar en este mundo es reynar, [nin] padescer sea aterrar. Déxese, pues, de judgar aquél e el otro a ninguno, e de sý e sus fechos e conciencia cure, e non diga : "Éste es bueno e aquél malo"; nin "¿Por qué fue esto, nin contesció aquello?"; que de todo sólo Dios es sabydor e hordenador. Que el malo por su propia voluntad peca e es malo syn gracia de Dios, mas el bueno obra byen por su voluntad e con gracia de Dios ; por quanto el malo, mal faziendo, privado es de la gracia de Dios, segund Sant Juan Evangelista en su epístola asý: “Más devería el pecador culpa[r] sus males que del justo juyzio de nuestro Señor quexarse"

El discurso elevado: doctrina cristiana medieval

Los padres de la Iglesia: -

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E demás por conclusión, dixeron algunos grandes letrados, santos de Dios escogidos, en especial Sant Agustín: “Veemos unos violentos onbres que el mundo los aborresçe e los tyene en estima de non nada por synples, pobres, e de poca ciencia e auctorydad, […] (Corbacho, 177). Dize Sant Agustín que, aun[que] precito o predestinado sea dicho venga de nesceçario, enpero esa nescesydad non se refiere quanto a las cosas que en ellas de nescesydad se aya[n] asy de conplir e executar; mas refiére[se] la tal presciencia o predestinación quanto a la divinal presciencia de nuestro Señor eternal, e non al advenimiento de las cosas. (Corbacho, 232).

Referencias doctrinales medievales: -

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Otros dizen: "¿Para qué, pues Dios crió onbre e muger e les dio estímulos carnales, pues non los han de exsecutar?". Esto fallarás reprovado por el papa en las Clementinas, en la postrimera Clementina, De los erejes, en el seteno error que tenían los bygardos e bygardas en Alemaña, do difine el papa ser mortal pecado, salvo con propia muger suya e non toda ora. (Corbacho, 187). E por [ende], de las tales yprocresias e vicios tenidos de color de virtudes, dize Sant Gregorio en Los Morales que tanto son peores quanto menos son conoscidos, ca son de simulada egualdad, que es doble maldad. (Corbacho, 238)

Las referencias históricas en el Corbacho Asy tú agora non te enojarías de fablar e non cesar de aquí a un año; que non tienes ál que fazer nin pensar. E lo peor, que segund veo enfinges de fuerte e quieres que prueve mis fuerças contigo, sabiendo tú muy byen que yo he derrocado a los más fuertes del mundo: gigantes e poderosos, papas, enperadores, e reyes, al rey David e Darío el famoso; e Alyxandre, que del universo mundo fue señor; a Sansón e a Golías ; el grand enperador vertuoso Ponpeyo; a Julio César, el syngular conquistador e enperador; el grand Nenbrot, gigante que fizo la torre de Babilonia; a Teseo, rey de Atenas; el grande Príamo, rey de los troyanos; al grande Roboán, rey de los judíos ; la grande reyna Dido; reyna de Aragón; al fuerte Sedechías, rey de Iherusalem; al sobervio Tarquina, fijo del Tarquina, enperador romano; al rey Antioco, rey de Persya e de Asya; al famoso Aníbal, señor de Cartago; al grande Marco Tulio Cícero; al grande Erodes, rey de los judíos; al grande enperador Nero; al varonil enperador César Augusto ; a Valerio, de Roma enperador; al grande Diocleciano, enperador; a Maximiano e a Juliano Apóstata, a Galero, enperadores de Roma; al rey César de Bretana; al enperador Costantyno, romano; a Andrónico, enperador de Costantinopla; Diógenis, enperador romano; a Radugayso, rey de los godos: e los doze pares de Francia; al animoso Godofré de Bullón ; a Tristán de Leonís e Lançarote del Lago ; a Lançalego, rey de Nápoles; otros ynfantes e reyes e grandes de España que sería prolixo de poner e nonbrar aquí. Pues, [sy] de los eclesyásticos te dixese, como son papas, cardenales, patriarcas, arçobispos, obispos, abades, doctores, maestros en tología, en leyes e cánones, doctores byrretados, como fueron Agostino, Anbrosyo, Ysydro, Leandre, Gerónimo, Bernaldo, Enselmo, Beda, Grisóstomo, Dionisyo, Damaçeno, Dámasco, Fulgen[c]io, Anselmo, Guillelmo, Josepo, Alverto Magno, Ynocencio, Leo, Teodosyo, Garulo, Francisco de Nido, Alifonso, Eugenio, Ylario, Bernaldo, Ricardo, Juan, Andrés, Alberrico, Juan Monje, Juan de Dios, el abad de Sana; poetas notables: Virgilio, Ornero, Platón, Sócrates, Cícero, Diógines, Aristótiles, Aristardo, Sénica, Bocasyo, Ovidio, Lucano, Terencio, Aristótiles, Avicena, Abén Ruys, Boecio, Cícero. Catón, Doucas, Galieno, Diascórides, Diomedia, Demóstenes, Epicurio, Euclides, Egedio, e otros ynfinitos poetas. (Corbacho, 260261).

El lenguaje jurídico

Sentencia en el pleito entre la Pobreza y la Fortuna -

Que la devo condepnar e condepno justamente en fasta la fin del mundo esté en cadenas presa, atada e byen guardada en una grande palanca, e que de allý nunca se mueva nin vaya, salvo con aquel que de allý la viniere a desatar e levar; e con aquel que de allý la desatare mando que vaya adonde él quisyere e por byen toviere, e con otro ninguno non. E por mi sentencia definitiva e por syenpre jamás asy lo prenuncio en estos e por estos escritos. Condepnación de costas al presente non fago por ciertas razones que mi coraçón a lo non fazer me mueve. Dada en tierra de Babilonia, año que regnava Nembrot, rey de la tierra suya, en el mes de julio, antes del caymiento de la torre, jueves, catorze días del dicho mes pasados, a la ora de prima, quando de rayos el sol la tierra regava e las bestias de la sonbra a la luz salían, reynante Saturno en la casa de Mercurio, Yúpiter estando enfermo de cólica pasyón”. (Corbacho, 270-271)

4. Las estructuras sociales en el relato narrativo: las relaciones de parentesco en la literatura El primer grado de parentesco: -

La gran escasez pronto me atendió y me puse enfermo. Madre ni tía no me acogieron ni nunca hirvieron cebada para mí. Emprendí camino fuera del portal, hacia el hospital llamado de Clapers. Aquella noche, la hospitalera, falsa embustera, ella y su moza, me registraron el cinturón y la bolsa, hasta el forro de mi jubón. Como no encontraron ni un dinero, dijeron: "hoy dormiréis sin sábanas. Mañana os iréis a mendigar. No puede bastar este hospital, ni tiene caudal para mantener, ni disponer camas para tantos pobres. (Spill, 40).

Otros parentescos cercanos: -

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La tercera razón manda e vieda que ninguno non deve usar nin querer de mugeres amor, por quanto del tal amor cada día por esperiencia veemos que unos con otros han desamistades: amigo con amiga, hermano con hermana, padre con fijo. Por ende, veemos levantarse de enemistades capitales e demás muchas muertes e otros ynfinitos males que del tal amor se syguen. (Corbacho, 50) Muy más, por ende, te demostraré otra razón, que será por orden la segunda, por qué los amadores de mugeres o del mundo deven del amor tal fuyr, por quanto por tal desordenado amor non puede ser qu'el tu próximo ofendido no sea, queriendo por falso amor su muger, fija, hermana, sobrina, o prima, aver desonestamente. E esto faziendo tú, como a ty cierto es que lo non hamas, que lo que non querrías para ty non devrías para el tu próximo querer. (Corbacho, 49).

Otros parentescos

El parentesco por afinidad: No cometió menor pecado y desamor la reina chipriota doña Leonor, que fue hermana del viejo Duque de Gandía. Ésta, hizo matar a su cuñado, cuando estaba descuidado; e hizo entrar en Famagusta más genoveses que si se tratase de una plaga de langosta En tal entrada hubo bastante destrozos y violaciones. (Spill, 116) Su amistad afecto, dilección, tregua y amor, sin odio, rencor, gruñir, reñir, no puede durar más de una hora. Ya sea con nuera o con hijastro, suegro, padrastro, suegra, cuñada, acompañada de quienquiera, el ir en contra es como su camisa. (Spill, 118) Para quedar preñadas trabajan, sufren, hablan, callan, así se excusan, pero no rehúsan nunca golpes de guerra. Con tal de tener hijos cometerían cualquier fraude; engañarían a su propio padre. Al otro, ya viejo, lo engañaron sus hijas adúlteras y concibieron de él. La nuera utilizó al prohombre de Judá, ya viejo y suegro, y quedó, de una vez, preñada de dos. (Spill, 109) Si dices que la tomas para parir, pues no tienes hijos, ¿quién te asegura que verás de ella criatura, o si tendrás hijos o hijas? Niños huérfanos nacerían, pues nunca alcanzarían cumplida edad durante tu vida. Sus tutores y curadores convertirían a los tiernos mozos en yernos suyos; se harían herederos de tus bienes. (Spill, 92) El parentesco espiritual: Pues como me aseguré estar sin nadie que me quisiese, no me acerqué a la gente mala. Pensé no ausentarme, y presentarme a un buen rico, que fue fiel amigo y gran compadre de mi padre, y padrino mío. Joven, soltero, pobre, marché con este hombre de Dios. Cuando él me vio y me escuchó, y cuando oyó de quién era hijo, me enseñó y demostró muy gran afecto. Con gran placer él me aceptó, pero advirtió que nunca me viese ni que de mi supiese nunca su mujer. (Spill, 45)

Y, por supuesto, el linaje -

¡O maldita sea la muger, e desta regla non salvo al onbre, que conosce e vee que de vino se turba, e quando está turbada que la tyenen por juglara e ríen della todos e la escarnescen por de grand linaje que sea, asy los suyos como los estraños, sus parientes, marido, e fijos; e aun por esta razón rescebyr muchos palos, açotes, e puñadas, non fiar dellas nada –casa nin dineros, joyas nin plata, nin cosa de valía- nin dexarlas vestir, nin arrear, nin levarlas a ningund guasajado, boda, nin solaz; e do podrá ser señora, mandar, e vedar, ser moça e captiva, ferida e menospresciada, e de todos los que la verán murmurada e fablada! (Corbacho, 167)

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Sýguese: "Yrás a buscar al pecador e non le fallarás en su logar; los mansos, éstos fallarás herederos en la tierra". Sýguese adelante que mejor byve con poco el justo quel pecador con todas sus riquezas. Sýguese más adelante: "Mancebo fuy e viejo me vi, mas nunca justo desanparado vi, nin los de su linaje mendigar nin ser pobres". (Corbacho, 227)

Los ¿afectos? familiares -

Fingidora, introvertida, con mucho coraje, nunca castigada ni ultrajada, nunca dominada por ningún hombre. Nunca me llamaba por mi nombre; me mandaba como si fuese un perro o llevase bozal. Avanzado en edad, ya cansado de tempestades y contratiempos, yo porque me tenía harto, me apartaba lejos de sus gritos, rumores, alborotos, bregas furiosas que tenía entre las esclavas que habían sido mías. En cambio, favorecía mucho a las que trajo ella, y detestaba a todos mis parientes y queridos amigos de antaño, a quienes quería mal. (Spill, 72)

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Y rumiando sobre mi condición, y que no tenía ni me quedaba heredero alguno, el tiempo breve de vida que me quedaba me invitaba a tomar mujer, sólo por tener un hijo o hija, que fuese astilla de su mismo palo. Elegí una, entre el gran haz de mis parientas queridas, la que me pareció exigiría menos gala. Pensando cuál de ellas sería, me alegraba, ya que consideraba que el parentesco duplicaría nuestra amistad, pues la forzarían a ello el deber y la propia naturaleza. A ti, más que abrasado, pelado y seco, te han lastimado uñas y pico ¿Intentas, atrevido, volver otra vez? ¿Dices que tomarás una parienta por mujer? Así más pronto recibirás de ella embestida mortal; pronto la verás señora de ti mismo: querrá mandar más y te temerá menos. ¿Por qué te obcecas? Parece que estés embriagado, pues pierdes el norte en demasía ¿No has leído nunca que se pueden obtener bienes de los parientes, pero una buena mujer no se puede alcanzar sino de Dios? ¡Es don suyo! (Spill, 89-90).

La realidad jurídica sobre la familia en la literatura

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Pues, sy le creen, duelo tyenen doblado para mientra que byvieren; que desonrarlas ha quien cobro después non les dará synón yrse a otra a plantarla por reverdir; aunque la aya sacado de su tierra e levada a tierra agena, o de casa de su marido, o de su padre o madre, o de poder de su primo o hermano; e demás, aunque preñada o paryda dél sea, non guarda nada de lo jurado e prometido. (Corbacho, 189)

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Pierde la dote, el ajuar, por derecho, la que comete adulterio, con vilipendio del marido debe morir sentenciada: lapidada, según la ley antigua; en Castilla muere colgada; ahorcada en Aragón, según el Fuero, En Valencia no muere, sólo la fornicaria recibe sanción pecuniaria; la puta, ramera, pasa con un simple castigo. (Spill, 92)

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Los parientes de ambas partes estuvieron de acuerdo. Sus voluntades fueron pronto consolidadas por el parentesco para acceder a la unión. La desposada tomo el anillo del viejo marido en señal de arra, mejor que lo hizo la risueña Sara. (Spill, 129)

Las herencias y sus problemas

Digo, pues, amigo: las mugeres desean a otras la muerte por herencias, por aver, la fija a la madre, a la tía o a la abuela, diziendo: "¡O sy muriese cómo la heredaría e luego casaría con un cavallero de cient lanças, o con un gentilome, o con tal fijo de cibdadano! E la hermana a la hermana, o prima a primo, o tía a tío, o pariente a pariente, ¿non dize: "¡O sy muriese mi hermano sería toda la herencia mía, e estaría muy byen vestida! ¡Faría luego esto e aquello; conpraría luego una casa, una viña, una mula, unos paños, una villa a aldea, o tal heredad!" segund las personas son, segund sus diversos apetitos e vanos deseos desordenados? (Corbacho, 257)

5. Conclusiones 1.

El uso de la literatura como fuente histórica

2.

La influencia del narrador y del público al que se destina la obra

3.

El mensaje subyacente: estructuras sociales y códigos culturales

Muchas gracias por su atención Presentación disponible en https://uned.academia.edu/RobertoJGonzalezZalacain

Preguntas de evaluación 1.

¿De qué manera puede utilizarse la literatura como fuente para el análisis histórico?

2.

¿Para qué público redactó su obra el arcipreste de Talavera?

3.

¿De qué fuentes bebe la literatura misógina medieval?

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