Las transformaciones sociales, políticas y culturales en el mundo urbano contemporáneo. Notas sobre los nuevos caminos de la historia urbana en España

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Descripción

Rubén Pallol Trigueros Seminario Complutense Historia Cultura y Memoria Universidad Complutense de Madrid

Desde hace tiempo, en España, se ha impuesto una imagen muy restrictiva de la ciudad como objeto de estudio de la historia contemporánea. En general, se asocia la historia urbana con una serie de estudios que caen del lado, o bien en la historia demográfica y económica, o bien en la historia del urbanismo, la arquitectura o la historia del arte. Por un lado, parece que la ciudad solo interesa para investigar el crecimiento de su número de habitantes y su concentración a lo largo del tiempo o para indagar cuáles son las pautas de reproducción particulares de los grandes agregados de población. Así existe una primera historia urbana, construida con cifras de población y tasas de natalidad y mortalidad, interesada, entre otros muchos asuntos, por el peso del crecimiento vegetativo y de la inmigración en la evolución y desarrollo de las ciudades, su impacto económico y su vínculo con el desarrollo industrial. Esta historia urbana de cifras de habitantes, tasas y gráficos de evolución de la población, encuentra su lugar propicio de expresión en las revistas de historia económica y demográfica pero ha quedado desterrada de las revistas más reputadas de historia contemporánea españolas, donde desde hace tiempo se vetó la entrada, o por lo menos se limitó, a toda aquella investigación que llegara lastrada de estadística y otros presuntos vicios de una historia serial y social considerada como periclitada y pasada de moda. La otra especie superviviente, la que hibrida historia y urbanismo o arquitectura, es un tipo de investigación que se preocupa más por el diseño de los edificios y de las calles que los albergan que de quienes los ocupaban y les daban vida. Esta vertiente, más exitosa en los departamentos de historia contemporánea, suele ir ligada a una preocupación por la manera en que los diseños urbanos condicionan, si no determinan, la vida de los habitantes de las ciudades. Seducidos por la fuerza de los panópticos, la investigación suele girar en estos estudios en torno a la forma en que el diseño de la ciudad o de sus edificios logró imponer el modo de vida burgués o capitalista (la terminología varía según escuelas y adscripciones teóricas), convirtiendo a los habitantes y vecinos en meras hormigas, incapaces de romper con las lógicas y los caminos que les impone un terrario que construyó una mente superior. Así se estudian los planos de Ensanche como proyectos de disciplinamiento de los ciudadanos o la tipología de la vivienda obrera como medio de internalización de la moral burguesa, cuando no simplemente un monumento o un edificio como símbolo del triunfo político franquista e instrumento de violencia simbólica sobre el viandante. Estas aproximaciones, que han tenido la virtud de acercarse al terreno de lo mental y de lo simbólico, escapando de una historia excesivamente material, pecan a menudo * Este texto forma parte de las actividades del Grupo de investigación UCM Historia de Madrid en la edad contemporánea, nº ref.: 941149, dirigido por Luis Enrique Otero Carvajal y ha sido posible por la concesión de dos proyectos de investigación del PLAN NACIONAL DE I + D + I: MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIA, HUM2007-64847/HIST; MINISTERIO DE ECONOMÍA Y COMPETITIVIDAD, HAR2011-26904, Investigador principal: Luis Enrique Otero Carvajal.

de los mismos vicios que se denunciaron en la historia social más dura y cuantitativa, olvidar a los individuos, carecer de un rostro humano que se preocupe por las experiencias vividas. Al centrarse en planos de casas y calles, al describir edificios y desvelar lógicas detrás de las fachadas de los edificios, presentan ciudades y casas deshabitadas y más que historias urbanas en sentido estricto son historias de la idea de la ciudad o de las ideas arquitectónicas de la vivienda o de las calles. Y aquí suele llegar además su más grave defecto, pues estas historias que se centran en el estudio de planos y diseños, muchas veces olvidan (por no decir renuncian a) estudiar la manera en que se llevaron a la práctica. Así, los relatos se quedan en la mera ciudad imaginada y no en la ciudad real y vivida, en la ciudad deseada que, por otra parte, solo lo fue por una fracción de la población, la de los técnicos y profesionales de la arquitectura y el urbanismo. En fin, una historia de las ideas, más que una historia cultural de las ciudades. Todavía se puede distinguir una tercera especie de historia urbana que tampoco lo es del todo plenamente. La historia de las ciudades, que es una historia que ha proliferado en los últimos cuarenta años al calor del desarrollo de las historias regionales, nacionales y locales tras el fin de la dictadura franquista. Algunos de estos relatos salieron de los medios académicos y universitarios, otros fueron firmados por eruditos y periodistas y muchos vieron la luz cuando se produjo el fin del relato histórico centralista dio lugar a una explosión de relatos particulares, centrados en localidades de mayor o menor tamaño, desde las capitales de provincia a ciudades de tamaño medio o pueblos. La descentralización política y el desarrollo autonómico también fomentó este tipo de estudios que pretendieron rescatar unas historias olvidadas y descuidas por el excesivo énfasis puesto hasta entonces en la nación y el estado como sujeto protagonista. Sin embargo, estas historias de ciudades no son en realidad historia urbana en sentido propio, en tanto que no suelen introducir un acercamiento ni teórico ni metodológico diferente a las investigaciones que se realizaban hasta el momento. Son meras historias locales y cuyo rasgo fundamental ha sido el de reducir el objeto de estudio, circunscribiéndolo a un municipio de mayor o menor tamaño pero manteniendo las mismas formas de hacer que las historias tradicionales que seleccionaban el marco nacional o estatal: son historias políticas, menos frecuentemente económicas y sociales, que no suelen reflexionar sobre cómo el contexto urbano influye de manera específica en la transformación social. Quizá el síntoma más evidente de esta cierta anemia de la Historia urbana en España es la ausencia de una publicación específica sobre el tema (la revista Historia Urbana solo permaneció activa entre 1992 y 1997) mientras que sí existen en Francia (Histoire Urbaine), Inglaterra (Urban History), Estados Unidos (Journal of Urban History) o Canadá (Urban History Review). También es significativo que no exista una asociación de historiadores dedicados al tema como las de otros países (The Urban History Group, La Société Française d’Histoire Urbaine o The European Association of Urban History) o que no se realicen congresos ni reuniones científicas sobre el tema de una manera asidua. En fin, la historia urbana contemporánea no tiene un espacio específico en los estudios de grado y solo de una manera muy tímida y reciente en los de máster y posgrado. Y si se analizaran pormenorizadamente los programas de asignaturas troncales y obligatorias, los índices de manuales y obras de síntesis seguramente se constataría que lo urbano solo aparece como un apéndice anecdótico, si aparece, dentro del relato general de la evolución de la historia contemporánea que se enseñan en las aulas y que conforma el canon de la profesión de investigador en la actualidad. Este retrato desolador no tiene nada de excepcional en un cuadro más amplio de una historiografía contemporánea que en España, de una manera particularmente acusada, ha huido de la historia social (y sobre todo de la económica) en las últimas décadas. Y eso a pesar de que lo urbano debería ser un eje de análisis fundamental para comprender la contemporaneidad. Se podría profundizar la ya muy manida sentencia de que “toda historia es historia social” con la afirmación de que “toda historia contemporánea es historia urbana”. El francés Henri Lefebvre así lo entendía cuando en su libro La revolución urbana proponía conceptualizar los

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LAS TRANSFORMACIONES SOCIALES, POLÍTICAS Y CULTURALES EN EL MUNDO URBANO CONTEMPORÁNEO. NOTAS SOBRE LOS NUEVOS CAMINOS DE LA HISTORIA URBANA EN ESPAÑA*

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1 Henri LEFEBVRE: La révolution urbaine, Paris, Gallimard, 1970. 2 Hay traducción reciente en Georg SIMMEL: Roma, Florencia, Venecia, Madrid, Casimiro, 2013, pp. 39-58. 3 Ideas que desarrollaría más en Georg SIMMEL: La filosofía del dinero, Madrid, Capitán Swing, 2013 (edición original de 1900). 4 Hay traducción, por ejemplo en Bifurcaciones, nº 2 (2005).

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zaba a ser gobernado por los automóviles, las radios y televisiones, que conectaban de forma cada vez más inmediata a la sociedad contemporánea. Tanto Simmel como Wirth supieron ver que la vida urbana era algo más que un mero estilo de vida, una especie de ropaje superficial que a modo estético recubría la vida moderna. Todas las dimensiones de las relaciones humanas quedaban afectadas por la vida urbana y determinados fenómenos de la ciudad, como la segregación social en el espacio y la aparición de los ghettos, trastocaban de forma definitiva tanto la vida familiar y privada como la política, la economía y la vida cultural. El espacio que se ocupaba en la ciudad se convertía en el espacio que se ocupaba en la sociedad y para analizar las interacciones entre los individuos era necesario partir de una reconstrucción de las estructuras o morfologías urbanas. En esta brecha abierta de reflexión se situaron muchos pensadores sociales posteriores, llegados de diferentes disciplinas para pensar en los modos en que la ciudad moderna había cambiado y seguían cambiando la vida humana: el ya citado Henri Lefebvre, Richard Sennet, Manuel Castells, David Harvey, Edward W. Soja o Mike Davis son solo algunos de los más célebres autores que todavía aún hoy siguen siendo referentes en distintas disciplinas que se interesan por lo urbano.5 La historia contemporánea, ya se ha dicho antes, no fue ajena a esta influencia y también ha contado con un desarrollo de los estudios urbanos de gran importancia, convertidos en disciplina y en forma de historia social de vigoroso desarrollo en los comienzos del siglo XXI y que se ha plasmado, por ejemplo, en las obras de síntesis sobre la historia urbana de diferentes países o sobre el conjunto de Europa.6 Otra cosa es que en España, a veces ensimismada en una historia particular y local, cerrada a problemas propios, se rehúyan las reflexiones en torno a problemáticas más amplias, que puedan inscribirse en procesos generales de carácter europeo o transnacional. La obsesión con determinados temas, como la de la nacionalización o no de las masas en el contexto del estado o de las naciones y nacionalidades tiene algo que ver con esto. La alergia que se ha propagado entre profesores y estudiantes hacia la historia social y hacia todo lo que tenga asomo de materialismo, incluidos hasta los que se proclaman de izquierdas, quizá tenga incluso más responsabilidad. El caso es que, al menos desde un punto de vista institucional, no se puede hablar de que en España exista la historia urbana como una veta de desarrollo como si existen estudios en otros filones más o menos ricos de investigación como la historia de género, las relaciones internacionales, la memoria y sus vínculos con el pasado o la historia política de más o menos innovación metodológica. En estas corrientes historiográficas, de actualidad en medios académicos de otros países, a veces sí parecemos al día; en historia urbana, no es el caso. De todas maneras este diagnóstico negativo debe ser sobre todo emitido en lo que se refiere a la práctica historiográfica hegemónica. La historia urbana está ausente de los manuales célebres, de los monográficos aceptados en las revistas canónicas, de los programas de másteres, de las páginas de los periódicos donde se obtiene la popularidad que emparienta al historiador con el escritor de best-sellers o de los premios nacionales que encumbran en la nobleza intelectual. Todo esto es cierto, pero no quita que desde hace décadas se hayan publicado 5 Citando solo una por autor, cabría señalar como obras de referencia, Henri Lefebvre: La producción del espacio, Madrid, Capitan Swing, 2013 (ed. or. 1974); Richard SENNET: Carne y piedra. El cuerpo y la ciudad en la civilización occidental, Madrid, Alianza editorial, 1997 (ed. or. 1994); Manuel CASTELLS: La ciudad informacional. Tecnologías de la Información, reestructuración económica y el proceso urbano-regional, Madrid, Alianza Editorial, 1995; David HARVEY: Ciudades rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana. Madrid, Akal, 2013 (ed. or. 2012). Edward W. SOJA: Postmetropolis. Estudios críticos sobre las ciudades y as regiones, Madrid, Traficante de Sueños, 2012 (ed. or. 2003). Mike DAVIS: Planeta de ciudades miseria, Madrid, Akal, 2014 (ed. or. 2006). 6 Peter CLARK (ed.): The Cambridge Urban History of Britain, Cambridge, Cambridge University Press, 2000, 3. vols. Georges DUBY (dir.): Histoire de la France urbaine, Paris, Seuil, 1980-1985, 5 vols. Jean-Luc PINOL : Historia de la Europa urbana, Valencia, PUV, 2010 (ed. or. 2003).

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tiempos postindustriales como los del advenimiento de la sociedad urbana, en detrimento de otras imágenes más o menos oportunistas y pasajeras que se proponían en la década de los 70 y que iban desde la sociedad como espectáculo o la sociedad del ocio a la no escasamente descriptiva denominación de postmodernidad.1 Al margen de lo que en Lefebvre tuviera esta propuesta de intento de remendar el marxismo con la acuñación de un nuevo modo de producción para añadirlo a la secuencia de la historia como lucha de clases, lo cierto es que ese énfasis en lo urbano como definitorio de la sociedad moderna ha sido común a los principales pensadores sociales que vieron nacer la contemporaneidad. Desde Marx y quizá sobre todo Engels, seguidos por Durkheim y Weber, por señalar los principales, la naciente sociología vio en la ciudad el semillero de los cambios que alumbraban el mundo moderno. Y también los grandes males, pues la ciudad era el escenario donde sufría las nuevas formas de explotación la clase obrera, tal y como lo mostraba Engels en su retrato de Manchester; donde se instalaba la anomia generadora de comportamientos patológicos que inquietaba a Durkheim y surgían las estructuras que encorsetaban la acción del individuo que Weber pretendía liberar. De entre los padres de la Sociología fue Georg Simmel el que más atención prestó al asunto en su célebre conferencia de 1903 “Las grandes ciudades y la vida del espíritu” donde supo detectar hasta qué punto las nuevas condiciones de vida creadas por las metrópolis en expansión estaban transformando radicalmente la manera de relacionarse socialmente.2 Las personas ya no serían las mismas una vez que hubieran entrado en contacto con la vida en las grandes ciudades y, sobre todo, no serían los mismos los vínculos que establecieran entre unas y otras. No se trataba de que los seres humanos actuaran ahora en un escenario de diferente estructura o sobre un paisaje de fondo de un color de tono ligeramente diferente, sino que dicho escenario y paisaje se habían incorporado a la naturaleza del ser humano para convertirlo en un ser completamente nuevo: el urbanita o citadino. Simmel aludía a la multiplicación de relaciones sociales, a la fragmentación de estas en diferentes naturalezas (familiares, políticas, económicas, cada una con una forma y un espacio concretos), a la instauración del cálculo frente a las relaciones afectivas, a la despersonalización y al utilitarismo propio de la vida urbana frente a la vida rural y, sobre todo, a la reserva, al distanciamiento que exigía el advenimiento de las masas. En lo que interesa aquí, Simmel supo subrayar que las nuevas ciudades estaban trastocando las relaciones sociales a todos los niveles suprimiendo lo personal por lo simbólico y estandarizado, rompiéndose los vínculos primarios para imponerse otros secundarios y abstractos, proceso que se resumía en la hegemonía de la filosofía del dinero como forma de relación entre los individuos.3 Estas ideas, fueron recogidas y desarrolladas la Escuela de Sociología de Chicago y particularmente por Louis Wirth quien en su texto de 1935 “El urbanismo como modo de vida”4 además llevaba el proceso de transformación un paso más allá: la vida urbana ya no era un fenómeno circunscrito a las grandes ciudades sino que estas, convertidas en centros hegemónicos en la organización del territorio, se habían impuesto sobre el resto del hábitat humano irradiando su influencia y transformando las formas de vida. La dinámica de desarrollo económico había sometido a las áreas rurales, todas, al dominio y las lógicas de las ciudades y los medios de comunicación, en expansión y en intensificación del flujo de contenidos que emitían, habían difundido los rasgos y pautas de comportamiento de las ciudades más allá de sus límites físicos y administrativos. La cultura urbana, en el sentido antropológico, se difundía y sobrevivía más allá de las condiciones sociales en que se había producido. Para experimentar la vida urbana ya no era necesario residir en la ciudad, en un tiempo que comen-

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7 Ángel BAHAMONDE: El horizonte económico de la burguesía isabelina. Madrid, 1856-1866, Madrid, UCM, 1981. Ángel BAHAMONDE y Julián TORO: Burguesía, especulación y cuestión social en el Madrid en el siglo XIX, Madrid, Siglo XXI, 1978. Ángel BAHAMONDE: “El mercado de mano de obra madrileño (1850-1874)” en Estudios de Historia Social, nº 15, (1980), pp. 143-175.Ángel BAHAMONDE, Luis Enrique OTERO CARVAJAL y Gáspar MARTÍNEZ: Las comunicaciones en la construcción del estado contemporáneo en España: 1700-1936: el correo, el telégrafo y el teléfono, Madrid, Ministerios de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente, 1993. 8 Luis Enrique OTERO CARVAJAL: “Las ciudades en la España de la Restauración, 1868-1939” España entre repúblicas 1868-1939. Actas de las VII Jornadas de Castilla-La Mancha sobre Investigación en Archivos, Guadalajara, ANABAD, Vol. 1, 2007, pp. 27-80. Luis Enrique OTERO CARVAJAL:, Pablo Carmona Pascual y Gutmaro Gómez Bravo: La ciudad oculta. Alcalá de Henares 1753-1868. El nacimiento de la ciudad burguesa, Alcalá de Henares, Fundación Colegio del Rey, 2003. Borja CARBALLO, Rubén PALLOL y Fernando VICENTE: El Ensanche de Madrid. Historia de una capital, Madrid, Editorial Complutense, 2008. Nuria RODRÍGUEZ MARTÍN: La capital de un sueño. Madrid, 1900-1936: la formación de una metrópoli europea, tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2013 Director: Luis Enrique Otero Carvajal. 9 Francisco SÁNCHEZ PÉREZ: La protesta de un pueblo. Acción colectiva y organización obrera. Madrid 1901-1923. Cinca, Madrid, 2005. Santos JULIÁ: Madrid, 1931-1934. De la fiesta popular a la lucha de clases, Madrid, Siglo XXI, 1984. Antonio ELORZA: “Socialismo y agitación popular en Madrid (19081920)”, Estudios de Historia Social, nº 18-19 (1981), pp. 229-261. 10 Ángel Bahamonde: El Real Madrid en la historia de España, Madrid, Taurus, 2002. Juan Antonio SIMÓN SANJURJO: “La mercantilización del fútbol español en los años veinte: de la implantación del profesionalismo al nacimiento del campeonato nacional de liga”, Esporte e sociedade, nº 18 (2011); en esta misma línea véanse los trabajos lanzados a partir de la obra del gran espacialista en ocio en la época contemporánea en España, Jorge Uría: Una historia social del ocio. Asturias, 1898-1914, Madrid, UGT-Centro de Estudios Históricos, 1996.

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dentro de un amplio abanico temático.11 Esta corriente de historia urbana, claramente enraizada en la historia social cuantitativa, tiene además otros representantes que a partir de fuentes estadísticas y censales han analizado el desarrollo demográfico y la transformación social de ciudades en Andalucía, Aragón o Galicia.12 También ha habido una aproximación cultural a la ciudad, que ha querido mostrar como el escenario urbano creado era producto tanto de nuevas y viejas sensibilidades como el marco de interpretación que hacía posible el surgimiento de nuevos comportamientos y actitudes sociales y políticas. En esta línea fue novedosa y original La Ciudad extensa, firmada por Anaclet Pons y Justo Serna, que mostró que la burguesía urbana tejía nuevas redes sociales al tiempo que expandía la ciudad;13 también ha destacado la obra de Javier Ugarte Tellería que mostró una Pamplona que se convertía en el contexto urbano excepcional en el que pudo surgir un movimiento político de nuevo cuño, el carlismo de principios de siglo XX, que se aprovechaba de las modernas condiciones creadas por la vida urbana precisamente para denunciar los males que se percibían en el cosmopolitismo y abogar por la vuelta a una tradición inventada.14 Sin embargo, estos brillantes estudios no han creado escuela y han quedado como sugerentes propuestas de una historia cultural de la ciudad que permanece subdesarrollada en España. También cabría destacar como otro certero francotirador al urbanista José Luis Oyón, que ha firmado las mejores estudios de historia sobre política en la ciudad – centrados en la clase obrera y el anarquismo barceloneses-, además de ser responsable de algunos de los textos teóricos más sugerentes para enfocar este objeto de investigación.15 La lista es incompleta y seguramente injusta y deja fuera estudios y estudiosos dignos de mención pero parece suficiente para mostrar las principales tendencias que recorren la historia urbana y evaluar sus principales logros y defectos en la historiografía española: es una disciplina con importantes logros particulares y algunos grupos y líneas de investigación ya consolidados, pero a la que le falta la solidez de otras historiografías extranjeras y desde luego 11 Manuel GONZÁLEZ PORTILLA (dir): Los orígenes de una metrópoli industrial: la ría de Bilbao, Bilbao, Fundación BBVA, 2001, 2 vols. Rocío GARCÍA ABAD: Historias de emigración. Factores de expulsión y selección de capital humano en la emigración a la Ría de Bilbao (1877-1935), Bilbao, Universidad del País Vasco, 2005. José María Beascoechea: Propiedad, burguesía y territorio. La conformación urbana de Getxo en la Ría de Bilbao (1850-1900), Bilbao, Universidad del País Vasco, 2007. Arantza PAREJA: “Las mujeres y sus negocios en la gran ciudad contemporánea. Bilbao a principios del siglo XX”, Historia contemporánea, Nº 44, 2012, pp. 145-182. Manuel GONZÁLEZ PORTILLA, Karmele Zarraga Sangroniz, José Urrutikoetxea Lizarraga: Vivir en familia, organizar la sociedad: familia y modelos familiares: las provincias vascas a las puertas de la modernización (1860), Bilbao, Universidad del País Vasco, 2003. Pedro A. Novo López: “El agua potable a domicilio y los residuos urbanos bailan un complejo “pas a deux” (1850-1930): una aproximación metodológica e historiográfica”, Historia contemporánea, nº 24 (2002), pp. 281-322. 12 David Martínez y Gracia Moya: “La inmigración y el cambio social (Granada, 1890-1930)”, en Arantza PAREJA: El capital humano en el mundo urbano: experiencias desde los padrones municipales (1850-1930), Bilbao Universidad del Páis Vasco, 2011, pp. 283-300. Luisa Muñoz Abeledo: “The Labour Market in the Spanish Fish-canning Industry, 1880-1977: Labour Contracts and Work Organization”, International journal of maritime history, vol. 17, nº. 2 (2005), págs. 211-230. Javier SILVESTRE RODRÍGUEZ: “Inmigraciones interiores e industrialización: el caso de la ciudad de Zaragoza durante el primer tercio del siglo XX”, Revista de Demografía Histórica, vol. 21 nº 2 (2003), pp. 59-92. 13 Justo SERNA y Anaclet PONS, Anaclet: La ciudad extensa. La burguesía comercial-financiera en al Valencia de mediados del XIX, Valencia, Diputación de Valencia, 1992. 14 Javier UGARTE TELLERÍA: La nueva Covadonga insurgente: orígenes sociales y culturales de la sublevación de 1936 en Navarra y el País Vasco, Madrid, Biblioteca Nueva, 1998. 15 José Luis OYÓN: La quiebra de la ciudad popular. Espacio urbano, inmigración y anarquismo en la Barcelona de entreguerras, 1914-1936, Barcelona, Ediciones del Serbal, 2008. José Luis OYÓN y Marta Serra Permanyer: “Historia urbana: el espacio no es inocente”, Historia contemporánea, nº 39, 2009 pp. 387-402. En esta misma línea también destaca el trabajo de Chris Eahlam: La lucha por Barcelona. Clase, cultura y conflicto, 1898-1937, Madrid, Alianza, 2005.

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algunas obras excepcionales de historia urbana en España, ya firmadas por francotiradores que supieron recibir las influencias y propuestas extranjeras que se señalaban más arriba, ya como producto de algunos grupos de investigación cada vez más activos y que han sabido entender que lo urbano juega un papel central en toda actividad humana en la Era Contemporánea. Así, por ejemplo, fueron pioneros los trabajos de Ángel Bahamonde sobre Madrid, que adaptaron la historia social del siglo XIX en el marco del desarrollo de la capital española, vinculando la formación de las elites burguesas con los procesos de transformación urbana, uniendo construcción de los nuevos barrios y remodelación del casco antiguo a las estrategias de inversión de las clases sociales emergentes; también abrió novedosos campos de estudio al abordar el análisis de los mercados laborales en el mundo urbano o el desarrollo de los sistemas de telecomunicaciones y su repercusión en el desarrollo de la trama urbana.7 Además Ángel Bahamonde impulsó con otros investigadores, discípulos suyos, que ramificaron la Historia de Madrid en diferentes ámbitos temáticos. Luis Enrique Otero Carvajal ha impulsado recientemente su estudio concentrándose en la transformaciones sociales de la capital y de las ciudades cercanas, conformando un prolífico equipo de investigación;8 Francisco Sánchez Pérez renovó la interpretación de la política en la ciudad extendiendo y revisando los estudios que habían abierto en su día Antonio Elorza o Santos Juliá;9 finalmente Ángel Bahamonde ha estimulado las tesis e investigaciones sobre el ocio en la ciudad y particularmente de la expansión del deporte como espectáculo de masas.10 Otro núcleo geográfico donde proliferaron las investigaciones sistemáticas fue Bilbao, paradigma de la ciudad industrial contemporánea y que ha sido objeto de numerosos estudios bajo el liderazgo de Manuel González Portilla, quien ha creado un nutrido grupo de investigación que, en la línea de la historia económica y demográfica, se han ocupado de los diversos procesos que ayudan a explicar la conformación de la metrópolis vizcaína entre el siglo XIX y comienzos del XX: las corrientes migratorias, el desarrollo industrial, la modernización de las infraestructuras o el mercado de suelo urbano

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este deporte en la ciudad de Oviedo. Berta Etxeberría, por su parte, vuelve sobre la vocación turística de San Sebastián como motor de su desarrollo urbano (un fenómeno que se dio en toda Europa), aunque con intenciones nuevas: descubrir y retratar fenómenos que la imagen publicitaria trató de esconder como la prostitución o el consumo de drogas pero que también eran parte del reclamo con que las nuevas formas de ocio seducían al visitante. Un tercer eje de estudios se preocupó por la ciudad como marco de expresión de protesta y control político, como bandera de movilización desde abajo frente a la obsesión de disciplinamiento de las autoridades. Alejandro Pérez-Olivares muestra las posibilidades de estudiar la represión política de la inmediata posguerra en la gran ciudad. Así retrata los afanes para crear nuevas lealtades sobre las que ejercer el control político en una ciudad que por los sublevados del 18 de Julio, Madrid, se observaba como una Babilonia moderna. Las nuevas instituciones, gobierno municipal y diputación provincial, debían irradiar el espíritu de familia nacional que se quería imprimir a la ciudad. Por su parte, Daniel Oviedo rastrea estas estrategias de control en las prácticas urbanísticas y arquitectónicas, localizadas en un barrio obrero de Madrid, donde se trató de diseñar un nuevo hábitat que neutralizara los problemas que se percibían en el espacio público y se recluyera a la familia trabajadora en el ámbito de la ciudad: ruralización, prohibición de la interacción en las calles, vigilancia a través de la Iglesia, fueron los nuevos valores inscritos en los planos de arquitectos y planificadores. Finalmente, Luis Manuel Sanmartín Cava se atrevió a un ejercicio de audaz Historia del presente para indagar en los discursos en torno a la protesta contra los desahucios en el inmediato pasado. Aportando un marco conceptual nacido de la antropología, reflexionó sobre las tensiones generadas en la vivienda – tema de constante referencia movilizadora en la Historia Contemporánea desde comienzos de la industrialización- y la calificación en el discurso social de las nuevas formas de acción ciudadana como son los escarches. Los nueve trabajos presentados son no solo promesa de futuras investigaciones más amplias sino también propuestas maduradas de renovación en el campo de la historia urbana. Un ejercicio necesario aún en nuestro país, y en las que quizá tan solo se pueda achacar – no en particular a los autores, sino en general al grupo de investigadores que nos hemos dedicado al tema – la falta de una marco de referencia problemático común. Se echa de menos un ámbito de estudio colectivo, más espacios de reflexión conjunta en el que generar un debate que enriquezca los estudios particulares. Y quizá, para ser fieles a las propuestas de los teóricos de los estudios urbanos, se echa de menos que las investigaciones dejen de ser análisis de casos particulares, historias de ciudades, para evaluar los fenómenos en las tramas y redes urbanas, comparando casos de núcleos de población y no solo en el limitado espacio localista de un municipio. Pero estos problemas no parecen ser responsabilidad de quienes aún están empezando y se expresan en un encuentro de jóvenes investigadores proponiendo nuevas vías que rompen con la negligencia y abandono que la historia urbana ha sufrido en revistas consagradas, congresos nacionales y programas de estudios en los últimos tiempos.

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la presencia en los debates generales y en los programas académicos de la que goza en otras latitudes. Además, como balance general sirve para evaluar y entender los caminos que se abren en el futuro a quienes se lancen al estudio de la ciudad en la historia contemporánea o a quien, en un programa más maximalista que siga las propuestas de Louis Wirth o Henri Lefebvre, pretenda hacer de la “revolución urbana” o del “urbanismo como forma de vida cada vez más hegemónica” los procesos que convierten en inteligible la evolución social en la época contemporánea. En el horizonte marcado por estos polos, el estudio de la ciudad contemporánea y la historia urbana, se comprenden las nueve comunicaciones presentadas a la mesa que sobre el tema se celebró en el IV Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Contemporánea, en septiembre de 2013, bajo el título “Transformaciones sociales, políticas y culturales en el mundo urbano contemporáneo”. Entre las comunicaciones presentadas había propuestas que bebían claramente de la historia social de la ciudad y las técnicas importadas de la historia demográfica y económica, para estudiar procesos demográficos o análisis de la movilidad dentro del espacio urbano, pero con aires renovadores. Así, Santiago de Miguel Salanova se acercó al estudio de la movilidad residencial en Madrid, mostrando como las mudanzas y los trasiegos de los hogares de los vecinos de la capital ayudan a entender las dinámicas de cambio social, aplicando una técnica que ya había sido ensayada en otras capitales europeas. Un viejo tema de historia social, el ascenso y cambio de estatus, es abordado con nuevas técnicas y representado con la elocuencia que ofrecen los planos temáticos. Por su parte, Alejandro Martín Sanz, al acercarse al asociacionismo de los inmigrantes tiende puentes entre viejas formas de historiar (el estudio de los flujos de población, campo-ciudad como tema de la historia cuantitativa y serial) y los nuevos temas que se reclaman de una aproximación más simbólica y cultural, como son las identidades nacionales, regionales y locales. Con ello muestra la vigencia de una determinada tradición de historia social, que sigue creyendo que para entender plenamente comportamientos y representaciones en la sociedad se debe partir y hacer referencia a la base material, en este caso demográfica, sobre la que se construyen. Finalmente, en esta línea también se sitúa el trabajo de Roberto Gallardo sobre el desarrollo de Móstoles en la Transición democrática y que se reclama a la vez de la microhistoria y la historia social, tratando de aprovechar la pequeña escala como marco y estrategia metodológica para explicar los grandes procesos que alteran y modifican nuestra vida cotidiana. Estos tres trabajos nacen en parte de esas corrientes de investigación consolidadas en grupos dentro del panorama de la historia urbana española si bien se han desarrollado con el valor añadido de la innovación, de la superación de los modelos en cuya contemplación se han construido. Una segunda corriente de trabajos parecía replicar a los francotiradores que abren fuego sobre nuevos campos temáticos, cuyo abordaje puede renovar la comprensión de lo que supone la experiencia urbana. El ocio y consumo, como dos vectores de definición de la nueva sociedad alumbrada en la gran ciudad parecen presidir otras tres comunicaciones, aunque con metodologías e implicaciones teóricas relativamente diferentes. José Mª Rodríguez-Vigi, al retratar el desarrollo de los grandes almacenes en Oviedo no solo pulsaba un tema fundamental para caracterizar las ciudades modernas como es la modernización económica a través de la distribución comercial; el autor también retrataba las tensiones entre lo local y lo global, entre el comercio tradicional y las fuerzas del capitalismo de gran escala, cuyo rastro quedaba inscrito en las formas de comprar y vender en el siglo XX. Como muestra en su texto, una metodología híbrida, que beba tanto de la historia del arte como del análisis publicitario, de la prosopografía como de la historia económica, es la única capaz de aprehender una temática en la que se entremezclan diversos procesos de cambio social. En una problemática similar entre la reivindicación de la identidad local y la adopción de pautas estandarizadas de ocio y sociabilidad se sitúa el estudio de Lucía Montejo Arnaiz sobre el entretenimiento de las clases populares urbanas y el fútbol y en el que se rastrea la vida asociativa de los primeros clubes de

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[Inmaculada Adrián Gálvez, Ángeles Mera Costas, Guillermo J. Pérez Casanova, Ignacio Tébar RubioManzanares, Sara Hidalgo García, Vicent Bellver Loizaga, Isabel Ferrándiz Armero, Garikoitz Gómez Alfaro, Iratxe Hernández Simal, Bárbara Ortuño Martínez, Aurelio Velázquez Hernández, Marcela I. Lucci, Pablo Aguirre Herráinz, Lidia Bocanegra Barbecho, Élodie Das Neves, Jorge de Hoyos Puente, Aubin González, Christof Van Mol, Toni Morant i Ariño, Rubén Pallol Trigueros, Roberto Gallardo Pérez, Santiago de Miguel Salanova, Daniel Oviedo Silva, Alejandro Pérez-Olivares, Jose Mª RodríguezVigil Reguera, Luis Manuel Sanmartín Cava, Matthew Kerry, Gloria Román Ruiz, Julio Lisandro Cañón Voirin, Paula Escribano Castaño, Francesco D’Amaro, Rosy Rickett, Pablo Giori, Ignacio SuayMatallana, Mar Cuenca-Lorente, Juan Marcos Bonet Safont, Miquel Carandell Baruzzi, Elvira Fente, Fátima Ferni Álvarez, Clara Florensa, Carlos Fuertes Muñoz, Fernando García Naharro, Andrea Graus, Imanol Herreros Chandro, Rubén Mirón González, Òscar Montero Pich, María Rosa Muñoz Bell, Carles Sirera Miralles, Lorena B. Valderrama, María Valls, Natxo Escandell, Cristina Alquézar Villarroya, Sandra Blasco Lisa, Juan Carlos Colomer Rubio, Elena Díaz Silva, Cristian Ferrer González, Rosario Fombuena Borrás, Jon Martínez Larrea, Antonio Muñoz de Arenillas Valdés, Alfonso Natividad Hernandis, Joel Sans Molas]

2015

"OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS": LOS SUJETOS Y SU ENTORNO. NUEVAS PERSPECTIVAS DE LA HISTORIA SOCIOCULTURAL Vicent Bellver Loizaga, Francesco D’Amaro, Isabel Molina Puertos, Jorge Ramos Tolosa (coord.)

Asociación de Historia Contemporánea. Universitat de València

"Otras voces, otros ámbitos": los sujetos y su entorno. Nuevas perspectivas de la historia sociocultural” ISBN: 978-84-606-5875-7 Coordina: Vicent Bellver Loizaga, Francesco D’Amaro, Isabel Molina Puertos, Jorge Ramos Tolosa Edita: Universitat de València. Valencia, 2015 Asociación de Historia Contemporánea Diseño y maquetación: Carles Rodrigo Monzó (www.carlesrodrigo.es) Autores: Inmaculada Adrián Gálvez, Ángeles Mera Costas, Guillermo J. Pérez Casanova, Ignacio Tébar Rubio-Manzanares, Sara Hidalgo García, Vicent Bellver Loizaga, Isabel Ferrándiz Armero, Garikoitz Gómez Alfaro, Iratxe Hernández Simal, Bárbara Ortuño Martínez, Aurelio Velázquez Hernández, Marcela I. Lucci, Pablo Aguirre Herráinz, Lidia Bocanegra Barbecho, Élodie Das Neves, Jorge de Hoyos Puente, Aubin González, Christof Van Mol, Toni Morant i Ariño, Rubén Pallol Trigueros, Roberto Gallardo Pérez, Santiago de Miguel Salanova, Daniel Oviedo Silva, Alejandro Pérez-Olivares, Jose Mª Rodríguez-Vigil Reguera, Luis Manuel Sanmartín Cava, Matthew Kerry, Gloria Román Ruiz, Julio Lisandro Cañón Voirin, Paula Escribano Castaño, Francesco D’Amaro, Rosy Rickett, Pablo Giori, Ignacio Suay-Matallana, Mar Cuenca-Lorente, Juan Marcos Bonet Safont, Miquel Carandell Baruzzi, Elvira Fente, Fátima Ferni Álvarez, Clara Florensa, Carlos Fuertes Muñoz, Fernando García Naharro, Andrea Graus, Imanol Herreros Chandro, Rubén Mirón González, Òscar Montero Pich, María Rosa Muñoz Bell, Carles Sirera Miralles, Lorena B. Valderrama, María Valls, Natxo Escandell, Cristina Alquézar Villarroya, Sandra Blasco Lisa, Juan Carlos Colomer Rubio, Elena Díaz Silva, Cristian Ferrer González, Rosario Fombuena Borrás, Jon Martínez Larrea, Antonio Muñoz de Arenillas Valdés, Alfonso Natividad Hernandis, Joel Sans Molas.

ÍNDICE 1.Teoría e Historia del poder: el Estado y sus instituciones Inmaculada Adrián Gálvez – Las Procuradoras a Cortes. Una aproximación prosopográfica a las elites políticas femeninas del franquismo. 08 Ángeles Mera – De políticas y personas: la Ley 22/78, de 26 de mayo, sobre la despenalización del adulterio y el amancebamiento. 13 Guillermo Pérez Casanova – El europeísmo de entreguerras, ¿una alternativa al Estado?. 17 Ignacio Tébar Rubio-Manzanares – Gobierno e individuo. Algunas posibilidades teóricas del concepto de “Gubernamentalidad”. 21 2. Corporalidad, emoción y experiencia: la construcción de las subjetividades entre sujeto y colectividad Sara Hidalgo García – Corporalidad, emoción y experiencia: la construcción de las subjetividades entre sujeto y colectividad. 26 Vicent Bellver Loizaga – Escrito en el cuerpo: cuerpos “respetables” en la España decimonónica. Líneas para una posible renovación de la historia sociocultural del XIX español. 29 Isabel Ferrándiz Armero – De pelos, barrigas y otras disidencias corporales. Una breve aproximación a la corpografía ‘bear’. 33 Garikoitz Gómez Alfaro – Los fantasmas de Portbou. Regímenes de memoria y emoción. 37 Iratxe Hernández Simal – La extraña experiencia del espejo que no refleja. La obra de Juan Muñoz a escena. 43 3. Movimientos migratorios desde una perspectiva global y comparada Bárbara Ortuño Martínez, Aurelio Velázquez Hernández y Marcela I. Lucci – Movimientos migratorios desde una perspectiva global y comparada. 49 Pablo Aguirre – Colonias emigrantes y comunidades exiliadas en la Francia de las tres guerras (1914-1945). 55 Lidia Bocanegra Barbecho – La web 2.0 y el estudio del exilio republicano español: el análisis de la movilidad social y el retorno a través del proyecto e-xiliad@s. 59 Elodie Das Neves – La emigración económica española a Francia (1956-1975): políticas migratorias e inserción. 66 Jorge de Hoyos Puente – La cultura institucionista en el exilio republicano: continuidades y fracturas. 70 Aubin González – Del conformismo al distanciamiento: los grupos católicos españoles en Francia (1950-1975). 74 Toni Morant i Ariño y Christof Van Mol – La movilidad internacional de estudiantes en los siglos XX y XXI. 79 4. Transformaciones sociales, políticas y culturales en el mundo urbano contemporáneo Rubén Pallol Trigueros y Fernando Vicente Albarrán – Las transformaciones sociales, políticas y culturales en el mundo urbano contemporáneo. Notas sobre los nuevos caminos de la historia urbana en España. Roberto Gallardo Pérez – La historia de Móstoles (1975-2000): 25 años de transición y democracia.

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Santiago de Miguel Salanova – Movilidad residencial en el Madrid de principios del siglo XX. 95 Daniel Oviedo Silva – “La extinción de los focos irredimibles”: Política de reconstrucción y control en el extrarradio madrileño. El caso de la barriada del Tercio y el Terol. 101 Alejandro Pérez-Olivares – “¿Qué hizo usted al estallar el Glorioso Movimiento Nacional?” Sobre viejas identidades y nuevas lealtades en el Madrid de la posguerra. 107 José Mª Rodríguez-Vigil – Arquitectura, consumo y sociedad: Galerías Preciados y otros grandes almacenes en la ciudad de Oviedo. 113 Luis Manuel Sanmartín Cava – Enmarcando el Escrache: conflicto entre narrativas. 121 5. Construir comunidades Matthew D. Kerry – Construir comunidades. Gloria Román Ruiz – Pan blanco para los vencedores, pan negro para los vencidos. La exclusión de los pequeños estraperlistas granadinos del “Nuevo Estado” franquista. Julio Lisandro Cañón Voirin – El discurso cultural ideológico de orden. Argentina 1955-1983. Paula Escribano – Comunidades en el post-socialismo. El caso de una eco-aldea húngara. Francesco D’Amaro – Dos ejemplos de gestión comunitaria del agua (en España e Italia en siglo XX). Rosy Rickett – Una comunidad imaginada: correspondencia entre los exiliados españoles y los que se quedaron en España, 1952-1975. Pablo Giori – Pensar la nacionalización cultural, la comunidad y los grupos: estado actual, faltas y propuestas.

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6. Ciencia, medicina y sociedad: debates y perspectivas en historia de la ciencia Ignacio Suay Matallana y Mar Cuenca Lorente – Ciencia, medicina y sociedad: debates y perspectivas en historia de la ciencia. 161 Juan Marcos Bonet Safont – La historia de la ciencia según Paul K. Feyerabend (1924-1994): el caso de Carlos Castaneda. 166 Miquel Carandell Baruzzi – “Hemos venido, hemos visto y se nos ha conquistado”: Los congresos como instrumentos de validación en controversias. 170 Elvira Fente: Mujer y ciencia – de hombre defectuoso a ciborg. 175 Fátima Ferni Álvarez – Intereses y contradicciones en la introducción de la lactancia artificial en España. Alexandre Frias i Roig y la revista Puericultura (1921-1936). 179 Clara Florensa – Por una ciencia católica en España: la asociación Menéndez Pelayo, una red de contactos. 184 Carlos Fuertes Muñoz – Propuestas didácticas para una historia social de la odontología a través de las fuentes orales. 191 Fernando García Naharro – CSIC: el discurso institucional sobre la ciencia una aproximación al concepto de ciencia en la España franquista. 195

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