Las primeras ocupaciones humanas al sur del Duero: el Paleolítico inferior y medio en Segovia

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Descripción

LAS PRIMERAS OCUPACIONES HUMANAS AL SUR DEL DUERO: EL PALEOLÍTICO INFERIOR Y MEDIO EN SEGOVIA FIRST HUMAN SETTLEMENTS IN SOUTHERN DUERO BASIN: LOWER AND MIDDLE PALEOLITHIC IN SEGOVIA

David Álvarez Alonso. Departamento de Prehistoria y Arqueología. UNED. [email protected] María de Andrés Herrero. Institute of Prehistoric Archaeology. University of Cologne. [email protected]

Resumen: En este trabajo se realiza un repaso a las investigaciones cuyo objeto ha sido el Paleolítico inferior y medio segoviano. Asímismo, se presentan los yacimientos conocidos y los principales conjuntos líticos y hallazgos documentados hasta la fecha, pertenecientes a estas cronologías. Así, este trabajo constituye una primera síntesis y estado de la cuestión sobre las primeras ocupaciones humanas en Segovia. Palabras clave: Achelense, Bifaz, Hendedor, Musteriense, Paleolítico antiguo, Paleolítico inferior, Paleolítico medio, cuenca del Duero. Abstract: In this paper we review the research about Lower and Middle Palaeolithic in Segovia. Furthermore, we show the archaeological sites and main lithic assemblages as well as findings documented until the present day. Thereby, this study constitutes the first synthesis and state of the arts about first human occupations in Segovia. Keywords: Acheulean, Handaxe, Cleaver, Mousterian, Early Palaeolithic, Lower Palaeolithic, Middle Palaeolithic, Duero basin.

1. INTRODUCCIÓN El Paleolítico ha sido una de las etapas prehistóricas tradicionalmente más desatendidas por la investigación en el sur del Duero, tanto en la provincia de Segovia como en la de Ávila. En Segovia casi toda la información existente proviene de conjuntos líticos recuperados al aire libre, descontextualizados, y que hasta fechas muy recientes no han comenzado a ser estudiados y sistematizados1. Sin embargo existen dos excepciones, dos yacimientos paleolíticos en sendos abrigos rocosos: la Peña de Estebanvela y el Abrigo del Molino. Sin lugar a dudas, la Peña de Estebanvela en Ayllón2, es el yacimiento más emblemático y que mayor volumen de información ha aportado para el estudio del Paleolítico en Segovia, aunque se trata de niveles correspondientes a las últimas etapas del Paleolítico superior. Es por lo tanto un contexto muy distante del que centra el objeto de este trabajo, focalizado en el análisis de las evidencias arqueológicas del Pleistoceno medio y la primera mitad del 1

. Álvarez y Andrés 2011a y 2011b. . Cacho et alii 2007; Cacho 2013.

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SgH 1, 2014: 9-24.

ISSN: 2341-1341

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Pleistoceno superior. En este marco, el Abrigo del Molino recientemente descubierto, sí es un buen ejemplo para contextualizar las ocupaciones neandertales durante el Pleistoceno superior. Para analizar el poblamiento humano en Segovia durante el Paleolítico inferior y medio, no nos basamos en una división administrativa, que sería ficticia e inútil para encuadrar ocupaciones humanas prehistóricas, sino que partimos de una estructura del espacio resultante de la individualización de los elementos fisiográficos y geomorfológicos más significativos del terreno. El resultado de estos factores de raíz geológica es un modelado característico del paisaje, que ha sido determinante para condicionar el hábitat humano durante el Paleolítico. Se trata esencialmente de los valles fluviales, que en Segovia estructuramos en los cinco principales afluentes del Duero que vertebran su territorio: Eresma, Pirón, Cega, Duratón y Riaza, así como sus respectivos espacios interfluviales. Igualmente, las distintas estructuras kársticas y otras unidades del relieve afectadas o causadas por el proceso de incisión de la red fluvial durante el Cuaternario, son los elementos fundamentales que han condicionado el hábitat y la movilidad de los grupos humanos paleolíticos cuya subsistencia se basa en la caza y la recolección; lo que hace que exista una relación muy directa entre sus modos de vida, las distintas unidades del paisaje y los biotopos resultantes. A lo largo de las líneas que siguen a esta introducción, se expone un estado actual de la investigación sobre estos primeros periodos de actividad humana en Segovia, caracterizando y analizando de manera preliminar los principales yacimientos y conjuntos industriales que se localizan entre las cuencas del Eresma y del Riaza.

2. HISTORIA DE LAS INVESTIGACIONES Se considera que los orígenes de la ciencia prehistórica en España se remontan a 1862, aunque hubo descubrimientos arqueológicos e investigaciones anteriores. En esta fecha, los paleontólogos L. Lartet y E. Verneuil, junto con el ingeniero de minas-geólogo Casiano de Prado, recogieron una pieza de industria lítica del yacimiento paleolítico de San Isidro (Madrid), descubrimiento que tuvo una amplia difusión internacional, suscitando el interés científico por una aún incipiente ciencia prehistórica en España3. Precisamente por aquellas fechas, Casiano de Prado, con motivo de la realización del Mapa geológico en bosquejo de la provincia de Segovia, fue el primer investigador que llevó a cabo prospecciones en la provincia, en cuevas próximas a Riaza, donde constató asociaciones entre industrias líticas y faunas ya extinguidas4, realizando posiblemente los primeros descubrimientos del Paleolítico segoviano. Desde aquella primera aproximación, hasta la publicación de nuevos datos sobre las primeras ocupaciones humanas de Segovia, pasó casi un siglo, hasta llegar a la postguerra española, cuando J. Juberías y A. Molinero publicaron la existencia de posibles artefactos paleolíticos entre Sepúlveda y Villaseca5, en el entorno de la ermita de San Julián, correspondientes a trabajos realizados durante los años 40. Este yacimiento ya se conocía anteriormente, pero J. Cabré6, tras comparar los materiales que en él aparecían con otros de un yacimiento “argárico” abulense, atribuyó las ocupaciones humanas en este entorno a la Edad del Bronce. Después de su estudio, Cabré volvió a la ermita de San Julián en 1943, donde recogió más de un centenar de piezas con Cándido Cano, párroco de Villaseca, y J. Juberías. Éste último parecía tener bastante clara la adscripción paleolítica del lugar, al igual que también lo plantearon otros investigadores de ese período, como el Marqués de Cerralbo7. J. Juberías y A. Molinero también dieron parte de la existencia de un abrigo en Moral de Hornuez en el que mencionan la existencia de restos paleolíticos y neolíticos8. 3

. Ayarzagüena 2002. . Prado 1855. 5 . Juberías y Molinero 1952. 6 . Cabré 1931. 7 . Conte y Fernández 1993. 8 . Juberías y Molinero 1952. 4

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Todas estas noticias sobre la existencia de Paleolítico en Segovia, no dejan de ser aisladas y un tanto imprecisas, y no será hasta mediados del siglo XX cuando se da la primera referencia clara sobre industrias del Paleolítico inferior. Es en 1957, cuando A. C. Blanc presentó en el Congreso de la INQUA el descubrimiento del yacimiento de Las Cuestas, en Fresno de la Fuente, donde señala la existencia de restos achelenses vinculados a la terraza +20 m del arroyo de la Rotura. Tras este inicio “oficial” de la investigación del Paleolítico inferior segoviano durante la década de los 50 del siglo XX, hay un gran paréntesis en el conocimiento de estas primeras ocupaciones humanas en la provincia que dura hasta la década de los 60, cuando se reactiva la investigación en la zona, cobrando un gran impulso a partir de los años 70. Es en estas últimas fechas cuando se retoman con energía las investigaciones del Paleolítico inferior en la Meseta, con las excavaciones de Torralba9 o los trabajos de M. A. Querol y M. Santonja. En este momento se publicó el descubrimiento de un bifaz en la localidad de Roda de Eresma10 e investigadores como M. Santonja y M. A. Querol también mostraron su interés por el territorio segoviano11, describiendo una serie de yacimientos en el entorno de Ayllón que podrían adscribirse al Paleolítico inferior y medio. Igualmente, volvieron a prospectar en 1974 el yacimiento de Las Cuestas, que consideraron achelense o premusteriense12. Pero sin duda, la actuación arqueológica más relevante en estos años la realizó V. Ruiz Argilés en la cueva de los Enebralejos, que aunque se centró en el estudio del hábitat calcolítico, descubrió una brecha de edad pleistocena con restos de vertebrados e industria lítica. Pocos son los datos que tenemos acerca de este hallazgo, ya que V. Ruiz Argilés no lo menciona en sus publicaciones sobre Los Enebralejos, si bien sabemos que atribuyó los restos anteriormente mencionados al Pleistoceno inferior y medio. Recientemente, A. Sánchez Marco y J. Jiménez, tras estudiar los restos de avifauna procedentes de esta “brecha”, han propuesto su pertenencia al Pleistoceno superior13. Durante la década de los 80 no se constata prácticamente ningún tipo de actividad investigadora en este periodo, salvo algunos trabajos de M. Santonja y A. Pérez, que publican el descubrimiento de un yacimiento, de difícil adscripción, en la terraza +6/8 m del río Riaza14. No será hasta llegada la década de los 90 cuando de verdad se inician investigaciones cuyo objetivo es el conocimiento y estudio del poblamiento del Paleolítico inferior y medio en Segovia. Por un lado, la realización de la Carta Arqueológica de la provincia supuso la confirmación de la existencia de numerosos restos de industrias líticas paleolíticas al aire libre. Por otro lado, con los 90 llegaron los primeros trabajos sistemáticos de investigación, que fueron realizados por F. Román y E. Bueso entre 1992 y 1995, llevando a cabo prospecciones en los términos municipales de Moral de Hornuez15, Campo de San Pedro, Cedillo de la Torre, Boceguillas, Grajera y Bercimuel16, donde descubrieron varios yacimientos del Paleolítico inferior. Entre los yacimientos más destacados que fueron descubiertos por este equipo merece la pena mencionar el núcleo de Cedillo de la Torre. A finales de los 90, realizaron prospecciones F. Díez Martín y J. Rodríguez de Tembleque con motivo de la realización de sus tesis doctorales17, que han ayudado a ampliar el conocimiento sobre las etapas inferopaleolíticas de este sector de la cuenca del Duero. La labor del primero en los páramos calizos del Duero y la del segundo en algunos depósitos fluviales del Eresma (yacimiento de Armuña) y en el entorno del río Riaza, han ayudado a rellenar algunos huecos en el mapa del paleolítico segoviano. F. Díez Martín realizó una serie de prospecciones arqueológicas en los páramos de Montemayor-Corcos que se adentraron de manera tangencial al norte de la provincia de Segovia. Por su parte, y en el marco del proyecto de investigación de Ambrona, J. Rodríguez de Tembleque 9

. Howell et alii 1962. . Molinero 1971. 11 . Santonja y Querol 1974. 12 . Santonja y Pérez 1984: 90. 13 . Sánchez y Jiménez 2005. 14 . Santonja y Pérez 1984; Santonja 1991-1992. 15 . Román 1992. 16 . Román et alii 1995. 17 . Díez 2000 y 2003; Rodríguez de Tembleque 2005 y 2008; Rodríguez de Tembleque et alii 1998. 10

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describió varios yacimientos paleolíticos en Segovia, probablemente adscritos al Pleistoceno medio. Asimismo, documentó la existencia de nuevos conjuntos del Paleolítico inferior y medio en Aldehorno, Ayllón, Saldaña de Ayllón y Cedillo de la Torre, volviendo además a estudiar el yacimiento de Las Cuestas18. El final del siglo XX se cierra, en lo que respecta a la arqueología del Paleolítico inferior y medio, con la primera excavación de un yacimiento asociado al Musteriense en Segovia: se trata de La Estación, situado en las proximidades de Maderuelo19. Por último, en 2008 nosotros comenzamos un nuevo proyecto de investigación cuyo objetivo era la comprobación y estudio de los yacimientos del Paleolítico inferior y medio, situados entre el río Eresma y el Riaza, con una primera fase que se centró en el reconocimiento de todas las evidencias localizadas en el interfluvio Riaza-Duratón20. Los trabajos de campo han permitido realizar un análisis geoarqueológico de los yacimientos paleolíticos segovianos, al tiempo que se ha efectuado un primer análisis crono-cultural de los conjuntos líticos al aire libre21. Finalmente, el último hito en estas investigaciones ha sido el descubrimiento, en el año 2012, del yacimiento musteriense del Abrigo del Molino, Segovia22.

3. GEOLOGÍA, MEDIOS DE OCUPACIÓN Y ASENTAMIENTO La provincia de Segovia sólo está bien delimitada físicamente por distintas unidades del relieve en su sector meridional. Así, las sierras de Guadarrama, Somosierra y Ayllón sirven de límite sur y sureste a un territorio que se extiende hasta los páramos del sur del Duero. Igualmente, las cuencas hidrográficas de los ríos Eresma y Riaza delimitan, grosso modo, este espacio por sus extremos occidental y oriental. Desde un punto de vista geomorfológico, el territorio estudiado se asienta sobre dos grandes regiones naturales, la sierra integrada por las montañas y piedemontes del Sistema Central, y las llanuras, formadas por los macizos, planicies y serrezuelas de la Depresión del Duero, lo que también se denomina Submeseta Norte. De este modo, el territorio se vertebra de Sur a Norte, siguiendo el progresivo desnivel que favorece que los principales cursos fluviales tributarios del río Duero recorran toda la provincia siguiendo ese mismo eje. Los principales ríos son, de Este a Oeste, el Riaza, Duratón, Cega, Pirón y Eresma, los cuales discurren entre las serrezuelas y parameras, y en ocasiones circulan también encajados formando “hoces” o “cañones”, como son los casos del Duratón o el Riaza, favorecidos principalmente por el sustrato calcáreo (calizas, dolomías, areniscas y margas), que en la provincia de Segovia se sitúan orlando el piedemonte en la zona meridional y en amplios macizos en la zona nororiental23. Estas características geológicas y geomorfológicas generan una estructuración del espacio que condiciona, junto con la vegetación y los usos, distintos tipos de paisajes, como la Tierra de Pinares, pinares resineros sobre llanuras arenosas; las campiñas, vaguadas desarrolladas sobre rocas sedimentarias detríticas (arenas y arcillas), y las lastras, pastizales sobre plataformas y cuestas calcáreas, donde las huellas de ocupación paleolítica se localizan de forma desigual en función de los recursos disponibles (bióticos y abióticos), de la posibilidad de establecer estrategias de subsistencia efectivas y viables, y en definitiva de las condiciones de habitabilidad en términos generales. El hombre paleolítico se asentó en el territorio de lo que hoy es la provincia de Segovia, adaptándose a las distintas condiciones geomorfológicas y paleoecológicas, encontrando medios y espacios adecuados para desarrollar su modo de vida cazador-recolector. El resultado es la imagen de un espacio intensamente frecuentado, debido al elevado número de restos de que disponemos, tanto en los depósitos asociados a los medios fluviales, como en las parameras o plataformas precuaternarias, o en el pie de monte. 18

. Rodríguez de Tembleque et alii 1998; Rodríguez de Tembleque 2005; Santonja y Pérez 2000-2001. . Álvarez y Andrés 2011b. 20 . Álvarez y Andrés 2011a y 2011b. 21 . Álvarez y Andrés 2011b; Álvarez et alii 2013b. 22 . Álvarez et alii 2013a. 23 . Díez y Martín 2005. 19

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4. EL CONTEXTO PALEOAMBIENTAL: CUEVAS Y ABRIGOS CON FAUNA PLEISTOCENA Aunque la presencia de fauna pleistocena en numerosas cavidades de la provincia es conocida desde hace más de un siglo, hasta hace relativamente poco tiempo carecíamos de datos paleoclimáticos y geocronológicos que nos permitieran correlacionar estos registros paleontológicos con los yacimientos paleolíticos al aire libre. Sin embargo, este vacío ha podido irse solventando gracias a la realización de nuevos trabajos de investigación a finales del siglo XX como los de A. Arribas en las cuevas del Pinarillo y Villacastín, los del equipo de G. Molero en la cueva del Búho, o ya en el siglo XXI los trabajos del equipo de N. Sala en la contigua cueva de la Zarzamora. También se han realizado revisiones de materiales procedentes de brechas pleistocenas, como el estudio de la avifauna localizada en una brecha de la cueva de Los Enebralejos. Al igual que las primeras evidencias de industrias líticas paleolíticas en la provincia, las primeras noticias de yacimientos paleontológicos comparten un mismo protagonista: Casiano de Prado. Este ingeniero y naturalista realizó el primer descubrimiento de una brecha con restos pleistocenos a mediados del siglo XIX, tras reconocer huesos “diluvianos”, entre los que se encontraba una mandíbula de hiena, en la Cueva de la Cárcel o de la Puerta de la Villa, en Pedraza24; siendo además esta cavidad la primera en ser explorada científicamente en la provincia de Segovia gracias al interés del P. José Torrubia en 175425. Estos materiales fueron estudiados por T. Torres, quien identificó la presencia de restos dentarios de Crocuta crocuta intermedia en este yacimiento26. Pero no sólo la Cueva de la Puerta de la Villa despertó el interés de estudiosos y curiosos, ya que de la evidencia de restos pleistocenos en el entorno de Pedraza ya dan cuenta Alfonso de Areitio y Larrinaga, y Francisco Quiroga y Rodríguez en 1874, quienes, en su afán de recoger muestras de rocas para la colección del Museo de Ciencias Naturales, documentaron una “caverna huesosa” correspondiente a una de las dos cavidades de La Griega, de la que extrajeron numerosos restos óseos. Posteriormente, Tomás Llorente localizó en una de las cuevas que hay al pie del castillo de Pedraza, una “brecha huesosa” de la que envió muestras al Museo de Antropología en 188027. El estudio paleontológico más completo realizado en el entorno de Pedraza corresponde a la cueva de Antonio López, en la que fueron identificados restos de hienas (Crocuta crocuta intermedia) y grandes herbívoros, cuya colada ha sido datada por Th/U, ofreciendo una cronología de 300.000 BP. Y también, en Pedraza, se han identificado numerosos restos de microvertebrados en la denominada Cueva Nueva, procedentes de coprolitos de carnívoros de pequeño tamaño. Aunque no existen dataciones absolutas de los depósitos cuaternarios de esta cavidad, se ha propuesto una cronología del Pleistoceno superior basada en la presencia de Rattus -rata28. Ya en el valle del río Pirón, encontramos el yacimiento paleontológico del Pleistoceno medio denominado Murcielaguinos, que también fue estudiado por A. Arribas29. Por otro lado, en las proximidades de Villacastín, en los abrigos del valle del río Chico, este mismo investigador excavó e identificó más de un millar de restos fósiles, pertenecientes a 35 taxones diferentes. Entre los macromíferos diferenciados destaca la presencia de hienas, oso pardo, lince de las cavernas, jabalí, caballo germánico, gamo, ciervo o zorro, entre otros30. Este yacimiento ha sido datado en el Pleistoceno medio, más concretamente en la transición entre el segundo y tercer interestadial, hace aproximadamente unos 135.000 años – MIS 6. Los datos paleoambientales obtenidos de su secuencia permiten afirmar que las condiciones climáticas de aquel periodo se caracterizaban por un clima templado húmedo, de influencia mediterránea, y que el entorno de esta cavidad estaba dominado tanto por el bosque caducifolio como por un medio de tipo estepario31. 24

. Prado 1855. . Marcelo et alii 1997. 26 . Barea et alii 2002. 27 . Marcelo et alii 1997. 28 . Barea et alii 2002. 29 . Arribas 1995. 30 . Arribas 1994b. 31 . Arribas 1994a y 1995. 25

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En las proximidades del entorno urbano de Segovia, en el valle de Tejadilla se han excavado dos interesantes cavidades que han aportado numerosos restos de vertebrados del Pleistoceno superior. Se trata de la Cueva del Búho, cuyo estudio se desarrolló a finales de los 80 y principios de los 90 del siglo pasado32; y la contigua Cueva de la Zarzamora33. También son interesantes los trabajos de Arribas en las cavidades del Pleistoceno superior denominadas Pinarillo I y II34. En cuanto al registro recuperado en el valle de Tejadilla merece la pena destacar que los animales más representados son los caballos, las hienas y los bóvidos, si bien llama la atención la presencia del rinoceronte de estepa. El análisis polínico de los coprolitos de hiena procedentes de este yacimiento, ha permitido constatar la presencia de un paisaje abierto con estepas y prados, así como pequeños bosques con robles y encinas. Por otra parte, la datación por radiocarbono de un hueso del nivel 1-2 de la estratigrafía del interior de la cueva de la Zarzamora es de 32.510±240 BP, mientras que la del nivel II de la cata exterior, también realizada por radiocarbono, ha ofrecido una cronología mínima de 44.000 años, dotando de una cronología numérica a estos restos. Los últimos trabajos realizados en el valle de Tejadilla apuntan a la existencia de un clima templado y al funcionamiento de estas cavidades como cubiles de hienas durante el periodo analizado35.

5. EL PALEOLÍTICO INFERIOR Y MEDIO EN SEGOVIA Los yacimientos y conjuntos de este periodo, fundamentalmente son estaciones al aire libre asociadas a depósitos de origen fluvial, y que en su mayoría están formados por pequeños conjuntos líticos diseminados en superficie, frecuentemente descontextualizados. Para poder analizar estas ocupaciones, únicamente contamos con las industrias líticas que, mayoritariamente, están realizadas sobre cantos rodados de cuarcita. Por esta razón, el análisis tecnotipológico es una de las pocas herramientas con las que contamos para efectuar una clasificación cronocultural preliminar. Recientemente hemos comenzado a trabajar en un intento de ensayo cronoestratigráfico a partir del estudio comparado entre los conjuntos líticos y los depósitos fluviales, destacando en este primer avance una gran complejidad en la génesis y en la correlación de estos depósitos, consecuencia de la gran actividad fluvio-aluvial desde el comienzo del Cuaternario entre las sierras de Guadarrama-Somosierra y el Duero36. Desde un punto de vista tecnotipológico, la mayoría de estas industrias halladas en superficie se corresponden con el Achelense, y en menor medida se hallan una serie de conjuntos que podrían remontarse a un momento más reciente dentro del Pleistoceno medio, lo que se viene denominando Paleolítico medio antiguo. En último lugar están los yacimientos plenamente musterienses, ya dentro del Pleistoceno superior. En cualquier caso, la mayoría de conjuntos líticos que se documentan a lo largo de la provincia no presentan caracteres tipológicos o tecnológicos específicos que puedan aventurar una clasificación cronocultural determinada. A esto se unen ciertas deficiencias en algunas prospecciones realizadas en las últimas décadas, donde se ha asignado una edad paleolítica a materiales líticos que en realidad se corresponden con épocas prehistóricas recientes -como sucede con algunas asociaciones en las cercanías de contextos del Calcolítico/Bronce-; incluso se han llegado a confundir actividades de talla lítica histórica, como la fabricación de piedras de trillo, con materiales del Paleolítico inferior37. En definitiva, las primeras ocupaciones humanas en Segovia se registran en yacimientos al aire libre, que podemos dividir en tres grupos o fases sucesivas y relacionadas entre sí: Achelense o Paleolítico inferior clásico, Paleolítico medio antiguo y Paleolítico medio clásico o Musteriense. 32

. Molero et alii 1989; Iñigo et alii 1998. . Sala et alii 2011. 34 . Arribas 1995. 35 . Sala et alii 2010. 36 . Álvarez et alii 2013b. 33

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5.1. El Paleolítico inferior y medio antiguo Este periodo se correspondería grosso modo con el Pleistoceno medio, tomando como inicio para estas primeras industrias, la fecha de comienzo del Achelense en Europa occidental, que se estima en torno a 600-500 ka. Por el momento, en Segovia no existen evidencias de yacimientos más antiguos. El Achelense se caracteriza por una industria lítica donde domina el macroutillaje (bifaces, hendedores, triedros, útiles masivos bifaciales, etc.) sobre el resto del útiles (raederas, denticulados, escotaduras o lascas retocadas). Durante este periodo están generalizados los métodos de talla de tipo bifacial -sobre todo los discoides- aunque también contamos con notables ejemplos de métodos de talla ortogonales o multipolares, así como núcleos sobre lascas corticales, dejando patente el condicionamiento de la materia prima predominante, la cuarcita en formato ‘canto rodado’. Se combinan, por tanto, la obtención de lascas de pequeño tamaño con la obtención de grandes lascas, en definitiva grandes soportes para fabricar el macroutillaje. Los grupos humanos artífices de estas industrias líticas pertenecen a la especie Homo heidelbergensis, presente en la Sima de los Huesos de Atapuerca. A partir de hace unos 400 ka, en Europa occidental estos heidelbergensis fueron evolucionando lentamente hasta mostrar los primeros caracteres morfológicos que, con el paso del tiempo, harán que les comencemos a llamar neandertales38. Es decir, los neandertales comienzan a distinguirse morfológicamente de sus antepasados, ya de forma clara, desde hace unos 300 ka, aunque sobre este extremo recientemente se han planteado distintos panoramas alternativos39. Coincide este momento con un cambio en las industrias líticas achelenses, que empiezan a mostrar rasgos tecnológicos más evolucionados -rarificándose cada vez más la presencia de macroutillaje y cediendo protagonismo al utillaje retocado sobre lasca-. Igualmente, en este momento también se documentan por vez primera industrias de tipo levallois, aumentando así la variedad de esquemas operativos con respecto a etapas anteriores y asistiendo, en ocasiones, a una mayor estandarización en la producción lítica. En resumen, a medida que evolucionaban los grupos humanos, también evolucionó su tecnología, y esto hace que sea muy difícil establecer un punto de inflexión en todo este largo proceso, que se muestra como continuo y sin rupturas, más si cabe cuando el registro es limitado. Por esta razón es complejo determinar dónde termina el Achelense y dónde empieza el Paleolítico medio (que en su primera fase denominamos medio antiguo). En Segovia esta circunstancia es muy evidente, al tratarse mayoritariamente de pequeños conjuntos líticos descontextualizados estratigráficamente, que no sobrepasan el centenar o incluso el medio centenar de piezas, y donde es imposible, o muy complejo, determinar su origen y contexto cronocultural de manera precisa. Así que únicamente podemos determinar la cronología relativa de unos pocos yacimientos, siempre a partir del análisis de las industrias líticas y su identificación dentro de alguno de los dos grupos genéricos que hemos identificado. 5.1.1. Cuenca del Eresma En esta cuenca destacan dos hallazgos por encima del resto, el bifaz de Roda de Eresma40, por ser una de las primeras noticias en Segovia de este tipo de industrias; y el yacimiento de Los Molinillos, descubierto en 1995 en Armuña, en la T+26 del Eresma41, uno de los más numerosos conjuntos líticos que se hallan en la provincia y que posee una cronología achelense. Al igual que sucede en el resto de zonas, tanto en la Carta Arqueológica como en la bibliografía42, figuran algunas referencias erróneas, no contrastadas o simplemente insuficientes para ser atribuidas al Paleolítico inferior y medio. 37

. Álvarez y Andrés 2011c. . Rosas 2013. 39 . Meyer et alii 2013. 40 . Molinero 1971. 41 . Estremera et alii 2000; Rodríguez de Tembleque 2005 y 2008; Rodríguez de Tembleque et alii 1998. 38

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5.1.2. Cuencas del Pirón - Cega En esta cuenca fluvial prácticamente no se conocen hallazgos de estas cronologías, al margen de algunos conjuntos aislados en Escobar de Polendos y Pelayos del Arroyo, que se han atribuido al Paleolítico antiguo, en el entorno del Pirón; así como alguna pieza aislada en Pedraza que podría encajar en este contexto del Paleolítico inferior. En cualquier caso, estos hallazgos son conjuntos con poco material y muy disperso, en donde no se puede obtener una clara atribución cronocultural. Así es que, sin lugar a dudas, el yacimiento más significativo de este espacio, es el de Chañe, que se localiza en el espacio interfluvial entre ambas cuencas, y que junto con el de Armuña (cuenca del Eresma), serían los dos más claros ejemplos de Achelense en esta parte de la provincia. 5.1.3. El interfluvio Riaza-Duratón En la zona de la provincia delimitada al norte por Fig. 1. Bifaces de Armuña. Museo de Segovia. la sierra de Pradales, y al este y oeste por los ríos Riaza y Duratón, se localiza la mayor concentración de yacimientos del Paleolítico antiguo conocidos en esta parte del sur del Duero. En esta circunstancia juegan un papel básico tres factores muy importantes: es en esta zona donde más trabajos de investigación y prospecciones se han realizado, con lo cual el número de hallazgos está condicionado por una mayor actividad arqueológica; en segundo lugar este interfluvio se contrapone con la gran extensión de territorio que ocupa la “Tierra de Pinares” entre los ríos Eresma y Duratón, que con sus mantos arenosos oculta cualquier evidencia cuaternaria, además de haber constituido una gran región árida y seguramente más inhóspita -salvo los entornos inmediatamente fluviales- a lo largo de todo el Pleistoceno; en tercer y último lugar, la región natural que delimitan los ríos Riaza y Duratón se conforma como un corredor natural en sentido norte sur, con una notable variedad paisajística condicionada por el entorno de la Serrezuela o Sierra de Pradales y las laderas de Somosierra. Esta última circunstancia, sin duda, debió favorecer el hábitat humano a lo largo del Paleolítico. En lo que a la cuenca del Riaza se refiere, destaca sobre todo el yacimiento de Santa María de Riaza, en la T +6-8 m del Riaza, donde se recuperó un pequeño conjunto lítico con material poco diagnóstico para precisar una clasificación dentro del Achelense o del Paleolítico medio antiguo43. También se señala la existencia de un yacimiento posiblemente achelense en la T +20-25 m del río Riaza, en Saldaña de Ayllón, así como algunos hallazgos más en el entorno de Ayllón44. En segundo lugar hacemos mención genérica al espacio delimitado por ambos ríos, ya que es dónde más riqueza y abundancia de yacimientos encontramos. En 2009 comenzamos un proyecto de investigación y prospección en este sector, con el fin de estudiar los distintos conjuntos líticos y yacimientos que se localizaban a lo largo del mismo45. Tras varias campañas de trabajo, no siempre de manera continuada, hemos podido observar una gran variedad de morfologías de origen fluvial (aluviales en llanura, glacis, glacis-terraza, terrazas, rañizos y rañas) vinculados con la formación de las cuencas fluviales del Duratón y del Riaza a lo largo del Cuaternario, en los que se han localizado numerosos yacimientos pertenecientes a distintas etapas del Paleolítico inferior y medio antiguo46. Esta zona es en la que hemos 42

. Blanco 2005. . Santonja y Pérez 1984: 90. 44 . Rodríguez de Tembleque 2005. 45 . Álvarez y Andrés 2011a y 2011b. 46 . Álvarez et alii 2013b. 43

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trabajado más intensamente, y por lo tanto es la mejor conocida hasta la fecha, de toda la provincia, a continuación presentamos algunos de los yacimientos más significativos. a) Las Cuestas Situado en Fresno de la Fuente, se trata de un yacimiento ya estudiado en diversas ocasiones, con una cronología que lo sitúa en el Achelense47, seguramente en un momento final o avanzado de este periodo. Está asociado a un depósito de glacis-terraza a +25-30 m, relacionado con el arroyo de la Rotura48. b) Prado Laguna Este yacimiento se sitúa a las Fig. 2. Industria lítica de Prado Laguna (Pradales). Bifaz afueras de Ciruelos de Pradales, en una terraza +8-10 m en la margen derecha (1), hendedores (2 y 4) y protobifaz (3). Museo de Segovia. del arroyo de Los Linares, el cual discurre hacia el sur, siendo tributario del río Duratón. En la terraza existe una gran concentración de industria lítica, habiéndose recogido un total de 49 piezas, de las cuales 47 están realizadas en cuarcita y dos en sílex (una lasca y un resto de talla). En este yacimiento encontramos varios bifaces y hendedores, así como también se recogieron varias lascas y núcleos, siendo la mayoría de ellos de tipo discoide. Los materiales de este yacimiento presentan un grado de rodamiento muy bajo. c) Las Nazas Este yacimiento, descubierto en 2009, se sitúa al NE de Pradales, en una terraza de +8-10 m del arroyo de la Fuente del Risco, el cual, con un recorrido sur-norte, desemboca al cabo de pocos kilómetros en el río Riaza. Dicho arroyo, que discurre encajado la mayor parte de su recorrido, ha generado varios niveles de aterrazamiento en el entorno de Pradales (en el extremo occidental de la Sierra de Pradales). Se han recogido un pequeño conjunto 20 piezas de industria lítica, todas ellas realizadas en cuarcita y entre las que destacan 7 bifaces, 2 raederas, 7 núcleos (entre los cuales hay 3 discoides y uno levallois) así como varias lascas. Estos 47 48

. Blanc 1957; Querol y Santonja 1974. . Álvarez et alii 2013b.

Fig. 3. Industria lítica de Las Nazas (Pradales). Bifaces (1-3) y núcleos discoides (4 y 5). Museo de Segovia.

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materiales no poseen apenas rodamiento ni alteraciones, y se encuadran sin dificultad en el Achelense, existiendo un gran paralelismo con el conjunto de Prado Laguna49. El hecho de que toda la industria lítica esté realizada en cuarcita no es de extrañar, ante la elevada presencia de este material en el entorno50. d) Cedillo de la Torre Agrupa los conjuntos de Los Medianos, Los Arijares, Alto de la Vega y Cerro de San Juan descubiertos entre 1992 y 1995 por el equipo de F. Román51, que a pesar de que han sido identificados como conjuntos separados, por su cercanía y características conforman un mismo yacimiento, desde un punto de vista geomorfológico y también Fig. 4. Industria lítica de Las Suertes (Campo de San Pedro). tecnotipológico52. Estos yacimienProtobifaz y núcleo levallois. tos se sitúan en la terraza +15-20 m del arroyo de la Dehesa de la Vega, donde se han localizado varios centenares de piezas, que se pueden encuadrar de manera clara en el Achelense53. Por último, en el entorno del arroyo de la Dehesa de la Vega también se han localizado varios conjuntos líticos del Paleolítico inferior y medio antiguo, asociados a una compleja morfología de depósitos de glacis y terrazas, asentados sobre antiguos depósitos de rañizos pliocenos. De este modo, tenemos en Campo de San Pedro los yacimientos de Las Suertes en la T+40-45 m, el Coto en la T+20-25 m y La Praderona en la T+10 m54, que no se corresponden con una secuencia escalonada, sino más bien con depósitos de génesis diferente, donde lo situado en una posición más elevada no es necesariamente el conjunto más antiguo. 5.2. El Musteriense Dentro del Paleolítico medio distinguimos dos fases, una primera de la que ya hemos hablado y que denominamos Paleolítico medio antiguo; y una segunda fase, ya en la primera mitad del Pleistoceno superior, y en unas condiciones de glaciación general, que denominamos Paleolítico medio clásico o Musteriense. Grosso modo, este periodo abarca desde hace unos 110 ka hasta hace 30 ka, cuando se extinguen los últimos neandertales de la Península Ibérica. Hasta la fecha, en Segovia solo se han identificado dos yacimientos pertenecientes a este periodo, La Estación y el Abrigo del Molino, al margen de unos pocos conjuntos líticos descontextualizados, hallados en superficie por toda la provincia, que representan indicios de la presencia de neandertales en este territorio durante ese largo periodo de tiempo. 49

. Álvarez et alii 2013b. . Álvarez y Andrés 2011a y 2011b. 51 . Román et alii 1995. 52 . Álvarez y Andrés 2011b. 53 . Álvarez et alii 2013b. 54 . Álvarez et alii 2013b. 50

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5.2.1. La Estación Este yacimiento se sitúa en la margen izquierda del río Riaza, junto al embalse de Linares, en Maderuelo. Fue descubierto en 1997, y entre 1998 y 1999 se realizaron dos campañas de prospección y sondeos, aunque nunca llegó a publicarse ningún resultado, salvo los informes presentados a la Junta de Castilla y León55. Este yacimiento, a pesar de estar inédito, ha sido revisado durante los trabajos de prospección de nuestro proyecto “Primeros pobladores de Segovia” en el interfluvio Riaza-Duratón56. Únicamente se documentaron restos de industria lítica a lo largo de una extensión de terreno dividida en 3 sectores (A, B y C) donde se realizaron sondeos. En uno de estos sondeos (A1) se identificó una estratigrafía con 8 niveles distintos, entre los cuales dos contenían industria lítica57. La mayor parte de la industria lítica recuperada se corresponde con restos de talla y núcleos (un 75,2% del total). Entre el utillaje del yacimiento destaca la presencia de 32 cantos trabajados, 4 bifaces y un hendedor, así como numeroso utillaje sobre lasca (raederas, puntas, denticulados, etc)58. 5.2.2. Abrigo del Molino Descubierto en la primavera de 2012, y comenzado a excavar en el verano de 2013, el abrigo se localiza en el entorno periurbano de la ciudad de Segovia. Se trata de un abrigo rocoso, situado en la margen izquierda del río Eresma y formado en dolomías y calizas cretácicas. El abrigo, que alberga distintas fases de ocupación humana fechadas mediante OSL, ha arrojado una edad mínima de 59.700±2.700 BP para el nivel 3, que nos da una horquilla aproximada situada entre 62.400 y 57.000 años, que nos lleva a finales del Pleniglacial (MIS 4)59. Hasta la fecha sólo se ha excavado la parte superior del relleno kárstico-coluvial-aluvial, identificándose tres unidades arqueológicas diferentes, de las cuales dos contienen industria lítica (niveles 2 y 3). El horizonte musteriense documentado, contiene abundante industria lítica y restos de fauna. Se trata del yacimiento más antiguo en contexto estratigráfico conocido hasta la fecha en Segovia, y una de las pocas evidencias de ocupación neandertal en cueva de todo el valle del Duero.

6. CONCLUSIONES Desde los comienzos de la investigación prehistórica en Segovia, el Paleolítico inferior y medio ha sido objeto de pocos trabajos, centrándose además, la mayor parte de ellos, en un único yacimiento o en un área concreta de la provincia, y no habiéndose dado hasta el momento una visión de conjunto de este periodo. Esto último es uno de los objetivos del trabajo que presentamos, sobre todo con un carácter historiográfico, por encima de todo. A la hora de realizar un análisis sistemático del Paleolítico inferior y medio segoviano, han surgido una serie de problemáticas. En primer lugar, todos los yacimientos de este periodo localizados hasta el momento en la provincia, con la excepción del Abrigo del Molino, son conjuntos al aire libre que se han visto afectados por importantes procesos postdeposicionales, lo cual ha impedido la conservación de secuencias estratigráficas in situ, óptimas para obtener datos relativos al contexto geocronológico. En segundo lugar, el hecho de que los únicos restos que se preserven en este tipo de yacimientos sean las industrias líticas, hace que carezcamos tanto de la valiosa información paleoambiental, como de los restos de fauna, que sí que se localizan en los medios sedimentarios kársticos. Junto a los restos de fauna, las buenas condiciones de conservación que suelen presentar los contextos en cueva, hacen que sea posible obtener un mayor número de información de tipo arqueológica, faunística y paleoambiental. Este contexto bioclimático del pale55

. González 1998 y 1999. . Álvarez et alii 2011b. 57 . González 1998 y 1999. 58 . González 1999; Álvarez y Andrés 2011b. 59 . Álvarez et alii 2013a. 56

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olítico segoviano, que en líneas generales está poco definido, ha ido reconstruyéndose en las últimas décadas gracias a la existencia de brechas pleistocenas con fauna, localizadas en varias cavidades segovianas, o algunos yacimientos paleontológicos que han sido excavados desde la década de los 80 y que pueden correlacionarse, desde un punto de vista cronológico, con alguna de las ocupaciones paleolíticas al aire libre. Entre todas estas evidencias, sin duda el yacimiento más importante hasta la actualidad, para referirnos a estas primeras ocupaciones humanas es el Abrigo del Molino, en Segovia. En Segovia, hasta la fecha sólo han podido documentarse algunos pocos yacimientos y hallazgos aislados, todos al aire libre, que remiten al Achelense como las primeras evidencias de ocupación humana en la provincia, caracterizados por una presencia abundante de macroutillaje (bifaces, hendedores, triedros, útiles masivos bifaciales). En segundo lugar hay una serie más limitada de conjuntos líticos, también al aire libre, en donde se pueden apreciar caracteres tecnotipológicos propios del Paleolítico medio, y por lo tanto vinculados con grupos humanos neandertales. Estos yacimientos, relacionados con los anteriores, también presentan un variado repertorio de macroutillaje bifacial, pero en menor proporción y combinado con evidencias tecnológicas no documentadas en el primer horizonte; nos referimos a la técnica levallois, fundamentalmente. Vinculado ya con estos primeros yacimientos del Paleolítico medio al aire libre, hasta la fecha se localizan varios hallazgos aislados pertenecientes al Musteriense, pero por encima de todo se sitúan dos yacimientos, los más representativos de la provincia para este periodo: La Estación y el Abrigo del Molino. Aún es temprano para ofrecer una completa y detallada caracterización del Paleolítico antiguo en Segovia, ya que se trata de una investigación que se encuentra en una fase muy inicial, pero podemos afirmar que en los últimos años se están sentando las bases para el estudio y análisis geoarqueológico de las primeras ocupaciones en la provincia, que esperamos que en un futuro próximo pueda dar lugar a un mayor conocimiento sobre los primeros grupos humanos que habitaron en estas tierras al sur del Duero.

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