LAS ELECCIONES EN CHINA Y LA REELECCIÓN DE BARACK OBAMA

August 21, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Barack Obama, Reeleccion Presidencial
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LAS ELECCIONES EN CHINA Y LA REELECCIÓN DE BARACK OBAMA

"Cuando los americanos saben que tienen el poder para cambiar las cosas, es muy difícil detenerles"
Barack Obama

Fernando Álvarez Simán*

Por razones de espacio en la entrega anterior no pudimos redondear las reflexiones en torno al ascenso de Xi Jinping al poder de China comunista, concretado apenas esta semana; básicamente la comunidad internacional está expectante de su futuro accionar como líder de una potencia mundial; se le reconoce su capacidad de negociación y su red de contactos con las elites chinas. Numerosos son los retos que le esperan a los tecnocratas en general y a Xi Jinping en particular; primero los escándalos de las elites hacen que la opinión pública pida transparencia y castigo, también China debe resolver los grandes desequilibrios internos, desigualdades sociales y entre campo y ciudad, además de un gran deterioro ambiental. Por si fuera poco el crecimiento económico que por muchos años fue en promedio de casi 10 por ciento se desaceleró hasta 7.5 por ciento, con provisiones incluso de llegar solo al cinco por ciento. Habrá que ver también el manejo diplomático de los nuevos dirigentes a las disputas territoriales con sus vecinos, la atención a las necesidades de la emergente clase media y al necesario fortalecimiento de las libertades individuales.

Comentábamos también que si en China se "designa" al máximo dirigente incluso bajo reglas no escritas, en Estados Unidos, la otra potencia mundial, se "elige", aunque con características muy especiales que lo hacen un proceso que no se parece en nada al de otro cualquier país democrático. Pero las dos elecciones revestían una gran importancia mundial ya que se trataba de los procesos políticos que ascenderían al máximo cargo de los dos hombres más poderosos del mundo.

Si en China este proceso fue manejado por las cúpulas incluso tejiendo alianzas mucho tiempo antes de la realización del Congreso, muy poco se sabe en occidente del engranaje de su sistema político; pero en Norteamérica, muchas de las características de sus procesos electorales saltan a la vista, incluso marcan la pauta a seguir en las futuras elecciones de muchas partes del mundo. Por ejemplo los sondeos, el uso de las redes sociales, las tecnologías, el mensaje que transmiten los candidatos por citar algunos ejemplos. Eso sin contar que en muchos casos la probable reelección es básicamente un examen que aprueba o reprueba la administración de un presidente en funciones. El asunto es que como la elección en Norteamérica es una cuestión de competencia electoral este está supeditado a los gustos, simpatías y aprobación de los electores, a la capacidad de movilización, a los acuerdos con distintas corrientes y actores políticos sociales y económicos y como hemos visto; a un poco de suerte.

La "Frankenstorm" llamada así por su proximidad por su atipicidad y por su cercanía con las festividades del "halloween" trastocó todos los análisis políticos, las prospectivas estadísticas y las condiciones de las campañas políticas para elegir al presidente de los Estados Unidos. Científicamente este fenómeno era el "huracán Sandy"; este meteoro tuvo su origen en el Mar Caribe el 22 de octubre y a su paso y crecimiento afectó a países como Jamaica, Haití, Cuba, Bahamas y Bermudas. Hasta tocar las costas de Estados Unidos y Canadá; la fuerza del sistema tropical se fortaleció al combinarse con un frente frío. El caso es que el diámetro del huracán alcanzó los mil 800 kilómetros, llegando a la ciudad de Nueva York el 29 de octubre; solo 10 días antes de las esperadas elecciones, pero a su paso dejó pérdidas por 50 mil millones de dólares.

Por la magnitud del fenómeno, tan solo en Estados Unidos hubo casi 5 millones de personas que se quedaron sin luz eléctrica, se suspendieron más de 13 mil vuelos de aerolíneas comerciales, dejó más de 200 víctimas mortales y en Nueva York, la ciudad más afectada además de los daños en víctimas y materiales, la población se enfrentó a la escasez de comestibles y de gasolina, además de que el transporte público quedó varios días paralizado. Los analistas económicos calculan que Sandy reducirá en 0.6 por ciento el producto interno bruto de una economía en crisis.

A pesar del costo económico de la tormenta, el candidato a la presidencia más afectado resultó ser Mitt Romney, ya que todo apuntaba a un final de fotografía entre el hoy reelecto Presidente Barack Obama y su oponente el ex gobernador Mitt Romney. Incluso lo cerrado de la contienda obligó a que diversos e influyentes medios americanos mostraran su apoyo a los candidatos de manera abierta; TheWashington Post, TheNew Yorker y The New York Times se pronunciaron a favor de la continuidad con Obama; el Houston Chronicle, NaplesDaily News, y el Orlando Sentinel se volcaron a favor de Romney.

Con estos apoyos la contienda se cerraba y el consenso era que la oficina de campaña del aún presidente no había logrado revertir la percepción ciudadana no lejana de la realidad, de que el verdadero problema a resolver era la dura realidad económica. Finalmente el huracán Sandy inclinó la balanza a favor de un nuevo periodo de la administración de Obama. Al final la batalla de cifras y de matemáticas para dominar el colegio electoral americano le ofreció un saldo bastante holgado a Barack Obama, que logro 332 electores (el ganador necesitaba 271) por 206 de Mitt Romney. En el voto popular el presidente obtuvo 62 millones y Romney 59 millones. La opinión pública aprobó su gestión ante la crisis de Sandy (8 de cada 10 americanos), con ello emergió como líder y relanzó su imagen. Romney en cambio y a pesar de que lo hizo muy bien, solo podía manifestar su solidaridad, ayudar a los damnificados, cerrar a tambor batiente su campaña y esperar un error de Obama. Al final ese tropezón no pudo darse y Barack Obama logró el anhelado triunfo. El manejo de la crisis del Huracán Sandy explica su triunfo, pero también el tema de la diversidad. De esta manera el 90 por ciento de los afroamericanos, el 70 por ciento de la población de origen latino y el 55 por ciento de las mujeres votó por Obama. Además sus mismos rivales, los republicanos han reconocido que el voto afroamericano estaba perdido y que el voto latino fue determinante, por ello sus dirigentes están haciendo el llamado de modernizar al partido, abrirlo a la diversidad y reconocer que el tradicional voto blanco y anglosajón ya no basta para ganar las elecciones.

Pasadas las elecciones la agenda de Obama es amplia, diversa y complicada. En muchos sentidos esta victoria no se parece en nada a la anterior cuando provocó la alegría de sus seguidores y se alzó con la bandera de la esperanza y la promesa del cambio para muchos otros ciudadanos de otras latitudes. En esta ocasión lo que menos le sobra es tiempo para celebrar. Para empezar atrás quedó por ejemplo el estratosférico costo de la campaña presidencial de 2 mil 800 millones de dólares, elevado porque los dos candidatos renunciaron al financiamiento público, elevando las recaudaciones privadas y porque también estaban en juego gubernaturas y curules en la cámara de representantes.

De entrada Obama tendrá que resolver el llamado "precipicio fiscal que pone en riesgo de contraer el PIB para el 2013 en un 1.5 por ciento; el precipicio fiscal se refiere a que antes de que termine el 2012, la cámara de diputados deberá ponerse de acuerdo para el diseño de un plan que paulatinamente comience a reducir el déficit público de 1,089 billones de dólares anuales.
Si no se logra el acuerdo, automáticamente entrarán en vigor medidas que datan de la época de George W. Bush y se refieren a una combinación de recortes presupuestales y un aumento en los impuestos con un costo de 500 mil millones de dólares lo que contraería el PIB, cancelaría las previsiones de crecimiento de la economía americana para el 2013 y de paso arrastraría a la Unión Europea. El problema es que a pesar de que Obama propone la firma del acuerdo, también ha remarcado en que sean los más ricos lo que paguen más impuestos. Mientras los republicanos insisten en que quien se apriete el cinturón sea el gobierno, salvo en los gastos militares. Otro pendiente es resolver la pobre creación de empleo, actualmente Estados Unidos tiene 12.1 millones de desempleados, la cifra más alta de su historia, Obama espera que las cifras muestren una mejoría fomentando el autoempleo, pero sobre todo por medio de una política de exenciones fiscales a toda empresa del exterior que quiera instalarse en los Estados Unidos. Además si su gobierno lograr superar el escollo del precipicio fiscal, deberá también afrontar el problema de la deuda soberana que supera los 16 billones de dólares, en este sentido se habla ya de que con recortes presupuestales en áreas no prioritarias el gobierno federal puede ahorrar en diez años 4 billones de dólares, lo cual permitiría reducir sustancialmente la deuda, habrá que ver como negocia los recortes con la cámara de representantes. No menos importante será ver que camino toma su administración respecto a la reforma migratoria; en ese sentido, en EU existen más de 50 millones de personas de origen latino, estos representan el 16 por ciento de la población. El asunto es que esta minoría resultó clave en el logro de su reelección, pero además existen 12 millones de indocumentados que abortan su fuerza laboral y que en muchos casos pagan impuestos; Obama se ha mostrado a favor de que se regularicen los que llegaron a EU siendo menores de edad y además ha refrendado su compromiso de lograr una reforma migratoria integral, tal y como lo prometió en su primer campaña.

En lo exterior falta que apuntale su política respecto a la promesa de depender cada vez menos del petróleo, donde ha prometido crear 600 mil empleos para empujar las industrias verdes y que resuelva el papel de Estados Unidos en las crisis del medio oriente, Siria e Irán por ejemplo, o la ocupación militar de Afganistán que le genera gastos que pueden direccionarse a la reconstrucción económica nacional y el activismo nuclear de Corea del Sur, India y Paquistán.

Al saberse ganador Obama expresó en las redes sociales "cuatro años más" y la foto abrazando a su esposa Michelle rompió records de visitas en internet. En el balance puede decirse que sus promesas y reformas quedaron inconclusas, pero que el electorado sobre todo los jóvenes y las minorías le dan la oportunidad de concluirlas; solo el tiempo dirá si podrá hacerlo, lo único cierto es que este se le agota y los desafíos siguen siendo los mismos, lo único que ha cambiado es la gravedad de estos.

China y Xi Jinping están deseando tomar la estafeta del liderazgo mundial y aunque también tendrán que resolver los múltiples problemas internos, el país oriental está determinado a ser un protagonista mundial. Obama solo tiene cuatro años más y necesitará más que la suerte de Sandy, a Xi Jinping le queda diez años y muchas reformas por delante.

* Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas






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