Las \"cupae\" de las Cinco Villas (Zaragoza)

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Descripción

Las cupae de las Cinco Villas (Zaragoza)

Las cupae de las Cinco Villas (Zaragoza)* FRANCISCO BELTRÁN LLORIS Universidad de Zaragoza Grupo de Investigación Hiberus

ÁNGEL A. JORDÁN LORENZO Archivo Epigráfico de Hispania Plan de Investigación Fundación Uncastillo/Los Bañales

JAVIER ANDREU PINTADO Universidad Nacional de Educación a Distancia/UNED Plan de Investigación Fundación Uncastillo/Los Bañales

I. Preámbulo Las Altas Cinco Villas y, en concreto, la zona comprendida entre Sofuentes, Sos del Rey Católico y Uncastillo sirvió de sede a tres municipios, seguramente latinos y de época flavia, cuyos núcleos urbanos debían localizarse en Cabezo Ladrero, Campo Real y Los Bañales, respectivamente, y de los que ninguno ha podido ser identificado con absoluta seguridad pese a la elevada probabilidad de que el último corresponda a

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Los apartados I, II y III (salvo III, A), 5) han sido redactados por F. Beltrán Lloris, y los epígrafes IV y V por Á. A. Jordán y J. Andreu.

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la antigua ciudad federada de Tarraca1. Esta zona cincovillesa, que con el resto de la comarca presenta una de las mayores densidades epigráficas de la región2, albergó hacia fines del siglo II o quizá ya en el siglo III d. E. uno o más talleres epigráficos, que, aprovechando la disponibilidad local de arenisca, elaboraban un particular tipo de monumento funerario caracterizado por su forma semicilíndrica, que en la bibliografía especializada suele denominarse cupa3, término este con el que también era conocido en la Antigüedad, alternando con el diminutivo cupula, de uso muy frecuente en el norte de África4. Este conjunto, del que se han ocupado J. Andreu y otros recientemente5, cuenta con una quincena de piezas, nueve o diez inscritas y seis, las restantes, anepígrafas, poco conocidas entre los investigadores por no haber recibido nunca un tratamiento de conjunto y haber sido editadas de manera dispersa. De hecho, de las siete publicadas hasta la fecha6 sólo una, la pieza monumental de Chresime recientemente ‘reencontrada’ en 1

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PLIN. HN 3, 24; PTOL. Geog. 2, 6, 66; Rav. 311, 11. Sobre el proceso de municipalización flavia en el territorio del actual Aragón, BELTRÁN LLORIS, F.: 2000, 90-93. Para los restos antiguos, LOSTAL, J.: 1980, 60-92; sobre las ciudades de Los Bañales, Campo Real y Sofuentes y su epigrafía, véase, además, ANDREU, J.: 2004-2005 y JORDÁN, Á. A.: 2009 (con carácter general) y ANDREU, J., ARMENDÁRIZ, J., OZCÁRIZ, P., GARCÍABARBERENA, Mª., y JORDÁN, Á. A.: 2008; ANDREU, J., JORDÁN, Á. A., y ARMENDÁRIZ, J.: 2010; ANDREU, J., y JORDÁN, Á. A.: 2003-2004, 419-461 y JORDÁN, Á. A., ANDREU, J., y BIENES, J. J.: 2010. Sin duda como consecuencia de la disponibilidad de piedra local y de la inexistencia de grandes núcleos urbanos que hayan continuado los antiguos; sobre la epigrafía cincovillesa, además de los trabajos ya citados: BELTRÁN LLORIS, F.: 1986; 1997, 313-316; 2001, 629-631. FERNIQUE, E.: 1908, 1594-1595; DE II, 1319-1321; STEFANO, I. di: 1987, 90. Cupa: CIL II, 6178 (Barcino); AE 2004, 743 (?) (Italica); RIT 420 = AE 1928, 1 (Tarraco); CIL VI, 12202, 14017, 16837, 25144, 39094a (Roma); VIII, 12593 (Carthago), 21886 (Volubilis); IG XII, 6.2, 711 (?) (Samos); ... — Cupula: África: AE 1911, 113 (Cuicul); AE 1981, 937; 1985, 954; CIL VIII, 9392 (Caesarea, Cherchell); CIL VIII, 2110 (Laghouat), 2192, 2193 (Bir Salem), 2475 (Bou Zina), 3054, 3081, 3991, 18286, 18375, 18427 (Lambaesis), 8581 (Sitifis), 9071, 9082, 9102, 20795 (Auzia), 16601, 16732 (Theueste), 20603 (Bel Imour / Lemellef); etc. Italia: CIL, VI, 2734, 13236 (Roma); AE, 1903, 39 (Casale Salona, regio VII)… ANDREU, J.: 2008, 7-42 con un amplio tratamiento general de las cupae y exhaustiva bibliografía; ANDREU, J., JORDÁN, Á. A., NASARRE, E., y LASUÉN, Mª.: 2008, 123-138. Sobre la historiografía de estas piezas, ANDREU, J.: 2008, 17 y ss.

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Los Bañales por J. Andreu y Á. A. Jordán7, fue recogida por E. Hübner en el CIL8. De las restantes, dos, de Sofuentes, fueron publicadas por F. Escalada9, y B. Taracena y L. Vázquez de Parga10 en los años 40 del siglo pasado, de las que sólo la primera fue recogida en su catálogo provincial por G. Fatás y M. Martín-Bueno, mientras que la segunda pasó bastante desapercibida hasta su inclusión en IRMN11. Con posterioridad, M. Beltrán dio a conocer otras dos cupae de Sofuentes en 197712; J. Lostal, en el mismo año, publicó la de Sos del Rey Católico13 y, recentísimamente, J. Andreu, Á. A. Jordán, E. Nasarre y Mª Lasuén han editado la cupa de Spes, procedente de La Pesquera de Uncastillo14. A éstas, además de los materiales inéditos que tiene en estudio el equipo del Plan de Investigación de la Fundación Uncastillo en Los Bañales, debe añadirse la pieza también inédita de la misma procedencia conservada en el Museo de Zaragoza, con dos nombres incompletos [..]rin(us) y Siluan(us), y probablemente otra pieza perdida recogida en el CIL15.

II. Las cupae de las Cinco Villas en contexto Este conjunto, que hasta ahora no había sido estudiado monográficamente de manera exhaustiva16 presenta notables aspectos de interés, empezando por su ubicación geográfica que lo convierte en el más septentrional de Hispania y del occidente mediterráneo, pues, como es sabido, la difusión de las cupae afecta fundamentalmente a Italia central y

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ANDREU, J., y JORDÁN, Á. A.: 2003-2004, 432. CIL II, 6338aa = ERZ 28 = AE 1977, 475. ESCALADA, F.: 1943, 84 = ERZ 35 = BELTRÁN LLORIS, M.: 1977, 178 = IRMN 62. TARACENA, B., y VÁZQUEZ DE PARGA, L.: 1946, 9-25, 413-469 = 1947, núm. 63. IRMN 63, sin mencionar el trabajo de B. Taracena y L. Vázquez de Parga, tampoco recogido por ANDREU, J.: 2008, 31 [4]. BELTRÁN LLORIS, M.: 1977, 180-187 = AE 1977, 483 y 484. LOSTAL, J.: 1977, 16 = AE 1977, 470. ANDREU, J., JORDÁN, Á. A., NASARRE, E., y LASUÉN, Mª.: 2008, 127-131. CIL II, 2978. ANDREU, J.: 2008, se ocupa fundamentalmente de la historiografía y de los soportes.

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meridional, el norte de África e Hispania17. Además, pese a lo mucho que se ha dicho respecto del origen norteafricano o de las vinculaciones con el oriente mediterráneo de este tipo de monumento, el conjunto cincovillés no muestra vínculos claros con los del litoral catalán —Barcino y Tarraco fundamentalmente—, por donde en tal caso debería haberse producido verosímilmente su introducción, y sí, a cambio, con el de Complutum (Alcalá de Henares), situado en el interior de la Hispania Citerior. Se localiza, además, en una región relativamente marginal y sin conexiones evidentes extra-hispanas, salvo con las Galias, que, en este caso, resultan irrelevantes, pues la cupa no arraigó como monumento epigráfico al norte de los Pirineos. Es éste, por cierto, un hecho que merece ser subrayado, pues estos monumentos recibieron en la Antigüedad una denominación que los identifica con un tonel —que es lo que significa cupa—, cuya forma reproducen con toda fidelidad en algunas ocasiones, caso de algunas piezas de Cerdeña o del sur Portugal18: el tonel, pese a su amplia difusión en el mundo romano, era un tipo de envase muy característico de la zona alpina y de las Galias —hasta el punto de ser considerado por algunos un invento céltico— como señala, por ejemplo, Plinio el Viejo en un pasaje de su Naturalis historia, al decir que en la región de los Alpes se conser-

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Las diferentes contribuciones sobre las cupae hispanas reunidas en este coloquio, a las que remito, hacen ociosa la inclusión de una bibliografía detallada. Una breve síntesis sobre las cupae hispanas en STYLOW, A. U.: 2002(a), 177, y, más circunstanciada, en ANDREU, J.: 2008, 12-17, con abundante bibliografía. De ésta, además de la previamente citada, resulta relevante por sus planteamientos generales o bien por sus interpretaciones del origen del tipo epigráfico o de sus vinculaciones sociales: JULIÀ, D.: 1965, 29-72; BERCIU, I., y WOLSKI, W.: 1970, 919-965; FABRE, G.: 1973, 111-125; BONNEVILLE, J.: 1981, 5-38; BACCHIELLI, L.: 1986, 302-319; CABALLOS, A.: 1994, 225245; LÓPEZ VILAR, J.: 1999-2000, 65-103; TUPMAN, C.: 2005, 119-132; BARATTA, G.: 2006, 1669-1681; VAQUERIZO, D.: 2006, 317-363; STYLOW, A. U.: 2006, 283-286; BELTRÁN DE HEREDIA, J.: 2007, 7-57; RODÀ, I.: 2007, 107-115. BACCHIELLI, L.: 1986, 309 nota 21; ENCARNAÇÃO, J. d’.: 1984, núms. 50, 102,…

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vaba el vino en barricas, mientras que en las áreas de clima más templado se prefería para ello dolia enterrados en el suelo19. La distribución geográfica de los monumentos funerarios semicilíndricos afecta fundamentalmente al norte de África, entre Mauritania y la pequeña Sirte, a varias regiones de Hispania —sobre todo del sur de Portugal, Mérida, el oeste de Andalucía y la costa catalana— y también a diversos puntos de Italia, sobre todo de las regiones II y III —Hirpinia y Apulia sobre todo20—, pero también a Roma y, en particular, a la necrópolis de Portus, es decir Isola Sacra21, aunque haya también ejemplos aislados en Mesia o Dacia22, por ejemplo. Su distribución cronológica muestra una clara concentración en los siglos II y III d. E., pese a la existencia de monumentos de fecha muy anterior tanto en Italia23 como en Africa24 y, quizá, en la propia Hispania25. 19

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PLIN. HN 14, 132: Circa Alpes ligneis uasis condunt tectisque cingunt atque etiam hieme gelida ignibus rigorem arcent. Rarum dictu, sed aliquando uisum, ruptis uasis stetere glaciatae moles, prodigii modo, quoniam uini natura non gelascit; alias ad frigus stupet tantum. Mitiores plagae doliis condunt infodiuntque terrae tota aut ad portionem situs. Al respecto, puede verse BARATTA, G.: 1994, con amplia bibliografía (esp. pp. 56-57, nota 26) y un mapa de dispersión de los toneles recuperados en contexto arqueológico (234, fig. 1), que afecta mayoritariamente a las cuencas del Rin, Danubio y a diferentes puntos de las Galias y Britania con dataciones entre el I a. E. y el III d. E., y un estado de la cuestión de los productos que contenían, vino sobre todo, pero también cereales, sal, fruta, quizá cerveza… así como sobre las diferentes representaciones de toneles; sobre las realizadas sobre los loculi de las catacumbas romanas y en sarcófagos estrigilados puede verse, respectivamente, BARATTA, G.: 2005 y 2007. BACCHIELLI, L.: 1986, 310 ss. BACCHIELLI, L.: 1986, 318 nota 64 con referencias bibliográficas; sobre las inscripciones, HELTTULA, H.: 2007. BERCIU, I., y WOLSKI, W.: 1970, 938. BACCHIELLI, L.: 1986, 311-312 lám. V 1 menciona, por ejemplo, un monumento del Museo Civico di Troia que data, como tarde, de los primeros decenios del siglo I d. E. como tarde, si bien su paleografía podría apuntar una cronología de fines del siglo I a. E. Así, CIL VIII, 7796, la tumba de un Sossius, Eroti f., de Cirta, se remonta a época republicana, según LASSÈRE, J.-M.: 1973, 136, pero véanse las objeciones de BARATTA, G.: 2004, 1676-1677. Caso de la única cupa conocida en Carthago Noua, inscrita en época republicana y reaprovechada en tiempos de Augusto, CartNova 105-106 láms. 103-104; STYLOW, A. U.: 2002(a), 177. Pero véanse las dudas sobre este monumento de DÍAZ, B.: 2008, C35, que no excluye la posibilidad de que se trate del bloque de un mausoleo y las aportadas por A. Quevedo y S. Ramallo apenas unas páginas antes, en este mismo volumen.

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Estas reflexiones nos sitúan ante el que es sin duda el problema que más ha atraído la atención de los investigadores, pese a no ser necesariamente el más importante ni tener, desde luego, una fácil solución: las razones de esta particular distribución geográfica y cronológica, y, en relación con ella, el origen y el significado de este tipo de monumento funerario, y su posible relación con determinados grupos sociales de extracción modesta, servil u oriental. En mi opinión, los estudios de D. Julià, I. Berciu y W. Wolski y J.-N. Bonneville, entre otros26, enfatizaron de manera excesiva la importancia de los prototipos orientales y el papel de África en la difusión de este género de monumentos por Hispania e Italia, utilizando para ello argumentos que hoy no parecen tan sólidos como son: la vinculación de los nombres griegos con el oriente mediterráneo, que hoy se cuestiona ampliamente habida cuenta de la inveterada costumbre romana de dar nombres griegos a los esclavos independientemente de su lugar de origen27; la supuesta relación de la forma de tonel con un significado escatológico del vino defendido por diversos autores como W. Deonna, S. Lambrino, J. M. Toynbee o J. Mª Blázquez28; el carácter eminentemente africano de los canalillos de libación o infundibula que suelen presentar las cupae y que, sin embargo, son habituales en las necrópolis romanas en general, como queda perfectamente ilustrado en Roma, por ejemplo, en diferentes clases de tumbas de la Vía Triunfal29; o la intensidad de las relaciones entre Hispania y África, muy de moda en

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JULIÀ, D.: 1965; BERCIU, I., y WOLSKI, W.:1970; BONNEVILLE, J.-N.: 1981. Esa tesis, defendida en su día por FRANK, T.: 1961, 689-708, fue criticada convincentemente por SOLIN, H.: 1971, esp. 146 ss., entre otros; al respecto BELTRÁN LLORIS, F.: 2004, 154 ss. DEONNA, W.: 1946, 120, a propósito de las cupae del Alentejo, poniéndolas en relación también con el dios céltico Sucellus; LAMBRINO, S.: 1951, 93-146 retoma la idea, identificándolo con la deidad lusitana Endovélico; véanse al respecto los comentarios de JULIÀ, D.: 1965, 47 ss.; y de BLÁZQUEZ, J. Mª.: 1962, 163, vinculándolas a un culto dionisiaco; también TOYBNEE, J. M.: 1971, 203 insiste en su significado escatológico. Sobre la cuestión se extiende notablemente, en este mismo volumen, la contribución de J. d’ Encarnação. STEINBY, E. M.: 2003; LIVERANI, P., y SPINOLA, G.: 2006, 44 fig. 40 (autoparco: tumba 35 ‘a capuccina’), 65 fig. 64 (Santa Rosa: “area aperta centrale”, lastras marmóreas colocadas sobre urnas), 89 fig. 100 (Santa Rosa: sepulcro IV, de cámara), 102 fig. 116 (annona: urna griega de c. 500 a. E., reutilizada), etc.

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los años 70 e incuestionables, sin duda, pero no exclusivas, sino muy matizables regionalmente y compatibles con las vinculaciones que la Península Ibérica mantenía con otras regiones. Además, infravaloraron la presencia de las cupae en Italia30, más allá de Isola Sacra, y no pudieron tomar en consideración por no ser suficientemente conocida en esas fechas la difusión de este tipo por regiones interiores de Hispania como Complutum, Legio VII o las Cinco Villas mismas. Finalmente, aunque con matices, los estudios de los años 60 y 70 tendieron a buscar un origen tipológico único —o doble a lo sumo: África y Oriente— para todo este conjunto de monumentos funerarios que, al margen de una cierta diversidad regional31, podría derivar simplemente del difundido hábito de erigir un túmulo sobre la tumba. Desde luego estos estudios aportaron también muchos elementos positivos a la investigación, empezando por la definición del tipo monumental y de sus diferentes variantes construidas o structiles32, monolíticas o solidae, en forma de tonel o sólo semicilíndricas, con campo epigráfico lateral o frontal, etc. J.-N. Bonneville, por ejemplo, caracterizó las cupae como una variante pobre del sarcófago —“la cupa est le mausolée ou le sarcophage de ces affranchis”33— una observación muy atinada sobre la que volveré después y que cuenta incluso con paralelos evidentes en Tarraco por ejemplo34, que quizá no hayan sido suficientemente subrayados. Algo parecido había observado ya G. Fabre en 1973 a propósito de los monumentos semicilíndricos de Isola Sacra35. Creo, no obstante, que fue L. Bacchielli ante todo quien reorientó la discusión en su trabajo de 1986 al poner en valor los ejemplos del sur de Italia —¡más de 140!— y de Cerdeña, francamente ignorados hasta la

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Al respecto, BACCHIELLI, L.: 1986, 305. Como se comprueba en Italia, BACCHIELLI, L.: 1986, 313 ss. CIL VI, 13236: cupulam structilem. BONNEVILLE, J.-N.: 1981, 38. Véase el evidente parecido entre los sarcófagos RIT 396, 559, 609 y la cupa RIT 566, todos del siglo III d. E., señalada ya por G. Alföldy; en el mismo sentido, BACCHIELLI, L.: 1986, 311, 314 y lám. VII. Aunque presentándolos como una variante pobre de las tumbas monumentales de bóveda de las familias acomodadas, de las que se distinguen nítidamente por no ser practicables, FABRE, G.: 1973, 114 ss.

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fecha, y sugerir que los monumentos semicilíndricos serían, por emplear sus palabras, una “litizzazzione e monumentalizzazione” de los simples túmulos36, un tipo de enterramiento extraordinariamente frecuente en el área mediterránea, que primero se construiría —la cupa structilis—, añadiéndole ocasionalmente una estela, y después se fabricaría de una sola pieza monolítica —la cupa solida37—, momento en el que, por su semejanza con un tonel, adquiriría el nombre de cupa e, incluso, ocasionalmente su forma en Lusitania o Cerdeña38. No obstante, no debe descartarse en absoluto la posibilidad de que existan diferentes prototipos para todos los monumentos semicilindrícos con notables variantes que denominamos en la actualidad cupae: así, por ejemplo, resulta atractiva la posibilidad, ya sugerida por J. Leite de Vasconcelos39, de que algunos de los monumentos que reproducen más fielmente un tonel, duelas incluidas, pudieran ser la ‘litización’ no de un túmulo, sino de una barrica misma, que no hay que excluir que pudiera ser utilizada como contenedor de los restos mortales de los enterrados a semejanza de lo que se hacía con las ánforas, por ejemplo en Isola Sacra40. De toda esta discusión creo que vale la pena retener la posibilidad de varios prototipos a partir de los cuales cuajaran estos monumentos semicilindrícos como una ‘litización’ de los túmulos —y quizá de los toneles— y

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BACCHIELLI, L.: 1986, 306 ss., esp. 309, planteando los tipos sucesivos como una evolución tipológica y no necesariamente como una sucesión diacrónica. De hecho alguna inscripción de estas cupae solidae designa el enterramiento con el término tumulus: CIL X, 7816, 7833, 7840, 7843, 7868, Cerdeña. Sin embargo la precedencia cronológica de la cupa structilis sobre la solida no resulta evidente en todas partes: por ejemplo, para la bien estudiada necrópolis barcelonesa de la Plaça de la Vila de Madrid, BELTRÁN DE HEREDIA, J.: 2009, 19, aun aceptando la precedencia cronológica de las structiles, plantea dudas al respecto. En el mismo sentido, BARATTA, G.: 2004, 1681. LEITE DE VASCONCELOS, J.: 1913, 401-405 aunque con observaciones en contra de BARATTA, G.: 2004, 1672. Podría hacer referencia a tal enterramiento en un tonel el epígrafe grabado sobre un altar funerario de Tarraco (RIT 420 = AE 1928, 201): M(arco) Iunio / Celso VI / uirali(bus) ho-/noribus / functo et co-/poni de picaria / a fonte hic in cupa re-/quiescit.

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como variante pobre del sarcófago en una época en la que este género de monumento funerario de piedra se empieza a difundir por el Mediterráneo41. Otro aspecto que merece ser subrayado es la vinculación de este tipo de monumento con determinados grupos sociales, un factor que no se da en África, en donde la cupa es utilizada por diferentes sectores sociales y constituye un tipo de monumento funerario particularmente frecuente en relación con otras regiones, pero sí en Italia, en donde se ha asociado a sectores modestos, o en la costa catalana, en la que directamente se vincula a medios de extracción servil, una vez descartada la identificación como orientales de los portadores de nombres griegos42. La vinculación de este tipo de tumba en la parte oriental de la Tarraconense con sectores modestos creo que no ofrece dudas, si por ello se entiende a los integrantes de la sociedad que no formaban parte de las elites. Sin duda una cupa monolítica, apenas sin decoración y con una inscripción más bien torpe, como la mayor parte de las cincovillesas, era mucho más barata que un sarcófago o que una tumba monumental, pero tampoco debe minusvalorarse su coste: en Roma una mujer tracia construyó una cupula para su marido, beneficiario de un tribuno de la cohorte X pretoriana, que costó 100 denarios43 y el precio de una cupa también de Roma y structilis como se deduce claramente del texto44, ascendió a 225 denarios, cifras nada modestas, que justifican la intervención de colegios funeraticios para cubrir el precio del enterramiento en una cupa como ocurre verosímilmente en el ejemplar de Italica45.

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Así podría confirmarlo un epígrafe romano que prohíbe enterrar en una propiedad y concretamente monumentum siue cupa facere, en donde parece establecerse una oposición entre el monumento epigráfico y el túmulo, CIL VI, 39094a: ——— / se uelit neque nomen aliud [inscribere] / uelit neque in (h)ortulo mon[umentum] / siue cupa facere uelit quod [si contra] / hoc facere uoluerint et em[ptor et uen]-/ditor inferent (a)erario pop[uli Roma]-/ni HS quinquagena milia num[mum] / T(itus) Case(!) contigerit a Ragonis Be/ ———. TUPMAN, C.: 2005, esp. 130 señalando en Barcino una cierta vinculación entre cupae y enterramientos serviles. CIL VI, 2734. CIL VI, 25144: locum emit, massam calcauit, cupam aedificauit. AE 2004, 743; al respecto, CIMAROSTI, E.: 2004, 89-96.

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Por otro lado, aunque sea evidente la presencia de numerosos individuos de presumible extracción servil a juzgar por sus nombres griegos en las cupae de la costa catalana, no faltan tampoco —pese al parecer de J.-N. Bonneville46— algunos que parecen ser ingenui47 y, en cualquier caso, vista la clara superrepresentación de los libertos en la epigrafía en general y en la funeraria en particular —como ha señalado acertadamente H. Mouritsen48— y las enormes diferencias de poder adquisitivo existentes entre los libertos, quizá este dato tampoco deba ser sobrevalorado.

III. Las cupae cincovillesas con inscripción Pero volvamos a las cupae cincovillesas. Estas piezas desde el punto de vista tipológico se alejan de las cupae barcinonenses y tarraconenses, mucho más ostentosas, y se aproximan a las complutenses, con las que sería muy interesante poder precisar su tipo de vinculación49. En cualquier caso y de acuerdo con lo que se ha dicho, cabe considerar estas piezas como una respuesta local a la moda de los monumentos monolíticos como los sarcófagos que se difunde por todo el Imperio sobre todo en los siglos II y III d. E.50, máxime en una comarca en la que las estelas de ca-

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BONNEVILLE, J.-N.: 1981, 7. Entre los incerti podrían ser libres los mencionados en CIL II, 4579 = IRC IV, 192: L. M. Rusticus, L. M. Pisonianus, M. Cetegiana; CIL II, 6178 = IRC V, 219: Caelia Quartula; CIL II 6168 = IRC V, 166: Flaminia Celtibera, Valeria Crescentina; CIL II, 4588 = IRC V, 212: C. Terentius Romanus, Valeria Crescentina… MOURITSEN, H.: 2005, 38-63. Sobre las cupae complutenses, véase la contribución de J. L. Gómez-Pantoja y Mª J. Rubio en este mismo volumen. La referencia a la existencia de cupae en la necrópolis septentrional de Zaragoza no ha podido ser confirmada: BELTRÁN DE HEREDIA, J.: 2007, 15 remite a un trabajo de Mª P. Galve de 2007 que, en realidad, debe ser GALVE, Mª P., y MOSTALAC, A.: 2007, 85 —precisión que agradecemos a la Dra. Galve—, en el que se alude a “dos posibles cupae muy deterioradas” que habrían aparecido en las excavaciones del paseo Echegaray y Caballero de Zaragoza, en cuyas memorias, sin embargo, no están documentadas según me confirma M. Beltrán Lloris (véase BELTRÁN LLORIS, M., SÁNCHEZ NUIVALA, J. J., AGUAROD, Mª C., y MOSTALAC, A.: 1980).

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Fig. 1. Cupa de Caecilia Themis (AE 1977, 483) procedente del Cabezo Ladrero de Sofuentes, hoy en el Museo de Zaragoza (Foto: J. Andreu)

becera redondeada, con las que presentan ciertas analogías formales, tenían un notable arraigo desde el siglo I d. E51. La edición dispersa de estos materiales así como ciertas discrepancias de lectura aconsejan una presentación sistemática del conjunto.

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Valeria Laturina, AE 1979, 378; Caecilia Geseladin, IRMN 58; P. Calpurnius Serhuhoris, HEp5, 936, BELTRÁN LLORIS, F.: 2000, 92 figs. 75 y 76 y 2005 (Luna / Valpalmas); M. Antonius Felix, IRMN 61; Licinia Licini Fraterni f. colocada por Lucretia Seueri f., inédita (Sofuentes); Lucretia Crispini f. y Lucretius Crispinus, AE 1977, 482 (Los Bañales).

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a) Sofuentes 1. Cupa de arenisca con el epígrafe dispuesto en la cara frontal, de la que ocupa la mayor parte de la superficie. Puluini laterales decorados con un círculo que presenta un aspa inscrita, de los que se conserva sólo el derecho. Infundibulum en el lateral derecho. 59 x 38 x 88. Letras: 3,5 (l. 8: 4). Interpunciones triangulares. Letras capitales descuidadas. Hallada en Cabezo Ladrero en 1977. Se conserva en el Museo de Zaragoza (núm. inv. 7648) (Fig. 1).

D(is) M(anibus) Cae(ciliae) · Themidi Iun(ius) · Eu5

carpus mar(itus) · et Val(erius) · Peculiaris gener et · Titulla fil(ia) m(onumentum) f(ecerunt)

BELTRÁN LLORIS, M.: 1977, 182-183 con Themi(s) fi(lius) en ll. 2-3; m(ater) p(ia) f(ecit) en l. 9 (= AE 1977, 483); BELTRÁN LLORIS, F.: 1986, 61 y 78 nota 76; JORDÁN, Á. A., ANDREU, J., y BIENES, J. J.: 2010, 210-213, nº 7 con Themi / fil(iae) en ll. 2-3 y m(onumentum) p(onendum) f(ecerunt) en l. 9. En l. 9 se aprecia entre la M y la F un trazo accidental en forma de herradura.

2. Cupa de arenisca con el epígrafe dispuesto en la cara frontal, de la que ocupa la mayor parte de la superficie y cuyo extremo izquierdo superior está perdido. Puluini laterales levemente esbozados, de los que sólo se conserva el derecho. Infundibulum en el lateral derecho. 56 x (41) x 97. Letras: 5,5 (l. 1), 4,5-5 (ll. 2-4). Interpunción angular. Letras capitales descuidadas. Hallada en Cabezo Ladrero en 1977. Se conserva en el Museo de Zaragoza (núm. inv. 82-75) (Fig. 2).

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Las cupae de las Cinco Villas (Zaragoza)

Fig. 2. Cupa de Cornelia (AE 1977, 484) procedente del Cabezo Ladrero de Sofuentes y hoy en el Museo de Zaragoza (Foto: J. Andreu)

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Las cupae hispanas: origen, difusión, uso, tipología

D(is) M(anibus) Val(erius) · mar(itus) Corneliae uxsori 5 t(itulum) p(osuit) BELTRÁN LLORIS, M.: 1977, 184-185 (= AE 1977, 484); JORDÁN, Á. A., ANDREU, J., y BIENES, J. J.: 2010, 226-227, nº 16 con MAR(—-) en l. 2.

3. Cupa de arenisca con el epígrafe dispuesto en la cara frontal, de la que ocupa buena parte de la superficie. Puluini laterales levemente esbozados. Infundibulum en el lateral derecho. 45,5 x 43,5 x 56. Letras: 4-4,5. Interpunciones en forma de hedera. Letras capitales descuidadas. Hallada en Sofuentes, en el muro de una casa y trasladada después al Castillo de Javier y, de ahí, al Museo de Navarra, en el que se conserva (núm. inv. AF 607) (Fig. 3).

D(is) M(anibus) Valerio · + marito b(ene) m(erenti) · Seueri5 na p(osuit) ESCALADA, F.: 1943, 81; ERZ 35: con Val · E en l. 2 y marito · P en l. 3 (= BELTRÁN LLORIS, M.: 1977, 187; LOSTAL, J.: 1977, 67); IRMN 62; JORDÁN, Á. A., ANDREU, J., y BIENES, J. J.: 2010, 227-229, nº 17 con p(ientissimo) / m(onumentum) en l. 3-4. En la l. 2, tras Val, se observan trazos que podrían corresponder a una letra (¿D?) o ser casuales.

4. Cupa de arenisca con el epígrafe dispuesto en la cara frontal, de la que ocupa la mitad superior y cuyo extremo superior izquierdo se ha perdido. Puluini laterales decorados con una roseta hexapétala, de la que se conserva sólo el derecho. Infundibulum en el lateral derecho. 50 x 42 x 100. Letras: 4. Interpunciones en forma de doble coma. Letras capitales. Hallada en Cabezo Ladrero y trasladada antes de 1946 al Museo de Navarra, en el que se conserva (núm. inv. AF 640). (Fig. 4). 152

Las cupae de las Cinco Villas (Zaragoza)

Fig. 3. Cupa de Valerius (ERZ 35) procedente del Cabezo Ladrero de Sofuentes y hoy en el Museo de Navarra, en Pamplona (Foto: Á. A. Jordán)

D(is) M(anibus) · [¿Se]renus · Nar ·deni (?) · uxsor(i) et · sibi · m(onumentum) · p(osuit) · TARACENA, B., y VÁZQUEZ DE PARGA, L.: 1946, núm. 63 con RENVS·NARV / ENI;

IRMN 63, sin marcar las interpunciones, con Nar[u/ng]eni; cf. GORROCHATEGUI, J.: 1984, 239-240 con ¿Narunseni o Naruneni?; JORDÁN, Á. A., ANDREU, J., y BIENES, J. J.: 2010, 223-225, nº 14 con Nar(cissi filius?) / [Tyc]heni en l. 2-3. Al comienzo de l. 3 se observan restos de un trazo que podría ser D. En l. 4 cabría leer también uxsor[i].

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Las cupae hispanas: origen, difusión, uso, tipología

El único problema de lectura lo plantea el nombre de la difunta, tradicionalmente leído Naru[..]eni e interpretado como vascónico a partir del atestiguado en la cercana estela navarra de Lerga, Narhungesi52. Sin embargo la lectura Naru- se basa en la interpretación como una V minuta de los trazos que aparecen, a media altura, al final de la l. 2, que en realidad corresponden a una interpunción —utilizada en este epígrafe también al final del renglón, como se aprecia en ll. 1 y 4— y difieren por completo del trazado de la V en este epígrafe que no presenta refuerzos marcados. Desgraciadamente, no está comprobado ningún nombre femenino que comience por Nar- y cuente con una declinatio semigraeca como parece desprenderse del final —eni, aunque sí el nominativo Narde, con el que concordaría perfectamente un dativo Nardeni53, que, a falta de una alternativa mejor, proponemos como restitución. 5. Cupa de arenisca local con las cabeceras redondeadas y el epígrafe dispuesto en la cara frontal. Presenta una ligera fragmentación en su parte central, que ha propiciado la pérdida del agujero de libaciones y parte de la pared lateral del rebaje destinado a contener la urna cineraria, así como la pérdida de su ángulo derecho. 35 x 58 x 136. Letras: 5,5-4. Capital cuadrada. Interpunción: apex. Fue descubierta el 13 de Octubre de 2009 en la ladera norte del Cabezo Ladrero, lugar donde se emplaza la necrópolis de la ciuitas. Se conserva en el lugar de su descubrimiento (Fig. 5).

52 53

IRMN 50. Epigraphik Datenbank Clauss Slaby (http://oracle-vm.ku-eichstaett.de:8888/epigr/epiergebnis_de), 31 de enero de 2011: FORLATI TAMARO, B.: 1956, núm. 7: Narde / Grania / |(mulieris) l(iberta), de Adria; PAIS, E.: 1884, núm. 1959 = BRUSIN, B.: 1991-1993, núm. 469 = LETTICH, G.: 2003, núm. 78: Hermeroti Ca/esarum seruo / Ulpia Narde / coniugi fecit b(ene) m(erenti) / loc(o) empto de suo / l(ocus) m(onumenti) in f(ronte) p(edes) VIII (!) a(gro) p(edes) / XV. De Nardis se esperaría un dativo Nardini, cf.. CIL VI, 34120 (Nardis, Nardinis). Los repertorios disponibles no ofrecen otras alternativas para Nar-: LÖRINCZ, B.: 2000, 95: Narbonensis, Narcissus (-issianus), Nardanosa, Nardina, Nardus, Narenia, Narissus, Narius, Narsus.

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Las cupae de las Cinco Villas (Zaragoza)

Fig. 4. Cupa de [Se]renus, también de Cabezo Ladrero de Sofuentes y hoy en el Museo de Navarra (IRMN 63, Foto: Á. A. Jordán)

Fig. 5. Cupa de Iunia hallada en Octubre de 2009 en Cabezo Ladrero, donde se conserva (Foto: Á. A. Jordán)

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Las cupae hispanas: origen, difusión, uso, tipología

D(is) [M(anibus)] Iunia [—] ba · Iun[io —] o ma[rito f(ecit) (?)] JORDÁN, Á. A., ANDREU, J., y BIENES, J. J.: 2010, 216-217, nº 10.

En lín. 2-3 aparece una mujer, donante del monumento. Se trata de una Iunia, de cognomen desconocido, aunque su terminación, y el espacio disponible, invitan a pensar en [Pro]ba, sin descartar otras probabilidades como [Colum]ba, [Phoe]ba, [Al]ba o [Colo]ba. En lín. 3-4 aparecería, como indica la O de lín. 4, el fallecido, un hombre, cuyo nomen era Iunius. La relación entre ambos se desentrañaría en la misma lín. 4, posiblemente en la forma ma[rito]. Este tipo de relación entre dos individuos del mismo nomen plantea la posibilidad de que ambos fueran libertos. b) Sos del Rey Católico 6. Cupa de arenisca con el epígrafe dispuesto en la cara frontal, de la que ocupa la mayor parte y que se encuentra delimitada por una moldura a modo de arco que reposa sobre columnas, de las que la izquierda está perdida. Infundibulum en el lateral izquierdo. 47 x 39 x 78. Letras: 4 (l. 1), 3,5 (l. 2) y 3 (ll. 3-5). Hallada en Fillera, Campo Real, en el curso de labores agrícolas hacia 1960 y trasladada al domicilio de D. Juan Cruz Pérez Gayarre, Sos del rey Católico, en el que se conserva, en posesión de su viuda, Dña. Isabel Valero (Fig. 6).

D(is) M(anibus) Val(erius) Vrsus [p]ater Val(erio) Fortunatiano an5 noru(m) XIII p(osuit) LOSTAL, J.: 1977, 16 (= AE 1977, 470); ANDREU, J., ARMENDÁRIZ, J., OZCÁRIZ, P., GARCÍA-BARBERENA, Mª., y JORDÁN, Á. A.: 2008, 92-93, nº 1.

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Las cupae de las Cinco Villas (Zaragoza)

Fig. 6. Cupa de Val(erius) Fortunatianus (AE 1977, 470) procedente de Campo Real/Fillera, hoy en Sos (Foto: P. Faus)

c) Los Bañales de Uncastillo 7. Cupa de arenisca con el epígrafe dispuesto en la cara frontal, de la que ocupa la mayor parte y cuya superficie se encuentra rebajada. Infundibulum en el lateral derecho. 95 x 102 x 218. Letras: 8,5 (l. 1), 157

Las cupae hispanas: origen, difusión, uso, tipología

10 (ll. 2), 7,5-8 (l. 3), 8 (ll. 4 y 5), 9 (l. 6). Hallada al pie de El Pueyo de Los Bañales hacia 1944, en donde persiste, pese a haberse dado por perdida (Fig. 7).

D(is) · M(anibus) Chresime Semp(ronius) · Paramythius · uxor[i] 5 pientissima[e] f(aciendum) c(urauit) FITA, F.: 1891, 564 con Semp·Fab·Ale en l. 3 (CIL II, 6338aa = ERZ 28 = LOSTAL, J.: 1977, 60 = AE 1977, 475); ANDREU, J., y JORDÁN, Á. A.: 2003-2004, 432-434 con Semp · +am en l. 4; JORDÁN, Á. A.: 2011, 289-290, nº 1. Ll. 2 y 4: H minuta.

La lectura del cognomen del dedicante, una vez localizada de nuevo la pieza, no ofrece dudas. 8. Cupa de arenisca, rota por la parte inferior e izquierda, con la inscripción en la cara frontal, de la que ocupa la mayor parte, con el campo epigráfico dentro de una moldura rectangular que contiene a su vez otras dos redondeadas por la parte superior. Infundibulum en el lateral derecho. (57) x 45 x 84. Letras: 3 (ll. 1-2), 3,5 (ll. 3-4) y 4 (ll. 5-6). Hallada en 2003 en el corral de La Pesquera, junto a la carretera Sádaba-Uncastillo, de donde fue trasladada a la casa de D. Augusto Fernández, Uncastillo, en la que se conserva (Fig. 8).

D(is) M(anibus) Spes mater Ge[m?]elo fil(io) 5 [et S]ucess(o) [ann(orum)]XXX [—- p(osuit)?]

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Las cupae de las Cinco Villas (Zaragoza)

Fig. 7. Monumental cupa de Chresima –la mayor del conjunto cincovillés– conservada in situ en la necrópolis de Los Bañales (CIL II, 6338aa, Foto: Á. A. Jordán). ANDREU, J., JORDÁN, Á. A., NASARRE, E., y LASUÉN, Mª.: 2008, 127-131 con G(aio) (A)e/[m]ilio et L(ucio) / [(A)em(ilio) S]uc(c)ess/o en ll. 3-6.

No puede excluirse la posibilidad de que en l. 5 figura la letra final de [S]ucess/o y quizá la indicación del parentesco —m(arito)?— antes de la edad —an(norum)— que podría estar incompleta. 9. Cupa de arenisca con el epígrafe dispuesto en la cara frontal, de la que ocupa la mayor parte. La superficie se encuentra rebajada. Falta el extremo izquierdo de la pieza. (45) x 31 x 67. Letras: 4 (ll. 2, 4-5), 159

Las cupae hispanas: origen, difusión, uso, tipología

Fig. 8. Cupa de Spes procedente de La Pesquera (Uncastillo), hoy en La Huerta de Bardají de dicha localidad cincovillesa (Foto: J. Andreu)

3,5 (ll. 2-3) y 5 (l. 5). Hallada por D. Luis Pueyo en el Corral de la Mola, cerca de El Busal, hacia 1980, y trasladada después al Museo de Zaragoza, en el que se conserva (núm. inv. 84.16.4). (Fig. 9). 160

Las cupae de las Cinco Villas (Zaragoza)

Fig. 9. Cupa procedente del Corral de la Mola, cerca de Busal, hoy en el Museo de Zaragoza (Foto: A. Beltrán Martínez)

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Las cupae hispanas: origen, difusión, uso, tipología

[D(is)] M(anibus) [...]rin(us) filio [Si]luan(o) 5 [o]ptimo [a]n IX f(ecit) Inédita.

La cupa la dedica el padre, de nombre Nigrinus, Marinus u otro similar, a su hijo óptimo Silvano, de nueve años. Pese a que la presencia del cognomen de éste entre filio y optimo es inhabitual, la lectura de las ll. 3-5 no ofrece otra alternativa. Finalmente, a juzgar por el texto conservado, era con toda probabilidad también una cupa el siguiente epígrafe perdido. 10. E. Hübner tomó la inscripción de L. J. Velázquez quien, a su vez, lo hizo de unas schedae de J. F. A. Uztarroz que seguramente conoció el epígrafe a través del Codex Valentinus54. Se encontraba en una “basa” en Puyarraso (Fig. 10).

D(is) M(anibus) Anticonus et Homu7ll8a Semp(roniae) · Antico5 ne matri 7p8os(uerunt) (CIL II, 2978 con la bibliografía anterior = ERZ 50 = LOSTAL, J.: 1977, 77 = BELTRÁN LLORIS, F.: 1986, 78 nota 76 = GIMENO, H.: 1997, núm. 716; l. 3 = ANDREU, J., y JORDÁN, Á. A.: 2003-2004, 446-448). Homuna (Cod. Val., Velázquez); l. 4: SE.M.P (Velázquez); MATRIIOS (Cod. Val., Velázquez).

54

GIMENO, H.: 1997, 191 núm. 716.

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Las cupae de las Cinco Villas (Zaragoza)

Evidentemente, Anticonus y Anticone están por Antigonus y Antigone, aunque no puede dilucidarse si estaban escritos así o se trata de una mala lectura. La cronología de este conjunto no resulta fácil de establecer, si bien la carencia absoluta de praenomina, de filiaciones o indicaciones de la condición de liberto —obsérvese que en cuatro de las cupae aparecen nombres griegos55— y la presencia de nombres únicos —como Cornelia o Valerius— así como la letra descuidada de muchos de los epígrafes induce a datarlo en el siglo II avanzado o en el III d. E.

Fig. 10. Referencia a la inscripción con posible cupa de Puyarraso (Uncastillo) (CIL II, 2978) en el Codex Valentinus, manuscrito 3610 de la Biblioteca Nacional de Madrid (Foto: Centro CIL II de Alcalá de Henares a partir de las microfichas elaboradas por H. Gimeno).

IV. Las cupae cincovillesas anepígrafas A este conjunto de cupae que han conservado texto se puede añadir un pequeño grupo de monumentos que, por desgracia, han perdido el titulus que les acompañaba. La mayor parte de ellos procede del desconocido municipium emplazado en Los Bañales, o bien de su área de influencia, descubiertos como consecuencia de los trabajos de prospección realizados durante los últimos años por el equipo del Plan de Investigación de la Fundación Uncastillo en Los Bañales.

55

Themis, Eucarpus, Narde, Chresime, Paramythius, Antigonus, Antigone.

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Las cupae hispanas: origen, difusión, uso, tipología

11. Cupa de arenisca local fragmentada por la mitad. Conserva, aunque muy dañado, el rebaje interior para la inserción de la urna cineraria. 65 x 58 x (48,5). Se encontró semienterrada en la linde de dos parcelas sitas en la zona de la necrópolis, a pocos metros de la cupa de Crésima (nº 7), donde se conserva (Fig. 11). ANDREU, J., GONZÁLEZ SOUTELO, S., GARCÍA-ENTERO, V., JORDÁN, Á. A., y LASUÉN, Mª.: 2008, 261; JORDÁN, Á. A.: 2011, 291-292, nº 2.

Fig. 11. Cupa anepígrafa de la necrópolis de Los Bañales, donde se conserva (Foto: J. Andreu)

12. Cupa de arenisca en mal estado de conservación, pues ha sido afectada por una fractura que recorre la pieza desde la cara frontal a la mitad de uno de sus lados. Pese a ello conserva el infundibulum y el rebajamiento para el encaje de la urna cineraria. 77 x 61,5 x 131. La pieza fue hallada en la partida de La Pesquera (Uncastillo), quizá durante las tareas de explanación para la plantación de una viña en la terraza superior de la misma, o durante la realización de una pequeña balsa, pues se encuentra acompañada por diferente material de desescombro. En la actualidad se conserva en el lugar de hallazgo (Fig. 12). ANDREU, J., JORDÁN, Á. A., NASARRE, E., y LASUÉN, Mª.: 2008, 131-132, nº 2.

13. Fragmento de una cupa de arenisca que ha perdido su parte frontal al haber sido partida por el orificio libatorio, cuya apertura es aun perceptible en el lateral derecho de la pieza. Su cara interior se haya rebajada para la inserción de la urna cineraria. 56 x 50 x (70). Se encontró de forma casual en el transcurso de labores agrícolas en la partida de La Pesquera (Uncastillo) (Fig. 13). ANDREU, J., JORDÁN, Á. A., NASARRE, E., y LASUÉN, Mª.: 2008, 132-133, nº 3.

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Las cupae de las Cinco Villas (Zaragoza)

Fig. 12. Cupa anepígrafa de La Pesquera, en el término municipal de Uncastillo (Foto: J. Andreu)

Fig. 13. Cupa anepígrafa de La Pesquera, en Uncastillo (Foto: J. Andreu)

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Las cupae hispanas: origen, difusión, uso, tipología

14. Cupa de arenisca local de pequeño tamaño partida por la mitad, de la que se conserva únicamente la parte trasera, así como parte del rebaje interior para la inserción de la urna cineraria. 45 x (42) x (30). Se encontró en 2008 durante las labores de remoción de tierra para la realización de un canal de desagüe al servicio de una de las viñas del área agrícola de la finca de La Pesquera/Valdelapola, donde se conserva (Fig. 14).

Fig. 14. Pequeño fragmento de una cupa anepígrafa hallada en labores agrícolas en La Pesquera (Uncastillo) (Foto: P. Faus)

ANDREU, J., LASUÉN, E., y JORDÁN, Á. A.: 2009, 132, nº 2.

15. Cupa de arenisca local que conserva el rebaje para la urna cineraria (48 x 31) y el infundibulum en el lado izquierdo. El espacio que debió ocupar el campo epigráfico (56 x 55) se haya dañado pero no parece conservar evidencia alguna de texto. 111 x 55 x 56. Se encontró en el área agrícola que Fig. 15. Cupa anepígrafa de la posible uilla romana de Puyarraso, en Uncastillo, donde se extiende al pie del cerro de se conserva (Foto: P. Faus) Puyarraso. Se conserva in situ en la cara oeste del Corral de Puyarraso, junto con abundante material arquitectónico y estructural de labra romana (Fig. 15). ANDREU, J., LASUÉN, E., y JORDÁN, Á. A.: 2009, 140, nº 3.

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Las cupae de las Cinco Villas (Zaragoza)

Fig. 16. Cupa de Barués, tal vez procedente de Campo Real, y hoy en el Museo de Sada, en Sos del Rey Católico (Foto: Á. A. Jordán)

16. Cupa de arenisca. Está decorada en sus laterales por tres hornacinas y en la parte superior por cuatro franjas en relieve, seguramente imitando las duelas de un tonel. Uno de los frontales está ornamentado con puluini algo dañados. En esa misma cara se ha esculpido una figura humana en relieve portando una jarra y coronada por tres rosas hexapétalas en la parte superior, todo ello dentro de una cartela rebajada. La cara trasera aparece lisa. Conserva, en la hornacina central de su lado derecho, el infundibulum y la parte inferior de la pieza está trabajada para la inserción en ella de la urna cineraria. En las caras laterales se aprecian, como motivo decorativo, rosas hexapétalas y círculos radiados. 55 x 42 x 92. Se encontró en la localidad de Barués, donde debió estar colocada como objeto ornamental en la Ermita de Santa Te durante algún tiempo. Se conserva en el Museo Fernandino del Palacio de Sada, en Sos del Rey Católico (Fig. 16). ANDREU, J., JORDÁN, Á. A., NASARRE, E., y LASUÉN, Mª.: 2008, 133-134, nº 4.

Como se puede apreciar a través de este conjunto de cupae, la mayor parte proceden del área de influencia del municipium de Los Bañales de 167

Las cupae hispanas: origen, difusión, uso, tipología

Uncastillo y adoptan un diseño similar a las cupae encontradas en la zona (nºs 7 y 9), distinguiéndose claramente de los ejemplares de Sofuentes por su sobriedad decorativa, pues éstos últimos destacan por sus imitaciones del frontal de altar en el lado corto. En el polo opuesto se sitúa la cupa de Sos del Rey Católico, cuya riqueza ornamental, documentada sobre todo en Lusitania, no cuenta con paralelos en la zona. Lógicamente, la presencia en el catálogo —en Puyarraso, Barués/Campo Real y en uno de los ejemplares de La Pesquera en el que, en cualquier caso, no puede excluirse la presencia de letras— de, al menos, dos piezas totalmente completas pero carentes de texto nos obliga a tratar de dar una explicación a tan inusual auge de un tipo como el de las cupae anepígrafas en la zona. Una primera explicación plausible parecen ofrecerla los sugerentes datos arqueológicos —sobresalientemente bien documentados— de la necrópolis de la Plaza de la Vila de Madrid, en Barcino, donde muchos ejemplares56 aparecieron con evidencias de haber estado recubiertos de estuco blanco sobre el que se aplicaría el texto, pintado, habiéndose perdido éste y el propio estuco en los ejemplares cincovilleses. Por su parte, y como hemos expuesto en otro lugar57, no deben perderse de vista el hábito epigráfico y funerario de la zona ni tampoco los lugares en que algunas de las piezas han sido halladas. Dejando a un lado el singular conjunto de La Pesquera, tal vez relacionado con un taller de fabricación de este tipo de piezas58, la diversa naturaleza del material epigráfico documentado en Puyarraso permite pensar que estas cupae pudieran haber formado parte de acotados funerarios a cielo abierto cuyas inscripciones estarían grabadas en las placas de sus paredes o en dinteles monumentales, soluciones ambas para las que no faltan ejemplares en la Comarca59.

56

57 58 59

BELTRÁN DE HEREDIA, J.: 2007 y RODÀ, I.: 2007, especialmente BELTRÁN DE HEREDIA, J.: 2007, 23-24. ANDREU, J., LASUÉN, Mª., y JORDÁN, Á. A.: 2009, 134 y 140. LAPUENTE, Mª P., ROYO PLUMED, H., y GUTIÉRREZ, A.: 2011. JORDÁN, Á. A.: 2009

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Las cupae de las Cinco Villas (Zaragoza)

V. La sociedad a través de las cupae cincovillesas Las nueve cupae seguras conservadas con texto en la Comarca de las Cinco Villas han proporcionado un total de veinte antropónimos, a través de los cuales poder acercarse a los estratos sociales que emplearon este tipo monumental en la zona. Como es sabido, y en general, se han identificado especialmente libertos como los principales usuarios de esta forma en otros enclaves60, pauta que, como se verá a continuación, parecen seguir los ejemplares aquí tratados, todos ellos, en cualquier caso, manifestación ya de un hábito epigráfico de carácter rural y tardío, fenómeno éste que explica las estructuras uninominales atestiguadas en muchos de los testimonios. Las cinco cupae procedentes de Sofuentes permiten identificar a doce individuos, de entre los cuales destacan tres que portan el mismo nomen, Valerius. Éstos son Val(erius) Peculiaris (nº 1), Val(erius) (nº 2)61 y Valerius (nº 3). La gens Valeria es una de las que más testimonios epigráficos ha aportado en la desconocida ciuitas de Cabezo Ladrero, conociéndose, además de estos tres, una cuarta atestiguación, procedente de un fragmento de arenisca conservado en el Museo de Navarra62. A pesar de esta proliferación —inusual en las ciudades del conuentus Caesaraugustanus, donde es raro encontrar más de dos testimonios de un mismo nomen— es poco lo que se puede plantear sobre ellos. Por un lado, conviene destacar el cognomen Peculiaris por su rareza en la provincia pues, por el momento, sólo se conoce un segundo testimonio, en la forma de un grafito procedente de Labitolosa63.

JULIÀ, D.: 1965, 45-46, para el caso de las cupae de Barcino y Tarraco, BONNEVILLE, J.-N.: 1981, 38 y TUPMAN, C.: 2005, 130-131 para las de Barcino y BENDALA, M.: 1976, 141 para el caso de las emeritenses.. 61 Del que no se puede descartar que su cognomen comenzara con la secuencia MAR que sigue al nomen, cf. JORDÁN, Á. A., ANDREU, J., y BIENES, J. J.: 2010, nº 16. 62 IRMN 79 = JORDÁN, Á. A., ANDREU, J., y BIENES, J. J.: 2010, nº 18. 63 BELTRÁN LLORIS, F.: 2001, 607. 60

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Por otro lado, la fallecida que figura en la primera de las cupae de nuestro catálogo, Cae(cilia) Themis (o Themi fil.), muestra un nomen también común en la ciuitas desconocida de Cabezo Ladrero, pues está atestiguado en otras dos inscripciones64. Además de la vinculación de Cae(cilia) con una reconocida familia local, puede apuntarse que Caecilia muestra un cognomen de origen griego que podría identificar a la difunta con una liberta. Esta vinculación con ambientes serviles se desprende también del cognomen del marido de la fallecida, Iun(ius) Eucarpus, de origen griego y sólo conocido, por el momento, en otros dos textos de Hispania Citerior, en su variante femenina65. Tal vez pues, Iunius Eucarpus fue un liberto de una gens Iunia, tal vez atestiguada en la cupa nº 5, pero de la que no hay más testimonios en la ciudad. Para finalizar, las restantes cupae procedentes de Sofuentes muestran una serie de tres cognomina, [Se]renus (nº 4), Narde (o Tyche) (nº 4) y Severina (nº 2) y un nomen, Cornelia (nº 3), de diversa significación. Así, conviene destacar el origen griego del cognomen Narde (o Tyche), lo cual podría, de nuevo, relacionar el ambiente en el que se dispuso la cupa como liberto. Por otro lado, no se conservan demasiados testimonios en Hispania Citerior del cognomen Severina (trece), emplazándose el más cercano en Recajo (La Rioja)66, ni de [Se]renus, cognomen que, aunque se atestigua en diecisiete textos de la provincia, sólo se ha encontrado, por el momento, una segunda ocurrencia en el conuentus Caesaraugustanus67. Por último, el nomen Cornelius, -a se atestigua en Sofuentes en dos textos más68. El conjunto de cupae procedente del desconocido municipium de Los Bañales de Uncastillo y su entorno ha proporcionado tres textos, pese al elevado número de monumentos (nueve), la mayor parte de ellos —como se vio más arriba— anepígrafos. El primero de ellos corresponde a la mo-

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CIL II, 2975 = ERZ 32 = JORDÁN, Á. A., ANDREU, J., y BIENES, J. J.: 2010, nº 8 (M. Caec. Proclo) y ERZ, 39 = JORDÁN, Á. A., ANDREU, J., y BIENES, J. J.: 2010, nº 12 (Cae[cilius, -a] [—-]). CIL II, 4337 = RIT 514 (Fabia Eucarpia) y RIT, 172 (Lucretia Eucarpia). ERR 17 = HEp1, 514 (Iulia Severina), originaria de Caesar Augusta. IRMN 57 = HEp9, 438 (Serenu[s]). CIL II, 244* = JORDÁN, Á. A., ANDREU, J., y BIENES, J. J.: 2010, nº 5 ([-] Cornelius [— -]) y CIL II, 2974 = ERZ 33 = JORDÁN, Á. A., ANDREU, J., y BIENES, J. J.: 2010, nº 4 (Corneli[a] [- f.] Placida).

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numental cupa que sirvió de recordatorio a Chresime y que se conserva en la actualidad en la misma necrópolis de Los Bañales (nº 7). En ella, tanto Chresime como Sempronius Paramythius muestran sendos cognomina de origen griego. El primero de ellos, Chresime, se atestigua también en una estela de Marchámalo (Guadalajara), mientras que el cognomen Paramythius sólo se recoge en la provincia en una honra de Barcino69. Probablemente, pues, ambos serían libertos de una misma familia, la de los Sempronii70, grupo familiar del que, por el momento, se conservan seis testimonios procedentes de Los Bañales o alrededores. Los textos, en muchos casos de carácter menor, informan que esta familia quizá fue propietaria de la uilla de Puyarraso en algún momento del siglo II d. C.71. Así, se tiene noticia de un epitafio perdido, quizá una cupa (nº 10), aunque ello no es seguro, procedente de esta uilla, dedicado a Sempronia Anticona por sus hijos Anticonus y Homulla72. Un último testimonio de Sempronii vinculado con el desconocido municipium de Los Bañales procede de un grafito encontrado en superficie, donde aparece un desconocido [S]enpronius con una grafía vulgar, reflejo de la pronunciación habitual del nomen73. Para finalizar, fuera del área de influencia de este municipio cabe destacar las dos referencias a Sempronii procedentes de Asín74, también en las Cinco Villas, si bien no se puede confirmar su relación con los anteriores. La última cupa conservada con texto en la zona de influencia del municipium de Los Bañales se encontró vinculada a la uilla romana de La Pesquera (nº 8)75. En ella se conservan los nombres Spes, Successus y, quizá, Gemellus, aunque este último no es claro. De ella cabe destacar, por su rareza, el cognomen de la promotora, Spes, pues sólo se conserva un segundo testimonio en toda la epigrafía peninsular76. Por su parte,

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AE 1987, 641 (Aemilia Chresima) e IRC IV, 111 (C. Trocina Paramythius). JORDÁN, Á. A.: 2011, y sobre la pieza en concreto ANDREU, J.: 2011(a). Sobre esta uilla puede verse ANDREU, J., LASUÉN, Mª., y JORDÁN, Á. A.: 2009, 136-145. CIL II, 2978 = ERZ 50. JORDÁN, Á. A.: 2011, nº 52. ANDREU, J., y JORDÁN, Á. A.: 2003-04, nº 18 (Sempronius Flaccus) y CIL II, 2981 = ERZ 18 = ANDREU, J., y JORDÁN, Á. A.: 2003-04, nº 16 (Sempronius Festus). Sobre esta uilla puede verse ANDREU, J., LASUÉN, Mª., y JORDÁN, Á. A.: 2009, 126-136. CIL II, 5148 = IRCP, 20 (Domitia Spes).

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Successus no es un cognomen demasiado extendido en el conuentus Caesaraugustanus, conociéndose otros dos casos77, aunque sí en el resto de la provincia en donde se conocen dieciséis atestiguaciones. Así, como se ha visto, dos son las conclusiones básicas que —desde un punto de vista social— se desprenden del repertorio de cupae de las Cinco Villas de Aragón. Por un lado, la presencia de nombres griegos induce a presumir que los comitentes y usuarios de este tipo de monumentos en la zona podrían ser, en buena parte, libertos. Por otro lado, los nomina de los personajes atestiguados —y en particular los de los Valerii, Caecilii o Sempronii— coinciden con los de familias bien atestiguadas en la región. Sin duda, esta caracterización de los usuarios de las cupae vasconas acerca el ámbito de significación del monumento al de las cupae realizadas en Barcino, moviéndose en un mismo horizonte social. Sin embargo, en contraste con las cupae Barcinonenses, la plasmación física de este espacio conceptual en el que se movieron estos individuos —el diseño de la cupa— fue sensiblemente distinto, destacando la sobriedad del conjunto, que remite hacia otras zonas del interior peninsular como, por ejemplo, Complutum o Emerita Augusta. No resulta en modo alguno fácil tratar de explicar el por qué del singular arraigo de este tipo de sepultura monumental en una zona aparentemente periférica del conuentus de la colonia Caesar Augusta. Evidentemente, no debe descartarse que el mapa de hallazgos con que hoy contamos para medir la incidencia del fenómeno en el valle del Ebro esté mediatizado por la falta de hallazgos, cuestión suficientemente importante como para no autorizarnos a afirmar que el fenómeno fuera exclusivo del espacio de Complutum y de las ciuitates del área nororiental del solar vascón. Evidentemente, el modelo de cupa solida adoptada en las necrópolis rurales y cívicas de la zona aquí tratada evidencia notables contagios de la tipología del hábito epigráfico funerario circundante. Así, la forma abovedada de las cupae y el empleo de sus frontales —frente a los laterales, que son los usuales en Barcino o en Tarraco— para grabar el campo epigráfico parecen remitir a la notable presencia de estelas de cabecera circular en la zona de igual modo que la presencia —especialmente en los ejemplares de Sofuentes, y en algunos, 77

CIL II, 5789 = ERSo, 71 (Valeria Venniq. Successa Candidi u.) de Medinaceli e IRMN 55 = HEp5, 623 de Marañón (Navarra) ([Su]ccessus Doiter[i f.]).

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además, de modo evidente (nº 1) (Fig. 17)— de puluini decorativos ha de ponerse en relación con la inusitada concentración de monumenta sepulcrales en forma de altar en la zona78 por lo que se pone de manifiesto que el repertorio de cupae atestiguado en la comarca estudiada se adaptó a las modas del paisaje funerario local. La zona, además, estuvo notablemente bien conectada con Caesar Augusta —y, además, desde época relativamente temprana— y, desde ella —en cuyas necrópolis tal vez las cupae structiles, si no también las solidae, dado el triste final de Fig. 17. Detalle de uno de los puluini degran parte de la producción epi- corativos de una de las cupae de Cabezo gráfica de la colonia, debieron ser Ladrero de Sofuentes (AE 1977, 483) (Foto: J. Andreu) más frecuentes79— con el litoral tarraconense y, por la vía hacia Augusta Emerita, con la Meseta y con el foco de Complutum que, como antes se dijo, ofrece el conjunto tipológicamente más próximo al cincovillés. Es posible que esa apertura al exterior —tal vez reforzando algún ritual indígena que no podemos documentar80— ayudó a la generalización del fenómeno en el territorio de referencia, fenómeno que —en apenas tres años de investigación, también de naturaleza epigráfica— ha convertido a la zona en una de las áreas clave para comprender la incidencia del fenómeno epigráfico en las tierras del Ebro Medio. Sólo proyectos de investigación como el que ha alimentado gran parte de los

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BELTRÁN FORTES, J.: 2004, 106-110 y ANDREU, J.: 2011(a). GALVE, Mª P.: 2008, 106-125 y las reflexiones al respecto que se han hecho más arriba (véase nota 50). Puede resultar útil al respecto la consulta de ANDREU, J., JORDÁN, Á. A., y ARMENDÁRIZ, J.: 2010, nº 3.

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hallazgos que aquí se presentan y, desde luego, reuniones como la que ha inspirado estas actas podrán ayudarnos —a medio plazo— a explicar el por qué del éxito de las cupae en el territorio de las actuales Cinco Villas de Aragón (Fig. 18).

Fig. 18. Estela funeraria procedente de Los Bañales (ERZ 51) decorada con dos cupae como motivo ornamental (Foto: Sánchez Millán)

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