Las construcciones de las personas y las relaciones (2002)

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Descripción

Las construcciones de las personas y las relaciones Harry Procter (2002)

Los primeros sistémicos quisieron cambiar el discurso acerca las dificultades humanas pasando de concentrarse en el funcionamiento individual a las descripciones de relaciones. Jay Haley (1963), en Strategies of Psychotherapy, hizo una lista de muchas palabras describiendo psicopatologías individuales y las contrastó con pocas palabras disponibles para describir las dificultades en las relaciones. Bateson (1954), en A Theory of Play and Fantasy, introdujo su observación radical de que la gente en interacción está constantemente haciendo una definición de la relación como parte de la comunicación entre unos y otros. Para mi esto es una de las más importantes y excitantes contribuciones en el movimiento de la terapia familiar. Sigue siendo de relieve en escritos más recientes como por ejemplo en Realities and Relationships (1994) de Gergen y en el deseo de Lynn Hoffmann de volver en el campo de la terapia relacional (1993), pero la practica concreta de avanzar cuidadosamente, en las sesiones, des de lo individual a lo relacional quizás no está muy enfatizado en la enseñanza actual. Mi trabajo ha consistido en una radical y reciproca crítica entre la psicología de los constructos personales (Kelly, 1995) y los enfoques sistémicos. El enfoque sistémico necesita recordar que los miembros de la familia son seres con la capacidad de sentir y pensar, que tienen su propio modelo del mundo, de la otra gente y de sus relaciones. La psicología de los constructos personales reclama que los pensamientos y las acciones están gobernados por las construcciones que las personas hacen en cada momento, y son estos los constructos que forman parte del sistema de constructos personales que desarrolla la persona a lo largo de su vida. A su vez, la psicología de constructos personales necesita una crítica radical desde una perspectiva sistémica (ver a Procter y Parry, 1978), en la que los propios constructos son vistos como entidades relacionales compartidas y no como eventos cognitivos personales (ver John Shotter, 1969). Tal y como he tratado de argumentar, la psicología de constructos personales aún puede ofrecer mucho a la terapia de familia tanto en la teoría como en la práctica (Procter, 1981, 1985ª, 1996, 2000). Las acciones de la gente están gobernadas por sus interpretaciones, y inevitablemente, en grupos de dos o más personas, toman decisiones sobre como construir relaciones en el aquí y ahora, aunque no necesariamente sean muy conscientes de lo que están haciendo. Cuando un miembro de una familia hace una intervención en interacción con otros dos miembros, por ejemplo un padre que interviene en lo que él ve como “rivalidad entre hermanos” (entre su hijo y su hija), está interpretando la situación de una cierta manera y aplica constructos derivados de su propia familia y sus propias experiencias. El mismo constructo de “rivalidad entre hermanos”, y el que esta rivalidad no es buena cosa, afecta enormemente sus

acciones. Él también juzga sobre su propia relación con cada uno de sus hijos. Por supuesto, sus interpretaciones son totalmente individuales como, por ejemplo, “tener mal genio”. Lo que le podría resultar útil a este padre es que se le ayudara a elaborar más su construcción de las relaciones. En la práctica esto implica que el terapeuta se interese en los constructos a medida que surjan en las conversaciones acerca de la interacción momento a momento. El terapeuta se mete en el mundo de la persona, es lo que Kelly (1955/1991) denomina “actitud crédula”, interesándose por la versión de cada uno, explorando los polos opuestos de sus descripciones, pidiendo por otras situaciones en las que se pueda aplicar, y contribuyendo a la revisión de tales descripciones en situaciones diferentes. Pasar de lo individual a lo relacional es la principal motivación de mi práctica clínica, y un éxito en la alteración del discurso esta dirección se asocia a menudo con cambios significativos en la alianza y en todo el proceso terapéutico. Obviamente es importante no intentar este cambio antes de que la gente se sienta suficientemente apoyada y comprendida (validada) en sus interpretaciones de cómo de preocupantes o intolerables pueden ser sus problemas. Tabla 1. Ejemplos de constructos individual y relacionales. Individuales

Relacionales

Extrovertido

Quererlo a más no poder

Mal humor

Estamos muy unidos

Tímido

Ella siempre me hace enfadar

Tozudo

Siempre estamos discutiendo

No se esfuerza lo suficiente

Me trata como lo hizo mi madre

Brillante

Mama le deja salirse con la suya

Una de las herramientas que ha desarrollado la teoría de los constructos es el de la técnica de la rejilla (Fransella, Bell y Bannister, 2004; Procter 1985b). Es una herramienta útil en la investigación de la familia, aunque en su forma original consume mucho tiempo y puede resultar demasiado larga para la practica cotidiana. Sin embargo, se pueden utilizar modalidades más breves que sólo requieren papel y lápiz para sesiones de terapia familiar, especialmente con niños. La Rejilla de Percepción Familiar (RPF) (Procter, 1996; 2000) coloca a los miembros de la familia como perceptores en un lado (filas) y a los que son percibidos en la parte superior (columnas), y se pide a cada miembro que describa a todos los miembros (ver tabla 2). La RPF pretende obtener constructos individuales. Es una rejilla cualitativa porque no utiliza una calificación, clasificación o cualquier otro método numérico. En cada celda se introducen palabras, frases, o incluso imágenes.

Tabla 2. Rejilla de Percepción Familiar (RPF) Elementos Madre Madre

Perceptores

Andrew

Gemma

Tom (pareja)

Es agresivo. Desearía que fuera menos agresivo. Son mis hijos

Son mis hijos

Es demasiado pesado y restrictivo con Andrew

Andrew

Grita todo el rato. Es un idiota. Lo odio. Me gustaría que se suicidara.

Gemma

Tom

(Gemma dibuja una imagen de sí misma como si fuera un ángel diciendo “se feliz”) Es un mal educado, descarado, agresivo, irrespetuoso. Echa a perder mi casa.

A veces exploto. Es mi deber criarlos con respeto (pero no blando como mi mujer)

La tabla 2 fue construida después de una sesión para resumir los aspectos de la conversación de una forma sistemática. Los cuadros en blanco tienden a ser igual de interesantes en este ejercicio que las celdas que están llenas, a menudo desvelan los puntos ciegos del terapeuta y sugieren nuevas áreas útiles para explorar. Es notable que a pesar de que la percepción de los miembros masculinos y femeninos fuera aprovechada, en esta sesión se habló más de los miembros masculinos. Estaría bien que los terapeutas de familia tuvieran en cuenta que aunque las voces de hombres y mujeres se escuchen por igual, aún hay discriminación de genero: los miembros femeninos son relativamente más invisibles y gran parte de la charla sigue centrada en los hombres. La tabla 3 amplia esta noción para incluir los constructos relacionales en un método que denominamos Rejilla de Percepciones Diádicas (RPD). Anthony Ryle (quien más tarde desarrolló la terapia cognitivo analítica) trabajo mucho en los años setenta con una rejilla basada en las relaciones diádicas (Ryle y Lunghi, 1970; 1971). Su rejilla diádica ha demostrado ser útil para dibujar el cambio ocurrido en el transcurso de la psicoterapia individual mostrando cómo se perciben las relaciones entre varios miembros importantes en la vida de una persona y cómo se ven cambiar a medida que avanza la terapia. En la RPD se anima a las familias a que miren las relaciones posibles entre todos los miembros según cada miembro. La tabla 3 (ver más abajo) resume la conversación y interpreta una familia que he visto recientemente. Rellenar esto puede ayudar a las familias a ser más sensibles a darse cuenta de que los contextos moldean el comportamiento y las experiencias de las personas. En un trabajo reciente, me he centrado en el trabajo con familias donde uno de los niños ha sido diagnosticado con un trastorno del espectro autista (Procter, 2000). El autismo parece

implicar una dificultad para poder explicar las experiencias de uno mismo y de los demás. Kelly (1955/1991) argumentó en su corolario de socialidad que la capacidad de relacionarse esta basada en la capacidad de interpretar los procesos de construcción de los otros. En el corolario de grupo (Procter, 1981) argumenté que la relación exitosa en los grupos implica ser capaz de interpretar las relaciones entre miembros de un grupo y esto forma parte de la base teórica expuesta en este articulo. La persona con autismo presenta una desventaja en este aspecto, aunque con paciencia puede llegar a desarrollar esta habilidad. En los casos en que esto resulta difícil, nos queda la posibilidad de ayudar a la familia a entender más específicamente cuáles son las dificultades del joven autista. Cuando los miembros de la familia son capaces de entender de qué forma sus alteraciones afectan los episodios del día a día de la familia son capaces de hacer que la situación sea menos problemática adaptándose y proporcionándole apoyo. Para ello, le explican las cosas en un lenguaje más sencillo y por pasos. El uso de imágenes y palabras en las rejillas aquí descritas pueden ser más útiles que las explicaciones verbales, e incluso pueden emplearse bien con niños con autismo. Tabla 3. Rejilla de Percepciones Diádicas (RPD) Madre/Padre Madre/Hijo Madre/Hija Madre

Padre

Padre/Hijo

Padre/Hija

Nosotros discutimos pero lo resolvimos la semana pasada Soy cauteloso sobre este tema

Rivalidad entre hermanos ¿Como deshacerse de esto? Ella me agota y es doloroso.

Hijo Hija

Hermano/Hermana

Él no entiende a Mama y la estresa

Mi padre es brillante. Estamos muy unidos

Cuando nosotros discutimos es su culpa

Traducción Guillem Feixas y Alba Rosique

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