La Virgen de Candelaria en la estampa

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ESTUDIO V

La Virgen de Candelaria en la estampa Ángel Muñiz Muñoz

El espectacular desarrollo de la imprenta en el siglo XVI convirtió al

artísticas en los principales centros impresores como Madrid o

libro ilustrado y la estampa suelta —es decir, la imagen impresa— en

Sevilla3. La imagen, principal arma de propaganda religiosa, encontró

uno de los vehículos preferidos y más eficaces de la difusión de ideas

en el grabado una herramienta enormemente eficaz y muy económi-

culturales, científicas y religiosas. A través del grabado se dieron a

ca para llegar a las clases menos favorecidas y a los rincones más ale-

conocer los último avances técnicos o descubrimientos geográficos,

jados. En un primer momento, pinturas y esculturas fueron destina-

los políticos y monarcas más destacados, así como todo tipo de

das a los grupos sociales con mayor poder económico como aristó-

devociones y representaciones religiosas. De esta manera, el auge de

cratas y alta burguesía, mientras que las estampas se abrieron paso

los talleres impresores favoreció sin duda la difusión del arte y los

en los hogares más populares4 . Por otro lado, conventos y cofradías,

artistas de determinados focos culturales europeos, como sucedió en

fueron grandes clientes de editores y libreros en su afán por dar a

el caso de las principales ciudades flamencas —Amberes y Brujas—

conocer los milagros y vidas ejemplares de sus santos. En las sacris-

o Italia, donde las estampas se convirtieron en auténticos catálogos

tías de los conventos se podía encontrar todo tipo de representacio-

para posteriores encargos . Así lo entiende el pintor Eugenio Cajés en

nes asociadas a vidas de santos dominicos, franciscanos, trinitarios,

el siglo

cuando denuncia el escaso conocimiento del arte espa-

jesuitas, así como iconografías marianas, junto con novenas, escapu-

ñol fuera de sus fronteras, en parte, por el reducido número de gra-

larios, que también eran distribuidas por vendedores ambulantes5. En

1

XVII,

badores que trabajan en el país. El pintor se lamenta que en España no ocurra lo mismo que en Italia, donde se realizan grabados de todos sus monumentos, incluyendo las ruinas2.

1

González de Zárate [1992], pp. 13-14.

2

Para la influencia de los grabados europeos en la pintura y la escultura Navarrete

La indiscutible calidad de las planchas de origen europeo, especialmente las flamencas, las situó en un lugar destacado dentro del

Prieto [1998]; Muñiz Muñoz [2008]. 3

mercado hispano; artistas como los Sadeler, Wierix o Collaert no tení-

gio como Diego de Astor, Francisco Heylan, Herman Panneels, Alardo de Popma, Juan de Courbes y Juan de Noort.

an rival alguno en los talleres europeos, por lo que sus diseños fueron repetidos en sucesivas ediciones, incluso, hasta bien adentrado el siglo XVIII. Otros artistas probaron fortuna fuera de las fronteras de sus países de origen, como es el caso de Pedro Perret —artista formado en el taller antuerpiense de Cornelis Cort, y que fue llamado por

Carrete Parrondo [1994], p. 255. Otros grabadores extranjeros alcanzaron gran presti-

4

Carrete Parrondo [1994], p. 233.

5

Gallego [1990], pp. 177-9: «La pujanza entre las órdenes religiosas dio lugar a que entre ellas se establecieran rivalidades en cuanto a cuál tenía una historia más llena de milagros y de santos: dominicos, trinitarios, franciscanos, jesuitas (…) y otras muchas hacen un gran despliegue de estampas para dar a conocer a sus fundadores

Felipe II, convirtiéndose en uno de los grandes grabadores activos en

y la vida y virtudes recibidas. Vendiéndose en las sacristías de los conventos estam-

la Península— que crearon talleres e iniciaron auténticas escuelas

pas que alentaban estas devociones, junto con novenas, triduos, escapularios».

Virgen de Candelaria (detalle) [CAT. 115]

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este sentido, destacan especialmente las veras efigies locales, cuyas

cación de las letras que se registran en la orla de su vestido», según

representaciones impresas tuvieron gran acogida entre la sociedad

apunta Viera y Clavijo8. Lamentablemente, no hemos podido localizar

más devota. La cercanía de estas iconografías las convirtieron en

esos grabados —los primeros de los que tenemos constancia—, aun-

objeto de encargo de parroquias y fieles como en el caso la Virgen de

que es posible que se tratara de la representación de la talla sin ves-

Atocha, en Madrid, o la Virgen de Montserrat, en Cataluña , llevadas a

tir. El hecho de que estuvieran acompañadas de una explicación de

la plancha en numerosas ocasiones.

las letras del vestido sugiere que pudiera tratarse de la representa-

6

ción de la imagen tal y como apareció en las costas de Tenerife. De la misma manera, tampoco podemos considerar una imagen

PRIMERAS REPRESENTACIONES DE LA VIRGEN

fiel la pequeña xilografía que aparece en la Conquista y Antigüedades

DE CANDELARIA

de las islas de la Gran Canaria, de Juan Núñez de la Peña (Madrid, Hasta el momento, desconocemos la primera representación de la

1676), una representación mariana típica de mediados del siglo

Virgen de Candelaria grabada en papel, ya que los testimonios más

que podemos relacionar con otras iconografías como la Virgen de

tempranos que nos han llegado se remontan al segundo tercio del

Atocha o la Virgen de Illescas —que mencionamos posteriormente—

siglo XVII. Las láminas más antiguas que conocemos no pueden con-

, e incluso con la estampa de la Virgen de Candelaria del presbítero

siderarse veras efigies de la imagen que estudiamos. En este sentido,

Marcos Orozco, que estudiamos más adelante. Al contrario que el

la pequeña estampa realizada sobre taco de madera que ilustra la

grabado que ilustraba la obra de fray Alonso de Espinosa, esta lámina

portada de Del origen y milagros De la Santa Imagen de nuestra Señora

representa una talla de vestir sobre peana, con un amplio manto, y

de Candelaria, que apareció en la Isla de Tenerife, con la descripción de

flanqueada con sendos jarrones con flores; una representación maria-

esta Isla, por fray Alonso de Espinosa, impreso en Sevilla, en casa de

na cuya relación directa con la imagen de la Virgen de Candelaria

Juan de León, 1594, no es una representación de la talla venerada en

descartamos.

XVII

Tenerife, ya que no muestra ningún elemento iconográfico que nos

En este estudio queremos prestar especial atención a las veras efi-

recuerde dicha advocación . Es una representación de la Virgen y el

gies vestidas, es decir, aquellas representaciones en las que la talla se

Niño, rodeada de sol, similar a otras estampas como la que ilustra la

representa con mantos y túnicas añadidos. La documentación que

obra Cuerpo enfermo de la milicia española (Madrid, Guillermo Druy,

nos ha llegado evidencia la costumbre arraigada e vestir a las imáge-

1594); o Primera, segunda y tercera parte de los exercicios espirituales

nes devocionales para lograr un mayor naturalismo. En 1555, la

para todas las festividades de los santos (Madrid, Alonso Martín, 1608).

Virgen de Candelaria «estaba bestida toda de damasco blanco, una

Las ilustraciones de las primeras obras impresas relacionadas con

saya, una saboyana y una corona de oro en la cabeza»9, como tam-

el Archipiélago se caracterizan por ser ediciones bastante discretas

bién ocurría, entre otras, con Nuestra Señora del Pino, en Gran

con escasísimas ilustraciones; la obra de fray Alonso de Espinosa o,

Canaria, o la Virgen de Las Nieves, en La Palma. La preferencia del

incluso, las Noticias de la Historia General de las Islas Canarias de José

devoto por una talla vestida o revestida se tradujo también en la pin-

de Viera y Clavijo —impresa en Madrid en 1776— carecen práctica-

tura, donde se populariza la representación de la imagen con túnicas

mente de imágenes. Así ocurre en Antigüedades de las Islas

y pesados mantos, así como toda suerte de joyas y alhajas adornan-

Afortunadas De la Gran Canaria. Conquista de Tenerife Y aparescimiento

do el sagrado icono.

7

de la Imagen de Candelaria de Antonio de Viana, impreso en Sevilla en 1604, cuya edición príncipe no incluye ninguna lámina alusiva a la

6

imagen mariana.

AAVV [1995], 1995.

7

Gaviño de Franchy [2001], p. 359.

En 1634, el jesuita Alonso de Andrade envía «desde España» a La

8

Viera y Clavijo [1982], t. II., p. 811.

Laguna «algunas estampas de la imagen de la Candelaria y una expli-

9

Pérez Morera [2008], p. 221. Véase también el Estudio II.

4

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EL MODELO DE OROZCO, UNA IMAGEN DEL SIGLO XVII

El grabado más antiguo que conocemos hasta la fecha es el realizado por el presbítero Marcos Orozco en 1667, en Madrid10. Este grabador es autor de una amplia producción durante la segunda mitad del siglo XVII, aunque su obra más importante la lleva a cabo en el último tercio de la centuria, especializándose en temas de carácter religioso. Estampas de santos, Vírgenes y Cristos, impresas principalmente en Madrid, Salamanca, Burgo de Osma, Sevilla y Valladolid, conforman la mayor parte de su producción11. Como mencionamos anteriormente, los talleres de grabado recibían encargos de conventos, parroquias o, incluso, particulares, para llevar a la plancha reproducciones de sus principales advocaciones. De esta manera, Juan de Noort realiza la

Tenerife de las/ Canarias /Marcus Orozco Sculpsit Mti. 1667. Sin embargo, el espacio con pesados cortinajes, candelabros, la peana y los jarrones, son aportaciones del grabador; elementos comunes a otras representaciones marianas anteriormente mencionadas como la estampa de la Virgen de la Caridad de Illescas, en la que el mismo autor representa a la imagen en un espacio similar, sobre peana de orfebrería, rodeada de dos jarrones y candelabros, aunque con los atributos propios de la iconografía representada: de frente, sujetando al Niño con ambos brazos, y luciendo un rostrillo y corona originales. En definitiva, se trata de una representación de la sagrada imagen en un espacio común, aunque incluye sus atributos originales, de forma que son reconocibles.

estampa de la Virgen del Buen Fin del Hospital de San Luis de Madrid; Ana Heylan abre el grabado de la Virgen de la Esperanza; mientras

EL CASO PARISINO. LA ESTAMPA DE ¿REMONDINI?

que Gregorio Fosman es el autor de la lámina de la Virgen del

Uno de los grabados más bellos realizados sobre la vera efigie de la

Remedio de la Fuensanta (1706). Precisamente, este artista realiza en

Candelaria es el realizado por Remondini, que se conserva actual-

1677 un grabado dedicado al Santísimo Cristo de La Laguna, del que

mente en una colección particular tinerfeña [CAT. 115]. Esta pieza se

se conserva un ejemplar en el Archivo Histórico Provincial de Las

trata, en realidad, de dos estampas distantes cronológicamente entre

Palmas12. La Villa de Illescas encargó la estampa de Nuestra Señora de

sí, formando una única lámina. Por un lado, el retrato de la Virgen de

la Caridad a Marcos Orozco, quién también es el autor del grabado de

Candelaria, con la dedicatoria y el escudo del comitente, aparece fir-

la Virgen de Atocha (1668), dedicado por el convento de Atocha al

mada en Venis por Chez Monsieur Remondini, lo que indica un eslabón

rey Carlos II.

francés en la edición de la lámina. La certeza de conocer al editor, así

En el caso de la estampa canaria, Orozco recupera un diseño simi-

como el escudo nobiliario que aparece en relación «al más humilde

lar al utilizado en otros grabados suyos de la misma época, como en

hijo devoto suyo», nos permite situar cronológicamente el grabado

el ya mencionado de la Virgen de Atocha, realizado al año siguiente

con cierta precisión.

(1668); una imagen mariana ataviada con lujosos ropajes, corona y

Sin embargo, la estampa se enmarca en una orla muy anterior

joyas, sobre una peana de orfebrería, situada frente al espectador en

que sí aparece firmada por el grabador, F. Miotte (acaso Francesco

un espacio decorado con cortinajes y candelabros. A ambos lados de

Miotte?) y el editor, Bonis formis (De Bonis?); mientras que en la parte

la figura, en el suelo, se colocan dos jarrones con flores13. Sin embar-

inferior se puede leer con claridad la fecha de edición, 1636, época

go, parece seguro que el autor tuvo acceso a alguna representación de la imagen canaria, ya sea mediante un dibujo o boceto, grabado o

10

Para conocer más sobre este personaje: Gallego [1990], p. 177: Su condición de reli-

pintura, que pudo reproducir en la estampa. El diseño de los ropajes

gioso le especializa en estampas de devoción y portadas y retratos de libros de tipo

y manto, las joyas características como la madeja de perlas, el rostri-

hagiográfico. Ceán Bermúdez se refiere a él en su Diccionario, así como el Conde de

llo —tan particular—, y el Niño, sujetando el pajarillo mientras dirige la mirada hacia abajo, evidencian la utilización de un modelo cercano a la imagen tinerfeña, como reza la leyenda: Verdadero retrato de la Milagrosisima imagen de Nra. Señora/ de la Candelaria de la Isla de

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la Viñaza en sus Adiciones. 11

Garcia Vega [1984], t. I, p. 148

12

Este grabado fue dado a conocer por el profesor Galante Gómez [2002].

13

García Vega [1984], t. I, pág. 169. Comenta algunas de las iconografías más reproducidas en estampas españolas del siglo XVII, así como diversas advocaciones marianas.

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Virgen de Candelaria. Colección particular. Santa Cruz de Tenerife

anterior, incluso, a las primeras publicaciones de los Remondini, que

mano y la balanza en la otra, y tocada con una especie de casco mili-

se inician hacia 1640. Se trata, de hecho, de un ejemplo claro de reci-

tar. El espejo y la serpiente suelen ser los atributos de la Prudencia,

claje artístico en el que se ha recurrido a una pieza más antigua para

que en este caso personifica una figura femenina sentada, apoyada

enriquecer la nueva.

sobre una calavera. En ocasiones, la Prudencia se representa como

La orla, editada por De Bonis probablemente en Nápoles, repre-

una figura femenina con tres caras (memoria-inteligencia-providen-

senta las cuatro virtudes cardinales, así como otros diseños ornamen-

cia: pasado-presente-futuro). La iconografía de la Prudencia con tres

tales propios de la época . En la esquina superior izquierda, la Justicia 14

está representada en su forma más común, con una espada en una

6

4

García Vega [1984], t. I, p. 296.

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rostros ya fue citada por Cicerón en De Inventione. La Fortaleza, por su

que según reza la dedicatoria fue encargado en la villa de «Venis Chez

parte, ostenta una columna, en su versión más común, y aparece

Man. Remondini», y no «presso Remondini, Venezia» o «presso

tocada con un yelmo como la Justicia. La Templanza la encontramos

Giuseppe Remondini», como hubiese sido propio en una edición

representada como una mujer que derrama agua en un recipiente.

veneciana. Todo ello concluye en la hipótesis de que la estampa se

La imagen de la Virgen, de gran elegancia, aparece tocada de

adquiriera en París y no en Venecia, tal y como asegura la dedicatoria.

forma similar a la que muestra, por ejemplo el óleo de la iglesia de Santo Domingo de La Orotava [CAT.

102].

El Niño, sobre el brazo

LA RUE SAINT JACQUES

izquierdo, mientras que la Virgen sostiene la candela con la mano derecha. En la parte inferior incluye la leyenda alusiva a la imagen:

La Universidad de La Sorbona acogió hacia 1470 la primera imprenta

«Verdadero Retrato de la Milagrosíssima / Imagen de nuestra senno-

que se instaló en París. El foco cultural que generaba la escuela fran-

ra de Candelaria / Hallada en las orillas del mar de Tenerife una / de

cesa en pleno siglo

las Canarias cuyas playas tomaron y / conserban aun el nombre de la

centista— fue el cliente perfecto para un producto como el libro

S. Imagen mandada Estampar por el más humilde hijo devoto suyo /

impreso, que surgía como la auténtica revolución del mundo moder-

en la villa de Venis Chez Man. Remondini» .

no. Unos años más tarde, el centro editor se trasladó a la vecina calle

15

XV

—uno de los más activos de la Europa rena-

Saint Jacques que, a la postre, acogió gran parte de las librerías y talleres editores de la capital del Sena. La mayoría de estos negocios

El más humilde hijo devoto suyo

se concentraban en la montaña de Saint Genevieve y en la citada

El escudo nobiliario que aparece bajo la vera efigie recoge las armas

calle, situada en el barrio de la Universidad, donde incluso estuvo

de los apellidos Hoyo, Solórzano, Sotomayor y Van Dalle , lo que nos

localizada durante algún tiempo una librería abierta hacia 1567 por

llevaría a relacionar la identidad del hijo devoto con don Cristóbal del

Cristóbal Plantin, fundador del taller más importante de Europa

Hoyo y Sotomayor,

durante los siglos XVI y XVII.

16

II

Marqués de San Andrés y Vizconde de Buen

Paso, personaje bien conocido en la historia canaria por sus escritos

En la rue Saint Jacques encontramos, entre otros, los negocios del

literarios y protagonizar una vida con tintes novelescos y algún que

librero Pierre Guillaume Cavelier, o de Nicolas Le Clerc, que tuvo tien-

otro percance con la Inquisición. Sin embargo, y según apunta

da en esta calle y en la rue de la Bouclerie18 y durante los siglos

Fernando de la Guerra, descendiente suyo, el comitente no sería otro

XIX

que don Gaspar del Hoyo y Alzola, I marqués de San Andrés, cuya

mantuvieron sus negocios hasta principios de la siguiente centuria.

y

XVIII

congrega los talleres de numerosos grabadores y editores, que

memoria se conserva «en las estampas de la Virgen de Candelaria

El Museo de Historia y Antropología de Tenerife, en La Laguna,

que imprimió en París con las armas de Hoyo i Sotomayor» . Gober-

conserva una de esas estampas editadas en París y encargada proba-

17

nador y capitán general de Nueva Andalucía, Cumaná y Nueva Barcelona, en Venezuela, Gaspar del Hoyo recibe en 1708 el título de

15

Los Remondini fueron una dinastía de tipógrafos e impresores italianos establecidos

marqués de San Andrés, y el de vizconde de Buen Paso para su pri-

en Bassano del Grapa (Vicenza, Veneto) en los siglos

mogénito por el servicio prestado a la Corona.

mondini (†1711), fundador de la dinastía, se inició en el oficio hacia 1640. Giuseppe Remondini

Este tinerfeño ilustre residió gran parte de su vida en París hasta

(1677-1750); Giovanni Battista (1713-1773); Francesco (1773-1820).

través de una red organizada de vendedores ambulantes. 16

dedicadas a la Virgen de Candelaria, aunque desconocemos el núme-

Agradecemos la información heráldica y la ayuda en la identificación del personaje a don Juan Gómez-Pamo, quién amablemente nos ha facilitado los datos precisos.

ro exacto de encargos que realizó. En este sentido, parece claro el

17

Fernández de Bethencourt [1952], t. II, p. 994, t. II, p. 993.

más que probable eslabón francés en la adquisición del grabado, ya

18

Mellot y Queval [1997], p. 154.

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Giuseppe Antonio Re-

Vendían estampas de todo tipo en las principales ciudades europeas, como París, a

1719 —año en que regresa a Tenerife— y, al parecer, fue en la capital francesa donde encomendó la realización de una serie de estampas

II

XVII-XIX.

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blemente por el marqués de San Andrés antes de su regreso a las Islas

Los talleres de Chereau y Remondini no fueron los únicos que

[CAT. 118]. En este caso se trata de una lámina que repite el diseño del

dieron a la luz estampas de la Virgen de Candelaria «mandadas

grabado de Remondini, aunque introduce algunas variantes que lo

estampar por el mas humilde hijo devoto suyo». En colección par-

alejan estilísticamente de aquél. La Virgen, representada de medio

ticular tinerfeña se conserva un grabado dedicado a la misma advo-

cuerpo, presenta los atributos iconográficos que la identifican con la

cación mariana [CAT. 116]; sin duda, una variante más de las estampas

imagen venerada en Tenerife. Asimismo, los pesados cortinajes enmarcan la composición, construyendo un fondo que será repetido

19

grafía básica para el estudio del grabado en París en el siglo

en las otras láminas parisinas. Según reza en la parte inferior de la

Chereau el Joven, aprende el oficio de manos de su hermano Francois

XVIII.

Thieme-Becker

[1912], v. 6, p. 462; Portalis [1970], vol 1, p. 378-385; Preaud et alt. [1987]; Benezit

lámina, debemos la edición a Jacques Chereau, grabador y marchante de estampas (Blois, 1688-París, 1776). Conocido como Jacques

Agradecemos a doña Concepción Huidobro Salas que nos haya facilitado la biblio-

[1966], p. 711. 20

Virgen de Candelaria. Buril. Ed. Casa de Monthard (Mondhare?), calle Saint Jacques. Leyenda: «Verdadero retrato de la Milagrosissima Imagen / de nuestra Señora de Can-

y obtiene el privilegio para editar en 1739, dedicándose especialmen-

delaria, hallada en las orillas del mar de Tenerife una de / Canarias; cuyas plazas toma-

te a la realización de imágenes religiosas que distribuirá por toda la

ron y conservaron aun el nombre de la Sancta Imagen…». Riquelme [1990], p. 136.

Península . Según describe en su firma, Chereau es uno de tantos 19

impresores y libreros asentados en la rue Saint Jacques. De otro de los grabados salidos de los talleres de la rue Saint Jacques se conserva un ejemplar en colección particular de Güímar20. Esta estampa repite el modelo parisino, siguiendo fielmente la composición de los ropajes, joyas y otros atributos identificativos como la vela —idéntica a la del resto de estampas— y los cortinajes del fondo que vuelven a repetirse en sus detalles más insignificantes como los nudos o los flecos. Sin duda, se trata de un grabado que recupera el modelo parisino, repetido en otras ocasiones. Sin embargo, lo singular de esta imagen —al igual que ocurría con la estampa editada por Remondini— es la composición invertida en la que el Niño Jesús aparece a nuestra derecha y la candela a nuestra izquierda, al contrario que en el modelo original. Los grabados son el resultado de la impresión en papel de un taco de madera (xilografía) o una plancha de metal (calcografía) en la que se ha dibujado un diseño previo. Tanto la composición como las letras que se diseñan sobre la plancha deben estar invertidas, de manera que el calco reproducido sobre el papel muestre el diseño definitivo como si de un espejo se tratara. Es probable que el autor llevara a la plancha el diseño de un grabado, sin tener en cuenta la necesidad de invertir la composición para un resultado óptimo. En otras ocasiones, como ocurre en estampas impresas en talleres flamencos y alemanes, los grabadores recurrían a un espejo para variar formalmente las composiciones e introducir así ciertas variantes en las obras; evidentemente, éste no es el caso.

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Virgen de Candelaria. Museo de Historia y Antropología de Tenerife. La Laguna

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de tipo parisino. Debemos poner en relación esta lámina con la que

A partir de entonces, Jean trabajará en solitario con la misma direc-

se conserva en colección particular de Güímar, antes mencionada, ya

ción: «Chez Jean, rue Saint Jean de Beauvais». Este argumento nos

que ambas muestran grandes coincidencias en detalles de la compo-

invita a pensar que la pieza podría tratarse de una obra posterior a

sición como los cortinajes, la candela o el rostrillo —adornado con

1715 —posiblemente hacia el último tercio del siglo XVIII—, fecha en la

pequeñas flores y no con estrellas como en el caso del grabado de

que Gaspar del Hoyo encarga los grabados de la Virgen de Candelaria.

Chereau—. Mientras en la estampa editada por Remondini encontrá-

Entre los grabados encargados por Gaspar del Hoyo Solórzano,

bamos un eslabón francés, no deja de resultar curioso que las señas

I

del editor de esta lámina aparezcan en italiano: «En Paris en casa de

por encargo del mismo noble tinerfeño en 1715, según reza la propia

Jean Strada ditta Jean de Beauvais», (en casa de Jean calle llamada

leyenda. Conservado en colección particular, este grabado sigue el

Jean de Beauvais).

esquema parisino, en el que la Virgen se representa de medio cuerpo,

El editor Pierre Jean (†1815) desarrolla parte de su actividad con su suegro L. J. Mondhare bajo la firma «Mondhare et Jean, rue St. Jean

marqués de San Andrés cabe destacar una lámina realizada en París

vestida con amplios ropajes y abundantes joyas, en medio de pesados cortinajes a modo de telón21.

de Beauvais», hasta 1792, año en que Mondhare cesa su actividad. UN GRABADO TARDÍO

De entre las estampas parisinas, merece especial atención la realizada en los talleres de Basset y conservada en una colección particular de Puerto de la Cruz, en Tenerife [CAT. 117]. Se trata de una vera efigie de la Virgen de Candelaria de cuerpo entero bajo un dosel adornado con flores y coloreada a mano en acuarela; el único grabado de este estilo que hemos encontrado. Sin embargo, si nos acercamos con detenimiento a la lámina apreciamos cómo se trata de una versión más del modelo parisino, aunque se ha continuado el diseño en la parte inferior de la imagen; de hecho, el irregular modelo de la madeja de perlas —no así de los elementos más identificativos de la imagen— deja entrever cierta improvisación por parte del autor. En este caso se trata de una estampa más popular que las anteriores y un caso excepcional, ya que representa la imagen de cuerpo entero al contrario que el resto de láminas. El autor o el comitente quiso que la vera efigie mariana que ya conocemos en grabados parisinos fuera realizada de cuerpo entero, sobre peana, lo que motivó sin duda que el grabador poco riguroso tratara de continuar el diseño con cierta improvisación. De hecho, si observamos con detenimiento la estampa apreciamos cierta inexactitud en la continuación de elementos como la madeja de perlas y el manto.

Virgen de Candelaria. Colección particular. Puerto de la Cruz

L A V I G E N D E C A N D E L A R I A E N L A E S T A M PA

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Esta lámina fue recogida por Riquelme Pérez [1990], p. 136.

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La casa fundada a principios del siglo XVIII por L. Basset se establece en la rue Saint Jacques22 como editora de estampas y desarrollará su labor hasta la siguiente centuria. Un Basset el Joven sucede al fundador hacia 1725, y es reemplazado a su vez por Basset l’ainé (André?), el más activo de la saga familiar. Los Basset consolidaron uno de los talleres más exitosos del París dieciochesco. Sus estampas, de cierto aire popular, se caracterizaban por la falta de definición en el trazo y la composición; incluso, muchas se coloreaban posteriormente a mano con gran imprecisión, creando un efecto de rapidez en el que, al parecer, no reparaban los compradores y comitentes. Aunque hemos querido incluir esta lámina entre los grabados de tipo parisino, no resulta fácil situar cronológicamente esta lámina, ya que el taller del que sale se aleja sensiblemente en el tiempo del año 1715 en el que, al parecer, fueron encargadas las estampas —por lo menos, algunas de ellas— por Gaspar del Hoyo. De hecho, éste sería el único grabado de origen francés que no está dedicado «por el más humilde hijo devoto suyo» en alusión al noble tinerfeño. Sin embargo, bajo la imagen de la Virgen se quiso incluir el escudo de los ape-

Virgen de Candelaria, por Juan Pérez (1703)

llidos Hoyo y Solórzano, que en este caso sí podrían hacer referencia directa al vizconde de Buen Paso, Cristóbal del Hoyo.

EL CASO SEVILLANO

El grabador Juan Pérez lleva a la plancha en 1703 el lienzo de Nuestra Señora de Candelaria que se encontraba en aquella época en la catedral de Sevilla. Al parecer, y según recoge Viera y Clavijo, la pintura habría sido colocada allí desde 1701 por el presbítero canario Carlos Andrés Fernández del Campo23, personaje nacido en Las Palmas de Gran Canaria, que habría desempeñado alguna labor en la seo hispalense. Juan Pérez desarrolla su labor en Sevilla en los últimos años del siglo XVII y la primera década de la siguiente centuria, especialmente en portadas de libros, escudos de armas y láminas de devoción. Está considerado discípulo de Matías de Arteaga —pintor formado con artistas de la talla de Murillo y Valdés Leal—, uno de los grandes nombres del panorama artístico sevillano de la segunda mitad del

22

Benezit [1966], t. I, p. 497.

23

Viera y Clavijo [1982], t. II, pp. 885-886.

10

Virgen de Candelaria, por Laureano Villalobos (1725)

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siglo XVIII24. La vera efigie de la Virgen de Candelaria de la Catedral de

su residencia de la plaza de La Candelaria un museo de cierto nivel.

Sevilla volverá a servir de modelo a otro grabador, también del ámbi-

Este gabinete de curiosidades a la moda destacaba sobre todo por

to sevillano, que reproduce la imagen en una estampa firmada en

contar con instrumentos de medición, una cámara oscura, y globos

1725 según reza en la leyenda: «Verdº Retrº D N Sª d la Candelaria

terráqueos, que lamentablemente desaparecieron en su mayoría en

Aparesida en Canarias Colocada en esta / Sª Iglesia Metropª. I Pa-

el incendio que asoló la ciudad en 178427. La estampa es una muestra

trialchal de Seuilla. El Emmº Sr Cardl. Arias Arçobo / de Seuª. Concº

más de la devoción de Bartolomé Méndez Montañés a la Virgen de

100 dias de Ind. a qn. Resaren una Salve a esta Sª. Imagn. El /

Candelaria, a la que dedica el magnífico monumento erigido en la

ExcºSrDn. Luis de Salcedo y Azcona Arcobº d Seuilla Conc. 40 / dias d

plaza principal de la ciudad28, en cuyo fuste priamidal puede leerse:

Inds. Vna Salve y pidiendo p el esado d Nª Sª M Iglª.// Villalobos fecit.

«A expensas y cordial devoción del capitán D. Bartolomé Antonio

Hispali An. De 1725 M». Laureano Villalobos, artista establecido en la

Montañes, castellano perpetuo del castillo real de la marina de

ciudad del Guadalquivir, llevó a la plancha este lienzo aunque sin la

Candelaria». La imagen que reproduce el grabado se aleja del mode-

fortuna del grabado realizado por Juan Pérez. Según recuerda Carlos

lo parisino y nos acerca más a las representaciones pictóricas surgi-

Gaviño de Franchy, este artista, al que se debe también un retrato del

das en la Isla durante la centuria. Se trata de una estampa de gusto

beato José de Anchieta, no debió alcanzar el prestigio de otros auto-

popular aunque con cierto encanto, atribuida por Gaviño de Franchy

res, ya que no aparece en los principales repertorios de artistas, como

a Miguel Rodríguez Bermejo (1721-1790), uno de los primeros graba-

el de Ceán Bermúdez o el conde de la Viñaza . La lámina no alcanza

dores del ámbito insular de cuya producción conocemos muy poco

la calidad de la primera, aunque se aprecia cierta minuciosidad en los

y que merece un estudio más detallado [CAT. 68]. El pesado manto y la

detalles de la obra. Como hiciera Juan Pérez, repite el mismo marco

gran candela —sin relación alguna con las del tipo de Remondini o

de regusto barroco que desconocemos si era parte del original o una

Chereau—, así como el rostrillo, nos acercan al modelo habitual de

aportación del discípulo de Matías Arteaga.

verdaderos retratos pintados en la Isla29.

EL CASO CANARIO

DOS ICONOGRAFÍAS DIFERENTES

La escasez de obra gráfica realizada en el Archipiélago canario antes

Uno de los temas sobre la Virgen de Candelaria que mejor acogida

de siglo XIX hace que las láminas realizadas hasta esas fechas tengan

tuvo en la plástica fue la representación de su aparición o hallazgo en

una valor histórico importante. Este es el caso de la estampa encar-

las costas tinerfeñas. Conocemos varias obras situadas cronológica-

gada por el capitán Bartolomé Méndez Montañés en el segundo ter-

mente en el siglo XVIII en las que se repite el mismo esquema presidi-

25

cio del siglo

XVIII,

que se conserva en una colección particular de

Tenerife [CAT. 68]. Capitán de milicias y castellano de la fortaleza de

24

Candelaria, Bartolomé Antonio Méndez Montañés, natural y vecino

Carrete Parrondo [1994], p. 343: Matías de Arteaga (1630-1703), pintor y grabador formado con Bartolomé Esteban Murillo y Valdés Leal, es uno de los grandes nombres

de Santa Cruz de Tenerife, fue capitán de forasteros y síndico perso-

de la Sevilla de la segunda mitad del s.

nero. Testó en 1780, dejando sus bienes a los hijos de Matías

Murillo, y la Apoteosis de San Francisco y Triunfo de la Eucaristía de Francisco de Herrera

Rodríguez Carta, su vecino y amigo26.

el Mozo, ambos de la Catedral de Sevilla, como hará posteriormente su discípulo Juan

Este personaje fue un destacado ciudadano del lugar, que puso

Grabará el retrato de San Fernando, de

Pérez con el lienzo dedicado a la Virgen de Candelaria. 25

en marcha diversas empresas mercantiles relacionadas con la pesca y

Gaviño de Franchy [2001], p. 338.

26

la salazón de pescado, aunque algunas de ellas sin gran éxito. Según

Cioranescu [1998], t. I, p. 570 (nota 184).

27

Cioranescu [1998], t. I, pp. 512-3.

las crónicas que nos han llegado, además de su faceta empresarial,

28

Véase el Estudio III.

Méndez Montañes cultivó otras aficiones que le llevaron a reunir en

29

Véase el Estudio II.

L A V I G E N D E C A N D E L A R I A E N L A E S T A M PA

XVII.

11

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mente en Tenerife. Se trata, en este caso, de una versión un tanto naiff del modelo que comentamos, realizado sobre un taco de madera; uno de los pocos ejemplos de este tipo que hemos localizado. La Virgen preside de nuevo la composición, rodeada de los mismos personajes que ya hemos comentado en otros grabados. Sin embargo, tanto la técnica empleada como el estilo aportan a la pieza un encanto propio de las obras más populares, que no persiguen la excelencia artística, sino la transmisión de imágenes devocionales reconocibles por los fieles. Precisamente, esta característica supone una gran dificultad para documentarlas cronológicamente. Es probable que estemos ante una composición en dos tiempos; la escena principal quizá corresponda al primer tercio del siglo XIX. La exquisitez y limpieza del texto de la dedicatoria o la firma del autor «L. C. G.» invitan a situarla con posterioridad al resto de grabados comentados en este estudio. Por otro lado, la dedicatoria «a devoción de Fr. Mathias Gutierrez» del convento de Padres Predicadores, sugiere el año 1835 —cuando con motivo de la desamortización los frailes abandonaron el convento— Virgen de Candelaria entre guanches.

como límite cronológico para su realización. Sin embargo, los moti-

Museo Internacional Canario de Artes Decorativas Cayetano Gómez Felipe

vos decorativos sitados en torno a la escena sugieren una cronlogía

La Laguna

posterior, por lo que podemos estar ante una reedición modificada de un modelo previo. do por la imagen sin vestir, rodeada de varios aborígenes —generalmente tres— en un escenario rocoso a modo de cueva. Así lo apreciamos en algunas pinturas que repiten un diseño similiar en sus más insignificantes detalles; es probable que todas ellas partan de una obra previa, quizá un dibujo o un grabado.

UNA PINTURA Y DOS GRABADOS

El Archivo Diocesano de La Laguna conserva un curioso grabado

El monasterio Santa Clara en La Laguna conserva un grabado coloreado a mano, fechado en la dedicatoria en 1742 [CAT.

EL TRASLADO DE LA IMAGEN.

114].

fechado en 1852, que representa el momento en el que los guanches

Se

trasladan la imagen de la Virgen a Chinguaro31. Se trata, sin duda de

trata de una lámina de buena factura que se ajusta a este modelo. A

una de las estampas encargadas por Don Agustín Díaz Núñez, a la

pesar de que lamentablemente no se encuentra en un óptimo esta-

sazón beneficiado de Güímar, en honor a la Virgen del Socorro32, que

do de conservación, permite apreciar cierta calidad técnica en la defi-

generaron gran controversia. El doctor Díaz Núñez pidió licencia en

nición de luces y sombras, y los efectos de perspectiva. Curiosa-

1852 para realizar la serie de estampas, aunque quiso que la imagen

mente, la posición de cada figura, así como las vestimentas y la coro-

representada fuera la antigua de Candelaria, y no la del Socorro que

na de uno de los aborígenes se mantiene en esta lámina que fue repetida ya avanzado el siglo XIX por la Imprenta Isleña (1873)30. Asi-

30

mismo, una estampa conservada en el Museo Internacional Canario

Riquelme Pérez [1990], p. 103.

31

La profesora Riquelme Pérez estudió un grabado similar en una colección particular

de Artes Decorativas Cayetano Gómez Felipe, en La Laguna, es un ejemplo más de la fortuna de esta iconografía en las Islas, especial-

12

de Güímar. Riquelme Pérez [1990], p. 105. 32

Rodríguez Delgado [1996], t. I, p. 129.

ÁNGEL MUÑIZ MUÑOZ

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se venera en la localidad

un paraje desértico y rocoso,

tinerfeña, lo que suscitó las

con algunos elementos vin-

quejas del párroco de Santa

culados al paisaje, como reta-

Ana, en la Villa mariana. Los

mas y flora autóctona. En

grabados no fueron difundi-

colección particular de Güí-

dos hasta 1866, tras la muerte

mar encontramos una estam-

de Díaz Núñez, cuando se

pa casi idéntica a la que se

repartieron en la festividad

conserva en el Archivo Dioce-

del Socorro; aún así, las

sano de La Laguna, que repite

estampas provocaron la de-

la iconografía del traslado de

nuncia del párroco de Can-

la imagen por los aborígenes.

delaria, Antonio de la Barreda

Aunque de menor calidad

y Payba.

que el primero, también

El auto dictado por la

sugiere un vínculo directo

máxima autoridad eclesiástica

con el óleo de Abreu, por lo

en respuesta a la denuncia del

que deberíamos fecharlo en

párroco de Candelaria señala

fechas cercanas a aquél34.

que las estampas no repre-

La devoción a la Virgen de

sentan la imagen de la Virgen

Candelaria favoreció la apari-

del

de

ción de numerosas represen-

Candelaria, por lo que prohí-

taciones artísticas para uso

be su distribución pública .

público y privado. La obra

Socorro,

sino

la 33

Se trata de una iconogra-

gráfica se convirtió pronto en

fía bastante singular y poco

un medio rápido y económico

reproducida en pintura y escultura, que debemos rela-

Traslado de la Virgen de Candelaria. Archivo Histórico Diocesano de San Cristóbal de La Laguna

para este fin, aunque la escasez de imprentas y grabado-

cionar con una obra del pin-

res en el Archipiélago hizo

tor Juan de Abreu conservada

que los encargos se realizaran

en el Ayuntamiento de Güímar [CAT. 48]. La estrecha relación entre la

en la Península y en talleres europeos, como hemos visto. Sin duda, el

pintura y la estampa —ambas fechadas en 1852— sugieren un vín-

desarrollo de la producción gráfica en las Islas hubiera generado un

culo común, quizás el propio pintor, que repetiría minuciosamente la

mercado de gran éxito a través de las estampas, ya que tanto la eco-

composición en el grabado. En este sentido, debemos considerar a

nomía del Archipiélago, como sus gentes, dibujaban el perfil idóneo

Abreu como autor de la composición, es decir, pinxit, que posterior-

para este tipo de manifestación artística.

mente fue trasladada a la plancha. La estampa describe una composición piramidal formada por la sagrada imagen en el vértice, que es

33

sostenida por cuatro aborígenes —uno de ellos con una corona de

Rodríguez Delgado [1996], t. I, p. 134.

34

Riquelme Pérez [1990], p. 105), por lo que debemos ponerla en relación con la prime-

flores y un tamarco de color blanco— ataviados con pieles, junto a

ra ya estudiada; Rodríguez Delgado [1996] también incluye otra versión de la estam-

los que descansan varias cabras. La escena se desarrolla en medio de

pa, editada por la Litografía de N. González, en Madrid.

L A V I G E N D E C A N D E L A R I A E N L A E S T A M PA

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