La representación del otro: el caso de Vientos de Agua

August 20, 2017 | Autor: Belén Moreno Garrido | Categoría: Self and Identity, Television Studies, Social Identity, Identity (Culture), National Identity
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LA REPRESENTACIÓN DEL OTRO: EL CASO DE VIENTOS DE AGUA Belén Moreno Garrido Universidad Complutense de Madrid 1. Introducción En la actualidad, los medios de comunicación de masas, y particularmente la televisión, tienen un papel fundamental en la representación del otro. Es el caso de las series de ficción, que buscan la identificación de los espectadores a través representaciones identitarias utilizando mecanismos de evocación cercanos y comprensibles. La ficción se convierte en un depósito de representaciones y un reflejo del inconsciente social, donde encontramos los miedos, los deseos, los secretos, los sueños y las diferentes tensiones sociales. En la serie Vientos de Agua nos encontramos con una doble representación de lo español y de lo argentino en dos épocas diferentes. Vientos de Agua es una coproducción televisiva hispano-argentina, estrenada en el año 2006. Precisamente hemos querido escoger un producto coproducido para cuestionarnos si ese hecho afectó a la representación del otro: ¿tuvo más peso lo argentino, lo español o lo común? Asimismo, a lo largo de este artículo analizaremos cuáles son los mecanismos que se utilizan en la actualidad para construir y representar al otro, destacando la inmigración y las relaciones familiares como elementos de identificación y constructores de identidades. 1.1 Objetivos, fuentes y metodología Las series de ficción intentan buscar la identificación con los espectadores, para ello utilizan mecanismos de representación identitaria. Veremos en las próximas páginas, cómo y cuáles son esos mecanismos a través del ejemplo de la coproducción española y argentina Vientos de Agua. Para enfrentarnos al problema planteado nos aproximaremos, en primer lugar, al estado de la cuestión, analizando los puntos más relevantes de las diferentes teorías sobre la identidad. En segundo lugar, realizaremos un análisis cualitativo de contenido de la serie Vientos de Agua, localizando los marcos discursivos generales (frames) desde dónde se define el discurso y el proyecto identitario manejado en la producción (Entman 1993; Reese y otros, 2001). Con este tipo de análisis identificaremos las intenciones de los emisores al reflejar actitudes y valores que dotan de sentido y significación a los distintos grupos de población. Como marcos discursivos determinantes del discurso, nos centraremos en los acontecimientos históricos representados, los temas esenciales protagonistas de las tramas y las relaciones de los diferentes grupos, sin olvidarnos del tratamiento espacio-temporal de la historia. El estudio de este caso práctico nos servirá como paradigma de la representación del otro en televisión. Vientos de agua, como veremos más adelante, se caracteriza por el uso del doble espacio y tiempo. Nos centraremos en analizar los diferentes tratamientos de los mismos temas en ambos espacios-tiempos, fijándonos, sobre todo, en la representación de las relaciones familiares que van mutando durante el tiempo narrativo de la serie. Ese análisis nos ayudará a determinar cómo han evolucionado las percepciones del otro a lo largo del tiempo. XI  Congreso  Internacional  de  la  Asociación  de  Historiadores  de  la  Comunicación  –  2010   Belén  Moreno  Garrido  

En nuestro análisis, asimismo, tendremos en cuenta cuáles son los principales esquemas cognitivos simbólicos dramatizados desde la ficción, que permiten que los personajes de la serie organicen el mundo (cfr. con Moss, 2008). Así, centraremos nuestra atención en la utilización de metáforas, estereotipos, usos léxicos y usos visuales. Para finalmente, analizar los conflictos identitarios a partir de la información aportada por la serie. En cuanto a las variables de análisis, en primer lugar, estudiaremos la historia personal de los protagonistas que irá conformando su identidad a lo largo la serie. Asimismo, estudiaremos el uso de la lengua como elemento identitario. Finalmente, analizaremos los hechos históricos traumáticos que, además de actuar como hilos conductores de la trama, condicionan y modifican la identidad de los protagonistas. 2. Estado de la cuestión 2.1 Lo común y lo diferente: la confrontación de discursos Si nos paramos a analizar aquellos componentes que forman la identidad nacional nos percataremos de que está integrada por elementos percibidos como propios y como ajenos. Es decir, por lo común y por lo diferente. Esta perspectiva se caracteriza por la aseveración de que lo que da sentido a la existencia, y por tanto, a la identidad son los otros, sin ellos no habría un nosotros y viceversa. Es decir, al formar una identidad estamos excluyendo todas las demás, por ejemplo, si yo me defino como española automáticamente no puedo ser francesa. Para algunos autores, como Miquel Rodrigo Alsina (1997), la identidad no se construye sobre lo mimético sino sobre lo diferente. Con nuestra identidad no solo nos damos sentido a nosotros mismos, sino que se lo damos a los demás: por tanto, establece un cierto sistema de significación, estructura y orden. Al crear un discurso identitario que delimita un grupo pueden ponerse en funcionamiento mecanismos de inclusión pero, también, de exclusión. 2.2 La identidad individual y grupal La identidad es un intento de responder a ¿quién soy? Pero, también, es un intento de responder a ¿quiénes somos? Es decir, por un lado encontramos la identidad individual y por el otro, la identidad grupal. La identidad individual es poliédrica, y está formada por cada una de las identidades grupales que poseemos, por ejemplo, el yo perteneciente al grupo de trabajo, el yo perteneciente a la familia, el yo perteneciente a la comunidad, etc. Nuestra identidad personal se pone en relación con un entorno, y cuando nos sentimos que en ese entorno comparten algunos de nuestros atributos empezamos a formar parte del grupo incorporando esa identidad grupal a nuestra identidad individual. Por tanto, tal como afirma Miquel Rodrigo Alsina “nuestra identidad es exclusiva e individual, pero al mismo tiempo tiene una proyección grupal” (Castelló, 2008, 9). Nuestras identidades grupales son las caras del poliedro de nuestra identidad individual. La identidad grupal también ha sido definida por diversos autores como identidad social. Para Benedict Anderson (1983) las identidades sociales son imaginadas, porque los miembros que pertenecen al grupo ni siquiera se conocen. Para conseguir la unión y formar una identidad XI  Congreso  Internacional  de  la  Asociación  de  Historiadores  de  la  Comunicación  –  2010   Belén  Moreno  Garrido  

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común se “inventan” diferentes vínculos comunicativos donde construir repositorios de sentido compartido. Por tanto, la comunidad es creada de manera artificial. Los miembros de la nación son sociabilizados en un universo simbólico común, que se sitúa por encima de la experiencia individual. En la misma línea se pronuncia Eric J. Hobsbawm (1983). Para él, las tradiciones que se utilizan para dar sentido al grupo y formar las identidades sociales son igualmente “invenciones”, que se construyen instrumentalizando el recurso a la Historia como base legitimadora (que se construyen desde la contemporaneidad). Es decir, usamos y evocamos el pasado como más nos interesa, respondiendo a criterios que tienen sentido en clave actual. Pero la identidad no sólo es un producto histórico definido desde la diacronía. Como percepción, asimismo se construye mediante la articulación de visiones o estereotipos culturales. El profesor Edward W. Said (1978) fue más allá, afirmando que la percepción eurocéntrica de Oriente en el siglo XIX fue una creación de Occidente, y que ésta ha condicionado desde los modos de ver y percibir hasta, por oposición, las formas de autodefinirse. Es decir, la imagen identitaria de Oriente fue inventada, desde Occidente, en estricta clave occidental, y en virtud de criterios y normativas socioculturales estrictamente europeas. En la actualidad, las imágenes y los estereotipos en estas construcciones tienen un papel fundamental que ven incrementada su influencia gracias a la globalización y los medios de comunicación de masas. Las narrativas que estos trasmiten tienen una gran capacidad de atracción y de identificación de grupos sociales. Por tanto, en cierto modo puede afirmarse que desde la estructura de la comunicación, desde los ámbitos encargados de crear, programar y producir estas narraciones, se posee la llave de las construcciones identitarias. Tal y como afirma Enric Castelló (2008, 54), “los medios de comunicación se convierten en creadores, deformadores, reforzadores y destructores de identidades”. En este sentido encontramos las diferentes narrativas identitarias en los medios de comunicación, que pueden tomar formas informativas, documentales o de ficción, o bien jugar con mecanismos híbridos, donde se combinan estas funcionalidades mediáticas potenciales. 2.3 Las mutaciones de las identidades Pero la identidad es volátil y cambiante, no permanece a lo largo del tiempo, y cambia dependiendo de diversos factores que analizaremos a continuación. Hoy en día vivimos en un mundo multicultural donde se coexiste con múltiples identidades que entran en interacción. Para Melucci (2001) todo proceso de identidad tiene lugar en un espacio o sistema social de relaciones. La naturaleza de esas interacciones altera la manera de construir la identidad, y al mismo tiempo, se modifica la manera que percibimos la de los demás. Asumimos que la identidad es única y exclusiva, por lo que no pueden poseerse varias a la vez. Es decir, no podemos simultanear varias identidades al mismo tiempo. Pero para Manuel Castells (2007) existen unas “identidades proyecto”, que se basan en la creencia de que las identidades se mezclan creando una especie de “identidades mixtas”. Pero aceptar esta premisa sería admitir que existen identidades puras creando una superioridad de identidades que puede llevar a conflictos y enfrentamientos étnicos culturales.

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Otra de las características de la identidad es que esta se adapta al contexto en el que vivimos. Si el contexto cambia la identidad cambia con él. Por ejemplo, en la actualidad no tenemos las mismas referencias que hace unas décadas, las funciones y roles sociales han variado y se han adaptado a “los nuevos tiempos” modificando las identidades. Asimismo, el contexto espacial hace que las identidades muten. La familia no se entiende de la misma manera en los países europeos que en los americanos. Si un individuo se traslada de un país a otro debería adaptar su identidad al nuevo escenario. El contexto personal es otra de las situaciones que hacen variar la identidad. Dependiendo de nuestro entorno personal, económico, familiar y laboral tendremos una identidad u otra. Por ejemplo, no es lo mismo vivir solo que en pareja o en familia; al igual que no es lo mismo vivir con una renta per cápita alta que con el sueldo mínimo. Al transformarse una identidad se produce lo que Berger y Luckman (1966) denominaron “crisis de sentido”. Para el individuo cambian los valores comunes compartidos, como la función o lo que se entiende por familia, mutan las relaciones, aparecen nuevas perspectivas religiosas, o desaparecen formas de convivencia. Es decir, el antiguo sistema de identidad ya no nos sirve para explicar el mundo. El individuo ya no se siente cómodo con su identidad anterior pero, le cuesta adaptarse a la nueva, por lo que se sentirá perdido y fuera de lugar hasta que recupere determinadas señas de reconocimiento. En ocasiones, los cambios se producen de forma rápida, inesperada y se presentan al unísono (traslado de país, disolución de la pareja, pérdida del empleo, etc.). Se puede producir, entonces, una ruptura traumática de la identidad. Los sistemas de identificación y reconocimiento se pueden romper de golpe, y los nuevos aún no han sido asumidos por el individuo, que se encuentra en un limbo identitario y no logra reconocerse ni a sí mismo ni a su entorno. Muchas veces idealiza la vida anterior y rechaza la nueva situación. Es en este escenario donde las identidades se fragmentan. 2.4 El uso de la Historia como elemento identitario La identidad se forma a lo largo de la Historia, y esta tiene un papel fundamental en su formación. Somos conscientes, en muchas ocasiones, de que estamos viviendo un acontecimiento histórico, ese momento nos marcará como personas. Inmediatamente después, formaremos parte de un grupo con el que compartiremos una experiencia vital común. Por ejemplo, todos nos acordamos de qué estábamos haciendo en el instante en que el segundo avión impactó contra el World Trade Center de Nueva York. En ese mismo minuto nos percatamos de que estábamos viviendo un momento histórico que nos marcaría para el resto de nuestras vidas y nos conectaría con los demás, con todos aquellos que estaban viviendo ese mismo instante. La televisión, por tanto, actuó vinculándonos a esa comunidad imaginada a través del directo, convirtiéndose, tal y como afirmaron Dayan y Katz (1992) en un recurso televisivo para fabricar la Historia. El mismo papel juegan, por ejemplo, los grandes acontecimientos deportivos, sobre todo cuando un equipo nacional consigue alzarse con una importante victoria, en el momento en que vemos al capitán del equipo vencedor levantar la copa en directo somos conscientes de que estamos viendo un momento histórico, que solo es posible gracias a la televisión. Por tanto, vemos que la Historia nos pone en relación con los otros y moldea nuestra identidad.

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Aunque esos momentos históricos de los que estamos hablando solo pueden ser entendidos en su contexto y en sus propios términos, con el paso del tiempo, se reinterpretan en clave actual, es decir, despertando elementos que en el pasado no fueron relevantes pero que en el presente sí que lo son. En este contexto juegan un papel fundamental, como ya vimos con anterioridad, los medios de comunicación de masas y, sobre todo, las producciones que se realizan para ellos. Por ejemplo, a la hora de narrar un hecho histórico para una ficción histórica televisiva, debemos prestar atención a quién y cuándo se ha realizado, y cómo se presenta ese hecho en concreto para poder valorar la intencionalidad de la narrativa, es decir, ¿por qué nos cuentan esto ahora? No debemos olvidar que en las producciones nada está allí por azar. Como vimos al comenzar este apartado, la Historia nos pone en relación con los demás, ya que al compartir una experiencia vital común, un hecho histórico, nos situamos en un mismo plano. Las series de ficción buscan, a través de la representación de ese hecho histórico, la identificación con los espectadores. La Historia se convierte en un elemento narrativo que apela a la nostalgia y al hecho histórico traumático, para captar y emocionar a los televidentes. Es decir, los medios de comunicación apelan a esa Historia que nos ayudó a formar nuestra identidad. A finales del siglo XX se empezó a hablar de crisis de la Historia clásica, economicista, determinista y estructuralista, donde la objetividad primaba sobre todo lo demás. El sujeto, es decir, las personas ejecutantes de la acción, se insertaban en el centro de la Historia y cobraba el máximo protagonismo. Encontramos entonces otras formas para elaborar el discurso histórico, a través de la Historia subjetiva donde la atención se dirige en como pensamos, sentimos y afecta el hecho histórico. Y es precisamente, esa Historia subjetiva, la protagonista de las series de ficción. Hasta este momento hemos estado hablando de la Historia vivida, pero a la hora de formar una identidad también entra en juego la Historia colectiva pasada, la Historia que nos definió, por ejemplo como españoles frente a otras nacionalidades. El imaginario colectivo construido tiene un papel fundamental. Una de las formas de construir ese imaginario colectivo, en la actualidad, es desde los medios de comunicación de masas, que ponen el acento en aquellos hechos históricos pasados que han sido seleccionados como más importantes, dejando al margen aquellos que son menos interesantes. Esa selección se hace en clave actual. Por tanto, la Historia es un elemento identitario. 2.5 ¿Quién soy? ¿Quiénes somos? Visto todo lo anterior, podríamos definir identidad como aquellos atributos inherentes al ser humano que lo conforman y definen como personas frente a los demás. La identidad cambia a lo largo del tiempo, adaptándose al entorno y a las diferentes circunstancias, entre las que destacan las relaciones interpersonales y el contexto político, económico y social. La identidad es un poliedro formado por todos y cada uno de los atributos identitarios, tanto individuales como colectivos. 3. Aportaciones al trabajo y discusión En este apartado pondremos en relación todo lo que hemos visto en el estado de la cuestión con la serie Vientos de Agua. Vientos de agua es una serie de ficción televisiva creada por el argentino Juan José Campanella y coproducida por 100 bares, Icónica, Pol-ka y Telecinco. La producción, XI  Congreso  Internacional  de  la  Asociación  de  Historiadores  de  la  Comunicación  –  2010   Belén  Moreno  Garrido  

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estrenada en el año 2006, contó con un presupuesto de ocho millones de euros, 280 actores, 140 localizaciones en Asturias, Madrid y Buenos Aires y 10.000 extras. Fue una de las grandes apuestas televisivas del año 2006. 3.1 Argumento, trama y personajes La serie incorpora dos tiempos, el pasado y el presente. En el primero la acción comienza en 1934 en Asturias, cronológicamente coincide con el estallido de la revolución obrera en la zona. Los hermanos José y Andrés Olaya trabajan en la mina de carbón de su pueblo. Andrés, el hermano pequeño, sueña con marcharse a Argentina y está preparando su viaje. Durante una jornada de trabajo, José se percata de que puede haber una fuga de gases en la mina y le pide a Andrés que avise al capataz para que deje salir a los trabajadores, entre los que se encuentran varios niños. El capataz desoye las advertencias y les ordena que vuelvan al trabajo. A pesar de la negativa del responsable, José y Andrés deciden evacuar la mina, pero ya es demasiado tarde, se produce un derrumbe y Andrés resulta herido de gravedad. A consecuencia de las heridas causadas por el accidente, Andrés fallece en casa rodeado de su familia. Sus últimas palabras son para su hermano mayor “Ve tú” le dice. José, desconsolado, decide hacer explotar la mina en venganza, y desde ese momento se convierte en un fugitivo, al ser buscado por la Guardia Civil. Su madre, rápidamente, le ruega que se vaya a Argentina y que ocupe el lugar de su hermano “ya oíste a Andrés “vete tú”. No quiero perder a otro hijo” le dice. Cuando llega el párroco y pregunta quién es el muerto la familia contesta sin dudar: “José”. A partir de ese momento José suplantará la identidad de su hermano, partirá a Argentina, ocultará su muerte y se hará llamar Andrés por sus futuros amigos y familia. En Argentina vivirá el estallido de la Guerra Civil Española, el peronismo y conocerá a las distintas mujeres que marcarán su vida hasta el nacimiento de su hijo pequeño Ernesto. En el tiempo presente, encontramos la historia de Ernesto Olaya, el hijo pequeño de Andrés. En el año 2001, Argentina está sufriendo una de las peores crisis económicas de la Historia. Ernesto ha tenido que cerrar su estudio de arquitectura y no puede hacer frente a las deudas contraídas. Ante su precaria situación decide emigrar a España junto a su esposa Cecilia y sus hijos Tomás y Alicia. Venden todas sus pertenencias para reunir el dinero suficiente para el viaje, cuando por fin lo consiguen tiene lugar el corralito lo que les impide sacar el dinero del banco. Andrés propone a Ernesto prestarle el dinero necesario para el pasaje, pero solo puede pagar uno. Con muchas dudas Ernesto acepta y se va solo a España. Una vez instalado en Madrid sufrirá las consecuencias de ser un inmigrante ilegal, formará una “nueva familia” junto a otros inmigrantes en su misma situación y descubrirá que a los 40 todavía le quedan muchas “vidas” que vivir. Finalmente, la serie culmina en 2005. Ernesto ya tiene todos sus papeles en regla y un trabajo estable como arquitecto. Junto a su padre, Andrés, viajan a Asturias donde Andrés volverá a ser José y compartirá junto a su hijo su experiencia, que narrativamente coincide con el inicio de la serie en 1934, con lo que presente y pasado se funden, y la historia del padre pasa a ser la del hijo. El trío protagonista está compuesto por actores argentinos, pero con la doble nacionalidad española. Ernesto Alterio interpreta a José-Andrés Olaya entre los 19 y los 43 años (19341958). Su padre en la vida real, Héctor Alterio, interpreta al mismo personaje cuando este tiene 86 y 90 años (2001 y 2005). Y completa el trío Eduardo Blanco, quien asume el papel de Ernesto Olaya, hijo de José-Andrés.

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El reparto del pasado se complementa con el personaje de Juliusz (Pablo Rago), un judío húngaro que se convertirá en el mejor amigo de Andrés, y acabará casándose con Gemma (Giulia Michelini) una niña italiana de la que él y Andrés se hacen cargo al llegar a Argentina y que conocen en el barco. Varias son las mujeres que marcarán la vida de Andrés. La primera de ellas es su primer amor asturiano, Henar (Silvia Abascal), que acabará rechazando en Argentina a pesar de que antes de marcharse le había prometido que volvería a por ella. La catalana Laia (Pilar Punzano) y la abogada Clara (Carla Sandirini) también pasan por su vida, pero es primero la pianista Sophie (Caterina Murino), y después, tras el fallecimiento de esta, Lucía (Valeria Bertucelli) quienes se convertirán en su esposa y madre de sus hijos. A las tramas personales se suman las tramas políticas encabezadas sobre todo por el personaje del anarquista Vidal, interpretado por Rubén Ochandiano; y Felisa Olaya (Bárbara Goenaga), la hermana de Andrés que sobrevive a la guerra gracias a la ayuda de los maquis. Los grandes hechos históricos: revolución de Asturias, Guerra Civil Española, Segunda Guerra Mundial, peronismo, etc. están presente y marcan el ritmo narrativo de la serie. En el presente destaca el personaje de Ana (Marta Etura) una española que ayuda a los inmigrantes sin pedir nada a cambio. Es la primera persona que tiende una mano a Ernesto a su llegada a España. Ernesto comparte piso con Mara (Angie Cepeda) una matemática colombiana que trabaja de camarera y que al final de la serie se convertirá es su esposa y la madre de su hijo. En Madrid se crea una “familia” de inmigrantes que está formada también por el rumano Illie (Carlos Kaspar) y Ángel (Alejandro Pian) un dominicano al que Ernesto enseña a leer y escribir. 3.2 La coproducción: ¿dos identidades en puja? Como hemos comentado con anterioridad la serie es una coproducción entre España y Argentina, tanto en la parte creativa como en la financiera. La pregunta que nos hacemos y que trataremos de responder con este trabajo es sí está situación influye en la representación de las dos identidades en puja: la española y la argentina. En los últimos años con el aumento de la competitividad en las televisiones y con el fin de reducir los costes de producción, los creadores de programas se inclinan cada vez más por fórmulas de coproducción internacional. Aunque en opinión de Leo Eaton (1992) a nadie le gustan las coproducciones, puesto que son difíciles y complicadas, para él es preferible contar con los recursos necesarios sin tener que recurrir a nadie más. El principal problema que plantea la coproducción es la representación de lo nacional y de lo global. Al entrar en contacto dos o más nacionalidades diferentes se producen tensiones a la hora de trasladar narrativamente los diferentes atributos identitarios. Los principales investigadores del tema se dividen en dos posturas contrarias. Para Doris Baltruschat (2003) la coproducción internacional deja en un segundo plano las características nacionales frente a las globales. En cambio, en el lado contrario, autores como Paul W. Taylor (1997) defienden que la coproducción internacional es una herramienta para luchar contra la globalización y que puede contribuir a defender la identidad nacional. En el caso que nos ocupa, Vientos de agua, con una doble trama argentina y española, parecía lógico que se buscará una colaboración entre ambos países. La mayor complicación radicaba en que se trataba de representar dos identidades diferentes, la española y la argentina, sin que XI  Congreso  Internacional  de  la  Asociación  de  Historiadores  de  la  Comunicación  –  2010   Belén  Moreno  Garrido  

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causase fricción, ni entre los integrantes del equipo artístico y técnico, ni entre el público de ambas nacionalidades a los que va dirigido el producto. Las tensiones entre lo global y lo nacional parecen surgir con claridad. Se necesitaba hacer una serie española para los españoles, argentina para los argentinos y ambas para el equipo de la serie. La pregunta es ¿se consiguió? La serie se estreno en España en Telecinco1 el martes 3 de enero de 2006, en horario de prime time. Tras dos episodios, y por los pobres datos de audiencia, 16,1% de share el primer capítulo y 12,1% el segundo, se traslado a la madrugada de los viernes, después de dos emisiones en ese horario, el 4 de febrero, se decide suprimir la serie para comercializarla directamente en DVD. Uno de los motivos que alega Telecinco es que no se quiere arriesgar a que un producto con tan alto presupuesto y de tanta calidad sea pirateado2. Aunque antes hizo un último esfuerzo emitiéndola en FDF (Factoría de Ficción), el canal temático de Telecinco de TDT3. El 6 de mayo de 2006 se podía adquirir la serie en todos los establecimientos. Vientos de Agua se convirtió en la segunda serie de ficción más vendida en 2006, solo superada por Perdidos, tras ella se quedaron series como House, Friends, Anatomía de Grey o Sexo en Nueva York. En Argentina se emitió por primera vez el 21 de mayo de 2006 en Canal 134 y se emitió los domingos por la noche. Allí sí alcanzó la audiencia esperada, un 11% de share de media y fue emitida en su totalidad. El 28 de enero de 2008 fue estrenada con éxito en la Televisión del Principado de Asturias5 donde obtuvo de media más de un 11% de share, un dato que se situaba por encima de la media total de la cadena. El 7 de enero de 2007 la serie fue reestrenada en la cadena HBO6. Además de la emisión dominical, contaba con una repetición los jueves. Durante el mes de mayo de 2009, la serie ha sido repuesta en el Canal 77 argentino, de lunes a jueves a las 23 horas con buenos resultados de audiencia. Como vemos fue en Argentina donde la serie se emitió al completo en un canal generalista, mientras que en España solo llegaron a emitirse los cuatro primeros capítulos en dos horarios diferentes. ¿Podemos afirmar entonces que la serie triunfó más en Argentina que en España? Y sí es así ¿por qué? A lo largo de la serie, en el tiempo narrativo pasado se representa de manera clara una parte de lo español, lo asturiano. En el primer capítulo, rápidamente nos llama la atención el uso del                                                                                                                 1

Canal privado generalista español, cuyos accionistas principales son el grupo italiano Mediaset (41,3%) y el grupo español Prisa (18,3%). Fue la primera cadena privada en emitir en España. 2 Se puede consultar en el Anexo una selección de noticias sobre el rodaje, el estreno y la supresión de la serie.   3 TDT responde a las siglas Televisión Digital Terrestre. Es la trasmisión de imágenes y sonido por televisión mediante una señal digital y a través de una red de repetidores terrestres.     4 También conocido como El Trece. Es un canal argentino controlado por el grupo Artear, que a su vez pertenece al grupo Clarín. 5 La Televisión del Principado de Asturias es el canal autonómico público que se emite en el Principado de Asturias (España) desde enero de 2008. 6 HBO es uno de los canales de cable más populares de EE.UU. propiedad de Time Warner. Se emite, además, en Latinoamérica donde opera con cinco formatos Premium y servicio de video. 7 Canal 7, también conocido por su nombre comercial TV Pública, es un canal de televisión público argentino y uno de los cinco principales del país. XI  Congreso  Internacional  de  la  Asociación  de  Historiadores  de  la  Comunicación  –  2010   Belén  Moreno  Garrido  

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bable8, elemento identitario de Asturias, que además se acompaña de otros como la sidra, el paisaje, las leyendas de duendes y trasgos9 y la tradición minera. Cuando el protagonista abandona Asturias esos elementos se pierden y solo queda el acento que también lo irá perdiendo paulatinamente con el paso del tiempo. En el capítulo 6, Andrés descubre que su familia ha perecido en la Guerra Civil. Eso significa que ya no le queda nada en Asturias, los elementos identitarios asturianos se perderán por completo hasta el último capítulo cuando el protagonista se encuentre de nuevo con su tierra. Y es a partir de ese episodio, el seis, cuando la Historia española pasa a un segundo plano, dando preeminencia a la Historia de Argentina. En cuanto a los elementos identitarios argentinos, en los primeros capítulos están representados por la ciudad de Buenos Aires en la cotidianidad de los protagonistas, en sus calles, en sus bares, en el trabajo, etc. Pocos son los personajes con peso argumental netamente argentinos, encontramos a Clara, una de las parejas de Andrés, y a Lucía su segunda esposa y madre de Ernesto. A partir del capítulo 6 los acontecimientos económicos y políticos cobrarán peso en la trama y dibujarán con más claridad elementos identitarios argentinos. En el tiempo narrativo presente, tan solo encontramos a dos personajes españoles: Ana y Javier. Pero, son dos personajes que complementan al del protagonista y a los que no vemos en su vida cotidiana, por lo que no incluyen elementos representativos de España. Igualmente, solo encontramos a dos argentinos: Ernesto y Tomás, de los cuales lo más característico es su acento y su forma de hablar. En el tiempo narrativo presente tiene más peso el carácter extranjero de los protagonistas que sus nacionalidades. Encontramos, por tanto, una falta de representación de lo español, que se centra tan solo en lo asturiano. Tal vez sea esta la explicación para la pobre acogida de la serie en su estreno en Telecinco, y los buenos resultados de audiencia recogidos tanto en Argentina como en la propia Asturias. 3.3 Fidelización e identificación Uno de los principales objetivos de los creadores de productos de ficción es que la serie realizada se mantenga en la parrilla televisiva durante el máximo tiempo posible, lo que pasa, en la mayoría de los casos, por la consecución de altos niveles de audiencia. Para ello, el equipo técnico y creativo, en general, conciben productos de larga duración con capítulos parcialmente cerrados, que concluyen una historia en cada episodio pero dejan abierta otra indefinidamente. Este no es el caso de Vientos de agua, ya que no cuenta con una trama central definida que sea necesaria cerrar. Esta serie nos narra dos historias de dos inmigrantes que se interrelacionan entre sí, y además se compone de 13 episodios, sin posibilidad de ampliación, a diferencia del resto de series televisivas que pueden ser ampliadas temporada tras temporada. En Vientos de agua somos testigos de algunos acontecimientos vitales que viven los protagonistas, Andrés y Ernesto. Se van sucediendo tramas, que en ocasiones se resuelven en el mismo capítulo (la trama de la prostituta africana en el episodio 7), pero que también pueden durar varios (la relación entre Felisa y Vidal). Por tanto, nos encontramos ante una                                                                                                                 8

El bable es el término para referirse a la lengua tradicional del Principado de Asturias.     Los trasgos son unas criaturas mitológicas presente en la tradición de muchas culturas del norte de España, como la asturiana. Es un duende de carácter travieso e inquieto, que se aloja en las casas. 9

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serie autoconclusiva, que abarca un período concreto de emisión, y que no cuenta con una trama central que actúe de hilo conductor. Con lo cual, Vientos de agua, no podía caer en una desviación de la historia fruto de los cambios de guionistas, sustitución de actores o giros desproporcionados de la trama, características de las series que cuentan con muchas temporadas. Aunque, al estar rodada en su totalidad en el momento de su estreno, tampoco podría hacer los cambios necesarios en el caso de que la serie no tuviera la acogida esperada. Vientos de agua era un producto televisivo, en su estructura seriada, y cinematográfico en su concepción y desarrollo creativo. Para Paolo Vasile (2006), Consejero Delegado de Telecinco, cada episodio era como una película autónoma. Otro de los objetivos de los productos de ficción es lograr la fidelización de los espectadores. Por ello se busca la identificación de estos con los personajes. Para Nightingale y Ross (2003), la audiencia considera significativas las tramas cuando pueden relacionarlas con su propia vida o con la de sus amigos conocidos, es decir cuando se identifican con los personajes. La televisión actúa como un espejo, en el que nos proyectamos y nos vemos constantemente representados y duplicados. Para Gérard Imbert (2008) lo que el público busca es identificarse con el otro, con el que encerramos en nuestro interior (el otro invisible) o con el que no somos (el otro imaginado), que no queremos, o incluso, no podemos ser. En Vientos de agua se intentó conseguir esa identificación a través de la ambientación de una época concreta (de 1934 a 1957), de los hechos históricos compartidos y la inmigración. Vemos por tanto, que la serie no se dirigía a un público muy amplio, ya que se centra en fenómenos complejos. A pesar, de la ambientación en el pasado, no se utiliza el elemento de la nostalgia y el recuerdo para atraer al espectador, sino que se utiliza el elemento de la Historia traumática para ello. Entendemos por Historia traumática aquellos acontecimientos pasados que provocan una emoción negativa, violenta, fuerte y duradera en el tiempo, causando un gran impacto emocional, como las guerras o los golpes de Estado. Son hechos históricos traumáticos, la revolución de Asturias en el caso de Andrés, y el corralito en el de Ernesto, los que les empuja hacia su nueva vida. La serie se convierte en un lugar donde proyectar el imaginario colectivo, es decir, en un depósito de representaciones, reflejo del inconsciente social, donde encontramos los miedos, los deseos, los secretos, los sueños y las diferentes tensiones sociales. En Vientos de Agua se alterna constantemente el sentir positivo: emoción, sentimientos, etc., con el sentir negativo: violencia, conflicto, muerte, accidente, etc. Y todo para seducir al espectador y conseguir su fidelización. Una de las formas para conseguir esa identificación del público objetivo con los personajes es utilizar las imágenes esteriotipadas, es decir, representaciones aceptadas y reconocibles por la colectividad. En el caso de la serie analizada se ven claramente estas imágenes en el papel de Vidal y Felisa Olaya. El primero, un joven inmigrante español, representa al anarquista tipo en su concepción más romántica, que lucha por sus ideales y nunca se aparta de ellos y que incluso llega a sacrificarse por ellos y por el amor que siente hacia Felisa. La hermana de Andrés, por su parte, tras la Guerra Civil Española vive escondida en el monte junto a los maquis10 lo que la ha convertido en una activista en todos los sentidos. Representa a esa mujer                                                                                                                 10

Los maquis fueron la guerrilla antifascista de resistencia en España que surge con el estallido de la Guerra Civil. Para más información consultar Serrano (2001). XI  Congreso  Internacional  de  la  Asociación  de  Historiadores  de  la  Comunicación  –  2010   Belén  Moreno  Garrido  

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luchadora que se enfrenta a los hombres en defensa de la libertad, participa en las asambleas y forma parte de la lucha armada. También encontramos un hecho significativo en la serie: la ausencia de nombre del pueblo de procedencia de Andrés. Sólo sabemos que es de Asturias, pero se omite el nombre del mismo para conseguir la máxima identificación con el público objetivo. Podría ser cualquier pueblo asturiano, y por lo tanto, la historia de todos los asturianos que tuvieron que emigrar. La historia de Andrés Olaya es la de muchos argentinos, incluido el abuelo de Juan José Campanella (2006), creador de la serie: “Rodar en Asturias ha sido muy especial. Pude ir a Mousende que es el pueblo de mi abuelo. De donde nació todo esto. Yo le conocí ya como una persona mayor, absolutamente urbana, de ciudad, con caballos de carreras, y volver a ver el pueblo de donde él salió y del que hablaba todo el rato para mí fue muy emocionante. Y para todo el equipo argentino que vino a filmar, porque todos durante una semana desparecieron y fueron cada uno a sus pueblos respectivos y volvían todos llorando y como encontrando unas nuevas ganas de vivir. Muy lindo11”. Ese componente de recuperación de la memoria está presente en la serie. En el capítulo 13, Ernesto le propone a Andrés reconstruir su casa familiar para utilizarla como una residencia de verano, pero este se niega en rotundo: Andrés: Aquí solo tengo recuerdos, hijo. Ernesto: ¿Qué recuerdos? Andrés: Son míos. Ernesto: No son tuyos, papa, no son tuyos. Son nuestros. ¿Qué queréis llevarlos con vos a la tumba? Pero es que no tengo historia, papá, tus nietos no tienen historia, papá. Pensar en ellos aunque sea. ¿Qué sabemos? Que tu papá se llamaba Tomás, que la abuela se llamaba Hortensia, y que en este pueblo pasó… ¿Qué pasó papá? ¿Qué pasó? Si te llevas los recuerdos con vos se mueren para siempre ¿entendés? Andrés: Mejor así.

Finalmente, Andrés compartirá con su hijo sus recuerdos, la memoria es recuperada. Esta es otra de las formas que utiliza la serie para intentar conseguir la fidelización del espectador y uno de los leit motiv de la producción. 3.4 La identidad perdida y recuperada Como hemos visto en el punto 2.3, cuando una identidad cambia se presenta lo que se ha denominado crisis de sentido, estamos desubicados y no nos reconocemos, hemos perdido nuestra identidad. En Vientos de Agua está situación se presenta en varias ocasiones. En primer lugar, es Andrés quien la sufre al tener que dejar su Asturias natal para irse a Argentina, no solo tiene que abandonar su hogar sino también su propio nombre, José, por tanto, pierde su identidad personal y espacial. Finalmente, logrará adaptarse a su nuevo entorno dejando de ser José para convertirse en Andrés. Pero, la calma se rompe con la llegada de Henar, su novia del pueblo, que llega de una España destrozada por la guerra                                                                                                                 11

Declaraciones de la rueda de prensa de presentación de la serie, incluidas en el DVD Vientos de Agua (2006, Divisa Home Video) XI  Congreso  Internacional  de  la  Asociación  de  Historiadores  de  la  Comunicación  –  2010   Belén  Moreno  Garrido  

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donde ya no le queda nada y por eso se ha trasladado a Argentina, “ahora mi familia eres tú” le comenta a Andrés. Este se encuentra desubicado, para Henar él es José, pero ya han pasado siete años desde que dejo de serlo, “no me llames José, aquí no soy José, soy Andrés” le dice. Andrés le pregunta por su familia y Henar le contesta “ahora estamos tú y yo para formar una nueva familia”, aunque Andrés ya tiene esa familia nueva. Acaba de empezar una relación con Sophie y no sabe como enfrentarse a esta nueva situación, además él le prometió a Henar, antes de salir para Argentina, que volvería a por ella, y su deber le mueve a cumplir su promesa. Andrés está perdido y estalla contra la asturiana: Andrés: Vete, ¡qué salgas hostias! ¡Pa’ que coño viniste! Henar: ¿Crees que no quiero traerte historias de alegrías?, están todos bien, echante de menos, no sabes como crecieron los niños. José, porque llamaste José, me gustaría darte buenas noticias, pero no las tengo. Fueron años de dolor, de miseria. Por ti sobreviviré estos años, por tu recuerdo, por tu promesa. Déjelo todo pa’ venir a verte, pero no quiero hacerte daño. Si quieres que me vaya voime, lo único que necesito es que me lo digas José, y enteriate.

Al día siguiente Andrés no puede levantarse de la cama y se desmaya, le ingresan en el hospital, los médicos le hacen una batería de pruebas pero no consiguen ningún resultado, aparentemente no está enfermo. Henar representa la identidad perdida y trae recuerdos del pasado. La asturiana comprende lo que pasa “yo soy la que le está matando” le comenta a Sophie. Henar decide marcharse, Andrés pierde el único lastre que le anclaba a José, Asturias es el pasado. Tras la partida de Henar, Andrés se levanta de la cama. Es la identidad perdida y recuperada. Muchos años después, en el 2001, Andrés le dirá a su hijo, Ernesto, en referencia a las dudas que se le presentan al dejar a su familia en Buenos Aires para partir a España: Andrés: cuando yo me vine también pensé que dejaba atrás a mi familia, no tenía ni idea de lo que me esperaba aquí. Claro ahora te puedo contar muchas cosas que entonces no sabía todavía, no sabía que mi familia iba a ser ese piano o aquel combinado (…) esa fue mi familia. Asturias no, Asturias era mi pasado y yo no lo sabía ¿entiendes? Busca tu futuro Ernesto, yo soy tu pasado.

Ernesto sufrirá un proceso parecido a su llegada a Madrid, el pensaba que todo iba a ser más fácil, pero se encuentra con que es un inmigrante ilegal más. Cada día que pasa se siente más lejos de Argentina, en España ha formado una familia junto a otros inmigrantes: el dominicano Ángel, la colombiana Mara y el ucraniano Ilie, a los que se les une la española Ana. Cecilia desde Buenos Aires le reprocha que no llame, y que no le cuente nada. Ernesto no hace más que mentirla, le dice que vive solo cuando vive con Mara, que trabaja en un estudio cuando trabaja en una obra. Para Cecilia “es como si no existiéramos, nos empezamos a acostumbrar a la vida sin Ernesto (…) no le esperamos, no contamos con él. Cuando se fue la cama me parecía enorme, ahora empieza a parecerme cómoda”. Sus identidades ya han empezado a cambiar. Ernesto piensa en regresar a Argentina, se siente como “el tipo que se coló en la fiesta”, es decir, ya no es parte de Buenos Aires pero tampoco de Madrid. El matrimonio cada día está más alejado y la comunicación se hace más difícil. Al año de su partida, Cecilia comienza una relación con Ricardo, un médico compañero del hospital, está perdida no sabe que hacer, por un lado quiere a su marido, pero por el otro ya le siente lejos. Ernesto desde España le insta para que vuele hacia Madrid, Cecilia, aunque con muchas dudas, acepta. Al encontrarse en el aeropuerto son como dos extraños, se sienten incómodos y no se reconocen, ya no son quienes eran, su identidad ha cambiado. Cecilia se vuelve a Argentina. XI  Congreso  Internacional  de  la  Asociación  de  Historiadores  de  la  Comunicación  –  2010   Belén  Moreno  Garrido  

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En el último capítulo, Ernesto y Andrés viajan a Asturias. Andrés tendrá que enfrentarse a su identidad perdida, a José. Nada más llegar Andrés exclama: “Esto es un error. ¡Vámonos! (…) Esta no es mi vida. ¡Vámonos! ¡Tengo miedo!”, después de setenta y un años los recuerdos de una vida pasada le invaden. Sus personas queridas se presentan en forma de fantasmas para ayudarle en este trance: Juliusz, Vidal, Sophie, Lucía y su madre. Finalmente, decide ir a buscar a Henar. Frente a su puerta el nieto de la asturiana le pregunta que quién busca a su abuela, “soy José me llamo José”, por primera vez, desde el inicio de la serie, utiliza su verdadero nombre. Henar en un primer momento le rechaza por todo el daño que le hizo en el pasado, pero tras una discusión acaba perdonándole y se reconcilian, él le dice: “he cumplido mi promesa, he venido a buscarte”. Andrés recobra su identidad, y al recobrar su identidad por fin puede asumir el pasado. Frente a su propia tumba, donde está enterrado su hermano, le cuenta la historia de su vida a Ernesto. 3.5 La Historia en Vientos de Agua como contextualizadora de la trama En la serie Vientos de Agua, se utiliza el recurso de la Historia como hilo conductor de la narración. Al inicio de cada capítulo12, en la cabecera, tras la presentación de los actores, aparecen los titulares de varios periódicos que destacan diferentes acontecimientos históricos, acompañados de imágenes reales de la noticia a la que hacen referencia. De esta manera sitúan al espectador y le contextualizan en el momento concreto en el que se desarrollará la trama que corresponde al tiempo narrativo pasado. Esos hechos servirán de guía para la historia personal de los protagonistas. Veamos cuáles son esos titulares y a qué hacen referencia: Capítulo 1

Titular Revuelta minera en Asturias Asturias lucha aún

Año 1934

Hecho histórico Revolución de Asturias

1934

Emigración a América

1934

Inmigración en Argentina

1936

Guerra Civil Española

1939

Fin de la Guerra Civil Española

Estalló la revolución en España 2

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Buques llenos, pueblos vacíos El hambre expulsa a nuestros hijos América el nuevo paraíso Inédito: más inmigrantes que nativos en Buenos Aires Traen un penoso recuerdo de la vida peninsular ¡El país necesita inmigrantes! La Boca, un barrio con cien lenguas Marxistas y fascistas frente a frente en España Juventudes libertarias del País Vasco ¡NO PASARÁN! Acusaciones contra el General Franco Los rebeldes fueron bombardeados Una tercera parte de Madrid está en

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Excepto en el capítulo 13, al desarrollarse este completamente en el tiempo presente. XI  Congreso  Internacional  de  la  Asociación  de  Historiadores  de  la  Comunicación  –  2010   Belén  Moreno  Garrido  

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ruinas a causa de la aviación La Raza no quería morir, dijo Franco Éxito nacionalista en Sigüenza La ocupación alemana llega a Francia. Hitler desfiló en los Campos Elíseos El comunicado de Berlín anuncia la ocupación de otras ciudades polacas Se cierra el gueto de Varsovia Alemania se rindió incondicionalmente a los aliados Perón preso 17 de octubre de 1945: gesta emancipadora de un pueblo Nace una nueva Argentina de Evita y de Perón Se cierra el gueto de Varsovia Juzgan a los criminales nazis Probaron el exterminio de judíos Pujanza rioplatense. Se repatrían ferrocarriles británicos Argentina festeja. Reconquista su soberanía económica La carne Argentina alimenta a una Europa en crisis Eva Perón con los niños Ha sido condecorada la señora Eva Perón Renunció a su candidatura a la vicepresidencia la Sra. Eva Perón Armada y fuerzas de aviación se sublevaron en la Argentina Se estimaron 380 muertos en la terrible jornada del 16 Deben ser los gorilas, deben ser El tirano prófugo escapa a Paraguay Castro sigue la lucha con firmeza: Ernesto Guevara nombrado comandante Disparo la URSS un cohete cósmico a la luna Arde la fiebre del rock n’ roll!

1941

Nazismo

1945 1945

Fin de la Segunda Guerra Mundial Peronismo

1947

Juicios de Nuremberg

1951

Prosperidad económica argentina

1952

Evita

1955

Derrocamiento de Perón

1957

Revolución cubana

1957

Carrera espacial

1957

Revolución musical

Como vemos, la mayoría de los acontecimientos forman parte de la denominada Historia traumática, los cuales nos marcan y conforman de manera más clara nuestra identidad. Los hechos históricos, en la serie, actúan como escenario para encuadrar la acción de los personajes. Es decir, la Historia se utiliza, en este caso, como un mecanismo para contextualizar temporal y narrativamente las tramas. Esto, en ocasiones, puede interactuar con los personajes, como en el caso de las manifestación contra el nazismo en Buenos Aires a las que acuden los protagonistas, la coincidencia temporal de la muerte de Evita y Sophie, o las XI  Congreso  Internacional  de  la  Asociación  de  Historiadores  de  la  Comunicación  –  2010   Belén  Moreno  Garrido  

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discusiones sobre la idoneidad o no del peronismo. Aunque la Historia está presente en la serie, el eje central de la misma son las relaciones interpersonales, los sentimientos y las sensaciones de los protagonistas que luchan por sobrevivir en un entorno nuevo. En el tiempo narrativo del presente, encontramos otro hecho traumático de importancia capital, y que termina siendo el detonante de la partida de Ernesto: la crisis económica de Argentina que desatará el corralito. Al representar hechos traumáticos, es lógico, tal y como hemos comentado anteriormente, que Vientos de Agua no recurra a la nostalgia como elemento de captación del espectador, ya que, generalmente, podemos sentir añoranza de una época, de una etapa, de un lugar, pero raramente, la sentiremos, por ejemplo, de una guerra o de una crisis económica. 3.6 Una emigración de ida y vuelta: el pasado y el presente En Vientos de Agua encontramos representados dos tipos de inmigración: la inmigración del siglo XX y la del siglo XXI. En el siglo XX es Andrés quien desde España emigra hasta Argentina, es un inmigrante trabajador, simpático y agradable quien finalmente conseguirá prosperar en Buenos Aires. Por otro lado, Ernesto debe abandonar Argentina y partir a España 70 años después de que lo hiciera tu padre, se encuentra en una situación muy distinta, a pesar de poseer estudios superiores, es rechazado. Encontramos, tal y como Josetxo Cerdán y Laia Quílez (2009) afirman, un doble modelo: el modelo segregacionista, en el que cada comunidad mantiene su propia identidad cultural y permanece cerrada en sí misma, representado por el presente; y el modelo homogeneizador o integracionista, en el que las diferentes comunidades se mezclan entre sí y con la comunidad de origen para crear una nueva identidad cultural, que se refleja en el tiempo narrativo pasado. Las diferencias las vemos desde el principio. Ya en el barco Andrés empieza a formar las primeras relaciones con los demás pasajeros (Juliusz, Gemma y Laia) con lo que desde su llegada a Buenos Aires se siente arropado. En cambio, Ernesto pasa los primeros días solo, tras el rechazo demostrado por un ex compañero y compatriota suyo, hasta que conoce a la española Ana que le introduce dentro de “su familia” de inmigrantes. Pero el aspecto más destacado es el de la ilegalidad. En el pasado no existe ese problema, incluso vemos como en la llegada al puerto de Buenos Aires, en el capítulo 3, Andrés se equivoca al decir su nombre, recordemos que viajaba con el pasaporte de su hermano, y el agente de la frontera al mirar la foto le dice: “Esto se parece a usted como un huevo a una castaña. Yo me llamo Joaquín te lo digo por si algún día tenéis un hijo y no encontráis que nombre ponerle”, a pesar de la evidencia de la suplantación, Andrés cruza la frontera sin mayores problemas. Años más tarde llamará Joaquín a su primogénito. El caso de Ernesto es diferente, llega a España con un visado de turista que le caduca en tres meses, según creía él, tiempo suficiente para convalidar su título y conseguir la nacionalidad (Ernesto al ser hijo de españoles tiene facilidades a la hora de conseguir un permiso de trabajo y la nacionalidad española). En cambio, se encuentra con colas inmensas en el Ministerio y un montón de exámenes de convalidación, el tiempo pasa rápidamente y empieza a vivir y a trabajar en situación ilegal. Incluso, trabajando en un estudio de arquitectura tiene que esconderse en el baño a la llegada de los inspectores de inmigración. En el capítulo 10, por fin, consigue la ansiada nacionalidad española. La situación fue muy distinta para su padre.

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En el presente también somos testigos de los encontronazos entre diferentes culturas y nacionalidades, algo que en el tiempo narrativo pasado no vemos. Es un argentino quien le dice a Ernesto que no se fíe de los rumanos “este es rumano, los rumanos no son amigos, ojo con los rumanos. Tened cuidado, son todos traidores, es así, es cultura, si le convenís bien, sino, te degüellan” (Capítulo 4), y es el propio Ernesto quien acusa equivocadamente a un colombiano por un robo en su casa “soy un fascista, un facho repugnante, un racista, doy asco” (Capítulo 6) comentará el argentino al darse cuenta de su error. Pero, esos brotes de racismo no solo se darán en España, en el capítulo 1, Ernesto intenta avanzar en un taxi por medio de una manifestación en Buenos Aires, el conductor gritará a un boliviano “¡Por qué no se vuelven a Bolivia!”, Ernesto indignado por la actitud del taxista le responderá “Soy Boliviano”. El rechazo es otro de los aspectos que convergen entre el tiempo pasado y el presente. Nada más llegar Ernesto siente el rechazo de su compatriota que le recrimina que “el gran arquitecto” (Capítulo 3) vaya a España cuando las cosas van mal en Argentina, reprochándole su éxito pasado. Sus compañeros españoles del estudio de arquitectura, donde Ernesto trabaja de forma ilegal, son racistas y clasistas. Cuando Ernesto quiere ayudar a una joven africana que es obligada a prostituirse en un puticlub, sus compañeros les dice: “ya eres uno más, deja de joder con la africana” (Capítulo 7). Y es que se ve como hay inmigrantes de primera y de segunda. Algunos inmigrantes como los argentinos, tal y como afirma Walter Actis (2005), por su composición de edad, sexo y procedencia se parecen mucho más a los de la Unión Europea que a otros latinoamericanos o africanos muestran un perfil “primer mundista” que los diferencia del resto. Por ejemplo, Ernesto es arquitecto y tiene rasgos europeos, es decir, tal y como dicen sus compañeros “es uno más”. El único halo de esperanza lo encontramos en Ana, la joven española que está dispuesta a ayudar a los inmigrantes “mi abuelo ayudaba a la gente y no preguntaba quién era” (Capítulo 3) le dice a Ernesto, “mi padre también” responde este, es una clara alusión a los inmigrantes del pasado. 3.7 La identidad compartida: las relaciones familiares Uno de los elementos que se rompen en Vientos de agua es la representación de la familia tradicional, donde abuelos, padres e hijos viven bajo el mismo techo. Es decir, estamos ante la evolución del modelo familiar, menos basado en los vínculos patrimoniales, que descansan en la autoridad paterna, y más en un consenso existencial, dentro de una comunidad de intereses. José, cuando adopta la identidad de su hermano Andrés, pierde la seguridad, el afecto y la unidad de su familia, que más adelante recuperará gracias a otras figuras que, a pesar de no ser consanguíneas, se erigirán en su auténtica familia, es el caso de Juliusz, Gemma, Laia y Vidal. Asimismo, Ernesto debe abandonar su hogar familiar, que compartía con su mujer e hijos, para instalarse en una nueva casa en Madrid donde construirá nuevas relaciones familiares junto a Ana, Mara, Ilie y Ángel. En el capítulo 6 Ana le dice Andrés: “…Yo estoy sentenciada. Desde que nací mi padre siempre me ha dicho no hagas esto, haz lo otro, cásate, se una buena madre, una buena hija. Mi familia la elijó yo, y si es distinta, mejor, y cuanto más distinta, mucho mejor”. Como vemos, se aborda la idea de que la familia es una imposición que puede variar con el tiempo, y que no es necesario la consanguinidad para ser parte de ella. Como hemos dicho anteriormente, es la evolución de la familia. Sin embargo, en el tiempo pasado, aunque Andrés había formado una nueva familia no consanguínea, al casarse con Sophie, instalarse con ella en una nueva casa, forma una familia tradicional, donde los lazos familiares tienen una importancia capital, que se acentúan con la XI  Congreso  Internacional  de  la  Asociación  de  Historiadores  de  la  Comunicación  –  2010   Belén  Moreno  Garrido  

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llegada de su hermana Felisa. Juliuzs y Gemma, Laia y Vidal viven en sus propias casas, aunque sigan compartiendo muchos momentos juntos. La familia formada por Andrés sobrevivirá al paso del tiempo, en el presente vemos como Joaquín, el hermano de Ernesto ayuda a este a conseguir el dinero necesario para los pasajes a España o como los tres hermanos (Joaquín, Diego y Ernesto) comen con su padre y se preocupan los unos por los otros. Pero, donde más se aprecia el peso de los vínculos familiares es en la relación padre e hijo de Andrés y Ernesto. Es Andrés quien anima a Ernesto a viajar a España, cuando tiene problemas con Cecilia, Ernesto telefonea a su padre en busca de consejo y es Ernesto quien acompaña a Andrés en su viaje de regreso a Asturias donde descubrirá la verdad sobre su padre. Por tanto, encontramos los dos modelos familiares, el más tradicional basado en los vínculos consanguíneos, representada por Andrés, sus esposas e hijos; y las familias recompuestas que se basan en el principio de congenialidad y la comunidad de intereses, que encontramos a la llegada de los dos protagonistas a sus nuevos países de residencia.

4. Conclusiones Como hemos visto hasta ahora, el eje fundamental de la serie Vientos de Agua son los personajes protagonistas. Personajes que a lo largo de la trama pasan de ciudadanos a inmigrantes, del nosotros al otro. Así mismo, observamos cómo se adaptan y son aceptados en diferentes momentos históricos. El inmigrante del siglo XX no es recibido igual que el del siglo XXI y los que un día fueron países de acogida, hoy son países de emigrantes. Los discursos nacionales se entremezclan, lo español se argentiniza y lo argentino se europeíza. La serie refleja, a través de un discurso histórico, como Argentina y España tienen mucho en común e imprimen a lo largo de los capítulos sus paralelismos. Las relaciones personales terminan de enmarcar ese reflejo, todos sentimos y vivimos experiencias vitales similares. Por tanto, el otro podría ser yo, y yo podría ser el otro. Es un discurso de ida y vuelta. 5. Relación de fuentes y bibliografía empleadas DVD Vientos de Agua, Divisa Home Video, 2006 ACTIS, W. (2005): Las políticas migratorias y su impacto en lasformas de inserción de la población inmigrante en España en Migraciones: Claves del intercambio entre Argentina y España, Siglo XX, Buenos Aires. ANDERSON, B. (1983): Imagined Communities: Reflections on the origin and Spreads of nationalism, Verso, London, U.K. ASHURI, T. (2006): “Television Tension: National versus Cosmopolitan Memory in a Co-Produced Television Documentary”, Collective Memory and Society, 29 (1), 31-51. BALTRUSCHAT, D. (2003): International TV and Film Co-Production: A Canadian Case Study, Media Organization and Production S. Cottle, London. BERGER, P. L. & LUCKMANN, T. (1966): The social construction of reality. A treatise in the sociology of knowledge, Anchor Books, Garden City, New York. XI  Congreso  Internacional  de  la  Asociación  de  Historiadores  de  la  Comunicación  –  2010   Belén  Moreno  Garrido  

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