La puesta en valor de cavidades: Monte Castillo (Puente Viesgo) a través de su historia moderna (1903-1971)

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Descripción

La revista científica Sautuola se encuentra incluida en los Catálogos LATINDEX y DICE, así como en las Bases de Datos ISOC, DIALNET (España) y REGESTA IMPERII (Alemania)

© De la presente edición: De los originales los autores, de la maqueta y composición el Instituto de Prehistoria y Arqueología “Sautuola”

Edita: Instituto de Prehistoria y Arqueología “Sautuola” con el patrocinio de Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria

Redacción: Instituto de Prehistoria y Arqueología “Sautuola” C/ Santa Lucía 45 - 2ºE 39003 - Santander (Cantabria, España) Correo electrónico: [email protected]

• Consejo de Redacción Dirección: Dr. Miguel Ángel García Guinea Vocales: Ramón Bohigas Roldán Elena de Diego Anbuhl Carmelo Fernández Ibáñez Carmen Martín Gutiérrez Rosario Olabe Fernández

• Comité Científico Dr. D. J. Antonio Abásolo Álvarez (Universidad de Valladolid) Dr. D. Germán Delibes de Castro (Universidad de Valladolid) Dr. D. Francisco Etxeberría Gabilondo (Universidad del País Vasco) Dr. D. Cesar González Sáinz (Universidad de Cantabria) Dr. D. J. Avelino Gutiérrez González (Universidad de Oviedo) Dra. Dña. Salete da Ponte (Instituto Politécnico de Tomar, Portugal) Dr. D. Ignacio Ruiz Vélez (Institución Fernán González, Burgos)

Coordinación: Carmelo Fernández Ibáñez Ramón Bohigas Roldán Asesor lingüístico: Peter Smith I.S.S.N: 1133-2166 Depósito Legal: SA - 1097 - 2010 Impreso en España / Printed in Spain Impresión, maquetación y fotomecánica: Gráficas Copisán - [email protected]

La publicación de un trabajo en esta revista científica, no implica que la Redacción ni el Gobierno de Cantabria estén de acuerdo ni se solidaricen con el contenido de aquel. Las opiniones y los hechos consignados por los distintos autores de los artículos, son de la única y exclusiva responsabilidad de ellos mismos, en el uso de su plena libertad intelectual. / The publication of a paper in this scientific journal does not imply that that Editorial Committee or the Government of Cantabria agree with or support its contents. The opinions and facts given by the different authors of the papers are their own and exclusive responsibility, within the full use of their intellectual freedom. Los textos de los artículos son reproducción de los originales entregados por los autores, siendo necesario citar la procedencia en cualquier transcripción o reproducción total o parcial de los mismos. / The texts of the papers are a reproduction of the authors' original manuscripts and it is necessary to cite the source of any total or partial transcription or reproduction.

INDICE / INDEX IN MEMORIAM Miguel Ángel García Guinea (1922-2012) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

7-9

I. PALEO-MESOLÍTICO / PALAEO-MESOLITHIC El yacimiento arqueológico de “El Bosque” (Entrambasaguas, Cantabria). Algunas reflexiones en torno a los yacimientos al aire libre del paleolítico en el centro de la región cantábrica The Archaeological Site of “El Bosque” (Entrambasaguas, Cantabria). Some reflections on open-air Palaeolithic sites in the centre of Cantabrian Spain

Ramón MONTES BARQUÍN, Emilio MUÑOZ FERNÁNDEZ, José M. MORLOTE EXPÓSITO, Silvia SANTAMARÍA SANTAMARÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

13-36

Paleoambiente en el Nivel III (Gravetiense) del abrigo de “El Cuco” (Castro Urdiales, Cantabria) Palaeo-environment in Level III (Gravettian) at "El Cuco" Rock-Shelter (Castro Urdiales, Cantabria)

Pedro RASINES DEL RÍO, Emilio MUÑOZ FERNÁNDEZ, Silvia SANTAMARÍA SANTAMARÍA, José Manuel MORLOTE EXPÓSITO y Igor GUTIÉRREZ ZUGASTI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

37-44

Personal ornaments in Europe during the Solutrean: Evidences from Cantabrian Spain Los objetos de adorno-colgantes en Europa durante el Solutrense: los datos de la región Cantábrica

Esteban ÁLVAREZ-FERNÁNDEZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

45-52

El yacimiento del abrigo de Santa María (Valdáliga, Cantabria) The Rock-Shelter of Santa María (Valdáliga, Cantabria)

Mercedes PÉREZ BARTOLOMÉ, Jesús RUIZ COBO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

53-67

II. PREHISTORIA RECIENTE / RECENT PREHISTORY Nuevos datos sobre una alineación de menhires en el norte de Burgos: El yacimiento de Las Atalayas, en Avellanosa del Páramo (Burgos) New information about a menhir alignment in the North of Burgos: The site of Las Atalayas, Avellanosa del Páramo (Burgos)

Miguel Á. MORENO GALLO, Germán DELIBES DE CASTRO, José A. LÓPEZ SÁEZ, Saúl MANZANO RODRÍGUEZ, Rodrigo VILLALOBOS GARCÍA, Alberto FRAILE VICENTE, Javier BASTONCILLOS ARCE . . . . .

71-93

III. EDAD DEL HIERRO / IRON AGE Grabados zoomorfos sobre pizarra y otros epígrafes inéditos en castros asturianos Zoomorphic Carvings on Slate and other Epigraphs at Asturian hillforts

Ángel VILLA VALDÉS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

97-112

IV. ÉPOCA ROMANA / ROMAN PERIOD Pallantia romana (primera etapa). Conclusiones establecidas a partir de los trabajos de excavación realizados en el núcleo urbano de la ciudad de Palencia Roman Pallantia (first stage). Conclusions from the excavation work performed in the centre of the city of Palencia

Mª Julia CRESPO MANCHO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115-144

Actuación arqueológica en los números 3 y 5 de la plaza de la Inmaculada de Palencia Archaeological Fieldwork at numbers 3 and 5 in Inmaculada Square, Palencia

Gregorio J. MARCOS CONTRERAS , Miguel Ángel MARTÍN CARBAJO, Jesús Carlos MISIEGO TEJEDA, Francisco Javier SANZ GARCÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145-162 Datos para una reconstrucción integral del sistema defensivo del fuerte romano de A Cidadela (Sobrado dos Monxes, A Coruña) Defensive System of the Roman Fort at A Cidadela (Sobrado dos Monxes, A Coruña): Data for a Reconstruction

José Manuel COSTA GARCÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163-177 El horno tardorromano de vidrio del antiguo Convento de los Padres Paúles (Ávila): Producciones The late Roman Glass Furnace at the former Convent of Padres Paules (Ávila): Productions

F. J. MARCOS HERRÁN, Mª. S. ESTREMERA PORTELA

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179-186

Soldados galaicos en las tropas auxiliares romanas Galician soldiers among roman auxiliary troops

Narciso SANTOS YANGUAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187-198 La producción y el comercio de libros en el Imperio Romano Book publishing in the Roman Empire

Javier ALONSO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199-213 El cementerio tardorromano de Aguilar de Anguita y la problemática de las necrópolis con ajuares “tipo Simancas-San Miguel del Arroyo” The Late Roman Cemetery at Aguilar de Anguita and the problem of necropolises with “Simancas-San Miguel del Arroyo-type” grave-goods

Fernando PÉREZ RODRÍGUEZ-ARAGÓN, Magdalena BARRIL VICENTE

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215-237

V. TARDOANTIGÜEDAD Y MEDIEVO / LATE ANTIQUITY AND MEDIEVAL PERIODS Arqueología del cristianismo de la antigüedad tardía en Cantabria: hacia un estado de la cuestión Archaeology of Christianity in Cantabria in late Antiquity: the state of the art

Leticia TOBALINA PULIDO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241-262 Nuevas evidencias sobre el uso de las cuevas de Cantabria durante la Tardoantigüedad y la Alta Edad Media. Primeros resultados del Proyecto Mauranus New evidences about cave use in Cantabria during Late Antiquity and Early Medieval Age. First results of the Proyecto Mauranus

Enrique GUTIÉRREZ CUENCA, José Ángel HIERRO GÁRATE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263-280 La necrópolis de San Martín de Ontón (Castro Urdiales, Cantabria) The Necropolis at San Martín de Ontón (Castro Urdiales, Cantabria)

José Manuel MORLOTE EXPÓSITO, Ramón MONTES BARQUÍN, Silvia SANTAMARÍA SANTAMARÍA, Emilio MUÑOZ FERNÁNDEZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 281-293 Las iglesias medievales en las cuencas de los ríos Saja y Nansa (Cantabria) Medieval Churches in the Saja and Nansa river basins (Cantabria)

Ana RUBIO CELEMÍN, Jesús RUIZ COBO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295-318 Los alfares de época medieval y moderna en Valladolid Medieval and Modern Kilns in Valladolid

Antonio BELLIDO BLANCO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 319-330

VI. EDADES MODERNA Y CONTEMPORÁNEA / AGES MODERN AND CONTEMPORARY La batería de Cabo Menor en Santander: Historia y potencial arqueológico Cabo Menor Battery in Santander: History and Archaeological Potential

Rafael PALACIO RAMOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 333-342 Recuperación y análisis de los restos humanos de la cueva 2741 de Matienzo (Ruesga, Cantabria) Recovery and Study of the Human Remains in Cave 2741 in Matienzo (Ruesga, Cantabria)

P. SMITH, F. ETXEBERRIA, L. HERRASTI, M. P. de MIGUEL, M. MARTÍNEZ, S. CARDOSO, L. PALENCIA, J. M. AZNAR, A. BECARES, C. ALBISU, J. RUIZ, J. CORRÍN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343-351 Los últimos ocupantes de las cuevas de Matienzo: Hacia una arqueología de los huidos de la postguerra The Last Occupants of Matienzo Caves: Towards an Archaeology of the Fugitives in the Post-Civil War

Peter SMITH . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 353-359

VII. ARTE RUPESTRE / ROCK ART Magia y religión en el Paleolítico Superior Magic and religion in the Upper Paleolithic

Raquel LACALLE RODRÍGUEZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 363-374

VIII. CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO / CONSERVATION OF HERITAGE Dossier: “Los Acabados de Magnetita en la Siderurgia Prerromana” Dossier: Magnetite Finish in Pre-Roman Metal-working

Jesús ALONSO LÓPEZ, Paloma LÓPEZ SEBASTIÁN, Isabel ORTIZ DE ERRAZTI (coords.) . . . . . . . . . . . . .

377

Introducción Introduction

Jesús ALONSO LÓPEZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 379-380 Perspectivas sobre la conservación, restauración e investigación de las armas antiguas. Desiderata de un arqueólogo e historiador militar Come views on the Conservation, Restoration and Research of Ancient Weapons. Desiderata of an Archaeologist and Military Historian

Fernando QUESADA SANZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 381-387 Los recubrimientos de magnetita. Estado de la cuestión y propuestas metodológicas para su estudio y conservación Magnetite Coverings: State of the Art and Methodological Proposals for its Study and Conservation

Jesús ALONSO LÓPEZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 389-433 Contribución científico-tecnológica para el conocimiento de los recubrimientos de magnetita y bronce-magnetita en armas prerromanas Scientific-technological contribution to an Understanding of Coatings of Magnetite and Bronze-Magnetite on Pre-Roman Weapons

Laura GARCÍA SÁNCHEZ, Antonio J. CRIADO PORTAL, Jorge CHAMÓN FERNÁNDEZ, A.Javier CRIADO MARTÍN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 435-456

Algunos aspectos de la metalurgia de la Edad del Hierro en Burgos Some aspects of Iron Age Metallurgy in Burgos

Ignacio RUIZ VÉLEZ, Adelaida RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 457-470 La conservación y la restauración de objetos de hierro en la bibliografía arqueológica española Conservation and Restoration of Iron Objects in Spanish Archaeological Literature

Carmelo FERNÁNDEZ IBÁÑEZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 471-482

IX. HISTORIOGRAFÍA / HISTORIOGRAPHY La puesta en valor de cavidades: Monte Castillo (Puente Viesgo) a través de su historia moderna (1903-1971) The Development of Caves: Monte Castillo (Puente Viesgo) in Modern History (1903-1971)

Marcos GARCÍA DIEZ, Daniel GARRIDO PIMENTEL, José María CEBALLOS DEL MORAL

. . . . . . . . . . . 485-496

Cueva de La Clotilde: Un modelo de la destrucción del arte rupestre Cueva de La Clotilde: A model in the destruction of cave art

Virgilio FERNÁNDEZ ACEBO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 497-511 Síntesis historiográfica sobre los “Barros Saguntinos” Historiographical notes on “Barros Saguntinos”

Macarena BUSTAMANTE ÁLVAREZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 513-518

X. VARIA / VARIOUS Primera campaña de prospección en la cabecera de los ríos Carrión y Pisuerga. Término municipal de La Pernía (Palencia) First season of surveying at the head of the rivers Pisuerga and Carrion. Municipality of La Pernía (Palencia)

P. DIEGO ESTÉBANEZ, A. VALLE GÓMEZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 521-560 La sal como ofrenda en los rituales mortuorios. Nuevas perspectivas de estudio The Role of Salt as an Offering in Mortuary Rites: New Approaches to its Study

Pedro Javier CRUZ SÁNCHEZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 561-579

Fe de Erratas Errata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

581

Notas para la admisión de originales Notes for the submission of manuscripts

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 583-589

Sautuola / XVI-XVII Instituto de Prehistoria y Arqueología “Sautuola” Santander (2010-12), 485 - 496

La puesta en valor de cavidades: Monte Castillo (Puente Viesgo) a través de su historia moderna (1903-1971) The Development of Caves: Monte Castillo (Puente Viesgo) in Modern History (1903-1971) Marcos GARCÍA-DIEZ1 Daniel GARRIDO PIMENTEL2 José María CEBALLOS DEL MORAL2 RESUMEN El Monte del Castillo contiene uno de los conjuntos de arte rupestre paleolítico más importantes. A pesar de que en la actualidad se tiene un conocimiento relativamente actualizado sobre las manifestaciones artísticas, la historia de la gestión de las cuevas del Monte del Castillo, vinculada al uso cultural y turístico, no ha sido objeto de atención. El presente trabajo, que abarca un lapso temporal desde 1903 a inicios de los años 70 del siglo pasado, recoge diversa información obtenida a través de la consulta de diversas publicaciones y de las Actas del Patronato de las Cuevas Prehistóricas de Santander, del análisis de diversa información fotográfica de los años 50 y 60, y de la recopilación de información oral de personas que intervinieron activamente en los hechos acontecidos. A partir de ello se propone una articulación de la gestión y actuaciones en cuatro etapas: a) 1903-1931: la figura de Hermilio Alcalde del Río y la mina de hierro “nombrada Rupestre”; b) 19311944: la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades; c) 1944-1950: primeras actuaciones del Patronato de las Cuevas Prehistóricas de la Provincia de Santander; y d) 1950-1971: Alfredo García Lorenzo y los grandes proyectos de adecuación y habilitación. ABSTRACT Monte Castillo contains one of the most important groups of caves with Paleolithic rock art. The archeology and rock art in the hill are well known, but the history of the management of the caves, linked to their cultural and tourist use, has not received researchers’ attention. This paper, which covers a time between 1903 and the early 1970s, gathers together information obtained through publications and the minutes of the Patronato de las Cuevas Prehistóricas de Santander (Prehistoric Cave Trust), analysis of photographs from the 1950s and 60s, and the oral information of people who were actively involved in the events. From this, we propose a division of the management activities in four stages: a) 1903-1931: Hermilio Alcalde del Río and the “nombrada Rupestre” iron mine; b) 1931-1944: the Higher Board of Excavations and Antiquities; c) 1944-1950: first actions of Patronato de las Cuevas Prehistóricas de Santander, and d) 1950-1971: Alfredo García Lorenzo and large-scale projects to prepare the caves for visits. PALABRAS CLAVE: Arte rupestre paleolítico. Cavidades. Habilitaciones y adecuaciones. Gestión y puesta en valor. Monte Castillo. KEYWORDS: Paleolithic rock art. Caves. Preparation for visits. Management and development. Monte Castillo.

I. BREVES APUNTES SOBRE LAS CUEVAS DEL MONTE CASTILLO

dispuso de una variedad de biotopos y, en consecuencia, de recursos naturales.

Las cuevas con arte rupestre paleolítico del Monte Castillo se localizan en la ladera SO del monte Dobra, entre 180-190 m.s.n.m. y en el término municipal de Puente Viesgo. Su emplazamiento está vinculado al hito que representa la elevación cónica del Monte Castillo (Figura 1), un referente geográfico para las poblaciones prehistóricas, un emplazamiento de alto valor estratégico y económico cuyo entorno ecológico

1. Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología, Universidad del País Vasco, C/ Tomás y Valiente s/nº, (01006) – Vitoria (Álava). Correo electrónico: [email protected] 2. Cuevas Prehistóricas de Cantabria, Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, Gobierno de Cantabria, Carretera de las Cuevas s/nº, (39670) - Puente Viesgo (Cantabria). Correo electrónico: [email protected] Correo electrónico: [email protected]

ISSN: 1133-2166

Figura 1: El Monte Castillo hacia 1910-1911. Obsérvese la escombrera producida por las excavaciones (Fondo: Instituto de Paleontología Humana de París).

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LA PUESTA EN VALOR DE CAVIDADES: MONTE CASTILLO (PUENTE VIESGO) A TRAVÉS DE SU HISTORIA MODERNA (1903-1971)

Este monte, también conocido como “La Montaña Sagrada” o la “ciudad troglodita” (CARBALLO, 1954), no sólo contiene cavidades con evidencias de arte rupestre, sino también importantes muestras de ocupación humana que abarcan una horquilla temporal que se inicia hace unos 150000 años de antigüedad y alcanza la temprana Edad Media. Las cavidades con arte rupestre paleolítico son, en la actualidad, cinco: El Castillo, Las Monedas, Las Chimeneas, La Pasiega y La Cantera. Estos hechos evidencian la intensa actividad humana desarrollada desde el punto de vista habitacional y simbólico practicado en las cuevas durante el Paleolítico. La cueva de El Castillo fue la primera en ser dada a conocer. Desde su descubrimiento, en 1903 por Hermilio Alcalde del Río, ha sido objeto de numerosos trabajos arqueológicos, cuyos resultados son referentes científicos para la comprensión del desarrollo y el comportamiento humano durante la Prehistoria del Sudoeste europeo (CABRERA, 1984; CABRERA et alii, 2006; MAÍLLO y BAQUEDANO, 2006; OBERMAIER, 1925). El depósito estratigráfico del vestíbulo de la cueva tiene unos 20 metros de potencia arqueológica y alberga las evidencias más antiguas de ocupación humana conocidas hasta el momento en el Monte del Castillo. A través de su registro arqueológico se tiene un conocimiento de las condiciones climáticas, el tipo de flora y fauna, la anatomía humana, el desarrollo tecnológico, las actividades económicas y el comportamiento cultural y simbólico del hombre prehistórico de los últimos 150000 años. Su interior alberga uno de los conjuntos de arte rupestre paleolítico más singulares e importantes de la Prehistoria europea (ALCALDE DEL RÍO, 1906; ALCALDE DEL RÍO et alii, 1911; GROENEN, 2007; GARCÍA DIEZ y GUTIÉRREZ, 2010), ejemplificando la variedad de técnicas, temas, estilos y recursos aplicados por los “artistas” del Paleolítico superior para expresar una parte de su mentalidad. En 1911, Hugo Obermaier, Paul Wernert y Hermilio Alcalde del Río descubren el arte parietal de la cueva de La Pasiega (BREUIL et alii, 1911). Su interior contiene evidencias de ocupación humana desarrolladas en torno a los 20000 y los 15000 años de antigüedad. Por su laberíntico y complejo conjunto cárstico aparece una alta concentración de representaciones de animales, pintados en rojo y ocasionalmente en negro, constatándose a su vez la técnica del grabado. Cronológicamente se distinguen varias fases de ejecución, con un horquilla temporal entre los 25000 y los 12500 años de antigüedad (GONZÁLEZ SÁINZ y BALBÍN, 2010). En 1952, mientras se llevaban a cabo las labores de acondicionamiento del exterior del Monte del Castillo, se descubren las representaciones parietales de la cueva de Las Monedas por parte de Alfredo García Lorenzo (ANÓNIMO, 1953; RIPOLL PERELLÓ, 1972). A diferencia de El Castillo o La Pasiega, las manifestaciones parietales

se concentran en una estrecha sala lateral, a pocos metros de la entrada. El conjunto, muy homogéneo en su realización técnica y estilística, se compone de, al menos, 17 figuras de animales correspondientes a una fase climática fría y de diversos signos de difícil interpretación, todos ellos trazados en negro. Las dataciones por AMS (MOURE ROMANILLO et alii, 1996) certifican la realización de las figuras en un mismo periodo climático frío que aconteció hace 12000 años de antigüedad. La cueva de Las Chimeneas fue descubierta en 1953 por Alfredo García Lorenzo tras realizar un estudio de las fallas del Monte Castillo (GONZÁLEZ ECHEGARAY, 1974). Las pinturas, todas ellas en negro, corresponden a formas rectangulares de complejas subdivisiones internas y motivos zoomorfos, predominando la representación del ciervo. Los grabados son similares a las pinturas desde el punto de vista estilístico y temático. Las fechas aportadas por el AMS y procedentes de las pinturas negras asignan una edad de ejecución en torno a los 15000-14000 años de antigüedad (MOURE ROMANILLO et alii, 1996). La cueva de la Cantera fue descubierta en el año 2003 durante los trabajos de control arqueológico (realizados por la empresa Tanea) debidos a la ampliación de un trazado viario (GARCÍA DIEZ, 2010). Es una cavidad de reducidas dimensiones y contiene diversos puntos y manchas rojas y violáceas de presumible cronología paleolítica. II. OBJETIVOS El propósito del presente trabajo es contribuir a la memoria histórica del Monte del Castillo, presentado diferentes hitos historiográficos vinculados a la gestión de las cavidades y su entorno. Para ello se hace un recorrido de acontecimientos que se inicia en 1903. Se trata de un trabajo de base documental escrita, gráfica y oral. Para ello se ha recurrido a la consulta de diversas publicaciones (han sido de especial interés, entres otros, los escritos de Jesús Carballo, Eduardo Ripoll y Benito Madariaga de la Campa) y de las Actas del Patronato de la Cueva de Altamira y del Patronato de las Cuevas Prehistóricas de la Provincia de Santander (depositadas en el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira), al análisis de diversa información fotográfica de los años 50 y 60 del pasado siglo XX (localizada principalmente en el Centro de Estudios Montañeses) y a la recopilación de información oral de personas que intervinieron activamente en los hechos presentados en el texto. III. LAS CUEVAS DEL MONTE DEL CASTILLO: UNA HISTORIA DE GESTORES, GESTIONES Y PROYECTOS Considerando la información consultada hasta el momento, se propone una articulación de la misma

Marcos GARCÍA-DIEZ, Daniel GARRIDO PIMENTEL y José María CEBALLOS DEL MORAL

en cuatro etapas o fases cronológicas que se corresponden con momentos claves vinculados a los modelos de gestión/administración de las cuevas o a fases de intensa actividad en la ejecución de proyectos de habilitación y adecuación. Estos son: 1903-1931: La figura de Hermilio Alcalde del Río y la mina de hierro “nombrada Rupestre”; 1931-1944: La Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades; 1944-1950: Primeras actuaciones del Patronato de las Cuevas Prehistóricas de la Provincia de Santander; y 1950-1971: Alfredo García Lorenzo y los grandes proyectos de adecuación y habilitación.

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sar de ello, parece que las visitas de El Castillo (e incluso de La Pasiega una vez descubierta en 1911) eran gestionadas por H. Alcalde del Río o, en su defecto, por algún guía (como Gerardo Castillo -Figura 3- o José Gutiérrez). Las visitas se realizaban con fuentes de carburo y se concertaban a través de H. Alcalde del Río (cabe recordar que su segunda mujer tenía un bar en Puente Viesgo llamado La Parra) o preguntando por los guías en el pueblo.

III.1. 1903-1931 - La figura de Hermilio Alcalde del Río y la mina de hierro “nombrada Rupestre” Tras el descubrimiento de la cueva de El Castillo (Figura 2), el 8 de noviembre de 1903, la cavidad permanece casi en el “anonimato”, restringiéndose su conocimiento a un ámbito más bien local/regional y a un reducido grupo de investigadores. No fue hasta la publicación en 1906 de H. Alcalde del Río de Las pinturas y grabados de las cavernas prehistóricas de la provincia de Santander cuando las manifestaciones artísticas de la cueva de El Castillo tuvieron trascendencia internacional. Ese mismo año se firmó, entre H. Alcalde del Río y S.A.S. el Príncipe Alberto I de Mónaco, un acuerdo para estudiar y publicar el arte rupestre paleolítico conocido en la Región Cantábrica. Tres años más tarde, y tras la visita de Alberto I de Mónaco, se ratifica un nuevo acuerdo para excavar en la cueva de El Castillo.

Figura 2: La cueva de El Castillo en un momento previo a la excavación de 1910 (Fondo: Instituto de Paleontología Humana de París).

En 1910 se inician los trabajos de excavación del vestíbulo de El Castillo y empiezan a manifestarse desavenencias entre H. Alcalde del Río (director de la excavación) y H. Obermaier (colaborador de Alcalde del Río). Como apunta B. Madariaga de la Campa, es muy probable que dicho enfrentamiento incentivara la decisión de H. Alcalde del Río por registrar a su nombre la cueva de El Castillo, como la “mina de hierro nombrada Rupestre cuyo expediente tiene el nº 13698 sita en la Sierra del Castillo”, y su entorno el 7 de junio de 1911. Desde que H. Alcalde del Río obtiene la concesión y hasta el año en que ésta caduca (1931), fueron diversas las tensiones relativas a la propiedad de la cueva. En 1912 el Ayuntamiento de Puente Viesgo crea la Junta de Conservación de Puente Viesgo, reivindicando la propiedad de la misma. Esta decisión generó un enfrentamiento entre la corporación Municipal y H. Alcalde del Río, hasta que en 1914 la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades ratificó con carácter oficial la propiedad a H. Alcalde del Río, quien puso en la cueva de El Castillo un guía con funciones de guarda. Para esta etapa son escasos los datos existentes sobre la gestión de las cuevas del Monte Castillo. A pe-

Figura 3: Gerardo del Castillo, guía de las cuevas del Monte Castillo, hacia 1917.

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LA PUESTA EN VALOR DE CAVIDADES: MONTE CASTILLO (PUENTE VIESGO) A TRAVÉS DE SU HISTORIA MODERNA (1903-1971)

A las cuevas se llegaba por caminos de cabras, difíciles de transitar. A El Castillo se accedía por un sendero (en parte similar en su trazado a la actual senda PR-S17) que partía del Barrio de la Llana de Puente Viesgo y alcanzaba la boca de la cueva; en 1911 se describe este acceso en Les cavernes de la Région Cantabrique como “une rude escalade d’une centaine de mètres sur le versant rapide permet d y parvenir”. En cuanto a la cueva de La Pasiega, en la monografía de 1913 se señala que “pour accéder sans trop de mal jusqu à eux, il vaut mieux laisser la route de Burgos au petit “ermita” [de La Paz], avant de franchir le ruisseau de Hijas, prendre là un sentier qui rejoint le pied de l’escarpement, puis le laisser et monter en lacets par des pises de chèvres assez mal tracées, presque jusqu’à la hauteur des figuiers, mais au S-E de la montagne; on suit alors horizontalement jusqu à leur voisinage, et il ne reste qu une petite escalade de cinq ou six mètres pour les atteindre”. Al carecer las cavidades de un acondicionamiento de sus bocas y del interior, el tránsito era tortuoso, ya que en ambas cavidades se mantenía la orografía del momento del descubrimiento. Incluso, para visitar el interior de La Pasiega era necesario reptar en algunos de sus tramos. III.2. 1931-1944 - La Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades y el Patronato de la Cueva de Altamira En 1931 finalizaba la concesión minera de H. Alcalde del Río de la cueva de El Castillo y su entorno. Y antes de que eso sucediera, su propietario optó por ceder los derechos de explotación a la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades. Según se desprende de una carta enviada por H. Alcalde del Río al Secretario de la Junta en enero de 1931, el primero “acogería con el mayor agrado, repito, la determinación y haría cesión de todos mis derechos al Estado si, como espero, él ha de poner estas localidades subterráneas bajo acción tutelar inmediata y semejante a la que rige en Altamira integrada por personas de garantía cultural, prestigio y desinterés…”. La propuesta de H. Alcalde del Río de creación de una Junta específica para la gestión de las cuevas de Puente Viesgo nunca se llevó a cabo, siendo la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades quien se encargó de la administración de las dos cuevas conocidas con arte rupestre del Monte del Castillo hasta 1940. El 25 de octubre de 1940, en la sesión de constitución del nuevo Patronato de la Cueva de Altamira, el Gobernador Civil, Dº Carlos Ruiz García, informa que por Orden Ministerial, trasladada desde la Dirección General de Bellas Artes y aprobada en Madrid el 2 de

agosto de 1940, “…el Patronato de las Cuevas de Altamira ejercerá funciones análogas respecto a las demás cuevas con pinturas de la provincia…”, siendo sus responsabilidades (tal como recoge el punto 1) “…velar por la conservación de aquélla [en referencia a Altamira] y autorizando para adoptar las medidas necesarias para alejar los peligros que acechan la conservación de las pinturas y estudiar los medios que permitan la reversión al estado de la Cueva”. En ese momento el Patronato de la Cueva de Altamira estaba integrado por personas de diferentes ámbitos (científico, político y civil). A partir de 1940 las actas del Patronato comienzan a recoger de forma progresiva asuntos relacionados con las cuevas del Monte del Castillo. III.3. 1944-1950 - El Patronato de las Cuevas Prehistóricas de la Provincia de Santander y sus primeras actuaciones Por Orden Ministerial del 9 de febrero de 1944 el Patronato de la Cueva de Altamira pasa a denominarse Patronato de las Cuevas Prehistóricas de la Provincia de Santander, quedando así claramente patente la existencia de un único órgano administrativo/gestor que velara por las cavidades (con y sin arte prehistórico) de la provincia de Santander. En sesión del 5 de junio de 1944 se fija el precio de la entrada de El Castillo en 2 ptas y se propone un nuevo guía de Puente Viesgo. El interés del Patronato porque los conserjes/guías de las cuevas vivieran cerca de donde éstas se encontraban, tenía la doble finalidad de recibir a las visitas y ejercer una vigilancia continuada de los Monumentos. Con este propósito, en la sesión del 19 de julio de 1945, Jesús Carballo y Fernando Calderón (miembros activos del Patronato) proponen como nuevo conserje de las cuevas de Puente Viesgo a Felipe Puente García, sustituyendo al guía anterior (Sr. Munguía). El nuevo conserje-guía no sólo tenía la labor de informar al público durante la visita, sino que también realizaba todo tipo de tareas vinculadas con el mantenimiento de las cuevas, tales como la limpieza de los senderos, la retirada de piedras, etc. También ejercía como corresponsal “en tiempo real” para el Patronato de todo aquello que aconteciera dentro y fuera de las cavidades. A partir del acta de la sesión del 15 de febrero de 1945 comienza a ser patente la necesidad de iniciar una serie de proyectos que permitieran la habilitación turística de las cuevas. Poco tiempo después (en sesión del 24 de abril de 1945) el Patronato acuerda una visita al Monte del Castillo con el objeto de concretar posibles actuaciones. La primera intervención que aparece recogida en las actas (sesión del 18 de junio de 1945) es la señalización viaria, autorizándose a “pintar y colocar los postes indicadores de las cuevas”.

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Pero el impulso real de las obras se inicia cuatro años después, en la sesión del 13 de octubre de 1949, al encargar el Patronato a dos miembros de la Diputación de Santander (Alfredo García Lorenzo, ingeniero de caminos, y Ángel Hernández Morales, arquitecto) un plan de coordinación de obras y presupuestos. De este modo, en sesión del 3 de marzo de 1950 se señala la necesidad de dotar a las cuevas de un camino o carretera de acceso y de instalación eléctrica en el interior de las mismas. A partir de este momento la figura de A. García Lorenzo (nombrado vocal del Patronato el 25 de marzo de 1951) toma significado y relevancia en la historia reciente del Monte del Castillo. III.4. 1950-1971 - Alfredo García Lorenzo y los grandes proyectos de adecuación y habilitación En 1950 se inician las obras de habilitación del Monte del Castillo. La primera referencia a este respecto se produce en la sesión del 14 de septiembre de 1950, cuando se solicita al Ayuntamiento de Puente Viesgo que se haga cargo del arreglo del camino que conducía a la cueva de El Castillo desde el barrio de La Llana. A su vez, Alfredo García Lorenzo comienza a realizar una serie de actuaciones en el interior de la cavidad de El Castillo, como la apertura de caminos para el tránsito, para lo que se llevan a cabo escaleras de cantería, el aplanado del terreno y la eliminación de bloques calizos situados a lo largo del trayecto interior. También se inicia la instalación del alumbrado eléctrico en el interior de la cueva y la limpieza de grafitos, al haber sido utilizada como refugio durante la Guerra Civil. La primera instalación eléctrica de El Castillo era muy básica, al contener -en parte- material reciclado procedente de la primera instalación eléctrica de Altamira. Esta consistió en sujetar el cable eléctrico por las paredes de la cueva con cal hidráulica (Figura 4), al que estaban conectadas unas pocas bombillas cuya luz era tan insuficiente que se-

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guía siendo necesaria la utilización de carburos para circular. La cal hidráulica (aún visible) afectó a algunas representaciones murales. En el exterior los trabajos se centran en la instalación de un transformador y parte de la conducción eléctrica aérea, a la vez que se procede a la construcción de una caseta para que el guarda atendiera al público asistente y para que “fuera susceptible de sufrir una ulterior ampliación y cumplir, algún día, la desiderata de que el guarda habite allí” (cosa que nunca llegó a ocurrir) (Figura 5). Además se acometen “algunos servicios complementarios, como son los bancos de piedra para los visitantes..., rosales y arbolado en las inmediaciones y camino de la cueva de Puente Viesgo”. La realización de toda esta infraestructura de acondicionamiento interior y exterior debió llevarse a cabo a buen ritmo, pues el 15 de noviembre de 1950 (dos meses después de haberse iniciado las obras) J. Carballo y A. García Lorenzo comunican al Patronato que la cueva de El Castillo ya estaba habilitada para ser visitada. El primer camino “oficial” que comunicaba la cueva de El Castillo con Puente Viesgo se concluyó en junio de 1951, antes de la temporada de verano, tal y como recoge el acta de la sesión del 15 de junio de 1951 (Figura 6). En esa misma reunión se acordó la ampliación del camino por la ladera del monte, de modo que quedaran conectadas la cueva de El Castillo con la de La Pasiega; de esta manera se evitaba coger el sendero que desde la ermita de La Paz llevaba a La Pasiega. Las obras de este camino se iniciaron en julio de 1951 y su finalización estaba prevista para mediados de agosto de ese mismo año; en la sesión del 6 de octubre de 1951 J. Carballo y A. García Lorenzo anuncian al Patronato que la ampliación estaba terminada. Durante la realización de esta segunda fase del camino (la ampliación) y tras dinamitar un enorme bloque calizo que impedía continuar las obras, se descubre la cueva de “La Flecha” (cuyo hallazgo es anun-

Figura 4: A: Vista general de la primera sala de El Castillo iluminada a inicios de los años 50 del siglo XX (Fondo: Centro de Estudios Montañeses); B: Restos de cal hidráulica utilizada para sujetar los cables en el interior de la cueva de El Castillo.

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Figura 6: Camino de acceso a la cueva de El Castillo en 1951 (Fondo: Centro de Estudios Montañeses). Figura 5: Primera caseta de las cuevas del Monte Castillo situada en el exterior del vestíbulo de la cueva de El Castillo en 1952 (Fondo: Centro de Estudios Montañeses).

Figura 7: Excavación del vestíbulo de la cueva de La Flecha en 1951 (Fondo: Centro de Estudios Montañeses).

ciado al Patronato en la sesión del 27 de julio de 1951). La boca de la nueva cavidad fue rápidamente cerrada y su interior explorado, sin obtener resultados positivos en cuanto a la existencia de representaciones

parietales. En cambio la entrada de la cueva conservaba evidencias de ocupaciones musterienses, que fueron excavadas por los camineros a cargo de A. García Lorenzo y bajo la supervisión de J. Carballo (Figura 7). Vinculado al camino que unía ambas cavidades, el Patronato comienza a plantearse el acondicionamiento de La Pasiega para las visitas. De este modo, en la sesión del 13 de julio de 1951, A. García Lorenzo señala la necesidad de abrir una nueva entrada que facilite un cómodo acceso de pies y no reptando (por la entrada del descubrimiento). Considerando el riesgo que pudiera suponer para la conservación de las pinturas de La Pasiega la apertura de una nueva entrada, el Patronato decide visitar la cueva con el fin de analizar la conveniencia de dicha propuesta, aprobándose en la sesión del 31 de julio de 1951 abrir una nueva entrada “cómoda y de fácil acceso”. La decisión de realizar un nuevo acceso en La Pasiega no hubo de ser una cuestión sencilla de resolver para el Patronato, debido a que en la sesión del 31 de julio de 1951 J. Carballo señala (ante la posible existencia de voces contrarias) que la nueva apertura no debiera implicar un cambio significativo en la temperatura y humedad del aire de la cavidad. Para ello propone, y bajo su responsabilidad, “cerrar totalmente la antigua entrada con grueso muro y terraplén exterior con el fin de que no entrara nada de aire e incluso varíe la temperatura…” y construir, en la zona de la nueva entrada, una cámara intermedia a partir de dos muros y dos puertas de seguridad, evitando así la entrada de corrientes de aire caliente que modificasen las condiciones climáticas en el interior de la cavidad. Al final, el Patronato proyectó la realización de dos bocas artificiales, la primera situada en la sala VI (actual acceso de La Pasiega A y B -Figura 8-) y la segunda en la sala XI (actual Pasiega C); además se tapió la entrada del descubrimiento. Los trabajos de adecuación del interior de La Pasiega se centraron en las “rectificaciones de los tránsitos”,

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originando una modificación sustancial del suelo a través del rebaje y (posiblemente) la eliminación de los bloques calizos y concreciones que condicionaban el tránsito de las personas. La finalización de las tareas fue transmitida al Patronato en la sesión del 6 de octubre de 1951, tres meses después de que se discutiera la posibilidad de abrir una nueva entrada para el acceso. En abril de 1952 se produce el descubrimiento de las pinturas negras de Las Monedas (Figura 9) (notificado al Patronato por J. Carballo en la sesión del 16 de

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abril de 1952) y fue, sin duda, un “golpe de suerte” para el Patronato a la hora de difundir la trascendencia del Monte del Castillo. La cueva fue rápidamente anunciada en la prensa local (Diario Montañés y Alerta), nacional (Diario ABC y Diario Arriba de Madrid) e incluso internacional (The Illustrated London News). Este acontecimiento condicionó, en parte, el cambio producido en el régimen de visitas a la cueva de La Pasiega, limitándose la entrada, en la sesión del 13 de octubre de 1952, a “gente docta” y bajo concesión expresa del Patronato, ya que la cavidad podía sufrir daños irreparables a causa de visitas intensivas. La primera actuación en torno al descubrimiento de Las Monedas (situada en el área más oriental del Monte del Castillo) fue la de ampliar el sendero que unía las cuevas de El Castillo y La Pasiega (Figura 10) con carácter inmediato (propuesto en la sesión del 12 de junio de 1952). En la sesión del 21 de noviembre de 1953 A. García Lorenzo informa al Patronato de la finalización del camino que comunica las tres cuevas y de la habilitación interior de Las Monedas. Ese mismo año también se vuelve a adecuar, mediante la instalación de escaleras, el camino que comunica la cueva de El Castillo con el municipio de Puente Viesgo.

Figura 8: Entrada a la cueva de La Pasiega A y B en 1952 (Fondo: Centro de Estudios Montañeses).

Figura 9: Entrada a la cueva de Las Monedas en 1952.

Figura 10: Camino de acceso a las cuevas de La Pasiega y Las Monedas antes de 1955.

La adecuación interior de la cavidad de Las Monedas y el desmonte de su entrada natural, llevada a cabo entre mediados de 1952 e inicios de 1953, se inicia con la construcción del nuevo tramo de camino que parte desde la cueva de La Pasiega hasta la boca de Las Monedas. La previsión del coste para la ampliación del sendero y la adecuación del interior de Las Monedas se presupuestó en 35000 ptas. Así, el Patronato requiere a A. García Lorenzo que solicite dicha cantidad a la Diputación Provincial, debido a la falta de liquidez que tenía en ese momento el Patronato, siendo concedida una cantidad 30000 ptas. por parte de la Diputación según se expresa en la sesión del 19 de junio de 1952. En esta misma sesión del 19 de junio, se expresa la intención por parte del Patronato de dotar a la cueva de Las Monedas de luz eléctrica. En cambio, durante la sesión del 21 de noviembre de 1952, el Patronato reitera la necesidad de instalar luz eléctrica no sólo en Las Monedas sino también en La Pasiega, ascendiendo el presupuesto a 75.075,65 ptas. (con el transformador, la línea de alta y la instalación interior). En la sesión del 3 de enero de 1953 se comunica el inicio de las obras de alumbrado, correspondiendo la coordinación de las mismas a A. García Lorenzo. La instalación eléctrica se inició en Las Monedas posiblemente al estar abierta al público en esos momentos, a diferencia de La Pasiega que ya estaba sometida a ese régimen de visitas especial antes expresado. En la sesión del 10 de septiembre de 1953 se informa al Patrona-

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to del inicio de los trabajos de una cabina en donde ubicar el transformador que daría corriente a ambas cuevas. La realización de esta cabina fue anunciada al Patronato en sesión del 10 de marzo de 1954, momento en el que se informa de la llegada del cobre para continuar la instalación eléctrica en La Pasiega y Las Monedas. El 10 de septiembre de 1953 el Patronato recibe la noticia del descubrimiento de una nueva cavidad con arte paleolítico en el Monte del Castillo, la cueva de Las Chimeneas. En esta misma sesión se discutió modificar el nombre de la cueva, debido a que para algunos de sus miembros el término de “Las Chimeneas” pudiera ser malinterpretado por los visitantes como una zona industrial, pudiendo repercutir en el número de visitas anuales al desvirtuarse el entorno natural del Monte del Castillo. También se plantea la idea de instalar un teleférico que uniera el recinto de la cueva de El Castillo con el municipio de Puente Viesgo, evitándose de este modo la construcción de una carretera de acceso. El descubrimiento de la cueva de Las Chimeneas tuvo una importante repercusión en el ámbito científico y social. Durante la rueda de prensa organizada en el interior de la cueva de Las Monedas (como medio de promoción entre los agentes de comunicación) con motivo de su descubrimiento, José Pérez Bustamante (Presidente de la Diputación y miembro del Patronato) señala a los medios de comunicación la intención de acondicionar la cueva de Las Chimeneas con el propósito de hacer visitas a la “Sala de las Pinturas”. Los trabajos de habilitación consistieron en la realización de una “escalera tosca” que permitió acceder a los visitantes a las pinturas (Figura 11). En la sesión celebrada el 10 de marzo de 1954 A. García Lorenzo informa al Patronato que la escalera ya estaba terminada, y el 6 de agosto de 1954 (11 meses después de su descubrimiento) el ingeniero notifica al Patronato que Las

Figura 11: Escaleras de acceso al nivel inferior de la cueva de Las Chimeneas en 1954 (Fondo: Centro de Estudios Montañeses).

Chimeneas podía ser visitada por el público cuando éste lo vea conveniente, decidiéndose abrirla al público al día siguiente. Esta cavidad, a diferencia del resto de las cavidades con arte prehistórico descubiertas hasta el momento, nunca tuvo instalación eléctrica, utilizándose carburos en sus visitas. La apertura de Las Chimeneas al público y la oferta cultural de cuatro cuevas con arte paleolítico (una de ellas, La Pasiega, bajo régimen especial), distanciadas entre sí poco más de 500 metros de recorrido, produjo una serie de cambios en el régimen de visitas a las cuevas de Puente Viesgo. En primer lugar, se contrató a un guía auxiliar (Francisco Menéndez); el contrato era de carácter temporal para los dos meses de verano (julio y agosto). En segundo lugar, se individualizó la entrada de las cuevas, siendo necesaria la posesión de un billete para cada una de ellas, ya fuese de El Castillo, Las Chimeneas, La Pasiega (bajo permiso expreso del Patronato) o Las Monedas, fijándose un precio de 5 ptas. por cueva y visita. Es obvio pensar que las actuaciones decididas por el Patronato y coordinadas por A. García Lorenzo en el Monte Castillo ocasionaron un mayor número de visitas. Ello deriva que en la sesión del 4 de julio de 1955 A. García Lorenzo exponga al Patronato la necesidad de dotar al recinto de servicios sanitarios, y que el Patronato se planteara (en la sesión del 29 de noviembre de 1955) realizar una carretera (una vez descartada la idea del teleférico) que uniera la cueva de El Castillo con el municipio de Puente Viesgo, con el propósito de “finalizar de encauzar el turismo que llega a Altamira y de reducir así el número de visitas para su conservación”. Este hecho prevé, por razones de conservación, disminuir el número de visitas en Altamira sin reducir la oferta cultural a todas aquellas personas que quisieran conocer el patrimonio subterráneo-artístico de Cantabria. La realización de la carretera era un proyecto muy ambicioso para el Patronato por la carga económica tan fuerte que suponía. Aunque las obras no se inician hasta 1958, desde 1955 las actas comienzan a plantearse y proyectar sistemas de financiación en relación a la carretera. Tras la presentación de las cuentas anuales en la sesión del 28 de diciembre de 1955, se decide realizar una bolsa económica de 388.846 ptas. en previsión de los gastos que iba a acarrear la carretera de acceso. Al año siguiente, en la sesión del 16 de abril de 1956, el Patronato plantea solicitar un préstamo al Banco de Santander, pero en la sesión del 25 de junio de 1956 se informa de la negativa de la entidad por adelantar crédito al Patronato. Tal negativa estuvo determinada por los problemas de amortización que presentaba el proyecto, y así el propio Banco indicó al Patronato que tendría que ser la Diputación a quien le correspondería solicitar el préstamo. En la sesión del

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16 de abril de 1955, la Diputación se ofrece a ayudar en lo “indispensable” al Patronato y se procede a solicitar al Ayuntamiento de Puente Viesgo que ceda los terrenos vinculados al trazado viario. El 23 de noviembre de 1957, y tras la temporada de verano, el Patronato aprobó un replanteamiento del trayecto inicial de la carretera (actualmente CA703), destinándose 1.000.000 ptas. para el inicio de las obras. Por fin, y según el acta de sesión del 14 de junio de 1958, A. García Lorenzo informa al Patronato del inicio de las obras, realizando un aparcamiento (Figura 12) frente a la boca de El Castillo (actualmente convertido en centro de recepción de visitantes y en una plazoleta con espacios verdes). Para la realización del aparcamiento se planteó un gasto inicial de 250.000 ptas. Los trabajos no tuvieron que ser fáciles de ejecutar, como puede observarse de la sesión del 17 de diciembre de 1958. Los trabajos de desmonte llevados a cabo en el tramo viario de la carretera, cuya piedra caliza era a su vez utilizada para ensanchar la carretera, estaban encareciendo y retrasando el plan de trabajo previsto. El 31 de julio de 1961 A. García Lorenzo informa al Patronato de que el aparcamiento situado frente a la boca de El Castillo ya estaba finalizado. En 1959 se destinaron 500.000 ptas. de las arcas del Patronato y se acordó dirigirse al Banco de Santander para solicitar un crédito por valor de 1.000.000 ptas. para acelerar los trabajos. En la sesión del 1 de febrero de 1960 se informa que ya se habían realizado unos 525 metros de la carretera y, según A. García Lorenzo, que sería necesaria una inversión de 2.809.972,09 ptas. para terminar los trabajos de la carretera hasta Puente Viesgo y pagar las indemnizaciones de los propietarios afectados por la realización de la misma. El 27 de octubre de 1960 el Patronato es informado del interés que tiene el Gobernador Civil de la Provincia de Santander en la finalización de la carretera, concediendo 994.000 ptas. para este fin; a las que se han de añadir 800.000 ptas. de un préstamo bancario (sesión del 6 de junio de 1960) y 300.000 ptas. de las arcas del Patronato. En la sesión del 28 de enero de 1961 J. Pérez Bustamante propone al Patronato la realización de un aparcamiento en Puente Viesgo con el propósito de propiciar el desarrollo urbanístico del municipio en esta área. Esta idea fue respaldada por el Ayuntamiento de Puente Viesgo y se vislumbra de forma positiva por parte del Patronato, a pesar de acarrear la modificación del trazado inicial de arranque de la carretera desde Puente Viesgo y un aumento de gasto debido a las expropiaciones que serían necesarias llevar a cabo. Con la intención de obtener asesoramiento y ayuda, J. Pérez Bustamante se dirige en nombre del Patronato al Ministerio de Obras Públicas. La respuesta del Ministerio se dio a conocer durante la sesión del 1 de sep-

Figura 12: Aparcamiento en la boca de la cueva de El Castillo en 1965 (Fondo: Centro de Estudios Montañeses).

tiembre de 1962: J. Pérez Bustamante informa del interés que había mostrado el Ministerio de Obras Públicas por la carretera de las cuevas y el aparcamiento municipal de Puente Viesgo, e indica que este último tramo de carretera sería promovido por éste, si bien el Patronato debía de encargarse de tramitar la gestión de las expropiaciones pertinentes. Las expropiaciones de los terrenos y de las casas suponían un problema, según A. García Lorenzo, debido a que los pagos debían de realizarse por anticipado. Por esta razón, en la sesión del 24 de octubre de 1962 el Patronato inicia la adquisición de los terrenos con el propósito de empezar a construir el aparcamiento de Puente Viesgo, acordando un precio de 7.000 ptas. por carro de tierra expropiado (en torno a 180 m²). En la sesión del 10 de abril de 1963 se recoge el acuerdo de solicitar 1.000.000 ptas. al Banco de Santander con el fin de hacer y adecuar, respectivamente, los aparcamientos de Puente Viesgo y Altamira y de realizar el tramo de enlace entre la carretera de Burgos y la subida a las cuevas del Monte del Castillo. Este último tramo de la carretera tuvo que ser problemático, y así en la sesión del 16 de agosto de 1963 A. García Lorenzo informa al Patronato su imposibilidad de iniciar las obras del aparcamiento, debido a la negativa de los propietarios a abandonar sus casas. Este hecho se produjo a raíz de que el Ministerio de Obras Públicas no había pagado a los propietarios de los terrenos expropiados el dinero acordado por el Patronato; a consecuencia de ello el Patronato decidió adelantar, tras obtener un préstamo bancario, el dinero de las expropiaciones. A mediados de 1965 y tras siete años de ejecución, A. García Lorenzo informa al Patronato de la consumación de las obras de la carretera y del aparcamiento. A pesar de todo, la carretera también dio satisfacciones. El 23 de enero de 1960 los camineros descubren la cueva del Oso durante el desbroce del monte. La nueva cavidad (sin evidencias de arte paleolítico)

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LA PUESTA EN VALOR DE CAVIDADES: MONTE CASTILLO (PUENTE VIESGO) A TRAVÉS DE SU HISTORIA MODERNA (1903-1971)

presentaba un alto interés turístico desde el punto de vista geológico, pero su costoso acondicionamiento hizo que se desechara el proyecto por parte del Patronato (según la sesión del 1 de febrero de 1960). En diversas sesiones, como la del 31 de julio de 1961, se tratan temas sobre la necesidad de nuevas actuaciones motivadas por la afluencia de público. Entre 1960 y 1961, J. Pérez Bustamante señalaba la necesidad de dotar a las cuevas de servicios higiénicos y de un bar-restaurante, valorando la posibilidad de que fuese gestionado por concesión anual o a través del Patronato. Estas propuestas, y otras, se consideraron primordiales, siendo A. García Lorenzo quien planteó una orden de ejecución de las obras acompañado de un plan de inversiones. En primer lugar, y como era lógico, de entre ellas se consideró labor prioritaria la finalización de la carretera, seguida, en segundo lugar, de la dotación de servicios higiénicos y de agua corriente (con un coste de 577.226,39 ptas.); también se planteó la finalización y renovación (según el caso) de la instalación eléctrica de las cuevas (con un presupuesto de 419000 ptas. para El Castillo, 294000 ptas. para Las Chimeneas, 239000 ptas para La Pasiega y 360000 ptas. para Las Monedas). La iluminación de las cuevas se efectuaría en dos fases: la primera fase estaría dirigida a la renovación de la instalación de El Castillo (instalada en 1951) y la instalación de una nueva en Las Chimeneas (sin iluminación artificial hasta ese momento); y una vez finalizadas las actuaciones en sendas cavidades, se iniciaría una segunda fase enfocada a la renovación de los sistemas de La Pasiega y de Las Monedas (instaladas en 1953 y 1954). J. Pérez Bustamante indica en esa misma sesión del 31 de julio de 1961 que la iluminación interior de las cuevas debía carecer de toda teatralidad. Cuando estaban a punto de concluir las obras de la carretera en 1965, comienzan a adquirir fuerza los proyectos planteados en julio de 1961 por A. García Lorenzo y J. Pérez Bustamante, concernientes a los servicios higiénicos, el abastecimiento de agua corriente y la iluminación interior de las cuevas. El plan de trabajo aprobado inicialmente por el Patronato el 31 de julio de 1961 no se llevó a cabo con toda fidelidad, ya que no se produjo la construcción de un bar-restaurante se comenzó la instalación eléctrica por la cueva de Las Monedas. De este último hecho informa A. García Lorenzo en la sesión del 2 de abril de 1965, siendo año y medio más tarde, en sesión del 5 de noviembre de 1966, cuando comunica al Patronato de su terminación y del inicio de los trabajos de iluminación en la cueva de La Pasiega (aún sometida a un régimen especial de visitas). En dos ocasiones (1964 y 1965) A. García Lorenzo plantea la posibilidad de realizar “viviendas oficiales”

destinadas a los guías y situadas a medio camino de la carretera, entre las cuevas y el municipio de Puente Viesgo. Con esta propuesta se pretendía que los trabajadores no sólo ejercieran las funciones de guía, sino también de guarda de las cuevas, retomando así la propuesta argumentada en 1951 por el Patronato al realizar una caseta de piedra “susceptible de sufrir una ulterior ampliación y cumplir, (…) la desiderata de que el guarda habite allí”; era un modelo similar al existente en Altamira, donde el Patronato compró y rehabilitó una vivienda para el guarda-guía. En la sesión del 27 de febrero de 1967 el Patronato destinó 1.000.000 ptas. para la conducción de agua corriente a las cuevas, desde un manantial cercano y situado a unos 2 km de la cueva de El Castillo. El 2 de agosto de 1967 el Patronato se plantea contratar a un técnico electricista para el mantenimiento de las cuevas, siendo aprobada la propuesta en la siguiente sesión, la cual se celebró el 9 de enero de 1968. En esta misma sesión A. García Lorenzo solicita al Patronato la cantidad de 7.056.830 ptas. para llevar a cabo la reparación de la carretera (aún sin asfaltar), finalizar el alumbrado de las cuevas (destinado a ampliaciones y modificaciones en el tramo eléctrico de La Pasiega y El Castillo) y concluir la tirada de aguas; a pesar de la necesidad de las actuaciones, sólo fue autorizado un gasto de 954.563 ptas. Y es en las Actas del Patronato donde se encuentra también la explicación al llamado monolito de las cuevas de Monte Castillo. En sesión celebrada el 28 de abril de 1969 algunos miembros del Patronato, proponen realizar un homenaje a S.A.S. el Príncipe Alberto I de Mónaco y a H. Alcalde del Río, hablándose de realizar un hacha de piedra de 2 metros de altura. En sesión posterior, A. García Lorenzo señala la posibilidad de incluir en el homenaje a J. Carballo, fallecido en 1961, idea que fue desechada por la mayoría de los miembros del Patronato. La inauguración del monolito (Figura 13) se comunicó al Patronato el 7 de septiembre de 1970 y se colocó en una plazoleta habilitada para este fin, en un lateral del aparcamiento del municipio de Puente Viesgo. En la base del monumento se esculpió una leyenda que dice: “A Alcalde Del Río, descubridor de la cueva del Castillo, en Puente Viesgo, y a S.A.S. el Príncipe Alberto I de Mónaco, ilustre mecenas de las primeras excavaciones. El Patronato de las Cuevas Prehistóricas de Santander”. En esa misma sesión del 7 de septiembre de 1970 el Patronato acepta el proyecto de asfaltar la carretera que conducía hasta la cueva de El Castillo por un importe de 1.349.525 ptas. Casi dos años después, en la sesión del 21 de mayo de 1972, se autoriza el inicio de los trabajos de la carretera y se informa del inicio de la realización en la sesión del 25 de noviembre de 1972 (seis meses después y tras la temporada de verano). En

Marcos GARCÍA-DIEZ, Daniel GARRIDO PIMENTEL y José María CEBALLOS DEL MORAL

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ptas. con el objeto de realizar ciertas labores de mantenimiento básico en las cuevas de Puente Viesgo. Con el cierre de Altamira y la consecuente desaparición del Patronato de las Cuevas Prehistóricas de la Provincia de Santander, la gestión y la conservación de las cuevas, a excepción de Altamira, pasarían a depender de la Consejería correspondiente de la Comunidad Autónoma de Cantabria. IV. CONCLUSIÓN Las actuaciones de adecuación llevadas a cabo en las cuevas de Monte Castillo ponen de manifiesto la puesta en práctica de una intensa labor a partir de los años 50 del siglo pasado, siendo clave la figura de A. García Lorenzo. Antes de ese momento, el tipo de gestión de las cavidades estaba enfocado a preservar el contenido arqueológico y la configuración original de los espacios tal y como fueron conocidos en el momento del descubrimiento. Las acciones desempeñadas tuvieron como consecuencia, entre otras, el descubrimiento de nuevos conjuntos con arte rupestre paleolítico, la iluminación de los interiores, la adecuación de zonas de tránsito, la implantación de sistemas de protección de las manifestaciones artísticas y la definición de unas líneas básicas de gestión de las visitas y del personal, siempre bajo la premisa de conservación integral del arte rupestre. Figura 13: Monolito (bifaz) en homenaje a S.A.S. el Príncipe Alberto I de Mónaco y a H. Alcalde del Río durante un momento de su colocación en 1970 (Fondo: Centro de Estudios Montañeses).

este caso, el asfaltado de la carretera no fue coordinado por el ingeniero de caminos A. García Lorenzo, al haber fallecido en 1971. Tras asfaltar la carretera, el Patronato no efectúa ningún tipo de inversión significativa en el Monte del Castillo. A partir de este momento desarrolla una intensa gestión en la publicidad de las cuevas de Puente Viesgo, para poder redirigir y encauzar las visitas de Altamira al Monte del Castillo, como consecuencia del inminente cierre de Altamira (llevado a cabo en 1976). De hecho, el 28 de Febrero de 1976 el Patronato acuerda una reducción del 80% en el precio del billete a todas aquellas personas que visitasen las cuevas del Monte del Castillo, siendo el precio por visita, en aquellos momentos, de 125 ptas. en Altamira y 150 ptas. si se visitaba también una de las cuevas del Monte del Castillo. Durante los años 70, las reuniones del Patronato fueron cada vez menos frecuentes, llegando a reunirse en una única ocasión en 1974 (sesión del 15 de mayo) para aprobar una partida económica de 52.150

En la actualidad, algunas de estas actuaciones pueden estar sujetas a crítica y se tiene por seguro que a día de hoy no se emprenderían. Sin embargo, los objetivos de los diferentes órganos y personalidades gestoras partían, en todo momento, de tres premisas: dar a conocer el arte rupestre a una sociedad que empezaba a valorar su pasado, promocionar turística y culturalmente una región, y conjugar la puesta en valor de los Monumentos con la conservación. También cabe destacar la mentalidad global de “explotación” turístico-cultural de las cuevas con arte rupestre paleolítico de Cantabria. El Patronato de las Cuevas Prehistóricas de la Provincia de Santander comprendió el carácter de red integral que implicaba la gestión, generando de este modo sinergias que tenían como objetivo “liberar” a Altamira de visitas, que debían dirigirse hacia otras cavidades, y especialmente al Monte Castillo. AGRADECIMIENTOS Al Museo y Centro de Investigación de Altamira, y en especial a Carmen de las Heras y José Antonio Lasheras, por las facilidades dadas durante la consulta de las Actas del Patronato de la Cueva de Altamira y del Patronato de las Cuevas Prehistóricas de la Provincia

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de Santander. A José Riancho, guía de las cuevas del Monte Castillo, por habernos suministrado y contrastado parte de la información referida en este texto. Por último, al Centro de Estudio Montañés, especialmente a Leandro Valle y Francisco Gutiérrez, por habernos abierto las puertas de lo que ha sido nuestra casa durante un tiempo. BIBLIOGRAFÍA ALCALDE DEL RÍO, H. (1906): Las pinturas y grabados de las cavernas prehistóricas de la provincia de Santander. Altamira - Covalanas - Hornos de la Peña - Castillo, Santander.

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