La \"prueba\" de la existencia del complot judeo-masónico-comunista
Descripción
Octubre 1934 La «prueba» de la existencia del complot judeo-masónico-comunista
YVÁN POZUELO ANDRÉS
Leoncio Villanueva Viejo fue arrestado por su participación en la Revo-‐ lución de Asturias de 1934 (5-‐18 de octubre), acontecimiento que pu-‐ so en jaque al Gobierno «antirrepublicano» de la II República durante trece días. Según fuentes antimasónicas, llevaba con él un documento que lo identificaba como afiliado a la Masonería, por si pudiera servirle de salvoconducto en una circunstancia como esa. Este masón era originario de una ciudad minera, Turón, cerca de Mieres donde se inició la Insurrección obrera, en una zona dominada, en términos ideológicos desde la aparición del movimiento obrero en la región a finales del siglo XIX, por organizaciones marxistas. La anti-‐ masonería religiosa encontró y exhibió por fin la primera «prueba» de lo que hasta entonces eran sólo amalgamas poco convincentes esgri-‐ midos desde el último cuarto del siglo anterior embebecidos por las elucubraciones del impostor francés, Leo Taxil, y alimentadas por va-‐ rias encíclicas. Leoncio fue su chivo expiatorio. Era el «jefe» de la logia, era el «jefe» del Comité Revolucionario, es decir el «jefe» de los marxistas. En la regla de tres del complot judeo-‐ masónico-‐comunista, al menos tenía la antimasonería a dos, que para el caso eran suficientes. El arresto de Leoncio dio visibilidad en España y en el resto del mundo, al temido, senil y tan denunciado complot ju-‐ deo-‐masónico-‐comunista. La Revolución de Octubre de 1934 marcó un antes y un después en la historia de la II República española. La principal reivindicación de la alianza política y sindical que formaría el Frente Popular se ceñiría en
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obtener la amnistía para los insurrectos. Su importancia se contempló igualmente a nivel internacional, sobre todo europeo. Participó de la escalada de violencia entre partidarios de regímenes de tipo nacional-‐ socialista o fascista y elementos revolucionarios listos para instaurar el socialismo o comunismo. Hizo crecer el temor en las «democracias» europeas a una bolchevización de la sociedad. El objetivo con Leoncio Villanueva Viejo era condenarlo a muerte y hacer efectiva la sentencia, ocasión para mostrar quién era más fuerte si las fuerzas masónicas o las católicas según el maniqueísmo existente entonces en ambas. Su Consejo de Guerra fue seguido por toda la prensa española, local y nacional, y extranjera hasta mediados de 1935. No sólo los masones y las masonerías se movilizaron, como por norma general lo hicieron con todos los que estaban amenazados con la misma condena, sino toda una serie de organizaciones y asociacio-‐ nes internacionales. El seguimiento de su juicio permitió abrir de nue-‐ vo un periodo de intenso intercambio de opiniones a favor y sobre to-‐ do en contra de la masonería. Leoncio concentró todas las fantasías desarrolladas y difundidas por aquella antimasonería. En efecto, el célebre complot tenía por misión exterminar a la Iglesia Católica y los santos valores de las capas socia-‐ les privilegiadas: Jesús Cristo, la moral y la Patria. Y Leoncio, según los sectores conservadores antimasónicos, lo práctico durante los 13 días que duró la «Comuna de Asturias» como integrante del Comité Revo-‐ lucionario de Turón. Leoncio personificó al complot. No obstante, las razones anteriores no son suficientes para explicar por qué se convirtió en chivo expiato-‐ rio. Así pues, durante la Revolución sucedió un episodio sangriento en el que se vio involucrado. En Turón, ocurrió uno de los hechos más transcendental, trágico y mediático de la Revolución: el Comité Revolucionario de la localidad, compuesto por trece miembros, al que pertenecía Leoncio como Co-‐ misario de Sanidad, ordenó el 9 de octubre de 1934 el fusilamiento de 8 hermanos de la Doctrina Cristiana, de un padre pasionista de Mieres, de dos oficiales carabineros y del ingeniero Rafael del Riego. Si la his-‐ toria se acabase con estos datos, difícil defensa tendría Leoncio. Al menos hasta allí quisieron conocer y les sobró a los partidarios de la sentencia de muerte y de la antimasonería católica. Sin embargo, la historia continúa. Testimonios y estudios procedentes de ideologías di-‐ ferentes coinciden en precisar que de los trece miembros de dicho comité, dos de ellos, los dos masones, votaron en contra de aquella
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decisión e intervinieron para que no sucediera . Este trágico episodio no sólo fue condenado por parte del gobierno sino que desde las filas de los insurrectos se desmarcaron de tal actuación, como así lo de-‐ nunció el Vice-‐presidente del Comité Ejecutivo Regional de la Alianza Obrera Revolucionaria de Asturias, el militante del BOC (Bloque Obrero y Campesino), Manuel Grossi Mier, que caracterizó las ejecuciones de «he-‐ chos aislados contrarios a la línea de actuación del sentir de la insurrec-‐ 2 ción» . La versión de los Hermanos de las Escuelas Cristianas del distrito de Valladolid en la que el encargado del relato, Pedro Chico, defiende que Leoncio Villanueva se enfrentó, efec-‐ tivamente, a la mayoría de los inte-‐ grantes del Comité Revolucionario pa-‐ ra salvar, entre otros, al Capellán D. 3 Tomás, amigo suyo . Desde su encarcelamiento hasta el Consejo de Guerra que se llevó a cabo en junio de 1935 fue exhibido 4 como uno de los jefes de los revolucionarios de Turón . Los religiosos ejecutados fueron beatificados el 29 de abril de 1990 y canonizados por el Papa Juan Pablo II como santos —los únicos de nacionalidad es-‐ pañola y argentina de todo el siglo XX— el 21 de noviembre de 1999. Por su lado, el 17 de mayo de 1935, la Gran Logia Regional del No-‐ roeste (GLRN) del Grande Oriente Español que cubría entre otras ju-‐ risdicciones la de Asturias, solicitó por carta al Gran Consejo Federal Simbólico (GCFS) la autorización para requerir directamente ayudas de las potencias masónicas extranjeras con el objetivo de lograr más me-‐ dios de presión contra la amenaza de la pena capital que pesaba sobre la cabeza de Leoncio. El 22 de ese mismo mes, el GCFS, a través de una 1
Ver sobre su participación en dicho comité en P.I. Taibo II (1984): Asturias 1934, to-‐ mo 2, Júcar, Madrid, p.77. El libro de Grossi Mier fue reeditado en Júcar, Madrid, pp. 108-‐109. Ver igualmente, desde otra perspectiva, la visión expuesta en www.lasalle.es. 2 La Insurrección de Asturias, escrito y publicado en 1935, fue reeditado por Júcar en 1984, pp. 108-‐109. 3 www.lasalle.es: http://www.lasalle.es/ciano/salle/martirio.htm 4 Heraldo de Madrid, 02-‐XI-‐1934, «Noticias del ministerio de la Guerra», en portada.
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carta, autorizó a la GLRN a entablar contactos directamente con las potencias masónicas extranjeras con el consejo de que procurase «que las comunicaciones que se dirijan al Poder Público no sean sus-‐ critas por Organismos ni personas de nuestra Orden, sino que deben hacerlo en nombre de otros Organismos similares o filiales, como Ligas de Derechos del Hombre, entidades pro Paz, Librepensamiento, Cultu-‐ ra, etc.». Tipo de mensaje muy en la línea de la teoría del complot, in-‐ capaces sus partidarios de comprender que la masonería era una in-‐ fluencia entre otras más de dichos organismos. Asimismo, las declaraciones de Leoncio al Consejo de Guerra que le juzgaba no pudieron agitar más los fantasmas del complot judeo-‐ masónico-‐comunista. En efecto, el último día del juicio además de ar-‐ gumentar que no era ningún jefe de ningún comité revolucionario, d e-‐ claró que «la revolución estaba justificada, finalizando su defensa 5 deseando que el Gran Arquitecto del Universo os ilumine» . La defen-‐ sa de Leoncio estuvo a cargo del abogado Félix Miaja que insistió que 6 el ser masón no podía contemplarse como un cargo de acusación . El 7 cura de Turón testificó a su favor . Finalmente, sería condenado a la 8 reclusión perpetua . Por su parte, el director antimasónico del perió-‐ dico El Debate, Francisco de Luis, se ensañó con el caso, publicando en 1935 La Masonería contra España: «tal es el título masónico de Leon-‐ cio Villanueva, uno de los que participaron en la Revolución Asturia-‐ na», subrayando que éste «cuidó al ser detenido, no llevar más que la prueba de ser masón» por si se le concediese una amnistía o un trato 9 particular más ventajoso que a los demás presos . No le sirvió de mu-‐ cho pese a que el General López Ochoa, encargado por Franco de re-‐ primir la rebelión obrera, pertenecía igualmente a la masonería, es de-‐ cir, que eran hermanos. Leoncio Villanueva Viejo, natural de Turón, nació el 10 de septiem-‐ bre de 1890. Participó activamente en la vida social de su localidad como comerciante, propietario de «La Sirena», ocupando diversos puestos en asociaciones y en el ayuntamiento. Intervino en 1928 en la fundación del Triángulo Costa n°5 de Turón tras haberse iniciado en el 5
La Época, 24-‐VI-‐1935, «Ha terminado el Consejo de Guerra por los sucesos de Tu-‐ rón», p. 4. 6 La Época, 22-‐VI-‐1935, «La Causa por los sucesos de Turón», p. 4. 7 El Noroeste, 19-‐VI-‐1935, p. 6 8 El Siglo Futuro, 24-‐VI-‐1935, «La condena por los sucesos de Turón», p. 2. 9 Luis, Francisco de (1935), La Masonería contra España, Aldecoa, Madrid, p.288.
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Templo de la logia Jovellanos de Gijón. Adoptó como nombre simbóli-‐ co el de «Costa». En cuanto a su faceta política, nada de revoluciona-‐ rio al estilo marxista. En los años veinte dirigió la agrupación socialista de Turón y en los años treinta se afilió al Partido Republicano Radical-‐ Socialista de Asturias junto al que sería el rector de la Universidad de 10 Oviedo, Leopoldo Alas Argüelles, hijo de Clarín . Llegó a ocupar la al-‐ caldía de Mieres en ausencia del alcalde titular. Con la victoria del Frente Popular, en las elecciones de febrero de 1936, sería amnistiado. El 24 de mayo de 1936 se dio de baja en el Triángulo para integrar las filas de la logia Jovellanos, siendo un miembro activo hasta 1937. Lo-‐ gró huir dos meses antes de la entrada triunfal de las tropas rebeldes en Gijón. Los informadores franquistas pendientes de sus familiares se hicieron con una carta que mandó a su cuñado desde Chile, siendo su último paradero conocido. Las fuerzas políticas que incluyeron entre su programa a la antima-‐ sonería católica pretendieron utilizar el caso de Leoncio Villanueva Viejo para erradicar de España a la masonería y a los masones. Alcan-‐ zaron su meta unos meses más adelante por medio del Golpe de Esta-‐ 11 do de 1936 y la Dictadura de Franco .Å
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Leopoldo Alas Argüelles será fusilado durante la Guerra Civil bajo la doble acusación de masón y socialista sin haber sido el uno ni el otro. 11 Para más información sobre la Revolución de Asturias del 34 en relación con la ma-‐ sonería véase Yván Pozuelo Andrés (2012), La masonería en Asturias (1931-‐1939), Universidad de Oviedo, Oviedo, pp.82-‐118.
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