La palabra en el texto. Festschrift für Carlos Buján

June 30, 2017 | Autor: Victor Millet | Categoría: German Studies, German Literature, Germanic linguistics
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Descripción

La palabra en el texto

CARLOS BUJÁN

La palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

Edición a cargo de MARÍA JOSÉ DOMÍNGUEZ VÁZQUEZ EMILIO GONZÁLEZ MIRANDA MEIKE MELISS VICTOR MILLET

2011 UNIVERSIDADE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

La PALABRA en el texto : festschrift für Carlos Buján / edición a cargo de María José Domínguez Vázquez, … [et al.] ; [promovido polo] Grupo de Investigación Humboldt. – Santiago de Compostela : Universidade, Servizo de Publicacións e Intercambio Científico, 2011. – 311 p. : 24 cm. – D.L. C 782-2011. – ISBN 978-84-9887-656-7 1. Filoloxía alemá. I. Domínguez Vázquez, María José, ed. II. González Miranda, Emilio, ed. III. Meliss, Meike, ed. IV. Millet, Víctor, ed. V. Buján López, Carlos. VI. Universidade de Santiago de Compostela. Departamento de Filoloxía Inglesa e Alemá. VII. Universidade de Santiago de Compostela. Servizo de Publicacións e Intercambio Científico, ed. 821.112 811.112

© Universidade de Santiago de Compostela, 2011

Edita Servizo de Publicacións e Intercambio Científico Campus universitario sur www.usc.es/spubl Maqueta e imprime Imprenta Universitaria Campus universitario sur Depósito legal: C 782-2011 ISBN 978-84-9887-656-7

Índice

Prefacio........................................................................................................................

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Manuel E. Vázquez Buján Traducindo a Tibulo. A Elexía 1,3 ........................................................................................

9

José Carracedo Fraga Una descripción de Cupido en los Carmina Burana (CB 154) ................................................

21

José Manuel Díaz de Bustamante, Elisa Lage Cotos Erraticus ac uolaticus amator: breve nota a propósito de la cacogamia en Poggio, Beroaldo, Codro y Rybisch .....................................................................................

31

Emilio González Miranda Von bösen Weibern und ihrer Züchtigung. Formen der Gewaltanwendung in Strickers Die eingemauerte Frau und in Sibotes Frauenzucht...................................................................................................

49

Victor Millet El Texto es uno y trino. Observaciones sobre singularidad y pluralidad del texto en la literatura pre-moderna.....................................................................................

71

Jordi Jané Die kostbare Zeit wird leichtsinnig verzettelt. Überlegungen über den menschlichen Lebensfaden...................................................................

89

Gonçalo Vilas-Boas Erika und Klaus Manns gemeinsame Reisen in den 30er-Jahren ............................................

99

Helena Cortés GabaudAn El señor llega, o: Qué razón tenía Goethe................................................................................

115

Patricia Cifre Wibrow Poéticas del fracaso y del sinsentido en Robert Walser y Samuel Beckett Su distinta vinculación con las nuevas teorías científicas...........................................................

135

Veljka Ruzicka Kenfel Jim Botón, de Michael Ende: un clásico para todas las edades..................................................

143

Mario Saalbach Nationalsozialismus und Holocaust in der Literatur der Jahrtausendwende. Die Perspektive des Leidens....................................................................................................

157

Manuel Maldonado Alemán Comprensión e interpretación literarias...................................................................................

171

Manuel Montesinos Caperos La didascalia en el drama de Heinrich Böll Ein Schluck Erde................................................

189

María José Domínguez Vázquez Verblose Direktiva? Subjektlose Sätze? Zur Weglassbarkeit, Fakultativität und Ellipse am Beispiel der Regieanweisungen in Dürrenmatts Die Physiker ........................

199

María I. Teresa Zurdo Ruíz-Ayúcar ‘Tod’ como red de isotopías semánticas en Der Besuch der alten Dame y en su primera traducción española........................................................................................

219

Ulrich Engel Das Attribut. Begriff und Ungereimtheiten.............................................................................

231

Burkhard Voigt Ser y estar o: Cinco horas con los minimalistas . ......................................................................

247

Meike Meliss Wörterbücher von heute und morgen: Überlegungen zu lexikographischen Benutzersituationen im zweisprachigen Kontext: Spanisch-Deutsch.........................................

267

Marisa SiguAn Germanística, sí: pero, ¿cómo?................................................................................................

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Prefacio

El 10 de junio de 2011 nuestro amigo, compañero y profesor Carlos Buján cumple (oficialmente) setenta años. Un buen motivo para celebrarlo. Pero ¿qué sería, para un amante de la palabra escrita, una fiesta sin escritura? Por ello hemos considerado oportuno acompañar la celebración de tan señalada fecha mediante un homenaje, una Festschrift en la mejor tradición germánica, a la que han contribuido algunos de sus amigos, colegas y discípulos. La variedad de ámbitos de trabajo, edades y localizaciones geográficas de sus autores refleja la facilidad de Carlos Buján por discurrir con personas de distintas disciplinas, especializaciones, nacionalidades y situaciones personales o académicas. Con todo, la mayoría de los trabajos aquí reunidos pertenecen al área de filología alemana, en la que Carlos ha destacado tanto por su capacidad de orientar a jóvenes investigadores y docentes en ciernes como por su contribución, desde Santiago, a la consolidación y profesionalización de una germanística española. Carlos representa para la mayoría de nosotros el placer de la lectura, la curiosidad intelectual, la apertura hacia todas las ramas del saber, la proximidad de la palabra hablada en un mundo de comunicaciones virtuales o la memoria viva de la universidad; unos reconocemos en él al maestro que despertó en nosotros el interés por la filología unido a la exigencia del trabajo bien hecho; otros le agradecemos que nos haya guiado en nuestras carreras y nos haya hecho madurar académicamente; los hay quienes apreciamos al compañero de las charlas cotidianas y académicas en el café; otros valoramos especialmente las discusiones con él sobre libros, artículos, música o teatro; y aún otros lo recordaremos por su presencia en coloquios, conferencias u otros motivos de reunión académica, especialmente quienes hemos podido gozar de alguna de sus charlas cargadas de saber e inteligencia que desgrana sobre cuatro notas tomadas a lápiz.



la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

El título escogido para este volumen, La palabra en el texto, pretende concentrar, en definitiva, nuestra admiración y respeto por el valor que Carlos Buján concede a la exactitud en la selección de la voz adecuada, por su inquietud intelectual en la comprensión de cada término del texto y por su trabajo en favor de las Letras en general y de la Filología en particular, ambas escritas en mayúsculas. Virtudes de las que esperamos poder gozar aún muchos años.

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 9-19

Traducindo a Tibulo. A Elexía 1,3 Manuel E. Vázquez Buján

Santiago de Compostela

A tradución que aquí presento ten a súa orixe nun antigo proxecto que pretendía ofrecer unha versión galega do Corpus tibuliano, encargada polo Prof. M. C. Díaz y Díaz para a colección de Clásicos en Galego, editada polo Servicio Central de Publicacións da Consellería da Presidencia e Administración Pública da Xunta de Galicia e iniciada en 1988 coa tradución de Catulo1. Diversos factores dificultaron aquela empresa, que foi despois brillantemente levada a cabo por Xosé Antonio García Cotarelo2. Agora, volvendo a vista cara aos tempos nos que coñecín a Carlos Buján e sabendo do seu gusto pola literatura latina –e mesmo das súas aproximacións á versión dalgún poeta clásico–, recupero e dou a coñecer, con retoques liviáns, a tradución da elexía 1,3, unha das seis do libro I que por entón chegara a completar. Con ser a de García Cotarelo a única tradución galega que abrangue todo o Corpus, isto non é único que se pode ler en galego da obra tibuliana. Así, aparecen en versión poética galega os poemas 3,2 e 4,14 (= 3,20) nos Versos de alleas terras e de tempos idos. Paráfrasis galegas, de Ramón Cabanillas3. Avelino Gómez 1 2 3

Catulo, Poemas, traducción de X. M. Otero Fernández, Santiago de Compostela (Consellería da Presidencia e Administración Pública. Servicio Central de Publicacións) 1988. Tibulo, Elexías, traducción de X. A. García Cotarelo, Santiago de Compostela (Consellería da Presidencia e Administración Pública. Servicio Central de Publicacións) 1989. Ramón Cabanillas, Versos de alleas terras e de tempos idos. Paráfrasis galegas, Santiago de Compostela (Bibliófilos Gallegos IX) 1955, páxs. 79-81.

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la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

Ledo4 verteu ao galego as elexías 1,1; 1,10; 2,1 e 4,10, na súa Escolma de poetas líricos gregos e latinos voltos en linguaxe galego. No 1986, Manuel C. Díaz y Díaz5 publicou a tradución dalgunhas pezas poéticas por parte de Aquilino Iglesia Alvariño, entre as que se contan unha versión poética incompleta e outra enteira en prosa da elexía 1,3 de Tibulo. Unha imperdoable falla de atención pola miña parte e unha confusión na numeración da elexía editada polo Prof. Díaz6 fixeron que me decatara a destempo de que a peza que eu recuperei era a vertida por Aquilino Iglesia Alvariño. Despois de contrastar as súas versións coa miña, e dando por ben entendido que unha tradución é en boa medida unha recreación, pareceume que valía a pena manter a miña proposta para enriquecer –aínda que sexa pouco– a difusión entre nós deste grande poeta elexíaco. Por outra banda, engadín algunhas notas que poidan facilitar a comprensión dun texto no que prolifera a erudición mitolóxica. Tocante ao texto utilizado como base, hai que sinalar que non estamos diante dunha elexía con grandes diverxencias editoriais. Sigo o texto de Max Ponchont7, agás indicación contraria nas notas ao pé da páxina, e utilizo con frecuencia os comentarios de Jacques André8. Non é preciso lembrar que a nómina de edicións e traducións de Tibulo, ben sexa completas ou ben parciais, é moi ampla, sen que sexa este o lugar de facer unha revisión crítica9. Esta elexía, composta o ano 29 a. C., é unha das máis coñecidas e comentadas de todas as de Tibulo –mesmo ao punto de ter sido obxecto dalgunha pequena monografía10– e resulta ser unha das máis importantes para reconstruír dentro do posible a biografía do autor, por canto que testemuña a súa participación na expedición de Mesala a Oriente despois do ano 30 a. C. Dentro do conxunto da obra poética deste autor (55?–19 a. C.), esta peza inscríbese no chamado “Ciclo

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Avelino Gómez Ledo, Escolma de poetas líricos gregos e latinos voltos en linguaxe galego, Santiago de Compostela (Instituto Padre Sarmiento de Estudios Gallegos) 1973, páxs. 249-261. M. C. Díaz y Díaz, “Unhas traduccións inéditas de Aquilino Iglesia Alvariño”, en Grial 92 Abril-Maio-Xunio (1986), páxs. 193-203. Aínda que o Prof. Díaz (nota 5, páx. 194) indica correctamente na presentación que se trata da elexía 1,3, a numeración que encabeza as dúas versións (páxs. 196 e 198) aparece como 3,1. Tibulle et les auteurs du Corpus Tibullianum, texte établi et traduit par M. Ponchont, Paris (Collection des Universités de France) 1931. Albius Tibullus. Elegiarum Liber Primus. Tibulle. Élégies, Livre Premier, édition, introduction et commentaire de J. André, Paris (PUF) 1965. Pódese consultar comodamente en Catulo, Poemas. Tibulo, Elegías, introducción, traducciones y notas de A. Soler Ruiz, Madrid (Biblioteca Clásica Gredos 188) 1993, páxs. 251-257 E. Bertoli, L’elegia 1.3 di Tibullo, Verona (Libreria Editrice Universitaria) 1991.



manuel e. vázquez buján Traducindo a Tibulo. A Elexía 1,3



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de Delia” e vén dominada pola dualidade Amor/Morte, entretecida polos sentimentos de medo e de resignación. Con bo criterio foi definida por Max Ponchont como “verdadeira sinfonía de temas que derivan uns dos outros e que veñen dispostos en contraste”.11 O sentimento de resignación aparece desde o mesmo inicio co emprego da forma ibitis, que, máis ca tempo futuro, ten un valor modal de sentimento diante da situación que se lle presenta ao autor: medo e tristura ao ter que quedar, por mor da súa enfermidade, na illa de Corfú na vez de seguir a expedición de Mesala. Detrás do motivo inicial de carácter propémptico, vén a expresión do medo á morte e o lamento pola ausencia de súa nai e de súa irmá, medo formalizado polo recurso frecuente á expresión negativa. Repróchase deseguido por non lles ter feito caso aos presaxios que lle desaconsellaban partir de viaxe contra a vontade do amor. Abatido pola desesperación, invoca despois a Isis para pedirlle que Delia, a súa namorada, lle garde ausencia e expresa o seu desexo de recuperar os cultos ancestrais. A tristura de Tibulo trócase en nostalxia ao botar man do mito das idades; e tamén aquí predomina a posición negativa, por canto que a descrición da idade de ferro lévase a cabo mediante anáforas que negan a existencia na idade de ouro das distintas artes que infestan o tempo do poeta, con visión negativa ben distinta da que recolle Virxilio –o poeta que morreu o mesmo ano ca Tibulo– no inicio do poema das Xeórxicas (1,125–146). Nun ton menos negativo, resígnase a morrer lonxe de Delia, o que lle dá pé para introducir o seu epitafio, motivo típico da poesía elexíaca. O tramo final está dedicado á dupla Campos Elíseos/Hades. O poeta espera estrañamente ser conducido por Venus aos Campos Elíseos, namentres que no Hades moran distintos condenados por penas relacionadas co amor. No remate do poema, aparece un fío de esperanza mediante unha escena doméstica e o desexo de volver ver a súa namorada.

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Ponchont (nota 7), páxs. 22-23.

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la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

Albius Tibullus, Elegia I.III Ibitis Aegaeas sine me, Messalla, per undas, o utinam memores ipse cohorsque mei ! Me tenet ignotis aegrum Phaeacia terris. Abstineas auidas, Mors, modo, nigra, manus; 5 abstineas, Mors atra, precor: non hic mihi mater quae legat in maestos ossa perusta sinus, non soror, Assyrios cineri quae dedat odores et fleat effusis ante sepulcra comis, Delia non usquam, quae me cum mitteret urbe, 10 dicitur ante omnes consuluisse deos; illa sacras pueri sortes ter sustulit: illi rettulit e triuiis omina certa puer; cuncta dabant reditus; tamen est deterrita numquam quin fleret nostras respiceretque uias. 15 Ipse ego solator, cum iam mandata dedissem, quaerebam tardas anxius usque moras; aut ego sum causatus aues aut omina dira Saturniue sacram me tenuisse diem. O quotiens ingressus iter mihi tristia dixi 20 offensum in porta signa dedisse pedem ! Audeat inuito ne quis discedere Amore, aut sciat egressum se prohibente deo. Quid tua nunc Isis mihi, Delia, quid mihi prosunt



manuel e. vázquez buján Traducindo a Tibulo. A Elexía 1,3



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Albio Tibulo, Elexía 1,3 5 10 15 20 12

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Ides ter que atravesar sen min, Mesala, as ondas do Exeo. Ai! Oxalá que eu non vos esqueza a ti e ao teu séquito! A min, enfermo, tenme atrapado a terra dos feacios12 nos seus confíns estraños. Arreda de min neste momento, Morte tenebrosa, as túas mans voraces; arrédaas, por quen queiras, Morte terrible: non teño aquí a miña nai para recoller no seu colo cheo de tristura os meus osos abrasados; non teño a miña irmá para esparexer perfumes de Asiria13 enriba das miñas cinzas e para chorar cos seus cabelos desamañados diante da miña sepultura; non teño por ningures a Delia, que, antes de me ir despedir na saída da cidade, consultara primeiro, segundo din, aos deuses todos. Ela tirou tres veces polas sortes sagradas dun pequeno:14 a ela o pequeno na encrucillada respondeulle con presaxios de certeza;15 todos eles anunciaban a miña volta, mais nunca tivo acougo abondo para deixar de chorar e de desaprobar o camiño que collín. Eu mesmo, tentando consolala, cando xa mandara dispoñer a saída, procuraba con ansia unha e outra vez pretextos dilatorios; ou ben poñía por escusa as aves, ou os presaxios funestos, ou que me retiña o día consagrado a Saturno.16 Cantas veces, ao poñerme a andar, dixen que o meu pé, ao tropezar na porta, me anunciaba sinais de tristura! Que ninguén ouse ausentarse contra a vontade do Amor, ou saiba que se vai sen a aceptación do deus. De que me vale agora Isis,17 a quen ti veneras, Delia?

Trátase da illa de Corfú, onde Tibulo caeu enfermo cando acompañaba a Mesala na súa campaña en Cilicia ou, se cadra, cando pretendía reunirse con el en Grecia. O feito de chamarse Feacia, patria dos feacios da Odisea, levou a algúns a propoñer unha analoxía entre Tibulo e Ulises, que foi dar como náufrago a esta illa mentres era esperado en Itaca pola súa muller Penélope. Cf. D. F. Bright, “A Tibullan Odyssey”, en Arethusa 4 (1971), páxs. 197-214. Faise referencia aos perfumes de Arabia que se esparexían enriba da pira do defunto. A confusión entre Assyrius e Syrius era frecuente nos poetas; cf. André (nota 8), páx. 34. Método de vaticinio consistente en escribir respostas en taboíñas de madeira que o pequeno lles presentaba nunha zona de paso aos transeúntes. Delia tira cada vez por unha desas taboíñas. Neste verso 12 sigo a lectura omina que sostén André (nota 8), páx. 35, como fan moitas outras edicións de Tibulo. É a única modificación incluída no texto de M. Ponchont (nota 7). Tradición de non viaxar o sábado, introducida en Roma pola colonia xudía e seguida polos romanos, moi atentos aos cultos orientais. O culto desta deusa exipcia foi introducido en Roma a partir dos mediados do século I a. C. e foi especialmente seguido polas mulleres.

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la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

illa tua totiens aera repulsa manu, 25 quidue, pie dum sacra colis, pureque lauari te, memini, et puro secubuisse toro ? Nunc, dea, nunc succurre mihi (nam posse mederi picta docet templis multa tabella tuis), ut mea uotiuas persoluens Delia uoces 30 ante sacras lino tecta fores sedeat bisque die resoluta comas tibi dicere laudes insignis turba debeat in Pharia. At mihi contingat patrios celebrare Penates reddereque antiquo menstrua tura Lari. 35 Quam bene Saturno uiuebant rege, priusquam tellus in longas est patefacta uias ! Nondum caeruleas pinus contempserat undas, effusum uentis praebueratque sinum, nec uagus ignotis repetens conpendia terris 40 presserat externa nauita merce ratem. Illo non ualidus subiit iuga tempore taurus, non domito frenos ore momordit equus, non domus ulla fores habuit, non fixus in agris, qui regeret certis finibus arua, lapis; 45 ipsae mella dabant quercus, ultroque ferebant obuia securis ubera lactis oues. Non acies, non ira fuit, non bella, nec ensem immiti saeuus duxerat arte faber. Nunc Ioue sub domino caedes et uulnera semper, 50 nunc mare, nunc leti mille repente uiae. Parce, pater: timidum non me periuria terrent, non dicta in sanctos impia uerba deos. Quodsi fatales iam nunc expleuimus annos, fac lapis inscriptis stet super ossa notis:



manuel e. vázquez buján Traducindo a Tibulo. A Elexía 1,3



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De que os sistros tantas veces tanxidos pola túa man? De que me vale que, mentres cumprías piadosamente os ritos sagrados, te lavaras en auga pura e –ben me lembro– te deitaras en casto leito? Agora, deusa, acúdeme agora –son moitas as taboíñas ilustradas que dan proba nos teus templos de que tes capacidades curativas–, de xeito que a miña Delia, en cumprimento das promesas formuladas, se sente cuberta de liño diante das portas sagradas e teña que cantarche laudes dúas veces cada día coa cabeleira desatada, distinguida no medio do teu séquito de Faros.18 A min, pola contra, que me sexa dado honrar os Penates dos ancestros e ofrecerlle cada mes incenso ao Lar de sempre. Felices os que vivían baixo o reino de Saturno, cando a terra aínda non se abrira aos camiños longos! Aínda o pino non menosprezara as ondas azuladas nin lles ofrecera aos ventos as velas despregadas; aínda o mariñeiro, no seu vagar por terras estrañas á procura de ganancias, non cargara a súa nave de mercancías estranxeiras. Non foi naquel tempo cando o touro valente someteu o seu pescozo ao xugo, nin cando o cabalo roeu o freo co seu fociño manso, nin cando as casas empezaron a ter portas, nin cando se espetaron nos agros chantos para demarcar as veigas con estremas fixas. As mesmas aciñeiras daban mel e as ovellas ofrecían sen máis os seus ubres cheos de leite a quen tranquilamente as atopaba. Non había exércitos, nin ira, nin guerras, nin o ferreiro cruel moldeara a espada coa súa arte inhumana. Agora, baixo o imperio de Xúpiter, hai sempre mortes e feridas, agora hai o mar, agora de súpeto hai mil camiños que levan cara á morte. Perdoa, padre: a min, temeroso de ti, non me intimidan os perxurios, nin as palabras impías pronunciadas contra dos sagrados deuses. Se agora teño xa cumpridos os anos concedidos polo destino, fai que enriba dos meus ósos se levante unha lápida que diga:

Probable referencia ao culto de Isis Pharia, de ascendencia exipcia, lembrado por Tibulo como sinal de erudición.

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55 HIC IACET IMMITI CONSUMPTUS MORTE TIBULLUS, MESSALLAM TERRA DUM SEQUITURQUE MARI. Sed me, quod facilis tenero sum semper Amori, ipsa Venus campos ducet in Elysios. Hic choreae cantusque uigent, passimque uagantes 60 dulce sonant tenui gutture carmen aues; fert casiam non culta seges, totosque per agros floret odoratis terra benigna rosis; ac iuuenum series teneris inmixta puellis ludit, et adsidue proelia miscet Amor. 65 Illic est, cuicumque rapax mors uenit amanti, et gerit insigni myrtea serta coma. At scelerata iacet sedes in nocte profunda abdita, quam circum flumina nigra sonant; Tisiphoneque impexa feros pro crinibus angues 70 saeuit, et huc illuc impia turba fugit; tum niger in porta serpentum Cerberus ore stridet et aeratas excubat ante fores. Illic Iunonem temptare Ixionis ausi uersantur celeri noxia membra rota; 75 porrectusque nouem Tityos per iugera terrae adsiduas atro uiscere pascit aues; Tantalus est illic, et circum stagna: sed acrem iam iam poturi deserit unda sitim; et Danai proles, Veneris quod numina laesit, 80 in caua Lethaeas dolia portat aquas Illic sit, quicumque meos uiolauit amores, optauit lentas et mihi militias. At tu casta precor maneas, sanctique pudoris adsideat custos sedula semper anus.



manuel e. vázquez buján Traducindo a Tibulo. A Elexía 1,3



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«AQUI REPOUSA TIBULO, CONSUMIDO POR MORTE CRUEL MENTRES SEGUÍA A MESALA POLA TERRA E POLO MAR».19 Mais a min, por me deixar sempre levar polo Amor delicado, hame conducir a mesma Venus aos Campos Elíseos. Neles medran vigorosos os coros e os cantos, e os paxaros, voando aquí e acolá, fan soar o seu doce cantar coa súa gorxa delicada; a terra produce canela sen labrala e polos agros adiante florece a terra fecunda con flores recendentes; e un grupo de mozos brinca mesturado coas rapazas tenras e constantemente dá principio Amor aos seus combates. Alí están todos aqueles aos que de namorados lles chegou a morte que nos leva e portan na súa cabeleira engalanada grilandas de mirto. Pero a morada criminal esténdese agochada na noite profunda e arredor dela resoan ríos tenebrosos; e Tisífone, sen peitear as feroces serpes que lle fan vez de cabelos, énchese de rabia e foxe a turba impía por aquí e por acolá; roña na porta o terrible Cérbero co seu fociño de serpes e vixía deitado diante da porta de bronce. Alí dan voltas e máis voltas na roda lixeira os membros criminais de Ixión20 por ter ousado facerlle violencia a Xuno; e Titio, estirado en nove xugadas de terra, alimenta co seu negro fígado os paxaros que nunca se van; alí está Tántalo e arredor del a lagoa, mais a auga escápalle á súa sede cruel cando está xa a punto de beber; e a descendencia de Dánao, por ter ofendido a divindade de Venus, carrexa auga do Leteo para cubas esfondadas. Alí vaia parar quen queira que aldraxara o meu amor e me desexara campañas sen remate. Mais ti faime o favor de permanecer casta e que unha vella coidadosa estea sempre á túa beira gardando o teu pudor sagrado.

O epitafio do poeta é motivo habitual na poesía elexíaca. Catálogo non moi exhaustivo de castigados no Tártaro: Ixión atado á roda que non para por tentar violar a Xuno; Titio, a quen lle comen o fígado os voitres por querer violar a Latona; Tántalo estaba condenado a non poder beber por ter descuberto os segredos dos deuses; as fillas de Dánao mataron os seus homes a noite da voda –menos Hipermestra, que deixou vivo a Linceo– e foron condenadas a encher de auga cubas desfondadas.

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la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

85 Haec tibi fabellas referat positaque lucerna deducat plena stamina longa colu; at circa grauibus pensis adfixa puella paulatim somno fessa remittat opus Tum ueniam subito, nec quisquam nuntiet ante, 90 sed uidear caelo missus adesse tibi; tunc mihi, qualis eris longos turbata capillos, obuia nudato, Delia, curre pede. Hoc precor, hunc illum nobis Aurora nitentem Luciferum roseis candida portet equis.



manuel e. vázquez buján Traducindo a Tibulo. A Elexía 1,3



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Que che conte ela historietas e que, co candil alumeando, faga sair longas fías da súa roca ben repleta; e que, a carón dela, a moza,21 agarrada ao seu pesado labor, vaia deixando pouco a pouco o seu traballo rendida polo sono. Nese momento chegaría eu de súpeto, sen que ninguén cho anunciase previamente e coa aparencia de chegar onda ti enviado do ceo. Entón, tal como esteas, cos teus cabelos longos e revoltos, ven correndo cara a min, Delia, cos teus pés descalzos. Iso é o que che pido: que a Aurora refulxente me traia ese día brillante nos seus cabalos de cor de rosa.

Probablemente a mesma Delia.

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 21-30

Una descripción de Cupido en los Carmina Burana (CB 154) josé carracedo fraga

Santiago de Compostela

Cuando en el año 1847 el bibliotecario Johann Andreas Schmeller publicó por primera vez el conjunto de poemas transmitidos en el códice Clm 4660 de la Bayerische Staatsbibliothek de Múnich,1 el mundo moderno pudo conocer una de las más ricas colecciones poéticas en latín que la Edad Media nos ha legado. El manuscrito procede de la abadía benedictina de Benediktbeuern y fue copiado en el segundo cuarto del siglo XIII probablemente en algún centro de la región de Estiria o del Sur del Tirol. Conserva 228 composiciones2 clasificables temáticamente en cuatro grupos distintos, de acuerdo quizás con un plan original y a pesar de algunos desajustes: 1º) Poemas satírico-morales, en los cuales son objeto de crítica varios de los vicios más frecuentes en la Iglesia y en la sociedad del momento: piezas 1-55. 2º) Poemas amatorios, en los que se canta el amor y sus diversas circunstancias: piezas 56-186. 3º) Canciones de taberna, en las que se festeja la diversión derivada de la bebida y el juego: piezas 187-226. 1 2

Johann Andreas Schmeller, Carmina Burana. Lateinische und deutsche Lieder und Gedichte einer Handschrift des 13. Jahrhunderts aus Benedictbeuern auf der k. Bibliothek zu München, Stuttgart 1847. En realidad deberíamos hablar de 250 piezas, ya que algunas de las composiciones que en el manuscrito figuran como únicas y que así fueron transcritas en la mencionada editio princeps, son ahora consideradas como dos o más distintas.

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4º)

Dos dramas litúrgicos del ciclo de Navidad: piezas 227-228. Es evidente que la parte más extensa y más importante es la correspondiente a los poemas de contenido amoroso. Y también en este apartado central el responsable de la compilación parece haber jugado con una organización temática bastante cuidada, que permite establecer a grandes rasgos la siguiente clasificación: a) Poemas de exaltación de la alegría y el gozo que produce el amor: composiciones 56–90. b) Poemas sobre relaciones amorosas que pueden ser consideradas impropias o ilegítimas, como el amor de sacerdotes, el amor homosexual o el amor violento: composiciones 91-102. c) Poemas en los que se lamentan los sufrimientos o las penas siempre inherentes al amor: composiciones 103-131. d) Poemas en los que el goce de amar tiene como marco inseparable la llegada de la primavera: composiciones 132-153 y 155-160. e) Poemas variados sobre distintos aspectos del amor y de las relaciones amorosas: composiciones 154 y 161-186. En este último grupo se incluyen varias piezas en las que la diosa Venus o el dios Amor figuran como protagonistas principales. El poema 154 es precisamente una descripción detallada de Cupido y además no presenta el motivo de la primavera; así pues, debe ser clasificado en este apartado. A analizar esta singular composición vamos a dedicar las líneas que siguen. He aquí, en primer lugar, el texto del poema:3 Est Amor alatus puer et leuis, est pharetratus. Etas amentem probat et ratione carentem. Vulnificus pharetra signatur, mobilis ala. Nudus formatur, quia nil est, quo teneatur. Insipiens, fugitans, temeraria tela cruentans, mittit pentagonas neruo stridente sagittas, 3

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Sigo mi edición Carmina Burana. Poemas de amor. Introducción, texto latino, traducción y notas, Santiago de Compostela (Galaxia) 2004, pág. 414. Para el texto latino utilizo como base la edición canónica de Alfons Hilka/Otto Schumann/Bernhard Bischoff, Carmina Burana (Mit Benutzung der Vorarbeiten Wilhelm Meyers), 3 vols., Heidelberg (Carl Winter) 1930-1970; nuestro poema se encuentra en vol. I, 2, pág. 261. Al final del trabajo ofrezco una traducción del poema. Debo señalar que todas las traducciones de los textos latinos incluidas en este trabajo son mías, salvo que se indique lo contrario.



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josé carracedo fraga Una descripción de Cupido en los Carmina Burana (CB 154)

quod sunt quinque modi, quibus associamur amori: uisus, colloquium, tactus, compar labiorum nectaris alterni permixtio, commoda fini; in lecto quintum tacite Venus exprimit actum.

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Esta composición está copiada en los folios 62 recto y verso del manuscrito burano; sin embargo allí faltan el verso 5 y los dos últimos versos. Afortunadamente también podemos leerla casi completa (se omite el verso 4) en los folios 107 recto y verso del códice Clm 17142 de la biblioteca muniquesa, exarado a finales del siglo XII. Varios de los rasgos y atributos definidos por la tradición mitográfica como propios del dios Amor o Cupido, el Eros griego,4 aparecen recogidos de forma clara y expresiva ya en el primer verso. Ocupa el centro de ese verso, justo después de la pausa correspondiente a la rima leonina, el sustantivo puer. En la Antigüedad griega Eros era representado como un hermoso joven de rasgos atléticos. Sin embargo, en el período helenístico pasó a ser concebido como un dios niño, incluso a veces aludido en latín como infans, es decir, ‘niño que todavía no habla’.5 Ilustrativas son estas palabras del gramático Servio Honorato en su comentario al verso 69 del cuarto libro de la Eneida: furor enim est amor, in quo nihil est stabile; unde et Cupido puer inducitur, quasi instabilis et infans, qui non potest fari (‘es una locura el amor, en el que nada es estable; por eso también Cupido es representado como un niño, como alguien inestable e infante, es decir, que no puede hablar’). El propio poeta medieval explica también en el segundo verso la razón por la que el dios del 4

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Identifico Cupido con Amor y éstos con el Eros griego, aun siendo consciente de que en la Antigüedad no siempre se produjo tal identificación; recuérdese el repetido verso de Afranio: alius est Amor, alius Cupido (‘uno es Amor, otro distinto Cupido’, Comedias, 23). Para una presentación rápida de los principales detalles relativos al dios puede consultarse cualquier manual de mitología clásica al uso; me permito destacar René Martin (dir.), Mitología griega y romana, Madrid (Espasa Calpe) 2006, págs. 148-151 (incluye referencias a fuentes literarias antiguas y modernas, y a representaciones iconográficas); Robin Hard, El gran libro de la mitología griega, Madrid (La Esfera de los libros) 2008, págs. 264-266; Christine Harrauer/Herbert Hunger, Diccionario de mitología griega y romana, Barcelona (Herder) 2008, págs. 301-305 (ofrece también referencias a representaciones artísticas y a realizaciones literarias, y una bibliografía selecta y actualizada). Para cuestiones iconográficas son también útiles la obra de Irène Aghion/Claire Barbillon/François Lissarrague, Guía iconográfica de los héroes y dioses de la Antigüedad, Madrid (Alianza Editorial) 2008, págs. 34-37, y el interesante trabajo de Erwin Panofsky, “Cupido el ciego”, en sus Estudios sobre iconología, Madrid (Alianza Editorial) 2001, págs. 139-188. Recupera a veces su figura de apuesto joven, como ocurre en la hermosa historia de Cupido y Psique incluida en la novela El asno de oro de Apuleyo, 4, 28-6, 24.

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amor es concebido como un niño pequeño: la tierna edad (aetas) justifica el carácter juguetón6 y caprichoso de un dios que todavía no puede tener desarrollados el sentido de la sensatez (amens) y la capacidad de la razón (ratione carens). El atributo de las alas (alatus) confiere al personaje ligereza (leuis) y rapidez de movimientos (mobilis ala). Ahora bien, al tratarse de un niño, estos dos últimos adjetivos latinos van además cargados de su segundo significado y sirven para insistir en la condición inconstante y voluble del dios, tal como ya indicaba Servio en el texto antes transcrito. Con este segundo valor como principal aparece varias veces en textos latinos el adjetivo leuis calificando a Cupido, como por ejemplo en Ovidio,7 Amores, 2, 9, 49: tu leuis es multoque tuis uentosior alis gaudiaque ambigua dasque negasque fide (‘tú eres inconstante y más cambiante con el viento que tus alas, y das y niegas tus goces con incierta confianza’). El propio comentarista virgiliano interpreta ya el adjetivo alatus como portador de este significado que estamos comentando, cuando explica a propósito de la referencia al aligerum Amorem en el verso 663 del segundo libro de la Eneida lo siguiente: alatus autem ideo est, quia amantibus nec leuius aliquid nec mutabilius inuenitur (‘es alado, porque no hay nada más voluble y mutable que los amantes’). Como estamos viendo, después de haber sido dedicado el segundo verso a desarrollar el significado del sustantivo central en el primer verso, puer, las dos partes del tercer verso son repartidas en quiasmo para aclarar el simbolismo de los otros dos atributos enumerados en el verso inicial. El segundo de esos calificativos es pharetratus, esto es, armado con pharetra, ‘carcaj’ o ‘aljaba’. Este adjetivo de formación culta8 lo utilizan los poetas latinos para referirse a soldados, especialmente los de aquellos pueblos que tienen el carcaj como armamento destacado; así, por ejemplo, Virgilio lo aplica a los persas en Geórgicas, 4, 290, Ovidio a la tribu tracia de los getas en Tristes, 4, 10, 110 y en Cartas desde el Ponto, 1, 8, 6, y Horacio al pueblo escita de los gelonos en Odas, 3, 4, 35. Lo emplean también para referirse a cazadores hábiles en el manejo del arco, de ahí que vaya asociado 6 7

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Escribe Ovidio dirigiéndose a Cupido en Remedios contra el amor, 23: et puer es nec te quicquam nisi ludere oportet (‘eres además un niño y no te corresponde otra cosa que jugar’). Recuérdese que Ovidio es el autor romano modelo por excelencia de los poetas de la Baja Edad Media; véanse trabajos clásicos como Winfried Offermanns, Die Wirkung Ovids auf die literarische Sprache der lateinischen Liebesdichtung des 11. und 12. Jahrhunderts, Wuppertal (A. Henn) 1970; George Vincent Fogarty, The «aetas Ovidiana»: the Influence of Ovid on Latin Literature in the Twelfth-Century, Diss., Nueva York 1973; Ralph J. Hexter, Ovid and Medieval Schooling. Studies in Medieval School Commentaries on Ovid’s Ars Amatoria, Epistulae ex Ponto and Epistulae Heroidum, Múnich (Arbeo-Gesellschaft) 1986. Cf. Thesaurus Linguae Latinae, 10, 1, 2011, 5 y ss.



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varias veces a la diosa Diana, reina de la caza, como ocurre en algunos poemas de Ovidio: Amores, 1, 1, 10; Metamorfosis, 3, 252; Tristes, 4, 4, 64; Heroidas, 20, 204. Como calificativo de Cupido lo usa igualmente Ovidio en cuatro ocasiones: Amores, 2, 5, 1; Remedios contra el amor, 379; Tristes, 5, 1, 22; y Metamorfosis, 10, 525; en este último caso acompañando también al sustantivo puer (pharetratus dum dat puer oscula matri [...] ‘mientras el niño armado con carcaj da besos a su madre [...]’). Sugiere, pues, un dios soldado y cazador, causante de heridas con sus flechas (uulnificus). Puede ser oportuno recordar unas palabras de Agustín de Hipona que resumen perfectamente varias de las cosas que estamos comentando: fingunt et Cupidinem puerum uolitantem ac sagittantem, quod irrationabilis et instabilis amor corda uulneret miserorum (Contra Fausto, 20, 9: ‘representan también a Cupido como un niño que vuela y arroja flechas, porque el amor irracional e inconstante hiere los corazones de los desgraciados’).9 Explica asimismo Ovidio en Amores, 1, 10, 15: et puer est et nudus Amor; sine sordibus annos // et nullas uestes, ut sit apertus, habet (‘el Amor es un niño y desnudo; tiene unos años libres de vicios y ningún vestido, para resultar transparente’). El poeta de Sulmona alude a la representación de Cupido como un niño desnudo, para explicar la personalidad pura y cándida de un dios, que está libre todavía de los vicios propios de los adultos y al que es imposible, por lo tanto, sobornar, entre otras cosas porque no tiene bolsillos en los que guardar el dinero. Para Propercio la desnudez es indicadora de sencillez, de que en el amor sobran los ropajes.10 El autor del verso burano interpreta, en cambio, la falta de ropa como evidencia de la naturaleza escurridiza del niño y de la imposibilidad de agarrarlo, sujetarlo y dominarlo, como si de la Ocasión o de la Fortuna se tratase. En el verso cinco se cierra la primera parte del poema con un resumen de las características mencionadas de Cupido mediante la enumeración asindética de tres adjetivos. Insipiens recoge la carencia de sensatez y cordura inherente a un niño pequeño. Fugitans insiste en la rapidez, la agilidad y, al mismo tiempo, el natural huidizo propios de un ser alado. Cruentans repite el carácter depredador y sanguinario del soldado y cazador dotado de armas arrojadizas, que dispara, como condiciona su edad, de forma temeraria e irreflexiva; temeraria tela escribe el poeta en una aliterativa y expresiva juntura en hipálage. 9 10

Una bastante detallada descripción de los tópicos iconográficos de Cupido puede leerse también en Propercio, 2, 12, 1-12. Escribe en 1, 2, 8: nudus Amor formae non amat artificem (‘el desnudo Amor no quiere a quien adorna su figura’).

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La segunda parte del poema, otros cinco versos, está dedicada a describir de forma detallada las armas con que actúa el dios del amor. Aparece ya el sustantivo específico sagittas al final del sexto verso, para mencionar las flechas antes aludidas indirectamente con pharetra o con el término genérico telum. Es nombrado ya también el arco, aunque en este caso se hace recurriendo en metonimia al sustantivo neruus, ‘cuerda del arco’. La adjetivación que acompaña a ambos sustantivos, de nuevo en distribución quiástica, nos presenta el arco en acción y, sobre todo, nos da a conocer que las saetas son de cinco tipos distintos. Stridens es participio de verbo sonoro apropiado para indicar el momento justo del disparo del arco en tensión; lo encontramos en juntura similar en unos versos de Venancio Fortunato, que parece tener en cuenta nuestro poeta: torsit amoriferas arcu stridente sagittas // forte Cupido uolans (Poemas, 6, 1, 38–39: ‘disparó al azar con su arco silbante flechas causantes de amor el volador Cupido’). En la tradición clásica se habla algunas veces de dos tipos de dardos lanzados por Cupido: unos provistos de punta de oro que encienden el amor, otros con punta de plomo que provocan rechazo ante el amor en los destinatarios. Es lo que nos cuenta, por ejemplo, Ovidio en la historia de Apolo y la ninfa Dafne (Metamorfosis, 1, 466-476). En nuestro poema se hace referencia, en cambio, a cinco flechas diferentes, para introducir el motivo temático de los cinco pasos en el acceso al amor pleno. Algunos gramáticos antiguos nos dejaron codificado en sus explicaciones escolares el topos literario de los quinque gradus amoris, es decir, de ‘las cinco fases en el amor’.11 El comentarista Pomponio Porfirión escribe a mediados del siglo III d. C. a propósito de los versos 13-16 de la oda 13 del libro primero de Horacio lo siguiente: Eleganter, quia in quinque partes amoris fructus esse partitus dicitur: uisu, adloquio, tactu, osculo, concubitu; unde et Terentianum illud est: ‘tamen extrema linea // amare haut nihil est’.12

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Véase Lionel J. Friedman, “Gradus Amoris”, en Romance Philology 19 (1965), págs. 167-177, y José Carracedo Fraga, “El tópico literario de los grados hacia la culminación del amor y el cuento del muchacho de Pérgamo (Satiricón, 85–87)”, en Latomus 56 (1997), págs. 554-566. Cito por la edición de Alfred Holder, Hildesheim (Georg Holms) 1967, pág. 21. Los versos de Horacio objeto de comentario dicen: Non, si me satis audias, // speres perpetuum dulcia barbare // laedentem oscula, quae Venus // quinta parte sui nectaris imbuit: ‘Si me escuchas bien, no esperes que te dure siempre quien hiere brutalmente tus dulces besos, que Venus impregnó con una quinta parte de su néctar’; sobre posibles interpretaciones de este pasaje escriben R. G. M. Nisbet/M. Hubbard, A Commentary on Horace. Odes: Book I, Oxford (Clarendon Press) 1970, págs. 175-176.



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Bien escrito, ya que se dice que el goce del amor está dividido en cinco partes: verse, hablarse, tocarse, besarse, acostarse; de ahí aquellas palabras de Terencio: ‘sin embargo, es bueno amar, aunque sea en el último grado’.

Porfirión cita los versos 640-641 de la comedia Eunuco de Terencio, en los que cree él ver una sutil alusión al tópico, similar a la del propio Horacio. Del mismo modo lo interpreta el gran maestro romano Elio Donato, cuando hacia el año 350 d. C. comenta en sus clases la obra del comediógrafo latino: Et hoc recte, quia quinque lineae perfectae sunt ad amorem: prima uisus, secunda alloqui, tertia tactus, quarta osculi, quinta coitus.13 Bien dicho esto, ya que cinco son los pasos perfectos hacia el amor: el primero verse, el segundo hablarse, el tercero tocarse, el cuarto el beso, el quinto el coito.

Al mundo medieval llegó, pues, perfectamente formulado y fijado como secuencia numérica14 un motivo temático que tuvo un extraordinario éxito especialmente en los últimos siglos de la Edad Media, cuando la literatura profana en general y la amorosa en particular experimentaron un gran desarrollo. Conservamos formulaciones gnómicas y mnemotécnicas del tipo de las dos siguientes:15 Colloquium, uisus, contactus et oscula, risus, Hec faciunt uere colludere cum muliere. Hablarse, mirarse, tocarse y besos, risas, en esto consiste realmente jugar16 con una mujer. 13 14

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Ed. Paul Wessner, Stuttgart (Teubner) 1966, vol. I, págs. 405-406. Sobre el gusto por las “sentencias numéricas” en la Europa medieval escribe ya Ernst Robert Curtius, Literatura europea y Edad Media latina, México/Madrid/Buenos Aires (Fondo de Cultura Económica) 1989, págs. 713-718.; allí se habla también de los cinco pasos del amor y se mencionan los cinco últimos versos del poema 154 de los Carmina Burana. El número 5, suma del primer número par y del primer número impar, era precisamente para los pitagóricos el símbolo de la unión amorosa; cf. Jean Chevalier/Alain Gheerbrant, Diccionario de los símbolos, Barcelona (Herder) 1991, pág. 291. Cito por el repertorio de Hans Walther, Lateinische Sprichwörter und Sentenzen des Mittelalters in alphabetischer Anordnung, vol. II, 1, Göttingen (Vandenhoeck & Ruprecht) 1963, nº. 2956, pág. 346, y vol. II, 5, Göttingen 1967, nº. 33819, respectivamente. Véase además Peter Dronke, Medieval Latin and the Rise of European Love-Lyric, vol. II, Oxford (Clarendon Press) 1966, pág. 488. Evidentemente tanto risus como colludere (al igual que el sustantivo ludus, ‘juego’, o el verbo simple ludere, ‘jugar’) son términos habitualmente utilizados como metáforas eróticas, para aludir a

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Visus et alloquium, tactus, post oscula factum, Istis quinque modis species signantur amoris. Verse y hablarse, tocarse, después de los besos el acto, de esos cinco modos se consuman los pasos del amor.

Las realizaciones más frecuentes del tópico las encontramos en tratados teóricos de diverso tipo, en comedias de contenido amatorio y, por supuesto, en poemas de lírica amorosa. Aparece, por ejemplo,17 en el Policraticus, 6, 23, manual de política dedicado a Tomás Becket por Juan de Salisbury (1115?-1180), en la Summa de arte praedicatoria, 5, del erudito Alain de Lille (1128?-1203), en el Ars versificatoria, 4, 13, de Mateo de Vendôme (ca. 1175), o, ¿cómo no?, en el tratado De amore, 6, de Andrés el Capellán (ca. 1180). Podemos leerlo en las comedias de la segunda mitad del siglo XII Baucis et Traso, versos 11-13, y De nuncio sagaci, versos 36-50, 114-129 y 241-245. En los poemas amatorios de los Carmina Burana el motivo temático de las cinco fases en el avance de la relación amorosa sirve varias veces de eje estructural y narrativo: el “verse” corresponde al encuentro entre los amantes y a la descripción de su belleza, la conversación entre ellos es necesaria para establecer confianza y conquistar a la pareja, los tres últimos pasos pueden dar lugar a la narración más o menos explícita de la consumación de la relación entre los enamorados.18 En el poema 154 se nos ofrece, en cambio, una presentación teórica al estilo de las formulaciones proverbiales enumerativas a las que más arriba hemos hecho referencia. Para los tres primeros grados en la relación amorosa se repiten de forma asindética, rápida, concisa y en el mismo orden19 los tres sustantivos, uisuslas relaciones amorosas en general y a las relaciones sexuales en particular. Cf. James N. Adams, The Latin Sexual Vocabulary, Londres (Duckworth) 1982, págs. 162-163, y Enrique Montero Cartelle, El latín erótico: aspectos léxicos y literarios (hasta el s. I d. C.), Sevilla (Publicaciones de la Universidad) 1991, págs. 187-188; véanse también Carmina Burana, 59, 7, 2; 83, 3, 3; 88, 9, 4 y 6; 90, 3, 4; 185, 7, 3 y 10, 4. 17 Menciono exclusivamente obras en latín. Para ocurrencias en lenguas vernáculas véase el trabajo ya mencionado de L. J. Friedman (nota 11), especialmente págs. 172-176. 18 He escrito sobre el tema en “Mittit pentagonas neruo stridente sagittas. Teoría y práctica de un tópico literario en los Carmina Burana”, en Homenaxe ao profesor Camilo Flores, Santiago de Compostela (Publicaciones de la Universidad) 1999, vol. 2, págs. 131-143. También he tratado sobre la presencia del tópico en los poemas amatorios de Ripoll en “Adimplebitur sic amor. El tópico literario de los gradus amoris en los Amatoria Carmina Riuipullensia”, en Actas del II Congreso Hispánico de Latín Medieval, León (Publicaciones de la Universidad) 1998, vol. 1, págs. 297-305. 19 Ya hemos podido comprobar que algunas veces se juega alterando el orden más habitual y “natural” en los pasos del amor.



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colloquium-tactus, que hemos visto en Porfirión, en Donato o en la segunda de las series gnómicas antes citada. Colloquium puede ser sustituido por el vocablo hermano alloquium, que es precisamente la variante que ofrece el manuscrito Clm 17142 frente al códice burano Clm 4660. El término derivado contactus aparece a veces en el lugar del simple tactus. En los dos últimos pasos se detiene, por el contario, el poeta con mucha más minuciosidad, dando a entender que los considera los más importantes para la culminación perfecta de la relación amorosa. Los oscula o basia son aludidos mediante una elaborada y sugestiva perífrasis encabalgada entre los versos 8 y 9. Tres sustantivos intervienen en la presentación; están colocados en lugares estratégicos del verso y van ordenados desde el de significado más concreto hasta el de significado más abstracto, en sucesiva dependencia gramatical. Labia, al final del verso 8, introduce el “instrumento” concreto de los besos. Nectar, al comienzo del verso 9, indica la “materia” tradicionalmente asociada a los besos y sugiere metonímicamente sensaciones placenteras y dulces de gusto y sabor; recuérdense, por ejemplo, las palabras de Horacio más arriba citadas, dulcia [...] // oscula, quae Venus // quinta parte sui nectaris imbuit (Odas, 1, 13, 14–16), o el versículo bíblico fauus distillans labia tua (Cant. 4, 11: ‘un panal destilando son tus labios’). En el centro del verso 9 está el sustantivo de “acción” núcleo de todo el sintagma, permixtio, que significa “unión” y “mezcla” perfectas (el prefijo per- aporta todo su valor) y que se utiliza a veces en latín en contextos eróticos y sexuales.20 Dos adjetivos distribuidos también en quiasmo sirven para insistir en el carácter de la unión amorosa: compar denota la idea de igualdad y también de pareja, del mismo modo que el elemento simple par, pero añade además el significado de “unión” dado por el prefijo; alternus implica necesariamente pareja (viene dado por la base alter) y expresa correspondencia mutua y recíproca. Los cuatro pasos hasta ahora mencionados son commoda fini, momentos “apropiados”, “oportunos”, “necesarios” y “agradables”21 para coronar la relación de amor con la etapa final, a cuya descripción corresponde todo el último verso. El nombre actus que cierra el poema sirve para designar de forma genérica cada uno de los episodios o partes (como si de una obra de teatro se tratara) de la acción amatoria, estamos ya en el quinto, pero sirve también para aludir de forma

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Cf. Thesaurus Linguae Latinae, 10, 1, 1563, 63-75. Commodus implica todos esos significados; cf. Thesaurus Linguae Latinae, 3, 1921, 65 y ss.

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específica el acto sexual propiamente dicho.22 El “lecho” es escenario tópico por antonomasia, pero especial papel se le atribuye al adverbio tacite. Parece evidente que no debe referirse al silencio de los amantes, sino al silencio y tranquilidad del escenario y, sobre todo, al carácter reservado y secreto de éste. Advertía el magister amoris, Ovidio, que praecipue Cytherea iubet sua sacra taceri (‘es principalmente la Citerea la que ordena que sus ritos se mantengan en silencio’), cuando recomendaba que los encuentros amorosos deben llevarse a cabo con el máximo recato y la mayor discreción posible.23 En el “acto” definitivo es ya la propia diosa Venus la que asume el protagonismo en sustitución de su hijo, que queda mencionado también por su nombre exclusivamente en el inicio del primer verso. No se nos dice nada de la relación que une a las dos divinidades del amor, si Cupido es un dios primordial cosmogónico, originado directamente sin padres a partir del Caos primitivo y convertido posteriormente en compañero y asistente de Venus, o si es hijo de la propia diosa, nacido de su relación con Marte;24 en todo caso, se quiere dejar claro que la responsabilidad del momento supremo en el amor no puede quedar en manos de un niño pequeño, inmaduro e irresponsable. Para concluir el análisis de este completo, preciso y cuidado retrato que nos regala el autor de nuestro poema, ofrezco aquí una traducción del texto latino: Es Amor un niño alado y ligero, con aljaba está armado. Su edad, que es insensato, demuestra, y que de juicio está falto. Que hiere, su aljaba lo indica, su ala, que es rápido. Desnudo es representado, porque no hay nada por donde sujetarlo. Imprudente, huidizo, de sangre mancha sus temerarios dardos; dispara flechas de cinco tipos con su silbante arco, que son los cinco modos con los que al amor nos asociamos: verse, hablarse, tocarse, del néctar mutuo de los labios recíproca mezcla, pasos para la culminación apropiados; en el lecho en secreto consuma Venus el quinto acto. 22 23 24

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Cf. J. N. Adams, The Latin Sexual Vocabulary (nota 16), pág. 205. Tanto actus como el correspondiente verbo agere son utilizados varias veces en los Carmina Burana para aludir a las relaciones sexuales; véanse, por ejemplo, CB 63a; 88, 8, 5; 95, 4, 2. Lo hace en su Arte de amar, 2, 601-640; la cita corresponde al verso 607. Hay en la mitología antigua otras genealogías; véase, además de los manuales citados en nota 4, especialmente Antonio Ruiz de Elvira, Mitología Clásica, Madrid (Gredos) 1995, pág. 96-98, y Ramiro González Delgado, “Eros y tópicos eróticos en Anthologia Graeca XII”, en Euphrosyne 38 (2010), págs. 217-230, en particular págs. 221-222.

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 31-48

Erraticus ac uolaticus amator: breve nota a propósito de la cacogamia en Poggio, Beroaldo, Codro y Rybisch JOSÉ MANUEL DÍAZ DE BUSTAMANTE, MARÍA ELISA LAGE COTOS

Santiago de Compostela

Los debates humanísticos acerca de la conveniencia del matrimonio han sido frecuentes y están bastante bien estudiados; sin embargo, la mayoría de los investigadores modernos se ha centrado más en la tópica puesta a contribución de las diversas opiniones de lo que habría sido conveniente, desatendiendo aspectos interesantes tales como la fortuna de algunos argumentos y, sobre todo, el reflejo de la realidad autobiográfica en las diatribas y disputas. No deja de ser significativo que, al margen de si conviene o no que un letrado se distraiga de sus motivos de reflexión atendiendo a las responsabilidades del matrimonio, se dé la circunstancia de que, en tres de los cuatro autores que nos interesan, el componente autobiográfico es relevante porque, además de casarse lo hacen, ya cincuentones, con mozas de veinte años o menos, de suerte que sus tratados deben ocuparse gradualmente de si es conveniente el matrimonio en general, si es conveniente el matrimonio de un sabio y, por último, si es conveniente el matrimonio de un sabio de cierta edad con una mujer mucho más joven; el lema del título recoge, precisamente, la descripción de la vida que había llevado Filippo Beroaldo durante su larga soltería: quid plura?. Heinrich Rybisch (+ 1544), en su Disceptatio an uxor sit ducenda1, 1

Heinrich Rybisch, Disceptatio an uxor sit ducenda in publica disputatione Lipsensi enarrata a magistro Hêrico Ribsch philocalo Bundingio (s. l., s. a.), al final, Impressum Nürmberge. De ella se conocen dos ediciones, una de 1509 y otra de 1510; hay ejemplares, al menos, en la British Library de Londres, en la Bayerische Staatsbibliothek de Múnich y en la Deutsche Staatsbibliothek de Berlín.

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disputatio quodlibetalis pública mantenida en Leipzig2 y dada a la imprenta en 1509 en Nüremberg, plantea una cuestión que se inscribe, simplemente, en la línea de los debates acerca de si el hombre sabio debe casarse o permanecer soltero. La obrita, de la que ofreceremos en breve una edición crítica, figura con el nº 347 en la Bibliotheca selectissima de Schouten y Mortier, en el apartado II de la Philosophia, a saber, Ethica seu moralis ubi multi Scriptores de Amore, Mulieribus, matrimonio, Luxu vestimentorum etc3. 2

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Cf. la epístola prefatoria, fol. Aiv// Henricus Ribsch Philocalos Bu-/ dingius Petro Trachen herbipolitano salutem./ Cum nuper Petre amicissime simul essemus Büdingeñ ac recreandi causa: ad hortulum Joannis Waltheri viri nostra tempestate sacre militie integerrimi praefecti fuissemus/ omnium ferme arborum genere consitum partim etiam nudo campo pasturare et pabulis animalium accommodum. In quo cum prostrati in gramina virentia essemus orta fuit inter conuiuas altercatio. An uxorem expediret ducere necne: Alij summopere coniugii vinculum et quidam sacratissimum calumniati sunt. Alij vero unquam felicius iucundius honestius melius homini euenire in hac vita posse dicebant nihil. Inter quos tu Petre addolescens integer vite/ scelerisque purus: ea proponebas que tibi cognita de coniugio non aspernenda erant/ opinione solertiori sermoneque incorruptiore quod a nullo non meminisse usui esset. Et hoc duce disciplina preceptoris nostri Henrici Stromers de Auerbach bonarum artium professoris doctissimi. qui uti ab infantia et a cunabulis omnem humanitatem eruditonemque habuisse fertur. Ita in suos discipulos diligenter tam doctrinam quam eloquentiam cum uirtute infundere dignatus est. Ut iam bonarum litterarum Emporij nostri anno disputationis publice disceptatio de ducenda uxore forte oblata esse>. memor fui quod semper ex dulcissimo litterarum commercio amicitia inter nos imbuta conualuit/ condiscipuli fuimus simul in scolis tyrocinia posuimus. omnino tunc tue opinioni illic habite deesse: nec debui: nec potui eandem disceptationem imprimendam curaui. Nec uitio vertas rogo. si res egregias sententias quas ex lectione varia mutuabor uindemiam/ ex alienis racemis inuenies ac verba/ que ab ipsis auctoribus enarrata explicauero/ cum ex aliorum officina ingenue fateor omnia deprompsi uti/ tunc interpretatio seu enarratio. non eloquentiam. non ingenium meum. sed congeriem rationum et argumentorum auctorum de hac reloquentium postulabat. Quorum si quis seriem omnem inuestigare uellet multorum cogeretur reuoluere auctorum codices diutinoque/ ac laborioso conamine eo contingere quod in succincta hac et breui disceptationis enarratione percipies. Nec multum formidabo te unico protectore: quod in me inuidia calumniatorum maliuolorumque hominum est machynatura. non ignoro equidem quantis// inuidie iniurijs fui et sum persecutus et potissimum ab illis qui sepiuscule stentorea voce vitiorum genera explodere/ et funditus exterminare conantur. curiosque simulant/ et bachanalia viuunt. Hypocritita nempe probitate viteque sanctimonia auaritiam. ambitorum inuidiam: et alia id generis uicia obnubilant. De his satis superque agerem tecum Petre diffusiore epistula nisi loquatior: plus equo arguerer et ne in eam inciderem garrulitatem/ quam in alijs frequenter damnanda autumaui. Satisque est/ si tibi cum ab omni serio eris feriatus/ duabus placuisse interlegendum videar horis. Facile tibi tunc persuasisse velim, ex ea lectione si tu quam cupias ducendam cognitam ducas/ cuius parentes: et in primis matrem bonis moribus praestantem noueris: atque etiam formosam. Unde euenit: ut non alieno thoro insidiaris: Ego enim cum his studium et amorem meum tibi polliceor. Vale cum tuo Jacobo vulpecula. et Sebastiano Smitt Ribschiumque vestrum amate. Date Calendis Octobribus. Esto es: Bibliotheca selectissima seu Catalogus omnis generis librorum, in quavis facultate et in variis linguis exquisitissimorum et rariorum, atque Editionum praestantissimarum, ad Theologiam,



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Ya anteriormente nos hemos ocupado de ella.4 Rybisch, natural de Büdingen, la escribió muy al comienzo de su carrera como clérigo primero, funcionario imperial más tarde y comerciante en Breslau después de casarse. Esta quaestio declamatoria se inscribe en la línea tradicional de los debates acerca de si el hombre sabio debe casarse o permanecer soltero,5 asunto que había sido tratado por la filosofía popular estoica (Hierocles y Dión Crisóstomo entre otros) y que tiene uno de sus máximos exponentes en la sátira sexta de Juvenal, aunque en ella se trata de la inconveniencia del matrimonio en general.6 Se puede considerar que la obra de Rybisch pertenece al género de la “misogamia filosófica”, según la terminología de Wilson y Makowski, cuya formulación parte del famoso fragmento7 de Teofrasto incluido en el Adversus Iovinianum de Jerónimo: “Fertur aureolus Theophrasti liber ‘De nuptiis’ in quo quaerit an vir sapiens ducat uxorem”, y dentro de ella, en el tipo de dissuasio que cultivaron también otros escritores.8 Pero un aspecto original de la obrita es el interés que se muestra por lo sexual o, mejor dicho, por determinados aspectos de lo sexual, a propósito de los cuales nuestro autor se aleja un poco de las autoridades con las que está más familiarizado y llega a acudir a fuentes y sentencias de notable actualidad;9 desde este planteamiento

4

5 6 7

8

9

Jurisprudentiam, Medicinam, Philosophiam, Artes Liberales, Geographiam, Historiam Civilem et Ecclesiasticam, imprimis autem ad Historiam Naturalem ac litterariam, Antiquitates et Rem Nummariam et c. spectantes, nec non Itinerariorum, itemque Manuscriptorum Membranaceorum et Chartaceorum... Amstelodami, apud Salomonem Schouten et Petrum Mortier ubi Catalogi distribuuntur MDCCXLIII. José Manuel Díaz de Bustamante y María Elisa Lage Cotos, “Casarse o no: prolegómenos a una edición de la Disceptatio de Heinrich Rybisch”, en Homenaxe ó Profesor Camilo Flores, Santiago de Compostela (Universidade) 1999, 2 vols., vol. 2, págs. 260-278. También en José Manuel Díaz de Bustamante, “Pauci sine vitio carnis reperiuntur...”, en Manuela Domínguez García/Juan José Moralejo Álvarez/José Antonio Puentes Romay/Manuel Enrique Vázquez Buján (eds.), «Sub luce florentis calami» Homenaje a Manuel C. Díaz y Díaz, Santiago de Compostela (Universidade de Santiago de Compostela) 2002, págs. 608-619. Sobre Heinrich Rybisch, vid. P. R. Foerster, “Heinrich und Seyfried Rybisch”, Breslau 1907 [= Verein für Geschichte und Alterthum Schlesiens: Zeitschrift 41 (1907)], págs. 181-240. Ernst Robert Curtius, Literatura europea y Edad Media latina, México/Madrid/Buenos Aires (Fondo de Cultura Económica) 1984, vol. 1, pág. 225, n. 31. Editado dentro del Adversus Iovinianum de Jerónimo en la PL 23, cols. 288-291A. Véanse fundamentalmente Ph. Delhaye, “Le Dossier Anti-Matrimonial de l’Adversus Jovinianum et son influence sur quelques écrits latins du XIIe siècle”, Mediaeval Studies 13 (1951) págs. 65-85 y Ch. B. Schmitt, “Theophrastus in the Middle Ages”, Viator 2 (1971) págs. 251-270. K. M. Wilson/E. M. Makowski, Wykked Wyves and the Woes of Marriage. Misogamous Literature from Juvenal to Chaucer, Albany (State University of New York Press) 1990, establecen diferencias claras entre misogamia ascética, filosófica y general; véase también K. M. Wilson, “‘De coniuge non ducenda’: Heavenly persuassion to wifelessness”, Classica et Medievalia 36 (1985) págs. 213-223. Concretamente Antonio Cortesi, alias Codro Urceo.

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no es relevante el hecho de que Rybisch invierta, por ejemplo, sin el menor recato el sentimiento que provoca en el vir sapiens el mismo regreso a su hogar, donde lo espera una esposa que, según la pars de la disceptatio (matrimonii incommoda o commoda) en que nos hallemos, resulta ser muy diferente, pero cuya depictio siempre está condicionada por las exigencias de las fuentes literarias y jurídicas y por el decus de rigor.10 Pero en la Disceptatio hay una curiosa preocupación por algunos aspectos de la sexualidad que alejan a Rybisch de sus modelos inmediatos y hacen pensar en la posibilidad de que su crítica a la actitud de la jerarquía eclesiástica ante el problema canónico de la continencia de los sacerdotes, el celibato y asuntos semejantes estén ya aquí presentes como anticipo de los sentimientos que lo llevaron, en su momento (aunque no está claro cuál fue su papel en la introducción de la Reforma en Breslau11), a las filas luteranas. Cierto es que esta nota de originalidad falta en las obras, más maduras en todos los sentidos, de Poggio y de Codro, cuyas respectivas trayectorias vitales coinciden en la circunstancia infrecuente de que ambos se casaron cincuentones con sendas jovencitas. Las condiciones de partida se ven matizadas por la diferencia de edad entre los cónyuges, allí donde Rybisch 10

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Poggio, como veremos más abajo, recurre a ese extremo: “Quid enim si uxor tuis moribus contraria ac peruersa domi fuerit, que te redeuntem tomo grauique excipiat uultu, exeuntem iurgio prosequatur, domi morantem uerbis obtundat et mordeat! Que te cura, que anxietas, qui mentis cruciatus uexabit! Quid, si ebria (accidere enim hec possunt) fuerit, si impudica, ignaua, somnolenta? Satius emori esset quam cum hac uitam degere. Adde quod aut uirgo aut uidua, et ea uel adolescens uel etate prouectior, seni erit iungenda. Virgo cum adolescentum diuersi sint et senum mores, uarii appetitus, longe alia natura, raro conueniet uiro. Varietas morum reddet diuersitatem uitae, ut idem sentire non possint: altera risu, ludis, iocis, alter austeritate et rebus seriis delectabitur; illa appetitu erit masculiore, uir stomacho debilis; altera in causam uirum uocabit, alter declinabit forum. Ita affectionum disparitas, dissensiones primo, inde odium pariet, ut michi quidem in lubrico uersari uideatur senex cui uirgo copulata sit” ( J. Solís, “El diálogo An seni sit uxor ducenda de Poggio (Ms. Colombino 5-3-27)”, Habis 24 (1993) págs. 193-206, aquí pág. 198). Rybisch [pág. 6]: “‘Vir sapiens idem inquit ›post curam reipublicae post amicorum tractata negocia post res domesticas bene dispositas, domum fessus repetit ut cesset ac reficiatur; excipitur ab uxore garrula, morosa, irata, multibiba, catuliente. Vadit cubitum vt quiescat: illa consequitur stimulans illum et expungens: ›Semper habet lites alternaque iugia lectus/ in quo nupta iacet, minimumque dormitur in illo’” (Iuv. 6, 268-269) y compárese con [pág. 26]: “[...] nam magna uoluptate sapiens afficitur cum primum e foro e rebus publicis seu priuatis fessus se domum recipit et ab vxore pulcra et hilari osculo aliquo aut complexu excipitur, dulci illius sermone prandens seu cenans recreatur; deinde cum in thorum genialem quieturus ingreditur ubi illum vxor et osculando et coxam coxe inserendo ad opus venereum ita excitauit, vt carmen illud Vergilianum dicere possumus ›placidumque petiuit/ coniugis infusus gremio per membra soporem” (Verg. Aen. 8, 405-406). Cf. Foerster (nota 5), págs. 199-201.



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se detenía en el análisis de la conveniencia del matrimonio para un intelectual, quizás por ser él mismo un muchacho. Este tema de la conveniencia (o no) del matrimonio, no resultaba ajeno a las deliberaciones filosóficas; tendremos ocasión de ver otros usos de la abundante literatura específica por parte de Rybisch quien, ya en la primera parte de su obra, alude al rhetor Libanio que conoce tan sólo a través de la obra de Antonio Cortesi Urceo, conocido como Codro (+ 1500):12 Recte Libanius sophista grecus acutissimus quendam inducit virum se iudicibus accusantem et ostendentem se, quia vxorem duxerit, iure morte mulctandum propter scilicet plurima et ingentia mala que in coniugio passus est.13

En torno a 1436, esto es, unos años antes de que lo hicieran primero Codro y después Rybisch, Poggio Bracciolini había escrito un diálogo titulado An seni sit uxor ducenda, porque Poggio se ocupa del tema a partir de su propia experiencia: se había casado cincuentón con una jovencita de veinte años.14 El diálogo 12

13

14

Vid. L. Gualdo Rosa, (1982) “Cortesi Urceo, Antonio, detto Codro”, en: A. M. Ghisalberti (dir.): Dizionario biografico degli Italiani, Roma (Istituto della Enciclopedia Italiana) 1960-1982, págs. 773-778. Nació en 1446 y murió en 1500. Sus Opera omnia fueron publicadas por sus discípulos en 1502. Remitimos a una edición posterior, pero válida: Libanii sophistae clariss. declamatio lepidissima, de moroso qui cum uxorem loquacem duxisset, seipsum accusat, Interprete Fed. Morello Prof. Regio. LUTETIAE, Apud Fed. Morellum Architypographum Regium, via Iacobaea ad insigne Fontis. MDXCVII, de la que entresacamos sólo unas líneas a modo de muestra: pág. 3: “Oportuisset sane, Senatores, prius mori me quam uxorem ducere; ut non tot ac tanta audirem, loquente coniuge, quot et quanta audivi. [...] Eo siquidem mali deveni, ut tolerabilius mihi sit, plane in vivis non esse, quam cum uxore vivere. Concedite porro mihi, Iudices, aliam parvam gratiam cicutae haustum [...] Enimvero scio omnes qui perspectam uxoris meae naturam habent, mihi facile condonaturos, quod vivere amplius nolim.” [...] pág. 10: “Rursus domum revertor. Rationes a me reposcuntur; quo profectus es? Unde redis? Quem alloquutus es? Quid nunciatum est novi? Exhibitaene fuerunt largitiones? Scriptumne est aliquod Decretum? Legem quis condidit? Num referta fuere praetoria? Accusatusne aliquis? Convictus quis? Mihi vero et tacere malum est, et eloqui gravius.” Poggio arrima el ascua a su sardina; como es consciente de que los bríos de la madurez no son los de la juventud, dedica un amplio pasaje a la conveniente contención de la libido: “Nam quotus quisque est ex his iunioribus qui coniugalem fidem non abrumpat ac distrahat? Efferuescit libido latius quam equum est, neque se continet intra domesticas metas. Pellex potior uxoris loco habetur [...] Tantum enim uoluptati impartiri debemus, si modo homines sumus non bellue, quantum satis est ad procreandum prolem, cuius causa etiam bruta coitum appetunt. Quod ultra appetitur magis bestiarum opus est quam hominum utentium ratione. Aequum est tantum in uoluptate progredi quantum ratio matrimonii poscit; luxuriam non solum in senibus sed etiam in adolescentibus turpem ac uitiosam esse sapientes uolunt. Senibus igitur in hoc moderatio maxima est commendatione digna; quum rationem precipuam uite ducem sequeris, necessaria atque utilia que sunt sequitur, superflua et inutilia respuit”, § 58-61, Solís (nota 10), págs. 204-205.

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presenta como interlocutores al gran humanista Niccolo Niccoli y al futuro canciller de Florencia Carlo Marsuppini, llamado Aretino, el primero de los cuales está en contra de la idea, mientras que el segundo sostiene una postura favorable.15 El tema es el mismo de Codro y Rybisch, pero “en forma de diálogo” y, seguramente, ni el uno ni el otro lo conocieron de forma directa, a no ser que hubieran podido disponer de alguna copia manuscrita, porque tuvo una difusión escasísima y fue publicado por primera vez en 1807;16 la misma cuestión se plantea en el tratado An sapienti ducenda sit uxor de Bartholomaeus Scala (¿1430?–1497).17 Pero además de las diferencias en la circunstancia vital de sus autores, las diferencias de enfoque y tratamiento entre Rybisch y sus precursores son las que, de hecho, median entre un humanista y un leguleyo de formación escolástica; parece oportuno señalar que se pasa sin solución de continuidad de la cuestión de si el sabio debe casarse o no, a la cuestión (probablemente más interesante para el jovenzuelo) de si el celibato eclesiástico tiene razón de ser. A pesar de haber sido tema frecuente en la literatura latina medieval (no hay que olvidar que enciclopedistas como Vicente de Beauvais incluían en sus obras cuestiones relacionadas con el matrimonio)18, el asunto de la conveniencia 15 16

17

18

Vid. W. Shepherd, The Life of Poggio Bracciolini, Liverpool (s.n.) 1802, pág. 300, nota b. Poggio Bracciolini, florentini, Dialogus, an seni sit uxor ducenda circa an. 1435 conscriptus, nunc primum typis mandatus et publici iuris factus, edente Gulielmo Shepherd, Liverpoliae (typis Geo. F. Harris) 1807. Existe también una segunda edición de 1823: Poggio Bracciolini... primum Liverpoliae editus a Gulielmo Shepherd, nunc adiuvante codice Laurentiano ad meliorem lectionem redactus... Florentiae (typis Magherianis) 1823. Es de notar que todavía en la Biographie Universelle, (volumen 35, publicado en Paris en 1823), se dice que este diálogo de Poggio no se ha conservado. Conservado en el manuscrito Firenze, Med. Laur. 7655, fols. 47-66v, cuyo incipit es Ducenda ne sit uxor sapienti video omnes paene mortales velle cognoscere. Hemos hallado la noticia en el CDRom del Institut de Recherche et d’Histoire des Textes, In principio. Incipit Index of Latin Texts, Turnhout (Brepols) 1996. Por ejemplo en Speculum doctrinale, VI, cap. I, pág. 481: De scientia oeconomica; cap. II De Domo viri illustris ab ipso ornanda et illustranda; cap III De bona uxore amplectenda, malaque cavenda; cap. IIII Utrum sapienti expediat nubere. En los que se plantean cuestiones conocidas, entre otras, como: “Valerius Maximus libro 7: Socrates ab adolescentulo consultus, utrum uxorem duceret, an se ab omni matrimonio abstineret Respondit, utrum eorum fecisset, acturum poenitentiam... Epicurus voluptatis assertor, quantum Metrodorus Discipulus eius Leonicon habuit uxorem, raro dicit sapienti ineunda coniugia, quia multa incommoda admixta sunt nuptiis.” Aparte de estas anécdotas, Vicente de Beauvais incluye prácticamente íntegro el fragmento de Teofrasto: “Fertur et aureus Theophrasti liber de nuptiis, in qua quaerit an vir sapiens ducat uxorem.” Vid. Bibliotheca mundi seu Vincentii Burgundi ex Ordine Praedicatorum venerabilis Episcopi Bellovacensis, Speculum Quadruplex, Naturale, Doctrinale, Morale, Historiale... Omnia nunc accurate recognita, distincte ordinata, suis unicuique autori redditis/ exacte sententiis; summariis praeterea et observationibus, quibus antea carebat, illustrata. Opera et studio. Theologorum Benedictinorum Collegii Vedastini... Dvaci, Ex Off. Typ. Baltazaris Belleri, MDCXXIV, 4 vols.



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del matrimonio fue muy tratado por los humanistas, desde Poggio hasta Giovanni Antonio Campano (1429–1477) y Guiniforte Barzizza (1406–1463), según mostró E. Garin19 al referirse al tratado De re uxoria que compuso Francesco Barbaro (1390–1454) en 1416 con ocasión de la boda de Giovanni de Medicis; Poggio conoció este tratado gracias a Guarino de Verona y expresó una opinión favorable acerca del mismo.20 Por su parte Filippo Beroaldo senior21 aprovecha su propia boda a los 45 años, y después de una vida licenciosa, para hacer no una monografía exactamente, sino una amplia digresión sobre las ventajas del matrimonio en su comentario a Apuleyo;22 al principio mismo de este excurso reconoce que había sido reacio a tomar esposa, lleno de prejuicios y conocedor de algunos resabios al respecto, que se encuentran también entre los argumentos de Rybisch: ego, qui hactenus a ducenda uxore semper abhorrui, nec quicquam libero lectulo censui esse iucundius23, Diis hominibusque approbantibus uxorem duxerim 19

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E. Garin, Prosatori latini del Quattrocento, a cura di E. Garin, Milano–Napoli (Ricciardi) 1952 (La Letteratura Italiana. Storia e Testi, 13) pág. 103. Consideramos que, a pesar de las alusiones al celibato, la virginidad y la continencia (temas todos ellos muy queridos de los humanistas centroeuropeos y de la mayor actualidad en la época) en las que Rybisch coincide con Erasmo, en esta ocasión debemos ceñirnos a sus fuentes inmediatas, y renunciar a tratar por extenso las ramificaciones e influencias del erasmismo: remitimos, sin embargo, al lector a las páginas agudas de M. Bataillon, Erasmo y España. Estudios sobre la historia espiritual del siglo XVI, México/Buenos Aires (Fondo de Cultura Económica) 1966, págs. 286-289. Vid. Shepherd (nota 15), pág. 95. Cf. G. M. Anselmi, “Filippo Beroaldo umanista e commentatore interprete”, Esperienze Letterarie 34.1 (2009), págs. 17-26. L. Apvlei/ Madaurensis/ Philosophi/ Platonici/ OPERA,/ Quae extant, omnia. Cum Philippi Beroaldi in Asinum aureum/ eruditissimis Commentariis:/ Recensque Godescalci Stevvechi Heusdani/ in L. Apuleii opera omnia quaestionibus et coniecturis,/ nec non aliorum doctorum virorum in eundem emendationibus adiectis./ Postremae huic editioni accesserunt: I. Casauboni in Apologiam/ doctissimae Castigationes. Ioannis Pyrrhi in libros quatuor Floridorum Scholia. F. Roaldi variae lectiones. Iani Gruteri suspiciones, et/ Gasparis Schoppii suspectae lectiones. Nova editio emendatior, et variis lectionibus locupletior. Cum Indici. Curae novae elenchum aversâ pagellâ habes. Lugduni, apud viduam Anthonii de Harsy, Ad insigne Scuti Coloniensis, MDCXIV, cum privilegio regis, pág. 521, comentario al libro VI. Vid. M. Gilmore, “Beroaldo, Filippo, senior”, en Dizionario... (nota 12), vol. 9, págs. 382-384. Aquí Beroaldo asume unas palabras de Cicerón recogidas primero por Codro y después por Rybisch: Att. 14, 13, 5-6: “Quintus autem de emendo nihil curat hoc tempore; satis enim torquetur debitione dotis, in qua mirificas Egnatio gratias agit, a ducenda autem uxore sic abhorret ut libero lectulo neget esse quicquam iucundius”; Codro: Fol. XIXrb: “Hominem uero coniugatum temperare a Venere perdifficile est et uolenti per uxorem non licet: ideo bene. Q. Cicero. M. Ciceronis frater dicere solebat, Libero lectulo nihil iocundius”; Rybisch: [pág. 11] “hominem coniugatum temperare se a venere perdificile est et volenti per vxorem non licet ideo bene. Q. Cicero, M. Ciceronis frater dicere solebat ‘libero lectulo nihil iocundius’”. Véase la nota siguiente.

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filiam clarissimi Iurisconsultorum Vicentii Paleoti, cui Camillae nomen est: quae annum agens duodevigesimum forma modesta, motibus ingenuis, et virginali pudore praedita, in manum meam convenit.

Beroaldo fue amigo de Codro en la universidad de Bolonia, conocía perfectamente los escritos y la personalidad de su colega y, sobre todo, coincidió con él en que ambos contrajeron matrimonio a una edad avanzada para la época, y se unieron a sendas jovencitas, tras haber llevado una vida amatoria suficientemente ajetreada. Beroaldo era claramente consciente de que su matrimonio se prestaba a la chirigota y, tal vez por esa razón, decide hacer una occupatio tajante en un medio tan poco adecuado en apariencia como es su comentario al libro sexto de Apuleyo. El tópico de la sententia de Bías acerca de los peligros de unirse a una mujer hermosa, mueve a nuestro Filippo a teorizar acerca de los grados intermedios, es decir los grados “matronales” de la belleza femenina. Verum ut phauorinus dicere solebat: est quaedam foemine forma media inter pulcherrimam et deformissimam, qualis ab ennio perquam eleganti uocabulo stata dicitur: quae neque communis futura sit ob nimiam pulchritudinem: neque penitendam ob immodicam deformitatem: quam formam modicam et modestam idem phauorinus non inscite appellabat uxoriam: Ennius quoque eas fere foeminas ait incolumi pudicicia esse: quae stata forma forent.

No siente, como Codro, la preocupación por la triste situación de los maridos añosos y poco dotados para el sexo, pero queda claro que no quiere estar casado con una mujer de tan rara belleza que lo desasosegase por el concurso de candidatos al adulterio. Su joven esposa Camila, según afirma con más sinceridad que sensatez, no destaca por nada en especial, pero tampoco es especialmente deseable, de modo que se siente suficientemente seguro. Talis est Camilla uxor. non deformis. neque formosissima. formosae tamen propior. non inelegans. neque uenustissima. uenustatis tum matronalis particeps.

La preocupación que acusa se debe, casi exclusivamente, a la posibilidad de que se presente una turba fututorum, no a que él no pueda responder al débito. Las precauciones que el sabio humanista toma se basan, en lo literario al menos, en los tópicos preceptos de Teofrasto y de Jerónimo, tradunt sapientem inire matrimonium tunc deberet: si pulchra esse coniunx. si bene morata si honestis parentibus. Qua forma mihi sit uxor nouerunt qui



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uidere, quam bene morata sit ego ipse noui. quam honestis parentibus nata. nullus ignorat: cuius oraculum est ciuitatis.

de manera que al hacer la translatio a su causa, puede comprobar que no corre peligro: si la genética no falla y de casta le viene al galgo, de cuales padres es de esperar tal hija. cuius pater iurisconsultissimus in urbe nostra clarissimus est. meritoque dici potest fultura scholastici gymnasii. cuius domus huius oraculum est ciuitatis. cuius ianua et uestibulum tanquam alterius mutii sceuolae maxima consultorum frequenti. ac summorum hominum splendore celebratur qua propter huius ciuilis iuris scientiam nominari uerissime potest. egregie cordatus homo.

Y hasta tiene una amable opinión de su suegra, muy en la línea de los tópicos de la laudatio Mater uero coniugis meae ea est: ut probitate strenuitate: Et domesticorum negociorum curatione nulli matronarum postponenda sit. ut quodam quasi praesagio a parentibus Dorotheae nomen illi inditum esse uideatur: ueluti dono deorum data sit.

Como todo vividor a punto de sentar la cabeza, el profesor que había pasado su vida de manera un tanto desenfrenada: ego quoque discurrebam per multiplices temporariosque amores nullo stabili proprioque uinculo illigatus: eramque erraticus ac uolaticus amator.

se muestra convencido ahora de que su esposa habrá de ser una fuente inagotable de serenos y apacibles placeres, incluso cuando interrumpa sus estudios y trabajos. En el fondo, la cuestión es la perpetuación del linaje.24 in uxore ducenda quatuor principaliter expetuntur. Forma. probitas. Dos. Nobilitas. Vxori meae forma est illa quam dixi. probitas quam noui: quae bene dotata. nobili genere nata in manum meam uenit: quamquem pudicicia: quae foeminei sexus praecipua uirtus est pro nobilitate sit. quamuis non illa dos ducenda sit: quae dos dicitur: sed ut matrona plautina inquit. pudicicia. et pudor. et sedatus cupido. Deum metus. parentum amor. et cognatorum concordia: quae morigera marito sit. Olim osor uxoriae contubernalitatis celibatum

24

Véase más abajo la nota 38.

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praeferebam. quin etiam subinde mecum reputans musculum pusillum sapientem dici a sapientibus bestiam: quam aetatem uni cubili nunquam committit suam

Beroaldo prestará a Codro, e indirectamente a Rybisch, el necesario aparato de exempla y argumenta que precisa para justificar su conversión al ordo maritorum, del que tantos males había denunciado otrora nunc uero palinodiam recino more Stesichori, facioque quod uir sapiens facere consueuit qui de sententia si ita rectius sit, decedere aliquando conuenit. Idque cum lauder quamuis stoicorum paradoxon non repugnet: asserentium sapientem nullius rei poenitere: et nunquam mutare sententiam. nunc in ore mihi est et in pectore sententia illa graeci poetae [...] idest Vxor bona guberanculum est domus. Antea illud in ore identidem habebam. probabamque. uxorem non esse ducendam homini litterato. impediri enim studia litterarum: nec posse quemquam libris et uxori pariter inseruire. nunc sentio cum M. Tullio. qui libro tertio de finibus consentaneum ait esse naturae ut sapiens uelit uxorem sibi adiungere: et ex liberos procreare. legem quoque Platonis sequor: qua ille praecipit. ut unusquisque uxorem ducat: qui uero non duxerit. pecunia mulctetur atque dedecore. Nec assentior his qui existimant studia litterarum impediri uxoriis interpellationibus: cum mihi interdum inter libros lassescenti fomentum sit. et suscitabulum interuentus uxoris. ex quo fit ut id: quod fertur: credam esse uerissimum.

Al ocuparse de los inconvenientes del matrimonio entre cónyuges de edad muy diferente, Codro25 señalaba cuántas lágrimas, cuántos lamentos –y cuántas burlas– debería sufrir la recién casada si maritus male mentulatus sit. Muy en la línea de la literatura en vulgar de su época, el humanista considera que la insatisfacción sexual de la esposa provoca riñas, peleas y crímenes, pero no desarrolla el tema; Rybisch, en cambio, no sólo se hace eco del tenor literal del pasaje de aquél Codro [fol. XIXra]: “Sed quid si maritus, eloquar ne an sileam? si maritus male mentulatus sit? quantae querimoniae quantae lachrymae apud matrem, apud sorores? hinc rixae: hinc fugae: hinc veneficia: hinc homicidia & domorum ruinae saepenumero exoriuntur & emanant.” 25

In hoc Codri volumine/ hec continentur./ Orationes. Seu sermones/ vt ipse appellabat./ Epistole/ Silue/ Satyre/ Egloge/ Epigrammata. [Sin pie de imprenta. Al fol. Iv está una epístola Philippus Beroaldus Iunior Antonio Galeacio Bentiuolo Protonotario Apostolico. Al fol. XLIIIIr otra, del mismo, Hermae Bentiuolo Principi clarissimo. in fine, fol. LXXIIr:] Opus Codri Impressum est Venetiis mandato et impensis Petri Liechtensteyn Coloniensis/ Germani: Anno Salutifere incarnationis. M.D.VI. Kalendis Septembribus [LBL 12226.i.5].



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sino que añade de su cosecha una anécdota adecuada: Rybisch [pág. 8]: Sed quid si maritus: eloquarne an sileam? Inquit Codrus. si maritus male mentulatus sit? o quante querimonie quante lacrime apud matrem: apud sorores hinc rixe/ hinc fuge/ hinc veneficia/ hinc homicidia/ hinc domorum ruine sepe numero exoriuntur atque emanant. iactura enim penis legittimi magno dolore mulieres afficiuntur. Sic soror Horacij interfectis curiatijs profusius fleuebat sponsum et iacturam mentule quam patrie aut fratrum, hinc epigrammatarius poeta lusus cuiusdam mulieris descripsit. “Accidit infandum nostre scelus aule puelle./ Amisit lusus deliciasque suas./ Bis denos puerum numerantem perdidit annos./ Mentula cui nondum sesquipedalis erat”.26

Aunque Rybisch sigue servilmente a Codro, hay aspectos en los que, púdicamente, se aleja de su modelo, tal vez por pensar que resulta demasiado crudo; cabe destacar que Poggio es notablemente más discreto que los otros dos.27 Lo realmente sorprendente de todo esto es que uno de los pocos aspectos en los que la Disceptatio se aleja realmente del texto de Codro es, hacia la última parte, al desarrollar cuestiones relacionadas con la sexualidad y la sabiduría, cuando Rybisch acude a autoridades muy variadas para sustentar la idea de que la Iglesia haría bien en permitir que los clérigos pudieran contraer matrimonio si fuera su deseo, y dejar a su arbitrio y conciencia la obligación de la castidad y el celibato. Este tema, vecino al ideario de la Reforma, no deja de chocar en el contexto rancio de las fuentes canonísticas que, por supuesto, nuestro autor no abandona, pero que complementa con tanta precisión a base de sententiae nuevas, que nos hace ver que es éste un tema que le interesa especialmente: 26

27

En otros dos momentos se ocupa Rybisch de estas cosas, y véase cómo retoca el texto de Codro: [fol. XXra]: “Et si quando uxor aliqua iuuenis marito seni et imbelli nupta, moechum caute tamen peteret: quid tum? Leue id crimen est. Et si par pari referendum est, meritum certe est: nam et mariti quoque moechas aliquando petunt: et semper eiusdem carnis usus fastidium mouet” corresponde en la Disceptatio [pág. 21] a “et si quando vxor, ait Codrus, aliqua iuuenis marito seni et imbelli diffutute mentule nupta sit mechum caute tum peteret: quid tum: leue id crimen est et si par pari referendum est, meritum certe est, nam et mariti mechas aliquando petunt et semper eiusdem carnis usus fastidium mouet”. Más adelante, a propósito de los crápulas envejecidos prematuramente y arruinados, dice [pág. 23] “cum ipsi quondam patrimonium et fere totam substantiam meretriculis sub honestatis fuco prebuere: et que tunc egere pudice tanquam nauseosa et fastidienda estimant diffututis eorum mentulis flaccidis ac languentibus”. La cita es de Mart. 7, 14, 7-10. Véase, Codro fol. Hiv: “quantum poterit resistet: si non poterit, meretricem aliquam diobolarem acciri iubebit: quae si lenta aut sera ueniet illud quod de Diogene cynico legimus imitabitur. Nam cum Diogenes tentigine stimularetur et meretricula accita cunctaretur praepucium ductare coepit, Et cum meretricula postea uenisset illam: ut nimis seram retro missit dicens manum suam cecinisse Hymenaeum”.

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[págs. 29–30]: Si quis vero nequeat continenter viuere iuste et rationabiliter faciet si vxorem ducat: vt sic vas proprium possideat et fornicationem euitet: vt in ca. Nerui. xiij. dis. Jmmo quod magis est ecclesia: possit statuere: vt clerici in sacris constituti possint contrahere matrimonium: secundum D. Nicolaum in c. cum olim de cle. coniu. Vbi etiam dicit bonum fore ecclesiam stature: vt clerici volentes continere et magis mereri non contraherent matrimonium/ et quod hoc relinqueretur voluntati eorum et quod non volentes continere possint matrimonium contrahere [...].

Lo primero que llama la atención en el discurso de Rybisch es que la cuestión aparece planteada en líneas generales: an uxor sit ducenda;28 pero está claro que se pregunta si el hombre sabio debe casarse o no y, para ello, comienza su discurso revisando el concepto de sabio en Platón, deus philosophorum, en Cicerón, fons eloquentiae y en Aristóteles, philosophorum omnium facile princeps. Con la referencia a los siete sabios de Grecia,29 se cierra esta pequeña introducción con una autoridad nueva, un poeta que celebra las características del hombre sabio, (Virgilio, según Rybisch y, en realidad, uno de los poemas de la Appendix vergiliana).30

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Nótense las expresiones utilizadas para las ideas de ‘contraer matrimonio’: rem aggredi uxoriam, uxorem ducere y de ‘males provocados por el matrimonio’: innumera matrimonii onera, molestia feminarum que equivalen a los incommoda matrimonii del Adversus Iovinianum jeronimiano. En cuya nómina, por cierto, se plantea la duda entre Anacarsis y Tales: “Sic septem Grecie sapientes dicti sunt: Bias pyreneus, Pytacus mytilenus, Cleobulus lidius, Periander corinthius, Solon atheniensis, Chilon lacedemonius, Anacharsis sophista seu, ut alii malunt, Thales milesius”. Nótese que Anacarsis es el único en el que se incluye referencia a su hipotética escuela, mientras que los restantes se ponen en relación con sus ciudades de origen; quizás esto se deba a una mala interpretación de alguna abreviatura pues de Anacarsis se suele decir que era scita y no sophista. Vid. Gualteri Burlaei liber de vita et moribus philosophorum, mit einer Altspanischen übersetzung der Eskurialbibliotek, ed. de H. Knust, Tübingen (Bibliothek des litterarischen Vereins in Stuttgart) 1886, pág. 48: Anacharsis, philosophus, scita genere... Sin embargo se refiere a Tales como Thales, philosophus, asianus... Hic [primus] sapiens appellatus est secundum quem et septem sapientes vocati sunt (ibid. pág. 2). No parece dudar Rybisch más adelante cuando, citando literalmente un pasaje de los Exemplorum libri decem de Marco Antonio Sabelico, incluye la apostilla “cum Thalete (qui et ipse unus ex septem fuit sapientibus)”. En cuanto a la lista de los siete sabios, la versión más antigua remonta al Protágoras de Platón e incluye a Tales de Mileto, Pítaco de Mitilene, Bías de Priene, Solón, Cleobulo de Lindos, Misón de Quenea y Quilón el lacedemonio, aunque presenta variantes que incluyen, entre otros, a Anacarsis (G. Fraile, Historia de la Filosofía, vol. I: Grecia y Roma, Madrid (BAC) págs. 129-130). Concretamente App. Verg., De institutione uiri boni, vv. 1-6 y 14-17. Es un poema ampliamente testimoniado, por su valor sentencioso, cf. H. Walther, Initia carminum ac versuum Medii Aevi posterioris latinorum. Alphabetisches Verzeichnis der Versanfänge mittelllateinischer Dichtungen. Unter Benutzung der Vorarbeiten Alfons Hilkas bearbeitet von H. Walther, Göttingen (Vandenhoeck & Ruprecht) 1969: nº 20390.



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Al llegar al meollo, a saber, An ducenda sit uxor sapienti, y no antes, Rybisch presenta al autor que lo va a acompañar hasta el final: el humanista llamado Codro cuya Oratio de ducenda uxore, compuesta entre 1495 y 1496 y publicada en el volumen de sus Opera omnia en el año 150231 va a seguir al pie de la letra sin el menor rubor. Rybisch introduce las palabras del humanista de diversas maneras: inquit nominatus auctor o inquit Codrus o ut Codrus non minus vere quam facete inquit o subinfert dictus Codrus o ut Codri verbis utar o Dominus Codrus dicit y sobre sus opiniones hace algunos pequeños cambios o añadidos: por ejemplo, cuando el vir sapiens vuelve a casa tras un duro día de trabajo, Codro dice que lo recibe una esposa garrula, morosa, irata, y Rybisch añade los adjetivos multibiba y catuliente; en función de este método, que será el habitual, Rybisch parece hacer una reproducción de la obra de aquél, a la que añade aquí y allá auctoritates verosímilmente tomadas de un florilegio: así, el epigrama que escribió Marcial acerca de la mujer de Ceciliano, aparece a continuación de dos pasajes poéticos aducidos por Codro, uno de Juvenal (perfectamente identificado mediante la fórmula ut scripsit Iuvenalis fórmula que, sin embargo, desaparece en Rybisch) y otro de Ovidio.32

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Hemos utilizado la edición de 1506, a saber, In hoc Codri volumine/ hec continentur./ Orationes. Seu sermones/ vt ipse appellabat./ Epistole/ Silue/ Satyre/ Egloge/ Epigrammata. [Sin pie de imprenta. Al fol. Iv está una epístola Philippus Beroaldus Iunior Antonio Galeacio Bentiuolo Protonotario Apostolico. Al fol. XLIIIIr otra, del mismo, Hermae Bentiuolo Principi clarissimo. [in fine, fol. LXXIIr:] Opus Codri Impressum est Venetiis mandato et impensis Petri Liechtensteyn Coloniensis/ Germani: Anno Salutifere incarnationis. M.D.VI. Kalendis Septembribus [LBL 12226.i.5]. Se refiere con este apelativo “Iuvenalis” al ya mencionado Filippo Beroaldo senior, (Bologna, 1453–1505). Comentarista y editor de textos clásicos, entre los que destacan los comentarios al Asno de oro de Apuleyo y a las Vidas de los Césares de Suetonio (cf. Gilmore (nota 22), págs. 382– 384). En el caso concreto de Juvenal, de los siete pasajes que figuran en Rybisch, solamente dos proceden de Codro; de este número de siete, al menos cuatro completos y una parte del quinto figuran en el llamado Florilegium morale oxoniense, sin que ello quiera decir que Rybisch los haya tomado de allí, aunque sí puede significar que eran pasajes frecuentes en los florilegios de uso habitual (cf. C. H. Talbot, Florilegium Morale Oxoniense, Ms. Bodl. 633. Secunda pars: Flores auctorum. Text first published with Introduction by C.H. Talbot, Louvain-Lille (Analecta Medievalia Namurcensia) 1956, passim). Como vemos, Rybisch invoca continuamente a Codro, pero también hace algunos añadidos personales e indica su procedencia como, por ejemplo, de la sátira sexta, cuando señala Hic Juvenalis dissuassurus amico suo ne uxorem ducat inquit y cita dos grupos de versos: VI, 29-32 y 181-183 en un pasaje en el que Codro remitía tan sólo a Juv. VI, 268-269 y ello sin indicación de procedencia; en este mismo pasaje Rybisch remite a Catón, Esopo y Aristóteles, autoridades que no están en Codro y que, al menos en parte, bien pueden proceder del Comentario de Filippo Beroaldo a Suetonio, como parece insinuar la fórmula gramaticus ille super Suetonio.

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Algo similar sucede con la mayor parte de las ocho referencias a Aristóteles, aunque en este caso el elenco procede casi siempre de los comentarios de Filippo Beroaldo a diversos textos clásicos; sin embargo, algunas de las sentencias aristotélicas se incluyen en las llamadas Auctoritates Aristotelis y, si no de ellas, sí de otra obra del mismo tipo podría haberse servido Rybisch.33 También añade referencias varias al Corpus iuris canonici y al Corpus iuris civilis, o hace precisiones de minucia a lo que afirma Codro, en aquellos temas en los que Rybisch es consciente de su superioridad como jurista frente a un hombre de letras; pero queda claro que es Poggio quien enuncia el tópico en su ínsita sencillez: a propósito del matrimonio (en general) como pérdida de una libertad irrenunciable, la cuestión no es si un varón sabio, o un anciano, deben casarse o no; la cuestión en la que incide Poggio como primordial es la de si es conveniente perder la libertad de la soltería a cambio de un nuevo estado tan incierto como impredecible pero en el que él no parece ver incommoda, a pesar de que puede parecer un tanto improbable que la mujer se preste a plegarse al imperium del marido:34 33. His ego de causis, etiam si cetera commoda abessent, omni etati ad progeniem apte nuptias suaderem, neque uererer nescio quid inane seruitutis nomen quod subesse in coniugio censes. Summa quidem libertas est uiuere ut uelis, quod solum coniugium prestat, in quo non seruis sed imperas. Liber es enim a uitiis que undique innuptos circunfluunt: imperas mulieri que tibi parere ac seruire sua sponte condiscit.35 33

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35

J. Hamesse, Les Auctoritates Aristotelis. Un florilège médiéval. Étude historique et édition critique, Louvain/Paris (Peeters) 1974, pág. 250: Sequuntur auctoritates libri Oeconomicae Aristotelis... nº 16: “Nec quaestus vestimentorum, nec forma, nec auri multitudo tanta est ad mulieris virtutem, quanta est modestia in quolibet opere et desiderium honestae ac compositae vitae”: Arist. Oeconomica, frg. 184; Rybisch [pág. 9]: “Hinc Aristoteles in secundo Oeconomicorum scribit quod nec vestimentorum nitor nec auri magnitudo tantum valet ad mulieris laudem quantum modestia in rebus et boni mores”. La base de la argumentación es la diferencia de edad y experiencia, que se sustancia así: “At uero in senibus uita omnis anteacta cognita est et perspecta: in promptu sunt mores, uictus, fortune, questus, prudentia, ualetudo et cetera uel ad uitia uel ad uirtutem spectantia in quibus immutande deteriorandeue consuetudinis nulla suspicio supersit. Senis namque etas prudentia, consilio uiget ut non facile in errores labatur. Hic uxorem, rem imbecillam, reget ordine et domesticis institutis, efferuescentes annos compescet atque instruet, fortunas non solum seruabit sed augebit in suum et filiorum usum, beneuiuendi preceptis futuro tempori prospiciet, nichil aget cuius postmodum penitentia ducatur”, 39-40 § Solís (nota 10), pág. 201. Poggio, An seni sit uxor ducenda, § 33, en Solís (nota 10), pág. 200. Al comienzo mismo de la Disceptatio, Poggio había hecho decir a Nicolò Nicoli (6, pág. 197): “Que enim stultitia est, cum usque ad senium uxorem contempseris, liber ac tui iuris uiuens, postmodum te subicere uoluntarie seruituti ac nouarum molestiarum causam querere, quas neque commode ferre queas neque ullo pacto reicere”.



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Codro fol. XVIII vb: Iureconsulti quoque libertatem rem esse inaestimabilem dicunt & propter antiquos Romanos seruis libertatem ante uigesimum aetatis annum dare non potuisse. Rybisch [pág. 5]: “Jureconsulti quoque ‘libertate rem inestimabilem’ dicunt: vt in .l. libertas .ff. de reg. iu. et lege ex hac .ff. Si qua .pau. fe. di. et liber homo. ff. de ver. obl.”36

Hay una diferencia de partida entre los dos autores: a saber, que Codro titula su obrita Oratio37 mientras que Rybisch, como antes había hecho Poggio, la denomina Disceptatio, pero los dos hacen, primero, referencia a la cuestión general de si el hombre debe casarse o no, y después limitan el tema viro sapienti, indicando Rybisch que éstos son los vera penetralia questionis. En su origen, la diferente denominación tiene sentido, porque la oratio de Codro fue una declamación en Bolonia, en la que el helenista simplemente debía hacer gala de su cultura clásica, no mover a nadie como resultado de su capacidad suasoria; en cambio Rybisch tomó el asunto –una discusión entre condiscípulos surgida en una tarde de asueto– como tema para una disputatio en la que nuestro autor, alumno del preceptor Heinrich Stromers de Auerbach, debía mostrar su pericia ante un público de ciudadanos y estudiantes, bajo la presidencia del “magister Paulus Suoffhaim de Gorlitz, publice disputationis antistes”, que debía aprobar o no la actuación.38 El marco en que se inscriben una y otra obras son también diferentes; Codro parte de un argumento ex auctoritate: la importancia que tiene la educación de 36

37 38

Menciona aquí a Justiniano, Digesta (marcamos en negrita lo que corresponde a las abreviaturas de Rybisch) libro 50, tit. XVII: De [diversis] regulis iuris antiqui, nº 106, De libertate; Libro 9, tit. I: Si quadrupes pauperiem fecisse dicatur, nº 3, De libero homine caeso: Ex hac lege, iam non dubitatur, etiam liberarum personarum nomine agi posse... y libro 45, tit. I: De verborum obligationibus, nº 103, De homine libero, vel mortuo. De fundo hostium. Liber homo in stipulatum deduci non potest. Hemos utilizado Corpus Iuris Civilis Romani, in quo Institutiones, Digesta ad Codicem Florentinum emendata, Codex item et Novellae, nec non Iustiniani Edicta, Leonis et aliorum Imperatorum Novellae, Canones Apostolorum, Feudorum libri. Leges XII Tabb. Et alia ad Iurisprudentiam ante- iustinianeam pertinentia Scripta, cum optimis quibusque editionibus collata exhibentur... Coloniae Munatianae, Sumptibus Fratrum Cramer 1756, 2 vols. Algo más adelante, Rybisch vuelve a insistir: “Unde dicitur Ecclesiastes vii Inueni amariorem morte mulierem. Quia qui ducit uxorem dicitur nauigare, et quasi libertatem amittere: xvii q. ii. Nos nouimus, ubi dicit textus Nauigasti id est uxorem duxisti”. Codro llamaba sermones a sus discursos y declamaciones públicas, y sus discípulos, piadosamente, recogieron esta peculiaridad: ...Orationes. Seu sermones vt ipse appellabat... Véase la epístola de Petrus Trach, al final de la edición [pág. 32] “Optime es meritus Magistre Henrice preceptor obseruande de etate tua quod interrogatiunculam quam tibi nuper in disputatione publica quam de quolibet vulgo vocitant: in hoc nostro Gimnasio litterario examinanda obtigit videlicet: Vtrum viro sapienti expediat vxorem ducere an minus etc.”.

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los hijos queda demostrada por Plutarco, omnium fere disciplinarum peritissimus, y él se limita a perfilar el asunto remitiéndose al tema del matrimonio quoniam ex matrimonio liberi procreantur: Fol. XVIII vb: ...tentabo tamen ne pusilanimis videar si non omnia quae dicenda super hac materia forent, saltem rerum ipsarum capita & argumentationes validiores explicare: & si potero ac fas erit iudicium meum illis adnectere: & si coniugium vobis placuerit: qua aetate vir uxorem ducere, & qua puella nubere debeat: & si fertilis erit uxor: quomodo nutriendi sive educandi sint liberi: & quaedam alia ad id spectantia non minus utiliter quam suaviter exponam.39

Rybisch, por su parte, utiliza el marco ambiental del diálogo40 sólo en la parte introductoria, para desaparecer después sin ser aprovechado. En los auténticos diálogos de esta época es frecuente hacer referencia a los interlocutores y a un marco espacio-temporal, el locus amoenus: en el caso de Rybisch no hay forma dialogada en ningún momento, pues la imprecatio a sí mismo que se da en dos ocasiones, es excepción al modo uniforme de la narratio.41 Se produce una situación parecida a la que señala Gómez en los diálogos españoles del siglo XVI en los que “es posible 39

40

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Beroaldo, notablemente más sensible, trata el asunto desde la perspectiva del hombre maduro que va a ser padre, y que espera ilusionadamente la llegada de la prole: “Quod superest Deum optimum maximum precor. ut id connubium fortunet citra ullum incommodum. citra offensiunculam. citraque labeculam omnem. ut concorditer foeliciter amanter annos nestoreos traducamus. nec ullo aeuo commutemur quin ego illi Iuuenis. illa mihi puella esse uideatur: gignatur ex nobis soboles uoluptifica. qualis ex psyche et cupidine pergenerata est: Nam ut musae graecorum canunt [...] idest beniuolentiae coniugalis maximum uinculum est soboles. Cum in praesentia uxor uentrem ferat, et praegnationis sarcina quotidiano incrementulo turgescat spero et ominor filium anno hoc iubilei memorando nasciturum: qui parentibus sit uoluptati futurus et ornamento”. [pág. 3]: “Cum nuper Petre amicissime simul essemus Büdingen ac recreandi causa ad hortulum Joannis Waltheri [...] fuissemus omnium ferme arborum genere consitum partim etiam nudo campo pasturare et pabulis animalium accommodum in quo cum prostrati in gramina virentia essemus orta fuit inter convivas altercatio an uxorem expediret ducere necne [...]”. Véase la nota 2. Hay también, sin embargo, dos pasajes en los que Codro se dirige a sí mismo; uno el ya mencionado, y el otro en fol. XXIra: “Uitam ferinam indicauit regina uiuere sine matrimonio. O Codrum infoelicem: qui sine uxore uitam degit ferinam. Ego uiri ornatissimi, ut de me aliquid in hoc mei sermonis fine dicam”, que posiblemente inspiró la variante de Rybisch [pág. 30]: “Moderamini cupiditates insanas et vestras cogitationes conuertite ad bonarum litterarum vxores: sine vxore ergo sapienti viro ferinam ducere vitam non licet.” Nótese, no obstante, que Poggio construye una especie de diálogo “estático” por sucesión de intervenciones, que se sitúa en el comedor de su casa: “Cum uiri doctissimi michique summa amicitia coniuncti, Nicolaus Nicolus Carolusque Aretinus, mecum post acceptam uxorem, ut fit inter amicos, pranderent, inter edendum in eum sermonem deuenimus ut quereretur an seni (in me autem hec interrogatio uergebat) esset uxor ducenda”, fol. 155v, §4, en Solís (nota 10), pág. 197.



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descubrir toda una serie de procedimientos retóricos acumulativos basados en la auctoritas: los exempla, las sententiae, los refranes o las chria. [...] El pensamiento no progresa por el intercambio lógico de preguntas y de respuestas, sino por la acumulación de testimonios”.42 Rybisch toma prestado un pasaje de Beroaldo en el que éste argumenta, a base de auctoritates clásicas y abundantes exempla, que el sabio debe casarse para tener descendencia; de los exempla que se le ponen ante los ojos, toma lo aparentemente más superficial y se centra no tanto en si la compañía de una mujer puede distraer al sabio de sus cavilaciones como en si, por el contrario, puede resultar una ayuda y un estímulo; parece claro que está de acuerdo en que una mujer junto al hombre sabio es un estímulo (aunque, quizás, el elemento más sintomático sea el praeiudicium de la legislación espartana, que aduce para autorizar su opinión de que el matrimonio es una institución socialmente exigible). No se trata ya de defender la compañía de una mujer: se trata de mostrar que incluso el varón sabio está comprometido socialmente a casarse: [pág. 29]: Nunc sentio, cum M. Tullio, qui libro tertio De finibus ‘consentaneum’ ait ‘esse nature vt sapiens velit vxorem sibi adiungere et ex ea liberos procreare’ et legem Platonis qua ille precipit vt unusquisque vxorem ducat: qui vero non duxerit pecunia mulctetur et dedecore. [...] Veruntamen lacedemonii tres de coniugio leges tulerunt: prima damnabat qui uxorem non duceret; secunda qui sero; tertia qui non bene.43

42 43

J. Gómez, El diálogo en el Renacimiento español, Madrid (Cátedra) 1988. Las formas penalizadas eran la “agamia” o celibato, la “opsigamia” o matrimonio tardío y la “cacogamia” o matrimonio inconveniente (de viejos entre sí o de mozo y vieja, o moza y viejo: véase al respecto el Arcipreste de Talavera o Corbacho, de Alfonso Martínez de Toledo, tercera parte, capítulo noveno: “Quatro maneras son de casamientos: las tres son reprobadas, e la una de loar. La primera manera sí es: quando el mozo casa con la vieja. Esta tal madre bendita, con sus rugas en el vientre, ¿qué espera? Que con lo suyo della tenga el mozo una o dos o más enamoradas a su ojo cada día, e la vieja maldita que rebiente de gelosía e muera mala muerte en pena e vida dolorida; e si fablare, que ande el cardenal en el ojo, e aquél traiga por alcofol; toda ora palos e descalabrada e siempre apelmazada. Esto demanda e busca la buena madre, señora, en sus postrimeros días por tomar marido o amigo mozo, que se pensava de nescia quel mozo avía de ser contento de su cuero rugado, o esperava aver fijos dél en su loca vejedad la Marta piadosa, huesos de luxuria. Pues, téngase lo que le viniere la vieja desmolada, canas de infierno; muera e rebiente la vieja grofa maldita que buscó refresco en la última hedad. Aconórtese con la mala vejedad, con su cuero curtido, su vientre rugado, su boca fedionda e dientes podridos: que para mozo, moza fermosa, e que la quemen a la vieja ranziosa; e para moza, mozo gracioso e que rebiente el viejo enojoso.”

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la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

Por representar el proceso seguido verosímilmente por Rybisch, supongo que al transcribir sus fuentes recordó diversos elementos de erudición que le parecieron adecuados para su declamación (y para demostrar, de paso, cuánto había aprovechado el estudio ante su preceptor y sus protectores los condes de Büdingen). Tiene más alcance el hecho de que, al abordar el asunto, Rybisch continúa la línea argumental que, desde el praeiudicium de la legislación de los lacedemonios lo lleva hasta la situación canónica y moral, para hallarse con que (una vez establecido el principio de que la compañía femenina puede ser muy beneficiosa para el sabio y para el letrado) incluso la fornicación es pecado. Poggio se había inclinado también por el matrimonio como estado en el que el ser humano contribuye a la conservación de la especie y evita también situaciones inconvenientes o vicios alternativos: Quid quod matrimonio qui abstinet uel adulter uel fornicator euadet aut alteri uitio detestabiliori inuoluetur. Neque tu michi uite continentiam pre te feras et quidem admodum pauci existunt qui eam uirtutem amplectantur. Itaque propter honestiorem quoque uitam uxoris muneri herendum est.44

Sin duda los preclaros varones que han protagonizado este trabajo estaban convencidos de que contar a su lado con una esposa joven y risueña era como rejuvenecer ellos también. Lástima que, para paliar las diferencias de brío, se vieran movidos a “educarlas” para su nuevo estado.45

44 45

Poggio, §32, en Solís (nota 10), pág. 200. Cf. Poggio, §63, pág. 205: “Ducet quidem uirginem, et eo magis quod annos teneros nulla alterius preterquam domestica parentum consuetudine edoctos, flectet quo uolet, in suam institutionem inducet, suis moribus coaptabit, auctoritate et consilio reget, id esse optimum docebit quod fuerit honestum, ostendet quanta sit continentia uirtus, quid pudice ab impudicis differant, quatenus uoluptati indulgendum sit, quatenus abstinendum. Ita uerbis, nisi fuerit animal stupidum, assequetur, ut quod anni aliquando poscunt ratio moderetur, et quod uir suaserit id potissime censeat faciendum”.

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 49-70

Von bösen Weibern und ihrer Züchtigung Formen der Gewaltanwendung in Strickers Die eingemauerte Frau und in Sibotes Frauenzucht

EMILIO GONZÁLEZ MIRANDA

Santiago de Compostela

Der Konflikt zwischen Ehemann und Ehefrau gehört zu den beliebtesten Themenkomplexen der Märendichtung,1 wobei die Auseinandersetzung durch verschiedene Handlungsmotivationen ausgelöst werden kann. Am häufigsten tritt dabei die durch Ehebruch generierte prekäre Situation auf, in der die Personenkonstellation durch das Dreiecksverhältnis zwischen Ehepaar und Liebhaber geprägt ist.2 Hier ist es gerade die Präsenz einer dritten männlichen Figur,3 die die ‘agonale’ Handlungsstruktur bestimmt und vorantreibt. Die auf List und Betrug angelegten Schwankerzählungen, in denen das ehebrecherische Paar die Einfältigkeit oder Unwissenheit des Ehemannes ausnützt, um seine Intentionen durchzusetzen, können in ihrem Verlauf und Resultat variieren, je nachdem ob der Ehebruch unentdeckt bleibt oder entlarvt wird, die Liebenden entweder bestraft oder ohne Strafe davonkommen.4 Unter Berücksichtigung dieser Aspekte – Verlauf der listigen Handlung und Ausgang aus der Affaire – hat Hanns 1

Grundsätzlich zu Begriff und Klassifikation der deutschen Märendichtung: Hanns Fischer, Studien zur deutschen Märendichtung, 2., durchgesehene und erweiterte Auflage besorgt von Johannes Janota, Tübingen 1983; zu den von Fischer unterschiedenen Themenkreisen siehe S. 93-100. Es sei hier daran erinnert, dass der definitorische Versuch Fischers in der Germanistik zu einer regen unterschiedliche Positionen offenlegenden Diskussion über die Zweckmäßigkeit einer Differenzierung der Gattung Märe führte, wie die Negation einer Gattungsexistenz ‘Märe’ (vgl. hierzu Joachim Heinzle, “Märenbegriff und Novellentheorie. Überlegungen zur

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Fischer diese Ehebruchserzählungen in drei Themenkreise eingeteilt – ‘Listiges Arrangement des Ehebetrugs’; ‘Schlaue Rettung aus drohender Gefahr’ und ‘Geglückte Entdeckung und Bestrafung des Ehebruchs’, zu denen “nahezu ein Drittel des gesamten Märenbestandes gehört”.5 Doch erschöpft sich die in der Ehebeziehung verankerte Konfliktträchtigkeit nicht in den Ehebruchserzählungen. Eine weitere Textgruppe, die von Fischer als vierter mit dem Titel ‘Eheliche Kraft- und Treueproben’ überschriebener

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Gattungsbestimmung der mittelhochdeutschen Kleinpik”, in Zeitschrift für deutsches Altertum 107 (1978), S. 121–138; ders., “Altes und Neues zum Märenbegriff ”, in Zeitschrift für deutsches Altertum 117 (1988), S. 277-296) oder die Postulierung eines im gattungsfreien Raum stattfindenden Märenerzählens, das gerade deshalb auf die Vermittlung von Sinnlosigkeit verweise (Walter Haug, “Entwurf zu einer Theorie der mittelalterlichen Kurzerzählung”, in Kleinere Erzählformen des 15. und 16. Jahrhunderts, hg. von Walter Haug und Burghart Wachinger, Tübingen 1993 [Fortuna vitrea 8], S. 1–36). Interessant und fruchtbar zum tieferen Verständnis der immanenten Erzählstruktur und konkreten Sinnstiftung des Märes scheinen mir die ausführlichen Studien und Textanalysen von Hans-Joachim Ziegeler, Erzählen im Spätmittelalter. Mären im Kontext von Minnereden, Bispeln und Romanen, München/Zürich 1985 (Münchener Texte und Untersuchungen 87), der das Märenerzählen in einer Zwischenposition platziert, “zwischen dem bispelhaften, auf einen ‘Beweis’ zielenden erzählerischen Verfahren und dem romanhaften, auf Identifikation mit dem Protagonisten gerichteten Erzählen” (S. 39). Einen neuen vielversprechenden Ansatz zur Untersuchung der Märendichtung bietet zuletzt Klaus Grubmüller, Die Ordnung, der Wizt und das Chaos. Eine Geschichte der europäischen Novellsitik im Mittelalter: Fabliau – Märe – Novelle, Tübingen 2006, der von einem differenzierten Gattungsbegriff als “klar umgrenzte Werkreihen in konkretem historischem Zusammenhang, d.h. in beschreibbarer Bezugnahme” ausgeht (S. 16). Gattungen sind für Grubmüller nur in ihrem historischen Wandel adäquat zu erfassen, was bedeutet, dass nach ihren konstanten und variablen Elementen gefragt werden muss. Dieses Verfahren ermöglicht es, verschiedene Märentypen zu definieren und die einzelnen Texte der einen oder anderen Werkreihe zuzuschreiben. Zum Stand der Forschung im Bereich der Novellistik vgl. auch Timo Reuvekamp-Felber, “Mittelalterliche Novellistik im kulturwissenschaftlichen Kontext. Forschungsstand und Perspektiven der Germanistik”, in Mittelalterliche Novellistik im europäischen Kontext. Kulturwissenschaftliche Perspektiven, hg. von Mark Chinca und Christopher Young, Berlin 2006 (Beihefte zur Zeitschrift für deutsche Philologie 13), S. XI-XXXII. In ungefähr einem Drittel des Märenbestandes werden Ehebruchssituationen erzählt. Meistens handelt es sich um einen Pfaffen, es können aber auch Repräsentanten anderer Gesellschaftsschichten in der Rolle des ehebrecherischen Antagonisten vorkommen wie Ritter, Studenten oder Bürger. Zu den verschiedenen Formvarianten der Schwankstruktur allgemein vgl. Hermann Bausinger, “Bermerkungen zum Schwank und seinen Formtypen”, in Fabula 9 (1967), S. 118-136; zu den Varianten in der Märendichtung siehe Klaus Hufeland, Die deutsche Schwankdichtung des Spätmittelalters. Beiträge zur Erschließung und Wertung der Bauformen mittelhochdeutscher Verserzählungen, Bern 1966; Monika Jonas, Der spätmittelalterliche Versschwank. Studien zu einer Vorform trivialer Literatur, Innsbruck 1987. Fischer (Anm. 1), S. 94.



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Themenkreis differenziert wurde, stellt ebenfalls die Streitigkeiten des Ehepaars in den Vordergrund, “denn der Angelpunkt des Geschehens ist der Kampf um die Vorherrschaft im Hause, oder anders ausgedrückt, die Rebellion listiger oder streitbarer Ehefrauen gegen die traditionelle Gehorsamspflicht des Weibes”.6 Der hier entfachte Konflikt kann auf zweierlei Weise seinen Ausgang nehmen: in einer Reihe von Texten ist es die Frau, die den Sieg davonträgt,7 in anderen ist es dagegen der Mann, der aus eigenen Kräften oder mit Hilfe anderer die Situation wieder in die rechte Bahn lenkt und die in Gefahr gebrachte ordogemäße Hierarchie restituiert.8 Gerade in dieser Haltung der Frau, sich ihrem Ehemann zu widersetzen, um so die gegen jegliche rechtliche, gesellschaftliche oder religiöse Norm verstoßende Vorrangstellung in der dyadischen Personenkonstellation einzunehmen und zu bewahren, kommt das bekannte übel-wîp-Motiv zum Tragen, dessen konkreter Niederschlag nun an zwei mittelalterlichen – Strickers Eingemauerte Frau und Sibotes Frauenzucht – kurz untersucht werden soll. Im Mittelpunkt stehen dabei nur die Mären, in denen der Ehemann durch bestimmte Gewaltmaßnahmen am Ende seine Frau bändigen kann, oder anders gesagt: es geht darum zu zeigen, wie der Ehemann oder dessen Helfer violentia anwendet, um seine potestas im Haushalt behaupten 6 7

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Ebda., S. 96. Ebda., S. 97. Zu diesen Erzählungen wären z. B. die Strickerschen ‘Ehestandsmären’ zu rechnen: Der Gevatterin Rat, Das erzwungene Gelübde und Ehescheidungsgespräch, aber auch das Märe Drei listige Frauen. Eine Sonderstellung nimmt hier die Erzählung Die böse Frau ein, auch als Daz buoch von dem übeln wîbe bekannt und als Unikum im Ambraser Heldenbuch überliefert. In Wirklichkeit handelt es sich nicht um eine Erzählung im eigentlichen Sinne, sondern eher um eine aus der Perspektive des Ehemannes ausgeführte Schilderung des ungezügelten Wesens seiner Frau und deren Gewalttaten, die er fortwährend erleiden muss. Um den täglichen Kampf mit seiner kräftigen Frau und seine Qualen zu beschreiben, greift der Ehemann auf Muster, Motive und Figuren der Heldenpik und des höfischen Romans zurück. So kann hier auch nicht gesagt werden, dass die Frau am Ende die Oberhand behält. Diese nimmt nämlich seit Anfang der ehelichen Beziehung die überlegene Position ein und bewahrt diese bis zum Werkende. Vgl. Ernst A. Ebbinghaus (Hg.), Daz buoch von dem übeln wîbe, 2., neubearbeitete Auflage, Tübingen 1968; siehe auch die folgenden, in letzter Zeit erschienenen Untersuchungen des Werkes: Sonja Kerth, “Jenseits der matière. Intertextuelles Erzählen als Erzählstrategie”, in Wolfram-Studien 18 (2004), S. 263–281; Michael Dallapiazza, “Das buoch von dem übeln wîbe”, in cristallîn wort. Hartmann Studien. Rahmenthema: Das Ambraser Heldenbuch, Münster 2007, S. 173-190. Hierher gehören Erzählungen wie Sibotes Die gezähmte Widerspenstige, auch unter dem Titel Frauenzucht bekannt, Die Frau als Reitpferd, Strickers Die eingemauerte Frau und Die böse Adelheid. Zum Motiv der widerspenstigen Frau (‘the shrewish wife’) in der deutschen Märendichtung siehe Motif-Index of Geman Secular Narratives from the Beginning to 1400, edited by the Austrian Academy of Sciences, vol. 4: Maere and Novellas, Berlin / New York 2006.

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zu können.9 Anhand der Analyse der verschiedenen zur Restitution der rechtmäßigen Situation angewandten Gewaltprozeduren sowie deren narrativer Präsentation, soll versucht werden die Sinnpotentiale und Sinnstiftungsverfahren der einzelnen Mären näher zu bestimmen. Gattungstypisch hebt die Strickersche Erzählung mit der Vorstellung der Protagonisten an:10 Ein Ritter heiratet eine Frau, die nur nach ihrem Eigenwillen handelt. Als der Ehemann weder mit Zureden noch mit heftiger Prügel etwas erreichen kann, um ihr Verhalten zu ändern, beschließt er, sie in einen nur mit einem kleinen Fenster versehenen Raum einzumauern. Mit schlechtem Essen versorgt und von ihrem Ehemann ignoriert, muss sie außerdem zusehen, wie er in Freuden lebt und sich mit anderen Frauen vergnügt. Die ausweglose Situation führt die Bekehrung herbei. Sie lässt von all ihrer Bosheit ab und bereut ihre Sünden. Kniend vor ihrem Ehemann bittet sie ihn um Verzeihung und verspricht, ihr ganzes Leben für ihr schlechtes Verhalten zu büßen und den Rest ihres Lebens Gottes Gnade zu suchen. Sie erweist ihre Bereitschaft, durch die Bekehrung böser Frauen, Gott für immer dienen zu wollen. Der Ritter veranstaltet zur Feier der Bekehrung ein siebentägiges Fest, bei dem alle Anwesenden reichlich bewirtet werden. Als das Fest zu Ende geht, richtet sich die Frau nochmals an die Öffentlichkeit, um ihrem Ehemann Dank für sein Erbarmen zu erweisen. Dieser ermahnt die Eingeladenen, die Geschichte überall zu verbreiten und die Botschaft zu verkünden, schlechte Frauen zu ihr zu schicken, um sie um der Ehre Gottes und ihrer Ehemänner willen von ihrer Bosheit zu befreien. So verbreitet sich die Geschichte von der eingemauerten Frau durchs ganze Land und schreckt alle anderen davor zurück, sich widerborstig zu verhalten. Die Frau des Ritters wird durch diesen Ruf berühmt und bis zu ihrem Tode wie eine Heilige besucht und verehrt. Der Stricker beendet die Erzählung mit dem Fazit, dass eine Frau wie diese an vielen Orten nötig wäre, um die Menschen vor der Herrschaft böser Frauen zu schützen.

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Zum Thema Gewalt in der mittelalterlichen Gesellschaft und Literatur siehe Gewalt im Mittelalter. Realitäten – Imaginationen, hg. von Manuel Braun und Cornelia Herberichs, München 2005; Manuel Braun, “Violentia und Potestas. Mediävistische Gewaltforschung im interdisziplinären Feld”, in Beiträge zur Geschichte der deutschen Sprache und Literatur 127 (2005), S. 436-458. Grubmüller (Anm. 1), S. 81; ders., “Zum Verhältnis von ‘Stricker-Märe’ und Fabliau”, in Die Kleinepik des Strickers. Texte, Gattungstraditionen und Interpretationsprobleme, hg. von Emilio González und Victor Millet, Berlin 2006 (Philologische Studien und Quellen 199), S. 173187, hier S. 173.



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Ein Blick auf die Formen von Aggression und Gewalt gleich zu Anfang der Strickerschen Erzählung zeigt, dass die Widerspenstigkeit der Frau zunächst sowohl mit verbaler als auch mit körperlicher Gewalt erwidert wird. Es ist Aufgabe und Pflicht des Ritters, die rechtgemäße Position von Frau und Mann im Haushalt vor bestimmten Angriffen zu schützen und zu bewahren. Doch die Bedrohung liegt hier im Inneren des eigenen Hauses, denn es ist die eigene Frau des Ritters, die ihrem Mann die herrschende Position im Hause bestreiten will. Die Reden und Anweisungen des Mannes, sein Zureden, seine Drohungen und schließlich die Verprügelung seiner Frau erweisen sich als uneffektiv, denn die Frau antwortet zugleich mit Drohungen. So versucht es der Ritter mit einer Intensivierung der Prügel, die deutliche Anzeichen von Gewalt an ihrem Körper lässt: er sluoc ir einen vûstslac. er sprach: «nu ist mir umbe den sac als mære sam umbe daz sacbant!» er brach ir abe ir gewant. einen swæren knütel er gevie; sînen zorn er si enpfinden lie. er sluoc ein lange wîle mit kreften und mit île, unz im der arm tet sô wê, daz er niht slahen mohte mê und ir ein sîte alsô zebrach, daz man niht anders dâ ensach wan zebrochen hût und bluot. (V. 11-23)11

Die Gewaltausübung mittels Faust und Knüppel hat schwere Konsequenzen für die physische Integrität der Frau, die an der zerrissenen und blutenden Haut sichtbar werden. Doch kann der Ritter trotz allem die Frau nicht umstimmen, die ihn mit Spott überschüttet und einlädt weiter auf sie einzuschlagen: ‘ir müezet noch langer bîten./ nu bin ich doch zuo drîn sîten/ noch ungerüert und ungeslagen.’ (V. 24-29) Die rohe physische Gewalt zur Bändigung der Frau und Restitution der richtigen Ordnung im Hause des Ritters erweist sich als untaugliches Mittel, und dieser selbst sieht seinen Fehler ein, nichts damit erreicht zu haben, indem 11

Ich zitiere nach der Ausgabe von Hanns Fischer (Hg.), Der Stricker. Verserzählungen I, 4., revidierte Auflage besorgt von Johannes Janota, Tübingen 1979.

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er sein Verhalten als seine zuht (V. 32) zerbrechende tumpheit (V. 31) wertet und damit dem zeitgenössischen Zivilisationsstandard nicht gerecht wird.12 Dô hiez er mûren ein gaden, daz wart gemachet âne tür; ein venster kêrte er her vür. dâ wart si inne vermûret. (V. 36-39)

Der Ritter greift somit auf eine weitere Gewaltprozedur, die in erster Linie nicht eine physische Degradierung der Frau intendiert, sondern eher ihr gesellschaftliches Ansehen und ihre personalen Beziehungen beeinträchtigen soll. Zur physischen Gewalt kann hier allenfalls noch die schlechte Ernährung gerechnet werden – ‘si muose der bœsesten spîse leben,/ diu dâ ze hûse was bereit’ (V. 52 f.). Doch ist es vor allem die unmittelbare Konsequenz der Isolation innerhalb des eingemauerten Raumes, die Verhinderung jeglichen Kontaktes mit ihrem Ehemann und anderen Menschen, die eine Veränderung in ihrem Verhalten herbeiführen wird. Wie Wailes gezeigt hat, wird mit dieser Einmauerung der Ehefrau auf die Darstellung des Inklusenlebens angespielt.13 Der Ritter verweigert ihr die sprachliche Kommunikation und veranstaltet Feste im Haus, zu denen er viele Leute einlädt und reich bewirtet. Zudem vergnügt er sich mit anderen kostbar gekleideten Frauen, denen er selbst die teuren Gewänder kauft. Und das alles spielt sich vor den Augen ihrer Frau ab, die unter diesem Anblick unvermeidlich leidet. Dieses Leid wird von ihrem Ehemann mit Gleichgültigkeit erwidert, der sich in seiner Haltung gestärkt fühlt, da er durch seine Bewirtung und gastwirtschaftliche Freundlichkeit an Ansehen gewinnt. Statt Liebe geht hier Schmerz durch die Augen ins Herz der Frau. Der Ehemann vollzieht hier eine soziale Aussschaltung der Frau, die nicht nur ihr eheliches Verhältnis betrifft, sondern allgemein das gesellschaftliche Beziehungsgeflecht. Das zeigt sich vor allem darin, dass der Frau von keinem der Anwesenden im Hause Beachtung geschenkt wird. Sie wird dadurch ihrer 12

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Siehe Maria E. Müller, “Böses Blut. Sprachgewalt und Gewaltsprache in mittelalterlichen Mären”, in Blutige Worte. Internationales und interdisziplinäres Kolloquium zum Verhältnis von Sprache und Gewalt in Mittelalter und Früher Neuzeit, Göttingen 2008, S. 145-161, hier: S. 157. Vgl. Stephen L. Wailes, “Immurement and Religious Experience in the Stricker’s ‘Eingemauerte Frau’”, in Beiträge zur Geschichte der deutschen Sprache und Literatur (Tübingen) 96 (1974), S. 79-102, der die konkrete Verarbeitung der religiösen Motive und Erzählmuster im Märe als Parodie des Inklusenlebens deutet.



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Existenz als Ehefrau und Herrin des Hauses beraubt. Dieser Aufhebungsprozess erreicht seinen Höhepunkt, als sich auch noch ihre Verwandten ganz von ihr abwenden. Die Frau versucht zwar, einzelne Verwandte und Freunde zu überreden, vor dem Ritter vorzusprechen und für sie zu bürgen, doch ist es anschließend die Klugheit des Ehemannes, die Verwandten mit ihrem ganzen Gut für die eventuelle Bekehrung der Frau bürgen zu lassen und die Gefahr, es dadurch zu verlieren, was ihre endgültige Abwendung bewirkt. Dafür werden sie von ihm auch noch reich belohnt und zeigen dadurch ihre Eigennützlichkeit und Bestechlichkeit, denn sie lassen sich vom Ritter beschenken. Sie wenden sich damit nicht nur von jeglichem materiellem, ihr Gut beeinträchtigendem Risiko ab, sondern versuchen es dadurch auch noch zu vermehren. Die völlige Isolierung der Frau, der Verlust ihrer verwandtschaftlichen und gesellschaftlichen Bindungen, die ihre eigene soziale Identität abbaut,14 löst die Veränderung ihres böswilligen Verhaltens und ihre Bekehrung zu einer vorbildhaften, ja heiligen Frau aus: dô si vernam den untrôst, daz si niemer würde erlôst, dô vuoren die tîvel von dem wege, die si hâten in ir pflege. dô quam der heilige geist und brâhte ir sînen volleist. ir grôziu übele diu verswant. dô viel ir hôchvart zehant. (V. 113-120)

Sie wird im Nachhinein nicht als normale Ehefrau restituiert, sondern dient von nun an als Reuige ihrem Mann und Gott, der dieses ordo garantiert, indem sie sich der Bekehrung anderer böser Frauen widmet und dadurch als Heilige gefeiert wird. Doch will sie vorerst den eingemauerten Raum nicht verlassen, nur die Erinnerung an ihre Pflichten als Ehefrau zwingen sie dazu. Ihrem Ehemann kann sie aber das Versprechen abgewinnen, sie für den Rest ihres Lebens Gott durch die Bekehrung anderer böser Frauen dienen zu lassen. Die Geschichte von der Einmauerung wird zum Warnexempel für die anderen Frauen, die aber durch die Aufnahme der Erzählung nicht etwa aus Sehnsucht nach einem ähnlichen Schicksal oder aufgrund ihrer heiligen Aura, 14

Hedda Ragotzky, Gattungserneurung und Laienunterweisung in Texten des Strickers, Tübingen 1981, S. 135.

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sondern aus Furcht, auch diese Gewaltmaßnahmen erleiden zu müssen, vom bösen Handeln ablassen und damit die ordogemäße Position gegenüber ihren Ehemännern einhalten. In diesem Sinne wäre es nicht die Heiligkeit der Frau, sondern die Angst vor der Gewaltprozedur, die die anderen Frauen von der Boshaftigkeit abhält. “Dann würde die Heldin sich mit der Überzeugung von der Wirkung ihres heiligen Lebens selbst täuschen. Alle Tugend der Frauen beruhte dann ausschließlich auf der Angst vor der männlichen Gewalt.”15 Die Bekehrung führt die Frau dazu, dem rechten Verhalten zu beugen, und selbst zum Katalysator und Sprachrohr der Wahrheit zu werden. Die Geschichte der Inkluse ist die Geschichte der Wahrheit und erweist sich damit auch identisch mit der Wahrheit, die das Märe vermitteln will.16 In diesem Sinne ist die Gewaltmaßnahme der Einmauerung und Isolation Mittel zur fiktionsinternen Aktualisierung dieser Wahrheit und somit an den Erzählprozess gebunden.17 Die Furcht vor ähnlichen Konsequenzen aufgrund ihrer Widerborstigkeit führt zu einer Welle von Bekehrungen unter den Frauen, so dass im Lande kaum böse Frauen zu finden sind. des gedâhtens alle gemeine, die dâ wâren in dem lande. beide ir sünde und ir schande die vermitens alsô sêre, daz ir übele und ir unêre vor vorhten alsô gar verswant, daz man niender ein wîp vant in dem lande, diu übel wære. (V. 380–387)

Die Gewaltprozedur stellt sich in den Dienst der exemplarischen Botschaft und passt sich so in den Märentypus des Strickers ein, dessen Erzählungen auf die Vermittlung einer von Gott gewollten Wahrheit zielen, die ihren Reflex in der hierarchischen Organisation einer patriarchalen Gesellschaftstruktur findet. Verbale und körperliche Gewalt werden hier durch eine andere Art von Gewalt ersetzt, die die Frau in ihrem Ehrgefühl und sozialen ‘Ansehen’ als Ehefrau trifft und ihre gesellschaftliche Verbannung bedeutet. Bildlich wird dieser Verlust im 15 16 17

Walter Haug, “Schlechte Geschichten – böse Geschichten – gute Geschichten. Oder. Wie steht es um die Erzählkunst in den sog. Mären des Strickers?”, in: González / Millet (Anm. 10), S. 9-27, hier: S. 14. Ragotzky (Anm. 14), S. 136. Ebda.



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Kontrast zwischen dem Inklusendasein und dem menschlichen Trubel sowie der freudigen Atmosphäre bei den festlichen Veranstaltungen des Ehemannes dargestellt. Erst diese Situation und die Einsicht der Frau in diese ungünstigen Verhältnisse, die ihre gesellschaftliche Existenz gefährden, bewirken die Bekehrung und Reue der Frau sowie ihr bußfertiges und vorbildhaftes Verhalten im Dienste Gottes und ihres Ehemannes. Die narrative Präsentation läuft darauf hinaus, diese Aussage durch die Figur der Frau zu bekräftigen, die zu einer Art Heiligen erhoben und entsprechend gefeiert wird: durch daz vil guote mære wart diu vrouwe sô genæme, daz er sich dûhte widerzæme, der si niht solde schouwen. man hiez si die heiligen vrouwen und suohten si als ein heilictuom. daz grôze lop und den ruom behielt diu vrouwe unz an ir tôt. (V. 388-395)

Die Frau wird zum Vehikel der idealtypischen gottgewollten Wahrheit. Durch die Beseelung des Heiligen Geistes stellt sie sich ganz in den Dienst der Transzendenz, um diese Wahrheit an sich selbst zu bestätigen und anschaulich zu machen. Unleugbar ist jedoch, dass die Darstellung der Frau als Heilige und deren kathartische Wirkungsmächtigkeit unter den anderen Frauen ironisch überspitzt wirkt. Trotzdem scheint außer Zweifel zu stehen, dass der Stricker es mit seiner Erzählung ernst gemeint hat.18 Das kann vielleicht dadurch bestätigt werden, dass im Strickerschen Märentypus – wie allgemein in den Kurzerezählungen mit einer klaren moraldidaktischen Intention – sich Komik und Exemplarizität nicht gegeneinander ausspielen lassen.19 Ganz im Gegenteil ist die komische Darbietung ein von den Dichtern wie dem Stricker beliebter Rekurs, um ihre didaktischen Inhalte dem Publikum darzubieten. In der Strickerschen Erzählung wird das Wunder der Heiligkeit durch ein Lachen gefeiert und “verlacht werden jene Gäste, die so tun als ob sie selbst ein übele wip hätten [...]. Dieser leichte Spott ist 18 19

Haug (Anm. 15), S. 14. Siehe hierzu Klaus Grubmüller, “Exemplarisches Erzählen – im exemplum, im Märe, im Fabliau?”, in: Tradition des proverbes et des exempla dans l’Occident médiéval – Die Tradition des Sprichwörter und exempla im Mittelalter, hg. von Hugo O. Bizarri und Martin Rohde, Berlin 2009, S. 67-79, hier: S. 69.

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also das Merkmal einer Gemeinschaft, die wieder im Frieden mit sich selbst ist. Unverbindliches Verlachen und Verlachtwerden gehören hier zur Erfahrung der heilen Welt”,20 und bekräftigen somit die vom Märe intendierte Wahrheit. Im Epimythion verweist der Erzähler auf die gegenwärtige defizitäre Situation hin, die sich dem idealen Zustand der Narration entgegensetzt: Sîn wære an manigen steten nôt, daz ir noch dô einiu wære, diu den liuten vride bære vor übeler wîbe meisterschaft, diu mit ganzer übele sint behaft. (V. 396-400)

Das Märe stellt ein Spannungsverhältnis zwischen der fiktiven Erzählung und dem Alltag des Erzählers her, das die fiktionsinterne Situation als eine idealtypische erscheinen läßt, nach der die Gesellschaft nur Streben kann. Gerade darin erweist sich jedoch die moraldidaktische Intention des Märes, dem Publikum das Ideal des mittelalterlichen ‘ordo’ in bewältigten Konflikten vor Augen zu führen, auch wenn es im Alltag mit den in der Erzählung präsentierten Mitteln und in diesem Ausmaß nicht zu erreichen ist. Die Darstellung und Wirkung der Gewaltmaßnahme – gesellschaftliche Isolation sowie Ausgrenzung und folgliche Reue und Bekehrung – spielt somit eine entscheidende Rolle im “Märenerzählen, in dem Verstehen ein solches Maß an Verbindlichkeit gewinnt, daß es sich in der richtigen Deutung der eigenen, zeitgenössischen Situation konkretisiert.”21 Ist körperliche Gewalt und deren detaillierte Präsentation nicht der entscheidende Faktor für die Erziehung der Frau in der Strickerschen Erzählung, so scheint sie in Sibotes Frauenerziehung22 im Vordergrund zu stehen und ausschlaggebend für die Bändigung der weiblichen Gestalten zu sein. Dieser in der zweiten Hälfte des 13. Jahrhunderts von einem Dichter namens Sibote verfasste Text23 20 21 22

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Sebastian Coxon, “der werlde spot. Kollektives Höhnen und Verlachen in der Kleinepik des Strickers”, in: Die Kleinepik des Strickers. Texte, Gattungstraditionen und Interpretationsprobleme, Berlin 2006 (Philologische Studien und Quellen 199), S. 102-116, hier: S. 111. Ragotzky (Anm. 14), S. 136. Siehe hierzu Cornelia Sonntag, Sibotes ‚Frauenzucht‘. Kritischer Text und Untersuchungen, Hamburg 1969 und auch die kritische Edition von Heinrich Niewöhner (Hg.), Neues Gesamtabenteuer. Das ist Fr. H. von der Hagens Gesamtabenteuer in neuer Auswahl, zweite Auflage herausgegeben von Werner Simon. Mit den Lesarten besorgt von Max Boeters und Kurt Schacks, Dublin/Zürich 1967, S. 1-35, nach der hier die Textzitate folgen. Als Einführung in die Erzählung siehe Hans-Joachim Ziegeler, Art. “Sibote”, in 2Verfasserlexikon 8 (1992), Sp. 1134-1138.



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zeigt deutliche Übereinstimmungen mit dem französischen Fabliau La dame escoillée, wie aber im mittelhochdeutschen Märe allgemein konstatiert werden kann, bemüht sich der deutsche Dichter um eine logischere und konsequentere Motivation der Handlung und Begebenheiten:24 Erzählt wird eine Geschichte von gemelichen dingen, die den Hauptakzent auf den Unterhaltungscharakter setzt. Andererseits beabsichtigt sie aber auch, Rat zu erteilen, und zwar denjenigen Männern, die ein übel wip haben, wobei sich der Erzähler hier selbst mit einbezieht: er brauche selber Rat, denn seine Frau habe er auch nicht richtig erziehen können Die Geschichte erzählt von einem reich begüterten und ehrenvollen Ritter, dessen widerspenstige Frau sich all dem widersetzt, was er tut oder sagt. Obwohl er versucht, ihr Verhalten durch körperliche Strafen zu verändern, ist alle Mühe des Ritters vergeblich. Je mehr er auf sie einredet, desto schlechter wird das Verhalten der widerspenstigen Frau. So bleibt dem Ehemann keine andere Wahl, als sie nach ihrem Willen handeln zu lassen und gibt jeden Versuch der Züchtigung auf. Doch hindert dies das Ehepaar nicht daran, eine Tochter zu zeugen, die jedoch die gleiche Verhaltensweise annimmt wie die Mutter. Schön in ihrem Aussehen, aber übel und bösartig in ihrer Haltung, wagt es kein Mann, um sie zu werben und sie zu heiraten. Ein wohlhabender und tapferer Ritter erfährt eines Tages von der Schönheit der Tochter und beschließt, um sie zu werben. Beim Vater angetroffen kündigt er seine Absicht an, die junge Dame heiraten zu wollen. Trotz der Ermahnung des alten Ritters gibt der Werber nicht nach und verspricht, aus seiner Tochter eine vorbildhafte Ehefrau zu machen. Sieben Tage später erscheint der junge Ritter wieder bei seinem zukünftigen Schwiegervater – begleitet von einem schlechten Pferd, einem Windhund und einem Habicht –, um seine Frau abzuholen. Auf dem Rückweg gelingt es dem Ritter tatsächlich die junge Frau zu bändigen, indem er seinen drei Begleittieren das Leben nimmt und anschließend seine Frau dazu zwingt, sich reiten zu lassen. Als sechs Wochen später die Eltern zu Besuch kommen, bemerkt die Mutter die Veränderung ihrer Tochter und wird von Zorn ergriffen. Das Streitgespräch zwischen beiden Frauen und die Drohungen, die die alte Frau gegen ihren Schwiegersohn ausspricht, vernehmen heimlich beide Männer, die nun auch die Züchtigung der Schwiegermutter vereinbaren. Der junge Ritter verspricht, den argen Charakter der alten Frau abzuwenden und führt anschließend seinen Züchtigungsprozess aus. Er beschafft sich dafür zwei Schafsnieren und gibt vor, ihr böses Verhalten sei auf die Existenz zweier zornbraten zurückzuführen, die sie an

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Ebda., Sp. 1135. Einen eingehenden Vergleich von deutschem und französischem Text bietet Frauke Frosch-Freiburg, Schwankmären und Fabliaux. Ein Stoff- und Motivvergleich, Göppingen 1971, S. 87-95.

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ihren Oberschenkeln trage. Mit der Hilfe von vier Knechten und einem scharfen Messer schneidet der junge Ritter ihr eine tiefe Wunde am Schenkel und entfernt somit den einen vemeintlichen zornbraten. Von der Angst überwältigt ist die Frau sofort bereit, sich von nun an vorbildhaft zu verhalten, und trotz der Aufforderung der Tochter, auch noch den zweiten zornbraten zu amputieren, wird sie vom Schwiegersohn von weiterer Qual verschont. Zukünftig reicht es dem alten Ritter, die Frau an den Schwiegersohn zu erinnern, um sie zu besänftigen und den Frieden in seinem Haus zu bewahren. Der Erzähler schließt mit dem kurzen Ratschlag an die Frauen, sie sollen ihre Ehemänner besser behandeln als diejenige der eben erzählten Begebenheit.

Schon im Prolog wird Gewalt als Medium zur Vermittlung der Wahrheit postuliert. Der Erzähler erteilt nämlich den Ratschlag, böse Frauen müssten bezwungen werden, um ihren Ehemännern zu gehorchen. Zugleich gesellt er sich selbst zu dieser Männergemeinschaft, die Rat benötigt, denn in selbstironischer Verkehrung muss er selbst zugeben, dass er mit einer widerspenstigen Frau zu kämpfen hat, die sich nicht bändigen lässt (V. 9-15). Nach der Erwähnung des Dichternamens25 lobt der Erzähler die guten Sitten seines adligen Frauenpublikums, doch ermahnt er mit zühten die adligen Damen, sich nicht voreilig zur Abwehr zu setzen und sich so zu verraten: hie enmein ich keine vrouwen mite. mich dunket guot ir aller site, wan daz ich si mit zühten mane: ir enkeiniu zücke sich daz ane daz si sich selb iht melde als die knehte uf dem velde; die sprechent: ‘welle wirs uns getrœsten und bole wir den bœsten’; so meldet einer selbe sich und spricht: ‘entriuwen, bolt ir mich (wan ichs iuch vor bescheide), ez wirt iur eime ze leide der selb ist wandelbære.’ (V. 17-29)

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Der Name Sibote deutet darauf hin, dass der Verfasser sich selbst für einen Pantoffelhelden hält; vgl hierzu: Jan-Dirk Müller, “Der Widerspenstigen Zähmung”, in: ders., Mediävistische Kulturwissenschaft. Ausgewählte Studien, Berlin / New York 2010, S. 45-63, hier: S. 53: “Der Erzähler inszeniert sich als ein Narr, über den man lachen kann, dessen wohlgemeinte Ratschläge aber umso mehr Gewicht haben, als sie auf eigener Erfahrung beruhen.”



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Das eventuell voreilige Verhalten der Damen wird in der Knechtserzählung mit der Haltung des bösen Knechts verglichen, der angesichts der Entscheidung seiner Gesellen, ihn zu verprügeln, ihnen mit Schlägen droht und sich dadurch selbst verrät. Zwar werden die adligen Damen, die sich unter dem Publikum des Dichters befinden, von den bösen Frauen der Erzählung abgegrenzt, doch durch den Vergleich mit den streitlustigen Knechten werden sie auch mit diesen auf eine Stufe gestellt. Es steht den Männern zu, ihren bösen Frauen den richtigen Platz zu weisen und sie dementsprechend zu erziehen; die Frauen aber versuchen, dagegen zu streben und ihre eigene Position in diesem Geschlechterkampf zu behaupten. Das weist bereits darauf hin, worum es in der Erzählung eigentlich gehen wird. Die Geschichte agiert einen Grundkonflikt aus: “den Versuch der Frau im Geschlechterkampf die Oberhand über den Mann zu gewinnen.”26 Aus beiden Perspektiven geht hervor, dass Gewalt im Mittelpunkt steht und das Medium darstellt, das “dem Publikum zur Wahrheitsfindung dient” [...], “wie sie auch innerhalb der Haupterzählung für dieselben Zwecke”27 eingesetzt wird. Der erste Teil der Erzählung berichtet von der Auseinandersetzung des alten Ritters mit seiner bösen Frau, die genauso wie in der Strickerschen Erzählung ihrem Ehemann mit Widerwillen begegnet. In der Vorstellung des Ehepaars weist der Erzähler darauf hin, dass der reiche und ehrenwürdige Ritter jedoch mit einem kleinen Makel behaftet ist, den die Frau zu ihren Gunsten ausspielt: [...] er was sanftes muotes. daz schein an sinem wibe wol, als ich iu nu sagen sol: er het das ergeste wip die ie gewan enkein lip, daz uf al der erden nie erger mohte werden. (V. 42-48)

Diese Unzulänglichkeit des Mannes motiviert die Widersetzlichkeit der Frau, die mit ihrer argen Haltung versucht, dem Mann die führende Position im Hause zu bestreiten. Dabei ist sanftes muotes wohl nicht nur als zu weichherzig28 26 27 28

Ebda., S. 51. Silvan Wagner, Gottesbilder in höfischen Mären des Hochmittelalters. Höfische Paradoxie und religiöse Kontingenzbewältigung durch die Grammatik des christlichen Glaubens, Frankfurt a.M. 2009, S. 158 f. So hat das Sonntag (Anm. 22), S. 209, übersetzt.

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aufzufassen, sondern auch als “zu bequem und zu unintelligent, um sich [...] über die allseits empfohlenen Prügelorgien hinaus angesichts deren Unwirksamkeit in probateren ‘zuht’-Methoden zu verausgaben”.29 Was folgt, ist so die Schilderung der vom Ritter angewandten Gewaltmaßnahmen und Aggressionen sowie seine schmerzliche Resignation angesichts der ausbleibenden Effektivität der agonalen Konfrontation mit seiner Frau. Die Androhungen des Ritters werden mit verbalen Gegenangriffen seitens der Frau erwidert, denn sprach er ein wort wider sie,/ daz vertruoc si im nie,/ si enspraeche zehen oder mere;/ daz muot in dicke sere (V. 49–52). Auch mit der Anwendung von physischer Gewalt erreicht er nichts, wie oft er auch mit Stöcken und Knüppeln auf sie einschlägt: swie vil heseliner gerten/ ir rücke dicke berten,/ buochen unde eichen,/ die enkundens niht erweichen/ daz si guot wolde sin (V. 61-65). Gewalt ist hier eigentlich das einzige Mittel, das die Beziehung und Kommunikation zwischen Mann und Frau bestimmt.30 Alle Absichten, Äußerungen und Taten des Ritters werden stets von seiner Ehefrau erwidert und in ihr Gegenteil verkehrt: swes er niht enwolde,/ daz tet diu unholde;/ swaz er gerne het gesehen,/ des enkund im niht geschehen (V. 77-80). Daraus geht deutlich hervor, dass die Frau ihrem Ehemann die Vorrangstellung im Hause und somit “das Recht über die häusliche Verfügungsgewalt streitig macht”31 mit dem Resultat des vorläufigen Sieges für die weibliche Figur: des liez er sie ir willen han/ an aller slahte dingen,/ wan ers niht mohte betwingen (V. 84-86). Eine Intensivierung der unrechtmäßigen Situation wird durch die Tochter augelöst, die die renitente Natur und Verhaltensweise der Mutter nicht nur erbt, sondern dreifach überbietet: der übele und der erge,/ der bosheit und der kerge/ die der muoter wonten bi,/ der het diu tohter me dan dri (V. 99-102). Zwar ist die junge Frau schön, doch kontrastieren damit ihre überwiegenden negativen Eigenschaften, denn si was übel unde arc,/ dabi schœne unde starc, wobei das neben ‘schön’ stehende Adjektiv ‘stark’ eine männliche Eigenschaft ist und folglich als Attribut einer Frau nur eine negative Konnotation implizieren kann.32 In einem ausführlichen Streitgespräch mit ihr (V. 121-222) versucht der Vater, sie von ihrer Wider29 30 31 32

Maria E. Müller (Anm. 12), S. 149. Wagner (Anm. 27), S. 162. Ebda., S. 163. Ebda, S. 165: “Das Bedeutungsspektrum des Wortes reicht von ethisch böse bis körperlich stark, und bedenkt man die Rolle der männlichen Stärke als Grundlage für die Gewaltausübung, die in dem Märe letztendlich auch die Vorherrschaft des Mannes in der Ehe verbürgt, so ist auch letztere Bedeutung negativ zu bewerten, wenn sie einer Frau und damit gleichsam falsch zugeordnet wird.”



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setzlichkeit zu befreien. Sowohl seine Androhung, sie wie die Mutter zu verprügeln, als auch die Warnung vor einem zukünftigen, seine Gewalt durchsetzenden Ehemann, der es schon verstehen werde, sie zu domestizieren, werden von der Tochter mit lächerlichen Worten und Sarkasmus beanwortet. Auch die letzte Drohung des Vaters, die übeliu Kriemhilt (V. 173) mit dem erstbesten Ritter zu verheiraten, der ihre schlechten Manieren durch harte Prügel austreiben werde, erwidert sie mit verbaler, ihren Vater mit Spott überschüttenden Aggression. Der Vater sagt aber damit eigentlich schon voraus, welches Schicksal der Tochter bevorsteht, denn in seinen Worten ‘er wirft dich under sich dar nider/[...]und ritet dich mit den sporn’ (V. 202-205) wird teilweise die Züchtigungsprozedur des jungen Ritters antizipiert. Bis hier scheint die Situation des Hausherrn aber eine ausweglose, denn die Machtposition hat er an den Frauen verloren. Seine ständigen Verprügelungen und drohenden Äußerungen werden von Mutter und Tochter durch verletzende Spottreden übertrumpft, die das Ansehen des Ritters als Ehemann gefährden und die Aporie seiner Situation zementieren. “In der erzählten Welt erweisen sich weder Gewalt- noch Sprechakte als hinreichend effizient”.33 Doch die breit angelegten Streitgespräche stehen mit ihren beleidigenden und spottenden Äußerungen auch im Dienste einer komischen Absicht, die die bedrückende Situation des alten Ritters und die überlegene und sich Herrschaft anmaßende Position der Frau in ein Spannungsverhältnis stellt. Das Ende des Streitgesprächs zwischen Vater und Tochter leitet dann unmittelbar zum zweiten Teil der Erzählung über. Es wird der in der Nähe lebende junge Ritter vorgestellt, der riche des guotes und manliches muotes (V. 225 f.) ist, dessen Tapferkeit jedoch vom Erzähler noch höher eingeschätzt wird als sein Reichtum. So wird hier ein Gegensatz zur Gutmütigkeit des alten Ritters hergestellt und damit auch bereits indirekt angekündigt, dass der junge Mann in seiner Auseinandersetzung mit den weiblichen Antagonistinnen mehr Erfolg ernten wird. Zwar weiß er von der Bosheit der jungen Frau, doch ist es ihre Schönheit, die ihn dennoch zur Werbung ermutigt und das Versprechen vor ihrem Vater äußern lässt, innerhalb kurzer Zeit aus ihr eine gute Frau zu machen: ‘ist daz ir ein jar gelebet,/ ir geseht wol wie si wirt./ ich schaffe daz si verbirt/ allez daz mir leit ist/ daz geseht ir wol in kurzer vrist.’ (V. 252-256). Die Heirat wird unter beiden Männern ohne Kenntnis der Mutter beschlossen. Diese aber befiehlt ihrer Tochter in einem anschließenden Gespräch, sich nicht den Wünschen ihres Mannes zu fügen und droht ihr bei Ungehorsam 33

Jan-Dirk Müller (Anm. 25), S. 150.

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sogar mit dem Tode. Die verbale Aggressivität der Mutter erweist sich hier wieder als Mittel zur Festigung ihrer Machtposition im Hause, denn die Tochter verspricht ihr, sich nicht unterdrücken zu lassen, beharrt also auf der vererbten Widerborstigkeit. Dieses Versprechen verkehrt sich jedoch in sein Gegenteil, als der Ritter – begleitet von einem schlechten Pferd, einem Windhund und einem Habicht – nun wieder antrifft, um seine zukünftige Ehefrau abzuholen. Das ist eine wohlkalkulierte Wahl des Ritters, denn die drei Tiere sind der erste entscheidende Schritt zur erfolgreichen Züchtigung der jungen Braut durch den Ritter, die nun auf dem Rückweg erfolgt und ganz auf physischer Gewaltdurchsetzung gründet. Die nicht völlig zu unterdrückende Naturanlage der drei domestizierten Tiere, die vom erwünschten Verhalten abweichen, erregt den Zorn des Ritters, der nicht davor zurückschreckt, sie mit dem Tode zu bestrafen: “die natura ist noch nicht voll domestiziert (nutritura), und das zieht drei drastische Strafen nach sich”.34 Dem Habicht, der durch sein Instinkt als Jagdvogel mit den Flügeln schlägt und einer erblickten Krähe nachfliegen will, wird vom Ritter der Hals umgedreht: er würget in als ein huon/ und warf in nider uf daz gras (V. 366 f.). Der drohende Hinweis des Ritters – ‘allez daz hiute bi mir ist,/ ez enlaze boese site,/ ich spil im des selben mite!’ (V. 372-374) – ist zweifelsfrei in der Absicht ausgesprochen, der jungen Frau den ersten Schrecken einzujagen und sie darauf einzustimmen, ihr Verhalten zu ändern, wenn sie nicht wie das Tier enden will. Der Hund, der aufgrund der Enge des Weges nicht an der Seite des Ritters geht und daher am Seile zerrt, muss auch mit dem Todesschlag büßen: er enmohte im gevolgen niht./ des hiew er den wint enzwei (V. 288 f.). Die durch diese zweite Gewalttat bei der Frau ausgelöste Wirkung wird nun vom Erzähler kommentiert: daz diu maget niht enschrei,/ ir was doch we ze muote/ [...] si wart übele gevar (V. 390–395). Ihre Angst verschweigend, kann sie sie, wie an ihrer Gesichtsfarbe sichtbar wird, doch nicht ganz verstecken. Der visuelle Kontakt mit dem Gewaltwerkzeug soll auch seine Wirkung erreichen, denn daz swert vuort er also bar,/ do er si hinder im vuorte (V. 396 ff.). Die Züchtigungsprozedur wird mit dem strauchelnden Pferd fortgesetzt, dessen unregelmäßiger gegen das zelden verstoßender Passgang den Ritter verärgert und zum Vollzug der dritten Gewalthandlung verleitet: ze beiden handen nam erz swert/ und hiew vaste an daz pfert/ und sluoc im daz houbet abe (V. 415-417). Indem der Ritter nun nochmals vor der Frau den Grund seiner Gewaltorgie erläutert und den Tod der Tiere ihrem selbstverschuldeten Verhal-

34

Jan-Dirk Müller (Anm. 25), S. 55.



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ten zuschiebt, gibt er seiner Frau ein Zeichen zu ihrer eigenen Bekehrung, um ähnliche Konsequenzen zu verhindern. Und das zeigt sich gleich in der anschließenden Phase des Züchtigungsverfahrens, in der sich die Frau widerspruchslos und unverzüglich unterwirft. Denn der Ritter gibt nun vor, niemals eine Meile zu Fuß gegangen zu sein und zwingt seine Frau, sich satteln, den Zaum anlegen und schließlich reiten zu lassen. Die Frau wird so durch die Zügelung auf eine Stufe gestellt mit den Tieren, sie wird selbst zum Tier degradiert und muss nun beweisen, dass sie lernfähiger ist und den Befehlen des Mannes Gehorsam loben kann.35 Der wigant (V. 454) besteigt seine Braut, reitet sie aber nur eine kurze Strecke – min dann eine mile (V. 456) – und der Erzähler vermerkt dann noch er reit si drier spere lanc (V. 460). Unverkennbar ist hier das Spannungsverhältnis zwischen wörtlicher und metaphorisher Bedeutung des Reitens, so dass mit dem Gerittenwerden der Frau eigentlich der Sexualakt gemeint ist, die “deftig obszöne Umschreibung eines dreimaligen Geschlechtsaktes”,36 der mit der Gewaltausübung seitens des Ehemannes hier ineins fällt. Die Sexualität ist ein Bereich mehr zum Erweis der männlichen Herrschaft über die Frau, ist also eine weitere Manifestation der ordogemäßen Hierarchie, derzufolge männliche potestas und weibliche Unterwerfung die Regel sind.37 “Macht und Sexualität sind deckungsgleich. Hêrschaft im Bett ist gleichbedeutend mit hêrschaft im Haus und in der Gesellschaft.”38 Die Gewaltausübung des Ritters, die sich in der Vergewaltigung seiner Frau niederschlägt, korrigiert das Missverhältnis, in dem der alte Ritter mit seiner Frau lebt, und stellt die Beziehung des jungen Paares in die rechtmäßige Situation.39 Die 35

36 37 38 39

Ebda., S. 56 f; zum Bild von Reiter und Pferd als Charakterisierung und Diskussion der Geschlechterbeziehung zwischen Mann und Frau siehe auch Claudia Brinker-von der Heyde, “Weiber – Herrschaft oder: Wer reitet wen? Zur Konstruktion und Symbolik der Geschlechterbeziehung”, in: Manlîchiu wîp, wîplîch man. Zur Konstruktion der Kategorien ‘Körper’ und ‘Geschlecht’ in der deutschen Literatur des Mittelalters, hg. von Ingrid Bennewitz und Helmut Tervooren, Berlin 1999, S. 47-66. Ebda, S. 60. Ebda. Ebda., S. 61. Im Märe Die gezähmte Widerspenstige wird die Frau auch durch diese Züchtigungsprozedur des Gerittenwerdens zu Gehorsam und Unterwerfung gezwungen; vgl. Die Frau als Reitpferd, in Niewöhner (Anm. 22), S. 36-39; siehe auch Ulla Williams, Art. “Die gezähmte Widerspenstige”, in 2Verfasserlexikon 3 (1981), Sp. 42 f. Das umgekehrte Verhältnis wird im Märe Aristoteles und Phyllis erzählt. Hier ist es der Mann, der von der Frau geritten und zur Zielscheibe des Spottes wird; vgl. Aristoteles und Phyllis, in Niewöhner (Anm. 22), S. 234-243; Rosenfeld, Hellmut, Art. “Aristoteles und Phyllis”, in 2Verfasserlexikon 1 (1978), S. 434-436; Brinker-von der Heyde (Anm. 35), besonders S. 51 f. und 58 f.

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Frau hat nun das ‘Zelten’ gelernt, oder genauer gesagt: aus Angst gibt die junge Frau vor, das Zelten von einem Pferd im Stall ihres Vaters gelernt zu haben – ‘zeldens sit ir wol gewert./ in mins vater hove was ein pfert / bi dem ich zelden gelernet han’ (V. 471-473) – und verspricht von nun an, diesen Passgang immer einzuhalten. Zelten ist mit Unterwerfung und Gehorsam ihrem Ehemanne gegenüber gleichzustellen, ist mit der Bereitschaft, die Wünsche des Mannes zu erfüllen, identisch: ‘ich wil iu sagen das vürwar:/ solde wir leben tusent jar,/ ich tuo swaz iu liep is./ des sit sicher und gewis!’ (V. 479-482). Mit diesem Versprechen ist die normgerechte Situation hergestellt, die im Gestus des Ritters gegenüber seiner Frau symbolisch zum Ausdruck kommt: do erbeizte er zehant/ und nam si under sin gewant (V. 483 f.). Als Gegenleistung für ihren Gehorsam ist der als Ehemann seine Pflichten adoptierende Ritter zuständig für den Schutz der Frau, die in ihm Geborgenheit und Sicherheit findet. Die Gewalthandlung führt somit fiktionsintern eine idealtypische Situation herbei, denn die Frau wart daz aller beste wip/ diu ie gewan enkeinen lip./ si tet gerne das beste/ und empfie wol die geste/ und warte sins willen zaller zit (V. 493-497). Die neue Situation des friedlichen Zusammenlebens im Hause des jungen Ritters ist nun Szenarium des dritten Teils der Erzählung, in der dem Schwiegersohn durch einen ingeniösen Einfall die Züchtigung der Mutter gelingt. Vorerst aber kommt es zu einem weiteren Gespräch zwischen Tochter und Mutter, als die Eltern über sehs wochen sit (V. 498) das junge Ehepaar besuchen. Es entfacht sich ein Streit zwischen beiden Frauen durch die den Erwartungen der Mutter nicht entsprechende Stimmung, die im Hause des Schwiegersohns herrscht. Die Mutter erkennt, dass ihre Tochter nicht nur ihre Ratschläge und Befehle nicht befolgt, sondern sich völlig ihrem Ehemann ergeben hat und entlädt über die Tochter ihre ganze Bosheit in einer Reihe von Schimpfwörtern und Beleidungen – wie übel barn (V. 510), übeliu hut (V. 515), du bœse gampelstirne (V. 555). Die Tochter antwortet mit der Beteuerung, den besten Mann geheiratet zu haben, doch ihre Ermahnung, seinen Willen zu tun und ja nicht seinen Zorn zu reizen, werden von der Mutter mit einem ironischen der Warnung spottenden Kommentar erwidert: ‘ja, des han ich sorge!/ daz soltu wizzen vürwar:/ ich enahte sin min dann ein har’ (V. 546-548). Die Widerborstigkeit der Alten manifestiert sich in ihrer angstfreien, stolzen und überheblichen Haltung, der sie – wie üblich – durch eine überspitzte verbale Aggressivität Ausdruck verleiht. Im Nachhinein erweist sich ihre Strategie der Drohung und Verspottung jedoch als wirkungslos, und das nicht nur, weil sie bei der Tochter diesmal nicht ankommen kann, sondern vor



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allem durch den gewalttätigen Zähmungsprozess, dem sie sich unterziehen muss und der das renitente Benehmen von ihr abwendet. Heimlich haben Schwiegervater und Schwiegersohn dem Streitsgespräch der beiden Frauen zugehört, was dem alten Anlass gibt, sich über seine defizitäre Lage zu beklagen und den jungen Ritter zu bitten, die Mutter seinem Willen gefügig zu machen, ‘welt ir si villen oder schern/ oder braten uf den koln’ (V. 610 f.).40 Das Versprechen des Schwiegersohns ‘ich mache sie in kurzer vrist/ daz sie iemer mere guot ist’ wird sogleich von ihm durch einen einfallsreichen und in die Tat umgesetzten Plan eingelöst. Er beschafft sich zwei Schafsnieren und unter Zuhilfenahme von vier kräftigen Knechten, wird er in einer Art Vermännlichung bzw. Verzwitterung das wesensfremde Verhalten der alten Frau auf die Anwesenheit zweier sich vermeintlich an ihren Oberschenkeln befindenden ‘zornbraten’, also Hoden, zurückführen und ihr mittels eines chirurgischen Eingriffs die Widerspenstigkeit austreiben. Der Ritter weiß also von Anfang an, dass er mit Worten bei der Schwiegermutter nichts wird erreichen können. Trotzdem unternimmt er den Versuch, im der Operation vorausgehenden Gespräch den von der Schwiegermutter verschuldeten Konflikt zunächst einmal auf friedliche Weise,41 anschließend mit heftigen Verwünschungen und Gewaltandrohungen42 zu beheben. Die Erwiderung der alten wiederholt das bereits in den anderen Gesprächen konstatierte Muster der verbalen Aggression, wenn sie hier – wie zuvor ihren Ehemann und ihre Tochter – auch noch ihren Schwiegersohn mit Beleididungen und Verspottungen demütigen will.43 Zudem bestätigt sie im folgenden Bild die durch ihre Renitenz erzeugte verkehrte Situation und bekräftigt ihren Status als 40

41 42

43

Dem Vater ist jedes Mittel zur Zähmung seiner Frau recht, nur das Ziel der Unterwerfung zählt für ihn. Jan-Dirk Müller (Anm. 25), S. 55, hat darauf hingewiesen, dass auch hier der Umgang mit der Frau sich am Tier orientiert, denn es werden vom alten Ritter mögliche geläufige Verfahren bei der Tierverwertung zur Zähmung seiner Frau erwähnt: “Häutung (um Leder zu gewinnen), scheren (der Wolle wegen) und rösten (das Fleisch).” sine vrouwen er güetliche bat:/ ’vrouwe, torst iuch ieman biten,/ daz ir liezet iuwer bœse siten/ die ir wider minen herren tuot!’ (V. 632-635). ‘vrouwe, des bin ich iu gehaz!/ min herre sold iuch twingen baz,/ mit einer vlæmischen ellen/ slege uf iuwern rücke zellen,/ swa er si hine smitzte,/ daz diu hut da zeritzte./ swann er eine het zeslagen,/ man sold im ein ander dar tragen/ und mezzen über iuwern rücke/ biz da würden manec stücke./ daz sold in niht erbarmen./ wan daz er mit den armen/ niht enmöhte gerüeren./ sus solde er iu schiuren biz ir in bætet umbe den lip./ ez engewan nie man noch wip/ swiger noch muoter swinder.’ (V. 643659). Die Frau verwendet hier Spottnamen wie Eckehart und Gockengoch oder verlacht ihren Schwiegersohn nach seiner Behauptung, ihr böses Wesen durch Herausschneiden ihrer zornbraten heilen zu können, indem sie ihn nach der Kenntnis von Kräutern fragt, die im ärztlichen Milieu eine spottende Konnotation haben können, wie z. B. bibôz (V. 703); siehe dazu BMZ I, Sp. 115b.

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Herrscherin im Hause: ‘ja, ich hiez sine katzen Mus/ und nande sinen hunt Rin./ ich wil iemer sin meister sin.’ (V. 674-676). Die Möglichkeiten einer gewaltlosen Zähmung sind damit erschöpft, so dass der Ritter auf seinen ausgedachten Plan zurückgreift und damit beginnt, dass er der Widerspenstigen die Ursache ihres Übels – ‘ir traget zwene zornbraten,/ die ligent uzen an dem die’ (V. 688 f.) – und die für die Heilung nötige Prozedur erläutert – ‘die wil ir einen bi iu traget,/ so gewinnet ir niemer guote siten,/ si enwerden iu uz gesniten’ (V. 692-694). Die nicht mehr zu verhindernde und vorgetäuschte ‘Amputation’ führt nun der junge Ritter aus. Mit Hilfe der Knechte, die die Frau packen und auf den Boden werfen an sin mezzer greif er sider. daz het einen scharpfen ort. damite macher er ir dort durch daz niderhemede (lachen wart ir vremede) eine wunden vingers tief und lanc. [...] den einen nieren nam er do, den er het in siner huote, und welget in in dem bluote und warf in vür si in ein vaz. (V. 716-727)

Zur vorgespiegelten Läuterung der Schwiegermutter durch Entfernung des einen zornbraten wird die Niere eingesetzt, die in dem aus der Wunde strömenden Blut gewälzt und in einen vor der Frau stehenden Behälter geworfen wird. Die grausame Operation tut ihre Wirkung und ob nun die Frau an die Existenz der zornbraten glaubt oder nicht, die Angst und die Schmerzen, die sie im Laufe des Verfahrens erleidet, motivieren bei ihr erste Anzeichen einer Bekehrung, denn sie stimmt unter Tränen der Wahrheitsbeteuerung des jungen Ritters zu, der erneut und nachdrücklich den Grund ihrer ‘Krankheit’ bestätigt: ‘ja, herre, daz ist daz mir war./ des enwest ich an mir selben niet / welh tievel mich des beriet.’ (V. 732-734). Die Furcht vor der Fortsetzung der Operation, zu der sich der Schwiegersohn unverzüglich bereit zeigt, bewirkt bei der Mutter die erwartete Reaktion: ‘swaz ich zornes noch han’/ lat den andern ungesniten!/ ich wil haben guote siten.’ (V. 742-744). Und obwohl die Tochter auf ihren Mann einredet, auch noch den zweiten zornbraten zu entfernen,44 verschont der Ritter sie schließlich 44

Ihr Festhalten an der vollständigen Amputation rechtfertigt sie mit dem komischen Kommentar ‘er möht also geraten/daz er gewünn ein jungen;/ so wær uns misselungen.’ (V. 752-754).



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und erspart ihr weitere Qualen, nicht aber ohne sie zugleich daran zu erinnern, nicht rückfällig in ihrer Boshaftigkeit zu werden, wenn sie das Herauschneiden des anderen zornbraten verhindern wolle. Und auch aus Angst vor weiteren qualvollen Maßnahmen des tapferen Ritters reist sie mit ihrem Ehemann gleich am nächsten Morgen ab: ‘ich vürhte, ob ich mich verspreche/ daz er ez an mir reche/ mit starkem ungemuote’ (V. 804-806). Ihre Worte liefern aber zugleich den Beweis, dass es sich gar nicht um eine richtige Bekehrung handelt, denn sie selbst schließt ja einen Rückfall in die Renitenz nicht aus, weshalb sie das Haus ihres Schwiegersohnes so schnell wie möglich verlassen will. Diese Gefahr bleibt auch im Haus des alten Ritters bestehen. Zwar hat er die rechtmäßige Position in seinem Haus durch die Hilfe seines Schwiegersohnes restituieren können, doch kann er ihre gelegentlichen Ausfälle nicht verhindern. Durch die Warnung nach dem jungen Ritter zu schicken, erweckt der Alte jedoch die Angst in seiner Frau und kann sie so in die Schranken verweisen und sich ihre Zuneigung versichern. Die wiederhergestellte Ordnung ist aber in ihrem immer wieder zu aktualisierenden Zustand prekär, da die Gefahr ihrer Perversion durch den Geschlechterkampf weiterhin besteht. Der junge Ritter ist also Garant für das ordogemäße Verhalten der Frau. Seine Imagination bei der Ausführung der Erziehungspläne gewährleistet die Effizienz physischer Gewalt: “in der Abschlachtung der Tiere als Phantasie anregender Symbolhandlung, in der gewaltförmigen Umsetzung von Sexualmetaphern in der Überwältigungsund Deflorationsszene, schließlich in der Vertierung der Mutter [...]. Die Rede der Frauen erweist sich bei all ihrer Eloquenz als machtlos.”45 Im Gegensatz zur Strickerschen Erzählung wird hier die Einbildungskraft eingesetzt, um eine ingeniöse und erfolgreiche Anwendung der physischen Gewalt zu erzielen. Zwar steht die narrative Präsentation auch im Dienste der moraldidaktischen Intention, wie dies der Erzähler bereits im Prolog eröffnet und im Epimythion nochmals wiederholt: Des rat ich allen vruowen daz/ daz si ir manne warten baz/ danne disiu vrouwe tæte (V. 821-823). Doch scheint der Hinweis auf die rechtmäßige gesellschaftliche Ordnung des Mittelalters nicht den gleichen Stellenwert einzunehmen wie in Die eingemauerte Frau, sondern eher das heitere Spiel mit den Erzählmustern zum Zwecke der detaillierten Darstellung

45

Die Tochter zeigt kein Erbarmen mit ihrer Mutter und wird hier sogar zum Sprachrohr des Erzählers, wenn sie der Mutter vorwirft, ihr den falschen, allen Frauen schadenden Ratschlag gegeben zu haben: ‘vrou muoter, ir gabet mir den rat/der allen vrouwen missestat,/ daz man wider die man strite.’ (V. 767-769). Maria E. Müller (Anm. 12), S. 151.

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der verschiedenen Formen und Szenen von Aggression und Gewalt, von den Beleidigungen und Demütigungen der Streitgespräche sowie den phantasiereichen Zähmungsverfahren des jungen Ritters. So gesehen steht hier die komische Absicht der Erzählung im Vordergrund und bestätigt die Zugehörigkeit dieser Erzählung zum ‘fabliauhaften’ Märe in Deutschland.46

46

Vgl. zum Fabliau in Deutschland Grubmüller (Anm. 1), S. 127-151.

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 71-87

El Texto es uno y trino Observaciones sobre singularidad y pluralidad del texto en la literatura premoderna

VICTOR MILLET

Santiago de Compostela

Algunas de las principales teorías literarias postestructuralistas han puesto en el centro del debate, de una manera u otra, la noción del texto literario. El fundamento para esa nueva comprensión del concepto lo asentó Jacques Derrida en sus trabajos sobre la teoría deconstructivista, en los que describía el texto como la transformación de otro texto que sin embargo nunca estaba presente como tal. Para Derrida no es necesaria la presencia empírica de otro texto para que pueda existir entre ambos una relación de intertextualidad, sino que eleva la relación de todo texto con otro texto previo no existente a paradigma de la literatura.1 Posteriormente, esta noción fue desarrollada hasta su máxima expresión por Julia Kristeva en sus trabajos sobre la teoría de la intertextualidad. A Kristeva no le interesa el hecho de que un texto pueda contener huellas o citas de otro o de que dialogue con algún texto precedente, porque su idea va más allá para determinar que todo texto no es más que un mosaico de citas de otros textos, que un texto es absorción y transformación de otros textos.2 Al no referirse esa noción de intertextualidad 1

2

Jacques Derrida, Positionen. Gespräche mit Henri Ronse, Julia Kristeva, Jean-Louis Houbedine Guy Scarpetti, Graz Viena (Böhlau) 1986, pág. 67. Achim Geisenhanslüke, Einführung in die Literaturtheorie: von der Hermeneutik zur Medienwissenschaft, Darmstadt (Wissenschaftliche Buchgesellschaft) 42007. Julia Kristeva, “Der geschlossene Text”, en Textsemiotik als Ideologiekritik, ed. Peter V. Zima, Frankfurt (Suhrkamp) 1977, págs. 194-229.

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a un fenómeno concreto y demostrable en la historia de la literatura, Kristeva la eleva a paradigma del lenguaje literario. Más tarde, Harold Bloom lo completaría con la idea del miedo a la influencia por parte del autor en el proceso de creación, que convierte la relación de los textos entre sí en un debate. Sin embargo, si se parte de la premisa de que cada texto es repetición o recomposición de otros, la singularidad y materialidad histórica de un texto literario pierden relevancia porque lo que se pone en el centro de atención es entonces un proceso de transformación autárquico que reinaría sobre todos los textos. Es evidente, por poner un ejemplo cercano a quien van dedicadas estas páginas, que el soneto de Robert Gernhardt Materialien zu einer Kritik der bekanntesten Gedichtform italienischen Ursprungs3 exige ser leído desde la perspectiva de la tradición del género iniciada por Petrarca y que en su composición resuenan todos los sonetos anteriores, pero no es menos cierto que de esta manera se pierde la visión de la individualidad del poema, se relativiza el texto. Viene esto a cuento de mi intención de tratar aquí también el problema del texto, de su unidad o pluralidad, así como de sus límites, aunque desde un enfoque bien distinto. Sabido es que los modernos teóricos de la literatura suelen conocer –con suerte, aunque hay honrosas excepciones– sólo la literatura a partir de Shakespeare o de Cervantes, enriquecida quizás por algún clásico grecolatino, pero que desconocen por completo la rica y amplia tradición literaria de los –al menos– diez siglos anteriores, en los que se desarrollaron las formas y técnicas literarias que utilizarían esos dos grandes clásicos de hacia 1600. Eso hace que, en muchos casos, los estudiosos de las literaturas más antiguas miren con cierto escepticismo (en algunos casos incluso con franca incomprensión) hacia las modernas teorías literarias y hagan como aquel arquitecto de la catedral de Estrasburgo, quien, según reza la leyenda local, creía que la primera columna gótica del templo (situada en la sección sur del transepto) no podría resistir el peso de la bóveda y esculpió a un hombre junto a una balaustrada próxima que mira hacia lo alto del pilar esperando verlo caer4 –ambos, por cierto, aún visibles y en pie hoy en día–. De lo que no cabe duda es que en los estudios de las literaturas pre-modernas es donde con mayor énfasis se han puesto de manifiesto las limitaciones de teorías literarias construidas en base a nociones de texto, obra, autor, creación, libro, 3 Robert Gernhardt, Reim und Zeit. Gedichte, Stuttgart (Reclam) 2001, pág. 40. 4 Yves Gallet, “La nef de la cathédrale de Strasbourg, sa date et sa place dans l’architecture gothique rayonnante”, en Bulletin de la Société des Amis de la cathédrale de Strasbourg 25 (2002), págs. 49-82.



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transmisión y similares forjadas en el ideario de los siglos XIX y XX. No digo que no se trate de instrumentos útiles que han permitido, también en el ámbito de los estudios medievales, una comprensión más diferenciada de algunas obras o de ciertos procesos. Sin embargo, los problemas planteados por el texto en las literaturas medievales suelen ser bastante más complejos de lo que lo son (o lo aparentan ser) en las letras modernas, no porque se trate de obras más complejas, más elaboradas o difíciles, sino porque en ellos se hacen palpables las dificultades previas al estudio del texto literario, especialmente las relacionadas con el establecimiento del mismo.5 Generalmente, para el estudio de un poema de Goethe o de una obra de Brecht basta con acudir a la principal edición al uso; en el caso de Goethe aún se podría dudar algún momento acerca de qué edición consultar, pero salvo escasas excepciones y mínimas variaciones, casi siempre de puntuación y debidas al editor, el texto será el mismo. No así en los estudios de las literaturas pre-modernas, donde el texto a estudiar no suele ser, en la mayoría de los casos, un testimonio histórico que se pueda leer tal cual está editado, sino que requiere un análisis previo del modo en que está transmitido documentalmente en los manuscritos o impresos correspondientes así como de la relación entre esos documentos y el texto editado que se usa como base para el estudio. En este proceso, la noción de texto literario que prevalece desde finales del siglo XVIII se tambalea muy pronto y se comprueba que, en muchos casos (aunque no en todos), la idea de texto que tenían las personas implicadas en el proceso literario (autores, copistas, mecenas, público) era muy diferente de la actual. Por de pronto parecen haber existido diferentes grados de ‘textualidad’. Dicho de manera simplificada esto vendría a significar que había textos que eran más ‘textos’ que otros o, para expresarlo de manera más científica, que gozaban de un estatus más literario y de escritura propio de lo que modernamente llamaríamos textos, mientras que otros textos eran menos relevantes, menos ‘verdaderos’, más próximos a la oralidad o sencillamente no concebidos para perdurar, los cuales recibían un tratamiento distinto a todos los efectos y a menudo no se convertían en ‘libros’.6 Algunos ejemplos escogidos más o menos 5 6

Karl Stackmann, “Mittelalterliche Texte als Aufgabe”, en Festschrift für Jost Trier zum 70. Geburtstag, ed. William Foerste y Karl Heinz Borck, Colonia / Graz (Böhlau) 1964, págs. 240-267. Burghart Wachinger, “Autorschaft und Überlieferung”, en Autorentypen, ed. Walter Haug y Burghart Wachinger, Tübingen (Niemeyer) 1992, págs. 1-28. Martin Baisch, “Autorschaft und Intertextualität. Beobachtungen zum Verhältnis von ‘Autor’ und ‘Fassung’ im höfischen Roman”, en Autor – Autorisation – Authentizität, ed. Thomas Bein, Richard Nutt-Kofoth y Bodo Plachta, Tübingen (Niemeyer) 2004, págs. 93-102.

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al azar ilustrarán este hecho, por lo demás nada novedoso. Conocido es el caso del manuscrito que contiene el Cantar de Hildebrand (Kassel, Murhardtsche Bibliothek, 2° Cod. theol. 54), único poema heroico en altoalemán antiguo y uno de los testimonios literarios más importantes de la Edad Media alemana.7 El códice que lo contiene se compuso para encuadernar una copia de dos textos del antiguo testamento: el Libro de la Sabiduría y el Eclesiastés, ocupando ambos ocho cuadernillos. Rematada esta labor, el copista comenzó un nuevo cuadernillo para copiar en sus primeras páginas el prólogo de San Jerónimo a los libros Salomónicos, el prólogo del nieto de Jesús Sirach al Eclesiastés, así como el índice de capítulos del Liber Sapientiae. Además de las hojas de guarda, quedaron libres los folios 4v–8v; en este espacio y seguramente después de que el volumen estuviera preencuadernado, otra mano copió la vigesimotercera homilía de Orígenes In Numeros, terminando al final del folio 8v, justo antes del inicio del Libro de la Sabiduría y en mitad de una oración. Resulta evidente que para este copista la integridad del texto carecía de importancia frente a la presencia de folios vacíos, es decir que era más importante la presencia parcial de ese texto que su conservación íntegra. Para el crítico moderno el monje fuldense dejó el trabajo por terminar porque según nuestra comprensión el estado natural de un texto es completo, pero según parece él no lo vio de la misma manera. El caso del propio Hildebrandslied podría haber sido similar, pues fue copiado poco tiempo después, también en Fulda, sobre el recto de la primera hoja de guarda y el verso de la última, interrumpiéndose el texto en mitad de una frase. Se ha especulado sobre la posibilidad de que el copista terminara el texto sobre el interior de la tapa; el hecho de que el códice fuera reencuadernado en el siglo XVI y se perdieran las tapas originales deja abierta esa posibilidad. Sin embargo, visto lo que ocurre en el mismo volumen con un texto seguramente considerado mucho más digno por los clérigos como la homilía de Orígenes, resulta perfectamente posible que también el Cantar de Hildebrand fuera copiado sólo de manera fragmentaria. Esta aceptación del carácter fragmentario del texto, que tan postmoderna se nos antoja, no debe ser entendida sin embargo de manera absoluta. Parece 7

Véase el texto en Frühe deutsche Literatur und lateinische Literatur in Deutschland (800–1150), ed. Walter Haug y Benedikt K. Vollmann, Frankfurt (Deutscher Klassiker Verlag) 1991, págs. 10-15. Sobre el códice puede verse Peter Erich Neuser, “Das karolingische Hildebrandslied. Kodikologische und rezeptionsgeschichtliche Aspekte des 2º Ms.theol. 54 aus Fulda”, en Architectura poetica. Festschrift für Johannes Rathofer zum 65. Geburtstag, Colonia / Viena (Böhlau) 1990, págs. 1-16. Para una introducción vid. Victor Millet, Heldendichtung im germanischen Mittelalter. Eine Einführung, Berlin / Nueva York (de Gruyter) 2008, págs. 24-47.



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obvio que para el público medieval una obra literaria se comprendía en principio como algo entero o acabado; sin embargo, a diferencia de lo que ocurre hoy en día (nadie compraría una obra inacabada o un libro del que faltasen páginas), el estado incompleto resultaba un mal menor frente a la mera oportunidad de poseer un texto. En este sentido quizás resulte poco representativo el caso del Titurel de Wolfram von Eschenbach,8 del que sólo se llegaron a componer dos fragmentos, copiados en diversos códices, el último del siglo XVI, porque en el momento en que los compuso Wolfram ya era un autor muy conocido y admirado, lo que podría justificar la conservación y copia de cualquier texto suyo, aunque fuera totalmente inconexo.9 Sin embargo, resulta más llamativo el caso del libro de Heinrich von Veldeke.10 Este autor del último tercio del siglo XII recibió el encargo de escribir una versión alemana del Roman d’Eneas francés para la boda de la condesa de Kleve. El autor no pudo concluir a tiempo la obra para la fiesta; le faltaba aproximadamente una quinta parte. Con todo, el texto parece haberse mostrado ya durante los festejos, lo que significa que estaba copiado en limpio en cuadernillos de pergamino, seguramente sin encuadernar o sólo ligados de manera provisional, pues faltaba escribir todavía el final. Ese texto incompleto fue considerado algo tan especial y valioso (y como tal debió de ser mostrado) que el margrave de Turingia lo sustrajo en el bullicio de las celebraciones y lo llevó consigo una vez acabadas éstas. El autor se quedó sin su obra y no pudo terminarla, pues ésta se encontraba a muchos kilómetros. Quiso el azar, sin embargo, que el ladrón del libro muriera al cabo de nueve años, que su sucesor fuera alguien muy interesado en el mecenazgo de la literatura (Hermann von Thüringen fue uno de los principales mecenas alemanes de finales del siglo XII y principios del XIII)11 y que para entonces el autor siguiera vivo. Estas tres circunstancias permitieron al nuevo propietario del libro hacer venir a Heinrich von Veldeke a su corte y encargarle terminar allí la obra. La devolución del libro a quien lo encargó y financió 8 9

10 11

Wolfram von Eschenbach: Titurel, ed. Helmut Brackert, Stephan Fuchs-Jolie, Berlín / Nueva York (de Gruyter) 2002. De hecho, en el caso de Wolfram existe un códice (Múnich, Bayerische Staatsbibliothek, cgm 19) que tiene todos los visos de ser una colección de autor, pues después del Parzival y del Titurel, completados por algún texto disperso de otra procedencia, alguien anotó al final dos albas de Wolfram, obviamente porque pertenecían al mismo autor de las dos obras para las que se hizo el volumen. Vid. Thomas Klein, “Die Parzivalhandschrift cgm 19 und ihr Umkreis”, en WolframStudien 12 (1992), págs. 32-66. Heinrich von Veldeke: Eneasroman. Die Berliner Bilderhandschrift mit Übersetzung und Kommentar, ed. Hans Fromm, Frankfurt am Main (Deutscher Klassiker-Verlag) 1992. Joachim Bumke, Mäzene im Mittelalter. Die Gönner und Auftraggeber der höfischen Literatur in Deutschland 1150-1300, Múnich (Beck) 1979.

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en su mayor parte no parece haber sido una opción a considerar. Todo ello prueba que la integridad del texto sí era considerada un valor importante, pero no tanto como la posesión misma de la obra, no importa el estado en que estuviera. La lírica medieval, al igual que más tarde el teatro, tenía obviamente un estatus literario distinto de la crónica, la novela uno diferenciado de la épica o de la narrativa breve. Por de pronto, la lírica (y posiblemente también la épica) no era considerada ‘literatura’, sino ‘canción’. Antes de Petrarca (y en Alemania cabría decir antes de Conrad Celtis o incluso de Martin Opitz) la lírica no se lee, sino que se canta; sin música y por tanto sin recitación no se concibe la poesía. Si alguien hubiera leído o recitado sin melodía una canción medieval, el efecto habría resultado parecido al creado si hoy recitáramos Clavelitos o Yo vendo unos ojos negros sin cantar. Prueba de ello es que ni la canción trovadoresca ni el Minnesang se conservan en códices hasta un siglo después de que se crearan. Aunque no podemos certificar la vieja tesis de Gustav Gröber12 sobre la transmisión de la lírica en hojas de canciones (Liederblätter) como el pergamino Vindel,13 no cabe duda de que esos textos y sus melodías se transmitían bien de forma oral, bien sobre soportes efímeros, nunca pensados para la encuadernación, como lo confirman también algunos casos de canciones anotadas en rótulos.14 Así pues, esos textos tenían un estatus literario distinto del que pudieron tener por ejemplo las novelas artúricas, lo que no significa que su relevancia cultural fuera menor, sino sólo que eran textos no pensados para ser leídos y que por lo tanto su conservación en letras escritas sobre pergamino tenía carácter circunstancial y transitorio, no culminando en ella su realización literaria. En este sentido, no sorprende que, cuando por fin se coleccionan y transcriben las canciones cortesanas en Alemania hacia finales del s. XIII y principios del XIV, las melodías no se recogieran, ya que esas colecciones a menudo fueron encargadas por personas ajenas a las cortes y su transcripción en formato de libro significaba la extracción de ese género de su medio de comunicación natural (la oralidad de la canción), momento en el cual la melodía a menudo se volvía superflua.15 12 13 14 15

Gustav Gröber, “Die Liedersammlungen der Troubadours”, en Romanische Studien 9 (1877), págs. 337-670. Henrique Monteagudo, Martín Codax: Cantigas, Vigo (Galaxia) 1996. Franz H. Bäuml, Richard H. Rouse, “Roll and Codex: a New Manuscript Fragment of Reinmar von Zweter”, en Beiträge zur Geschichte der deutschen Sprache und Literatur 105 (1982), págs. 192231 y 317-330. Véase la discusión de este aspecto y de otros muchos relacionados con él en el fundamental estudio de Franz-Josef Holznagel, Wege in die Schriftlichkeit. Untersuchungen und Materialien zur Überlieferung der mittelhochdeutschen Lyrik, Tübingen (Francke) 1995.



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Otro indicio importante de la diferente noción de texto literario en la era pre-moderna es su elevado grado de variabilidad o mouvance.16 En la lírica eso se manifiesta de manera más evidente en canciones conservadas con un número de estrofas diferente en distintos códices o, especialmente, con un ordenamiento de estrofas muy distinto. En la épica, la novela y la narrativa breve se trata generalmente de que las copias conservadas muestran diferencias a veces bastante sustanciales en cuanto al número de versos o tratamiento de episodios o de contenido.17 El caso más famoso es el del Cantar de los Nibelungos, del que existen ya en la primera mitad del siglo XIII tres versiones distintas que se disputan el rango de ser las genuinas. Cada una de ellas tiene estrofas que faltan en las otras y viceversa, pero difieren también en porciones del texto que resultan importantes para la caracterización de los personajes. El debate en torno a cuál de estas versiones es la auténtica generó en el siglo XIX una de las disputas más agrias, enconadas y duraderas que se recuerdan en la filología, con conatos de reactivación a finales del siglo XX. El resultado de los estudios más rigurosos y actuales es que ésa es una cuestión que no se puede dilucidar, que por tanto el texto del Cantar no es uno, sino que son tres.18 A nivel práctico, la consecuencia es que para estudiar el Nibelungenlied no podemos tomar a mano sólo una edición, sino que conviene tener delante las tres. En el plano teórico, la conclusión es que en la literatura pre-moderna ‘el texto’ no existe como unidad concreta, histórica y tangible, sino que sólo existen versiones de un texto, cada una de la cuales posee idéntica legitimidad. Porque ¿acaso podemos saber qué versión del Iwein de Hartmann von Aue es la más próxima al autor, si aquella que conserva el manuscrito B (Gießen, Universitätsbibliothek, Nr. 97), en la que entre otras variaciones de la última parte la mujer se arrodilla ante el esposo que la había abandonado, o la que está representada por el manuscrito A (Heidelberg, Universitätsbibliothek cpg 397) en la que este gesto no se lleva a cabo? Los estudios demuestran que no es posible decidir la cuestión.19 Es más, cabe la posibilidad de que fuera el autor 16 17 18 19

Me remito a la discusión sobre una ‘new philology’ iniciada por Bernard Cerquiglini, Éloge de la variance. Histoire critique de la philologie, París (du Seuil) 1989 y continuada por Stephen Nichols, “Philology in a manuscript culture”, en Speculum 65 (1990), págs. 1-10. Para la narrativa breve véase Klaus Grubmüller, “Erzählen und Überliefern. ‘Mouvance’ als poetologische Kategorie in der Märendichtung?”, en Beiträge zur Geschichte der deutschen Sprache und Literatur 125 (2003), págs. 469-493. Joachim Bumke, Die vier Fassungen der ‘Nibelungenklage’. Untersuchungen zur Überlieferungsgeschichte und Textkritik der höfischen Epik im 13. Jahrhundert, Berlín / Nueva York (de Gruyter) 1996. Albrecht Hausmann, “Mittelalterliche Überlieferung als Interpretationsaufgabe. ‘Laudines Kniefall’ und das Problem des ‘Ganzen Textes’”, en Text und Kultur, ed. Ursula Peters, Stuttgart (Metzler) 2001, págs. 72-95; Nikolaus Henkel, “Kurzfassungen höfischer Erzähltexte im

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mismo quien realizara las modificaciones, que por tanto pusiera en circulación su novela en dos acabados. Eso es aún más probable en muchos casos de la lírica cortesana en los que existen versiones distintas, pero igualmente legítimas de la misma canción. La unidad del texto no existe; la obra literaria es una pluralidad de textos. A la crítica filológica moderna le ha costado mucho asumir este hecho con todas sus consecuencias. Al partir, como se ha dicho, de un concepto estrictamente clasicista de obra y autor, forjado además por el Geniegedanke, siempre ha tendido a buscar ‘el texto’, es decir la obra creada y sentenciada por el autor, la máxima expresión de su arte. Al partir de esta premisa, era preciso realizar una selección ante la multiplicidad y variabilidad de los textos transmitidos. De esta manera, muchas variantes de los códices eran descartadas como ‘errores’ o como transformaciones tardías de unos copistas que supuestamente entendían muy poco de aquello que transcribían (lo cual, dicho sea de paso, a veces sin duda es cierto). Al mismo tiempo, se tomaban decisiones acerca de las delimitaciones del texto que contravenían la transmisión manuscrita. Por ejemplo, la canción de Walther von der Vogelweide conocida bajo el título Aller werdekeit ein füegerinne (L 46,32) y que figura con dos estrofas en las ediciones al uso,20 no aparece como una composición independiente en los manuscritos. En los cancioneros A (Heidelberg, Universitätsbibliothek, cpg 357), B (Stuttgart, Württembergische Landesbibliothek, HB XIII 1) y F (Weimar, Herzogin Anna Amalia-Bibliothek, Q 564) le preceden tres estrofas (en F sólo dos) con idéntico esquema métrico, que suelen editarse por separado como la canción Sô die bluomen ûz deme grase dringent. En estos códices las estrofas se copian seguidas, sin espacios y con iniciales que alternan el color rojo y el azul, de manera que no se puede determinar el inicio de una nueva canción si no es analizando su esquema métrico y el contenido. La identidad formal debería indicar que las cinco estrofas forman una unidad. El cancionero A añade además una marca al margen en la mayoría de inicios de nuevas piezas, pero no figura ninguna señal entre las primeras tres estrofas y las últimas dos. Lo más significativo, sin embargo, es que en los

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13./14. Jahrhundert. Überlegungen zum Verhältnis von Textgeschichte und literarischer Interessenbildung”, en Literarische Interessenbildung, ed. Joachim Heinzle, Stuttgart (Metzler) 1993, págs. 39-59. Walther von der Vogelweide; Leich, Lieder, Sangsprüche, ed. Karl Lachmann y Christoph Cormeau, Berlín (de Gruyter), 141996. Walther von der Vogelweide: Gedichte. I: Der Spruchdichter, ed. Silvia Ranawake, Tübingen (Niemeyer) 1997. Walther von der Vogelweide: Werke. Gesamtausgabe, ed. Günther Schweikle, 2 vols., Stuttgart (Reclam) 1994-98.



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cancioneros C (Heidelberg, Universitätsbibliothek, cpg 848, Manessische Liederhandschrift) y E (München, Universitätsbibliothek, 2° Cod. ms. 731) las dos estrofas que pretendidamente forman la canción Aller werdekeit están intercaladas entre la segunda y la tercera estrofa de lo que la crítica considera la canción Sô die bluomen, formando una unidad indisoluble (reforzada por el hecho de que el cancionero C marca la unidad de estas cinco estrofas dotándolas de iniciales de igual color). Es obvio que la crítica, al editar por separado unas estrofas y otras, ha creado dos obras distintas donde los manuscritos parecen transmitir un único texto; el filólogo presume saber más de la obra de Walther que los copistas. Sin duda, toda transmisión manuscrita contiene errores y es posible que estrofas con el mismo esquema métrico se mezclaran y que el filólogo pueda llegar a discernirlas. En todo caso, el ejemplo demuestra claramente los problemas de delimitación del texto literario que se plantean en la literatura pre-moderna, con las consecuencias que ello conlleva para el estudio. De nuevo, este caso no es el único. Recuérdese que el Cantar de los Nibelungos va seguido en todos los manuscritos de otro texto conocido por el nombre de Die Klage (El Planto). La crítica coincide de manera unánime en que ambos textos deben ser diferenciados, pues donde el primero afirma haber llegado al final y no tener nada más que contar, el segundo sí continúa; si el Cantar está compuesto en estrofas, el Planto utiliza el verso pareado y además existe una inequívoca diferencia de estilo y de técnica narrativa que señalan que el autor del Planto era bastante menos hábil que el del Cantar. Sin embargo, los lectores medievales jamás leyeron el primer texto sin el segundo, los copistas siempre los unieron, el inicio del Planto casi siempre se diseña como un nuevo canto del Cantar (que está dividido en 39 cantos con títulos), e incluso existen motivos para pensar que sin esa última parte posiblemente el Cantar nunca hubiera visto la luz, que la existencia de ambos textos está íntimamente ligada.21 Eso hace pensar más bien en un conglomerado textual donde el límite entre la partes se diluye y que debe ser estudiado en su conjunto; el texto es uno.22 Pero a la vez cada una de las dos partes del conjunto existe en al menos tres versiones distintas de manera que nuevamente estamos ante el problema de que el texto no es jamás singular, sino siempre plural. 21 22

Fritz Peter Knapp, “Tragoedia und Planctus. Der Eintritt des Nibelungenliedes in die Welt der litterati”, en Nibelungenlied und Klage. Sage und Geschichte, Struktur und Gattung. Passauer Nibelungengespräche 1985, ed. Fritz Peter Knapp, Heidelberg (Winter) 1987, págs. 152-170 Jan-Dirk Müller, Spielregeln für den Untergang. Die Welt des Nibelungenliedes, Tübingen (Niemeyer) 1998.

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Otro caso claro de dificultad de establecer el límite del texto es el del Erec de Hartmann von Aue, la primera novela artúrica alemana y una obra fundamental para la literatura del siglo XIII así como para la germanística de la segunda mitad del siglo XX.23 Se conserva completo únicamente en un códice del siglo XVI, el famoso Ambraser Heldenbuch (Wien, Österreichische Nationalbibliothek, Cod. ser. nova 2663).24 Existen además una serie de fragmentos de códices más antiguos, pero conservan muy poco texto, aunque lo suficiente para comprobar algunas diferencias importantes e incluso algunas series de versos que no figuran en el códice de Ambras.25 De todas maneras, si se consultan las ediciones de esta obra –desde la más antigua de 1839 hasta las más recientes de 2006, 2007 y 2008–26 todas ellas afirman que la obra está incompleta, básicamente porque le faltan el prólogo y el inicio de la acción. Por ello, la crítica filológica ha leído el Erec siempre comenzando con unos puntos suspensivos y una frase incompleta. Sin embargo, si uno va a mirar el manuscrito, observa que allí no hay laguna visible. El folio 30r no ofrece ningún tipo de interrupción, y menos aún en el lugar del verso por el que comienzan todas las ediciones, donde no hay ni un salto de línea, ni una inicial, ni siquiera una lombarda o un espacio; la continuidad entre lo anterior y lo que la crítica denomina el Erec es total. Eso es lógico desde el punto de vista del copista, pues en el folio 28r, donde se halla la estructura de inicio de nueva obra más próxima (espacio físico, título, inicio de texto en columna nueva), figura también un título claramente destacado que reza (en grafía mínimamente modernizada): Aber von künig Artus vnd seinem hofgesind, auch helden vnd handlungen, als von her Gabein, khaÿ, Yrecken, eins mantls halben, so künig Artus hausfraw vnd ander frawen anlegen muesten, dardurch man ynnen ward irer trew. Sunderlich von Erick vnd seiner hausfrawen ein tail, ain schön lesen. Esto significa 23 24 25

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Joachim Bumke, Der ‘Erec’ Hartmanns von Aue. Eine Einführung, Berlín / Nueva York (de Gruyter) 2006. Ambraser Heldenbuch. Vollstandige Faksimile-Ausgabe im Originalformat des Codex Vindobonensis Ser. nova 2663 der Österreichischen Nationalbibliothek, Graz (Akademische Druck- u. Verlagsanstalt) 1973. Eberhard Nellmann, “Ein zweiter Erec-Roman? Zu den neugefundenen Wolfenbütteler Fragmenten”, en Zeitschrift für deutsche Philologie 101 (1982), págs. 28-78; Eberhard Nellmann, “Der ‘Zwettler Erec’. Versuch einer Annäherung an die Fragmente”, en Zeitschrift für deutsches Altertum 133 (2004), págs. 1-21. Erec. Eine Erzählung von Hartmann von Aue, ed. Moritz Haupt, Leipzig 1839. Erec von Hartmann von Aue, ed. Albert Leitzmann, Ludwig Wolff y Kurt Gärtner, Tübingen (Niemeyer) 72006 (ATB 39). Hartmann von Aue: Erec, ed. Manfred Günter Scholz y Susanne Held, Frankfurt (Deutscher Klassiker Verlag) 2007. Hartmann von Aue: Erec, ed. Volker Mertens, Stuttgart (Reclam) 2008 (RUB 18530).



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que para el copista todo el texto que sigue a ese título constituye un único texto. La crítica, en cambio, considera que se trata de dos textos distintos. El primero, de casi mil versos de longitud, sería un fragmento de otra obra (a la que se denomina Der Mantel),27 falta de final y que alguien, posiblemente el propio escribano, habría colocado delante del Erec para suplir su falta de inicio. Obsérvese que la argumentación es circular: se afirma que ese texto no es unitario, que en medio de una frase comienza un segundo texto, se explica la falta de inicio como una pérdida y se determina que lo que el copista ha colocado delante no es más que un relleno de otro autor. Sin duda, existen motivos para pensar que esos mil versos que en el manuscrito figuran antes de donde la crítica afirma que comienza el Erec no fueron escritos por Hartmann von Aue. En primer lugar, el estilo no es el mismo, el texto del Mantel es sensiblemente menos elegante y fluido. En segundo lugar, la obra de Hartmann es una versión bastante fiel del Erec de Chrétien de Troyes y en el texto francés no aparece para nada toda la historia que se cuenta en esos versos que tratan de la aventura del manto; de hecho, el criterio para determinar dónde comienza el Erec de Hartmann siempre ha sido la primera coincidencia clara con un verso de Chrétien de Troyes. E incluso se podría decir que, en cierta manera, el propio título que da el copista apunta hacia un texto que se estructura en dos partes, pues primero anuncia la aventura del manto y luego dice que sunderlich se hablará de Erec. En resumen, es posible que ese texto que ofrece el Ambraser Heldenbuch sea una refundición del s. XV de la obra de Hartmann, aumentada por una nueva aventura al principio, y ligeramente reformulada o con supresión de algunos versos, lo que explicaría las diferencias con los fragmentos mencionadas arriba. Sin embargo, nada de eso es seguro y, en definitiva, el texto que nos transmite el códice es lo único históricamente documentado que tenemos. Por ello, resulta una exigencia primordial editar y leer el texto tal y como se ha conservado, en su frágil y cuestionable unidad plural, en la que puede ser Erec de Hartmann, Mantel anónimo, ambas cosas unidas o refundición bajomedieval de uno o de ambos. La crítica lo sabe, pero todavía es hora de que actúe en consecuencia. El Ambraser Heldenbuch contiene otro caso con el que se pueden ejemplificar y discutir todos los problemas esbozados aquí, y al que quiero dedicar estos últimos párrafos. Se trata de dos poemas épicos conocidos por el nombre de sus respectivos protagonistas: Ortnit y Wolfdietrich.28 El primero narra la conquista por parte del héroe de una princesa oriental a la que lleva a su corte en Italia para 27 28

Das Ambraser Mantel-Fragment, ed. Werner Schröder, Stuttgart (Steiner) 1995. La antigua edición Ortnit und die Wolfdietriche, ed. Karl Müllenhoff, Arthur Amelung y Oskar Jänicke, 2 vols., Berlín 1871/1873 (Repr.: Zürich [Weidmann] 1968), ha sido ahora sustituida

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bautizarla y casarla. Los motivos son tópicos: la lejana princesa, la dificultad de obtenerla, el padre que no la quiere entregar, el ayudante del héroe que urde los planes, el peligroso viaje con numerosos combates, el rapto consentido de la mujer, la persecución y última batalla y el regreso a casa. Lo particular es que el padre de la muchacha logra hacer llegar a tierras de Ortnit unos huevos de dragón de los que pronto salen unas crías que, una vez crecidas, devastan la tierra. El héroe se enfrenta a ellos y muere en el combate. El Wolfdietrich relata la historia del hijo del rey de Constantinopla, quien, tras un nacimiento en extrañas circunstancias y debido a sus cualidades destacadas como joven caballero, es desterrado por sus hermanos, quienes apresan también a sus vasallos más fieles. El héroe recorre numerosos países intentando hallar la manera de liberar a sus vasallos y recuperar el reino. Finalmente llegará al reino de Ortnit, matará a los dragones, se casará con la viuda y, como rey de Roma, mandará sus ejércitos a conquistar Constantinopla, castigar a sus hermanos y asumir también ese reino.29 Diré de antemano que la crítica ha considerado siempre este complejo relato como dos textos independientes, pero que las reflexiones que siguen tratarán de demostrar que no lo son. Sin embargo, antes de poder llevar a cabo esa reducción de dos textos a uno es preciso poner de relieve su pluralidad, porque sólo desde la pluralidad se puede entender la unidad. De Ortnit y Wolfdietrich se conocen 17 manuscritos y fragmentos, de los que sólo 13 se han conservado hasta hoy, además de una versión impresa en época incunable y que fue reeditada nada menos que cinco veces hasta 1590. Sólo dos testimonios son del siglo XIV (el fragmento C y el manuscrito W), los demás fueron copiados en el siglo XV (los mss. a, b y c hacia 1418–1420; los mss. B, H, c(†), d(†), e2(†), f, g, h(†), k e y, así como el impreso z en la segunda mitad) o en el XVI (mss. A y K).30 Se trata, pues, de una obra que, aunque fue compuesta en el siglo XIII o principios del XIV, gozó de especial popularidad en la segunda mitad del siglo XV.31 Sin embargo

29 30 31

por una serie de ediciones más modernas, aunque bastante problemáticas hechas por Walter Kofler: Ortnit und Wolfdietrich D. Kritischer Text nach Ms. Carm. 2 der Stadt- und Universitätsbibliothek Frankfurt am Main, ed. Walter Kofler, Stuttgart (Hirzel) 2001; Wolfdietrich B. Paralleledition der Redaktionen B/K und H, ed. Walter Kofler, Stuttgart (Hirzel) 2008. Ortnit und Wolfdietrich A, ed. Walter Kofler, Stuttgart (Hirzel) 2009. Para una introducción véase Victor Millet (nota 6), págs. 382-400. Wolfgang Dinkelacker, Ortnit-Studien. Vergleichende Interpretation der Fassungen, Berlín (Schmidt) 1972. Lydia Miklautsch, Montierte Texte – hybride Helden. Zur Poetik der WolfdietrichDichtungen. Berlín / Nueva York 2005. A mi modo de ver, resulta indudable que la conquista de Constantinopla por los turcos en 1453 dio nueva actualidad a esta obra, cuyo protagonista reúne al final bajo su corona el imperio de Occidente con el de Oriente.



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–no cabía esperar otra cosa–, los manuscritos no ofrecen todos el mismo texto. Los estudios han permitido distinguir cuatro versiones principales, dos de las cuales a su vez pueden dividirse en ‘sub-versiones’. La versión A está representada por los manuscritos A y W, pero hay que añadirle la ‘sub-versión’ k, muy abreviada. La versión B está representada por los códices B, H y K; la C por los fragmentos del manuscrito C. En cambio, la versión D consta de las ‘sub-versiones’ a (mss. a, b, c, d, h), e (mss. e, e2, f, g), y (ms. y) y z (impreso z). Las diferencias entre las versiones son considerables y afectan a buena parte de la acción, especialmente del Wolfdietrich. En A, B y D el nacimiento y la juventud de este héroe se relatan de manera completamente distinta y aunque se mantienen los elementos nucleares (el niño se encuentra momentáneamente entre lobos que no le causan daño, por lo que recibe el nombre Wolf herr Dieterich; el joven es desterrado y desheredado por sus hermanos), éstos se relatan y motivan de manera muy diferente en cada versión, hasta el punto de que cabría hablar de relatos diferentes. En B y D, Wolfdietrich inicia después de su destierro un larguísimo viaje a lo largo del cual vivirá un sinfín de aventuras, especialmente en D, ordenadas de manera distinta y con más brevedad en B. Además, mientras en la versión A se relata primero la historia de Ortnit hasta su muerte y luego la de Wolfdietrich, de manera que ambos héroes no se conocen, en D las aventuras de Ortnit se interrumpen antes del final, se cuenta luego la infancia de Wolfdietrich, su destierro y sus viajes, que le llevan también a la corte de Ortnit, al que conoce y con quien establece amistad; la muerte de éste último se inserta más tarde. B hace lo mismo que D, sólo que las aventuras primeras de Ortnit, que normalmente ocupan cerca de 600 estrofas, se resumen en pocos versos. Estos pocos datos bastarán para mostrar que, si bien se mantienen los datos más básicos de la acción, las distintas versiones ordenan el material de modo muy dispar y lo narran también de manera distinta. Y dentro de las ‘subversiones’, las diferencias entre cada uno de los manuscritos tampoco son desdeñables. La variación de los textos (la mouvance) es extrema. Ni que decir tiene que no existe forma de saber cuál del ellas fue anterior y cuál posterior. Todas tienen el mismo valor, no hay un original, sino que hay tantos Ortnit y tantos Wolfdietrich como testimonios se conservan. Como se ha visto, eso es característico de la literatura medieval, pero lo es muy especialmente de la poesía épica. Los textos parecen haber sido verdaderas “obras abiertas”, por utilizar –modificándolo– un término de Umberto Eco,32 que se

32

Umberto Eco, Obra abierta, Barcelona (Ariel) 1990.

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la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

podían reelaborar, ampliar o modificar ad libitum. Parece incluso que para el público medieval hubiese resultado mucho más atractiva la refundición que la simple copia, práctica ésta que se dejaba para otros géneros. Ante tal situación (que no es única), resulta preciso adaptar la historiografía literaria, cuyas premisas están, como he indicado arriba, moldeadas por una noción clasicista. La perspectiva de autor y obra es demasiado limitada para la literatura pre-moderna, no se puede enfocar su estudio únicamente desde la pregunta subyacente de quién compuso cuándo tal obra, sino que hay que plantearla desde la recepción, en una reformulación de la teoría Hans-Robert Jauß:33 ¿Quién leyó o reelaboró esa obra? ¿Cuáles son las refundiciones de la misma? ¿Cómo se va modulando o transformando el texto y cómo se manifiesta su pluralidad? A todo ello hay que añadir la cuestión planteada arriba acerca de si Ortnit y Wolfdietrich son, dentro de su inmensa pluralidad, una obra o dos. Si uno analiza las versiones B y D, las más populares, resulta indudable que están concebidas como un único texto, dado que las historias de los dos protagonistas aparecen estrechamente entrelazadas e incluso se los puede ver actuando juntos durante algunos episodios. La conquista de la esposa de Ortnit no es en este caso más que el prólogo al relato de la vida de Wolfdietrich, quien al final casará con esa misma mujer y se convertirá así en rey de Roma. Los intentos de la crítica decimonónica de hallar para cada héroe un antecedente histórico cuya fama hubiera generado un proceso de transformación en leyenda no sólo resultan insostenibles a nivel metodológico, sino que además van en contra de la propia estructura literaria. El cuento Los dos hermanos, de la colección Grimm (KHM 60),34 que tiene un tono más épico que otros, demuestra que en el folclore existe una estructura narrativa con dos personajes que en un principio siguen caminos separados, donde el primero de los cuales conquista una mujer pero fracasa en una aventura posterior, siendo el segundo hermano quien logrará superarla. Ciertamente, eso aún no dice mucho, pues aunque la poesía épica sea un género intrínsecamente relacionado con las tradiciones orales, las diferencias entre el poema medieval y el cuento recogido por los Grimm son demasiadas como para establecer entre ellos algún lazo que vaya más allá de la constatación de una estructura narrativa con dos persona33 34

Hans Robert Jauß, Ästhetische Erfahrung und literarische Hermeneutik, Frankfurt (Suhrkamp) 1991. Kinder- und Hausmärchen gesammelt durch die Brüder Grimm, ed. Heinz Rölleke, Frankfurt (Deutscher Klassiker Verlag) 2007. Véase también Johannes Bolte y Georg Polívka, Anmerkungen zu den Kinder- und Hausmärchen der Brüder Grimm, 5 vols., Leipzig 1913-1932 (repr.: Hildesheim [Olms] 1992-1994).



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jes cuyas trayectorias divergentes se siguen de manera alternada. Sin embargo, se ha prestado poca atención al hecho de que en la Thidreks saga se cuente la historia de Ortnit y Wolfdietrich de una manera muy sucinta, como mero episodio de un relato que sigue otros derroteros. La Thidreks saga (o Þiðreks saga), es una saga noruega compuesta en Bergen, en el entorno de la corte de Hákon Hákonarson hacia mediados del siglo XIII y que recopila un gran número de leyendas (heroicas o de otro tipo), especialmente en torno al héroe de héroes, Dietrich von Bern (Þiðrek en nórdico antiguo).35 Hacia el final, la historia cuenta que un héroe llamado Hertnid (=Ortnit) fue arrastrado por un dragón hasta su madriguera y devorado allí; poco tiempo después, Thidrek también recaba en esa madriguera, pero encuentra las armas de Hertnid, mata con ellas al dragón, llega después al castillo de Hertnid, asediado por unos bandidos a los que ahuyenta, y se casa con la viuda. Las diferencias entre este relato y los poemas alemanes son importantes, pero existen claros nexos de unión, como la identidad de los nombres y la coincidencia de motivos muy específicos como la madriguera del dragón o las armas especiales del héroe fallecido. Este hecho parece indicio consistente de la existencia de una historia genuina sobre dos héroes, el primero de los cuales moría en la aventura del dragón y el segundo vencía, se apropiaba de sus armas y tomaba por esposa a la viuda. La saga noruega guardaría testimonio de que el relato sobre esos dos héroes siempre fue una unidad. Si todo ello fuera cierto (y creo que lo es), Ortnit y Wolfdietrich deberían dejar de considerarse en la historiografía literaria alemana como dos obras distintas para valorarlas como una única composición, un texto. O diecisiete, es decir plural. La única versión de esta obra en la que la acción de las dos biografías heroicas no se entrelaza es la versión A. El hecho de que le fuera asignada la primera letra del alfabeto no se debe tanto a su presencia en el Ambraser Heldenbuch, sino que refleja el criterio de los filólogos decimonónicos de que era la versión más genuina, reflejando las demás siglas (B, C y D) un progresivo alejamiento de la obra original. Hoy sabemos que no existe motivo alguno para sostener tales conceptos, pues todas las versiones conocidas son refundiciones de otras anteriores y no po-

35

Þidriks Saga af Bern, ed. Henrik Bertelsen, 2 vols., Copenhague 1905/1911. Véase ahora la traducción española: Saga de Teodorico de Verona, ed. Mariano González Campo. Madrid (La esfera de los libros) 2010. Es fundamental la monografía de Susanne Kramarz-Bein, Die ‘Þidreks saga’ im Kontext der altnorwegischen Literatur, Tübingen / Basilea (Francke) 2002.

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demos determinar cuál fue la original. De todas maneras, la versión A separa las dos partes de la acción, narra primero una hasta el final y luego inicia la otra: Ortnit y Wolfdietrich no llegan a conocerse. De ello podría deducirse que primero se escribió una obra y que luego otro autor o el mismo compuso la segunda. Además, el códice más antiguo de la versión A (ms. W, Wien, Österreichische Nationalbibliothek, Cod. 2779) sólo conserva la parte del Ortnit. Todo ello contribuyó a pensar que se trataba de dos textos independientes. Sin embargo, el copista dejó cinco folios libres después de la obra y comenzó el texto siguiente al inicio de un nuevo cuadernillo. Eso indica que quiso dejar espacio, que en su opinión allí faltaba algo y ese algo sólo pudo ser la parte del Wolfdietrich, que se anuncia en la última estrofa. Y es que en la versión A esa historia de Wolfdietrich parece haber quedado inacabada. En el Ambraser Heldenbuch, que sí contiene ambas partes, ocurre algo parecido a lo que hallamos en el códice W: el texto termina de manera abrupta, el copista dejó espacio y comenzó la transcripción de la obra siguiente al principio de un nuevo cuadernillo, dejando abierta la posibilidad de que allí se insertara más texto. Además, para este lujoso libro encargado por Maximiliano II, alguien intentó continuar la historia de Wolfdietrich, pues a partir de la estrofa 506, aproximadamente, hay una clara ruptura estilística y el texto se vuelve torpe. Aún así, no logra terminar la acción. Da la impresión de que ambos copistas esperaron a encontrar una copia completa, mantuvieron la esperanza de hallar el resto, pero que al no dar con él finalmente los códices se encuadernaron uno sin la parte de Wolfdietrich y el otro dejándolo incompleto.36 Es cierto que el códice de Ambras comienza la historia de Wolfdietrich con el título Das ist Wolffdiettrichs buoch wie er geborn ward und die frauen nam ze weibe, die Otnides was (fol. 205vb), y eso puede llevar a pensar que se está anunciando una obra nueva. Pero el término altoalemán medio o moderno temprano buoch tiene, al contrario del actual Buch, un significado mucho más amplio y variable, alterna con maere, rede y hasta con liet y puede designar tanto soportes como textos de muy diverso volumen y género.37 En este caso parece designar meramente la ‘historia’ de Wolfdietrich, sin hacer afirmación alguna sobre la unidad de la obra. Además, el título tiene exactamente la misma apariencia que los inicios de

36 37

Para una discusión de los problemas codicológicos del Ambraser Heldenbuch vid. Martin J. Schubert, “Offene Fragen zum Ambraser Heldenbuch”, en Exemplar. Festschrift für Kurt Otto Seidel, ed. Rüdiger Brandt, Frankfurt (Lang) 2008, págs. 99-120. Klaus Düwel, Werkbezeichnungen der mittelhochdeutschen Erzählliteratur (1050-1250), Göttingen (Vandenhoeck & Ruprecht) 1983.



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capítulos tanto de la parte de Ortnit como de la de Wolfdietrich y está situado en mitad de la columna; formalmente, pues, no hay solución de continuidad. Por último, las dos estrofas finales del Ortnit anuncian, tras la muerte del protagonista, la llegada de un nuevo héroe y rematan con la frase ditz lied das höret gerne: allererst hebt es sich an. Por lo tanto, estamos ante un claro caso en que se trata de enlazar una parte con la otra. No importa si una y otra son de autores distintos o fueron compuestas por separado (para lo cual no tenemos argumentos a favor ni en contra). Lo principal es que para quienes copiaron esos códices no era relevante el autor (por algo las piezas son anónimas) ni existía una noción de obra artística como la que domina hoy en día, extremada por las modernas leyes de derechos de autor, sino que enfocaron el orden de los textos desde la perspectiva del lector. La noción de texto se relativiza, pero por motivos muy distintos de los apuntados por Derrida o Kristeva; su singularidad está condicionada por ser a la vez plural y múltiple y sus límites resultan mucho más inciertos de lo que la crítica ha querido ver. Lo cual no debe ser entendido como un defecto (eso significaría aplicarle de nuevo criterios clasicistas), sino como un enriquecimiento del potencial semántico y referencial de la obra.

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 89-97

Die kostbare Zeit wird leichtsinnig verzettelt Überlegungen über den menschlichen Lebensfaden

jordi jané

Tarragona

Diese prägnante Aussage Heines1 dient als Ausgangspunkt einiger Überlegungen über das Vergehen der Zeit am menschlichen Lebensfaden bzw. über lyrische, alternative Stellungnahmen zum Sinn des Lebens. Heine hat sich damit auf die Friedensjahre der Regierung Ludwig Philipps in Frankreich bezogen; hier wird sie – verallgemeinernd – auf das Leben des Menschen übertragen, in der Absicht, ein paar diesbezügliche Visionen zu vergleichen, die in Gedichtform die jeweiligen Vorschläge seiner Autoren unterbreiten. Mit mehr oder weniger transzendentaler Formulierung haben sich Dichter zu allen Zeiten dem zentralen Thema des Lebens gewidmet: Was ist der Mensch? Was macht der Mensch auf der Welt? Wozu ist er da? Jeder hat natürlich eine andere, der seelisch-geistigen Einstellung der eigenen Epoche mehr oder weniger angemessene Antwort gegeben. Das mittelalterliche, christliche Geschick des Menschen wurde nicht erst in der Aufklärung in Frage gestellt, schon die Carmina Burana zeigen Ansätze der Verzweiflung am tradierten Sinn des Daseins. Eine deutliche Alternative stellte Goethe im Gedicht “Prometheus” und ausführlicher, in ausgewogener Form, in der Figur des Faust dar. Beide können für den Punkt gehalten werden, aus dem die moderne und zeitgenössische Lyrik hervorgeht: mit dem faustischen Streben, mit seinen “zwei Seelen”, die auch dem Zweifel und der Unsicherheit Tür und 1

Heinrich Heine, “Lutetia (II, LVIII. Paris, 6. Mai 1843)”, in Sämtliche Werke, Elster Ausgabe, Leipzig und Wien 1887-90, Bd. 6, S. 368.

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Tor öffnen. Doch daneben sind auch andere für das Thema repräsentative Beispiele zu erwähnen, die wiederum ein Pendant zu dieser Tendenz darstellen. Im bekannten Gedicht Der Mensch von Matthias Claudius (1740-1815) klingen eher die ruhigen, ausgelassenen Töne des Göttinger Hains, als die des Sturm und Drangs: Der Mensch Empfangen und genähret Vom Weibe wunderbar Kömmt er und sieht und höret Und nimmt des Trugs nicht wahr; Gelüstet und begehret, Und bringt sein Tränlein dar; Verachtet und verehret, Hat Freude und Gefahr; Glaubt, zweifelt, wähnt und lehret, Hält nichts und alles wahr; Erbauet und zerstöret; Und quält sich immerdar; Schläft, wachet, wächst und zehret; Trägt braun und graues Haar etc. Und alles dieses währet, Wenn’s hoch kommt, achtzig Jahr. Denn legt er sich zu seinen Vätern nieder, Und er kömmt nimmer wieder.2

Ausgelassen, doch mit Gegensätzen wird hier der Mensch betrachtet und in der vierten Zeile ist sogar von “Trug” die Rede. Kann man daraus schließen, dass hier keine heile Welt mehr dargestellt wird? Eine implizite Anerkennung der Verzettelung? Claudius ist doch ein frommer Mensch. Jacobi nannte ihn sogar “einen Bote Gottes”3 in Anspielung auf seine Zeitschrift, den Wandsbecker Boten. Soll das unpoetische “etc.” in Zeile 14 dazu beitragen, die Distanz des Dichters zu seinem Objekt deutlich zu machen? Das Gedicht erlaubt und fördert auch andere Fragen: Obwohl von “diesem” Menschen nur ganz normale Tätigkeiten angeführt werden, die doch als beispielhaft für einen guten und frommen Men2 3

Matthias Claudius, “Der Mensch”, in Werke in einem Band, hg. von Jost Perfahl, München 1976, S. 248. Zitiert nach Hermann Hettner, Geschichte der deutschen Literatur im achtzehnten Jahrhundert (III. Teil), Leipzig 1928, S. 192.



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schen angesehen werden können, muss man sich fragen, ob die letzte Zeile des Gedichts mit der christlichen Doktrin konform geht, die der Autor ansonsten verteidigt? Kurz danach, in den Jahren 1826-27, schrieb Heine die zwei Gedichtzyklen Die Nordsee; das siebte Gedicht des zweiten Zyklus lautet so: Fragen Am Meer, am wüsten, nächtlichen Meer Steht ein Jüngling-Mann, Die Brust voll Wehmut, das Haupt voll Zweifel, Und mit düstern Lippen fragt er die Wogen: «O löst mir das Rätsel des Lebens, Das qualvoll uralte Rätsel, Worüber schon manche Häupter gegrübelt, Häupter in Hieroglyphenmützen, Häupter in Turban und schwarzem Barett, Perückenhäupter und tausend andre Arme, schwitzende Menschenhäupter Sagt mir, was bedeutet der Mensch? Woher ist er kommen? Wo geht er hin? Wer wohnt dort oben auf goldenen Sternen?» Es murmeln die Wogen ihr ew’ges Gemurmel, Es wehet der Wind, es fliehen die Wolken, Es blinken die Sterne, gleichgültig und kalt, Und ein Narr wartet auf Antwort.4

In späteren Gedichten hat Heine keine eindeutige Antwort auf das gesamte Rätsel des Lebens; in einzelnen Gedichten hat er zu verschiedenen Aspekten Stellung genommen, und zwar weit entschiedener als er es hier mit romantischen Topoi und einer noch romantischeren Atmosphäre tut, was der zitierte Satz im Titel dieses Beitrags andeutet. Und dennoch erlaubt die letzte Zeile dieses Gedichts weitere Interpretationen, besonders durch das Wort “Narr”, das eigentlich als ein Zeichen der für ihn so typischen Brechung der Atmosphäre angesehen werden kann. Damit wird der wahre Charakter der übertriebenen romantischen Atmosphäre entlarvt und suggeriert, auf diese Fragen mit weiteren Fragen zu antworten: Können nur Narren auf die Antwort der Wellen warten? Sollen ver4

Heinrich Heine, “Fragen”, in Die Nordsee (II Zyklus), Sämtliche Werke (Anm. 1), Bd. 1, S. 190.

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nünftige Menschen selber eine eigene Antwort suchen? Der späte Heine ist eindeutiger; er verzichtet auf solche Rätsel und schlägt stattdessen vor: “Trommle die Leute aus dem Schlaf, / Trommle Reveille mit Jugendkraft, [...] Das ist die ganze Wissenschaft!”5 oder “Sei Kanone, sei Kartaune!”6, usw. Der nächste, der die Frage nach dem Sinn der Welt stellt, ist Hugo von Hofmannsthal. Im gleichnamigen Gedicht liefert er auch seine gar nicht so eindeutige Antwort: Was ist die Welt Was ist die Welt? Ein ewiges Gedicht, Daraus der Geist der Gottheit strahlt und glüht, Daraus der Wein der Weisheit schäumt und sprüht, Daraus der Laut der Liebe zu uns spricht, Und jedes Menschen wechselndes Gemüth, Ein Strahl ist’s, der aus dieser Sonne bricht, Ein Vers, der sich an tausend and’re flicht, Der unbemerkt verhallt, verlischt, verblüht. Und doch auch eine Welt für sich allein, Voll süß-geheimer, nie vernomm’ner Töne, Begabt mit eig’ner, unentweiter Schöne, Und keines Andern Nachhall, Widerschein. Und wenn Du gar zu lesen d’rin verstündest, Ein Buch, das Du im Leben nicht ergründest.7

Er definiert nicht genau, von welcher Welt er spricht. Ist hier von der Welt der Lyrik die Rede? Von der Welt der Menschen im Allgemeinen oder vom einzelnen Menschen im Privatbereich? Von einer Gleichsetzung beider? Der Leser kann sich folgende Frage stellen: Liegt in dieser Ambivalenz gerade der Hauptwert des Gedichts? Ähnliches kann man von seinem Gedicht zum selben Thema: Ballade des äußeren Lebens sagen. In beiden ist die Atmosphäre der Jahrhundertwende unverkennbar. Aus derselben Epoche ist auch das folgende bekannte Gedicht von Rainer Maria Rilke, dessen Titel nicht ahnen lässt, dass es zu unserem Thema passt:

5 6 7

Heinrich Heine, “Doktrin”, in Zeitgedichte, Sämtliche Werke (Anm. 1), Bd. 1, S. 301. Heinrich Heine, “Die Tendenz”, in ebda. Bd. 1, S. 311. Hugo von Hofmannsthal, “Was ist die Welt?”, in: Die Gedichte 1891-1898. Gesammelte Werke in zehn Einzelbänden, hg. von Bernd Schoeller und Rudolf Hirsch, Frankfurt a. M. 1979, Bd. 1, S. 86.



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Herbsttag Herr: es ist Zeit. Der Sommer war sehr groß. Leg deinen Schatten auf die Sonnenuhren, und auf den Fluren laß die Winde los. Befiehl den letzten Früchten voll zu sein; gieb ihnen noch zwei südlichere Tage, dränge sie zur Vollendung hin und jage die letzte Süße in den schweren Wein. Wer jetzt kein Haus hat, baut sich keines mehr. Wer jetzt allein ist, wird es lange bleiben, wird wachen, lesen, lange Briefe schreiben und wird in den Alleen hin und her unruhig wandern, wenn die Blätter treiben.8

Die zwei ersten Strophen nehmen den Tonfall eines Gebets an ein höheres Wesen an (eine Variation in der rilkeschen Mythologie), an einen Herrn, der für die Regulierung der Jahreszeiten zuständig ist, den man aber daran erinnern soll. Erst in der dritten Strophe erfährt der Leser, dass der Mensch, insbesondere in seinem herbstlichen Stadium, als integraler Bestandteil der Natur einbezogen wird. Was kann der Mensch im Alter machen, wenn er in den vorigen Lebens-abschnitten seine Zeit verzettelt hat? Das Verb “treiben” in der letzten Zeile wirft auch eine entscheidende Frage auf: ist es hier als intransitives oder als transitives Verb zu interpretieren? Im ersten Fall, spiegeln die treibenden Blätter den Gemütszustand des ziellos hin- und herwandernden Menschen, seine Sinnlosigkeit und Verlorenheit wieder? Erklärt es seine innere Unruhe? Im zweiten Fall – wie üblich in der Jägersprache u. a. –, wird angedeutet, dass der Mensch von den gefallenen, toten Blättern “getrieben” wird? Kann bzw. soll das Gedicht als eine Aufforderung interpretiert werden, die ersten Lebensabschnitte intensiv zu erleben, einen “großen Sommer” anzustreben? Unter den besten Gedichten der zeitgenössischen Lyrik, die eine Antwort auf das Vergehen der Zeit im menschlichen Lebensfaden bieten, verdient meines Erachtens unbedingt folgendes Gedicht von Peter Rühmkorf einen Ehrenplatz. Nach all den Fragen bietet es eine Version des faustischen Strebens in einer Adaption fürs XX. Jahrhundert an. Rühmkorf tut das in einer scheinbar weniger transzendentalen Formulierung:

8

Rainer Maria Rilke, “Herbsttag”, in: Das Buch der Bilder, Sämtliche Werke, hg. vom Rilke-Archiv, Ruth Sieber-Rilke, Ernst Zinn, Wiesbaden / Frankfurt a. M. 1955-1966, Bd. 1, S. 398.

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Der Fliederbusch, der Krüppel Der Fliederbusch, der Krüppel, letzten Winter vom Sturm gebrochen und nachfolgend fast aus der Erinnerung entschwunden, kriechend erreicht er sein Ziel: DIE BLÜHTE (na, feiern werden sie ihn nicht gerade dafür, aber auch wohl nicht vorzeitig untergraben) Der alte Kerl in meinem Spiegel gegenüber (Grau wär ja noch gut - aber so? - halbkahl mit Flecken im Gesicht, die auch nicht mehr richtig nach Zukunft aussehn) was will der Dichter seine Leser damit lehren? Daß das Leben zu kurz ist, sagt dir schließlich jeder kleine Friedhofsangestellte. Bißchen rumkramen noch oder bißchen was? Lieber donner denen einfach noch mal so ein absolut aus der Richtung weichendes Ding hin wie Bud Powell, als er Mitte der Fünfziger voll entflammt aus der Klapse kam: Tempus fugit (Die Zeit eilt meiner Wenigkeit voraus) Beziehungsweise Schubert auch mit diesem sternenmäßigen Quintet in C-Dur! Doch bestimmt nicht bloß Syph-Musik. Aufgeräumt eine bereits im Abbruch befindliche Bühne betreten und aus Angsttrieben Luftschlangen ziehen, in großen Zügen das ist es. Wenn die Leute schon anklopfen, als ob sie ne Landplage wären, was soll denn dann der ganze Kunstaufwand? Der Fliederbusch, der Krüppel, letzten Winter im Sturm gebrochen, aber nachdrängend jetzt die eigene Walstatt lila überlagernd, was kann er seinen Dichter damit lehren? Unter uns: daß in deinem Abwinken immer noch mehr Kraft war als in anderer Leute Sonnenaufgängen. Und am Ende siegt - na wer? - Der den Sand der Arena frißt.9

9

Peter Rühmkorf, “Der Fliederbusch, der Krüppel”, 1in: Der Rabe, Magazin für jede Art von Literatur 22 (1988); 2in: Frankfurter Allgemeine Zeitung, Nr. 143, 24. Juni. 1989; 3in: Peter Rühmkorf, Gedichte, Werke 1, hg. von Bernd Rauschenbach, Hamburg 2000, S. 384.



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Das Gedicht wurde in der Zeitschrift Der Rabe, Magazin für jede Art von Literatur veröffentlicht. Ohne jegliche Angabe, ohne Kontext, weder Einführung noch Schlusswort, in einer fremden Umgebung. Die einzige Möglichkeit ihm einen Kontext zu schaffen, stellt also die Assoziationskraft des Lesers dar, seine Kenntnis der in den zahlreichen Gedichtsammlungen Rühmkorfs wiederkehrenden Themen, Motiven und Bildern und des Sprachgebrauchs dieses selbstironischen Autors (1929-2008). Es scheint daher ratsam, eine erste, vorurteilslose Annäherung an dieses Gedicht zu versuchen, das im Titel zwei Bezeichnungen enthält: die eine aus dem Bereich der Botanik, die andere aus dem der menschlichen Natur, und nicht gerade der glänzendsten. 5 Versgruppen mit verschiedener Zeilenzahl (7, 7, 10, 11 und 1) bilden das Gedicht, dessen Zeilen auch keinem Schema folgen; es gibt keinen Reim, kein Versmaß, allenfalls Alliterationen (in der vorletzten Versgruppe, Zeilen 1 und 8). In diesem Fall spielt Rühmkorf nicht mit traditionellen Formen, wie er es in anderen Gedichten tut, nicht epigonal –vgl. das Lied der Benn-Epigonen– sondern ironisch oder parodistisch, satirisch oder sarkastisch. Die erste Versgruppe beginnt mit Wiederaufnahme des Titels als beschreibendes Naturgedicht und endet mit einer Reflexion, die –ironisch, mit umgangssprachlichen Mitteln und eine unbestimmte dritte Person Plural einführend– den Sprung von der Natur zum Menschen ahnen lässt. Dieser Sprung wird in der zweiten Versgruppe vollzogen; in der ersten Zeile erscheint der Dichter, der Autor in der Ich-Form, aber wieder ironisch distanziert, abwertend in der dritten Person, als “der alte Kerl”. Seiner Erkenntnis –genauer: Selbsterkenntnis mittels des klassischen Bildes des Blicks in den Spiegel–, oder seiner Beschreibung, die nicht zufällig in Klammern gesetzt ist, sind die drei folgenden Zeilen gewidmet. Dem “alten Kerl” oder dem “Fliederbusch” soll der zweite Begriff des Titels gelten, oder beiden, so entsteht der Parallelismus zwischen dem alternden Dichter und dem gebrochenen Busch (ähnlich wie bei der Gleichsetzung von der Welt der Lyrik und der Welt der Menschen in Hofmannsthals Gedicht). In der vierten Zeile bricht der Autor die Beschreibung ab und wechselt auf die Ebene der Interpretation über, indem er die Frage stellt: “Was will der Dichter seine Leser damit lehren?” Die Frage erinnert ihrerseits an eine der Aufgaben der Aufklärung und implizit auch an Goethe; sie bildet das Zentrum des Gedichts und bleibt vorerst ohne Antwort: die beiden nachfolgenden Zeilen besagen nur, was die Absicht des Dichters nicht ist. Scheinbar verzichtet er auf diese Aufgabe, indem er die Aussage des Dichters auf dieselbe Ebene mit der des Friedhofsangestellten setzt.

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Die dritte Versgruppe beginnt mit einer Reflexion über die Möglichkeiten, die das Leben noch zu bieten hat. Die Alternative zum resignierenden “Rumkramen” (eine Assoziation mit “Verzetteln” in diesem Kontext wäre auch möglich) schlägt die nächste Zeile vor: “Donnern” (ein weiteres Zitat Heines, in diesem Fall wörtlich und sicherlich auch mit Absicht). Zum Vergleich bieten sich zwei jung verstorbene Musiker an: der Jazzpianist Bud Powell und der Komponist Franz Schubert. Zwei völlig verschiedene Fälle; sogar die Wortwahl betont den Unterschied: der Jazzpianist “kam aus der Klapse”, während vom Komponisten etwas “sternenmäßiges” erwähnt wird. Sie weisen aber einen gemeinsamen Punkt auf: beide haben Meisterwerke hinterlassen, die für die jeweiligen Epochen etwas ganz Neues waren. Schubert komponierte das Quintett in C-Dur in seinem Todesjahr; er starb im Alter von 31 Jahren an Syphilis, aber seine Krankheit stellte kein Hindernis für seine Kreativität dar, wie in der letzten Zeile dieser Gruppe angespielt wird. Bud Powell starb an einem Autounfall im Alter von 41 Jahren; eine seiner berühmtesten Kompositionen trägt den Titel Tempus Fugit, und dieser wird ins Gedicht auch inhaltlich mit eigener Interpretation des Dichters integriert, denn er erinnert an die Vergänglichkeit im Wortlaut des Barock. In direkter Beziehung dazu steht die erste Zeile der nächsten Versgruppe: die “im Abbruch befindliche Bühne” gehört einerseits dem Wortfeld “Krüppel”, andererseits übernimmt sie die barocke Bildmetaphorik der Welt als Bühne. Und trotzdem: die drei ersten Zeilen dieser Gruppe geben die Antwort auf die in der zweiten Versgruppe aufgeworfene Frage: “Das ist es” (“Aus Angsttrieben Luftschlangen ziehen”). Die vierte Versgruppe weist nach dem fünften Vers eine Zäsur auf; der fast vergessene Fliederbusch kehrt plötzlich zurück in einer Art Ringform, um die Parallelität wiederherzustellen. Gegen den als “Landplage” empfundenen und abgelehnten “Kunstaufwand” stellt Rühmkorf das Beispiel, das der Fliederbusch dem Dichter gibt: dem Sturm zum Trotz “die eigene Walstatt lila überlagern”. Das Gespräch zwischen dem Busch und dem Dichter in den zwei letzten Zeilen fasst das Ganze noch einmal zusammen, als Übergang zur letzten Zeile, die dadurch hervorgehoben wird, dass sie allein steht und eine Gruppe bildet. Am Ende siegt der Busch. Er hat sein Ziel erreicht: Die Blüte, genauso wie der Dichter sein Ziel erreicht, das in der dritten Versgruppe genannt war: “donnern” oder in der zweiten: “lehren”. Das Gedicht steht ganz im Trend der modernen Lyrik, insofern seine Aussage weder als Befehl noch als Mahnung ausgesprochen wird, und es steht doch



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ganz in der Tradition sowohl hinsichtlich der Bilder und Motive, als auch der Thematik; schon Heine reflektierte über die Aufgabe des Dichters und sah sie im Donnern und darin, die Leute aus dem Schlaf zu trommeln. Rühmkorf selbst hat in früheren Gedichten das Thema erwähnt, so z.B. in “Allegro doloroso molto cantabile”, (aus der Sammlung Haltbar bis Ende 1999, 1979) wo die Rede ist von “blitzen” und “gewittern”. In Prosa antwortete er in einem Interview, nach dem Verhältnis von politischem Engagement zu poetischer Potenz gefragt: “Das ist eine alte Artistenfrage, die schon Heinrich Heine und nach ihm alle möglichen Entlüftungs- und Entnebelungskünstler beschäftigt hat. Die allgemeine Meinung geht heute eher dahin, dass die Politik den schönen Künsten ein unzumutbares Schleppgeschirr anlegt. Ich selbst halte diesen Einwand für den allerunnötigsten Klotz am Bein. Denn die Künste kennen keine edlere Aufgabe, als die Wahrheit einleuchtend zu machen.” (Stern 19, 1985, II/30) Lyriker können Fragen stellen, aber auch Antworten geben; sowohl erstere als auch letztere können die Selbstreflexion der Leser fördern.

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 99-113

Erika und Klaus Manns gemeinsame Reisen in den 30er-Jahren1 gonçalo vilas-boas

Porto

Es ist schon viel über Erika und Klaus Mann geschrieben worden. Hier möchte ich speziell auf die Texte der Geschwister eingehen, die von gemeinsamen Reisen handeln. Dabei können Erika und Klaus Mann nicht als ein Schriftstellerpaar behandelt werden, da ihre literarische Produktion individuelle Züge zeigt, außer natürlich in den Texten, in denen beide als gleichberechtigte Autoren erscheinen und es nicht immer leicht zu unterscheiden ist, was der eine oder die andere geschrieben hat. Ich werde mich auf die 30er-Jahre konzentrieren und nur ganz kurz vorund zurückgreifen. Als Textmaterial fokussiere ich Texte über die Riviera und über Skandinavien, die in den frühen 30er Jahren geschrieben wurden und, als Beispiel für Texte nach 1933, Texte über Spanien, die während des Bürgerkrieges entstanden sind. Erika Mann sah sich nicht als Literatin, sondern als Schauspielerin. Politisch war sie erst ab 1932 tätig und sah ihr Tätigkeitsfeld sowohl im Kabarett wie im Journalismus. Dabei konnte sie sich sehr bewusst für ihre Arbeit einsetzen, gab nicht nach, auch nicht ihrem Vater gegenüber. Ab 1933 bis 1937 galt ihr

1

Der gegenwärtige Beitrag ist Teil des Forschungsprojektes “Interidentitäten”, innerhalb des Instituto de Literatura Comparada da Faculdade de Letras do Porto, eine I & D-Einheit, finanziert von der Fundação para a Ciência e a Tecnologia im Rahmen des “Programa Operacional Ciência e Inovação, do Quadro Comunitário de Apoio III (POCI 2010-SFA-18-500)”.

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kreatives Engagement besonders ihrem literarischen und politischen Kabarett “Die Pfeffermühle”, zuerst in München, dann in der Schweiz sowie den Tournées durch Europa, bis es in den USA an Mangel an Interesse schließen musste.2 Es war für Erika ein harter Kampf, über den sie oft in Briefen und kleinen Reportagen berichtete.3 In ihren Reportagen ab 1933 ging es ebenfalls oft um die Situation der Emigranten. 1931 definierte sie ihre Haltung als Journalistin folgendermaßen: “Sie [die Journalistin, GVB] bekennt nicht, sie schreibt sich nicht die Seele aus dem Leib, ihr eigenes Schicksal steht still beiseite, die Frau berichtet, anstatt zu beichten”.4 Diese Haltung definiert ihre einfache, direkte Schreibweise, in der sich aber “viel Läppisches findet”, wie von der Lühe schreibt.5 Mehr als Reiseschriftstellerin war sie Reporterin. Klaus Mann dagegen war ein ausgesprochener Schriftsteller, schon als Kind schrieb er Prosa- und Theaterstücke. Man kann vereinfachend sagen, sein Leben/Werk in den hier behandelten Jahren weist zwei Perioden auf: 1. eine bohèmehafte, sorglose, apolitische Periode mit vielen Reisen; 2. die Exil-Periode, die eigentlich mit der Machtübernahme durch Hitler ihren Anfang nimmt. Marcel Reich-Ranicki hat einmal geäußert, Klaus Mann sei dreifach geschlagen gewesen: als Homosexueller, als Drogenabhängiger und schließlich als Sohn Thomas Manns. Das Schreiben sah Klaus als “Familienfluch”, wie er seiner Schwester sagte, mit dem Zusatz, sie sei auch von diesem Fluch betroffen. Es war nicht leicht, sich vom Schatten des “Zauberers” zu befreien. 1927/8 unternahmen die Geschwister eine Weltreise. In den USA wurden sie als Zwillinge angesehen, sie ließen es so geschehen und hatten ihren Spaß daran. Gemeinsam schrieben sie ein Buch über diese Reise:6 Von der Welt erfahren wir als Leser nicht viel, dagegen viel über die Abenteuer der Autoren, und wem sie in den USA von New York bis Los Angeles begegnet sind. Es geht weiter nach Honolulu, Japan, in die UdSSR, trotz finanzieller Probleme, treten die beiden als spielende, sorglose Geschwister auf. Z.B. in Japan tragen sie sich

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Siehe Helga Keiser-Haynes, Erika Mann und ihr politisches Kabarett “Die Pfeffermühle” 1933– 1937. Texte, Bilder, Hintergründe, Reinbek 1995. In solchen Berichten gingen oft fiktionale Elemente mit, was leicht auszumachen ist, wenn man Texte vergleicht, wie Lühe es merkt (s. Anm. 4). In: Tempo, 21.3.1931, apud Irmela von der Lühe (1993), “Geschwister im Exil: Erika und Klaus Mann”, in Claus-Dieter Krohn et alii, Frauen und Exil. Zwischen Anpassung und Selbstbehauptung. Ein Internationales Jahrbuch, München 1993 (Exilforschung 11), S. 68-87, hier: S. 68. Lühe (Anm. 4), S. 61. Erika und Klaus Mann, Rundherum. Abenteuer einer Weltreise, Reinbek 2005.



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in einem Hotel in Kyoto zum Spaß als André Gide und Annette Kolb ein.7 Sie betrachten sich als Nachfolger der deutschen Weltreisenden Clairenore Stinnes,8 mit ihr hat Erika Mann die Leidenschaft fürs Autofahren gemein, auch wenn die Reisestrategien dieser Abenteurerin nichts mit der Strategielosigkeit der Geschwister Mann zu tun hat.9 Klaus Mann definiert rückblickend die Haltung der Geschwister folgendermassen: “So waren wir [...]. Ich war verantwortungslos; ich war oberflächlich”.10 Zu dieser Zeit sucht Klaus eine Richtung für sein Leben: Sein Ziel sucht er sich bei André Gides “Werde, der du bist”.11 In Wendepunkt finden wir die Geschichte dieser Suche, die ab 1932 eigentlich schon ein ziemlich klares Ziel hat, er will sich gegen die Nazis wehren, weil sie Europa und was es repräsentiert, zerschlagen wollen: Ich versuchte meiner Sehnsucht einen Namen zu geben, mein Erbe und meine Verpflichtung zu benennen. Europa! Diese drei Silben wurden mir zum Inbegriff des Schönen, Erstrebenswerten, zum inspirierenden Antrieb, zum politischen Glaubensbekenntnis und moralisch-geistigen Postulat.12

Das wird besonders ab 1932 deutlich, als sich die Oberflächlichkeit und Verantwortungslosigkeit in eine moralische Haltung dem Leben gegenüber verkehrt – eine Veränderung, die für beide Geschwister gilt. 1929/30 sind sie in Marokko, wo sie eine sehr unangenehme Haschisch -Erfahrung durchleben, ein erstes Warnzeichen, das Klaus in Wendepunkt beschreibt.13 1931 reisen sie nochmals zusammen, diesmal im Auftrag des PiperVerlags, um ein Buch über die Riviera für die Reihe “Was nicht im Baedeker steht” zu schreiben: Das Buch von der Riviera.14 7 8

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Erika und Klaus Mann (Anm. 6), S. 116. Die Autoren benutzen die Schreibweise Clairenore statt das Richtige Clärenore. Clärenore Stinnes (1901-1990) ist die erste Frau, die eine Autofahrt um die Welt gemacht hat. Sie fuhr am 25. Mai 1927 ab, kam nach 25 Monaten zurück. Ihre Reise mit dem schwedischen Photographen Söderström ging in die entgegengesetzte Richtung der Reise von den Manns. Sie fuhr mit ihrem Auto, einem Adler, ostwärts. Ihr Buch Im Auto durch zwei Welten wurde erst 1929 geschrieben, die Manns hatten wahrscheinlich lediglich von ihr gehört, daher die falsche Schreibweise des Namens. Erika und Klaus Mann (Anm. 6), S. 111. Klaus Mann, Der Wendepunkt. Ein Lebensbericht, Reinbek 1999, S. 291. Klaus Mann (Anm. 10), S. 317. Klaus Mann (Anm. 10), S. 281. Klaus Mann (Anm. 10), S. 336-342. Klaus und Erika Mann, Das Buch von der Riviera, Reinbek 2004.

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Das Buch von der Riviera ist die Nummer 14 der Reihe “Was nicht im Baedeker steht”.15 Die Reihe Baedeker entstand 1827, ihre Reiseführer galten im deutschsprachigen Gebiet als die zuverlässigsten. “Was nicht im Baedeker steht” war ein Versuch des Piper Verlags, eine Reihe vorzuführen, in denen die eingeladenen Autoren ihre subjektive Sicht der bereisten Gegenden vorstellten. Es waren Bücher für die, die sich von der bürgerlichen Reihe Baedeker emanzipieren wollten, eine Reihe, in denen das Personalpronomen “Ich” dominierte. Dazu wollte der Verlag, dass die Texte literarischer sein sollten. Diese Ergänzung der Baedeker-Reiseführer sollte eine “unbourgeoise, antipedantische, witzig-subjektive und literarisch anspruchsvolle Darbietung” sein.16 Wie Rudy Koshar in seiner Studie zeigt, wollte man sich dem realen Leben widmen und sich für das “Andere” interessieren. Als Reisebücher sind alle diese Texte sehr zeitgebunden, das Informative verliert schnell an Aktualität. Trotzdem wurden einige dieser Titel fotomechanisch im Rowohlt Verlag und im Leipziger Commewitzer Verlag nachgedruckt, da sie z. T. interessant als Dokument ihrer Zeit sind und da sie einige literarische Qualitäten aufweisen. Der Text der Manns wurde 1997, 2002 und 2004 vom Rowohlt Verlag als Taschenbuch in seiner Gesamtheit herausgegeben und 2005 vom Ebersbach Verlag, aber lediglich der französische Teil, nicht der italienische. Ich würde den informativen Gehalt dieses Bandes als klein betrachten, dagegen ist er aufschlussreich, um die beiden Manns vor 1933 näher kennen zu lernen. “Bezaubernd frivol” nennt 1998 der Rezensent J.S. der Frankfurter Rundschau diesen Band.17 Er schreibt weiter, es sei das Buch von vergnügungssüchtigen Geschwistern, die von Grand-Hotels, Golfplätzen, Spielcasinos, Restaurants, Herbergen, Shoppingvorschlägen berichten. Ein bisschen Bildungsgut muss bei den Manns immer vorkommen, also fehlen Hinweise auf Cocteau, Colette, Balzac, Dostojewski, Tucholsky u.a. nicht. Es werden einige Sehenswürdigkeiten kurz genannt, die sowieso auch im Baedeker stehen.

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Der erste Band war Berlin gewidmet, es folgten Wien, München, Ungarn/Budapest, KölnDüsseldorf/ Bonn, Leipzig, Paris, Hamburg, Frankfurt, Mainz/Wiesbaden, London, Oberitalien, Rheinland, Rom. Die letzten waren die Bände über die Schweiz, bei denen Annemarie Schwarzenbach, eine Freundin der Manns, mitgewirkt hat. Hans-Wolf Jäger, “German Travel Cultures. Rudy Koshars Studie schließt die Forschungslücke zum 20. Jahrhundert”, IASL online 26.8.2005 (http://uni-münchen.de/rezensio/liste/Jaeger1859734510_ 1140.html), hier S. 2. J.S. (1998), “Bezaubernd frivol. Erika und Klaus Mann: Das Buch von der Riviera. Was nicht im Baedeker steht”, in Frankfurter Rundschau, 27.6.1998.



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An der französischen Riviera atmet der Leser Ferien, an der italienischen dagegen die Luft des faschistischen Italiens. In mühsamen eher uninteressanten 35 Seiten wird dieser Teil der Riviera abgehackt. Das mag der Grund sein, warum der Ebersbacher Verlag den letzten Teil nicht mitgedruckt hat. Der Schreibduktus in diesem Buch ist sehr ironisch, als ob die Autoren sich indirekt über den Leser/Reisenden mokierten. Nur ein Paar Beispiele: “Soll ich Ihnen die Orte alle sagen, die zwischen St. Raphaël und Cannes sich auftun?” oder “Sind Sie so unruhig, weil Sie unbedingt erst Tee im Kasino trinken wollen? Es ist unsere Pflicht, Sie überall hin zu begleiten, aber beim Tee wird es gewiß recht langweilig”.18 Als sie vom Dirnenviertel von Marseille über die “bunten Damen” reden, wird der Leser nicht mehr mit “Sie” angeredet, sondern gleich mit “Du”. In Marseille werden sie schnell vom Baedeker weg geführt: Während Sie Ihren Café noir trinken, wird es ganz dunkel. Wir an Ihrer Stelle könnten uns nicht mehr beherrschen, sondern müßten gleich in die Gäßchen hinterm Alten Hafen laufen, die das eigentlichste Marseille sind, sein Geheimnis, sein Charme. Man hat Sie gewarnt, hinzugehen und düstere Andeutungen gemacht, es sei arg gefährlich. Das ist es aber nur dann, wenn Sie es mit den Leuten rein gar nicht verstehen, oder wieder Ihren ganzen Schmuck angelegt haben. [...] Dann mußt du der kreischend Entspringenden in ihre kleine Häuslichkeit folgen; nicht auszudenken, was dir dort geschieht.19

Die Autoren inszenieren eine Komplizenschaft mit den Lesern, als ob sie mit diesen in ein direktes Gespräch verwickelt wären. Aber sehr weit gehen sie nicht: Es sind kaum mehr als “heitere Beobachtungen und Klatschgeschichten”, notiert Strohmeyr.20 1932 bedeutet eine Art Zäsur in ihrem Leben, nachdem Erika am 13. Januar an einer Versammlung der “Internationalen Frauenliga für Frieden und Freiheit” in München von den Nazis bedroht wurde. Es ist der Anfang ihrer Politisierung. Im Sommer 1932 fahren Erika und Klaus nach Finnland und zum Nordkap. Erika schreibt darüber einen dreiseitigen Artikel “Fremdes Nordland” (1932). Die Textreise fängt schon auf dem Schiff von Stockholm nach Helsingfors an. Stockholm, “nordisches Venedig” genannt, ist sehr schön, aber die 18 19 20

Klaus Mann, Briefe und Antworten 1922-1949, hg. von Uwe Naumann und Michael Töteberg, Reinbek 1991, hier: S. 64 und 71. Klaus Mann (Anm. 18), S. 29 f. und 33. Armin Strohmeyr, Klaus Mann, München 2000 (Reihe dtv).

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Alkohol-Prohibition stört sie.21 Helsingfors dagegen sieht sie als eine russische Provinzstadt und sie phantasiert sich die Stadt bevölkert von Figuren der russischen Literatur, die sie kennt. Wir lesen von ihren Erfahrungen, wenig über die Stadt selbst. In einer riesigen Buchhandlung kauft sie sich eine Zeitschrift – Tempo, für die sie auch schon geschrieben hatte – und ein Buch von Gide. Sonst ist das Land voll von Verboten, besonders was den Autoverkehr angeht. Als schnelle Autofahrerin muss es eine Qual sein, nicht über 65 km/h zu fahren! Sie fahren zu einem Gut 300 Kilometer nordöstlich, wo die “Sonne die Welt um eine Nacht [betrügt]”.22 Außer einigen kurzen Beoachtungen erfährt der Leser nicht viel von der finnischen Landschaft. Es ist die gleiche Erzählstrategie, die wir bisher gesehen haben: Die “Abenteuer” des Ichs dominieren, die fremde Kulisse dient hauptsächlich als Kontext. Diese Reise wurde auch von Klaus Mann thematisiert: in der 23-seitigen Reisereportage “Nördlicher Sommer”, aber auch als Hintergrund im Roman Flucht in den Norden (1934). Es ist meines Erachtens eine sehr gelungene Reportage. Der Leser reist mit. Natürlich sind einige Informationen zeitgebunden, nämlich die über die Hakenkreuze und die deutsche Haltung gegenüber dem aufkommenden Nationalsozialismus. Einiges kennen wir schon aus Erika Manns Text, etwa die “Prohibition” in Schweden, Helsinki (beide benutzen den schwedischen Namen Helsingfors) als einer russischen Provinzsatdt ähnelnd, die Akademiebuchhandlung und das Gut nördlich der Hauptstadt, sowie den “Krebsschmaus”. Die Landschaft ist hier mehr als nur Kulisse: sie ist ein “Dialogpartner” des Erlebenden und dadurch auch des Lesers: “Nach all diesen Wäldern und den blanken Seen; Stockholm, freundliche, prächtige Stadt, mit ihrem vielen Wasser, ihren Brücken ein graueres und felsiges Venedig.” Zuerst vergleicht er Deutschland und Schweden: Die unfriedliche deutsche Hysterie steht der friedlichen Atmosphäre Schwedens gegenüber: “Wie angenehm sie sind, diese Menschen, die keine Abzeichen tragen! Sie sind hier fast alle schön, gut gewachsen und von liebenswürdigster Haltung”.23 Auch die Wohndichte trägt dazu bei, dass die Schweden immer viel Natur um sich haben. Die Städte dagegen sind etwas provinziell. Es gibt ein “Reichtum an Land, an unverbrauchter Erde.” Er kritisiert die deutsche “Romantik des Nordens”, die Nordschwärmerei und hält dagegen: 21 22 23

Erika Mann, Blitze übern Ozean. Aufsätze, Reden, Reportagen, hg. von Irmela von der Lühe und Uwe Naumann, Reinbek 2001, S. 101. Erika Mann (Anm. 21), S. 103. Klaus Mann, Die neuen Eltern. Aufsätze, Reden, Kritiken 1924-1933, hg. von Uwe Naumann und Michael Töteberg, Reinbek 1992, S. 415 und 413.



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“Das Nordische als freundlich-selbstverständliche und hübsche Gegenwart, nicht als gehässige Forderung, als aggressives Programm der Schlechtrassigen”.24 Er beschreibt kurz Stockholm, dann geht es weiter durch Finnland nach Helsingfors, das ihn nicht besonders interessiert, und in den Norden: zuerst zu dem Gut des Freundes Aminoff, wo ihn die trotz der Einsamkeit “verblüffende” Landschaft mit vielen Seen und viel Wald, mit wenigen “Sehenswürdigkeiten” anrührt. Je nördlicher, desto verschlossener sind die Menschen. Bei Klaus “isst” der Leser immer mit: In Nordfinnland geniesst er Rentierbraten und Sumpf-Beeren, zum Beispiel. Begeistert ist Klaus während seiner Schifffahrt von Kirkenes in Nordnorwegen bis Oslo, in beinahe sechs Seiten: er besucht viele Ortschaften, sieht die Fjords, kann öfters an Land. In Vadsöer Achtuhrabendblatt wird sogar eine Notiz über den Besuch des “tyske Luxusforden” (das deutsche Luxusford).25 In Trondheim (Klaus benutzt die damalige deutsche Schriftweise Drontheim) sieht er, dass leider wieder deutsche Zeitungen zu haben sind, sie werden also irgendwie von Deutschland wieder eingeholt.26 Wie in vielen Reisereportagen benutzt auch Klaus die Technik der Aneinanderreihung von Aspekten der Landschaft, so dass der Leser beinahe merkt wie, das Schiff “Drottning Maud” die Küstengewässer befährt. Er besucht die Familie des 1910 verstorbenen Schriftstellers Björnstjerne Björson: unter anderem diskutieren sie (die Witwe und die Söhne des Schriftstellers) die sprachliche Situation mit der Einführung des “NeuNorwegisch”. Die letzten drei Seiten widmet Klaus Oslo und den geplanten Park Frogner von Vigeland mit den vielen Statuen und das zentrale Monument, der Monolith, dem er nicht ganz so enthusiastisch aufnimmt wie seine norwegischen Gastgeber. Von 1933 bis 1937 ist Erika Mann sehr mit ihrem Kabarett “Die Pfeffermühle” beschäftigt, deren Texte meistens von Erika und Klaus Mann stammen. Deshalb reist sie nicht so oft mit dem Bruder, der seinerseits mit seiner Exilantenzeitschrift Die Sammlung sehr viel zu tun hat. Viele Grenzen muss Erika überschreiten, jedoch kehrt sie nicht nach Deutschland zurück. Um zu einem günstigen Pass zu kommen, heiratet sie den homosexuellen britischen Autor, Wystan Auden, den sie gar nicht kennt, mit dem sie aber Freundlichkeit schließen wird! Wenn Reisen auch eine Rückkehr nach Hause beinhaltet, so gilt das für Erika Mann nicht. Die Eltern wohnen in der Schweiz, später in den USA. Diese Orte 24 25 26

Klaus Mann (Anm. 23), S. 413. Klaus Mann (Anm. 23), S. 421 und 427. Klaus Mann (Anm. 23), S. 429.

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bleiben aber für sie fremde Orte, in denen sie sich wohl fühlen kann, aber immer als Ausländerin. Das gilt auch für die USA, die sie am Anfang so liebt, wo sie aber langsam spürt, dass sie nicht immer willkommen ist, dass man sie als “fellow traveller” der Kommunisten ansieht. Ab 1933 sind ihre Texte eindeutig moralisch, pädagogisch zu betrachten. Sie zieht Lehren aus den bereisten Gegenden und integriert sie in ihre Texte. Was sie in den USA schreibt, dient dazu den Amerikanern ein “wahres” Bild Deutschlands zu vermitteln, sie will sie für eine Intervention gegen ihr eigenes Land gewinnen. Man könnte ihre Haltung mit der Terminologie von Pageaux charakterisieren: ihre Haltung ist die “Attitude de manie”, d.h. die ausländische Realität (hier die amerikanische) ist “absolument supérieure à la culture regardante, à la culture d’origine”, wobei man einschränkend betonen muss, dass das nur für Hitler-Deutschland gilt.27 Das Gegenteil kann man z.B. in den Texten vor 1933 feststellen, z.B. in der “Liebeserklärung an Bayern”.28 Statt “Reinheit”, wie es die Nazis für Deutschland forderten, plädiert sie für Hybridität, für Toleranz und Offenheit. Ihre Texte konzentrieren sich auf den Inhalt, nicht so sehr auf die Form. Sehen wir uns die Texte, die sie über Spanien 1938 schrieb, an. Sie reiste dorthin mit Klaus, um über das republikanische Spanien zu berichten, eigentlich um die Leser der Neuen Volks-Zeitung aus New York über die Notwendigkeit der Unterstützung der Republikaner zu unterrichten. Wenn die Republikaner siegen würden, wäre ein wichtiges Zeichen gegeben, dass Hitler und Mussolini auch besiegt werden könnten. Die Republikaner sind als Beispiel des Widerstands zu sehen. Hätten Deutsche und Österreicher den gleichen Kampfgeist und Mut, wäre Hitler längst besiegt. Es sei dazu gesagt, dass Erika und Klaus in ihren Texten die Situation naiv sehen: Zur Zeit der Reise war die Lage der Republikaner schon beinahe aussichtslos. In Paris wurden sie gewarnt, nicht zu reisen, die Truppen seien demoralisiert, ein Sieg nicht in Sicht. Sie fahren trotzdem. Es ist ein Wiedersehen mit Spanien, nur die Voraussetzungen sind jetzt völlig andere.29 Im “Reisebrief aus Spanien”30 kontrastiert Erika Mann ein bombardiertes Dorf mit dem Alltag eines Töpfers und spielenden Kindern in einer bäuerlichen 27 28 29 30

Daniel-Henri Pageaux, La littérature génerale et comparée, Paris 1994, S. 75 f. Erika Mann (Anm. 21), S. 77-79. In seinen Tagebüchern nimmt Klaus oft Stellung zum Spanischen Bürgerkrieg. Siehe den Artikel von María Luz Blanco-Camblor, “Klaus Mann y la Guerra Civil española”, in Revista de Filología Alemana 9 (2001), S. 235-253, hier S. 243. Erika Mann (Anm. 21), S. 135-147.



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Landschaft. Barcelona zeigt auch beide Gesichter: ein fröhliches und ein schreckliches. Erika konzentriert sich darauf, das erste zu zeigen: “Die Menschen auf den Straßen sind nicht finster und nicht verängstigt. Sie sind, wie sie immer waren, – gelassen, meist gutaussehend und fröhlich.” Im Vergleich zu früheren Besuchen bemerkt sie: “1. Das viele Militär auf den Straßen. 2. Der relativ geringe Autoverkehr. 3. Die gefährlich überfüllten (weil in der Zahl verringerten) Straßenbahnen”.31 Im Hotel funktioniert der Lift nicht, es gibt Lebensmittelknappheit, man sieht Zeichen der Bombardments, aber im Gegensatz zu ihren Freunden in Paris sieht sie einen ungeheuren Verteidungswillen, die Moral sei sehr groß im Gegensatz zu der der Nationalisten, weil hinter Franco Hitler und Mussolini stünden. Der Leser erfährt über die Begegnungen, die Erika und Klaus haben: mit Politikern, Militärs und einigen Ausländern, auch Deutschen. Das stärkt Erikas Standpunkt, es gibt noch Hoffnung. Der Artikel endet mit einem optimistischen “Aber siegen werden wir, wenn wir bereit sind zum großen Einsatz, - zum Einsatz aller Kräfte, zum Einsatz des Lebens, das wertlos würde, opferten wir ihm die Freiheit”.32 In dem Text “An der spanischen Front mit Hans”33 beschreibt sie das Treffen mit einem deutschen Militär. Reisen ist schwierig, das wird dem Leser klar gemacht. Erika ist beeindruckt wie man das “wir” benutzt, als Zeichen der Zugehörigkeit. Sie trifft Hans, einen Deutschen, der eine Division kommandiert. Man erfährt etwas vom Leben der vielen Freiwilligen, die den Republikanern helfen. Hans informiert sie, dass die Nationalisten über viel mehr Material verfügen, die Republikaner besäßen aber eine viel stärkere Waffe, die Moral. Sie berichtet über Valencia und eine Bombardierung der Stadt, Erika muss selbst auch in ein “Refugio”. Die Autorin ist immer wieder über den Geist der Einigkeit in den noch freien Gebieten begeistert: “weil man sich einig weiß, hält man aus”.34 Sie schreibt weiter: “Dies Seltsame, daß das Leben weitergeht, im Grunde unverändert weitergeht, was immer geschieht, hier wird es besonders auffällig”.35 Für sie bedeutet die Erziehung viel: Deshalb berichtet sie sowohl über ihre Erfahrung in einer Schule für Soldaten, wie auch über die Erziehung der Kinder in Spanien. Sie schreibt: 31 32 33 34 35

Erika Mann (Anm. 21), S. 137 und 138. Erika Mann (Anm. 21), S. 143. Erika Mann (Anm. 21), S. 143-150. Erika Mann (Anm. 21), S. 154. Erika Mann (Anm. 21), S. 154.

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Heute wissen sie [die Soldaten, GVB] nicht nur, wie man Krieg führt, – sie kennen die Geschichte ihres Landes wie ihre persönliche,– sie haben einen Überblick über die Begebenheiten der Welthistorie, sie befassen sich mit philosophischen Fragen so sehr wie mit politischen.36

Die große Beachtung, die die Republikaner der Erziehung der Kinder schenken, ist für Erika Mann eine positive Seite, die sie dem Entsetzlichen, das sie erlebt hat, gegenüberstellt. Diese Texte sind Dokumente einer Vision. Sprachlich sind sie nicht sehr elaboriert (es war auch nicht Erikas Ziel) und sie sind nicht frei von Propaganda. Sie zeugen aber von einer großen Humanität. Sie geben ihre Version (oder die für die sie spricht) von erlebten Situationen, deren Gründe leicht zu ahnen sind: die faschistischen Ideologien sind hinter dem Krieg und gegen die Freiheit. Klaus Mann hat für die Pariser Tageszeitung und auch für die NationalZeitung in Basel geschrieben.37 Einige der Artikel sind mit der Schwester verfasst worden, die Themen und auch einige Formulierungen machen es deutlich, zum Beispiel die Beschreibung der Menschenmengen in der Straßenbahn in Barcelona wie “Trauben” von den Wagen hängend.38 Er sieht auch, wie hoffnungsvoll die Leute in den besuchten republikanischen Gebieten sind. Aber er ist sich seiner Haltung bewusst: “Wozu es leugnen: Man ist Partei – man ist leidenschaftlich Partei in diesem großen Kampf, von dem der spanische Bürgerkrieg nur ein Teil ist”.39 Er versucht seine Emotionalität in Grenzen zu halten. Auch stilistisch geht er über das Propangadistische hinaus. Seine Sprache ist gefasster als die von Erika, er schweift nicht sooft ab. Es gelingt ihm, den Schrecken des Krieges in knappen Bildern zu vermitteln. Nur ein Beispiel, das Bild eines zerbombten Hauses: [...] nackte Zimmer, denen die Vorderwand und Teile der Seitenwände fehlen; schamlos und melancholisch zeigen sie eine Intimität, die ehemals dem Fremden verborgen blieb – Reste von Mobiliar; Fetzen einer Tapete [...]40

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Erika Mann (Anm. 21), S. 157 f. “Klaus Mann estaba convencido de que los republicanos luchaban por una causa justa y que la victoria estaría de su lado, a pesar de que en esa fecha ya muchos daban como seguro el triunfo de las tropas franquistas.” (Blanco-Camblor [Anm. 29] S. 243). Klaus Mann, Wunder von Madrid. Aufsätze, Reden, Kritiken, hg. von Uwe Naumann und Michael Töteberg, Reinbek 1993, S. 398; Erika Mann (Anm. 21), S. 138. Klaus Mann (Anm. 38), S. 395. Klaus Mann (Anm. 38), S. 396.



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Die benutzten Bilder sind denen der Schwester nicht ganz unähnlich. Hinter dem Erzähler steht einer, der leidend beobachtet, der aber trotz allem skeptisch ist. Er glaubt an die Notwendigkeit des Kampfes um die Freiheit, den ersten richtigen Widerstand gegen den europäischen Faschismus: “Solange die Republikaner auch nur noch eine Handbreit Boden besitzen, werden sie nicht nachgeben.” Für ihn ist es wichtig, den Kampf erlebt zu haben, es reicht nicht, davon etwas zu wissen, er will ihn kennen: “Man muß die Luft geatmet haben, die dort weht”.41 Trotz Enthusiamus bekennt er: “Natürlich: Es gibt auch Verbitterte, Müde, Enttäuschte – wir haben solche getroffen. Aber sie sind eine Minderheit, da kann gar kein Zweifel sein”.42 Dem Colonel Hans widmet Klaus einige Seiten. Der Dialogteil ist hier kürzer als bei Erika, Klaus zieht die indirekte Rede vor, sie erlaubt ihm, distanzierter zu bleiben. Er bewundert auch den Deutschen, dem 14.000 Soldaten unterstellt sind, der ein Buch von Tucholsky und ein anderes von Frank Thieß bei sich trägt. Sehen wir, wie beide die zerbombte Stadt Tortosa darstellen. Erika, in “An der spanischen Front mit Hans”, beginnt den Teil über Tortosa mit einem Zitat eines englischen Korrespondenten: “The city that was Tortosa”. Genau wie Klaus berichtet sie, wie schwierig es war, dorthin zu kommen. “Hier lebt keiner mehr. [...] [Die Soldaten sind] Geister in einer Geisterstadt”.43 Bei Klaus lesen wir: “Was wir vorfanden, war nur noch eine gespentisch öde Ruinen-Landschaft”.44 Erika zeigt diese Zerstörung: “verzweifelte Überbleibsel der Menschen”: eine kleine Ziehharmonika, ein Stuhl aus einem Frisiersalon, ein Stückchen Vorhang, zerbrochene Lämpchen, ein Kinderkleid, ein Buch, das verkohlt ist.45 Klaus seinerseits zählt einige Dinge auf, die die Soldaten für ihre Kaserne gerettet haben: eine Uhr im Biedermeier-Stil, eine Waschschlüssel, ein kleines Sofa. Beide räumen den militärischen Angelegenheiten und dem Besuch mit Hans viel Platz ein. Durch diese Auflistung wird in knappen Bildern eine große menschliche Tragödie sichtbar. Klaus wird diese Art Bilderkonstruktion auch später benutzen, wie zu sehen sein wird. Beinahe wortgenau zitieren beide, was der deutsche Militär gesagt hat: Er wolle Zivilist werden, er sei Pazifist. Aber vorher muss für die Freiheit gekämpft werden. Der Unterschied zwischen beiden ist, dass Klaus 41 42 43 44 45

Klaus Mann (Anm. 38), S. 424 und 425. Klaus Mann (Anm. 38), S. 429. Erika Mann (Anm. 21), S. 147 und 148. Klaus Mann (Anm. 38), S. 402. Erika Mann (Anm. 21), S. 148.

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seinen eigenen Gedanken mehr Raum lässt, etwa dem paradoxen Gedanken, dass der schreckliche Krieg positive zivilisatorische Folgen haben kann, z.B. beim Straßenbau. Oder er reflektiert das “Problem-Komplex ‘Pazifismus und antifaschistischer Krieg’”.46 Klaus zeigt seine Empörung, nachdem er zwei deutsche Flieger im Gefängnis hat besuchen dürfen. Sie sagen, sie seien keine Nazis, bloß Flieger, unpolitische dazu. Diese Haltung erlaubt dem Autor, über den Begriff “Feind” nachzudenken: “Wir hatten also weder mit bösen Feinden gesprochen noch mit unschuldigen Verführten. Die Wirklichkeit ist immer überraschend. Die Menschen, die einer bösen Sache dienen, bleiben doch Menschen”.47 In “Das Wunder von Madrid” berichtet er über die Stadt, die seit ca. zwei Jahren belagert ist. Er erinnert sich an Helden der Weltgeschichte, die die Feinde haben stoppen können. Jetzt sind die Republikaner dran! In der Ciudad Universitaria “(sind) nun Soldaten einquartiert”.48 Statt Kant und Hegel sind dort Maschinengewehre zu sehen. Madrid wird den Horror der Frankisten nicht vergessen. Diese Bilder tragen zur Skepsis von Klaus bei.49 Klaus versucht Lügen zu widerlegen, z.B., was die spanischen Kunstschätze angeht. Er zeigt, wie den Republikanern viel daran gelegen ist, die Bilder von Greco bis Picasso zu retten, und nicht, wie man oft in Europa hatte hören können, sie gegen Waffen zu verkaufen. Die republikanische Seite wird etwas “idyllisiert”, aber das ist verständlich, wenn man bedenkt zu welchem Zweck Klaus und Erika überhaupt gereist sind. Klaus schreibt dazu: Die Reise, von der wir zurückkehren, hat in unseren Herzen ihre Spuren hinterlassen. Es war keine erheiternde Reise – wir haben ein Grauen kennengelernt, das uns noch fremd war – dem Elend und der Verwüstung sind wir begegnet.50

46 47 48 49

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Klaus Mann (Anm. 38), S. 403, 404. Klaus Mann (Anm. 38), S. 414. Klaus Mann (Anm. 38), S. 414-418, hier: 416. In Klaus Manns Tagebüchern wird die Skepsis deutlicher. Am 30.VI.1938 lesen wir: “KEINE Lust, noch sehr lange hier zu bleiben. (Trotz starker Eindrücke)” und am 1.VII: “[...] Sonderbar: E’s Ausdauer; fast Freude an der Situation hier. – Mein nervös sich steigendes Bedürfnis nach Abreise”. (Klaus Mann, Tagebücher 1938-1939, hg. von Joachim Heimannsberg, Peter Laemmle und Wilfried F. Schoeller, Reinbek 1998, hier: S. 48 und 49). Klaus Mann (Anm. 38), S. 430.



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Wir konstatieren also einen riesigen Unterschied zwischen Rundherum oder Das Buch von der Riviera und diesen spanischen Texten. “Schuld” daran ist die Weltlage. Thiel schreibt über die 12 Artikel von Klaus Mann über den spanischen Bürgerkrieg: “Eine äußerst intensive journalistische Ausbeute, hinter der seine persönlichen Eindrücke mehr als blaß zurücktreten”.51 Beide haben sich getäuscht über die militärische Lage. Die Artikel sollten aber keine Kriegsnachrichten wiedergeben, sondern waren Artikel im Sinne des antifaschistischen Kampfes. Hoffnung, nicht Verzweiflung sollte vermittelt werden. Strohmeyr schreibt, das Ziel der Artikel war, “die Weltöffentlichkeit im Kampf gegen den Faschismus wachzurütteln”.52 Klaus Mann hat über seine spanischen Erlebnisse sowohl in Der Vulkan. Roman unter Emigranten wie in seiner Autobiographie The turning point/Der Wendepunkt geschrieben. Im Roman ist der Autor sarkastisch: Nun also surrten sie wieder über der schönen, tapferen, viel gequälten Stadt Barcelona – die schwarzen, wendigen Todes-Vögel; die schrecklichen Maschinen deutscher und italienischer Konstruktion. Die Sirenen heulten – aber zu spät, es hatte schon gekracht, dies war schon der Höllenlärm der Zerstörung, die Leute von Barcelona erreichten die Unterstände nicht mehr, man hat sie überrascht–:

Jetzt imaginiert der Erzähler die Perspektive der Bomber: welch ein Spaß! Welch geglücktes kleines Experiment! Kinder winden sich in ihrem Blute, man hat sie auf offener Straße erwischt, die roten kleinen Bestien! Noch eine Bombe – solid-preußisches Fabrikat –, eine Mietskaserne stürzt zusammen wie ein Kartenhaus. Hier wohnten Menschen, Männer, Frauen, Kinder, Familien waren hier glücklich oder zankten sich, waren arm oder in leidlich guter Situation – was geht es uns an! Keine Sentimentalitäten! Hin ist hin, nichts billiger und leichter zu ersetzen als ein paar Dutzend Menschenleben.53

In Wendepunkt widmet Klaus Mann dem Besuch in Spanien vier Seiten. Der Krieg wird als “Prolog oder erster Akt – es ist der Anfang. Incipit tragoedia”

51 52 53

Marlis Thiel, Klaus Mann. Die Sucht, die Kunst und die Politik, Pfaffenweiler 1999, S. 213. Armin Strohmeyr, Klaus und Erika Mann. Die Sucht, die Kunst und die Politik, Leipzig 2004, S. 119. Klaus Mann, Der Vulkan. Roman unter Emigranten, Reinbek 1998, S. 490.

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bezeichnet. Die ersten Eindrücke werden durch eine lange Liste von Situationen beinahe ohne Verben wiedergegeben, so dass die Geschwindigkeit und das Gefühl des Tragischen erhöht wird: Erster Kontakt mit der Realität des modernen Krieges! Die ausgestorbenen Dörfer, Landstraßen, verstopft von Flüchtlingen und Panzerwagen, die camouflierte Limousine des Generalstabsoffiziers, das tote Pferd am Wegrand – aufgeplatzter Bauch, die starren Augen schauerlich belebt von wimmelndem Ungeziefer –, das improvisierte Hauptquartier – ein Stall mit Telephon, Landkarte, Fernstechern, Kaffeemaschine, Zigarettenstummeln –, hungrige Kinder, zornige alte Bauern, Scheinwerfer, Lichtsignale, verdunkelter Bahnhof, schwarzer Boulevard, nächtlicher Fliegerangriff (technisch noch unvollkommen, aber vielversprechend), Geknatter der Mitrailleusen, das Radioprogramm mit sieghaften Bulletins und flotter Marschmusik, grelle Plakate an verkohlter Mauer: all dies wird uns im Laufe der nächsten Jahre vertrauter Alltag werden, nun aber erleben wir es zum erstenmal.54

Man merkt durch die Sprache noch stärker als in den Reportagen die Aggressivität der auf ihn einstürmenden Eindrücke, ein Durcheinander, um den Horror zu zeigen. Trotz allem zitiert Klaus dreimal den Satz NO PASARÁN! Auch wenn der Autor, als er dies schrieb, schon wusste, dass die Nationalisten doch gewonnen hatten, will er die Überzeugung wiedergeben, die er hatte, als er Spanien besuchte.55 Ihn ärgert es immer noch, wie die zwei deutschen Kriegsgefangenen sich völlig schuldlos fühlten. Dieser Episode widmet er hier beinahe eine Seite – weil er hier schon hörte, was man nach dem Krieg immer wieder hören wird: “Ich kann nichts dafür... Befehl von oben, von noch höher, von der höchsten Spitze! Befehl vom Führer”.56

54 55

56

Klaus Mann (Anm. 10), S. 534-537, hier S. 534. In einem Brief vom 2. Juli 1938 an Hermann Hesse schreibt Klaus: “Der Widerstandswillen dieses Volkes ist bewunderungswert. Dieser Krieg kann noch lange dauern. Von einer Auflösung auf der republikanischen Seite ist nicht die Rede.” (Klaus Mann [Anm. 18] S. 362) Am 14. Juli schreibt er an Ludwig Hatvany: “Wir haben unendlich viel gesehen: sehr viele Menschen – Soldaten und Generale und Dichter und den Außenminister und den Propagandaminister und Journalisten und nochmals Soldaten –, und Hospitäler und die Schützengräben und die Gefängnisse und Theater und zerstörte Häuser und versenkte Schiffe und verbrannte Kirchen, und was weiß ich. Es war oft recht entsetzlich; immer höchst eindrucksvoll.” (ebda.: S. 363). Man spürt seine Müdigkeit, er fühlt sich in dieser Situation nicht wohl. Klaus Mann (Anm. 53), S. 537.



gonçalo vilas-boas Erika und Klaus Manns gemeinsame Reisen in den 30er-Jahren

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Die Geschwister Mann führten weitere Buchprojekte durch, wie Escape to life (1939)57 oder The other Germany (1940), die aber thematisch außerhalb des Bereiches dieser Arbeit liegen. Ich konzentriere mich hier auf die Reisereportagen der beiden, die auf gemeinsamen Reisen entstanden. Zum Schluss möchte ich kurz auf einen Text von Erika Mann aufmerksam machen, den sie über Lissabon geschrieben hat, “In Lissabon gestrandet” (BO: 183–198).58 Erika Mann war 1940 aus London nach Lissabon gekommen, um nach Amerika zu fahren.59 Es ist nicht das touristische Lissabon, sondern die portugiesische Hauptstadt als “Wartehalle”, als “Flüchtlingslager”. Es ist die Perspektive einer, die auf eine Passage wartet: enorme Preise, Schwierigkeiten, ein Zimmer zu bekommen, überall Schlangen, vor dem Polizeirevier für Ausländer, vor der amerikanischen Botschaft. Sie sieht die “passive, unglückliche Existenz der Wartenden hier”. In Cafés treffen sich viele Leute: Erika lässt sie zu Worte kommen, so kennen wir die verschiedenen Odysseen. Überall “die Angst vor der drohenden Katastrophe, der man hilflos ausgeliefert ist.” Toni, eine ehemalige niederländische Freundin von Erika, die sie in Lissabon zufälligerweise trifft, sagt: “[...] Dieser Platz hier, dieses verrückte Lissabon [ist] keine Ausnahme. Hier ist das Elend vielleicht konzentrierter, sichtbarer als sonstwo in Europa, aber grundsätzlich ist überall das gleiche Elend”.60 Zwei Autoren, zwei Sensibilitäten, die gleichen Themen, zunächst die gleiche verspielte Haltung und dann der gleiche Kampf. Die Sorglosigkeit Anfang der dreißiger Jahre und der aktive Kampf gegen Hitler. Die hier behandelten Texten der späten 30er Jahre sind lesenswerte Zeitdokumente, es sind keineswegs neutrale Stellungnahmen. Die Visionen und Ansichten einer Journalistin und eines Schriftstellers. Die Qualität lässt sich unterscheiden. Die meisten der hier behandelten Artikel nach 1933 sind Zeitungsartikel, mit der eindeutigen Funktion, den Widerstand gegen den Faschismus zu stärken und in diesem Kontext muss man sie lesen. Dazu ermöglichen die Texte, diese zwei faszinierenden Persönlichkeiten näher kennenlernen. 57 58 59 60

Das Kapitel 9 dieses Buches Blitze übern Ozean (Anm. 21) heisst “Solidarität” und spricht einiges über den spanischen Bürgerkrieg und Teniente Colonel Jorge, alias Hans Kahle. Der Artikel wurde erst 1991 in einer Anthologie von Claudia Schoppmann, Im Fluchtgepäck die Sprache. Deutschsprachige Schriftstellerinnen im Exil, Berlin 1991, S. 148-160 publiziert. Es ist die Übersetzung der Herausgeberin des auf Englisch geschriebenen Artikels “Waiting for the Lifeboat”. Ein Jahr später ist sie wieder in Lissabon, wie in einem unveröffentlichten Brief an Klaus Mann gelesen werden kann (s. Lühe [Anm. 2] S. 241 f.). Erika Mann (Anm. 21), S. 183, 184, 186, 193, 197.

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 115-133

El señor llega, o: Qué razón tenía Goethe helena cortés gabaudan

Vigo / Hamburgo

Breve preludio amical Sirvan las siguientes páginas, basadas en la popular trilogía del gallego y salmantino de adopción, Torrente Ballester, en este año de su aniversario, como modesto homenaje amistoso a otro señor gallego, otro Carlos que, como el de la obra torrentina, llegó o más bien regresó a su tierra natal para realizar una misión fundadora después de haber pasado por tierras salmantinas y germánicas (en esto último, de nuevo, como Deza). El azar quiso que el homenajeado y quien esto suscribe se perdieran en distintos momentos de sus cronologías por los mismos cruces de caminos y esquinas del mapamundi, Galicia, Alemania, Salamanca y la dulce Francia (que les diera madre y esposa) con lo que, además de compartir la misma especialidad académica, compartieron sin proponérselo parecida topografía vital. Desde esos vericuetos galaicos, germánicos, galos o charros, vaya este sencillo recuerdo afectuoso.

Hilando fino: la traducción alemana de Los gozos y las sombras1 De entre los variados problemas que se pueden abordar al analizar una traducción, y de entre los muchos enfoques con que se puede emprender tal labor, hemos desechado de antemano y conscientemente los que tienen que ver únicamente con las dificultades inherentes al siempre difícil trasvase lingüístico entre dos idiomas muy alejados entre sí tanto en léxico, como en estructuras sintácticas, morfológicas y demás. Nuestra pretensión es fijarnos en casos en los que una traducción, sin llegar a ser necesariamente incorrecta, no ha sabido no obstante reflejar los com1

Gonzalo Torrente Ballester, Licht und Schatten, ed. de Hartmut Zahn y Carina von Enzenberg, Stuttgart (Klett-Cotta) 1991.

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ponentes culturales del texto de partida por haber descuidado un análisis literario del original. La intención ni siquiera es criticar esta versión, pues en muchos casos los detalles en los que nos fijaremos requieren hilar muy fino, sino sólo realizar un ejercicio escolar de aviso para navegantes acerca de los insospechados escollos que se ocultan incluso en las aguas aparentemente más mansas del océano de la traducción.

I.

Caracterización previa de los problemas de traducción de la obra

Es bien sabido que para realizar bien tanto la labor de traducción de una obra, como el propio análisis de dicha traducción, se debe empezar por una serie de tareas previas de información y documentación sobre el texto original que nos permitirán detectar y aislar ya de antemano algunos de los posibles problemas de traducción intrínsecos a la obra permitiéndonos, si no resolverlos totalmente antes de que aparezcan, al menos estar ya sensibilizados para determinadas dificultades, o, por decirlo de otro modo, estar ya en guardia. No obstante, puesto que Torrente Ballester es un autor muy actual y bien conocido en España, daremos por ya sabida la contextualización de la obra y su autor y diremos sólo muy brevemente que su famosa trilogía pertenece al género de la novela realista contemporánea. A primera vista, y ése ha sido precisamente el motivo para elegirla, nos encontramos ante una obra que podríamos calificar trivialmente de poco problemática o ‘fácil’, por mucho que esta palabra se acabe revelando muchas veces engañosa. En efecto, frente a otras creaciones del mismo autor, no es una novela vanguardista en la que sea un problema relevante el empleo de situaciones o/y lenguajes metafóricos (pensemos en Fragmentos de Apocalipsis, La saga-fuga de J.B., etc), sino una obra narrada en el plano más típicamente descriptivo y tradicional de las novelas de corte realista que fueran tan queridas en la segunda mitad del XIX y que tampoco alberga grandes sorpresas en el plano del lenguaje utilizado, que fluye sin dificultades, con un tono muy homogéneo y en principio absolutamente diáfano. Pero si abandonamos los aspectos más formales de género, estilo y lenguaje general de la narración, y nos fijamos ahora en el plano del contenido, nos encontraremos de inmediato con las que, a nuestro juicio, parecen de antemano las dos características literarias más marcadas de la obra en lo tocante a su eventual dificultad de traducción: A)

Los referentes culturales servidos por el escenario histórico-geográfico de la novela. En efecto, situada en la Galicia de los años del final de la República,



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en un ambiente de pre-guerra civil, y por extensión en la España de esa misma época, el texto de Torrente hace prever la aparición de numerosos referentes culturales de todo tipo, unos más obvios, otros escondidos en el plano profundo del significado e intención de la obra, que habrá que tratar de trasvasar lo mejor posible a la lengua y cultura alemanas que en principio los desconoce. Esto incluye desde una larga lista de nombres propios y topónimos, hasta aspectos históricos y políticos, pasando por costumbres, comidas y un sinfín de peculiaridades del entorno español y gallego de entonces, además del importante tema de fondo de la religión. De este primer aspecto, se deriva como consecuencia inmediata el segundo. B)

Los registros socio-lingüísticos, debidos a la gran cantidad de ambientes y clases sociales que aparecen pintados en la obra y que, en principio, deberán tener también reflejo en aspectos culturales transmitidos por el habla. Aunque la obra está escrita en castellano incluso es de esperar que aparezcan, como de hecho aparecen, algunos términos en gallego. Para no pasar por alto esas posibles dificultades será bueno tener presente un esquema pormenorizado de la variedad de ambientes y personajes que aparecen en la obra, desde los ilustrados del casino, a los marineros de CNT de la taberna, el nuevo rico de los astilleros, pasando por los frailes, las criadas, los campesinos, las señoritas burguesas, los nobles de los pazos venidos a menos, el tonto del pueblo, etc. Un gran fresco social.

II.

La traducción de los títulos. Un ejemplo de referente cultural del nivel profundo

Una vez puestos en guardia ante las que consideramos potenciales dificultades de esta traducción, ya no nos sorprenderá que aun antes de abrir las tapas del libro detectemos un problema de traducción relacionado con el trasfondo ideológico de la cultura de partida: concretamente, la traducción del título de la trilogía y del título del primer volumen. Aunque en el campo de la literatura no se suele llegar a la total falta de respeto al original que se observa en el mercado cinematográfico, sí son mayores las libertades que editores y traductores se toman con los títulos que con el resto de la obra. No obstante, en el caso que nos ocupa, las alteraciones realizadas en los títulos parecen partir de la sana y evidente intención de realizar una buena y fiel

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traducción. Por eso mismo, aún resulta más interesante analizar hasta qué punto los mínimos cambios realizados a favor de la belleza del título delatan al mismo tiempo una falta de atención o sensibilidad a la cultura de partida y al sentido profundo de la obra, que se ve neutralizado por la traducción elegida.

II.1. El título de la trilogía Si disponemos en dos columnas el título original y su traducción alemana, y efectuamos un análisis semántico, morfológico y sintáctico obtendremos de inmediato una serie de cambios que pasamos a analizar.

Los gozos

y

las sombras











Licht

und

Schatten

De entrada, se han efectuado dos reducciones (eliminación de artículos) y se ha cambiado el género y el número de los sustantivos (Licht= neutro singular; Schatten=masculino singular ó plural; en esta palabra no queda marcado el número debido a la ausencia del artículo, pero cabe sospechar que se trata del singular por paralelismo). En el nivel semántico también ha habido modificaciones. La palabra gozos se ha traducido con el sustantivo singular Licht, que significa luz y tanto puede significar la luz en general, como la luz de una vela o la propia vela. La palabra sombras se ha traducido por su equivalente alemán exacto Schatten (aunque sin artículo y probablemente en singular). Al optar por esta modificación, los traductores alemanes logran un título a primera vista más poético y de mayor efecto: Luz y sombra. En alemán suena muy bien y se mantiene el contraste de fondo. Se confirma que no es algo casual, sino un efecto muy buscado y consciente (y se confirma que la palabra Schatten está efectivamente en singular), porque en el forro de la portada alemana del libro se nos muestra una vela encendida que proyecta una sombra sobre un cántaro o una jarra. Sin embargo, y aunque pueda parecer un acierto por su aparente belleza, desde el punto de vista de la fidelidad a la cultura de partida, esta modificación es desafortunada e innecesaria, pues el alemán dispone de términos para reproducir más literalmente la palabra castellana gozos. Si bien muchas de las opciones que nos aporta el diccionario como Lust, Vergnügen, Genuss, resultan inmediatamente desechables por sus connotaciones excesivamente libidinosas, también tenemos a nuestra disposición la palabra Freude, un término muy corriente y al mismo tiempo muy amplio que



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engloba desde la alegría más común, hasta la dicha y el gozo. Así pues, la traducción más literal hubiera sido Freuden und Schatten, sintagma en el que si bien eliminamos los artículos, que efectivamente no suenan bien en el título alemán, sí se respeta la intención semántica del título y el plural. Puede parecer que caemos en una excesiva literalidad y que nuestra propuesta es menos bella que la de los traductores, pero es que, más allá de las modificaciones en el nivel superficial, se han producido otras de mayor alcance que afectan al sentido general de la obra. En efecto, parece evidente que, por un motivo o por otro, la mayoría de las obras de Torrente Ballester, y también ésta en particular, tienen profundas conexiones con asuntos religioso-teológicos que él conoció muy bien tanto por su biografía, como por la época que le tocó vivir. En la España de su tiempo, y esto lo podemos ver también perfectamente en la trilogía que nos ocupa, la religión es algo que está presente por doquier, pero no sólo en costumbres, lugares y ritos, sino en la dimensión profunda de los sentimientos, ideas y comportamientos humanos, en lo más profundo de cada persona. Y, por eso, el título Gozos y sombras no alude sólo obviamente a todas las penas y alegrías que van a discurrir ante nuestros ojos en la novela, sino a la gracia y el pecado, la salvación y la condena, el cielo con sus glorias y el infierno con sus tormentos, que acechan a los distintos personajes de la obra, sépanlo (como el boticario obsesionado por sus culpas y pecados, o el hermano Osorio con sus dudas teológicas) o no lo sepan (como Cayetano, que hace cierta gala de agnosticismo o Carlos Deza, de espíritu moderno y racionalista, pero que se deja influir hasta tal punto por el ambiente del pueblo que acaba él mismo teniéndoselas que ver con Dios y con el diablo. Véase la escena en págs. 312-3132). Pues, efectivamente, en la España católica de entonces, la gracia y el pecado, la lucha entre el Bien y el Mal, es algo que todo el mundo llevaba dentro. Y de esta lucha, y no sólo de las otras más aparentes, es de la que habla la obra. Para cualquier persona que haya crecido en la España católica de antaño, en la palabra ‘gozos’ resuena de modo inmediato –y con toda la intención– un eco de los ‘misterios gozosos’ del rezo diario del rosario. La traducción alemana sería freudige Misterien, una vez más partiendo de la palabra Freude. Pues bien, este nivel profundo del título y de la obra puede y debe quedar recogido en la traducción. Por otra parte, al elegir los términos gozos-sombras, el autor también ha buscado una serie de intencionados contras-

2

Citamos siempre por la edición de bolsillo de la colección Biblioteca Torrente Ballester: Gonzalo Torrente Ballester, Los gozos y las sombras, Madrid (Alianza) 2001 (1ª ed. de 1971).

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tes y paralelismos léxico-morfológicos que hacen el título mucho más sonoro y atractivo. Veámoslos: Castellano 1. 2. 3.

4.

Contraste masculino – femenino (gozos – sombras) Contraste término real (gozos) – término metafórico (las sombras se tienen que leer en el plano metafórico como equivalentes de penas, etc.) Contraste campo semántico del orden psicológico (gozos) – campo semántico del orden físico (las sombras sólo metafóricamente entran en lo psicológico) Paralelismo plural-plural (pues en un título breve el efecto de un contraste singular – plural resultaría chocante)

Traducción alemana 1.

Contraste neutro-masculino (casi no es contraste, ya que neutro-masc. nunca es tan contrastado como masc. – fem.) 2. Término metafórico – término metafórico (no hay contraste) 3. Orden físico – orden físico (no hay contraste) 4. Singular – singular (se mantiene un paralelismo pero se pierde el sentido plural) Conclusión: Se han perdido los contrastes 1, 2 y 3; se ha alterado el paralelismo 4. Todo lo cual se podía haber mantenido.

II.2. El título del volumen Más importante, sin duda, es la intención profunda que subyace al título del primer volumen de la trilogía y que nos obliga a leer toda la obra antes de haber captado el significado que le ha querido dar el autor. Efectivamente, sólo al hilo de los distintos episodios de la novela se nos da la clave para entender el alcance de un título aparentemente tan breve, sencillo y puramente descriptivo como El señor llega. Reproducimos a continuación los pasajes más significativos en orden a entender el sentido completo de este título. Destacamos en negrita los términos que analizaremos a continuación: 1. “El señor llega” (Título volumen)/“Die Ankunft des Herrn”.



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“La venida de Carlos Deza a Pueblanueva del Conde, si bien se considera, no fue venida, sino regreso.” (9)/“Die Ankunft von Carlos Deza in P. del C. war, genaugenommen keine Ankunft, sondern eine Heimkehr.” (7) 3. “Quedamos en que más que venida, fue regreso el suyo [...]” (10)/“Wie gesagt, sein Kommen war eher eine Heimkehr [...]” (7) 4. “Ya verán cuando venga mi hijo. [...] Mi hijo va a venir pronto y ya veréis [...]” (10-11)/“Ihr werdet schon sehen, was passiert, wenn mein Sohn zurückkommt. [...] Mein Sohn kommt bald, und dann werdet ihr sehen [...]” (8-9) 5. “Se empezó a decir que Carlos llegaría para Navidades [...]” (13)/“Irgendwann kam das Gerücht auf, Carlos werde gegen Weihnachten eintreffen.” (11) 6. “Y entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube [...]” (13)/“Und dann werdet ihr den Menschensohn... herabsteigen sehen” (11) 7. “El Señor viene, el Señor llega” (14)/“Der Herr kommt, der Herr naht” (12) 8. “[...] y que para los cristianos el Señor estaba siempre llegando de verdad, y que ahora iba a llegar a Pueblanueva y, con El, su reino y su justicia.” (14)/“Für die Christen stehe die Ankunft des Herrn [...]” (12) 9. “Fray Eugenio habló, durante unos minutos, de la Venida de Cristo [...]” (159)/“Bruder E. sprach ein paar Minuten lang vom Erscheinen Chisti [...]” (171) 10. “Habíamos convenido ya el título del libro: El Señor llega, porque la Parusía del Señor [...] era el punto de partida de aquella doctrina.” (247)/“Auf den Titel des Buches hatten wir uns bereits geeignigt: Die Ankunft des Herrn” (269). 2.

Estos diez pasajes que hemos elegido muestran la polisemia implícita en el título del volumen, que no tiene nada de trivial. Analizados estos pasajes podemos ya leer el título en sus varios niveles: 1. “El señor llega” es el título del que llamaremos libro 1, el que tenemos entre las manos, y quiere decir que llega o regresa a Pueblanueva del Conde el señor feudal, el señorito del pazo, Don Carlos Deza, y efectivamente de su regreso al pueblo es de lo que trata la obra, un regreso temido por unos, deseado por otros y esperado por todos. 2. “El Señor llega” (pero poniendo ahora ‘Señor’ con mayúscula) significa la redención que los cristianos esperan cuando se produzca la Venida de Cris-

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4.

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to, especialmente en las fechas de Navidad en las que transcurre parte del libro, cuando se celebra dicha venida al mundo. “El señor llega” alude también a la identificación de Carlos Deza con el Mesías-Redentor, una asimilación que es efectuada de inmediato por los habitantes del pueblo, ayudados por las ‘profecías’ tanto de la madre de Carlos como del padre Eugenio, cuyos sermones –nótese bien, de adviento– en los que habla literalmente de “la Venida del Señor a Pueblanueva” no pueden ser más elocuentes. “El Señor llega” es también, en un último juego especular de Torrente, el título de la obra que está escribiendo fray Ossorio en su convento con las cartas teológicas del padre Hugo. Es una obra teológica de esperanza y redención que justamente habla de la Parusía o Aparición de Cristo en la tierra y que llamaremos aquí el libro 2.

Pues bien, ¿qué estamos leyendo los lectores cuando tenemos en las manos un libro titulado El señor llega? ¿El libro nº 1, así titulado por un autor llamado Torrente, el libro nº 2, así titulado por fray Ossorio, o un tercer libro escrito por la voz anónima del narrador que representa a Pueblanueva del Conde y que aúna ambos sentidos reforzando la innegable identificación entre Cristo y Carlos Deza? Creemos que se trata de la tercera respuesta. La única diferencia que salva a los dos primeros libros citados es la mayúscula en la palabra Señor cuando se trata de las referencias teológicas. Como en el juego de las muñecas rusas, tenemos que se van abriendo varios niveles para la comprensión de un único título. Ahora bien, ¿qué hacen nuestros traductores alemanes al enfrentarse al título del volumen? Si nos fijamos en las palabras que hemos destacado en negrita en los diez pasajes citados, veremos que el castellano juega siempre con formas derivadas de dos únicos verbos: llegar: llega, llegaría, llega, llegando, llega / venir: venida, venida, venida, venir, venir, viene, Venida. Frente a esta homogeneidad, que permite reconocer muy bien el juego especular en el que quiere introducirnos el autor, los traductores alemanes han empleado mucha mayor variedad de formas para reproducir los mismos pasajes, lo que dificulta la identificación del juego polisémico mencionado. Dichas formas se derivan de hasta cinco raíces distintas con seis tipos muy distintos de derivados: Ankunft, Ankunft, Ankunft, Ankunft, Ankunft (del verbo kommen en forma sustantiva. Se aplica en religión a la venida del Mesías); kommen, zurückkommt, kommt, kommt (del verbo kommen); eintreffen (del verbo treffen); herabsteigen (del verbo steigen); naht (del verbo nahen); Erscheinen (del verbo erscheinen).



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Un problema añadido, y que no se puede achacar a los traductores, es que debido a la ortografía alemana, que obliga a poner en mayúscula todos los sustantivos no se identifica como relevante la mayúscula del término “Señor” cuando Torrente se refiere al señor de allá arriba y no al señor feudal Carlos Deza, con lo cual aún se hace más confusa la identificación del juego polisémico. Por otra parte, tampoco se ha respetado el resultado del sencillo análisis semántico-sintáctico-morfológico del título castellano. Frente a: Art. det. masc. sing. + sujetosustantivo masc. sing + verbo en 3ª pers. presente indicativo, tenemos en alemán: Art. det. fem. sing + sujeto-sustantivo fem. sing + art. det. masc. sing genitivo + sustantivo masc. sing. genitivo.

El

Die Ankunft

señor

llega

des

Herrn

Lo que se ha hecho es un cruce de términos por el que el verbo español llega deja de estar en el último lugar de la frase y se convierte en sustantivo y sujeto de la frase alemana, mientras el señor, deja de estar en el primer lugar de la frase y de ser el sujeto-sustantivo y pasa a ocupar el último lugar de la frase alemana como complemento en genitivo del sujeto Ankunft. O dicho más sencillamente: lo más importante en el título alemán es el llega, de tal modo que allí ha pasado a ser literalmente: “La Venida del Señor”. Una solución que parece correcta y no suena mal, pero con esto se opta para el título del libro 1 por la versión de claras resonancias evangélicas que había que reservar sólo para el libro 2, con lo que nos quedamos con un sólo título para los dos libros y nos quedamos sin el buscado juego de muñecas rusas por el que un libro 1 y un libro 2, de distinto aunque muy parecido título, deberían producir un libro 3 en la mente del lector. Sin duda, el problema no era de fácil solución, pero con tan sólo haber reducido la variedad de formas alemanas a derivados de dos verbos, tal como hace el castellano, y siendo coherente en la alternancia de esos dos verbos de acuerdo con lo que hace el original, se podría haber reducido muy significativamente la confusión.

III. La traducción de los referentes culturales del plano superficial Pasando ya de los títulos al resto de referentes culturales, muy abundantes en la obra, lo primero que llama la atención en la traducción alemana es la incoherencia

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en el procedimiento utilizado. Antes de lanzarse a la traducción de dichos referentes, el traductor debería tener claro qué tendencia, de las muchas que hay, va a seguir para trasvasarlos a la lengua término. De entre los variados métodos utilizados en las traducciones parece que los dos extremos serían:1) la total adaptación o adecuación, sustituyendo los referentes de la lengua de partida por referentes de la lengua de llegada, táctica que en alemán se conoce muy elocuentemente como Einbürgerung. Esta opción tiene el grave inconveniente de que diluye o hasta elimina por completo el contenido cultural, histórico y eso que llamaríamos ‘sabor local’ de los textos. 2) En el extremo opuesto se encuentra la tendencia que deja los referentes culturales sin traducir y, si acaso, los explica mediante notas al pie o apéndices. Esta opción tiene el inconveniente de que interrumpe la fluidez de la lectura, obliga a un aparato de información añadido y se hace pesada y muy poco natural. 3) En medio de las dos están las tendencias intermedias en las que se trata de traducir dichos referentes culturales con mejor o peor fortuna, a veces ayudándose de notas explicativas, otras recurriendo a traducciones amplificadas explicativas (del tipo “tomaban sushi = tomaban un plato japonés, el sushi”), otras con una traducción total del término. Nuestros traductores han optado por el extremo representado por el número 2, aunque con un elevado grado de incoherencia, ya que, de cuando en cuando hay referentes que sorprendentemente sí han traducido. Tras un análisis pormenorizado de los referentes culturales de la novela y las soluciones dadas en alemán se detectan los siguientes problemas: 1. Resulta imposible discernir el criterio por el que se han guiado los traductores a la hora de decidir qué referentes culturales dejaban sin traducir y cuáles no por considerarlos más relevantes, ya que por ejemplo dejan sin traducir palabras triviales como ‘finca’ o ‘granja’ (que entendemos no son referentes culturales del mundo español, ya que son realidades existentes en todos los países de Europa y tampoco tienen especial relevancia en la novela), mientras que se traducen palabras con tanta carga cultural como orballo, meigallo, etc. Del mismo modo, aunque habitualmente se traducen todos los saludos, se dejan sin traducir expresiones como “Buenas tardes nos dé Dios” o “Buenas tardes, señora”. ¿Tal vez para dejar algo de sabor local? Tampoco hay coherencia en la traducción de los dichos y frases que aparecen en gallego. Así, por ejemplo, se deja sin traducir la expresión cariñosa “Meu rei” (pág. 426 cast., pág. 471 alem.), tampoco se traduce el juego de palabras “E un bon peixe, este Peix” (pág. 21 cast; pág. 19 alem.), pero sí se









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traduce, adaptándola ligeramente, la letra de la cantinela del cuento infantil que recuerda Cayetano Salgado en la pág. 450: “ferreiro a min chaves, chaves a-o hórreo, hórreo a min gra, gra a-a porca [...] etc.”, en donde, naturalmente, el referente ‘hórreo’ se ha transformado en un granero corriente o Scheune (pág. 498). En lo tocante a los abundantes referentes culturales del campo semántico de las comidas tampoco hay un criterio unitario. Por lo general se traduce todo: caldo, lubrigante, vino de Ribeiro, flan (véase, p.ej. la escena de la merienda en el cap. 12). Pero, por ejemplo, se deja sin traducir ‘tortilla’. Además, se incurre en adaptaciones cuya justificación es dudosa en un texto en que tantas cosas se dejan sin traducir justamente con la intención de no perder el sentido y sabor del referente cultural: es el caso, por ejemplo de la traducción de ‘merienda’ (pág. 304) por Abendessen (pág. 334), lo que la convierte en una cena, tal vez mucho más lógico para el lector alemán por la hora en que se toma (las seis y media) y por la cantidad de comida que se ingiere, pero en cualquier caso una traducción que no respeta el trasfondo cultural español; o es también el caso de la traducción de ‘taza’, cuando hablamos de las tazas o cuncas gallegas para tomar el vino (pág. 305), que se convierten en alemán en Becher (pág. 335), es decir, un recipiente de loza alto y con asa muy usado en las casas alemanas para el café y el té, pero nada parecido a las tazas gallegas. En lo que sí han sido coherentes los traductores es en la no-traducción de los nombres propios y los topónimos. Es una opción que parece muy justificada, y que suele ser la más aceptada hoy día, si bien en el texto que nos ocupa en ocasiones se echa en falta alguna explicación suplementaria cuando se trata de topónimos poco conocidos en el extranjero. Por ejemplo, cuando se dice que al hijo de doña Mariana lo cuidaban unos maragatos (20), en alemán se traduce como un matrimonio “aus Maragatería” (es decir: de Maragatería), y es difícil que el lector alemán sepa si se trata de una región o más bien de algún pueblo o ciudad con ese nombre. Esta confusión se habría eliminado, una vez más, con una amplificación explicativa del tipo “de la región de la Maragatería”. Los traductores han optado por añadir un breve glosario de “Términos poco corrientes y nombres propios” al final de la novela donde aparece una breve explicación de términos no traducidos tan variados como: ABC, céntimo, Caruso, chotis, o finca y granja. El procedimiento del glosario al final de la novela se revela mucho más incómodo e ineficaz que las notas a pie de

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página, ya que obliga a interrumpir completamente la lectura para ir hasta el final a hacer la consulta y luego volver a la novela. Por otra parte, todos esos términos que se dejan en castellano o gallego resultan en su mayoría absolutamente irreconocibles tanto semántica como fonéticamente por parte de los lectores alemanes que no dominen el español, lo cual produce un fuerte efecto de entorpecimiento de la lectura. Si, tal como parece desprenderse de nuestro análisis, lo que pretendían los traductores sólo era dejar un cierto sabor local en el texto de llegada y dar a conocer al público alemán ciertos términos que consideran muy relevantes de la cultura española (eso explicaría, por ejemplo, la no traducción de términos como mus, tresillo, brisca o caballero, señor, señora), entendemos que incluso manteniendo esa opción se podía haber facilitado la comprensión de muchos de estos términos acompañándolos de una traducción explicativa dentro del propio texto, del tipo: “un juego de cartas, el mus”. “El diario conservador ABC”, etc. Se observa cierto desconocimiento de la cultura española y gallega a la hora de traducir bastantes referentes culturales. A continuación ofrecemos a modo ilustrativo una lista, que dista mucho de ser completa, de ejemplos de malas o desajustadas traducciones: págs. 10/11: El pan de Viena: “y ella hablaba de Viena como de ciudad más importante, en la que nadie de Pueblanueva había estado ni había oído hablar; porque decir que los valses eran de Viena era como decirlo del pan. Quién creyó que Viena era una panadería, y cuando doña Matilde mostraba las tarjetas postales [...] abría la boca de una cuarta: “¡Ah! ¿Es que el pan viene de ahí?”. La traducción alemana (pág. 8) reproduce literalmente todo el pasaje, produciendo una versión incomprensible para un alemán o austríaco medio, puesto que allí el pan no guarda ninguna relación aparente con Viena, es decir, el llamado pan de Viena no es un referente cultural comúnmente conocido. pág. 12: La cabeza de partido: “porque Pueblanueva no será capital de provincia, ni cabeza de partido, pero no faltan en el Casino gentes ilustradas [...]”. El traductor alemán (pág. 9) no conoce la antigua división administrativa española en partidos judiciales y entiende ‘partido’ como partido político, traduciendo “Hochburg einer Partei”. Lo curioso es que el diccionario sí trae la explicación oportuna para cabeza de partido; por lo tanto lo que ha ocurrido es que el traductor ha creído entender y por eso mismo se ha equivocado.











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pág. 21: el jubileo: “Su tienda parecía un jubileo. Vendió más en quince días que había vendido en un año.” Los traductores alemanes (pág. 18) optan por no traducir el término jubileo y lo sustituyen por “Bienenstock” (colmena de abejas). No afecta para nada al sentido de la frase, pero se pierde un referente más de una cultura católica que está plagada de imágenes, símbolos y términos religiosos. pág. 21: el ultramarinos. Aquí los traductores han relizado una “hipertraducción” al trasladar este término con el alemán “Kolonialwarenladen” (pág. 21), es decir, tienda de productos coloniales, una opción que por desgracia es la que figura en los diccionarios, pero cuyo exotismo no se corresponde con el carácter tan corriente y humilde de lo que es un ultramarinos de pueblo. pág. 158: dar agua bendita a las mujeres al entrar en la iglesia: “Otro día, cuando entres –le dijo doña Mariana en voz baja–, ten la precaución de ofrecerme agua bendita”. Los traductores alemanes una vez más no quieren o no saben traducir un referente cultural ligado a las antiguas costumbres religiosas españolas, por lo que en la versión alemana Doña Mariana le hace a Carlos esta recomendación verdaderamente enigmática: “Das nächste Mal solltest du mit mir beim Betreten der Kirche vorsichtshalber am Weihwasserbecken stehenbleiben” (pág. 170). Es decir: la próxima vez, al entrar, quédate parado de pie conmigo junto a la pila de agua bendita “por si acaso”. ¿Por si acaso qué?!! pág. 170: las inocentadas: “La carta del Arzobispo [...] llegó el día de Inocentes. [...] Eso es una inocentada– dijo ella (doña Angustias); pero don Julián le garantizó que la carta venía de Santiago, con todas las de la ley [...]”. Los alemanes gastan sus bromas en Abril y el equivalente a una inocentada se llama allí una ‘broma de Abril’ (Aprilscherz). Sin embargo, los traductores no han recurrido a esta trasposición del referente cultural y han preferido traducir literalmente el día de Inocentes como “Tag der Unschuldigen Kindlein” (pág. 184) e ‘inocentada’ simplemente por ‘broma’ (“Das ist wohl ein Scherz”). El problema al hacer esto es que un alemán no puede entender la relación entre el día de los santos inocentes y las bromas, por lo que la reacción de Doña Angustias y las explicaciones de Don Julián resultan incomprensibles. Bien es verdad que existe un problema de fondo para hacer sin más la trasposición a las bromas de Abril: en el texto nos encontramos en plena Navidad. ¿Tal vez, entonces, una traducción explicativa del tipo “los Santos Inocentes, día en que es costumbre hacer bromas”? ¿O una nota?

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pág. 181: el caldo: “¡Tómelo, señor, no nos haga desprecio! El caldo es la raíz del cuerpo”. Traducción (pág. 196): “Essen Sie, Señor, enttäuschen Sie uns nicht! Eine gute Brühe hält Leib und Seele zusammen.” En esta traducción “el caldo” se ha convertido en “un buen caldo”. A primera vista parece lo mismo, pero cuando nos encontramos en Galicia ya no se está hablando de un caldo cualquiera que tiene ahí por casualidad la Galana, sino de “el” caldo con artículo determinado, ese caldo que está siempre hirviendo en el pote en cualquier casa y salva del hambre al gallego. Ahora bien, la palabra alemana “Brühe” hace pensar en un caldo ligero de ave, tipo consomé, nada parecido al substancioso caldo gallego, y, sobre todo, la sustitución del artículo determinado “el” por el artículo indeterminado “un”, ha destrozado todo el valor afectivo y simbólico que tiene el caldo para los gallegos y que justamente se esconde en esa insignificante partícula “el”. Así es como modificaciones insignificantes, que ni trastocan el argumento general del texto ni corrompen la validez general de la traducción, impiden el acceso a toda una concepción del mundo. Y es que traducir requiere ir siempre con pies de plomo. pág. 212: el café y la copa en el Casino: “¡Trae café a don Carlos y lo que quiera de beber!” Traducción (pág. 232): “Einen Kaffee für Don Carlos, oder was er sonst so trinken will!”. Aquí los traductores han supuesto lo siguiente: 1) que no es normal tomarse un café y además otra bebida – de modo que han sustituido el “y” por un ”o”, y 2) ignoran que “beber” significa tomarse una copa y que el café no entra en España bajo el concepto de “beber”. La invitación española que se le hace a Carlos en el casino (un café y la copa que le apetezca) queda reducida en alemán al triste ofrecimiento –en disyuntiva– entre un café u otra bebida “de ese mismo tipo” (algo así como, ¡horror! ¿acaso un té?). Desde luego, esta minucia no cambia para nada el hilo de la narración, pero ¡qué desconocimiento revela de la realidad cultural española, del ambiente de una tertulia de hombres en un casino!

IV. Neutralización de registros lingüísticos Ya habíamos comentado que la obra de Torrente, a primera vista, podría albergar una cierta dificultad en lo tocante al correcto trasvase de registros lingüísticos debido a la multiplicidad de personajes de distintos ambientes y clases sociales que en ella aparecen. Esta impresión previa queda algo matizada cuando se



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analizan de cerca los diálogos sostenidos entre las distintas personas de la obra. El lenguaje usado es extremadamente homogéneo porque está dominado por la permanente voz del narrador –que en esta obra quiere ser una anónima voz del pueblo, es decir la encarnación de la voz de la villa de Pueblanova del Conde en su conjunto, transmitiendo sus ideas, sentimientos, miedos y esperanzas– y dicha voz deja sentir su peso incluso en los diálogos de los distintos personajes. El lenguaje usado por esta voz presenta un registro culto, rico en matices, con ironías y una gran habilidad narrativa, es decir, es el lenguaje de una persona del siglo XX con una buena formación, la del propio autor, pero sin pedantería y rehuyendo los excesos retóricos o grandilocuentes, puesto que al fin y al cabo quiere tener el carácter coloquial de un anónimo narrador –bien (in)formado– del pueblo. Es, en definitiva, un lenguaje culto y fácil a la vez, o para resumir, y si es lícito usar esta expresión, es un lenguaje culto de la calle. La neutralización provocada por la voz narrativa elegida empieza ya por lo más obvio, por el hecho de que el autor ha optado por escribir toda su obra en castellano, incluso cuando habla la gente del pueblo, opción desde luego legítima, pero que presenta sin duda algunas dificultades al tratarse de una novela pretendidamente realista, ya que, de hecho, al escribir todo en un único idioma es difícil dar a entender las diferencias de corrección lingüística e incluso de idioma que acompañaban sin duda a las diferencias ente las distintas clases sociales. En efecto, el hecho diferencial lingüístico de la comarca donde se sitúa la novela sólo queda registrado muy anecdóticamente con algunos dichos y palabras que se citan en gallego, además de con algunas frases que introduce el narrador comentando las dificultades para hablar castellano de algunos personajes: “Hablaba sin volver la cabeza, en un castellano forzado, de acento muy abierto” (pág. 41); “Hablaba en un castellano forzado, de fonética abierta y dura, como Rosario, la chica del autobús” (pág. 49). Pero a pesar de estas indicaciones lo cierto es que en los diálogos que leemos los campesinos, marineros o criadas hablan un castellano casi exactamente igual que el de los ilustrados con la única diferencia de que sus frases son más cortas y no echan discursos. Así pues, de los diálogos del texto no se puede deducir cuál podía ser la situación lingüística real de los habitantes de la Pueblanueva del Conde del final de la República. ¿Hay que suponer que las clases humildes hablarían como norma gallego entre ellos y un castellano torpe y mediocre al dirigirse a la clase cultivada? ¿Eran todos capaces de expresarse en castellano? ¿Hay que suponer que la clase ilustrada empleaba siempre el castellano o tal vez no era siempre así? ¿Se dirigían los ilustrados en castellano a los marineros y campesinos, o pasaban al gallego? ¿Qué nivel de corrección y de mezclas lingüísticas se daban tanto en los unos como en

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los otros en esa situación de diglosia? No lo sabemos. Pues bien, precisamente porque no queda muy bien reflejada esta realidad lingüística diglósica del lugar donde se sitúa la obra, ni tampoco quedan excesivamente marcados otros rasgos diferenciadores del lenguaje usado por las distintas clases culturales de la novela, parece tanto más importante no echar a perder esos momentos en que el autor se esfuerza por introducir algún rasgo diferenciador so pena de perder del todo cualquier connotación cultural del habla de cada cual. Por desgracia, en su paso al alemán estos rasgos diferenciadores se han diluido y se ha acentuado hasta su extremo el carácter plano y homogéneo del lenguaje de la novela. Donde más se aprecia este efecto neutralizador, es en el registro coloquial en general, sea de la clase social que sea. Tacos, dichos, referentes culturales, expresiones populares, giros, son las expresiones que quedan muchas veces desvirtuadas; cuando tocan al tema religioso, la neutralización vuelve a afectar gravemente al ambiente de fondo de la obra, cada vez menos perceptible por el lector alemán. Citaremos sólo un ejemplo: El registro lingüístico que más rasgos diferenciadores aporta es de las criadas, particularmente el de Rosario la Galana, una de las protagonistas de la novela. Es obvio que siendo representante de la clase humilde campesina y estando muy marcada socialmente como querida o ‘fulana’ de Cayetano, y como arrendataria de don Carlos Deza, su situación es la de una simple ‘sierva’ del señorito. Por ese motivo su manera de dirigirse a Carlos está claramente marcada por un tono de humildad, inferioridad y cierto servilismo. Sus frases son cortas y lo que más destaca en su registro lingüístico es el tratamiento que le da a don Carlos, al que casi siempre se dirige de manera indirecta y en tercera persona: “El señor va a mojarse”;“El señor es don Carlos Deza, ¿verdad?”;“Ya le dije al señor que no me trate de usted”, etc.. Así le trata también la Galana madre, así como la criada de doña Mariana, la Rucha: “¿No quiere nada más el señor? ¿No necesita nada?” (pág. 49). Obviamente, cuando Rosario se convierte a su vez en querida de Carlos el tratamiento distanciador en estilo indirecto desaparece de modo automático, lo que ya no se puede resaltar en la traducción, que no ha marcado previamente ese destacado rasgo. En efecto, esta manera de dirigirse los criados a sus señores, utilizando una fórmula indirecta de la tercera persona, se ha convertido en todos los pasajes citados en un simple tratamiento de usted convencional. Por ejemplo la citada frase “El señor va a mojarse” se convierte en pág. 39 en: “Sie werden nass, Señor” (= Se va a mojar, señor). Más grave aún es la modificación de la frase “Soy como una criada del señor” que en la misma página alemana se ha convertido en “Ich gehöre sozusagen zum Personal, Señor” (“Soy, como si dijéramos, parte del



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personal, señor”.). Así, ha quedado fuertemente neutralizado el efecto de inferioridad y casi obligado servilismo de las criadas, por no hablar de las reminiscencias católico-marianas que resuenan también en eso de ser la ‘esclava’ o ‘sierva’ del señor. En general se echa en falta una sensibilidad hacia esa gran pintura de clases y ambientes sociales en que consiste esta obra y que se manifiesta, también, mediante la lengua.

Conclusiones En nuestro análisis, muy resumido, pues podríamos seguir mencionando decenas de casos, hemos elegido conscientemente algunos ejemplos de modificación que en muchas ocasiones ni siquiera merecen el nombre de ‘errores’ de traducción. Se trata de opciones que incluso pueden considerarse legítimas (es el caso de la traducción de los títulos), pero que precisamente por eso resulta interesante comprobar si, como creemos, tienen siempre un efecto neutralizador. Nuestra intención al mostrarnos tan minuciosos es la de mostrar, a través de un ejercicio puramente escolar, cómo no toda traducción ‘correcta’ es siempre una buena traducción y cómo un traductor debe prestar la máxima atención al trasfondo de cada obra, a su sentido estético y a su exacta plasmación literaria, si no quiere pervertir o atenuar su intención. En general consideramos que una traducción lo más pegada posible al original, en fondo y forma, es siempre la mejor, aunque por supuesto teniendo en cuenta como principio absoluto de partida la naturalidad que debe presidir siempre el texto de llegada. Por eso, manejamos un concepto de literalidad muy positivo que nada tiene que ver con un burdo intento de mera copia del original y con esos textos que de lejos ‘suenan a traducción’. Literalidad significa para nosotros fidelidad a las intenciones del mensaje y a las características formales más nimias del texto de partida cuando sirven para transmitir mejor el mensaje, cosa que se obvia con demasiada frecuencia. Porque en traducción es mucho más fácil hacer traducciones libres que traducciones fieles; es más fácil lucirse como traductor y ofrecer soluciones brillantes, que esconderse detrás del texto y tratar de reproducirlo con la máxima minucia. Es más difícil, es más ingrato y lleva mucho más tiempo. Por otra parte, cada texto reclama distinto trato. Mientras que el romántico alemán Novalis3 reclamaba un tipo de traducción “mística” en la que el traductor, “poeta del poeta”, tenía que llegar a realizar 3

Novalis, “Blüthenstaub-Fragment Nr. 68”, en: Novalis. Werke in einem Band, hg. von HansJoachim Mähl, 3. Auflage, München / Wien (Hanser) 1984.

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una nueva obra de arte en total libertad, recogiendo solamente el ideal y quintaesencia del texto original, para Goethe4, mucho más práctico y racionalista, a cuyo lado nos ponemos hoy, existen los siguientes tres tipos de traducciones: la “prosaica”, en la que prima el contenido y lo que se hace es una suerte de interpretación y paráfrasis del texto sin respetar sus características formales; la “paródica”, en la que, por el contrario, se llega a modificar el contenido con tal de poder reproducir las características del texto original en una especie de sucedáneo del mismo; y, por fin, un tercer tipo, al que aún no da nombre, pero que viene a ser una suerte de traducción “interlineal” de un tipo muy elevado, en el que original y traducción deben ser idénticos. Estos tres tipos de traducción responden a su vez a tres etapas de la historia de la literatura; el primer tipo, que respondería a una etapa inicial, está representado por la traducción de la Biblia de Lutero; el segundo tipo, que responde al estilo de la época del propio Goethe, tiene como modelo al ilustrado Wieland y sus traducciones de Shakespeare (aunque el propio Goethe lo pone también en práctica en sus versiones de Voltaire); el tercer tipo, el que Goethe defiende idealmente, sería sólo un modelo de futuro para cuando la literatura hubiera evolucionado lo bastante. Pues bien, parece que en la actualidad nuestros gustos y tendencias se encaminan, en general, hacia el tercer modelo, pues ya no están de moda ni las paráfrasis ni las puras adaptaciones. Pero, con todo, sigue primando la tendencia a una reproducción general del “contenido” frente al respeto por el mensaje profundo y la forma en que éste se apoya. Y es que no alcanzaremos ese ideal de Goethe mientras no definamos qué significa “identidad” entre el original y su traducción. Tal vez ya estemos dando un primer paso para definirlo si suprimimos de una vez la distinción entre fondo y forma y si entendemos que, en literatura, dicha distinción, no por ser muy útil y cómoda para aclarar ciertas cosas, es menos inválida. Cuanto más cerca estemos de la identidad con la forma, más nos habremos acercado también a la identidad con el fondo, pues lo que ocurre es que ambas cosas son indistinguibles. Es obvio, por otra parte, que la identidad total sólo puede ser un ideal inalcanzable, pues lo contrario sería suponer que sólo hay una traducción posible para cada texto, lo que invalidaría toda la teoría de la recepción y la innegable polisemia del lenguaje. No hace falta repetir que si toda obra literaria es, en principio, un hecho creativo único e irrepetible, también toda traducción es, ante todo, una interpretación única e irrepetible. Lo mismo pasa en música. Pero la diferencia entre los buenos 4

Aunque Goethe se expresa en varias ocasiones a propósito de la traducción, es en sus “Notizen zum Divan”, donde hace esta clasificación de los tipos de traducciones.



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intérpretes y los mediocres estriba en que mientras aquellos serán capaces de ejecutar la pieza de modo distinto y creativo cada vez, pero usando los mismos instrumentos y tocando las mismas notas consignadas por el autor en su partitura original, éstos tocarán la pieza siempre igual y sin dejarle que tome vida propia, además de verse obligados con frecuencia a sustituir unas notas por otras.

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 135-142

Poéticas del fracaso y del sinsentido en Robert Walser y Samul Beckett Su distinta vinculación con las nuevas teorías científicas

patricia cifre wibrow

Salamanca

Horadados por una serie virtualmente interminable de comentarios que niegan el sentido de la propia narración, empujándola por la vertiente de la relativización, la contradicción y la palinodia, los textos de Robert Walser y Samuel Beckett ya no parecen decir más que su imposibilidad de decir. Son de una textura muy similiar, y sin embargo unos (los de Walser) fueron considerados en su momento ilegibles, el producto de una mente enferma, mientras que los otros contribuyeron al asentamiento de un nuevo paradigma interpretativo. Aquí se analizarán estas dos formas de escritura, tan similares a primera vista, para sacar a relucir las diferencias que explican la valoración tan dispar de la que han sido hecho objeto por parte de la historia de la literatura. Lo primero que salta a la vista al comparar estos dos autores es su común apología del fracaso; su común convencimiento de que en arte el fracaso total, rotundo y sin paliativos es la mejor demostración de buena voluntad1: “to ben an artist”, escribe Beckett a propósito de Bram van Velde, “is to fail, as no

1

Willi Hutemann, “Treue zum Scheitern. Bernhard, Beckett und die Postmoderne” en Text und Kritik 12/12a, marzo 1975, 43, págs. 42-75; Martin Jürgens, Robert Walser: Die Krise der Darstellbarkeit. Untersuchungen zur Prosa (Diss.), Kronberg/Taunus (Skriptor) 1973; Joachim Strelis, Die verschwiegene Dichtung. Reden, Schweigen, Verstummen im Werk Robert Walsers (Diss.), Frankfurt/Berna/Nueva York/París (Peter Lang) 1991.

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other dare fail”. Todo lo demás es “deserción, artes y oficios, buen arreglo, vivir”. (“art an craft, good housekeeping, living”).2 “Wer möchte ein ganzes Leben lang ohne Mißerfolge dichten?”, se pregunta por su parte Walser. “Jedes Anerkennen hat sich von jeher gern in eine Falle oder Grube verwandelt”.3 Y es que ambos autores saben –o creen saber– que el lenguaje no sirve como medio de comunicación, puesto que aun cuando hace más manejable el sentimiento, al mismo tiempo lo desvirtúa irremediablemente. De modo que trabajar literariamente implica renunciar a todo lo que habitualmente garantiza el buen funcionamiento del lenguaje; significa frustrar una y otra vez las expectativas del oyente; vaciar las palabras de sus significados más previsibles, abocándolas a la nada, al vacío y al silencio: “Was soll ich mit den Gefühlen anderes anfangen, als sie wie Fische im Sande der Sprache zappeln und sterben lassen”, se pregunta Walser.4 “the subject dies before it comes to the verb”, escribe Beckett.5 “In Bezug auf die Sprache gehört es zu ihrer Schönheit, daß sie sich, wenn sie versagt, wirksam zeigt, im verstummen zu verstehen zu geben fähig ist, sie sei da”, constata el primero,6 “I speak because I must, but I do not listen” sentencia el segundo.7 “what is it this unnable think that I name and name and never wear out, and I call that words. It´s because I haven´t hit on the right ones, the killers”.8 Aparte de celebrar la insuficiencia del lenguaje, ambos autores se muestran también conscientes de la artificiosidad de las convenciones literarias, y no dudan en abrir sus obras en canal para cuestionar el valor de un arte (y de una escritura) que se vale del artificio para producir una impresión de verdad. Por eso, aun cuando se esfuerzan por representar, sus textos nos hablan siempre en último término de su deseo de callar; se burlan de todo esfuerzo por continuar, haciendo de la renuncia su principal virtud. Al propio tiempo que representan, tratan de aprehenderse en el acto de representar, denunciando la convencionalidad de las reglas que los gobiernan y sirviéndose del comentario para hacer ver que todo es 2 3 4 5 6 7 8

Samuel Beckett, “Textos sobre la pintura moderna”, en El urogallo 47, abril 1990, pág. 30. Robert Walser, “Ein Dichter II”, en Jochen Greven (ed.), Robert Walser. Das Gesammtwerk. Der Europäer. Prosa aus der Berner Zeit III, vol. X, Genf/Hamburgo (Helmut Kossodo) 1966, pág. 280. Robert Walser, “Dichter”, citado por Robert Mächler, en: Das Leben Robert Walsers. Eine dokumentarische Bibliographie, en Das Gesammtwerk (nota 3), pág. 53. Samuel Beckett, No´s knife, Texts for nothing, en Collected Shorter Prose 1945-1980, Londres ( John Calder) 1986, pág. 78. Robert Walser, “Mutter und Kind”, Das Gesammtwerk (nota 3), vol. X, pág. 137. Samuel Beckett, The Unnamable, Londres (Calder and Boyars) 1975, pág. 22. Samuel Beckett, No´s knife (nota 5), pág. 113.



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repetición, es actuación, es sinsentido. El único tema que a estas alturas sienten ambos como real es el de la falta de objeto: “die wievielte Ehegeschichte erzähle ich hier eigentlich schon”, se interrumpe Walser en medio de una de sus narraciones-ensayo.9 “My appetite! What a subject”, se burla, por su parte, Beckett.10 “das ich über diese Landstraße lachen dürfte” –exclama el suizo.11 “What tedium! And I call that playing. I wonder if I am not talking yet again about mayself. Shall I be incapable, to the end, of lying on any other subject?” responde el irlandés.12 El resultado de este tipo de enfrentamientos contra el sentido –y esto lo saben ambos– no puede ser más que un arte que expresa al mismo tiempo sus posibilidades y sus imposibilidades; una literatura capaz de invertir las tornas entre esas dos categorías, a fin de ahondar en la conciencia de su imposibilidad: “I know,” dice Beckett, “that all that is required now... is to make... this fidelity to failure, a new occasion, a new term of relation. [...] unable to act, he [the artist] makes an expressive act, even if only of itself, of its impossibility, of its obligation”.13 La de estos autores es, pues, una escritura que en cierto modo pretende decir al mismo tiempo sí y no al propio acto de representación: sí, en tanto que lo llevan adelante, y no en la medida en que abdican contantemente de dicho esfuerzo. Pero hay diferencias importantes en cuanto a la teorización que desarrollan a partir de dicha negativa, pues si bien es cierto que a partir del momento en que abandona el género de la novela en favor del ensayo (hacia 1913), Walser se acostumbra a denunciar su propia obra como artificio, también lo es que su actitud frente a esa ruptura con las formas tradicionales de narrar es mucho más ambivalente y contradictoria que la de Beckett. Aun cuando se desmarca del espíritu rectilíneo de la novela, rechazando sus desarrollos lineales y descripciones demasiado minuciosas en favor de la libertad de la que goza el ensayista para jugar con las ideas y las cosas, deslizándose de unas imágenes a otras, como ni no buscara sino hallar el reflejo de la pura experiencia, Walser al propio tiempo invierte buena parte de sus energías en rehacer lo que antes ha deshecho. Comienza sus ensayos y sus ficciones con una pirueta irónica y recurre al comentario para negar una y otra vez lo que acaba de afirmar (porque nunca es suficiente, o

9 10 11 12 13

Robert Walser, “Mondscheingeschichte”, Das Gesammtwerk (nota 3), vol. XI, pág. 398. Samuel Beckett, Malone Dies, Londres (Calder and Boyars) 1975, pág. 17. Robert Walser, “Die Landschaft II”, Das Gesammtwerk (nota 3), vol. X, pág. 122. Samuel Beckett, Malone Dies (nota 10), pág. 17. Samuel Beckett, “Textos sobre la pintura moderna” (nota 1), pág. 30.

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no es verdad, o no del todo verdad), pero también los utiliza para reestablecer el orden; para aclarar lo que dejó oscuro; para reintroducir los nexos anteriormente elididos, de tal forma que, junto a los comentarios que ponen en entredicho los contenidos y las formas de su propio discurso, están otros que sirven para reestructurarlo, reencaminándolo hacia el tema principal:14 “Doch wo bin ich denn jetzt wieder?”, se interrumpe el narrador bruscamente en medio de un pasaje especialmente confuso, “Ich glaube, daß ich nur die Gedanken ein wenig ordnen, und die zerstreuten Geister, die sich über alles hinbreiten möchten, ein wenig sammeln sollte”.15 “Übrigens bezieht sich dies auf späteres, während hier eigentlich von früheren geredet sein sollte”.16 “Wie ich einsehen muß, bin ich auf dem wahrsten Weg mich zu verlieren”, exclama algo más adelante, al darse cuenta de que de nuevo ha vuelto a desvíarse del tema.17 Este constante ir y venir entre la construcción y la deconstrucción hace que a un momento de creación le suceda invariablemente otro de anulación, como si en una misma narración estuvieran actuando dos fuerzas contrarias: una constructiva, que hace que con frecuencia los narradores parezcan querer volver a un relato más coherente y tradicional, y otra tendencia “deconstructiva” que los lleva a cancelar dichos esfuerzos con una pirueta irónica. Imposible saber si lo que se expresa a través de las denuncias metaficcionales es el rechazo de las formas tradicionales de narrar, o más bien la desconfianza frente a las propias capacidades narrativas. En los textos de la última etapa (1919–1933) la preocupación por reinstaurar el orden es ya mucho menor, dado que Walser sabe de sobra que nada de lo que escribe va a aparecer publicado. De ahí que esos comentarios dejen de representar una concesión al público para remarcar el carácter irónico que siempre tuvieron. Los esfuerzos que hiciera Walser anteriormente a fin de frenar ese deslizamiento hacia el sinsentido parecen indicar, no obstante, que la suya no fue una evolución pensada, consecuente con una teorización previa, sino más bien una deriva a la que a partir de un cierto momento se abandonó. 14

15 16 17

Ver Wolfgang Baur, Sprache und Existenz. Studien zum Spätwerk Robert Walsers, Göppingen (Kümmerle) 1974; Roswita Obermann, “...ein besonnenes Buch..., aus dem absolut nichts gelernt werden kann”. Aspekte künstlerischer Selbstentfaltung im Tagebuch-Fragment und im Räumberroman von Robert Walser, Frankfurt/Bern/Nueva York/París (Peter Lang) 1987; Guido Stefani, “Zu wem red´ ich hier? Die Figur des Lesers in Walsers Spätwerk”, en Immer dicht vor dem Sturze. Zum Werk Robert Walsers, ed. por Paolo Chiarini, Hans Dieter Zimmermann, Frankfurt (Athäneum) 1987. Robert Walser, “Naturstudie”, Das Gesammtwerk (nota 3), vol. III, pág. 188. Íbid., pág. 186. Íbid., pág. 188.



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Se ha discutido mucho sobre la posible esquizofrenia del autor y sobre la influencia que tuvo en dicho proceso18. Ya me he referido a esto en otro lugar19, aquí quisiera limitarme a constatar que la suya es desde el principio una escritura marcada por la dinámica del avance y del retroceso, una escritura dividida entre la construcción y la deconstrucción, entre la autodenuncia y la autojustificación. La enfermedad podo acentuar dicha dinámica, pero su origen es muy anterior y está vinculado al escepticismo lingüístico demostrado desde siempre por Walser. Coincido, por tanto, con autores como Wolfgang Baur, Christoph Bungarts, Tamara Evans o Annette Fuschs20 en resaltar no ya sólo la modernidad de los textos walserianos, sino también la lucidez con la que el autor es capaz de justificar la desmembración de su discurso como reflejo de un mundo contradictorio, caótico y multiforme. Pero también creo que la falta de confianza en sí mismo, vinculada a la escasa aceptación que tuvieron sus textos, indujeron a Walser, sobre todo en la segunda etapa, a hacer concesiones, y a imprimir en su obra una dinámica de avances y retrocesos, motivo por el cual no cabe conceptualizarlo más que como un autor de transición: Alguien que aún se debate entre la tradición y la antitradición, que llega en muchos momentos a saltar la barrera que separa lo permitido de lo no permitido, pero sin llegar a sentirse nunca del todo cómodo con la indeterminación y el sinsentido resultantes. Esto se hace especialmente patente al comparar a Walser con un autor como Beckett, cuya obra también está dominada por el principio de la indeterminación y de la deconstrucción, pero ya sin ambigüedades. La negación del sentido sucede aquí con un gesto tan marcado que no puede caber duda acerca de la radicalidad estética que la gobierna. Lo relevante no es lo que se niega (el hecho de que llueva o no), sino la negación: “then I went back to the house and wrote, It is midnight. The rain is beating on the windows. It was not midnight. It was not raining”.21 Este pasaje, que cierra la novela de Molloy, y que se corres18

19 20

21

Martin Jürgens., “Die späte Prosa Robert Walsers – Ein Krankheitssymptom?”, en Text und Kritik 12/12a, marzo 1975, págs. 33-41; Christoph Middleton, “A Parenthesis to the Discussion of Robert Walser´s Schizophrenia”, en Robert Walser Rediscovered. Stories, fairy-tale plays, and critical responses, ed. Mark Harman, Hanover (University Press of New England) 1985, págs. 95-105; Cornelia Schmidt-Hellerau, Der Grenzgänger: Zur Psycho-Logik im Werk Robert Walsers, Zürich (Amman) 1986. En Patricia Cifre Wibrow, Robert Walser. Madrid (Editorial Orto) 2006. Wolfgang Baur (nota 14); Christoph Bungarts, Zurückweichend forwärts schreiten. Die Ironie in Robert Walsers Berner Prosa, Frankfurt/Bern/Nueva York/Paris (Peter Lang) 1988; Tamara Evans, Robert Walsers Moderne, Bern/ Stuttgart (Francke Verlag) 1989; Annette Fuschs, Dramaturgie des Narrentums. Das Komische in der Prosa Robert Walsers, Múnich (Wilhelm Fink) 1993. Samuel Beckett, Molloy, Londres ( John Calder) 1976, pág. 99.

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ponde simétricamente con el del comienzo: “It is midnight. The rain is beating on the windows. Y am calm. All is sleeping. Nevertheless I get up and go to my desk”, revela que estamos ante un texto perfectamente calculado. El callejón sin salida en el que desemboca responde a una planificación muy cuidadosa. Y lo mismo cabe decir de todos aquellos comentarios aparentemente redundantes, o contradictorios, que no tienen otra función más que la de enfatizar el hecho de que cualquier identidad –y cualquier discurso– se construye a base de inercias, y de repeticiones, y de contradicciones.22 Es decir que en los textos de Beckett la contradicción, la repetición y la negación sierven para enfatizar el sinsentido que gobierna las actuaciones de los personajes; sirven para crear un modelo de conciencia abstracta como el que subyace en cualquier individualidad; una conciencia a la que se le imponen constantemente toda suerte de impedimentos –físicos, lingüísticos, psicológicos. Se trata de ilustrar el proceso en virtud del cual el yo, y su discurso, se estrella constantemente contra sí mismo, contra sus automatismos y sus limitaciones. Y en ese sentido las repeticiones e incluso el sinsentido de sus textos quedan justificados. Es decir que las críticas y las contradicciones que en Waler adoptan la forma del exabrupto, apuntan en Beckett a un absurdo teóricamente legitimado. Y es que en la obra de Bekett no sólo hay una perfecta concordancia entre la temática y la forma de narración, sino que además resulta que sus textos están plagados de una serie de marcas que subrayan el valor simbólico de cuanto sucede: desde los nombres de los personajes hasta los episodios más nimios, todo parece remitir a una serie de “metarrelatos” que sirven para negar toda posibilidad de interpretación, aunque, paradójicamente, la faciliten, en la medida en que remiten a una serie de teorías que dan fundamentación y apuntalan la concepción poética del autor, pues, al contrario de lo que hace Walser, Beckett se cuida de referir sus textos a una serie de teorías estéticas, filosóficas, e incluso físicas, que resultan perfectamente adecuadas para reforzar el pesimismo epistemológico que se expresa a través de la narración. Sobre todo a partir de los años treinta se hacen cada vez más persistentes las alusiones a las modernas teorías físicas de la relatividad que manifiestamente sirven para legitimar la propia indeterminación 22

Ver Susan D. Brienza, Samuel Becketts new Worlds. Style in Metafiction, Norman (University of Oklahoma Press) 1987; Leslie Hil, “Fiction, Myth and Identity in Samuel Becketts Trilogie”, en Samuel Beckett´s Molly, Malone dies, The Unnamable, ed. de Harold Bloom, Nueva York/New Haye/Philadelphia (Chelsea House Publishers) 1988, págs. 85-95; Martin Esslin, “Beckett and Bernhard. A comparison” en Modern Austrian Literature, vol. 18, n. 2, 1985, págs. 67-68; Manfred Sumda, Becketts Prosa als Metasprache, Múnich (Wilhem Fink) 1970.



patricia cifre wibrow Poéticas del fracaso y del sinsentido en Robert Walser y Samuel Beckett

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textual.23 Así, por ejemplo, cuando el narrador de Watt (1953), Blecua, justifica la desintegración narrativa de su relato, comparándola con la “imprevisibilidad” que reina en el átomo: “... the coherence gone to pieces, the continuity bitched to hell because the units of continuity have abdicated their unity, they have gone multiple, they fall apart, the notes fly about, a blizzard of electrons... And I think of the ultimately imprevisible atom threatening to como asunder, the left wing of the atom plotting without ceasing to spit in the eye of the physical statistician”.24

Y también Sam, el narrador segundo, que es acusado de loco, retoma esa misma imagen para insistir en la idea de que es muy poco lo que puede ser sabido y menos aún lo que puede ser comprendido: “For there we have to do with events, that resisted all Watt´s efforts to saddle them with meaning, and a formula, so that he could neither think of them nor speak of them, but only suffer them.”25 Ambos narradores coinciden en usar términos como “packets” o “jumps” para referirse a sus propios saltos narrativos así como a los blancos y a los vacíos que se producen en su relato, bien a sabiendas de que de esta manera establecen una conexión directa con las teorías de los “quanta” de Plank. Y esa relación no sólo se traba a través de los discursos de los narradores, sino también a través de los personajes Watt y Knott (cuyos nombres aluden al vatio y al nudo), y que, según se cuidan de remarcar los propios narradores, se comportan como átomos circulando en torno al narrador, apareciendo y desapareciendo del texto sin más, cambiando de lugar y saltando de un escenario a otro sin que haya forma de saber cómo ni porqué: “Indeed the whole system of Knott´s household”, escribe A. Montgommery, “may be compared to Bohrs model of the structure of the atom, with knott as a nebulous nucleus, and his helpers orbiting around him, jumping, like electrons, from one orbit to another, that is, from one floor to another... Instead of a seamless, continuous reality, we have one which jumps, and this is reflected in the discrete ‘energy packets’ or words which bring the reality of the text into being”.26

23

24 25 26

Angela Montgomery, “Beckett and Science: Watt and the quantum universe”, en Comparative Criticism 13 (1992, Literature and Science), págs. 171-181, Christoph Renner, “The Self-multiplying narrators of Molloy, Malone Dies and The Unnamable”, en Samuel Beckett´s Molloy, Malone Dies, The Unnamable, (vid. nota 22), págs. 95-115. Samuel Beckett, Watt, Nueva York (Grove Press) 1983, pág. 123. Samuel Beckett (nota 18), pág. 176. Angela Montgommery (nota 22), pág. 176.

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Con esto Beckett no sólo justifica el sinsentido al que da entrada en su obra, sino que se propone reflejar la inseguridad epistemológica, e incluso ontológica, que se deduce de la conciencia que el hombre contemporáneo tiene de la relatividad de todas las impresiones. Juega con los textos y los lenguajes científicos para desarrollar una serie de nuevas metáforas capaces de describir los procesos estético-filosóficos que en ese mismo momento están teniendo lugar en el ámbito de la literatura, de la filosofía y del arte. Y es ese su carácter más explícito, más general, y más teórico el que permite interpretar los textos de Beckett como la articulación literaria de una nueva episteme. El escritor irlandés supo capitalizar literariamente el prestigio derivado de una serie de nuevas teorías científicas que prestaban sentido a la progresiva descomposición de su escritura. Una vez establecida la vinculación con esos “grandes relatos”, la indeterminación de la que hacían gala sus textos deja de ser casual y el sinsentido adquiere un sentido, aunque paradójicamente sea el de negarlo. La historia de la recepción de la obra de estos dos autores demuestra paradigmáticamente el peso que tienen las grandes teorías científicas en la articulación de las metateorías literarias e incluso en la concepción que se tiene en cada momento de lo que es la literatura y cuál puede (o debe ser) su vinculación con la realidad. A Walser le faltó un instrumental teórico con el que anclar sus textos no ya a una realidad cambiante, sino a un nuevo paradigma de pensamiento científico. Por eso su obra tardía fue considerada ilegible, un simple ejercicio de escritura, cuando no el producto de una mente enferma, hasta que aparecieron esquemas de interpretación capaces de dar cuenta de sus contradicciones. Fueron las obras de autores como Beckett las que asentaron ese nuevo modelo de interpretación, que, una vez automatizado, comenzó a proyectarse hacia atrás, facilitando la relectura de los textos walserianos, volviendo legible lo que hasta ese momento no lo había sido. Por eso, Beckett es considerado hoy como “el ejemplo supremo del artista postmoderno que vuelve la malicia del lenguaje en contra del propio lenguaje”,27 mientras que a Walser se le rinde homenaje como un autor que fue víctima de sus propias paradojas.

27

Ihab Hassan, The Dismemberment of Orpheus. Toward a Postmodern Literature, Wisconsin (Madison U.) 1982, pág. 210.

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 143-155

Jim Botón, de Michael Ende: un clásico para todas las edades veljka ruzicka kenfel

Vigo

A pesar de haber alcanzado su mayor éxito literario en los años ochenta, con la publicación de Momo y La Historia Interminable, la carrera de Michael Ende como escritor comenzó a principios de los sesenta. Sólo tenía 25 años cuando empezó a escribir su primer libro dirigido a los niños, Jim Knopf und der Lokomotivführer (Thienemann Verlag, Stuttgart, 1960)1 que por su gran volumen tuvo que publicarse en dos tomos (el segundo se llama Jim Knopf und die wilde 13)2 y que en 1960 significó el primer gran triunfo literario del escritor. Jim Botón tiene todavía en la actualidad una tirada de más de quince mil ejemplares anuales y está traducido a más de veinte idiomas. Además, cuenta con innumerables adaptaciones audiovisuales, radionovelas o comedias musicales para niños, aparte de múltiples representaciones teatrales y versiones de títeres. A diferencia de Momo y La Historia Interminable, el libro de Jim Botón es claramente un libro para niños. No obstante, los tres poseen unas características generales comunes: en primer lugar, resaltan la importancia de la fantasía, de la utopía y de la imaginación, y, en segundo lugar, contribuyen a la recreación del cuento como género literario. La creación de Jim Botón se puede considerar como una reacción de Ende a la fuerte crisis artística, que atraviesa en esos años y que se debe principalmente a 1 2

Jim Botón y Lucas el Maquinista, Barcelona (Noguer) 1962. Jim Botón y los Trece Salvajes, Barcelona (Noguer) 1962.

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su desacuerdo absoluto con las teorías artísticas y teatrales de Bertolt Brecht que imperan en aquella época en el arte dramático. Según las tendencias socio-realistas brechtianas, la obra dramática ha de permitir al espectador tomar conciencia de los problemas reales y actuales. Mientras Brecht apuesta por la “Politisierung der Welt”, Ende defiende una nueva “Poetisierung der Welt”3. Al terminar sus estudios en la escuela de Waldorf, basada en la filosofía de Rudolf Steiner, que promueve una educación orientada al desarrollo espiritual, emocional y corporal del alumno, Ende emprendió la carrera de actor con el objetivo de dedicarse al teatro. Pero, durante los estudios entró en contradicción con las teorías teatrales de Bertolt Brecht, de las que fue un crítico duro e persistente. Escribiendo para niños quiso expresar su oposición a las estrategias de Brecht: lo abstracto, emocional, imaginativo versus lo puramente concreto, racional, calculador. A los conceptos críticos de la sociedad y las imágenes del mundo exterior, Ende antepone las por él mismo llamadas “Innenbilder” y “positive Utopien”. La evolución literaria y la madurez de Ende como escritor se deben, entre otros factores, a su firme deseo de liberarse del modelo todopoderoso de Brecht cuyas ideas socio-realistas dominan también toda la literatura infantil y juvenil de los años setenta. En oposición a Brecht y su realismo social, Ende aboga por el poder mágico de las imágenes o la “Wirklichkeit der Bilder”4. Por todo ello, acepta con gran ilusión la propuesta de un amigo, conocido dibujante publicitario, de escribir un libro ilustrado que fuera, además, divertido. Para llevar a cabo esta recomendación, Ende deja rienda suelta a su imaginación, llevándose simplemente por “die Lust am Fabulieren”5, recordando sus aventuras de la infancia: “Ich habe es einfach versucht und das geschrieben, was ich in meiner Kindheit geträumt habe, als ich mit der ersten Eisenbahn spielte”.6 De los recuerdos de la infancia y del juego libre de toda preocupación, nació este primer libro de Ende para niños: “Ich fing eines Tages zu meinem eigenen Vergnügen und weil ich selbst gern spiele, an, eine Kindergeschichte zu schreiben. Ich tat es ohne Absicht und ohne zu wissen, wie es weitergehen sollte. Und wie es so geht, die Geschichte machte sich selbständig und zog mich hinter sich her, und als ich fertig war, war es eben ein Buch geworden”.7 3 4 5 6 7

Winfred Kaminski, “Das Innenbild der Außenwelt”, en: Margarete Dierks, Kinderwelten, Weinheim (Beltz) 1985, pág. 75. Kaminski (nota 3), pág. 75. Hansjörg Weitbrecht, Michael Ende zum 50. Geburtstag, Stuttgart (Thienemann) 1979, pág. 35. Weitbrecht (nota 5), pág. 84. Weitbrecht (nota 5), pág. 35.



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A diferencia de las obras posteriores, que contienen reflexiones moralizantes y continuas alusiones críticas a la realidad, esta primera obra fue concebida sin ningún propósito pedagógico-moralizador. Su “Lust am Fabulieren” lo llevó a crear una obra demasiado extensa como para ser publicada en un único tomo. Estuvo casi seis años buscando una editorial que se mostrase dispuesta a hacerse cargo de su publicación. Fue rechazado en once ocasiones. La respuesta afirmativa le llegó, por fin, de Thienemann, una casa editora pequeña y poco conocida que, sin embargo, pronto alcanzaría una gran reputación, precisamente gracias a las dos obras posteriores y las más populares de Ende, Momo y La Historia Interminable. Por recomendación de la editorial, Jim Knopf und der Lokomotivführer, un libro sobre un viaje de aventuras del conductor Lucas, su locomotora Emma y el pequeño negro Jim, un niño huérfano, fue dividido en dos tomos. El primero se edita en 1960 y ya al año siguiente, mientras el segundo está en prensa, resulta galardonado con el premio más prestigioso de literatura infantil y juvenil, “Deutscher Jugendbuchpreis”. El segundo tomo, Jim Knopf und die wilde 13 (Jim Botón y los 13 Salvajes), entró, nada más ser publicado, en la lista de honor de los premios “Hans-Christian-Andersen” (lista de los mejores libros infantiles y juveniles del mundo). Forman parte del género de cuentos fantásticos de aventura que surgen en los años sesenta como rechazo a la literatura realista de la época de la posguerra. Son obras que defienden la universalidad del espacio. Los protagonistas se mueven desde los mares más lejanos hasta los continentes más variopintos. Deben superar los obstáculos más curiosos, como el Valle del Crepúsculo, un valle inundado por un ruido infernal; enfrentarse al “gigante aparente”; atravesar un desierto y una tierra repleta de volcanes; entrar en Kummerland, la peligrosa ciudad de los dragones y máximo exponente del mal, para cumplir su cometido: rescatar a la princesa secuestrada. No faltan tampoco referencias a los símbolos mitológicos. El mismo protagonista, Jim Botón, es el último descendiente del rey moro Gaspar de la historia del nacimiento de Cristo; las figuras de un “dragón sólo a medias”, del dragón de la suerte, de un falso gigante o de una princesa china son una evidente alusión a la cultura oriental. La acción empieza en la isla Lummerland. Es un país extremadamente pequeño, “doppelt so groß wie unsere Wohnung”8, según Ende. En él viven

8

Michael Ende, Jim Knopf und der Lokomotivführer, Stuttgart (Thienemann) 1960, pág. 5.

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un maquinista de tren llamado Lucas con su locomotora Emma, el rey Alfonso Doce-menos-cuarto, un hombre llamado Manga que siempre está paseando con un sombrero en la cabeza y un paraguas cerrado bajo el brazo, y una mujer gorda conocida como la señora Quée. La vida tranquila de esta isla en miniatura se ve perturbada un día con la llegada inesperada de un gran paquete en un barco del que sale un niño negro al que pondrán el nombre de Jim. Pero Jim crece, y el rey se da cuenta de que la isla se vuelve demasiado pequeña para tantos habitantes. Para resolver el problema, decide deshacerse de la locomotora Emma. Lucas, sin embargo, no puede soportar esta separación y opta por marcharse él también, junto a su querida locomotora. Jim no quiere dejar que su mejor amigo se vaya solo y decide acompañarlos. Al dejar la isla, los dos amigos y la locomotora Emma empiezan a vivir unas aventuras insólitas e inolvidables que les cambiarán completamente sus vidas y destinos. Una de las particularidades de estos dos libros es el planteamiento de la aplicación de la tecnología en el juego, así como del funcionamiento de los juguetes mecánicos, como objetivo único y finalidad absoluta en sí del juego infantil. Cuando este tipo de juguete, representado en la locomotora Emma, forma parte de la ficción literaria, puede alcanzar dimensiones inesperadas y funciones infinitas: la locomotora Emma es capaz de volar, hacerse a la mar o dar a luz. La ficción infantil proporciona el verdadero significado a este tipo de juguetes que, si se quedasen en un puro objeto mecánico, convertirían el juego en una actitud aburrida y poco motivadora, como lo ilustra una escena en Momo: “Es waren natürlich sehr teure Spielsachen, wie Momos Freunde nie welche besessen hatten – und Momo selbst schon gar nicht. Vor allem waren alle diese Dinge so vollkommen bis in jede kleinste Einzelheit hinein, daß man sich dabei gar nichts mehr selber vorzustellen brauchte. So saßen die Kinder oft stundenlang da und schauten gebannt und doch gelangweilt so einem Ding zu, das da herumschnurrte, dahinwackelte oder im Kreis sauste–, aber es fiel ihnen nichts dazu ein. Darum kehrten sie schließlich doch wieder zu ihren alten Spielen zurück, bei denen ihnen ein paar Schachteln, ein zerrissenes Tischtuch, ein Maulwurfshügel oder eine Handvoll Steinchen genügten. Dabei konnte man sich alles vorstellen”.9 El juguete mecánico unido a la imaginación infantil representa para el niño un símbolo de fuerza y poder. La locomotora a vapor, como Emma, es un juguete

9

Michael Ende, Momo, Stuttgart (Thienemann) 1973, pág. 75.



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muy popular en los años 50 y 60, es un retrato nostálgico de los tiempos remotos donde el paso de la tecnología todavía no destruyó la unión entre el hombre y la naturaleza. Hoy en día, la locomotora todavía sigue siendo uno de los juguetes más populares entre los niños y, por lo menos en Alemania, la del maquinista una de las profesiones favoritas por los pequeños. Emma es un sinónimo de la energía, robustez y resistencia, capaz de superar cualquier obstáculo de la naturaleza, la tierra, el agua y el aire y de sobreponerse a las figuras malvadas, como la maestra de los dragones, la Sra. Maldiente. En Jim Botón, Michael Ende todavía cree en la utilidad de los juguetes mecánicos, dándoles vida a través de su fantasía, despertando de esta forma también la fantasía del lector. Tanto los adultos (Lucas el Maquinista) como los niños ( Jim Botón) todavía poseen suficiente imaginación como para resistirse al inminente progreso tecnológico-perfeccionista de los juguetes. En su libro posterior, Momo, Ende advierte ya claramente del peligro del vertiginoso avance tecnológico que ha afectado considerablemente la vida interior de los adultos (representados en las figuras de “los hombres grises” que roban a la humanidad su tiempo de vida) y cuyo irreversible progreso amenaza la capacidad imaginativa del niño. La merma de esta capacidad y sus terribles consecuencias constituyen el tema principal del libro La Historia Interminable, con el que Ende alcanzó la fama mundial. Mientras que en Jim Botón el funcionamiento técnico todavía enriquece la capacidad imaginativa del niño, en Momo el progreso de la tecnología se presenta como la principal causa del detrimento de los valores humanos. La Historia Interminable es, a su vez, la advertencia del autor de una paulatina desaparición del espíritu creativo del hombre cuya vida interior se vuelve “immer ärmer, immer gleichförmiger und immer kälter” (pág. 72). Los dos libros de Jim se crean en una época literaria llamada “Tendenzwende”, tendencia hacia una nueva emotividad en la literatura. La juventud alemana está aburrida de los temas orientados a la problemática política y social, sus inquietudes se centran entorno al individuo, a la búsqueda de los valores de la vida interior y de las formas expresivas ajenas a lo puramente racional. Los jóvenes escritores vuelven su mirada hacia la época del romanticismo, cuyos autores recurren a los mundos fantásticos para ejercer crítica al espíritu racionalista y cuyo concepto de la infancia, símbolo de la inocencia, la ingenuidad y la ilusión, se convierte en el medio de protesta contra las estructuras de la sociedad industrializada. Como negativa al racionalismo funcional de la ideología del desarrollo tecnológico, los nuevos románticos crean una nueva subjetividad, pretendiendo reconducir el mundo asediado por la tecnología hacia el viejo mundo de la poesía.

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Fantasía, utopía y cuento, tres características principales de esta corriente, son asimismo los elementos constitutivos de todas las obras de Ende. Con su concepto de infancia como símbolo de una utopía social positiva y garantía de un mundo mejor, Ende traza esta nueva línea romántica de nuestros tiempos, llamada neosubjetivismo, un movimiento literario que surge en los años 70, a consecuencia de la revolución estudiantil de 1968, basado en la búsqueda de las formas expresivas más individuales, como son la poesía y la autobiografía. Los neorrománticos se dirigen contra el racionalismo funcional y su movimiento se caracteriza por la búsqueda de la naturaleza perdida. Se basa en una doble decepción, porque ni el capitalismo ni el socialismo han cumplido sus promesas relativas a la felicidad individual. Sus protestas se dirigen contra los aspectos negativos de la modernización y contra la vida atosigada de la sociedad industrial, y exigen que se impulse la esencia de la naturaleza y el valor del individuo. Los neorrománticos contemplan en el niño una forma de ser ideal, cuya fuerza creativa, capacidad imaginativa e inquietud llaman a ser imitados por los poetas en su búsqueda de los valores más positivos de la vida. Las obras de Ende (junto a Pippi Calzaslargas de Astrid Lindgren o La pequeña bruja de Otfried Preußler) abren una corriente literaria llamada “Kindheitsautonomie”. Sus características se resumen en la presentación de un niño liberalizado, independiente y fuerte, un niño que ya no siente el peso de las exigencias sociales y realistas, sino que se deja llevar por el placer de la ficción y de la fantasía. El concepto “Kindheitsautonomie” se refiere tanto a las figuras de niños como a las de los adultos. Estos últimos presentan dos facetas diferentes: o bien forman parte del mundo infantil, desprovistos de todo rasgo característico de una persona mayor, o bien son figuras caricaturescas que funcionan como contraimagen al mundo infantil. Son obras prototipo de la posguerra: contraponen al contexto desapacible de la realidad la imagen afable de una infancia feliz, libre y despreocupada. Ni Ende ni sus contemporáneos buscan sus argumentos en la actualidad social o problemática real. Ellos encuentran un mundo más habitable en la utopía fantástica de la “Kindheitsautonomie”. Los habitantes de la isla Lummerland (Lucas, el rey, el Sr. Manga y la Sra. Quée), que acogen al pequeño huérfano Jim Botón, son adultos que aceptan y se adaptan perfectamente a las reglas del juego infantil. Los problemas a los que se enfrentan son reales, pero su importancia se reduce a dimensiones insignificantes y se resuelven desde la perspectiva infantil. Lummerland es un mini-estado y cuando llega Jim, hay peligro de superpoblación, un problema que se resuelve sencillamente con la marcha de los protagonistas, Jim y Lucas, con ayuda de la



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locomotora hacia el mundo desconocido. Así empiezan a vivir una gran aventura que los lleva a China donde logran liberar a la princesa Li Si de los piratas “Trece salvajes”. Con la victoria sobre los piratas y con la recuperación de la tierra hundida, Jimballa, Ende lleva el cuento a un fin típicamente romántico: traza un país utópico para niños, gobernado por la pareja Li Si y Jim Botón, convertido en el príncipe Myrrhen, descendiente del rey mago Gaspar. Lummerland representa una sociedad ideal. Es un estado modélico que reúne características utópicas y caricaturescas al mismo tiempo, que se reflejan en la descripción de su infraestructura y de los personajes. El país dispone de una red ferroviaria, aunque la única locomotora que la usa es Emma. Su contacto con el mundo exterior lo posibilita un teléfono y un barco que distribuye el correo. Entre las figuras se pueden distinguir dos tipos: personajes idealizados con rasgos absolutamente positivos, y personajes que representan caracteres extremadamente irónicos. En el primer grupo se perfilan Jim Botón y su amigo Lucas, mientras que sus lados opuestos son el soberano del estado, el rey Alfonso DoceMenos-Cuarto y el súbdito el Sr. Manga. La ironía se aprecia ya en sus nombres que discrepan con la seriedad del cometido social que deberían desempeñar. Así resulta que el único oficio que el rey cumple bien es el hablar por teléfono, ya que los verdaderos problemas del país los resuelven Jim y Lucas: “Jedenfalls konnte niemand etwas Nachteiliges von ihm sagen, weil man eigentlich überhaupt nichts von ihm sagen konnte. Meistens saß er mit seiner Krone auf dem Kopf in einem Schlafrock aus rotem Samt und mit schottisch karierten Pantoffeln an den Füßen in seinem Schloß und telefonierte” (pág. 9) Los ciudadanos son conscientes de su escasa capacidad intelectual, pero precisamente por ello y porque no hace nada están satisfechos con él pues les resulta cercano, como si fuera un ciudadano más. Es una figura cómica y al mismo tiempo simpática, un torpe inútil que a menudo encontramos en nuestro entorno. El Sr. Manga representa al hombre intelectual de Lummerland, una especie de asesor o consejero del rey. Sin embargo, sus consejos y comentarios son tan inoportunos y ridículos que se convierten en el motivo de bromas entre los ciudadanos. Estas figuras, junto a las de los soldados que para Ende carecen de personalidad y son fácilmente manejables, y a los ministros, ávidos de poder, representan el extremo opuesto a la mente sana de los niños, a su razonamiento lógico y al comportamiento directo y sincero. En estos dos polos contrarios reside el equilibrio de la isla.

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Otra característica utópica de este mini-estado se puede definir en la poca o nula utilidad de las funciones que desempeñan sus habitantes. Lucas es maquinista y propietario de una locomotora pero nadie hace uso de su servicio para recorrer un espacio tan pequeño como el salón de su casa. Tampoco se emplea para transportar mercancía. En consecuencia, su actividad no le aporta ningún beneficio económico: “Lukas, der Lokomotivführer, war ein kleiner, etwas rundlicher Mann, der sich nicht im geringsten darum kümmerte, ob jemand eine Lokomotive notwendig fand oder nicht” (pág. 6). La Sra. Quée también trabaja. Regenta una tienda pero poco se sabe sobre el tipo de mercancía que vende y si alguien incluso la compra. Las actividades de los habitantes de Lummerland obviamente equivalen a los juegos, actividades libres de propósitos u objetivos económicos. La finalidad del juego es el juego mismo. Lummerland es la utopía positiva de una sociedad pacífica, libre de compromisos y ajena a cualquier preocupación, asequible sólo a los niños y a aquellas personas que saben aceptar el juego infantil. Los rasgos utópicos de Lummerland tienen su cúspide en la reaparición de la tierra llamada Jamballa. Se revela que Lummerland es el centro de este país hundido en el fondo del mar, cuyo soberano era el rey Gaspar que resulta ser el antepasado directo de Jim Botón. Jamballa equivale a la mítica Atlántida, perdida durante milenios también en el fondo del mar. Jamballa (o Jimballa, así se la llama en el segundo tomo) como “Land der Kinder und der Vögel” (pág. 254) es el símbolo de la inocencia, ingenuidad y libertad. En él hay sitio para la gente de todas las nacionalidades y de todos los continentes ya que los niños, liberados por Jim y Lucas del poder de la Sra. Maldiente, se instalan con sus familias en Jimballa: en un polo aparecen los esquimales, en el otro praderas y junglas con los indios, hay niños negros, blancos y amarillos, así como mucha nieve y mucho sol: “So gab es bald eine Gegend mit Prärie und Wäldern für die Indianer, eine mit großen Tulpenfeldern und saftigen Wiesen für die Holländer, eine mit Dschungeln für die braunen Kinder mit Turbanen, und sogar für die Eskimos gab es am Nordende des Landes ein passendes Gebiet, wo es ihnen kalt genug war und wo im Winter viel Schnee lag. Kurz und gut, für jeden fand sich das Richtige” (pág. 253). En fin, es un lugar paradisíaco donde conviven en armonía el hombre y la naturaleza, y donde cada uno de sus habitantes desempeña una actividad útil para la sociedad. En el lado opuesto de Jimballa se sitúa “Kummerland”, ciudad de los dragones y la residencia de la Sra. Maldiente y, como su mismo nombre indica, ciudad



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de la angustia y los tormentos, máximo exponente del mal. Refleja una imagen típica de las metrópolis modernas: rascacielos grises, ambiente contaminado por los gases tóxicos de los dragones, ruido, estrés. Pero la característica más llamativa es la práctica inexistencia de niños y jóvenes. Y aquellos que residen en ella, viven en cautiverio y son maltratados. Una ciudad sin niños es una sociedad sin sentido. Tanto en Jim Botón como en sus obras posteriores, Ende dibuja al niño como la figura clave de una sociedad próspera y saludable. Jim y sus amigos son el símbolo del espíritu imaginativo. Su naturalidad, espontaneidad, entusiasmo e ilusión constituyen los pilares de un mundo mejor. La historia de Jim Botón no es solo una apoteosis de la infancia. Es también una fuente de arquetipos y de viejos motivos literarios que Ende desarrollará con más profundidad en sus obras posteriores que se definirán como Bildungsmärchen. Sus elementos constitutivos ya están presentes en esta historia: niño huérfano, isla abandonada como microcosmos, la partida del héroe hacia lo desconocido, lucha de los dragones, la Atlántida desaparecida. Basándose en el modelo del Bildungsmärchen, Ende lanza a Jim a la aventura, primero, porque la isla Lummerland está en peligro de sobrepoblación y, segundo, para liberar a la bellísima princesa Li Si, secuestrada por un dragón. Como todos los héroes que se encuentran en el viaje de iniciación, ha de superar todas las barreras que encuentra en el camino: tiene que cruzar un barranco y un desierto, vencer a un gigante y encontrar la ciudad de los dragones. Cada uno de estos obstáculos tiene su explicación lógica ya que se trata de fenómenos físicos: en el “Valle Crepuscular” el obstáculo aparece en forma de eco, en el desierto “Fin del Mundo” como espejismo (Fata Morgana), el gigante Tur Tur es un gigante falso. Pierden su misticismo ya que por ser fenómenos físicos tienen una explicación razonable. Lucas sabe, por ejemplo, que el espejismo es una ilusión engañosa, un reflejo del aire, por lo cual va al desierto de noche cuando este fenómeno no se puede producir. Aún tratándose de leyes físicas, Ende les dota de rasgos fantásticos. Así pues, las rocas negras tienen una capacidad de absorción de luz y calor tan alta que provocan una oscuridad absoluta del paisaje; el tamaño del gigante falso Tur Tur aumenta a medida que se aleja del lugar. El juego con los fenómenos reales, su transformación y alteración es una nota constante en todas las obras de Ende, que desde su edad temprana se veía marcado por la poderosa influencia de la pintura surrealista de su padre, Edgar. Sus composiciones normalmente presentan mundos distorsionados y absurdos que después aparecen con mucha frecuencia en los libros de Ende (por ejemplo, el cuadro con el motivo de un patinador que traza sus círculos no

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sobre el hielo, sino en el cielo, aparece nuevamente en la obra de su hijo, El espejo en el espejo). Observamos que la tecnología y los fenómenos naturales constituyen el rasgo más creativo de los cuentos de Jim Botón. Jim experimenta con todo lo que desconoce y cada nueva experiencia lo conduce a un nuevo descubrimiento, una particularidad inherente al juego infantil. Todo su entusiasmo por la tecnología y por los juguetes mecánicos se resume en el medio de transporte utilizado durante sus aventuras: se trata de una locomotora, capaz de rodar, nadar, bucear y volar. Los avances tecnológicos, representados en la locomotora Emma, en muchas ocasiones superan la naturaleza, pero no para destruirla sino para dominarla, como es el deseo de Ende: en la lucha entre la locomotora Emma, símbolo de la tecnología, y el dragón la Sra. Maldiente, símbolo de los tiempos remotos, se impone la primera, forzando además la transformación de la segunda en una esencia positiva, la figura malvada se convierte en una sabia y dócil. Es evidente que en Jim Botón, Michael Ende todavía percibe los avances tecnológicos como un principio eficaz y positivo para la creatividad humana. En sus obras posteriores, como Momo y La Historia Interminable, precisamente estos progresos se erigen como la causa principal de la destrucción de las relaciones humanas. La capacidad imaginativa y creativa del niño se ofrece como remedio curativo a este mal. En La Historia Interminable, el niño Bastián salva el país Phantasien de su desaparición al dar un nuevo nombre (La Hija de la Luna) a su soberana, Emperatriz Infantil. Pero también Jim Botón se alza como salvador con la misma capacidad de dar nombres: en el segundo tomo, promueve la transformación de los “Trece Salvajes” en los “Doce Invencibles”, dándoles no sólo un nuevo calificativo, sino también a cada uno un nombre propio y con ello la individualidad. De los piratas nacen así los protectores del “Land der Kinder und der Vögel” (pág. 254). Michael Ende crea en estos dos cuentos un mundo fantástico donde se unen de manera armónica el hombre, la naturaleza y la tecnología. El final feliz también es propio de los cuentos: Jim se casa con la princesa Li Si, y se convierte en el príncipe. Sin embargo, destaca un rasgo que lo diferencia de los cuentos convencionales: Jim Botón no castiga al mal ni lo hace desaparecer, sino que lo convierte en el bien. La Sra. Maldiente se muestra agradecida por el hecho de que no la hayan matado sino solo encadenado porque, según ella, cuando se consigue encadenar a un dragón sin matarle, se le ayuda a cambiar. A partir de ahora empleará su sabiduría en buenas obras que ayuden a la humanidad y se llamará el “Dragón Dorado de la Sabiduría”. Con su conocimiento permitirá incluso la



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vuelta a casa definitiva de Jim y Lucas. Con la transformación del dragón y de los piratas en el bien, se eliminan del cuento los elementos agresivos y violentos. La lucha entre figuras y principios buenos y malos, así como la recompensa del bien aparecen en todos los libros de Ende. En Jim Botón, el bien, representado en la figura del protagonista, en Lucas y en la locomotora Emma, se enfrenta al mal (los dragones y la Sra. Maldiente) para recuperar el imperio llamado Jamballa. En Momo estos principios del bien y del mal son evidentes a lo largo de todo el cuento: Momo, los niños, el Maestro Hora y Casiopea tienen sus antagonistas en los ladrones del tiempo, los hombres grises. También la finalidad de los objetos tecnológicos se presenta en función de sus dueños: aquéllos manejados por los hombres grises, como coches o juguetes automáticos, son objetos sin utilidad concreta. Los mecanismos de relojes de los que dispone el Maestro Hora o la tortuga con escritura luminosa representan, por el contrario, la eficacia y el lado creativo de la tecnología. El final feliz del libro corresponde perfectamente a la estructura clásica del cuento: el mal desaparece vencido por el bien: “Es ist gut, ... es ist gut–, daß nun – alles – vorbei – ist –” (pág. 263) son las últimas palabras del último hombre gris. En La Historia Interminable la lucha bien-mal se manifiesta tanto en el plano exterior (en el viaje aventurero de Bastián a través de Phantasien, donde el protagonista ha de superar innumerables obstáculos) como en el plano interior (la lucha interior del protagonista contra su subconsciente y contra el entorno poco comprensivo con su forma de estar y pensar). La lucha de Bastián está dirigida contra el mal dentro de él mismo, es un proceso de conocimiento de la propia individualidad moral y física y de la percepción de la relatividad del bien y del mal. Las pruebas de madurez y de firmeza de carácter y de voluntad, que Bastián tiene que superar durante el viaje, equivalen a las experiencias que un niño debe pasar al salir de la pubertad y entrar en el mundo de los adultos. En suma, la polaridad del bien y del mal en las obras de Ende refleja la superación de las fuerzas destructivas en el mundo por parte de las fuerzas espirituales dentro del hombre, simbolizadas siempre en una figura infantil, llámese ésta Jim, Momo o Bastián. El éxito de esta primera obra de Ende para niños apenas ha sido superado hasta hoy. La gran popularidad la consigue ya en el año 1962 gracias a un programa infantil en el canal público ARD que se retransmite a la hora de máxima audiencia. Este canal lanza una serie sobre las aventuras de Jim Botón que inmediatamente se convierte en un verdadero acontecimiento nacional, obteniendo pronto premios y aplausos tanto de la crítica como del público, con lo cual la

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obra de Ende “wurde nicht nur zu einem Kinderklassiker, sondern auch zu einem Klassiker des Kinderfernsehens”.10 Aparte de numerosísimas representaciones teatrales, también hubo versiones de “musical”. La primera, escrita en alemán suizo, fue compuesta por Emil Moser y Schneider Jörg y estrenada en noviembre de 1970 en la Ópera de Zúrich. En la década de los setenta se estrenan más de quince representaciones musicales en toda Alemania. Como todos los clásicos, Jim sigue suscitando nuevas interpretaciones. Uno de los estudios más recientes es Darwins Jim Knopf 11 de Julia Voss. La autora interpreta el libro como una historia opuesta a los mundos imaginarios del nacionalsocialismo y a las interpretaciones del darwinismo. Descubre también un posible origen del nombre de Jim Botón. Sus estudios se basan en el libro Voyage of the Beagle, la primera publicación del célebre científico Charles Darwin, cuya teoría de la evolución causó una revolución científica. Esta historia proviene de la Inglaterra del siglo XIX, cuando el país era gobernado por el rey Guillermo IV. En un puerto de las costas inglesas, atracó un día un barco procedente de un continente lejano. A bordo había un chico de color, un niño huérfano, sin raíces ni orígenes conocidos. Su nombre era Jemmy Button. Un viajero del barco, que es el mismísimo Charles Darwin, lo describe como: “der Liebling aller, aber ebenfalls leidenschaftlich; sein Gesichtsausdruck zeigte sogleich sein freundliches Gemüt. Er war fröhlich, lachte oft und war bemerkenswert mitfühlend mit allen, die Schmerzen litten”12. Voss ve en esa Inglaterra del siglo XIX la que después será la isla Lummerland de Ende. Y en las descripciones de la isla Kummerland y su política de razas, y de la isla perdida Jimballa, descubre la autora “natürlich Atlantis, der alte Mythos, den die Nationalsozialisten in Deutschland zuvor an sich gerissen und in unzähligen Kinderbüchern zu einer biologischen Rasseparabel umcodiert hatten. Atlantis war zur Urheimat der arischen Rasse erklärt worden”.13 En una entrevista, Ende se pregunta de manera enigmática: “Halten Sie es für Zufall, wenn Sie genau im richtigen Augenblick genau das richtige Buch in die Hand bekommen, es an genau der richtigen Stelle aufschlagen und genau die 10 11 12 13

Bettina Hurrelmann, Klassiker der Kinder- und Jugendliteratur, Frankfurt (Fischer) 1995, pág. 248. Julia Voss, Darwins Jim Knopf, Frankfurt (Fischer) 2009. Julia Voss, “Darwins Jim Knopf. Ein unbekanntes Kapitel in der Geschichte der Evolutionstheorie.” en FAZ núm. 292 del 13 de diciembre de 2008, pág. 33. Voss (nota 11), pág. 33.



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richtige Antwort finden?”.14 La interpretación de Voss intuye que la historia de Jim Botón no fue una casualidad, ni el nombre, ni los lugares, ni el final. Para ella, las aventuras de Jim reflejan el deseo del autor de: “mit Wissen um eines der düstersten Kapitel deutscher Bildungsgeschichte eine Gegengeschichte zu erzählen, die Rassenideologie, die Atlan1tissage, den Schulunterricht umzuerzählen, ein neues Märchen zu schaffen für die nächste Generation. Es kam genau im richtigen Augenblick”.15 Lummerland, la Inglaterra en miniatura, es un mundo modélico, a partir del cual el escritor reconstruye la historia de nuevo. A los nazis se les despoja de los dragones, de las gentes, de su país la Atlántida. Gana la mezcla de las razas y la unión de seres diferentes. Lucas, Jim, el gigante Tur Tur, la princesa Li Si se sobreponen a cualquier obstáculo, superan las ideologías de razas, la infamia y la muerte: “eine neue Evolution wird in Gang gesetzt. Das ist die Geschichte: Jim Knopf bekommt eine zweite Chance. Und mit ihm die Evolutionstheorie”.16 Jim Botón, un clásico de la literatura universal, siempre actual y fuente inagotable de nuevas interpretaciones.

14 15 16

Michael Ende, Mein Lesebuch, Frankfurt (Fischer) 1983, pág. 7. Voss (nota 11), pág. 33. Voss (nota 11), pág. 33.

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 157-169

Nationalsozialismus und Holocaust in der Literatur der Jahrtausendwende mario saalbach

Vitoria-Gasteiz

Die Auseinandersetzung mit Nationalsozialismus und Holocaust zieht sich wie ein roter Faden durch die deutsche Kulturlandschaft. Spätestens seit Mitte der 1960er Jahre ist das Thema Bestandteil der öffentlichen Diskussion, wenigstens 15 Jahre früher begann die Aufarbeitung der Geschehnisse und Erfahrungen während und infolge des Dritten Reiches durch die fiktionale Literatur. Und auch ein halbes Jahrhundert nach dem Ende des Zweiten Weltkriegs setzt sich die öffentliche Meinung weiterhin – und mitunter sehr vehement – mit jenem besonders grauenhaften Abschnitt der jüngeren deutschen Geschichte auseinander. Zeitgleich mit der deutschen Vereinigung von 1989/90 wird das Thema der NS-Periode intensiv neu belebt: dafür stehen etwa die Diskussionen und Polemiken um die Wehrmacht-Ausstellung, das Holocaust-Mahnmal oder die Vertriebenen-Stiftung in Berlin oder die beachtliche Reihe von einschlägigen dokumentarischen und, vor allem, literarischen Titeln. Wo von einem roten Faden der NS-Thematik die Rede ist, muss allerdings auch klargestellt werden, dass dieser Faden die deutsche Kulturlandschaft nicht gleichmäßig und gleichgewichtig durchzieht. Aufarbeitung der NS-Vergangenheit ging und geht vorrangig von der alten Bundesrepublik Deutschland aus. In der DDR, die sich als Nachfolgerin des antifaschistischen Widerstands präsentierte, wurde eine intensive Auseinandersetzung mit dem Hitlerfaschismus offiziell als überflüssig empfunden. Den hatte man schon von Anfang an durchschaut. Und auch nach der Vereinigung gibt es in den Bundesländern der ehemaligen DDR

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zunächst einmal wichtigere, weil historisch näher stehende Aufarbeitungsbedürfnisse, nämlich die Auseinandersetzung mit 40 Jahren DDR-Sozialismus. Das heißt nicht, dass das Thema Nationalsozialismus in der DDR und von (ehemaligen) DDR-Autoren überhaupt nicht behandelt worden wäre. DDRSchriftsteller und Intellektuelle begannen seit den 1970er und, vor allem, in den 1980er Jahren den Mythos des antifaschistischen Ursprungs der DDR zu demontieren und die Alleinverantwortung der Bundesrepublik als rechtlicher Nachfolgerin des Dritten Reichs für die Nazi-Verbrechen zu widerlegen. Beispiele der literarischen Auseinandersetzung mit dem Thema sind etwa Franz Fühmanns König Ödipus (1966) oder Hermann Kants Der Aufenthalt (1977), als früher Text auch Brigitte Reimanns Die Frau am Pranger aus dem Jahre 1956. Aber erst am 12. April 1990 erkannte die DDR offiziell die Mitverantwortung an für die Verfolgung und Ermordung der Juden im Nationalsozialismus.1 Im Kontrast dazu steht die überaus markante Präsenz dieses Themas in den Medien und der Literatur der Bundesrepublik. Entsprechend lässt sich insbesondere westdeutsche Identität in eine enge Beziehung setzen zu den wechselnden Haltungen der Gesellschaft gegenüber dem nationalsozialistischen Erbe: Nach Siobhan Kattago2 sehen sich die (West)Deutschen der 1950er Jahre als schuldige Parias; die 60er und 70er stehen dann unter dem Zeichen eines therapeutischen Trauermodells, um seit den 80er Jahren schließlich in ein Modell der Normalisierung überzugehen. Normalisierung meint in diesem Zusammenhang den Versuch, eine kollektive Erinnerung an die deutsche Vergangenheit zu konstruieren, die nicht mehr unter dem Zeichen der Schuld steht und den Deutschen eine positivere Perspektive auf ihre nationale Identität ermöglichen soll.3 Dass eine solche Normalisierung sinnvoll und sogar notwendig ist, daran besteht kein Zweifel, strebt man denn eine tatsächliche Bewältigung der Vergangenheit an – und mit Bewältigung ist hier keinesfalls gemeint, dass der Nationalsozialismus als Thema nun ein für alle Mal abgehakt und ad acta gelegt werden sollte. Aber es hat sich gezeigt, dass gerade die Identitätsphase der 1950er Jahre, die Kattago durch das Selbstverständnis des schuldigen Paria gekennzeichnet sieht, eben nicht unter dem Zeichen der gesellschaftlichen Auseinandersetzung mit der na1 2 3

Daniela Berghahn, “Post-1990 Screen Memories: How East and West German Cinema Remembers the Third Reich and the Holocaust”, in German Life&Letters LIX No. 2 (April 2006), S. 294-308, hier S. 295 f. Siobhan Kattago, Ambiguous Memory: The Nazi Past and German National Identity, Westport/ London 2001, S. 85. Berghahn (Anm. 1), S. 295.



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tionalsozialistischen Vergangenheit gestanden hat, sondern, ganz im Gegenteil, unter dem Zeichen des Verschweigens und Verdrängens. Die literarischen Aufarbeitungsinitiativen jener Jahre stellten in diesem Gesamtbild eine rühmliche Ausnahme dar. Erst die Auschwitz-Prozesse (1963-65) rückten die verdrängte Geschichte in das Zentrum der Öffentlichkeit, indem sie die Deutschen unerbittlich mit den Verbrechen der NS-Vergangenheit konfrontierten. Erst diese Konfrontation leitete über die Medien eine Aufarbeitung auf breiter gesellschaftlicher Basis ein, die mittelfristig dazu führte, dass die Anerkennung einer deutschen Kollektivschuld an dem im Nationalsozialismus begangenen Unrecht identitätsrelevant werden konnte. “Willy Brandt’s kneeling at the Warsaw Ghetto Memorial in 1970 marked the beginning of a discourse that makes the critical memory of Germany’s crimes a cornerstone of German national identity”.4 Erst die Anerkennung der Mitschuld und -verantwortung machte es möglich, die “Unfähigkeit zu trauern”5 zu überwinden und allmählich eine neue deutsche Identität zu konstruieren, die dem von Kattago als solches bezeichneten therapeutischen Trauermodell entsprach. Die Aufarbeitung der NS-Vergangenheit konzentrierte sich bis in die 1980er Jahre auf die Perspektive von Schuld und Täterschaft. Es ging ganz eindeutig und vorrangig darum, die Frage der Schuld und Mitschuld zu klären (und die zwangsläufigen Schlussfolgerungen aus dieser Klärung anzuerkennen) und die Täter anzuklagen. Das ist verständlich: Solange diese Dimension der Erfahrungen und Geschehnisse im Kontext des Nationalsozialismus nicht aufgearbeitet war mussten andere Dimensionen dieser Periode notgedrungen in den Hintergrund treten. Im Rahmen der in den 1980er Jahren einsetzenden Normalisierungsphase6 und insbesondere im Umfeld der deutschen Vereinigung von 1989/90 vollzieht sich allerdings ein Paradigmenwechsel, der die Auseinandersetzung mit dem Nationalsozialismus aus anderen Perspektiven ermöglicht, die zuvor aus Gründen der Priorität oder Ethik nicht oder kaum in Betracht gezogen worden waren. In erster Linie geht es hier um die Dimension des Leidens – nicht nur, aber vor allem auch der deutschen Zivilbevölkerung und sogar der deutschen 4

5 6

Bill Niven, Facing the Nazi Past. United Germany and the Legacy of the Third Reich, London/New York 2002, S. 5. Zit. nach: Anne Fuchs, “From ‘Vergangenheitsbewältigung’ to generational memory contests in Günter Grass, Monika Maron and Uwe Timm”, in German Life&Letters LIX No. 2 (April 2006), S. 169-186, hier S. 175. Siehe Alexander und Margarete Mitscherlich, Die Unfähigkeit zu trauern. Grundlagen kollektiven Verhaltens, München 1967. Kattago (Anm. 2).

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Soldaten, die nicht mehr nur als Angehörige der Täterseite dargestellt werden, sondern auch als Opfer der Geschehnisse; eine Perspektive, die notwendigerweise eine heftige Polemik hervorgerufen hat, die längst noch nicht ausdiskutiert ist.7 Einher geht dieser Paradigmenwechsel mit zwei für ihn wesentlichen Faktoren, der eine von historischer Tragweite, der andere allein im Vergehen der Zeit begründet. Auf der einen Seite fällt die Entwicklung zusammen mit dem Kontext der deutschen Vereinigung, die einem neuen deutschen Selbstbewusstsein Vorschub leistet, und auf der anderen mit dem allmählichen Ableben der letzten Vertreter der so genannten ersten Generation, also derer, die Nationalsozialismus und Krieg als Erwachsene bewusst erlebt hatten und großenteils aktiv daran beteiligt gewesen waren, und dem gleichzeitigen öffentlichen Inerscheinungtreten der dritten Generation, das heißt, der Enkelkinder jener durch Mitverantwortung gezeichneten ersten Generation. Vor allem der zweite Faktor des Generationenwechsels ist hier, wo es sich um die Auseinandersetzung mit der Vergangenheit handelt, bedeutsam, steht er doch für die Umwandlung des kommunikativen ins kulturelle Bewusstsein bzw. Gedächtnis. Eigene testimoniale Erfahrung wird über narrative Diskurse zur mittelbaren Erfahrung der Nachgeborenen und damit zum Bestandteil des kulturellen Erinnerns. Während die zweite Generation, die “68er”, also die Kinder der ersten und die Eltern der dritten Generation, ihre ganze Energie darauf verwendete, die Täter und die Schuldigen ausfindig zu machen und anzuklagen, was “rasch in eine globale Verurteilung der Vätergeneration [mündete]”, die, so etwa Ute Frevert8, “eine echte Auseinandersetzung dauerhaft blockierte”, ist das Anliegen der Jüngeren aus der größeren historischen Distanz heraus ein anderes. Die Schuldzuweisung ist für sie kaum noch ein Thema; die NS-Aufarbeitung seit den 1960er Jahren hatte keinen Zweifel daran gelassen, wer die Täter waren, wer die unzähligen Mitläufer und Mitverantwortlichen; das Akzeptieren der kollektiven Verantwortung des deutschen Volkes, verstanden als die ethische Verpflichtung, sich dafür einzusetzen, dass sich ein Unrecht wie das des Nationalsozialismus nicht wiederholen kann, gehörte inzwischen zum allgemeinen Konsens. Die dritte Generation orientiert ihre Prioritäten, anders als die 68er, nicht mehr an Konflikten und radikalem Bruch mit den Eltern, sondern an histori7 8

Siehe z. B. Heinz-Peter Preußer, “Erinnerung, Fiktion und Geschichte. Über die Transformation des Erlebten ins kulturelle Gedächtnis: Walser - Wilkomirski – Grass”, in German Life&Letters LVII No. 4 (October 2004), S. 488-503, insbesondere S. 500. Ute Frevert, “Geschichtsvergessenheit und Geschichtsversessenheit revisited. Der jüngste Erinnerungsboom in der Kritik”, in Aus Politik und Zeitgeschichte 40-41 (2003), S. 6-13, hier S. 7.



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schen Kontinuitäten. Während die zweite Generation ein Großteil ihres Identitätsgefühls aus der Verurteilung der Elterngeneration bezog, die nicht nur direkt oder mittelbar Verantwortung trug für die Gräuel und Schrecken des Nationalsozialismus, sondern vor allem auch die Aufarbeitung jener Periode durch Informationsverweigerung blockiert hatte, sucht die dritte Generation identitätsrelevante Anhaltspunkte in der Rekonstruktion der Familiengeschichte oft über mehrere Generationen hinweg.9 Zwar gehören auch hier Schuld und Verantwortung weiterhin zum Themenspektrum, aber sie sind nicht mehr zentrales Anliegen, sondern werden in längere historische Abläufe und Zusammenhänge eingeordnet. Wo es um Familiengeschichte und -geschichten geht, kommt dem affektiven Moment besondere Bedeutung zu. Identitätsfindung über Familiengeschichte läuft nicht ab mit Parametern der Logik und Objektivität, sondern wird stark durch Emotionalität und gefühlsmäßige Bindungen beeinflusst. Dass das Leiden als Erfahrung in der Familie ein eindrucksstarker Faktor ist, der aufgrund empathischer Nachempfindung besonders intensiv identitätsstiftend wirksam werden kann, ist als wahrscheinlich anzunehmen. Außer Zweifel steht, dass die Leidenserinnerung – im literarischen wie im außerliterarischen Bereich – seit den 1990er Jahren und insbesondere zu Beginn des 21. Jahrhunderts ins Zentrum der deutschen Vergangenheitsaufarbeitung gerückt ist10 und sich als neue Perspektive auf Geschehen und Erleben im Kontext von Nationalsozialismus, Zweitem Weltkrieg und Holocaust etabliert hat. Zwar hatte es auch gleich nach dem Zweiten Weltkrieg schon Berichte und Dokumentationen, auch einige literarische Texte über das Leiden der deutschen Zivilbevölkerung gegeben, aber einerseits verschwanden viele dieser Texte sehr bald wieder aus den Verlagsangeboten und wurden erst seit den 1980er Jahren neu aufgelegt, und andererseits wurden sie in jenen Jahrzehnten immer überschattet erst durch das VergessenWollen und dann durch die andere, damals tonangebende Perspektive der Tätersuche und Anklage.11 Die Wiederkehr der Leidenserinnerung ist Bestandteil der historischen Entwicklungen und Veränderungen gegen Ende des Jahrtausends, neu an ihr ist vor allem ihre unerwartete Intensität und die Vehemenz ihrer Resonanz in der Öffentlichkeit und in der Literatur. 9 10 11

Aleida Assmann, “On the (In)Compatibility of Guilt and Suffering in German Memory”, in German Life&Letters LIX No. 2 (April 2006), S. 187-200, hier S. 192 f. Assmann (Anm. 9), S. 188 f. S. hierzu u.a. Ute Frevert (Anm. 8), S. 10 f.

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Bernhard Schlinks viel beachtetem Roman Der Vorleser (1995) kommt bei dieser Entwicklung eine Übergangsfunktion zu. Der Protagonist Michael Berg versucht vergeblich seine frühere Geliebte, die ehemalige KZ-Aufseherin Hanna Schmitz, gleichzeitig zu verurteilen und zu verstehen. Die Täterperspektive ist also durchaus noch vorhanden, aber dadurch, dass der Erzähler sie einerseits dem Verstehen gegenüberstellt und sich andererseits explizit von der, wie er sie nennt, “selbstgerechten” Suche nach Schuldigen und Tätern in den 1960er Jahren distanziert, wird sie hier schon erheblich relativiert. Viel stärker in den Vordergrund tritt das – wenngleich vielleicht nicht gänzlich fassbare – Leiden der Hanna Schmitz an ihrem Analphabetismus und ihrem Stolz, der es ihr nicht gestattet, jenen einzugestehen und damit einen ersten Schritt in Richtung Lösung zu tun; Leiden, das zum Auslöser wird für ihre Verstrickung in die NS-Verbrechen. Leiden als mittelbare Folge des Nationalsozialismus bzw. Hannas Verstrickung darin ist auch bei Martin Berg unverkennbar: Die Liebesbeziehung des 15jährigen Jungen zu der 20 Jahre älteren Frau prägt den erwachsenen Mann so nachhaltig, dass er nicht mehr in der Lage ist, dauerhafte Beziehungen zu anderen Frauen aufzubauen. Gleichzeitig fühlt er sich schuldig, weil er eine NS-Verbrecherin geliebt hat, und auch daran leidet er. Schon Marcel Beyer aber thematisiert in seinem Roman Flughunde (ebenfalls 1995) in erster Linie das Leiden als Folge des Nationalsozialismus. Dabei ist besonders bedeutsam, dass Opfer wie Täter Deutsche sind und dem nationalsozialistischen Lager angehören. Es geht in Flughunde um Leiden und Sterben der sechs Goebbels-Kinder, die von der Mutter am 30.4.1945 im Führerbunker vor deren eigenem Selbstmord vergiftet werden. Unschuldige Kinder werden zu Opfern ihrer eigenen, tief in die Verbrechen der NS-Diktatur verstrickten Eltern, die, das wird auf diese Weise deutlich zurechtgerückt, auch verantwortlich sind für Leiden und Tod Millionen anderer Deutscher als direkte oder mittelbare Konsequenz nationalsozialistischen Unrechts. Der Ich-Erzähler Hermann Karnau, Tontechniker, Stimmenforscher und väterlicher Freund der Kinder, leidet auch ein halbes Jahrhundert nach Kriegsende noch unter dem Eindruck jener Ereignisse, die er seinerzeit nicht zu verhindern wusste. Er fühlt sich mitverantwortlich für ein Verbrechen, das er nicht begangen hat, und stellt somit einen Gegenpol dar zu jenen vielen, die nicht einmal bereit waren, die Schuld und Verantwortung für Verbrechen zu akzeptieren, an denen sie als Täter oder Mitläufer real beteiligt waren. Allerdings reagierte Karnau bei Folterungen und medizinischen Menschenversuchen im Zusammenhang mit seinen Stimmenforschungen



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keinesfalls immer so sensibel wie in Bezug auf die Kinder, sondern verstand es durchaus, seine Skrupel im Namen der Wissenschaft zu überwinden. Trotzdem wird ihm, der doch auch Täter war, das Recht zum Leiden zugebilligt und eindrucksstark dargestellt. Auch in Günter Grass’ Novelle Im Krebsgang (2002) geht es um das Leiden Deutscher im Kontext von Nationalsozialismus und Zweitem Weltkrieg. Der Fluchtpunkt für die hier dargestellten Ereignisse ist die Versenkung der deutsche Truppen und Flüchtlinge aus den Ostgebieten evakuierenden “Wilhelm Gustloff ” am 30. Januar 1945 durch einen sowjetischen Torpedo. Über 9000 Passagiere ertranken in der Ostsee, die überwiegende Mehrzahl deutsche Zivilisten. Besonders interessant macht diese Novelle der Umstand, dass Grass darin nicht nur deutsches Kriegsleiden thematisiert, sondern dass er darüber hinaus einerseits die generationelle Entwicklung der NS-Aufarbeitung in den Jahrzehnten nach dem Krieg und andererseits die öffentliche Polemik über die neue Opfer-Rolle der Deutschen und die damit verbundenen Gefahren in den Vordergrund rückt. Der Ich-Erzähler wurde von einer der Überlebenden der “Gustloff ” in der Nacht der Rettungsaktion geboren, interessierte sich aber später als Angehöriger der 68er-Generation überhaupt nicht für das Leiden Deutscher während des Kriegs. Viel zu sehr war er damit beschäftigt, Schuld und Täterschaft zu klären, die für ihn und seine Zeit das kandente Problem darstellten. Sein Sohn Konrad aber beginnt sich bei der identitätsstiftenden Rekonstruktion der Familiengeschichte, analog zur allgemein feststellbaren Tendenz, sehr intensiv mit dem Leiden seiner Großmutter und deren Generation auseinanderzusetzen. Dass Konrad diese Auseinandersetzung aus dem “rechtsgestrickten” Lager heraus betreibt, führt den Leser automatisch zur zeitgeschichtlichen Diskussion über ein neues Selbstverständnis der Deutschen nicht nur als Täter, sondern auch als Opfer von Nationalsozialismus und Zweitem Weltkrieg. Anlass für die intensive öffentliche Diskussion waren Veröffentlichungen wie Gert Ledigs Roman Vergeltung über die alliierten Flächenbombardements Dresdens, unter denen besonders die Zivilbevölkerung zu leiden hatte. Die Erstausgabe 1956 hatte nur wenig Publikumsinteresse geerntet, die Wiederauflage 1999 fand dann aber große Beachtung. Besonders hitzig wurde die Auseinandersetzung mit dem Buch Der Brand. Deutschland im Bombenkrieg 1940–1945, von Jörg Friedrich, aus dem Jahr 2002. Friedrich beschäftigt sich darin mit dem Luftkrieg gegen Deutschland und zeichnet ein eindringliches Bild vom Leiden der Hunderttausenden von Bombenopfern nach. Bei einem “mitfühlenden Publikum” war ihm ein “immenser Verkaufserfolg” gewiss, wie Ute Frevert konsta-

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tiert12, vorgeworfen wurde ihm jedoch, dass er gezielt der Aufrechnung alliierten Unrechts gegen nationalsozialistisches Unrecht Vorschub leistete: Viele Rezensenten haben darauf hingewiesen, wie suggestiv der Autor die Erfahrungen des Flächenbombardements an diejenigen der Gaskammern heranrückt. Indem er sich derselben Begrifflichkeit bedient (Holocaust, wörtlich “Brandopfer” vs. “Der Brand”), stellt er den alliierten Bombenkrieg auf die gleiche Stufe wie die Vernichtungsorgien der Nationalsozialisten. Damit aber hat er dem Gespann Hitler/Himmler nicht nur britische Verbrechenspartner (Churchill/Harris) beigesellt und den Deutschen die Einsamkeit der Schuld genommen. Er hat im gleichen Atemzug auch die NS-Verbrechen, speziell den Völkermord an den Juden in ihrer Dimension eingeebnet und entdramatisiert.

Und eben hier liegt die Gefahr der neuen Opfer-Perspektive: je nach den ideologischen Vorzeichen, unter denen sie zum Zuge kommt, kann sie dazu missbraucht werden, die deutsche Schuld an den NS-Verbrechen durch das Aufrechnen deutschen Leidens gegen das von Deutschen verursachte Leid zu mindern und gar zu bagatellisieren. Wolfgang Emmerich13 fragt sich in diesem Zusammenhang: “Darf ein Deutscher von diesen Opfern und Leiden überhaupt öffentlich sprechen, ohne im selben Atemzug immer auch gleich die deutschen Verbrechen zu brandmarken und sich anklagend an die Brust zu schlagen?” Heinz-Peter Preußer14 stellt generell die Frage, “ob Deutsche sich selbst zu Opfern erklären dürfen.” Ähnlich wie Emmerich erachtet Aleida Assmann es zur Vermeidung solchen Missbrauchs als unerlässlich, dass a priori ein allgemeiner normativer Rahmen akzeptiert wird, der sowohl die Anerkennung des Holocaust als historische Realität umfasst als auch die Anerkennung und Aufarbeitung deutscher Schuld einschließlich des Akzeptierens der historischen Verantwortung für die Verbrechen des Nazi-Regimes.15 In Grass’ Novelle wird nun dargestellt, wie das deutsche Leiden im Krieg und auf der Flucht vor den Russen von Rechtsradikalen skrupellos zu Entlastungsfunktionen instrumentalisiert wird. Da werden auf Internet-Seiten die Gräueltaten der sowjetischen Truppen gegen deutsche Flüchtlinge, Frauen und Kinder denunziert, ohne dass auch nur mit einem Wort die Grausamkeiten 12 13 14 15

Frevert (Anm. 8), S. 10; das folgende Zitat S. 12. Wolfgang Emmerich, “Die deutsche Literatur – 12 Jahre nach der Vereinigung. Das literarische Feld im Nach-Wende-Deutschland”, unveröfftlichtes Manuskript 2002. Preußer (Anm. 7), S. 500. Assmann (Anm. 9), S. 187 u. 197 f.



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deutscher Soldaten erwähnt würden. Die Absicht der Aufrechnung und sogar der Rechtfertigung deutscher Verbrechen als Notwehr ist unverkennbar und wird von Grass verurteilt.16 Gleichzeitig macht Grass das zu lange Schweigen über deutsches Leiden und die Verbrechen der anderen – und damit die zweite und auch seine eigene Generation – dafür verantwortlich, dass das Thema den Rechten überlassen wurde und nun von ihnen skrupellos ausgeschlachtet werden kann. Aber gerade, dass zu lange über deutsche Leidenserfahrung geschwiegen worden sei, wie es neben Grass auch J. Friedrich und andere als Argument anführen, zieht zum Beispiel Ute Frevert in Zweifel. So habe es seit langem Initiativen der Erinnerung an Flucht und Vertreibung gegeben, “eine Fülle lokal- und regionalgeschichtlicher Dokumentationen, Bildbände und Forschungsarbeiten” über die alliierten Flächenbombardements und die entstandenen Schäden sowie “einige beeindruckende” literarische Werke.17 Nicht von der Hand zu weisen ist jedoch, dass die Auseinandersetzung mit deutschem Leiden in Nationalsozialismus und Zweitem Weltkrieg im öffentlichen Bewusstsein über lange Jahre längst nicht einen so markanten Niederschlag fand wie die Frage nach Schuld und Täterschaft. Das mag, wie Emmerich vermutet, daran liegen, dass sowohl das Thema des deutschen Leidens im Zweiten Weltkrieg wie auch das daraus resultierende Trauma jahrzehntelang “in die zweite oder dritte Reihe des offiziellen Gedächtnisses verdrängt [wurden], und was sich derzeit manifestiert, das ist die späte, enorm verspätete ‘Wiederkehr des Verdrängten’”.18 Das mag aber auch daran liegen, dass historische Aufarbeitung über Dokumentationen und Datenmaterial nur sehr bedingt möglich ist – vor allem, wenn sich der Gegenstand der Aufarbeitung als umbruchartig und traumatisch charakterisiert, also Gefühle und Emotionen impliziert sind. Leiden und Leidenserfahrung lassen sich nicht über Daten und Dokumentationen mitteilen. Der Zugang kann hier einzig über den Versuch des Nachempfindens hergestellt werden unter Nutzung empathischer Fähigkeiten. Schlink spricht in Der Vorleser konkret den Bedarf an Anschauung an, ohne die ein Nachempfinden des Geschehenen nicht möglich ist. Sein Protagonist Michael Berg versucht wiederholt, sich durch KZ-Besuche hineinzufühlen in die Welt der Konzentrationslager, sich “ein volles Lager und Häftlinge und Wachmannschaften und das Leiden konkret vorzustellen”,19 auch wenn es ihm 16 17 18 19

Günter Grass, Im Krebsgang, Göttingen 2002, S. 101. Frevert (Anm. 8), S. 10. Emmerich (Anm. 13). Bernhard Schlink, Der Vorleser, Zürich 1995, S. 149.

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nicht gelingt. Grass konstruiert in seiner Novelle konkrete Anschauung, wo es darum geht, sich die überstürzte Flucht der Deutschen vor den Russen vorzustellen und das Grauen dem sie ausgesetzt waren, wo sie ihnen nicht entkommen konnten (S. 99, S. 101), oder Chaos und Tod beim Sinken der “Gustloff ” (S. 136 f.). Dabei stellt er klar, dass das, was er zur Anschauung zur Verfügung stellt, großenteils Konstrukt seiner eigenen Vorstellung ist: “So wird, so kann es gewesen sein. So ungefähr ist es gewesen” (S. 101), stellt er seiner Darstellung voran. Norbert Gstrein erhebt die empathische Anschauungskonstruktion in seinem Roman Die englischen Jahre (1999) sogar zu einem der zentralen Handlungsstränge. Daten- und Dokumentationsmaterial erscheinen Gstreins Ich-Erzählerin als leer und wenig aussagekräftig, die Resultate allein darauf basierender Aufarbeitung sind für sie nur “Litaneien der Zerstörung”20, in denen automatenund klischeehaft die materiellen Folgen der Zerstörung aufgelistet werden, die menschliche Dimension des Leidens aber außen vor bleibt. Gstreins Erzählerin kommt einem Betrug auf die Spur, einem opportunistischen Identitätswechsel in einem britischen Internierungslager während des Zweiten Weltkriegs, durch den ein junger Österreicher zum jüdischen Flüchtling wird und sich, nach dem Krieg, zum einigermaßen berühmten jüdisch-österreichischen Exil-Schriftsteller stilisieren lässt. Währenddessen kommt der wahre jüdische Flüchtling bei seiner Deportation nach Kanada ums Leben, als sein Schiff nach einem Torpedotreffer sinkt. Als sich die Erzählerin der Verwechslung bewusst wird, beginnt sie gezielt die Geschichte des wahren jüdischen Flüchtlings mit großer Sensibilität und Empathie in ihrer Vorstellung zu rekonstruieren. Erzähltechnisch ist besonders interessant, dass für diese Anschauungskonstruktion konsequent die Du-Perspektive gewählt wurde, über die die Erzählerin mit dem Toten in ein vertrautes Zwiegespräch tritt, das eindrucksvolle Möglichkeiten des Nachempfindens eröffnet. Überhaupt kann fiktionale Literatur Erhebliches leisten, um Anschauung zu konstruieren und damit das Nachempfinden von Erfahrungen anderer überhaupt erst möglich zu machen. Sie vermag nämlich, aufgrund ihres Erlebnischarakters, den Leser zur phantasievollen Konstruktion von Anschauung hinzuführen, indem sie das Fehlen von Eigenphantasie ausgleicht oder diese wirkungsvoll potenziert. In der Dialektik zwischen Bestimmtheit und Unbestimmtheit, 20

Norbert Gstrein, Die englischen Jahre, Frankfurt am Main 1999 (suhrkamp taschenbuch 2001), S. 353.



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die jeden literarischen Text charakterisiert21, ist der Leser gefordert, sich aktiv in den Leseprozess einzubringen. Er muss alles das aus seinem eigenen Erfahrungsschatz ergänzen, was der Text ihm nicht explizit vermittelt, was ihm aber trotzdem unentbehrlich ist, um den Text in ein kohärentes Bedeutungsganzes zu verwandeln. In der fiktionalen Literatur findet sich der Leser geradezu dazu eingeladen, sich einzufühlen, zu empfinden und nachzuempfinden. Aufgrund der Tatsache, dass die massive öffentliche Rückkehr von Opferbewusstsein und Leidenserinnerung trotz lange schon vorliegender entsprechender Dokumentationen und Datenmaterialien erst seit Ende der 1990er Jahre stattfindet, drängt sich sogar der Verdacht auf, dass die intensive Auseinandersetzung mit dem Leiden als Folge von Nationalsozialismus und Zweitem Weltkrieg – ähnlich wie die Aufarbeitung von Schuld und Täterschaft seit den 1950er und 60er Jahren – erst über die intensive literarische Bearbeitung des Stoffes in die Wege geleitet wurde und vor ihrer literarischen Enttabuisierung nicht breitenwirksam werden konnte. Wie dem auch sei, es soll hier noch einmal unterstrichen werden, dass die Darstellung deutscher Opfer und deutschen Leidens im Zusammenhang mit Nationalsozialismus und Zweitem Weltkrieg nicht zu apologetischen Zwecken der Schuldaufrechnung herhalten darf. Aufrechnung mit dem Ziel, die deutsche Schuld zu mindern und zu relativieren, kann nicht legitim sein. Um eine solche Aufrechnung geht es aber auch nicht in den hier angeführten Literaturbeispielen, die allesamt das Leiden in den Mittelpunkt rücken, darunter bei Schlink, Beyer und Grass auch das Leiden deutscher Opfer. Vielmehr handelt es sich darum, Nationalsozialismus, Zweiten Weltkrieg und Holocaust aus einem neuen Blickwinkel heraus zu betrachten. Die Täterperspektive als Suche und Anklage von Tätern und Mitschuldigen hat zwar weiterhin ihre historische Berechtigung, ist aber nicht mehr aktuell. Denn die Täter sind inzwischen weitgehend dingfest gemacht, an ihrer Verantwortung für die NS-Verbrechen besteht keinerlei Zweifel mehr. Das oft jahrzehntelange Leiden aber, das der Nationalsozialismus bei seinen überlebenden Opfern und oft auch bei seinen Tätern verursacht hat, ist weiterhin präsent – über Traumata, verdrängte oder nicht verdrängte Erinnerung, aufgrund der Anteilnahme an der Familiengeschichte oder aufgrund von 21

Siehe die einschlägigen Texte von Wolfgang Iser “The Reading Process: A Phenomenological Approach”, in New Literary History 3 (1972), S. 279-299; ders., “Die Appellstruktur der Texte – Unbestimmtheit als Wirkungsbedingung literarischer Prosa”, in Rainer Warning (Hg.), Rezeptionsästhetik, München 1975, S. 228–252; ders., Der Akt des Lesens, München 1976.

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Lücken in der Familiengeschichte, die für die Identitätskonstruktion späterer Generationen nicht unbedeutend sind. Ein abschließendes Beispiel aus der Literatur, die sich mit dem Leiden im und am Nationalsozialismus beschäftigt, vermag es, eindrucksvoll zu belegen, dass auch aus der Perspektive der NS-Opfer die Täterfrage inzwischen keine Rolle mehr spielt und fast völlig durch die Darstellung eines andauernden und nicht enden wollenden Leidens verdeckt wird. W. G. Sebalds Roman Austerlitz (2002) ist die Geschichte (oder die Darstellung des seelischen Zustandes?) eines Mannes in den Sechzigern, der als viereinhalbjähriger Junge mit einem jüdischen Kindertransport aus Prag ins sichere englische Exil gebracht wurde. Eine unglückliche Kindheit in einer Pflegefamilie und die vollständige Verdrängung der Erinnerung an seine Ursprünge machen aus Jacques Austerlitz einen zeit seines Lebens gezeichneten kontaktarmen Menschen, der unfähig ist, dauerhafte Beziehungen zu knüpfen, und dabei unsäglich unter seiner Einsamkeit leidet. Der Roman ist mit Blick auf eins der jüdischen Opfer des Holocaust geschrieben, denen sich der Autor verpflichtet fühlte22; das heißt, Roman und Autor sind erhaben über den Verdacht, die Schuld der deutschen Täter herabsetzen oder vergessen zu wollen. Und in der Tat werden die Täter nicht völlig ausgespart. Das Systematisch-Grausame der nationalsozialistischen Verbrechen erscheint durchaus in seiner Furchtbarkeit, als etwa über die Verfolgung und Deportierung der Prager Juden23 und die Zustände in Theresienstadt (335-350) berichtet wird oder über das deutsche Beutelager in Paris mit aus jüdischen Haushalten gestohlenen Einrichtungs- und Wertgegenständen (407-409). Aber alles das ist eher Dokumentierung des historischen Hintergrunds als Anklage der Verantwortlichen. Im Vordergrund steht demgegenüber das Leiden des Jacques Austerlitz, das sich auch noch ein halbes Jahrhundert nach dem Ende des Nationalsozialismus fortsetzt. Die Täter sterben allmählich aus, das Leiden an ihren Verbrechen aber bleibt. Die Erkenntnis, dass Schuld und Täterschaft überaus lange währendes Leiden verursachen und zwar nicht nur bei den eigentlichen Opfern, sondern auch bei Schuldigen und Tätern, ist meines Erachtens ein weiterer Schritt einer Trauerarbeit, die im Zuge der längst nicht abgeschlossenen NS-Vergangenheitsbewältigung Licht auf einen bisher eher wenig ausgeleuchteten Aspekt deutscher 22 23

Mary Cosgrove, “Melancholy Competitions: W. G. Sebald Reads Günter Grass and Wolfgang Hildesheimer”, in German Life&Letters LIX No. 2 (April 2006), S. 221. W. G. Sebald, Austerlitz, München/Wien 2001, S. 250-263.



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Vergangenheit wirft. Leiden erscheint als unvermeidliche Folge der begangenen Verbrechen – bei Opfern wie bei Tätern, bei Zeitzeugen wie bei ihren Nachgeborenen – als zwangsläufige Konsequenz, die sich fast wie ein Fluch über alle diejenigen legt, die im historischen Schatten der nationalsozialistischen Gräuel leben müssen. Das Leiden steht ganz ohne Zweifel im Mittelpunkt der neuen Aufarbeitungswelle zur NS-Vergangenheit, und deshalb plädiere ich dafür, dieser Realität durch eine Erweiterung des bisherigen Blickwinkels gerecht zu werden. Denn der bisher konstatierte Wechsel von einer Täter- zu einer Opferperspektive wurde häufig und zum Teil zu Recht verurteilt. Meines Erachtens geht es aber in der gegenwärtigen Erinnerungskultur wie in ihrer literarischen Verarbeitung um den viel weiter gefassten Wechsel von einer Schuld- zu einer Leidensperspektive. Dieser Perspektivenwechsel schließt den anderen quasi als Gefahr und Risiko mit ein, erfasst aber den tatsächlichen Paradigmenwechsel sehr viel genauer, indem er dem Umstand Rechnung trägt, dass die Schuldfrage längst geklärt ist, das Leiden aber kein Ende findet. Sebalds Jacques Austerlitz lässt hieran keinen Zweifel zu, als er hinsichtlich seiner Erinnerungsarbeit und der Perspektiven seiner psychischen Verfassung der Hoffnung Ausdruck verleiht, daß die Zeit nicht verginge, nicht vergangen sei, daß ich hinter sie zurücklaufen könne, [...] daß nichts von dem, was die Geschichte erzählt, wahr wäre, das Geschehene noch gar nicht geschehen ist, sondern eben erst geschieht, in dem Augenblick, in dem wir an es denken, was natürlich andererseits den trostlosen Prospekt eröffne eines immerwährenden Elends und einer niemals zu Ende gehenden Pein. (S. 152)

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 171-188

Comprensión e interpretación literarias Manuel maldonado alemán

Sevilla

1.

La comprensión literaria

En términos generales, la comprensión textual puede considerarse como un conjunto de operaciones y estrategias mentales, realizadas y aplicadas por un sistema cognitivo –el receptor– en distintos niveles de procesamiento de los estímulos textuales: silábico, léxico, oracional y textual. Al comprender un texto, el receptor, tras activar su sistema de conocimientos lingüísticos, construye representaciones fonológicas, léxicas, sintácticas y semánticas, en cuyo resultado final, la comprensión, intervienen, además de los datos textuales, el contexto situativo y su conocimiento del mundo. En ese proceso de construcción significativa, el receptor reconoce las letras, transforma las letras en sonidos, construye una representación fonológica de las palabras, activa los diversos significados de éstas, selecciona un significado adecuado al cotexto y contexto, asigna a cada palabra un valor sintáctico, construye el significado y el sentido de las oraciones, realiza inferencias, integra los sentidos particulares y constituye el sentido global del texto, etcétera. La mayoría de estas operaciones se efectúan muy rápidamente y el receptor ni siquiera es consciente de ellas. Desde un enfoque interactivo,1 que asumimos aquí, la comprensión textual, y en concreto la lectora, a la que nos circunscribiremos en adelante, configura un 1

Cfr. Manuel Maldonado Alemán, Texto y comunicación, Madrid (Fundamentos) 2003, págs. 165 ss.

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proceso activo de procesamiento de información que se desarrolla sobre la base de la interacción texto-lector, siguiendo dos tipos de operaciones específicas: por un lado, operaciones ascendentes, de abajo-arriba (bottom-up), del texto al lector, que son motivadas por la estructura lingüístico-material de los datos textuales; y, por otro, operaciones descendentes, de arriba-abajo (top-down), que atañen a las estructuras cognitivas que el lector asigna a las señales lingüísticas percibidas. Ambos procesos se desarrollan conjuntamente, en una constante interacción, si bien las operaciones descendentes son determinantes en el proceso global de comprensión. En esa interacción intervienen por parte del lector cuando menos su saber, intenciones, deseos e intereses, así como también la información que éste deriva de la situación de comprensión; por parte del texto su estructura material, es decir, sus unidades grafemáticas y sintácticas. La lectura es una operación guiada conceptualmente de condición inferencial. A diferencia de la hipótesis fundamental de los modelos autónomos,2 según la cual la comprensión se inicia con la percepción y elaboración primera de unidades textuales individuales, su transformación sucesiva en proposiciones elementales (microproposiciones)3 y su posterior integración en complejos proposicionales cada vez más amplios (macroproposiciones), hasta llegar finalmente a la comprensión del sentido global del texto, entendemos que, en rigor, el proceso de constitución significativa no comienza con la lectura del texto, con la simple percepción de su estructura lingüístico-material, con su descripción y especificación pura y neutra, pues estas operaciones nunca son inmediatas, sino más bien con un conjunto de conocimientos estructurados que aparece constituido por conceptos, esquemas, marcos referenciales, modelos, sistemas, etcétera, almacenados en la memoria del receptor. Estos conocimientos previos conforman, con anterioridad al inicio de la actividad de comprensión, las estrategias de recepción, motivación, intencionalidad, expectativas, etcétera, del lector. Básicamente, la actividad lectora aparece determinada por el contexto situativo que todo receptor elabora, explícita o implícitamente, al enfrentarse a un texto y al que vincula sus expectativas previas a la comprensión. Estas expectativas atañen a la función social y comunicativa del texto, y permiten anticipar un contenido determinado e incluso ciertas formulaciones estereotipadas o un estilo específico, como se puede comprobar fácilmente, por ejemplo, en el caso de una misiva privada, un telegrama, la primera página de un periódico o un poema. 2 3

Cfr. Maldonado Alemán (nota 1), págs. 156 ss. Sobre el significado del concepto de proposición, cfr. Maldonado Alemán (nota 1), págs. 88 ss.



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El proceso comprensivo se evidencia, así, como un fenómeno transaccional que, además de los datos textuales, integra un amplio sistema de presuposiciones del receptor compuesto por su saber, intenciones, deseos e intereses, así como por las características de la situación de comprensión. El complejo sistema mental del lector estructura sus expectativas sobre el texto y, especialmente, sus acciones de recepción, y crea, previamente a la lectura, un amplio contexto de acciones cognitivas en el que se dan diferentes posibilidades de comprensión. Por consiguiente, en el proceso de lectura, el receptor no actúa como un simple mecanismo pasivo-reactivo, sino ante todo como un elemento cognitivamente activo y constitutivo de sentido. Debido a ello la comprensión textual no es, primariamente, una actividad dirigida por los signos lingüísticos, o sea, un proceso de reconstrucción, en cuyo transcurso un texto concreto (input) conduce necesariamente a un sentido determinado (output). La actividad lectora no consiste en reflejar especularmente el texto a partir de operaciones de traducción de las oraciones a proposiciones; tampoco constituye una simple operación de traslación de informaciones lingüísticas a una representación cognitiva. Más bien, configura un proceso dinámico que desemboca en la construcción de una estructura conceptual compleja, de un mundo coherente de ideas de desigual relevancia y valor, en el que éstas se ponen en relación, se organizan y jerarquizan. En lo esencial, la comprensión es resultado de un proceso activo y continuado de construcción de sentido, que se desencadena en el ámbito cognitivo del receptor ciertamente a raíz de la percepción de la estructura lingüístico-material de un texto, pero que inevitablemente está motivado, dirigido y organizado por las expectativas e intenciones particulares del receptor, por sus conceptos y saber individual sobre el mundo. Así pues, para comprender un texto no es suficiente el conocimiento del lenguaje o saber usar un código lingüístico; es necesario, además, un conocimiento situativo y del mundo. Son estas últimas estructuras de saber, y no propiamente el conocimiento lingüístico, el factor determinante en el proceso comprensivo. Partiendo del principio de la unidad indisoluble entre conciencia y actividad lingüística, se constata, en suma, que la comprensión lectora es un fenómeno primariamente cognitivo que resulta de la ejecución de determinados procesos mentales de construcción, de la constitución concreta de un modelo mental del texto, cuya representación, por su estructura y función, es bien distinta a la representación proposicional: mientras que una representación proposicional es un conjunto de unidades discretas de información que manifiestan un carácter digital, un modelo mental es una representación global y directa de condición analógica.

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Al comenzar el proceso de lectura, tras los primeros impulsos textuales, el lector establece unas hipótesis iniciales acerca del significado textual, o sea, construye un modelo mental del texto, aún poco especificado, pero con una estructuración completa. El lector valora ese modelo de acuerdo con sus criterios, expectativas e intenciones particulares, y en un marco individual de coherencia y de constancia de sentido. En el transcurso del proceso de comprensión irá completando, precisando y, dado el caso, modificando el modelo mental inicial a través de numerosos subprocesos secuenciales y merced al uso cíclico de un procedimiento de prueba y error manifiestamente intencional: el receptor examina repetidamente la coherencia interna del modelo mental construido, comprobando la compatibilidad de los datos textuales actualizados con su sistema de presuposiciones y el contexto situativo, hasta conseguir un resultado que le satisfaga subjetivamente. Primordial en ese proceso no es para el receptor la elaboración de la información textual, sino la construcción mental de un modelo particularmente coherente del texto, o sea, de su sentido y de su función. La representación cognitiva finalmente obtenida, que sólo es una entre otras posibles, resultará así de una compleja actividad de integración y construcción, desarrollada a modo de proceso intencional centrado en el conocimiento y el saber del sujeto y guiado por las estrategias que éste utiliza. En el transcurso de la comprensión, las operaciones de inferencia no se efectúan en la base textual, en el nivel lingüístico-proposicional, sino estrictamente en la misma representación mental del texto, a fin de precisarla y completarla. En definitiva, la comprensión textual, en cuanto fenómeno que resulta de la construcción creativa, emotiva e intencional de una representación significativa del texto en el ámbito cognitivo del receptor, surge con el establecimiento de una continuidad de sentido: el resultado comprensivo se configura como el conjunto de las relaciones de sentido que el receptor asigna a un texto, a partir de la integración de la materialidad textual y de las características de la situación de comunicación en sus estructuras de saber, o sea, como resultado último de la constitución y especificación de un modelo mental del texto. Si se presentan discrepancias entre la constelación de conceptos sugerida por el texto y por la situación comunicativa, y el saber del receptor, es decir, en la manera cómo esos conceptos se relacionan en su conciencia, entonces el receptor no podrá establecer ninguna continuidad significativa, y el texto, simplemente, no tendrá sentido para él. La comprensión textual se configura, así, en lo fundamental, como una acción cognitiva y comunicativa compleja, compuesta de numerosas operaciones realizadas intencionalmente por un sujeto con motivo de un texto, a modo de proceso interactivo, en un



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contexto social y en una situación determinada, y de acuerdo con un sistema de presuposiciones. En el caso de un texto considerado literario, esas operaciones son parte constitutiva de un proceso de comprensión literaria en cuanto fenómeno complejo, compuesto de múltiples dimensiones y aspectos, en el que pueden distinguirse analíticamente cuatro fases fundamentales: – fase prerreceptiva, – fase receptiva, – fase de expresión, – fase posreceptiva. Fase prerreceptiva La fase prerreceptiva comprende las condiciones y presupuestos necesarios para que pueda tener lugar la fase de recepción. Estos presupuestos están constituidos por el saber y las capacidades del lector que fáctica o potencialmente son relevantes para la comprensión. Dado que todo proceso comprensivo se configura en lo fundamental como una operación cognitiva, un componente esencial de ese proceso es el saber que el lector posee acerca del texto en cuestión y sobre la manera cómo ha de proceder con él para comprenderlo literariamente de modo adecuado. Ese saber está formado por factores duraderos y ocasionales, por elementos intraliterarios y extraliterarios, y por componentes supraindividuales, individuales y situativos. En lo fundamental, ese saber se ha ido formando en el proceso de socialización literaria del lector y depende de su condición biográfica y situación social e histórica. Concretamente, ese saber incluye un saber lingüístico –el saber sobre las regularidades fonológicas, morfológicas, sintácticas, semánticas y pragmáticas de una lengua–, un saber sobre el mundo –el saber general sobre objetos, situaciones, sucesos, series de acciones, convenciones, papeles sociales, etcétera–, un saber sobre géneros, normas y valores literarios, los conocimientos que sobre el autor posee el lector, sus recuerdos de otras lecturas, la curiosidad y la motivación provocadas por el título del texto, el saber sobre operaciones cognitivas y estrategias a utilizar para la superación de posibles dificultades en el proceso de comprensión, etcétera. El saber que posee el lector estructura sus expectativas sobre el texto y, en especial, sus operaciones de recepción, y crea, previamente a la lectura, un amplio contexto de acciones cognitivas en el que se dan diferentes posibilidades

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de comprensión. Se ha comprobado en lo que respecta al saber sobre géneros literarios que cuanto más amplias sean esas estructuras de saber, más fácilmente elaborará el lector una estrategia de lectura y de comprensión, con la que alcanzará unos resultados suficientemente satisfactorios. En definitiva, las estructuras de saber desempeñan en el proceso de comprensión literaria una doble función: por un lado, al dirigir y posibilitar las acciones, expectativas y competencias individuales de los lectores, permiten que éstos obtengan resultados comprensivos subjetivamente satisfactorios; por otro, gracias a su componente intersubjetivo, las estructuras de saber otorgan a las experiencias e intenciones individuales de los lectores una legitimación social y posibilitan que éstas sean comunicadas a otros receptores. Fase receptiva La segunda fase del proceso de comprensión literaria es la fase receptiva, la actividad de recepción propiamente dicha. Esta fase comprende todas las acciones cognitivas que realiza el receptor a fin de construir un comunicado coherente. Antes de que comience el proceso de lectura, el sujeto ya especifica, explícita o implícitamente, la finalidad de su recepción, que en lo fundamental consiste en satisfacer sus necesidades intelectuales, morales o hedonistas y en alcanzar unos resultados coherentes que sean subjetivamente satisfactorios, o sea, en establecer la constancia de sentido. De acuerdo con la especificidad de la finalidad fijada, el lector activa las estructuras cognitivas que estima conveniente, que regularán el proceso de lectura. Aquí ejerce una influencia decisiva las características contextuales de la situación de recepción, por ejemplo la predisposición de los receptores a leer un texto de modo literario. Gracias al contexto, con frecuencia un receptor ya sabe antes de leer las primeras líneas o incluso el título del texto, si puede o debe leerlo como texto literario. Las peculiaridades del contexto de recepción permiten activar los esquemas convencionalizados para la lectura literaria que el lector ha adquirido socialmente, lo que posibilita una acción de recepción determinada. Estas convenciones dirigen el proceso de recepción e influyen decisivamente en la determinación del receptor de leer el texto de manera literaria. En ese caso el lector llega a comprender literariamente un texto de modo apropiado si sigue las convenciones literarias vigentes en su grupo social. En el lenguaje empleado por la psicolingüística y la lingüística del texto estas convenciones corresponden a las estrategias que dirigen y modifican los procesos descendentes, de arriba-abajo (top-down), orientados por los esquemas.



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Desde esta perspectiva, la diferencia entre una recepción literaria y otra no literaria depende de las peculiaridades de las operaciones de recepción, o sea, de la especificidad de la actividad lectora, y no, al menos primariamente, de las características del texto. Así, dado que un contexto literario de recepción conduce, normalmente, a una recepción literaria de los textos, un mismo texto puede ser considerado unas veces como literario y otras como no literario, al cambiar las características contextuales.4 Por ello, la recepción literaria no debe concebirse como el acto de comprender la literatura, sino como un proceso de comprensión literaria de los textos. O sea, no se comprenden textos literarios, sino que se comprenden determinados textos de manera literaria. La recepción textual se desarrolla en diferentes niveles de procesamiento, que desde la perspectiva interactiva que hemos adoptado, pueden reducirse en lo fundamental a cuatro: los procesos de elaboración textual subsemánticos, sintácticosemánticos, elaborativos y reductivos. Procesos subsemánticos La lectura propiamente dicha se inicia con los procesos subsemánticos, un primer nivel de recepción que abarca desde la percepción visual de la impresión de la tinta en el papel, o de los trazos en la pantalla de un ordenador en el caso de los textos digitales, hasta la identificación de las letras, sílabas y palabras. La identificación de los grafemas es un proceso de comparación de un percepto derivado de la materialidad textual con una representación almacenada en la memoria del lector; o sea, la identificación de las palabras exige que el lector acceda a su diccionario mental. Esa comparación, no obstante, no se desarrolla como un proceso unidireccional que comience con la percepción de unas señales físicas –en este caso unos caracteres visuales– y finalice con su especificación en el ámbito cognitivo del sujeto. Esa operación de identificación transcurre más bien como un proceso bidireccional: una dirección va del texto al ámbito cognitivo del receptor, y la otra en sentido inverso, o sea, del receptor al texto. Los datos percibidos activan el esquema de una letra almacenado en la memoria (proceso bottom-up) y la comparación del esquema con el dato visual (proceso top-down) conduce a la identificación del grafema. Los esquemas así activados vuelven a activar por su parte §

4

Cfr. a este respecto el ilustrativo ejemplo relatado por el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung 125 (1 de junio de 1977), pág. 25.

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nuevos esquemas. Ya en este primer nivel de reconocimiento de unidades léxicas, el receptor anticipa el contenido del texto y establece un modelo mental, inicialmente parcial y fragmentario, o sea, un contexto situativo, con el que relaciona las primeras informaciones que deriva de la lectura. § Procesos sintáctico-semánticos En un segundo nivel de recepción tienen lugar los procesos sintácticosemánticos, en cuyo transcurso se realiza la valoración semántica de los constituyentes de las oraciones y el análisis de su estructura sintáctica, o sea, la determinación de la función estructural de las distintas unidades, así como de las dependencias existentes entre ellas. Se ha comprobado a este respecto que una vez comprendido el “contenido” de un texto se olvida rápidamente su estructura sintáctica. De aquí se deduce que la representación mental del texto es fundamentalmente de naturaleza semántica. Por ello deberá considerarse la dimensión semántica, y no la sintáctica, como el ámbito central del proceso de comprensión. § Procesos elaborativos El tercer nivel comprende los procesos elaborativos que agrupan todas las agregaciones y complementos a los datos textuales que realiza el receptor. En estas acciones completivas se distinguen dos tipos de operaciones: inferencias y elaboraciones. Operaciones de inferencia son conclusiones acerca del contexto temático de las unidades significativas que componen el modelo mental del texto. Las inferencias contribuye de manera decisiva a que el modelo cognitivo del texto se construya coherentemente, ya que los datos textuales son con frecuencia fragmentarios y ambiguos, y han de ser completados y precisados con el conocimiento individual del sujeto. Pero el aspecto propiamente creativo de la comprensión textual lo muestran las elaboraciones. Operaciones de elaboración son conclusiones creativas que pueden ir más allá de los límites impuestos por los enunciados textuales, siempre y cuando sean coherentes con los esquemas y conocimientos utilizados. § Procesos reductivos El cuarto y último nivel de recepción abarca los procesos reductivos, es decir, aquellas operaciones cognitivas que efectuándose sobre los modelos



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mentales construidos en el proceso de lectura conducen a unas estructuras significativas condensadas, o sea, a una representación global del sentido del texto. Los procesos de reducción semántica se realizan en estrecha dependencia de tres variables: el saber individual del receptor, la finalidad de la recepción textual y la situación en la que se produce la lectura. Las operaciones reductivas aluden a un principio fundamental de las operaciones cognitivas según el cual un conjunto complejo de informaciones se estructura, se condensa y se reduce a los esencial en el proceso de su comprensión. Esa integración reductiva requiere el establecimiento de uno o varios modelos mentales, y su actualización y precisión a medida que se avanza en el procesamiento. La representación final del sentido global del texto que se incorpora a la memoria del lector no es, en consecuencia, analítica ni proposicional, sino un modelo mental. En definitiva, en el transcurso del proceso de lectura el receptor produce un modelo mental del texto, que es la estructura cognitiva que ha sido construida a partir del texto en un momento determinado de la fase de recepción. Este modelo puede presentar características diferentes según el nivel en el que se encuentre el proceso de lectura. Durante este proceso el modelo mental se va modificando, precisando y examinando su consistencia a través de numerosos subprocesos secuenciales y gracias al uso cíclico de un procedimiento de prueba y error manifiestamente intencional: el receptor compara repetidamente con los datos textuales actualizados el sentido que va construyendo hasta conseguir un resultado coherente que le satisfaga subjetivamente. Supongamos, por poner un ejemplo que ilustre el desarrollo de la fase receptiva, que un lector determinado, movido por un interés particular, se dispone a leer el siguiente poema de Paul Celan:5 In eins Dreizehnter Feber. Im Herzmund erwachtes Schibboleth. Mit dir, Peuple de Paris. No pasarán.

5

Paul Celan, Gesammelte Werke in fünf Bänden, ed. de B. Allemann y St. Reichert, Frankfurt am Main (Suhrkamp) 1983, vol. I, pág. 270.

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Schäfchen zur Linken: er, Abadias, der Greis aus Huesca, kam mit den Hunden über das Feld, im Exil stand weiß eine Wolke menschlichen Adels, er sprach uns das Wort in die Hand, das wir brauchten, es war Hirten-Spanisch, darin, im Eislicht des Kreuzers »Aurora«: die Bruderhand, winkend mit der von den wortgroßen Augen genommenen Binde — Petropolis, der Unvergessenen Wanderstadt lag auch dir toskanisch zu Herzen. Friede den Hütten!

Gracias al título del poema, o al nombre de su autor, o bien, en virtud de sus experiencias precedentes con textos poéticos, el receptor establece unas expectativas determinadas sobre el poema, es decir, activa unas estructuras de saber que él considera importantes en ese momento. En una lectura inicial del texto (top down), en el primer nivel de sentido, elabora una primera hipótesis sobre el sentido del texto, y lo concibe, por ejemplo, como una expresión poética de solidaridad. Esta hipótesis está vinculada a un saber específico, por ejemplo a un saber lingüístico, sobre el mundo y sobre normas poéticas. Este primer resultado le lleva a activar (bottom up) su concepto individual de solidaridad, así como otros conocimientos adicionales (Revolución Francesa, Guerra Civil Española, Revolución Rusa, etcétera), con los que podrá suponer, como una segunda hipótesis más precisa, que se trata de una apelación a las causas perdidas, de una manifestación de solidaridad con las utopías olvidadas, con los vencidos y relegados por el desarrollo de los acontecimientos históricos. A fin de justificar esta hipótesis, o modelo mental, el lector volverá al nivel proposicional, o sea, tratará de actualizar nuevos elementos textuales (top down) que encajen en su recepción, por ejemplo intentará otorgar un sentido específico a expresiones como “Dreizehnter Feber”, “Schibboleth”, “Petropolis”, “toskanisch”, etcétera. Si esos esfuerzos son fructíferos, el receptor asignará al texto, en un segundo nivel de recepción, un sentido subjetivamente más adecuado y satisfactorio. Este resultado receptivo tendrá un carácter decididamente valorativo. También las cualidades estéticas que atribuya al poema las establecerá en este nivel.



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Supongamos ahora que el receptor, motivado por un especial interés por la poesía, se dispone a leer una antología de poesía alemana y allí encuentra el siguiente texto de Eugen Gomringer:

Dado que el texto aparece en una antología de poesía alemana, el lector puede establecer, previamente a su lectura, unas expectativas y pensar que se trata efectivamente de un poema. A partir de aquí, iniciará una lectura deliberadamente literaria, buscando elementos textuales (top down) que correspondan a su concepción particular de poesía. Si sus expectativas no se confirman (bottom up), podrá pensar que este texto, en realidad, no es un poema y dará por concluida la lectura. Pero también, a raíz de esas dificultades, podrá revisar el criterio de constancia de sentido que ha mantenido hasta ahora y, dado el caso, modificarlo, para concluir: “Eugen Gomringer es un representante de la poesía concreta que acostumbra a experimentar con el lenguaje y pretende dar una orientación innovadora a la poesía buscando nuevas formas de expresión. Su poesía se caracteriza por una reducción lingüística extrema y por la renuncia a la sintaxis, a la estrofa y a los modos de versificación tradicionales. En el poema, la combinación de los elementos lingüísticos se realiza conectando intencionadamente el efecto acústico con el visual.” Con ello el lector otorgaría un sentido subjetivamente coherente al texto. Fase de expresión Tras la culminación de las operaciones propiamente receptivas, puede producirse en el proceso de comprensión una tercera fase, la fase de expresión, que comprende todas las acciones comunicativas de información, oral o escrita, de los resultados obtenidos en la fase propiamente receptiva. En esta tercera fase se le da forma verbal o escrita a la recepción realizada. Fase posreceptiva Finalmente, la cuarta y última fase del proceso de comprensión literaria es la fase posreceptiva. Esta fase atañe al efecto y a las consecuencias que el lector extrae,

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consciente o inconscientemente, de sus resultados de recepción. Entre esos efectos hay que diferenciar aquellos que tienen sólo consecuencias mentales –en el plano de las ideas, opiniones, actitudes, etcétera– de los que se manifiestan directamente en las acciones y en el comportamiento del receptor. Entre las consecuencias que se manifiestan externamente destaca la denominada recepción productiva, en la que se incluyen la parodia, la traducción, la crítica literaria, la continuación o la reelaboración de un texto, de un tema o de un asunto determinado, por ejemplo la adaptación épica, lírica o dramática de la saga de los Nibelungos, tal como se realizó en Alemania en el siglo XIX, o bien, las numerosas adaptaciones del tema del Fausto. Conclusiones En suma, la comprensión literaria se configura como un proceso de construcción activa, creativa, emotiva e intencional de una representación significativa del texto en el ámbito cognitivo del receptor. Se trata de un proceso global, mental, flexible y cíclico de construcción de sentido, compuesto de diferentes procesos parciales, en los que el texto aparece como un factor más junto a otros factores sociales y psíquicos. La comprensión se desarrolla como proceso interactivo que integra operaciones orientadas por los datos textuales y también operaciones dirigidas conceptualmente. Ese proceso tiende, sobre todo, al establecimiento de la constancia de sentido y se muestra determinado por el saber, planes, intenciones, finalidad, deseos, intereses y estados afectivos del sujeto lector, así como también por las características contextuales de la situación de comprensión, en las que intervienen las convenciones literarias vigentes en un momento dado. La actividad comprensiva aparece dirigida por las estrategias de recepción utilizadas por el receptor. Éste elabora esas estrategias en relación con la organización y presentación de la materialidad textual y en correspondencia con la especificidad de la finalidad y del contexto de lectura. El texto participa en el proceso de su comprensión a través de su materialidad lingüística, la cual es percibida como un conjunto de datos, valorada e integrada cognitivamente en las estructuras de saber del sujeto lector. La existencia de la materialidad textual es, lógicamente, una condición imprescindible para que al texto se le pueda atribuir sentido y pueda distinguirse un texto de otro; pero esa materialidad, en rigor, no especifica ni pronostica las características de ese sentido, ni obliga al lector a la elaboración de un sentido determinado. Por lo general, sólo en lo que respecta a la descripción de los componentes puramente



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formales y estructurales del texto y a la constitución del significado convencional de sus elementos, se puede decir que el texto actúa como un factor relevante, siempre y cuando el receptor disponga de los conocimientos necesarios para ello, por ejemplo de una lengua natural. Pero esa relevancia no es determinante en el proceso de construcción y atribución de sentido. De las dimensiones que intervienen en ese proceso –texto, receptor y situación comunicativa–, será el horizonte cognitivo del individuo en el que se integran las señales textuales percibidas y las características contextuales de la situación de comprensión la instancia ciertamente decisiva. Los datos textuales sólo pueden ser significativos si son puestos en relación con un saber extratextual y una situación comunicativa, a los que se suman formando una unidad de sentido. Por ello las peculiaridades de la materialidad textual no determinan la construcción de los comunicados. Aunque el texto es sin duda un factor a tener en cuenta en todo proceso receptivo, su función queda limitada, a nuestro entender, a orientar, pero no a determinar, la actividad receptiva del lector. En este sentido se puede afirmar que el texto interviene en el proceso de su comprensión según cómo el sujeto receptor lo percibe, estructura y valora cognitivamente, esto es, con arreglo a la integración que los receptores efectúan de los componentes textuales percibidos en sus estructuras de saber y en las características de la situación de comprensión.

2.

La interpretación literaria

En virtud de las consideraciones expuestas en los apartados precedentes, la interpretación de un texto literario no debe concebirse como la constatación del sentido correcto del texto, o bien, como el descubrimiento de la verdadera intención del autor. Exceptuando el análisis formal de las estructuras fonológicas, fonéticas, morfológicas, sintácticas, léxicas, narrativas, métricas o estilísticas de un texto, o bien, cuestiones relativas a su historia de transmisión o de edición, los aspectos semánticos y estéticos atribuidos a las obras literarias deberán ponerse en relación con los receptores e intérpretes y con su particular contexto de recepción e interpretación. Normalmente, en las descripciones puramente estructurales de un texto y en la atribución del significado convencional de sus elementos lingüísticos no suelen alcanzarse resultados dispares, siempre y cuando esas descripciones y atribuciones se realicen siguiendo las convenciones y estrategias propias de una lengua natural. El problema surge cuando partiendo de los resultados obtenidos por el

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análisis formal se le asigna un sentido a la materialidad textual –en el caso del drama Emilia Galotti de Lessing, por ejemplo, “la muerte de Emilia es el triunfo del ideal burgués de virtud frente a la arbitrariedad e inmoralidad del tirano”– o se efectúan aserciones valorativas –“la muerte de Emilia a manos del padre es una solución positiva del conflicto”–, explicaciones histórico-contextuales –“el drama es un reflejo del desmesurado despotismo cortesano y del afán de emancipación de la burguesía de la época”–, afirmaciones sobre la función de las estructuras –“la estructura rectilínea del drama y la rígida causalidad del desarrollo de la acción expresan que lo que acontece en el mundo está sometido a un orden preestablecido y no es producto del azar o de la casualidad”–, etcétera. En el momento en el que se integran las características formales y los diferentes significados convencionales en una estructura de sentido coherente y se construye un mundo textual, entonces normalmente los intérpretes obtienen resultados muy dispares, dada la multiplicidad y la manifiesta e inevitable subjetividad de los contextos de sentido que aquéllos establecen para poder comprender e interpretar el texto. Y buena prueba de ello son las variadas y a veces contradictorias interpretaciones que se han realizado de Emilia Galotti. Ello es así, porque lo que es válido para la recepción de la obra literaria, también lo es para su interpretación. La interpretación está íntimamente vinculada a la comprensión. De hecho sólo se puede interpretar un texto que efectivamente se haya comprendido con anterioridad. En la interpretación intervienen prácticamente las mismas variables que en la comprensión: – el texto, – el intérprete, – la situación de interpretación, – la finalidad de la interpretación, – el sentido interpretativo, – el destinatario. Normalmente, los intérpretes suelen desempeñar su cometido interpretativo en el marco de un determinado contexto institucional, al que pertenecen, por ejemplo, en calidad de estudiosos de la literatura, críticos literarios, profesores, educadores, etcétera. El contexto institucional lo componen, en ese caso, la crítica literaria académica, la recensión literaria, la universidad y otras instituciones educativas, editoriales, revistas especializadas, medios de comunicación de masas (periódicos, revistas, radio o televisión), etcétera. Estas instituciones ejercen su influencia sobre la interpretación y la condicionan, regulando, directa o indirectamente, las normas



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interpretativas, al sancionar algunas y rechazar otras. Las instituciones determinan lo que puede o debe ser interpretado, así como el modo particular de hacerlo. Las instituciones autorizan maneras de interpretar, sancionan qué modelos interpretativos son aceptados y conservados durante un largo periodo de tiempo. Las instituciones otorgan, de esta manera, legitimidad a la interpretación o se la quitan, según sus necesidades e intereses, y confieren valor y privilegio a los textos, lo que implica la preservación y afianzamiento de un determinado repertorio canonizado. Ya por esa razón los modelos interpretativos legitimados constituyen variables históricas: una determinada época considerará necesario un determinado tipo de interpretación, otra, por el contrario, podrá optar por otro. La influencia de las instituciones es tan determinante que un cambio del contexto institucional comporta, por lo general, una modificación en el modo de interpretación y en sus resultados. Un crítico literario puede interpretar un mismo texto de manera diferente según el contexto en el que inserte su interpretación, que puede ser un congreso, una revista especializada, el suplemento cultural de un periódico o una clase de literatura. El intérprete, al elaborar su interpretación, tendrá en cuenta los conocimientos, necesidades e intereses de los destinatarios. Y, en función precisamente de esos destinatarios y del contexto de presentación de los resultados interpretativos, podrá perseguir distintos intereses y fijar finalidades diversas. Así, la interpretación que dirija, por ejemplo, a un grupo de especialistas en un congreso cumplirá una finalidad diferente a la interpretación del mismo texto, que exponga a unos estudiantes en una clase de literatura. Y los intereses subyacentes que persiga con esa actividad también pueden variar. Pueden abarcar desde la construcción coherente del sentido comunicativo del texto, hasta la reconstrucción de procesos históricos, la explicitación de ideas y valores vigentes en la sociedad del autor, la aclaración de problemas o circunstancias del presente, la explicación del valor estético que atribuye al texto o la indagación acerca del inconsciente del autor. La interpretación, al igual que ocurre en la comprensión, sitúa el texto en un contexto de sentido, que permita comprenderlo e interpretarlo. Es decir, el mundo textual o estructura coherente que resulta de la actividad interpretativa supone la utilización del principio de constancia de sentido y la constitución previa de un marco referencial que permita estructurar y sistematizar con congruencia las características formales y significados convencionales atribuidos a los elementos textuales. El sentido verdadero o auténtico de un texto, o su supuesto valor estético inherente, sólo se podrían averiguar si efectivamente se lograra establecer una referencia objetiva o intersubjetiva fuera del ámbito cognitivo del sujeto, que

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sirviera de medida imparcial de comprobación. Sin embargo, en la constitución del marco de referencia participan, consciente o inconscientemente, el sistema de presuposiciones, los intereses, las necesidades, la finalidad, los conocimientos, las facultades, las intenciones, etcétera, del intérprete, así como también el modelo de realidad y las convenciones y modelos teóricos vigentes en su grupo social. Cualquier acción de interpretación presupone siempre al intérprete y un contexto, y específicamente los criterios y conceptos teórico-literarios, poetológicos y semánticos que aquél utiliza, que son los factores de los que depende directamente la interpretación textual. O sea, en todo caso el marco referencial necesario para la atribución de sentido o valor estético a un texto literario se encontrará fuera del texto y dentro del sistema cognitivo del intérprete, y no será posible que el propio texto se constituya en la instancia que decida si el marco referencial elegido y el sentido o valor que de él se deriven son los correctos. En un sentido amplio, al igual que otras formas de conocimiento, también el interpretativo está determinado de manera explícita o implícita por teorías. La actividad interpretativa no parte de la percepción pura y simple, pues ésta nunca es inmediata, sino más bien de un punto de vista concreto, de un problema previo que se pretende resolver, de una teoría subyacente que dirige la interpretación. Siempre será lo teórico, y no la percepción o la observación, lo primordial en todo proceso interpretativo, sin que se dé la posibilidad de una interpretación, descripción o explicación de la dimensión textual pura o neutra. En todo proceso interpretativo las teorías actúan como un conjunto de supuestos, reglas y modelos centrales y distintivos, referidos a un determinado tipo de fenómenos, que sirven de fundamento para la descripción, explicación y valoración de la dimensión material del texto. Las teorías actúan como una herramienta conceptual que, a raíz de un problema determinado, permite obtener un conocimiento sistematizado sobre un aspecto concreto de la práctica literaria. La validez de una teoría reside en su poder explicativo y en la capacidad para resolver las cuestiones planteadas, y no en un supuesto acercamiento a la verdad o realidad óntica. Como nos enseñan disciplinas como la filosofía de la ciencia o la biología cognitiva, no se da una relación de correspondencia entre el objeto de conocimiento y el objeto real, existente con independencia del sujeto de la cognición. Nunca el objeto de conocimiento es externo a las teorías; antes al contrario, es constituido por ellas mismas. Con la ayuda de teorías implícitas o explícitas, que pueden presentarse como conceptos, esquemas, marcos referenciales, modelos, sistemas, etcétera, el sujeto intérprete, observa, describe, analiza o explica el fenómeno literario, sistematizando y estructurando sus experiencias.



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La primacía de lo teórico tiene validez en doble sentido: las teorías no son sólo constitutivas del conocimiento, sino también del ámbito de experiencia al que se refiere ese conocimiento. Por un lado, determinan el modo específico de experimentar los fenómenos y, por otro, delimitan los fenómenos que van a ser objeto de conocimiento, es decir, seleccionan de todos los hechos potencialmente observables aquéllos que son relevantes en relación con la cuestión teórica planteada. De ello se deduce que las teorías no encuentran su aplicación primera en el proceso de investigación o explicación de un determinado fenómeno, sino más bien en el proceso de su constitución: el dominio de investigación tiene que ser primeramente constituido a la luz de una teoría, para poder ser posteriormente investigado o explicado también con la ayuda de teorías. Describir y explicar un determinado fenómeno significa, por tanto, insertarlo en una teoría en cuyo marco cobra sentido. O lo que es lo mismo, con la elección de una determinada teoría literaria no sólo se determina, en el proceso de interpretación, lo que va a ser considerado un texto literario (el dominio u objeto de investigación), sino también el modo cómo aparecerá ese texto, o sea, la perspectiva o aspectos bajo los cuales se considerará el texto (fundamento epistemológico), así como la manera de actuación del intérprete con el texto, esto es, su forma de argumentación y explicación (fundamento metodológico), e incluso los procedimientos concretos de análisis e investigación que el sujeto utilice (fundamento metódico). Ello explica que los resultados obtenidos por la interpretación dependan del concepto de literatura que se utilice, del marco teórico elegido, de la metodología que se siga en cuanto expresión concreta de ese marco teórico y de los métodos aplicados; lo que obliga a evitar la confusión que surge con frecuencia entre lo que pueda ser la realidad literaria con la noción que se tenga de esa realidad. Dada la primacía de lo teórico, de la actividad interpretativa deberá exigirse que supere el procedimiento espontáneo y emocional que caracteriza a las acciones de recepción y que explicite y sistematice con claridad las teorías, conceptos y métodos que sirven de fundamento para la obtención de un determinado conocimiento. O sea, la interpretación, partiendo de normas o de reglas de procedimiento fijadas de antemano, deberá actuar de un modo sistemático, riguroso y preciso que permita abandonar la espontaneidad propia de la fase de recepción y posibilite la justificación racional de la comprensión individual del texto. En cualquier caso, ante la inexistencia de un marco objetivo de referencia y dada la falta de una relación de legitimación entre texto e interpretación, los criterios de valoración de las hipótesis interpretativas no serán los de verdad, falsedad o evidencia, sino los de argumentación plausible y coherente, congruen-

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cia, concordancia o ausencia de contradicciones, compleción, especificidad, relevancia, oportunidad e innovación, entre otros. Más que de la constatación del sentido atemporal y único de un texto, la corroboración de una interpretación es consecuencia de una operación de convencimiento social: una interpretación logra finalmente imponerse no porque el texto la legitima y demuestra su verdad, sino gracias a su aceptación social por consenso. El grado de aceptación de la interpretación dependerá de su conformidad con las necesidades, convenciones, valores, intereses y normas de valoración de las instituciones literarias de una sociedad dada en un momento determinado. Con ello, la interpretación se configura como una actividad constructiva y productiva, caracterizada por el empleo de una argumentación plausible y persuasiva que pretende alcanzar para sus hipótesis la aceptación por consenso, y no como una actividad que se distinga por su objetividad ni por satisfacer criterios científicos. Esto en realidad no es un inconveniente, sino una gran ventaja: la parcialidad de la atribución de sentido preserva al texto de ser usurpado unilateralmente y libera a la actividad interpretativa de actitudes dogmáticas y de la propensión normativa, garantizándole uno de sus mayores atractivos: mostrar otras posibilidades innovadoras de lectura y ayudar, aunque sin intención preceptiva, al lector profano en la realización de su propia recepción. Así y todo, es necesario diferenciar entre el intérprete profesional o especialista y el lector normal. Pues mientras que el simple lector establece su contexto interpretativo de modo espontáneo y no pretende realizar una interpretación sistemática o rigurosa del texto, el intérprete profesional, por lo general, dirige sus resultados interpretativos a un colectivo de especialistas a los que pretende convencer y a veces hasta criticar, por lo que se esforzará en elaborar una argumentación plausible y bien estructurada.

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 189-198

La didascalia en el drama de Heinrich Böll Ein Schluck Erde Manuel montesinos caperos

Salamanca

Los organizadores del libro-homenaje al Prof. Carlos Buján López me han pedido una colaboración para el mismo, y no he podido ni he querido negarme por diversas razones. Fue profesor mío en la Universidad de Salamanca, y no sólo yo, sino también muchos de los que fuimos alumnos suyos guardamos excelentes recuerdos de sus clases por su brillantez de palabra y discurso, por sus amplios conocimientos de la literatura alemana y sobre todo porque inducía de una manera afable y convincente a sus estudiantes a la lectura de obras literarias alemanas; de otra parte, somos compañeros, me une una entrañable amistad a él y, además, fue hace muchos años el director de mi Tesina de Licenciatura que versaba sobre la novela de Heinrich Böll Billard um halbzehn. Recuerdo que gracias a mi trabajo en la tesina, y dado a que él ha sido y sigue siendo un especialista en el drama y teatro alemanes y había escrito una extensa y densa Tesis Doctoral con el título La Figura del Físico Atómico en el Teatro Alemán, conoció por primera vez la existencia del drama bölliano Ein Schluck Erde –tal vez recuerde Carlos Buján al leer estas líneas la conversación que mantuvimos al respecto en su despacho del entonces Seminario de Germanística de la Universidad de Salamanca–. Es por ello por lo que me he animado a retomar un tema que en más de una ocasión llegó a interesarme y sobre el que quise escribir, pero por una u otra razón siempre quedó en el tintero.

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Ein Schluck Erde, tal como figura en la edición de 1962 y manejada por mí,1 fue estrenada en el Schauspielhaus de Düsseldorf el 22 de diciembre de 1962 bajo la dirección de Heinz Stroux con escenificación de Hans Werdehausen, tal como se indica en la página 83 de esa edición. En esa misma página aparecen los nombres de los actores que estrenaron el drama bölliano, diez actores, de los cuales dos eran mujeres y el resto varones. En esa misma página se indica que esta obra de teatro consta de tres actos, y que la pausa teatral debe tener lugar después del segundo acto. Ein Schluck Erde está considerada como la primera obra dramática de Heinrich Böll, un autor que, sin embargo, es más conocido en Alemania y en el extranjero mucho más por sus obras narrativas, algunas de las cuales han sido llevadas a la gran pantalla y muchas de ellas han sido traducidas al español. Pero no era la primera vez que Böll dedicaba su tiempo literario y creador al teatro, pues ya había escrito diversos Hörspiele y Fernsehspiele desde el año 1952. Además, algunas de sus novelas no sólo fueron llevadas al cine, como acabo de comentar, sino que también fueron reconvertidas en obras para ser representadas en un escenario. Por otra parte, antes de meterse de lleno a escribir este drama había traducido Heinrich Böll junto con su mujer Annemarie al alemán los dramas del irlandés Brendan Behan The hostage y The quare fellow, por lo que no era el autor alemán nada ajeno al teatro. Tal vez el título, el primer elemento didascálico, y que es uno de los pocos que informan tanto al lector como al espectador, pueda no dar una idea clara del argumento de esta obra dramática a los receptores, pero la intención de su autor es trasladar la imagen futura, quizá utópica, de un mundo en el que no hay tierra, porque nuestro planeta ha sido inundado por las aguas debido a la actividad humana que ha causado un desastre en el ecosistema, y que ha hecho que tan sólo unos pocos hayan podido sobrevivir a esa catástrofe. Aunque el lector y el espectador puedan no tener una idea clara del argumento del drama atendiendo exclusivamente a su título, pronto podrán hacerse una idea del asunto, cuando en el primer diálogo del drama, que tiene lugar entre Dräs y Berlet, aquél explica la catástrofe que ha sufrido nuestro planeta, pues ya llevan más de quinientos años sin el elemento necesario para la subsistencia humana, la tierra: dräs: Nein, übers Wasser erst fünfhundert Jahre – – – vorher haben wir sie über die Erde gesungen. (pág. 12) [...] 1

Heinrich Böll, Ein Schluck Erde, Colonia (Kiepenheuer & Witsch) 1962.



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dräs spricht leise, singsanft: Es wuchs das Wasser über die Erde, wuchs die Welle, wuchs das Wasser über Brot und Blume, war das Wasser der Tod, es nahm unsere Erde den Grund, auf dem Grund des Wassers ruht nun unsere Erde: sie war Brot und Blume, sie war Baum und Bett für die Mögenden, sie war der Toten Ruhe – das Wasser verschlang sie. [...] berlet schlingt sich fester um Dräs: Laß ihn – erzähl mir von den Ertrunkenen. (pág. 15)

A través de este diálogo explica su autor que las aguas del planeta Tierra han invadido el elemento tierra, que tan sólo unos pocos han sobrevivido a esa catástrofe mientras que la mayoría ha perecido ahogada. Con esa gran inundación han desaparecido los elementos necesarios para la alimentación de los pocos que se han salvado, y que a lo largo del drama muestran una sensación de tener y padecer constantemente hambre. Por eso, la información que da el título puede llegar a indicar el deseo de sus protagonistas de llevarse a la boca una pequeña porción de tierra. Así pueden entenderse las palabras de otro de los personajes que participan de ese diálogo, y la correspondiente réplica de Berlet: schuster eifrig: Damit werde ich ein Roter, Berlet, und das bringt mir außerdem noch eine Prämie, mindestens acht Gramm Nahrung und vierhundert Gramm Boden. Hörst du, Berlet, Nahrung und Boden! berlet: Brot und Erde. (pág. 19)

O cuando la propia Berlet es castigada por los jerarcas superiores a perder su ración de alimento diario por una falta que acaba de cometer, y pide clemencia a Tenner por el temor a que su hambre vaya en aumento, y opta por la degradación en la escala de colores antes que pasar hambre: berlet läuft auf Trenner zu, fällt vor ihm auf die Knie: Bitte nicht, Exzellenz, bitte, nicht – keine Kürzung der Ration – ich habe Nahrungsnot. [...] tenner: Stehen Sie auf, Kind. Berlet steht auf. Wenn Sie die Wahl hätten, zwischen Grün-Entzug, Degradierung zur Blauen und einer, ich sage einer Tagesration – berlet unterbricht ihn: Ich wähle den Grün-Entzug. (pág. 29)

A lo largo del primer acto sigue aludiendo Böll en su drama, a través de los diálogos que mantienen entre sí ciertos personajes, varias veces a la escasez de alimentos; pero también utiliza alguna didascalia para referirse a dicha circunstancia, y es prácticamente al final de ese primer acto, cuando Böll introduce una didascalia

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algo extensa para describir el descubrimiento que han hecho Dräs, Berlet, Trenner, Schuster y Sakko de una nevera en la que los jerarcas conservan mantienen conservados algunos alimentos para su subsistencia. En esa didascalia da a entender Böll a los receptores de su drama que la nevera es un objeto extraño y todo lo que en ella hay, ya que esos personajes desconocen esos alimentos: Trenner nickt geistesabwesend. Sakko deutet Schuster an, daß er mit einem Hebel den Schrank öffnen soll. Schuster holt eine Stange unter dem Kommandotisch hervor, eine Art Brecheisen, fährt geschickt damit die Fugen der Eisschranktür ab, stößt die Stange in die Spalt, hebelt – und die Tür öffnet sich – alle, auch Dräs und Berlet, brechen in Rufe des Erstaunens aus: man sieht zwei Flaschen Milch, Butter, eine Wurst, eine Flasche Sekt, Schinken, Früchte. (pág. 33)

Como puede verse en esta didascalia, el dramaturgo está dando, por una parte, las correspondientes indicaciones a los actores para abrir la nevera como si fuera una caja fuerte y los instrumentos que deben utilizar para ello. Por otra parte, indica al director escénico qué alimentos y en que cantidad deben figurar en el interior de la nevera. De cualquier forma, son los típicos alimentos que cualquier persona suele tener, entre otros, en la nevera de su casa. En una de las didascalias siguientes insiste el autor en la sorpresa ante la apertura de la nevera, pues como indica en esa didascalia: Schuster nähert sich dem Eisschrank wie einer Bombe, nimmt sehr vorsichtig eine Flasche Milch heraus – rast damit zurück, stellt sie auf den Kommandotisch – alle starren gebannt auf die Flasche. (pág. 34).

En la siguiente didascalia parece insistir Böll en el hecho de que los supervivientes del pontón no saben ni tan siquiera abrir una botella de leche: Dräs nimmt die Flasche, fingert mit der rechten Hand am Verschluß, öffnet sie – alle brechen in entsetzte Schreie aus, als er seelenruhig die Flasche an den Hals setzt und trinkt – er trinkt die halbe Flasche leer, flüstert rasch Berlet etwas zu, gibt ihr die Flasche, sie trinkt die zweite Hälfte, rasch, bevor die anderen zu Besinnung kommen. (pág. 34)

Con esas continuas alusiones de Böll a la escasez de alimentos y al hambre que pueden llegar a pasar los personajes, lo que pretende su autor es concienciar ya en el año 1962 a la humanidad con la intención de prevenir cualquier desastre del



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ecosistema. No podemos olvidar que Alemania fue uno de los primeros países occidentales en los que surgieron los movimientos ecologistas y partidos políticos de los Verdes, y que tanto han influido y siguen influyendo en la vida política y social de este país. Cabe recordar que Heinrich Böll simpatizó con el movimiento verde en Alemania y que siempre estuvo, por ejemplo, en contra del rearme nuclear. Por ello, no es nada irreflexivo pensar que este drama, enmarcado en la utopía, tenga como asunto el desastre producido por una catástrofe nuclear y sus terribles consecuencias: apenas existe vida en nuestro planeta. Los alimentos y la escasez de los mismos constituyen un elemento característico a lo largo del drama bölliano. Los jerarcas mantienen bajo llave los pocos alimentos que hay en la isla artificial o pontón al considerarlos como un disfrute anhelado pero prohibido y secreto para sus habitantes, quienes se alegran de vez en vez cuando las aguas marinas les aportan botellas o alimentos que todavía flotan en ellas. La segunda didascalia que me ha llamado la atención es breve: “Für alle Inszenierungen außerhalb der Bundesrepublik und Übersetzungen in fremde Sprachen wünscht der Autor, daß dort wo im Text das Wort deutsch vorkommt die Bezeichnung der jeweiligen Nationalität gewählt wird” (pág. 10). Esta didascalia sólo la puede percibir el lector del drama, y tras su lectura uno puede tener la sensación de que la intención de Heinrich Böll es que su drama sea representado allende de las fronteras alemanoparlantes y espera que también sea traducido a otros idiomas. La inexistencia de la tierra como elemento en el que vivía la humanidad y necesario para su subsistencia, induce al dramaturgo a iniciar esta obra teatral con una larga didascalia, acotación o Nebentext,2 en el que Böll explica detalladamente cómo debe aparecer el escenario y el decorado: bild: Eine aus Pontons zusammengefügte, mit Planken belegte künstliche Insel, die an einem rechts aufragenden Felsen mit Drahtseilen befestigt ist. Links und vorne offenes Wasser; das Geräusch einer stetigen, nicht allzu heftigen Brandung; eine in den Felsen eingehauene Treppe führt nach oben, am Felsen – links von der Treppe, über dem Wasser, aber von der Insel aus an einer Seite erreichbar und zugänglich 2

Los términos Nebentext y Haupttext fueron acuñados por Roman Ingarden, Das literarische Kunstwerk, Tübingen (Max Niemayer) 41972, págs. 220 ss., y utilizados por otros muchos teóricos y especialistas en dramaturgia. Ver al respecto Elke Platz-Wauray, Drama und Theater. Eine Einführung, Tübingen (Günter Narr Verlag) 51999, págs. 31 ss.; Manfred Pfister, Das Drama, Múnich (Wilhelm Fink Verlag) 102000, págs. 35 ss.; Bernhard Asmuth, Einführung in die Dramenanalyse, Stuttgart ( J.B. Metzler) 62004, págs. 51 ss.

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– hängt ein Käfig aus eisernen Stäben, etwa eieneinhalb Meter über dem Boden; im Käfig hockt Dräs; vorne, dem Wasser zugekehrt eine Art Kommandobrücke, die mit Geräten, Leitungen bedeckt ist, deren Verwendungszweck nicht erkennbar zu sein braucht; lediglich eine Art Telefon (Sprechmuschel o.ä.) muß als solches einigermaßen erkennbar sein, sowie zwischen Kommandobrücke und Käfig eine Art Schultafel, auf der ein mit Kreide gezeichneter Querschnitt zu sehen ist, an der Kommandobrücke sitzt, mit aufgestützem Arm, halb Dräs zugewandt, mit dem Rücken zum Publikum, aufs Wasser hinausstarrend, Berlet. Alle Personen sind in overallartige Kostüme gekleidet, die durch ihre Farbe den Rang der Person bezeichnen; von unten nach oben: farblos (schmutziggrau), blau, grün, weiß, rot, gold. Bevor der Vorhang aufgeht, hört man Dräs im Käfig murmeln: barme – barme – barme. Vorhang auf. (pág. 11).

Cuando leí por primera vez estas líneas iniciales del drama bölliano surgieron en mi memoria otras obras teatrales alemanas en las que sus autores exponen largas didascalias, como es el caso de uno de los dramas que suelo comentar con mis alumnos en clase, el drama de Gerhart Hauptmann Der Biberpelz,3 que comienza con una didascalia de una extensión parecida a la de Ein Schluck Erde. Como acabamos de ver, en la didascalia que sirve de introducción al drama bölliano hace su autor referencia a una serie de colores; y es que el color de la vestimenta de sus personajes desempeña un papel importante a lo argo de su obra y de su representación, pues el color indica la jerarquía de los diversos personajes en la obra, por una parte, y por otra, algunos personajes cambian el color de su vestimenta según son degradados o castigados por los representantes máximos de esa jerarquía, o son premiados ascendiendo de categoría y por ende cambian de color. Por eso, esa didascalia también es necesaria para la representación de la obra dramática en un escenario, pero también para su lectura. No es nada extraño, pues, que la relación de los personajes que aparece al inicio de la obra, y en la que Böll indica el nombre y su edad, mencione también el color de la vestimenta que debe llevar cada uno de esos personajes: Dräs Berlet Hack Schuster 3

farblos Alter grün – später farblos farblos grün – später rot

45–50 20 30 30

Gerhart Hauptmann, Der Biberpelz. Eine Diebskomödie, Husum (Hamburger Lesehefte Verlag) 1993, pág. 3.



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Trenner Simone Sakko Kenner Strüßli

weiß – später grün rot – später grün rot gold (2 Schauspieler) blau

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50 25 30 40–50 20 (pág. 10)

Los otros dos actos de la obra dramática comienzan su didascalia refiriéndose a la imagen escénica del primer acto. “bild wie 1.” (pág. 36), y “Bild wie 1. und 2. Akt” (pág. 64), pero estas dos didascalias, que introducen respectivamente los actos segundo y tercero, aunque aportan otro tipo de información, ya no son tan extensas como la del primer acto; pero, de todas formas, siguen siendo necesarias para la representación y comprensión del drama bölliano. A lo largo del primer acto va intercalando el dramaturgo toda una serie de didascalias más o menos extensas con la intención de dar algunas explicaciones escénicas; pero quiero detenerme en una en concreto, ya que contiene información e indicaciones fonéticas para los actores con la finalidad de que desde ese momento acentúen determinadas palabras o frases: “Von hier an muß der Unterschied in der Sprache deutlich werden; es wird nur noch sehr akzentuiert gesprochen” (pág. 21). Y a partir de esta indicación podemos ver cómo en el texto dialogado o Haupttext queda reflejada dicha acentuación simplemente por medio de un espaciado mayor entre los caracteres o las letras que configuran dichas palabras. Sirvan como ejemplo las siguientes citas: simone Nein... ich – – ich wußte nicht, wer es sein sollte. trenner [...] Zu Simone. Ist Ihnen die Art der Besetzung und sind Ihnen die Folgen bekannt? Sind Sie über das Wesen der Betroffenheit unterrichtet? (pág. 24) [...] trenner Stehen Sie auf, Kind. Berlet steht auf. Wenn Sie die Wahl hätten, zwischen Grün-Entzug, Degradierung zur Blauen und einer, ich sage einer Tagesration. (pág. 29);

o por medio de una separación clara de sílabas, palabras o frases: trenner tritt an die Tafel, liest: de – utsch – de – utsch – de – utsch – klingt ganz sinnlos. (pág. 32) [...] trenner mit fähriger Gelehrtenmilde, in den Käfig hinaufwinkend, dann auf Berlet deutend: Lassen Sie den Grünen da oben frei – und Sie bleiben grün – alles vergeben, alles vergessen – solche Tage sind rar; große Tage – welch

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ein Fund – welch ein Fund – wie werden – Lacht – Kenner und Henner staunen – neue Perspektiven. (pág. 32) [...] dräs wie trunken: Mutter – Mutter. Mahne. berlet wie trunken. Mutter – Mutter. Mahne (pág. 34).

También en ese primer acto el lector –y el director escénico– reciben información directa acerca de la imposición de otro de los castigos que pueden sufrir aquellos que traspasan los límites de las normas establecidas por la jerarquía superior a sus subordinados. La mayor falta que éstos pueden cometer es comer a escondidas los pocos alimentos que se encuentran en el pontón que constituye una isla sobre el nivel de las aguas; y el mayor castigo al que pueden ser condenados es a lo que metafóricamente Böll denomina eufemísticamente en el drama die Taufe. Böll da a entender al lector y a los espectadores la existencia de dos tipos de Taufe. La Taufe más severa consiste en la inmersión total del castigado en las aguas, encerrado en la jaula, lo cual puede producirle la asfixia e incluso la muerte; mientras que la menos severa consiste en sumergir al castigado en las mismas aguas y encerrado en la misma jaula, pero tan sólo hasta el cuello, con lo cual le permite respirar. En un diálogo entre Trenner y uno de sus ayudantes acerca de qué tipo de castigo hay que imponer a Dräs y a Schuster se vislumbra esta diferencia: trenner: Großartiger Einfall, Sakko, gorßartig. Wenden Sie die Taufe an – und zur Abschreckung taufen wir den Farblosen Dräs gleich mit. Veranlassen Sie alles. sakko geht zum Telefon, nimmt den Hörer ab: Roter Sakko, Befehl seiner Exzellenz, sofortige Anwendung der Taufe. Wie? Wendet sich Trenner zu. Die Halsoder die Kopftaufe, Exzellenz? trenner: Ich würde die Halstaufe für ausreichend halten. sakko in den Hörer: Die Halstaufe. Legt auf. trenner: Alle abwenden – zur Taufe. (pág. 26)

Y es en este punto cuando intercala Böll una didascalia informativa para explicar cómo debe llevarse a cabo dicha inmersión en las aguas, y cómo deben comportarse los diversos actores sobre el escenario en el momento de producirse la inmersión de la jaula en el agua: Berlet, Trenner, Simone und Sakko wenden sich dem Publikum zu, während der Käfig an Seilen langsam heruntergelassen, ins Wasser getaucht wird. Schuster beginnt zu wimmern, während der Käfig sich senkt. Dräs klemmert sich an die Decke des Käfigs, bedeutet Schuster das gleiche zu tun; der Käfig



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senkt sich an Seilen herunter, man sieht nur noch Dräs’ und Schusters Köpfe über dem Wasserspiegel, für etwa eine halbe Minute, dann wird der Käfig wieder hochgezogen. Trenner, Berlet, Simone und Sakko wenden sich wieder um. (pág. 26)

Prácticamente al final del tercer acto, que es el más breve de los tres actos en que está estructurado Ein Schluck Erde, y por lo tanto casi al final del drama, aparece en escena un tipo de personaje doble que representa la máxima autoridad en la jerarquía instaurada entre los supervivientes de la catástrofe del ecosistema, y que está representado por dos personajes que tienen el mismo nombre, pero se diferencian por un número: Kenner 1 y Kenner 2. Ambos visten el color más preciado –el oro– para hacer hincapié en el estamento máximo de la jerarquía. Pero, además, Böll intercala un par de didascalias en las que nos aporta información sobre estos dos personajes y los dos actores que los encarnan. Por una parte nos dice que deben aparecer vestidos de la misma forma, y por la otra, su forma de hablar y actuar en la escena: Die beiden Kenner mit dem Blauen kommen die Treppe herunter [...] Kenner wird durch zwei völlig gleichgekleidete Schauspieler dargestellt. Immer, wenn einer spricht, tut der andere in Gestik und Mimik, als sei er es, der spricht. (pág. 75)

Siempre que interviene ese doble personaje, Böll los hace hablar sucesivamente, dándose la siguiente circunstancia en la representación dialogada de sus intervenciones, en las que a veces faltan los signos de puntuación en el texto para dar la impresión de sucesión y de cierta simultaneidad en el acto del habla. De una intervención, más o menos extensa, de este personaje doble, destaco el siguiente fragmento: kenner 1: Weitermachen. kenner 2: Weitermachen. kenner 1: Habe ich nicht kenner 2: ein Lachen gehört? trenner zeigt auf den Fernsehapparat: Es galt diesem außerordentlich wichtigen Ggenstand. kenner 1: der allerdings kenner 2: lächerlich ist. [...] kenner 1: Soll das bedeuten, daß Sie auf diesen Gegenstand kenner 2: Forschereifer verwendet haben?

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[...] kenner 1: Ich gestatte kenner 2: um des Kuriosums willen. [...] kenner 1 höhnisch: Und was geschah kenner 2: mit dem Kot? [...] kenner 1 zum Blauen: Blauer Strüßli – – ins Wasser mit diesem Ding – – kenner 2: ins Wasser damit. (pág. 75 s.)

Como afirma Joachim Kaiser, Heinrich Böll no considera conveniente exponer un final claro para su drama,4 sino que deben ser los mismos espectadores los que saquen sus propias conclusiones, y quizá por ello se decida a concluir su drama con una brevísima didascalia que finaliza con puntos suspensivos: “Während Dräs mit den brennenden Feuerzeug in der Mitte steht [...]” (pág. 82). Cabría pensar si esa falta de solución final esperada no sería una de las consecuencias que hicieron que algunos de los espectadores presentes en el Schauspielhaus de Dusseldorf el día de su estreno silbaran al finalizar la representación; pero los que asistieron a la representación días más tarde se decidieron por el aplauso, aunque no efusivo.5 Aparte de lo comentado más arriba, y relativo a la posible catástrofe nuclear y sus terribles consecuencias, Böll pretende convertir en alegoría todo lo que ha sido y es el planeta Tierra y el elemento que es necesario en él para poder subsistir. Hace una alabanza del elemento tierra, de su magnificencia y fertilidad. A los pocos supervivientes de esa catástrofe se les prohíbe el recuerdo, se les prohíbe la diversión, y tal vez por eso, el drama finaliza con el descubrimiento que hacen, entre otros, Dräs y Berlet de un encendedor, mencionado en la última didascalia comentada, y lo que se puede lograr con un objeto tan pequeño. Un objeto que había sido muy habitual entre los terrestres y que para ellos es totalmente desconocido. En definitiva, Heinrich Böll une en Ein Schluck Erde la sátira y un discurso catastrofista con la intención de ilustrar y prevenir al receptor de su drama.

4 5

Joachim Kaiser, “Vorwort”, en Böll (nota 1), págs. 5-9, aquí pág. 9. Ver al respecto Johannes Jacobi, “Über Ein Schluck Erde wäre in Düsseldorf beinahe der Vorhang gefallen”, en Die Zeit, 5.1.1962 (www.zeit.de/1962/01/Boell-amuesiert-seine-Schauspieler, consultado el 12.10.2010).

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 199-218

Verblose Direktiva? Subjektlose Sätze? Zu Weglassbarkeit, Fakultativität und Ellipse am Beispiel der Regieanweisungen in Dürrenmatts Die Physiker

maría josé domínguez vázquez

Santiago de Compostela

0.

Vorwort1

Die Auswahl der Regieanweisungen als zu analysierender Textsorte auf der Basis valenz- und dependenzausgerichteter Postulate mag ein wenig verwundern, vor allem wenn man bedenkt, dass sie sich in vielerlei Hinsicht nicht als Paradebeispiel für Wohlgeformtheit, Vollständigkeit und Grammatikalität erweisen. Die Frage ist, ob sie vielleicht eine angebrachte Grundlage für die Verdeutlichung einiger in der Fachliteratur häufig nicht tiefgründig betrachteter Prozesse und Phänomene bieten. Ins Blickfeld meiner Beobachtungen tritt eine Auseinandersetzung mit den Begriffen der Fakultativität, der Weglassbarkeit sowie der Ellipse. Zu deren Bestimmung und zur Feststellung ihrer Unterschiede wird der Berücksichtigung von Dependenzrelationen sowohl vom Regens zu Dependentien als auch umgekehrt ein zentraler Wert zugeschrieben.2 In Erwägung gezogen wird auch 1

2

Diese Arbeit steht im Zusammenhang mit dem Forschungsprojekt “Spanisch-deutsche kontrastive Untersuchung der Nominalphrase. Erstellung eines computergestützten bilingualen Corpus und eines Online-Wörterbuchs” (gefördert von der galicischen Landesregierung, XUNTA: INCITE09 204 074 PR). Die Regentien (Regens) lassen sich dadurch charakterisieren, dass sie anderen Elementen übergeordnet sind, hingegen sind Dependentien (Dependens) Teile des Satzes, die dem Verb direkt untergeordnet sind.

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die Wechselwirkung der Bestandteile pleonastischer Konstruktionen sowie ihre Analyse als Syntaxgegenstände. Keine Verwunderung erregt die Auswahl dieser Textsorte, wenn man weiß, dass der mit dieser Festschrift gefeierte mit seiner Dissertation La figura del físico atómico en el teatro alemán contemporáneo eine vergleichende Studie über das zeitgenössische deutsche Theater vorlegte, genauer über die Rolle des Atomphysikers in dieser Gattung, mit besonderem Blick auf die Werke Brechts, Dürrenmatts, Kipphardts, Zuckmayers, Weisenborns u.a. Mit diesem Aufsatz möchte ich den Beitrag würdigen, den Carlos Buján durch langjährige Forschung und Lehre zur angesprochenen Thematik geleistet hat.

1.

Die Regieanweisung

Die Regieanweisung – Anmerkung, erläuternder Hinweis in einem Bühnenstück, Drehbuch o.Ä. als Hilfe für die Regie3 – besitzt eindeutige Merkmale, die auf ihre Bestimmung als eigene Textsorte innerhalb einer übergeordneten Einheit, dem Theaterstück, hindeuten. Neben ihren sprachlich spezifischen, textbezogenen Merkmalen,4 auf die noch einzugehen sein wird, sind sie nach der Auffassung der Funktion eines Textes als sein Handlungswert5 Bestandteil eines poetischästhetischen Textes (einer Subklasse der expressiv-kontaktiven Texten),6 die, zur Unterhaltung dienend, eine große Anzahl narrativer bzw. deskriptiver Elemente aufweisen. In Anbetracht der Tatsache, dass bestimmte Informationen zur Inszenierung nicht aus den Dialogen abzuleiten sind, rückt die Informationsfunktion der Regieanweisungen in den Vordergrund, mittels denen der Autor Auskunft über die Handlung der Schauspieler, über die Dekoration, über die Situation selbst usw. gibt, wie Ubersfeld anführt:

3 4 5 6

Duden - Deutsches Universalwörterbuch, 5. Aufl., Mannheim 2003 [CD-ROM]. Belén López Meirama, “La singularidad sintáctica de las acotaciones teatrales”, in María Dolores Muñoz Núñez, María Tadea Díaz Hormigo, Miguel Casas Gómez (Hg.): IV Congreso de Lingüística General, Cádiz 2001, Bd. III, S. 1619-1632. Klaus Brinker, Linguistische Textanalyse. Eine Einführung in Grundbegriffe und Methode, Berlin 3 1992/52001, S. 15. Christian Fandrych, Maria Thurmair, Textsorten im Deutschen. Linguistische Analysen aus sprachdidaktischer Perspektive, Tübingen (im Druck).



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(a) “nombra a los personajes (indicando en cada momento quién habla) y atribuye a cada uno de ellos un lugar para hablar y una porción del discurso” und (b) “indica los gestos y las acciones de los personajes independientemente de todo discurso”7 Eine Regieanweisung ist etwa die Stimme des Regisseurs: “[...] although the voice in the acotaciones is like that of a narrator in that it seems to know beforehand what will happen, it, at the same time, witnesses the unfolding of the dramatic action [...]. The voice is not simply that of a narrator who describes what has happened or of a dramatist/director who describes what should happen but rather that of an Acotador, or person who both witnesses and frames the dramatic action and thus combines the tasks of both narrator and director.”8

Die in den Szenenanweisungen gegebenen Hinweise finden, wie das Theaterstück selbst, einen Doppeladressaten: zum einen die Schauspieler für ihre Ausführung der Szene auf der Bühne und zum anderen die Leser.

2.

Valenz- und dependenzausgerichtete Analyse der Regieanweisungen, besonders im Hinblick auf Weglassbarkeit, Fakultativität und Ellipse

Das Interesse der Dependenz-und Valenztheorie gilt der hierarchischen Struktur bei der syntaktischen Verkettung von Wörtern, folglich sind Abhängigkeitsbeziehungen zwischen Wörtern aufgrund von strukturalen Konnexionen vorhanden, die einen Übergeordneten bzw. Regens mit einem Untergeordneten bzw. Dependens verbinden. Am obersten Knoten der hierarchischen Satzstruktur steht das Verb, dem ein zentraler Status zugeschrieben wird, da von ihm mehrere Konnexionen ausgehen können und es die strukturale Ordnung des Satzes steuert. Tesnière, der als Vater und Entwickler des modernen Valenzbegriffes gilt, führt diese zentrale Stellung des Verbs auf seine Valenz zurück, d.h. auf 7 8

Anne Ubersfeld, Semiótica teatral, Madrid 1989/21993, S. 17. Elizabeth Drumm, “Valle-Inclán’s acotador: bridging the gap between the moment of creation and the moment of production”, in Anales de la literatura española contemporánea 22 (1997), S. 449-467, hier: S. 456.

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seine Fähigkeit, eine gewisse Anzahl von anderen Elementen als unmittelbare Dependentien, als Aktanten, an sich zu binden.9 Laut Engel kann einem Element Valenz zugeschrieben werden, “wenn es eine Kategorie von Elementen so regiert, dass deren Zuordnung überhaupt oder deren obligatorische Zuordnung subklassenspezifisch ist, also nur für eine Subklasse der Wortklasse des regierenden Elementes gilt.”10 Die Auffassung der Dependentien nicht nur des Verbs sondern auch anderer Valenzträger als Ergänzungen (subklassenspezifisch) oder als Angaben (nicht subklassenspezifisch) und ihre Abgrenzung beschäftigt seit Jahrzehnten die Sprachwissenschaft, hauptsächlich was die unstrittige Unterscheidung der fakultativen Ergänzungen gegenüber den Angaben betrifft. In diesem Zusammenhang sind viele der dazu entwickelten Testverfahren als wenig zufriedenstellend zu bewerten, denn zum einen begründet man bei einigen die Bestimmung der Fakultativität auf syntaktischen, bei anderen auf kommunikativen Bedingungen, zum anderen trägt die “Agrammatikalität” bzw. “Grammatikalität” des aus der Tilgung eines Satzgliedes resultierenden Ausdrucks nur zur Bestimmung der obligatorischen Ergänzungen gegenüber den fakultativen Ergänzungen und den Angaben bei, somit ist es als unzureichend zu bezeichnen und zum dritten fällt es insgesamt bei den meistens Testverfahren schwer, eine saubere Grenze zwischen Angaben und fakultativen Ergänzungen zu ziehen. Entgegen erweisen sich die im Filterverfahren aufeinanderfolgenden Testverfahren von Zifonun et al.,11 nämlich der Reduktions- und der Folgerungstest, als intersubjektiv nachvollziehbar.12 Für meine Belange ist eine kurze Darstellung des Reduktions- und des Folgerungstests vonnöten:

9 10 11

12

Lucien Tesnière, Eléments de syntaxe structurale, Paris 11959/21966. Ulrich Engel, Syntax der deutschen Gegenwartssprache, 4., völlig neu bearbeitete Auflage, Berlin 2009, S. 71. In der auf einer Prototypenhierarchie aufbauenden IdS-Klassifikation werden die Ergänzungen in folgende Klassen eingeteilt: Ergänzungen des Kernbereichs, (+Obligatheit, “haufig zugleich” +Subklassenspezifizität, +Argumentfähigkeit), Ergänzungen des weiteren Kernbereichs (-Obligatheit, +Subklassenspezifizität, +Argumentfähigkeit), Periphere Ergänzungen (“nur bedingt” -Obligatheit, +Subklassenspezifizität, -Argumentfähigkeit) und Ergänzungen der äußersten Peripherie (-Obligatheit, +Subklassenspezifizität, -Argumentfähigkeit). Gisela Zifonun u.a., Grammatik der deutschen Sprache, 3 Bände, Berlin/New York 1997, S. 1043-1064. Ein weiterer Test ist der Anschlusstest. Zu kritischen Bemerkungen siehe María José Domínguez Vázquez, Die Präpositivergänzung im Deutschen und im Spanischen. Zur Semantik der Präpositionen, Frankfurt a. M. 2005.



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Der Reduktionstest prüft die Fixiertheit, die den Kriterien der Weglassbarkeit vs. Nicht-Weglassbarkeit entspricht. Eine Ergänzung ist unter diesem Kriterium nicht fakultativ, d.h. ++fixiert, und nur fakultativ, d.h. +fixiert, wenn sie kontextuell oder semantisch markiert ist.13 In Anlehnung daran wird das getilgte Satzglied als Ergänzungskandidat gekennzeichnet, wenn a) aus seiner Tilgung ein agrammatischer Ausdruck erfolgt und b) trotzt Grammatikalität der verbale Prädikatsausdruck anders zu interpretieren ist als in der ursprünglichen kommunikativen Einheit.14 Das bereits Erwähnte weist darauf hin, dass ein Satzglied mit dem Merkmal “struktureller Notwendigkeit” im besonderen Maße “ergänzungsverdächtig” ist. Der Implikationstest15 oder Folgerungstest16, der die Eigenschaft “assoziiert mit Verbbedeutung” prüft, basiert auf einer paraphrasierenden Bedeutungsbeschreibung des Verbs. Bei dieser Paraphrase geht es nicht darum, die hier zu prüfenden Sätze beliebig zu erweitern, sondern darum, dass eine subklassenspezifische Variable bei einer paraphrasierenden Bedeutungsbeschreibung des Verbs auftritt. Die zu stellende Frage lautet: “Trifft es zu, dass aus dem reduzierten Ausdruck (in bestimmten Zusammenhängen und bestimmten Verwendungsweisen des Verbs) auf einen Ausdruck mit indefiniter Besetzung, einer Art Variablen, der fraglichen Stelle gefolgert werden kann?” Wenn ja, handelt es sich um Ergänzungen. Nachstehende Beispiele veranschaulichen dieses Verfahren: a.1.) Hans isst. Hans isst etwas. a.2) “Es gibt etwas, so dass Hans es als Nahrung zu sich nimmt”. b.1.) Die Eltern sorgten sich. Die Eltern sorgten sich um etwas/jemanden. b.2.) “Es gibt etwas/jemanden, um das/den die Eltern sich Sorgen machten”. 13

14

15 16

Man geht von einer vollständigen kommunikativen Minimaleinheit (Vollsatz) aus. Das Ziel ist es, die kommunikative Minimaleinheit jeweils um eine Phrase zu reduzieren: “Kann das Resultat der Reduktion nicht mehr als Ausdruck einer Proposition gelten oder verändert sich bei der Reduktion die Interpretation des verbalen Prädikatsausdrucks, so ist die Phrase, um die reduziert wurde, ein Komplement, sofern sie nicht Teil des Verbalkomplexes ist.” Zifonun (Anm. 11), S. 1043. Ein Beispiel dafür sind der Satz Hans, der schwere Junge, sitzt gerade in der Badewanne und der durch Tilgung resultierende Hans, der schwere Junge, sitzt gerade. Bei dem zuletzt genannten wird sitzt im Sinne von ist Strafgefangener verwendet, somit erfüllt in der Badewanne die Funktion einer Ergänzung. Helmut Schumacher et. al (Hg.), Verben in Feldern. Valenzwörterbuch zur Syntax und Semantik deutscher Verben, Berlin/New York 1986. Vgl. Helmut Schumacher, Jacqueline Kubczak, Renate Schmidt, Vera de Ruiter, VALBU – Valenzwörterbuch deutscher Verben, Tübingen 2004 und Zifonun (Anm. 11), S. 1038.

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Was die bereits angeführten Testverfahren anbelangt, stellt Engel17 außerdem zwei “Minimalbedingungen” dar: “ – Was den Folgerungstest nicht besteht, ist keine Ergänzung. – Was den Reduktionstest besteht, ist immer eine Ergänzung.”

Dass die subklassenspezifischen Glieder obligatorischer oder fakultativer Art sein können, dass zwischen fakultativen Ergänzungen und Angaben unscharfe Grenzen vorliegen, sowie dass eine Unterscheidung nur mittels der Opposition “Obligatheit” vs. “Fakultativität” sich als unzureichend herausstellen, ist bereits erläutert worden. Neue Einsichten in die Einteilung und Bestimmung der Ergänzungen werden vorwiegend in der lexikographischen Praxis gewonnen, indem auf weitere Kombinationsmöglichkeiten der gegebenenfalls in einem Satzbauplan zu erfassenden Ergänzungen Rücksicht genommen wird.18 Im Hinblick darauf, sind meiner Auffassung nach zu den obligatorischen und fakultativen19 Ergänzungen die sich ausschließenden Ergänzungen, die bedingt vorkommenden Ergänzungen, die blockierten und die elidierten obligatorischen Ergänzungen zu rechnen: 1. Den sich ausschließenden Ergänzungen unterliegt die Relation “entweder... oder”, die darauf zurückgeht, dass eine Valenzstelle aus qualitativer Sicht (nicht aus quantitativer!) durch mehr als eine Ergänzungsart gesättigt werden kann, wie anhand des Satzbauplans des Verbs riechen, es: prp:nach +D /adv sowie der folgenden Belegen verdeutlicht wird:

17 18

19

Ulrich Engel, “Der Satz und seine Bausteine”, in Vilmos Ágel, Renate Hessky (Hg.), Offene Fragen – Offene Antworten in der Sprachgermanistik, Tübingen 1992, 53-76, hier: S. 66. Siehe María José Domínguez Vázquez, Gemma Paredes Suarez, “Das kontrastive Valenzwörterbuch: Spanisch-Deutsch I. Konzeption und Aufbau des Wörterbuches”, in Klaus Fischer, Eilika Fobbe, Stefan J. Schierholz (Hg.), Valenz und Deutsch als Fremdsprache, Frankfurt 2010, S. 215-240, Schumacher (Anm. 15 und Anm. 16) und Gerd Wotjak, Las lenguas, ventanas que dan al mundo, Salamanca 2006. Die fakultativen Ergänzungen zerfallen in Anlehnung an die Unterscheidung zwischen indefiniter und definiter Fakultativität in zwei Klassen: “Bei der indefiniten Fakultativität ist die fakultative Valenzstelle für die aktuelle Äußerungssituation nicht relevant. Die Belegung einer indefiniten Valenzstelle kann sowohl dem Sprecher als auch dem Hörer unbekannt sein und auch bleiben. Bei der definiten Fakultativität ist die Belegung der Stelle zwar für die aktuelle Äußerungssituation relevant, sie kann aber weggelassen werden, weil sie vom Hörer aus dem Situations- oder Redekontext erschlossen werden kann.” (Angelika Storrer, Verbvalenz. Theoretische und methodische Grundlagen ihrer Beschreibung in Grammatikographie und Lexikographie, Tübingen 1992, S. 111; vgl. auch Kjell Johan SaebØ, “Über fakultative Valenz”, in Deutsche Sprache 12 (1984), S. 97-109).



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“Dienstag, Uni-Hauptgebäude: Es riecht nach Tee und Zigaretten, im Foyer weht die rote Fahne mit der plakativen Forderung: ‘Studis hört die Signale’” (DeReKo: R97/NOV.87296 Frankfurter Rundschau, 05.11.1997, S. 28, Ressort: HESSEN) “Jedes Mal wenn man abzieht, nimmt man ein Fußbad. Sie sind verstopft, es fehlt an allem, sie sind dreckig, es riecht schlecht.”. (DeReKo: NUZ02/ AUG.00194 Nürnberger Zeitung, 03.08.2002)

2.

3.

4.

Die bedingt vorkommenden Ergänzungen lassen sich dadurch charakterisieren, dass eine Ergänzung nur beim Vorhandensein einer anderen aktualisiert werden kann, wie es bei der Dativergänzung im Beispiel Möbius schüttelt ihm die Hand der Fall ist.20 Es handelt sich allerdings um eine Ergänzung zweiten Grades. Im Gegensatz zu 1. können die blockierten Ergänzungen aufgrund der Verbsemantik nicht realisiert werden, wie der folgende Beleg zeigt. Die beiden wollen ihre Revolver ziehen, werden aber von Murillo und McArthur entwaffnet (80)21 – blockierte Ergänzung Waffe bei entwaffnen. In einigen Fällen kann die blockierte Ergänzung bei einer Spezifikation, z.B. Lippen beim Verb küssen (mit ihren rot geschminkten Lippen hat sich mich geküsst), realisiert werden. Hingegen scheint dies bei Verben wie entwaffnen nicht der Fall zu sein.22 Von den fakultativen Ergänzungen sind die elidierten obligatorischen Ergänzungen zu unterschieden (keine contradictio in terminis). Ein sehr oft angeführtes Beispiel dafür ist die Henne legt Eier, die Henne legt,23 bei dem die weggelassene elidierte Ergänzung sich nicht als fakultativ sondern als obligatorisch erweist, da sie unabhängig vom Kontext immer eindeutig mitgedacht ist.

Die bisherigen Ausführungen geben bereits zu erkennen, dass die Begriffe Weglassbarkeit, Ellipse und Fakultativität nicht nur im Sinne eines sauberen methodologischen Verfahrens sondern auch im Sinne einer auf ihrer Einbeziehung 20 21 22 23

Für eine ausführliche Beschreibung des Pertinenzdativs siehe Engel in diesem Band. Friedrich Dürrenmatt, Die Physiker. Eine Komödie in zwei Akten. Neufassung 1980, Zürich 1986. Auf die Bestimmung von verschiedenartigen blockierten Ergänzungen wird in diesem Aufsatz nicht eingegangen. Gerhard Helbig, Wolfgang Schenkel, Wörterbuch zur Valenz und Distribution deutscher Verben, Leipzig/Tübingen 11969/71983, hier: S. 53.

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aufbauenden notwendigen Bestimmung der Ergänzungen voneinander zu halten sind. Meiner Arbeit liegt dementsprechend die Annahme zugrunde, dass die Ellipse24 sowohl ein Prozess als auch ein aus diesem Prozess resultierendes Produkt ist, die Weglassbarkeit hingegen ist im engeren Sinne ein Ergebnis. Denen entgegen bezieht sich die Bestimmung “Fakultativität” auf die Beschreibung sprachlicher Kategorien bzw. Funktionen. An das bereits Erörterte wird auf der Grundlage nachstehender Weglassbarkeitsfälle näher herangegangen:25 Weglassbarkeit bei Vorerwähnheit (Analepse): 1. Weglassbarkeit bei situativer Ellipse 2. Weglassbarkeit unter Kontrastbetonung 3. Weglassbarkeit unter Modalisierung 4. Weglassbarkeit zum Ausdruck von Generizität 5. Weglassbarkeit zum Ausdruck von Habitualität 6. Weglassbarkeit im Sinne einer lexikalisierten 7. Ellipse26 8.

24

25 26

Verzichtest du auf die Teilnahme? – Ja, ich verzichte. (Die Präpositivergänzung wird getilgt) Bitte im Sekretariat abgeben (Diese Bitte sei auf einem Schriftstück vermerkt) Er wohnt nicht, sondern er haust (Auslassung der adverbialen Ergänzung von wohnt) Kann sie sehen/lesen/schreiben? (Nicht gesetzt sind die jeweiligen Akkusativergänzungen der Verben) Menschen verzichten leichter, wenn sie wissen weshalb (die Präpositivergänzung wird getilgt) Eva isst eben gerne (Die Akkusativergänzung kommt nicht vor) Er benimmt sich für Er benimmt sich gut. Die Pilze riechen für Die Pilze riechen schlecht.

Zu einer Analyse unterschiedlicher Ellipsenarten siehe Ursula Krevs Birk, Argumentellipse. Aktantenweglassung in deutschen und slowenischen Reportagetexten, Tübingen 2006 und Wolfgang Müller, “Die real existierenden grammatischen Ellipsen und die Norm. Eine Bestandsaufnahme”, in Sprachwissenschaft 15 (1990), S. 241-366. Zifonun (Anm. 11), S. 1031 ff. Die IdS-Grammatik (Zifonun, Anm. 11) unterscheidet folgende Ellipsenarten: situative Ellipsen (Bis letzte Nacht aufgewacht, S. 414), Ereignis-Ellipsen (Ist eine tolle Leistung, S. 418), empraktische Ellipsen (Hierher, S. 420), phatische Ellipse (bzw. Aposiopesen: ...zuerst wollte ich das freilassen aber ich denke, S. 431), Struktur-Elllipsen (Vorstandbericht für Unternehmenserträge, S. 434).



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Wie aus der Tabelle abzuleiten ist, lässt sich das unter 3 aufgrund der Kontrastbetonung weggelassene adverbiale Satzglied nicht als fakultativ einstufen, wie auch nicht die getilgten Glieder in 2, 7 oder 8, hingegen lässt sich das weggelassene Satzglied bei 6 als fakultativ bestimmten. Diese wenigen Beispiele dürften hinreichend erhellen, dass die Begriffbestimmungen “fakultativ”, “weglassbar” und “elidiert”, deren irreführende Verwendung in der Fachliteratur kein Sonderfall darstellt, nicht gleichgesetzt werden können, worauf ich in den Abschnitten 3 und 4 noch eingehen werde. Zwecks der Darbietung der Ergänzungsklassen,27 deren Einteilung sich auf die Anwendung der von Engel vorgeschlagenen Anapher- und Fragetest stützt,28 ziehe ich Belege, wenn vorhanden, aus den Szenenanweisungen zu Dürrenmatts Die Physiker heran: subj: Subjektergänzung acu: Akkusativergänzung dat: Dativergänzung gen: Genitivergänzung prp: Präpositivergänzung vrb: Verbativergänzung adv: Adverbialergänzung adv: sit (lokativ) adv: dirorg (ablativ) adv: dirprät (präteritiv) adv: dird (allativ) adv:exp (expansiv)

27 28 29 30 31

Newton holt hinter dem Kamingitter eine Kognakflasche und ein Glas hervor. (19) Frl. Doktor von Zahnd öffnet das Dossier, studiert es am runden Tisch. (31) Die Oberschwester übergibt ihm das Dossier, [...]. (30) Der alte Mann erinnert sich des Tierarztes aus seiner Jugendzeit. (DCVVEA)29 Sie leben für sich, [...] diskutieren bisweilen über ihre Wissenschaft [...]. (12-13) Möbius lässt sie fahren. (50)30 Einstein geht nachdenklich hinaus in den Hintergrund, wo die ermorderte Schwester lag, betrachtet die Kreidezeichnung am Boden. (48) Aus Zimmer Nummer 2 kommt Einstein, raucht eine Pfeife. (47) Er setzt sich den Hut auf und geht links durch die Flügeltüre auf die Terrasse und entfernt sich durch den Park. (29) Einstein geht nachdenklich hinaus in den Hintergrund, [...]. (48) Sie verbreiteten die Straße um drei Meter.31

Darauf wird im Laufe dieses Aufsatzes Bezug genommen. Für eine tiefgründige Betrachtung siehe Engel (Anm. 10) sowie Domínguez/Paredes (Anm. 18). Engel (Anm. 10), S. 134 ff. Domínguez/Paredes (Anm. 18). Für eine Unterscheidung zwischen Verbativergänzungen und AcI-Komplementen siehe Zifonun (Annm. 11), S. 1117-1118. Engel (Anm. 10), S. 146.

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prd: Prädikativergänzung prdsuj: Prädikativ- Der Salon ist deshalb mehr als üblich bevölkert. (12) ergänzung zum Subjekt prdacu: Prädikativ- Man hielt den Kandidaten für einen Aufschneider.32 ergänzung zum Akkusativ

3.

Die Weglassbarkeit eines Dependens: Subjektlose Sätze?

Den in den vorangehenden Abschnitten angeführten Weglassbarkeitsfällen sowie der Betrachtung einschlägiger Werke lässt sich entnehmen, dass in der Regel zwar jegliche Ergänzungsarten aber nicht die Subjektergänzung zur Veranschaulichung der Weglassbarkeit herangezogen werden. Diese Ausklammerung der Subjektergänzung kann auf Ursachen wie ihren häufig vertretenen Sonderstatus gegenüber anderen Satzgliedern (a) oder auf ihre fast ausnahmslose Obligatheit (b) zurückgeführt werden. Angesichts der in den Szenenanweisungen bedeutenden Anzahl von Belegen ohne Subjektergänzung werden die Annahmen a) und b) in groben Umrissen nachgezeichnet: a) die Subjektergänzung, ein Dependens wie die anderen? Als Durchbruch zu einer prinzipiell neuen Betrachtungsweise wird jedoch gewöhnlich hervorgehoben, dass bei Tesnière das Subjekt seinen Sonderstatus gegenüber den Objekten einbüßt. Er weist - entgegen den vorhergehenden Theorien - dem Subjekt keine spezielle Rolle zu (“un complément comme les autres”)33. Entgegen dieser Annahme wird aufgrund bestimmter Merkmale, wie der häufigsten Vorfeldbesetzung durch das Subjekt und dessen Kongruenz mit dem Verb, für eine gewisse Sonderstellung des Subjekts plädiert.34 Der Streit 32 33 34

Engel (Anm. 10), S. 148. Lucien Tesnière, Esquisse d’une syntaxe structurale, Paris 1953, S. 5, und Tesnière (Anm. 8), S. 109. Für Pro- und Gegenargumente siehe z.B. die Podiumdiskussion zwischen Engel und Eroms (Ulrich Engel, Hans Werner Eroms, “Wohin steuert die Dependenzgrammatik? Ein Podiumsgespräch”, in Ulrich Engel, Meike Meliss (Hg.), Dependenz, Valenz und Wortstellung. München 2004, S. 64-76, hier: S. 64 ff.); Irma Hyvärinen: “Der verbale Valenzträger”, in: Vilmos Ágel u.a. (Hrsg), Dependenz und Valenz / Dependency and Valency. Ein internationales Handbuch der zeitgenössischen Forschung. An International Handbook of Contemporary Research, Berlin/New York, 2003 Band I, S. 738-764; Marja Jarventausta, “Das Verb als strukturelles Zentrum des Satzes”, ebda. Band I, S. 717-737, und Hennig Brinkmann, Die deutsche Sprache. Gestalt und Leistung, Düsseldorf 11962/21971.



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um die Sonderstellung des Subjekts dauert unter den Valenzgrammatikern bis heute an. b) das Kriterium der Obligatheit Lernt bzw. unterrichtet man deutsche Grammatik, so weiß man, dass im Gegenteil zu den romanischen Sprachen in deutschen Sätzen vorwiegend eine explizit ausgedrückte Subjektergänzung vorliegt. Zu den wenigen Ausnahmen gehören Verben wie frieren, es; regnen, es; gehen, es; sich handeln, es, um; gefallen, es, die laut Engel wie folgt zu analysierten sind: “Bei den meisten dieser Verben taucht ein Element es auf, das in allen Positionen erhalten bleibt (lediglich frieren, grauen, schaudern, schwindeln haben ein fakultatives es). Dieses obligatorische es kann kein Subjekt, es kann überhaupt kein Satzglied sein, weil ihn das wesentliche Merkmal des Satzgliedes (“relativ frei austauschbar”) fehlt. Infolgedessen ist dieses es [...] als integraler Bestandteil des Verbs zu betrachten.”35

Da die nachstehenden fett hervorgehobenen Verben eindeutig nicht dieser im Zitat erläuterten Gruppe angehören, gehe ich der Frage nach, womit die Abwesenheit der Subjektergänzung zusammenhängen kann: 1) möbius Jawohl, Herr Inspektor. Setzt sich auf den Stuhl. (60 f.) inspektor Hierher. Deutet auf das Kanapee möbius Jawohl, Herr Inspektor. Setzt sich auf das Kanapee 2) MÖBIUS bleibt stehen Und? NEWTON deutet auf das Essen Möchten Sie nicht vielleicht doch die Leberknödelsuppe versuchen? Sie schmeckt vorzüglich.

Darüber hinaus, dass eine Erklärung in Anlehnung an die Begriffe Satz und Äußerung postuliert werden kann, lässt sich hier die Ellipse als Lösungshypothese vorschlagen,36 indem in beiden Fällen der Valenzpartner, die Subjektergänzung, immer eindeutig mitgedacht ist (1). Was die Reihenfolge der Satz35 36

Ulrich Engel, Deutsche Grammatik, Heidelberg 11988/21996, S. 190. Mit “Bei den meisten dieser Verben” sind Witterungsverben und einige Verben der Gemütsbewegung gemeint. “Die elliptische prozedur ist ein Verbalisierungsverfahren für kommunikative Minimaleinheiten, bei dem der Sprecher systematisch nicht versprachlicht, was aufgrund gemeinsamer Orientierung in der Sprechsituation, im aktuellen Handlungszusammenhang oder auf der Basis sprachlichen Wissens in de Hintergrund eingehen und mitverstanden werden kann. Das

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glieder, die Kongruenz usw. anbetrifft, liegt bei 2), dem häufigsten Fall, abgesehen von der Großschreibung, zweifelsohne ein für den Leser völlig akzeptabler Ausdruck vor.

4.

Die Ellipse des verbalen Valenzträgers?

In meinen bisherigen Ausführungen habe ich mich mit der Absenz eines Dependens sowie mit den möglichen Gründen dazu (2 und 3) auseinandergesetzt. Jetzt gehe ich den umgekehrten Weg, und zwar die Betrachtung von satzwertigen Ausdrücken ohne den verbalen Valenzträger.37 In seinem Aufsatz Wozu Konstruktionen? erläutert Jacobs,38 dass projektionistische Ansätze wie die Dependenz- und Valenzgrammatik massive Probleme mit der Analyse der von ihm so genannten “verblosen Direktiva” aufweisen, die ihm zufolge in die folgenden Klassen eingeteilt werden können:39 1. Her mit {dem Geld; dem gestohlenen Geld; dem Geld, das du mir gestohlen hast} !; Nieder mit den Studiengebühren!; Weg mit dem Krempel! 2. In den Müll mit diesen Klamotten!; Zur Hölle mit dieser Regierung! 3. Raus aus meinem Haus!; Hinein ins Vergnügen!

Mit Ausnahme der Duden-Grammatik,40 die “hinaus mit dir” als “eigenständiger satzwertiger Ausdruck” bzw. als “verselbstständigte Ellipse” bestimmt, scheinen diese Ausdrücke, denen ein Sonderfallstatus im grammatischen Gelände zuzuschreiben ist, keinen gesonderten Platz in der Forschungsliteratur eingeräumt zu haben. 1), 2) und 3) verfügen wie Sätze über ein illokutives Potential (z.B. Befehl, Ratschlag), somit ist m.E. die Duden-Beschreibung zutreffend. Jacobs zufolge ist die Bedeutung dieser Konstruktionen (im Sinne Goldbergs)41 konventionell.

37 38 39 40 41

Äußerungsprodukt nennen wir ELLIPSE. Ellipsen sind als kommunikative Minimaleinheiten vollständige Formen, mündlich abgeschlossen durch Grenztonmuster, schriftlich durch graphisches Schlußzeichen.” (Zifonun, Anm. 11, S. 413). In der Fachliteratur wird z.B. die Bestimmung “verblose Sätze” verwendet (vgl. Irmtraud Behr, Hervé Quintin, Verblose Sätze im Deutschen. Zur syntaktischen und semantischen Einbindung verbloser Konstruktionen in Textstrukturen. Tübingen 1996, S. 42). Joachim Jacobs, “Wozu Konstruktionen?”, in Linguistische Berichte 213 (2008), S. 3-44, hier: S. 20. Jacobs (Anm. 38), S. 15. Duden: Die Grammatik. Mannheim 72005. Adele E. Goldberg, Constructions. A Construction Grammar Aproach to Argument Structure. Chicago 1995. Vgl. auch Klaus Welke, “Valenztheorie und Konstruktionsgrammatik”, in Zeitschrift für germanistische Linguistik 37 (2009), 81-124.



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211

Die Beispiele 1–3 weisen allerdings nennenswerte Unterschiede auf: Bei 1) und 2) ist das durch die mit-Präpositionalphrase Wiedergegebene dasjenige, das von der Handlung betroffen sowie in Bewegung gesetzt wird. Bei 3) ist der Adressat, nicht der Verursacher der Bewegung, derjenige, der sich selbst bewegt, was bei 1) hingegen der Fall ist. Den drei Beispielklassen ist die Wiedergabe eines Endpunkts, Wegs oder Ausgangspunkts o. ä gemeinsam. Woraus lässt sich aber ableiten, dass etwas bzw. jemand sich bewegt? Was rechtfertigt eine Analyse mittels Parameter wie Origo, Zielpunkt usw.? Dieser Frage gehe ich mithilfe einer valenz- und dependenzbasierten Analyse nach, die als mögliches Verfahren neben dem von Jacobs im Rahmen der Konstruktionsgrammatik Formulierten ebenfalls Gültigkeit besitzt. Um es vorwegzunehmen: Angesichts des herausragenden Einflusses des Kontextes auf zahlreiche Weglassbarkeitsfälle (vgl. 2) gibt die Auswahl kontextloser Ausdrücke seitens Jacobs Anlass zur Kritik, wie auch seine auf diesen Beispielen beruhende Feststellung, dass die Dependenz- und Valenzgrammatik diese Fälle nicht klären kann. Wichtige Einsichten in die sogenannten verblosen Direktiva werden m.E. durch ihre Gegenüberstellung mit Belegen für verblose Ausdrücke aus den Regieanweisungen gewonnen, obschon die zuletzt genannten nicht über alle Merkmale aller von Jacobs genannten Klassen verfügen:42 1. Links neben der Halle ein hässlicher Zentralheizungskörper, rechts ein Lavabo mit Handtüchern an der Stange. (13) 2. Von rechts kommt die Oberschwester Marta Boll, stutzt, schnuppert. In der Hand ein Dossier. (30) 3. Frau Missionar Rose setzt sich aufs Sofa rechts., Frl. Doktor an den Tisch links. Hinter dem Sofa die drei Buben, auf dem Sessel rechts außen Mision ar Rose. (32) 4. Auf dem kleinen Tisch vor ihr eine Zigarrenkiste, auf dem Sessel rechts außen Guhl mit Stenoblock. (54) 5. Sie setzen sich. Sie aufs Sofa, er auf den Sessel links davon. (44) 6. Die beiden Polizisten mit der Leiche, die andern mit den Apparaten durch die Gartentüre ab. Der Gerichtsmediziner folgt. (59) 7. Die drei Pfleger ab. (67) 8. Sie setzt sich aufs Sofa. McArthur und Murillo von rechts zurück. (79)

42

Die Belege 4), 5) und 7) gehören zwar nicht der Gruppe der Direktiva an, zeigen aber ein weggelassener Regens auf.

212

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Zur Analyse werden zwei Verfahren vorgeschlagen: 1. Verfahren: vom elidierten Regens zu seinen Dependentien (RäD). Annahme: Die vorliegenden Satzglieder erfüllen die Funktion einer Ergänzung Meine Annahme, dass in den Beispielen 1) Her mit dem Geld!, 2) In den Müll mit diesen Klamotten, 3) Raus aus meinem Haus!, 8) Sie aufs Sofa, er auf den Sessel links davon, 9) Die beiden Polizisten mit der Leiche, die andern mit den Apparaten durch die Gartentüre ab, u.a. die fett gedruckten Satzglieder als Ergänzungen aufzufassen sind, geht darauf zurück, dass diesen Präpositionalphrasen neben Bedeutungsrelationen (vgl. Annahme 2) rektionale Formrelationen unterliegen, wie z.B. a) Konstanz43 – wie bei 1), 8) und 9) – und b) Kasustransfer44 – wie bei 2) und 8) –. Die Ansicht von Jacobs, dass am Beispiel Dass Peter raus {auf die Wiese, in den Garten, zur Haltstelle} lief “die Präpositionsauswahl keiner kategorialen Valenzforderung des Verbs unterliegen”,45 da ihm zufolge hier verschiedene Präpositionen mit unterschiedlichen Bedeutungen vorliegen, kann allerdings nicht darüber hinwegtäuschen, dass die im Beispiel sowie in 2), 3) und 8) vorliegenden bedeutungsverwandten Präpositionen eine gemeinsame Bedeutung wiedergeben, nämlich die allative direktive. Im Hinblick darauf sind diese Präpositionalphrasen als subklassenspezifische Valenzstellen zu betrachten, somit Ergänzungen, da sie nur mit einer Subklasse der Wortklasse des regierenden Elementes auftreten können. Ebenfalls weisen nicht nur Bedeutungsrelationen sondern auch Formrelationen auf den Ergänzungsstatus der mit- Präpositionalphrasen in den Klassen 1) und 2) von Jacobs hin, nämlich In den Müll mit diesen Klamotten!; Zur Hölle mit dieser Regierung!. Im Bewusstsein dessen, dass diese Klassen einer tiefgreifenden Erörterung bedürfen, kann zur Analyse einstweilen auf ihren illokutiven direktiven Sprechakt sowie auf Umformulierungen wie “jemand muss die Klamotten in den Müll bringen/werfen” bzw. “die Klamotten müssen in den Müll” zurückgegriffen werden. Es liegt auf der Hand, dass die zweite vorgeschlagene 43 44 45

“Eine Präposition X eines Komplementkandidaten ist ‘konstant’ bezüglich eines Valenzträgers Y in einem Satz S, wenn die Präposition durch eine Paradigmenkategorie von Y unabänderlich festgelegt ist.”, Zifonun (Anm. 11), S. 1035. “Die Wahl des Kasus bei einer Präposition des Komplementkandidaten ist durch den Valenzträger festgelegt (Wahl von Akkusativ oder Dativ bei Präpositionen mit beiden Rektionen)”. Zifonun (Anm. 11), S. 1969. Jacobs (Anm. 38), S. 23.



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Umschreibung mit Beispielen wie Ich möchte nach Italien, Ich muss zur Arbeit oder Murillo lässt beim Fenster ein Gitter herunter (67) Gemeinsamkeiten zeigt, indem hier zwar ein modales Nebenverb, aber kein zentrales Verb im Sinne von Engel46 vorliegt.47 Insgesamt lässt sich festhalten, dass die Kriterien der Formselektion und der Bedeutungsrelation auf die Subklassenspezifizität, folglich den Ergänzungsstatus der bereits analysierten Präpositionalphrasen hindeuten. 2. Verfahren: von den Dependentien zum elidierten Regens (RäD). Annahme: die Ellipse des obligatorischen Valenzträgers Gewichtige Argumente für die Bestimmung des Valenzträgers als ellidierter, erfolgen aus der Anwendung des Folgerungstests (vgl. 2), der die Eigenschaft “assoziiert mit der Verbbedeutung” prüft.48 An dieser Stelle sollte sich der aufmerksame Leser fragen, wie ein für die Ergänzungen entwickeltes Testverfahren für die Bestimmung des Valenzträgers bzw. des Verbs dienen kann und darüber hinaus, wie etwas Obligatorisches nicht vorkommen kann (vgl. die Überschrift “2. Annahme”). Hervorzuheben ist, dass es in diesem Abschnitt nicht um eine Umkehrung der Dependenzbeziehungen geht, etwa dass der Dependens dem Regens übergeordnet ist, denn hier ist nur von semantischen Relationen die Rede. Eindeutig erscheint in den hier analysierten Sätzen zwar kein Verb, jedoch kommen seine Satelliten vor: Die an einem Sachverhalt beteiligten Entitäten, aber nicht der Sachverhalt selbst, werden dem Leser (der Zuschauer sieht das schon!) vermittelt, der allerdings mithilfe der Form und der Semantik der im Ausdruck Mitbeteiligten sowie mithilfe der konkreten Szene fähig

46 47 48

Engel (Anm. 35), S. 443. Zur Entstehung dieser Ausdrücke kann man sich einen im Hintergrund stehenden Dialog wie den folgenden vorstellen: A: Kannst du die Kinder ins Kino fahren? B: Ja. A: Es ist aber schon 18:00 Uhr, wenn es dir zu spät ist, kann ich mit den Kindern ins Kino/die Kinder ins Kino fahren. B: Nein, Nein, das schaffe ich. A: Dann los, ins Kino mit den Kindern. In dem üblichen Verfahren werden diejenigen Satzglieder, die sich durch den Reduktionstest nicht als obligatorische Ergänzungskandidaten erweisen, durch den Implikations- oder Folgerungstest gefiltert.

214

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ist, den Satz zu rekonstruieren. Das bereits Geschilderte ist im Grunde genommen der Folgerungstest, aber nicht vom Regens zu Dependens, sondern umgekehrt angewandt: Meines Erachtens kann man mittels der mit einem Verb bzw. einer Verbklasse assoziierten Satzglieder, die in der Bedeutung eines Valenzträgers impliziert sein müssen, zum Verb bzw. zur Verbklasse gelangen. Das Obige rechtfertigt die Annahme eines elidierten Verbs bzw. Valenzträgers in den hier betrachteten Fällen, da der Regens immer eindeutig mitgedacht ist. Somit handelt es sich bei 4), 5), 6) und 7) um eine situative Ellipse, bei 9) und 10) um eine partielle Ellipse49 und bei 8) um Weglassbarkeit aus Vorerwähntheit.50

5.

Die Präverbfügungen

Dazu, dass in den Regieanweisungen zahlreiche pleonastische Konstruktionen aus einer deiktischen Doppelpartikel (z.B. hinaus) und aus einer ihr in der Regel vorangehenden explizierenden semantisch ähnlichen Phrase vorliegen, gibt das von Jacobs51 angeführte Beispiel Dass Peter raus { auf die Wiese, in den Garten, zur Haltstelle} lief sowie die von ihm genannten Schwierigkeiten zur Beschreibung der Direktiva den Anlass für weitere Beobachtungen. Da eine tiefgründige Auseinandersetzung mit allen Gesichtspunkten bei der Betrachtung der Präverbfügungen (Schlottauer/Zifonun52; präfigierte Verben) den Rahmen dieses Beitrags sprengen würde, gehe ich an die pleonastischen Konstruktionen sowie an die Wechselwirkung ihrer Bestandteile (z.B. Er ist in den Wald hineingelaufen) und an die Inkorporierung durch Ellipse (z.B. Er legt das Buch auf den Tisch vs. Er legt das Buch auf) heran.

49 50 51 52

Es handelt sich um eine partielle Ellipse, weil die Verbpartikel vorhanden ist. Bei 10) würde ich sie als obligatorisch bezeichnen. Somit erkennt man bei 4) eine statische, sogar die wahrscheinliche Ansetzung des Verbs stehen. Jacobs (Anm. 38). Susan Schlotthauer, Gisela Zifonun, “Zwischen Wortbildung und Syntax: Die ‘Wortigkeit’ von Partikelverben/Präverbfügungen in sprachvergleichender Perspektive”, in Ludwig M. Eichinger, Meike Meliss, Mª José Domínguez Vázquez (Hg.), Wortbildung heute: Tendenzen und Kontraste in der deutschen Gegenwartssprache, Tübingen 2008, S. 271-310.



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Für die Bestimmung der Präverbfügungen, über deren Status als Wortbildungsprozess,53 aber auch als Gegenstände der Syntaxforschung54 kein Konsens besteht, stellt sich die Eingrenzung der Präverbfügungen in adverbiale (Pvfadv) und präpositionale (Pvfprp) als unabdingbar hin, die sich auf folgende Kriterien stützt:55 a) Adverbiale Verbpartikel (Vpadv) können in Aussagesätzen die Vorfeldposition einnehmen,56 b) Vpadv sind modifizierbar,57 c) Vpadv können im Mittelfeld verschoben werden und können ins Mittelfeld vorangestellt werden,58 d) Vpadv weisen einen geringen Grad an Idiomatizität auf59 und e) die präpositionalen Verbpartikel (Vpprp) erweisen sich als basisfähige Komponenten für Ableitungen, hingegen dienen die Vpadv eingeschränkt dazu und f ) bei den Vpadv kann zwar Transitivierung, aber nicht Argumentrestrukturierung stattfinden60. Gemeinsam ist den Verbpartikeln und den im Abschnitt 4. dargestellten Adverbialia ihre mögliche Realisierung ohne einen explizit ausgedrückten Valenzträger, wie z.B. 9.) Die beiden Polizisten mit der Leiche, die andern mit den Apparaten durch die Gartentüre ab und Lässt die Gitter herunter. Hinzu kommt, dass das Zusammentreffen von einer Vpadv mit keine Fortbewegung ausdrückenden Verben ein produktives Muster geworden ist, wie z.B. Möbius starrt zum Fenster hinaus. (52), Der Inspektor pafft vor sich hin, während Möbius die Kog-

53 54

55

56 57 58 59 60

Siehe Johannes Erben, Einführung in die deutsche Wortbildungslehre, Berlin 2000; Wolfgang Fleischer, Irmhild Barz, Wortbildung der deutschen Gegenwartssprache. 2., durchgesehene und ergänzte Auflage, Tübingen 1995. Siehe Anke Lüdeling, On Particle Verbs and Similar Constructions in German, Stanford 2001; Stefan Müller, “Resultativkonstruktionen, Partikelverben und syntaktische vs. Lexikonbasierte Konstruktionen”, in Kerstin Fischer, Anatol Stefanowitsch (Hg.), Konstruktionsgrammatik I. Von der Anwendung zur Theorie, Tübingen 22008, S. 177-202; Barbara Stiebels, Lexikalische Argumente und Adjunkte: Zum semantischen Beitrag von verbalen Präfixen und Partikeln, Berlin 1996. Zu einer lexikographischen kontrastiven Herangehensweise an die Präverbfügungen siehe María José Domínguez Vázquez, “Neue Vorschläge in der Valenzlexikographie am Beispiel des spanisch-deutschen Verbvalenzwörterbuchs”, in: Franz Joseph Berens, Ludwig M. Eichinger, Jacqueline Kubczak (Hg.), Valenz, Dependenz und mehr, Tübingen (im Druck). Vgl. Leena Kolehmainen, Präfix- und Partikelverben im deutsch-finnischen Kontrast, Frankfurt a. M. 2006, S. 58 ff. Schlottauer, Zifonun, (Anm. 52), hier: S. 306. Schlottauer, Zifonun, (Anm. 52), hier: S. 305 Susi Wurmbrand, The Structure(s) of Particle Verbs. Manuskript (März 2000). www.arts.mcgill.ca/programs/ linguistics/faculty/wurmbrand/research/files/structureparticles.pdf. Stand: 22.10.2001, hier S. 10-11. Siehe Andrew McIntyre, German Double Particles as Preverbs: Morphology and Conceptual Semantics, Tübingen 2001 und Jochen Zeller, Particle Verbs and Local Domains, Amsterdam 2001.

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nakflasche und das Glas holt. (13), NEWTON geht zu seiner Zimmertüre, öffnet sie, schaut hinein. (67 f.). Hinsichtlich der syntaktischen Analyse der Vpadv stimme ich Engel61 zu: Die ersten Bestandteile sind hier offensichtlich Direktivergänzungen, die nur auf Grund orthographischer Konvention mit dem Verb zusammengeschrieben werden. Konsequenterweise fassen wir deshalb fortfahren (in der Bedeutung “wegfahren/irgendwohin fahren”, nicht in der Bedeutung “weitermachen”) als Verb mit einer Direktivergänzung auf, entsprechend hierbleiben als Verb mit einer Situativergänzung.”62

Wie aus dem Zitat hervorgeht, wird die vom Verb direktional bzw. lokativ geforderte Valenzstelle durch die Verbpartikel gesättigt. Zweifach gesättigt wird diese Valenzstelle durch die Verbpartikel, die Ergänzung ersten Grades, und durch eine explizierende semantisch ähnliche Phrase, deren Wahl m.E. semantische Kompatibilitätsforderungen und Selektionsbeschränkungen unterliegen. Somit handelt es sich dabei um eine von dem adverbialen Kopf (Ergänzung ersten Grades) abhängige Ergänzung (Ergänzung zweiten Grades), die aufgrund Vorerwähntheit, Erschließbarkeit, kommunikativer Relevanz u.a. weggelassen werden kann.63 Für die Darstellung des komplexen Interaktionsnetzes aller Bestandteile einer Pvfprp und für die Beschreibung der “Inkorporierung durch Ellipse” eignet sich die nachstehende Gegenüberstellung von Verben wie auflegen vs. legen, durchbohren vs. bohren oder überziehen vs. ziehen gut: a.1.) dass er das Tuch auf den Tisch legt a.2.) dass er das Tuch auflegt a.3.) dass er das Tuch auf den Tisch auflegt b.1.) dass er ein Loch durch die Wand bohrt b.2.) dass er ein Loch durchbohrt. b.3.) dass er ein Loch durch die Wand durchbohrt. 61 62

63

Engel (Anm. 35), S. 442. Vgl. dazu Katrin Hess, Verb und Direktivum. Ein Beitrag zum deutsch-spanischen und spanischdeutschen Sprachvergleich, Frankfurt a. M. 2007 und Maria Thurmair, “rüber, rein, rum & co: die r-Partikeln im System der verbalen Wortbildung”, in Eichinger, Meliss, Domínguez Vázquez (Anm. 52), S. 311-336 und Zifonun (Anm. 11). Vgl. Susan Olsen “Verbpartikel oder Adverb?”, in Angelika Redder, Jochen Rehbein (Hg.), Grammatik und mentale Prozesse, Tübingen 1999, S. 223-239; dies., “Komplexe Präpositionalphrase mit postponiertem direktionalem Kopf ”, in Linguistische Berichte 180 (1999), S. 389408, sowie Zifonun (Anm. 11), S. 2087 f.



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c.1.) Sie zieht das Laken über das Bett c.2.) Sie zieht das Laken über. c.3.) Sie überzieht das Bett mit dem Laken

Zu der Feststellung, dass im Gegenteil zu den Pvfadv bei den Pvfprp, wie bei überziehen (c.3.), eine Argumentstrukturierung bzw. Valenzveränderung efolgt, kommt noch, dass bei den Beispielen a.1) gegenüber a.2., b.1) vs. b.2) und c.1. vs. c.2) eine Verringerung des Satzbauplans um eine Stelle stattfindet, somit ist legen dreiwertig, auflegen hingegen zweiwertig.64 Der Klärung dieser Stellenreduktion legt man in der IdS-Grammatik den Begriff der Ellipse, im Konkreten den der Inkorporierung durch Ellipse zugrunde. Weiterhin wird erklärt, dass diese getilgte Stelle semantisch aus dem Kontext erschließbar ist und dass bei Fällen wie a.3. und b.3. eine Direktivergänzung hinzugefügt werden kann.65

6.

Zusammenfassung

Auf der Grundlage valenz- und dependenzausgerichteter Postulate habe ich mich in diesem Beitrag sowohl mit der Absenz von Dependentien als auch mit der des verbalen Valenzträgers sowie mit den möglichen Gründen dazu auseinandergesetzt. Zu diesem Zweck hat es sich aus methodischer Sicht als unentbehrlich herausgestellt, die Begriffe der Weglassbarkeit, der Fakultativität und der Ellipse sauber voneinander zu halten. Aufgrund des Sonderstatus der Subjektergänzung gegenüber anderen subklassenspezifischen Gliedern und angesichts der ihr als weglassbarer Ergänzung wenig geschenkte Aufmerksamkeit habe ich sie zur Veranschaulichung des Nichtvorhandenseins von Dependentien herangezogen. Ein gesondertes Gewicht kommt der Analyse satzwertiger Ausdrücke ohne den verbalen Valenzträger bzw. der von Jacobs genannten verblosen Direktiva zu. Meine Annahme, dass in derartigen Fällen eine Ellipse – der Prozess aber auch ein aus diesem Prozess resultierendes Produkt – vorliegt, beruht auf die festgestellten Bedeutungs- und Formrelationen der vom elidierten Verb eröffneten Leerstellen sowie auf die Anwendung des Folgerungstests. Über die Präverbfügungen, die Interaktion der Ergänzungen ersten und zweiten Grades bei pleonastischen 64 65

Zifonun (Anm. 11), S. 2088. Vgl. Domínguez, Paredes (Anm. 18) und Schlotthauer, Zifonun (Anm. 52).

218

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Konstruktionen und die Inkorporierung durch Ellipse wird ebenfalls diskutiert. Schließlich hat sich die ausgewählte Textsorte, im Konkreten die Szenenanweisungen von Dürrenmatts Die Physiker, als geeignete Grundlage für die Analyse weggelassener, fakultativer und elidierter Ergänzungen erwiesen.

7.

Nachwort für den Gefeierten

Ich gehe nicht von einer These, sondern von einer Geschichte aus (Dürrenmatt). Als Anlass für diese Festschrift hätte ich hier eins von den unzähligen Gesprächen mit Carlos in Erinnerung rufen, oder eine gemeinsame Anekdote unseres Irrenhauses, der Universität, erzählen können, stattdessen habe ich aber über Sprachwissenschaft geschrieben, denn nur damit kann ich Carlos Buján meine Dankbarkeit aussprechen, denn er hat mich auch auf diesem Weg begleitet. Geht man von einer Geschichte aus, muss sie zu Ende gedacht werden (Dürrenmatt). Im Einklang mit Dürrenmats Aussage benötigt Vieles des in diesem Aufsatz Postulierten einer näheren Erörterung, gewiss habe ich absichtlich einiges auf den Kopf gestellt, aber es ging nicht um eine These, sondern um eine Geschichte. Wie in Dürrenmatts Drama ist auch in der Sprachwissenschaft Vieles nicht das, was vorkommen mag. Carlos, zuverlässiger Kollege, gesprächiger Freund, Carlos, compañero y sobre todo amigo, muchas gracias.

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 219-229

‘Tod’ como red de isotopías semánticas en Der Besuch der alten Dame y en su primera traducción española1 mª i. teresa zurdo ruiz-ayúcar

Madrid

El teatro contemporáneo en lengua alemana y especialmente la obra de Friedrich Dürrenmatt ocupan un lugar destacado en la dilatada trayectoria docente e investigadora del profesor Carlos Buján. Por ello he considerado oportuno proyectar hacia el autor suizo mi contribución al merecido homenaje que se le ofrece con motivo de su jubilación, concretamente hacia la red de isotopías semánticas que textualizan el tema de la muerte de Alfred Ill en Der Besuch der alten Dame. Sin embargo, el objetivo de mi trabajo no se limita a identificar y aislar las unidades lingüísticas que “pueden interpretarse como indicaciones o dicho más exactamente: como pasos indicativos de una instrucción de sentido”2, sino que pretendo, además, comprobar hasta qué punto el proceso de traducción al español afecta tanto al nivel de la realización lingüística o, en términos de Fleischer / Michel / Starke a la “formulative Textebene”3 como a las relaciones estructurales de la red de isotopías.4 1 2 3 4

Para el alemán: Friedrich Dürrenmatt, Der Besuch der alten Dame, Zürich (Arche) 19648; para el español: La visita de la vieja dama, versión de Fernando Díaz-Plaja, Madrid (Alfil) 1965. Weinrich, Harald, Lenguaje en textos, Madrid (Gredos) 1982, pág. 17. Wolfgang Fleischer, Georg Michel, Günter Starke, Stilistik der deutschen Gegenwartssprache, Frankfurt et al. (Peter Lang) 1993, pág. 15. Sobre el concepto de isotopía cf., entre otros, Algirdas Julius Greimas, Sémantique structurale, Paris (Larousse) 1966, págs. 69-102; José María Pozuelo Yvancos, Teoría del lenguaje literario, Madrid (Cátedra) 1988, págs. 205-213; Umberto Eco, Lector in fabula, Barcelona (Lumen)

220

1.

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

Rasgos formales y estructurales del haz de isotopías para ‘Tod’

El mecanismo que permite identificar la red de isotopías semánticas para el concepto { Tod} consiste, esencialmente, en la localización de los segmentos de enunciado o en el “aislamiento de los rasgos lingüísticos”5 que en virtud de su afinidad semántica y por su recurrencia permiten trazar “una línea de conexión semántica, una secuencia, una coherencia, un proyecto de lectura”.6 Por consiguiente, para llegar al fin que me he propuesto es preciso, por un lado, averiguar qué signos lingüísticos del texto de Dürrenmatt se pueden relacionar con el concepto { Tod} , bien en función de su significado nuclear o como consecuencia de la actualización de “semas contextuales”.7 Por otro lado, partiendo de la premisa comúnmente aceptada de que, además de la correferencia, la recurrencia es otro de los factores esenciales en la configuración de las isotopías,8 es evidente que el criterio de la aparición reiterada en el conjunto de la obra ha sido determinante para la sistematización del material seleccionado. En Der Besuch der alten Dame se puede comprobar que la verbalización del concepto { Tod} es el resultado de la interacción de cuatro isotopías periféricas con la isotopía nuclear marcada por el sema { Ende des Lebens}: ‘Angst’, ‘Drohung’, ‘Jagd’ y ‘Rechtsanspruch’. La referencia a las cuatro isotopías complementarias podría parecer inadecuada, habida cuenta la discordancia semántica con respecto a la isotopía nuclear. No obstante, es preciso tener presente “dass [...] das für eine bereits konstituierte Isotopieebene entscheidende Merkmal auch Lexemen zugeordnet wird, denen es, in isolierter Betrachtung der entsprechenden Lexeme, nicht zukommen würde”.9

1.1. El “eje vertebrador de la red de isotopías”,10 el más representativo en cuanto a sus dimensiones y a su diversificación, está constituido por el conjunto de significantes que comparten el significado primario de Ende des Lebens:11

5 6 7 8 9 10 11

19933, págs. 131-144; Angelika Linke, Markus Nussbaumer, “Rekurrenz” en: Klaus Brinkmann, Gerd Antos, Wolfgang Heinemann, Sven F. Sager (eds.) Text- und Gesprächslinguistik, Band I, Berlin/New York (W. de Gruyter) 2000, págs. 305-315. William G. Hendricks, Semiología del discurso literario, Madrid (Cátedra) 1976, pág. 71. José María Pozuelo Yvancos (nota 4), aquí pág. 297. Íbid., pág. 208. Angelika Linke, Markus Nussbaumer (nota 4), págs. 310–312. Íbid., pág. 311. José María Pozuelo Yvancos (nota 4), pág. 207. Deutsches Universalwörterbuch, Mannheim et al. (Dudenverlag) 19963, s/v ‘Tod’.



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a) Sustantivos12 – Tod: (mit meinem Tod (II 54); Ich... spürte... den Tod näher kriechen. (III 82); Ihr habt mich schon zum Tode verurteilt. (II 54)13 En Auf Tod und Leben. (III 72) la inversión del orden de los componentes de la locución resulta particularmente significativa porque tematiza la función dominante del componente {Tod} en esta obra de Dürrenmatt. – Toter: Ein Toter bei einem Götzenbild aus Stein (III 88) – Sterbender: Pflegen Sie Sterbende zu trösten? (I 20) – Mord: Anstiftung zum Mord. (II 47); Güllen für einen Mord (III 69) – Mörder: [Diese Weiber] Tun gerade, als ob wir die reinsten Mörder wären! (III 71); Ich fühle, wie ich... zu einem Mörder werde. (III 78) – Ermordung: Die Stadt bereitet sich auf das Fest meiner Ermordung vor (II 56) – Leiche: Konjunktur für eine Leiche. (III 69) – Leichnam: Roby und Toby tragen den Leichnam hinaus (III 97) – Totenschein: Verfertigen Sie die Totenscheine? (I 29) b) Verbos: – töten: wenn jemand Alfred Ill tötet. (I 35); Man wird Sie töten. (III 78)14 – umbringen: Bin nicht umzubringen. (I 28) – sterben: Oh, ist er gestorben? (III 66) – umkommen: Kommt jemand um? (I 29) – mit dem eigenen Leben Schluß machen: Es wäre doch nun eigentlich Ihre Pflicht, mit Ihrem Leben Schluß zu machen. (III 81) c) Adjetivos: – tot: ein toter Geliebter in meiner Erinnerung (III 88); Tot aus Freude (III 97) En ocasiones el “contexto verbal inmediato”15 contribuye a neutralizar total o parcialmente la interpretación literal del término, como ocurre en el caso de los 12 13 14 15

En los ejemplos se indica el acto de la obra en números romanos y la página de la edición en arábigos. También en el acto I pág. 21, en el acto III pág. 88 y en la variante zum elektrischen Stuhl verurteilt acto I pág. 21. También en el acto II págs. 46, 49, 54 y 58; en el acto III págs. 70 y 62. Eugenio Coseriu, “Determinación y entorno”, en Teoría del lenguaje y lingüística general, Madrid (Gredos) 1962, págs. 282-323, aquí pág. 314.

222

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

compuestos Todsicher (II 43) o Totenstille (I 32, III 90), pero no por ello dejan de ser manifestaciones válidas de recurrencia léxica. Semánticamente afines con los anteriores y, por tanto, integrantes de la isotopía nuclear son los lexemas Sarg (I 21)16, Beeerdigung (II 39), Trauermarsch (II 57) y por actualización contextual Kränze, Blumen (II 39)17. Relación tangencial, derivada asimismo de actualización contextual, presentan Herzinfarkt (I 29) y Herzschlag (III 97) que, por otra parte, vienen a ratificar “la constancia de un trayecto de sentido” en el texto, puesto que desempeñan la función de apertura y cierre de la red de isotopías. También me apoyo en la actualización contextual para justificar la inclusión del siguiente enunciado en esta isotopía, considerablemente más alejado del sema dominante en cuanto a su significado tanto literal como fraseológico: – Mit unseren Idealen müssen wir nun eben Ernst machen, blutigen Ernst. (III 91) La locución ‘[mit etw.] Ernst machen’ hace referencia a “etwas verwirklichen, in die Tat umsetzen”18. La adición del adjetivo blutig (“mit Blutvergießen verbunden”)19 al sustantivo Ernst y el contexto situacional de que forma parte la unidad fraseológica –el alegato del maestro a favor del asesinato de Alfred Ill– aportan la información necesaria para percibir la convergencia semántica de la unidad fraseológica con el resto de los elementos que forman la cadena isotópica nuclear.

1.2. Las cuatro isotopías periféricas son considerablemente menos densas que la nuclear, y la correferencia se puede establecer, en todos los casos, por la actualización de semas contextuales, es decir, de la posibilidad de “weite Koreferenz der Semantik einzelner Wörter anzulasten und auf diese Weise textuelle Beziehungen semantisch zu erklären”.20 Esta perspectiva “permite [...] el trazado de conexiones subyacentes entre los sememas de un texto”21 y justifica la “lectura isotópica”22 de las unidades lingüísticas identificadas, respectivamente, por los rasgos { Angst}, { Drohung}, { Jagd} y { Rechtsanspruch}: 16 17 18 19 20 21 22

En el acto I se repite en pág. 21 y además aparece dos veces más en la pág. 22; en el acto II: págs. 39 y 53 En el acto III: dos veces en la pág. 88 y una en la pág. 97. Se encuentra en los actos II y III: Redewendungen. Wörterbuch der deutschen Idiomatik, Mannheim (Dudenverlag) 20022, s/v ‘Ernst’. Duden Universalwörterbuch (nota 11), s/v ‘blutig’ b. Angelika Linke, Markus Nussbaumer (nota 4), pág. 311. José María Pozuelo Yvancos (nota 4), pág. 208. Íbid.



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a) { Angst} – Ich fürchte mich (II 51)23 – ich krepiere vor Entsetzen. (II 56) – Ihre Furcht ist einfach lächerlich. (II 60); Deine Furcht ist einfach. lächerlich (III 79) b) { Drohung} – Der Vorschlag bedroht mich (II 47)24 – Ich drohe Ihnen nicht Ill, Sie drohen uns. (III 81) – Ich bin froh, eine offene Drohung zu hören. (III 81) – Für meinen Kopf ist eine Milliarde geboten (II 52) – Ich bin verloren! (II 61) c) { Jagd} Es la isotopía periférica más nutrida y más diversificada. Junto a referencias explícitas, como: – Mich jagt ihr, mich. (II 50) – Der schwarze Panther. Muß ihn jagen. (II 50) – Raubtierjagd. (II 51), se encuentran expresiones indirectas, por ejemplo – Schonzeit (I 25) o los tipos de armas que aparecen predominantemente en las acotaciones: – beginnt das Gewehr zu laden (II 49); ... sie hätten das Gewehr gar nicht nötig. (III 81)25 – Ill... blickt auf den Revolver (II 50) – wie Sie ein Beil verkaufen. (III 75) – das Mordinstrument... Ihr Kunde nimmt das Beil. (III 75) d) { Rechtsanspruch} – Mit dem Jüngsten Gericht (I 17) – Klara liebte Gerechtigkeit (I 13); und kaufe mir dafür die Gerechtigkeit. (I 32); – Sie will für ihre Milliarde Gerechtigkeit (III 90) – Gerechtigkeitsliebe (I 13 y 31) 23 24 25

Dos veces en la pág. 51; también dos veces en el acto II pág. 55 y en el acto III pág. 96. Repetido en la misma página; también en el acto II en págs. 49 y 53. Gewehr en el acto II dos veces en la pág. 49 y tres en la pág. 55, también en el acto II págs. 51, 54 y 56; en el acto III dos veces en pág. 81.

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la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

– Ihr müßt nun meine Richter sein. (III 82) – Ich unterwerfe mich eurem Urteil, wie es nun auch ausfalle (III 82) – klagte Sie, Herr Ill, an, der Vater ihres Kindes zu sein. (I 33) – Wir haben falsch geschworen, wir haben falsch geschworen. (I 34) – Man wird mich zum Tode verurteilen. (III 88) – Die Todesstrafe ist abgeschafft (I 21)

1.3. La identificación de los componentes de la red de isotopías que se va configurando a lo largo de toda la trama en Der Besuch der alten Dame pone de manifiesto los rasgos lingüísticos de la estructura interna de cada una de las piezas que directa o indirectamente hacen referencia al concepto {Tod}. La distribución de los significantes en la obra de Dürrenmatt contribuye decisivamente para determinar las circunstancias en que se produce la actualización de semas contextuales en el caso de las isotopías periféricas y el grado de afinidad entre ellas y la isotopía nuclear. La única cadena isotópica complementaria que se localiza en los tres actos de la obra es {Rechtsanspruch}, si bien la mayoría de los testimonios se concentran en el acto I. Esta isotopía destaca con respecto a las demás por la particularidad de que el lexema ‘Tod’ está explícito en dos de sus miembros. Se trata de Todesstrafe, en que funciona como primer formativo del compuesto, y de la colocación zum Tode verurteilen, en que lo hace como complemento actancial preposicional. Mayor interés tiene el ‘onymischer Phraseologismus’26 de la secuencia Mit dem Jüngsten Gericht no solo por ser el elemento introductor de la red de isotopías, sino sobre todo por su contenido semántico en el que convergen el sema nuclear {Ende des Lebens} y el sema propio de esta isotopía periférica. La convergencia de ambos rasgos opera como generadora de un “trayecto de sentido”27 al producirse la desambiguación de la unidad fraseológica. De las tres isotopías periféricas restantes {Angst} y {Drohung} sólo se localizan en los actos II y III, mientras que { Jagd} se inicia en el acto I con Schonzeit (25), el único eslabón de la cadena en este acto, y se desarrolla en el acto II.

26 27

En términos de Harald Burger, Phraseologie. Eine Einführung am Beispiel des Deutschen, Berlín (Erich Schmidt) 1998, pág. 46. Umberto Eco (nota 4), pág. 144.



2.

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225

Efectos de la recodificación en la primera versión española28

El segundo objetivo que me propongo alcanzar consiste en averiguar de qué manera y hasta qué punto se mantiene o se ve alterada en la traducción de Fernando Díaz-Plaja la red de isotopías semánticas identificada en el texto alemán. En este caso se adopta como concepto {muerte} y como sema nuclear {cese de la vida} con el que convergen cuatro isotopías periféricas marcadas por los semas {temor}, {amenaza}, {cacería} y {justicia}. Desde el punto de vista del nivel de la realización lingüística, el conjunto que forman los significantes marcados por el rasgo {cese de la vida} son los siguientes: a) Sustantivos: – muerte: con mi muerte (II 44)29 – defunción: ¿Extiende usted partidas de defunción, doctor? (I 25) – moribundos: ¿Consuela usted a los moribundos? (I 19) – asesinato una instigación al asesinato (II 38)30 – asesino: [Esas comadres.] Se portan como si todos fuéramos unos asesinos. (III 57)31 – cadáver: El bienestar, a cambio de un cadáver. (III 54) b) Verbos: – morir: Tan seguro como que tenemos que morir. (II 35)32 – matar: pero a mí no hay quien me mate. (I 25)33 – ejecutar: me ejecutarán. (III 72) 28

29 30 31 32 33

En 1965 Fernando Díaz Plaja (nota 1) publicó La visita de la vieja dama en una colección dedicada exclusivamente a obras teatrales, aunque había sido realizada algunos años antes. En la pág. 7 se puede leer: “Esta obra se estrenó en el teatro Español de Madrid el 12 de octubre de 1959, bajo la dirección de José Tamayo”. A continuación figura el elenco de personajes y los correspondientes actores. Esta versión española termina con la entrega del cheque al alcalde de Güllen, pero se ha omitido el epílogo, a diferencia de la realizada por Juan José del Solar, Friedrich Dürrenmatt: La visita de la vieja dama. Una comedia trágica. Nueva versión 1980, Barcelona (Tusquets) 1980. Considero necesario poner de manifiesto que en este trabajo no pretendo abordar cuestiones relacionadas con el procedimiento de traducción, que no son aquí pertinentes. También en el acto III pág. 67 y en págs. 72 y 74. También en el acto III págs. 45 y 54. También en el acto III pág. 63. También en el acto I pág. 25 y en el acto III págs. 52, 72, 73. Dos veces en el acto I pág. 25; también en el acto I pág. 30; en el acto II págs. 37, 40, 43 y 77; en el acto III págs. 55, 63, 67.

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la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

– acabar con la propia vida: Lo lógico sería que usted, [...], acabase con su propia vida. (III 66)

c) Adjetivo: – muerto: Muerto de alegría. (III 79); un amado muerto (III 73) Por afinidad semántica se integran en esta isotopía ataúd (I 20)34 y por actualización contextual coronas (II 31 y III 72), coronas de flores (31), crisantemos, rosas (III 72), ataque cardíaco (I 26 y III 79). Por lo que se refiere a las isotopías periféricas se encuentra para {temor}: – Tengo miedo (II 42)35 – yo me ahogo de terror. (III 45) – Su temor es ridículo; realmente ridículo. (II 49 y III 64) – ¡Estoy perdido! (II 49) Para {amenaza}: – La propuesta me amenaza (II 38)36 – Me alegra escuchar una amenaza tan clara y abierta. (III 66) – Han ofrecido mil millones por mi cabeza. (II 42) Para {cacería}: – A mí es a quien queréis cazar, a mí (II 40) – La pantera negra se ha escapado y tengo que ir a cazarla. (II 40) – Caza mayor (II 41) y para tipos de armas: – He convocado a los hombres que poseen armas. (II 41) – (Cargando el revólver) (II 40) – con fusil en bandolera (II 44) – No se preocupe por la escopeta (II 44) – vendiendo un hacha. (III 61)37 Para {justicia}: – Clara adoraba la Justicia (I 13) – Con esos millones quiero comprar Justicia. (I 28) – Tenéis que ser vosotros los jueces (III 67) – yo me someto a la sentencia, sea cual sea. (III 67) 34 35 36 37

Cinco veces en pág. 20; también en el acto II págs. 31 y 43; en el acto III dos veces en la pág. 72 y pág. 80. También en el acto II pág. 44 y en el III pág. 78. También en el acto II págs. 40 y 43; en el acto III pág. 66. Tres veces en esta página.



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– le demandó a usted, señor Till, como padre del hijo que esperaba (I 29) – Declaramos en falso (I 29) – los sentenciados a muerte (II 21); condenados a muerte (I 20) – Me condenarán a muerte. (III 72) – La pena de muerte está abolida (I 19)

3.

Conclusión

227

Los efectos de la recodificación en el plano de la expresión lingüística y en la estructura de la red de isotopías se reflejan con claridad en los cuadros siguientes: ISOTOPÍA NUCLEAR

ACTO I

ACTO II

ACTO III

Tod, Sterbende Tod, Mord, umkommen, töten, töten5 umbringen3

Tod2, Mord, Toter, Tot, Mord, Mörder2, Leiche, Leichnam, tot, sterben2, töten5, mit dem eigenen Leben Schluß machen, Auf Tod und Leben

‘Tod’ Sarg4

Sarg3, Kränze, Chrisanthemen, Rosen



Beerdigung, Sarg2, Kränze2, Blumen

Herzinfarkt (29), Trauermarsch 2 Todsicher2 Todesstrafe , Totenscheine Totenstille4.

Herzschlag (99) Totenstille 90; blutiger Ernst, aus der Matthäus-Passion

doctor; moribundos muerte, asesinato2; asesino; morir, matar3 morir; matar4

muerte, muerto2; asesino2; asesinato, cadáver acabar con la propia vida; matar4; ejecutar

‘muerte’ ataúd4

ataúd2, coronas, los crisantemos y las rosas.



ataúd2, coronas de flores; coronas

partidas de defunción2; ataque cardíaco

silencio de muerte; ataque cardíaco

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la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

ISOTOPÍAS PERIFÉRICAS ACTO I

ACTO II

Angst’ ‘temor’

Furcht Furcht fürchten4, fürchten vor Entsetzen krepieren Ich bin verloren! miedo; terror; temor temor; miedo ¡Estoy perdido!

‘Drohung’ bedrohen4, Für meinen Kopf ist eine Milliarde geboten ‘amenaza’ amenazar3; Han ofrecido mil millones por mi cabeza Schonzeit ‘Jagd’ ‘cacería’ ‘Rechtsanspruch’ ‘Justicia’

Raubtierjagd jagen3 Gewehr8, Revolver2 caza mayor cazar2; perseguir como a una bestia salvaje armas; revólver4, fusil2; escopeta3

Gerechtigkeit, Gerechtigkeitsliebe anklagen, falsch schwören2, zum Tode zum Tode2 / elektrischen Stuhl verurteilen verurteilen Todesstrafe2 Jüngstes Gericht Justicia. demandar; declarar en falso condenar/ sentenciar a muerte2

ACTO III

offene Drohung drohen2 nun bist du verloren amenaza; amenazar2; estás perdido

Gewehr2, Beil, Mordinstrument

escopeta2; hacha.2

Richter, Urteil

zum Tode verurteilen

Justicia2 jueces, sentencia condenar a muerte



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La consideración de los datos de las tablas permite comprobar que la estructura de la red de isotopías no experimenta modificaciones, puesto que también en el texto español se pueden diseñar las líneas de conexión semántica en los mismos términos señalados para el alemán, incluso en lo que respecta a la distribución de cada una de las isotopías en el desarrollo de la obra. La discrepancia se manifiesta en los recursos que se activan para la verbalización de los componentes integrantes de las respectivas cadenas isotópicas. Es evidente que en el texto alemán las trayectorias están definidas por líneas más densas que en el texto español y que la omisión de alguna de las unidades léxicas o la propuesta de traducción adoptada redundan en detrimento de la cohesión del “trayecto de sentido”.38 Así ocurre, por ejemplo, con la disminución de las ocurrencias de ‘muerte’, especialmente relevante en el caso de la locución modificada Auf Tod und Leben (III 72, esp. III 57) o con la propuesta para Mordinstrument (III 71, esp. III 61). Pero, sin duda, el efecto más negativo deriva de la sustitución de Mit dem Jüngsten Gericht (I 17, esp. I 17) por puntos suspensivos, eliminando así lo que se puede interpretar como una “instrucción macro-lingüística de expectativas”.39

38 39

Umberto Eco (nota 4), pág. 144. Harald Weinrich (nota 2), pág. 17.

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 231-246

Das Attribut Begriff und Ungereimtheiten

ulrich engel

Heppenheim

Wer Sprachbenutzer fragt: “Was ist ein Attribut?”, der wird wahrscheinlich verlegene Antworten und vereinzelte Beispiele bekommen. Dabei haben sie es ja in der Grundschule gelernt, auch heute noch die meisten jedenfalls. Da herrscht noch weitgehend die viel verpönte “traditionelle Grammatik”. Wie die ursprünglich aussah, kann man trefflich in Otto Baslers Duden-Grammatik, erschienen 1935, nachlesen. Da werden auf 10 (von insgesamt 357) Textseiten die “Beifügungen (Attribute)” behandelt. Es handelt sich dabei um “nähere Bestimmungen zu einem Hauptwort” (S. 201). Man muss sich an der theutonisierenden Terminologie nicht allzu sehr stoßen: Es gibt eine uns heute wohlvertraute lateinische Parallelterminologie. Wer guten Willens, mindestens aber tolerant ist, wird es verstehen. Wir verstehen also: Zu anderen Wörtern als zu Substantiven gibt es hier keine “Beifügungen”. Und im Jahr 2010 erklärt das Institut für deutsche Sprache in seinem Informationssystem “Gr@mmis”1: Als Attribute werden unterschiedliche sprachliche Ausdrücke bezeichnet, die als Erweiterungen des lexikalischen Kopfes von Nominalphrasen fungieren.2

1 2

Gr@mmis ist im Internet ohne Weiteres zugänglich. Erstaunlicherweise führt auch die dreibändige IDS-Grammatik von 1997 Attribute nur für Nominalphrasen an. Natürlich gibt es auch Erweiterungen zu anderen Wortklassen; aber sie laufen nicht unter dem Stichwort “Attribut”.

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la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

Also keine Änderung in 75 Jahren? Der heutige Zustand wird in Hadumod Bußmanns auch hier sorgsam recherchiertem “Lexikon der Sprachwissenschaft” deutlich. Hier heißt es, das Attribut sei eine “nicht selbstständige nähere Bestimmung von nominalen Satzgliedern”3. Wer aber schließt, dass es nach diesem Standardwerk nur Attribute zum Nomen gebe, wird korrigiert durch den Hinweis “in neueren Grammatiken [werde “Attribut”] als Bezeichnung für Beifügungen zu jeder syntaktischen Kategorie im Satz (mit Ausnahme des Verbs) verwendet”.4 Es wird nicht gesagt (und sollte hier auch nicht gesagt werden), ob diese “neueren Grammatiken” nun recht haben, oder ob man den älteren Grammatiken (und letzten Endes womöglich wieder der alten Schulgrammatik) folgen solle. Wir haben also eine beträchtliche Bandbreite von Auffassungen. Die Frage, was ein Attribut ist, lässt sich auch, wenn man heute gängige Grammatiken befragt, nur schwer beantworten. Versuchen will ich es trotzdem. Eine extreme Einstellung vertreten Gerhard Helbig und Joachim Buscha in ihrer Grammatik, die nicht nur in den einstmals sozialistischen Ländern für den Unterricht in Deutsch als Fremdsprache grundlegend war, sondern die auch im Westen zahllose Nutzer hatte und noch hat5. Zwar findet man in der Grammatik von Helbig und Buscha nur eine wenig brauchbare Definition – das Attribut sei “kein selbständiges Satzglied, sondern immer nur Gliedteil” (S. 492)6, was weitere Fragen zu dem hier verwendeten Satzgliedbegriff aufwirft. Und auch eine Art semantischer Definitionsansatz – das Attribut sei “grundsätzlich eine potenzielle Prädikation”, was einem Logiker Bauchschmerzen verursachen dürfte – führt uns nicht weiter, weil er zu unspezifisch ist. Aber Helbig und Buscha geben dann wichtige Details zu den möglichen Formen des Attributs, die so ziemlich alles umfassen, was man heute zu den Attributen des Nomens zu rechnen pflegt, auch Appositionen und andere “appositionsverdächtige” Phänomene. Damit lässt sich leben, auch wenn es offenbar nur Attribute zum Nomen gibt. So offen und anschaulich sind nicht alle Grammatikschreiber. In Weinrichs Textgrammatik7 gäbe es, hielte man sich an das Register, überhaupt keine 3 4 5 6 7

Hadumod Bußmann, Lexikon der Sprachwissenschaft, 3. Aufl., Stuttgart 2002, S. 103. Bußmann (Anm. 3). Gerhard Helbig, Joachim Buscha, Deutsche Grammatik. Ein Handbuch für den Ausländerunterricht. München 2001. Seit der Langenscheidt Verlag die Auflagen dieses wichtigen Buches nicht mehr nummeriert, zitiere ich, weil mir die Zeit fehlt, etwaigen Änderungen nachzuspüren, nach der Ausgabe von 2001. Harald Weinrich, Textgrammatik der deutschen Sprache, 4. Aufl., Hildesheim 2007.



ulrich engel Das Attribut



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Attribute. Es gibt sie aber dann doch, man liest (S. 355): “Alle Determinanten eines Nomens bezeichnet man als Attribute.” Sie werden dann auch auf 10 Seiten beschrieben; unter ihnen erscheint auch die Apposition. Zu anderen “Köpfen” als den Nomina gibt es offenbar auch nach dieser Grammatik keine Attribute. Die Duden-Grammatik8 bezeichnet die Attribute als “Gliedteile” und bezieht auch Nebensätze ein. Im Register liest man: “Gliedteil als Bestandteil einer Nominalphrase”.9Sie steht damit der Helbig/Buscha-Grammatik nahe. Im Ganzen scheint es jedoch, als gelte hinsichtlich der Attribute: Quot auctores, tot sententiae. Man weiß, dass es da etwas gibt, was irgendwie zu einem anderen Element gehört. Und die meisten wohl glauben zu wissen, dass dieses andere Element ein Nomen (eventuell alternativ ein Pronomen) ist. Man glaubt, sich einigermaßen einig zu sein. Man macht kein Problem daraus, wozu auch? Es gibt viele Monographien zu speziellen Attributen, aber es gibt keine Grammatik des Attributs, man braucht auch keine. Was nun?

Ein Definitionsvorschlag Wer Grammatiken kritisiert, muss offenlegen, was er unter einem Attribut versteht. Und er muss eine Erklärung bieten, die er jedem zumuten kann, nein: die er für die beste mögliche hält. Wir wissen genau: Aus einer einzigen Grammatikkonzeption heraus ist es immer leicht, eindeutige Erklärungen zu geben, auch: eindeutige Grundbegriffe zu liefern. Aber nur wenn diese theoretisch anders Orientierten ebenso zumutbar sind, haben sie Chancen auf Zustimmung. Und dann soll man sie auch propagieren. Wer zu viele Alternativen bestehen lässt, hindert mehr, als er hilft, verwirrt mehr, als er informieren will. Die dependentielle Verbgrammatik (DVG)10 stellt grammatische Strukturen in der Vertikalen dar. Dabei arbeitet sie im Wesentlichen mit “terminalen Elementen”, also den Wörtern; höhere Strukturen kommen nur ausnahmsweise vor. Zusammengehöriges bildet einen Verbund, der einen internen Kopf be8 9 10

Duden. Die Grammatik (=der Duden in 12 Bänden, Band 4), 7. Aufl. Mannheim, Leipzig, Wien, Zürich 2005. Ebda. S. 1260. Zur dependenziellen Verbgrammatik grundlegend Ulrich Engel, Syntax der deutschen Gegenwartssprache, 4. Aufl., Berlin 2009, sowie ders.: Deutsche Grammatik. Neubearbeitung, 2. Aufl., München 2009.

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sitzt; von diesem Kopf hängen die Satelliten ab. Man kann das im Diagramm darstellen11: Nom Leute

 Adj alte Leute ist der nominale Kopf, alte der adjektivale Satellit. Und Entsprechendes lässt sich bei anderen nichtverbalen Wortklassen darstellen, so beim Adjektiv (eifersüchtig auf Elena, dem Zeugen dankbar), dem Adverb (ziemlich oft, sehr bald) usw. Als Köpfe können Elemente fast aller Wortklassen fungieren. Und wenn wir nun festlegen, dass die Satelliten von Verben Satzglieder sind, die Satelliten sämtlicher übrigen Wortklassen aber Attribute, dann haben wir einen Attributbegriff, der heute schon vielfach praktiziert, aber keineswegs in der linguistischen Landschaft fest installiert ist. Dieser Attributbegriff soll hiermit installiert werden. Natürlich könnte jetzt jemand hergehen und sagen, das sei doch bloß Spiegelfechterei oder eine Art von Sandkastenspielerei, weil die DVG ihre Dependenzen eben so festlege, dass sie das Behauptete unterstützen; konkret: Das Nomen wird oben, das Adjektiv unten eingesetzt, damit man dessen Attributcharakter erkennen kann. Aber die Anordnung der Knoten im Diagramm geschieht nicht ad libitum, hier hat Willkür keinen Raum. Die Relationen in der DVG spiegeln Vorkommensbedingungen wider: Erscheint ein Element A, so wird mit zu spezifizierender Sicherheit auch ein Element B erscheinen. In solchen Fällen setzen wir A als Regens, B als sein unmittelbares Dependens bzw. seinen unmittelbaren Satelliten.12 Entscheidungen müssen nur in den vergleichsweise weni11 12

Die DVG arbeitet mit Diagrammen, die auf den Vorschlägen Lucien Tesnières beruhen, aber in verschiedener Hinsicht weiter entwickelt wurden. Dependens und Satellit unterscheiden sich folgendermaßen: Dependens kann immer nur ein einfaches Element, gewöhnlich ein Wort sein. Dieses Wort kann seinerseits Dependentien haben usf. Für die Bezeichnung einer gesamten Konstruktion, die alle unmittelbaren und mittelbaren Dependentien eines Wortes umfasst, wurde der Terminus “Satellit” festgelegt.



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gen Fällen getroffen werden, in denen die Elemente A und B sich gegenseitig bedingen (manche Grammatiker sprechen dann von “Interdependenz”). Damit also haben wir einen Begriff des Attributs, der auch in andere Grammatiktheorien einfügbar ist (denn er passt ebenso gut in Phrasenstrukturgrammatiken und Konstruktionsgrammatiken wie in die bekannten “traditionellen” Beschreibungen) und der dem Begriffswirrwarr ein Ende setzen könnte. Wir haben damit ein Problem gelöst. Es bleiben andere.

Satelliten des Nomens Es bleibt vor allem die Frage, was denn nun als Attribut wozu zu gelten habe. Über diese Frage ist bisher weit weniger nachgedacht worden. Jedes Kind – wenn es denn eine anständige Grundschule besucht hat – weiß, dass alte ein Attribut zum Nomen Leute (in der Wortgruppe alte Leute) ist. Aber man gerät schnell in Grenzbereiche, wo Selbstverständlichkeiten eben nicht mehr gelten, wo Vagabunden eine Heimstatt suchen, wo nicht mehr so klar ist, wer wofür zuständig ist. Das lässt sich allenthalben zeigen. Unsere Frage lautet, bewusst verengt auf die Nominalphrase: Welche Satelliten kann das Nomen regieren? Mit Antworten wird man schnell bei der Hand sein. Satelliten sind demnach im “linken Feld” die Artikel und andere Determinative, die Adjektive, die häufig so genannten “engeren Appositionen”, die in der DVG als Nomina invariantia und Nomina variantia kategorisiert sind; im “rechten Feld” sind es nominale Phrasen in speziellem Kasus (meist Genitiv), Präpositionalphrasen, wiederum Nomina invariantia und variantia, direktive, expansive und nominale Attribute, verbative Attribute, qualitative, situative und komitative Attribute, Relativsätze und die sogenannten “lockeren Appositionen”, denen wir als einzigen Elementen den Namen “Apposition” zuerkennen.13 Je einen Beleg für alle aufgeführten Kategorien enthalten die folgenden Beispiele:14 13

14

Zu Einzelheiten s. Ulrich Engel, “Die Apposition”, in: Gisela Zifonun (Hg.): Vor-Sätze zu einer neuen deutschen Grammatik (=Forschungsberichte des IDS, Band 63), Tübingen 1986, S. 184-205. In dieser Studie wird gezeigt, dass zwischen den “engeren” und den “lockeren” Appositionen so gut wie keine Gemeinsamkeiten bestehen, dass es also unsinnig wäre, sie in einer syntaktischen Kategorie zusammenzufassen. Es wird ferner gezeigt, dass es auch Appositionen zu nichtnominalen Wortklassen gibt. S. dazu auch Engel, Deutsche Grammatik 2009 (s. Anm. 10), S. 286 f.

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die Kollegen alte Leute Meister Honold Herr Müller das Haus des Tanzlehrers die Hoffnung auf Frieden der Lehrer Maier Friedrich der Zweite der Weg nach Kammerstadt eine Höhe von drei Metern Hermann als Vorsitzender der Wille, alles recht zu machen die Dame im roten Kleid die Taube auf dem Dach ein Kind ohne Fahrkarte der Ast, der über die Terrasse reicht mein Freund, der Imker, ...

Geklärt ist damit keineswegs alles. Man muss nun fragen, welche Elemente außer den oben genannten einen nominalen Kopf voraussetzen könnten. Da kommen zwei in Frage, die normalerweise nicht als Satelliten des Nomens gehandelt werden: das Adjunkt und der possessive Dativ. Außerdem muss hier gefragt werden, was man eigentlich unter einem Relativsatz zu verstehen hat. Auch darüber, obwohl Relativsätze zu unseren Alltagswerkzeugen gehören, herrscht keineswegs Konsens.

Adjunkte Der Prototyp des Adjunkts findet sich in dem Satz Sie kam lächelnd die Treppe herab.

Hier kann das Partizip I lächelnd ohne weiteres durch ein ursprüngliches Adjektiv (fröhlich) oder ein Partizip II (niedergeschlagen) ersetzt werden. Gemeinsam ist allen drei Lexemen, dass sie sich auf die Subjektsgröße beziehen, dass sie diese Größe qualifizieren. In anderen Beispielen wie Wir haben ihn Hilfe suchend vor einer Wurstbude gefunden.

bezieht sich das Partizip suchend, genauer: die Partizipialphrase Hilfe suchend auf die Akkusativgröße.



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Wegen dieses Bezugs, der eine Zuordnung voraussetzt, nenne ich diese Phänomene “Adjunkte”. Mir ist durchaus bekannt, dass in manchen neueren Strömungen der Grammatik dieser Terminus in ganz anderer Bedeutung verwendet wird.15 Da die betreffenden Kategorien jedoch in der DVG auf eigene Weise benannt sind, nehme ich mir die Freiheit, Adjektive, Partizipien u.a., die in den geschilderten Bezügen stehen, eben als ad-jungierte Wörter, somit als Ad-junkte zu bezeichnen. In den Grammatiken finden sich die Adjunkte nicht oder an kaum auffindbarer Stelle behandelt. Bei Helbig/Buscha erscheint ein Teil von ihnen als “freie Partizip-Verbindungen” (a.a.O. S. 108f.). Manchmal werden sie auch als Adverbien bezeichnet, wobei die angeblich ad-verbale Beziehung den Ausschlag gibt, so als ob in Sie kam lächelnd die Treppe herab nicht die betreffende weibliche Person, sondern eben das Herab-kommen lächelnd erfolgen soll. Eine solche adverbale Zuordnung mag in manchen Fällen gerechtfertigt sein; in der großen Mehrzahl der Fälle ist sie es nicht. Dependenz als Vorkommensbeziehung: Hier bedarf es offensichtlich einer Größe16, auf die sich das Adjunkt bezieht. Die Phrase, durch die diese Größe benannt wird, ist also Vorkommensbedingung für das Adjunkt. Und diese Phrase ist in allen Fällen eine Nominal- oder eine Pronominalphrase. Wo die Größe also durch ein Nomen – etwa die Preisträgerin – benannt wird, ist das Adjunkt Bestandteil einer Nominalphrase, somit Attribut des Nomens. Ich habe keine Darstellung gefunden, in der das Adjunkt als Attribut des Nomens ausgewiesen wird. Das hat ohne Zweifel auch damit zu tun, dass die Attribute im Allgemeinen in unmittelbarer Nachbarschaft des Kopfes gesehen werden, also entweder unmittelbar links oder unmittelbar rechts von diesem. Das Adjunkt zeigt sich aber als Attribut in der Regel getrennt von seinem Kopf, so auch in Lächelnd kam die Preisträgerin die Treppe herab.

Demnach ist das Adjunkt, indem es ein Nomen/Pronomen voraussetzt, als Attribut dieses Wortes anzusehen, freilich als disloziertes Attribut. Man wird die Beschreibung der Nominalphrase ergänzen und die Liste der Nomenattribute erweitern müssen.

15 16

So in Harald Weinrichs Textgrammatik (s. Anm. 7). “Größe” bezeichnet in der DVG alles, was durch ein Nomen bezeichnet werden kann.

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Der possessive Dativ Dieses Phänomen, das wir in dem Satz Eine ungesicherte Maschine hat meinem Bruder den linken Arm eingequetscht.

finden, erscheint in manchen Darstellungen auch als “Pertinenzdativ”. Beiden Bezeichnungen liegt zugrunde, dass das gemeinte Phänomen immer nur auftreten kann, wenn der Dativ selbst einen Körperteil oder ein unmittelbares Zubehör einer Größe bezeichnet, die in dem Satz ebenfalls genannt ist. Der possessive Dativ findert sich nicht nur, wenn diese Größe das Merkmal ‘menschlich’ aufweist, sondern auch bei anderen Lebewesen, selbst Pflanzen und anderen Dingen, die der engeren menschlichen Sphäre angehören. So kann man etwa in der Alltagssprache auch hören: Dieser Rowdy hat meinem Auto den linken Kotflügel eingedellt.

Der possessive Dativ(“possessiv” drückt eben dieses Zugehörigkeitsverhältnis aus) läuft in den meisten unserer Grammatiken als “freier Dativ”. Was damit gemeint ist, wird selten klar gesagt. Irgendwie ist aber gewöhnlich gemeint, dass er nicht valenzgesteuert, nicht “valenzabhängig” oder dergleichen sei. Der Begriff der Valenzabhängigkeit ist zwar viel diskutiert worden. Zu einer Einigung konnten diese Diskussionen schon deshalb nicht führen, weil eine grundlegende Begriffsklärung fehlte. Es scheint, dass viele Vertreter der Meinung, der possessive Dativ sei “frei”, gar keinen klaren Valenzbegriff haben. Als “Valenz” gilt ihnen offensichtlich – und unausgesprochen – die Eigenschaft eines Verbs, die “klassischen” Objekte zu verlangen oder wenigstens in seiner Umgebung vorzusehen. Und zu diesen klassischen Objekten/Ergänzungen gehört nun einmal, neben dem Akkusativ und dem langsam verschwindenden Genitiv, auch der Dativ. Was demnach in der traditionellen Grammatik als “Dativobjekt” galt, ist auch nach der Meinung dieser Leute valenzgesteuert; verbvalenzgesteuert, denn es geht in allen diesen Diskussionen eben um die Valenz des Verbs, das für viele auch heute noch als die einzige Wortklasse gilt, die überhaupt über Valenz verfügen kann17. Die Verben abquetschen, bemalen, schwellen, sind keine Dativverben, wie die folgenden Sätze zeigen: 17

Über diese verbreitete Meinung soll hier nicht diskutiert werden. Es mag der Hinweis genügen, dass es dazu auch andere Meinungen gibt, nicht nur in der DVG.



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Er hat mit dem Vorderrad einen Zweig abgequetscht. Sie bemalte die Garagentür mit fröhlichen Farben. Die Wunde schwoll an.

Also ist der hier erscheinende Dativ, so die Verfechter “freier” Dative, auch nicht valenzgesteuert. Aber diese Verben lassen alle einen Dativ zu, wie folgende Sätze zeigen: Die Maschine hat ihr den Arm abgequetscht. Sie bemalte (ihrer Nichte) Alexandra das Gesicht mit grellen Farben. Ihm schwillt der Kamm.

Dative bei Nicht-Dativ-Verben? Wie sollte das zugehen? Eine Erklärung des Phänomens dürfte darin liegen, dass diese Dative nur realisierbar sind, weil die Nomina Arm, Gesicht, Kamm vorliegen. Und diese Nomina bezeichnen alle Körperteile, meistens menschliche, nur der Kamm ist hier als Körperteil eines Hahns zu verstehen, was dann metaphorisch auf einen Menschen übertragen wird. Und die Dative bezeichnen eben die Lebewesen, zu denen der Körperteil gehört. Es sollte nun einsichtig geworden sein, dass die possessiven Dative mit den Bezeichnungen für diese Lebewesen zusammenhängen – ganz vorwissenschaftlich könnte man auch sagen: dass sie von ihnen abhängen. Nur wenn diese Bezeichnungen für Lebewesen im weitesten Sinne, auch wenn sie anaphorisch als Pronomina erscheinen, vorhanden sind, lässt sich ein possessiver Dativ einfügen, nein, dann muss er erscheinen. Es wird zwar in grammatischen Darstellungen oft behauptet, dass sich dieser Dativ durch ein “Possessivpronomen”, in unserer Terminologie also ein possessives Determinativ, ersetzen lasse: ihm den Arm abquetschen – seinen Arm abquetschen Alexandra das Gesicht bemalen – Alexandras Gesicht bemalen Ihm schwillt der Kamm – sein Kamm schwillt18

Dieser vielberufene “Test” ist untauglich, denn die Ersatzstrukturen sind fast immer ungrammatisch, sie sind mindestens sprachunüblich. Sie mögen sich eignen als mühsame Umformungen, Paraphrasen, die der Erklärung der semantischen Relationen zwischen den Erscheinung dienen sollen. Wenn man aber liest: “Der possessive Dativ[...]ist immer durch ein Genitivattribut (bzw. ein Possessivpro18

Dieses Beispiel wird nicht in infinitivischer Form wiedergegeben, weil bei der Infinitivierung des Verbs das Subjekt getilgt werden muss – und eben auf dieses Subjekt käme es hier an.

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nomen) substituierbar”19, so zeigt sich darin ein seltsames Verhältnis des Autors zur sprachlichen Realität. Zusammenhänge wie die hier vorliegenden, Bedingtheit eines Elementes durch ein anderes, sollte man ernst nehmen. Hier bestehen echte Abhängigkeiten. Auf die in unseren Beispielen beschriebenen Sachverhalte bezogen: Wird der “Besitzer” des Körperteils nicht genannt, so darf auch kein possessiver Dativ erscheinen; wird jener aber genannt, so muss der possessive Dativ erscheinen. In der DVG werden, wie schon erwähnt, Dependenzrelationen als Vorkommensrelationen definiert: B ist von A dependent, wenn A das Vorkommen von B bedingt (das heißt: verlangt oder zulässt). Und das bedeutet, auf unsere Beispiele angewandt: B hängt von A ab. Daraus folgt, dass der possessive Dativ abhängig ist, aber keineswegs von dem zentralen Verb, sondern von der Bezeichnung für das “Besitztum”. Diese Besitztum-Bezeichnung aber ist eine Nominal-(oder Pronominal) Phrase. Und das wiederum heißt: Der possessive Dativ ist ein Dependens eines Nomens oder eines Pronomens. Und da nun oben definiert wurde, dass alle Dependentien von Nicht-Verben “Attribute” genannt werden, ist der possessive Dativ ein Attribut dieses Nomens oder Pronomens. Das Diagramm für den Satz Ihm schwillt der Kamm hat darum folgende Form: Vf schwillt

 Nomn Kamm





Detn der 19 20

Prnd ihm20

Helbig/Buscha (Anm. 5), S. 264. Erklärungen der Abkürzungen: V = Verb, Nom = Nomen, Det = Determinativ, Prn = Pronomen. Die ungeklammerten Indizes bezeichnen die morphosyntaktische Kategorie: f = finite Form, n = Nominativ, d = Dativ; der spitzgeklammerte Index bezeichnet die Valenz: sub = Subjekt.



ulrich engel Das Attribut



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Diese Herleitung führt einen der “freien Dative” ad absurdum: Er ist, wie gezeigt wurde, überhaupt nicht “frei”, er ist nämlich weder weglassbar noch unabhängig. Bei den anderen “freien Dativen”, die hier nicht zur Debatte stehen, ist es ähnlich: Die valenzunabhängigen Dative, die dativos no valenciales und dergleichen gibt es gar nicht, mit einer einzigen Ausnahme: dem “ethischen Dativ”, dem Dativus ethicus: Fall mir nicht aus dem Fenster! Der ist dir ein verdächtiger Zeitgenosse.

Dieser in der Schriftsprache ohnehin seltene Dativ kann, so scheint es jedenfalls, bei beliebigen Verben vorkommen, ist also valenzunabhängig und jederzeit weglassbar. Er ist der einzige wirklich freie Dativ. Diese Einteilung der Dativkonstruktionen in valenzabhängige und den einzigen “freien” ethicus funktioniert freilich nur, wenn man einen eindeutigen Valenzbegriff verwendet. Und wer von Valenz redet, sollte sich über den grundlegenden Begriff aller Valenzbetrachtung schon im Klaren sein. Die DVG jedenfalls versteht “Valenz” als subklassenspezifische Dependenz. Das heißt, dass jede Erscheinung, die nicht von sämtlichen Elementen der Kopfklasse abhängen kann, valenzgesteuert ist. Und konkret heißt das, dass alle Dativkonstruktionen außer dem ethicus valenzgesteuert sind, weil keine von ihnen von sämtlichen Verben bzw. sämtlichen Nomina oder Pronomina abhängen kann.

Relativsätze Der Relativsatz gilt allgemein als Attribut (wozu auch immer), und er hat Satzform, sonst könnte man nicht von “Relativ-Satz” sprechen. Dass er zu den Attributen zählt, sieht man schon an der beliebten und meist spontanen Art, die Bedeutung von Adjektiven zu erklären. Wenn also jemand gefragt wird: Was ist ein sparsamer Mensch? –

so wird er wie folgt oder ähnlich antworten: Das ist ein Mensch, der nicht unnötig Geld ausgibt.

Adjektiv und Relativsatz haben somit dieselbe syntaktische Funktion, eben die eines Attributs. Diese Paraphrasierung funktioniert zwar nicht bei allen Adjektiven,

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la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

sondern nur beim Großteil der qualitativen Adjektive. Aber das reicht schon aus, um den syntaktischen Rang des einen wie des andern festzulegen. Desgleichen besteht Konsens darüber, dass der Relativsatz sich auf etwas bezieht, in der Regel auf ein anderes Textelement, zu dem (oder zu einem Teil desselben) Referenzidentität besteht. Genau genommen ist es das Relativpronomen, meistens nebensatzeinleitend, das diesen Bezug ausdrückt: der Ast, der über die Mauer hängt...

Es besteht Referenzidentität zwischen dem gemeinten Ast und der Größe, die durch das nebensatzeinleitende der angesprochen ist. eine Frau, deren schlafwandlerische Sicherheit mir schon damals aufgefallen war

Es besteht Referenzidentität zwischen dieser Frau und dem Träger der Eigenschaft (schlafwandlerische Sicherheit), die im Nebensatz genannt ist. dieser Freund, auf den immer Verlass war...

Es besteht Referenzidentität zwischen dem deiktisch eingeführten Freund und der Person, die mit dem Pronomen den im Nebensatz gemeint ist. Alles Andere, das im Zusammenhang mit dem Relativsatz erwähnt zu werden pflegt, scheint strittig zu sein: Er ist ein Attribut wozu? Welche genaue morphosyntaktische Ausprägung hat der Relativsatz? Und ist jeder eingebettete Satz, der solche Referenzidentität voraussetzt, ein Relativsatz? Ehe ein Vorschlag gemacht wird, ist das Kaleidoskop der Meinungen zu diesen Fragen aufzuzeigen. Es gibt drei Fragen: Von was für Köpfen hängen Relativsätze ab? Hier scheint noch gemäßigte Einigkeit zu bestehen: Fast alle Grammatiken reklamieren als Referenzelement des Relativsatzes ein Nomen oder ein Pronomen, so Helbig/Buscha: während der Relativsatz [...] sich auf ein bestimmtes Substantiv bezieht21

21

Helbig / Buscha (Anm. 5), S. 400. “Substantiv” ist der Terminus, der bei Helbig/Buscha wie auch in vielen anderen Grammatiken das Nomen bezeichnet. Die DVG zieht “Nomen” vor, weil der Terminus international sanktioniert ist.



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Eine Ausnahme wird nur gemacht für die “weiterführenden Relativsätze”, die sich auf den gesamten übergeordneten Satz beziehen, also kein Bezugswort haben (S. 566). Nur geringfügig abweichend verfährt Harald Weinrich, der zwar in seiner Textgrammatik keinen Relativsatz kennt, wie er grundsätzlich den Terminus “Satz” meidet wie der Teufel das Weihwasser, aber eine Menge wesentlicher Dinge über die “Relativ-Junktoren” vorträgt; diese nämlich “verknüpfen prototypisch eine nominale oder pronominale Basis mit einem satzförmigen Adjunkt”22

Auch die verwendeten Beispiele lassen den Schluss zu, dass bei ihm als Köpfe nur Nomina oder Pronomina in Frage kommen. Ebenso verfährt augenscheinlich die IDS-Grammatik, die sich zum Begriff “Relativsatz” nicht dezidiert äußert, aber als Beispiele nur solche mit nominalem/pronominalem Kopf bringt23. Und auch Webelhuth bringt in seinem Mannheimer Vortrag von 2010, der die gesamte Skala relativer Anschlussmöglichkeiten auszuleuchten versucht, nur Beispiele mit nominalem Kopf24. Angesichts dieser weitgehenden Einigkeit muss jedoch die Frage gestellt werden, ob nicht auch adverbiale Köpfe in Frage kommen könnten. Die Ausdrücke die Stadt, in der wir Herbert getroffen haben

und dort, wo wir Herbert getroffen haben

sind semantisch so weitgehend äquivalent, dass auch die syntaktische Ähnlichkeit mit Händen zu greifen ist. Das kommt in der Forschung da und dort zum 22 23 24

Weinrich (Anm. 7), S. 610. Das Werk ist 1997 erschienen. In dem Informationssystem Gr@mmis des IDS, das in Teilen wesentlich später erstellt wurde, gibt es gelegentlich Abweichungen von dieser Grammatik. Gert Webelhuth: Paradigmenwechsel rückwärts: die Renaissance der grammatischen Konstruktion. Da sich der Aufsatz im Druck befindet, kann keine Belegstelle angegeben werden. Es ist aber zu bemerken, dass Webelhuth unabhängig von seinen Beispielen die Existenz nichtnominaler Köpfe ausdrücklich für möglich hält.

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Ausdruck; in die Grammatiken der deutschen Sprache ist es noch nicht eingegangen. Ist jeder eingebettete Satz, der auf eine entsprechende Referenzidentität gründet, ein Relativsatz? Hier war die Forschung bisher recht traditionell: Relativsätze sind Nebensätze, also, wie es manche Forscher gerne haben wollen, “Verb-Letzt-Sätze”, weil ja im Deutschen der Nebensatz das finite Verb ans Ende des Mittelfeldes zwingt. Das heißt keineswegs immer ans Satzende (was der Ausdruck “VerbLetzt” suggeriert), aber jedenfalls ziemlich weit nach hinten im Satz. Dieser Festlegung sind auch die Grammatiken der deutschen Sprache in der Regel verpflichtet. Webelhuth weicht davon ab, denn er kennt auch Verb-Zweit-Relativsätze, also eingebettete Sätze, die dem Merkmal der Referenzidentität genügen: Ich habe eine Frau kennengelernt, die kann Gedanken lesen.

Er führt ferner einen anderen Typ an, der von den Grammatikern meist vergessen wird, die Spaltsätze (cleft sentences): Es ist Brigitte, die den Mund nicht halten konnte. Die, die den Mund nicht halten konnte, ist Brigitte.

Ferner rechnet er zu den Relativsätzen Phänomene wie Wer schläft, (sündigt nicht.)

Damit sind, ungeachtet einiger weitgehender Übereinstimmungen, die Ansichten über Relativsätze recht verschieden. Das gilt nicht nur für Grammatiker, sondern auch für sprachinteressierte “Laien”. Eine Umfrage unter Zwanzig- bis Achtzigjährigen (vorwiegend allerdings akademisch Gebildeten) ergab eine ähnliche Vielfalt, wie wir sie in den grammatischen Beschreibungen vorfinden. Die Leute reden also über Relativsätze und wissen genau, was sie damit meinen, glauben es wenigstens zu wissen, fühlen sich einig; jedenfalls dauert es in derlei Gesprächen recht lange, bis man auf einen Dissens stößt. Aber dieser gleichwohl vorhandene verborgene Dissens stört den Grammatiker, der es als seine Aufgabe empfindet, Ordnung in das Chaos der Meinungen zu bringen. Dabei geht es ihm, sofern er ehrlich ist und über seine Arbeit nachgedacht hat, gar nicht darum, Recht zu



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setzen und in der Diskussion mit Kollegen Recht zu behalten. In der Grammatik geht es selten ums Rechthaben, es geht aber immer um handhabbare Lösungen. Eine handhabbare Antwort auf alle drei gestellten Fragen sehe ich in der folgenden Definition: Ein Relativsatz ist ein Nebensatz mit Endstellung des Finitums (dieser Zusatz schließt die “nichteingeleiteten Nebensätze” aus, eingebettete Hauptsätze sowieso), der sich immer auf ein im Obersatz enthaltenes Element bezieht, mit dem Referenzidentität besteht. Der Bezug wird durch das relative Einleiteelement (das “Relativpronomen”) hergestellt.

Das bedeutet einmal, dass nur “klassische” Nebensätze als Relativsätze in Frage kommen, zum andern, dass nur Nebensätze mit realisiertem Bezugselement in Frage kommen. Nebensätze also wie in Wes Brot ich ess, des Lied ich sing.

sind nach dieser Definition keine Relativsätze.”25. Sie lässt aber die erwähnten cleft sentences zu, da sie alle Merkmale der Definition erfüllen. Und sie kennt durchaus auch Relativsätze zu adverbialen Ausdrücken, da die verlangte Referenzidentität auch hier vorhanden ist. In Dort, wo wir Herbert getroffen haben...

sind zwar nicht “Größen”, also Lebewesen oder Sachen, auch nur gedachte Sachen, referenzidentisch, dafür aber situierende “Umstände”: dort bezeichnet einen speziellen, aber nicht spezifizierten Ort, und wo meint hier genau diesen gemeinten Ort. Das bedeutet, dass der Kinderreim von den ausschließlich nominalen Regentien der Relativsätze aus dem Repertoire entfernt werden muss. Auf diese Art könnte in die Diskussion um die Relativsätze eine Art von Ordnung gebracht werden. Dieses Ordnung-Schaffen ist keine bloße Liebhaberei des Autors. In unserer Sprache gibt es wenig Neues zu entdecken, einige Jahrhunderte Sprachforschung haben immerhin das Wichtigste erfasst. Den Grammatikern ist vornehmlich die Aufgabe gestellt, das Bekannte eingängig und widerspruchsfrei darzustellen, so dass nicht nur die grammatischen Kategorien,

25

Die DVG kategorisiert solche Nebensätze als “definite” bzw. “generalisierende Nebensätze”. Näheres zu diesen Nebensätzen s. bei Engel (Anm. 10), S. 136.

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sondern auch und vor allem die sprachlichen Ausdrucksmöglichkeiten möglichst vielen zugänglich und verfügbar werden. Denn wenn Grammatiker überhaupt eine Verpflichtung gegenüber Nichtgrammatikern haben, so besteht sie darin, sie in den Stand zu setzen, nicht nur in ihrer Sprache, sondern auch über ihre Sprache reden zu können. Diesem fernen Ziel sollte man sich wenigstens zu nähern versuchen.

Schlussbetrachtung Es darf natürlich (muss eigentlich) gefragt werden, ob eine kurze Betrachtung über Intension und Extension der Attribute sinnvoll, ob sie überhaupt nötig ist. Und es sollte vor allem gefragt werden, ob es angebracht ist, eine solche kurze Abhandlung einem Literaturwissenschaftler, der die Hahnenkämpfe der Grammatiker möglicherweise sowieso als nutzloses Getändel zu qualifizieren gewohnt ist, zu widmen. Und dies auch noch als Festgabe, als Jubiläumsgabe. Ich bin unbescheiden genug zu glauben, die erste Frage auf den vorhergehenden Seiten beantwortet zu haben. Was aber die zweite Frage betrifft, so bitte ich zu bedenken, dass ich als Sprachwissenschaftler eben nicht so sehr viel mehr anbieten kann als das, was ich in sechs Jahrzehnten gelernt habe, und dass ich dennoch meinem lieben Freund, dem von mir bewunderten, stets verlässlichen und stets vertrauenswürdigen Kollegen Carlos Buján auf die mir mögliche Art meine Reverenz erweisen möchte. Gracias, Carlos, muchas gracias. Y ad multos annos!

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 247-265

Ser y estar o: Cinco horas con los minimalistas1 burkhard voigt

Hamburg

El extenso trabajo publicado recientemente por Ignacio Bosque y Javier Gutiérrez-Rexach sobre “Fundamentos de Sintaxis Formal”2 –en lo sucesivo FSF– se entiende como una obra de instrucción y enseñanza que toma como punto de partida metodológico el enfoque generativista. El prólogo anuncia “por la vía que se muestra aquí [...] resultados interesantes y perspectivas prometedoras”(FSF, 7). Los destinatarios del manual son estudiantes avanzados de filología española que por medio del análisis formal de la sintaxis deben dar “el salto de la descripción a la teoría” (FSF, 5). Para comprobar si el texto efectivamente cumple lo que promete hemos escogido, como botón de muestra, un tema de entre los muchos tratados en las más de 700 páginas: la alternancia de los verbos ser y estar, que constituye uno de los problemas clásicos de la gramática española y uno de los escollos más difíciles para los estudiantes de ELE. Los objetivos de nuestro estudio, por lo tanto, serán dos: primero, la evaluación de la aportación científica al tema –es decir el “salto” cualitativo anunciado en el prólogo3– y, segundo, la de 1

2 3

“Minimalista” hace alusión a la última versión de la teoría chomskyana y el título de la correspondiente publicación: Noam Chomsky, The minimalist program, Cambridge (Mass.) (MIT Press) 1995. Hay traducción al español: El programa minimalista, Madrid (Alianza) 1999. En algunos trabajos también se lee “minimista”. Ignacio Bosque, Javier Gutiérrez-Rexach, Fundamentos de sintaxis formal, Madrid (Akal) 2009. Afortunadamente, el gesto de presunta superioridad científica de FSF es moderado y se desmarca positivamente del tono muchas veces prepotente y altivo de no pocos “generativistas”.

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la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

la prestación didáctica a un presunto estudiante de ELE, p.ej.de lengua materna alemana. El tema comentado aquí se presenta en los capítulos 5 y 7 del manual, en las páginas 313 a 320.

I)

Crítica I: Ciencia – ser y estar

Los autores de los “Fundamentos de sintaxis formal” contraponen su enfoque a los “tradicionales y pedagógicos” (FSF, 314) considerándolo superior frente a éstos en cuanto a su grado de nivel científico. Con respecto al tema afirman que “estos dos verbos [ser y estar] son sensibles al tipo de eventualidad descrita por los predicados con los que se combinan” (FSF, 314), y distinguen entre dos tipos de predicados, los de “nivel individual” (predicados de individuos; caracterizadores) y predicados de “estadio”, término con el que se traduce el inglés “stage”.4 Los autores empiezan su análisis formulando la siguiente tesis:

Tesis 1 (= T 1):5 “En principio, el verbo ser selecciona6 predicados de nivel individual, y el verbo estar selecciona predicados de estadio” (FSF, 314).

Al parecer FSF se refiere a una distinción bipartita entre ser y estar conocida tradicionalmente por predicados que expresan un estado duradero, permanente o una propiedad inherente al sujeto en contraposición a predicados sujetos a cambios o de estados pasajeros, transitorios. Esta interpretación se ve corroborada por las explicaciones que se dan de los “predicados individuales” que se pueden referir “a un individuo o a una clase de individuos” (FSF, 314) y los “de estadio” que “de-

4

5

Como veremos, los “predicados de estadio” parafrasean cum grano salis el concepto de “estado momentáneo y transitorio de un objeto o de una persona”, por lo cual la traducción por “estadio”, en mi opinión, introduce un doblete innecesario de “estado”. Es evidente que tanto “estadio” como “estado” se basan en el significado de “estar”. FSF definen “estado” ex negativo como “no evento” y “no suceso” (FSF, 313), incurriendo de esta forma en contradicción con la estipulación de “dos tipos de estados [...] que en español se corresponden con dos tipos de predicados seleccionados por los verbos copulativos ser y estar respectivamente” (FSF, 313/314) y la tesis que exige un “argumento eventivo” para estar exclusivamente (cf. T 2 y T 3, FSF, 315, 317). Compárese también la nota 10. “Argumento”, para lectores que no siguen la terminología chomskyana, se puede parafrasear y explicar por complemento necesario para completar la semántica de una oración (véase nota 10). La calificación de las formulaciones de FSF como tesis, es decir como afirmaciones no siempre verificadas ni comprobadas, es mía.



burkhard voigt Ser y estar ó: Cinco horas con los minimalistas

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signan propiedades o estados [!] sujetos a cambio temporal de un individuo o una clase” (FSF, 314). Llama la atención en T 1 la adscripción de la información semántica a los predicados, dejando de lado los sujetos, y la estipulación de una diferencia a nivel de términos entre verbos y predicados. Está claro que de esta bipartición surge la pregunta por las categorías lingüísticas implicadas: ¿qué expresión o qué categoría gramatical lingüística corresponde a qué tipo de predicado en cada caso concreto? Lamentablemente, la definición dada no aclara este punto, los conceptos manejados son más bien vagos, a veces contradictorios, y menos definidos que en trabajos que se basan en una metodología descriptiva tradicional.6 La alternancia de ser y estar se ejemplifica con las siguientes oraciones aducidas para ilustrar los tipos de predicados mencionados: (175) a. Tu petición { es/*está} legítima. (176) a. Pepe es muy alto. (176) b. Pepe está muy alto para su edad.

que se explican de la siguiente forma: “Desde luego, en (175 a) la legitimidad de la petición es una propiedad que la caracteriza o clasifica” (FSF, 314) mientras que “la propiedad de ser alto es una característica de Pepe, en principio no sujeta a cambio, mientras que en (176 b) dicha propiedad es la de un estadio, concretamente una fase de crecimiento de dicho individuo” (FSF, 314). Como vemos la interpretación de los ejemplos sigue la línea tradicional de usar criterios semánticos funcionales inherentes al sujeto (“características”) y al predicado (“propiedades”), pero es igual de problemática ya que es bastante arbitraria en su interpretación casuística actual. Tanto la petición como Pepe disponen de potencialidades fácticas y semánticas sujetas a cambio. Lo mismo se puede afirmar de los adjetivos legítimo o alto. Hay multitud de peticiones no legítimas en un momento dado –es decir, sujetas a un posible acto referencial interpretativo por el hablante– como estados de crecimiento o de altura de las personas físicas o del tamaño de los objetos. Dicho de otra forma, las “características” o “propiedades”

6

“Selecciona”, para el lector no familiarizado con la terminología de la GG, pretende un automatismo que parte de determinados constituyentes u otras entidades abstractas del sistema, aquí del verbo ser. Es de notar que al decir que ser “selecciona” un predicado, éste no puede incluir al verbo mismo a no ser que se establezca otro nivel analítico por una regla adicional de reescritura, que aquí no se presenta. Tampoco se explica en qué nivel teórico (“derivacional”) se sitúa la noción de “predicado” y de qué constituyentes sintácticos se compone.

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léxico-semánticas inherentes a petición y a Pepe no son suficientes para suministrar un criterio diferenciador entre el uso de los verbos ser y estar ni los adjetivos legítimo y alto sirven por sí solos para la caracterización tipológica de “predicados de nivel de individuo” o de “estadio”. Observamos, además, que las “propiedades” y “características” –la terminología no diferencia siempre de manera clara en el sentido de aplicar “propiedades” a constituyentes en función de sujetos y “características” a constituyentes en la función de predicados– que se citan en los ejemplos aducidos, no se circunscriben a la interpretación de los constituyentes predicativos, sino que los traspasan. La caracterización de los predicados “de individuo” sugiere la existencia de una categoría nominal de entidades / objetos / personas / eventos contables o determinables y delimitables dejando de lado, p.ej., nombres que designan sustancias no contables o ciertos usos de nombres abstractos. En realidad, lo que FSF enfoca aquí es, en primer lugar, la referencia de términos en sus diferentes realizaciones categoriales y sintácticas y no el significado semántico de ellos. Hay que advertir, además, que el análisis basado en tipos de predicados de “individuo” y predicados de “estadio” canaliza metodológicamente la discusión hacia un dualismo que se concibe como el punto de partida axiomático y que, en lo que sigue, dirige la perspectiva hacia la introducción de otros tipos de sub-predicados. El intento de deducir ser en los ejemplos 175 y 176 únicamente de rasgos léxico-semánticos del sujeto, por una parte, o del predicado, por otra, reduce el abanico de predicaciones posibles de manera considerable. Sin duda, ya la semántica léxica de los verbos –ser, resultado etimológico de un cruce de los latinos esse y sedere, denota la existencia, y estar, del latín stare, el estado [!]–, indica la correlación propiedad permanente –con ser y propiedad sujeta a cambio– con estar, por lo cual la bipartición básica es evidente y está generalmente aceptada. Esto, sin embargo, no implica que la distinción de los verbos se reduzca a los dos tipos de predicados introducidos, ni sintáctica, ni semánticamente. La asociación conceptual de ser y estar a los “predicados de individuo” (“permanencia” y “propiedad inherente”), por una parte, y los de “estadio” por otra, se refleja también en los siguientes ejemplos (FSF, 315): (178) a. Los bomberos son valientes. (178) b. Los leones son fieros. (179) a. Los bomberos están disponibles. (179) b. Los leones están hambrientos.

FSF explica aquí la dualidad de ser y estar por denotar en (178 a,b = predicados de individuo) una “característica [!] del cuerpo de bomberos” (FSF, 315) y



burkhard voigt Ser y estar ó: Cinco horas con los minimalistas

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de los leones –adviértase que se habla de la semántica del sujeto– y en (179 a,b = predicados de estadio, estativos) “una propiedad [!] transitoria” “de un cierto grupo” (FSF, 315) de ellos. Se repite así el análisis inicial que sugiere que ser denota “clases y grupos de individuos” (FSF, 315) y estar “grupos específicos de estos” (FSF, 315)7 usando en la definición un criterio referencial (conjunto versus elemento o parte del conjunto) que, evidentemente, por sí solo no es suficiente para explicar el diferencial ser – estar. Una interpretación más adecuada de (178 a), por consiguiente, tendría que considerar otros factores adicionales para verificar empíricamente las afirmaciones hechas, como, p.ej., los distintos tipos de sujetos y predicados posibles, su categoría gramatical y semántica (nombres propios – apelativos – continuos – contables – abstractos, grupos de adjetivos, etc.), su estructura sintáctica (p.ej. la presencia o ausencia de los artículos, el papel de los indefinidos, etc.), fenómenos de tema-rema, las construcciones elípticas, los tiempos verbales, etc., para establecer de esta forma los distintos tipos de predicaciones como actos de habla.8 Si bien es cierto que hay predicados que hacen referencia a una clase 7

8

La transposición del ejemplo 179 b al inglés muestra una comprensión inadecuada de esta lengua al afirmar que la oración “Lions are hungry” implica la referencia a “un grupo específico de leones” (FSF, 315). En realidad, “Lions are hungry”, en inglés, tiene una interpretación genérica igual a la castellana. La especificación en este caso usaría el artículo u otros determinantes: The/ these/those/our/three/some etc. lions are hungry. El adjetivo valiente se discute también en VañóCerdá (nota 8), pág. 312. La distinción básica de los verbos ser/estar fue abordada ya muy temprano por la gramática del español. Sin ánimo de entrar aquí en un estudio histórico cito a Vicente Salvá: “Como muchos hallan dificultad en saber, cuál de los dos verbos, ser ó estar, han de emplear en determinados casos, convendrá fijarlo por medio de esta regla sencilla: Se usa del verbo ser, cuando la idea expresada por el sustantivo, adjetivo ó participio que se le junta, no se considera como una idea de estado; y del verbo estar, cuando se considera como tal, sea el estado permanente ó transitorio, esencial ó accidental”. (Vicente Salvá, Gramática de la lengua castellana según ahora se habla, Valencia [En la libreria de Mallen] 81847, pág. 201) y a de Noboa, “El verbo ser denota la existencia abstracta de las cosas, como el hombre es racional, la tierra es redonda. El verbo estar expresa también en abstracto el estado ó situación de las cosas, es decir, un momento de existir accidental i transitorio, como tú estás triste, Juan está sentado. También denota la presencia de las cosas, esto es, su existencia física i real en determinado sitio, como el amo está en casa” (Antonio Martínez de Noboa, Nueva gramática de la lengua castellana según los principios de la filosofía gramátical, Madrid [Imprenta de Don Eusebio Aguado] 1839, pág. 63). Ya en los primeros tratados del español se encuentran referencias específicas, que en Villalón están relacionadas a una curiosa interpretación religiosa de la voz pasiva: “Ni tam poco me parece que seria muy lexos de razon afirmar, que este verbo, soy, fuese passivo: pues qualquiera cosa que sinifica ser la recibe en si la persona que de si la pronunciare, o de otro: lo qual es manifiestamente sinificar passion. Que aun diziendo, yo soy, sinifica recebir yo en mi el ser que tengo de dios y naturaleza: lo qual es padecer: de la misma manera, que enesta clausula yo soy açotado, este verbo, soy, denota padecer yo esta obra de açotes. Y aun en esta cláusula: yo soy letrado, sinifica este verbo, soy, passion:

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la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján



de objetos/individuos y otros que se refieren a un individuo solo y a su “estado”, no lo es menos que esta observación abarca solamente una parte de las predicaciones posibles. La explicación está en que el acto lingüístico de la predicación se distingue de la proposición lógica en cuanto a su nivel de abstracción y también en el uso que hace del signo lingüístico. En la interpretación dada por FSF a 178 a–179 b, sin embargo, se confunde la referencia (cuerpo de bomberos–grupo de leones) con la semántica del predicado: grupo del adjetivo y su polisemia en la expresión lingüística. Si comparamos las oraciones I9 II

Los regalos son adecuados. Los regalos están rotos.

III IV

Los precios son altos. Los precios están altos.

V VI

Los chicos son castigados. Los chicos están castigados.

vemos que difícilmente podrán diferenciarse aplicando solo los criterios manejados por FSF. I y II refieren a individuos/objetos concretos sin que haya diferencia

9

porque sinifica estar en mi el arte y ejercicio de las letras. Y ansi lo mesmo se puede dezir de qualquiera otra cláusula que en el Castellano tuuiere la mesma forma de dezir y sinificacion.” (Cristóbal Villalón, Gramática castellana. Arte breve y compendiosa para saber hablar y escreuir enla [sic] lengua Castellana congrua y decentemente, Anvers [En casa de Guillermo Simón] 1558, pág. 41; citado por la edición facsimilar de Constantino García, Madrid [CSIC] 1971). Gonzalo Correas en su Arte Kastellana de 1627 nos dice sobre ser y estar: “I llamase sustantivo [ser], porque sinifica el ser sustanzia, i calidad de las cosas, como esto es oro, la verdad es fuerte. No sinifica estar, como en latín, i otras lenguas, aunque se dize pegado dellas o nuevo, io seré alla con él mui presto: io seré alla para tal dia.” (Gonzalo Correas, Arte Kastellana [1627]. Introducción, edición y notas por Manuel Taboada Cid. Santiago de Compostela [Universidad] 1984, pág. 166). La observación de Correas documenta un uso de ser que hoy es de estar. En el Diccionario de Autoridades, de 1726, encontramos ya una rica casuística de ser y estar que incluye los predicados de FSF: “Philosophicamente sirve este verbo [ser] de cópula en las proposiciones, uniendo el sugeto, y el predicado de ellas, y significa convenir dicho predicado al sugeto, ò esencialmente, y por identidad, ò accidentalmente, ò por inhesión”, y con respecto a “estar” dice: “assistir, hallarse alguno, u alguna cosa en este ò aquel pasage, sitio o lugar” y “junto con algunos nombres vale tener ò padecer el efecto de que los nombres significan: como Estar triste, estar sordo, etc.” (s.vv. ser, estar, cito por la edición facsimilar: Real Academia Española, Diccionario de Autoridades, Madrid [Gredos] 1964). Una rica muestra de usos –y confusiones– de ser y estar en el castellano antiguo se encuentra en Antonio Vañó-Cerdá, Ser y estar + adjetivos. Un estudio sincrónico y diacrónico, Tübingen (Narr) 1982 (Tübinger Beiträge zur Linguistik), pág. 201. Los números romanos, a diferencia de los árabes, que son de FSF, introducen ejemplos míos.



burkhard voigt Ser y estar ó: Cinco horas con los minimalistas

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conjunto-parte, III y IV no presentan propiedad inherente “caracterizadora”, V y VI denotan eventos en transcurso o como resultado. Profundizando en la problemática, FSF busca otra vía de acceso para diferenciar los tipos de predicados teniendo en cuenta la posible o imposible combinación (estar – ser) con “argumentos eventivos”10, y formula la siguiente tesis:

[T2:] “Los predicados de estadio poseen un argumento eventivo, los de nivel de individuo carecen de dicho argumento” (FSF, 315).

Esto viene a decir que en oraciones con estar encontramos complementos temporales o podemos preguntar ¿cuándo? (No se consideran aquí otros tipos de complementos circunstanciales como p.ej. los modales o de lugar.) Partiendo de los ejemplos 178/179 y T 2 los autores de FSF tratan de formalizar los dos tipos de predicados postulados de la siguiente forma: valiente (x), fiero (x), disponible (e, x) y hambriento (e, x), donde “e” representa eventivo y “x” término léxico. La anotación en forma de una relación funcional intenta, de este modo, transformar una afirmación hecha en lenguaje no formal, como en T 2, en un simbolismo lógico-matemático. Si analizamos T 2, vemos que oraciones como V, p.ej., que expresan la pasiva con ser, no cumplen los criterios en los que se basa la tesis que diferencia los predicados por la presencia obligatoria de eventos. Por otra parte, si la aceptamos, tendríamos que decir que en IV no se formula un predicado de tipo de “nivel de individuo”. Los autores de FSF se dan cuenta de la insuficiencia de este enfoque y mencionan, por su parte, una serie de contra-evidencias que representan ciertos grupos de adjetivos reunidos por la gramática descriptiva y que no se ajustan a los dos grupos de predicados correspondientes. Dado que los adjetivos aducidos por FSF (amable, calvo, simpático, cortés, feliz, etc.) tampoco permiten la diferenciación según T 2, los autores constatan 10

Los llamados argumentos (sintagmas semánticamente necesarios) o complementos (no necesarios) –teudisca lingua “Leerstellen”– eventivos se refieren a “eventos concretos”. Es evidente que este término dista mucho de tener una referencia clara contando entre los eventos elementos extra- e intralingüisticos muy heterogéneos. Da, además, lugar a malentendidos ya que terminológicamente choca con el predicado estativo de estado adscrito a estar. La confusión se produce a raíz de postular que los predicados de tipo “estativo” también incluyan los predicados “de individuos” adscritos a ser. Más adelante, en FSF 315, 320, veremos que se atribuye un rasgo “eventivo” a adjetivos que se combinan con “estar”, i.e. a un predicado “estativo” que se define como “no eventivo” (FSF, 313).

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que “los resultados son satisfactorios solo en parte” (FSF, 315) y que “la distinción entre predicados de individuo y de estadio solo coincide en parte con la distinción aspectual que se establece con ser y estar” (FSF, 316). Lo sorprendente es que, a pesar de la manifiesta contra-evidencia, se mantiene esta herramienta analítica que obviamente tiene una cobertura empírica muy reducida: “En el resto del capítulo mantendremos la idea de que una diferencia léxica importante entre los predicados de individuo y los de estadio radica en el argumento eventivo que poseen los segundos frente a los primeros” (FSF, 317). Las aproximaciones analíticas que siguen se mueven, por consiguiente, sobre bases reducidas, mal delimitadas y muy poco sólidas. Para ilustrar la combinatoria de ser y estar con más detalles FSF aduce los siguientes ejemplos: (183) a. Pepe es [músico] b. Pepe es [SD11 el presidente] c. La fiesta fue [SP 11en mi casa]/[Sadv11aquí]

Las oraciones (184) a. *Pepe está [SN 11 músico] b. *Pepe está [SD el presidente],

según FSF, son agramaticales porque “no aportan el argumento eventivo que estar necesita” (FSF, 317), observación que se plasma en la siguiente tesis:

[T 3:] “El verbo estar no puede combinarse con SSNN o SSDD, ya que estos constituyentes denotan clases o se refieren a individuos. Así, pues, no aportan el argumento eventivo que ‘estar’ necesita” (FSF, 317).

Esta afirmación es incomprensible vistos los casos anteriormente comentados en los que estar no necesita el argumento eventivo. Sin embargo, FSF mantiene la hipótesis –ya empíricamente falsificada– probablemente para no salirse del marco teórico e instrumental de la gramática generativa. Es cierto que el significado léxico-etimológico de estar limita el uso de muchos tipos de predicados

11

SD~sintagma determinante; SP~sintagma preposicional; Sadv~sintagma adverbial; SN~sintagma nominal. Hay que notar que FSF, por motivos intragenerativistas, jerárquicamente subordina SN a SD (FSF, 208), por lo cual la cobertura y relevancia de muchas de las tesis aquí examinadas se problematiza aún más.



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nominales –al igual que lo hacen otros verbos en sus respectivas distribuciones y valencias–, sin embargo, permite la combinación con muchos adjetivos no atributivos que constituyen SSNN. No admitirlos como tales significaría definir un sintagma nominal de manera arbitraria. Por otra parte, también se dan algunos casos aislados de SSNN sustantivos, que si bien son excepciones no se pueden eliminar del lenguaje así como así: VII VIII IX X XI

Julia está trompa. (SN) Pepe está pez. (SN) Lola está cañón. (SN) Paco está mosca.(SN) Julio está viudo. (SN)

Hacemos notar que también hay otros tipos de expresiones que sólo se adaptan con dificultad a T3. Son construcciones que se pueden interpretar como elípticas o de predicados complejos: Están los senadores y embajadores. (S cero; sobrentendido: aquí, en el salón de actos, ahora, etc.: Sadv) El traje está bien. (Sadv; SN: vistoso) Están los de siempre. (S cero; sobreentendido: aquí, allí, etc.: Sadv) ¿Estamos? (S cero, sobreentendido: ya, ahora, aquí, etc.: Sadv) Pepe está que trina. (Sadv.: mal; SN: rabioso) Sigo como estoy. (S cero; sobreentendido: ahora, siempre, etc.: Sadv)

Por lo visto T 3 tiene una base fáctica y un valor explicativo solo si se interpreta “argumento eventivo” en un sentido muy amplio, poco concreto. Equivale entonces a una descripción que constata que “estar” exige complementos circunstanciales espacio-temporales y adjetivos “estativos”12, que no siempre tienen que ser explícitos. Es decir, cuando reunimos todos los casos y significados que

12

El grupo de los adjetivos “estativos” se define en Vañó-Cerdá (nota 8) págs. 18–30, 310–315, como constituido por todos aquellos adjetivos que carecen de sentido activo (V. -C., 315). Vañó-Cerdá basa su estudio de ser y estar en el análisis del significado de los respectivos adjetivos llegando a afirmar que “el empleo de ambos verbos depende del significado que presente en cada caso el adjetivo” (V.-C., 17) y de lo que “deseamos expresar” (V.-C., 17). Si bien la intencionalidad del hablante, que se introduce aquí, es un aspecto importantísimo, es poco conveniente mantener la denominación de “estativos” para los adjetivos que se combinan tanto con estar como con ser, ya que da lugar a malentendidos y asociaciones del tipo: “estativo” implica automáticamente “estar”. FSF no menciona el estudio de Viñó-Cerdá, aunque, obviamente, le debe mucho.

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caracterizan el uso de estar y tratamos de subsumirlos a una sola etiqueta, podemos llegar a un “argumento” llamado “eventivo”. La metodología usada en el planteamiento de FSF, practicada también en T 3, procede de otra forma: postula una categoría abstracta que no abarca los usos concretos de ser y estar, sino que busca ajustar algunos casos prototípicos de estar –pocos y conocidos– a los “predicados de estadio”, haciendo caso omiso de todas las observaciones que no se avengan al dualismo formal entre predicados de individuo y predicados de estadio preestablecido. Con referencia a ser FSF formula las siguientes tesis T 4 y T 5:

[T 4:] “Cuando ser selecciona6 SSDD encabezados por determinantes indefinidos, la interepretación obtenida es CLASIFICADORA”13 (FSF, 317). T 4 se basa en los siguientes ejemplos: (185)

a. Pepe es presidente de una empresa. b. Pepe es un presidente efectivo. c. Pepe es (un) miembro del comité. d. La solución será efectiva.

y, como contrapartida, se formula la correspondiente tesis T 5:

[T5:] “Cuando ser selecciona nombres propios, SSDD encabezados por determinantes definidos, pronombres u oraciones, la interpretación es IDENTIFICADORA o ECUATIVA”13 (FSF, 317). Los ejemplos dados son: (187) (188) (189)

13

a. Yo soy Pepe. b. Pepe soy yo. a. Pepe es el presidente de la empresa. b. El presidente de la empresa es Pepe. a. La solución será que vengas pronto. b. Que vengas pronto será la solución.

Las mayúsculas son del original.



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Para diferenciar formalmente los dos tipos de interpretaciones postuladas en T 4 y T 5 los autores excluyen la inversión para oraciones del tipo 185 a–d, y la permiten para oraciones del tipo 187 a–189 a. Es importante notar que en esta fase del análisis FSF introduce dos subtipos de predicados en el diferencial ser/estar, lo que, como veremos, lleva a una contradicción en el enfoque analítico basado en los tipos de predicados presentados. Una comprobación empírica de los ejemplos aducidos da pie a las siguientes observaciones: Los usos de ser, en la mayoría de los casos, se ajustan a las interpretaciones postuladas ya que ser se combina tanto con SSDD indefinidos como con SSDD definidos. Es problemática, sin embargo, la caracterización de ciertos adjetivos como “indefinidos” como en 185 d [véase T 4]. Es fundamental que FSF no ofrece ninguna posibilidad de diferenciar adjetivos indefinidos de definidos con lo cual el problema de la interpretación clasificadora de ser basada en clases de adjetivos queda sin solucionar o resulta circular: si el adjetivo es indefinido, ser es clasificador, si ser es clasificador el adjetivo es indefinido. Hay que advertir, además, que el significado de las oraciones 187 a/187 b Yo soy Pepe y Pepe soy yo no es el mismo. La identidad de las expresiones Pepe y yo reside en su función referencial y no en la semántica. Es evidente que Yo y Pepe son dos expresiones lingüísticas diferentes con unos significados distintos. La focalización también es diferente en (189 a) La solución será que vengas pronto y en (189 b) Que vengas pronto será la solución. Esto implica que la prueba técnica para diferenciar los tipos de predicados mediante la inversión no funciona. Otro problema para formular una hipótesis como T 5 –y, por consiguiente, también de T 4– está en determinar qué constituyentes forman el predicado y cuáles son los sujetos de las respectivas oraciones, o dicho en palabras de la GG, ¿qué expresiones selecciona ser en las oraciones de presunta identidad semántica? Una oración como XII

El 2010 fue un buen año para la literatura,

se puede interpretar según T 4, dándole una interpretación clasificadora. Si la invertimos a XIII

Un buen año para la literatura fue el 2010,

no observada por T 4, ser debería interpretarse según T 5. Está claro que una regla de este tipo no explica nada sustancial. Oraciones como 187 a – 189 b sugieren

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una identidad entre sujetos y atributos/predicados que es inexistente a nivel de expresiones y signos lingüísticos. Oraciones y escrituras como XIV XV XVI XVII XVIII XIX XX

La urraca es una picaza. Madrid es la capital de España. Francisco es Paco. 20 es veinte. Dos más dos son cuatro. 2+2=4 a = b.

tampoco tienen sujetos y predicados semiótica y semánticamente idénticos. Lo que podemos observar en ellas es que establecen una identidad referencial de objetos o términos, algunos en diferentes sistemas semióticos, que, en las expresiones del lenguaje natural, no constituyen ninguna sinonimia. Otra técnica exploradora para diferenciar los tipos de sub-predicados según T 4 y T 5, propuesta por FSF, consiste en usar pronombres interrogativos. La correspondiente tesis T 6 es:

[T 6:] “Los atributos [!] clasificadores son válidos como respuesta a preguntas con el pronombre interrogativo qué y los identificadores requieren quién o cuál” (FSF, 318).

Si nos fijamos en oraciones del tipo XXI

Zapatero es el presidente del Gobierno de España

vemos que son lícitas tanto preguntas con qué como con quién: XXII

¿Qué es Zapatero? (respuesta a: Presidente de Gobierno – respuesta b: Un político español) XXIII ¿Quién es Zapatero? (respuesta a: El Presidente del Gobierno – respuesta b: El de la corbata rosa).

Notamos que el mismo “atributo” –o sea el Presidente del Gobierno de España o Zapatero– (ya que, según T 4 está permitida la inversión) tendría que recibir dos interpretaciones contradictorias, una como “atributo” clasificador, otra como identificador. Es obvio, por lo tanto, que en estas oraciones no es el verbo ser el que “selecciona” la interpretación del predicado (cf. T 4 y T 5), sino que es el



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pronombre interrogativo el que determina la predicación como clasificadora o identificadora, según la intención del hablante. En este contexto, por último, habría que tomar en consideración oraciones como XXIV Vivir es luchar. XXV Ellos son dos. XXVI Eres bien perro.

cuyas interpretaciones según los patrones de T 4 y T 5 presentarían algunas dificultades, cuando no explicaciones arbitrarias. Siguiendo su análisis del dualismo ser/estar, FSF introduce una diferencia entre “predicados propiamente dichos” (= clasificadores) y “constituyentes no predicativos” (= identificadores, ecuativos) (FSF, 318), clasificando los nombres propios, los pronombres y las oraciones como “constituyentes no predicativos” (FSF, 318). Esta afirmación es de gran envergadura ya que implica una reformulación importante del concepto de predicado y una contradicción con prácticamente todo lo analizado anteriormente. La bipartición se hace para llegar a la tesis T 7 según la cual

[T 7:] “Identidad no es lo mismo que predicación” (FSF, 318).

La sentencia se explica así: “Si establecemos una relación de identidad entre dos expresiones referenciales, no saturamos ninguna relación predicativa (Este señor es mi abuelo), pero sí lo haremos si asignamos una propiedad a un individuo (Este señor es viejo)” (FSF, 318/9). Ya hemos visto en el comentario de T 4 y T 5 que las pruebas de identificación de los predicados identificadores y ecuativos no funcionan sin incurrir en contradicciones. En la argumentación con la que se pretende excluir los predicados del tipo identificador/ecuativo de la predicación se vuelve a reducir la semántica de la predicación a la referencia a una persona u objeto extralingüístico y su identificación. Es indudable, sin embargo, que en una oración como Este señor es mi abuelo no se establece solamente “la mera identidad entre sujeto y atributo”, como pretende FSF (FSF, 318), sino que añadimos información adicional al sujeto más allá de la simple identificación y ecuación de los dos constituyentes. La exclusión de los predicados que establecen una identidad referencial entre sujeto y predicado de la categoría de los predicados es, por lo tanto, arbitraria. Es evidente que tanto

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en la relación referencial a entidades idénticas como en la referencia a entidades no idénticas realizamos actos de predicación atribuyendo información semántica al sujeto. En la oración citada Este señor es mi abuelo, sujeto y predicado, además, son categorialmente complejos y encierran los sustantivos “clasificadores” señor y abuelo y los pronombres14 demostrativo este y posesivo mi. La máquina derivacional de la GG –virtual aún a más de medio siglo vista– los habría que fusionar hacia una determinación deíctica SD y SN, o eliminarlos como tales. Esto, naturalmente, no pasaría con XXVII Una rosa es una rosa es una rosa es

pero sí con XXVIII Esta chica es mi tesoro,

que, evidentemente, “satura una relación predicativa” y “asigna una propiedad a un individuo” (FSF, 319). FSF termina su análisis del diferencial ser/estar postulando un “Sintagma Aspectual” (Sasp) en la derivación sintáctica para comprobar si un adjetivo dispone del rasgo +/-eventivo o no. Sasp, por ejemplo, no permitiría la combinación de disponible con ser: (198) *[Sasp[-eventivo]es [disponible [+eventivo]]] (FSF, 320). El problema que surge con esta formalización ya quedó expuesto arriba: está en la definición de “eventivo” y en determinar qué complementos y qué adjetivos se pueden etiquetar con este rasgo. Si atribuimos “eventivo” a un grupo determinado de adjetivos, en realidad reunimos todos los casos en los que aparece “estar” con adjetivos, y si asignamos +/- eventivo al adjetivo, no decimos nada tampoco sobre la combinación actual y concreta de ser/estar, ni si ésta está o es permitida. Bajo el punto de vista de una teoría dirigida a buscar representaciones formales de estructuras lingüísticas sería más económico y transparente aplicar +/- estar al grupo de adjetivos en cuestión, o sea, en este caso, disponible + estar, que es, precisamente, lo que hace el método descriptivo. 14

O adjetivos demostrativos y posesivos, según la sistematización categorial empleada.



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Resumiendo nuestros comentarios sobre el enfoque de FSF, llegamos a las siguientes conclusiones: 1. El análisis de ser y estar mediante dos tipos de predicados –de nivel de individuo y de estadio– es poco diferenciador y solo refleja una pequeña parte de los usos de estos dos verbos. Su concepción, por otra parte, se basa en datos elaborados y reunidos por la descripción tradicional, de entre los que se seleccionan casos prototípicos del uso para subsumirlos a los tipos de predicados mencionados. Este procedimiento lleva a una reducción considerable de la perspectiva científica y, por consiguiente, ignora un gran número de las explicaciones formuladas por la gramática interpretativodescriptiva. El planteamiento seguido por FSF adapta los datos empíricos a solo dos patrones analíticos dejando de lado, por ejemplo, funciones como las autosemánticas (usos “absolutos”) y auxiliares (en la formación de la voz pasiva, del gerundio) de los dos verbos. 2. El tratamiento formal de ser y estar, –anunciado en el prólogo de FSF–, se reduce a una fórmula muy elemental de la lógica de predicados que relaciona el uso de los dos verbos a dos tipos de predicados que representa mediante f(x) –“nivel de individuo-no eventivo”– y f (x, e) –“eventivo”–, y por la adscripción de un rasgo +/- eventivo a un grupo no definido de adjetivos. La definición del predicado “eventivo” es poco clara y se basa en una abstracción de circunstancias, sucesos, acciones y eventos muy heterogéneos, borrando así muchas diferencias existentes entre las categorías sintácticas involucradas. Constituye, por eso, una abstracción negativa, en el sentido de hacer desaparecer un gran número de detalles y hechos concretos en un término abstracto no adecuado.15 3. El enfoque por predicados aquí presentado, en su razonamiento, es sustancialmente equivalente a la línea de interpretación tradicional, dado que formulaciones como “si el predicado es clasificador, la interpretación de ser también lo es” o “si el predicado es identificador, la interpretación de ser también lo es” se corresponden con “si se usa ser, el predicado se puede interpretar como clasificador o identificador”, formulación que tendría la

15

Comparto la opinión de Vañó-Cerdá cuando sostiene que “debido a la enorme complejidad de la problemática de los verbos ‘ser’ y ‘estar’, tan sólo una metodología analítica es capaz de aportar resultados positivos y claros en el tratamiento de sendos verbos; hasta ahora, todos los intentos de explicarlos deductivamente se han visto condenados al fracaso” (Váñó-Cerdá, cf. nota 8, pág. 15).

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4.

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ventaja de basar la interpretación del predicado en el análisis empírico del uso concreto y no en una distribución dual preconcebida de los dos verbos según las pautas de predicados poco diferenciadores. Que estas formulaciones no se encuentren en un lugar muy destacado en los estudios descriptivo-funcionales dedicados a ser y estar se debe, entre otros motivos, a que el interés explicativo de éstos no se dirige en primer lugar a la determinación categorial de predicados, considerándose éstos, para sus fines, como herramientas analíticas demasiado burdas. El atribuir una información aspectual a ser y estar depende de cómo se interprete la categoría del aspecto. Del análisis presentado, desde luego, no se deriva ninguna necesidad de postular un “sintagma aspectual”, SAsp (FSF, 319), se introduzca o no, en una “configuración” formal. Si se introdujera, el aparato derivacional de la GG dispondría de otra categoría mal definida más. Como “sintagma” no presenta un nexo claro con expresiones lingüísticas identificables inequívocamente y, por lo tanto, no es suficiente para modelar la realidad lingüística de manera satisfactoria. Como término categorial es, además, demasiado contradictorio para que una derivación computacional del tipo Turing pudiera funcionar con éxito.

II) Crítica II: Didáctica La pregunta esencial que se plantea un aprendiz del español LE con referencia a los dos verbos es ¿Cuándo se usa ser y cuándo estar? Muchas veces, la respuesta a esta pregunta se basa en dos vías didácticas posibles: una de ellas ofrece una explicación explícita y cognitiva del dualismo16 y otra aspira a fomentar la asimilación y autogeneración de los usos partiendo de ejemplos tomados del lenguaje actual. La concepción moderna de la enseñanza trata de combinar estas dos vías y de posibilitar el acceso a la problemática através de múltiples canales de aprendizaje diferentes. El tratamiento de ser y estar, por lo tanto, se ha intentado configurar desde perspectivas heterogéneas. Como el problema es complejo –sobre ser y estar se ha derramado mucha tinta17– en el terreno teórico no se pueden esperar solu16 17

Bajo la perspectiva práctica conviene un tratamiento tripartito, no dual, que incluya los usos impersonales de “haber”, en contraste con “estar” con indicaciones de lugar: El banco está en la calle de Vitruvio. Allí hay un banco. Es el Banco del Pobre–, usado ya en muchos manuales de ELE. José Andrés de Molina Redondo, Jenaro Ortega Olivares, Usos de “ser” y “estar”, Madrid (SGEL) 1990 (11987), pág. 17.



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ciones fáciles. Afortunadamente disponemos de una bibliografía relativamente amplia dedicada a las exigencias del aprendizaje de ELE que ha reunido un gran acopio de materiales y observaciones valiosas.18 En la mayoría de los casos, metodológicamente, se combinan la casuística y la recopilación de ejemplos con la formulación de reglas de uso para posibilitar tanto el acceso cognitivo como la asimilación inductiva. Una de las gramáticas didácticas de la última generación publicadas en Alemania, la Große Lerngrammatik Spanisch,19 lleva al alumnado a diferenciar entre Zustand20 (estar) y Definition (ser)21, para subclasificar el tema a continuación según varios criterios semánticos y formales que incluyen la intención subjetiva de los hablantes. Los ejemplos presentados se complementan con explicaciones (método cognitivo), preguntas que inducen a formular reglas (método inductivo-autónomo), tests (autoevaluación) y ejercicios con soluciones (entrenamiento). También la Praxis-Grammatik Spanisch22 trata el tema de ser y estar exhaustivamente y lo contrasta desde el principio con haber y hay. Las reglas de uso se formulan en base a ejemplos tomados del uso estándar del castellano y dan recomendaciones para el empleo según distintos grupos pragmáticos. Hablando de ser se destaca su función identificadora y categorizadora: “Mit ser identifiziert und definiert man Sachen und Personen und ordnet sie nach Kategorien” (pág. 202). La autora, en este contexto, rechaza la interpretación duradero – transitorio

18

19 20 21 22

Cito a título de ejemplo: Ricardo Navas Ruiz, Ser y estar. Estudio sobre el sistema atributivo español, Salamanca (Universidad) 1963. Ricardo Navas Ruiz, Ser y estar. El sistema atributivo del español, Salamanca (Almar) 1977. Ricardo Navas Ruiz, Covadonga Llorente Vigil, Ser y estar. Verbos atributivos. La voz pasiva, Salamanca (Colegio de España) 32002 (11984). Margarita Porroche Ballesteros, Ser y estar y verbos de cambio, Madrid (Arco) 1988. La Gramática didáctica del español de Leonardo Gómez Torrego, Madrid (Ediciones SM) 2002 (11997) se decanta por una presentación deductivo-cognitiva de la temática, dándole prioridad a la combinación de ser y estar con adjetivos (págs. 62–63) y de ser con participios (págs. 198-199). La interpretación de los usos de los dos verbos es la tradicional. De los adjetivos que se combinan con ser se afirma que designan “una cualidad inherente a lo designado por el sujeto” (pág. 63) y “una característica más o menos permanente del sujeto, que pertenece a su descripción o que lo clasifica (lo introduce en una clase de entes)” (pág. 63). Claudia Moriena, Karen Genschow, Große Lerngrammatik Spanisch. Regeln, Anwendungsbeispiele, Tests, Ismaning (Hueber) 22010 (12004). Adviértase que en Zustand se refleja el significado prototípico de estar: stehen–Stand. Moriena, Genschow (nota 19), págs. 504–513. Margarita Görrissen, Im Griff. Praxis-Grammatik Spanisch. Das große Lern- und Übungswerk, Stuttgart (Ernst Klett) 2006.

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al afirmar “Es ist nicht ausschlaggebend, ob die Eigenschaft unveränderlich oder dauerhaft ist, sondern ob sie dazu dient, eine Person oder Sache (vorerst bzw. grundsätzlich) einer Gruppe zuzuordnen” (pág. 203), mostrando en esto cierto paralelismo con el planteamiento de FSF. Estar se relaciona, en primer lugar, con indicaciones espacio-temporales y depende de juicios subjetivos del hablante. Los usos que se citan son numerosos y se resumen al final en dos tablas comparativas seguidas por unos ejercicios de entrenamiento contrastivo. El dualismo de los adjetivos, que representa uno de los obstáculos mayores para la adquisición adecuada del uso intencionalmente correcto de ser y estar, se explica de la siguiente forma: “Weil sie als definierend empfunden werden, verwendet man folgende Adjektive in der Regel mit ser” (pág. 203), o, también, “Weil die Bedeutung immer einen Vergleich beinhaltet, verwendet man folgende Adjektive immer mit estar” (pág. 205). La presentación del tema comprende un gran número de casos típicos en combinación con comentarios pragmáticos que facilitan la comprensión de los distintos significados y usos de los dos verbos. Ya la Praktische Grammatik der spanischen Sprache23 había dedicado mucha atención a ser y estar. Los diferentes usos se explican a lo largo de diez páginas (págs. 203–213) y comprenden dieciséis casos típicos (diez para ser y seis para estar) con dos amplias listas de adjetivos que se combinan con ser y estar, respectivamente. Otra recopilación enumera los usos opcionales. Ser se explica de modo tradicional por expresar una “charakteristische Eigenschaft einer Person oder einer Sache” (pág. 203) y estar por “vorübergehende Eigenschaft” (pág. 207) y “vorübergehender Zustand” (pág. 208). Si comparamos las gramáticas citadas con el planteamiento seguido por FSF podemos resumir los siguientes aspectos: – Las reglas –tesis en mis palabras– de FSF no sobrepasan, ni cuantitativa –ni sustancialmente–, lo recogido por las gramáticas prácticas analizadas. Al contrario, reducen la multiplicidad de usos y casos a categorías muy abstractas que no facilitan la comprensión del fenómeno gramatical y de su aprendizaje. No podemos apreciar en absoluto el “salto cualitativo” de la teoría anunciado en el prólogo. – Las gramáticas prácticas y materiales didácticos, a veces, formulan reglas inadecuadas que simplifican los hechos y que incurren en redundancias.

23

Wolfgang Reumeuth, Otto Winkelmann, Praktische Grammatik der spanischen Sprache, Wilhelmsfeld (Egert Verlag) 21993 (11991).



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Por otra parte ofrecen una rica muestra de usos que permite al alumno conceptualizar el fenómeno, realizar abstracciones inductivas y llegar a una comprensión adecuada de los dos verbos. Si finalmente se consigue una (re)producción correcta en la lengua del estudiante no-nativo, depende de muchos otros factores que pueden ser de índole muy diversa*.

*

Nota personal final: El tema de ser y estar me recuerda una escena de La Banda de Olsen –una serie de películas policíacas danesas de corte humorístico– en la que el inspector de turno le dice a su asistente: “Este es un caso fantástico. Tendremos para años sin solucionarlo.”

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 267-300

Wörterbücher von heute und morgen Überlegungen zu lexikographischen Benutzersituationen im zweisprachigen Kontext: Spanisch-Deutsch

meike meliss

Santiago de Compostela

1.

Einleitung

Nicht nur in der Auslandsphilologie spielen Wörterbücher unterschiedlichster Art für die Sprachproduktion und – rezeption eine besonders zentrale Rolle. Sprachwissenschaftler wie Literaturwissenschaftler, Lehrende wie Lernende, Muttersprachler wie Sprecher einer Zweit- oder Fremdsprache sind gleichermaßen den inzwischen sehr breit gefächerten lexikographischen Ressourcen ausgesetzt. Eine angebrachte Wörterbuchbenutzungskompetenz muss erlernt werden,1 um unadäquate, am Ziel vorbeistrebende Nachschlagevorgänge zu vermeiden. Anhand verschiedener konkreter bilingualer Benutzungssituationen sollen im Folgenden einige Wörterbuchtypen kritisch bezüglich ihres Informationswertes untersucht werden. Dabei steht sowohl die Perspektive eines hispanophonen Deutschlerners als die eines deutschsprachigen Spanischlerners im Mittelpunkt folgender Fragenkomplexe: a) Welche Information bieten uns zweisprachige Wörterbücher? Sind die Ausganslemmata und die Äquivalenzangebote genügend semantisch, syntaktisch und pragmatisch disambiguiert? b)Welche 1

Stefan Engelberg, Lothar Lemnitzer, Lexikographie und Wörterbuchbenutzung, Tübingen 2001, 2009, S. 89; Thomas Herbst, Michael Klotz, Lexikografie, Paderborn 2003, S. 158.

4

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zusätzlichen Informationen bieten uns einsprachig semasiologisch orientierte Wörterbücher? Werden die unterschiedlichen Lesarten klar voneinander abgegrenzt? Welche Rolle spielen die Bedeutungsdefinitionen, der Verweis auf paradigmatische Sinnrelationen und die syntagmatische Information? c) Welchen Benutzerkreis sprechen die syntagmatisch orientierten Spezialwörterbücher und speziell die Valenzwörterbücher an? d) In welcher Benutzersituation werden onomasiologisch orientierte Spezialwörterbücher konsultiert? Im Anschluss an die Darstellung einiger unterschiedlicher Benutzungssituationen und den damit verbundenen kritischen Kommentaren bezüglich des lexikographischen Informationswertes und der Benutzerfreundlichkeit soll auf die zukünftigen lexikographischen Anforderungen eingegangen und auf das lexikographische Forschungsprojekt DICONALE2 Bezug genommen werden.

2.

Ausgangspunkt

Exemplarisch werde ich mich mit einigen Vertretern der zweisprachig, einsprachig, syntagmatisch, paradigmatisch und onomasiologisch ausgerichteten Wörterbüchern beschäftigen. Ausgangspunkt für die Analyse sind sechs verschiedene Benutzungssimulationen (BS), die in Zusammenhang mit den im Anhang aufgeführten Belegbeispielen aus CREA3 und DEREKO4 stehen, und die je nach semasiologischer und/oder onomasiologischer Perspektive die Benutzung des einen oder anderen Wörterbuchtypus erfordern. Die Kommunikationsverben preguntar bzw. fragen stehen bei den folgenden Betrachtungen exemplarisch im Mittelpunkt des Interesses. BS1: Rezeption in Fremdsprache und Übersetzung in Muttersprache (Ausgangssprache Spanisch – Zielsprache Deutsch): ein deutschsprachiger

2

3 4

DICONALE: Estudios para la elaboración de un diccionario conceptual de lexemas verbales del alemán y español. Es handelt sich um ein Forschungsprojekt zur Erstellung eines konzeptuellen Wörterbuches verbaler Lexeme des Deutschen und Spanischen mit bilateralem Zugang, welches von der Xunta de Galicia unter meiner Leitung seit 2010 gefördert wird (INCITE: 10PXIB204 188PR). Der vorliegende Beitrag ist im Rahmen dieses Projektes erstanden. CREA: Corpus de la Real Academia española: [http://corpus.rae.es/creanet.html] DEREKO: Deutsches Referenzkorpus des IDS-Mannheim (Institut für Deutsche Sprache) - abrufbar über das Korpusrecherche und -analysesystem COSMAS II (Corpus Search, Management and Analysis System): [https://cosmas2.ids-mannheim.de/cosmas2-web/]



meike meliss Wörterbücher von heute und morgen

269

Lerner des Spanischen möchte die spanischen Belegbeispiele (1–8), in denen verschiedene Bedeutungen des Verballexems preguntar vorliegen, ins Deutsche übersetzen. Der Benutzer sucht Information zu den verschiedenen Lesarten und Entsprechungen für die jeweiligen im Kontext vorliegenden Bedeutungsvarianten von preguntar. Die Wörterbuchkonsultation soll hauptsächlich die Rezeption der Fremdsprache (Spanisch) absichern. BS2: Rezeption in Muttersprache und Übersetzung in Fremdsprache (Ausgangssprache Spanisch – Zielsprache Deutsch): Die gegebenen Beispiele (1–8) sollen von einem hispanophonen Sprecher ins Deutsche übersetzt werden. Die Konsultation der Wörterbücher dient dazu, verschiedene Unsicherheiten bezüglich der Textproduktion in der Fremdsprache (Deutsch) bzw. Übersetzung zu beseitigen. BS3: Rezeption in Muttersprache und Übersetzung in Fremdsprache (Ausgangssprache Deutsch – Zielsprache Spanisch): ein deutschsprachiger Lerner des Spanischen möchte wissen, welche Entsprechungen es für fragen in den Belegbeispielen (9–17) im Spanischen gibt, um die Beispiele korrekt übersetzen zu können. Die Konsultation von Wörterbüchern soll verschiedene Unsicherheiten bezüglich der Textproduktion in der Fremdsprache (Spanisch) bzw. Übersetzung beseitigen. BS4: Rezeption der Fremdsprache und Übersetzung in Muttersprache (Ausgangssprache Deutsch – Zielsprache Spanisch): ein hispanophoner Lerner des Deutschen möchte wissen, welche Entsprechungen es für fragen in den Belegbeispielen (9–17) in seiner Muttersprache gibt. Die Wörterbuchkonsultation soll hauptsächlich die Rezeption des Deutschen absichern. BS5: Freie Produktion in Zielsprache Spanisch: Ein deutschsprachiger Lerner des Spanischen schreibt auf Spanisch einen Bericht zu dem Thema “Wie funktioniert der universitäre Unterricht in Deutschland?” und sucht für das Verballexem preguntar andere Ausdrucksmöglichkeiten aus dem konzeptuellen Bereich “verbale Kommunikation & wissen wollen”, um den Text stilistisch vielfältig zu gestalten. BS6: Freie Produktion in Zielsprache Deutsch: Ein hispanophoner Lerner des Deutschen schreibt auf Deutsch einen Bericht zu dem Thema “Wie funktioniert der universitäre Unterricht in Spanien?” und sucht für das Verballexem fragen andere Ausdrucksmöglichkeiten aus dem konzeptuellen Bereich “verbale Kommunikation & wissen wollen”, um den Text stilistisch vielfältig zu gestalten.

270

3.

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

Welche Information bieten uns zweisprachige Wörterbücher?

Zweisprachige Wörterbücher sind laut Herbst und Klotz “höchst komplexe und vielleicht auch höchst seltsame Gebilde”.5 Anhand einer exemplarischen Analyse soll dieser Behauptung nachgegangen werden. In einer ersten Annäherung an die Benutzungssimulationen BS1–BS6 werden die zweisprachigen alphabetisch geordneten Wörterbücher Slaby und Grossmann6 und Langenscheidts Handwörterbuch7 herangezogen. Aus der Unterscheidung zwischen aktiven (Ausgangssprache = Muttersprache) und passiven (Ausgangssprache = Fremdsprache) Wörterbüchern und deren jeweiligen typischen Merkmalen8 ergibt sich zunächst die Konsultation von SGDS und LDS für BS3, BS4 und eventuell BS5, während die Richtung Spanisch - Deutsch für BS1, BS2 und eventuell BS6 angebracht ist. Aus Tabelle 1 wird ersichtlich, dass je nach Benutzerperspektive dasselbe WB einmal aktives und einmal passives WB ist, wobei adäquate Information für die eine Perspektive, unadäquat oder sogar mit Worten von Herbst und Klotz “unsinnig”9 für die andere Perspektive werden kann. Tabelle 1: Benutzungssituationen und zweisprachige Wörterbuchtypologie

Benutzungssituationen Sprachliche Ausrichtung BS3 WBdt-sp ?BS5 BS4 BS2 WBsp-dt ?BS6 BS1

5 6 7 8

9

Deutsch

Spanisch

WBtyp

Muttersprache

Fremdsprache

Aktives WB

Fremdsprache Muttersprache

Muttersprache Passives WB Fremdsprache Aktives WB

Fremdsprache

Muttersprache Passives WB

Herbst, Klotz (Anm. 1), S. 102. Rudolf Slaby, Rudolf Grossmann, Diccionario de las lenguas española y alemana, Tomo I: Español–Alemán, Barcelona 1963 / 71988; Tomo II: Alemán–Español, Barcelona 1953, 81987. Langenscheidts Handwörterbuch Spanisch, Berlin / München, Teil 1: Spanisch–Deutsch, Teil 2: Deutsch–Spanisch, 1971, 121982. Engelberg, Lemnitzer (Anm. 1), S. 124 ff.; Herbst, Klotz (Anm. 1), S. 104 ff. Dazu auch: Franz Josef Hausmann, Reinhold Otto Werner, “Spezifische Bauteile und Strukturen zweisprachiger Wörterbücher: eine Übersicht”, in: Franz Josef Hausmann, Oskar Reichmann, Herbert Ernst Wiegand & Ladislav Zgusta (Hg.), Dictionaries. An International Encyclopedia of Lexicography. Berlin / New York 1989–1991(HSK 5.1-5.3.), S. 2729-2770. Herbst, Klotz (Anm. 1), S. 104.



meike meliss Wörterbücher von heute und morgen



271

3.1. Spanisch-Deutsch In einem ersten Annäherungsversuch an BS1 und an BS2 werden für die Übersetzungen der Beispiele (1-8) die Wörterbücher SGSD und LDS konsultiert. Entsprechend der Situation sollten sie die Merkmale eines passiven Wörterbuches für BS1 und die eines aktiven Wörterbuches für BS2 besitzen. Aus den Situationen ergibt sich, dass der Benutzer zunächst eine rezeptive Perspektive einnimmt, um die aktuelle Bedutung von preguntar in den Beispielen zu verstehen, dann aber zur Übersetzung in seine Muttersprache (BS1) bzw. in die Fremdsprache (BS2) auch eine Produktionsperspektive einnehmen muss. Die Disambiguatoren10 zur Unterscheidung der polysemen Lesarten von preguntar und der Äquivalenzangebote im Deutschen stehen im Mittelpunkt der folgenden Beobachtungen, wobei die Information aus den Wörterbüchern (Tabelle 2) mit den entsprechenden Äquivalenzangeboten und die Zuordnung zu den Belegbeispielen (1–8) folgende Schlüsse zulassen: a. In SGSD wird nur ein Lemmazeichen für preguntar angeboten, während LSD zwei Lemmazeichen anführt. Die Disambiguierung des spanischen Eintrages erfolgt durch Kotextangaben (SGSD: ~la lección), durch diasystemische Markierung (SGSD: ), durch syntaktische Angaben (SGSD: transitiv, intransitiv; LSD: transitiv, intransitiv, reflexiv; Präpositiv: por) und Beispiele (SGSD: le pregunté por su nombre). b. Während in SGSD vier verschiedene Übersetzungsäquivalente zu preguntar angeboten werden (fragen, abfragen, ausfragen, verhören), finden wir in LSD nur eine Entsprechung mit der reflexiven Variante (fragen, sich fragen). Die Disambiguierung der Äquivalenzen erfolgt durch Angabe von Synonymen (SGSD: ausfragen, verhören), Kotextangaben (SGSD: Schüler) und durch syntaktische Angaben (SGSD: jdn. (aus)fragen; LSD: Präpositiv: nach dat). c. Die Entsprechungsangebote in SGSD sind ungenau und nicht unbedingt korrekt bezüglich der Disambiguatoren, wie im Folgenden mit Bezug auf die Beispiele (1-8) dargestellt wird. i) Diasystemische Markierung - Registerebene: Laut SGSD scheinen die Entsprechungen ausfragen und verhören angebracht, wenn es sich um einen juristischen Kontext handelt. Da es sich in BS1 um einen kompetenten Sprecher des Deutschen handelt, weiß er allerdings, dass die Beispiele (4.1.sp) und (4.2.sp) trotz des entsprechenden 10

Engelberg, Lemnitzer (Anm. 1), S. 124 ff.

272

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

juristischen Kontexts nicht mit ausfragen oder verhören, sondern mit fragen nach übersetzt werden sollten.11 Diese Information kann allerdings in BS2 nicht vorausgesetzt werden, und führt zu möglichen Fehlübersetzungen, da die Bedingungen für den Gebrauch von ausfragen und verhören und Regeln für die eine oder andere Entsprechung nicht angeboten werden. ii) syntaktische Information – kommunikativer Kontext: Die Entsprechung ausfragen wird in SGSD auch für den spanischen Strukturtypus “preguntar a alguien” angeboten. Dieser Strukturtyp für das spanische Verb muss aber durch eine Präpositionalphrase mit “por“ ergänzt werden, um uns zu denkbaren Beispielen mit der Äquivalenz ausfragen im Deutschen zu führen: preguntar [a alguien (acu) por alguien/algo (prp)]. Dieses für das spanische Verb relativ häufige Konstruktionsmuster ist allerdings nur in ganz bestimmten kommunikativen Kontexten, in denen Neugierde und Drängen auf Detaillwissen eine Rolle spielen12, für die angeführte deutsche Entsprechung ausfragen denkbar. Zwar lässt sich die fehlende pragmatische Disambiguierung eventuell durch die passive Benutzerperspektive erklären und kann bei der Produktion in BS1 durch die muttersprachlichen Deutschkenntnisse kompensiert werden, in BS2 führt die Wörterbuchinformation den Benutzer allerdings zu falschen Entsprechungen, da keine Erklärungen zu den semantischen, syntaktischen und pragmatischen Unterschieden zwischen fragen und ausfragen angeboten werden. iii) Kotext - semantische Umgebung: Bei der möglichen Entsprechung abfragen13 wird in SGSD der Bezug auf Lernsituationen vorgenommen und kann aus diesem Grunde für die Übersetzung der Beispiele (1.1.sp ) und (1.2.sp) gelten.14 iv) syntaktische Information - Konstruktio-

11 12 13 14

Für den juristischen Kontext gibt es im Spanischen das Verb interrogar, welches dann besser mit verhören übersetzt werden könnte (Beispiel 7.1.). Normalerweise kommen wir eher von dem spanischen Verb interrogar zu ausfragen. Beispiele mit ausfragen, in denen Neugier eine Rolle spielt, werden im Spanischen eher mit curiosear ausgedrückt. Nur nebenbei sei angemerkt, dass man im Spanischen viel häufiger “tomar la lección” sagt und sich in CREA nur wenige Belegbeispiele zu “preguntar la lección” registrieren ließen. Weitere Kontexte, in denen abfragen möglich wäre, sind von Interesse, aber hier für eine passive Wörterbuchperspektive nicht relevant, da der Sprecher des Deutschen (BS1) selbst die Kompetenz besitzt, abfragen auch mit anderen Kontexten in Verbindung zu bringen (z.B.: Daten abfragen, den Zähler abfragen etc.). Dass er zu diesen Möglichkeiten nicht von preguntar kommt, sondern eher von consultar ist eine wichtige Information, die aber für die gegebene Benutzungssimulation nicht relevant ist.



d.

meike meliss Wörterbücher von heute und morgen

273

nsmuster: bezüglich der Konstruktionsmuster zu preguntar werden uns nur wenige Informationen geliefert. Neben einer transitiven und einer intransitiven Variante zeigt LSD auch eine reflexive Variante auf. In beiden Wörterbüchern wird außerdem die Möglichkeit durch einen Präpositionalanschluss mit “por” erwähnt, wobei SGSD nur nebenbei durch das Beispiel preguntar por su nombre darauf hinweist. Warum für diese Konstruktion nicht noch weitere Äquivalenzmöglichkeiten für das Deutsche angeboten werden, so z.B. sich erkundigen nach etwas/jemandem bleibt allerdings unklar. In den Beispielen (2.1.-2.4.sp) werden spezifische Besonderheiten bezüglich der nominalen Realisierungsmöglichkeiten der Akkusativergänzung im Spanischen sichtbar, auf die die konsultierten Wörterbücher nicht näher eingehen. Beispiele mit nominalem direktem Objekt / Akkusativ (preguntar la hora, la causa, la razón) stoßen bei einem Lerner des Spanischen mit deutscher Muttersprache vielleicht zunächst auf Verwunderung und führen dann zu einer Übersetzungsäquivalenz durch fragen nach/sich erkundigen nach. Eine übersichtlichere und systematische Darstellung der verschiedenen Konstruktionsmöglichkeiten für preguntar wäre aus der passiven Benutzerperspektive wünschenswert, überfordert allerdings die Ziele eines traditionellen zweisprachigen (Übersetzungs)wörterbuches. Die syntagmatische Information, die der Benutzer in BS2 aus den beiden besagten Wörterbüchern entnehmen kann, ist aus den angeführten Gründen mangelhaft, denn die angebotenen Entsprechungen fragen, abfragen, ausfragen, verhören weisen verschiedene Konstrukruktionsmuster auf, über die der Benutzer nicht informiert wird, die er aber zur korrekten fremdsprachlichen Textproduktion benötigt. Eine schematische Gegenüberstellung der lexikographischen Information und die Zuordnung der Belegbeispiele wird in Tabelle 2 angeboten. Nur in den Beispielen (1), (5) und (6) liegt mit den denkbaren Übersetzungsangeboten eine Übereinstimmung mit der Wörterbuchinformation vor. In den anderen Fällen existiert eine klare Diskrepanz zwischen lexikographischer Information und der Sprachkompetenz, die es mir erlaubt, die Belegbeispiele mit anderen Konstruktionsmustern oder gar anderen Lexemen zu übersetzen.

274

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

Tabelle 2: Gegenüberstellung der Information aus SGSD und LSD für BS1 und BS2 mit Belegbeispielzuordnung

Lemmatisierte Entsprechung Entsprechung Belegbeispiele Information LSD SGSD

Andere Übersetzungsmöglichkeiten

I. preguntar fragen fragen *(2.1.sp) vt/vi *(2.2.sp) *(2.3.sp) *(2.4.sp) (5.1.sp) (5.2.sp) (5.3.sp) preguntar – ausfragen *(4.1.sp) jur. verhören *(4.2.sp) preguntar – jemanden ??? a alguien (aus)fragen preguntar – abfragen (1.1.sp) la lección (1.2.sp) II. preguntar por fragen nach – (3.1.sp) (3.2.sp) preguntar por nach seinem (3.3.sp) su nombre Namen fragen (4.2.sp) (8.1.sp) III. preguntarse sich fragen – (6.1.sp) refl. (6.2.sp) (6.3.sp)

jdn. fragen nach

e.

jdn. nach etwas fragen ® verhören ß interrogar (7.1.sp)

sich erkundigen nach

In BS6 könnte der hispanophone Benutzer von den Kenntnissen seiner Muttersprache ausgehen und weitere sprachliche Mittel zum Ausdruck von “verbale Kommunikation & wissen wollen” aktivieren, für die er dann in den spanisch–deutschen Wörterbüchern SGSD und LSD u.a. folgende mögliche Entsprechungen (Tabelle 3) findet. Für die angebrachte Anwendung der aufgefundenen Entsprechungen ergeben sich dann allerdings die schon in a–d aufgeführten Probleme.



meike meliss Wörterbücher von heute und morgen



275

Tabelle 3: Onomasiologische Perspektive: “verbale Kommunikation & wissen wollen”, spanisch ® deutsche Entsprechungen “verbale Kommunikation & wissen wollen”: Spanische Einträge: SGSD und LSD interrogar examinar entrevistar indagar informarse consultar [...]

Mögliche Entsprechungen im Deutschen: SGSD und LSD

ausfragen, befragen, verhören, vernehmen untersuchen, prüfen, verhören, befragen (jur) interviewen, ausfragen erforschen, forschen, auskundschaften, ermitteln, untersuchen, (nach)fragen, [...] sich erkundigen, sich informieren [...] um Rat fragen, befragen, beratschlagen, zu Rate ziehen, sich beraten lassen, konsuktieren, nachsehen, nachschlagen [...] [...]

3.2. Deutsch–Spanisch Für die Benutzungssimulationen BS3 und BS4 werden die oben erwähnten Wörterbücher mit der Richtung Deutsch-Spanisch gewählt. Entsprechend der Situation sind die Wörterbücher SGDS und LDS in BS3 aktive Wörterbücher, da sie von der Muttersprache (Deutsch) des Benutzers ausgehen. Hingegen liegt eine passive Perspektive für den Benutzer in BS4 vor, da er von der fremdsprachlichen Rezeption ausgeht und eine Entsprechung in seiner Muttersprache (Spanisch) sucht. Auch hier stehen die Disambiguatoren zur Untersuchung der verschiedenen Lesarten der deutschen Lemmatazeichen und der Äquivalenzangebote im Spanischen im Zentrum der Analyse. Die systematisch zusammengestellte Information aus den Wörterbüchern (Tabelle 4), die entsprechenden Äquivalenzangaben und die Zuordnung zu den Belegbeispielen (9-17) erlauben folgende Beobachtungen: a. Die Einträge in SGDS und in LDS zu dem Ausgangslemma fragen bieten wesentlich mehr Information, als die entsprechenden Wörterbuchartikel zu preguntar in SGSD und LSD. Die Disambiguierung für fragen, sowie für die möglichen spanischen Äquivalente wird viel ausführlicher dargestellt als für das Ausgangslemma preguntar und die deutschen Entspre-

276

b.

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

chungen in SGSD und LSD. Dies lässt sich daraus erklären, dass sich das Langenscheidt Wörterbuch und in geringerem Maße auch SG hauptsächlich an einen deutsprachigen Benutzer wenden, der sich bei der Richtung Deutsch " Spanisch mit Fragen der fremdsprachlichen Produktion beschäfigen muss, also die aktive Perspektive einnimmt, während die Richtung Spanisch " Deutsch eher mit der fremdsprachlichen Rezeption in Verbindung gebracht wird (passive Perspektive). Durch die in LDS hauptsächlich syntagmatisch orientierte Disambiguierung für das Ausgangslemma fragen ergeben sich drei verschiedene Konstruktionsmuster (transitiv / intransitiv, reflexiv, unpersönlich) und zusätzlich verschiedene Möglichkeiten der Argumentenkombinatorik (Akkusativergänzung, Präpositivergänzung). Damit verbunden resultiert eine Zuordnung zu zwei Übersetzungsäquivalenten (preguntar, interrogar) mit entsprechenden semantisch-syntaktisch motivierten Disambiguierungsmerkmalen (a alguien, a algo, por alguien). Das Wörterbuch SGDS bietet neben den Entsprechungen preguntar, interrogar, consultar auch informarse, pedir und aconsejar an, weist allerdings eine nur unzureichende und ungenaue semantische Disambiguierung für die spanischen Äquivalente auf. In diesem Zusammenhang ist auffällig, dass in allen Belegbeispielen mit Ausnahme der Beispiele unter (13), für die keine passende lemmatisierte Information in LDS und SGDS angeboten wird, zunächst das Äquivalent preguntar möglich ist, dass also die anderen angebotenen Entsprechungen an Kontexte gebunden sind, die in den Wörterbüchern nicht spezifiziert werden. Tabelle 4: Gegenüberstellung der Information aus LDS und SGDS für BS3 und BS4 mit Belegbeispiel-Zuordnung

Lemmatisierte Information

Übersetzungs- äquivalente LDS

Übersetzungs- Beleg- äquivalente beispiele SGDS

I vt/vi preguntar preguntar jemanden fragen preguntar a alguien (ausfragen) interrogar a 14.1. alguien hacer preguntas a alguien ausfragen (nach) – preguntar por interrogar acc fragen wegen, hacer preguntas a alguien sobre

Andere Übersetzungsmöglichkeiten – – –



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277

jemanden etwas preguntar a alguien – 9.2. – fragen algo 9.3. 9.4. 9.5. präp. nach fragen nach [um – preguntar por 15.1. – jdn zu sprechen] alguien nach jemandem preguntar – fragen por alguien fragen nach – preguntar por 10.1. etwas algo 10.2. [nachforschend] 10.3. informarse sobre algo jemanden nach interrogar a – jemandem/ alguien por etwas fragen alguien/algo; (ausfragen) jemanden nach preguntar a alguien – dem Befinden por la salud de... von... fragen [verlangen] – pedir präp. um jemanden um pedir permiso/consejo a Erlaubnis/Rat pedirle consejo a fragen alguien consultar un caso/ consultar a un médico

10.4. 10.5. ?10.1. ?10.2. ?10.3. ?10.5.



?10.3. 10.5. ?15.1. 16.1. 16.2.



11.1

pedir ® bitten

aconsejarse con; II vr sich fragen preguntarse me pregunto si... 12.1. ich frage mich, me pregunto si... 12.2. ob... es fragt sich queda por saber / 17.1. resolver noch, ob... III vimp es fragt sich, queda por saber – ob ... si...; queda por resolver si... das fragt sich eso es dudoso – – – – 13.1.– 13.6. – – – 9.1.

preguntar

preguntarse quién, cómo, qué...

¿? dirijir / lanzar una pregunta a... preguntar por?

sch–deutsche Entsprechungen

278

c.

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

Wenn der deutschsprachige Benutzer in BS5 seine Muttersprache aktiviert, um dann von ihr ausgehend andere bedeutungsähnliche lexikalische Mittel zum Ausdruck von “verbale Kommunikation & wissen wollen” zu suchen, könnte er verschiedene Entsprechungen in den zweisprachigen Wörterbüchern SGDS und LDS finden (Tabelle 5). Zu den jeweiligen Unterschieden der Äquivalente erhält der Benutzer allerdings nur ungenügende Information und ist gezwungen, andere Wörterbücher zu konsultieren, um eine korrekte fremdsprachliche Textproduktion abzusichern. Tabelle 5: Onomasiologische Perspektive: “verbale Kommunikation & wissen wollen”, deutsch ® spanische Entsprechungen

“verbale Kommunikation & wissen wollen” Deutsche Einträge: SGDS und LDS abfragen anfragen ausfragen befragen nachfragen sich durchfragen sich erkundigen sich informieren sich umhören forschen ausforschen erforschen nachforschen untersuchen konsultieren [...]

Spanische Entsprechungen: SGDS und LDS

preguntar, tomar la lección [...] preguntar, informarse, pedir informes, tomar informaciones, hacer una demanda, interpelar [...] preguntar, examinar, interrogar, pesquisar, sonsacar, sondear [...] interrogar, interpelar, preguntar, entrevistar, interviewar, tomar informes, informarse, consultar [...] informarse, pedir informes [...] preguntar por el camino, preguntar sucesivamente, orientarse preguntando [...] informarse, pedir informes, preguntar [...] informarse, enterarse, tomar informes [...] informarse, tratar de averiguar algo [...] investigar, explorar, inquirir, indagar [...] investigar, pesquisar, tantear, sondear, examinar, sonsacar, explorar inquirir [...] explorar, examinar, espiar, averiguar, estudiar, investigar, indagar, sondear [...] hacer pesquisas, investigar, indagar, pesquisar [...] examinar, inspeccionar, estudiar, analizar, registrar, comprobar, explorar, inspeccionar, investigar, examinar, explorar, analizar, sondear, pesquisar, indagar [...] consultar [...] [...]



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279

3.3. Zusammenfassung Die Konsultation der zweisprachigen Wörterbücher konnte für die verschiedenen Benutzersituationen nicht in jedem Fall zufriedenstellende Antworten anbieten. Für BS1 und BS3, in denen der Benutzer in die jeweilige Fremdsprache Deutsch bzw. Spanisch übersetzen möchte, scheinen die Wörterbücher für eine erste Annäherung nur teilweise adäquat zu sein, da die Disambiguatoren der Äquivalente für eine fremdsprachliche Produktion ungenügend sind. Zur Produktion eines Textes bzw. zur Erstellung einer Übersetzung in der Fremdsprache fehlen hauptsächlich syntagmatische Informationen für die Zielsprache.15 Hinzu kommt, dass der Begriff der lexikographischen Äquivalenz nicht mit dem strukturellen Äquivalenbegriff oder mit den Äquivalenzrelationen in der Übersetzungstheorie übereinstimmt.16 In den Situationen BS2 und BS4, in denen der Wörterbuchbenutzer jeweils in seine Muttersprache Deutsch bzw. Spanisch übersetzen möchte, ist die angebotene Wörterbuchinformation ebenfalls nur teilweise ausreichend, da die fremdsprachlichen Ausgangslemmata nur ungenügend semantisch disambiguiert sind. Die hier dargestellten Ergebnisse der exemplarisch durchgeführten Benutzerforschung treffen mit der Beobachtung von Engelberg und Lemnitzer überein, die feststellen, dass man relativ wenig Wörterbücher finde, die man als prototypische Umsetzung des passiven oder aktiven Typs nennen könne,17 und führen zu dem Vorschlag, den Herbst und Klotz anbieten,18 insgesamt vier Wörterbuchteile für ein Sprachenpaar zu entwickeln, in denen die Muttersprache und die Fremdsprache des Benutzers jeweils einmal Ausgangs- und Zielsprache ist.19 Hinzu kommt außerdem, dass neben den inhaltlichen Defiziten auch bestimmte „benutzerunfreundliche Eigenschaften“20 in genau den besagten zweisprachigen Wörterbüchern nachgewiesen werden können, die mit der formalen Gestaltung der lexikographischen Mikrostuktur in Zusammenhang stehen: 15 16 17 18 19 20

Model legt eine ausführliche Studie zur Syntagmatik deutsch-spanischer Wörterbücher vor: Benedikt A. Model, Syntagmatik im zweisprachigen Wörterbuch, Berlin 2010 (Lexicographica. Series Maior 137). Herbst, Klotz (Anm. 1), S. 107 ff. Engelberg, Lemnitzer (Anm. 1), S. 129 ff. und S. 210 ff. Herbst, Klotz (Anm. 1), S. 105. Zu allgemeinen Aspekten der deutsch-spanischen Lexikographie siehe auch: Franz Josef Hausmann, “Die zweisprachige Lexikographie Spanisch-Deutsch, Deutsch-Spanisch”, in: HSK 5.3. (Anm. 8), S. 2987-2991. Meike Meyer, Herbert Ernst Wiegand, “Gemischt-semintegrierte Mikrostrukturen für deutschspanische Printwörterbücher” in: Herbert Ernst Wiegand (Hg.), Studien zur zweisprachigen Lexikographie mit Deutsch V, Hildesheim 2000, S. 87-171, hier S. 87.

280

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

Es ist bisher in der zweisprachigen Lexikographie noch viel zu wenig darauf geachtet worden, dass die Komponenten der Wörterbuchform, die als Form der Artikel (und damit als textuelle Strukturen und Architekturen) in Erscheinung treten, für einen expliziten Benutzerbezug und damit für ein wesentliches Qualitätsmerkmal eines Wörterbuches mitverantwortlich sind.21

Es liegt nahe, andere Wörterbuchtypen zusätzlich zu konsultieren, um z.B. Ungenauigkeiten bezüglich der Gebrauchsregeln (fragen / abfragen; verhören / ausfragen; pregunta / consultar), der syntaktischen Strukturen (fragen + A / fragen nach; preguntar a alguien (por) algo o alguien / preguntar algo) etc. zu klären.22 Die Benutzungssimulationen BS5 und BS6 verlangen außerdem einen ganz anderen Wörterbuchzugriff, um nutzbare Information zu erhalten. Aus den oben erwähnten Analysen und Kommentaren ergibt sich, dass ich mich den Forderungen von Engelberg und Lemnitzer sowie Herbst und Klotz23 nach einer Reihe von Verbesserungen für zukünftige zweisprachige Wörterbücher bezüglich bestimmter Aspekte (Zugriffsstruktur, Gerichtetheit, korpusbasierte Auswahl der Lexeme in Ausgangs- und Zielsprache, bessere Strukturierung der Informationstypen etc.) anschließe.

4.

Der Weg zum einsprachigen Wörterbuch

Zur Klärung der oben offen gebliebenen Fragen und ungelösten Probleme liegt es nahe, z.B. entsprechende einsprachige Wörterbücher für beide Sprachen zu konsultieren. Da es in diesem Rahmen nicht möglich ist, die unterschiedlichsten Wörterbuchtypen,24 die in den besagten Fällen in Frage kämen, ausführlich vorzustellen, beschränke ich mich im Folgenden nur auf eine kleine Auswahl unterschiedlicher Wörterbuchtypen, die Antworten auf die einzelnen Probleme der gegebenen Benutzungssituationen anbieten können. Im Einzelnen beziehe ich mich auf Vertreter der semasiologisch, syntagmatisch, paradigmatisch und onomasiologisch ausgerichteten (Spezial)wörterbücher.

21 22 23 24

Ebda., S. 157. Ähnliche Probleme nennt Irma Hyvärinen für finnische und deutsche Verben: “Finnische und deutsche Verben des Fragens im Wörterbuch und im Text”, in: Jarmo Korhonen (Hg.), Von der mono- zur bilingualen Lexikographie für das Deutsche, Frankfurt 2001, S. 337-359. Engelberg, Lemnitzer (Anm. 1), S. 89 ff.; Herbst, Klotz (Anm. 1), S. 156. Franz Josef Hausmann, “Wörterbuchtypologie”, in: HSK 5.1. (Anm. 8), S. 968-980.



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281

4.1. Einsprachig-semasiologisch ausgerichtete Wörterücher Für das Spanische stütze ich mich auf die Wörterbücher Diccionario del español actual (DEA: Seco)25 und Diccionario de la Lengua español (DRAE)26, und für das Deutsche konsultiere ich das Duden Universalwörterbuch (DUW)27 und das Lernerwörterbuch Langenscheidts Großwörterbuch Deutsch als Fremdsprache (LGDaF)28. Für die Benutzungssimulationen BS1 – BS6 stehen folgende Fragen im Mittelpunkt: i) Wie werden die unterschiedlichen Lesarten in beiden Sprachen disambiguiert? ii) Welche weiteren Disambiguatoren sind vorhanden? iii) Welchen Stellenwert nimmt die syntagmatische Disambiguierung ein? iv) Welche Rolle spielen die paradigmatischen Sinnrelationen bei der semantischen Disambiguierung? 4.1.1. Spanische Wörterbücher Entsprechend der Ausganssituationen wird das einsprachige spanische WB hauptsächlich von dem Nichtmuttersprachler konsultiert, der in BS1 das Verständnis überprüfen und in BS3 und BS5 die Textproduktion ins Spanische sicher stellen möchte.29 In BS6 ist auch die Konsultation eines spanischen Wörterbuches des hispanophonen Muttersprachlers denkbar, der zunächst versucht, sprachliche Mittel in seiner Muttersprache zu aktivieren. Bezüglich der angebotenen lexikographischen Information lassen sich folgende Beobachtungen machen: a. In dem Eintrag zu preguntar aus DRAE werden zwei unterschiedliche Lesarten angeboten, die durch den Hinweis auf bedeutungsähnliche Lexeme (interrogar, hacer preguntas; exponer) nur implizit semantisch disamiguiert werden. Für den Benutzer in Situation BS1 ist die Information zu ungenau. Die syntagmatische Disambiguierung beschränkt sich auf den Hinweis, dass es sich um ein transitives Verb handelt und unter Umständen prono25 26 27 28 29

Manuel Seco u.a., Diccionario del español actual, 2 Bde., Madrid 1999. Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, Madrid 211992. DRAE, 222001: elektronischer Zugang: [http://buscon.rae.es/draeI/] Duden Deutsches Universalwörterbuch. Mannheim 21989, 62006. Dieter Götz & Günther Haensch, Hans Wellmann, Langenscheidts Großwörterbuch Deutsch als Fremdsprache, Berlin, München 1993 / Neubearbeitung 2008; Langenscheidt e-Großwörterbuch 2007. Für den fremdsprachlichen Zugang stehen auch seit einiger Zeit verschiedene Lernerwörterbücher für Spanisch als Fremdsprache zur Verfügung: z.B.: Manuel Alvar Ezquerra, Diccionario para la enseñanza de la lengua española: español para extranjeros. Barcelona 1995, 22002. ELE. Diccionario para español como lengua extranjera. Madrid 2000. Juan Gutiérrez Cuadrado, José Antonio Pascual, Diccionario de Salamanca de la lengua española. Madrid 1996, 2007.

282

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján



minal verwendet werden kann. Die Information erweist sich als zu wenig strukturiert und erst der Versuch einer Systematisierung der möglichen Konstruktionsmuster schafft Klarheit (Tabelle 6). Durch das Fehlen von Hinweisen zum Gebrauch ist dieses Wörterbuch zu Produktionszwecken für einen Nichtmuttersprachler (BS3 und BS5) wenig sinnvoll. Da keine Beispiele angeboten werden, bleibt der Unterschied zwischen den verschiedenen Lesarten unklar. Tabelle 6: Information aus DRAE zu dem Eintrag preguntar Lemmatisierung

Bedeutungserklärung 30

Im WB erwähnte Bedeutungsähnlichkeitsrelationen

interrogar, hacer preguntas

1

tr pr.

preguntar / preguntarse

Interrogar o hacer preguntas a alguien para que diga y responda lo que sabe sobre un asunto. U. t. c. prnl.

2

tr. pr.

preguntar / preguntarse

Exponer en forma exponer de interrogación un asunto, bien para indicar duda o bien para vigorizar la expresión, cuando se reputa imposible o absurda la respuesta en determinado sentido. U. t. c. prnl.

30 31

Vorschlag zur Systematisierung der syntagmatischen Information: Mögliche Konstruktionsmuster31 ?

?

Belegbeispiele

(1) (2) ¿(3) (4) (5) (6) (7) *(8) ?

Zitiert nach DRAE (Anm. 26). Für den Versuch der Systematisierung verwende ich zur Beschreibung der syntaktischen Funktionen das valenzgrammatisch orientierte Beschreibungsmodell von Ulrich Engel, Deutsche Grammatik, Heidelberg 1988, Neubearbeitung: München 2004, 22009.



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b.

283

Seco (DEA) bietet 5 verschiedene Lesarten an, die neben einer semantischen Disambiguierung durch Bedeutungsähnlichkeitsrelationen (pedir, pensar) hauptsächlich syntaktisch disambiguiert werden, und sich in unterschiedlichen Konstruktionsmustern zusammenfassen lassen (Tabelle 7). Zu Rezeptions- und Produktionszwecken (BS1, BS3, BS5) wäre eine benutzerfreundlichere Darstellung der Information allerdings wünschenswert.32 Tabelle 7: Information aus Seco zu dem Eintrag preguntar

1

tr

2

Lemmatisierung

Bedeutungserklärung 33

Im WB erwähnte Bedeutungsähnlichkeitsrelationen

preguntar

pedir [a alguien (ci)], mediante palabras o gestos, que aclare [una duda (cd)] o diga lo que sabe [sobre algo (cd)] pedir información [a alguien cd] pensar [algo] como dudoso, hipotético o ignorado. pedir información [sobre alguien o algo (compl POR)] pedir hablar [con alguien (compl. POR)] ?

pedir

preguntar

3

pr.

preguntarse

4

intr

preguntar por

5 preguntarse por

32 33 34

Vorschlag zur Systematisierung der syntagmatischen Information: Mögliche Konstruktionsmuster34

Belegbeispiele

pedir



?

pensar



(6.2.) (6.3.)

pedir



(3) (4.2.)

pedir



(8.1)



(1) (2) (4.1.) (5)

(6.1)

Zu allgemeinen Aspekten der spanischen Lexikographie vgl. Günther Haensch, “Spanische Lexikographie”, in: HSK 5.2. (Anm. 8), S. 1738-1767. Zitiert nach Seco (Anm. 25). Cfr. Anm. 31.

284

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

4.1.2: Deutsche Wörterbücher a.

In DUW werden verschiedene Lesarten, die syntaktisch und besonders semantisch disambiguiert werden, angeboten (Tabelle 8). Bei der Bedeutungserklärung spielt der Bezug zu bedeutungsähnlichen Elementen eine wichtige Rolle.35 Die unterschiedlichen Konstruktionsmuster ergeben sich aus den Beispielen, werden aber nicht expliziert. Der Benutzer kann hauptsächlich Information zur semantischen Disambiguierung von fragen bei der fremdsprachlichen Rezeption (BS4) nutzen. Zu fremdsprachlichen Produktionszwecken (BS2) ist die syntagmatische Disambiguierung leider nur sehr mühsam zu erschließen, da die Information zu unstrukturiert und unübersichtlich angeboten wird. Die semantische Unterscheidung zwischen den Lesarten 1a und 1b und zwischen 2a und 2b, die sich syntagmatisch aus der Realisierung bzw. Nichtrealisierung einer der beiden Akkusativergänzungen ergibt, bleibt unklar und erschwert die Zuordung einiger Belegbeispiele. Für die Belegbeispiele (9.1.) und (13) konnte keine lexikographische Information aufgefunden werden. Tabelle 8: Information aus DUW zu dem Eintrag fragen Lemmatisierung

Bedeutungserklärung mit syntaktischem Umfeld DUW36

Im WB erwähnte Bedeutungsähnlichkeitsrelationen

1

fragen1a

sich wenden an

2

fragen1b

a) sich eine Antwort, Auskunft, Erklärung o. Ä. erwartend mit einer Äußerung an jmdn. wenden: [jmdn.] [...] b) Fragen stellen: [...]

35 36 37

Vorschlag zur Systematisierung der syntagmatischen Information: Mögliche Konstruktionsmuster37 Jemanden etwas fragen: ?

Belegbeispiele

9.2. 9.3. 9.4. 9.5.

Fragen stellen jemand fragt etwas: ?

Vgl. dazu auch: Hans Wellmann, “Der Definitionswortschatz des einsprachigen Wörterbuches”, in: Thomas Herbst, Gunter Lorenz, Brigitte Mittmann (Hg.), Lexikographie, ihre Basisund Nachbarwissenschaften, Tübingen 2004, S. 89-105. Vgl. Anm. 27. Vgl. Anm. 31.



meike meliss Wörterbücher von heute und morgen



3

4

5

6

_ _

fragen2a nach a) sich erkundigen, Auskunft über jmdn., etw. haben, Genaueres wissen wollen: [...]

sich erkundigen wissen wollen.

jemanden nach etwas/jemandem fragen: fragen2b nach b) sich um jmdn., sich jemand fragt nach etw. kümmern kümmern um jmdm: (meist verneint): [...] fragen3 um/ sich an jmdn. wenden, sich wenden jemanden um / ¿nach / nach/wegen um etw. zu erbitten; an wegen etwas fragen: nachfragen, nachsuchen: erbitten sich fragen sich etw. überlegen, sich sich etwas fragen: über etw. nachdenken, überlegen, auf etw. neugierig, ges- nachdenken pannt sein: [...] es fragt sich nur (es ist fraglich, ist nicht sicher), ob ich kommen kann. – fragen über ? ? fragen ?? ? ?

285

10 14 15 16 10.3.

11.1.

12

17

9.1. 13

b.

Da es sich bei Langenscheidts Großwörterbuch LGDaF um ein Lernerwörterbuch für den Bereich Deutsch als Fremdsprache handelt, ist das Informationsangebot auf diesen Benutzerkreis mit seinen spezifischen Bedürfnissen ausgerichtet und weist eine relativ hohe Benutzerfreundlichkeit auf.38 Es charakterisiert sich als ein didaktisch orientiertes, adres-

38

Herbst, Klotz (Anm. 2), S. 242. Das Langenscheidt Wörterbuch wurde hier exemplarisch für die DaF-Lernerwörterbücher ausgewählt, es muss aber darauf hingewiesen werden, dass in den letzten Jahren für das Deutsche als Fremdsprache verschiedene Lernerwörterbücher entwickelt wurden, so z.B.: Günter Kempcke u.a., Wörterbuch Deutsch als Fremdsprache. Berlin (de Gruyter) 1999. Duden – Deutsch als Fremdsprache – Standardwörterbuch, Mannheim 22010. Hueber Wörterbuch Deutsch als Fremdsprache. Das einsprachige Wörterbuch für Kurse der Grund- und Mittelstufe, München 22007.

286

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

satenbezogenes polyfunktionales WB zur Verwendung in Produktionsund Rezeptionssituationen.39 Wie aus Tabelle 9 ersichtlich wird, kann man feststellen, dass die Information bezüglich der syntagmatischen und damit verbundenen semantischen Information relativ übersichtlich disambiguiert40 wird.41 Für unsere Benutzungssituationen erweist sich die Information dennoch als nicht vollständig, da z.B. für die Beispiele (9.1.) und (13) keine Information gefunden werden konnte. 4.1.3. Zusammenfassung Aus den Beobachtungen lässt sich für die einsprachigen spanischen und deutschen Wörterbücher beidermaßen zusammenfassen, dass der fremdsprachliche Benutzer vor allem eine stärkere Informationssystematisierung zur Orientierung bezüglich der semantischen und syntagmatischen Disambiguierung benötigt. Dem versuchen die Lernerwörterbücher gerecht zu werden,42 zeigen aber gerade im Bereich der Konstruktionsvarianten (Beispiele 9.1., 13) noch Mängel auf.43 Dem von Dentschewa44 geäußerten Plädoyer für Strukturformeln in DaF-Wörterbüchern, der von Wellmann45 geforderten stärkeren Vernetzung der Definitionen mit ihrer lexikographischen Umgebung und der

39 40 41

42

43 44 45

Emilia Dentschewa, “DaF-Wörterbücher im Vergleich: Ein Plädoyer für ‘Strukturformeln’”, in: Ana Dimova u.a. (Hg.), Zweisprachige Lexikographie und Deutsch als Fremdsprache, Hildesheim 2006, S. 113-128, hier S. 114. Engelberg, Stefan, “Die lexikographische Behandlung von Argumentstrukturvarianten in Valenz- und Lernerwörterbüchern”, in: Klaus Fischer, Eilika Fobbe, Stafan Schierholz (Hg.), Valenz und Deutsch als Fremdsprache, Frankfurt 2010, S. 113-141, hier S. 116. Dazu auch folgende Studien: Barbara Seelig, “Neue lexikographische Wege der Darstellung in de Gruyters Wörterbuch ‘Deutsch als Fremdsprache’”, in: Jarmo Korhonen (Anm. 21), S. 6584. Andreas Rothenhöfer, Struktur und Funktion im einsprachigen Lernerwörterbuch. Das ‘de Gruyter Wörterbuch Deutsch als Fremdsprache und ‘Langenscheidts Großwörterbuch Deutsch als Fremdsprache’ im Vergleich, Hildesheim 2004 (Germanistische Linguistik 177). Antje Töpel, Der Definitionswortschatz im einsprachigen Lernerwörterbuch des Deutschen. Anspruch und Wirklichkeit. Tübingen 2011. Annette Klosa, “German Dictionaries and Their Impact on Linguistic Research”, in: Silvia Bruti u.a. (Hg.), Perspectives on Lexicography in Italy and Europe. Cambridge 2009, S. 175-199. Vgl. Engelberg (Anm. 33). Vgl. Dentschewa (Anm. 39). Hans Wellmann: “Die Sprache der Definitionen, insbesondere ihrer Syntax. Ein Plädoyer für die stärkere Vernetzung der Definitionen mit ihrer ‘Umgebung’ im Wörterbuch und ein Beitrag zur Metakritik der Lexikographie”, in: Jarmo Korhonen (Anm. 22), S. 181-198.



meike meliss Wörterbücher von heute und morgen



287

Tabelle 9: Information aus LGDaF zu dem Eintrag fragen Lemmatisierung

1

3

4

5

II. vr

6

III. vi III. imp

8

46

zu j-m sprechen, um etw. von ihm zu erfahren (j-n) nach e-e Frage (1) stellen, j-m/etw. um e-e bestimmte fragen Auskunft, Information über j-n/etw. zu bekommen: (j-n) (um j-n bitten, dass er Erlaubnis) einem erlaubt, fragen etw. zu tun: (j-n) um Rat j-n bitten, dass er fragen einem mit Ideen u. Vorschlägen hilft; sich fragen, über ein Problem ob/warum/ nachdenken, zu dem wie ... man noch keine Antwort weiß: nach etw. geschr; etw. fragen berücksichtigen es fragt sich, ... es ist zweifelhaft, ob ob ...: es fragt sich [...]  es ist nur, fraglich, wann/wie wann/wie o.Ä.: fragen über ? fragen ?? ?

Vorschlag zur Systematisierung der syntagmatischen Information: Mögliche Konstruktionsmuster

Belegbeispiele

eine Frage stellen



10 14.1. 15.1.

bitten



16

bitten



11.1.

nachdenken



12.1. 12.2.

berücksichtigen



¿

ßakk: SE: ob, warum, wie...> ßakk: SE: wann, wie....>

17.1.

? ?

9.1. 13

Im WB erwähnte Bedeutungsähnlichkeitsrelationen

I. (j-n) (etw.) Vt/i fragen

2

7

Bedeutungserklärung LGDaF46

Information zitiert nach Langenscheidt: Großwörterbuch DaF. (Anm. 28)

9.2. – 9.5.

17.1.

288

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

von Wolf47 geforderten expliziteren Darstellung semantischer Valenzrelationen schließe ich mich an.

4.2. Der Weg zum syntagmatischen Spezialwörterbuch Es konnte gezeigt werden, dass zwar die syntagmatischen Informationen in einigen einsprachigen Wörterbüchern bei der Disambiguierung eine wichtige Rolle spielen, aber es konnte auch nachgewiesen werden, dass vor allem die syntagmatische Information oft noch zu wenig explizit, zu unsystematisch und vor allem nicht immer komplett dargeboten wird und für die fremdsprachliche Produktion keine ausreichende Hilfestellung bietet. Für eine intensivere Beschäftigung mit den unterschiedlichen syntagmatischen Verbindungen stehen verschiedene Arten von syntagmatischen Spezialwörterbüchern zur Verfügung, in denen Information zu den Beziehungen des Lemmas zu anderen Elementen im Satz gegeben wird.48 Zu den syntagmatischen Spezialwörterbüchern zählen hauptsächlich die Konstruktionswörterbücher,49 die Kollokationswörterbücher (die nicht vorhersehbare, feste, aber semantisch durchsichtige Verbindungen mehrerer Lexeme behandeln) und die Idiomatikwörterbücher. Bezüglich der syntagmatischen Spezialwörterbücher möchte ich mich in diesem Rahmen nur auf das “Valenzwörterbuch”50 als speziellem Vertreter des Konstruktionswörterbuches beziehen. Für die spanische Sprache kann man nur wenige Konstruktionswörterbücher nennen,51 für das Deutsche hingegen sind seit Ende der 60iger Jahre 47 48 49 50

51

Norbert Richard Wolf: “Kollokationen und semantische Valenz im einsprachigen Wörterbuch”, in: Jarmo Korhonen (Anm. 22), S. 153-162. Engelberg, Lemnitzer (Anm. 1), S. 31. Cfr. Ekkehard Zöfgen, “Das Konstruktionswörterbuch”, in: HSK 5.1. (Anm. 8), S. 10001010. Zu dem Begriff “Valenz” cfr. Vilmos Agel, Ludwig M. Eichinger, Hans-Werner Eroms, Peter Hellwig, Hans Jürgen Heringer, Henning Lobin (Hg.), Dependenz und Valenz. International Handbook of Contemporary Research / Ein internationales Handbuch der zeitgenössischen Forschung. Berlin, New York 2003 (HSK 28.1.), 2006 (HSK 28.2.). Günther Haensch, Carlos Omeñaca, Los diccionarios del siglo XXI. Salamanca 11997, 22004, bes. S. 69 ff. Elektronischer Zugang: [http://books.google.es/books?id=npxa9-VZNH8C&pg =PA69&lpg=PA69&dq=diccionario+de+construcciones+sint%C3%A1cticas&source=bl&ots=i ron6_ECGv&sig=wFPeqXueXI_D51k—dzXQApm_G0&hl=es&ei=bYcETaWoMcyC4AaI_ 9W9Cg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=9&ved=0CEwQ6AEwCA#v=onepage& q=diccionario%20de%20construcciones%20sint%C3%A1cticas&f=false.] Die Autoren nennen als Beispiel für das einzige authentische spanische Konstruktionswörterbuch das Werk von Rufino José Cuervo, Diccionario de Construcción y Régimen de la Lengua Castellana (DCR), 8 Bde.,



meike meliss Wörterbücher von heute und morgen

289

im Anschluss an die ersten Valenzwörterbücher der Leipziger52 und der Mannheimer Schule53 zahlreiche Valenzwörterbücher unterschiedlichster Ausprägung erstellt worden.54 In diesem Zusammenhang soll besonders auf die kontrastiven Valenzwörterbücher hingewiesen werden, die vom Deutschen ausgehend, verschiedene Sprachen behandeln.55 Zur Illustration des Nutzwertes eines Valenzwörterbuches wird hier Valbu exemplarisch analysiert und auf unsere Benutzersituationen bezogen.56 Das besagte Valenzwörterbuch unterscheidet fünf verschiedene Lesarten zu fragen und eine zu sich fragen und ordnet jeder Lesart ein spezifisches Konstruktions-

52

53

54

55

56

Barcelona 1942–1994, und bieten dazu eine ausführliche Information zu Artikeln bezüglich dieses Wörterbuches an. Als Beispiel für ein ‘Diccioanrio de régimen preposicional’ wird das Werk von Emilio Náñez Fernández, Diccionario de construcciones sintácticas del español. Preposiciones. Madrid 1997, 22001, genannt, welches allerdings nur Wortlisten anführt, ohne weitere Erklärungen zu geben. Gerd Helbig, Wolfgang Schenkel, Wörterbuch zur Valenz und Distribution deutscher Verben, Tübingen 1969. Karl-Ernst Sommerfeldt, Günter Starke, Wörterbuch zur Valenz und Distribution deutscher Adjektive, Tübingen 1974. Karl-Ernst Sommerfeldt, Günter Starke, Wörterbuch zur Valenz und Distribution der Substantive, Tübingen 1977. Karl-Ernst Sommerfeldt, Günter Schreiber, Wörterbuch der Valenz etymologisch verwandter Wörter, Tübingen 1996. Ulrich Engel, Helmut Schumacher, Kleines Valenzlexikon deutscher Verben, Tübingen 1976. Helmut Schumacher u.a.: Verben in Feldern (ViF), Berlin 1986. Helmut Schumacher, Jacqueline Kubczak, Renate Schmidt, Vera de Ruiter, VALBU – Valenzwörterbuch deutscher Verben, Tübingen 2004. E-Valbu: [http://hypermedia2.ids-mannheim.de/evalbu/index.html.] Dazu auch folgende Studien: Helmut Schumacher, “Deutschsprachige Valenzwörterbücher” in: Vilmos Agel u.a. (Anm. 50), S. 1396-1424. Winfrid Busse, “Valenzlexika in anderen Sprachen”, ebda., S. 1424-1435. Beispiele für Valenzwörterbücher in anderen Sprachen: Jens Rickmeyer, Kleines japanisches Valenzlexikon, Hamburg 1977, 22008. Winfrid Busse, Jean-Pierre Dubost, Französisches Verblexikon. Die Konstruktion der Verben im Französischen, Stuttgart 1977, 21983. Thomas Herbst, David Heath, Ian F. Roe, Dieter Götz, Michael Klotz, A Valency Dictionary of English. A Corpus-Based Analysis of the Complementation Patterns of English Verbs, Nouns and Adjectives, Berlin 2004. Cfr.: Helmut Schumacher, “Kontrastive zweisprachige Valenzwörterbücher”, in: Vilmos Agel u.a. (Anm. 50), S. 1435-1446. Im wissenschaftlichen Umfeld von Ulrich Engel sind in den letzten Jahrzehnten zahlreiche kontrastive Verbvalenzwörterbücher entstanden: Ulrich Engel, Emilia Savin, Valenzlexikon deutsch-rumänisch, Heidelberg 1983. Sarolta Lászlo, Gyula Szanyi, Magyar-nemeet igei vonzatok [Ungarisch-deutsche verbale Valenzen], Budapest 1984. Seyda Ozil, Valenzwörterbuch deutsch-türkisch. Degerlilik Sözlügü Almanca-Türkçe, Hamburg 1990. S. Abdühlhayoglu, Türkisch-Deutsches Valenzlexikon, Hohengehren 1990. Norbert Morciniec, Lesław Cirko & Ryszard Ziobro, Wörterbuch zur Valenz deutscher und polnischer Verben, Wrocłw 1995. Maria Teresa Bianco, Valenzlexikon Deutsch-Italienisch. Deutsch im Kontrast I/II, Heidelberg 1996. Maria L. Curcio, Kontrastives Valenzwörterbuch der gesprochenen Sprache. ItalienischDeutsch. Grundlagen und Auswertung. Mannheim 1999. Baldur Panzer, Valenzwörterbuch kroatischer und serbischer Verben, Frankfurt 2001. Miloje Djordjeviç, Ulrich Engel, Wörterbuch zur Verbvalenz Deutsch – Bosnisch / Kroatisch / Serbisch, München 2009. Vgl. Valbu (Anm. 53).

290

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

muster zu (Tabelle 10). Unabhängig davon, ob es sinnvoll ist, die Lesart 2 und 4 getrennt aufzuführen, fällt auf, dass unsere Beispiele (9.1.) und (13) zu keiner der angeführten Lesarten passt und auch keinem der Satzbaupläne zuzuordnen ist, Beobachtung, die schon in den unter 2.2.b. und 4.1.2.a. besprochenen Wörterbuchtypen angesprochen wurde. Die Kombination mit einem Direktivum scheint für Verben der Kommunikation nicht zum Valenzmuster zu gehören, obwohl gerade Kommunikationsverben nicht selten eine Konstruktionen mit einem Direktivum (z.B.: in den Raum rufen, in die Masse schreien ) aufweisen. Es handelt sich um dokumentierte konstruktionelle Varianten, für die scheinbar kein Wörterbuch “eine klare Strategie” für deren Umgang anbietet.57 Bezüglich unserer Benutzersituationen ist zu beobachten, dass in BS2 und BS6 für die Produktion und in BS4 für die Rezeption des Deutschen als Fremdsprache ein Valenzwörterbuch mit den entsprechenden Vorbehalten relativ nützliche Daten zur Rezeption und Produktion liefert. Die schematische Darstellung der Information, die vor allem die benutzerfreundliche elektronische Version von Valbu anbietet, hilft dem Benutzer bei einer relativ schnellen Orientierung. Für zweisprachige Kontexte und speziell für das Sprachenpaar Deutsch/ Spanisch gibt es zwar ein Valenzwörterbuch,58 aber die deutschen Beispiele werden lediglich ins Spanische übersetzt, ohne eine kontrastive Analyse anzubieten.59 Eine kontrastive Perspektive, welche von dem Spanischen als Muttersprache ausgeht, verschiedene Lesarten der spanischen Ausgangslemmata, die semantisch und syntaktisch begründet werden, anbietet und die jeweiligen deutschen Übersetzungsäquivalente mit semantisch und syntaktisch motivierter Beschreibung zuordnet, bietet das DCVVEA (Diccionario contrastivo de valencias verbales: español–alemán).60 Andere relativ neue zweisprachige Wörterbuchkonzeptionen, mit einem valenzorientierten bzw. konstruktionstheoretischen Ansatz, 57 58 59

60

Vgl. Engelberg (Anm. 40), S. 139. Dieter Rall, Marlene Rall, Oscar Zorilla, Diccionario de valencias verbales: alemán–español, Tübingen 1980. Dazu auch: Christian Fandrych, “Kontrastive Fallstudie: Deutsch-Spanisch”, in: Vilmos Ágel, Ludwig M. Eichinger, Hans-Werner Eroms, Peter Hellwig, Hans Jürgen Heringer, Henning Lobin (Hg.), Dependency and Valency. An International Handbook of Contemporary Research. Berlin, New York 2006 (HSK 25.2.), S. 1197-1207. Es handelt sich um ein Forschungsprojekt der USC, welches eine beachtliche Anzahl des verbalen Grundwortschatzes des Spanischen mit den deutschen Entsprechungen auf der Grundlage eines valenztheoretischen Modells nach Engel beschreibt. [http://gramatica.usc.es/proxectos/ valencia/?lang=es&id=caracteristicas.] Dazu auch u.a. folgende Publikationen: Meike Meliss, “Was soll ein kontrastives Verbvalenzwörterbuch Spanisch-Deutsch leisten?” in: Ulrich



meike meliss Wörterbücher von heute und morgen

291

die außerdem für einen elektronischen Zugang konzepiert werden, lassen sich u.a. für die Sprachenpaare Deutsch/Finnisch61 und Deutsch/Italienisch62 nennen. Herausforderungen für die zukünftige Valenzlexikographie sind u.a. in der Entwicklung von bi-/ multilingualen Zugängen, der Verknüpfung von Information durch die Schaffung eines elektronischen Zugangs und in der verstärkten Einbeziehung konstruktioneller Varianz63 zu sehen.64

61 62

63 64

Engel, Meike Meliss (Hg.), Dependenz, Valenz und Wortstellung, München 2004, S. 238-257. María José Domínguez u.a. (Hg.), “Presentación del Diccionario contrastivo de valencias verbales: español-alemán. Primera parte: carácterísticas generales del proyecto”, in: Mar Campos Souto u.a. (Hg.), La Lexicografía bilingüe y didáctia ayer y hoy, Coruña 2008, S. 51-61. Meike Meliss, “Was sind Expansivergänzungen? Überlegungen aus kontrastiver Perspektive”, in: Meike Meliss (Hg.): Die Valenz-Dependenzgrammatik auf iberischen “Pilgerwegen”. München (im Druck). Marja Järventausta, “Zur deutsch-finnisch-deutschen Valenz- und Lernerlexikographie”, in: Ulrich Breuner, Irma Hyvärinen (Hg.), Wörterverbindungen. Festschrift für Jarmo Korhonen zum 60. Geburtstag, Frankfurt 2006, S. 79–89. Andrea Abel, Christopher Culy, Judith Knapp, ELDIT: Elektronisches (Lerner)wörterbuch Deutsch-Italienisch mit Online-Lernerplattform. [www.eurac.edu/eldit und http://dev. eurac.edu:8081/MakeEldit1/Eldit.html]; dazu auch: Annette Klosa, “Modern German Dictionaries and their impact on Linguistic research”, in: Silvia Bruti, Roberta Cella, Marina Foschi Labert (Hg.), Perspectives on Lexicography in Italy and Europe, Cambrigde 2009, S. 175-199. Dazu das Forschungsprojekt der Abteilung Lexik des IDS-Mannheim: Polysemie und konstruktionelle Varianz unter der Leitung von St. Engelberg: [http://www.ids-mannheim.de/lexik/ PolysemieVarianz/] Zu weiteren valenzlexikographischen Aspekten folgende Studien: Thomas Herbst, “Valenzlexikographie und Valenztheorie – Grenzen der Beschreibbarkeit eines sprachlichen Phämoems”, in: Thomas Herbst, Gunter Lorenz, Brigitte Mittmann, Martin Schnell (Hg.), Lexikographie, ihre Basis- und Nachbarwissenschaften, Tübingen 2004, S.185-196. Thomas Herbst, Katrin Götz-Votteler (Hg.), Valency. Theoretical, Descriptive and Cognitive Issues, Berlin 2007. Hendrik Nikula, “Aspekte der Valenzlexikographie”, in: Breuner, Hyvärinen (Anm. 61), S. 103-112.

292

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján



Tabelle 10: Information aus VALBU zum Eintrag fragen Bedeutungserklärung durch Angabe von Bedeutungsähnlichkeiten65 jemand äußert zu jemandem etwas mündlich oder schriftlich, um eine Antwort zu erhalten; jemandem eine Frage stellen jemand erkundigt sich bei jemandem nach jemandem/etwas

Strukturbeispiele nach VALBU

Satzbaupläne nach VALBU

Belegbeispiele

jemand fragt jemanden etwas

Ksub, (Kakk), (Kakk)

9.2. 9.3. 9.4. 9.5.

jemand fragt jemanden nach jemandem/etwas

Ksub, (Kakk), Kprp

jemand fragt jemanden um etwas jemand fragt nach jemandem/etwas

Ksub, (Kakk), Kprp

10.1. 10.2. 10.3. 10.4. ?10.5. 11.1.dt

Ksub, Kprp

15.1. ?16

jemand fragt irgendwo nach etwas jemand fragt sich etwas bzw. nach etwas – –

Ksub, Kprp, (Kadv)

?16

Ksub, Kakk/ Kprp





12.1.dt 12.2.dt 12.3.dt 9.1.dt 13.1.dt 13.2.dt 13.3.dt 13.4.dt 17.1.

1

fragen

2

fragen nach

3

fragen um

jemand bittet jemanden um etwas

4

fragen nach

5

fragen nach

6

sich fragen

– –

jemand kümmert sich um jemanden/etwas oder ist an jemandem/etwas interessiert jemand forscht irgendwo nach etwas oder beschäftigt sich mit etwas jemand überlegt etwas bzw. denkt über etwas nach – –





65

– –

Zitiert nach: E-Valbu: [http://hypermedia2.ids-mannheim.de/evalbu/index.html]



meike meliss Wörterbücher von heute und morgen

293

4.3. Der Weg zur konzeptuell-onomasiologischen Perspektive Die Forderung nach mehr lexikographischer Vernetzung der Bedeutungsstukturen, der die einsprachigen, semasiologisch orientierten Wörterbücher nur teilweise gerecht werden, führt zu Wörterbüchern mit einer onomasiologischen66 Ausgangsperspektive. Inhaltsparadigmatische Wörterbücher gehen von semantisch-paradigmatischen Beziehungen der Lexeme zu anderen sprachlichen Einheiten aus.67 Zu diesem Wörterbuchtypus lassen sich vor allem die paradigmatischen Spezialwörterbücher für Synonymie und Antonymie68 zuordnen, die sich allerdings in den meisten Fällen nur als unkommentierte Reihungen von bedeutungsähnlichen Lexemen darbieten und uns in den gegebenen Benutzersituationen nicht wirklich weiter helfen.69 Neben diesen kumulativen Synonymiken sind Synonymwörterbücher mit distinktiven Synonymiken eher selten70 und geben uns keine wirklich brauchbare Information für unsere Benutzersituationen.71 Die Klassiker für eine onomasiologische Ausrichtung mit einer ideologisch konzeptuellen Zugriffsstruktur sind für das Deutsche die Wörterbücher von Franz Dornseiff72 und Wehrle–Eggers73 und für das Spanische das Wörterbuch 66

67 68

69 70 71 72 73

Zur onomasiologischen Perspektive in der Lexikologie: vgl. Ruth Schmidt-Wiegand, “Die onomasiologische Sichtweise auf den Wortschatz”, in: D. Alan Cruse, Franz Hundsnurscher, Michael Job, Peter Rolf Lutzeier (Hg.), Lexicology. An international handbook on the nature and structure of words and vocabularies, Berlin, New York 2001–2002 (HSK 21.1.–21.2.); S. 738-751. Engelberg, Lemnitzer (Anm. 1), S. 36. Im Folgenden einige Beispiele für die deutsche Sprache: Wahrig Synonymwörterbuch, Köln 1982 /42002. Siegrid Kroeber u.a., Synonym-Wörterbuch: sinnverwandte Wörter, neubearb. von Horst Leisering, Gütersloh 1998. Herbert Görner, Günter Kempcke (Hg.), Wörterbuch Synonyme, München 1999 / 32003. Erich und Hildegard Bulitta, Das Krüger-Lexikon der Synonyme, Frankfurt 1993 /22007. Duden 8 – das Synonymwörterbuch. Ein Wörterbuch sinnverwandter Wörter, Mannheim 52010. Erich und Hildegard Bulitta, Wörterbuch der Synonyme und Antonyme: sinnund sachverwandte Wörter und Begriffe sowie deren Gegenteil und Bedeutungsvarianten, Frankfurt 3 2004. Christiane und Erhard Agricola, Duden Wörter und Gegenwörter. Mannheim 21992. Wolfgang Müller, Das Gegenwort-Wörterbuch: ein Kontrastwörterbuch mit Gebrauchshinweisen, Berlin 1998. Peter Rolf Lutzeier, Wörterbuch des Gegensinns im Deutschen, Berlin 2008. Vgl. Franz Josef Hausmann, “Das Synonymenwörterbuch. Die kumulative Synonymik”, in: HSK 5.2. (Anm. 8), S. 1076-1081. Franz Josef Hausmann, “Das Antonymenwörterbuch”, in: HSK 5.2. (Anm. 8), S. 1081-1083. Engelberg, Lemnitzer (Anm. 1), S. 37 ff. Marion Hahn, Die Synonymlexikographie vom 16. bis zum 20. Jahrhundert. Historische Entwicklung und kommentierte Bio-Bibliographie, Heidelberg 2002, S.162 ff. Franz Dornseiff, Der deutsche Wortschatz nach Sachgruppen. Mit einer lexikographisch-historischen Einführung von H. E. Wiegand und einer ausführlichen Bibliographie zur Lexikographie und Onomasiologie, hg. von Franz Quasthoff, Berlin 1940, 82004. Hugo Wehrle, Hans Eggers, Pons Deutscher Wortschatz, Ein Wegweiser zum treffenden Ausdruck, Stuttgart 1961, 171993.

294

la palabra en el texto Festschrift für Carlos Buján

von Julio Casares.74 Für unsere verschiedenen Benutzungssimulationen erweist sich allerdings der Informationswert der angebotenen Listen als zu gering.75 Der Versuch, semantische Relationen im Wortschatz aufzuzeigen, und eine inhaltliche Lemmataauswahl von bestimmten semantischen Gruppen einer Wortart zu treffen, führt zu Wortfeldwörterbüchern.76 Für das Deutsche sind v.a. die Wörterbücher „Verben in Feldern“77 und das Handbuch der Kommunikationsverben78 zu nennen.79 Beide Werke richten sich allerdings an einen wissenschaftlichen Benutzerkreis und sind wegen der komplexen Zugangsstruktur für unsere Benutzersituationen nicht geeignet.80 Umfangreiche Wortnetze und lexikalische Vernetzungen werden seit Kurzem als digitale Ressourcen (WordNet, GermaNet)81 entwickelt und bieten dem Benutzer unterschiedliche Zugansmöglichkeiten und multilaterale lexikologische Informationen zu Produktion und Rezeption in Mutter- und Fremdsprache.82

74 75 76 77 78 79

80 81 82

Julio Casares, Diccionario ideológico de la lengua española. Barcelona 1959, 21989. Vgl. Oskar Reichmann, “Das onomasiologische Wörterbuch: Ein Überblick”, in: HSK 5.2. (Anm. 8), S. 1057-1067. Zum Begriff ‚Wortfeld ‘ vgl. Horst Geckeler, “Anfänge und Ausbau des Wortfeldgedankens”, in: HSK 21.1. (Anm. 66), S. 713-728. Horst Geckeler, “Strukturelle Wortfeldforschung heute”, in: Peter Rolf Lutzeier (Hg.), Studien zur Wortfeldtheorie, Tübingen 1993, S. 11-21. Schumacher u.a. 1986 (Anm 53). Gisela Harras/ Edeltraut Winkler / Sabine Erb / Kristel Proost, Handbuch deutscher Kommunikationsverben. Teil 1: Wörterbuch. Teil 2: Lexikalische Strukturen, Berlin 2004-2007. An dieser Stelle sollen folgende Wortfeldwörterbücher genannt werden, die auf dem Leipziger Valenzbeschreibungsmodell beruhen und einen kleinen konzeptuellen Bereich des Wortschatzes abdecken: Schreiber, Sommerfeldt, Starke, Deutsche Wortfelder für den Sprachunterricht. Verbgruppen, Leipzig 1987. Schreiber, Sommerfeldt, Starke, Deutsche Adjektive. Wortfelder für den Sprachunterricht, Leipzig 1991. Schreiber, Sommerfeldt, Starke, Deutsche Substantive. Wortfelder für den Sprachunterricht, Leipzig 1993. Schröder, Lexikon deutscher Verben der Fortbewegung, Leipzig 1993. Unter Einfluss der strukturalistischen Semantik und speziell im Umkreis von Eugenio Coseriu und Horst Geckeler sind seit der 80iger Jahre besonders für das Deutsche und Französische eine Reihe von (kontrastiven) Wortfeldstudien erstellt worden (vgl. Geckeler 1991, Anm. 76). Ulrike Hass-Zumkehr, Deutsche Wörterbücher – Brennpunkt von Sprach- und Kulturgeschichte, Berlin 2001, s. Kapitel 13, S. 264-290. WordNet (Universität Princeton): [http://wordnet.princeton.edu/. GermaNet (Universität Tübingen): http://www.sfs.uni-tuebingen.de/GermaNet/]. Claudia Kunze, Lothar Lemnitzer, Computerlexikographie, Tübingen 2007.



5.

meike meliss Wörterbücher von heute und morgen

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Der Weg zu Wörterbüchern von morgen

Aus den oben dargestellten Benutzungssimulationen und den mehr oder weniger erfolgreichen lexikographischen Konsultationen ergeben sich notwendigerweise neue Anforderungen an die Lexikographie von morgen,83 für die u.a. in Anlehnung an Kemmer84 folgende Aspekte berücksichtigt werden müssen: a) Vernetzung der Information auf allen Ebenen b) Systematisierung der Information c) Verschiedene Zugriffsmöglichkeiten (semasiologisch / onomasiologisch; aktiv / passiv, Produktion / Rezeption) d) stärkere Disambiguierung auf semantischer, syntagmatischer und pragmatischer Ebene e) Erweiterung der valenztheoretischen Beschreibung mit Ansätzen der Konstruktionsgrammatik. f ) übersichtliche Darstellung der Information. Um den angeführten Anforderungen gerecht zu werden, treten der mühsamen lexikographischen Konsultationen in Printwörterbüchern schon seit einiger Zeit elektronische Wörterbuchportale85 und lexikologische Portale (DWDS86, ELDIT87, OWID: Ids-Portal88, canoonet89) gegenüber. In diesem Zusammenhang soll das Forschungsprojekt DICONALE zur Erstellung eines bilingualen und bilateralen Wörterbuches für das Sprachenpaar Deutsch und Spanisch erwähnt werden, welches anstrebt, die oben besagten Defizite der unterschiedlichen Wörterbücher aufzunehmen und Information zu liefern, die dem Lerner für verschiedene Benutzersituationen dienlich sein kann. Dabei sollen die unterschiedlichen Perspektiven des Benutzers (mutter-

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Annette Klosa: “Modern German Dictionaries and Their Impact on Linguistic Research”, in: Silvia Bruti u.a. (Hg.), Perspectives on Lexicography in Italy and Europe, Cambridge 2009, S. 175-199. Katharina Kemmer, “Onlinewörterbücher in der Wörterbuchkritik. Ein Evaluationsraster mit 39 Beurteilungskriterien”, in: OPAL 2/2010. Mannheim (IDS): [http://pub.ids-mannheim.de/ laufend/opal/pdf/opal2010-2.pdf ] Annette Klosa (Hg.), “Lexikographische Portale im Internet”, in: OPAL-Sonderheft 1/2008. Mannheim (IDS): [http://pub.ids-mannheim.de/laufend/opal/pdf/opal2008-1.pdf ] DWDS: Digitales Wörterbuch der deutschenSprache: [http://www.dwds.de/]; dazu auch folgende Studie: Alexander Geyken, “The DWDS corpus: a reference corpus for German language of the twentieth century”, in: Christiane Fellbaum (Hg.), Idioms and Collocations. Corpus-based Linguistic and Lexicographic Studies. New York / London 2009, S. 23-40. Vgl. Anm. 62. OWID: Online-Wortschatz-Informationssystem Deutsch des IDS-Mannheim: [http://www. owid.de/] Canoo.net: [http://www.canoo.net/ und http://www.canoo.net/services/Search/ueberblick/index.html: Deutsche Wörterbücher und Grammatiken].

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sprachliche / fremdsprachliche Produktion und Rezeption) gleichermaßen berücksichtigt und ein Vorschlag zur Verknüpfung der unterschiedlichsten lexikologischen Informationen angeboten werden. Die Erstellung eines konzeptuellen Wörterbuches mit zweisprachigem Zugang für verbale Lexeme zum sprachlichen Ausdruck bestimmter Sinnbereiche, welches sowohl paradigmatische als auch syntagmatische Relationen sowohl auf der Inhalts- als auch auf der Ausdrucksseite im Wortschatz beschreiben will, stellt den konzeptuell-ideologischen Ausgangspunkt als tertium comparationes für den Vergleich beider Sprachen bereit. Die onomasiologische Perspektive des Projekts beeinflusst die Ausrichtung der gesamten Makrostruktur des geplanten Wörterbuches und bietet dem Benutzer einen anderen lexikographischen Zugang, als den üblichen.90 Diese Perspektive lässt sich auch durch die seit Kurzem diesbezüglich geäußerten Forderungen der Kognitionswissenschaften und der Sprachlehrwissenschaften begründen.91 Die wechselseitigen Beziehungen, welche zwischen dem Wortschatz bestehen, der durch gleiche konzeptuelle Parameter zueinander geordnet wurde, erlaubt eine Strukturierung des lexikologischen Materials in verschiedene semantisch-lexikalische Wortfelder. Eine genaue lexikologische Beschreibung der Mikrostruktur jedes einzelnen Verballexems durch ein modular-integratives, lexikologisches Modell, welches sich hauptsächlich auf die verschiedenen syntagmatischen Relationen und die Wechselbeziehungen zwischen Inhalt und Form konzentriert, bietet die nötige Information für den Gebrauch beider Sprachen. Die Valenztheorie und neuere grammatikalische Ansätze in Verbindung mit der Konstruktionsgrammatik,92 entsprechende Anwendungsvorschläge93 und korpusgestützte Analysen von Konstruktionsvarianz94 bilden die theoretischen 90 91 92

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Meike Meliss, Recursos lingüísticos alemanes relaticos a ‘GERÄUSCH’ y sus posibles correspondencias en español. Un estudio lexicológico modular-integrativo, Frankfurt 2005. Vgl. Andreas Blank / Peter Koch (Hg.), Kognitive romanische Onomasiologie und Semasiologie, Tübingen 2003. Kaus Welke, “Valenztheorie und Konstruktionsgrammatik”, in Zeitschrift für Germanistische Linguistik 37 (2009), S. 81-124. Joachim Jacobs, “Wozu Konstruktionen?” in Linguistische Berichte 213 (2008), S. 3-44. Clemens Knobloch, “Einladung und Einleitung. ZGL-Workshop ‘Konstruktionsgrammatik’”, in Zeitschrift für Germanistische Linguistik 37 (2009), S. 385-401. Joachim Jacobs, “Valenzbindung oder Konstruktionsbindung? Eine Grundfrage der Grammatiktheorie”, ebda., S. 490–513. Klaus Welke, “Konstruktionsvererbung, Valenzvererbung und die Reichweite von Konstruktionen”, in: ebda., S. 514-543. Kerstin Fischer, Anatol Stefanowitsch (Hg.), Konstruktionsgrammatik. Von der Anwendung zur Theorie, Tübingen 2006. Dazu folgende Publikationen: Stefan Engelberg, “Blätter knistern über den Beton”, in: Edeltraut Winkler (Hg.), Konstruktionelle Varianz bei Verben, OPAL-Sonderheft 4/2009, S. 75-97.



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und methodologischen Grundlagen der Beschreibung. Die Nützlichkeit eines Wörterbuches mit den dargestellten Eigenschaften lässt sich zusammenfassend mit der Tatsache begründen, dass es bilinguale Information zu kontextadäquater Rezeption und Produktion semantisch ähnlicher Lexeme auf intra- und interlingualer Ebene liefert. Daher sind es vor allem die Bereiche DaF und ELE und die Übersetzung, die von der Erstellung eines Wörterbuches mit den dargestellten Eigenschaften profitieren können.95 Die wissenschaftliche Methode, welche bei den Studien verfolgt wird, basiert auf einer empirischen Annäherung an den Untersuchungsgegenstand beider Sprachen durch die Dokumentation mit authentischen Korpora. Die Kriterien von Kemmer96 und die unterschiedlichen Aspekte zur Herstellung nach Engelberg und Lemnitzer,97 Schlaefer98 und Heid99 sollen u.a. bei der Erstellung und Konzeption des geplanten Wörterbuches berücksichtigt werden. Die Grundlagen für die materiellen und personellen Voraussetzungen für dieses internationale und interdizsiplinäre Forschungsprojekt sind ohne Zweifel unserem Jubilar, dem Gründer der germanistischen Abteilung der Universität Santiago de Compostela, zuzuschreiben. Ihm sei Dank für seine Weitsichtigkeit, die es heute ermöglicht, die spanische Germanistik von gestern zu einer modernen, international anerkannten Wissenschaft von morgen zu führen.

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[http://pub.ids-mannheim.de/laufend/opal/pdf/opal09-4_engelberg.pdf ]. Meike Meliss, “Der Wagen scheppert um die Ecke: Geräuschverben als Direktiva?” in Revista de Filología Alemana, Anejo 2011 (in Vorbereitung). Andrea Abel u.a., “Wortfelder in einem zweisprachigen elektronischen Lernerwörterbuch: Darstellung der paradigmatischen Bedeutungsbeziehungen in der pädagogischen Lexikographie am Beispiel von ELDIT”, in: Geoffrey Williams, Sandra Vessier (Hg.), Proceedings of the Eleventh EURALEX international Congress, Bd. 2., Lorient 2004, S. 437-442. Katherina Kemmer, “Onlinewörterbücher in der Wörterbuchkritik. Ein Evaluationsraster mit 39 Beurteilungskriterien”, in: OPAL 2 (2010), S. 1-33. [http://pub.ids-mannheim.de/laufend/ opal/pdf/opal2010-2.pdf ]. Engelberg, Lemnitzer (Anm. 1), S. 223-263. Michael Schlaefer, Lexikologie und Lexikographie. Eine Einführung am Beispiel deutscher Wörterbücher, Berlin 22008, S. 137 ff. Ulrich Heid, “Valenzwörterbücher im Netz”, in: Contrastive Studies and Valency / Kontrastive Studien und Valenz: Studies in honor of Hans Ulrich Boas/ Festschrift für Hans Ulrich Boas. Frankfurt 2006, S. 67-89.

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Anhang: Belegbeispiele Spanisch: (1.1.sp) Al abrir la puerta de esa habitación entro en una clase de matemáticas donde un energúmeno con sotana me pregunta a gritos la tabla de multiplicar. CREA (1.2.sp) Se objetaba por entretener al cura y que no preguntase la lección, por desesperarle, por propia desesperación. CREA (2.1.sp) Llegando a Las Ventas, Amalia me pregunta la hora. CREA (2.2.sp) Adolfo Suárez le preguntó la razón de tantas pastillas y González le respondió [...]. CRAE (2.3.sp)Viéndome huir de las demás, sintiéndome llorar por los rincones, me preguntaban la causa de mi mal y yo mentía fingiendo una gran impaciencia, hasta que cierto día llegó finalmente la ocasión, fijando al punto la fecha de partida. CREA (2.4.sp) Le pregunto la causa del inesperado giro de opinión[...] CREA (3.1.sp) En realidad no dejamos de conversar durante todo el día, pero éste es el momento en que Lúnula me pregunta interesada por mi vida, por mis estudios, por aquella ida a la ciudad en busca de trabajo. CREA (3.2.sp) Mi hermana es un encanto, no tiene nada que ver con eso, lo que pasa es que mi hermana siempre me pregunta por mi madre y ninguno de los dos sabemos nada de ella [...]. CREA (3.3.sp) Me senté a su lado, le pregunté por su marido y esas cosas que siempre se preguntan [...]. CREA (4.1.sp) Los policías me preguntaron si yo conocía al conde de Trigo, y si estaba al corriente de sus actividades. CREA (4.2.sp) [...] el juez preguntó por las transferencias de cheques de 170 millones a una cuenta de la sociedad Gay Cordon, y de los otros 1.224 millones a una de Data. CREA (5.1.sp) Isabel me pregunta si ha llamado Daniel, pero insiste en que no lo haga yo. Le he pedido que lo llame ella de nuevo. CREA (5.2.sp) La puerta se abre. Dentro, el portero me pregunta a dónde voy. CREA (5.3.sp) El camarero, un tipo con patillas, me pregunta qué quiero beber. Pido un tercio. CREA (6.1.sp) Darwin se preguntó por el origen de las especies, y con Darwin deberíamos contestar a las preguntas relacionadas con ese tema. CREA (6.2.sp) Mucha gente se pregunta si estamos a tiempo de solucionar este problema de calentamiento global que se avecina. CREA (6.3.sp) Como sintetizaba el propio Ortega y Gasset al respecto, Kant no se pregunta qué es o cuál es la realidad, qué son las cosas, qué es el mundo. CREA (7.1.sp) El juez no consideró aquello como torturas. Jamás me interrogaron, no dijeron qué buscaban hasta que el señor magistrado me informó que no había cargos contra mí y que estaba libre. CREA (8.1.sp) Tocó el timbre y preguntó por el señor Rafael Pérez Escolar. CREA



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Deutsch: (9.1.dt) Wir saßen auch viel zusammen, und sie fragten mich Sachen über Deutschland. COSMAS (9.2.dt) Sie fragte mich das Übliche: Wie geht’s? Was machst? – und so weiter. COSMAS (9.3.dt) Später trafen sie sich wieder, und er fragte sie, ob er bei ihr übernachten dürfe. COSMAS (9.4.dt) In Hannover fiel Bruder Han-Yol eine Frau auf. Er fragte sie, woher sie komme. COSMAS (9.5.) Ich fragte sie, wann sie zuletzt dort eingekauft hatte. COSMAS (10.1.dt) Er fragte sie nach der Fluggesellschaft, bei der sie gebucht habe. COSMAS (10.2.dt) Er fragte sie nach ihrem Namen. COSMAS (10.3.dt) Er fragte sie nach ihrem Mann, nach den Kindern, zuletzt fragte er sie nach Maria. COSMAS (10.4.dt) Er entdeckt einen blau-uniformierten Bundesbahnbeamten und fragt nach seinem Zug. “Ja, der fährt auch hier ab, hat aber 15 Minuten Verspätung, das hier ist der ICE nach München, und der hat 20 Minuten Verspätung [...]” COSMAS (10.5.dt) Er belehrt sie nicht. Er fragt sie nach ihrem Befinden. Er hört ihnen zu und geht mit ihnen. COSMAS (11.1.dt) [...]– und sie fragt mich um Rat, ob sie über dieses Thema (Kurzgeschichten) schreiben solle. COSMAS (12.1.dt) Er sah noch immer auf eine etwas schmierige Weise gut aus, sie fragte sich, ob er verheiratet war, Kinder hatte. COSMAS (12.2.dt) Sie fragte sich, wer wohl in ihrer alten Wohnung wohnte und ob es noch immer Kinder gab [...] COSMAS (13.1.dt) Später wird Schreiber verärgert in den Raum fragen: “Warum ist mir wieder die Sicherung durchgebrannt?” COSMAS (13.2.dt) Dann weicht die Konzentration im Gesicht des Unfallchirurgen einem zufriedenen Lächeln und er fragt in die Runde seiner Kollegen “Wer mag Sushi?” COSMAS (13.3.dt) Er fragt in die Gruppe, was wohl passiert, wenn er den Lautstärke-Regler anstellt. COSMAS (13.4.dt) Und stellvertretende Landrätin Eva Schlaugat fragte in die Zukunft: “Glauben Sie, dass die Situation bei einem Beitritt der Türkei zur Europäischen Union besser wird?” COSMAS (13.5.dt) Sie sieht den Richter an und fragt in die Totenstille hinein: ‘Sonst noch etwas, meine Herren?’” COSMAS (13.6.dt) Herbert Fux erinnert sich, wie es überhaupt zu dieser satirischen Reihe gekommen war: “Ich war noch Abgeordneter im Parlament, und um neun Uhr morgens, wenn noch kein anderer eine Rede halten wollte, ging ich ans Pult und fragte in die Kamera: ‘Ist der rote ORF-Zensor am Platz?’ [...]” COSMAS (14.1.dt) In Moosseedorf ist Schwitter nach dem ersten Augenschein zufrieden.

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Dennoch will er die ausländischen Heizungsmonteure kontrollieren. Im Treppenhaus bleibt Schwitter kurz stehen, er lauscht den Stimmen im oberen Stock und erfährt so bereits, welche Sprachen gesprochen werden. Jene drei Männer, die er anschliessend kontrolliert, stammen aus Deutschland. Sie zeigen ihm ihre Aufenthaltsbewilligung, und Schwitter nimmt ihre Personalien auf. Er fragt sie nach ihrem Lohn, den Spesen und ob ihnen der Lohn auch regelmässig ausbezahlt würde. [...] COSMAS (15.1.dt) Er fragt nach Rita, seiner Geliebten – peinliches Schweigen. Denn Rita lebt mit dem Adjutanten des Obersturmbannführers Müller zusammen. COSMAS (16.1.dt)Er fragt nach Zeitungen und den neuesten Nachrichten. Bis zur Rückkehr an seinen Schreibtisch in Bonn wird der SPD-Politiker aus Lahnstein aber wohl noch ein bißchen Geduld brauchen. COSMAS (16.2.dt) Heute klingelt hingegen kurz darauf das Telefon. Es meldet sich ein geschulter “Rückholer” von ver.di, er fragt nach den Gründen für den Austritt und diskutiert mit dem Ex-Mitglied. COSMAS (17.1.dt) Es fragt sich nur, wie lange die Fans und Hauptsponsor Skoda da noch mitspielen. COSMAS

LA PALABRA EN EL TEXTO

Festschrift für Carlos Buján Universidade de Santiago de Compostela, 2011, ISBN 978-84-9887-656-7, pp. 301-311

Germanística, sí: pero, ¿cómo? marisa siguan

Barcelona

Carlos Buján forma parte de la generación de germanistas que ha consolidado la germanística en la Universidad española. Ha formado parte de los tribunales de oposición de muchos de nosotros, y hemos compartido con él muchas conversaciones sobre los avatares universitarios de la disciplina. Por ese motivo quiero plantear aquí una reflexión sobre el estado actual y los problemas de la germanística española, y también un intento de definir perspectivas de futuro. En parte, tomo como base para ello el texto de la conferencia que pronuncié, invitada por los organizadores, en el Deutscher Germanistentag de 2010 celebrado en la Universidad de Freiburg. No pretendo una panorámica del estado de la germanística en España, sino solamente una reflexión personal y basada en mi propio trabajo y experiencia. Empiezo con una constatación negativa: la cifra de estudiantes de germanística en España ha descendido en los últimos años, y también el número de los estudiantes de alemán. Es posible que esté repuntando de nuevo, hay indicios de ello, pero es pronto para valorarlo. En este sentido, España no es un caso aislado, muestra solo una tendencia observable en muchos países europeos.1 1

Respecto a datos sobre la situación del alemán en España ver también: Jordi Jané: “Profil der spanischen Germanistik”, en Die deutschsprachigen Kulturbeziehungen im europäischen Kontext, ed. Wolfgang Bader e Ignacio Olmos, Frankfurt (Vervuert) 2004, págs. 155-162; Marisa Siguan: “Die deutsche Sprache in Spanien”, en Jahrbuch für Internationale Germanistik 2008, Heft 2, págs. 51-60; Brigitte Jirku: “Versteckte Indentität(en)? Deutsche Philologie in Spanien”, en German Studies Association Newsletter XXXV, number 1, Spring 2010, págs. 44-51.

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Sin embargo las de los estudiantes de germánicas no son las únicas cifras que disminuyen: también lo hace el número de estudiantes de lenguas y filologías románicas. En cambio asciende el número de estudiantes de inglés y de estudios ingleses. Y también el interés por estudios que están por encima de las filologías nacionales: es decir teoría literaria, lingüística general, literatura comparada. La pregunta que se plantea al respecto de estas últimas titulaciones es si se pueden realizar al margen de las lenguas que en principio tienen como objeto de estudio. Caso de ser así, me parecería una evolución negativa. ¿Acaso se acabará investigando todo o bien en la lengua propia o bien en inglés? Con esto llego a las dos cuestiones que quiero tratar aquí. En primer lugar la relación entre germanística universitaria y lengua alemana, es decir la cuestión de hasta qué punto la pervivencia de la germanística en los países que no son de habla alemana está relacionada con la situación de la lengua alemana en ellos. Y después quiero ocuparme de la cuestión que he planteado ya en el título: ¿qué tipo de germanística? ¿Cómo se puede configurar una germanística en este contexto? No sólo la disminución del número de estudiantes sino también la organización de las nuevas titulaciones en el marco de las reformas universitarias europeas nos han llevado a reflexionar al respecto de nuestra disciplina y su función. Nos movemos en el marco de una germanística que articula ya desde hace años de forma muy prolija, pero también muy productiva, un estado de crisis casi permanente, relacionado con el cambio de orientación de todas las filologías y las ciencias humanas, determinado también por los cambios profundos que está sufriendo la universidad como institución y por las condiciones actuales de la política universitaria. Un contexto en el que las filologías nacionales también son cuestionadas como tales y han de ser reorientadas porque ya no responden al mundo multicultural en que nos movemos. En primer lugar me centraré en la lengua, en la situación de la lengua alemana en España. En España sucede, como en otros países europeos, que disminuyen de momento los estudiantes de lengua alemana. Dado que una de las salidas profesionales de los estudiantes de filología era el profesorado, ello conduce a una especie de círculo diabólico de descensos. En un mundo en donde las comunicaciones internacionales son cada vez más importantes y donde la movilidad de las personas también aumenta, la necesidad de lenguas que puedan funcionar como instrumento de comunicación entre hablantes de lenguas diferentes es evidente, y también es evidente que la lengua que ha tomado la función de la comunicación internacional es el inglés. Hay que contar por tanto con que la demanda de inglés como lengua extranjera siga cre-



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ciendo y con que la presión de las familias para que sus hijos aprendan inglés lo antes posible también aumentará. Pero no creo, y esto es ahora un pronóstico, que el inglés se convierta con ello obligatoriamente en la lengua única y universal de comunicación internacional. Lo que caracterizará el futuro será más bien, según mi opinión, el aumento de situaciones de multilingüismo, y con ello también de enseñanza multilingüe, porque es previsible que aumenten los contactos entre hablantes de lenguas diferentes. No es obligatorio que hablen en todos los casos en inglés, pues también dentro de los estados aumenta la convivencia entre lenguas. Nuestra realidad nacional es seguramente ya mucho más multicultural de lo que pensamos. Por tanto el inglés no será la única lengua que se aprenda como lengua extranjera. Pero esto no quiere decir que haya que prescindir de fomentar activamente la enseñanza de otras lenguas como lenguas extranjeras. En este sentido pienso también que hay que fomentar el alemán. En primer lugar en la escuela. La situación del alemán, o mejor dicho el aumento del número de estudiantes de alemán, se debe ver sobre todo en el marco de programas de aprendizaje con tres lenguas, la propia y dos lenguas extranjeras, es decir siguiendo la recomendación de la Unión Europea. Y esto hay que fomentarlo activamente, pues es mucho más fácil aprender solo una lengua extranjera, especialmente si se empieza por el inglés. Mi propuesta sería, además de fomentar la presencia del alemán en el sistema escolar español, fomentar las escuelas bilingües, basadas en convenios estatales bilaterales y en donde se aprendiese también inglés como lengua extranjera. Los programas de intercambio de estudiantes, Comenius y Erasmus, deberían aprovecharse mejor para el aprendizaje de las lenguas de los países respectivos; a veces uno tiene la impresión de que sirven para fomentar el inglés en vez de la lengua propia. El proceso de Bolonia de reformas universitarias no debería llevar a relegar la propia lengua en beneficio de cursos en inglés. Es difícil paliar la pérdida de dominios de lengua en el terreno científico cuando las publicaciones abundan en el uso del inglés, también en las ciencias humanas, incluso en la germanística alemana, pero algunas cosas sí se pueden hacer. Por ejemplo, mantener y ampliar la creación de terminología específica por parte de los lexicólogos en colaboración entre las diferentes lenguas y establecer el consenso de utilizar la terminología en los libros de texto, o aumentar la presencia en internet de websites en lengua alemana. Y por supuesto intentar convencer a los diferentes ministerios y consejerías de la necesidad del aprendizaje de lenguas, y de que se creen plazas para alemán, tarea bastante difícil. Como germanistas

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en países que no son de lengua alemana nos hemos de preocupar de estas cuestiones y trabajar para mejorarlas, una actividad que requiere arremangarse y que no aporta laureles, que cuesta tiempo y que, a medida que descienden los conocimientos de lengua, obliga a dejar cada vez más espacio en los planes de estudio para cursos de lengua. Ahora volvamos a la pregunta del título: Germanística –pero, ¿cómo? La atracción creciente de los estudios de teoría literaria, literatura comparada o lingüística general muestra que los planteamientos supranacionales ganan en interés. Quizás esto es más fácil de observar desde las filologías “extranjeras” que desde las propias filologías nacionales, porque sus números de estudiantes se ven más afectados. Pero este interés responde también a la realidad de nuestro mundo, de nuestras sociedades, donde la multiculturalidad aumenta por motivos muy diversos. Del mismo modo, aunque esto es una apreciación optimista, aumenta el plurilingüismo individual.2 No es posible, por ejemplo, estudiar la literatura que se produce hoy en día en Alemania sin tener en cuenta la obra de toda una serie de autores que escriben en alemán pero provienen de otras lenguas y otras tradiciones culturales, y desde ellas crean un estilo propio, y basta leer la lista de los premios Goncourt para ver que en los últimos años varios de los premiados escriben en francés y provienen de lenguas diferentes, introducen el crèole en sus textos, etc. Desde el francés se ha desarrollado el concepto de la francofonía. Y no voy a entrar a mencionar las diferentes tradiciones anglófonas o manifestadas en lengua española. El concepto de filología nacional se cuestiona, no solamente desde perspectivas clásicas comparatísticas, desde planteamientos supranacionales, sino desde planteamientos que describen el concepto de “híbrido” aplicado a las culturas. Hace años que se articulan perspectivas y planteamientos críticos nuevos en este sentido. No puedo entrar aquí ahora en detalle al respecto, me limitaré a dar un ejemplo actual extraído de un índice: el número monográfico de febrero de 2009 de la European Review, editada por la Academia Europea y significativamente en inglés, está dedicado al tema “Literature for Europe?”. En él hay, por ejemplo, un artículo de Françoise Meltzer: “What is wrong with National Literature Departments? “ –huelga decir que todo– y otro de Sigried Weigel: “On the ‘Topographical turn’: Concepts of space in Cultural Studies and Kulturwissenschaften.” 2

Digo optimista porque, para poder desarrollar un plurilingüismo individual real, las diferentes lenguas del individuo deberían estar en una situación social comparable, presentes en la escuela por ejemplo, y a menudo no es así.



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Conciencia crítica, búsqueda de nuevos caminos, orientaciones nuevas: todo ello forma parte del pensamiento científico y muestra su vitalidad. Y la conciencia de crisis puede fomentar perfectamente nuevas perspectivas. Todo ello es válido para la germanística, y quizás el interés alemán por la “Auslandsgermanistik” forme parte de una productiva conciencia de crisis. Parece evidente que la germanística se orienta cada vez más hacia la “Kulturwissenschaft”, hacia un tipo de “Kulturwissenschaft” integradora que o bien trabaja con parámetros clásicos –europeos, o interculturales– híbridos, con acentuaciones diversas y con un importante discurso sobre los medios. En los países de habla no alemana, por lo menos en Europa, la germanística tiene un importante campo de estudio en planteamientos interculturales. Resultan planteamientos muy justificados desde un ejercicio de la germanística como filología extranjera que está en el entorno de otras filologías extranjeras y de las propias filologías nacionales “vernáculas”, y que desde esta situación puede colaborar con tradiciones diferentes y objetos de estudio comunes. Con ello la germanística española entra sin embargo en una curiosa línea de evolución. Es muy joven como disciplina universitaria. Hay una larga tradición de contactos y enriquecimientos filosóficos y científicos en España, pero el estudio organizado de germanística en las universidades españolas tiene apenas 60 años. Se fue constituyendo a partir de los años 50 en las universidades en el marco de las llamadas “lenguas modernas”. Esta denominación implicaba una serie de connotaciones negativas y otras positivas. Negativas en cuanto las lenguas “modernas” quedaban definidas así frente a las filologías clásicas de gran tradición, antigüedad y prestigio, positivas en cuanto que podían tener para sí el prestigio científico de lo moderno. Crecieron rápidamente en los años ochenta del siglo XX y se extendieron a muchas universidades. Con los nuevos planes de estudios consiguieron licenciaturas propias y se especializaron. A ello se sumaron las facultades de traducción, también especializadas y desgraciadamente separadas de las filologías. El prestigio de la especialización ha tenido unos efectos muy ambivalentes en las ciencias humanas y sociales. Por un lado posibilitó, con las licenciaturas propias, el desarrollo de la germanística y de muchas otras titulaciones, por otro, llevado a los extremos, condujo a aislamientos determinantes y poco deseables. El abismo abierto en muchas universidades españolas entre facultades y titulaciones de filología, traducción, historia y filosofía, que dificulta enormemente que los estudiantes de una de las facultades cursen asignaturas de otra, parece más bien absurdo. Y no se ha solventado con los nuevos grados, que mantienen los abismos, aunque no dentro de las propias filologías. Es una para-

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doja que nunca haya habido tantos germanistas preparados como ahora que sus posibilidades de trabajo están menguando. No lamento que, con los números de estudiantes que teníamos, hayamos perdido en casi todas las universidades españolas la titulación propia de germanística en beneficio de los estudios de lenguas y literaturas modernas, me parece lógico combinar estudios, como también lo hace la tradición universitaria alemana. Pero pagamos un precio alto por ello: perdemos créditos y, vista la imposibilidad de exigir un nivel de lengua de entrada, tenemos que dedicar muchas asignaturas y horas a las clases de lengua, con la subsiguiente pérdida de asignaturas de literatura. Es verdad que con la posibilidad de combinar filologías y con el aumento de horas de lengua han crecido los números de estudiantes matriculados en los primeros cursos. Pero es pronto para valorar este aumento. Y en cualquier caso, el hecho de que no renunciemos a tratar textos literarios en lengua alemana implica una fuerte carga para las asignaturas, en las que estamos en cierto modo experimentando a ver cómo compaginamos los niveles y las lenguas. La creación de estudios de máster era una de las posibilidades de innovación que ofrecían las reformas universitarias. En Barcelona hemos intentado realizarlas. Hemos organizado un máster sobre “Construcción y representación de identidades culturales” en donde de momento colaboramos germanistas, anglistas, romanistas de francés, italiano y portugués, y arabistas. El proceso de construcción y el alumnado que tenemos está propiciando nuevas posibilidades de colaboración entre los miembros del equipo, y también nuevas posibilidades de colaboración investigadora. De hecho, el máster constituye en cierto modo un experimento de colaboración y configura el período de formación de un programa de doctorado del mismo nombre. Posibilita trabajos como el estudio de la literatura producida por emigrantes árabes en Brasil, o por el exilio alemán en América (por citar solo un ejemplo) que son tutorizados conjuntamente desde las diferentes filologías, y abre nuevas posibilidades de colaboración investigadora. También se plantean cuestiones de construcción de género o de nacionalidades, estudios clásicos de recepción o de historia de la traducción, o trabajos centrados en el estudio de los diversos medios de comunicación. Todo ello es muy interesante, yo he colaborado muy fundamentalmente a su existencia y funcionamiento, y creo en las posibilidades que ofrece. Pero sé también perfectamente todo lo que el máster no ofrece, lo que se pierde con planteamientos semejantes: no aporta una formación germanística clásica, profunda, sólida. La idea de las reformas de Bolonia era que se habían de diseñar unos estudios básicos, unos grados, generalistas, y que después los estudios de máster propiciarían la especialización. Pero no



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hemos podido organizar un máster estrictamente de alemán porque para poder optar a un máster oficial y europeo teníamos que aportar una cifra de matrícula constante que no podíamos garantizar. Por lo que sé, los pocos estudios de máster que se han construido con especialización de alemán en España sobreviven con dificultades por la misma causa. Es obvio que la formación básica, el “oficio” del trabajo con lenguas y textos se puede adquirir desde otros ámbitos, que no es necesario adquirirla desde la germanística. Se puede aprender desde la propia tradición filológica nacional y aplicarlo después a otras tradiciones, y esta perspectiva puede resultar muy enriquecedora. Pero en algún momento sí se necesita un conocimiento profundo de la lengua, un conocimiento de contexto histórico, de tradición, etc., y tanto más cuanto más se adentra uno en el pasado, que aunque siempre fue más intercultural de lo que querían las filologías nacionales no estaba aún, por decirlo de forma moderna, “globalizado”. Consecuentemente, nuestro máster se refiere a las literaturas de los siglos XX y XXI. Por lo que hace a la relación entre texto y lengua, también estamos experimentando, y lo hacemos sobre el terreno incierto en que ofrecemos nuestros cursos, intentamos trabajar los textos en su lengua, estimulamos a los estudiantes a mejorar sus conocimientos lingüísticos, los ordenamos según conocimientos intentando tutorizarlos, fomentamos los intercambios (aunque con los nuevos planes curiosamente se han vuelto más difíciles), ofrecemos cursos en donde se trabaja con traducciones. En qué medida podamos hacer más lo uno que lo otro se mostrará en los próximos años. En el ámbito de la investigación, la situación no es tan problemática, por lo menos teóricamente. Pues la especialización a la que aludía más arriba ha posibilitado la existencia de una germanística establecida (y no demasiado numerosa) que ahora puede optar a las solicitudes de ayuda a la investigación del Ministerio y constituir grupos y proyectos de investigación; en este sentido es una germanística “normalizada”. Se desarrolla una amplia actividad de congresos y publicaciones, nacionales e internacionales, hay proyectos y grupos, investigadores individuales, etc. “Normalizada” quiere decir aquí y hoy institucionalizada, organizada, desgraciadamente también a veces burocratizada. Un aspecto perverso de esta burocratización es que la voluntad de seguir los parámetros de evaluación que ponen un gran énfasis en la internacionalidad de las publicaciones lleva a una búsqueda desesperada de editoriales extranjeras para cualquier publicación; determinadas editoriales hacen un buen negocio y seguro que están muy agradecidas por estos parámetros. Es obvio que la internacionalización es necesaria para hacerse visible, pero llevado al extremo esto supondría que nadie publicara

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en el propio país, cuando, pienso, también es una obligación intelectual publicar para el público propio, para la propia sociedad. Al margen de que si nunca se publicara en español, el nivel de las publicaciones del país siempre se mantendría bajísimo. Y de que se pueden realizar en las editoriales españolas publicaciones internacionales. Respecto a la investigación, siempre he pensado que, realizada desde el ámbito de una filología practicada en el extranjero, se presta especialmente a temas contrastivos en la lingüística, y a temas comparatísticos, supranacionales, “híbridos”, en literatura. Daré algunos ejemplos de posibilidades al respecto. Respecto a la literatura moderna, yo misma coordino un grupo que trabaja sobre literatura y memoria traumática, concretamente sobre cómo la experiencia traumática histórica es convertida en literatura. La dinámica de recuerdo y olvido, memoria voluntaria e involuntaria, construcción de la narración frente a imposibilidad de narrar, discurso y silencio, son temas que estudiamos centrándonos en la literatura en lengua alemana pero también recurriendo a algunos autores de la literatura española. Hay más grupos de investigación en España trabajando sobre temas relacionados con literatura y memoria, es un tema que despierta mucho interés y que por tanto también despierta interés entre los estudiantes. Es curioso que precisamente ahora que desaparece la generación que protagonizó la guerra y por tanto la memoria de la guerra, tanto de la Segunda Guerra Mundial como la Guerra Civil española, surja un tal interés por el tema y se reflexione precisamente sobre la función del recuerdo, de la vivencia del pasado, en la construcción de individualidad. Creo que es un tema muy adecuado para tratarlo desde una perspectiva alemana y española, y he observado que a los estudiantes les interesa mucho. En este contexto, la comparación es también una especie de proyección, y un modo de crear distancia frente a la propia implicación. Otro aspecto que puede determinar también el interés intercultural entre España y Alemania es el hecho de que España fuera en los años 50 y 60 un país de emigración, y que Alemania fuera uno de los destinos prioritarios. Los hijos de estos emigrantes han sido socializados, por lo menos parcialmente, en Alemania, han regresado, algunos son germanistas universitarios actualmente. Aportan a su investigación su relación entre las dos culturas, su propia construcción de identidad, y colaboran así a crear un entorno científico en el que se escriben trabajos sobre, por ejemplo, José A. Oliver, Yoko Tawada o Emine Sevgi Özdamar, o donde se traduce y lee con interés a Zafer S˘enocak. Otro aspecto más que posibilita investigaciones: España es un país con diversas lenguas, un alto porcentaje de los españoles viven en territorios con dos



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lenguas oficiales y son escolarizados en dos lenguas. Esto da pie a la investigación de temas sobre adquisición de lenguaje, sobre inmersión lingüística, etc., también sobre didáctica de lenguas extranjeras. Planteamientos investigadores que pretendan analizar literatura escrita en contextos multiculturales, o en una lengua que no es la materna, pueden resultar muy atractivos desde esta perspectiva. Quiero añadir aún una reflexión sobre los cambios que está sufriendo la universidad como institución educativa y sobre cómo nos afectan. Van mucho más allá de la germanística y tienen efectos sobre la totalidad de la ciencia, aunque yo pienso ahora en las ciencias humanas. La universidad en la que yo empecé a enseñar, y la sociedad que la sustentaba, esperaba de un profesor universitario que tuviera un amplio saber en la disciplina que enseñaba, que estuviese al tanto de los más modernos conocimientos en ella y que con su investigación la hiciese progresar. Se basaba en la unidad de investigación y docencia. Un profesor había de ser en primer lugar un maestro, en el mejor sentido de la palabra. Su investigación había de contribuir a formar aún mejores maestros, a despertar vocaciones que continuasen su trabajo en la disciplina. Y la formación tenía un alcance mucho más generalista. Hoy en día esta unidad entre investigación y docencia no es ya ningún objetivo que se persiga. El prestigio de las universidades se basa en la investigación, y además en una investigación cuantificable, medible, evaluable; las condiciones en las que se desarrolla la docencia son cada vez peores y las evaluaciones del profesorado universitario y de las universidades se guían cada vez más por la investigación que realizan, de forma que la docencia corre peligro de convertirse en algo poco rentable, y la universidad tiende a convertirse en una escuela de oficios en donde la sabiduría de los más antiguos se reserva para los doctorandos y se tiende a la creación de institutos de investigación aislados de la docencia de base. Es cierto que es muy difícil evaluar la docencia, y que probablemente la mejor manera no sea hacerlo en pleno curso sino esperando durante un tiempo sus resultados. Pero tampoco la investigación en ciencias naturales es tan fácil de evaluar como siempre se pretende. Ni siquiera en las ciencias más radicalmente experimentales. La única metodología considerada científica es la de las ciencias experimentales o la técnica, y el creciente prestigio de la tecnología juega un papel importante en esta evaluación, y también en su traducción a criterios económicos. En este proceso se pierden condicionantes importantes, incluso para las ciencias experimentales. Un pensar y un investigar excesivamente orientado hacia los objetivos puede ir en detrimento de la creatividad y la innovación, que precisamente forman parte de los criterios más determinantes en los procesos de evaluación.

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La creatividad necesita también de un cierto placer de la experimentación, del pensamiento falto de objetivos, deambulante, de aventurerismo. Y por lo que hace a la innovación, es resultado de determinadas circunstancias y necesidades, se basa en un consenso, se agota y desgasta una vez experimentada, de forma que no resulta ya innovadora. Es difícil “institucionalizarla”. Cuando después de la muerte de Franco el catalán se convirtió en una lengua permitida e incluso oficial, y había que escolarizar a los niños en dos lenguas, se experimentó con el modelo de inmersión lingüística practicado en el Québec. Entonces era absolutamente innovador, y la innovación descansaba sobre un amplio consenso. Sin embargo en el momento en que la inmersión se practica como política educativa por parte del gobierno deja de ser innovadora, y las condiciones de la innovación se han de negociar de nuevo. Al exigir innovación como condición de todo proyecto de investigación se abre la puerta también a la sucesión cada vez más rápida de paradigmas científicos, a que se agoten rápidamente sin haber dado frutos relevantes en cualquier aspecto de una investigación, desde la definición de conceptos y de terminología hasta los propios temas de investigación. Por otra parte, el éxito de una innovación no se puede simplemente imitar. La innovación original sólo resultará productiva si se adecua a las situaciones concretas sobre las que se quiere aplicar. En realidad habría que decir que la innovación es un implícito de la investigación: igual como la creatividad. Ambas configuran la investigación como un proceso, como una aventura interminable. Pero esta aventura siempre está en relación con la sociedad donde se desarrolla y que pretende mejorar. El furor evaluador y la fijación de parámetros que se anquilosan pueden resultar también en un encorsetamiento que limita los resultados. Concluiré estas reflexiones con propuestas concretas sobre lo que pienso que son nuestras tareas y que se pueden resumir en los puntos siguientes: •

propiciar una formación germanística en lucha contra unos conocimientos de lengua que disminuyen,



realizar trabajo institucional para fomentar la enseñanza de lenguas,



trabajar tanto en la enseñanza como en la investigación en colaboración con planteamientos múltiples: comparatistas, de estudios culturales o relacionados con los medios; colaborar en la constitución de horizontes comunes,



mantener la conciencia filológica, realizar trabajo sobre los textos y la lengua,



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contribuir a la interculturalidad mediante trabajos de traducción y edición, de reseñas y crítica literaria, mediante actividades de difusión cultural,



y también, visto desde el ámbito de la política universitaria, contribuir al establecimiento de planes de estudio con la mayor presencia posible de la germanística en el sistema universitario.

No es poco trabajo, sobre todo en los tiempos que corren. Como decía Nestroy: “Wenn alle Stricke reissen, häng ich mich auf ”. Finalmente, es una opción optimista!

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